parábola del buen educador

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Parábola del buen educador

En aquel tiempo el Señor Jesús estaba a la puerta de un lujoso hotel donde se desarrollaba un congreso sobre educación. Y sucedió que, habiendo terminado las conferencias de ese día, comenzaron a salir los expertos e invitados especiales. Jesús reía de buena gana con tres niños que bailoteaban a su alrededor ante el disgusto de algunos de sus discípulos.Entonces un doctor en Pedagogía, que reconoció a Jesús, decidió ponerlo a prueba, un poco por curiosidad y otro poco por vanidad ante sus colegas. Así, se acercó a Jesús y le dijo: ― “¿Maestro, qué tengo que hacer para ser un buen educador?” Jesús le preguntó, a su vez:: ― “¿Qué está escrito en los libros de tu ciencia?” ― “Respeta la etapa evolutiva del alumno, incentiva en el alumno el deseo de aprender y evalúa al alumno con justicia” – recitó el doctor en Pedagogía provocando un murmullo de aprobación de los presentes. ― “Has respondido exactamente” – le dijo Jesús - , “obra así y alcanzarás la vida eterna por el camino de la docencia.” Pero el doctor en Pedagogía, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: ― “¿Y quién es mi alumno?” Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: Un joven concurrió a la escuela durante algún tiempo, los días pasaban y el joven solo veía crecer dentro suyo una sensación de agobio y extrañeza ante todas las propuestas que se le hicieran. El vínculo con sus docentes se deterioraba día a día, ya sea por la falta de sentido en las ofertas que se le hacían, ya sea por la dificultad enorme que enfrentaba cada vez que se le hablaba “en chino básico” o por lo desconectado que le resultaba el ambiente de la escuela con respecto a su realidad cotidiana.

Un día se cansó de estar encerrado entre esas cuatro paredes, se cansó de los gestos que muchas veces solo lo humillaban, se cansó de tantas palabras que le auguraban un futuro luminoso que sin embargo ignoraban la oscuridad de su presente, se cansó también de esas dinámicas que le negaban protagonismo. Entonces salió de la escuela, se colocó los auriculares de su walkman, se dispuso a pasar el tiempo haciendo nada y, aturdido, como herido de muerte en su esperanza, se sentó al costado de la vida… su vida… a verla morir de a poco. Ocurrió entonces que pasaron dos altos funcionarios del Ministerio de Educación y comentaron casi al unísono: ― “¡Cuántas personas desaprovechan su tiempo!, en este país donde la igualdad de posibilidades es un hecho, esta gente es una afrenta. Muy mal hace este panorama a nuestra estadísticas” Y mirando al joven lo recriminaron diciéndole: ― “¡Deja ya de aturdirte! Buscaremos en algún momento alguna legislación que atienda tu caso pero mientras tanto, como sea, debes regresar a la escuela” El joven, por supuesto, no escuchaba, pero comprendió por la adustez de sus rostros que lo estaban retando, se recostó sobre la vereda y cerró sus ojos. Los dos funcionarios prosiguieron su camino rápidamente sin advertir que tras ellos venían tres docentes que acababan de terminar su curso de capacitación sobre problemática socio-educativa en contextos de exclusión. Al ver al joven y su actitud de abandono, comentó uno de ellos: ― “Típica consecuencia de un sistema educativo que excluye a los jóvenes, no se hace mas que replicar las dinámicas típicas del sistema victimizando a las clases marginales” dijo el primero.― “Así es, la práctica escolar otorga significado a la cultura dominante, aumentando la brecha ante los oprimidos, que abandonan la escuela porque no hallan en ella los valores de su propia cultura popular”, completó el segundo, sin tomarse un respiro (tal era la sobrecarga de ansiedad que le provocaba poder expresar con tanta claridad su comprensión del hecho que observaba) El tercero, no sólo asistió a lo dicho, sino que se sintió obligado a agregar: ― “...lo que provoca un deterioro en la autoestima que, a su vez, genera una crisis de identidad… ¡todo un problema complejo colegas!”. Satisfechos por poder explicar la situación de este joven devenido en objeto de estudio, prosiguieron su marcha. Al rato, pasó por allí una maestra que casi se tropieza con el cuerpo del muchacho. Venía ensimismada recordando que la directora de la escuela, donde trabajaba doble turno, le había llamado la atención por el atraso en la entrega de sus planificaciones y carpeta didáctica. Además, grave error, no había elaborado las expectativas de logro, concordantes con el Proyecto Curricular, que se desprende del Proyecto Institucional, acordado en reunión con los Padres más lúcidos de la Comunidad Educativa. En la prolija carpeta, donde tan importante documento se guardaba para mostrar al inspector apenas visitara la escuela, sólo faltaba su aporte. De nada sirvió que dedicara tiempo extra a Ricardito, que, con sus 12 años, se hacía cargo de tres hermanos más pequeños mientras la mamá trabaja de mucama para mantener el hogar. De nada sirvió que entregara un proyecto de

trabajo solidario para colaborar junto a sus alumnos con un comedor comunitario que se estaba armando en la Parroquia del barrio. Su primera reacción, ante el joven tirado en la vereda, fue de perplejidad. Sintió que no tenía una respuesta adecuada para él. Le pasaba esto a menudo; por eso le gustaba ser maestra. La perplejidad la impulsaba a aprender. Se sentó al lado del joven, le retiró el auricular de la oreja izquierda y se dispuso a escuchar la misma música que él a través de su oído derecho. El final de la cinta fue la ocasión para que nuestra maestra le extendiera su mano al joven; lo miró en silencio y con un ademán lo invitó a caminar. La sencillez del gesto y la serenidad de la mirada vencieron toda resistencia. Eran muchas las heridas que habían dejado en el alma de aquel joven aquellos que le robaron la ilusión, así que la maestra tuvo que cargarlo sobre su propia esperanza. Comenzó a explicarle cuál era su razón de vivir, los valores que daban sentido a su existencia, bastante complicada por cierto y descubrió la enorme potencia que tenía la pedagogía de la ternura puesta en juego en este encuentro con el joven. El joven, que había comenzado a caminar con apatía, poco a poco sintió que ardía su corazón al escuchar las palabras de esta maestra. Paulatinamente se alejaron de las calles céntricas y el suburbio los atrapó en un abrazo de sol de tardecita, calles de barro, olorcito a pan caliente y sonidos de encuentro fraterno del pueblo. Al llegar a una encrucijada de caminos se encontraron con una escuela. La maestra conversó con las autoridades de la misma y les dijo antes de partir: ― “Tengan con él un poco de paciencia porque su alegría todavía está convaleciente, su esperanza aún está cicatrizando, por lo tanto sus deseos de aprender sólo hablan en voz baja. Enséñenle con ternura, ayúdenlo a descubrir su propio poder, ese que brota de lo hondo y, si algo no entendiera, cuando vuelva yo a pasar se lo explicaré personalmente”. Terminado el relato, Jesús le preguntó al doctor en Pedagogía,― “¿Quién te parece que se comportó como educador del joven herido?”. El doctor contestó:― “El maestro que pasó en último término. Supo hacerle compañía, le regaló primero su silencio y luego su palabra, y entabló con él un compromiso: compartir la esperanza”. Y Jesús le dijo:― “Ve y procede tú de la misma manera”.

EL USO DE LAS DINÁMICAS DE GRUPO EN EL AULA

Por Isidora Ortega Seda

[1]Muchas veces nos encontramos en el aula con multitud de situaciones ante las que nos sentimos incap aces y sin recursos para darles respuesta, ya que hay problemas o temas que no sabemos realmente cómo afrontar, terminando por tratarlos de forma inadecuada y sin sacarle el máximo

partido posible o dejándolos simplemente ser, cuando, sabiendo cómo hacerlo, se pueden obtener infinidad de beneficios, como pueden ser: motivación del alumnado y profesorado, resolución de problemas, creación de conciencia sobre multitud de aspectos en el alumnado, creatividad por parte del profesorado, habilidades de comunicación, aumentar la autoestima del alumnado…. Me estoy refiriendo a las DINÁMICAS DE GRUPO. Lógicamente depende, en gran medida, del tipo de alumnado sobre el que queremos aplicarlas: su edad, la existencia o no de intereses comunes, prejuicios, nivel de implicación del alumnado, existencia o no de una lengua común,…

Es por ello que quiero tratar en este artículo de forma directa, las distintas experiencias que he llevado a cabo en mi aula utilizando las dinámicas de grupo, para poder así mostrar los posibles beneficios que se pueden obtener al usarlas, teniendo en cuenta que el éxito de la dinámica estará basado en el grado de aplicabilidad en la vida personal y laboral. Las dinámicas no son simples juegos. Provocan estados emocionales positivos y un dinamismo que ayuda a desarrollar en el/la alumno/a un estado físico y mental más adecuado para el aprendizaje, beneficiando no sólo al alumnado, sino también al profesorado.

1.-TÉCNICA DE LAS PAREJAS:

La primera dinámica de la que vamos a hablar es la técnica de las parejas. Es una dinámica pensada para el primer día de clase, una dinámica concebida para romper el hielo y la frialdad de los primeros momentos. Es una forma de hacer para que los miembros del nuevo grupo que se va a formar salgan del aula el primer día sabiendo, al menos, el nombre de cada uno del resto de miembros, y alguna cualidad sobre ellos, con el fin de que puedan integrarse unos con otros y crear un buen ambiente de partida entre ellos. Se distribuye a cada participante una tarjeta con una palabra escrita en ella (pueden ser nombres de animales, colores,… que puedan relacionarse fácilmente entre sí para buscar la otra parte de la pareja, por ejemplo: toro-vaca; blanco-negro; flor-margarita,…). Los integrantes del grupo tendrán que preguntarse entre ellos en busca de la pareja que le corresponda. Una vez que haya encontrado su pareja se harán una serie de preguntas, en un cuestionario previamente diseñado y repartido a cada miembro, acerca de la información más elemental sobre la otra persona: el nombre y apellidos, lugar de nacimiento y procedencia, edad, signo zodiacal, gustos, hobbies y preferencias, cosas que detestan e intereses por realizar el curso que se va a iniciar… Una vez acabada la entrevista a cada miembro de la pareja, uno presentará al compañero entrevistado, con todos los datos recopilados, delante del grupo.

Éste al final destacará algo positivo que haya percibido o le haya inspirado la persona que ha presentado, para dejar un buen sabor de boca y un ambiente motivador en ambos miembros: presentador y presentado.

2.- RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS:

Aunque podemos encontrar distintos tipos de dinámicas, dependiendo de si el conflicto que se ha producido ha sido entre iguales, es decir, entre los distintos alumnos y alumnas, o entre algún alumno/a y un profesor u otro miembro de la comunidad educativa, he hecho aquí referencia a una en la que se pueden tratar ambos problemas:

Los participantes son invitados por el profesor a hacer un ejercicio de fantasía, con el objetivo de examinar su estrategia en la solución de conflictos individuales. Durante aproximadamente cinco minutos, el profesor conducirá el grupo a través de una fantasía en la que invita a los participantes a que tomen una postura confortable, cierren los ojos, procurando ensimismarse, desligándose del resto y relajándose completamente. A continuación, el profesor comienza diciendo: “ Imaginad que estáis ahora caminando por la calle, y de pronto observáis, a cierta distancia, que se aproxima una persona que os resulta familiar. La reconocéis. Es la persona con la cual estáis en conflicto. Sentís que debéis decidir rápidamente cómo enfrentar a esa persona. A medida que se aproxima, una infinidad de alternativas se establecen en vuestra mente. Decidid ahora mismo lo que vais a hacer y lo que pasará ”. El profesor hace una pausa larga para dar tiempo a los alumnos y alumnas a pensarlo. A continuación dirá : "La persona pasó. ¿Cómo os sentís? ¿Qué nivel de satisfacción que tenéis ahora?”.

Continuando, el profesor pide a los participantes del grupo que vuelvan a la posición normal y abran los ojos. En cuanto el grupo retorna de la fantasía, durante cinco minutos, todos los miembros deberán responder, por escrito, las siguientes preguntas:

a) ¿En qué alternativas has pensado?

b) ¿Cuál es alternativa que has elegido?

c) ¿Qué nivel de satisfacción has sentido al final?

Cada participante deberá comentar con los compañeros las respuestas y las preguntas anteriores. Se designará un encargado para hacer una síntesis escrita de todo lo expuesto a través de las distintas reacciones. Luego, el profesor conducirá los debates y el portavoz de cada grupo expondrá el resumen de las ideas que se hayan tratado en su grupo. Por último, a través de la verbalización, cada participante expone sus reacciones al ejercicio realizado, y la solución final encontrada ante los conflictos. Por último, el profesor intenta hacer ver a los alumnos y alumnas cómo se puede aplicar lo aprendido en su vida cotidiana y, en particular, en la resolución del conflicto inicial.

3.- EJERCICIO DE CONFIANZA GRUPAL:

Es un ejercicio para fomentar el proceso del conocimiento mutuo al grupo, estudiar las experiencias del propio descubrimiento, desarrollar la autenticidad en el grupo y dar a todos la oportunidad de hablar y de escuchar. ¿Cómo se lleva a cabo?

1. El profesor o profesora hace una breve introducción hablando sobre el descubrimiento personal y la importancia de este ejercicio para ello. Luego distribuirá una papeleta con una pregunta personal (sin entrar en preguntas que toquen la intimidad más personal de cada uno, por supuesto) a cada participante. Uno a uno, todos leen la pregunta de su papeleta e irán respondiendo con toda sinceridad la pregunta en cuestión. Para no romper el ritmo de las preguntas y respuestas, quien luego quiera decir algo sobre alguna de las preguntas formuladas por algún/a otro/a compañera, tomará nota en su cuaderno para poder luego hacer uso de ello en el momento del debate. Al terminar de hacerlo, se tiene un debate abierto sobre el ejercicio realizado. A continuación, expongo algunas de las preguntas que utilicé en esta dinámica.

Posibles preguntas para este ejercicio:

1. ¿Cuál es tu hobby preferido? ¿Cómo empleas tu tiempo libre?

2. ¿Qué importancia tiene la religión/política/familia/pareja/… en tu vida?

3. ¿Qué es lo que menos te gusta?

4. ¿Qué te parece el divorcio/aborto/eutanasia/?

5. ¿Qué emoción tienes mas dificultad en controlar?

6. ¿Qué persona del grupo te resulta mas atrayente?

7. ¿Qué comida es la que menos te gusta?

8. ¿Qué rasgo de tu personalidad te define mejor? O Defínete con 3 adjetivos positivos y otros 3 negativos

9. ¿Cuál es ahora tu mayor preocupación?

10.Describe un recuerdo agradable de tu infancia. ¿Y uno no tan agradable?

11. Cuando eras estudiante, ¿en qué actividades participaste?

12.¿Tienes alguna queja con respecto al grupo? ¿Cómo te sientes en él?

13.¿Te gusta tu nombre?

14.¿Quién crees que sería un buen líder para el grupo? ¿Por qué?

15.¿Con quién te irías de vacaciones?

16.¿Prefieres vivir en un piso o en una casa de campo? ¿por qué?

17.¿Que país te gustaría visitar especialmente?

18.¿Qué piensas sobre la educación que los padres dan a los hijos hoy en día? En tu opinión, ¿es mejor o peor que la de antes?

19. Si fueras Presidente del Gobierno,¿cuál seria tu meta prioritaria?

20. ¿Qué te ha parecido la experiencia de esta dinámica? [2]

4.- DINAMICAS PARA TRABAJAR LA AUTOESTIMA: EL ÁRBOL DE MIS VIRTUDES.

Con esta dinámica he querido que cada quien sea capaz de expresar los aspectos más importantes de su propia imagen, centrarnos en lo positivo de cada uno de nosotros, compartir aquello que llevamos dentro y que normalmente queda escondido. A priori es una dinámica difícil porque implica partir de un buen nivel de autoestima. Pero también puede servirnos para detectar cualquier problema de autoestima que tengan y poder así animarles a que hablen con el o la orientador/a. Es mejor realizar esta dinámica con adultos o alumnos/as mayores de 16 años. Para llevarla a cabo hace falta contar con papel y rotuladores o ceras de colores para cada participante.

La dinámica consiste en una reflexión sobre las capacidades personales de cada uno, las capacidades "positivas" que hemos ido adquiriendo y desarrollando desde pequeños hasta ahora.

Este es un ejercicio importante para realizarlo cuando dispongamos de tiempo suficiente y con calma, pues se trata de reconocerte a ti mismo como un tesoro valioso que tiene que desarrollar muchas de sus cualidades.

En primer lugar, pediremos que cada participante haga una lista de todos los valores positivos: por ejemplo cualidades personales (valentía, organización...) sociales (saber escuchar...), físicas (fuerza, rapidez....), intelectuales (creatividad...) Durante 10 o 15 minutos hay que hacer una lista lo más larga posible de las cualidades positivas que creemos tener o pensamos que los demás ven en nosotros.

“Piensa en todos tus “talentos” con detenimiento, es importante que no te precipites, que vayas despacio, con calma y que sobre todo que seas muy sincero contigo mismo. ¡Adelante!”

Después hay que escribir, durante otros 10 o 15 minutos, la lista de todo aquello que hemos conseguido gracias a nuestras capacidades, hay que pensar en cosas que nos han salido bien y con las cuales estamos contentos por pequeñas que sean (ayudar a alguien, aprobar un

examen complicado, donar sangre, conseguir una meta que te habías propuesto, resolver un problema que tenías,...)

Con ambas listas ya preparadas se pasa a dibujar el árbol, un árbol con raíces, tronco y ramas.

En las raíces vamos a situar los valores, la raíz será más larga cuanto más grande creamos que sea esa cualidad en nosotros, un árbol tendrá algunas raíces grandes, pero otras más pequeñas. Hay que escribir en cada raíz el valor al que corresponde. Después dibujamos el tronco y las ramas, las ramas se van a corresponder con aquello que hemos logrado, al igual que antes una rama grande se corresponderá con un éxito grande y una rama pequeña con algo más pequeño. Hay que escribir ese éxito al que corresponde cada rama. Para el dibujo del árbol se puede dar algo más de 30 minutos. Al final, los dibujos se ponen en círculo, en una mesa o en el suelo. Todos los participantes pasan en círculo viendo los distintos dibujos que han hecho los compañeros.

De forma voluntaria cada uno comenta el árbol que ha dibujado y las cualidades o éxitos que ha dibujado. Cuanto más jóvenes sean los participantes es muy usual que cualidades evidentes de esa persona no hayan sido reflejadas. No es un mal momento para que el animador de la reunión las indique.

Dependiendo de las características de los participantes se puede optar por otras formas de que cada uno comente su árbol, por turnos, sin mostrarlo directamente al principio...

Para finalizar con la dinámica o incluso a modo de conclusión, se pueden lanzar algunas preguntas: ¿estoy satisfecho con mi árbol? ¿ha sido difícil dibujarlo? ¿qué cualidades o logros he olvidado? ¿cómo han reaccionado los demás ante mi árbol?

Pudiendo continuar con muchos más ejemplos llevados a cabo por mí y mis compañeros, pero con el ánimo sólo de hacer una corta ilustración a modo de ejemplo en el que podamos comprobar que realmente funciona llevar a cabo las dinámicas de grupo en el aula, os animo a que las pongáis en práctica y a que si os ha parecido una buena idea para conseguir grandes resultados en el aula, os adentréis en Internet, donde encontraréis infinidad de ejemplos y aplicaciones para los mil y un fines, y situaciones que se puedan plantear la clase. Os digo que merece la pena, ¿por qué no lo comprobáis vosotros mismos?

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