luna pide ayuda

Si un niño vive criticado.Aprenderá a condenar

Si un niño vive con hostilidad.Aprenderá a pelear.

Si un niño vive avergonzadoAprenderá asentirse culpable.

Si un niño vive alabadoAprenderá a apreciar.

Si un niño vive con honradezAprenderá a ser justo.

Si un niño vive con seguridadAprenderá que es fe.

Si un niño vive con aprobaciónAprenderá a quererse a si mismo. 

Si un niño vive con cariño y amistadAprenderá a encontrar amor en el mundo.

INSTITUCION EDUCATIVCA

"EL CARMELO"

ALUMNA:

KIRSTY ADRIANA CAIRO MATAMOROS

HUANCAYO-PERU

2012

Una noche, nuestra amiga Luna cayó muy enferma y con voz débil, dijo:

He alumbrado tanto y por tanto tiempo que mi energía se esta agotando. Si no descanso un poco, me voy a apagar para siempre

Aquella fue la noche más oscura que se había vivido en el planeta tierra. La pálida luz que irradiaba la Luna hacia presagiar que algo malo iba ocurrir.

Que pasa, señora Luna, por que no nos alumbra como todas las noches?

Le increpo el Sol.

Me siento muy cansada y no tengo fuerzas para alumbrar-respondió la Luna-¿Por qué no me ayuda Ud. Y me da un poco de su luz?

La Luna fue en busca de las nubes para pedirles ayuda.No podemos ayudarte amiga Luna,

no tenemos luz propia. Tal vez el rayo pueda ayudarte- asintieron las nubes.

Cuando la dama interrogo al rayo, este le respondió:

Lo siento, amiga Luna, mi luz es efímera y no podría alumbrar toda la noche como lo haces tú.

La Luna, desconsolada y triste, empezaba a desaparecer. Una lluvia extraña empezó a caer sobre la Tierra.

Habían pocas nubes en el cielo y algunas estrellas brillaban en el firmamento….. Era la Luna que, con sus lágrimas, estaba provocando una inundación.

¡Auxilio!, ¡socorro!, ¡que alguien calme a la Luna para que deje de llorar!

Una pequeña estrella se acercó tímidamente a la pálida Luna e intento consolarla:

¿Qué puede ser tan terrible para que una dama tan linda como Ud. Llore de esa manera?

Pequeña estrella -respondió la Luna : ¿no ves que me estoy apagando? Si no descanso y recupero mis fuerzas, mi luz se apagara para siempre.

Necesito ayuda pero nadie me la da.

Creo que puedo ayudarte-dijo la pequeña estrella, si bien, yo sola paso desapercibida en el cielo, junto con las demás estrellas podemos iluminar la noche. Sra Luna, esta noche descanse, que hoy las estrellas brillaremos como nunca antes lo hemos hecho.

Por fin, nuestra amiga Luna pudo descansar una noche y pudo recobrar sus fuerzas para seguir alumbrándonos por mucho tiempo

Amiguitos: cuando miren al cielo y vean que la Luna empieza a desaparecer, dejémosla descansar y verán como sus amigas, las estrellas, brillaran tanto, que

por esa noche, nadie extrañara a la Luna.

Carta de un hijo a todos los padres del mundo

• No me dés todo lo que te pida. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.

• No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí

también, y yo no quiero hacerlo.

• No des siempre órdenes. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.

• Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio dámelo; pero también si es castigo.

• No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir; y sí me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufra.

• No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer; decídete y mantén esa decisión.

• Déjame valerme por mí mismo. Si tu haces todo por mí, yo nunca podré aprender.

• No digas mentiras delante de mí ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.

• Cuando yo hago algo malo no me exijas que te diga por qué lo hice.  A veces ni yo mismo lo sé.

•  Cuando estés equivocado en algo admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti. Y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.

•  Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos; ya que porque seamos familia eso no quiere decir que no podamos ser amigos también.

•  No me digas que haga una cosa y tú no la haces. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas; pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.

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