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MÁSTER
PROFESIONAL
EN ALTO
RENDIMIENTO DEPORTES DE EQUIPO
2
MASTER DE ALTO RENDIMIENTO EN
DEPORTES COLECTIVOS
MODULO:
ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA EN LOS
DEPORTES COLECTIVOS
Dr. Joan Solé Fortó
3
INDICE
INTRODUCCION
CAPITULO 1: CONTEXTUALIZACIÓN
1.0. La resistencia en los deportes colectivos: definición.
1.1. Manifestaciones de la resistencia: clasificación.
1.1.1. La resistencia genérica.
1.1.2. La resistencia específica.
1.1.2.1. La resistencia en la técnica.
1.1.2.2. La resistencia en la toma de decisiones.
1.1.2.3. La resistencia de juego.
1.2. Objetivos del entrenamiento de la resistencia en los deportes de
equipo.
1.3. Metodologías para el entrenamiento de la resistencia.
1.3.1. Peculiaridades de la metodología tradicional.
1.3.1.1. Efectividad de la metodología tradicional en los deportes
colectivos.
1.3.2. Peculiaridades de la metodología integrada.
1.3.2.1. El ritmo de juego como indicador de la intensidad.
1.3.2.2. Efectividad de la metodología integrada en los deportes
colectivos.
1.3.2.3. Comparación de la efectividad entre metodologías.
4
CAPITULO 2: METODOS DE ENTRENAMIENTO.
2.0. Introducción.
2.1. La metodología tradicional y sus métodos de entrenamiento.
2.1.1 Método continuo.
2.1.2. Método fraccionado.
2.1.2.1. Componentes de método fraccionado.
2.1.2.2. Formas de aplicación del método fraccionado.
2.1.2.3. Tipos de fraccionados.
2.1.2.3a. El método interválico. 2.1.2.3b. El método intermitente. 2.1.2.3c. El método repeticiones.
2.1.3. Método control.
2.2. La metodología integrada y sus métodos de entrenamiento.
2.2.1. Método iterativo.
2.2.1.1. Iterativo continuo.
2.2.1.1a.Iterativo continuo orientado a la capacidad. 2.2.1.1b.Iterativo continuo orientado a la potencia.
2.2.1.2. Iterativo fraccionado.
2.2.1.2a.Iterativo fraccionado orientado a la capacidad.
2.2.1.2b. Iterativo fraccionado orientado a la potencia.
2.2.1.3. Aplicaciones prácticas del método iterativo.
2.2.2. Método continuo variable.
2.2.3. Método control.
2.3. Métodos y sus niveles de especificidad.
5
CAPITULO 3: ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA GENÉRICA.
3.0. Introducción.
3.1. Objetivos del entrenamiento de la resistencia genérica.
3.2. Metodología para su entrenamiento.
3.2.1. Genérico I.
3.2.2. Genérico II.
3.2.3. Genérico III.
3.2.4. Entrenamiento recuperador.
CAPITULO 4: ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA ESPECÍFICA.
4.0. Introducción.
4.1. La resistencia en la técnica: características generales.
4.2. Metodología para su entrenamiento.
4.2.2.1. Entrenamiento a intensidad media. 4.2.2.2. Entrenamiento a intensidad máxima. 4.2.2.3. Entrenamiento a intensidad supramáxima.
4.3. La resistencia en la toma de decisiones: características generales.
4.4. Metodología para su entrenamiento.
4.4.1. Entrenamiento a intensidad máxima. 4.4.2. Entrenamiento a intensidad supramáxima.
4.5. La Resistencia de juego.
4.6. Metodología para su entrenamiento.
4.6.1. Entrenamiento a intensidad medio. 4.6.2. Entrenamiento a intensidad máxima. 4.6.3. Entrenamiento a intensidad supramáxima.
6
INTRODUCCION
Sin duda uno de los aspectos más agradables que tiene el deporte colectivo es
poder compartir con el resto de compañeros un proyecto común lleno de retos
que ilusionan a todos.
En la elaboración de este documento también hay una gran dosis de ilusión. El
poder compartir y transmitir los conocimientos adquiridos a través del estudio y
de la experiencia con otros profesionales, es otras de las facetas maravillosas
que también ofrece el mundo deporte.
A lo largo de los años, mi visión sobre el entrenamiento de la resistencia en las
disciplinas de equipo ha cambiado. Esta evolución se ha debido a la
experimentación diaria por ensayo-error, a la investigación y a los
conocimientos que grandes profesionales me han transmitido. Planteamientos
distintos que progresivamente han enriquecido mis fundamentos
metodológicos.
Mi primera experiencia profesional en el contexto de los deportes colectivos se
desarrolló en el baloncesto femenino. En aquella época había finalizado mis
estudios de INEF y estaba trabajando como entrenador de atletismo en el Club
Atlético Manresa. Los directivos del Prica Manresa, equipo de División de
Honor, se dirigieron al secretario técnico del club de atletismo para preguntarle
si alguno de sus técnicos podría preparar físicamente a sus jugadoras. Acepté
el trabajo y, con algunos cambios, empecé a aplicar los mismos métodos que
empleaba con los atletas a las jugadoras.
Durante años mi principal objetivo como preparador físico del entrenamiento de
la resistencia en los deportes colectivos fue desarrollar y optimizar al máximo
los sistemas energéticos sin tener muy en cuenta el modelo de juego. Mis
principales propósitos eran: incrementar el VO2 max, acercar el umbral
anaeróbico al VO2 max, disminuir las pulsaciones basales, mejorar la
tolerancia al lactato… Si estos parámetros mejoraban a lo largo de la
7
temporada consideraba que había desarrollado correctamente mi trabajo. Mi
responsabilidad eran las cualidades físicas y la del entrenador, la técnico-
táctica. Trabajamos juntos pero separados, cada uno en su área.
Cuando comencé a trabajar como profesor en el INEFC de Lleida tuve la suerte
de compartir despacho con el profesor de fútbol, Pep Segura. Él fue el primero
que hizo tambalear mi metodología de marcada influencia biológica gracias a
las largas e interesantes conversaciones sobre cómo la mejora de estas
variables fisiológicas no tenían sentido sino estaban al servicio de un modelo
de juego. Era verdad… analizando con profundidad mis planes de
entrenamiento físico aprecie que no habían grandes diferencias entre las tareas
que aplicaba a los atletas con las de los jugadores. Automáticamente me asaltó
la siguiente pregunta: ¿Cómo debería plantearse el entrenamiento para
conseguir este nuevo objetivo?
En el año 2000 empecé a impartir clases en el INEFC de Barcelona y conocí a
un grupo de profesionales que ya estaban trabajando para desarrollar una
metodología de entrenamiento específicamente pensada para los deportes
colectivos. Me refiero a Paco Seirul.lo, Marcel.li Massafret, Xesco Espar y
Gerard Moras. Empecé a estudiar y a poner en práctica los fundamentos del
entrenamiento estructurado en el ámbito del waterpolo, concretamente en el
Club Natación Mediterráneo. Observé como los propósitos del entrenamiento
eran totalmente distintos a los de mi primera etapa. La preparación pasaba de
ser analítica a holística.
Cuando en el 2004 entré a formar parte del primer equipo de fútbol del CFB
tuve la suerte de poder aplicar durante cuatro temporadas esta nueva
metodología de la mano de su creador, el profesor Paco Seirul.lo. Investigamos
y generamos un cuerpo teórico práctico todavía más amplio. Una gran parte de
esa experiencia está descrita en estos apuntes y en las clases del Master. Es
mi mayor ilusión que os ayuden a evolucionar como profesionales y abriros
nuevas perspectivas metodológicas en el apasionante mundo del
entrenamiento de los deportes colectivos.
8
CAPITULO 1:
CONTEXTUALIZACIÓN
Hacia un marco teórico propio para los deportes colectivos
9
1.0. LA RESISTENCIA EN LOS DEPORTES COLECTIVOS: DEFINICIÓN.
En el contexto del entrenamiento deportivo, la resistencia dispone de un amplio
fundamento científico merced al considerable volumen de estudios que se han
desarrollado desde las diversas ciencias del deporte. Aun así, la definición de
esta cualidad física no es universal, sino que sigue en constante desarrollo
debido a la necesidad de redefinirla en función de las necesidades de cada
disciplina deportiva.
Cuando nos planteamos cómo entrenar la resistencia en nuestro equipo,
creemos que es importante que el punto de partida sea la concepción personal
que el staff técnico tiene sobre esta cualidad. En nuestra opinión, este aspecto
deberá ser la columna vertebral de la metodología de entrenamiento que se
aplicará a la plantilla para su posterior desarrollo. En este sentido, observamos
que la mayoría de los técnicos han recibido una formación marcada por los
fundamentos teóricos que provienen de los deportes individuales. Por ello, no
es de extrañar que la mayoría de ellos entiendan la resistencia como la
cualidad física que nos permite retrasar y/o resistir la fatiga en esfuerzos que,
generalmente, asociamos a una larga duración (Harre,1987; Manno, 1991).
En la actualidad, la teoría del entrenamiento está evolucionando y ha
desarrollado otros modelos que responden de forma particular a las
necesidades que presentan los deportes de colectivos. Fruto de este progreso,
en estos momentos podemos encontrar entrenadores que entienden esta
cualidad como:
“La capacidad para poder soportar y adaptarse a las exigencias físicas,
técnicas y tácticas establecidas por un determinado modelo de juego
durante el encuentro y a lo largo de toda la competición” (Massafret y
col.,1999).
10
Las cualidades físicas están al servicio del
modelo de juego
En este enfoque basado en los paradigmas sistémicos, el entrenamiento de la
resistencia no tiene sentido como un objetivo en sí mismo. Es decir, que su
mejora no implica directamente que nuestro
equipo gane más partidos. Desde esta idea,
las cualidades físicas están al servicio del
concepto de juego y la finalidad principal de su
entrenamiento es que los jugadores puedan
ejecutarlo en su necesaria expresión, el
número de veces que exija el partido. Es
importante subrayar que cada equipo tiene su propio modelo de juego y, por
esta razón, la metodología para el desarrollo de esta cualidad no puede
estandarizarse, ni plantearse de forma universal y homogénea para todos los
equipos.
Otro aspecto que conlleva esta definición es que su entrenamiento pasa de una
dimensión individual, más alineada hacia el deportista, a una mucha más
colectiva, dirigida al equipo. Debemos tener presente que en los deportes de
situación, tan solo con que un jugador no pueda aguantar las exigencias físicas
del sistema de juego, éste ya no podrá ejecutarse correctamente. Ello
comportará que el resto de compañeros tengan que generar nuevas
adaptaciones al sistema para suplir las consecuencias de la fatiga del
jugador/es no tan entrenados.
En estas disciplinas la fatiga siempre actúa como un elemento condicionante
del juego. Como puede estimarse, la capacidad de adaptación del jugador y del
equipo al cansancio juega un rol muy importante en esta forma de entender la
resistencia. Esta tesis se basa en que, irrefutablemente, en el transcurso del
partido, la fatiga influirá, en menor o mayor grado, en la estructura coordinativa,
cognitiva, socio-afectiva, emotivo-volitiva y creativa-expresiva de cada jugador
(Seirul.lo,2002). El efecto será siempre multifactorial, por ejemplo:
En función del rol que ocupa el jugador dentro del sistema táctico. Como
ya es conocido, hay determinadas posiciones que comportan mayor
requerimiento físico que otras.
11
Del modelo de juego que desarrolla el equipo adversario y de su
dominio. Existen planteamientos tácticos para cuya neutralización se
requiere un mayor desgaste físico.
La calidad de los adversarios directos. Evidentemente, cuando el jugador
al que se debe anular presenta una gran calidad, el esfuerzo físico
solicitado es más elevado.
Del número y frecuencia de competiciones durante el microciclo. Por
ejemplo, en disciplinas como el waterpolo se juegan tres o cuatro
partidos seguidos en una semana.
Del momento de la “vida deportiva” del jugador.
Para lograr un comportamiento colectivo eficaz, cada jugador deberá ser capaz
de poder adaptar dichas estructuras al nivel de cansancio que experimenta en
un momento determinado del encuentro. Esta visión de la resistencia da lugar a
una manera distinta de clasificar dicha cualidad: resistencia en la técnica,
resistencia en la toma de decisiones y resistencia de juego. Esta taxonomía se
describirá con mayor detalle en el siguiente apartado.
En las clases presenciales del Máster se aportaran otros aspectos de reflexión
que ampliaran la comprensión de este apartado.
12
En función de la duración del esfuerzo
-Resistencia de corta duración.-Resistencia de media duración.-Resistencia de larga duración.
En función del Nº de grupos musculares implicados
-Resistencia general.-Resistencia local.
En función del sistema energético predominate
-Resistencia aeróbica.-Resistencia anaeróbica láctica.-Resistencia anaeróbica aláctica.
En función de la relación entre otras cualidades
-Resistencia a la fuerza.-Resistencia a la velocidad.
En función de cómointerviene la musculatura
-Resistencia estática.-Resistencia dinámica.
En función del nivel de especificidad
-Resistencia general.-Resistencia específica.
1.1. MANIFESTACIONES DE LA RESISTENCIA: CLASIFICACION.
La selección de la taxonomía es una parte importante del proceso de
entrenamiento de la resistencia ya que condicionará toda su programación. La
clasificación que elegimos debe estar de acuerdo con nuestra manera de
entender esta cualidad y con la metodología que posteriormente aplicaremos
para su entrenamiento.
Dentro del contexto de la teoría del entrenamiento se describen diversas
clasificaciones que permiten analizar la resistencia desde diferentes
perspectivas con mayor profundidad. Por ejemplo, autores como Zintl (1991) y
García Manso y col. (1996), nos presentan recopilaciones de diferentes
taxonomías en función de distintos criterios:
Generalmente, en los deportes individuales la taxonomía que se emplea para el
estudio y desarrollo de la resistencia es la que está en función del sistema
energético que predomina, y también se complementa con la clasificación
basada en la duración del esfuerzo. Por ejemplo, en el caso de 400m lisos,
vemos que se trata de una prueba de corta duración donde el sistema
energético que mayoritariamente se implica es el anaeróbico láctico.
13
Obviamente, esta propuesta es muy útil en disciplinas deportivas donde está
claro cuál es el sistema energético predominante. En el caso de los deportes
de equipo, esta clasificación, seguramente por influencia de las disciplinas
individuales, también es actualmente la más utilizada. El problema se plantea
cuando debemos decidir qué sistema energético prevalece en estas
modalidades. Por ejemplo, ¿el fútbol es un deporte aeróbico o anaeróbico? La
eterna pregunta… Si analizamos la bibliografía publicada podemos observar
cómo, a través de los años, ha ido variando la concepción sobre la naturaleza
energética de estos deportes y los tests que se han empleado para su
valoración y control.
Finales Siglo
XX
1980-2000
Resistencia mixta
VO2 MAX
Bangsbo
Course Navette Merceir,
Léger (1981).
Test Probst. Probst (1989).
Yo-Yo. Bangsbo (1994).
Inicios Siglo
XXI
1998-2009
Resistencia anaeróbica
Capacidad de repetir
sprints (RSA)
Bishop
Test RSA. Dawson (1999).
Test RSA. Bishop (2001).
Mediados Siglo
XX
1960-1980
Resistencia aeróbica
Astrand
Alvarez del Villar
Test de atletismo
3000m.
5000m
Como puede apreciarse en el cuadro anterior, a mediados del siglo XX
predominaba la concepción de que el sistema aeróbico era la vía energética
que mayor influencia tenía en el rendimiento de los deportes colectivos. La
importancia del umbral anaeróbico y de la capacidad aeróbica se ponían de
manifiesto en las publicaciones especializadas y en los planes de
entrenamiento de los equipos. Los tests que se utilizaban de forma mayoritaria
eran pruebas atléticas como las de 3000 y 5000m.
14
A finales del siglo XX, la vía aeróbica continua aglutinando el protagonismo
pero el interés recae sobre el consumo máximo de oxígeno y la potencia
aeróbica. En esta época se desarrollan tests específicos tan importantes como
la Course Navette y el Yo-Yo, entre otros. Todos ellos valoran el VO2 máx con
y sin balón de los jugadores. Son notables la cantidad de publicaciones
realizadas en este ámbito.
Concretamente, en la última década y debido a los estudios publicados sobre
RSA (Repeated Sprint Ability), la importancia que se le atribuye al sistema
aeróbico en los deportes de equipo disminuye, y cobra fuerza la idea de que es
el sistema anaeróbico el que determina el rendimiento en este tipo de deportes.
En nuestra opinión, gran parte de esta discusión es ocasionada por el uso de
una taxonomía que no es la adecuada. El intento de clasificar estos deportes
como aeróbicos o anaeróbicos es un error. En estas disciplinas la energía no
se obtiene de forma mayoritaria de un sistema energético, como ocurre en los
deportes individuales, sino que, en función de las múltiples y variadas
situaciones que se presentan en el juego, se solicita de forma aleatoria la
intervención de los diferentes metabolismos energéticos. Concretamente,
existe una participación integrada de las tres vías. Sobre una base del sistema
aeróbico se alternan esfuerzos anaeróbicos lácticos y alácticos de forma casual
que responden a las diversas situaciones del juego. Así, el catalogar la
resistencia a través de los sistemas energéticos predominantes comporta que
su entrenamiento se estructure de forma aislada y unidireccional. Es decir, que
en nuestra sesión habrá tareas tanto para mejorar la resistencia aeróbica como
la anaeróbica. Cada tarea tiene como objetivo condicional incidir sobre un
sistema energético. Como ya hemos comentado, esta forma se aleja de la
realidad de los deportes colectivos. El uso de esta clasificación dificulta una
programación donde podamos planear tareas que integren la participación de
los tres sistemas energéticos.
15
GENERICOS
ESPECIFICOS
Específicos generales
Específicos Dirigidos
Específicos Especiales
Específicos Competitivos
Seirul.lo (1993), diseña una
clasificación de las tareas
exclusivamente pensada para los
deportes de equipo. En esta, el grado
de especificidad no viene únicamente
determinado por la similitud que
presenta la estructura coordinativa de
la tarea planteada con los modelos
técnicos utilizados en la competición.
También se considera la semejanza
que existe entre la competición y la estructura condicional, cognitiva y socio
afectiva de la tarea. En el siguiente cuadro hemos definido las características
de sus cinco categorías:
16
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17
La propuesta que utilizaremos para clasificar la resistencia en este trabajo se
basa en la descrita por Seirul.lo. Pensamos que la taxonomía que permite
desarrollar con mayor facilidad la integración de los metabolismos energéticos
es la que se basa en el nivel de especificidad con la disciplina deportiva
practicada, donde se diferencia entre la resistencia general y la específica. Es
necesario matizar que la resistencia general no tiene porque relacionarse, de
forma exclusiva, con la resistencia aeróbica, y la específica, con la anaeróbica.
Para poder realizar la programación de la resistencia con un mayor nivel de
profundidad es necesario catalogar y describir con mayor detalle los dos
apartados que configuran dicha taxonomía. Veamos a continuación sus
características:
En las clases presenciales del Máster se relacionarán los contenidos de este
apartado con el del módulo de construcción de tareas impartido por el profesor
Serrés.
1.1.1. RESISTENCIA GENÉRICA.
La mayoría de la bibliografía especializada la define como la resistencia al
cansancio, independientemente del deporte practicado. A este tipo de
resistencia también se le atribuye el rol de ser la base para el posterior
desarrollo de otras manifestaciones y de ser transferible entre disciplinas. A la
CLASIFICACION DE LA RESTENCIA
DEPORTES COLECTIVOS
RESISTENCIA
GENERAL
RESISTENCIA
ESPECIFICA
RESISTENCIA
TECNICA
RESISTENCIA CON
TOMA DECISION
RESISTENCIA
JUEGO
CLASIFICACIÓN DE LA RESISTENCIA
DEPORTES COLECTIVOS
RESISTENCIA
GENERICA
Solé (2002)
Resistencia
Genérica
Ejercicios
Genéricos
Ejercicios
Generales
Ejercicios
Dirigidos
Ejercicios
Especiales
Ejercicios
Competitivos
Resistencia en la
técnica
Resistencia en la
toma de decisiones
Resistencia de juego
18
vez, se la asocia al sistema aeróbico y a la implicación de un porcentaje muy
elevado de grupos musculares.
En la clasificación que planteamos, la definimos como un tipo de resistencia en
la cual las tareas propuestas para su entrenamiento están configuradas por al
menos cuatro estructuras (coordinativa, cognitiva, condicional y socioafectiva)
que presentan una baja o nula relación con las exigencias de la competición.
Las peculiaridades de dichas estructuras son las siguientes:
La estructura coordinativa: Caracterizada por el empleo de
movimientos técnicos diferentes a los que presenta la disciplina
deportiva practicada. En los deportes colectivos es frecuente utilizar las
máquinas cardiovasculares como la bicicleta, steps, el remo, el esquí de
fondo o la natación con sus posibles variantes como el running pool. La
mayoría de preparadores físicos incluyen un segundo nivel de
especificidad donde se utiliza la carrera realizada en el medio natural
como la playa o la montaña.
La estructura condicional: Implica las diversas manifestaciones de
resistencia pero siempre entrenadas de forma aislada. Empleo de
métodos de entrenamiento de bajo nivel de especificidad para su
desarrollo. Por ejemplo: entrenamiento a nivel de umbral aeróbico
mediante el método continuo armónico extensivo o de la capacidad
anaeróbica láctica a través de un interválico corto intensivo.
Generalmente, en este tipo de tareas se acentúa la participación del
sistema aeróbico.
La estructura cognitiva: Implica básicamente al mecanismo de
ejecución del jugador. No existe una toma de decisión por parte del
jugador. Se puede insistir sobre el concepto de ritmo de carrera y su
relación con la frecuencia y la longitud de zancada. Por ejemplo:
incrementar el ritmo de carrera cada 5’.
La estructura socio-afectiva: Aunque este tipo de tareas las puede
realizar el equipo de forma conjunta, debemos tener presente que tienen
un marcado carácter individual. Podemos fomentar aspectos que
19
Estruc
Coord
Estruc
Condic
Estruc
Cognitiva
100%
80%
50%
30%
0%
Ejemplo de similitud del nivel de especificidad de las estructuras con un ecualizador. Adaptado
Serrés (2001)
RESISTENCIA GENERICA
Estruc
Soc-Afe
desarrollen la comunicación inespecífica de los jugadores y la
colaboración en los cambios de ritmo.
En la siguiente figura se ejemplifica el nivel de especificidad de la resistencia
genérica con un ecualizador:
1.1.2. RESISTENCIA ESPECÍFICA.
Está encaminada directamente a la mejora del rendimiento específico y se
desarrolla dentro de los patrones técnico-tácticos específicos del modelo
competitivo. Particularmente la definimos como una clase de resistencia en la
cual las tareas propuestas para su entrenamiento están configuradas por
cuatro estructuras (coordinativa, cognitiva, condicional y socioafectiva) que
presentan una alta o máxima relación con las exigencias de la competición.
Dentro de esta taxonomía establecemos las siguientes categorías de
resistencia específica:
1.1.2.1. Resistencia en la técnica.
Se concreta como una manifestación de resistencia en la cual se utilizan tareas
con elementos técnicos básicos del juego ya automatizados por parte del
jugador con toma de decisiones inespecíficas (técnica-táctica individual) . Tiene
como principal finalidad optimizar la estructura coordinativa en diferentes
estadios de fatiga y mejorar su eficacia en cada uno de ellos. Las diferentes
20
Estruc
Coord
Estruc
Condic
Estruc
Cognitiva
100%
80%
50%
30%
0%
RESISTENCIA EN LA
TECNICA
Estruc
Soc-Afe
estructuras que configuran las tareas presentan las características descritas a
continuación.
La estructura coordinativa: Es
específica y se define por la
utilización de elementos de técnica
individual de diversa complejidad,
variando según el nivel técnico del
jugador. Incluye los
desplazamientos específicos con y
sin balón.
La estructura condicional: Se
caracteriza por implicar, de forma interrelacionada, las expresiones de
resistencia más propias del deporte colectivo. Este hecho comporta la
participación integrada de algunos sistemas energéticos.
La estructura cognitiva: Presenta un nivel moderado de especificidad y
está configurada, fundamentalmente, por la táctica individual. Se
identifica con la elección del gesto técnico y la acción táctica más idónea
para superar al oponente directo. No se relaciona con la toma de
decisión que haga referencia al modelo de juego. Podemos fomentar
aspectos como ocupar o evitar espacios concretos del terreno de juego,
favorecer trayectorias que impliquen determinadas interacciones con los
compañeros, desarrollar la capacidad de anticipación, etc…
La estructura socio-afectiva: Aunque este tipo de tareas las puede
realizar el equipo de forma conjunta, debemos tener presente que tienen
un marcado carácter individual, de parejas o grupos pequeños.
Podemos fomentar aspectos que favorezcan la comunicación básica
emocional con la pareja directa de juego.
21
Estruc
Coord
Estruc
Condic
Estruc
Cognitiva
100%
80%
50%
30%
0%
RESISTENCIA EN LA TOMA
DECISIONES
Estruc
Soc-Afe
1.1.2.2. Resistencia en la toma de decisiones.
La definimos como una manifestación de resistencia en la cual se utilizan
tareas que están configuradas por elementos técnicos y toma de decisiones
específicas relacionadas con el modelo de
juego del equipo (técnica-táctica de equipo).
Tiene como principal objetivo optimizar la
estructura cognitiva de los jugadores en
diferentes estadios de fatiga y mejorar su
eficacia. Las diferentes estructuras que
configuran la tarea presentan las siguientes
características:
La estructura coordinativa: Es específica y compleja en función de los
requerimientos técnicos que exige el planteamiento táctico propuesto por
el entrenador. De esta forma, se caracteriza por combinar los distintos
elementos de la técnica individual en cada espacio de juego en el que se
ejecutan en las jugadas que configuran el modelo de juego del equipo.
La estructura condicional: Se ciñe a las particularidades físicas del
propio modelo de juego, combinándose de forma integrada y aleatoria la
intervención de los diferentes sistemas energéticos.
La estructura cognitiva: Presenta un alto nivel de especificidad. El
jugador debe tomar las decisiones y actuar en función de las diferentes
situaciones tácticas que ha determinado el entrenador (automatismos
tácticos, coreografías tácticas...) Por ejemplo: en el balonmano, entrenar
durante 15’ una jugada de superioridad numérica.
La estructura socio-afectiva: Con un elevado nivel de especificidad, se
busca fomentar las relaciones entre los jugadores que interactúan con
mayor frecuencia en las tácticas preestablecidas en nuestro modelo de
juego. El nivel de competitividad de estas tares es entre bajo y moderado.
22
Estruc
Coord
Estruc
Condic
Estruc
Cognitiva
100%
80%
50%
30%
0%
RESISTENCIA DE JUEGO
Estruc
Soc-Afe
1.1.2.3. Resistencia de juego.
La describimos como una forma de resistencia en la cual se utilizan tareas que
se desarrollan a través del juego real y/o modelados. Pretende que las cuatro
estructuras se coordinen al máximo entre
ellas a pesar de los diferentes niveles de
fatiga que conlleva nuestro sistema de
juego y el del equipo adversario. Este tipo
de resistencia se identifica con el
entrenamiento del rol técnico-táctico de
cada jugador dentro de nuestro modelo de
juego. Las diferentes estructuras que
configuran la tarea ofrecen las siguientes
características:
La estructura coordinativa: Nivel superior de especificidad. Se
caracteriza por el uso de distintos elementos técnicos en función de las
diversas situaciones del juego que se presentan.
La estructura condicional: Se caracteriza por presentar una participación
integrada de los sistemas energéticos en función de las peculiaridades de
nuestro modelo de juego y el del equipo contrario.
La estructura cognitiva: Esta totalmente dirigida a desarrollar el modelo
de juego establecido. La toma de decisiones individuales y colectivas
están condicionadas por las consignas que establece nuestra estrategia y
por las acciones técnico-tácticas del adversario.
La estructura socio-afectiva: Busca el óptimo grado de cooperación y
cohesión entre todos los jugadores para conseguir el objetivo común de
ganar el partido. Se caracteriza por un óptimo nivel de competitividad.
23
1.2. OBJETIVOS DEL ENTRENAMIENTO DE RESISTENCIA.
La formulación de los objetivos es una de las fases más importantes del
proceso del entrenamiento deportivo ya que condicionará a las partes restantes
de dicho proceso. En el ámbito del entrenamiento existe una tendencia a
generalizar la enunciación de los propósitos. Es curioso observar como
determinados objetivos se repiten de forma sistemática en la planificación de la
resistencia de disciplinas deportivas de naturaleza totalmente distinta. Veamos
un listado de los más frecuentes:
Mejorar el consumo máximo de oxígeno.
Acercar el umbral anaeróbico al consumo máximo de oxígeno.
Desarrollar la capacidad aeróbica.
Aumentar la potencia aeróbica.
Incrementar el tiempo límite.
Esta curiosa coincidencia es debida a que tanto los deportes individuales como
los colectivos se han planteado la mejora de los sistemas energéticos como la
principal finalidad del entrenamiento de la resistencia. La propuesta
metodológica que presentamos, diseñada especialmente para las disciplinas
colectivas, coloca en el centro de las prioridades al modelo de juego y no a un
sistema energético. Por este motivo, los objetivos adoptan una orientación
totalmente distinta a la tradicional. Desde un contexto general describimos los
siguientes:
1º Soportar el cansancio que comporta nuestro modelo de juego.
Este propósito nos abre la puerta a la siguiente reflexión: dado que cada equipo
persigue un modelo de juego propio, la metodología de entrenamiento de la
resistencia no puede ser universal. El preparador físico debe ser un gran
conocedor del modelo para poder tener éxito en la consecución de esta meta.
2º Optimizar el rendimiento del jugador en la ejecución del gesto técnico
y en la toma de decisiones, así como mantener un nivel de activación
emocional adecuado para rendir al máximo durante todo el partido.
24
En el transcurso del partido la fatiga afecta a las estructuras que configuran el
sistema. Los efectos serán diferentes en función de las particularidades de
cada jugador. En uno, la fatiga alterará de forma notable su estructura
coordinativa y se reducirá la precisión de los pases y/o lanzamientos. En otro,
los efectos afectarán en mayor modo a la estructura cognitiva y se
incrementarán los errores en su toma de decisiones. Por último, en otros
jugadores la fatiga desequilibrará sus estructuras socio-afectiva-emocional,
modificando el nivel de activación, competitividad, cooperación, cohesión… De
esta forma, uno de los objetivos más interesantes del entrenamiento de la
resistencia en estas disciplinas es conseguir que la fatiga afecte en el menor
grado posible a cada una de las anteriores estructuras.
3º Lograr y mantener la intensidad óptima de nuestro modelo de juego
evitando periodos temporales donde perdemos el dominio del juego por
la fatiga.
La prioridad del entrenamiento de la resistencia no es la mejora de un sistema
energético sino aumentar la intensidad media de nuestro sistema de juego.
Este último concepto se relaciona directamente con el ritmo de juego que viene
determinado por el número de acciones técnico-tácticas por unidad de tiempo.
Durante el encuentro el ritmo varia en función de diversos condicionantes, sin
duda, uno de ellos es la fatiga. Si interesa a nivel táctico, uno de los propósitos
del entrenamiento de la resistencia será aumentar el número de acciones por
unidad de tiempo incrementando su calidad y eficacia.
4º Acelerar el proceso de recuperación entre las micropausas del juego,
las sesiones de entrenamiento y los partidos.
En los últimos años, la facilidad de recuperación al esfuerzo de los jugadores
profesionales se ha convertido en un elemento determinante. El motivo se debe
al aumento del número de competiciones y a su intensidad. La teoría del
entrenamiento, a través de sus estudios, nos indica la influencia que tiene esta
cualidad física en acelerar el proceso de recuperación y en la prevención de
lesiones.
25
1.3. METODOLOGIAS DE ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA.
Al igual que otras áreas de conocimiento, el entrenamiento deportivo ha estado
influenciado por las distintas corrientes filosóficas de la civilización que analizan
y estudian las diferentes formas de pensamiento humano. Estos diversos y
múltiples ideales, siempre en constante evolución, condicionarán y
conformarán la base de nuestras actuaciones. Por este motivo, creemos que
detrás de cualquier programa de entrenamiento existe una filosofía que, en
cierto modo, determinará la metodología a utilizar.
Las escuelas que, en mayor escala, han influenciado el conjunto de las
ciencias en general, y la nuestra en especial, han sido las desarrolladas por
Platón y Aristóteles. Al primero se le identifica con la visión holística de la vida y
al segundo, con la analítica (Gilman, 1988).
El pensamiento de Platón se resumía en entender lo general antes que lo
específico, el todo antes que las partes y el comportamiento global antes que
las conductas individuales. Aristóteles, en cambio, intentó generar nuevos
conocimientos aplicando una visión analítica de todos los elementos que
configuran el objeto de estudio. Ha sido este último enfoque el que ha tenido
mayor influencia en la cultura occidental. Un claro ejemplo que confirma esta
observación es la acentuada especialización profesional que vivimos en
nuestra sociedad.
La transferencia de estos ideales al contexto deportivo ha sido muy clara. Bajo
un punto de vista tradicional, el rendimiento ha sido concebido de forma
analítica y mecanicista (Seirul.lo, 1993). Esta situación presenta el rendimiento
como la suma de diversas cualidades y habilidades. Lógicamente, esta
concepción ideológica precisa que, mayoritariamente, las cargas en el
entrenamiento se presenten de forma analítica y aislada. Por otro lado, desde
la perspectiva holística, el rendimiento deportivo es entendido como un todo, y
no como la suma de las partes. El organismo como unidad biológica está
constituido por varios sistemas, pero interactúa siempre de forma global. Los
cambios en cualquiera de los sistemas, sean positivos o negativos, también
26
repercutirá sobre los restantes. Aunque estas dos concepciones siempre han
estado presentes en el contexto del entrenamiento deportivo, quizás porque el
deporte competitivo es un fenómeno desarrollado por la cultura occidental, la
visión analítica se ha desarrollado y aplicado con mayor fuerza que la holística.
La teoría del entrenamiento es un área de conocimiento polimetódica. Es decir,
que el proceso de entrenamiento se puede desarrollar aplicando distintas
metodologías. Concretamente, diferenciamos entre la tradicional o
pluridisciplinar y la integrada (Solé 1995). Veamos, a continuación, las
características generales de cada una de ellas.
La metodología tradicional se identifica con la idea analítica de que el
rendimiento deportivo es “la suma de las partes” (Ehlenz y col, 1990). Esta
metodología comporta una clara diferenciación y aislamiento entre las cargas
técnicas, tácticas, físicas y psicológicas. Consecuentemente, las sesiones de
entrenamiento están construidas por diferentes tareas que tienen como objetivo
incidir y mejorar una cualidad o habilidad en concreto. Se espera que el
deportista integre, en la competición, los logros obtenidos de forma analítica y
mejore el rendimiento.
Esta manera de pensar ha determinado la estructuración actual de la
preparación física, dividiéndola en cuatro cualidades físicas que se entrenan de
forma separada.
La metodología integrada que se representa en la siguiente figura tiene su
origen en las ciencias de la complejidad. Su objeto de estudio no se centra en
la reducción de los sistemas en componentes más pequeños, sino en el
descubrimiento de los principios básicos de su organización. Se basa en que,
en la práctica deportiva, las diferentes estructuras se expresan íntimamente
interrelacionadas, en cuanto a que cada una representa el soporte de la otra.
Por esta razón, las tareas que configuran las sesiones de entrenamiento deben
respetar y provocar su interacción.
27
=
R
END
IM
IEN
TO
Estructura
Cognitiva
Estructura
Coordinativa
Estructura
Condicional
Estructura
Socio-Afectiva
Estructura
Creativo-Expresiva
Estructura
Emotivo-Volitiva
Como es lógico, en esta concepción ideológica, el concepto de preparación
física se aleja de la típica disposición fragmentada de las cuatro cualidades
físicas. La estructura condicional se presenta como una unidad, donde las
cualidades físicas interactúan entre ellas para realizar el trabajo mecánico
requerido. De esta forma, el planteamiento que se sigue para el desarrollo de la
condición física es complejo e implica a más de una cualidad en la ejecución de
las tareas. Por esta razón, el entrenamiento de la estructura condicional no se
orienta de forma unívoca hacia una cualidad física sino hacia la capacidad o a
la potencia (Solé, 2002).
Como se puede deducir después de esta introducción, el entrenamiento de la
resistencia en el contexto de los deportes colectivos puede llevarse a cabo a
través de la metodología tradicional o la integrada. La primera es la más
conocida y empleada tanto en los deportes individuales como en los colectivos.
Sin embargo, pensamos que la metodología integrada se ajusta en mayor
grado a las necesidades de los deportes de situación. Veamos, a continuación,
las principales características que definen a cada una de ellas.
1.3.1. METODOLOGIA TRADICIONAL
La principal característica de esta metodología es el planteamiento del
entrenamiento de los tres sistemas energéticos por separado. La importancia
que se otorgará a cada uno de ellos vendrá definida por las características que
28
Resistencia
Aeróbica + +Resistencia
anaeróbica
láctica
Resistencia
anaeróbica
Aláctica=
R
END
IM
IEN
TO
presenta la competición: duración de la prueba e intensidad del esfuerzo. De
esta forma, se establece una vía energética principal y otras de soporte. Se
espera que en la competición el deportista sea capaz de integrar las mejoras
obtenidas de forma aislada en cada una de ellas y mejore su rendimiento.
En el contexto de los deportes colectivos, a diferencia de los individuales, la
dificultad aparece cuando debemos decidir cuál es el sistema energético
principal. Como ya se ha comentado anteriormente, la importancia de cada uno
de ellos ha ido variando a lo largo de los años en función de los autores y de
las modas.
Por otro lado, la metodología tradicional ha definido y clasificado las
manifestaciones de la resistencia que corresponden a cada uno de los
sistemas energéticos en función de dos nociones, la de “capacidad” y la de
“potencia”. La primera se relaciona con la cantidad total de energía de la que se
dispone en un sistema. Se incrementa con el aumento de sustratos que emplea
el metabolismo para la obtención de la energía. Por ejemplo, cuando a través
de las adaptaciones que produce el entrenamiento se acrecientan las reservas
de fosfocreatina estamos incrementando la capacidad del sistema anaeróbico
aláctico. Este concepto también se corresponde con el tiempo que el sistema
puede proporcionar energía a niveles muy altos pero no máximos. Es decir, el
tiempo durante el cual se puede mantener una potencia determinada. El
segundo aspecto, el de la potencia, atañe a la mayor cantidad de energía por
unidad de tiempo que una vía energética puede producir y que el deportista es
capaz de gastar. En la siguiente figura se muestran las manifestaciones de la
resistencia que corresponden a cada metabolismo:
29
Sistema
Aeróbico
Sistema
Aeróbico
Sistema
Anaeróbico
láctico
Sistema
Anaeróbico
láctico
Sistema
Anaeróbico
Aláctico
Sistema
Anaeróbico
Aláctico
Cap.
Aeróbica
Pot.
Aeróbica
Cap.
Anaeróbica
Pot.
Anaeróbica
Cap.
Aláctica
Pot.
Aláctica
METODOLOGIA TRADICIONAL
Sistema
Aeróbico
Sistema
Aeróbico
Sistema
Anaeróbico
láctico
Sistema
Anaeróbico
láctico
Sistema
Anaeróbico
Aláctico
Sistema
Anaeróbico
Aláctico
Cap.
Aeróbica
Pot.
Aeróbica
Cap.
Anaeróbica
Pot.
Anaeróbica
Cap.
Aláctica
Pot.
Aláctica
METODOLOGIA TRADICIONAL
Tarea A Potencia anaeróbica aláctica
Tarea B Potencia aeróbica
Tarea C Capacidad aeróbica
La aplicación de esta metodología en el ámbito de los deportes de equipo se ha
distinguido por adaptar las pautas metodológicas empleadas en los deportes
individuales a la naturaleza de las disciplinas colectivas. Básicamente, la
adaptación ha consistido en introducir el balón para entrenar de forma desunida
las diferentes manifestaciones de resistencia. Este tipo de resistencia se ha
clasificado como resistencia específica. El planteamiento no dista
excesivamente del de los deportes individuales. Por ejemplo, si el objetivo es la
mejora de potencia aeróbica, un atleta realizará 4x3’ de carrera al 100% de su
frecuencia cardíaca máxima, con 3’-5’ de pausa. Un futbolista ejecutará un
circuito compuesto por desplazamientos específicos y elementos técnicos con
balón, empleando el mismo volumen, intensidad y pausa. Por esta razón, no es
de extrañar que muchos preparadores físicos de deportes colectivos provengan
de disciplinas individuales, como el atletismo.
Paralelamente, el diseño de la sesión también sigue las pautas empleadas por
los deportes individuales. Cada una de las tareas utilizadas presenta los
componentes de la carga orientados para incidir y desarrollar una de las
manifestaciones de resistencia descritas anteriormente. Por ejemplo:
30
CAPACIDAD AEROBICA
POTENCIA AEROBICA
CAPACIDAD ANAEROBICA LACT
POTENCIA ANAEROBICA LACT
CAPACIDAD ANAEROBICA ALACT
POTENCIA ANAEROBICA ALACTT
I
E
M
PO
Habitualmente, la metodología tradicional se fundamenta en el principio de la
progresión. Este aspecto comporta que la programación del entrenamiento de
la resistencia se desarrolle desde la capacidad a la potencia. Es decir, en
primer lugar se prima el componente extensivo de la carga para que,
posteriormente, se incida sobre el intensivo. En este sentido, la mejora de la
capacidad sirve de base para la mejora de la potencia. La secuenciación en el
tiempo de las manifestaciones es la siguiente:
Por último, la metodología tradicional dispone de diversos protocolos de
control, generales y específicos, que permiten al equipo técnico evaluar cada
una de estas manifestaciones. En función de los resultados obtenidos por los
jugadores, el entrenamiento de la resistencia se centra, de forma mayoritaria,
sobre las manifestaciones menos desarrolladas.
1.3.1.1. Efectividad de la metodología tradicional (MT) en los deportes
colectivos.
A pesar del empleo generalizado de esta metodología en el contexto de los
deportes de equipo, curiosamente, existen pocos estudios que demuestren la
relación entre la mejora de los parámetros fisiológicos y un mayor rendimiento
en el juego. Uno de los principales estudios que encontró cierta relación es el
publicado por Helgerud y col. (2001). Esta experiencia se desarrolló en el
contexto del fútbol y consistió en aplicar durante ocho semanas un interval
training, un par de veces por semana a un grupo experimental. Se realizaron
cuatro repeticiones de cuatro minutos a una intensidad del 90-95% de la Fc.
máx., con un descanso activo de tres minutos entre repeticiones ejecutados al
31
50-60% de la Fc.max. Los resultados obtenidos mostraron un incremento del
10,8 % del VO2 máx. en el grupo experimental. El umbral anaeróbico y la
economía de la carrera mejoró un 16% y un 6,7%, respectivamente. También
se observó un aumento estadísticamente significativo del número de metros
recorridos en el partido, de 8619m a 10335m, un 20% más (p<0.01).
Paralelamente, se registró un mayor número de sprints e intervenciones con el
balón (6,2 a 12,4 y de 47,4 a 58,8, respectivamente).
Otra investigación que sigue un objeto de estudio similar, es la publicada por
Dupont y col. (2004). Estos autores demostraron que aplicando una sesión
semanal de ejercicios cortos e intermitentes [12 x (15x15” al 120% de la VMA)]
y otra de sprints repetidos de 40m con 30” de recuperación, durante 10
semanas, se incrementaba de forma estadísticamente significativa la velocidad
aeróbica máxima 8.1±3.1% (p<0.001). También se observó que el equipo ganó
el 33% de los partidos durante las 10 semanas correspondientes al periodo de
control y un 78% durante las 10 semanas en las que se aplicaron las sesiones
de entrenamiento de alta intensidad. Lógicamente, estos resultados deben ser
interpretados con cautela ya que, sin duda, existen una gran cantidad de
variables contaminadoras.
En resumen, los estudios revisados parecen indicar que la utilización
sistemática del interval training, concretamente, repeticiones de 3’ a 4’
realizadas a una intensidad del 85% al 95% de la Fc máx. y con
recuperaciones activas de 3’ al 60% Fc máx., producen cambios positivos en la
resistencia aeróbica. Son limitadas las evidencias que sugieren que esta
mejora es transferible al rendimiento en el terreno de juego.
32
1.3.2. METODOLOGIA INTEGRADA.
Fundamentada en la filosofía holística, la metodología integrada no busca el
desarrollo de un solo sistema energético a la vez, sino que pretende combinar
la participación de los tres dentro de una misma tarea con la finalidad de que
los jugadores puedan ejecutar el ritmo de juego
que requiere su modelo táctico (Solé, 2002).
Como puede apreciarse, esta concepción del
entrenamiento de la resistencia se ajusta mucho
más a la realidad de los deportes colectivos, donde
la participación de los metabolismos se produce de
forma combinada en función de las necesidades
energéticas requeridas en las diversas situaciones del juego. Los estudios
realizados en este ámbito sugieren que, a medida que se incrementa el tiempo
de esfuerzo y el número de sprints, se observa un aumento de la participación
del sistema aeróbico y una disminución importante de la glucólisis anaeróbica.
Al mismo tiempo, se constata una elevada participación del metabolismo de la
fosfocreatina durante la repetición de esfuerzos breves e intensos relacionados
con ese descenso en la glucolisis anaeróbica (Barbero y Barbero, 2003).
Esta metodología, en función del objetivo de las situaciones simuladoras
preferenciales que se presentan en las tareas entrenamiento, también nos
permite acentuar la carga preferentemente sobre un determinado metabolismo,
pero es imprescindible que también participen los restantes que son
consecuencia de las necesidades energéticas que requiere la simulación. La
comprensión de este concepto se facilita si se compara con el funcionamiento
de un ecualizador acústico planteado por Serrés, (2002). Como se ejemplifica
en la siguiente figura, en la metodología integrada cuando diseñamos la
estructura condicional de la tarea, podemos acentuar en mayor o menor grado
un sistema energético sobre los otros. Pero es importante remarcar que es
preferible que ningún botón del “ecualizador” esté a cero. Como se puede
entrever, existen una multitud de posibilidades en función del objetivo, del tipo y
momento del microciclo y de la implicación del jugador en esta situación
simuladora preferencial.
33
Sistema
Aeróbico
Sistema
Láctico
Sistema
Aláctico
100%
80%
50%
30%
0%
Ejemplo de similitud con un ecualizador. Acento
sobre el sistema aeróbico
Sistema
Aeróbico
Sistema
Láctico
Sistema
Aláctico
100%
80%
50%
30%
0%
Ejemplo de similitud con un ecualizador.
Entrenamiento unidireccional sobre el sistema
aeróbico
METODOLOGIA INTEGRADA METODOLOGIA TRADICIONAL
Sistema
Aeróbico
Sistema
Láctico
Sistema
Aláctico
100%
80%
50%
30%
0%
Ejemplo de similitud con un ecualizador. Acento
sobre el sistema aeróbico
Sistema
Aeróbico
Sistema
Láctico
Sistema
Aláctico
100%
80%
50%
30%
0%
Ejemplo de similitud con un ecualizador.
Entrenamiento unidireccional sobre el sistema
aeróbico
METODOLOGIA INTEGRADA METODOLOGIA TRADICIONAL
Sistema
Aláctico
Sistema Aeróbico
Sistema
Láctico
METODOLOGIA INTEGRADA
Solé (2001)
De forma
Aletoria
Otra característica que define a la metodología integrada es que la
participación de los sistemas energéticos dentro de la misma tarea debe
realizarse de forma aleatoria. Es decir, no solo se trata de implicar a todos los
metabolismos, sino que también es necesario que su participación sea fortuita,
simulando así la dinámica del juego. Concretamente, como ya se desarrollará
con mayor profundidad en apartados posteriores, sobre un esfuerzo de
naturaleza aeróbica se combinan otros de caracteres lácticos y alácticos. El
rango de la duración de los trabajos anaeróbicos vendrá determinado por el
análisis del ritmo de nuestro sistema de juego, por las acciones del contrario y,
algunas veces, por la transcendencia del resultado del partido.
34
Otra particularidad que proponemos para esta metodología es que las
manifestaciones de la resistencia no se entrenan por separado, sino que se
agrupan en función de la orientación de la tarea, que se puede dirigir hacia dos
direcciones:
A la capacidad.
A la potencia.
Cuando el objetivo es la mejora de la capacidad, la tarea se diseña de tal
manera que se impliquen las capacidades de los tres sistemas energéticos:
aeróbica, anaeróbica láctica y la aláctica. El procedimiento es el mismo cuando
la finalidad se centra en la potencia, en cuyo caso se sustituyen las tres
capacidades por las tres potencias.
Es importante remarcar que aunque en este texto nos centremos en el
entrenamiento de la resistencia, la metodología integrada no se siente cómoda
con el entrenamiento aislado de las cualidades físicas. Por esta razón, dentro
del concepto de capacidad, se albergan y conviven conceptos tales como:
resistencia, fuerza resistencia, resistencia a la velocidad. En cambio, el de
potencia se relaciona con la fuerza velocidad, velocidad máxima, la potencia
aeróbica y anaeróbica…
La aplicación de este concepto facilita enormemente la programación del
entrenamiento, ya que en la mayoría de las tareas de carácter específico que
se ejecutan en estas disciplinas, es complicado discernir si se trabaja la fuerza
explosiva o la resistencia anaeróbica. Por ejemplo, cuando en una tarea el
jugador salta 4 vallas, recibe el balón, lo conduce unos seis metros a gran
velocidad y después realiza un zig-zag con saltos laterales. Este ejercicio se
realiza 5 veces intercalando una pausa de 1’. ¿Cómo cataloga el preparador
físico este esfuerzo? ¿Es de fuerza explosiva o de resistencia anaeróbica? En
nuestra propuesta seria una tarea orientada a la potencia.
Otra característica que es propia de la metodología integrada es el empleo del
ritmo y del nivel de especificidad como indicadores principales para el control y
prescripción de la intensidad de las tareas.
35
En los anteriores apartados hemos descrito que el entrenamiento de la
resistencia mediante la metodología tradicional pretende incidir sobre un
determinado sistema energético. En este caso, es lógico controlar la intensidad
mediante parámetros fisiológicos como la frecuencia cardiaca o el lactato, que
nos indican el nivel activación del metabolismo energético que deseamos
mejorar. Pero cuando la finalidad principal del entrenamiento de la resistencia
no es mejorar un sistema energético, sino que nuestros jugadores sean
capaces de aguantar las exigencias físicas, técnicas y tácticas establecidas por
un determinado modelo de juego, no parece tan coherente otorgar todo el
protagonismo a los indicadores de naturaleza fisiológica o interna. Así, la
metodología integrada da mayor relevancia a parámetros de naturaleza externa
para el control y prescripción de la intensidad, ya que estos se identifican
totalmente con el concepto de juego que deseamos optimizar. Como ya hemos
apuntado anteriormente, nos referimos al:
Nivel de especificidad de la tarea.
Ritmo de juego.
Referente al primer parámetro, indicamos que a mayor nivel de especificidad
de la tarea, mayor intensidad. Por ejemplo, en la propuesta metodológica que
presentamos, una tarea de carácter dirigido tendrá menor intensidad que una
competitiva, aunque la frecuencia cardiaca y el lactato acumulado sean
mayores en la dirigida. Para ello, en apartados posteriores se aportan escalas
subjetivas que relacionan el porcentaje de intensidad relativa con el nivel de
especificidad de las tareas propuesto por Seirul.lo, (2001).
El ritmo es otro de los indicadores que nos permite controlar y prescribir la
intensidad del ejercicio. El juego se compone de acciones técnico-tácticas que
se ejecutan en un tiempo determinado, estableciéndose así el ritmo de juego.
Un mismo sistema táctico puede desarrollarse a diferentes ritmos en función
del dominio técnico, táctico y físico de los jugadores. De esta manera, en el
contexto de la metodología integrada cuando el equipo técnico diseña la
estructura condicional de las tareas no se plantea, en primer lugar, a qué
porcentaje de la frecuencia cardiaca máxima deberán realizarse, sino cual es el
ritmo más adecuado para conseguir la necesaria eficacia en nuestro modelo de
36
juego. Algunas veces, en función de la calidad de los jugadores, un incremento
del ritmo no comporta un mayor rendimiento del sistema táctico, todo lo
contrario, se pierde eficacia debido a un mayor número de errores técnicos y/o
tácticos.
Como puede deducirse, el análisis y determinación del ritmo de nuestro modelo
de juego es un punto clave de nuestra propuesta metodológica, es por ello que
hemos elaborado el siguiente apartado para tratarlo con mayor profundidad.
1.3.2.1. El ritmo de juego como expresión de intensidad.
Con frecuencia en los deportes de equipo cuando se habla de intensidad se
asocia con el término ritmo. La Real Academia de la Lengua Española lo define
como una organización de las cosas o hechos que presenta una relación
temporal o espacial constante, o que los intervalos que las separan sean
proporcionales en el tiempo.
En el contexto deportivo y concretamente en el de los deportes individuales, la
interpretación de este concepto es universal. Se refiere a la velocidad que el
atleta debe mantener entre los parciales en que se ha dividido la prueba para
conseguir la marca deseada. Pero cuando nos ubicamos en los deportes
colectivos, el concepto de ritmo es ambiguo y su interpretación varía en función
de los técnicos. Algunos entrenadores lo identifican con una elevada velocidad
de circulación del balón y de participación de los jugadores y otros con el
número de acciones que realizan los jugadores por unidad de tiempo. Por
ejemplo, LaPuente (2011), lo define como el tiempo medio entre el inicio de
cada acción (solo las que presenten una aceleración superior a 1 m/s²) y se
contabiliza en segundos. Este autor presenta un excelente trabajo, realizado en
el contexto del fútbol, donde a través del uso del GPS analiza cómo varía el
ritmo en función de las dimensiones del terreno de juego, el número de
jugadores y la duración del intervalo de las tareas. Finalmente, los resultados
se comparan con los obtenidos en diversos partidos amistosos. Como puede
observarse, esta definición del ritmo esta pensada para analizar la exigencia
que tienen dichas tareas sobre la estructura condicional de los jugadores.
Desde la perspectiva del entrenamiento estructurado, el concepto de ritmo
presenta una concepción más global donde se contemplan las seis estructuras
(condicional, cognitiva, coordinativa…) que se relacionan con el juego.
37
Uno de los mejores entrenadores de baloncesto, Phil Jackson, en su último
libro describe una conexión intensa entre la música y su deporte que nos
identificamos totalmente para explicar nuestra concepción de ritmo. Jackson
(2014), nos dice “El baloncesto es un juego de naturaleza intrínsecamente
rítmica y requiere la misma clase de comunicación no verbal y generosa que
presentan los mejores grupos pequeños de jazz”.
“Muy pronto descubrí que el mejor modo de lograr que los jugadores coordinen
sus actos consiste en hacer que practiquen el deporte en un compás de 4x4.
La regla básica sostenía que el jugador con la pelota debería hacer algo con
ella antes del tercer tiempo: pasarla, lanzar o comenzar a driblar. Si todos
marcan el ritmo, es más fácil combinarse armónicamente, compás a compás”
El estudio en profundidad de la posesión del balón es la base de nuestra
propuesta para el cálculo del ritmo de juego. La posesión está definida por un
número de acciones técnico-tácticas individuales y colectivas que se realizan
en un tiempo determinado. De esta forma aparece, la concepción básica del
RITMO, un nº de acciones realizadas en un tiempo.
La duración de la posesión establece uno de los aspectos más visibles del
ritmo de juego en el contexto de los deportes colectivos: la frecuencia de la
alternancia entre el rol ofensivo y defensivo. Por ejemplo, en el baloncesto
americano al presentar un tiempo de posesión más bajo que el europeo, se
percibe un ritmo muy superior dado que la frecuencia de cambios de rol
atacante/defensivo es alta. Para evaluar este primer componente debemos
determinar la relación entre el número total de posesiones y el tiempo de
posesión.
El segundo aspecto que define el ritmo es el número de acciones técnico-
tácticas que se ejecutan en cada posesión. Por ejemplo, el entrenador percibirá
un ritmo mayor si su equipo ejecuta cinco acciones técnico-tácticas en 10”de
posesión, que si solo ejecuta tres. Aunque la mayoría de los técnicos dirigen
sus esfuerzos en conseguir realizar el número de acciones preestablecidas
estratégicamente, en un menor tiempo y manteniendo el nivel de eficacia.
38
Somos conscientes que este segundo nivel de aproximación sobre el ritmo
comporta una elevada ambigüedad. Sabemos que los conceptos técnico-
tácticos son difíciles de universalizar y que serán distintos para cada disciplina
y equipo técnico. Por esta razón, no pretendemos cerrar o acotar nuestra
propuesta definiendo qué acciones son las que se deben registrar. Todo lo
contrario, cada entrenador deberá desarrollar esta labor.
Matizar que el análisis del ritmo se puede realizar contabilizando únicamente
las acciones técnicas que se identifican de forma subjetiva con la concepción
de ritmo de nuestro modelo de juego. Por ejemplo, en nuestra opinión el hecho
de contar el número de botes que realiza el base que está parado botando el
balón a la espera que un compañero se desmarque, no sería adecuado. Este
nivel de estudio da lugar a lo que nosotros denominamos “Rimo técnico”.
Por otro lado, también resulta interesante aplicar la anterior reflexión a la
táctica. En este caso, se definen los conceptos tácticos que relacionamos con
el ritmo de nuestro modelo de juego y los registramos el número de acciones
tácticas que se ejecutan en la duración de posesión. Por ejemplo, se
determina que las acciones tácticas que contabilizamos para determinar ritmo
ofensivo de nuestro equipo serán: bloqueo directo, indirecto, uno contra uno y
finalización. Seguramente, otro cuerpo técnico plantearía otros diferentes. Este
nivel de estudio da lugar a lo que nosotros denominamos “Rimo táctico”.
Resulta muy interesante para analizar la evolución del rendimiento de nuestro
equipo, relacionar el ritmo técnico con el táctico y diseñar las situaciones
simuladoras preferenciales en función de las conclusiones extraídas.
Es importante comentar que en las disciplinas de campo pequeño, como el
baloncesto, balonmano o waterpolo, el cálculo del ritmo se facilita debido a que,
generalmente, juegan con automatismos tácticos muy definidos y cerrados.
Incluso muchos equipos tienen un “libro de jugadas” que los jugadores deben
memorizar. En estos casos, es relativamente fácil saber el número de acciones
tácticas que tiene cada automatismo.
39
Otro aspecto que define nuestra propuesta es la relación que debe
establecerse entre el ritmo y la eficacia. Cada equipo en función de su modelo
de juego y del nivel técnico-táctico de sus jugadores, obtendrá su máximo
porcentaje de eficacia si ejecutan el número de acciones preestablecidas en un
tiempo determinado. A este concepto le denominamos “Ritmo óptimo”.
A partir de estas ideas, describimos tres expresiones del ritmo de juego:
Ritmo ofensivo
Ritmo defensivo
Ritmo medio
El ritmo ofensivo se determina realizando el sumatorio del ritmo de cada una de
las posesiones y dividiendo este valor por el número total de posesiones.
Para calcular el ritmo de cada posesión, simplemente debemos dividir el
número de acciones realizadas en la posesión por el tiempo de posesión en
segundos. Por ejemplo: la posesión1 presenta 5 acciones técnicas que se han
desarrollado en 10”. El ritmo es: 5/10= 0,5, valor que indica que se realiza 1
acción técnica cada 2”.
El ritmo defensivo se concreta de la misma manera determinando la relación
entre el número de acciones requeridas para recuperar el balón y el tiempo y,
todo ello, dividido por el tiempo total en que estamos defendiendo.
Por último, el ritmo medio de nuestro sistema de juego se establece sumando
el número de posesiones con el de recuperaciones, multiplicándolo por el nº
total de acciones técnico-tácticas y dividiéndolo por el tiempo total de juego.
Ritmo ofensivo = (∑ Ritmo P1 + Ritmo P2…)/nº total de posesiones
Ritmo defensivo = Nº de recuperaciones x Nº de acciones tácticas / Tiempo total en defensa
40
De esta forma, construimos la siguiente relación entre la intensidad y el ritmo
de juego:
Intensidad supramáxima Ritmos muy superiores al ritmo medio.
Intensidad máxima Ritmos superiores al ritmo medio.
Intensidad media Ritmos similares al ritmo medio.
Intensidad submáxima Ritmos inferiores al ritmo medio.
Este planteamiento se debe adaptar en función de la naturaleza de la tarea que
aplicamos en el entrenamiento. Si se trata de una tarea de carácter ofensivo,
debemos clasificar su intensidad en función del ritmo ofensivo que presenta
nuestro sistema de juego. Por el contrario, si la tarea es defensiva, la
intensidad se deberá relacionar con el ritmo defensivo. En las tareas de juego,
como un 3x3, donde existe una alternancia de roles, la intensidad se asociará
con el ritmo medio. Por ejemplo, cuando entrenamos la resistencia en la
técnica, la mayoría de los ejercicios tienen un rol ofensivo. En este caso, la
intensidad la programaremos a través del ritmo ofensivo que presenta nuestro
sistema de juego.
Como es lógico, a medida que aumentamos el ritmo de las tareas, la intensidad
fisiológica como la Fc o el lactato también se incrementa. De esta forma, el
ritmo de juego también se relaciona con parámetros internos. En la siguiente
tabla establecemos dicha relación:
Ritmo medio = (Nº de posesiones + Nº de recuperaciones ) x Nº total de acciones Tec-tac ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Tiempo total de juego
41
Intensidad Ritmo Relación con parámetros internos
Intensidad
supramáxima
Ritmo al
medio
Predomino del sistema láctico/aláctico.
Tareas orientadas a la potencia. Fc
superior a la media del partido.
Concentraciones de lactato superiores a 8
mM/l.
Intensidad
máxima
Ritmo al medio Predomino compartido de los sistemas
aeróbico y anaeróbico láctico. Tareas
orientadas a la potencia. Fc superior a la
media del partido. Esfuerzo ubicado
aproximadamente sobre el VO2 max. 6 y 8
mM/l de lactato
Intensidad
media
Ritmo = al medio Predominio del sistema aeróbico. Tareas
orientadas a la capacidad. Fc similar a la
media del partido. Esfuerzo ubicado
aproximadamente sobre el umbral
anaeróbico.
3-5 mM/l de lactato.
Intensidad
submáxima
Ritmo al medio Predominio del sistema aeróbico. Tareas
orientadas a la capacidad. Fc inferior a la
media del partido. Esfuerzo ubicado sobre
el umbral aeróbico. Entre 2 y 3 mM/l de
lactato.
42
Como puede apreciarse, el cambio metodológico que planteamos es
sustancial. La intensidad se relaciona y se programa a través del nivel de
especificidad de la tarea y del ritmo, y no mediante los parámetros fisiológicos.
La Fc y el lactato complementan el control de la intensidad, pero no son el
punto de partida para su programación.
En definitiva, la propuesta de controlar la intensidad mediante el ritmo puede
aplicarse y desarrollarse a través de dos planteamientos:
1ª Analizando el ritmo de los partidos oficiales y a partir de estos datos
modelar el ritmo de los entrenamientos en función de los objetivos de la
sesión.
2ª Controlando el ritmo de los principales automatismos que determinan
el modelo de juego del equipo y evolucionar en función de las metas que
se propongan a lo largo de la temporada.
En primer lugar, resumimos el procedimiento que corresponde a la primera
opción. Presentamos un ejemplo de cálculo del ritmo ofensivo y sus
aplicaciones posteriores en el diseño de las tareas. El caso que describimos se
ha realizado con la selección nacional de rugby seven.
Para establecer el ritmo medio ofensivo es preciso analizar el máximo número
de encuentros oficiales. En nuestro ejemplo, se estudiaron todos partidos que
realizó la selección en el torneo de Australia correspondiente a las Seven World
Series 2012-2013. Una vez se aplicaron las fórmulas que se han descrito, los
resultados del ritmo ofensivo que se obtuvieron fueron: 0,5± 0,12 (Carreras y
Solé ,2012). Este análisis nos aporta una valiosa información para la
prescripción de los componentes de la carga de los ejercicios. Por ejemplo, el
ritmo ofensivo medio está determinado por una media de:
11,5 ± 1,9 posesiones compuestas por 10,1 ± 2,0 acciones ejecutadas en
25,9” ± 5,2” con pausas de 57,1” ± 6,8”
43
El número de posesiones nos proporciona indicaciones sobre el número de
repeticiones que debe tener la tarea. El siguiente elemento nos orienta sobre
en el número de acciones que el jugador deberá ejecutar en cada repetición,
10,1. La duración de cada repetición se ubica sobre los 25,9” y las pausas
entre repeticiones serian de 57,1”. Aunque las fórmulas presentadas
proporcionan unos dados muy concretos, es importante no olvidar la obligada
aleatoriedad que caracteriza la metodología integrada. De esta forma, estos
parámetros nos servirán de referencia y serán los que predominen en el
desarrollo de las tareas, pero a la vez, dentro de la serie, siempre se
presentarán repeticiones de duración, número de acciones y pausa diferentes.
Recomendamos que esta variabilidad se establezca mediante la desviación
estándar observada en el estudio del ritmo de la competición.
Si en función del objetivo planificado nos interesa aumentar la intensidad del
entrenamiento, podemos incrementar el número de acciones a realizar por
cada repetición. Otra de las muchas posibilidades, es mantener el número de
acciones y disminuir la duración del estímulo. Las alternativas son múltiples y la
mejor elección estará en función de las características del modelo de juego que
el equipo técnico desee implantar.
El planteamiento de establecer la intensidad, volumen, pausa y número de
acciones que deben presentar las tareas en función del ritmo, incrementa la
coherencia entre los propósitos que persiguen este tratado y la metodología
que se aplica para conseguirlos.
La aplicación de esta propuesta metodológica a través de la segunda vía es
una opción recomendada para equipos que presentan un bajo nivel técnico-
táctico, aspecto que les provoca que en los partidos ejecuten un ritmo de juego
muy irregular. Esta alta variabilidad se manifiesta a través de una elevada
desviación estándar de los diferentes tipos de ritmos que hemos definido
anteriormente. El punto de partida de este segundo planteamiento es el test de
los automatismos que se describirá en las clases del master. Mediante estos
44
protocolos establecemos la relación óptima entre el ritmo y la efectividad que
nuestro equipo es capaz de ejecutar en un momento concreto de la temporada.
Con estos resultados formulamos los objetivos específicos y diseñamos las
situaciones simuladoras pereferenciales de entrenamiento para conseguirlos.
1.3.2.2. Efectividad de la metodología integrada (MI) en los deportes colectivos.
A medida que la metodología integrada ha ampliado su uso, ha proliferado la
publicación de estudios que analizan sus efectos y eficacia. Rampinini y col
(2007), estudiaron los efectos que tenía sobre la resistencia aeróbica la
variación del número de jugadores, las dimensiones del campo y la actitud del
entrenador en tareas de juego reducido. La experiencia se realizó con 20
jugadores amateurs de fútbol y se desarrolló durante ocho meses con una
frecuencia de dos días por semana. Los juegos reducidos se realizaron en tres
tipos de terrenos de juego: pequeño, de 12-24 x 20-32m; medio, de 15-30 x 25-
40m y grande, de18-36 x 30-48m. Se realizaron 3x4’ con 3’ de recuperación
activa entre repeticiones. Cada situación se repitió dos veces, una con ánimos
del entrenador y otra sin ellos. Después del periodo experimental, se observó
un incremento del rendimiento de un 7,4% (p<0.01) en el test yo-yo IRT y un
44,3% (p<0.001) en el yo-yo endurance test. Estos resultados demuestran la
utilidad de los juegos reducidos para mejorar la resistencia aeróbica en jóvenes
jugadores de fútbol.
El factor que tuvo una mayor respuesta fisiológica se produjo cuando el
entrenador motivaba a los jugadores durante la ejecución de las distintas
tareas. En todas las situaciones analizadas, cuando el entrenador animaba, se
registró un incremento del 2,5% de la Fc y un 30% de la concentración de
lactato. El número de jugadores y de las dimensiones del campo también
implicaron cambios en las respuestas fisiológicas. El tres contra tres fue más
intenso que el 4x4, 5x5 y 6x6. Las tareas realizadas con un menor número de
jugadores aumentaban la intensidad, seguramente debido a la mayor posesión
de balón. De la misma manera, los juegos realizados en el terreno de juego
grande comportaban mayor intensidad que en los pequeños,
independientemente del nº de jugadores y de la intervención del entrenador.
45
El estudio concluye que manipulando estos parámetros los juegos reducidos
comportan una estimulación suficiente para mejorar las distintas
manifestaciones de la resistencia.
En esta misma línea Holff y col. (2002), también compararon la respuesta
fisiológica y características del juego en diferentes juegos reducidos en jóvenes
futbolistas. Se contrastaron dos tipos de situaciones 5x5 + portero y 3x3 +
portero. El estudio concluye indicando que en este tipo de muestra el 3x3
comporta un mayor porcentaje de la Fc máx., un mayor número de actividades
de alta intensidad, mayor distancia recorrida, menor tiempo de desplazamiento
de baja intensidad (jogging y walking), y un mayor número de dribbling,
tackling, pases y ocasiones de gol que el 5x5 + portero.
A diferencia de todos estos estudios, Kelly and Drust (2009), observaron que
siempre que el nº de jugadores se mantenga constante, las dimensiones del
terreno de juego no parecen tener influencia en la intensidad fisiológica
expresada en % de la FC máx. Además, no se apreciaron diferencias
significativas en el número total de acciones técnicas cuando las dimensiones
del campo aumentaban (pases, recepciones, giros, dribbling, intercepciones y
golpeos). En cambio, al disminuir el terreno de juego si aumentan de forma
estadísticamente significativa el número de acciones determinantes como es el
lanzamiento a portería (campo pequeño 85±15; medio 60±18 y grande: 44±9;
p<0.05). En esta misma línea, Jones y Drust (2007), compararon las demandas
fisiológicas y técnicas en dos tipos de juegos reducidos, 4x4 y 8x8. El estudio
se realizó en jóvenes futbolistas (7±1 años). Se observó que el número de
jugadores no alteró de forma significativa la respuesta de la Fc. Estos
resultados coinciden con los otros estudios realizados con jugadores adultos.
Se observó que en el 4x4 los jugadores recorrían una mayor distancia respecto
al 8x8, pero las diferencias no fueron estadísticamente significativas. Donde sí
se encontraron diferencias significativas fue en el número de contactos con el
balón, que fue mayor en la situación de 4x4 que en la de 8x8. También se
observaron diferencias en la distancia recorrida mediante movimientos útiles
(desmarques, cambios de dirección…) que fue superior en el 4x4.
46
Por otro lado, los estudios de Hill-Haas y col. y Little y Williams (2006),
demuestran una baja variabilidad de las respuestas fisiológicas (% Fc máx)
obtenidas en las tareas de juegos reducidos cuando modificamos el número de
jugadores y/o las dimensiones del campo.
En resumen, la mayoría de los estudios realizados demuestran que la
metodología integrada, compuesta por tareas de orientación específica
(dribbling, conducción de balón, lanzamientos, juego en espacio reducido)
comportan intensidades lo suficientemente elevadas (> 85% de la Fc max y
VO2 max) para mejorar el VO2 max entre 7,5-9% en 8 – 10 semanas. En caso
de tener un buen nivel de resistencia sirven para mantener dichos parámetros.
No hay duda de que el entrenamiento integrado induce cambios positivos en la
resistencia. Aún así, en jugadores con un elevado nivel de condición física y
jóvenes con un bajo nivel técnico, el uso exclusivo de juegos reducidos puede
resultar un estímulo insuficiente para su mejora. En estos casos, algunos
autores como Holf y Helgerud (2004), sugieren manipular la naturaleza de los
juegos reducidos introduciendo consignas que reduzcan el número de pausas y
aumentar la continuidad del esfuerzo. Otra posibilidad es utilizar los circuitos
técnicos adecuados al nivel de dominio del jugador.
Por último, indicar que los resultados obtenidos en los estudios analizados
presentan algunas contradicciones entre ellos. Concretamente, se observan
divergencias en cuanto a la influencia que tiene la dimensión del terreno de
juego y el nº de jugadores sobre la respuesta fisiológica del organismo. Somos
de la opinión que dicha variabilidad viene determinada por las diferencias a
nivel coordinativo, cognitivo, condicional y socioafectivo de los equipos que han
participado como muestra en estos estudios. Conscientes de la dificultad de
poder generalizar estos resultados, sugerimos la posibilidad de analizar las
respuestas que provocan la variación de estos parámetros en nuestro equipo y
emplear esta valiosa información para optimizar la programación de su
entrenamiento.
47
1.3.2.3. Comparación de la efectividad entre metodologías.
Otro tipo de análisis muy interesante es el estudio comparativo de la eficacia en
función del tipo de metodología empleada. Concretamente, Reilly and White
(2004), entrenaron a 18 profesionales de la Premier league, dos veces por
semana durante seis semanas. Un grupo entrenó con metodología integrada, 5
contra 5 juegos reducidos. Realizaron 6x4’ con 3’ de descanso activo al 50-
60% Fc max. La intensidad de esta tarea no se registró. El otro grupo realizó la
misma carga de entrenamiento corriendo a través de un interval training.
Después del periodo de entrenamiento, el grupo integrado mejoró un 0,2 %
(57,7±3.0 a 57,8±3.0 ml/kg/min). El grupo tradicional mejoró 0,3% (57,8±3.0 a
58.0±3.0 ml/kg/min). Los autores concluyen el estudio indicando que en
equipos de alto nivel los juegos reducidos pueden ser un sustituto del interval
training durante el periodo competitivo.
Sassi y col (2004), compararon la respuesta fisiológica entre un interval training
clásico y juegos reducidos (4x4 y 8x8) en futbolistas profesionales de la
champions league. El interval training consistió en 4x1000m de carrera con 150
segundos de recuperación entre repeticiones. Los autores observaron un
mayor gasto energético en las tareas con balón que sin él (+5,2kJ/min). La
concentración de ácido láctico también fue superior en los juegos reducidos.
Los autores concluyen que los dos tipos de tareas presentan una respuesta
fisiológica comparable y que los juegos reducidos pueden ser una alternativa
adecuada para mejorar la resistencia aeróbica.
Impellizzeri y col. (2005) realizaron un estudio de características similares
donde durante 14 semanas, 29 jugadores de fútbol entrenaron dos veces por
semana. El grupo de trabajo tradicional realizó un interval training que consistió
en correr alrededor del campo 4x4’ al 90-95% de la FC max con 3’ de
recuperación activa (60-70% Fc max). El grupo que entrenó mediante
metodología integrada realizó diversos juegos reducidos como: 3x3 con
portero, 2-3 ball touches en un terreno de juego de 25x35m. 4x4 con portero en
un campo de 40x50m y 4x4 y 5x5. Los resultados indicaron que no se
observaron diferencias estadísticamente significativas en cuanto el porcentaje
de la Fc max realizado (90,7±1.2% y 91.3±2,2% respectivamente). Aun así,
48
después del periodo de entrenamiento el grupo tradicional manifestó un mayor
incremento del V02 max (7%), umbral anaeróbico (10%) y economía de carrera
a intensidad del umbral anaeróbico (2%). También se observaron en los dos
grupos cambios en el rendimiento de los partidos. Se registró un incremento
del tiempo empleado en realizar acciones de alta intensidad, concretamente, el
grupo MT aumentó un 22,8% y el de MI un 25,5%. Remarcar que este
parámetro es el que presenta una mayor correlación con el rendimiento. La
distancia total recorrida también aumentó, en el grupo MT un 6,4% y en el MI
un 4,2%. Remarcar que algunos autores indican que este dato es un pobre
indicador sobre el rendimiento (van Gool y col. 1988). Por último, el tiempo
empleado en recorrer distancias a baja intensidad aumento un 18,2% en el
grupo MT y un 7% en el MI. También se redujo el tiempo en el que los
jugadores andaban (9,3-8,2% respectivamente).
Estudios similares también se han realizado en el ámbito del rugby. Gabbett
(2006), entrenó a dos grupos de jugadores uno a través de la MI y el otro
mediante la MT. Después de 9 semanas con dos sesiones semanales de 60-
100min de entrenamiento mejoraron el VO2 max (4,7% y 5,2%
respectivamente). En términos de rendimiento los dos grupos ganaron el 75%
de sus partidos, pero los de la MI realizaron un 62% más de puntos y
concedieron un menor número de puntos al adversario. Resultados similares
también se han constatado en el fútbol (Dupont y col., 2004).
En resumen, estos estudios indican que la metodología tradicional comporta
unas mínimas ventajas sobre la integrada. Sin embargo, se recomienda MI
porque entrenan las habilidades técnicas en presión y diferentes niveles de
fatiga. Según Gabbett (2006), parece mejorar la transferencia a las situaciones
competitivas, optimiza la toma de decisión bajo presión y fatiga, y este
elemento puede explicar el hecho de marcar más puntos y recibir menos.
49
CAPITULO 2:
METODOS PARA EL ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA EN EL
CONTEXTO DE LOS DEPORTES COLECTIVOS
50
2.0. INTRODUCCION.
Zintl (1991), ya definió el método como un procedimiento programado que
determina los contenidos, medios y cargas del entrenamiento en función de un
objetivo. García Verdugo (2003), describe un ejemplo, a nuestro modo de ver
muy clarificador, indicando que los métodos de entrenamiento pueden
considerarse como las herramientas que necesita el entrenador para ayudar al
deportista a lograr los objetivos de rendimiento. También pone de manifiesto
que existe una cierta confusión terminológica entre sistema y método e indica
que como muy bien plasma la enciclopedia Larousse, sistema es “un conjunto
ordenado de normas y procedimientos acerca de determinada materia” y que
en cambio, método se define como un “conjunto de operaciones ordenadas con
las que se pretende obtener un resultado”. Así, el concepto sistema es más
amplio y abarca el término método. Es decir, disponemos de diferentes
sistemas para entrenar la resistencia y cada uno de ellos está compuesto por
un conjunto de métodos.
En el apartado anterior se han descrito las características que han definido a
las dos tendencias metodológicas empleadas para el entrenamiento de la
resistencia: la tradicional y la integrada. Como es lógico, para desarrollar la
programación de esta cualidad física, cada metodología dispone de sus propios
métodos de entrenamiento. Evidentemente, los usados por la metodología
tradicional son los más estudiados y analizados científicamente. Su origen se
emplaza en los deportes individuales como el atletismo, la natación y el remo
que, con el tiempo, se han adaptado a las necesidades de los deportes
colectivos. En cambio, la metodología integrada, más desconocida y con un
menor fundamento científico, ha diseñado nuevas propuestas que le permitan
conseguir los objetivos propuestos sin desviarse de su filosofía y de las pautas
que la definen. A continuación se describirán los métodos que se relacionan
con cada una de ellas.
51
2.1. METODOLOGIA TRADICIONAL Y SUS MÉTODOS DE ENTRENAMIENTO.
Los métodos que emplea esta metodología, básicamente, están diseñados
para implicar a un solo sistema energético con sus correspondientes
manifestaciones de resistencia. Consecuentemente, cada vía energética se
relaciona con unos métodos que permiten su entrenamiento y mejora. Este
aspecto conlleva una especialización muy clara en función del sistema
energético principal y el de soporte de cada disciplina deportiva. Por ejemplo,
las disciplinas de larga duración presentan una gran especialización del
sistema aeróbico y para su entrenamiento utilizan frecuentemente el método
continuo y el interválico largo.
En los deportes colectivos, este planteamiento tan analítico, y la problemática
ya comentada sobre cuál es el metabolismo energético predominante,
comporta que las sesiones estén estructuradas en diferentes tareas.
Generalmente, cada una de ellas tiene como objetivo implicar a una
manifestación de resistencia en concreto y, por ello, se recurre a un método
diferente.
52
A nivel general, la teoría del entrenamiento diferencia entre tres grandes
métodos para el desarrollo de la resistencia:
Método continuo.
Método fraccionado.
Método de control.
Cada uno de ellos presenta diferentes variantes. Solé (2008), a través de las
siguientes figuras resume sus principales características.
FRACCIONADO
INTERVALICO REPETICIONES
Intensivo
Corta duración
Media duración
Larga duración
Intensivo Extensivo
Corta duración
Media duración
Larga duración
El tiempo de trabajo divide en diferentes fracciones y entre ellas se aplican
pausas y/o recuperaciones.
METODO
CONTINUO
ARMONICO VARIABLE
Intensivo Extensivo Intensivo Extensivo
El tiempo de trabajo programado se realiza siempre de forma continua, sin
pausas ni recuperaciones.
53
En el ámbito de los deportes colectivos, debido a que el esfuerzo es de
naturaleza intermitente, el método que más se ha utilizado cuando se aplica
esta metodología, es el fraccionado interválico. Por otro lado, también asistimos
a nuevas adaptaciones y variantes que buscan aumentar el nivel de
especificidad de la tarea. En el cuadro siguiente se resumen los más utilizados
en estas disciplinas:
METODO CONTINUO: -Continuo armónico
-Continuo variable y sus variantes.
METODO FRACCIONADO: -Interválico: las pausas existentes son
siempre incompletas
Muy corto
Corto
Medio
-Intermitente:
Corto
METODO DE CONTROL Competición:
-Partidos oficiales
-Partidos de entrenamiento con rivales
de calidad.
Modelados:
-Situaciones con modificación
reglamento
CONTROL
COMPETICION MODELADO
Se caracteriza por reproducir la propia competición o simular una gran parte de
sus particularidades.
54
A continuación se describirán las características de los métodos, pero sus
correspondientes aplicaciones a los deportes de situación se estudiaran en los
capítulos siguientes: entrenamiento de la resistencia genérica y específica
2.1.1. METODO CONTINUO.
Se caracteriza por presentar una única serie realizada sin descansos. Por
ejemplo, 30’ de carrera, etc. Presenta las siguientes variantes:
Método continuo armónico: esfuerzo continuo a intensidad constante. Por
ejemplo 45’ de carrera al 75% de la Fc max.
Método continuo variable: esfuerzo continuo a intensidad variable. Por
ejemplo 45’ de carrera alternando 10’ al 70% de la Fc max y 5’ al 100%.
El método continuo variable presenta diversas posibilidades como son:
Cambios de ritmo organizados de forma reglada: donde los cambios de
intensidad se determinan previamente. Presenta las siguientes variantes:
Comportamiento de la intensidad ondulado: por ejemplo, 45’ de carrera
alternando 15’ al 85% de la VMA y 5’ al 65%.
Comportamiento de la intensidad creciente: en este apartado se ubican
los progresivos que son esfuerzos continuos a ritmo creciente. Un
ejemplo: 30’ de carrera continua 10’ a ritmo de 150 puls, 10’ a ritmo de
160 puls y 10’ a ritmo de 170 puls.
Comportamiento de la intensidad decreciente: por ejemplo, 45’ de
carrera continua empezando con 10’ al 90% de la VMA, 15’ al 85% y 20’
al 75%.
Cambios de ritmo organizados de forma no reglada: donde los cambios de
intensidad no se programan previamente, sino que se aplican en función de
diversos criterios como por ejemplo, las características del medio natural por
donde se realiza la carrera (Fartlek) o en función de las sensaciones de fatiga
que presenta el deportista.
Como ya hemos comentado anteriormente, el método continuo puede ir
acompañado de los adjetivos “intensivo o extensivo”. El primer término acentúa
la intensidad sobre el volumen, y el segundo, el volumen sobre la intensidad.
55
El empleo del método continuo y sus variantes en el contexto de los deportes
de equipo se relaciona primordialmente con la mejora de la resistencia
genérica. También es frecuente utilizarlo en los calentamientos y al final de la
sesión con finalidades regenerativas.
2.1.2. EL METODO FRACCIONADO.
A partir del año 1850 algunos entrenadores norteamericanos tales como
M.Murphy, L.Robertson y D.Cronwell se dieron cuenta de que para mejorar la
velocidad de desplazamiento en relación con las carreras era necesario ajustar
ritmos más rápidos. Con estas intensidades más elevadas no se podía
mantener el recorrido completo de la carrera, y era necesario hacerlo sobre
distancias parciales (1/2 a ¼ del total), introduciendo períodos de recuperación
entre ellas. Después, los corredores y técnicos finlandeses, entre 1915 y 1935,
ajustaron este sistema utilizando un menor número de repeticiones del gesto y
aumentando la intensidad e introduciendo pausas de recuperación
comenzando a situarse en los entrenamientos fraccionados (Meléndez, 1995).
Posteriormente, el interval training fue popularizado en la década de los 50 por
el campeón olímpico Emil Zatopek. Este método fue publicado por primera vez
por Reindell y Roskamm (1959), y Reindell y col. (1962). Desde entonces, la
gran mayoría de atletas de media y larga distancia han utilizado el método
interválico en su entrenamiento para correr a velocidades de competición en
diferentes momentos de la temporada.
Este procedimiento convenció a los entrenadores de muchas otras disciplinas
deportivas, sugiriendo adaptaciones a las características de su disciplina
deportiva. En la actualidad encontramos el interval-training adaptado en la
mayoría de los programas de entrenamiento de todos los deportes.
En el contexto de los deportes colectivos, el fraccionado ha adquirido un
protagonismo muy importante en la preparación de los jugadores. La
explicación radica en que el ejercicio intermitente de alta intensidad es una de
las formas de actividad más frecuente en estas disciplinas deportivas. Como ya
hemos visto en los apartados anteriores, se trata de especialidades deportivas
56
acíclicas en las que se intercalan esfuerzos a diferente intensidad con pausas
de recuperación activas e incompletas durante un extenso espacio de tiempo.
Evidentemente, en estos deportes también se requiere la adaptación del
método interválico para obtener un mayor rendimiento de nuestros jugadores.
Este método, como su nombre indica, se caracteriza por fraccionar el esfuerzo
en diversas repeticiones e introducir un descanso entre ellas. Si el descanso
que proporcionamos es incompleto estamos utilizando una variante
denominada método interválico. En cambio, si el descanso es completo
estamos delante del método de repeticiones.
2.1.2.1. Componentes del método fraccionado.
Saltin y col (1976) ya indicaron que el entrenamiento fraccionado a diferencia
del continuo presentaba una gama más extensa de componentes y que, en
función de su combinación ofrecían diferentes posibilidades de entrenamiento.
Así, la programación de la carga a través de este método nos obliga a
considerar los siguientes aspectos:
1. Repeticiones: Número de veces que deben realizarse los períodos de
trabajo.
2. Series: Número de repeticiones que forman un bloque de trabajo, y que
para poder ser repetido se intercala un período de recuperación.
3. La intensidad del ejercicio realizado: Debe ser considerada como la
potencia media de trabajo realizado (PMT). Por ejemplo, si realizamos
un interválico corto intensivo que alterna 15” de esfuerzo al 100% de la
FCmax con 15” al 60%, la intensidad media del trabajo realizado será
del 80%.
4. La densidad: Relación entre el tiempo de trabajo y el de pausa. Por
ejemplo, en 15” de esfuerzo con 15” de pausa, la relación es de 1:1, y en
15” de esfuerzo con 30” de pausa, la densidad es de 1:2.
5. El ciclo temporal: La suma del tiempo de esfuerzo con el de pausa. En el
caso anterior el ciclo temporal es de 30”.
57
6. La duración: La suma de todos los ciclos temporales realizados, es
decir, la suma de períodos de trabajo y descanso. Continuando con el
ejemplo anterior, si realizamos 12 series la duración será de 6 minutos
(3’ realizados al 100% y 3’ al 60%).
7. La amplitud o rango: Es el grado de variación de la potencia media de
trabajo en los diferentes periodos del ejercicio y de la pausa. En nuestro
ejemplo, 15” de esfuerzo al 100% de la FCmax con 15” al 60%, el rango
se calcularía de la siguiente forma :[(100-60)/80]
x100 = 50%. Vemos que una misma densidad de entrenamiento puede
presentar diferentes rangos si realizamos el mismo entrenamiento pero
con diferentes intensidades de trabajo y recuperación. Es importante
matizar que en función de la amplitud, la respuesta fisiológica del
organismo es diferente (Billat y col, 2001).
2.1.2.2. Formas de aplicación del método fraccionado.
1. Forma estándar: Consiste en realizar repeticiones sobre la misma distancia.
Se puede o no modificar la intensidad de las repeticiones y/o de las series.
Veamos algunas posibilidades y ejemplos:
Estándar clásico: 2x(15x30”) al 95% de la Fcmax. 20” de pausa entre
repeticiones y 5’ de recuperación entre series.
Estándar con variación de la intensidad entre repeticiones: 3x(10x30”, dos
repeticiones al 80%, y dos al 85% con 30” pausa) con 5’ de recuperación
entre series.
Estándar con variación de la intensidad entre series: 3x(10x30”) 1ª serie al
80%, 2ª serie al 85% y 3ª serie al 90% con 5’ de pausa entre series.
2. Forma creciente o decreciente: Consiste en cambiar la distancia o tiempo
de trabajo de forma creciente o decreciente. Ejemplos: 5’-10’-15’ o 15’-10’-5’.
3. Forma piramidal: Radica en modificar la distancia o tiempo de trabajo de
forma creciente a decreciente. Ejemplo: 5’-10’-15’-10’-5’.
58
4. Forma alternativa: Se refiere a variar uniformemente la distancia o tiempo
de trabajo de las repeticiones. Ejemplo: 5’-5’-10’-10’-15’-15’.
Como se aprecia, las perspectivas de variación que ofrece el método
fraccionado al entrenador son múltiples. Por ejemplo, el estándar clásico es el
más utilizado cuando deseamos insistir en una sola manifestación de la
resistencia. Por este motivo, el entrenamiento se programa ejecutando siempre
el mismo tiempo de esfuerzo a la misma intensidad. Las otras formas de
trabajo también ofrecen la posibilidad de combinar dos o más manifestaciones
de resistencia. Por ejemplo: Una serie de potencia aeróbica y otra de
capacidad.
2.1.2.3. Tipos de fraccionados:
El método fraccionado presenta diferentes tipos de posibilidades. Sus
peculiaridades se describen a continuación.
2.1.2.3a. Método interválico:
Este método nos permite incidir en la mayoría de las manifestaciones de
resistencia gracias a su versatilidad. Principalmente, se han de adaptar las
características que presentan la duración de sus repeticiones a la capacidad de
cada sistema energético. De esta forma, la duración de los estímulos para el
entrenamiento del sistema aeróbico son más largos que los que utilizaríamos
para el anaeróbico láctico. Las pausas entre intervalos se ajustan a la
intensidad de los esfuerzos. A mayor intensidad de trabajo, el tiempo de
recuperación aumenta.
El interválico aplicado al metabolismo aeróbico, presenta las siguientes
características:
Método interválico largo: Esfuerzos superiores a 5’ con descansos
incompletos entre repeticiones.
Método interválico medio: Esfuerzos que oscilan entre 1’ y 5’, con
descansos incompletos entre repeticiones.
Método Interválico corto: Esfuerzos que fluctúan entre 30” a 1’, con
descansos incompletos entre repeticiones.
59
Método Interválico muy corto: Esfuerzos que van entre 10” a 29”, con
descansos incompletos entre repeticiones.
Al igual que el método continuo, el interválico también puede ir acompañado de
los adjetivos “Intensivo o extensivo”. El primer término acentúa la intensidad
sobre el volumen, mientras que el segundo, el volumen sobre la intensidad.
En el caso del metabolismo anaeróbico láctico, como muy bien indica la
fisiología deportiva, proporciona energía de forma mayoritaria entre 20” y 2’45”,
aproximadamente. Este aspecto comporta que el concepto largo, medio y corto
varíe respecto al sistema aeróbico.
Método interválico largo: Esfuerzos que van de 1’15” a 2’45” con
descansos incompletos entre repeticiones.
Método interválico medio: Esfuerzos que oscilan entre 45” y 1’15” con
descansos incompletos entre repeticiones.
Método Interválico corto: Esfuerzos que fluctúan entre 20” y 45” con
descansos incompletos entre repeticiones.
En la actualidad, el método interválico es el más utilizado en el ámbito de los
deportes de equipo. Se utiliza para mejorar de forma analítica las diferentes
manifestaciones de resistencia desde los distintos niveles de especificidad.
Presentamos algunos ejemplos:
60
Nivel de especificidad de las tareas y
manifestación de la resistencia
implicada
Descripción de la tarea
Nivel de especificad: genérico
Resistencia genérica: capacidad aeróbica
Interválico largo extensivo: 3x10’ de
carrera por el bosque. Al 80% Fc max
con 3’ de pausa entre repeticiones.
Nivel de especificad: específico dirigido:
Resistencia en la técnica: Potencia
aeróbica
Interválico muy corto intensivo:
2x(20x20”)
Circuito técnico en el campo, compuesto
por desplazamientos específicos,
conducciones y pases.
Intensidad al 100% Fc max. 15” de pausa
entre repeticiones y 3’ de descanso entre
series.
Nivel de especificad: específico especial
Resistencia en la toma de decisiones:
Capacidad anaeróbica láctica
Interválico corto intensivo: 2x(12x30”)
Circuito técnico en el campo, compuesto
por desplazamientos específicos,
conducciones, pases y lanzamientos.
Con toma de decisiones entre elementos.
Intensidad de ejecución máxima. 45” de
pausa entre repeticiones y 3’-5’ de
descanso entre series.
61
2.1.2.3b. Método intermitente:
Gacon en 1994, citado en García Verdugo (1997), aporta una variable del
método interválico que puede resultar de gran utilidad en el entrenamiento de la
resistencia de los deportes de equipo, se trata del método intermitente. Este
método se diferencia del interválico clásico en que las recuperaciones son más
cortas y la intensidad de las cargas llega al VO2 max. La recuperación termina
alrededor del 80% de este parámetro. Los tiempos de esfuerzo son como
máximo de 30 segundos y las recuperaciones muy cortas, también sobre los 30
segundos. García Verdugo (1997), indica que la principal diferencia con
respecto del método interválico tradicional estriba fundamentalmente en
cuestiones técnicas y fisiológicas. La gran diferencia se encuentra en el margen
de frecuencia cardíaca existente entre ambos. Mientras que en el interválico
tradicional existe una oscilación entre carga y pausa de alrededor de 80
pulsaciones, en el intermitente la oscilación es de apenas 10-20 pulsaciones.
Esto hace que este tipo de trabajo se aproxime más al trabajo continuo
intensivo. Posteriormente, el método intermitente también se ha adaptado para
poder trabajar la resistencia de forma extensiva. En este caso la duración y
número de repeticiones aumenta y la intensidad oscila de umbral anaeróbico a
aeróbico.
Como se puede apreciar este método intermitente es un interválico intensivo
corto que presenta una amplitud del estímulo muy pequeña. Como se estudiará
más adelante esta característica se observa de forma natural en las
manifestaciones de resistencia que presentan los deportes colectivos. Es por
esta razón que esta variante puede ser de gran utilidad para incrementar el
nivel de especificidad del entrenamiento de la resistencia.
2.1.2.3c. Método de repeticiones:
Otra variante del método fraccionado es el método de repeticiones, que se
caracteriza por incluir recuperaciones completas entre repeticiones con la
finalidad de poder mantener una intensidad muy alta durante todas las
repeticiones. Por esta razón este método se relaciona de forma muy directa
con el sistema anaeróbico láctico. Existen las siguientes posibilidades:
62
Método de repeticiones corto: Esfuerzos de corta duración (10”-30”)
realizados a una gran intensidad, con recuperaciones completas
intercaladas.
Método de repeticiones medio: Esfuerzos de 30” a 1’ de duración
ejecutados a una gran intensidad, con recuperaciones completas
intercaladas.
Método de repeticiones largo: Esfuerzos de 1’ a 2’, a elevada intensidad,
con recuperaciones completas intercaladas.
El método de repeticiones va acompañado únicamente del adjetivo “Intensivo”,
ya que la intensidad siempre predomina sobre el volumen. En el ámbito de los
deportes colectivos se utiliza muy pocas veces.
Para finalizar, comentar que la duración de los estímulos del método
fraccionado que se ha planteado en este tratado puede variar ligeramente
respecto a otros autores. Por desgracia, todavía existen ciertas discrepancias
en este aspecto.
2.1.3. METODO DE CONTROL.
El método de control reproduce de forma global o parcial las particularidades
que presenta la competición. Tiene como principal objetivo entrenar de forma
integrada todas las manifestaciones de resistencia que requiere la modalidad
deportiva. En el ámbito de los deportes individuales, este método presenta
unas características muy cerradas que se resumen en cumplir dos condiciones:
la primera es que la intensidad del esfuerzo debe ser idéntica a la de la
competición, y la segunda, que la duración de la carga debe de ser ligeramente
menor o igual a la de la competición (1/2 a ¾).
Al método de control también se le asocia una variante que algunos autores
relacionan con el método de repeticiones y que es el modelado. Este método,
compuesto de las típicas series de ritmo resistencia, solamente es utilizado en
los deportes individuales de resistencia (natación, atletismo…).
63
2.2. LA METODOLOGIA INTEGRADA Y SUS MÉTODOS DE
ENTRENAMIENTO.
Como ya se indicado en los apartados anteriores, los métodos que emplea esta
metodología no buscan el desarrollo de un solo sistema energético a la vez,
sino que pretenden combinar la participación de los tres dentro de una misma
tarea. La intervención de las vías energéticas se desenvuelve de forma
combinada y aleatoria tal y como se produce en el juego. Así, no se pretende
mejorar una manifestación de la resistencia en concreto, sino que el objetivo es
la mejora de la capacidad o de la potencia relacionada con un ritmo de juego
(ver fig siguiente.).
Para poder entrenar la resistencia a través de este planteamiento, es
necesario la adaptación de los métodos tradicionales y el diseño de nuevas
propuestas. Concretamente, el entrenamiento de la resistencia mediante la
metodología integrada se desarrolla fundamentalmente mediante los siguientes
métodos:
Metodología Integrada
Métodos entrenamiento
de la resistencia
Carreras con Variación de la
velocidad (Bosco, 1991)
Estructurado
DE FORMA
FRACCIONADA
DE FORMA
CONTINUA
CONTROLITERATIVOCONTINUO VARIABLE
Competición Modelados
Solé (2002).
64
2.2.1 .METODO ITERATIVO.
Este nuevo método que presentamos está basado en la teoría de los sistemas
dinámicos, donde confluyen los postulados de la práctica variable y de la teoría
del esquema motor de Schmitd (1982). Como ya sabemos, de forma
tradicional, estas teorías se han identificado con el aprendizaje motor y el
entrenamiento de la técnica. Se oponen a la hipótesis de la constancia (repetir
siempre de la misma manera) y entienden la práctica como “una particular
forma de repetición sin repetición” (Bernstein, 1967). Así, se refuerza la
introducción de cambios constantes en la estructura del movimiento a través de
la modificación de los distintos componentes del mismo: ejercicios,
intensidades, volúmenes, frecuencia, pausas, orden de las tareas... Esta
variabilidad también se observa en las manifestaciones de resistencia de los
deportes colectivos. Como sabemos, en un partido, una jugada puede durar
20”, la siguiente 5” y la tercera 30”. De la misma forma, el descanso activo
entre la primera y la segunda jugada puede ser de 10” y en la próxima de
minuto. Es decir, los tiempos e intensidad de trabajo y densidad del estímulo no
presentan la misma estructura ni siguen un orden preestablecido. El método
que desarrollamos, el iterativo, recoge todas estas ideas y las aplica a la
metodología del entrenamiento específico de la resistencia, de forma que su
principal característica consiste en presentar de forma aleatoria y variable los
diferentes componentes que configuran la carga. Por ejemplo, la duración del
estímulo, la intensidad, el rango y el descanso. El resultado final es un método
que combina de forma aleatoria tres ritmos de juego, el submáximo, máximo y
el supra-máximo.
Como se aprecia en la figura anterior, el método iterativo se puede estructurar
de forma continua o fraccionada, veamos sus peculiaridades:
2.2.1.1. Iterativo continuo.
Su principal característica es que combina de forma aleatoria esfuerzos de
carácter aeróbico, láctico y aláctico sin descansos entre ellos. Presenta una
cierta similitud con el continuo variable tradicional, pero en el iterativo continuo
no se determinan previamente los cambios de ritmo, sino que se aplican de
forma circunstancial.
65
Puede mostrar dos tipos de orientaciones, una hacia la capacidad y otra hacia
la potencia. Como su nombre indica, la primera integra las manifestaciones de
la resistencia relativas a la capacidad y la segunda a las de la potencia.
2.2.1.1a. Iterativo continuo orientado a la capacidad:
Esta dirección está configurada por una tarea donde participan de forma
conjunta tres manifestaciones de resistencia: la capacidad aeróbica, la
anaeróbica láctica y la anaeróbica aláctica.
La tarea deberá sostenerse sobre una base que estará configurada por un
trabajo de capacidad aeróbica. Este aspecto comporta que la duración de la
tarea sea larga. En el ámbito de los deportes colectivos la duración oscila entre
15’ y 30’ en función de si se trata de un deporte de campo grande o pequeño y
de su finalidad, mantenimiento o desarrollo. A medida que alargamos su
duración aumentamos el protagonismo del sistema aeróbico sobre los demás.
La subtarea aeróbica suele tener una función de transición entre las restantes
subtareas anaeróbicas. Por otro lado, la duración de los estímulos es variable,
aunque aconsejamos que no se aleje excesivamente de las características del
“time motion” que presenta nuestro sistema de juego. Recomendamos un
intervalo que oscile de forma aleatoria entre los 30” a 1’30”.
Paralelamente, la intensidad de las subtareas aeróbicas debe responder a un
ritmo de juego submáximo con valores fisiológicos que se ubican entre el
umbral aeróbico y el anaeróbico, nunca por debajo del umbral aeróbico ya que
su finalidad no es la de recuperación activa.
De forma aleatoria se combinaran esfuerzos que impliquen ritmos máximos y
supramáximos que se identifican con la capacidad anaeróbica láctica y a la
aláctica. Es importante remarcar que no debe existir ningún orden
preestablecido de participación entre ellas. Por ejemplo:
Cap aeróbica- Cap aláctica – Cap aláctica – Cap aeróbica – Cap láctica – Cap
aláctica…. Como puede observarse existen multitud de posibilidades.
66
La orientación hacia la capacidad nos obliga que la duración del estímulo de la
capacidad anaeróbica láctica oscile de 30” a 1’30”-2’. En cambio, el rango del
tiempo de esfuerzo de la capacidad aláctica se ubica entre 10” y 20”.
Es imprescindible comprender que la tarea debe estar constituida como mínimo
por tres subtareas. Cada subtarea debe identificarse con un tipo de ritmo de
juego y de capacidad, aeróbica, láctica y aláctica.
La carga interna que implica este método se sitúa entre umbral anaeróbico y
aeróbico. Generalmente, se presenta un rango de frecuencia cardiaca que
oscila entre las 140 y 170 pulsaciones minuto. Se programa la tarea de tal
forma que la frecuencia cardiaca media coincida aproximadamente con el
umbral anaeróbico. Al finalizar la tarea, la concentración del ácido lactato se
debe ubicar entre 3 y 5 mMl/l.
En la siguiente figura se observa el comportamiento de la frecuencia cardiaca
de una situación simuladora preferencial de hockey desarrollada mediante el
método iterativo orientado a la capacidad. Concretamente, la estructura
condicional está compuesta por una serie de 30 minutos, donde se alternan de
forma aleatoria esfuerzos de capacidad aeróbica, capacidad anaeróbica láctica
y aláctica. La estructura coordinativa está definida por ejercicios de
desplazamientos específicos con y sin balón. La cognitiva implica toma de
decisiones simples e inespecíficas. La estructura socio-afectiva viene definida
por sencillas colaboraciones entre jugadores, también de carácter inespecífico.
Si analizamos detalladamente la frecuencia cardiaca de este entrenamiento,
observamos que si eliminamos el registro que corresponde al calentamiento y
la recuperación post-esfuerzo, la Fc media de la tarea se ubica en las 173
pul/min. Es interesante remarcar que esta intensidad se relaciona con la
intensidad media del partido y con el umbral anaeróbico del jugador. Por otro
lado, el comportamiento irregular y desordenado que describe la Fc presenta
una gran similitud con la del partido. La diferencia más remarcable entre ambos
registros es que en la del partido, a causa de las recuperaciones activas, se
67
manifiestan descensos más significativos de la Fc. En el iterativo, la frecuencia
no baja nunca del umbral aeróbico. En este ejemplo, la mínima se sitúa sobre
las 145 puls/min. (ver fig 31). Esto refuerza el elevado nivel de especificidad
que puede llegar a mostrar este tipo de método iterativo.
Comportamiento de la frecuencia cardiaca en una tarea realizada mediante un iterativo continuo orientado a la
capacidad
Registro de la Fc de un partido de fútbol. García y col. (2006)
2.2.1.1b. Iterativo continuo y fraccionado largo orientado a la potencia:
La orientación hacia la potencia sigue un planteamiento similar al de la
capacidad. Pero en este caso se combinan las tres manifestaciones de la
resistencia orientadas a la potencia: aeróbica, anaeróbica láctica y la
anaeróbica aláctica.
68
La orientación hacia la potencia comporta que la duración total de la tarea se
reduzca de forma notable respecto a planteamiento anterior. Proponemos una
repetición que presente un volumen total de 5’ a 15’ en función del momento de
la temporada, del tipo de microciclo y objetivo. Respecto a la duración de la
subtareas anaeróbicas lácticas, recomendamos estímulos de 15” a 30” y en
cuanto a las subtareas alácticas, de 5” a 10”. La intensidad de realización de
estas dos subtareas es máxima.
Respecto a la subtarea aeróbica, debemos tener presente que no tiene la
función de recuperación entre los esfuerzos anaeróbicos, sino que la intensidad
debe situarse entre el umbral anaeróbico y consumo máximo de oxígeno (entre
el 85 al 100% del VO2 max). La duración de sus estímulos es variable en
función del volumen total de la tarea, pero aconsejamos una duración que
oscile entre los 30” y 1’. Al igual que en la orientación a la capacidad, las
subtareas aeróbicas ocupan un rol de transición entre las anaeróbicas.
Los contenidos más utilizados para su realización son la carrera combinada
con desplazamientos específicos.
Como puede deducirse, los niveles de fatiga en este tipo de entrenamiento son
muy elevados. La sensaciones que deben experimentar los jugadores son
similares a las que proporcionan los entrenamientos de potencia aeróbica y a
los de tolerancia al ácido láctico en los deportes individuales. Al final de la
repetición, el porcentaje de la frecuencia cardíaca debe ser muy alto o máximo
y los niveles de lactato entre 8 y 15mMl.
Con frecuencia, este tipo de iterativo, en el contexto de los deportes colectivos,
se organiza en forma de un fraccionado largo ya que se realiza más de una
repetición. En este caso, se intercalan descansos lo suficientemente largos,
entre 3’ y 7’, para poder mantener la intensidad de la siguiente repetición. La
recuperación deberá ser activa para facilitar la eliminación del lactato
69
3x5’ con 5’ Pausa
producido. Por ejemplo:1x10’ y 1x5’ o 2x5’ realizando una recuperación activa
de 3’ a 5’.
La siguiente figura es un ejemplo donde se puede observar el comportamiento
de la Fc cuando se realiza una situación simuladora preferencial desarrollada a
través del iterativo continuo orientado a la potencia. En este caso se realizaron
tres series de 5’ con 5’ de pausa. La Fc media de cada repetición fue 181, 183
y 185 puls/min. Es importante puntualizar que en este tipo de iterativo las
pulsaciones deben ubicarse claramente por encima del umbral anaeróbico. El
hecho que sean más altas o menos dependerá del tipo de contenidos que
configuran las subtareas.
2.2.1.2. ITERATIVO FRACCIONADO.
El iterativo fraccionado está especialmente diseñado para combinar la
participación de los sistemas energéticos lácticos con alácticos, o al igual que
la metodología tradicional, concentrar el trabajo sobre una manifestación de
resistencia en concreto. Este método presenta características similares al
interválico, pero su principal peculiaridad es que muestra de forma aleatoria y
variable los diferentes componentes que configuran los interválicos:
La duración del estímulo.
El número de repeticiones por serie.
La intensidad.
El ciclo temporal.
70
La densidad.
El rango.
La pausa.
El orden de participación de las manifestaciones de resistencia dentro de la
tarea es estocástico y se pretende en todo momento acentuar el concepto de
variabilidad de la práctica.
Otra característica a resaltar es que la duración de los esfuerzos se programará
de forma aleatoria, pero dentro de unos rangos que vendrán condicionados por
el time motion de nuestro modelo de juego. De esta manera, este método
intenta simular la gran aleatoriedad en la forma en que se presentan los
estímulos en estos deportes. A través del análisis del time motion de nuestro
deporte, el técnico sabe en qué rangos se mueve el tiempo de esfuerzo medio,
de pausa, el número medio de acciones, etc.... A partir de esta información, el
entrenador planifica las características que deberán presentar los componentes
del método iterativo fraccionado.
Paralelamente, este método también puede orientarse hacia la capacidad o
hacia a la potencia.
2.2.1.2a. Iterativo fraccionado orientado a la capacidad:
La duración de los estímulos de carácter láctico deberán oscilar entre 30” y
1’30” y los alácticos de 10” a 20”. La relación entre el tiempo de trabajo y de
descanso (la densidad) presenta un rango que varía entre 1:1 y 1:3. Las
pausas siempre deben realizarse de forma activa. Debido a la elevada
intensidad que presentan estas tareas, el número de repeticiones por serie no
es muy elevado, entre 8 y 15, aunque este componente está en función del
nivel de entrenamiento del equipo y del tipo de microciclo. La alta intensidad
también comporta que el número de series sea bajo. Entre 1 y 3, es lo más
frecuente.
71
2.2.1.2b. Iterativo fraccionado orientado a la potencia:
El planteamiento de este método es muy similar al anterior. Se observan
cambios en la duración de los estímulos. En este caso se reducen para
ajustarlos al concepto de la potencia: los de carácter láctico oscilan entre 15” y
30” y los alácticos de 5” a 10”. La densidad presenta un rango que varía entre
1:3 y 1:5. La intensidad de ejecución es máxima y las pausas se realizan de
forma activa. El número de repeticiones y series es similar al anterior método,
con una ligera tendencia a disminuirlo debido al incremento de la intensidad.
Obviamente, también se pueden plantear fórmulas mixtas donde se combinen
capacidad y potencia. Por ejemplo, capacidad anaeróbica láctica con potencia
anaeróbica aláctica.
El iterativo fraccionado que tiene como objetivo implicar a una sola
manifestación de la resistencia, sigue las pautas del interválico tradicional. La
modificación que proponemos consiste en variar de forma aleatoria la duración
de los estímulos, pausa, intensidad, etc. Por ejemplo, una vez seleccionado el
ejercicio técnico-táctico, si nuestro objetivo es mejorar la potencia aeróbica con
la toma de decisiones y tenemos programado un volumen total de trabajo de
15’, el preparador físico presentará, de forma variable y aleatoria, repeticiones
de duración comprendidas entre 5 y 20” seguidas de tiempos de pausa que
oscilará entre 10 y 30”, también seleccionados al azar. La intensidad se
aplicará siguiendo el mismo procedimiento. Así, en una repetición podrá ser
supramáxima, y en la siguiente submáxima... De todas maneras esta propuesta
se aleja de los postulados de la metodología integrada.
2.2.1.3. APLICACIONES PRÁCTICAS DEL METODO ITERATIVO.
El objetivo de este apartado es mostrar a través de diferentes ejemplos algunas
de las posibles formas de aplicación del método iterativo en el contexto del
entrenamiento de la resistencia de los deportes colectivos.
72
A B C
A
B
C
A B C
A
B
C
A:10-15”
B: 15-20”
C: 20-45”
En la figura siguiente figura se muestra la organización de una tarea que tiene
como finalidad el entrenamiento de la técnica en condiciones de fatiga a través
del método iterativo continuo orientado a la capacidad. Como puede
observarse, existen diferentes subtareas A,B y C. Están compuestas por
desplazamientos específicos y técnica individual con balón. Cada una presenta
una duración diferente buscando ritmos de juego máximos y supramáximos
implicando la participación del sistema láctico y el aláctico. El recorrido definido
por la línea negra se relaciona con el metabolismo aeróbico y debe realizarse a
una intensidad que se ubica entre umbral aeróbico y anaeróbico y ritmo de
juego submáximo. La tarea presenta una duración de 20’ y se desarrolla de la
siguiente manera: cuando el jugador llega a las subtareas A,B y C decide de
forma aleatoria cuál realizará. La subtarea aeróbica se realiza mediante la
carrera. El ritmo no tiene porque ser siempre igual, debe variar pero siempre se
ubica en el rango de intensidades que ya se ha definido.
Es importante matizar que las subtareas A,B y C no tienen porque repetirse, se
pueden diseñar 4 variantes de cada una de ellas (A1, A2 ,A3 y A4). De esta
forma aumentamos la variabilidad de la práctica. Es interesante comentar que
esta posibilidad está muy relacionada con el nivel cognitivo de los jugadores. A
determinadas edades es difícil recordar los contenidos técnicos que se
relacionan con cada subtarea.
73
Finalizamos este apartado con un ejemplo de una tarea que se desarrolla a
través de un iterativo fraccionado orientado a la capacidad. En este caso está
constituida por cinco subtareas. Tres presentan una duración que implica a la
capacidad aláctica y dos a la láctica. Existen dos tipos de recuperación activa:
la larga y la corta. Cada vez que el jugador llega al punto de partida (círculo
azul) elige de forma fortuita el circuito que realizará. Una vez finalizada también
decide de forma aleatoria si hace una recuperación larga o corta. Una vez
realizadas las 15 repeticiones se propone un descanso activo de 5’ a 7’. En
función del momento de la temporada, el nivel de especificidad de cada
subtarea puede ser diferente.
A
BC
D
E
Recuperación
larga
Recuperación
corta
74
2.2.2. CONTINUO VARIABLE
En la metodología tradicional el continuo variable se caracteriza por realizar el
esfuerzo sin pausas y aplicando variaciones en la velocidad. Los cambios de
ritmo se pueden estipular previamente o realizarlos en función de las
peculiaridades del terreno donde corremos, como por ejemplo el fartlek. Este
método, generalmente, se identifica con el entrenamiento de la resistencia
aeróbica.
La metodología integrada se vale de la posibilidad que brinda este método de
poder variar la intensidad durante el esfuerzo y estipula nuevas variantes para
poder entrenar de forma combinada los diferentes sistemas energéticos. En el
contexto de los deportes colectivos, una de las variantes más conocidas es las
carreras con variaciones de la velocidad, publicado por Bosco en 1991. Este
autor propone alternar carreras de máxima intensidad de 10, 30 y 50 metros,
con recuperaciones en carrera de 30", 70" y 110" respectivamente, a un ritmo
aproximado de 150 puls/m, llamadas velocidad de recuperación activa. Se
estipulan hasta un total de 10 repeticiones de 10m, 8-10 repeticiones de 30m y
5-6 repeticiones de 50m. La propuesta progresará desde 2-3 series de 8' de
duración hasta llegar a los 25' continuados de cambios de ritmo.
Mirella (2001)
75
Como el lector ya habrá podido deducir, la posibilidad de adaptar esta
propuesta a las necesidades de nuestro equipo y momento de la temporada
puede resultar muy interesante.
Para finalizar, es importante no confundir el método iterativo continuo descrito
anteriormente con la propuesta de Bosco. Como se puede observar, las
Carreras con Variaciones de Velocidad no contemplan la principal
característica del método iterativo, que es aleatoriedad en la forma como se
presentan los tiempos de esfuerzo, intensidad y recuperación. El método
iterativo presenta una mayor similitud con la competición y, por este motivo, su
nivel de especificidad es superior.
2.2.3. METODO DE CONTROL.
Sin duda, el método que más facilita la intervención aleatoria e integrada de los
sistemas energéticos es el de control. La participación combinada de los
diferentes metabolismos durante el juego es muy específica ya que esta
supeditada al modelo táctico de cada equipo. Una de las habilidades que debe
poseer el preparador físico de estas disciplinas es adaptar este método al
modelo de juego de su equipo.
El rol que ocupa el método de control en el proceso de entrenamiento de la
resistencia aumenta cuando mayor es el número de competiciones que
presenta el calendario competitivo. En el caso de los deportes colectivos al
competir una o dos veces por semana se convierte en uno de los más
utilizados en el microciclo. Por esta razón, la metodología integrada ha
desarrollado un amplio abanico de modelados específicamente pensados para
dar respuesta a las necesidades de estas disciplinas. Concretamente, los
hemos clasificado en tres grandes apartados: los juegos reducidos, los juegos
de posesión y los automatismos tácticos, cada una de estas categorías
presenta una gran diversidad de variantes (Solé, 2001). En la siguiente figura
se esquematiza las peculiaridades del método de control.
76
MODELADOSTareas simuladoras del juego CON variaciones
en el reglamento
AUTOMATISMOS
TACTICOS
JUEGOS DE
POSESIÓN
JUEGOS
REDUCIDOS
METODO CONTROL
COMPETICIONTareas simuladoras del juego SIN variaciones
en el reglamento
PARTIDOS
OFICIALES
PARTIDOS
AMISTOSOS
PARTIDOS DE
ENTRENAMIENTO
Todas las variantes de este método serán ampliamente desarrolladas en las
clases presenciales del Master.
2.3. METODOS Y NIVELES DE ESPECIFICIDAD.
Como ya hemos indicado anteriormente, uno de los pilares de la metodología
integrada es la construcción de las tareas. El establecer adecuadamente los
diferentes niveles de especificidad de estas resulta fundamental en la
programación del entrenamiento. En estos momentos el lector ya habrá
deducido que la elección del método a través del cual desarrollaremos las
tareas ayuda a modelar el grado de especificidad de la estructura condicional
de la tarea. Por ejemplo, una misma tarea ejecutada a través de un interválico
intensivo corto presenta un menor nivel de especificidad que realizada
mediante un iterativo fraccionado. Esta observación puede resultar muy útil en
el diseño del microciclo. De esta forma recomendamos que, al principio de la
semana utilicemos métodos de bajo nivel de especificidad y, a medida que
progresamos en le microciclo empleemos los más específicos. La figura
siguiente esquematiza esta idea. Estos conceptos serán tratados con mayor
profundidad en las clases presenciales del Máster dentro de la “programación
de la resistencia en los deportes colectivos”.
77
NIVEL DE ESPECIFICIDAD
ITERATIVO
INTERMITENTE
INTERVALICO
CONTINUO VARIABLE
CONTINUO ARMONICO
+
-
CONTROL
78
CAPITULO 3
ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA GENÉRICA
79
¡Todo lo que no se haga con el balón no sirve
para nada¡
?
¿
?
¿
?
¿
3.0. INTRODUCCION.
En los apartados anteriores hemos definido la resistencia genérica como
aquellas actividades de resistencia donde las cuatro estructuras que configuran
las tareas (coordinativa, cognitiva, condicional y socioafectiva) presentan una
nula o baja relación con las exigencias de la competición. Generalmente, son
tareas que muestran un marcado carácter aeróbico, se realizan sin balón y con
ausencia de movimientos técnicos.
Debido a que en estos momentos la metodología integrada está de moda en
los deportes de situación, algunos preparadores físicos han reducido de forma
notable o incluso eliminado el volumen destinado al entrenamiento de la
resistencia genérica. Desde nuestro punto de vista, todo posicionamiento
extremo no es adecuado. Seguramente, en el pasado se le otorgaba una
importancia excesiva, pero existen suficientes evidencias científicas que
demuestran su utilidad.
En la figura anterior se resumen opiniones y cuestiones que a menudo los
técnicos y preparadores físicos expresan respecto a la resistencia genérica.
Como se puede observar, algunas se refieren a su utilidad en el contexto de los
deportes de equipo, otras a las posibles repercusiones que puede tener su
entrenamiento sobre los jugadores. En este capítulo intentaremos dar
respuestas a las anteriores preguntas y describiremos una nueva propuesta
metodológica para su entrenamiento, pensada exclusivamente para los
deportes de equipo.
80
1º Aguantar con cierta facilidad las exigencias físicas del partido.
2º Acelerar el proceso de recuperación entre esfuerzos intermitentes de alta intensidad.
3º Restablecer los niveles de V02 max tras periodos vacacionales.
3.1. OBJETIVOS DE LA RESISTENCIA GENÉRICA
La mayor parte de las cuestiones planteadas en la figura anterior se contestan
si el equipo técnico ha formulado adecuadamente los objetivos que espera
conseguir a través del entrenamiento de la resistencia genérica. De forma
global, los propósitos que se relacionan con el entrenamiento de este tipo de
resistencia son los siguientes:
Como se puede deducir, la expresión de estos objetivos nos facilita el poder
decidir en qué grado nuestro equipo precisa el entrenamiento de esta
manifestación de resistencia. Veamos con mayor profundidad cada unos de
ellos.
1º Soportar con facilidad las exigencias físicas del partido.
Este primer propósito se centra de forma directa en la estructura condicional
del jugador. En concreto, pretende que esta esté preparada para aguantar de
forma continua la distancia que se recorre en un partido a la intensidad media
fisiológica que comporta el juego. Por ejemplo, como mínimo, un jugador de
baloncesto debe estar entrenado para aguantar con relativa facilidad los 4-6 km
que recorre en un partido sin manifestar síntomas de excesiva fatiga. Este nivel
de prestación hace posible que las sesiones de entrenamiento puedan
presentar una frecuencia y duración adecuada para afrontar con éxito la
competición.
Las exigencias físicas de los partidos son distintas en función de cada
disciplina. Concretamente, en el caso del fútbol, en un partido los jugadores
recorren entre 10 y 13 km (Mohr y col. 2003). Otros estudios también detallan
la distribución del tiempo de esfuerzo y la intensidad a que se realiza
(Gorrostiaga, 2002; Di Salvo y col, 2007; Di Salvo y col, 2009):
81
49 – 54’ el jugador está parado o andando.
30’- 35’ esfuerzos de intensidad inferior a 15km/h (70-80% Vo2 max)
3’ a 5’ de esfuerzo a intensidades 15 a 25 km/h (90 a 115% Vo2 max)
2’-3’ de esfuerzo a intensidad superior a 25 km/h (Aláctico- láctico)
Zubillaga y col. (2007), analizaron y compararon las exigencias físicas de la
final de la Champions league celebrada en París. Los resultados publicados se
resumen en la siguiente tabla.
0-11 km/h 11-14 Km/h 14-21 Km/h >21 Km/h Dist x Parte Total dist
FC Barcelona 1ª Parte 3448m 645m 834m 194m 5121m
2ª Parte 3423 647 882 266 5218
Arsenal FC 1ª Parte 3636 670 789 202 5297
2ª Parte 3523 659 861 208 5252
Fabregas G.Silva Deco Eto'O Fabregas
3850m 1ªP 1048m 1ªP 1578m 1ªP 394m 2ªP 6090m 1ªP
Distancia recorrida- Vel
10339m
10549m
Jugador
Metros y parte
La mayoría de las investigaciones coinciden en que la Fc oscila en torno a las
160-170 puls/min., como media durante un partido, y suponiendo un 85% de la
Fc máxima durante 2/3 de la competición (Stolen y col. 2005 ).
El consumo de oxígeno medio del juego es de 3,5 l/m que equivale a un 76%
del VO2 max. Se presentan diferentes porcentajes del VO2 max en función del
puesto ocupado: 69% defensa, 66% medio y 43,3% delantero. El gasto
energético aproximado es de 1.530 Kcal en los 90 minutos (Rodríguez y col.
1996).
Se observan unos valores de 3 a 8 mmol/l aunque las variaciones individuales
pueden oscilar entre 2 y 12 mmol/I. Por otro lado, parece haber coincidencia en
una menor concentración en la segunda parte, dato normal si tenemos en
cuenta que en este tiempo la distancia total recorrida y las acciones de alta
intensidad son menores en la mayoría de los partidos. A pesar de que en
ciertos momentos la concentración de lactato puede ser importante en los
músculos activos, las frecuentes fases de recuperación, y los periodos de
82
media y baja intensidad que conlleva el juego permiten una rápida eliminación y
reutilización del mismo evitando una progresiva acumulación hasta valores
limitantes como sucede en otras disciplinas que no poseen fases de
recuperación (Bangsbo 2003).
Deseamos finalizar este apartado comentando que, aunque en estos
momentos la investigación ha definido un patrón estándar de los
requerimientos físicos que comportan los partidos de estas disciplinas, no
debemos olvidar que estamos delante de deportes de situación y que estas
indicaciones deberían tomarse de forma orientativa. Concretamente, Lago y
col. (2010), demuestran como el hecho de jugar en casa o no, de estar
ganando o perdiendo y, de enfrentarse a un oponente de mayor o menor
calidad influye de forma estadísticamente significativa en la distancia recorrida
y la velocidad de los desplazamientos de los jugadores.
2º Acelerar el proceso de recuperación entre esfuerzos intermitentes de
alta intensidad.
Son muchas las evidencias científicas que demuestran la influencia que tiene el
nivel de prestación de la resistencia genérica del deportista en la aceleración
de su proceso de recuperación de varios parámetros fisiológicos como la
frecuencia cardiaca, la eliminación de lactato, el consumo de oxígeno post-
esfuerzo y la resíntesis de fosfocreatina (Costill y Wilmore 2004). En el caso de
los deportes de equipo, estos últimos años se han publicado diversos estudios
en esta línea, concretamente, Tomlin y Wenger (2001) efectúan una completa
revisión bibliográfica acerca de la relación existente entre la capacidad aeróbica
y la recuperación en ejercicios intermitentes de alta intensidad apreciando una
importante relación entre ambas variables. Según estos autores, los resultados
de la mayoría de estudios que examinan la recuperación energética y el nivel
del VO2 máx parecen sugerir que un entrenamiento de resistencia y/o un
elevado VO2 máx producen como resultado un incremento en la capacidad de
recuperación de la energía durante la realización de series de ejercicios
intermitentes de alta intensidad.
83
En este sentido, Tomlin y Wenger (2002) realizaron un estudio con jugadoras
de fútbol recreacional que poseían diferentes valores de potencia aeróbica
máxima (VO2 máx. bajo = 34.4 ml/Kg/min y VO2 máx. medio = 47.6
ml/Kg/min), en el que manifiestan que parece existir una relación estadística
entre el máximo consumo de oxígeno y un incremento de la contribución
aeróbica durante la recuperación entre series de esfuerzos máximos, así como
con el aumento de la capacidad de resistir la fatiga durante el ejercicio intenso
intermitente. Las jugadoras con superior capacidad aeróbica presentaban un
mayor consumo de oxígeno durante la recuperación entre series y también
manifestaron una menor disminución de su potencia.
En contraposición a lo expuesto, algunos estudios han sugerido que el máximo
consumo de oxígeno era un pobre indicador de la recuperación metabólica tras
ejercicio intenso de máxima intensidad al observar diferencias en la capacidad
de recuperación en sujetos con similares VO2 máx., lo que les llevó a sugerir
que deben ser otros factores los que influyen en la recuperación (Cooke et al.
1997; Hoffman 1997).
Por tanto, la relación entre capacidad aeróbica y la recuperación tras la
realización de ejercicio intenso intermitente todavía presenta determinados
interrogantes. Hoffman et al. (1999) sugieren que una vez alcanzado un
determinado VO2 max., incrementos en la capacidad aeróbica no supondrían
una mejora del potencial de recuperación en la ejecución de esfuerzos
máximos. Los autores exponen que si existe algún límite para la capacidad
aeróbica en relación con la capacidad de recuperación, éste parece estar por
debajo de los valores hallados en su estudio (50.2 ml/Kg/ mim ± 3.8). En esta
misma línea, Barbero y col. (2006), indican que el entrenamiento de la
resistencia genérica debe asegurar que nuestros jugadores presenten VO2
max. que oscilen entre 50 y 60 ml/kg/min, valores que garantizan un mayor
potencial de recuperación entre los esfuerzos intermitentes. Una vez
conseguido, el entrenamiento debe tener como objetivo mantener dichos
índices, puesto que un entrenamiento excesivo del sistema aeróbico puede
influir negativamente en la velocidad, ya que provocaría cambios metabólicos e
incluso en el perfil de las fibras musculares, sobre todo en las del tipo mixto.
84
3º Restablecer los niveles de V02 max tras periodos vacacionales.
Como sabemos, el entrenamiento de la resistencia genérica se realiza en
mayor proporción en la pretemporada. Esta fase preparatoria ha estado
precedida de un periodo de inactividad que comporta, generalmente, una
disminución del VO2 max. Coyle y col. (1986), ya describieron que la bajada
del VO2 max era consecuencia de la reducción del volumen cardiaco debido a
una mengua del volumen sistólico. También relacionaron este decremento con
el descenso del volumen sanguíneo y por la merma de la actividad enzimática
aeróbica. El mismo estudio señala que el estado de la capilarización se
mantiene elevado, en deportistas de alto nivel, durante unos tres meses. Por lo
tanto, no parece ser la causa principal de la pérdida temporal del VO2 max,
sino que se atribuye en mayor medida al volumen cardíaco y a la actividad
enzimática. En este sentido, Green y col. (1984), observaron que el volumen
cardíaco retorna rápidamente a los niveles óptimos después de unas pocas
sesiones de entrenamiento de intensidad elevada (% altos del VO2 max)
debido básicamente a un rápido aumento del volumen sanguíneo por una
expansión del volumen plasmático. En cuanto a la actividad enzimática
aeróbica también vuelve a los niveles normales del entrenamiento, pero en este
caso, de forma más lenta. Estas adaptaciones se producen más rápidamente
con un entrenamiento de alta intensidad que no con entrenamientos de
intensidad media o baja (López de Viñastre,1993).
De las observaciones anteriores se desprende que desde un punto de vista
fisiológico, cuanto más rápidamente trabajemos a porcentajes elevados del
consumo máximo, más deprisa conseguiremos los objetivos atribuidos a la
resistencia genérica. Fisiológicamente, un jugador de alto nivel puede empezar
a entrenar a intensidades elevadas relativamente temprano ya que, como
indican Coyle y col. (1985), después de un periodo de inactividad mantiene los
niveles de VO2 max muy por encima que las personas sedentarias. Siguiendo
este razonamiento, proponemos como medida para optimizar el entrenamiento
de la resistencia genérica, siempre que estemos hablando de jugadores de alto
rendimiento, aplicar lo más rápidamente posible intensidades que comporten
porcentajes elevados del consumo máximo de oxígeno. Concretamente, nos
85
referimos a un intervalo de intensidades cuyo valor más bajo corresponde a la
intensidad media del partido (75-80% del VO2 max), y el más alto, a
intensidades casi máximas o máximas (90-100% del VO2 max). Por último, la
pregunta que se nos puede plantear es si psicológicamente y muscularmente el
jugador está preparado para afrontarlo... Por esta razón, siempre es preferible
empezar con algunas sesiones de tonificación muscular y de resistencia
realizados a intensidad media o moderada.
3.2. METODOLOGIA PARA SU ENTRENAMIENTO
A menudo en el contexto de los deportes colectivos, se formulan preguntas de
este tipo: ¿cuánto tiempo deben correr nuestros jugadores para conseguir
desarrollar la resistencia genérica?, ¿es suficiente con 30’ o necesitamos 60’?
Lo cierto es que si se analizan los planes de entrenamiento de diferentes
equipos se aprecia que existe una gran disparidad de criterios. Generalmente,
estas dudas aparecen porque los objetivos que se plantean se refieren
exclusivamente a mejorar los típicos parámetros fisiológicos, por ejemplo:
¿cuánto tiempo debemos correr a la semana para mejorar un 5% nuestra
potencia aeróbica? En nuestra opinión, esta forma de proceder no ayuda a
establecer una relación directa entre objetivos y cargas de entrenamiento
requeridas. Pensamos que los propósitos deben partir de las necesidades
físicas que exige el sistema de juego de nuestro deporte.
La metodología que proponemos para el entrenamiento de la resistencia
genérica se construye sobre tres pilares:
La intensidad fisiológica media que comporta nuestro sistema de juego.
La distancia media que se recorre en un partido.
El nº de competiciones por temporada.
Estos tres parámetros serán el punto de partida para una adecuada
formulación de objetivos y para la posterior programación de las cargas de
entrenamiento necesarias para su consecución. Concretamente, se presentan
86
tres tipos de categorías de resistencia genérica que responden a objetivos
específicos muy concretos:
TIPOS DE R.GENERAL OBJETIVOS ESPECIFICOS
Genérica 1 Aguantar con facilidad un esfuerzo ligeramente superior a la
distancia que se recorre en un partido, de forma continua y a una
intensidad inferior a la media fisiológica requerida por nuestro
sistema de juego.
Genérica 2 Aguantar con facilidad un esfuerzo equivalente al requerido para
recorrer la distancia propia del partido, de forma continua y a la
intensidad fisiológica media del encuentro.
Genérica 3 Garantizar un VO2 max de 50 a 60 ml/kg/min.
Restablecer las pérdidas de VO2 max tras periodos
vacacionales.
Asegurar el mantenimiento durante 3’-5’ esfuerzos máximos
y supra máximos de forma continua con relativa facilidad.
Entrenamiento
recuperador
Facilitar y acelerar el proceso de recuperación post partido.
Seguramente, algunos lectores se preguntaran porque la mayoría de estas
distancias o tiempos de esfuerzo que proponemos deben realizase de forma
continua y no de forma interválica que es como se presentan en el juego. La
justificación se fundamenta en dos observaciones. En primer lugar, por el nivel
de especificidad que debe mostrar la resistencia genérica. Este aspecto ya
predetermina que las cuatro estructuras que configuran la tarea deben
manifestar un nivel muy bajo de similitud respecto al juego. Como se puede
apreciar, el método continuo armónico se ciñe perfectamente a esta premisa ya
que es el método que menor nivel de especificidad presenta. En segundo lugar,
por el objetivo finalista que pretende la acción de entrenar. Es decir,
entrenamos con el fin que nuestros jugadores puedan afrontar las exigencias
de la competición con una relativa facilidad. Por este motivo, con frecuencia, en
las sesiones de entrenamiento se plantean situaciones más complejas a las
que se manifiestan en la competición. En el caso de la resistencia, si nos
aseguramos de que nuestros jugadores son capaces de aguantar la distancia
que recorren en un partido de forma continua a la intensidad fisiológica media,
nos cercioramos de que cuando deban realizarlo de forma intermitente, lo
efectuaran con suma facilidad. En esta misma línea, Billat y col. (1996), nos
87
indican que el tiempo límite se multiplica por 2,5 si realizamos el esfuerzo a
través del método interválico.
Otra característica que define nuestro planteamiento, es que dentro del
microciclo se combinan tres niveles de intensidad con esfuerzos de distinta
duración. Las cargas se aplicaran siempre a través de tareas de orientación
genérica. El punto de partida para la programación de la intensidad será la
intensidad fisiológica media que comporta nuestro sistema de juego, que como
ya hemos comentado anteriormente, en estas disciplinas se ubica
aproximadamente sobre el umbral anaeróbico (aprox. 160-170 puls/min). Así,
esta propuesta distingue entre tres niveles de intensidad:
1er Nivel:
Intensidad baja.
Se identifica con intensidades fisiológicas
inferiores a la intensidad media que comporta
nuestro sistema de juego. Se ubican de forma
aproximada al umbral aeróbico.
2º Nivel:
Intensidad media.
Se relaciona con la intensidad fisiológica
media que implica nuestro sistema de juego.
Se ubican aproximadamente sobre el umbral
anaeróbico.
3º Nivel:
Intensidad alta.
Corresponde a una intensidad fisiológica
superior a la que exige nuestro sistema de
juego. Se nivela con intensidades que se
relacionan con el VO2 max y el sistema
anaeróbico.
En referencia al volumen, el criterio principal para su programación será la
distancia media que los jugadores recorren en un partido. Otro aspecto que la
facilita es considerar el tiempo real de juego de cada disciplina. De forma
aproximada, en deportes de campo grande se recorren en 10 y 12 km, en
cambio, en las disciplinas de campo pequeño la distancia recorrida es mucho
menor y oscila entre 4 y 6 km. (Colli y Faina 1985; Cañizares y
Sampedro,1993).
88
A continuación describiremos con mayor profundidad las características
metodológicas para el entrenamiento y desarrollo de las tres categorías de la
resistencia genérica.
3.2.1. ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA GENÉRICA: GENERICO 1
Como ya se ha indicado, el principal propósito de este tipo de entrenamiento es
asegurarnos que nuestros jugadores puedan aguantar con facilidad un
esfuerzo ligeramente superior a la distancia que se recorre en un partido, de
forma continua y a una intensidad inferior a la media fisiológica requerida por
nuestro sistema de juego. Por otro lado, también se contemplan otras metas ya
conocidas como optimizar la obtención de energía a través de la lipólisis o
conseguir adaptaciones a largo plazo relacionadas con el entrenamiento de la
resistencia aeróbica. También, con la pérdida de peso, a veces necesaria,
después de los periodos vacacionales.
Este entrenamiento se caracteriza por un volumen relativamente elevado.
Concretamente, en los deportes de campo grande puede oscilar sobre los 10-
12 km o entre 45’ y 60’, si realizamos el esfuerzo empleando otros medios
como la bicicleta estática, remo... En los de campo pequeño el volumen se
reduce a 5-7 km o entre 30’ y 45’. Es importante matizar que las distancias que
proponemos hacen referencia a jugadores seniors. En caso de categorías
inferiores deberán reducirse y adaptarse a la distancia recorrida en el partido.
La intensidad del esfuerzo en este tipo de entrenamiento general será siempre
inferior a la media que se manifiesta en el partido (80-85% de la Fc max). La
intensidad que recomendamos es la del nivel 1, que se ubica sobre el umbral
aeróbico del jugador o entre umbrales, el aeróbico y el anaeróbico (65-75% de
la Fc max).
89
En cuanto a la selección y utilización de los contenidos, dependerá de los
objetivos prefijados en función del momento de la temporada. Si el propósito es
poder aguantar la distancia recorrida en el partido, el ejercicio que
recomendamos es la carrera y, lógicamente, este objetivo corresponde a la
pretemporada. En cambio, si la meta es perder algo de peso o mantenerlo, el
contenido a utilizar puede ser el nado, la bicicleta... y en este caso nos
ubicaríamos en el periodo vacacional.
Por último, únicamente nos queda proponer el método que emplearemos para
conseguir los objetivos descritos. En este caso, solo nos sirven los métodos
continuos extensivos, donde el volumen predomina sobre la intensidad. El
método finalista es el continuo armónico extensivo, y su exclusiva utilización
dependerá del estado inicial de forma del jugador. Si este es muy bajo,
podemos utilizar el interválico extensivo largo y/o el continuo variable
intercalando periodos cortos de carrera a intensidad más baja que la que
hemos propuesto y, progresivamente llegar a correr de forma continua el
tiempo e intensidad recomendados. En el siguiente cuadro resumimos las
principales características de este tipo de entrenamiento.
90
RESISTENCIA GENÉRICA
Genérico 1
Vía energética que
predomina:
Lipólisis aeróbica: Ácidos grasos + oxígeno
CO2 + H2O + ATP
Depósitos energéticos
mas utilizados
De forma mayoritaria los ácidos grasos
COMPONENTES DE LA CARGA
Volumen
Deportes de campo grande: 10-12 km (45-60’)
Deportes de campo pequeño: 5-7 km (30-45’)
Intensidad aproximada
del esfuerzo
60 al 75% de la Fc máxima
2-3 mM/l
60 al 75% de la VMA.
Contenidos Carrera/ Bicicleta
Esquí de fondo/Remo/Running pool
METODOS RECOMENDADOS: Ejemplos
Continuo armónico
extensivo.
45’ de carrera continua al 65% de la Fc máxima.
Interválico extensivo
largo
3x15’ de carrera continua al 65% Fc max. Con 3’
pausa
Continuo variable
extensivo
45’ alternando 20’ al 65% Fc max y 5’ al 55%.
91
3.2.2. ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA GENÉRICA: GENERICO 2
El entrenamiento de esta manifestación de la resistencia pretende conseguir
que nuestros jugadores aguanten con facilidad un esfuerzo equivalente al
requerido para recorrer la distancia propia del partido, de forma continua y a la
intensidad fisiológica media del encuentro. Así, si se trata de un deporte de
campo pequeño, la duración del esfuerzo corresponderá al tiempo demandado
en recorrer esos 4-5 km a una intensidad de umbral anaeróbico. En cambio, en
las disciplinas de campo grande podemos reducir el volumen y ajustarlo a la
distancia que se recorre en una sola parte reglamentaria (5-7 km). Esta última
observación la realizamos basándonos en nuestra experiencia.
Los contenidos que deberemos emplear para conseguir el objetivo, se limitan a
la carrera o circuitos combinados de carrera y ejercicios de acondicionamiento
físico muy generales que permitan poder mantener las pulsaciones sobre la
intensidad prefijada.
Los métodos que encomendamos para poder conseguir dicho propósito
dependerán del nivel inicial de resistencia genérica que presenten los
jugadores y del momento de la temporada. En un inicio podemos emplear el
método interválico largo extensivo, progresar con el método continuo variable y
finalizar con el continuo armónico extensivo. Por ejemplo, en los deportes de
campo pequeño como el baloncesto, recomendamos empezar la pretemporada
aplicando el método interválico largo extensivo. Así podríamos plantear
sesiones de este tipo, 3x2km al 80% de la Fc max con 2-3’ de pausa entre
series. Progresivamente, iríamos aumentando la duración de las repeticiones y
de la pausa hasta que nuestros jugadores fueran capaces de aguantar 5-6km a
intensidad del umbral anaeróbico.
92
En el presente cuadro resumimos las principales características de este tipo de
entrenamiento:
RESISTENCIA GENÉRICA
(Genérico 2)
Vía energética que
deseamos implicar:
Glucólisis oxidativa: glucógeno + oxígeno C02 +
H2O + ATP
Depósitos energéticos
más utilizados
Mayoritariamente el glucógeno muscular y
glucógeno hepático.
COMPONENTES DE LA CARGA
Volumen 4 a 5 km en deportes de campo pequeño.
5 a 7 km en deportes de campo grande.
Intensidad aproximada
del esfuerzo
75 al 85% de la Fc máxima
3-4 mM/l.
75 al 85% de la VMA.
Contenidos Carrera.
Circuitos de carrera combinada con ejercicios
generales.
*Nado para el waterpolo
METODOS RECOMENDADOS
Continuo armónico
extensivo
30’ de carrera continua al 75% de la Fc máxima.
Continuo variable
extensivo
30’ circuito de carrera combinada con ejercicios
generales. Combinar intensidades del 80% de la Fc
máx. con 60% .
Interválico largo extensivo 3x2km de carrera al 85% de la Fc máx. con 3’ de
pausa.
93
3.2.3. ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA GENÉRICA: GENERICO 3
A diferencia de los anteriores tipos de genéricos, este se relaciona con tres
propósitos:
1º Asegurar el mantenimiento durante 3’-5’ esfuerzos máximos y supra
máximos de forma continua con relativa facilidad.
2º Garantizar un VO2 max de 50 a 60 ml/kg/min para facilitar la
recuperación entre esfuerzos.
3º Restablecer las pérdidas de VO2 max tras periodos vacacionales.
El primero viene determinado por los estudios de carácter descriptivo
realizados en el contexto de los deportes de equipo. Estos indican que el
tiempo medio que los jugadores realizan un esfuerzo a intensidad máxima y
supramáxima en un partido oscila entre el 6% en deportes de campo grande y
entre el 9-10% en los de campo pequeño (Zubillaga et al. 2007). En ambos
casos supone un tiempo total aproximado de 3 a 5 minutos, realizado de forma
fraccionada en acciones de duración media de 10 a 20”.
Al plantearnos la estrategia para la consecución de esta primera meta, nos
lleva a relacionarlo con el concepto de tiempo límite (TL). Este se define como
el tiempo que se puede mantener la velocidad máxima aeróbica (VMA). El (TL)
presenta una elevada variabilidad entre sujetos, pero en deportistas entrenados
se sitúa alrededor de los 5’ - 7’. Correlaciona de forma positiva con la ubicación
del umbral anaeróbico respecto al VO2max y con la capacidad anaeróbica
láctica (Billat, 2002). De esta forma, en los deportes colectivos, si somos
capaces de colocar el tiempo límite de nuestros jugadores alrededor de los 5’,
garantizamos que, en el partido, estos podrán recorrer esos 1,5 - 2km a
intensidad máxima con relativa comodidad, ya que en el encuentro, el esfuerzo
se realiza de forma interválica. Como ya hemos indicado anteriormente, el TL
se multiplica por 2,5 si realizamos el esfuerzo a través del método interválico
(Billat y col. 1996).
94
Nuestra propuesta metodológica recomienda que durante la pretemporada
determinemos la VMA de nuestros jugadores mediante un test directo o
indirecto a través del protocolo establecido por Leger-Boucher. Una vez
establecida, aconsejamos pasarles otro test para concretar su TL. Por ejemplo,
mediante el test de Leger-Boucher observamos que nuestro jugador presenta
una VMA de 16 km/h. El siguiente paso es registrar el tiempo que es capaz de
mantener esta velocidad. Supongamos que nuestro jugador aguanta este ritmo
durante 2’30” minutos. En este caso, debemos plantearnos aumentar el 50% el
TL.
Para el incremento o mantenimiento del tiempo límite la teoría del
entrenamiento dispone de distintos métodos, pero en el caso que nos ocupa
proponemos el método interválico intensivo medio, que presenta esfuerzos de
3 a 5 minutos de duración realizados del 95 al 100% de la Fc max, con tiempos
de recuperación iguales al tiempo de trabajo o ligeramente superiores en las
últimas repeticiones. En cuanto al volumen total, tampoco vemos necesario que
supere los 15’- 20’ de trabajo.
La programación del entrenamiento se puede plantear de la capacidad a la
potencia o de la potencia a la capacidad. La primera opción consiste en iniciar
el entrenamiento con repeticiones de duración mayor a los 5’ (7’ a 10’)
ejecutadas a intensidad submáxima (90-95%VMA). Progresivamente, la
duración del estímulo se reduce hasta los 5’ y, paralelamente, se incrementa la
intensidad al 100%. En resumen, la programación se empieza utilizando un
interválico largo intensivo y terminamos con un interválico medio intensivo.
El segundo planteamiento, que va de la potencia a la capacidad, se caracteriza
por iniciar el proceso proponiendo repeticiones de 1’30” al 100% de la VMA y,
progresivamente con el paso del tiempo, ir aumentando la duración de las
repeticiones hasta conseguir que el jugador pueda realizar una repetición de 5’.
En este último caso, desarrollamos básicamente el entrenamiento a través de
un interválico corto intensivo a un interválico medio intensivo. Deseamos
95
Fc Basal
Fc max V02 max
3’ 3’ 5’
4X3’ al 100% V02 max 3’-5’ pausa
Fc Basal
Fc max V02 max
3’ 3’ 5’
4X3’ al 100% V02 max 3’-5’ pausa
Fc Basal
Fc max V02 max
2X10’ al 90% Fc. Max con 7’ Pausa
TIEMPO
puntualizar que los dos tipos de programación son válidos. La elección de uno
u otro estará en función de las características individuales del jugador.
En cuanto al segundo objetivo, consiste en asegurarnos un nivel de desarrollo
óptimo del VO2 max de nuestros jugadores, ya que existen evidencias
científicas de que consumos máximos inferiores a los 50ml/kg/min comportan
peores recuperaciones entre esfuerzos interválicos (Hoffman et al. 1999). De
esta forma, se plantean entrenamientos para conseguir desarrollar el VO2 max
del jugador hasta estos valores de referencia (50 a 60 ml/kg/min).
Para el desarrollo del VO2 max a valores óptimos, aconsejamos el empleo del
método interválico intensivo largo ya que permite poder trabajar durante un
mayor tiempo a % muy cercanos del VO2 max. El interválico intensivo largo
viene determinado por repeticiones de +5’ a 15’ de duración a intensidad
submáxima del 90%. Por las necesidades de los deportes colectivos tampoco
hace falta superar los 20’ de volumen total. Por ejemplo: 2x10’ de carrera al
90% de la Fc max con 5’-7’ de pausa entre repeticiones.
)
96
Fc Basal
Fc max V02 max
15 X 30” al 100% Fc max con 15” pausa
El tercer propósito que se formula en el genérico 3 pretende recuperar lo más
rápidamente las posibles pérdidas del VO2 max tras periodos vacacionales. En
los apartados anteriores se ha justificado con evidencias científicas que estas
son consecuencia de la disminución del gasto cardíaco y por la reducción de la
actividad enzimática aeróbica, (Coyle y col. 1986). Por otro lado, se ha
observado que el volumen cardíaco retorna rápidamente a los niveles óptimos
después de unas pocas sesiones de entrenamiento de intensidad elevada,
(Green y col. 1984). Es por este motivo que el interválico corto y el muy corto
intensivo son los métodos más indicados para conseguir esta meta. La
duración de los esfuerzos oscilan entre 20”-1’, con una pausa similar al tiempo
de trabajo. Es necesario apuntar la idoneidad que muestra este método en las
primeras semanas de la pretemporada ya que al presentar estímulos muy
cortos y pausas con elevada frecuencia, permite que los jugadores realicen
este tipo de trabajo muy intenso de forma más cómoda.
En cuanto a los contenidos a utilizar en el genérico 3, comentaremos que es la
carrera la que debe predominar, aunque esta se puede combinar con ejercicios
de salto o de agilidad en general. De cualquier forma, siempre debemos tener
en cuenta que los ejercicios generales que combinemos con la carrera deben
presentar unas características que no permitan que la frecuencia cardiaca baje
de los valores indicados.
97
Por último, el genérico 3 también incluye tareas que tienen como finalidad el
desarrollo del sistema energético anaeróbico. En los últimos años, se han
publicado diversos estudios que indican la importancia que presenta en los
deportes intermitentes la capacidad de poder repetir un número elevado de
sprints muy cortos, sin disminuir el rendimiento entre repeticiones. La
capacidad de repetir esfuerzos o RSA se define como la realización de
esfuerzos máximos o casi máximos de menos de 10 segundos de duración,
reproducidos de forma intermitente e intercalada con periodos de recuperación
incompleta (Barbero y col. 2006).
Aunque de momento no se han podido observar correlaciones directas entre la
capacidad de mantener la velocidad de desplazamiento durante sprints
intermitentes y el rendimiento del jugador, es lógico pensar que la disminución
de la velocidad, debido a la fatiga muscular, puede repercutir negativamente
con el rendimiento del jugador. Eso transferido en este tipo de deportes puede
suponer una reducción del número de desmarques y salidas en velocidad de
ataque, o no conseguir llegar a tiempo a las coberturas o a la presión del balón,
en defensa.
El entrenamiento de la capacidad de repetir sprints se realiza a través del
interválico muy corto intensivo. Básicamente, consiste en plantear series de 6 a
10 repeticiones de 15m a 40m con una pausa de 30” a 1’. La recuperación
entre series debe ser completa de 3 a 5 minutos. El número total de
repeticiones es muy variable en función de las distancias utilizadas, momento
de la temporada y características de los sujetos. Pero de forma orientativa,
para niveles de rendimiento elevados, aconsejamos de 30 a 40 repeticiones.
En disciplinas de campo pequeño utilizaremos las distancias más pequeñas
(10-15-20m), en cambio en las de campo grande podemos emplear también las
más largas.
Debido a la variabilidad que presentan estas disciplinas, también puede resultar
interesante diseñar las series con repeticiones de distinta distancia. Otro criterio
que marca la distancia a utilizar es el modelo de programación que seguimos.
Si utilizamos el de capacidad a potencia, en un inicio se emplearan distancias
más largas y, progresivamente, las más cortas. En cambio, si el modelo es de
la potencia a la capacidad, en primer lugar predominan las distancias más
98
cortas y, con el paso de las microciclos, iremos alargando el tiempo de
esfuerzo.
Veamos algunos ejemplos de entrenamiento de la RSA:
En deportes de campo pequeño:
Sin variación de la distancia: 3x10 rep de 15m con 30” de pausa entre
repeticiones y 3’ de recuperación activa
entre series.
Con variación de la distancia: 3x (10-15-20-15-10-15-20-15m con 20”-30”
de pausa entre repeticiones y 3’ de
recuperación activa entre series.
En deportes de campo grande:
Sin variación de la distancia: 2x10 rep de 20m con 30” de pausa entre
repeticiones y 3’ de recuperación activa
entre series.
Con variación de la distancia: 2x(30-20-15-20-30m con 30” de pausa) 3’
de recuperación activa entre series.
La experiencia nos ha demostrado que cuando se ejecuta este tipo de
entrenamiento, el jugador tiende a reducir la pausa. Sin embargo, es importante
mantenerla. Al principio de la serie puede parecer demasiado larga, pero nos
asegura mantener una intensidad alta durante todas las repeticiones.
99
En el siguiente cuadro resumimos las principales características de este tipo de
entrenamiento:
RESISTENCIA GENÉRICA
(Genérico 3)
Vía energética que
deseamos implicar:
Glucólisis oxidativa: glucógeno + oxígeno C02 +
H2O + ATP
Glucólisis anaeróbica: glucógeno Lactato + ATP
Depósitos energéticos
que deseamos gastar
Mayoritariamente el glucógeno muscular y
glucógeno hepático.
COMPONENTES DE LA CARGA
Volumen
Volumen que aconsejamos por sesión en deportes
colectivos: 10’ – 20’.
Intensidad aproximada
del esfuerzo
90% al 100% de la Fc máxima
5-6 mM/l.
90 al 100 % de la VMA.
Contenidos Carrera.
METODOS RECOMENDADOS
Interválico largo
intensivo
2x10’ de carrera al 90% de la Fc máx. con 5’
de pausa.
Interválico medio
intensivo
4x3’ de carrera al 95% de la Fc máx. con 3’
de pausa.
Interválico muy corto
intensivo
15x20” de carrera al 100% de la Fc máx. con
15” de pausa.
100
3.2.4. ENTRENAMIENTO RECUPERADOR:
El entrenamiento recuperador tiene como finalidad facilitar el recobro físico del
jugador después de los partidos. Este tipo de entrenamiento está configurado
por un conjunto de acciones que en los equipos profesionales son ejecutadas
de forma coordinada por los preparadores físicos, médicos y fisioterapeutas.
Concretamente, si nos centramos en las que ejerce el preparador físico, existen
una serie de tareas que se relacionan con el entrenamiento de la resistencia.
Por este motivo, en este trabajo describiremos las características que éstas
deben presentar.
La bibliografía especializada nos prescribe esfuerzos físicos de carácter cíclico
como la carrera o el pedaleo ejecutados a través del método continuo
armónico. Estas actividades deben presentar una intensidad entre moderada y
baja, concretamente, a nivel del umbral aeróbico o entre el aeróbico y el
anaeróbico (2-3 mMl/l de lactato o entre el 55 al 65% de la Fc máx). El volumen
recomendado se sitúa entre 15 y 30 min de duración y siempre está
relacionado con el nivel de entrenamiento de los deportistas (Costill y Wilmore,
2004; McArdle, 2006).
Deseamos remarcar que, en este apartado, en los deportes colectivos todavía
existe una gran influencia de los deportes individuales. Como hemos indicado
anteriormente, en estas disciplinas los deportistas se recuperan de la
competición ejecutando su modelo técnico a menor intensidad de esfuerzo. Por
ejemplo, un atleta después de la competición corre a baja velocidad, un ciclista
pedalea a ritmo fácil. A pocos preparadores físicos se les ocurriría hacer trotar
a un nadador para recuperarse después de la competición. También es difícil
de imaginar que un atleta jugase a fútbol para facilitar dicho proceso. En
cambio, en los deportes colectivos tratamos a nuestros jugadores como si
fueran ciclistas o atletas. La pregunta a realizarnos es ¿por qué?
101
Los postulados de la metodología integrada son ligeramente distintos a los
indicados por la tradicional. Nuestra propuesta sigue las indicaciones que nos
proporcionan multitud de estudios sobre la naturaleza de la carga, como la
intensidad y el volumen, pero está en desacuerdo con la estructura coordinativa
que se aconseja, es decir, la carrera continua o pedaleo. Somos de la opinión
que debemos utilizar ejercicios que simulen los movimientos que se emplean
en la competición: cambios de dirección y de sentido, giros, pequeños saltos…
La tarea debe ser de carácter específico general y ha de presentar una
duración total de 10 a 20’. Se combinan dos tipos de intensidades, una media
que se utiliza para la ejecución de los movimientos específicos, y una baja que
se emplea en la transición entre dichos movimientos. El método de
entrenamiento que recomendamos para realizar este tipo de tareas es el
interválico corto o muy corto extensivo. Como ejemplo representativo
presentamos la siguiente tarea aplicada al fútbol:
Sobre un recorrido de 50m iniciamos el ejercicio realizando 5m de slalom + 10m de
carrera de transición + 5m de carrera hacia atrás + 10m de carrera de transición + 5m
donde se saltan 3 vallas de un palmo de altura + 15m de carrera con cambios suaves
de dirección. Volvemos a la salida con trote muy suave o andando. La pausa entre
repeticiones es corta 30” a 1’.
A no ser que nuestros jugadores estén muy acostumbrados a la carrera
continua porque en nuestros planes de entrenamiento semanal la realizan de
forma sistemática, su utilización para la recuperación puede comportar que
aumente la sensación de pesadez en las piernas y/o acentúe la sobrecarga de
determinadas zonas articulares o musculares. Por otro lado, en este tipo de
deportes es frecuente finalizar el encuentro con golpes y/o inflamaciones de las
articulaciones por lo que debemos recurrir a tareas de carácter genérico. Así, el
uso de bicicletas estáticas o el running pol sin impacto debe sustituir a las
carreras interválicas con movimientos coordinativos específicos. Por último,
recordar que se deben aplicar todas las pautas de ayudas ergogénicas y
fisioterapéuticas indicadas en la bibliografía especializada.
102
RESISTENCIA GENÉRICA
Tipo de
entrenamiento
Volumen Intensidad Método/Contenido
Genérico 1 En dxp campo pequeño:
Distancia ligeramente superior a la
que se recorre en un partido(5-7km)
En dxp campo grande: distancia que
se recorre en un partido (10-12km)
Inferior a la
intensidad media
de juego.
Aproximadamente
sobre el umbral
aeróbico.
Continuo armónico
Carrera
Bicicleta
Remo
Genérico 2 En dxp campo pequeño: distancia
que se recorre en un partido (4 a 5
km)
En dxp campo grande: distancia que
se recorre en una parte
reglamentaria: (5 a 7km).
Igual a la
intensidad media
de juego.
Aproximadamente
sobre el umbral
anaeróbico.
Continuo armónico
Continuo variable
Interválico largo
Carrera
Genérico 3
En dxp campo pequeño:
10% del tiempo total (5’)
En dxp campo grande:
6% del tiempo total (5’)
De 10 a 20 min por sesión.
Superior a la
intensidad media
de juego.
Interválico largo
Interválico medio
Interválico corto
Carrera
Recuperador
De 10 a 20’ Inferior a la de la
intensidad media
de juego.
Interválico corto
Circuitos técnicos
Desplazamientos
específicos
Carrera
Elíptica
Bicicleta estática
Running pool
Cuadro resumen de las características del entrenamiento de la resistencia genérica
103
CAPITULO 4
ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA ESPECÍFICA
104
4.0. INTRODUCCION.
Si retomamos la definición de la resistencia que hemos presentado en el primer
capítulo de este texto: “capacidad para poder soportar las exigencias
físicas, técnicas y tácticas establecidas por un determinado sistema de
juego durante el encuentro y a lo largo de toda la competición”.
Observaremos que con la consecución de los objetivos que hemos formulado
en el apartado de la resistencia genérica, no es suficiente para poder garantizar
que el jugador soporte los requerimientos técnicos y tácticos del sistema de
juego diseñado por el equipo técnico.
Como ya se desarrollará con mayor profundidad en este capítulo, existen
suficientes estudios que evidencian que la eficacia de las respuestas técnicas y
tácticas que realiza el jugador varía en función del estado de fatiga que
presenta en el momento de su ejecución. Lógicamente, el conjunto de estos
errores dificultan la realización óptima de la estrategia preestablecida. Así, la
finalidad de la resistencia específica es la de preparar al equipo para poder
mantener la máxima eficacia posible en los comportamientos técnico-tácticos
que requiere nuestro modelo de juego, sea cual sea la intensidad y nivel de
fatiga que comporte la fase del encuentro que esté jugando.
Nuestra propuesta metodológica se fundamenta en la aplicación de tres tipos
de entrenamientos, que se resumen en el siguiente cuadro y que se trataran
posteriormente en los siguientes apartados de este capítulo.
TIPO ENTRENAMIENTO OBJETIVOS
Resistencia en la
técnica
Tiene como principal objetivo optimizar las
ejecuciones técnicas en diferentes estadios de
fatiga.
Resistencia en la toma
de decisiones
Tiene como principal propósito mejorar la toma de
decisiones en diferentes niveles de fatiga.
Resistencia de juego Su principal meta es optimizar las respuestas
técnico y tácticas establecidas por un determinado
sistema de juego a pesar de los diferentes niveles
de fatiga.
105
4.1. RESISTENCIA EN LA TÉCNICA: CARACTERISTICAS GENERALES.
En los apartados anteriores hemos definido esta categoría como una
manifestación de resistencia en la cual se utilizan tareas con elementos
técnicos básicos del juego, ya automatizados por parte del jugador, con toma
de decisiones inespecíficas (técnica-táctica individual).
El entrenamiento de la resistencia en la técnica tiene como principal finalidad
que nuestros jugadores aumenten o mantengan un alto porcentaje de eficacia
de la estructura coordinativa en diferentes estados de fatiga. Con su
entrenamiento pretendemos disminuir el número de errores que no son debidos
a la toma de decisión sino a la ejecución técnica del movimiento. Es importante
matizar que estos errores no son producidos porque el jugador no domine
adecuadamente la técnica, sino por los efectos que tiene el agotamiento sobre
el sistema nervioso central, como por ejemplo, una disminución de los niveles
de atención/concentración. En un partido es frecuente observar multitud de
equivocaciones provocadas por esta causa, pases mal dirigidos, demasiado
cortos o largos, controles mal orientados…
Existen evidencias científicas que el cansancio que produce un partido conlleva
una disminución del rendimiento físico, pero pocos estudios han investigado los
efectos que esta tiene en la calidad de la ejecución de los elementos técnicos
como los diferentes tipos de pases y lanzamientos. Concretamente, Helguerud
y col. (2001), analizaron el efecto de un programa de entrenamiento de
resistencia realizado a través del interval training durante 8 semanas en
jugadores de fútbol. Se observó un incremento significativo del número de
acciones en el partido y una disminución significativa del número de pases
perdidos.
Otro estudio demuestra que los mejores equipos de fútbol de la liga italiana
realizan un mayor número de pases cortos y presentan una mayor participación
con el balón, que los jugadores que pertenecen a equipos de menor nivel.
Estos elementos técnicos eran los únicos que mostraban una disminución
significativa entre la primera y la segunda parte. Los autores lo atribuyen a los
efectos de la fatiga física (Rampinini y col. 2007).
106
Lyons y col. (2006 ), indican que el cansancio producido por ejercicios como los
splits provocan una disminución estadísticamente significativa en la precisión
de los pases cortos. No obstante, la fatiga provocada por estos ejercicios es
probablemente diferente a la producida por el trabajo intermitente que se da en
el futbol.
Rampinini y col. (2008), encontraron una correlación positiva entre los
resultados obtenidos en el loughborough soccer passing test (LSPT) y el test
yo-yo nivel 1. De tal forma que los jugadores que obtenían un mejor resultado
en el test yo-yo también mostraban un mayor nivel de prestación en el test
LSPT. Este mismo autor también observó como en la muestra analizada, la
precisión del pase corto disminuía de forma significativa después de 5’ de
esfuerzos intermitentes de alta intensidad.
Rampinini y col. (2009), concluyen que la fatiga producida por el partido
comporta una disminución de la eficacia de los pases. Además, también
encontraron efectos negativos en la capacidad de realizar pases cortos
después de realizar ejercicios de alta intensidad. Por tanto, la pérdida de
eficacia en los pases podría estar relacionada con la fatiga acumulada a lo
largo del partido y por los efectos agudos que producen los ejercicios de alta
intensidad de corta duración en la estructura coordinativa de los jugadores.
Rostgaard y col. (2008), presentan un test que tiene como finalidad evaluar los
efectos de los esfuerzos de alta intensidad con el rendimiento técnico en
jugadores de futbol. El estudio demuestra como el rendimiento técnico
disminuía a medida que progresaba el test, y que el rendimiento de los últimos
5 chuts realizados al final del test, era menor que en los 5 primeros.
En el ámbito del rugby, remarcamos el trabajo de Gabbett (2008), donde
encontró que los jugadores que presentaban un mayor VO2 max y mejores
resultados en un test de agilidad, mantenían en condiciones de fatiga, su
habilidad en la técnica del placaje respecto a los jugadores que mostraban una
menor condición física.
107
También en el contexto del waterpolo, se ha analizado la relación existente
entre el nivel de fatiga y la precisión en el lanzamiento a portería. La
investigación consistió en repetir sprints de 30m hasta que los jugadores
registraban una frecuencia cardíaca de 180 puls/min. A esta frecuencia el
jugador realizaba 5 lanzamientos seguidos a diferentes zonas preestablecidas
de la portería. Posteriormente, se repetían los lanzamientos a 150 y 120
puls/min. Los resultados indicaron una disminución estadísticamente
significativa de la precisión en el lanzamiento ejecutado con Fc elevadas (Saez,
2005).
Davey y col. (2002), estudian el efecto del agotamiento en las habilidades
técnicas del tenis. La experiencia se desarrolla mediante la aplicación de
Loughborough tennis skill test. Los resultados indican que la precisión de los
golpeos pueden disminuir hasta un 69% y la del servició un 30%. Los autores
atribuyen este descenso, en gran parte, a la fatiga muscular local.
También en el contexto del tenis destacamos el excelente trabajo de Baiget
(2008). Este autor encuentra una relación estadísticamente significativa entre el
punto de deflexión de la eficacia técnica (PDET) y el umbral anaeróbico. Indica
que los jugadores muestran una clara tendencia a disminuir la efectividad
técnica a partir de dicho umbral. Posiblemente, debido al impacto del aumento
del ácido láctico en la sangre. Otra aportación muy interesante de su
investigación es que establece tres fases que describen la relación entre la
intensidad del esfuerzo/fatiga con el porcentaje de eficacia técnica.
Concretamente, la primera fase denominada “adaptación a la tarea” se
manifiesta con intensidades bajas y niveles de fatiga no significativos. El
comportamiento de la eficacia es irregular. La segunda fase corresponde a la
de la máxima eficacia que es donde se obtiene el mejor porcentaje de eficacia
técnica. Esta fase se relaciona con intensidades que se ubican entre los dos
umbrales ventilatorios. Por último la tercera fase, que el autor denomina
“descenso progresivo”, se inicia a partir del PDET que coincide con el umbral
anaeróbico y finaliza con el final del test progresivo. En este apartado, el
108
porcentaje de eficacia técnica disminuye a medida que aumenta la intensidad y,
evidentemente, la fatiga.
Por último, destacar que otro de los factores que la bibliografía científica
identifica como claro causante de la alteración de la estructura condicional y
coordinativa del jugador es la deshidratación. Estudios como Nelly y col.
(2006), realizados en el ámbito del baloncesto o Saez (2006), en el waterpolo,
encontraron pérdidas del 5 al 25 % de la efectividad y precisión de los
movimientos técnicos por deficiente deshidratación de los jugadores.
Como podemos observar, una gran mayoría de los estudios que hemos
descrito anteriormente aportan conclusiones similares. La primera es que con
la fatiga, la estructura coordinativa del jugador se ve afectada de forma
negativa. Concretamente, se observa que, a medida que aumenta la carga
interna, la precisión de los movimientos técnicos disminuye de forma
estadísticamente significativa. La segunda conlleva que, con la mejora de la
resistencia genérica y/o específica, los efectos que tiene la fatiga sobre la
estructura coordinativa del jugador son mucho menores, aspecto que facilita el
rendimiento. En tercer lugar, se aprecia que cuando el organismo presenta
niveles de activación bajos, es decir, pobre carga interna, implican un menor
nivel de precisión de los movimientos técnicos. Como indican las últimas
investigaciones en la teoría del Arousal se requiere un nivel de activación
concreto para cada jugador. En cuarto lugar, se recuerda que en la
competición, los jugadores siempre ejecutan los movimientos técnicos en
condiciones de fatiga. Por tanto, en el alto rendimiento, donde la técnica ya
está totalmente automatizada, tiene poco sentido entrenar la técnica sino es en
condiciones de fatiga y/o velocidad. En último lugar, es recomendable hidratar
bien a los jugadores durante los descansos en este tipo de entrenamiento.
Como ya hemos indicado, la deshidratación comporta disminuciones
estadísticamente significativas de la eficacia.
109
4.2. METODOLOGIA PARA SU ENTRENAMIENTO
Desde nuestra propuesta observamos que el entrenamiento de la resistencia
en la técnica puede desarrollarse a través de dos metodologías: la tradicional y
la integrada. Como ya se ha indicado, la primera parte de una visión
mecanicista del entrenamiento y establece una relación únicamente
bidireccional entre la técnica y una manifestación de la resistencia en concreto.
Se pretende que el jugador experimente un tipo de fatiga relacionado
directamente con un sistema energético y que, simultáneamente, ejecute de
forma eficaz el modelo técnico solicitado en la tarea. Paralelamente, la técnica
se identifica como un comportamiento coordinativo cerrado donde el jugador,
en función de sus características individuales, se adapta a él y genera lo que
denominamos estilo. La metodología tradicional se fundamenta en las teorías
cognitivas o de procesamiento de información del sistema nervioso central. El
jugador dispone de sistemas reguladores que le permiten comparar su
actuación actual con el objetivo ensayado, tanto de forma continua, mientras se
desarrolla el movimiento, como al final del movimiento, comparando el
resultado final con el pretendido. Según este paradigma, el entrenador define
un modelo ideal que sirve de referencia para poder comparar el rendimiento
(Davids y col. 1994). Esta perspectiva lleva a diseñar tareas donde la estructura
coordinativa está definida al máximo nivel. Delante de una tarea, se exige el
mismo comportamiento técnico a todos los jugadores.
El segundo enfoque, el integrado, se identifica con un planteamiento más
holístico y tiene sus raíces en la teoría de los sistemas dinámicos. En este
postulado, la técnica se relaciona con una conducta coordinativa más abierta
que viene condicionada por las peculiaridades del resto de las estructuras y de
la situación a resolver. Los objetivos de las tareas planteadas podrán
conseguirse mediante distintos comportamientos técnicos. Las condiciones de
la tarea cambiaran con relativa frecuencia para fomentar el desarrollo de la
creatividad de cada jugador.
110
Por último, recordar que la metodología integrada requiere una participación
conjunta de las diferentes manifestaciones de resistencia dentro de la tarea,
con la finalidad de proporcionar y combinar diferentes sensaciones de fatiga en
la ejecución de la técnica.
A continuación presentaremos las pautas metodológicas de la metodología
integrada.
4.2.2. ENTRENAMIENTO A TRAVES DE LA METODOLOGIA INTEGRADA
A diferencia de la metodología tradicional, donde las tareas presentan una
relación únicamente bidireccional entre la resistencia y la técnica y viceversa, la
integrada plantea las tareas desde una perspectiva holística donde las cuatro
estructuras participan y manifiestan un rol totalmente definido. Este método se
fundamenta en plantear a los jugadores diversas situaciones simuladoras
preferenciales, donde se acentúe la relación entre la estructura condicional y la
coordinativa, eso sí, sin excluir las dos restantes.
Estructura coordinativa: se caracteriza por
el empleo de elementos de técnica individualde diversa complejidad. Se incluyen losdesplazamientos específicos con y sin balón.
Estructura cognitiva:presenta un nivel bajo
de especificidad, y esta configuradafundamentalmente por la táctica individual.
Estructura condicional: se caracteriza por
implicar a las manifestaciones de resistenciamás propias del deporte. Se combina elentrenamiento aislado de dichas
manifestaciones de la resistencia con elinterrelacionado.
Estructura socio-afectiva:
Esta compuesta por elementos quefavorezcan la comunicación básicaemocional con la pareja directa de juego
111
Peculiaridades de la estructura coordinativa:
La estructura coordinativa se caracteriza por el empleo de elementos de
técnica individual de diversa complejidad donde también se incluyen los
desplazamientos específicos con y sin balón.
Esta estructura debe ser abordada desde la perspectiva de los sistemas
dinámicos (Balagué y Torrents, 1998). Así, no debemos plantear la técnica
como un modelo totalmente cerrado donde el jugador tiene como principal
finalidad reproducirlo de forma idéntica, sino que, en este contexto, se
formulará un objetivo y un porcentaje de eficacia a cumplir. Será el propio
jugador quien descubra y experimente los distintos comportamientos técnicos
posibles y cuál de ellos le permite conseguir los porcentajes exigidos. Con el fin
de clarificar un poco más esta visión holística, Torrents (2005), nos refiere a los
postulados de Bernstein para explicar que para ser un experto se debe dominar
la tarea en todas las situaciones posibles. Pero como las condiciones nunca
son las mismas, la práctica debe encaminarse no sólo a conseguir un
automatismo de la tarea sino a desarrollar estrategias motrices flexibles que se
adapten a los cambios del medio. Para este autor, la práctica no consistiría en
repetir la posible solución, sino en el proceso de solucionar los problemas
mediante técnicas que se modifican y perfeccionan en cada repetición. La
práctica será un particular tipo de “repetición sin repetición” (Bernstein, 1967).
De esta forma, el entrenamiento de la resistencia en la técnica desde la
metodología integrada debe huir del planteamiento de comportamientos
técnicos cerrados y repetitivos, para diseñar tareas donde las respuestas
técnicas sean abiertas y que estén directamente relacionadas con la
consecución de un objetivo. No basta simplemente con realizar un determinado
número de ejecuciones técnicas en diferentes grados de fatiga, sino que dentro
de la variedad debemos exigir un determinado porcentaje de eficacia en cada
tarea. Este porcentaje deberá fijarse de forma individual, en función del nivel de
rendimiento del jugador y el momento de la temporada. Aconsejamos que en
alguna parte de la tarea se proporcione un feedback inmediato.
112
Otros aspectos a considerar son las características que debe presentar la
estructura coordinativa de la tarea en función del nivel de dominio de la técnica
que presenta el jugador. Probablemente, en la iniciación deportiva puede ser
muy interesante aumentar la variedad de los estímulos para optimizar los
sistemas y hacerlos más flexibles y adaptables. En niveles superiores de
rendimiento se variarán las condiciones en las que se ejecute dicha
técnica. Los jugadores deben adaptarse a multitud de situaciones distintas por
lo que se debe realizar la práctica en situaciones muy variadas. Proponemos
que el entrenamiento sistemático de la resistencia en la técnica se centre sobre
aquellos elementos técnicos que el jugador tenga un nivel de dominio elevado.
Peculiaridades de la estructura cognitiva:
Esta estructura presenta un nivel bajo de especificidad y está configurada
fundamentalmente por la táctica individual y especialmente las tomas de
decisiones que realiza el jugador sobre cualquier acto del juego. Se identifica
con la elección del gesto técnico y la acción táctica más idónea para superar al
oponente directo. La selección del comportamiento técnico estará condicionada
por la situación de juego que se presenta, colocación del adversario, espacios
libres y nivel de prestación de la estructura coordinativa del jugador. Respecto
a la estrategia a seguir para rebasar al oponente directo, estará determinada
por el espacio, el tiempo y las posibles relaciones de colaboración con los
compañeros que ayuden a superar la situación de juego que se ha establecido.
Otra característica que define a esta estructura en la resistencia en la técnica,
es que, de forma mayoritaria, las tareas deben presentar estímulos
inespecíficos para que el jugador responda con respuestas específicas. Por
ejemplo, la tarea se inicia con un estímulo inespecífico a nivel auditivo “1” o “2”,
y el jugador responde con un comportamiento específico: 1= tiro a canasta y 2=
entrada a canasta. El estímulo inespecífico también puede proceder de
naturaleza visual o kinestésica. Tareas donde se combinen estímulos de
distinta procedencia sensorial y que se manifiesten de forma aleatoria en el
tiempo favorecen que nuestros jugadores se adapten con mayor facilidad a las
situaciones cambiantes. Estos aspectos metodológicos refuerzan la coherencia
con el modelo de referencia del entrenamiento integrado, la teoría de los
sistemas dinámicos.
113
Peculiaridades de la estructura socio-afectiva:
Esta estructura estará compuesta por elementos que favorezcan la
comunicación básica emocional con los jugadores que tienen una mayor
interrelación en el juego. Esta concordancia pretende generar conocimiento,
aceptación, confianza y respeto hacia el compañero. Debe de permitir alternar
roles de responsabilidad y liderazgo para conseguir el protagonismo de ambos
y no la subordinación.
Peculiaridades de la estructura condicional:
Como ya hemos comentado anteriormente, a diferencia de la metodología
tradicional, la integrada no busca el desarrollo de un solo sistema energético
sino que pretende combinar la participación de los tres en una misma tarea. La
metodología integrada nos permite acentuar la carga sobre un determinado
sistema, pero es imprescindible que también se impliquen los restantes
sistemas energéticos. Es importante matizar que el acento sobre un
determinado metabolismo responde, principalmente, al ritmo de juego que se
desea entrenar y no al objetivo de optimizar un sistema energético en concreto.
Durante el juego, el nivel de fatiga y sus efectos no son constantes ni
uniformes en el tiempo.
En función de la
frecuencia y
temporalidad de las
acciones de juego las
sensaciones de fatiga
que experimentará el
jugador serán
cambiantes. Por
ejemplo, los efectos y
las sensaciones de
cansancio que produce un trabajo de naturaleza aeróbica son diferentes a las
que comportan los esfuerzos anaeróbicos. Por esta razón, el entrenamiento de
Diferentes sensaciones de fatiga
Sistemas energéticos
(Aeróbico, Láctico y Aláctico)
Tareas donde se
experimenten de forma conjunta y aleatoria dichas
sensaciones
Comportamientos
Técnicos
% de eficacia
Estructura
Condicional
Estructura
Coordinativa
114
% Efectividad
Técnica
95%
90%
85%
80%
70%
la resistencia a la técnica debe proporcionar y combinar al jugador diferentes
tipos de fatiga y obligarlo a conseguir % determinados de eficacia.
El involucrar la participación de los tres sistemas energéticos dentro de una
misma tarea es lo que nos posibilita el proporcionar al jugador esta variedad de
sensaciones relacionadas con los diversos tipos de fatiga. El método iterativo
ya descrito en este trabajo facilita la consecución de dicho objetivo.
En nuestra propuesta los componentes de la carga de la tarea se establecen
en función del ritmo de juego que se desea entrenar. Los parámetros
fisiológicos como la frecuencia cardiaca ayudan a complementar su control
pero no son el punto de partida para su prescripción. Si la tarea es de carácter
ofensivo, su intensidad de ejecución se determinará mediante el ritmo ofensivo.
En cambio, si el ejercicio presenta un objetivo defensivo recurriremos al ritmo
defensivo.
Otro aspecto peculiar de esta metodología es que el volumen, la intensidad y la
densidad que configuran las tareas deben formularse en función de los
porcentajes de eficacia que deseamos conseguir en la sesión. Estos
porcentajes irán variando en función del ritmo a que deseamos entrenar, del
momento de la temporada y, evidentemente, del nivel de rendimiento que
presenten los jugadores de nuestro equipo. Por ejemplo:
115
El porcentaje de efectividad técnica se puede relacionar con otras variables
como la frecuencia cardiaca o el lactato. En nuestra propuesta abogamos por
la que se puede establecer entre el ritmo de juego y el % efectividad.
La formulación de los porcentajes de eficacia se puede realizar de diferentes
formas. Una posibilidad es controlar regularmente la eficacia manifestada en
las tareas e intentar con el entrenamiento mejorar los aciertos. Otra posibilidad
es establecer los porcentajes a través de la observación de la competición. Por
ejemplo, la siguiente figura muestra el índice de eficacia en los partidos de un
equipo de fútbol.
Figura extraída y modificada del trabajo final de Master .índice de eficacia en la competición. Garcia (2006).
Índice de Eficacia de las acciones determinantes del C.G.T
60
70
15
50
45
40
30
11
6
17,5
5
10
8
7
9
7
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Chutes fuera área
Chutes dentro área
1x1 Contra portero
Remates cabeza pase córner
Remates cabeza pase falta
Remates cabeza pase durante juego
Chutes falta
Penaltys
Total Acciones Acciones Exitosas
116
Como ya hemos comentado y descrito anteriormente, Baiget (2008), en la
ejecución de una tarea progresiva que finaliza con la extenuación de los
jugadores, establece estas tres fases:
Las conclusiones de esta tesis doctoral nos facilitan la formulación de los
objetivos de la resistencia en la técnica. Concretamente, el entrenamiento de
esta manifestación en los deportes de equipo debe ir encaminado a conseguir
estas tres metas:
1º Disminuir al mínimo tiempo la primera fase. Cuanto menos tiempo requiera
el jugador para adaptarse a la situación y conseguir la máxima eficacia, mucho
mejor. Podemos facilitar esta meta si nos aseguramos que el deportista inicie la
tarea presentando un nivel de activación óptimo. Este se puede conseguir con
mayor facilidad si el jugador ha realizado correctamente el calentamiento y
hemos conseguido que la tarea propuesta despierte su interés y motivación.
2º Aumentar la duración de la segunda fase e incrementar el porcentaje de la
máxima eficacia. Buscamos retrasar al máximo el PDET. Baiget (2008), en
jugadores de tenis de alto nivel observa que este punto se encuentra en el
segundo umbral ventilatorio. Curiosamente, en los deportes de equipo la
intensidad media de la competición se ubica alrededor de este umbral. Si con el
117
entrenamiento somos capaces de retrasar el PDET conseguiremos que
nuestros jugadores mantengan su eficacia técnica en niveles superiores de
fatiga.
3º Disminuir la pendiente de la tercera fase. Se pretende disminuir al máximo
el porcentaje de pérdida de efectividad técnica una vez sobrepasado el PDET.
Este aspecto facilitará que en la segunda parte o las últimas fases del
encuentro disminuyan el número de pases perdidos, lanzamientos a portería o
canasta, etc.
Así, la metodología aplicada debe asegurar que cuando se diseñe la tarea el
jugador consiga llegar al punto de deflexión de la efectividad técnica. Porque es
a partir de este momento cuando realmente estamos entrenando para
conseguir el objetivo que se asocia con el entrenamiento de la técnica-fatiga.
Características Metodológicas:
Las pautas metodológicas que prescribimos para el entrenamiento de la
resistencia en la técnica son producto de combinar y coordinar todas las
características que hemos presentado de cada una de las cuatro estructuras
que configuran las tareas. De forma general, las tareas mostrarán una
integración de las tres vías energéticas con participación aleatoria, pero
buscando incidir en un ritmo de juego determinado. Se exigirán
comportamientos técnicos abiertos ejecutados en condiciones de realización
variables, con tomas de decisiones múltiples relacionadas con la táctica
individual, todo ello acompañado con pautas que fomenten el conocimiento,
aceptación, confianza y respeto hacia al compañero de juego.
La metodología integrada la hemos estructurado en tres niveles de intensidad
que simulan los diferentes estados de fatiga durante los que el jugador deberá
ser eficaz en sus comportamientos técnicos. Los niveles son los siguientes:
1. Resistencia en la técnica (intensidad media).
2. Resistencia en la técnica (Intensidad máxima).
3. Resistencia en la técnica (intensidad supramáxima).
118
Resistencia en técnica Intensidad media
Resistencia en técnica Intensidad máxima
Resistencia en técnica Intensidad supramáxima
-
+
Número de acciones
técnico-tácticas por unidad de
tiempo
Pero en este caso, cada nivel se relaciona con una clase de ritmo de juego y, a
la vez, las tareas se orientan hacia la capacidad o hacia la potencia.
Otro aspecto metodológico muy importante a tener en cuenta cuando
diseñamos las tareas es el número de acciones técnico-tácticas que las
configurarán. Este elemento está totalmente relacionado con el tipo de ritmo al
que deseamos entrenar. A medida que incrementamos el número de acciones
a realizar en un mismo tiempo, también lo hará el ritmo. Remarcar que en la
manifestación de resistencia que estamos desarrollando, incidiremos sobre el
ritmo aumentando o disminuyendo el número de acciones técnicas que los
jugadores deberán ejecutar en la tarea. El acento sobre número de acciones
tácticas se reserva para el entrenamiento de la resistencia en la toma de
decisiones.
Otra posibilidad consiste en modificar el ritmo manteniendo el número de
acciones técnicas y disminuyendo el tiempo de esfuerzo. Esta opción tiene un
menor margen de actuación debido a que la duración de las tareas está
siempre condicionada por su orientación, hacia la capacidad o a la potencia.
Por ejemplo, si la tarea está dirigida a la potencia, la duración de los estímulos
alácticos oscilarán entre 5 y 10”, los lácticos sobre 15-30” y los aeróbicos de
30” a 1’. Pero como puede observarse, existe un relativo margen de actuación
si proponemos estímulos de la parte baja del intervalo temporal indicado, es
decir 5, 15 y 30”. Todo ello sin olvidarnos de la obligada aleatoriedad que debe
existir entre la participación de los sistemas energéticos.
119
Por último, recordamos que los métodos de entrenamiento que disponemos
para entrenar esta manifestación de la resistencia a través de la metodología
integrada son el continuo variable y el iterativo estructurado de forma continua
o fraccionada.
4.2.2.1. RESISTENCIA EN LA TÉCNICA A INTENSIDAD MEDIA
El entrenamiento de la resistencia en la técnica a intensidad media de partido
se puede entrenar a través de un iterativo continuo orientado a la capacidad. La
duración la tarea oscila entre 20’ y 30’ en función de su finalidad,
mantenimiento o desarrollo. En este caso, se combinan esfuerzos que implican
a las capacidades de los tres sistemas energéticos y siempre de forma
aleatoria. En las posibles subtareas que configuran la tarea debe exigirse el
cumplimiento de un porcentaje de eficacia determinado previamente.
Los componentes de la carga se configuran en función del ritmo medio de
juego. El número de acciones técnico-tácticas que realizan los jugadores en
cada subtarea también están en relación con el ritmo medio.
La respuesta fisiológica que esperamos en el organismo es similar a la
observada en el encuentro. La frecuencia cardiaca media de la tarea deberá
ser equivalente a la del partido y la concentración del ácido láctico oscilará
entre 3 y 6 mMl/l.
4.2.2.2. RESISTENCIA EN LA TECNICA A INTENSIDAD MAXIMA
Esta manifestación se desarrolla mediante un iterativo continuo orientado a la
potencia. El planteamiento a seguir es similar al anterior, pero en este caso la
duración de la tarea es mucho menor, sobre los 5’-10’. Al orientarse hacia la
potencia se combinan esfuerzos que implican a las potencias de los tres
sistemas energéticos, también siempre de forma aleatoria. El control de la
eficacia sigue siendo clave para observar la evolución de esta manifestación de
la resistencia.
Este tipo de entrenamiento se identifica con el ritmo máximo, esta relación
obliga a incrementar el número de acciones técnico-tácticas de las subtareas
por unidad de tiempo.
120
Al final de la tarea, la frecuencia debe ubicarse en valores máximos, del 95 al
100% y la concentración de ácido láctico entre 6 y 14 mMl/l.
4.2.2.3. RESISTENCIA EN LA TECNICA A INTENSIDAD SUPRAMAXIMA
Este entrenamiento busca la ejecución de un número de acciones técnico-
tácticas por unidad de tiempo muy superior a las que se producen durante el
encuentro. Lógicamente, estas tareas conllevan una elevada participación del
sistema anaeróbico con notables concentraciones de lactato y porcentajes de
frecuencia cardiaca altos. El sufrimiento de los jugadores es superior a
cualquier fase del partido ya que organizamos los componentes de la carga de
tal forma que los niveles de lactato sean superiores a los observados en el
encuentro. Todos estos aspectos favorecen que los porcentajes de eficacia en
la ejecución técnica disminuyan de forma notable.
Como puede apreciarse en las siguientes figuras, esta manifestación se
desarrolla a través del método iterativo fraccionado y presenta doble
orientación, hacia la capacidad o hacia la potencia.
Si se dirige a la capacidad, se combinan de forma aleatoria esfuerzos que
impliquen a la capacidad anaeróbica láctica con la aláctica (30” a 1’30” con 10”
a 20”). El tiempo de pausa viene definido por una densidad de 1:1 a 1:2. En los
deportes de campo pequeño recomendamos que predomine una densidad de
1:1. En los de campo grande pueden disponerse de forma más equilibrada.
Insistimos que la asignación de la pausa también se otorgará de forma
aleatoria. El número de repeticiones es relativamente bajo y siempre está en
función de los objetivos específicos del equipo, pero de forma orientativa
aconsejamos entre 8 y 10. Por ejemplo 2 series de 8 rep con 5’-7’ de
recuperación desarrollando otra subtarea de baja intensidad.
La orientación hacia la potencia, sigue los mismos principios. En este caso se
disponen esfuerzos que se identifiquen con la potencia anaeróbica láctica y la
aláctica. La densidad disminuye de 1.2 a 1:3. La pausa, en los dos casos, se
ejecuta de forma activa. El número de repeticiones tiende a ser menor que en
la orientación a la capacidad, recomendando entre 6 y 8.
121
En las dos orientaciones es importante que los contenidos elegidos y su
ordenación permitan que el jugador pueda ejecutar un número de acciones por
unidad de tiempo muy elevado. Debe ser muy superior al que caracteriza a
nuestro sistema de juego.
EJEMPLOS
Esta tarea está organizada en forma de circuito y se desarrolla a través de un
iterativo de intensidad media orientado a la capacidad. Se requiere un balón
para cada jugador. El circuito está compuesto por 6 subtareas. Para pasar de
una a otra es necesario que el jugador logre un objetivo previamente
establecido. Gana el jugador o equipo que consiga realizar un mayor número
de vueltas en el tiempo acordado.
La estructura coordinativa:
Está constituida por 6 subtareas o estaciones:
1ª A 10m de la portería, chutar y tocar el palo lateral de la portería.
2ª Realizar un gol desde 10m. El balón debe introducirse por la parte alta de la
portería (una zona de 1m delimitada por una cinta de plástico).
3ª Chutar y tumbar un cono ubicado a 10m del jugador.
4ª Chutar y pasar el balón entre dos picas separadas por medio metro y
situadas a 10m del jugador.
5º Gol directo desde córner.
6º Desde el córner chutar y conseguir que el balón se pare dentro del círculo
del medio campo.
Estructura condicional:
La tarea tiene una duración de 20 minutos. Durante este tiempo el jugador
debe realizar el máximo número de vueltas al circuito. No existe ninguna pausa
entre estaciones. Cada vez que se chuta el jugador debe ir a recuperar el balón
y si ha conseguido el objetivo se dirige hacia la siguiente subtarea. De lo
contrario regresa a la zona de inicio de la anterior. Es el propio jugador quien
regula la intensidad de la carrera para ir a recuperar el balón y retornar a la
posición inicial de cada subtarea o la transición entre subtareas.
122
Estación 1 : Tocar palo 10m.
Estación 4 : Gol parte alta
Estación 6 : Pasar balón entre 2 picas 10m.
Estación 3 : gol directo corner
Estación 5 : balón en circulo medio campo
Estación 2 : Tumbar cono 10m
Estructura cognitiva:
Cada jugador determinará la estrategia a seguir para regular la energía durante
los 20’ de esfuerzo y conseguir el mayor número de vueltas al circuito. También
deberá centrarse en agudizar sus procesos perceptivo-cognitivos para
optimizar su estructura coordinativa.
Estructura socio-afectiva:
Se establece un premio para el ganador o ganadores, aspecto que aumenta
notablemente la motivación y el nivel de activación de los jugadores. La tarea
se puede organizar de diferentes formas en función de los objetivos que
perseguimos de esta estructura. Por ejemplo: se puede realizar por parejas,
con la finalidad de fomentar el conocimiento y la capacidad de colaboración
entre dos jugadores. Otra posibilidad es por equipos o líneas. Por ejemplo, los
defensas, los centrocampistas y los delanteros. Al final de los 20 minutos se
contabilizan y se suman las vueltas que ha realizado cada uno de los
componentes. En este caso se puede potenciar la cohesión y la colaboración
entre jugadores que ocupan una misma posición. Como se puede apreciar, las
posibilidades son múltiples.
Ejemplo: Resistencia en la técnica intensidad media. Iterativo continuo orientado a la capacidad. 1X20’.
123
En esta tarea se muestra el concepto más puro o menos sistematizado del
método iterativo. El porcentaje de participación de los tres sistemas energéticos
viene determinado por la estrategia de los jugadores. Por ejemplo, en la
estación 1, si el jugador no consigue tocar el palo, puede decidir ir a buscar el
balón realizando un sprint y retornar a la línea de los 10m trotando a ritmo lento
para recuperar y volver a chutar con pulsaciones bajas. Otra estrategia, sería ir
y volver a la máxima velocidad. Como ya se ha dicho, las posibilidades son
múltiples.
Finalizamos este apartado adjuntando un resumen de las principales
características.
124
RESISTENCIA EN LA TÉCNICA (Orientación hacia la capacidad)
Vías energéticas
implicadas en la tarea -Glucólisis oxidativa: glucógeno + oxígeno C02
+ H2O + ATP
-Glucólisis anaeróbica: glucógeno Lactato + ATP
-ATP + PC.
Intensidad de la tarea Ritmo de juego medio.
Al final de la tarea los jugadores deben presentar
valores fisiológicos que se ubiquen entre el Umbral
aeróbico y anaeróbico, 75 al 85% de la Fc máxima,
3-5mMl de lactato.
Volumen total de tarea Disciplinas campo grande y pequeño:
Desarrollo: 10’ a 20’
Mantenimiento: 5’ a 15’
Duración de las
subtareas
Subtareas lácticas: 30” a 1’30”-2’.
Subtareas alácticas: 10” a 20”
Las transiciones entre subtareas presentarán
naturaleza aeróbica. Su duración es muy flexible y
variable en función de la duración total de la tarea.
Aconsejamos estímulos de 30” a 1’30”
aproximadamente.
Contenidos Específicos Generales.
Específicos Dirigidos.
Métodos Iterativo continuo.
Iterativo fraccionado.
Continuo Variable.
125
RESISTENCIA EN LA TÉCNICA (Orientación hacia la Potencia)
Vías energéticas
implicadas en la tarea -Glucólisis oxidativa: glucógeno + oxígeno C02
+ H2O + ATP
-Glucólisis anaeróbica: glucógeno Lactato + ATP
- ATP + PC
Intensidad de las tareas Ritmo de juego máximo y supramáximo.
Al final de la tarea los jugadores deben presentar
valores fisiológicos que se ubiquen sobre el V02
max, 90 al 100% de la Fc máxima, 8-14mMl de
lactato
Volumen total de tarea Disciplinas campo grande y pequeño:
Desarrollo: 10’ a 20’
Mantenimiento: 5’ a 15’
Duración de las
subtareas
Subtareas de potencia láctica: 15” a 30”.
Subtareas de potencia aláctica: 5” a 10”
Subtareas de potencia aeróbica: 30” a 2’
Contenidos Generales/Dirigidos
Métodos Iterativo, C.Bosco, C.Variables.
126
4.3. RESISTENCIA EN TOMA DE DECISIONES: CARACTERISTICAS
GENERALES.
La resistencia en la toma de decisiones la hemos definido como un conjunto de
actividades que engloba elementos técnicos y resoluciones específicas
relacionadas con la estrategia y la táctica de nuestro equipo. Este tipo de
entrenamiento tiene como principal objetivo entrenar los procesos cognitivos en
diferentes estadios de fatiga y mejorar su eficacia y rapidez. Sabemos que la
fatiga física no solo afecta a las estructuras condicional y coordinativa sino que
también afecta a la cognitiva y socioafactiva (McMorris y Graydon,1996;
McMorris y col. 2005).
La fatiga del sistema nervioso central
(SNC) comporta un aumento de la
somnolencia del individuo, una
disminución de la efectividad de la tarea y
una respuesta motora más lenta a
diversos tipos de estímulos, (Almirall y
col., 1995). Como es evidente, el estado
de activación del SNC del jugador condiciona el número de errores tácticos que
puede realizar durante el encuentro. De todos es conocido como afecta al
rendimiento las fiestas y las pocas horas de sueño antes de los partidos.
La fatiga del SNC se ha analizado a través de diferentes técnicas. Una de ellas
es el análisis de la frecuencia crítica de fusión ocular (FCF), determinada
mediante el flicker. Simonson y Brozek (1952), mostraron la relación que existía
entre los Umbrales Flicker Fusión (UFF), el nivel de activación cortical y la
fatiga del SNC, postulando que una disminución en los umbrales estaría
relacionada con un aumento en la fatiga del SNC. En esta misma línea, Almirall
(1986), observó que el SNC entra en un estado de fatiga, cuando la FCF
sobrepasa el 5% de decrecimiento de la medición final con respecto a la inicial.
En el ámbito deportivo también se ha estudiado qué comportamiento
experimenta la FCF cuando aplicamos cargas de diferente naturaleza
energética. Concretamente, se han observado dos fases, en la primera de las
cuales se constata un aumento de la FCF. Esta se manifiesta cuando se
empieza la práctica de actividad física y responde a la activación del SNC. Este
127
comportamiento es lógico y se relaciona con el que también experimentan los
restantes sistemas como cardiovascular, respiratorio, cuando se realiza un
esfuerzo físico. La segunda fase consiste en una disminución significativa de la
FCF, indicando que el SNC ha entrado en un estado de fatiga. Es importante
matizar que esta fase no siempre se manifiesta, y estará en función de las
características de la carga de entrenamiento y en qué medida ha afectado al
organismo del deportista. Por ejemplo, Solé y col. (2004), aplicaron a un grupo
de estudiantes de educación física diferentes tipos de entrenamientos de
resistencia. Al final de todas las tareas se observó un incremento significativo
de la FCF, indicando una activación del SNC. Pero, parece ser que los
estímulos presentados no fueron lo suficientemente fuertes para inducir una
fatiga del SNC. Estos resultados coinciden con otro tipo de pruebas máximas
como por ejemplo después de realizar el test de VO2 max en cicloergómetro
(Davranche y col, 2005). Clemente y col. (2011), analizaron la fatiga del SNC
después de realizar un test de capacidad de sprints repetidos (RSA) en
jugadores de fútbol profesionales. Los resultados de este estudio mostraron
que después de realizar el test RSA los umbrales (UFF) disminuyeron,
indicando así el efecto que ha tenido este protocolo sobre el SNC.
Durante varios años, la relación entre fatiga y toma de decisión se ha explicado
mediante la teoría de la “U” invertida propuesta por Easterbrook (1959). Esta se
basa en la hipótesis que la capacidad de atención del jugador se ve afectada
por el estado de excitación de su sistema nervioso central (arousal state). A
bajos niveles de activación de los individuos aumenta el número de estímulos
percibidos en el entorno, muchos de los cuales son irrelevantes y pueden
perjudicar el rendimiento cognitivo. A medida que incrementa el nivel de
activación, los individuos son capaces de centrar su atención en aquellos
aspectos o estímulos más importantes y determinantes. En este punto, la
atención-concentración alcanza un óptimo nivel y, también lo hace, el
rendimiento cognitivo. No obstante, si el nivel de activación continua
aumentando, la concentración vuelve a disminuir y dejamos de percibir algunos
de los estímulos importantes y el redimiendo decae. Esta teoría se cumple en
diversos estudios, por ejemplo el realizado por Chmura y col. (1994), donde
observaron como el tiempo de elección mejoraba cuando incrementaba la
128
Control Activación
NIVEL ÓPTIMO
EFICACIA
ACTIVACIÓN
Gordillo (2006)
Control Activación
intensidad del ejercicio hasta el 75 % VO2 max, después de la cual, el
rendimiento rápidamente se deterioraba. La principal crítica hacia estos
estudios se apoya en que la fatiga se indujo de forma inespecífica,
principalmente mediante cicloergómetros y tapiz rodante.
En estos últimos años la mayoría de las publicaciones en el ámbito de los
deportes colectivos no están de acuerdo con los postulados de la “U” invertida.
Estas teorías se apoyan en la
necesidad de que la tarea a
realizar tenga un carácter
específico. Sugieren que si el
esfuerzo cognitivo aplicado es
suficiente, el subsiguiente
aporte de recursos de
información relativa a la tarea,
puede mantener el rendimiento
incluso a esfuerzo máximo. La
especificidad de la tarea puede permitir a sujetos adiestrados poner en práctica
estrategias de autocontrol y autoevaluación para optimizar el rendimiento en
condiciones cambiantes. Sólo cuando el jugador sobrepasa el estado de
homeostasis se produciría un alto nivel de activación que provocaría una
disminución del rendimiento cognitivo (McMorris y Graydon, 2000; Kitsantas y
Zimmerman, 2002). Concretamente, Royal y col. (2006), desarrollan una
experiencia en el waterplo, donde 14 jugadores juniors de la selección
australiana realizaron 4x8 repeticiones de 18” de una tarea específica
ejecutada a intensidad máxima y observaron que la toma de decisión mejoraba
con la fatiga. Esos autores concluyen que en el deporte de élite se requiere
plantear un nivel de activación elevado para mejorar la toma de decisiones.
McMorris y Graydon (1996), realizaron un estudio donde lo sujetos tenían que
tomar una decisión a 3 niveles de intensidad diferentes: parado, 70% de la
potencia máxima, y 100% de la máxima potencia. Después de cada situación,
se registraba la precisión en la decisión y la velocidad de esta. La tarea
consistía en 10 situaciones de ataque donde los sujetos tenían que responder
con precisión y tan rápido como fuera posible, si el jugador con posesión del
129
balón corría, pasaba, driblaba o chutaba. Los resultados indicaron que la
precisión en la toma de decisiones, tanto para jugadores con experiencia como
sin experiencia, no disminuía en el ejercicio a máxima intensidad. La velocidad
de decisión en jugadores inexpertos, contrariamente a lo que se esperaba, no
se mejoró con ejercicio moderado, pero si en el ejercicio a máxima intensidad.
Otro estudio en este ámbito es la tesis doctoral de Refoyo (2001), en la que
relaciona las decisiones tácticas con las respuestas biológicas en los jugadores
de baloncesto. Una de las principales conclusiones de esta investigación fue la
demostración de que a mayor intensidad fisiológica en la acción, mayor era el
número de decisiones erróneas que toma el jugador.
Estos estudios científicos contrastan con lo que se aprecia de forma empírica
en los partidos, donde se observa un incremento de los errores tácticos en la
segunda parte donde los efectos de la fatiga son notablemente más evidentes.
Estas contradicciones entre la ciencia y la práctica hacen entrever que todavía
se sabe poco sobre cómo estos elementos: percepción, experiencia, toma de
decisiones y habilidades motoras, responden a la fatiga.
Por otro lado, no debemos olvidar que, en el proceso de la toma de decisión
hay una fase determinante que es la obtención de la información. En el caso de
los deportes colectivos, sabemos que una mayor parte de esta se obtiene a
través del sistema visual. La visión está configurada por un conjunto de
habilidades visuales, como la agudeza visual estática y dinámica, la visión
periférica, la flexibilidad acomodativa, los movimientos oculares sacádicos y de
seguimiento, etc (Gregg, 1987). Todas ellas permiten que el jugador pueda
realizar una exploración visual de cada situación de juego, obtener información
y posteriormente actuar (Moreno y col. 2003). Papin (1984), define la
exploración visual como el análisis de nuestro especio visual a través de la
conducta ocular. El comportamiento visual específico está sujeto al
aprendizaje. Bard ya en 1975, observó mediante el oculómetro NAC Eye-Mark
System, que los jugadores expertos en baloncesto realizaban un número
menor de fijaciones oculares que los debutantes para explorar un mismo
estímulo (3,3 vs 4,9). Asimismo determinó que el tiempo de las fijaciones era
menor y que el lugar donde se realizaban variaba en función de la experiencia
y nivel de jugador. Los expertos miraban un 24,5% de las veces el espacio
130
libre, mientras que los debutantes sólo lo hacían en un 12,8% de las ocasiones.
En esta misma línea, Bard y col. (1981), también constataron otras diferencias
como que los expertos tienen tendencia a realizar mayores secuencias de
fijaciones oculares a su par defensivo, mientras que los principiantes realizan
un mayor número de fijaciones sobre su par ofensivo.
En el ámbito científico, el efecto que tiene la fatiga sobre las habilidades
visuales todavía presenta muchos interrogantes. Determinados estudios han
observado como la fatiga física y el stress afecta a las habilidades visuales y,
lógicamente, este aspecto puede dificultar la fase de obtención de la
información.
Por último, es interesante tener presente que las decisiones se ven influidas
por el estado anímico y afectivo del jugador. Aspectos como el rol que se ocupa
dentro del equipo, el nivel de confianza en sus posibilidades, la presión del
ambiente o de la evaluación subjetiva del riesgo que conllevan dichas acciones
condicionaran, sin duda, la toma de decisión.
4.4. METODOLOGIA PARA SU ENTRENAMIENTO.
Como ya hemos comentado anteriormente, la metodología tradicional tiene sus
orígenes en los deportes individuales, concretamente en el atletismo, la
natación y el remo. Debido a que en estas disciplinas la toma de decisión no
existe, esta metodología no ha desarrollado las pautas a seguir para su
entrenamiento. La metodología tradicional no contempla el concepto de táctica
individual, sólo el de táctica colectiva. En cambio, la metodología integrada
entiende que, para facilitar el aprendizaje de la táctica colectiva, es necesario
desarrollar previamente la táctica individual. Es por esta razón que las pautas
que describiremos a continuación se identificaran exclusivamente con la
metodología integrada.
La toma de decisión se define como un proceso mediante el cual se selecciona
la respuesta motriz apropiada entre un rango de posibilidades. Desde una
perspectiva cognitivista, esta acción siempre implica tres mecanismos:
131
1. La percepción: en esta fase recibimos la información de la situación que
se nos presenta a través de nuestros sentidos.
2. Decisión: toda esta información se procesa a nivel cognitivo, es decir, se
asocia y se compara con experiencias anteriores. Posteriormente,
seleccionamos la respuesta adecuada entre los programas que
guardamos en nuestra memoria.
3. Ejecución: ejecutamos la respuesta que corresponde a nuestra toma de
decisión.
En la actualidad esta teoría todavía no es capaz de explicar cómo es posible
que los jugadores ejecuten las tres fases en periodos temporales tan breves
como exigen los deportes colectivos. Otras cuestiones a resolver son la
capacidad de almacenar tal cantidad y variedad de patrones motores o, cómo
se toman las decisiones más creativas que no han sido entrenadas con
anterioridad y que con frecuencia se manifiestan en el juego de forma
espontánea.
La propuesta metodológica que presentamos requiere desarrollarse desde un
paradigma más abierto y flexible como es el ecológico, donde la toma de
decisiones no es sólo el resultado de un proceso de entrada y salida, sino que
funciona y se organiza mediante interacciones del sistema individuo-ambiente.
Desde esta perspectiva las decisiones emergen por procesos de auto-
organización bajo la presión de los elementos condicionantes tanto
individuales, de la tarea y del entorno. En un partido, la decisión de pasar o
lanzar dependerá de la situación de los compañeros, de la posición y calidad
de los defensores, del resultado en el marcador, de la presión del público, de
las instrucciones del entrenador, del nivel de fatiga del jugador, etc. (Balaguer y
Torrents 2011).
Por esta razón, esta metodología plantea las tareas desde una perspectiva
holística donde las cuatro estructuras participan e interactúan en un entrono
que el equipo técnico cambia y prepara en función de los objetivos tácticos a
conseguir. En el caso que nos ocupa, la resistencia en la toma de decisiones
se caracteriza por presentar a los jugadores diversas situaciones preferenciales
132
simuladoras, donde se acentúe la relación entre la estructura condicional y la
cognitiva, eso sí, sin excluir las dos restantes.
Peculiaridades de la estructura cognitiva
En la resistencia en la técnica el jugador, simplemente, responde de forma
específica a estímulos inespecíficos de naturaleza visual, auditiva y kinestésica.
La estructura cognitiva de la resistencia en la toma de decisiones, sin embargo,
se caracteriza por presentar estímulos de naturaleza específica que exigen
también una respuesta específica por parte del jugador.
En la toma de decisión intervienen tres mecanismos: percepción, decisión y
ejecución. En los deportes de equipo está claro que los tres participan de una
manera significativa y el fallo, en cualquiera de ellos, puede suponer el fracaso
en la consecución del objetivo. El entrenamiento de la resistencia en la toma de
decisiones tiene como principal finalidad la optimización de cada uno de estos
tres mecanismos y de todos ellos en su conjunto. Pero, concretamente, la
estructura cognitiva de la tarea que diseñamos implica de forma directa a los
dos primeros. Para ello es necesario presentarla de tal manera que simule las
necesidades individuales a nivel decisional que aparecen en competición y que
combinen diferentes niveles de dificultad. En algunos casos, el acento recaerá
en la dificultad para obtener la información. En estas situaciones pretendemos
que el jugador agudice sus procesos perceptivos. En otras, se incidirá de forma
más directa en la toma de decisión. El tercer mecanismo, la ejecución,
corresponde a la estructura coordinativa, ya tratada en el tema anterior.
Estructura coordinativa:Se
caracteriza por combinar los distintos
elementos de la técnica individual que
se ejecutan en las tácticas
preestablecidas.
Estructura cognitiva:El jugador debe
tomar las decisiones y actuar en
función de la táctica.
Estructura condicional: se ciñe a las
características físicas del propio
sistema de juego, combinándose de
forma integrada y aleatoria la
participación de los diferentes
sistemas energéticos.
Estructura socio-afectiva: Se busca
fomentar las relaciones entre
jugadores que interactúan con mayor
frecuencia en las jugadas
preestablecidas. El nivel de
competitividad de estas tares es entre
bajo y moderado.
133
Los estilos de enseñanza que se relacionan con esta metodología son el
descubrimiento guiado y la resolución de problemas. En categorías inferiores
predomina el primero, y en el alto rendimiento la resolución de problemas
donde son los propios jugadores los que tienen que proponer las respuestas
motrices adecuadas para conseguir el objetivo que ha propuesto el entrenador.
El equipo técnico guiará todo el proceso y proporcionará las pautas necesarias
para su consecución. De esta forma, se forman jugadores inteligentes que
tienen muy claros los objetivos que deben conseguir y como obtenerlos. El
entrenamiento bajo esta perspectiva comporta jugadores más impredecibles ya
que sus respuestas siempre son diferentes.
Como el lector ya habrá intuido, para entrenar correctamente esta
manifestación de resistencia es necesario que el equipo técnico tenga
totalmente establecidos los niveles de dificultad de la toma de decisión que
planteará en las tareas. Esto lleva a determinar unos criterios para aplicar una
progresión. En este aspecto, Ruiz y Sánchez (1997), resumen en la siguiente
tabla los elementos que determinan el nivel de complejidad de la toma de
decisiones.
Elementos de análisis Menor complejidad de la
decisión
Mayor complejidad de la
decisión
Nº de decisiones a tomar Escaso número de decisiones Gran número de decisiones
Nº de alternativas en el
propósito de la tarea
Propósito único Propósitos múltiples
Nº de alternativas en la
respuesta motriz
Única alternativa motriz Múltiples alternativas motrices
Velocidad requerida en la
toma de decisión
Mucho tiempo para decidir Poco tiempo para decidir
Nivel de incertidumbre con
el que se toma la decisión
La decisión no comporta
incertidumbre
La decisión comporta gran
incertidumbre
Nivel de riesgo físico con el
que se asume la decisión
La decisión no comporta
riesgo físico.
La decisión comporta gran
riesgo físico
Variabilidad del orden
secuencial de las
decisiones
Orden fijo en la toma de
decisión
Orden variable en la toma de
decisión
Número de elementos y
factores a recordar para la
toma de la decisión.
Pocos elementos y factores a
recordar
Muchos elementos y factores a
recordar.
134
En el tema que nos ocupa, la resistencia, debemos incluir un elemento más
que modula el nivel de dificultad de la tarea. Concretamente, nos referimos al
nivel de fatiga que se experimenta cuando se toma la decisión. De esta forma,
en la propuesta metodológica que planteamos todos los elementos de análisis
que describen los autores de la anterior tabla pueden complementarse con las
diferentes naturalezas y grados de fatiga. Como se puede entrever las
posibilidades de la progresión de la dificultad de la estructura cognitiva son
múltiples. Es labor del equipo técnico programarla en función de las
características individuales y del momento de la temporada.
Peculiaridades de la estructura socio-afectiva
Somos de la opinión que la toma de decisiones es, a la vez, una actividad
cognitiva y emocional. Así, los procesos decisionales se ven influidos, por un
lado, por la implicación cognitiva del jugador en cuanto a la selección de
información relevante del entorno y la valoración de opciones de acción. Por
otro lado, el jugador también considerará aspectos relacionados con la
autopercepción, nivel de competencia percibido sobre el adversario, momento
del partido, etc. Desde esta postura, el entrenamiento de la resistencia en la
toma de decisiones no solo busca conseguir unas adaptaciones a nivel
fisiológico sino también a nivel emocional. Concretamente, nos referimos a que
el jugador mejore su CONFIANZA.
Los pilares sobre los cuales se construye la confianza del jugador son varios.
Uno de ellos es el ratio fracaso-éxito en la toma de decisión. En la medida que
el porcentaje de éxitos es superior al del fracaso, la seguridad consigo mismo y
la autoestima crecen. Aún así, en las situaciones de entrenamiento es
necesario mantener un porcentaje de fracasos que estimulen y reten al sujeto a
continuar mejorando en este campo. Por esta razón, una de las pautas
metodológicas importantes es que en una misma unidad temporal de
planificación, como puede ser la sesión y/o el microciclo, se combinen tareas
que impliquen diversos niveles de fatiga con niveles distintos de dificultad en lo
que se refiere a la toma de decisión, buscando siempre que la proporción de
aciertos sea superior a la de errores.
135
Peculiaridades de la estructura coordinativa
Esta estructura sigue las mismas características que hemos descrito en el
entrenamiento de la resistencia en la técnica. Pero en este caso, el
comportamiento técnico viene determinado por la toma de decisión. De esta
forma, la estructura coordinativa se caracteriza por combinar los distintos
elementos de la técnica individual que se ejecutan en las tácticas que se
emplean.
El uso prioritario del juego por objetivos facilita que el jugador no esté
condicionado en utilizar siempre unos comportamientos técnicos
preestablecidos ya que un objetivo se puede conseguir a través de estrategias
diferentes. Esta característica, que se identifica perfectamente con los
postulados cognitivistas, al margen de permitir una variedad de
comportamientos técnicos, fomenta la relación entre dos conceptos prioritarios
dentro de esta metodología: COMPRENDER Y ACTUAR. La comunión entre la
estructura cognitiva y coordinativa mejora intentando que el jugador aprenda a
gestionar sus recursos cognitivos y motrices en cada situación del juego.
Actuar sin comprender no tiene sentido en el contexto metodológico que nos
ocupa.
Peculiaridades de la estructura condicional
Las características de la estructura condicional no difieren excesivamente de
las que hemos descrito en la resistencia en la técnica. En el diseño de las
tareas debemos asegurar una participación conjunta de los diferentes sistemas
energéticos con la finalidad de que los jugadores experimenten el binomio que
se establece entre diversas sensaciones de fatiga y el proceso de la toma de
decisión.
El ritmo vuelve a desempeñar un rol clave en la prescripción de la carga de
entrenamiento. La forma de incrementarlo o reducirlo responde al número de
toma de decisiones que los jugadores deberán realizar en el tiempo establecido
en cada repetición. Para aumentar la intensidad, debemos exigir un mayor
número de decisiones y mantener la duración de la repetición y viceversa. Otra
opción metodológica es mantener el número de decisiones y disminuir el
tiempo de cada repetición.
136
Resistencia T.Decisiones Intensidad máxima
Resistencia T.DecisionesIntensidad supramáxima
Ritmo máximo
TIPOS DE ENTRENAMIENTO
Intensidad Media.
Intensidad Máxima.
Intensidad Supramáxima.
Cap.
AeróbicaCap.
Anaeróbica
Cap.
Anaeróbica
aláctica
Pot.
AeróbicaPot.
Anaeróbica
Pot.
Anaeróbica
aláctica
Ritmo supramáximo
TIPOS DE ENTRENAMIENTOS
Es importante matizar que, a diferencia de la resistencia en la técnica, donde
aumentábamos o disminuíamos el número de acciones técnicas para modificar
el ritmo; en el caso que nos ocupa el acento se ubica en el número de
decisiones, el número de acciones técnicas desempeña un rol secundario. Así,
en la resistencia en la toma de decisiones podríamos hablar de acciones
táctico-técnicas, y en la resistencia en la técnica de acciones técnico-tácticas.
Por último, no debemos olvidar la comunión que debe existir entre el RITMO y
la EFICACIA. No comporta excesivos beneficios a los jugadores entrenar a
ritmos excesivamente elevados si su porcentaje de eficacia es inaceptable. Al
igual que el entrenamiento de la resistencia en la técnica es recomendable
diseñar una tabla donde se relacionen los diferentes tipos de ritmos con los
porcentajes de eficacia esperados.
Pautas metodológicas:
Las pautas metodológicas que prescribimos para el entrenamiento de la
resistencia en la toma de decisiones responden a la combinación y aplicación
de todas las características que hemos presentado de cada una de las cuatro
estructuras que configuran estas tareas. De forma general, las tareas
mostraran una integración de las tres vías energéticas con una participación
aleatoria. Se exigirán
comportamientos
técnicos abiertos
ejecutados en
condiciones de
realización variables.
Con tomas de
decisiones múltiples
relacionadas con la
táctica individual, todo
ello acompañado con pautas que fomenten el autoconocimiento, aceptación,
confianza y respeto hacia los compañeros próximos a nuestra posición en el
sistema de juego.
137
Como hemos indicado en los primeros apartados de este capítulo, en el alto
rendimiento la toma decisiones debe entrenarse en condiciones de velocidad
y/o de fatiga. Por esta razón, la metodología que presentamos emplea
intensidades superiores a la media del partido que se relacionan con distintos
ritmos de juego. Se estructura en dos niveles de intensidad, la máxima y la
supramáxima. Por esta razón, la mayoría de las veces, estas tareas se orientan
hacia la potencia.
Por otro lado, si nos ubicamos en la formación de jugadores, la programación
de tareas a intensidad media de partido puede ser una opción recomendable,
puesto que el menor número de acciones por unidad de tiempo y una menor
sensación de fatiga facilitan que el jugador pueda prestar más atención a la
toma de decisión.
Los métodos de entrenamiento que proponemos para entrenar esta
manifestación de la resistencia a través de la metodología integrada es el
iterativo estructurado de forma continua o fraccionada.
4.4.1. RESISTENCIA EN LA TOMA DE DECISIONES A INTENSIDAD MAXIMA
El planteamiento a seguir es similar al descrito en el apartado del
entrenamiento de la resistencia en la técnica. La principal diferencia viene
marcada por la naturaleza de las tareas que empleamos. En este caso se
presentan estímulos específicos que requieren tomas de decisiones también
específicas. El número de decisiones que los jugadores deben tomar por
unidad de tiempo es superior al que se encontrarán en el partido.
Esta manifestación se desarrolla mediante un iterativo continuo orientado a la
potencia. Como ya hemos comentado en los anteriores apartados, la duración
total de la tarea ronda sobre los 5’-10’. Al final de ésta, la frecuencia cardiaca
debe ubicarse en valores máximos, del 95 al 100% y la concentración de ácido
láctico entre 6 y 14 mMl/l.
Al orientarse hacia la potencia se combinan esfuerzos que implican a las
potencias de los tres sistemas energéticos y también siempre de forma
aleatoria. El control de la eficacia en la toma de las decisiones sigue siendo la
clave para observar la evolución de esta manifestación de la resistencia.
138
4.4.2. RESISTENCIA EN LA TOMA DE DECISIONES A INTENSIDAD SUPRAMAXIMA
Este tipo de entrenamiento emplea ritmos muy superiores al observado en los
encuentros. Las tareas estarán configuradas por un elevado número de
acciones táctico-técnicas que los jugadores deben resolver con eficacia en
intervalos temporales relativamente pequeños.
Esta clase de situaciones preferenciales comportan un elevado grado de fatiga
debido a que se acentúa la participación de los sistemas anaeróbicos. En este
estado de marcado agotamiento es cuando el jugador deberá resolver las
exigencias de la tarea mediante una toma decisión adecuada. Las sensaciones
de fatiga que experimenta el jugador conllevan que los porcentajes de eficacia
en la toma de decisión sean menores.
Como puede apreciarse en las siguientes figuras, esta manifestación se
desarrolla a través del método iterativo fraccionado y presenta doble
orientación hacia la capacidad o hacia la potencia.
Si se dirige a la capacidad, se combinan de forma aleatoria esfuerzos que
impliquen a la capacidad anaeróbica láctica con la aláctica (30” a 1’30” con 10”
a 20”). El tiempo de pausa viene definido por una densidad de 1:1 a 1:2. En los
deportes de campo pequeño recomendamos que predomine una densidad de
1:1. En los de campo grande recomendamos una densidad de 1:2. Insistimos
que la asignación de la pausa también se otorgará de forma aleatoria. El
número de repeticiones es relativamente bajo y siempre está en función de los
objetivos específicos del equipo, pero de forma orientativa aconsejamos entre 8
y 10. Por ejemplo 2 series de 8 rep con 5’-7’ de recuperación desarrollando otra
subtarea de baja intensidad.
La orientación hacia la potencia sigue los mismos principios. En este caso se
disponen esfuerzos que se identifiquen con la potencia anaeróbica láctica y la
aláctica. La densidad disminuye de 1.2 a 1:3 y la pausa, en los dos casos, se
ejecuta de forma activa. El número de repeticiones tiende a ser menor que en
la orientación a la capacidad, recomendando entre 6 y 8.
139
4.5. RESISTENCIA EN EL JUEGO: CARACTERISTICAS GENERALES
Esta manifestación la hemos definido como un conjunto de actividades de
resistencia que se desarrollan a través del juego real y/o simulado. Pretende
optimizar las respuestas técnicas y tácticas establecidas por un sistema de
juego a pesar de los diferentes niveles de fatiga de los jugadores.
En el capítulo de las metodologías del entrenamiento de este trabajo ya hemos
presentado los resultados de los principales estudios que analizan la influencia
que tiene el propio juego y los modelados en el nivel de desarrollo de la
resistencia de los jugadores. La mayoría de estas investigaciones concluyen
que este tipo de tareas inducen cambios positivos en la resistencia ya que
comportan intensidades lo suficientemente elevadas (> 85% de la Fc max y
VO2 max) para mejorar el VO2 max entre 7,5-9% en 8 – 10 semanas. En el
caso de tener un buen nivel de esta cualidad física sirven para mantener dichos
parámetros. Aún así, en jugadores con una buena condición física y/o jóvenes
con un bajo dominio técnico, el uso exclusivo de juegos reducidos puede
resultar un estímulo insuficiente para su mejora. En estos casos, la bibliografía
especializada sugiere manipular la naturaleza de los juegos reducidos
introduciendo consignas que reduzcan el número de pausas y aumentar la
continuidad del esfuerzo (Holf y Helgerud, 2004). En este aspecto, indicar que
los resultados obtenidos en los estudios analizados presentan algunas
contradicciones entre ellos. Concretamente, se observan divergencias en
cuanto a la influencia que tiene la dimensión del terreno de juego y el nº de
jugadores sobre la respuesta fisiológica del organismo. Como ya hemos
indicado en los capítulos posteriores, creemos que dicha variabilidad viene
determinada por las diferencias a nivel coordinativo, cognitivo, condicional y
socioafectivo de los equipos que han participado como muestra en estos
estudios. Conscientes de la dificultad de poder generalizar estos resultados,
sugerimos la posibilidad de analizar las respuestas que provocan la variación
de estos parámetros en nuestro equipo y emplear esta valiosa información para
optimizar la programación de nuestro entrenamiento.
Otro aspecto a resaltar es la actitud que presenta el entrenador en el desarrollo
de este tipo de tareas. Rampinini y col. (2007), estudiaron los efectos que tenia
sobre la resistencia aeróbica el variar el número de jugadores, las dimensiones
140
del campo y actitud del entrenador en tareas de juego reducido. El factor que
tuvo una mayor respuesta fisiológica se produjo cuando el entrenador motivaba
a los jugadores durante la ejecución de las distintas tareas. En todas las
situaciones analizadas, cuando el entrenador animaba, se registró un
incremento del 2,5% de la Fc y un 30% de la concentración de lactato.
4.6. METODOLOGIA PARA SU ENTRENAMIENTO
Al igual que en el entrenamiento de la resistencia en la técnica, el desarrollo de
la resistencia en el juego también puede plantearse mediante dos
metodologías: la tradicional y la integrada. Como ya hemos indicado, la primera
parte de una visión mecanicista del entrenamiento y establece una relación
únicamente bidireccional entre la táctica y una manifestación de la resistencia
en concreto. Se pretende que el jugador experimente un tipo de fatiga
relacionado directamente con un sistema energético y que, simultáneamente,
ejecute de forma eficaz un comportamiento táctico cerrado y predeterminado
previamente por el entrenador.
El segundo enfoque, el integrado, tiene sus raíces teóricas en diferentes
fuentes como el cognitivismo, la teoría de la información y sistemas dinámicos
entre otras. Busca la participación conjunta de las diferentes manifestaciones
de resistencia dentro de la tarea, con la finalidad de proporcionar y combinar
diferentes sensaciones de fatiga en la ejecución de la táctica. En este
postulado se pretende que, a través de las tareas que diseña el entrenador, el
jugador COMPRENDA e INTERPRETE los desiguales escenarios del juego
que se encontrará en el partido y sea él quien resuelva eficazmente la situación
planteada. Veamos las peculiaridades para el entrenamiento de esta última.
141
Estructura coordinativa: Se caracteriza
por el uso de distintos elementos técnicosen función de las diversas situaciones quese presentan enel juego.
Estructura cognitiva: Desarrollo del
sistema de juego establecido. Toma dedecisiones individuales y colectivascondicionadas por las consignas que
establece nuestra estrategia y por lasacciones técnico-tácticasdel adversario.
Estructura condicional: Participación
integrada de los sistemas energéticos enfunción de las características de nuestrosistema de juego y las acciones del equipo
contrario.
Estructura socio-afectiva: Máximo grado
de cooperación y cohesión entre todos losjugadores para conseguir un objetivo encomún: ganar el partido.
4.6.2. ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA DE JUEGO A TRAVÉS DE LA
METODOLOGIA INTEGRADA
Como ya hemos comentado en anteriores apartados, esta metodología plantea
las tareas desde una perspectiva holística donde las cuatro estructuras
participan y manifiestan un rol totalmente definido. El juego es realmente donde
el nivel de integración de las cuatro estructuras presenta un grado más
elevado. Por esta razón, es el elemento básico de esta metodología.
Modificando algunos aspectos del juego podemos enfatizar cualquiera de las
estructuras, en este caso, los aspectos que desarrollaremos a continuación se
relacionarán con la condicional y concretamente se refieren a la resistencia.
La resistencia de juego manifiesta un nivel de especificidad máximo de las
estructuras que configuran las tareas. Veamos las características de cada una
de ellas.
142
Peculiaridades de la estructura cognitiva
Esta estructura es la que nos asegura que los jugadores conozcan e
interpreten el modelo de juego que el equipo técnico desea aplicar. Pretende
que la toma de decisiones, tanto individual como colectiva, responda a las
consignas que establece nuestra estrategia.
Así como en la metodología tradicional los automatismos representan la
columna vertebral de la estructura cognitiva, en la integrada este rol lo ocupa el
juego con intención. Se modifican las características del juego con la finalidad
de que los jugadores aprendan determinados aspectos estratégicos y tácticos.
La base del juego con intención es la resolución de problemas, ya que en los
deportes de equipo existen diferentes estrategias para conseguir un mismo
objetivo. En el juego con intención son los propios jugadores los que tienen que
buscar y proponer las posibles respuestas motrices para conseguir el objetivo
que ha propuesto el entrenador. El equipo técnico guiará todo el proceso y
proporcionará las pautas necesarias para su consecución. De esta manera, se
forman jugadores inteligentes que tienen muy claras las metas que deben
conseguir y como obtenerlas. El entrenamiento bajo esta perspectiva comporta
jugadores más impredecibles ya que sus respuestas siempre son diferentes.
Por otro lado, en esta metodología, los automatismos también son importantes
pero no se plantean de una manera tan cerrada como en la tradicional. Dentro
del propio automatismo se contemplan diversas posibilidades que el jugador
elige en función de las respuestas del adversario. De esta forma se pretende
potenciar la capacidad de adaptación del jugador. Una opción muy utilizada en
esta metodología es la de utilizar el automatismo sólo para iniciar la jugada,
dejando el posterior desarrollo y finalización a merced de la creatividad de los
jugadores. El equipo técnico diseña y aplica tareas preferenciales simuladoras
mediante las cuales presenta a los jugadores diferentes posibilidades de
desarrollo. De esta manera, con el tiempo el jugador experimenta múltiples y
variadas formas de desarrollar y finalizar una misma jugada.
143
Donde se altean o modifican las características del juego con la finalidad
de que los jugadores aprendan determinados aspectos estratégicos y
tácticos.
Resolución de
problemas
JUEGO CON INTENCION
Otros elementos a considerar son la disminución del espacio de juego y/o el
aumento del número de jugadores que participan en la tarea. Estas acciones
implican una mayor exigencia de la estructura cognitiva. Son parámetros del
juego que el equipo técnico deberá proponer de forma adecuada en función de
los objetivos de la tarea.
Como se puede entrever, las posibilidades de la progresión de la dificultad de
la estructura cognitiva son múltiples. Es labor del equipo técnico programarla y
guiarla en función de las características individuales/colectivas y del momento
de la temporada.
Peculiaridades de la estructura socio-afectiva
La estructura socio-afectiva busca alcanzar los máximos niveles de
cooperación, cohesión, asertividad y empatía entre los jugadores para
conseguir un propósito común: ganar.
El hecho de que a veces nos hallemos frente a un equipo altamente
cooperador con elevados niveles de empatía tanto en los entrenamientos como
en la competición, mientras que, en otras ocasiones, nos encontremos con un
grupo poco cohesionado que no coopera entre sí para la consecución de una
meta común, depende, entre otros factores, de implementar de forma
adecuada la estructura socio-afectiva de las tareas de los entrenamientos.
144
La columna vertebral de esta estructura está configurada por dos conceptos: la
cooperación y la cohesión. La cooperación se identifica con obrar
conjuntamente con otro u otros para un mismo fin. La cohesión es “un proceso
dinámico que se refleja en la tendencia del grupo a no separarse y permanecer
unido en la búsqueda de objetivos instrumentales y/o para satisfacer las
necesidades afectivas de sus miembros” (Carron, 1982). Uno de los recursos
de que dispone el entrenador para potenciar la cohesión y la cooperación de su
equipo es el clima que puede crear para cada tarea. Las que fomenten la
competitividad interpersonal, la evaluación individual y la comparación con los
compañeros no colaboran a aumentar los niveles de cohesión en el equipo.
Los niveles de asertividad y empatía de los miembros del equipo también se
pueden mejorar si diseñamos adecuadamente esta estructura de la tarea. Es
importante facilitar la comunicación motriz y emocional (gestos, miradas…) del
equipo. Estos deben trabajarse durante los entrenamientos para que,
posteriormente, puedan dar su fruto en la competición. Así mismo, antes de
empezar la tarea podemos destinar un tiempo para que, entre jugadores, se
comuniquen informaciones que ayuden a conseguir el objetivo. Por último, y
concretamente, para aumentar la empatía entre los jugadores, el entrenador
puede hacerles jugar en puestos diferentes con el fin de comprobar las
exigencias físicas, técnicas y tácticas que comporta dicha posición.
Al igual que en la resistencia en la toma de decisiones, uno de los pilares de
esta estructura es la confianza. Cuando nuestros jugadores tienen la máxima
información sobre el equipo contrario, aumenta su seguridad. Y cuando saben
cómo contrarrestar sus puntos fuertes se incrementa su confianza. En este
sentido, Espar (2010) remarca que el objetivo del sistema táctico consiste en
que el equipo sepa todo lo que puede ocurrir en el juego y cómo actuar en cada
caso. Éste es el aspecto cognitivo de la confianza.
Para finalizar, una de las principales características de este tipo de tareas es su
marcado carácter competitivo. A nivel individual, las situaciones de
enfrentamiento siempre comportan niveles de activación elevados donde el
jugador debe disponer de técnicas para controlar la presión y saber ajustarlos.
145
En este sentido, la situación de fatiga aguda que comporta el entrenamiento de
la resistencia facilita dicho aprendizaje.
Peculiaridades de la estructura coordinativa
Esta estructura sigue las mismas características que hemos descrito en el
entrenamiento de la resistencia en la técnica. Pero en este caso, el
comportamiento técnico viene determinado por la toma de decisión. De esta
forma, la estructura coordinativa se caracteriza por combinar los distintos
elementos de la técnica individual que se ejecutan en las tácticas que se
emplean.
El uso prioritario del juego por objetivos facilita que el jugador no esté
condicionado en utilizar siempre unos comportamientos técnicos
preestablecidos ya que un objetivo se pueda lograr a través de estrategias
diferentes. Esta característica, que se identifica perfectamente con los
postulados cognitivistas, aparte de permitir una variedad de comportamientos
técnicos, fomenta la relación entre dos conceptos prioritarios dentro de esta
metodología: COMPRENDER Y ACTUAR. La comunión entre la estructura
cognitiva y coordinativa mejora intentando que el jugador aprenda a gestionar
sus recursos cognitivos y motrices en cada situación del juego. Actuar sin
comprender no tiene sentido en el contexto metodológico que nos ocupa.
Para finalizar, debemos indicar que se puede incrementar el número de las
acciones técnicas del juego si disminuimos el espacio del terreno de juego y
viceversa (Kelly y Drubt, 2009). Este aspecto es de suma importancia en el
diseño de las tareas y su relación con el objetivo que tenemos formulado en la
estructura coordinativa.
146
Peculiaridades de la estructura condicional
La estructura condicional es la que permite que los jugadores dispongan de la
energía suficiente para ejecutar y mantener un determinado el ritmo de juego
durante todo el encuentro. Normalmente, el staff técnico trabaja para conseguir
que el ritmo de juego de nuestro equipo se imponga al del adversario. Una de
las prioridades de esta estructura es conseguir que el grupo pueda mantener el
ritmo a pesar de la acumulación de fatiga. Este hecho es posible gracias a la
participación integrada de los diversos sistemas energéticos. De esta forma, en
algunos momentos del partido, el ritmo se podrá mantener gracias a una mayor
participación de un metabolismo sobre los otros. Esta alternancia de
predominio de los sistemas energéticos en las diferentes fases del partido,
comporta que los jugadores deban desarrollar el modelo de juego
experimentando y combinando diferentes sensaciones de fatiga.
Como demuestra la bibliografía especializada podemos modelar la intensidad
fisiológica de los jugadores, es decir, incidir más o menos en uno u otro
metabolismo modificando determinados aspectos del juego con intención. En
este sentido, Rampinini (2007) realiza un estudio, en el ámbito del fútbol, donde
analiza el comportamiento de variables fisiológicas cuando se varían
determinados parámetros de los juegos reducidos. Concretamente observa
que:
A menor número de jugadores implicados en la tarea, se incrementa la
intensidad fisiológica.
El aumento de las dimensiones del terreno de juego conlleva un
incremento de la frecuencia cardíaca de los jugadores.
También en el contexto del fútbol, Dellal (2008), observó que en un 8 contra 8,
la presencia de porteros aumentaba un 11% la frecuencia cardiaca de los
jugadores. Hill-Haas (2009), en esta línea, concluye que si las modificaciones
que realizamos de los juegos reducidos aumentan las posibilidades de anotar,
pueden mejorar la motivación de los jugadores y aumentar la intensidad del
entrenamiento con su consiguiente incremento de las variables fisiológicas.
147
En nuestra opinión, uno de los estudios de referencia de la metodología
integrada es el publicado por Lapuente (2011). En este trabajo se compara la
exigencia de la estructura condicional de 11 partidos amistosos de fútbol con la
que comportan determinadas tareas realizadas mediante el método de los
modelados. Concretamente, las tareas estudiadas fueron:
- Fútbol reducido jugado con porterías reglamentarias. Dos equipos en
igualdad numérica con portero. Se utilizaron las reglas de fuera de juego
y pasar de ½ campo para que el gol fuera válido.
- Posesiones. Dos equipos en igualdad numérica. 2 toques máximo por
jugador, se conseguía gol al realizar entre 8-10 pases seguidos del
mismo equipo.
La importancia de este trabajo radica en la calidad de la muestra utilizada,
jugadores pertenecientes a un equipo de la máxima categoría de la liga
española (n=21), y la duración del seguimiento, que fue de toda una
temporada. En este tratado, simplemente, se describen algunas de sus
conclusiones principales, pero por su importancia recomendamos su lectura
completa. El lector lo podrá localizar en la siguiente web: http://congresfutbol-
rcde.inefc.com
El principal objetivo de la investigación era observar los efectos del aumento
del espacio, del número de jugadores y de la duración del intervalo sobre la
estructura condicional de los jugadores. Los resultados publicados muestran
como a medida que se incrementa el espacio de juego se incrementa la
exigencia condicional, la velocidad y la aceleración máxima. En cambio, el
concepto ritmo disminuye y se aprecia como, a medida que aumentamos el
espacio, se requiere más tiempo entre el inicio de cada acción. Recordar al
lector que el concepto de ritmo que plantea este estudio es diferente al descrito
en este tratado. En la siguiente tabla se observa las diferentes exigencias
condicionales que comportan los juegos de posesión 5x5 en tres espacios
diferentes (30x50m, 30x40m y 30x30m).
148
Lapuente (2011)
En relación al número de jugadores, se aprecia como al aumentar el nº de
participantes por equipo, el espacio de juego también se incrementa, aunque
suele ser mayor en el fútbol reducido que en los juegos de posesión. Otras
variables analizadas fueron: la distancia recorrida, la distancia de alta
intensidad, el nº de acciones de máxima intensidad, la Vmáx y la Amáx. Según
los datos observados se aprecia como la tendencia es opuesta en función del
tipo de tarea, tendiendo a incrementar los valores de las variables analizadas
en el fútbol reducido y a disminuir en los juegos de posesión, al aumentar los
jugadores. En ambos tipos de tareas se puede apreciar el escaso nº de
acciones de máxima intensidad manifestado, muy por debajo de las
observadas en competición.
Con respecto al ritmo, se observa cómo, en los dos tipos de tareas, tiende a
disminuir la exigencia (más tiempo entre el inicio de cada acción) conforme
aumenta el nº de jugadores.
Por otra parte, el tiempo de alta exigencia cardiovascular (TAEC) tiende a
disminuir levemente en el fútbol reducido conforme se incrementa el nº de
jugadores, con valores menores pero cercanos a los manifestados en
competición. Sin embargo, el TAEC, en los juegos de posesión se manifiesta
de forma diferente, con una tendencia a disminuir claramente alejándose de los
valores medios observados en competición, especialmente evidente a partir de
6 jugadores por equipo. Con menor nº de jugadores el TAEC es superior al
observado en competición.
149
Por último, respecto a los efectos de la duración del estímulo sobre la
estructura condicional, en la tabla siguiente se puede apreciar como la
intensidad tiende a ser mayor al disminuir la duración del intervalo, mientras
que la exigencia de la tarea aumenta conforme se alarga la duración del
estímulo.
Fútbol reducido 3x3 + porteros. Lapuente (2011)
El autor concluye su estudio recomendando la regulación adecuada del espacio
de juego y de la duración del intervalo para la correcta consecución de los
objetivos planteados:
- Reducción del espacio para disminuir la exigencia condicional (y
aumentar la exigencia coordinativa y cognitiva).
- Reducción del intervalo para aumentar la intensidad media de la tarea.
Completamos la aportación de Lapuente con un resumen del trabajo de
Gutiérrez (2012), donde se describen los efectos de modificar algunas variables
en el diseño de las tareas dirigidas a la mejora de la resistencia de juego.
La orientación del espacio es otro de los aspectos a tener en cuenta para el
diseño de la estructura condicional de este tipo de tareas. En estos momentos
los resultados de los estudios publicados no son concluyentes. Algunos de
ellos como los realizados por Deal y col. (2008) y Mayo y Navarro (2008),
indican que cuando en el juego participan los porteros (espacio orientado)
disminuye la carga fisiológica y la física. Se observa una menor distancia
150
recorrida y se reduce el porcentaje de tiempo en las zonas de alta intensidad.
Los autores atribuyen estos resultados al nivel de motivación de los jugadores,
que se ve incrementado por la posibilidad de poder marcar. Por otro lado, los
trabajos de Sassi (2004), presentan resultados inversos. Concretamente, se
aprecia un decremento de la exigencia física y fisiológica de los jugadores
cuando el espacio está orientado. Los autores lo imputan a los aspectos
tácticos de carácter defensivo que ejecutan los equipos con la finalidad de
proteger la portería, o una zona concreta.
Otro elemento a tener en cuenta es la dismetría cuantitativa y la cualitativa. La
primera se refiere al enfrentamiento entre dos equipos de los cuales uno de
ellos presenta una superioridad numérica. La segunda se refiere al
enfrentamiento entre dos equipos en igualdad numérica con la presencia de
algún comodín que crea superioridad temporal a favor del equipo poseedor del
balón.
Uno de los trabajos de referencia en este apartado es el publicado por Hill-
Haas y col. (2009), estos autores estudiaron la dismetría cuantitativa a través
de la realización de tareas de 3 contra 4 y de 5 contra 6 y la dismetría
cualitativa a través de situaciones de 3 contra 3, más un comodín y de 5 contra
5, con un comodín.
Con respecto a la dismetría cuantitativa, se observa que los equipos que se
encuentran en superioridad recorren una distancia menor, aunque las
diferencias no son significativas. No se encuentran diferencias significativas en
el porcentaje de la frecuencia cardiaca, en la distancia recorrida a alta
intensidad, ni en la concentración de lactato. En cambio, los equipos en
inferioridad si perciben de forma estadísticamente significativa el esfuerzo
como más intenso.
En cuanto a las dismetrías cualitativas, se aprecia como en las tareas donde
participan los comodines, las distancias recorridas son significativamente
mayores que cuando la dismetría es cuantitativa, recorriendo los propios
comodines las mayores distancias y percibiendo la tarea como más intensa.
Además, los comodines que participaron en los formatos de 5 jugadores
realizaron un mayor número de sprints.
151
Por otro lado, también se ha estudiado el efecto de realizar las tareas de juegos
reducidos mediante el método continuo o el interválico. Haas y col.(2009),
encontraron una mayor porcentaje de la Fc max y mayor percepción subjetiva
del esfuerzo en el formato continuo que en el interválico. En contraposición se
manifestó una mayor respuesta física con el método intermitente (mayores
distancias recorridas a altas velocidades y mayor número de sprints).
En resumen, la dificultad del diseño de la estructura condicional de las tareas
dirigidas a la mejora de la resistencia de juego, estriba en saber plantear de
forma adecuada y en función de los objetivos, los componentes del juego
como: duración del intervalo, ritmo, densidad, número de jugadores,
dimensiones del terreno de juego, alteraciones del reglamento, etc… con la
finalidad de simular y/o acentuar las exigencias físicas que requiere nuestro
sistema de juego.
152
CONTROL
COMPETICION MODELADO
Se caracteriza por reproducir la propia competición o simular una gran parte de
sus particularidades.
4.6.2.1. PAUTAS METODOLOGICAS PARA SU ENTRENAMIENTO.
En el contexto de la metodología integrada, el método que predomina para el
entrenamiento de esta manifestación de la resistencia es el método de control.
Como ya hemos descrito, en capítulos anteriores este presenta dos variantes,
los modelados y los partidos oficiales o amistosos.
Los modelados se relacionan con el concepto que hemos desarrollado
anteriormente, el juego con intención. Esta modalidad posibilita la modificación
del reglamento. Así, podemos cambiar las dimensiones del terreno de juego,
número de jugadores, duración del tiempo de juego e incluir consignas no
contempladas en el reglamento que faciliten el entrenamiento de nuestro
sistema de juego. Por ejemplo, en el caso del baloncesto, jugar sin botar la
pelota o lanzar a canasta solo desde una zona concreta. Es importante matizar
que los modelados tienen un marcado carácter competitivo. Esto significa que
un equipo consigue su objetivo y el otro no.
La organización de los modelados presenta, generalmente, una naturaleza
fraccionada. La duración de los estímulos suele ser media (3’-5’) y larga (+5’
hasta 15’). Con descansos moderados que permiten recuperar de forma parcial
las variables fisiológicas y donde el entrenador corrige los aspectos del juego
que deben mejorarse.
153
La otra variante (competiciones oficiales o amistosas), tiene la peculiaridad que
no se alteran las normas que establece el reglamento. Sin embargo, en los
partidos amistosos se permiten un mayor número de cambios. En el ámbito de
los deportes colectivos es necesario utilizar este método desde el primer
microciclo de la temporada. Realmente, es el más intenso debido a su elevada
especificidad y permite incidir de manera muy significativa, tanto positiva como
negativamente, en los estados de forma de los jugadores.
El número de partidos que se pueden programar en un microciclo depende del
desgaste, principalmente sobre la estructura condicional, que conlleva la propia
competición. En el amplio abanico de los deportes colectivos se observan
diferencias significativas entre disciplinas. Por ejemplo, en el waterpolo se
puede competir a diario, mientras que, en el caso del fútbol se requiere un
periodo de recuperación más amplio. En resumen, para la optimización de la
resistencia de juego desde la perspectiva integrada se recomienda el método
de control, combinando en el microciclo sus dos modalidades pero con un claro
predominio de los modelados sobre los partidos.
Otro aspecto a tratar en este apartado es cómo estructuramos esta
manifestación de la resistencia. El criterio que utilizamos para ello es la
intensidad. Concretamente, diferenciamos tres niveles:
Intensidad media.
Intensidad máxima.
Intensidad supramáxima.
Como se ha podido apreciar, en los anteriores apartados de este capítulo, la
modificación del espacio de juego, nº de jugadores y duración del estímulo nos
permiten aumentar o disminuir la exigencia de las cuatro estructuras que
configuran el sistema. A diferencia de la metodología tradicional, en la
propuesta que presentamos, la modificación de estos elementos del juego no
se realiza, exclusivamente, para modelar la exigencia de la estructura
condicional, sino que tiene como finalidad principal desarrollar un modelo de
juego y ejecutarlo al máximo. Recordemos que la propuesta de ritmo que
hemos presentado implica de forma global a todas las estructuras.
154
El entrenamiento a intensidad media se relaciona con el ritmo de juego medio.
Básicamente se ejecuta mediante los partidos oficiales y amistosos. En este
caso, tengamos en cuenta que no se produce ninguna modificación del
reglamento para modelar el ritmo. Como ya hemos comentando anteriormente,
el número de partidos que podemos programar por microciclo depende del tipo
de deporte y del momento de la temporada. A una gran cantidad de
entrenadores les gusta jugar dos partidos a la semana: Uno amistoso a mitad
de la semana y el oficial, el sábado o domingo.
Deseamos remarcar que en algunos partidos oficiales, por su relevancia, se
juega por encima de la intensidad media, pero esta situación se produce en
pocas ocasiones durante la liga.
La resistencia de juego a intensidad máxima y supramáxima implica
mayoritariamente el uso del método modelado. A través de él podemos
conseguir con facilidad que el número de acciones que realizan los jugadores
por unidad de tiempo sea mucho mayor que el que se desarrolla en el partido,
es decir, implicamos ritmos máximos y supramáximos. Anteriormente, ya
hemos comentado cómo mediante la modificación del espacio de juego y/o el
número de jugadores podemos incrementar o disminuir el ritmo de juego. En el
caso del fútbol, Lapuente (2011), una vez analizados los resultados de su
estudio, recomienda la utilización de tareas jugadas con menos de 5 o 6
jugadores por equipo para el desarrollo de la resistencia de alta exigencia
específica basada en el ritmo.
Otro aspecto que es determinante para trabajar a intensidades altas es la
duración de los estímulos, que no puede ser muy larga. Concretamente, en el
caso de la resistencia de juego a intensidad máxima recomendamos
repeticiones de 6’ a 15’ con recuperaciones activas de 3’ a 5’. Por ejemplo:
2x10’ de partido 4x4 en espacio reducido con 3’ de pausa. En cambio, para
implicar intensidades supramáximas, la duración de las repeticiones debe ser
menor, concretamente aconsejamos un intervalo de 2’ a 5’ con descansos más
amplios, similares al tiempo de trabajo. Por ejemplo, 4x5’ de partido 5x5 en
espacio reducido con 3’-5’ de pausa entre repeticiones.
155
Otras variables que el equipo técnico tiene para incrementar la carga
condicional es el aumentar el espacio de juego y/o reducir el número de
jugadores que participan. En cambio, la reducción del terreno de juego y/o la
implicación de un mayor número de jugadores acrecienta la exigencia de sus
estructuras coordinativas y cognitivas.
Otro aspecto que facilita el desarrollo de la resistencia de juego de intensidad
máxima y supramáxima es el empleo de conceptos tácticos conocidos y
acciones técnicas ejecutables con facilidad (automatismos). Su uso implica que
el ritmo de juego sea elevado y continuo. También permite centrar el acento de
la tarea simuladora sobre esta manifestación de la resistencia.
Progresivamente, se añadirán los conceptos que el equipo vaya adquiriendo a
nivel táctico. Esta simbiosis nos permitirá adecuar la resistencia y la táctica al
ritmo de juego deseado, a la vez que posibilitará la automatización del
concepto táctico. De esta forma el jugador podrá liberar su atención del sistema
táctico y centrarlo en el desarrollo del juego, permitiéndole tomar decisiones
más adecuadas en cada situación.
156
Tipos de
Resistencia
de juego
Método Relación con
parámetros internos
Relación con
parámetros
externos
Ritmo medio
de juego
Competición
partidos
oficiales o
amistosos
Predominio del sistema
aeróbico. Tareas
orientadas a la
capacidad. Fc similar a la
media del partido.
Intensidad media ubicada
aproximadamente sobre
el umbral anaeróbico.
3-5 mM/l de lactato.
Modificación mínima
o nula del
reglamento.
Mantener
dimensiones del
terreno de juego y el
nº de jugadores.
Ritmo
máximo
Modelados
medios:
Repeticione
s de 5’ a
15’. Con
pausas de
3’a 5’.
Predomino compartido de
los sistemas aeróbico y
anaeróbico láctico.
Tareas orientadas a la
potencia. Fc superior a la
media del partido.
Esfuerzo ubicado
aproximadamente sobre
el VO2 max. 6 y 8 mM/l
de lactato
↓Duración del
intervalo
↓Nº de jugadores
↑ Espacio de juego
*todos estos parámetros se
programarán en función del
ritmo de juego que se desea
implicar.
Ritmo
supramáximo
Modelados
cortos:
Repeticione
s de 2 a 5’.
Con pausas
de 2 a 5’.
Predomino del sistema
láctico/aláctico.
Tareas orientadas a la
potencia. Fc superior a
la media del partido.
Concentraciones de
lactato superiores a 8
mM/l.
↓↓Duración intervalo
↓↓Nº de jugadores
↑↑ Espacio de juego
*todos estos parámetros se
programarán en función del
ritmo de juego que se desea
implicar.
157
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