no mas infartos (3-4)
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CAPITULO 3
El fundamento científico del NO:
Un curso acelerado sobre los
increíbles poderes
de la molécula milagrosa
La del óxido nítrico es una de las moléculas más simples de la biología, compuesta por solamente
dos átomos, uno de nitrógeno (N) y uno de oxígeno (O). Si bien la estructura del NO es simple, se
considera en la actualidad que el NO es la molécula más significativa del cuerpo, por demás crucial
para el bienestar corporal. Estoy convencido de que el NO puede revitalizar el sistema
cardiovascular y mantenerlo en mucha mejor forma que lo que indicaría la edad cronológica del
organismo.
Durante las últimas dos décadas, mi pasión ha sido el estudio de esta minúscula molécula. Año
tras año -durante doce, catorce, dieciséis horas por día-, me obsesioné con la demostración de
dicha importancia. La conclusión obtenida es que la diferencia que existe entre salud y
enfermedad es, con frecuencia, la función del nivel de actividad de NO en el cuerpo. El NO puede,
en verdad, constituirse en una cuestión de vida o muerte. Y ahora revelaré el motivo.
¿Cuál es nuestra edad interna?
Si un paciente tiene más de cincuenta años y tiene un problema de salud relacionado con la edad –enfermedad cardiaca o diabetes, por ejemplo-, es probable que se encuentre, además, enfrentando los cambios internos que acompañan el hecho de envejecer. Cuando tenemos veinte, treinta o cuarenta años, es obvio que deseemos hacer todo lo posible para asegurar que nuestro corazón y vasos sanguíneos permanezcan bien tonificados para los años por venir. Pero, con independencia de que seamos viejos o jóvenes, no es demasiado tarde para comenzar con mi programa para revitalizar el organismo.
Manténgase atento a su salud
Siempre es importante consultar con el médico antes de iniciar cualquier programa para la salud. Cuando hable con su médico, pregúntele sobre las dos determinaciones más importantes que surgen de cualquier examen físico: el pulso y la presión sanguínea en estado de reposo. La mayor parte de los estadounidenses de más de cuarenta años no tiene idea de cuáles son su pulso y su presión sanguínea, y tampoco respecto de qué constituyen niveles altos, normales o bajos. La mayor parte de estas personas conoce al dedillo cuál es su peso, pero no están tan al tanto de cifras que constituyen cuestiones de vida o muerte.
Números vitales que usted debe conocer Un pulso normal en estado de reposo (que representa la cantidad de veces que el corazón late por minuto) es de entre 65 y 75 latidos. Se considera que la presión sanguínea es normal cuando es de aproximadamente 125/80, si bien un artículo publicado en el número de septiembre de 2003 del Journal of the American Medical Association la redefinió en 115/75 al citar investigaciones que muestran que puede desencadenarse daño arterial ya con este nivel de presión sanguínea.
Óxido nítrico: la maravillosa droga
cardiovascular natural del cuerpo
Tal vez el lector se dé cuenta de que, al hablar con su médico sobre estas determinaciones, es
preciso hacer descender la presión sanguínea y el pulso, y tonificar los vasos mediante la
reducción de la contracción para, así, posibilitar que la sangre fluya rítmicamente a cada célula del
cuerpo. La tarea parece menos abrumadora si comprendemos las propiedades restauradoras del
NO, que se produce en las arterias. El NO ayuda a preserva la elasticidad de todos los vasos,
porque es “una molécula señaladora” que indica a los vasos sanguíneos cuándo deben
incrementar su ancho, o sea, dilatarse.
La reparación del daño provocado por la enfermedad cardiovascular, sin acudir a cirugías riesgosas
y, con frecuencia, nada efectivas, ha sido considerada imposible durante un largo tiempo. Se me
otorgó el premio Nobel en Medicina por señalar que dicho razonamiento era obsoleto. Ahora
sabemos que podemos revertir el daño cardiovascular de manera natural, gracias a la “droga
mágica” que el cuerpo humano manufactura en su interior, el óxido nítrico.
El NO cambia los roles “Tengo tres hijos de menos de cuatros años. Las multivitaminas me ayudaron a seguirles el ritmo; pero, desde que potencié mis niveles de NO,¡son ellos los que tienen que seguirme el paso a mí!” Elaine, 31 años, Nueva Jersey
El NO es una poderos molécula señaladora que se encuentra presente en los sistemas cardiovascular y nervioso, así como en todo el organismo. El NO penetra en las membranas y envía mensajes específicos, señales biológicas, que regulan la actividad celular y dan instrucciones al cuerpo para que realice ciertas funciones. El NO influye en el funcionamiento de prácticamente todos los órganos corporales: los pulmones, el hígado, los riñones, el estómago, los genitales y, por cierto, el corazón. Entre sus muchos deberes vitales, el NO cumple un rol como vasodilatador, lo cual significa que ayuda a controlar el flujo sanguíneo a cada sector del cuerpo. El NO relaja y agranda los vasos sanguíneos, con lo cual asegura que la sangre pueda nutrir con toda eficiencia al corazón. El NO también trabaja para evitar la formación de coágulos de sangre (trombos), que constituyen el factor desencadenante de accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón, además de regular la presión sanguínea.
Otro papel clave del NO es lentificar la acumulación de placa aterosclerótica en los vasos sanguíneos. Recordemos que la placa es una acumulación, en las arterias coronarias, de grasas de colesterol que endurece las arterias, las angosta y hasta las bloquea, con lo cual se reduce la provisión de sangre al corazón. En mis investigaciones, sugiero enfáticamente que, mediante la capitalización de esta capacidad para combatir la placa aterosclerótica, la terapia con NO puede ayudar a que disminuya el colesterol, al facilitar de manera sinérgica las acciones de las estatinas habitualmente prescritas, como Lipitor y Mevacor. Surge con claridad que la terapia con NO no sólo es segura cuando se la combina con las estatinas, sino que también aumenta el efecto de las drogas, porque uno de los importantes mecanismos de estos fármacos es el de incrementar y mantener la producción del NO. La terapia con NO cumple la misma función, sólo que de manera natural. El sistema inmune emplea el NO para mantener a raya bacterias infecciosas, virus y parásitos, e incluso para reducir la proliferación de cierto tipos de células cancerosas. En personas con diabetes moderada a severa, el NO puede evitar muchas complicaciones habituales y serias, en particular las asociadas con el flujo sanguíneo irregular. El NO es crucial para la memoria, debido a que el cerebro lo emplea para almacenar y recuperar recuerdos de largo plazo, y también para transmitir información. En la actualidad, estamos investigando el importante rol que el NO puede desempeñar en la prevención de la enfermedad de Alzheimer. En su calidad de antiinflamatorio, se estudia el NO por su presunto papel en la reducción de la inflamación y las molestias que produce la artritis. El NO también puede protegernos de la úlcera de estómago, al mantener el flujo normal de sangre al revestimiento mucoso del sistema gastrointestinal. Como neurotransmisor, el NO incrementa el flujo sanguíneo a los genitales, y por ellos juega un rol importante en el funcionamiento sexual normal. Mis descubrimientos en esta área condujeron al desarrollo del Viagra. El NO es un poderoso antioxidante, ya que desactiva los llamados “radicales libres” del oxígeno en el cuerpo, que pueden contribuir a los cuatro principales motivos de muertes en Estados Unidos: El cáncer, la diabetes, las enfermedades del corazón y el accidente cerebrovascular. Todo parece indicar que los usos del óxido nítrico en el organismo son ilimitados. La cantidad de roles cruciales identificados respecto de esta singular molécula se han incrementado de manera sostenida con las nuevas y numerosas investigaciones científicas sobre el NO. En los capítulos siguientes, mencionaremos los muchos usos del NO pero, en este punto, mi interés es que se comprenda la amplitud de su importancia para casi todos los aspectos del funcionamiento corporal.
La producción de NO en el endotelio
El cuerpo mismo constituye la fuente óptima de producción de NO. La fabricación de NO tiene
lugar principalmente en el endotelio que, según se ha dicho, es la capa de células que reviste la
superficie interior de los vasos sanguíneos. El tejido endotelial, que separa la sangre de los
músculos lisos de las paredes de los vasos, tiene una delgadez y una fragilidad extraordinarias.
Cuando el endotelio se encuentra bien nutrido, se genera NO a niveles óptimos y la sangre fluye
sin impedimentos, con lo cual se nutre el corazón y todos los demás órganos. Durante el ejercicio
vigoroso, e incluso durante ciertos procesos fisiológicos rutinarios, como la digestión, en que se
necesita mayor cantidad de sangre, es función del NO proveerlo. Cuando el cuerpo se encuentra
en reposo, el nivel de NO es menor, y este fenómeno reduce el flujo de la sangre.
Debido a que el tejido endotelial es sólo una capa celular única, podríamos estar tentados a pensar
que no existe gran margen de error cuando se trata de mantenerlo saludable. Si bien el endotelio
constituye una delgadísima línea demarcatoria entre la sangre y los tejidos, no cabe duda de que
es uno de los trabajadores más incansables del cuerpo. Productivo y de rendimientos superiores a
los esperados, el tejido endotelial es responsable de mantener el suministros de NO al cuerpo. Con
la ayuda de una enzima llamada NO sintasa endotelial, las células endoteliales funcionan como
una planta de energía donde se fabrica y moviliza el NO, un recurso renovable esencial para la
buena salud.
Sólo son necesarias cantidades pequeñas de NO para aprovechar sus poderosas funciones
terapéuticas, pero el organismo de la mayor parte de las personas no genera lo suficiente para
mantener el buen trabajo del sistema cardiovascular. La subproducción de NO se produce cuando
el tejido endotelial se encuentra dañado por la edad, por un estilo de vida perjudicial para la salud,
por enfermedades, por un medio ambiente tóxico o por propensión genética; en consecuencia, la
producción de NO se ve disminuida. El cuerpo se torna vulnerable a prácticamente todas las
principales enfermedades.
En este libro, nos concentramos en la enfermedad cardiovascular y , en especial, en las formas en
las cuales una deficiencia de NO puede contribuir al padecimiento de más de sesenta y dos
millones de estadounidenses que sufren de presión alta elevada, aterosclerosis, enfermedad
coronaria, presión sanguínea alta, insuficiencia cardiaca o accidente cerebrovascular. Ante
cualquier deficiencia de NO, sabemos ahora que puede compensarse con una dieta que promueva
la producción de NO, un programa de suplementos y ejercicio moderado.
Cerremos la puerta a la
enfermedad cardiovascular
A lo largo de la vida, el endotelio puede dañarse debido a un estilo de vida perjudicial y las toxinas
ambientales, así como al desgaste rutinario que acompaña el proceso de envejecimiento. Cuando
esto sucede, la planta interna de energía puede producir menos NO –o no producirlo- en las
regiones lesionadas, lo cual nos deja en una situación de vulnerabilidad respecto de la enfermedad
cardiovascular.
Pese a lo resilientes que son las células endoteliales, son variadas las afecciones a la salud que
pueden sabotear su bienestar; esta situación, a su vez, puede afectar la capacidad del cuerpo para
producir NO. Si, por ejemplo, se padece de presión sanguínea moderada a severamente alta,
durante varios años, es probable que la exigencia planteada a los vasos sanguíneos pueda ya
haber infligido su castigo sobre el endotelio y haber provocado daños en sitios críticos como el
corazón y el cerebro. Agréguese a esta situación otros enormes factores de riesgo para el daño del
endotelio -niveles altos de colesterol y de glucosa en sangre, tabaquismo y una dieta constante de
grasas saturadas que elevan el colesterol-, y es posible que el endotelio pase un muy mal rato.
“¡Soy un gran entusiasta del NO!”
“Mi padre falleció por enfermedad coronaria a los cincuenta y ocho años. Yo deseo vivir más que
eso, por mis hijos. Tengo gran fe en los suplementos potenciadores con NO, junto con una buena
dieta y rutinas de ejercicios cotidianos. He notado varios efectos positivos, además de los
beneficios a largo lazo para la salud; por un lado, duermo muchos mejor. Hace poco que comencé
a tomar los suplementos antes de hacer ejercicios, y me doy cuenta de que tengo más energía y
un ritmo cardiaco más suave cuando hago gimnasia. Para finalizar, he notado una enorme
diferencia en mi estabilidad para respirar. Soy un alérgico que trabaja en exteriores. La terapia con
NO me permite llenar mis pulmones de aire fresco con mucha más facilidad que antes”
Wayne, 38 años, Oregon
Compartir la riqueza
Mi vida como investigador siempre presentó desafíos y, con frecuencia, motivos de gran júbilo.
Con el apoyo de estudiantes graduados, colegas del doctorado, científicos invitados, colegas
médicos, asistentes técnicos y colaboradores de investigación que tengo a mi lado, con frecuencia
llego a las cinco de la mañana y trabajo hasta bien entrada la noche, motivado por la excitación del
descubrimiento -esos momentos en que gritamos “¡Eureka!”- que acompaña los estudios
innovadores. He escrito NO más infartos con la esperanza y en la creencia de que las mujeres y los
hombres de todo el mundo puedan cosechar los invalorables beneficios para la salud de mis más
de dos décadas de investigación, a fin de disfrutar vidas más largas y productivas, para ellos y para
sus seres queridos.
Cuestiones centrales
Antes de continuar, me permito repasar lo que hemos aprendido en este capítulo
El NO es una de las moléculas más significativas del cuerpo
El NO influye en el funcionamiento de prácticamente todos los órganos humanos, desde el
corazón hasta los pulmones y el estómago
El NO logra relajar los vasos sanguíneos, reduce la presión sanguínea y hace descender el
riego de padecer un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular
Niveles adecuados de NO pueden desempeñar un papel en la prevención de las
complicaciones de la diabetes, la enfermedad de Alzheimer, la disfunción eréctil, la artritis,
las infecciones y las úlceras.
CAPITULO 4
El papel que desempeña
el óxido nítrico en los cuatro
procesos corporales esenciales
El cuerpo cuenta con cuatro procesos corporales esenciales: el tono vascular, la coagulación, la
inflamación y la oxidación. Cada uno de estos procesos desempeña un papel tanto positivo como
negativo en el cuerpo, según la forma en que se produzcan. En este capítulo se explicará la forma
en que la terapia con óxido nítrico puede marcar una diferencia vital para la salud al resaltar la
parte positiva y erradicar la negativa de cada uno de ellos.
El tono vascular: basta De presión sanguínea alta
La parte positiva del tono vascular
¿Qué sucedería si el tejido muscular liso de los vasos sanguíneos no tuviera la capacidad de
contraerse y de dilatarse? No abría forma de regular el flujo sanguíneo. Recordemos que la
presión sanguínea sistólica es la fuerza de las paredes arteriales, conforme late el corazón o se
contrae, para bombear la sangre hacia afuera. Por otro lado, la presión diastólica constituye la
fuerza ejercida sobre las paredes cuando el corazón se relaja entre latido y latido, se llena con
sangre, y se prepara para convertirse en sistólica y comenzar a latir. Sin el suficiente tono vascular,
que da a los vasos la capacidad de contraerse y de dilatarse, nuestra sangre no podría circular.
La parte negativa del tono vascular y la contracción Si la presión sanguínea es alta, este factor indica que los vasos sanguíneos están contraídos o que hay bloqueos. Si la sangre no fluye libremente, tarde o temprano las células endoteliales sufrirán un daño importante. Una vez que se ve afectada la producción de NO, el riesgo de ataque al corazón y de accidente cerebrovascular se incrementa en gran medida.
El NO al rescate
Al mejorar el libre flujo de sangre por todo el cuerpo, el NO protege el tejido muscular liso de los
vasos sanguíneos de la contracción dañina, dado que contribuye a la salud del endotelio. El
resultado es: ya no más presión sanguínea alta.
Coagulación: basta de trombos
¿De qué manera evita el NO que se produzcan coágulos en el torrente sanguíneo? Opera un
proceso diferente que el que se asocia con el descenso de la presión sanguínea. El NO aprovecha
su capacidad de interferir con la principal causa del accidente cerebrovascular, que es la
agrupación (coagulación) de plaquetas, cuerpos minúsculos con forma de disco, conformados por
fragmentos de células que son responsables de la coagulación en el torrente sanguíneo.
La parte positiva de la coagulación En las circunstancias adecuadas, la coagulación constituye un proceso corporal esencial. Un corte o una punción en una mano, no sólo daña la piel sino, también, los vasos sanguíneos subyacentes. Cuando comienza el sangrado, el mecanismo corporal de la coagulación comienza a operar. Las plaquetas se congregan de inmediato y comienzan a adherirse unas a otras, con lo cual se contiene el flujo sanguíneo al formarse un sello que tapona la filtración y, finalmente, forma una cicatriz.
La parte negativa de la coagulación Si los vasos sanguíneos han sufrido un daño -tal vez porque se ha acumulado placa en las paredes de las arterias-, las plaquetas pueden comenzar a arracimarse dentro de torrente sanguíneo en el lugar de la lesión. Si se forma un trombo o coágulo sanguíneo en la zona y se libera, llegará a bloquear o interferir con el flujo sanguíneo; y este mecanismo puede desencadenar, potencialmente, un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular. Cuando se produce un coágulo en las arterias coronarias, este fenómeno se denomina trombosis coronaria; cuando es un vaso sanguíneo que conduce hacia el cerebro o se interna en él, se trata de una trombosis cerebral.
El NO al rescate
Al mantener un bombeo de sangre uniforme por todo el sistema vascular, el NO mantiene los
vasos y las arterias en un nivel óptimo de limpieza. Recordemos que los vasos y las arterias
enfermos actúan como velcro, ya que atraen y se adhieren a materiales extraños peligrosos,
mientras que una red vascular apoyada por el NO actúa como teflón, haciendo deslizar la placa y
las plaquetas, impidiendo que los coágulos se expandan o que, directamente, se formen.
Inflamación: basta de aterosclerosis
A continuación, nos concentraremos en otra enfermedad cardiovascular principal: la
aterosclerosis. La aterosclerosis se presenta como un proceso gradual y dinámico de inflamación;
la placa se forma en un periodo de muchos años. El NO puede intervenir en los estadios
tempranos del proceso, al evitar el engrosamiento de las paredes de las arterias y la acumulación
de material graso.
La parte positiva de la inflamación
A niveles controlados, la inflamación no siempre es mala, sino que entraña una forma importante
de defensa del cuerpo contra infecciones. Al igual que un poderoso ejército que marcha hacia la
batalla para defender a su país, el sistema inmune o de defensa puede montar un ataque de tal
fuerza que aplaste el intento de los invasores extranjeros de desencadenar infecciones y
enfermedades.
La parte negativa de la inflamación
Cuando este proceso inflamatorio se torna crónico e involucra las arterias, puede contribuir al
desarrollo de enfermedades como la aterosclerosis. Las células que normalmente operan en la
eliminación de bacterias pueden volverse en contra. Cuando tiene lugar la inflamación en los vasos
sanguíneos, se trata de un proceso que debe interrumpirse.
El NO al rescate
Específicamente, aquí se encuentra la razón por la cual es tan importante contar con niveles
suficientes de NO para evitar la aterosclerosis. Si las células endoteliales situadas en la superficie
interna de los vasos sanguíneos se encuentran dañadas en cualquier forma, otros tipos de células
sanguíneas, los monocitos y los leucocitos, pueden precipitarse en las paredes de los vasos,
acumularse e incrustarse en la capa muscular lisa. Una vez que se concretó la invasión, estas
células liberan sustancias químicas llamadas mediadores inflamatorios, que desencadenan la
inflamación del músculo liso, inician el proceso aterosclerótico de formación de placa y dan como
resultado un bloqueo en el flujo sanguíneo.
Una vez que se forma la placa en las arterias, es mucho más difícil revertir el daño que evitarlo.
Aun así, las estrategias que presenta este libro pueden, al menos, detener o lentificar el avance. Si
la idea es la prevención, el NO puede desempeñar una papel crucial. Luego de que las placas hayan
provocado un daño en las arterias, pueden crecer, fragilizarse y liberarse; luego, se alojarán en el
cerebro o en las arterias coronarias, y desencadenarán un accidente cerebrovascular o un ataque
al corazón.
Al mismo tiempo, la placa puede perjudicar la capacidad del endotelio de producir NO, con lo cual
se incrementa la probabilidad de que se forme aún más placa. Se trata de un círculo vicioso que
puede poner en riesgo la vida. Es importante evitar toda formación de placas, con la ayuda del NO.
En realidad, puede que no haya una mejor forma de mantener las arterias limpias y flexibles que
maximizar la producción interna de NO.
Nunca es demasiado tarde
El padre de Sherry, de 72 años de edad, de Denver, sufre de endurecimiento arterial. “Ya ha
perdido una pierna debido a esta afección, y se enfrentó a la posibilidad de perder la otra debido a
la inflamación y el dolor constantes. Luego de cinco días con la terapia de NO, la inflamación se
redujo a la mitad, y apenas sentía algún dolor”
La oxidación: basta de estrés oxidativo
Los investigadores en materia cardiovascular concentran su atención cada vez más en el llamado
“estrés oxidativo”. Por cierto, el oxígeno es necesario para la vida misma, es crucial para todos los
procesos, desde la respiración hasta la continuidad de los latidos del corazón. Cuando el cuerpo
emplea oxígeno, genera subproductos a través del proceso de oxidación, que pueden ser
beneficiosos o desastrosos.
La parte positiva de la oxidación
En ausencia de este proceso, nuestras células no podrían quemar la glucosa, que nos brinda
energía.
La parte negativa de la oxidación
Los subproductos de la oxidación en el cuerpo se denominan radicales “libres” del oxígeno. Los
radicales libres pueden generar un desastre al neutralizar al NO, con lo cual contribuirán no sólo a
la enfermedad cardiovascular sino, también, a los signos del proceso de envejecimiento, desde
arrugas en la piel hasta huesos débiles.
En los capítulos siguientes, se comentará con mayor detalle el estrés oxidativo, cundo se toque
este tema en el régimen “Dígale sí al NO”. Pero, por ahora, tenemos datos importantes para tener
en cuenta, en particular respecto del rol del NO en la interrupción de este trastorno.
A fin de lograr una imagen más clara de los radicales libre del oxígeno, imaginemos un automóvil
que quema nafta para obtener energía y, en este proceso, genera gases de combustión con
contaminantes peligrosos que ennegrecen el cielo. De una forma muy similar, el cuerpo depende
del oxígeno para conseguir energía pero, conforme se consume esta energía, genera sus propios
subproductos de la “combustión”; es decir, los radicales libres.
Si bien la oxidación está asociada con procesos bioquímicos rutinarios del cuerpo, estos radicales
libres se forman, a veces, en exceso. Cuando dicho fenómeno tiene lugar, este estrés oxidativo se
transforma en perjudicial para el bienestar corporal, debido a que daña las células y los tejidos
sanos, incluso los de las arterias. Los radicales libres pueden dañar el endotelio. Por ejemplo,
cuando el “colesterol malo” (o LDL) se oxida, se ve químicamente alterado de manera tal que
permiten que se infiltre en las paredes arteriales y provoque un serio daño en las células
endoteliales. Si bien estas células pueden repararse hasta cierto punto, el estrés oxidativo
constante puede sabotear la oportunidad de una autorreparación significativa.
El NO al rescate
El NO puede minimizar el estrés oxidativo que contribuye a la enfermedad cardiovascular. Existe
un factor complicante pero, por cierto, no es insuperable. Cuando se presentan radicales libres en
grandes cantidades, éstos intentan dominar y desarmar al NO producido por el cuerpo, antes de
que él pueda tomar control de la situación. Cuando el cuerpo se encuentra en estado de estrés
oxidativo, es probable que se cuente con mucho menos NO que la cantidad normal. Los
antioxidantes pueden ser de ayuda, ya que actúan como carroñeros del cuerpo: buscan los
radicales libres y los neutralizan antes de que puedan provocar gran daño. Muchos de los
suplementos mencionados en “Dígale sí al NO” son antioxidantes que pueden destruir los
radicales libres de los vasos sanguíneos y de todo el organismo.
Mejor prevenir
Ethan, un corredor de bolsa de Chicago, de 29 años y gran vitalidad, cuida su salud, lo cual incluye
hacer ejercicios cinco días a la semana. Se encuentra en óptimo estado físico pero, pese a ello,
abriga dudas respecto de su salud, debido a que ambas ramas de su familia presentan problemas
cardiovasculares. Su padre, Gerald, acaba de sufrir un ataque al corazón de mediana intensidad, a
la relativamente joven edad de 55 años. Ethan a seguido la historia del óxido nítrico, desde el
premio Nobel, y se encuentra intrigado. Ha buscado en internet y encontrado un suplemento
formulado en especial para incrementar la producción de NO en el cuerpo; ha ordenado uno para
su padre. Los resultados han sido asombrosos.
En cuestión de semanas, la presión sanguínea de Gerald se aproximó a lo normal, y bajó su nivel
de colesterol. Además, comenzó a dormir mejor y a recuperarse de manera notable, por su
rapidez, del ataque al corazón. “Jamás dejaré de tomarlo -comenta Gerald-. En verdad, me ha
salvado la vida.” Tal como lo hizo su padre, Ethan ha comenzado a tomar el suplemento como
medida preventiva, y afirma que, luego de un par de meses de hacerlo, tiene el doble de energía
que la que solía tener y rinde más en la mitad del tiempo que antes de tomar los suplementos
potenciadores del NO.
Los lugares de trabajo del NO: Más allá del endotelio
Al mismo tiempo que las células endoteliales vasculares generan NO, otros lugares de trabajo del
cuerpo también cumplen esta función. Si bien el endotelio es la fábrica principal del NO, ciertos
tipos de células nerviosas también pueden producirlo. Por ejemplo, cuando los nervios del tejido
eréctil del pene se ven estimulados, activan la NO sintasa neuronal que, de inmediato, genera NO,
y que, acto seguido, ingresa al músculo liso del pene y provoca que se relaje. Cuando se produce
esta relajación, el pene puede alojar más sangre que, a la vez, produce una erección. Mi
investigación en esta área fundó las bases del desarrollo del Viagra.
El NO también es producido por las células nerviosas del cerebro y de los pulmones. Cuando los
nervios de los pulmones liberan NO, la presencia de esta molécula puede provocar la dilatación de
vías aéreas, proceso que se denomina “broncodilatación”. En el cerebro, el NO se genera en las
regiones asociadas con el mejoramiento de la memoria y el aprendizaje, así como las influencias y
las modificaciones de la conducta.
El NO se produce en otro lugar importante: los glóbulos blancos. Estas células se presentan en
varios tamaños y formas, y constituyen la columna vertebral del sistema inmunológico del cuerpo.
Estas células se encuentran en cantidades que exceden los 1.000 millones en un hombre o mujer
tipo, y pueden destruir la mayor parte de los invasores externos, sean bacterias, virus o parásitos.
Como parte de este sistema de defensa, los glóbulos blancos producen NO en cantidades tan
grandes, que pueden ayudar a dominar a los microrganismos atacantes.
El NO puede influir de manera positiva en muchas otras enfermedades y trastornos, desde cáncer
a problemas digestivos, desde tuberculosis a dificultades de aprendizaje. Dado que el NO actúa
como una molécula señaladora en todo el sistema nervioso, comunica mensajes que afectan el
corazón, los pulmones, los riñones, el estómago, el cerebro y los genitales, entre otros órganos. En
verdad, no debe haber desorden en el cuerpo en el cual el NO desempeñe un papel protector. Si
bien el NO tiene un periodo de duración muy breve, el organismo produce siempre más NO
gracias a las células endoteliales sanas.
En los capítulos siguientes, alentaré a mis lectores a adoptar las simples pero probadas
modificaciones en su estilo de vida, que pueden transformar su salud. Los cambios en la dieta, los
suplementos y el régimen de ejercicios no son complicados, pero potenciarán de manera
significativa la producción natura de NO en el cuerpo, sin riesgos desde el punto de vista médico.
Nuestra mayor comprensión del NO, que ha dado como resultado mi programa “Dígale sí al NO”,
es uno de los avances más importantes de la medicina en los últimos años. Ahora, los lectores
tienen la oportunidad de aprovechar todo lo que hemos aprendido sobre ello y recoger sus
beneficios.
Cuestiones centrales
Antes de continuar, me permito sintetizar lo que hemos aprendido en este capítulo.
Las células endoteliales son los animales de trabajo del sistema cardiovascular, ya que
manufacturan el NO que nos protege de muchas enfermedades habituales. Al controlar el
flujo de la sangre, ayudan a regular la presión sanguínea.
Una vez que se forma placa en las arterias, es difícil revertir el daño. Por ello, la prevención
es clave, y el NO puede desempeñar un papel importante en el control de la cantidad de
placas.
Al interferir con el aglutinamiento de plaquetas, el NO minimiza el riesgo de sufrir
accidentes cardiovasculares.
El “estrés oxidativo” puede contribuir a la aparición de enfermedades cardiovasculares,
pero el daño causado por los radicales libres del oxígeno pueden reducirse con una
elección adecuada de suplementos.
Es posible reparar el funcionamiento de las células endoteliales lesionadas mediante una
selección de suplementos aminoácidos y antioxidantes que estimulen la producción de
NO.
No sólo las células endoteliales producen NO en los vasos sanguíneos, sino que también lo
hacen las células nerviosas y los glóbulos blancos.
Nota de Vicente Escobar. Si después de leer esta información está usted interesado/a en un precursor del Oxido Nítrico por favor póngase en contacto conmigo al teléfono 6295-2508 o a mi celular 555-405-8956.
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