la red es vasta e infinita

La red es vasta e infinita(un fanfic de Psycho-Pass)

El seguimiento y posterior parpadeo de la cámara indicó al hombre que había sido escaneado.

El hombre aceleró el paso, giró a la izquierda y entró en el edificio de la Biblioteca Nacional de Tokio.

-Buenos días, profesor Kobayashi.Dijeron respetuosamente los guardias de seguridad.

El hombre apenas les respondió con una ligera inclinación de cabeza.

Subió las escaleras y se dirigió hacia la Sala de manuscritos y raros.

El encargado, un viejecito pequeño, menudo, con unos ojos que parecían abrirse hacia la nada, casi no le prestó atención.

A fin de cuentas, el profesor llevaba nueve meses yendo a diario para transcribir diferentes manuscritos.

Aunque para un neófito la biblioteca parecería compuesta por un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales,

Kobayashi sabía perfectamente dónde dirigirse.

Y tenía que hacerlo deprisa: una Unidad de la División de la Oficina de Seguridad Pública e Investigación Criminal debería de estar al llegar.

Shusei Kagari estaba feliz: la acción de ayer había aparecido en todos los periódicos.

Leyó:

Ayer, el patrimonio nacional sufrió un ataque incomprensible. El doctor Kobayashi, profesor de la Universidad Imperial, intentó quemar el manuscrito Fuego, tercera parte del tratado Go-rin no sho, de Miyamoto Musashi.

Antes de ser reducido por la unidad 1 de la División de la Oficina de Seguridad Pública e Investigación Criminal, al mando del inspector Nobuchica Ginoza, el profesor gritó: Si un hombre puede golpear a diez, entonces mil hombres pueden golpear a diez mil.

El acto de Kobayashi me resulta familiar.

¿Cuál era su motivo?

¿Fue solo un ataque de locura?

No entiendo por qué quiso quemar uno de los manuscritos que transcribía.

Quizá sea verdad que cada hombre destruye lo que ama.

Al día siguiente, la prensa local dio cuenta del asalto, por parte de un grupo antisistema, a la ciudad dormitorio de Musashino.

Kogami aspiró profundamente su cigarrillo.

-No fue un ataque de locura, dijo, sino un mensaje. Un mensaje en el que indicaba dónde golpear y cómo. Algo parecido a lo que hizo, durante la Primera Guerra Mundial, el espía chino Yu Tsun.