mus lea · 2014-02-22 · atribución de cada pieza. la paternidad ... al hablar de la habanera ......

Post on 30-Sep-2018

219 Views

Category:

Documents

0 Downloads

Preview:

Click to see full reader

TRANSCRIPT

UNIVERSIDAD DE MEXICO 29

Por Jesús BAL Y GAY

La autocrítica de los compositores

MUS leA

Es cierto que a los compositores se l~s

conoce por sus obras; pero ese conoCi­miento puede profundizarse con lo qu~

ellos mismos dicen de ellas. Sus autocn­ticas arrojan más luz sobre sí mismos quesobre su música. El tono en que un com­positor hable de una obra suya es siem­pre revelador de su mentalidad y de sucon textura moral.

En contraste con las críticas y análisisque hacen los music~graf?s, casi siempr~propens~s a ,l~ fantasla mas ~ ~nenos poe­tica o hlosohca, las autocntIcas de loscompositores suelen ceñirse de modosobremanera objetivo a lo puramentemusical. Por eso constituyen una decep­ción para los aficionados que la~ buscanesperando hallar en ellas revelaclOne~ ex­traordinarias. Esto parece contradeCir loque afirmé arriba, pero no lo c?ntradice,ni mucho menos. Las revelaCiones quemuchos esperan hallar en las autocríti­cas de los compositores son de orden ín­timo, de esas que se refieren a lo afectivoo al mecanismo de lo que, en lo másprofundo del alma, determina el. ser d~una obra. Puede que el compositor depor supuesto como de índole inefable elproceso que, partiendo de eso que llal~a­

mas "inspiración", conduce a la creaC:lOnmusical; el caso es que no suele aludir aél, ni mucho menos trata de explicarloen sus autocríticas. En cuanto a lo afec­tivo, también es frecuente que el com­positor guarde un di.screto silencio. Y,parejamente a la senCIllez con que sueleexponer las intenciones y el ser de cadaobra suya, no es raro que hable con .mo­destia de su capacidad como compositor.De Bach a Ravel, lo ,de "esto que yohice lo podría hacer cualquier otro mú­sico que se tomase el trabajo que yo metomé", es un estribillo bastante [recuenteen la historia de la música.

Ejemplo de todo eso fue Maurice Ra­vel. Cada vez que tuvo que aludir a algu­na obra suya lo hizo con la mayor dis­creción y yendo al grano, como sueledecirse.

Con respecto a su Pavana para una in­fanta difunta, obra primeriza, escribióen 1912, es decir, cuando ya tenía en suhaber Juegos de agua, el Cuarteto en Fa,Espejos, la Sonatina, Historias naturales,Rapsodia espaiiola, La hora espaiiola,La madre Oca, Gaspard de la Nuit, losValses nobles y sentimentales y Dafnis yCloe: "No me molesta hablar de ella,pues es lo bastante antigua para que ladistancia la haga pasar del compositoral crítico. De tan lejos, no veo ya suscualidades. Pero ¡ay! percibo demasiadobien sus defectos: la influencia de Cha­brier, demasiado flagrante, y la forma,bastante póbre. La interpretación nota­ble de esta obra incompleta y falta deaudacia contribuyó mucho, creo yo, a suéxito." Y en cuanto al motivo inspiradorde la obra, Roland-Manuel nos dice queel compositor solía echar por tierra lasfantasías de muchas jovencitas y muchosliteratos, con esta afirmación: "Al juntarlas palabras que componen el título, no

pensé méís que en el placer de hacer unaaliteración." (Ravel ciento por ciento.)

De una obra de música pura, como esel Cual-teto en Fa, no va a expresarse,claro está, en términos que no sean es­trictamente musicales. Pero, ademéís, laobjetivida~l, patente en su juicio de laPavana, volverá a aparecer ahora paraautorizarle a decir esto: "Mi Cuarteto enFa responde a una voluntad de construc­ción musical imperfectamente realizada,sin duda, pero que aparece mucho másclara que en mis composiciones ante­riores."

El tono de esas dos autocríticas podríainterpretarse como el de un hombre ex­cesivamente modesto, o tan afanoso deperfección que no viese en su música másque los defectos. Pero con motivo delos Juep-o~ de agua, le escribió lo siguien­te a Pierre Lalo, que demuestra hastaqué punto Ravel tenía conciencia clarade lo que hacía y de lo bueno y originalque había en ello: "Se extiende ustedbastan te acerca de una escri tura pianís­tica bastante especial y cuya invenciónatribuye usted a Debussy. Ahora bien,los Juegos de agua aparecieron a prin­ci pios de 1902, cuando no había de De­bussy más que las tres piezas Para elpiano, obras por las que tengo -no ne­cesito decírselo- una admiración apa­sionada, pero que, desde el punto devista puramente pianístico, no aporta­ban nada de verdaderamente nuevo."

Pero las novedades de escritura quehabía en Juegos de agua no habrían deconvertirse en una prisión para el estilode su autor. Cuando está proyectandoEspejos confiesa a sus amigos: "Me gus­taría mucho hacer algo que me liberasede los Juegos de agua." Y cuando aque­llas piezas se hallan concluidas, declara:"Los Espejos forman un cuaderno depiezas para piano que marcan en mievolución armónica un cambio lo bas­tante considerable para desconcertar alos músicos más acostumbrados hasta en­tonces a mi manera. El primero en fechay más típico de todos es, a mi juicio, elsegundo del cuaderno: los Pájaros tris­tes. Evoco ahí a pájaros perdidos en eltorpor de un bosque muy sombrío a lahora más cálida del verano."

Acerca de los Valses nobles y sentimen­tales no quiere decirnos más que ~s~o:

"El título indica suficientemente mI 111­

tención de componer una tanda de val­ses según el ejemplo de Schubert. Alvirtuosismo que constituía el fondo deGaspard de la Nuit sucede una escrituranetamente más clarificada, que endurecela armonía y acusa los relieves." E in­directamente hará hincapié en la nove­dad de esa escritura con esta noticia:"Los Valses fueron ejecutados por pri­mera vez, entre protestas y abucheos, enel concierto sin nombres de autores dela S. M. 1. Los oyentes votaban por laatribución de cada pieza. La paternidadde los Valses me fue reconocida por unadébil mayoría."

Recordará el lector cómo trató Ravelsu Pavana y cómo en ella vio una exce-

siva influencia de Chabrier. Pero ahoraveremos que no renegaba de tal influen:cia, sino del grado excesivo en que podíamanifestarse. Al hablar de la Habanerapara piano -que luego, orquestada, for­mará parte de la Rapsodia española­dice así: "En 1895 escribí las primerasobras publicadas: el Minueto antiguo yla Habanera para piano. Estimo que estaobra contiene en germen varios elemen­tos que habían de predominar en miscomposiciones ulteriores y que la in­fluencia de Chabrier (por ejemplo, laCanción para Juana) me había ayudadoa precisar."

Aun en aquellos casos en que se tratade música de inspiración literaria, Ravelapenas rebasa en su autocrítica la fron­tera de lo estrictamente musical. Así,por ejemplo, cuando habla de los Trespoemas de Mal/armé: "Quise transponeren música la poesía mallarmeana, y par­ticularmente ese preciosismo lleno dehondura que es tan propio de Mallar­mé." Y al referirse a la tercera de esaspiezas, añade: "Sll1"gi de la Croupe et duBond es el más extraño, si no el máshermético, de sus sonetos [de MallarméJ.Para esta obra tomé más o menos el apa­rato instrumental del PielTot lunaire deSchoenberg." Es todo.

Algo análogo sucede con las Cancionesmalgaches. A la hora de hacer la auto­crítica de esa música extraíia, llena deuna pasión contenida, inspirada en losversos de Parny, el poeta al que Vol­taire llamó "Mi querido Tibulo", Ravelno pierde su objetividad: "Las Chansonsmadécasses -escribe- me parece queaportan un elemento nuevo, dramático,erótico incluso, que el tema mismo delas Canciones de Parny introducen. Esuna especie de cuarteto, en el que la voztiene el papel de instrumento principal.En él domina la sencillez y se afirma lai.ndependencia de las voces, que se halla­rá más acusada en la Sonata para violín)' piano", obra de la cual se expresaráen los siguientes términos, que retratande cuerpo entero la actitud del compo­sitor ante la realidad de la materia so­nora: "Aquí se afirma la independenciade las voces; al escribir una sonata paraviolín y piano, instrumentos incompati­bles y que, lejos de equilibrar sus con­trastes, acusan aquí esa misma incom­patibilidad, me impuse a mí mismo esaindependencia de las voces."

Y para concluir con estos ejemplos ra­"elianos de autocrítica musical, citaré loque el compositor escribió sobre Dafnisy C loe: "Dafnis y Cloe -dice-, sinfoníacoreográfica en tres partes, me fue encar­gada por el director de la compañía delos ballets rusos. Mi intención al escri­birla fue componer un vasto fresco mu­sical, menos cuidadoso de arcaísmo quede fidelidad a la Grecia de mis sueños,que de bastante buen grado se emparen­ta con la que imaginaron y pintaron losartistas franceses de fines del siglo XVIlI.

La obra está construida sinfónicamente,según un plan tonal muy riguroso, pormedio de un corto número de motivoscuyos desarrollos aseguran la homoge­neidad de la obra."

Tal es, en fin, el estilo autocrítico queadopta uno de los compositores contem­poráneos más personales y clarividentes.El aficionado que soñó con cosas miste­riosas y ultramusicales al escuchar lasobras de Ravel aquí mencionadas, diráque todo eso es bien poco. Ravel le ha­bría respondido que eso es todo.

top related