porfirio miranda afirma que juan el evangelista en el libro de los hechos de los apóstoles del...
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Porfirio Miranda afirma en su exégesis bíblica del Nuevo Testamento, del libro
Hechos de los Apóstoles, que el comunismo como forma social y económica ya
existía desde los primeros siglos del cristianismo y está postulado por Juan el
evangelista tanto en el libro anterior como en su evangelio.1
Este comunismo era universal y obligatorio, ya que, toda persona que quería ser
cristiana era obligada a vender sus propiedades y distribuir el dinero entre toda la
comunidad, a cada uno según sus necesidades,2 esa actividad económica
desterraba la pobreza, por que el producto de la venta era entregada a los
apóstoles y estos lo distribuían en la comunidad según la necesidad de cada
quien.3
Era un mandato moral porque Dios sólo se conoce a través del prójimo, tener
en la mente el concepto Dios no es suficiente para llegar a Él, la alteridad es la
única forma de estar con Él, es decir, si aceptamos que Jesucristo es Dios,
entonces debemos aceptar el mandato divino de dar justicia al pobre, la viuda, al
huérfano, al extraño4, porque Mateo dice de Jesucristo “tuve hambre y me disteis
de comer, tuve sed y me disteis de beber, era forastero y me acogisteis, estaba
desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, encarcelado y vinisteis a
verme”5, aceptar al prójimo es aceptar a Dios.
El comunismo es el Reino de Dios en la tierra, no en el cielo, aquí en la tierra es
la buena nueva,6 es el mensaje que trajo Jesucristo al mundo; este Reino salvará
1 P.92 P. 14, act. 2, 44-553 P. 15, act. 4, 32, 34-354 P. 135 P. 12 Mt. 25,35s.6 P.20
al pobre y al indigente7, suprimiendo la propiedad privada en este Reino de Dios8 y
todo aquel que quiera entrar a este Reino debe de renunciar a ella9, sólo los
pobres deben entrar a este mundo, los ricos no, por eso mismo el Reino de Dios
es una sociedad sin clases.10
Miranda se refiere a la propiedad privada diferenciante como “tanto a los de los
bienes de producción que una pequeña parte de la población posee y de que está
privado el proletario, como a los bienes de uso durables en que se visibiliza el
contraste social, aunque el problema más bien es de legitimización, es decir, para
Miranda no hay legítima propiedad privada porque presupone el uso de la
violencia y el engaño para adquirirla11
La condena moral hacia la riqueza diferenciante por parte de Jesucristo es que es
ilegal e ilegítima la adquisición de riqueza12, el acto de comprar barato y vender
caro es ya inmoral e injusto, la necesidad de hambre hace que una persona tenga
que aceptar los precios que el rico le imponga por su trabajo, ese contrato de
trabajo es impuesto de unas cuantas personas hacia miles, el trabajador no tiene
libertad de elegir, o acepta las condiciones de miseria o muere.13
Otra forma ilegítima de adquirir riqueza es el despojo de los ingresos y el fraude
sistemático al pobre,14 sólo por estos medios es como la riqueza se incrementa,
violando los derechos de los pobres, la Biblia ha condenado este acto injusto tanto
7 P.228 P.259 P.2610 P. 2711 Porfirio Miranda Cambio de estructuras, p.35-36, Chiapas, 197112 P. 3213 P.3314 P. 46
en el Nuevo como en el Antiguo Testamento, Miranda cita ambos testamentos
infinidad de veces para denunciar también que la exégesis de la iglesia es errónea
y además encubridora de los hombres que poseen riqueza ilegítima.
Si toda riqueza es ilegítima y los ricos han despojado de manera sistemática a
los pobres, entonces los pobres tienen el derecho y el deber de usar la legítima
defensa incluso usando la violencia para reclamar lo que es suyo.15
La interpretación porfiriana de los evangelios de Lucas y Marcos es que ahí hay
un mandato no sólo moral sino que también postula una transformación política,
donde el Reino de Dios suprime las clases sociales (Mc. 10,25 y Lc.6,20.24) y
derriba “a los gobernantes de sus tronos y exaltar a los humildes, llenar de bienes
a los hambrientos y a los ricos despedirlos sin nada” (Lc. 1,52-53)16
Ese es el verdadero mensaje subversivo del Evangelio, Jesucristo mismo hizo
política y praxis revolucionaria y fue “ejecutado como sedicioso político”17 y fue
además crucificado, ese tipo de muerte era reservado para los “delincuentes
políticos”. Lucas menciona que Jesucristo fue muy rebelde con el gobierno de
Galilea, Él fue consciente de que su actividad política le iba a traer consecuencias
mortales.18
Para poder acabar con la riqueza ilegítima y el despojo de los ricos a los pobres,
es legítimo el uso de la violencia si es necesaria, incluso Jesucristo la aprueba
explícitamente y hasta hizo uso de ella según la exégesis porfiriana “a latigazos
15 P. 8116 P.75 17 P.7818 P.79
los expulsó a todos. ¿O pensaba la teología blanda que los expulsó a base de
exhortaciones?”19
El uso de la violencia es una manera legítima de recuperar lo que a los pobres
les fue despojado por los ricos de manera ilegal, “la propiedad diferenciante no
podía ni puede llegar a existir sino mediante la violencia y el despojo, por tanto no
puede haber legítima propiedad diferenciante”20
Miranda estudia desde la historia la propiedad y concluye que no hay distinción
entre propiedad y despojo con violencia, ya sea violencia física o violencia
institucional o sea legal.21
La riqueza ilegítima ha sido criticada desde los orígenes y hasta los primeros
siglos del cristianismo, por los cristianos tempranos, después esa crítica fue
abandonada por la iglesia y el Papa y ahora combaten junto con los poderosos a
los cristianos que quieren realizar el Evangelio22
La iglesia ha tergiversado el Evangelio, niega que el mensaje sea que el
cristianismo es comunismo, y afirma la iglesia que el comunismo es marxismo y
acusa al comunismo de ser materialismo ateo, aunque, desde antes de que
existiera el materialismo ya existía el comunismo, y acusar al comunismo de ateo
tampoco tiene fundamento, porque, al reconocer a cada uno de los prójimos
estamos reconociendo y respetando a Dios. Es decir, sólo a través de conocer la
alteridad estamos conociendo Dios.23
19 P.8520 Jose Porfirio Miranda, Marx y la biblia, p. 34, Salamanca, eds. Sígueme, 197221 Ibid. P.2522 Porfirio Miranda, Comunismo en la biblia, p.1023 Porfirio, comunismo…, p.11
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