pagotín pereñín pachín - tipografía seleccionada

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TAREA UNIVERSITARIA SIN FINES DE LUCRO. CURSO DE DISEÑO EDITORIAL, UNVIERSIDAD GALILEO DE GUATEMALA

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PAGOTÍN PEREÑÍN PACHÍND O L O R E S E S P I N O S A

SRMCEDITORIAL

Esta página ha sido dejada en blanco a propósito.

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PAGOTÍN PEREÑÍN PACHÍND O L O R E S E S P I N O S A

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Universidad GalileoFacultad de ciencias de la comunicaciónDiseño EditorialLicda. Lisa Renata Quan Lainsiesta

Integrantes:Sucely Cortez 15001602 - Diagramación y selección tipograficaRigoberto López 15001602 - Diagramación y selección tipograficaMichelle Jimenez 15001602 - IlustradoraCristian Ambrosio 15001602 - Ilustrador

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ÍNDICE

Capítulo 1Pagotín Pereñín Pachín, el duende

Capítulo 2El abeto incompleto

Capítulo 3Una navidad distinta

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Dolores Espinosa

Capítulo 1Pagotín Pereñín Pachín, el duende

Pagotín Pereñín Pachín vivía en un agujero al pie

del árbol más alto, grueso y anciano del Bosque

Más o Menos Encantado.

Pagotín Pereñín Pachín era un duende no muy alto,

regordete, pelirrojo, pecoso y con un gran culete.

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Pagotín Pereñín Pachín

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Dolores Espinosa

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Pagotín Pereñín Pachín

La mayor parte del año nadie prestaba demasiada

atención al pequeño duende pero cuando llegaba

el inverno... Ah, cuando llegaba el invierno Pagotín

Pereñín Pachín se volvía la mar de importante.

Súper importante. Importantísimo. Tan importante

que sin él na Navidad no sería Navidad. Bueno, sí que

sería Navidad pero no sería una Navidad como tiene

que ser la Navidad. Sería una navidad... distinta...

diferente... rara...

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Dolores Espinosa

Todos los años, por Navidad, los habitantes del Bosque

Más o Menos Encantado se reunían en un claro1 justo

en el centro del bosque. Y justo en el centro de ese

claro había un abeto2. El abeto más alto. El abeto más

grueso. El abeto más anciano de todo el bosque. Y ese

abeto era el abeto en el que vivía Pagotín Pereñín Pa-

chín y él, el pequeño, el regordete, el pelirrojo, pecoso

de gran culete, era el encargado de decorarlo.

1. Claro: El espacio que existe entre ciertas cosas (como cultivos).2. Abeto: Es un género de árboles de la familia de las pináceas (Pino).

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Pagotín Pereñín Pachín

En cuanto Pagotín Pereñín Pachín olía el frío en el aire

del bosque, sacaba todos los preciosos adornos del

enorme sótano donde estaban guardados y vigilaba

atentamente el cielo, atento de cualquier detalle que

le indicara que estaba a punto de caer la primera gran

nevada. Y cuando caía dejando al gran abeto totalmetne

cubierto de blanco, Pagotín Pereñín Pachín ponía

manos a la obra.

Corría arriba y abajo por todo el abeto, cargando con

brillante espumillón y adornos de todos los colores.

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Dolores Espinosa

El pequeño duende tarda dos días enteros en acabar

de decorar el abeto y la noche del último día, llama a

todos los habitantes del bosque y pide a las hadas que

lo iluminen con sus luces mágicas.

Entonces se oye un gran “¡Oooooooohhhh! y Pagotín

Pereñín Pachín sonríe de oreja a Oreja, satisfecho y

feliz con el trabajo bien hecho.

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Pagotín Pereñín Pachín

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Dolores Espinosa

Capítulo 2El abeto incompleto

Pero la última Navidad la cosa fue diferente y

Pagotín Pereñín Pachín no se quedó nada contento

pero nada de nada.

—A este abeto le fata algo - pensó Pagotín Pereñín

Pachín -. Le falta algo y no sé qué puede ser.

Pagotín se Alejó un poco para verlo mejor pero no

sirvió de nada.

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Pagotín Pereñín Pachín

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Dolores Espinosa

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Pagotín Pereñín Pachín

Pagotín Pereñín se alejó otro poco más a ver si así...

pero no sirvió de nada.

Pagotín Pereñín se alejo otro poco más para ver si por

fín... y entonces, miró al cielo y vio lo que faltaba:

— ¡Una estrella! -casi gritó-. ¡Una preciosa estrella en

lo más alto! ¡Eso es lo que le faltaba!

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Dolores Espinosa

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Pagotín Pereñín Pachín

¿Pero de dónde iba a sacar una estrella?

Pues del cielo, claro ¿de dónde si no? Subiría la cima

de la montaña donde vivía aquel dragón tan gruñón,

cogería una estrella, la traería hasta el bosque y luego

la pondría en el abeto. ¡Sería super mega extra fácil!

Dicho y hecho, sin tan siquiera pararse a cenar,

el duende regordete, se puso en marcha y, a ratos

silbando, a ratos saltando, a ratos cantando, Pagotín

Pereñín Pachín, llegó a la montaña.

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Dolores Espinosa

Subió por ella muy despacito, con mucho cuidadito,

fijándose bien dónde ponía sus pies pequeñitos y a ratos

resbalando, a ratos trastabilando y a ratos trepando,

Pagotín Pereñín Pachín, llegó a la cima. Miró hacia el

cielo.

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Pagotín Pereñín Pachín

Estiró los brazos.

Se puso de puntillas y estiró los brazos.

Se subio a una gran piedra, se puso de puntillas y estiró

los brazos.

Dio saltitos subido a la gran piedra de puntillas y

estirando los brazos.

Cayó sobre su gran culete más de dos y de tres veces...

pero nada, imposible, no podía coger de

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Dolores Espinosa

aquellas estrellas por mucho que quisiera.

Cuando cayó la cuarta vez, Pagotín Pereñín Pachín oyó

una risita.

¿Quién se estaba riendo de él?

Pagotín miró a la derecha pero allí no había nadie.

Pagotín Pereñín miró a la izquierda y tampoco vio a

nadie por allá.

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Pagotín Pereñín Pachín

Pagotín Pereñín Pachín miró detrás suyo y de su gran

culete pero no, por aquel lado tampoco había nadie.

y la risa sonó otra vez... ¿desde arriba?

El pequeño duende levantó la cabeza y por fin vio

quien se reía tantísimo.

Era una estrella. Nada menos que una estrella. Después

de tanto caminar, subir trepar y saltar, había una

estrella casi justo sobre sus narices...

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Dolores Espinosa

y se estaba riendo de él.

Cuando, por fin, Pagotín Pereñín Pachín consiguió

cerrar la boca, la estrella le preguntó quién era y

Pagotín se lo dijo y le contó qué hacía allí y lo que

quería.

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Pagotín Pereñín Pachín

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Dolores Espinosa

Capítulo 3Una navidad distinta

La estrella se enfadó un poco -muy poco, casi

nada- porque a las estrellas no les gusta nada la

idea de que alguien intente secuentrarlas -bueno, ni

a las estrellas, ni a los duendes, ni a los niños... -pero

como veía que, en realidad, el duende del gran culete

no tenía mala intención se le pasó enseguida y dijo:

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Pagotín Pereñín Pachín

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Dolores Espinosa

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Pagotín Pereñín Pachín

— Bueno, las noches son muy aburridas aquí arriba

y a mí no me importaría tener un poco de compañía

así que, si quieres, me puedes enseñar dónde está ese

árbol tuyo y yo, cada noche, bajaré hasta allí.

Pagotín Pereñín Pachín, brincó, gritó dio volteretas...

y se cayó otras dos o treves veces más haciendo que la

estrellita se partiera de risa.

Y pagotín le mostró a la pequeña estrella dónde estaba

el Bosque Más o Menos Encntado.

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Dolores Espinosa

Y la llevó hasta el gran abeto en el centro del claro que

está en el centro del bosque.

Y a la estrella le gustó. Le gustó muchísimo. Así que,

cada noche, mientras fue Navidad, la estrellita bajaba

hasta el árbol, se sentaba en lo más alto y, desde allí,

charlaba y reía con todos los habitantes del bosque.

Y lo pasó tan bien, tan bien y se hizo tan amiga de

todos que , cuando acabo la navidad, la estrella contiuó

bajando cada noche, para estar con ellos.

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Pagotín Pereñín Pachín

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Dolores Espinosa

No ha habido, no hay, ni habrá árbol de Navidad más

bonito que el abeto que, cada año, decora el duende

regordete, pelirrojo y de gran culete: Pagotín Pereñín

Pachín.

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Pagotín Pereñín Pachín

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Dolores Espinosa

Dedicatoria

Dedicatoria

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Pagotín Pereñín Pachín

PAGOTÍN PEREÑÍN PACHÍND O L O R E S E S P I N O S A

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