los movimientos populares de la edad media (g. fourquin)
Post on 13-Apr-2018
270 Views
Preview:
TRANSCRIPT
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
1/134
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
2/134
Castellote Editor Colecci6n Basica
5
Guy Fourquin
os levantamientos populaTes
en la Edad Media
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
3/134
Basica 15
Q
Editions
Du
Seuil
Miguel Castellote. editor
Hermanos Mirallcs. 32 - Madrid
ISBN 84-72590313
Dep6sito legal M: 30.411 1 973
Printed in Spain. Impreso en Espana
Talleres Grflficos de ~ E d i c i o n e s Castilla, S. A.
Maestro Alonso, 23 - Madrid
Portada:
AI Andalus
Traductor: Juan Gonz..'tlez Yuste
I
NT
RODUCCION
,La
actitud de ind ignaci6n habi tual sig.
no de una
gr
an pobreza de espiritu.
>
PAUL VALERY
Si hemos elegido el
tennin
o de
levantamiento
re
chazando
el de revoluci6n ha sido a propio intento.
Esta ultima palabra
cuyo sentido
ha sido
modifi
cado desde el siglo XVIII es
ahora
portadora de un
Significado que
no
conviene en modo alguno para
la Edad Media,
ni
a
im
para los tiempos modernos.
En
el
terreno
politico y social
no
se ha
hablado
de revoluci6n hasta
muy
tarde. Commynes
es uno
de
l
os primeros que
ha evocado las revoluciones de los
estadas)). Mas
tarde
Hobbes. en su Leviatan utiliza
la expresi6n revolution o states por analog(a con
la revaluci6n de l
os
planetas.
Durante mucho tiempo el tennino se utiliz6 Unica
mente en
astronom
ia 0 a veces, para calificar a
un
gran cambia
que
ponia arriba 10
que
estaba abajo
o a la inversa. Un
planeta
en el
curso de
su revalu
ci6n
pasa
de cierto punto de
su tr
ayectoria a
otro
que
se
habl
a en el lado opuesto. As p ues. para
Hobbes la revoluci6n en un Estado es un cambio
5
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
4/134
de situaci6n en el curso del cual
10
inferior se con
vierte en
superior
y 10
superior
en inferior J. Mon
nerot). Antes de
esto, la
filosofia politica
l a
de
un
Jean
Bodin
un Maquiavelo, por
ejemp
l habla
ba preferentemente de
conjuras
de
sediciones
0
como en el caso de los griegos, de
insurrecciones
de
cambios.
Pero
ninguno de
estos
tenninos evocaba
en
absoluto
la
idea
de ida y vuelta orden
antiguo
- revoluci6n- orden nuevo). Sin embargo, Hobbes
no tenia ninguna esperanza en la revoluci6n enten
dida de esta forma; para el no era sino la muestra
de la inestabiHdad de las cosas
humanas,
un trasto
camiento de
la situaci6n
que
no seria
el ul timo, ya
que la
rueda continuaria
girando. Era una cance >"
ci6n
dclica de la revoluci6n, sin juicio de valor.
Hasta finales del siglo XVIII, para la
teoria
poHtica,
no
se trataba
mas que
de un
cambia de
situaci6n
el cual
no
era considerado buena en SI
mismo
ni
su contrario, por
cnde,
obligatoriamente
malo.
Aun
no
se trata pues del signo
de una
concepci6n
lineal,
que
dividiese la Historia en un
antes
malo)
y
un
despues forzosamente buena. Es cierto
que
hubo en la
Edad Media milenarismos y que
tuvieron
un concepto lineal de la evoluci6n: un comienzo
absoluto
iba
a cortar el
tiempo
en dos, el antes y eI
despues.
Pero la escatologia medieval no utiliza Ia
palabra
revoluci6n;
esta
fue
creada
por
espiritus
frustrados,
muchas
veces, bien
incapaces
de eIa
borar
toda
una teoria
que
fuese
realmente
politica.
Todo
cambi6 can
la
Revoluci6n de 1789, y mas
tarde con el marxismo. En 10 sucesivo el
termino
ha
implicado
un juicio
de
valor: la Revoluci6n Fran
cesa, la revoluci6n
vaticinada
por
Marx eran
acon
tecimientos buenos en sf
mismos
y capaces
de
cortar
el
tiempo
en dos. La concepci6n ciclica desapa.
reci6 en provecho de la concepci6n lineaL
La
Revo-
6
luci
6n
escrita can mayUscula, la
pa
labra
se
empa
rienta con las alegorias de la Edad Media) es una
mutaci6n de conjunto,
un
recurso supremo,
una
fuente
de valores. Pero la actitud ante ella ha va
riado.
Primero hasta
principios
del siglo xx,
hubo
individuos
que
se
atrev
ieron a tomarla como l mal
absoluto,
la matriz de los errores y aberraciones;
se consideraban
contrarrevolucionarios.
a
situacion
ha
cambiado, y desde haee
med
io
siglo 1a
palabra
es easi siempre
bien
considerada;
10
que se Ie opone es
otra
revoluciOn. Hayen esto
una
disposicion psko16gica difusa,
que molesta
al
historiador
por la
misma
raz6n
que Ie moIesta todo
10 que implica un juicio de valor.
Suponiendo que
se
quisiera no
obstante utilizar
la pa labra, surgirian otras dificultades. J. Ellul ad
vierte
que
una revoluci6n supone una
doctrina
, un
proyecto, un programa una teOrla cualquiera
10
que
especifica
la
revoluci6n es
la
existencia de
este
pensamiento
previo. No basta con
que haya
suble
vados, se necesita tambien Ia presencia de los
que
A. Decoufle llama los gerentes de la revoluci6n, es
decir, los organizadores que
ponen
las cosas,.
en
orden tras el paso de Ia rafaga. -Asimismo la rever
luci6n
plantea
un
princip
i no tiene nada que vel
can las reformas, es el comienzo a
partir
de cero.
EI proyecto revolucionario no consiste
ni
en apli
car una doctrina
idealista,
como la
de los milenaris
tas ni en la reforma de ta l cual elemento de la
sociedad, se
reduce
siempre a un comienzo... En
caso
contrario,
el acontecimiento
puede
ser social,
politico tragico,
pero no
tiene la cualidad
de
revolu
cion (J. Ellul).
Se pretende afinnar una historia enteramente nue
va
una historia
jamas contada
anteriormente.
To
das estas
son cosas fundarnentalmente ajenas a la
7
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
5/134
Edad Media. Se
hacia
necesario pues escoger a otro
vocablo, nos heroos detenido
en
el de
levantamiento
prefiriendolo a1 de revuelta que
no
es el apropiado
para los rnovimientos en que estan implicadas en
primer
1ugar l
as
elites.
El calificativo de
populares
esta menos justifica
do. Lo hemos
retenido
para
no
dar demasiada am
plitud
a la obra, para e
liminar
aquellos levantamien
tos
en los que los
estratos no superiores de
1a
sociedad
no
han desempefiado practicamente
papel
a1guno. As pues, es
arbitrario.
Asimismo han sido
excluidos los
movimientos
dirigidos
tinicamente
par
los nobles de los que esperaban sacar
pro
vecho;
por ejemplo, los que precediero n a la
Gran Carta
bajo Juan Sin Tierra 0 los que siguieron a la muerte
de Luis
VIn
en Francia, tras la
primera
regencia en
1a historia del pais.
Lo que nos ha in teresado es aquello que
puede
agitar estratos bastante nwnerosos
.
Pero todos
los
levantamientos
retenidos no han sido populares
en
el
mismo
grado. La obra hubiese quedado truncada
si no hubiesemos evocado mas que las sublevacio-
nes unicamente populares, aquellas
en
las que
no
obraron mas que los pobres y los marginados,
no
el pueblo
el cua l,
en su
totalidad
no puede
suble
varse
mas que en las ciudades-estados. POl otra
parte y con la
mayor
frecuencia, numerosos estra
tos, situados de roaneras
muy distintas
en Ia escala
social,
han
estado
comprometidos
en los Ievanta
mientos. Hemos conservado pues, preferentemente,
a estos
cada
vez
que
los
estratos
inferiores h
an
par
ticipado en estas acciones como agentes 0 como
masa
de
maniobra: casi
siempre
se
han
mezc1ado
en
ellas
estratos superiores,
pertenecientes
no
a
]a elite.
a obra, dividida en dos partes
-Problematica
y
8
Tipo ogia- esta obligada a dar algunas advertenci
as
sobre su
metodo.
No
hemos
separado la Edad Media de
todo
10
que 1a
ha
precedido ni de todo 10 que la ha seguido.
De
esta forma
,
en
10
relativo a los
mitos,
cuyo peso
sobre
1a
mentalidad
colectiva ha sido olvidado
con
excesiva volubili
da
d, heroos hecho algunas incursio
nes
en
la hist
oria mas antigua,
si
guiendo
esos
mitos
hasta nu
estros
dfas. Sin embargo, las referencias a
la Historia Modema son las mas abundantes. No
hay diferencias
sus
t
anc
iales entre los levantamientos
medievales y los de
la
epoca
modema.
Al mil
enarismo
de finales de la Edad Media res
ponde
el de la
guerra
de los
campesinos en
tiempos
de Lutero; a las iras campesinas del siglo XIV res
ponden otras
parecidas del siglo
XVII.
EI creciroien
to
del
Estado
como
fuente
de conflictos sociales es
un fen6meno de finales de la Edad Media, antes de
serlo
de
los
tiempos modernos
. Despues
como
antes
de 1500, las mismas causas han producido los mis
mos efectos capitales.
No existe una equivalencia obligada: 1evantamien
to
=
conflicto social procedente de
causas sobre
todo econ6micas. Lo cierto
es
que no hay causas,
series causales que sean privilegiadas {(cn ultimo
amllisis.
Un J
evantam
i
ento es en
general un hecho hist6-
rico total y,
a priori
ninguna rama de la historia
debe
ser
desdefiada subestimada, el hi
storiado
r de
los levantamientos no debe incluso dudar en acudir
a otras disciplinas
que se
ocupan de las mentalida
des co1ectivas, la psicologia y la mitologia sociales,
sobre todo
l
as de
las
multitudes.
a
sociologia
en particular puede
prestar los rna
yores servicios. Inclu
so
1a etnografia, el psicoana
isis
...
y la ista
no
es limitativa.
9
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
6/134
Muchos aspectos no
han
podido
ser tratados mas
que superficialmente no tanto a causa de
su
i
mpor
-
tancia por pequefia que sea como porque en esta
6ptica hay mucho por hacer en el terreno medieval;
eUo
ha
n\
que
este
libro pueda
dar
al lector
una
im-
presi6n de .m e
tomentod
o. Pero hemos
corrido
el
riesgo voluntariaroente y los trabajos mas a fondo
vendran
posterionnente
ya que
no dependen sola-
mente de los historiadores sino tarobien de los espe-
cialistas de tantas otras disciplinas indispensables .
Estamos aqui
ante un intento para
desempotrar
la historia de los levantamientos de la Edad Media a
fin de
poner
la historia m
ed
ieval
al
alcance de nues-
tro
s contempon\neos cultos. Dicho can otras pala-
bras esta ohra es una silltesis abierta
10
PRIMERA
PARTE
PROBLEMATICA
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
7/134
I
LA
PERSISTENCIA DE
LOS
MITOS
EN
LA
EDAD MEDIA
a
teona seglin Ia eual los mitos no son, como
parece suponer el
sentido usua
l del termina sino
fabulas, invenciones,
ya no
es valida. Mircea Eliade,
por ejempl
o
ha mostrado que el mito des igna tam
bien una ,historia verdadera sagrada. ejemp
J
ar
y
significativa
tanto
en las sociedades primitivas
como cn las
mas
evo lucionadas, las de la
Edad
Me-
dia, e incluso, scg(m cree las de nuest ro tiempo. No
se
trata
pues,
de
simple ficci6n.
En
la mayana de
las sociedades el mito esta vivo, de manera conti
nuada
por simples resurgimientos.
No
es
tini
ca
mente en las sociedades
muy
primi-
tivas dande
dertes
cultos profeticos anuncian Ja
rouy cercana
lI
egada de una rnaravillosa era de abun
dancia y felicidad. La
edad
de oro es un
mito
cono
cido de los an t iguos, de los hombres de la Edad
M
ed
ia, y
no ha
sido
probado
que las
sociedades ac
tuales se hayan desembarazado de el. Es
un
mito
que
va emparejado con
el
de
evuelta a los origenesJo,
ligado al prestigio de los comienzosJo. De esta for-
13
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
8/134
rna, muchos c r o n ~ s t 3 : s medievales
empezaban
su re-
lata can la descnpc16n
de
la creaci6n del
mundo.
Par ~ s t a
alusi6l obli
gada
a la Creaci6n?
Porque
sentian, aun mconSClentemente, la necesidad de
r -
novar peri6dicamente
el mundo.
I.
LOS AUTOS ANTES DE LA EDAD MEDIA
El
Oriente
Pr6ximo
antiguo
sinti6 con gran fuerza
este deseo de renovaci6n, tanto entre los egipcios
como
en
Mesopotam
ia, por no hablar aUn
de
l
os
israelitas. Necesidad de renovaci6n que M.
Eliade
llama
el mito
de
l etemo retorno.
. Para los
~ e s o p o t a m i c o s
e l comienzo estaba orga-
mcamente
hgado
a un
fin
que Ie precedfa
fin
que
era.
de la mism3: naturaleza
que
el caos que pre-
a la Creac16n y era necesario para
todo
reco-
mle.nzo,
10
que demuestra su rito
del Ano Nuevo.
De .lgual
forma
para los egipcios, el Ailo Nuevo sim-
bohzaba
Ja
Creaci6n.
ASl
el fin estaba implicado en
el comienzo y viceversa.
Encontramos
un eco hasta
en
el.
j t o r n ~ r ai prin ipi
de Maquiavelo. Asi el
paso
del tJempo lITlplica el
alejamiento
progresivo de los
comienzos .. la
perdida de la
perfecci6n inicial . de
la
edad
de oro.
Asi pues,
para
que
pueda comenzar
algo verda-
deramente nuevo es necesario aniquilar par com-
pleto
los restos y las
ruinas
del cicio antiguo: Como
no se
puede
regenerar
10
que ha
degenerado,
hay
que hac
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
9/134
a la recreaci6n de un universe nuevo.
Ella
es tanto
mas
posible cuanto
que
los mitos camuflados
han
sobrev
ivido hasta nuest ros dias.
No
es 11nicamente en el arte clande se inspi ra la
escato
logia revolucionaria
actual
de las prediccio
nes
venidas de la Antigiiedad. En la hi
stori
a social
los fanaticos del Apocalipsis -como los llama
N.
Cohn- han
desemp
e
nado
un gran
papel desde
los hebreos
ha
s
ta
nues
tros
dias, y no solarnente en
el
transcurso
de la Edad Media, tan penetrada par
el Antigua Testamento.
Para los hebreos, Dios
habia
encargado a Israel
de extender
Ia
luz entre los gen tiles y de llevar
la
sa lvaci6n ha
sta
los confines de
la
tier ra.
Pueblo
elcgido por Yahve,
Israel
ha
opuesto
a Jas calami
clades. a la opresi6n, la
certidumbre
del
triunfo
final.
Los lib ros profeticos del Antiguo
Te
sta
mento
evo
ca
n la inmensa catastrofe c6smica de la
que
emer
ger
fa
una
Pal
estina que
no
seria
nada
menos
que un
nuevo Eden, un
Parai
so reconquistado. Por sus pe
cados, el pueblo elegido da ra lugar al
Di
a de Y a ~ v e
dia
de c6lera. No sobreviviran
mas que
los Elegldos
cuya
fe
ha permanecido intacta. Instrumento de Dios,
el pueblo
depurado
de
esta forma
y regenerado
vera
al li bertador establecerse en Palestina rodeado por
los justos.
Jerusalen sera
reconstruida. Si6n
se
con
vertil a en la capital espiritua l del mundo
que
sera
un mundo de justicia en el que los pobres estaran
protegidos,
un mundo
de paz y de
armonia
. . Y
de
estos
textos,
que
calificamos con N. Cohn de apo
caifpticos (ya que el Apocalipsis es el descubrimien
to
de
10
que
estaba
oculto)
el
mas impresionante
es
e Sueiio del
profeta
Daniel.
Se podrfa facilmen te desviar estas profecfas de su
scntido
mistico para dades
un
a significaci6n mitica ,
16
loda vez que los
antiguos
mi tos sobrcvivian ocu lta
mente.
Tamb ien era posible utilizarios para ha cer de e llos
cl tema
central
de la cscatologia revolucionaria , en
la
que
apenas dejaroi de aparecer el mito del fin del
mundo. Desde este punto de vista, el
Ir
an de Zoroas-
11 0 tuvo
una
influencia capital; como en
otl OS
lu
gares de Oriente, el
mito
del paso de
un mundo
a
otro estaba vivo. a religi6n iraniana afirmaba con
gran precisi6n
que
los mundos succsivos
seda
n con
trari os, por cambio del
uno
al otro (asi halla
ron
el
sentido etimol6gico de revolucioI1 . U na
la r
ga espe
ra
debe precedeI a las
terribl
es prueb
as
que conduci
ra
n al triunfo final de l Bien. Esta
larga espe
ra es
la
que se convertira en el chiliasme 0
milenarismo,
en
que
la cif
ra
mil significa, no
una
precisi6n c
uan
ti tativa sino todo 10 co ntra rio; el minima perfodo
de
tiempo qu
e falta hasta el gran acolllecimiento.
Mil es
una
cifra fatidica
para
sefia
lar
el fin del
tiempo.
Pero
el Dia llegara. Un Di a que no se parece
a los otros y que, mas tarde, servira p
ara
div i
dir
el
tiempo
en
un
antes y un despues. La rep resentaci6n
de ese
comienzo absolulQ
que
lI
ega tras un
fin abso-
Jutp, precedido a
su
vez par una
arga
espera, es
ca
pital (J. Monnerat).
EI tennino Ap ocaJipsis
adq
uiere asi
un
valor nue
vo; mas que una
simple
profecia
que
revela cosas
misteriosas,
es el anuncio del [m del mundo, de
la
nueva distnbuci6n de los seres y las casas,
un
fin
que
no
es sino un comienzo.
Escato logia y apocaliptismo estan Jigados al me
sianismo.
Idea
quiza
pelmanente
en la his toria , atin
la
pagana
, la redenci6n
poria
venida del
reino
anun
ciado pOI
un
Sa l
vador
es una de las representacio
nes re ligiosas mejor ancladas en la re
li
gi6n de
Zo-
roastro. Pero si empleamos el termino mesianismo
17
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
10/134
para ev
ocar
la venida del
Salvador
, es evidentemente
porque
el
Antiguo
Testamento
desp ues .de la
d e p ~ r -
taci6n de Babilonia, Ie llam6 a este
ungldo
es decil',
mesias . .
Mas
tard
e
habra
quien afirme
que
eI Anl1cnsto
debe venir
antes que
el Mesias y ella por la influencia
del paganismo
iraniano
para el
que
el Ma l deJ >e pre-
ceder
al Bien. De
todas
formas
l
mal exceslvo re
vela cua n pr6xima
esta
la venida del Bien, del Me
slas.
Asi
pue
s, la mentalidad colectiva, en el pueblo
breo no se ha librado siempre de la mezcla de
mlto
y
quimera caracteristicas
paganas. Los hebreos. creen
que el universo esta
dominado
por una
poten
cla rna
lefi
ca
, cuya
tirania
hace
empeorar
incesantemente
los sufrimientos de las victimas. Pero sonara la
hora en
que
los
santos
se l
evantan\n
para
abatirla.
Entonces lIegara el apogeo de la historia y los santos
her
edaran
la hegemonia del
tirano aplastado. Este
reino
de los
santos
cuyo
esplendor sobrepasara
al
de todos los reinos del pas ado, no tendni sucesor,
ya que
sera al
mismo
tiempo comienzo y_fin. .
Durant
e la ocupaci6n
romana
los suenos meSlam
cos fueron
un estimulante
para los judios.
Pero
la
concepci6n
judia
del Mesfas
ha
evolucionado. Si para
los
profetas
--como
mas tarde
para
los discipulos
de Jes
us
- el
Salvador
era Dios en
persona
algunos
judios habian
hec
ho mas
tarde un
simple m O I ~ a r c a
pero muy sabio y
muy
poderoso. Luego, en el s l ~ l o
antes
de
nuestra era
,
por ejemp
io en los Apocalipsls
de
Baruch
y de Ezra,
un guerrero sobrehumano
do-
tado de pod
er
milagroso. .
El historiador
Josefo quiza
estaba
en
10
e r t ~ al
pensar
que
es po:que
cre
tan en la e g ~ d a
pr6xlma
de
un rey mesiamco pOl
10 que
los
JUdlOS
se lanza
ron a 1a _guerra suicida .
que
tennin6 el
ano
70 des-
18
pues de Cristo con la dcstrucci6n del Templo. Aqui
ac
ab6
la fe apocaIiptica de los
judios. Entonces
las
profecias mesianicas pasaron a los
cristianos.
De
cierta forma
las imagenes
compensadoras
proyecta
das hacia el
futuro
son cultivadas
para haccr mas
soporta
ble
el
presente
a los oprimidos.
A partir de Ner6n, los cristianos, utilizando hasta
la
deformaci6n
el Apocalipsis de
San
Juan proda
maran su
fe
en
la
inminencia
de la era mesianica
que derribara
a s
us
perseguidores. EI milenio as
fundado
no
acabara
ma s
que
con la
resurrecci6n
de
los muertos y el juicio final.
La
fuerza de este tema
se
en
cuentra
a partir del siglo
II
en el
montanismo
que
vela la parousia
inminente
pOI'que
San Juan
la habia anunciado
como
muy pr6xima.
Sin
em
bargo, los
cristianos que
no
eran
visionarios recor
daban que la segunda
Epistola
de San Pedro no
anunciaba
la vuelta
de
Cristo como algo inminente.
Tampoco
pensaban
lodos
los cristianos
que
a1
final
de los tiempos los
santos
vivirian mil
anos
en una
Jerusalen
nueva; 10
qu
e no impide
qu
e algunos vic
ran el reino de los santos de forma casi materia
lista; pal'a ellos se
tra
taba de la e
dad
de oro de los
antiguos
paganos, ti
cmpo
de
abundancia
material
sin
apenas
perfecci6n espiritual.
La idea
del milenio
cristiano
0
impregnado
de pa
ganismo se introdujo en la Ga
li
a desde finales de l
siglo
I con
la lIega
da
de
San
Ireneo a Lyon.
Su
obra
COntra las herejias
es euna excelente antologia
de las profecias m e s b ~ n i c s y rnilenaristas conteni
da
s en los dos Testamentos. Pero
tambien
los es
critos
del frigio P
ap
ias,
que
habia
atribuido
a Cristo
profecias
milenaristas totalmente
fa lsas e
in
spi ra
das en
escritos
judaicos. De igual modo los suenos
compensadores .
impuls
an
a
San
Ireneo,
ante
las
dificultades de su tiempo, en la
misma
direcci6n
que
19
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
11/134
los judios. En el siglo IV, Lactancio
no
hallad
nada
mejor para convertir a los
judios
que el alabarles
la valia del milenio. Sin duda en el siglo v, Como.
diana fue mas Iejos, y los hombres de la Edad Media
no ol
vidaran
sus amenazadoras cprofecias;
para
el,
aun mas que para sus predecesores. la venganza es
inseparable del triunfo.
En
efeclo, Cristo
no
volvera
acompanado
por los angeles,
sino
al frente de los
supervivientes de las diez
tribus
dispersas de
Israe
l,
que habran sobrevivido en lugares ignorados del
mundo.
Estos
santos
seran una
com
unidad que ignorara
el odio, perc no por ello dejaran de
ser
guerreros.
EI Anticristo es derrotado . sus ej ercitos
pasan bajo
el yuga del
pueblo
santo que las sojuzga y que, do-
tado
de
una
juvcntud inm
ortal
vive en
una
JerusaJen
santificada, ignorando todos los
males y
gozando de
todos
los bienes terrenos. He aqui
un
rasgo
que no
olvidanin
muchos
sub
levados de la
Edad
Media
y
que
han
vuelto a tomar las doctrinas totalitarias del
siglo xx:
La dictadura
de l
os
po res es la
dictadura
de los buenos sobre los ma los, como la victoria
de los justos es la
dictadura de estos sobre
los
ma los.
Los Padres de Ja Iglesia asi
como
otros
autores
cristianos
de finales de la Antigiiedad y
principios
de la Edad Media no aceptaron este tema quimeri-
co. Ya en el siglo III, Origenes
habia
escrito
que
el
advenimi
ento
del reino no se si t
uaria ni en
el espa-
cio
ni
en
el
tiempo sino en el a lma de los cristianos.
Al leer a San Agustin se
advierte
que la Iglesia dese6
cada
vez
mas
distanciarse respecto a las
teorias
ch
iliasticas.
Nada
es
mas contrario
al
mito que
la
Ciudad de Dios, cuando afinna que el Apocalipsis
de San
Juan
no debe ser
interpretado mas que como
una
alegona espiritual, ya que el nacimiento del
20
I ris lianismo y de la Iglesia han senalado el adveni-
rnicnto del milenio.
Asi,
desde
el 431, el concilio de
Efeso
en
perfecto
ac
uerdo
con el
pensamiento
agustiniano, conden6
l:omo una
superstici6n
la creencia en el miienio que
habia de venir. Los te61ogos habian comprendido el
pcligro de an tiquisimo
mito
que vivia camuflado.
2
LOS UTOS EN
LA
ED O
MEDIA
EI mito del mi len io futuro iba a subsistir a pesar
de la condena eclesiastica en el mundo oscuro y
subternineo de la re ligion popular (N. Cohn); es-
tames an te uno de esos
ra
sgos paganos 0 semipaga-
nos
que
1a evangelizaci6n
no
siempre conseguira ex-
tirpar.
Las creencias en eI milenio
mantuvieron
la idea
judia
del pueblo elegido, considerado
este
, al
correr
de los siglos y J
as
circunstancias ya como el con-
junto
de l
pueblo
cr i
stiano
ya unicamente 10 que
fue socialmente
gr
ave como
un
gropo de ens-
tianos.
Estas creencias
ejercieron
una fascinaci6n rea l
sobre el pueblo, en particular sabre los
oprimidos
105 desplazados 0 105 desequilibrados y con mayor
fuerza en los periodos mas dificiles, aquellos
que
al-
gunos soci610gos Haman periodos de efervescencia.
Cada epo
ca angustiada
se ha vuelto hacia el Apoca-
lipsis, y aun mas,
hacia
una sel ie de
escritos
apoca-
Iipticos, los oniculos sibilinOSIl de la Edad Media,
inspirados por el judaismo helenizado.
ASI
es
como
dos
personajes han
fascinado
durante
mucho
tiempo la
mentalidad
popular; el del Anti-
cristo
y el del emperador de los ultimos Dias EI
reinado de este
emperador
muy
lar
go,
sera
una
era
2
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
12/134
de abunrlancia
que
asistini al
triunfo
definitivo de l
cris tianismo, debienclo elegir los paganos entre el
baut ismo
0
1a muer te.
La
figura de este emperador
anu
lan
rlo
un
tanto
la
de Cris to, evoc
ani
la eda
d
dorada
y
1a
neces
aria
violenc ia pa ra a1canzarla. Perc, e s p u ~ de su
re
i-
nado,
eI
Anticristo
instalara su trona
cn el Templo
de Jerusalen;
enganara
a la
mullitud
con sus mila
gros y cuando los justos se nieguen a dejarsc en
gafiar scrim perseguidos. Afort
un
adarnente, el Senor
acorta
d . este odioso
re
inado envi
ando
a
San
Miguel a
derrotarl e; cntonces tendra lugar cl segundo adve
nimiento
de Dias que, de
este
morlo,
habra ida
pre
ceclido de dos reinaclos bruta les ; el de l Bien y el
del Mal.
Tocla la Edad Me
dia
estuvo fascinada por la figura
del Anticristo,
confund
ida con la del
dragon
de las
entrafias de la
Tierra
con Satan.
E
ste
Satfm-Antic
risto
fue
para
la
Edad
Media cia
encarnaci6n gigantesca de todas las potencias des
tructo
r
as
y anarquicas. No es pues por el simple
gusto
de ins
ultarse
por
10 qu
e en el
sig
lo X
]
Ino
cencio IV y Federico
II
por ejempl o, se trataran
muluamenle de Anticri sto, 0 pOl' 10 que, tres siglos
m
as
tarde, los protestan tes calificaran as at Papa.
Apenas hemo s
dejado
pues de avizorar l
os
signos
precu
l
sores de ]a venida del emperador
0
del Anti
cri
sto, esperanzas y temores de los
quc
se hacen
cco lantas cr6nicas medievales. La polftica vino a
mezclal"se. Se esforzaban en de scifrar l
os
sig
no
s pre
cursores de
la
armonia entre los cri stianos, de la
victoria sobre los impios, de Ia extraordinaria abun
dancia
que
habia de
caracterizar
a la
edad
de
oro.
Mas de un rey,
a1
Il
egar
a l
pod
er , se vio asimilado
al
ultimo
emperador y de ahi l
os
e
pitetos
m
es
ia
nicos con
que
se Ie gratificaba
levo
David rex jus
22
I
l lS. . Luego, al llegar l
as
des ilu siones, se
e t r a s a b
cI
advenimiento de la edad de oro al
remado
51-
guiente.
Mas de
un prin
cipe
permiti6
al menos
qu
e se Ie
r onsiderase como el pr
ec
ursor
que debia
abrir el
camino al ultimo emperador. Esperanzas falaces
pera tan arraigada
s que, al igual
que
los emperado
res bizantinos, algun
os
s
oberanos
de
Fra
ncia 0 de
Germania
se dejaron ten ar a veces, y se apoyaron
en las
pro
fe
cias de los
iibrf s sibilinos
para
t i f i
tal
0
cual pretensi6n
a1
poder supremo. Pero al ml -
rno tiempo, se acechaban los signos a n u n c i a d ~ r de
l
as
tribulaciones que acompafiarian al Antlcn sto.
Estos signos eran numerosos; g
uerra
s , s t u l
pcstes, h
amb
re.
n ~ t u r a l e ~ ~ o m p r e n d l
das las sequias graves, mundaclOnes, mVlernos
duro
s
),
aparici6n de cometas naci
miento de
amma
les
mon
s truosos y tam
bie
n los malos gobernantes.
L
as
invasiones, la apro:
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
13/134
clusividad en la men talidad colectiva
en
particular
durante los periodos de e f e r v e s e n y en los pue-.
bIos 0 c a t e ~ o r i a s sociales en tregados a la historia,
y
por
la mlsma raz6n amenazados 0 que se conside-.
ran
amenazados en
su superv
ivencia misma. Pero
la . imaginaci6n apocalfptica, la
ima
gen de
este
co
mlenzo
futuro que
viene
tras
el final
es
de igual na
r ~ l e z a
que
la percepci6n
de
los males
que ha de
vemr y can creces, a compensar. Y
todo transcurre
en la tierra
Esperando
la venida del reino de los
cie l
os . Y
como
todo transcurre
en la tierra
el sal
vador que ha de venir despucs
[d
el horro lactual]
usa las mismas annas que el
enem
igo. Es el Salva-
dor de
f
espada
Tales representaciones son virtual
mente
hereticas. Todo es en elIas
inmanente terreno
y literal. [Hubo una especie] de
propensi6n
a to
mario
todo
al pie de
la
l
etra. En lugar
de concebir
al Cristo de los Evangeiios, se concibe un
anti Gengis-
~ a l .
Los mitos e
nmarca
n la
percepc
i
6n de
la his to
na.
Se I
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
14/134
ticularmcnte favorables para la explosion de un du
r o n ~ una situaci6n
que contrastase
can la grisacea
experienc:ia cotidiana, peligros nuevos, y par ella,
d.esconocldos. Con t ~ d o
no
es seguro
que
un desaso
slego general fuese slcmpre el
motor
necesario.
.
La
Iglesia cons
ider6 frecuentemcnte pera no
slempre
, al menos al principio- a
estos
movimien
tos, como oleadas henHicas. a historia de las be
r e j ~ a s como Ja de los mitos, a la del psicoamilisis
es
mseparable en
parte
de Ja de l
os
levantamientos
p.opulares. Algunos berejes se complacieron en con
slderarse como
si fuesen los diez
justos
capaces de
salvar
Sodoma
tras
la
derrota de
l
os
malos.
. Existen rasgos
comunes
a
tadas
las he reji as me
dlevales que han dado lugar ya a insurreccianes, ya
al menos, al u
sa
de la violencia.
Proclaman
en la
bios de
s ~ s gu ia s
profetas
la
negativa a ~ c e p t a r
por
mas
tlempo 1a ortodoxia
cristiana sobre
los efec
tos del pecado
orig
inal.
La
perdida del
estado
de inocencia original, pro
fesada por el estoico Posidonio, habia motivado la
de,lo
q le Engels
llamara
el comunismo primitivo;
aSI nacl6 el aparato represivo de la sociedad (apari
ci6n del Estado, del
poder
del
hombr
e sabre el hom
bre, de la ley sobre el hombre) conj ugado
con
los
principios de la propiedad individual.
Se
trata
de ideas que
se
hallan en otres
escritores
de la antigiiedad,
como
Cicer
on
0 Seneca
aun can
mayor
facilidad ya que recogian
c o n f u s a ~ e n t e
los
mitos .de la pureza de los comienzos y de la edad de
oro.
Sm
embargo,
como precursores
en cierto modo
del
c r i s ~ i ~ n i s m o
Jos estoicos creian, sino
en eI
pe
c ~ d o o n g m ~ 1 .
al
menos en
la caida.
Estos puntos
de
vIsta
han
sldo -c laro
es t a
modificados
par
la or
t?doxia cri.stiana, ya q ~ e p ~ r a los Padres de la Igle
SI a ,
el
conJunto
de
obhgaclones
que
el
poder
impo-
26
III
:t cada hombre, la
propiedad
pr ivada, la depen
.k llcia de algunos (ej. la esclavitud) re specto de
1 Iros, en 5uma, todas las instituciones politicas, ceo
Ilo
micas soda les, tienen
un
valor
correctivo Sin
' cr evidentemente capaces de borrar el pecado ori
estas
obligaciones
atenuan
los
nefastos
efectos.
EI estado de inocencia se perdi6 tras el pecado de
Ad
em,
pero
el orden, por
imp
erfecto
que este
sea,
cs preferible al desorden. Las instituciones
human
as
son forzosamente imperfectas, pera son necesarias.
Son c
osas
que, precisamente, muchas
herejias
me
dicvales rechazaron, y siempre bajo la presi6n de
los milos que "olvian a
reasumir mas
menos in
conscientemente.
Asi, pues, no ha faltado raz6n
para
realizar la apro
ximad6n de
l
as herejfas
a las ideologias
que
las han
suplantado desde hace unos dos siglos.
19uaJ
que
Ja ideoJogfa ---en el sentido en
que
esta
se
tomaba
en
el siglo
X IX -
la
her
ejia
posee
un
va-
lor de sfntoma cHnico
.
, es una desviaci6n,
un
tor
cimiento
en
una direccion
determinada de una
parte l a misma
s iempre-
del patrimonio dogma
tico
de
la cristiandad.
Etimo16gicamente, la pa l
abra elecci6n
es el senti
do mismo
de herejia. a ideologia
resulta
de una
eleccion igual
que
ella: La presi6n psicoI6gica
.
.
acaba
por seleccionar
dcterminados
elementos psi
quicos, de e
ntre
otros componiendolos combinan
dolos conjuntamente para formar una ideologia, 10
que no
proviene de una necesidad de verdad, sino de
reivindicaciones afeclivas.
Las herejias medievales son frecuentemente esca
tol6gicas;
e1
bien
esta
a
punto
de
suceder al
mal,
los ultimos seran los primeros. Son a
un
tiempo me
sianicas (el profeta a cuya ensef'ianza se adhieren
es el precursor del Salvador, 0 el Salvador en per-
7
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
15/134
sona) y violentas, ya que el Salvador es
un Sa
lvador
con espada. Asimismo estan dirigidas por una elite
de
redentores. que arrastra a l
as multitudes
y obra,
an tes despues ,
como
si ya
no
estuviese atada por
las
consecuencias
del
pecado original.
Esta
elite
esta
persuadida de estar en estado de inocencia natu
ra
l., 10 que es tipicamente heretico, ya que la vuelta
a Ja
natura
leza seria
para
la Iglesia la vuelta a l pe
cado sin la redenci6n .
Estos
heresiarcas son
optimistas
, antecesores de
Jean J
acques
Rousseau; liberados de las enseiian
zas de la Iglesia,
no
confian
mas
que en su bon
dad. De aqui se derivan inmensas consecuencias, ya
que esta confiam.a en su propia bondad corre pa
r ~ j a como
explica la psicoiogia infantil,
con
la cer
tIdumbre
de la cu lpabilidad de los
demas
.
La violencia es la consecuencia 16gica de
estas
dos
convicciones unidas. Indudabl
emente
l
as
violen
cias suscitadas
por
algunas
herejias
medievales al
gunos
movimientos de m s incluso no hereticos
pero mo.vidos por el mism
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
16/134
la reivindicaci6n igualitaria de las sec tas medievales
el cu
rso
? el pe:lo?o de efervescencia
que prec
e-
d16
,
o m p a ~
y ~ l g U 1 6 a Ia Revoluci6n de 1789.
Es
u , ~
re VmdlCaci6n laicista segu ramente, pero
e s t ~
l
alclzaC:16n
es ta en linea
directa can
el secu
la:lsmo
nacldo
en la
Edad
Media. EI cielo
ha
ter
mmado su descenso sabre 1a Tierra . Despojado por
c o m ~ e t o
de su vest
idura
aparelltemente cris tiana
el mHo. se ha reactualiz
ado
de hecho can o c a s i 6 ~
de, las dlferen tes revoluciones de los siglos
XIX y
xx
aSI
cOf 1
o en las doctri
nas
socia
li
stas incluidas l a ~
comulllstas.
30
SOCIOLOGIA E HISTORIA DE LOS
LEVANTAMIENTOS
La
soc
iologia, ereaci6n del siglo
XIX,
cuen ta e
nt
re
sus principa
les
fundadores
a Saint-Simon y Augusto
Comte. La visi6n
bastante
idllica que tuvieron sobre
la Edad Media, influidos por el romanticismo, ha
gravitado con
gran
peso sa bre los trabajos de sus
sucesores, en el
sent
ido de que se defendi6 y si-
guen defendiendo can frecuencia, sobre
todo
los mar
xistas- 10 con
tra
r io de
sus
teorias .
1. LA
EDAD MEDIA VI S
TA paR
EL
s rcw
XIX
Aunque, para SaintSimon y para Augusto Comte,
el poder temp oral fuese esencialmente en 1a Edad
Media un poder de caracter militar 10 que es bas
tante seguro- ll
uno
ni otro han consid
erado
que
el papeJ de
la
violencia
en
la hi
storia pudiera
expli
carlo
todo. Par el eontrario para elias, el sistema
que
ll
am a
n feudal
respond
ia a necesidades perfee
tamente respetables.
31
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
17/134
Con Marx y Engels sucede todo 10
contrario.
Con-
tra
Diihring, para quien ala violencia es el mal abso
luto, Engels, en su libra titulado
prec
i
samente
l
papef de
a
violencia en
a
Hisloria
prefij6 con fir
meza la posici6n marxista. aLa violencia desempe
iia ...
en
la historia . . un
pape
l revolucion ario .. ; es
la partera de
toda
sociedad vieja
que
lleva una nue
va en sus costados ... ; es el instrumento gracias al
que el movimiento social triunfa y hace afiicos las
formas
politicas
anqu
ilosadas y
muertas
.. Toda vio
lencia politica
reposa en
un principio sobre una fun
ci6n econ6mica de caracter social y
aumenta
en la
medida en que la disoluci6n de las
comunidades
pri
mitivas
[alusi6n al comunismo
primitivo]
metamor
fosea a los
miembros
de la sociedad en
prod
u
ctores
privados.
La
id
ea
de la fuerza detenninante de la
infr
aestructura econ6mica, fundamenta l
en eI
mar
,usmo, se halla repetida
hasta
la saciedad en los
escritos de Marx y Engels. De
ahi
se deriva la expre
si6n
materialismo
his16rico,
que
no fue u
sa
da
por
Marx es de Kautski), pero
que
este
no
habria re
chazado.
Aunque el
pensamiento
de Marx baya variado, si
gue siendo cierto
que
para e a econ6mico
determ
ina
i .
0 condiciona?- las
superestructuras
politicas,
religiosas, intelectuales, etc. De esta forma, como
ban
dicho y repetido tantas veces los
fundadores
del
marxismo, los levantamientos
populares
tienen una
motivaci6n fundamentalmente econ6mica.
Marx recogi6 la idea del advenim iento de 10 eco
n6rnico en
Saint
-Simon;
concretamente
en la
ara-
bola de
los Talelltas. La era de los
guerreros
y los
sacerdotes ha terminado
y comienza la de los
indus-
triales banqueros
y sabios. El predominio de la
economia tiene
como
corolario la
preponderancia
social de los
hombres
que dirigen la economia. Por
32
olra parte. el
comtismo no habia
finalmente afirma
do algo muy diferente.
Todo esto 10 recoge Marx, pero refractfl.lldolo,
ya que, para sus predecesores,
eS.ta primacia
de ,10
ccon6mico era una novedad del slglo
XlX.
Mas aun,
no
iba
a afirmarse mas que el pr6ximo futuro,
no
en
cl pasado.
Por el contrario , Marx,
qu
e como muchos de sus
contemporaneos cree
e x c e s i v a m ~ ~ t e
leyes
natura
l
es .
, considera
que
el dommlO eJercldo por la
infraestructura econ6mica sobre las superestructu
ras, la preeminencia de los
industrial
es en el sen
tido saint-simoniano) sobre los demas hombres, son
tan re trospectivas
como
perspectivas. Esta preerni
nencia no anuncia
13
aurora de los tiempos nuevos;
caracleriza
tambien a toda la historia a n t e r i o ~ de
la
humanidad.
Es inutil, pues,
buscar causas pnme
ras no
econ6micas a
cualquier
l
evantamiento
P?PU-
l
ar
de
cualquicr
cpoca;
a
ideolagia alemana
Ilus
tra maravillosamente esta tesis.
Primacia
de 10 econ6mico, y, por tan to, pr imacfa
de
la
producci6n. En el t i e ~ p o
como en
el espacio,
las diferencias
entre
las socledades
humanas
son las
diferencias de las formas de producci6n. a impor
tancia social de una dase de hombres, su situaci6n
en la escala social
estill
en funci6n de la relaci6n de
esta dase con la producci6n. Hay tambien clases so
cia les y,
pOl
consiguienl.e,. l.uchas de dases. EI fac
tor
determinante
de 1a divlsl6n en dases
es
la explo
taci6n del trabajo de los unos por los otros:. La
forma
especffica bajo la cual
un supcrtrabaJo
n?
pagado es estafado.al ~ r o d u c . t o ~ inmediato deternll
na
la
relaci6n dOffil.llaCI6n-suJccI6n,
esta
es
una
de
las f6rmulas mas
claras
de E
Capital
y la
idea
es ta
subyacente,
cuando
no se la recuerda, et; t ? ~ a . la
obra
de
Marx y Engels.
Toda
sociedad
esta
dlVldlda
33
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
18/134
gia, la del cambio social. En
primer
lugar, esta
debe preguntarse si hay uno varios factores domi
nantes que
puedan exp licar este cambio social
expresi6n vaga,
por
otra parte). Es un debate de
primera magnitud,
que
ha opuesto y
opone
aim a
muchas escuelas de
pensamiento
y que se ha crista
lizado en
torno
a una cuesti6n centra
l
Hay
que
conceder mayor peso a las cosas que a las ideas, a
las condiciones
materiales que
a las otras, a l
os
fae
tores
de estruetura
que
a los factores de
cultura?
Es
un
debate que
aparece
con tocla claridad
en
la
oposici6n ent re la eoncepci6n inteleetualista de la
hi
s-
toria - l a de Augusto Comte- y la concepci6n mate
rialista, la de Marx. Aetualmente, ademas, la socia
logia pareee inc1 i
narse
hacia un
pun
to de vis
ta
relativista; inclu
so
los
que
muestran predilecci6n
por un factor
particular reconoecn
en
general que
el cambio social es siempre el resultado de una plu
ralidad
de
causas
que obran simultan
eame
nt
e y
reaccionando unas sobre otras.
a sociologia,
desde
sus origenes, se h
abia
interc
sa do por el
cambio
Es eier to que Comte, para quicn
la sociologia dinamica la
que estud
ia el progreso,
es decir, la transformaci6n de las sociedades) era
mas
importante que la sociologia estatica, consa
grada
al estudio del orden. itn es
mas
cierto ref
e-
rido a Marx, algunos de cuyos h
erederos
han lle
gado
incluso a
proponer que
la sociologia
estudie antes
que nada, si no exc1usivamente, a la sociedad bajo
el aspecto del
cambio que
se realiza en ella.
En
nuestros dlas
se
afirma una
clara
renovaci6n
de los estudios del cambio
no
solamente a
ca
usa de
las crisis
actuales
de las sociedades avanzadas y
de las del Tercer Mundo, sino tambien porque se
dispensa desde ahora
una
acogida
mas abierta
a la
obra de Marx, cn quien ya
no
se ve unicamente un
6
fil6sofo
un
profeta, sino tambien
un
soci610go.
Asimismo, Marx se ha ocupado con preferencia, no
cabe duda, de la sociologfa de los confl ictos. Con
toda raz6n, incluso si
no
se eomulga con las conelu
siones marxistas. Todo levantamiento tiene
cierta
relaci6n con la agresividad, instinto natural que se
supone necesario, segun Konrad Lorenz,
para
Ia de
fensa y el progreso de las especies. Pero, en el hom
bre
, e I pensamiento conceptual y la
pa
labra
han
tenido
como
consecuencia
un
desarrollo mas
rapido
de
la
cui lura, transmitida por
la tradici6n,
y de
la
civi
li
zaci6n
material
que de los
instintos
sociales 0
las inhibiciones sociales.
Hubo
una gradac i6n
que
Ilev6 a una especie de prevcnci6n de la agrcsividad.
En una
sociedad bien ordenada
todos
los connie
tos son arbitrados
a fin
de ser
eliminados. Cuando
el
arbi
traje deja de ser efieaz, el conflicto vuelve a
sa lir a la luz y el l
evantamiento
amenaza.
Ralf
Dahrendorf
se ha
entregado
a
un
amllisis
exhaustivo
de la soc iologia de Marx y de los que
Ie
han seguido 0 tambien, er iticado.
Para este
soci6-
logo de
or
igen aleman, hay en Marx
una
importante
contribuci6n a la soc iologia de los conflictos. Pero
Karl Marx
ha
cometido
tres
errores. Todos los gran
des conflictos sociales son reducidos a la c1ase. Pero
Ia clase, incluso cuando exis te,
no
es si
no
un
grupo
de
interes
que oponen entre sf a los miembros de
una
sociedad.
Segundo
error:
para el marxismo, el conflicto
de
clases
lI
eva ineludiblemente a la revoluci6n; dicho
de otra
forma, todo conflieto social se resuelve en
una soluci6n violenta y la revoluci6n es el tinico
momento
dinamico de
la
historia.
Empero,
la
solu-
cion
violenta es en la Edad Media, como
en
otros
tiempos, la exeepci6n, y el com promi
so
0 la evolu
ci6n), 1a regIa.
EI grupo
social que
domina ha
ec
37
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
19/134
caso
son produ
cto
u..nicamente
de
l
as re
lac iones
de
producci6n, como
aseguran
los marx istas , sino de la
historia : De la misma forma que se
superpone
n
las
capas
geoI6gicas .. las
mas
an ti
guas
institucio-
nes estan cercanas en la sociedad a las
mas
recien-
tes.
Es
una constataci6n habitual
para
el historia-
d
ar
, menos para el soci610go. Veamos dos ejemplos
medieva les de
10
antedicho: Tipos
de
derecho de
dos
epocas diferentes han podido coexistir (el dere-
cho feudal y de
las burgues
ias, en las ciudades);
han podido aparecer profesiones y
organ
izaciones
nuevas s in
que
desaparecicran las
antiguas
(ej., l
os
distintos artesanados urbanos
nacidos
entre
el si-
glo XI l xv). Generaciones de instituciones y prac-
ticas
sociales coexi
sten,
pero 10 an ti
guo
y 10 nuevo
no siempre
puedcn
cohabitar sin que
surjan
tensio-
siones y conflictos.
3 DIFERENCIAS ENTRE REBELION Y REVQLUCION
La sociologia con
temporanea
se muestra poco in-
c1
inada a hacer el
distinguo
entre el levantamiento
o la revuelta y la revoluci6n.
Hay
que recordar que
los
hombres de
la
Edad
Me-
dia han podido ser a veces revoltosos pero, en suma,
jamas revolucional ios.
Precisamente
la d i
stinci6n
entre los dos fen6menos
acaba
de ser sacado a Ia
luz
po
r Jacques E llul
Esta
diferenciaci6n
entre
re-
vue lta y revoluci6n, cuan do se las considera en la
h i
storia s in
amontonar
eoneeptos es
ademas
dificil,
incierta.
J . Ellul sostiene, con
tra
la
disociaci6n
estab
l
ec
i
da
otrora por A. Camus en
tr
e la rebe
li
6n metafisica y
la rebeli6n
hi
st6rica,
que
no hay mas rebeli6n
que
la
hist6r
ica, pues es la tlni
ca que
desemboca
40
_en una interrogaci6n a
partir
de la cual puede ser
posible, quiza, encontr
ar
un elemento de respues ta
U otro en
una
actit
ud del homb
re ante
la vida
En
toda
rebeli6n hay dos rasgos pennanentes:
la certeza de 10 Intolerable y la Acusaci6n. Un hom-
bre
, u
na
comunidad
,
se rebe
l
an cuando
un ac
to,
una
situaci6n, una relaci6n , alcanzan el limite de 10
intolerab
le in just icia, miseria, hambre, opresi6n,
dcsprecio) . El hombre se rebela, pues, porque hay
un
ya no puedo agllantar mas
Pero no es un asunto
de sentimiento, y la psicologia social
el
psicoami-
lisis
no
conducen a una explicaci6n
total,
segUn
J. E
ll
ul, quien advierte, por otra parte, que es muy
insuficien te, sino inutil, bu
sear
una explicaci6n 0
una
causa
a 1a rebeli6n en la psicologia del jefe sublevado.
Si se hab la de libertad en relaci6n
con
la revuel-
ta,
hay
que recordar -cosa que no hacen habitual-
mente
los soci610gos- que el sentido
de
la liber-
tad) esta viciado por nuestra experiencia h ist6I ica.
Si la Iibertad
ha
lI
egado
a
ser para nosotros materia
de
fi
losofia 0 de cicncia politica,
antes
del sig lo ).. VIII
tenia
otro
peso, directamente h
uman
o Antigua-
mente
se queria escapar a un destino que se
habia
hecho intolerable y la lucha contra el opresor no
era
mas que
secundaria, indirecta.
Mientras que
la revoluci6n se consid
era siempre
constluctiva y
pretcnde desembocar en un futuro risuefio, la rebe-
li6n es
un levantamiento
titanico que haee cruj ir
las cosas sin
futuro
previsible.
Si la revoluci6n es siempre un acto Ileno de es-
peranza, Ia desesperanza
esta
presente
en
el cora-
z6n de la revuelta. ,No gritaba
uno
de los cabeci1las
fl
oren
tinos del
lumu
lto
de
l
os
Ciompi: Alla
don
de
existe, como entre
nosotros,
el ternor del hambre y
de la pr isi6n, el
temor
del infiemo
no puede
existir?
EI
que
se rebela
no
quiere, pues, oir hablar de la
41
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
20/134
ilas ~ z u l e s c o n ~ r a los nuevos tela r
es
, 10
que
hicie.
ron, OtlOS en el slglo xv
contra
las tecnicas
que
com.
p e t J a ~ con la seda. Otras novedades provocan iras
t a m b J
Los hombres de
Ja
Edad Media se suble.
varon
frecuentemente contra el sistema fiscal
de
los
reyes. y principes,
aparecido,
seg(tn
la
s regiones,
en
los slg los XII[ a XIV. Todo ello de Escandinavia a
A.rag6n,
pasando por
.Inglaterra, el Imperio y Fran.
Cl
Pero
~ o ~ t r a
qUll n van dirigidos los levanta
mlentos
prmclpalmente?
Contra los pesados im.
puestos, contra la presencia de
agentes
fiscales frc.
c u e n ~ e m . e ~ l e c ~ t r a n j e r o s a Ja regi6n, 0 bien contra
cl
prmCIPIQ mlsmo
de los
impuestos?
Todo ello de
pcnde
del caso concreto,
pero
10
que
es segura es
que
la revuelta
presenta
s i
empre
en estos casos un
rechazo de un poder lejana y en vfas de desarrollo.
Para J. Ellul, el sentimiento de 10 In tol
erable que
a ~ a b a m o s de
examinar,
va
acompailado
de la
A ~ u s a -
cl6n. EI
s u ~ l e v a d o
ac
u
sa
al
atro
ese
atro
que, a
veces, se deja en una curiosa
penumbra.
Los acusa.
d os s ~ n los "Se, los "Ellos, responsables de una
sltuacl6n
que
se
ha
hecho intolerable y
que
se siente
como tal. Pero
antes
0
despues hay
que
dar
un ros
tro a estas cabezas de tu rco.
En
l a
~ i s m a medida que
el
sub
levado vive el
Apocal.lpslS de
sus
fines, asf es de concreto en la
a c u s ~ c I 6 n , 0,
par
10 menos, 10 cree asf, puesto
que
t e ~ m m por dar aI rostra acusado la fonna de al
gUien cercano:
en
eI siglo
XVII R.
Mousnier), e in.
~ I u s o
a."tes del final de Ia Edad Media, el cnemigo
ImpreCISO es l Estado, pero se acaba dandole el
rostra de su agente mas pr6ximo; incIuso si este
no es mas que un pobre suba
lterno.
Se
arremete
Ta
ramcnte
contra el rey a eI principe, y a
menudo
contra
su representante
en la comarca. La
moda
actual entre muchos historiadores 0 soc i610gos quie-
44
rc
interpretario
todo en
terminos
de conflieto de
dases,
pero
el sublevado tiene poco en cuenta las
c1ases
-suponiendo
que existan- e incluso los
cstratos sociales . Hasta tal punta es cierto 10 ante
,-jor, que hay en tre grupos sociales muy diversas
so
lidarid
ades verticaleslt,
que
aparecen
en
las re
vueltas y entre los revoltosos cuando hay insumisi6n
generalizada. Dicho de
otro
modo, la
desigualdad
social
no
es forzosamente la causa de las revueltas
tradiciona
les ,
anteriores
al final del siglo XVITl
Asi-
mismo, la noci6n de Iibertad no tiene en las revuel
tas la resonancia a
que estamos acostumbrados
y
que
utilizan los soci610gos. La libertad consiste en
tonees en luchar con tra el impuesto
como
tal y con
tra
los agentes del
Estado,
cual
esquiera
que sean, en
cuanto
a tales.
Es
curioso
advertir
que esta reso
nancia
antigua parecc haber
sido recogida en nues
tros dias por los movimientos Ilamados .dzquierdis
tasll. Para 1 Ellul, la sublevaci6n
no estalla
h
asta
que no se establecc
cierta
situaci6n
con
tendencia
a durar. Pero, una vez mas, las estructuras sociales,
el desfase
entre
la situaci6n social
y
la
situaci6n
eco
n6mica, no expliean
bien
las revueltas.
Pueden
existir, no
obstante,
causas econ6micas
(recesi6n,_carestia, etc.),
juridicas
tal como un re
parto
desigual de los impuestos entre los grupos
sociales 0
entre
la ciudad y eI campo),
pero no
deben
omit irse
la
s
causas
religiosas, que no
son en
abso
lu to, contrariamente a 10
que
opinan los marxistas.
un reflejo de los facto res socioecon6micos.
Perc i es necesario lIevar
hasta
el limite la antino
mia
revueltarevoluci6n? Ni siquiera los
autores mas
sensibles a
esta
antinomia estan completamente
can
vencidos. Segun
J.
Ellul,
una
revoluci6n
puede
salir
de
una
revuelta. y en tal caso, esta asume
en 10
sucesivo los carac teres de aquella. Sin embargo, an-
45
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
21/134
QUIENES SON LOS AGENTES
DE
LOS LEVANTAMIENTOS?
Tras
el
examen de los factores, las condiciones y
aspectos generales del cambia_
y
la revuelta bay
que
hablar de los actores. Pregunta
principal
: que
hay en
el origen de
un
l
evantamicnto un
cabecilla.
uno
0
varies
grupos 0 todo ella a un
ti
ernpo? Si
hay mas de un I
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
22/134
loriadores
que
no
em pl
ean
las mi
smas
pal
abras
en
el mismo sentido. Es un a
constataci6n
singular
mente oportuna
en 10 que concierne a la historia
de los levant am ien tos populares, tan turb ia
pO l
el
concepto
de clase,
que aceptan
sin discusi6n algunos
medievali
stas
y que,
par
ella mismo, parecen acep
tar can raz6n sin ella, la idea marxista de 13 lucha
de clases. En realidad, la existencia de clases, la de
una insoslayable y general lucha de clases, son de
ma s
i
ado
a menudo consideradas
como
eviden tes.
Sin
embargo una
evidenc ia no se demuestra se la
;;lcepta.
Pcro
l sc trata ver d
aderamente
en este caso,
de evidencias?
Par
otra
par
te, el tennino de clase
se utiliza con excesiva frecuencia, y
para
cualquier
fin. con signilicados
que
varian de un autor a
otro.
Seg(m R Mousnier, . en el trabajo del
historiador
,
aun cuando el
concepto
de clase
no pucde
ser
mas
que una abstracci
6n
supone
el
examen de la tota
lidad
del hombre cn u
na
epoca y en
l pais
dados
en la totalidad de los grupos sociales diversos a los
que
pertenecc y en la tota lid ad de cada u n ~ de
esos grupos sociales Hay que buscar Ia
totahdad
del
hombre
en la totalidad social.
Seguiremos a R. Mousnier en las consecuencias
que saca de es
ta
s observaciones. No es posiblc ~ m i -
tir la opini6n de los
que
piensan que Ia totahdad
se comp
one
de una serie de niveles disti
nto
s y rela
tivamcnte aut6nomos econ6micos, politicos, religio
sos ideol6gicos , fllos6ficos, artfsticos, cientificos y
q u ~ dependen finalmente de l nivel econ6mico, que
seria el
do
minante, para los que, en todas l
as
for
mas de
sociedad,
una
producci6n
determinada
y las
relaciones que
engendra
conceden a
las
relaciones
engendradas
pOl las otras
p r o d u c ~ i o n e s su r ~ n g o y
su importancia, red uciendose el obJeto de la hlst
ona
a conceptual ,da est ruct ura
y
el
proceso de
una for-
so
maci6n social
determinada pro
cedente de
un
a forma
de producci6n
definida.
como afirma Luis Althus
ser. En esta enum era ci
6n
de niveles, 10 social des
aparece el
hombre tamb
ien y, consiguientemente
1 vivo.
POl
otro
lado, el
concepto
de clase enci
erra una
je r
arq
uia de conceptos. Es
cierto
que se pasa en los
escritos de Marx, pOI
toda esta ser
ie
de
Jas en
um
e-
rac
i
ones
de c1ases sociales a la definici6n de la c1ase
misma .
B)
xamell de las tesis marxistas
Si la pa labra c1ase es anterior a Karl Marx d., por
ejemplo, su utilizaci6n pOl H
en r
i de Saint-Simon ),
su concepto naci6 en el espiritu del
amigo
de En
gels del analisis de las
re
laciones de producci6n
capitalista entre 1838 y 1867 en Inglaterra particu
larmente en Manchester. Mas tard e, Marx se extra
Iimit6, no
sin
gran temeridad y
sin
perder de
vista
los
postu
lados materialistas e incluso el viejo me
sianismo.
Una de las nociones mas importantes del marxis
rno es la de
pro
l
etariado
Ia de c1ase
obrera. Esta
ultima es el agente del proceso hist6rico, la elegida
de la Historia.
Pero
para llegar a esta noci6n de
proletariado procedi6 Marx a
una
recensi6n exhaus
tiva, en el tiempo y en el espacio, de l
os estratos
inferiores de la historia universal?
Fuera de la historia
que
estaba viviendo,
Karl
Marx no estudi6 a fondo
mas que una
historia de
gra
n
importancia
es
cierto
pero
a
pesar de todo
limitada en
cuanlo
al espacio: la de la Revo luci6n
franccsa. Lo que Marx llama tras otro s
mu
chos, Ia
burguesia es quien
Ie
ha aportado el modelo i (y
51
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
23/134
el contraste) de la clase revolucionar ia que leva
a cS;ho un l e v a n t a ~ i e n t o en provecho propio. Marx
habla leicle
a
los hlstonadores
cburgueseslt
de
t iem
pas de la Restauraci6n y de la Monarquia de Ju lio'
los g u ~ t i n i e r r Guizot, Miguet. Thiers, as c o m ~
a
Henn
MartIO.
Todos
estos h
ombres estaban
im
buidos
de u
na
especie de mesianismo burgues.
Crefan qUe. el acceso a la funci6n de grupos domi
nantes,
dlngentes,
de la burguesla censataria era
como el fin del
proceso
de tada
la
historia de
Fran
cia, concebida como una ascensi6n, no sin vicisitu
des, desde la Edad Media, de esta burgues{a.
Marx recogi6 de estos h i
storiadores
la idea de una
categoria social ascendente la eual, a
medida que
va ascendiendo,
encauza
cada vez mas los intereses
generales de la sociedad y la esperanza de un
futuro
mejor. Los burgueses de las comunaS
1
medievales
son
los
que
llevaban el porvenir y el progreso, y e Y
tas
comunas_,
y
sus
jefes
-incluido
Etienne
Mar
cel-,
eran
los
precursores de
la Revoluci6n. Antes
de los historiadores marxistas, los historiadores
burgueses no
vieron mas que
una diferencia de
grado, no de naturaleza, entre los levantam ientos
medievaies 0 modernos y las revoluciones de los
tiempos actuales.
Pero Marx es un hegeliano, y la
victoria
de la bur
guesia
no
podria ser ni un
absoluto
ni
un
termino.
Esta
victoria no puede
ser
definitiva, ya que esta
burg.uesfa,
que
es mundo del capita l y posee los
medlos
de produccl6n e i
ntercambio
destina a la
mayoria de la poblaci6n - una m a y ~ r i a
destinada
a engrosarse
cada
vez mas - a una exp lotaci6n cre
ciente. Los
campesinos
, asf
como
otros
grupos inter
medios, se proletarizan. Ei proletariado es cada vez
mas numeroso
y
mas
explotado por
una burguesia
en la que aumenta la concentraci6n del dinero. Man-
52
c
hester
es a
un tiempo
el cjemplo y el prototipo
de 10 que pronto ocurrira en todas partes . Este pro
letariado se 10 representa Marx como la cIase ascen
dente que sustituira
a la c1ase burguesa, cuya caida
es fata l tras
un
proceso revolucionario. En el fonda,
la filosofia de Hegel, de
la
que
Marx,
co
mo
mu
chos
de sus con
tempon'
meos , estuvo muy
imbuido,
aun
que la haya crit cado a veces, se considera que justi
fica
mucho
meJor esta
fatalidad
de la
sustituci6n
de Ia burguesfa par el proietariado, la tambien fatal
lucha de
estas
dos dases, que algunos escasos ejem
plos hist6ricos.
a
diaIectica
no es una
creaci6n
de
Hegel.
a
rea
hdad,
tal
como la percibia Heraelito,
es
un devenir
una sucesi6n, ya que, transcurriendo en el tiempo:
se opone a s i misma: uEI
devenir
parece que esta
en lucha consigo
mismo,
y las oposiciones son ya
discordantes, ya el
ermino
de
un
acuerdo
que no
deja sustituir nada de elias,
pero que encuentra
en
t?nces una
nueva oposici6n.lO Asi, pues,
hay
contra
nos, bien
que
contradicciones (termino que tan
to ut lhzan los marxistas).
En el devenir, la lucha tiene un papel motor, y
los elementos
que luchan
son llamados
contrarios
precisamente porque
luchan, siendo
eI mismo
ser un
p r o c e ~ o
He aqui el alma de la dialectica, que, desde
los
gnegos,
ba t e ~ t a d o a mu chos fil6sofos, e incluso
en la Edad Media, como muestra, entre otros el
ejemplo
de Nicolas de Cues. Pero los neodiaIecti'cos
de los sig los
XIX
Y xx no se
han inspirado
mas que
en Hegel.
Para
Hegel, el
error cometido
por sus predeceso
res era hacer de la antinomia, del contrario una
propiedad
del
hombre que
habla y
piensa y no
de
Ia c o s ~ de
que
habla; en la
que
piensa, no de 10
real mlsmolO
Para
el y
para SllS
seguidorcs en este
S3
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
24/134
aspecto Marx, Engels, Lenin entre ellos), la con
tradicci6n
Hegel sustituy6 cOlltrario
pOl'
este
ter
m i n ~
es la ralz de
todo
movimiento y de toda vida,
se mueve, tiene impulso y actividad. En tanto en
cuanto
tiene
una contradicci6n
en sl misma.
a
negaci6n,
es decir, la oposici6n, es la fuente inte
rior de todo movimiento espontfmeo vivo y espiri-
tual. Si la oposici6n es real, la indisolubilidad de l
os
opuestos,
su unidad,
pu
es, es tambien real, ya
que
la existencia es
una unidad que
une a aquellos.
Con respecto al
primer
t
erm
ino, el segundo es ne
gaci6n. Pero
bay
forzosamente
un
lercero que
forma
con ellos la td d hegeliana y que es la negaci6n
de
la negaci6n: los
componentes
mayores de las te-
sis la antitesis precedentes son
superado
s conser
vadas
a
un
tiempo en la sintesis. As , en el tiempo,
un ente
no sigue s iendo el
mismo mas que
convir
tiendose en otro gracias a sus
contradicciones
in te
dores. EI
ser
y la
nada estan
en
estado
de lucha
permanente
y
10
que
constituye
su un
i
dad es
el de-
venir.
Todo esto
es
seguramente
una
forma
de pen
sar de
un
hombre
que ha
tornado conci encia de la
hi storia.
,
Pu
ede haber un final en este
proceso continua
mente renovado de la
td d
hegeliana? En princi
pio, no, ya que toda
si
ntesis se
transforma
inmedia
tamente
en tes is y el cicio vuelve a
empezar,
renovandose sin cesar. Sin
embargo
, Hegel
contra
dice ya su propia dialectica al preyer un fin para
este
proceso, fin
que
se
producira cuando
el Espi
ritu se
conozca a sf mismo.
Pero J
os marxistas
han ido
mucho
mas Jejos en
este camino, utilizando la diaIectica
,
no
es su doc
trina el
materialismo
diaiectico?
e insertando)a
en su sistema. Ahora bien, la dialectica
esta
fatal
mente en contracl icci6n con todo sistema, en par
54
licular con
un
sistema que
preve
como
fin
de
la
historia una sociedad sin cJases en la que, digan 10
que digan a veces los marxi
stas
, las contradicciones
cstarian
entonces
todas superadas. Habria un
esta
dio de la hi
storia
, el
estadio
fina l, en
que
la tltriada
hegeliana
no
t
endria
ya raz6n de
ser
.
a filosofra de Hegel debe mucho al
examen
de
la
historia
de fines del siglo XVIII y
princ
ip i
os
del XIX,
no se puede incluso comprenderla bien sin refe
rencia al contexto
hist6ri
co. La filosofia de Heracli to
debfa
ya
mucho a Ja
historia
de su
tiempo
, tiempo
de cr isis,
scmbrado de
convulsiones sociales,
un
mundo,
pues, en l
ucha
consigo mismo.
En cuanto
a Hegel, intent6 realizar una
uma
en la que querfa
exprcsar
todo 10
que
habfa
para
ci de
verdadero
en el
pensamiento
de
su
epoca
la
ultima de l
as
cpocas, para
el l
, pOlque
su
ti
empo
habfa
negado,
aUo conservandolas en SI mismo) a todas las cpocas
precedentes. EI
pensamiento
critico,
que habia
pro
porc
i
onado armas tan
eficaces a l
os
burgueses de
1789,
habia
permitido
ccha
r abajo
todo
aquello
que
ya no se sos tenfa
qUiZ3
mas que por la fuerza de
Ia costumbre. Pero
el
pensamiento
tlconservador
de un De Bonald
0 un Burke
habra
recordado
poco
despues
que
no hay derecho, religi6n, ni sociedad
mas que
en 10 hi
st6ric
o, pOlque la
naturaleza huma
na es hist6rica. Hegel capt6 en este paso de una tesis
el
pensamiento
revolucionario) a la
antitesis
el
pensamiento con trar revolucionario y p o s i t i v ~ la
marcha
misma
de
su
tiempo. A 10 tlnatural es de
cir, a 10
abstracto) de
l
os
fil6sojos del siglo
XVIII
se oponen la positividad y 10 hist6rico,
es
10 que
Augusto Comte debia
advertir
igualmente .
Los
marxistas
han retenido en particular, de la
diaJectica hegeliana, la
idea
de
que todo
es
re
lativo.
Asi, para Engels, se
tendra
siempre concicncia en
55
-
7/26/2019 Los Movimientos Populares de La Edad Media (G. Fourquin)
25/134
10 sucesivo... de la relatividad necesaria de todo
conocimiento
adquirido,
de
su
dependencia con res
pecto
a las condiciones en que
ha
sido adquirido.
N.ada es fijo,
un
bien puede
convertirse
en
un
mal y
v l c e v ~ r s a
.'0
verdadero se
.convierte en faIsa y 10 ne
cesano deja
de serlo.
Gra
clas al devenir, el bien reve
lara eI
mal
que
lleva consigo y eI mal dCjara
ver
sus buenas
cualidades. Las consecuencias sociales
(par no hablar
de las consecuencias morales) de
estas afinnaciones son, indudablemente de
primor
dial
importancia.
Hay
una salida
para
las contradiccioncs
que una
sociedad lleva consigo;
esta
salida
es
una
nu
eva via
que conduce
a
un estado
nuevo de la sociedad en
que
los c
omponentes
de los terminos precedentes se
ran
superados y
conservados al rnismo tiempo. Sin
embargo, para el marxismo, esto no se vol vera a
producir indefinidamente, y habra un saito, una mu
taci6n decisiva, ya
que pasara
de 10 relativo a 10
absoluto
10
que, repitamoslo, es
contrario
a la dia
Icctica misma). J.
Monnerot
ha escrito con precisi6n
que un
arquetipo fijador
se
transpal enta
en el mar
xismo con el anuncio
de que
la sociedad sin
c1a
ses
pondra fin a la
historia
en la
medida
-seguramente
mlly
amplia-
en
que
la
historia
de los
hombres no
es
sino
la
historia
de
sus
luchas de c1ases
como
proclama
el Manifiesto del Partido Comullista
Si la dialectica tiene raz6n, la
historia
de los
hom
bres no
es
mas
que la
historia
de
sus
luchas de da
ses. Pero la dialectica no es la tinica en sugerirlo ..
EI
marxismo puede parecer
infiel a
su
prapio me
todo
dialectico al afirrnar la
primada
de 10 econ6-
mica. Es una
contradicci6n
de la
interdependencia
diaIectica general el
introducir
la
idea de que
cier
tos
el
eme
n
tos sena
n en
suma siempre detenninan
les
nunca
d
eterm
inados, siendo
siempre
la econo-
56
mla tinicamente determinante de la jerarquia social,
sin sel'
nunca determinada. Es cierto
que se pueden
advertir en
Marx
sobre este asunto
aJgunas acila
ciones , quiza pOl habcr
se dado cuen
ta
de que su
materialismo
era, en wtimo analisis, poco diaIectico.
En
la noci6n
marxista de
la sociedad
ha
y relaci6n
entre
las fuerzas, 10
que es
verdad
en
sf.
Pero para
Marx y Engels, una fuerza hist6rica no es vencida y
rechazada hasta que
sus posiciones se
escapan,
cuan
do una nueva fuerza
hist6rica,
en cuya
construcci6n
ha tI'abajado incon
scientemente
la
anterior,
es has
tante
po te
nte para suplantarla. Esta claro que
me
diante
la lucha, y
no
de otra forma. La lucha de
clases es en verdad
una
necesidad diaJectica
para
el marxismo, segun eI cual hay siempre contradic
ciones
internas
en
una
sociedad, la cual es
siempre
una
sociedad de
dases, mientras
no
se
ha llevado a
cabo
un retorno al
comunismo
pr imitivo
que
asis
tira
al advenimiento de la socicdad sin dases.
Pero
la dialectica, modificada pOl el
marxismo,
va
acompaiiada, segtin algunos, por
un
col'tejo de es
pejismo
que
revigoriza los viejos mitos. No,
DOS
dejamos impresionar --escribfa
Enges
par
los an
tago
nismos irreductibl
es de
Ja
vieja
metafisica
.. ,
antagonismos
de la
verdadero
y 10 falso, del bien y
del ma l, de 10 identico y 10 diferente. Pero
eslos
can
tagonismos., que respond
en a unos
arquetipos
y
que
tienen
siempre
tendencia a
reaparecer bajo
masca
ras
diferent es no se l
es vera resurgir
en el mantis
mo? EI antagonismo
de
las
da s
es,
el de
la burguesia
y el proletariado l no podrfan ser
cuna nueva
forma
del
antagonismo
top related