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REPUBLICA ARGENTINA

MINISTERIO DE CULTURA Y EDUCACION

e~ i: : i;~ F. 1;- Cr

' La mujer argentina en la literatura I i

Trabajo encomendado por el Ministerio de Cultura y Educación para la Confe-

rencia lnteramericana Especializada sobre

Educación Integral de la Muier.

(Buenos Aires, 21-25 de agosto de 1972)

CENTRO NACIONAL DE

DOCUMENTACION E INFORMACION EDUCATIVA

Buenos Aires

1972

MINISTRO DE CULTURA Y EDUCACION

Dr. GUSTAVO MALEK

SUaSECRETARIO DE EDUCACION

Dr. HUMBERTO EDUARDO ROCA

DIRECTORA DEL CENTRO NACICNAL DE DOCUMENTACICN E INFORMACION EDUCATIVA

Sra. FLORENCIA GUEVARA de VATTEONE

S I L V I N A BULLRICH

Nació e n Buenos Aires. A l o s d iez y seis aRos se r e c i b i ó de Profesora de R a n c e s con medalla de oro .

E s c r i t o r a . p e r i o d i s t a , e n s a y i s t a y confe- I

r e n c i a n t e ; substancialmente n o v e l i s t a y c r i t i c a .

Dic tb L i t e r a t u r a .Francesa en l a Facultad de Humanidades de l a Universidad Nacional de La Pla- t a , un cu r so sobre Romanticismo Frances en e l I n s t i - t u t o Frances de Estudios Suprer iores y conferencias en e l pa f s y en e l e x t e r i o r .

I n t e g r b jurados para d i s c e r n i r premios li- t e r a r i o s . Via jb por d ive r sos p a i s e s , muchas veces en c a r a c t e r de i n v i t a d a e s p e c i a l por l o s r e s p e c t i v o s go- b iernos . A s i s t i b a l o s f e s t i v a l e s de c i n e de Cannes, Mar d e l P l a t a y Venecia; a l a Fe r i a d e l Libro de Niza, asimismo i n v i t a d a .

Su labor p e r i o d í s t i c a abarca desde l a crl- t i c a de l i b r o s en l a r e v i s t a "Atldntida*' (1939-1951) h a s t a a r t f c u l o s sobre v i a j e s , e n t r e v i s t a s . impresio- n e s , o notas como corresponsa l de "La Nación" en e l f e s t i v a l c inematogr6fico de Cannes en 1972.

Su l abor l i t e r a r a comprende colaboraciones en importantes d i a r i o s y r e v i s t a s . Tradujo d e l f r ances muchos l i b r o s , de au to res como Simone de Beauvior, Geor - ge Sand, Francois Wauriac, Prbspero Merimee, J u l i e n

// Green, Beatr ice Beck, Suzame Prou.

Fue Asesora L i t e r a r i a de Radiodifusión. Pa r t i c ipó - y pa r t i c ipa - en audiciones cu l tu r a l e s de r a d i o y t e l ev i s i6n . Adapt6 para e l c ine Les f i - l l e s de jo ie , de Guy de.Cars , y sus obras Un momen- t o muy largo y Bodas de c r i s t a l .

Hasta e l presente , y desde 1935. fecha en que aparece Vibraciones (poemas), ha publicado: Cal les de Buenos Aires, Saloma, Su vida y yo, La re- doma de l primer Angel, La t e r ce ra v e r s i h , George Sand, His to r ia de un s i l enc io , Bodas de c r i s t a l , Telefono ocupado, Mientras l o s deirás viven, Un momentomuy lar- go ( l e r . Premio Municipal 1961). Los burgueses, salvadores de l a p a t r i a , His tor ias inmortales, La cre- c i e n t e , Carta a un joven cuen t i s t a , Mafiana digo bas ta , Car ta a b i e r t a a l o s h i j o s , E l mundo que yo v i , E l ca- l o r humano, La aventura i n t e r i o r , Entre m i s ve in te y t r e i n t a aíios (an to logfa ) , E l hechicero, Los pasajeros de l ja rdln , Los monstruos sagrados. Por Los pasa.jeros de l ja rdfn obtuvo e l 2 O Premio Nacional de L i t e r a tu ra 1972.

Fueron traducidos a l frances: Bodas de c r i s - t a l , Los burgueses, His tor ias inmortales ( E l puente); - a l portugues: Un momento muy largo, Mafíana digo bas ta , Los pasajeros del ja rdln .

LA MUJER ARGENTINA EN LA LITERATURA.

por Silvina Bullrich

El avance de la mujer en todos los terrenos, antes casi exclusivamente ocupados por los hombres, no es un secreto para nadie: por eso, hasta cierto punto, el lugar que hoy ocupa en la literatura resulta menos sorprendente cuando los diario;, la radio y la televi- sión nos muestran a representantes del sexo dehil ejer- ciendo tareas tan poco femeninas como las de colective- ro, bombero, conductora de ómnibus, compañeras feroces de los guerrilleros y de los estudiantes huelguistas como si ni siquiera el temor natural e instintivo de la mujer por todo lo que atafie a la violencia o al propio dolor ffsico tuvieran ya cabida en ella y como si la fuerza de la men- te doblegara a la naturaleza.

Dadas la rapidez de las comunicaciones y la in- 'P

fluencia que cada pafs ejerce hoy en los otros, resulta fdcil comprender que lo que ocurre en nuestro pals suele ser un reflejo de los dem6s; no tenemos todavfa una mujer astronauta pero hombres tampoco y en cuanto a los cargos pdblicos la mujer argentina ha sido, por lo general, rele- gada de ellos.; podemos citar a pocas que hayan ocupado un puesto importante en cualquiera de nuestros gobiernos y representaciones diplomSticas. Citar o dar cifras seria inoportuno en un ensayo destinado a cierta perduración. sólo valen ejemplos para demostrar por que motivos una mu- jer con vocación literaria a veces limitada y no siempre con

// mucho talento ha sentido la tentacidn desatrincherar- se en ella por falta de estímulos para otras carreras si descontamos que el pdblico argentino aún hoy, salvo excepciones, prefiere recurrir a un profesional del sexo masculino pese a que nuestras Universidades están abarro tadas de mujeres. Hay un cierto número de pediatras y de odontdlogas con clientela y tambien flsicas y químicas pero en las demás disciplinas universitarias sienten aún resistencias insalvables. En resumen, el porcentaje de las mujeres que han logrado, hasta la fecha, destacarse en ca- rreras universitarias, obtener cargos públicos o represen taciones diplomdticas es minimo y no creo que haya aún ti% guna piloto comercial. Las listas de las cooperativas meditas, por ejemplo, son elocuentes, a veces encontramos

$ algunas psicdiogas .

A principios de siglo, esto que aún hoy llama- mos discriminacidn hubiera parecido el sueRo de la mds ar- diente sufragista y recordemos que hace apenas treinta aÍios el voto femenino parecía todavla en la Argentina una aspiracidn inalcanzable. ¿Que le quedaba entonces a la mu- jer deseosa de expresarse de alguna otra manera que no fue- ran las tareas del hogar llamadas entonces "las propias de su sexow?. El arte y la literatura. Las nifias estudiaban piano, baile, algunas violín o guitarra; la clase media siempre mds evolucionada respecto a la necesidad de sus hi- jas de ganarse el sustento las guiaba hacia la ensefianza y las mds dotadas tuvieron la suerte de ser actrices.

Resulta dificil al abordar esta situacibn de la mujer a principios del siglo XX en 1a'Argentina no asociar la idea con Alfonsina Storni y casi insensiblemente entrar en el tema de la mujer escritora tomando como ejemplo a una de las poetas más importantes de nuestra tierra que fue, a la vez, una mujer extraordinariamente dotada mental- mente. Tampoco resulta fdcii no mencionar a las grandes pos tisas rioplatenses, por lo tanto casi argentinas, dada nues tra hermandad, Delmira Agustini y sobre todo Juana de 1bar-

//bourou, llamada Juana de A m e r i c a l o que l a c o n v i e r t e de patr imonio c u l t u r a l de todo e l con t inen te . Aunque afortunadamente Juana aiín e s t á v iva y su edad no e s de masiado provecta ya han quedado l e j o s l o s motivos que- l a l l e v a r o n a exclamar:

S i yo f u e r a hombre que absurdo, que loco tenaz vagabundo que había de ser amigo de todos l o s l a r g o s caminos que ob l igan a ir l e j o s pa ra no volver ..................... Cuando a s i m e acosan a n s i a s andariegas que pena t a n honda m e da ser mujer.

Hoy, geogrdficamente. todos l o s caminos del mun- do no e s t á n a b i e r t o s l o iinico que l o s hace mds i n t r a n s i t a - b l e s que p a r a l o s hombres es que i a mayoría de l a s mujeres ganan adn sue ldos muy inferiores y v i a j a r es en g ran p a r t e u1la a e c i s i b n d e l b o l s i l l o .

No obs tan te , a l quedar l i b e r a d a l a mujer d e l te- , mible "¿que dirdn?" de l a s t u t e l a s familiares, s o c i a l e s , ambienta les , su capacidad creadora tambien pudo d e s a r r o l l a r - se y l a p o s i b i l i d a d de: s e r i n v i t a d a po r d ive r sos p a i s e s sue - l e s u p l i r e l desahogo pecuniar io .

Aqul debemos h a c e r l e j u s t i c i a a o t r o p a i s herma- no, C h i l e que siempre supo da r a sus c readores un l u g a r de p r i v i l e g i o y g r a c i a s a e s t a a c t i t u d comprensiva l o g r b que Gabr ie la Mis t r a l ob tuviera e l Premio Nobel además de gozar du ran te muchos afíos. h a s t a su muerte, de l a protec- c i 6 n de su p a t r i a que l a nombrb por sus merecimientos Cbn- su1 honorar ia cua lqu ie ra Fuese el p a i s donde e s t u v i e r a . G*

/ /br ie la , a l l l e g a r a cualquier punto de l p laneta izaba l a bandera ch i lena y e r a l a digna representante de su t i e r r a .

Pero volvamos a l a decada del 20 y a l a apari- c ibn en nuestras l e t r a s de una mujer inolvidable: Alfoz s i n a Sotrni . No forma par te de un grupo n i de una escue l a , no s i g n i f i c a l a introducción masiva de l a mujer en- l a l i t e r a t u r a , es mucho mds y mucho menos que eso, es una creadora y un sfmbolo. Mujer, pero mujer so l a , s i n for- tuna, desposefda de bienes materiales, con encanto pero escasa bel leza , con t a l e n t o p.ero teniendo que luchar, pa r a que se l o reconocieran, Alfonsina es l a imageñ desola- da de l a mujer f r e n t e a l hombre, no por desaf fo n i por fe- minismo s ino por esa conciencia que despertó de pronto en l a s mujeres de l mundo entero y l i egb hasta nosotros. Las bombas cafan sobre e l l a s como sobre l o s hombres, l a p r i - mera gran Guerra aportaba una despiadadaigualdad. Floren- ce i i ightingale c r e c l a como una necesidad ine lud ib le y el soldado herido en todos los idiomas murmuraba "Mamdw. hie a l f i n a l i z a r esa contienda que Alfonsina publicb su pr i - mer l i b r o de poemas: " E l dulce daíio", que enc ie r ra uno de l o s poemas mdr elocuentes y mds acusadores: "Tú m e quieres blanca? Porque e l hombre todavla en ese momento era i n f l e x i b l e an t e cualq<ier f a l t a de l a mujer; se c r e f a en l a aureola d e l donjuanismo, aureola que debemos reco- nocer fue perdiendo l u s t r e en nuestra generación y desa- parecib del t o d o g r a c i a s a l a igualdad en t r e los sexos admitida por l o s jbvenes.

En medio de l a frondosa creacibn de Alfonsina Storni podemos c i t a r var ios poemas en ¡os cuales mira a l hombre de f r e n t e con dolor , con rece lo , con amor, con ad- miracibn pero no l l egb a alcanzar e s t a r e l a t i v a igualdad de l o s sexos. En 1925 aparece Ocre e l voldmen que l a hizo famosa y que enc ie r ra e s t e poema. f i l o s o f l a de una derrc- t a , t i t u l a d o "Saludo a l Hombre".

/ / b r i e l a , a l l l e g a r a c u a l q u i e r punto d e l p l a n e t a i zaba l a bandera c h i l e n a y e r a l a digna r e p r e s e n t a n t e de s u t i e r r a .

Pero volvamos a l a decada d e l 20 y a l a apa r i - c i b n e n n u e s t r a s l e t r a s de una mujer ino lv idab le : Alfoz s i n a S o t r n i . No forma p a r t e de un grupo n i de una escue l a , no s i g n i f i c a l a in t roducc ibn masiva de l a mujer en- l a l i t e r a t u r a , es mucho mas y mucho menos que e s o , es una c r e a d o r a y u n simbolo. Mujer, pe ro mujer s o l a , s i n f o r - t u n a , desposeida de b ienes m a t e r i a l e s , con encanto pe ro e s c a s a b e l l e z a , con t a l e n t o pe ro t en i endo que l u c h a r , p g r a que se l o reconocieran . Alfonsina es l a imagen desola- da de l a mujer f r e n t e a l hombre, no por d e s a f i o n i po r fe- minismo s i n o por e s a conc ienc ia que despe r tb de p ron to e n l a s mujeres del mundo e n t e r o y 1 l eg6 h a s t a noso t ros . Las bombas c a í a n sob re e l l a s como sobre l o s hombres, l a p r i - mera g r a n Guerra apor taba una despiadadaigualdad. Floren- c e i i i gh t inga le c r e c f a como una necesidad i n e l u d i b l e y e l so ldado he r ido en todos l o s idiomas murmuraba "Mamdn. Fie a l f i n a l i z a r e s a con t i enda que Alfonsina pub l i cb s u p r i - mer l i b r o de poemas: " E l du lce daíio", que e n c i e r r a uno de l o s poemas mds e locuentes y más acusadores: "Tb me q u i e r e s blanca! Porque e l hombre todavfa en e s e momento e r a i n f l e x i b l e a n t e c u a l q u i e r f a l t a de l a mujer; se c r e f a en l a a u r e o l a del donjuanismo, au reo la que debemos reco- nocer f u e perdiendo l u s t r e en n u e s t r a generacibn y desa- p a r e c i b d e l todo g r a c i a s a l a i w a l d a d e n t r e l o s sexos admit ida por l o s j6venes.

En medio de l a f rondosa c reac ibn de Alfonsina S t o r n i podemos c i t a r v a r i o s poemas en l o s c u a l e s mira a l hombre de f r e n t e con d o l o r . con r e c e l o , con amor, con ad- miracibn p e r o no l l e g b a a l canza r esta r e l a t i v a igua ldad de l o s sexos. En 1925 aparece Ocre e l voidmen que l a h i z o famosa y que e n c i e r r a este poema, f i l o s o f f a de una derrc- t a , t i t u l a d o "Saludo a l Hombre".

Con mayúscula e s c r i b o t u nombre y te sa ludo Hombre, mien t ras depongo m i femenino escudo En s e n c i l l a y v a l i e n t e con fes ibn de d e r r o t a . Omnlvoro: n a c i s t e pa ra l l e v a r l a c o t a Y yo e l sexo , pesado, como c a r r o de ace ro , Y humilde ( s e d e i a t a en func ibn de g rane ro ) Brindo por t u a d i e s t r a d a l i b e r t a d , l a s o l t u r a Con que t e s i e n t e s h i j o c l a r o de l a n a t u r a , Y l e c t o r a p l i c a d o de aque l s u abeceda r io Que ensefía e l s o l o verbo que es i n t e r p l a n e t a r i o .

No es p r e c i s o c i t a r l a por e n t e r o pues l a i d e a e s t á c la ramente expresada desde l o s primeros v e r s o s .

Ya en ese entonces hablan aparecido o t r a s muje- res p o e t i s a s , aunque l a p a l a b r a , no sabemos porque, sue- na a peyora t iva . Margar i ta Abel la C a p r i l e e s c r i b f a con un t a l e n t o i n i g u a l a b l e (que no supo r econoce r se l e e n v i - da pues n i s i q u i e r a obtuvo e l Primer Premio Nacional de ~ o e s f a ) v e r s o s i n s p i r a d o s , pu l idos y r e f i n a d o s , e n l o s que asomaba s u c u l t u r a i l n ive r sa l y s u profundo conoci- miento d e l c a s t e l l a n o . La mayorfa de l a s o t r a s mujeres , joh sobe rb io d i s p a r a t e ! , e s c r i b f a n e n f r a n c e s . Pues s i , e l e x p r e s a r s e en o t r o idioma aprendido b a j o l a d i s c i p l i n a de una i n s t i t u t r i z p a r e c l a c o n f e r i r l e s e l derecho a ex- p r e s a r s e pe ro e l esp+fiol e r a a l pa rece r demasiado crudo.

En l a Argent ina de 1930 e s c r i b i r e r a un l u j o que podfan p e r m i t i r s e unos pocos. No e x i s t f a en tonces una se rie i n d u s t r i a e d i t o r i a l y l a c l a s e media adn no hab ía vue l t o l o s o j o s h a c i a s u s e s c r i t o r e s q u i z á porque e s t o s no 10: habian v u e l t o hac i a e l la . Europa a t r a í a como un imán y l a mayor p a r t e de n u e s t r a s nove las ocu r r f an d e l o t r o l a d o d e l A t l á n t i c o o , por e l c o n t r a r i o , se in t e rnaban t i e r r a aden- t r o ; uno trás o t r o nues t ro s n o v e l i s t a s nos d e s c r i b f a n e l campo y s u s t a r e a s bi.avas donde l a mujer ocupa siempre un l u g a r secundar io . D e ahf que nos f a l t e ese v a l i o s o testi-

//monio de l a mujer argentina r e a l , v i s t a por e l l a m i s - ma, y no por e l espejo deformante en pro o en con t ra d e l hombre.

E l hombre t iende a i d e a l i z a r a l a mujer o a env i lecer la . E s na tu ra l dado que l a pasidn suele i n f l u i r en su ju ic io . A menudo l a ve suave y des le ída como ma- dre , hermana, h i j a , esposa en momentos en que e s t a pala- bra no s i g n i f i c a una igual s l no " t ene r l a en un a l t a r " o por e l c o n t r a r i o l l e g a a l punto de d a r l a por muerta. Una p a r t e importante de nues t ra l i t e r a t u r a o r a l y popular, el tango, nos da l a imagen de l o s aspectos que el hombre pres - t a a l a mu j e r . En primer lugar , no l a ve nunca como ser humano independiente s i no siempre a t raves de s l mismo, es l a "madrecita buena" o l a mala mujer; en e l primer caso totalmente s ac r i f i c ada y desinteresada; en e l segundo in te- resada y ru in . La mujer argentina h e paseada a t raves de una g a l e r í a de espejos deformantes en a l a s de nues t ra can- c idn popular. Observese bien: es e l dnico pals de l mundo, triste p r iv i l eg io , que ofendid a l a mujer en su cancione- r o popular pues el tango no es como se sue l e d e c i r el la- mento de l hombre engafíado s ino e l de l hombre estafado; e l dinero. que tedricamente no contaba en ese entonces, es el l e i t motiv d e l tango de l a "guardia v i e j a w y s e l e repro- cha a l a mujer e l deseo de obtenerlo con malas a r t e s o de pretender ser mantenida por un hombre: de ahl que sorpren- de que cuando l a mujer se v i o obligada a luchar para su subs i s tenc ia se l e hayan puesto t an t a s cor tap i sas .

Entre l o s tangos que a s í maltratan a l a mujer po- demos c i t a r l o s mAs famosos, como Chorra, Cachadora, Era un Mono loco, Mano a mano y c reo i n d t i l completar l a l i s t a aunque no e s ocioso abocarse a l e s tud io de que el tango es en d e f i n i t i v a l a ñnica cancidn popular de l mundo donde e l dinero ocupa el papel cen t r a l c a s i siempre a t raves de l a mujer o de l o con t r a r io de l o s caba l los (~eguizamo) d e l abandono de l o s amigos ira-yira) de l odio de c l a se s ( N i - fío b ien) de l a vanidad femenina ( ~ q u e l tapado de armiño).

// Entre e sa mujer abnegada pintada por Mármol .y l a in teresada pintada por el tango des f i l a ron som- bras más o menos t i e r n a s que posaban su mano sobr: una f r e n t e sudorosa e iban y venfan con un mate o una taza de caldo en l a mano.

Entonces, e s t a l i b l a segunda Guerra Mundial. La mujer no sb lo ve l a pe l i g r a r su vida bajo l a s mismas bombas que l o s hombres s ino que s a l i b de su casa, re- v i s t i b e l uniforme de soldado, fue Auxil iar de l a Fuer- za Aerea, condujo ambulancias, l l e v b y t r a j o mensajes, s e in te rnb en e l inaquis". La Gestapo no hizo discrimina- ciones de sexo en l o s campos de concentracibn n i en los hornos crematorios. La mujer a l borde de l a muerte quiso de j a r l a verdadera imagen de s f misma y en un vas to ade- mdn semejante a l que hacemos con ambos brazos para des- pojar una mesa de papeles i n d t i l e s s e ab r ib paso e n t r e l a s t i n i e b l a s acumuladas sobre e l l a por suglos de hom- bres e s c r i t o r e s y de mujeres s i l enc iosas o, a l o sumo enamoradas.

E l mundo no fue invadido por l o s marcianos como l o imagina Grson Welles s i n o por mujeres nove l i s tas , mu- j e r e s decididas a dejar l a verdadera huel la de su paso en un mundo quizd en vfsperas de d e s a p ~ e c e r .

¿Que e s una mujer? H e aquf e l punto c r u c i a l . ¿Es acaso a lguien que desea fervientemente l a independen- c i a completa? Personalmente no l o creo; e s mds, has ta tengo l a impresibn de que l a s nuevas generaciones buscan (lamentablemente s i n e x i t o a causa de l a s d i f i cu l t ades pe- cun ia r ias de l hombre) dar marcha a t r d s y volver a ocupar e l puesto secundario pero sereno y protegido de nuestras madres.

Pero hace t r e i n t a afios cuando l a mujer tuvo que empuíiar l a s armas en l a p e r r a y en l a paz sus dos f i n a l i - dades primordiales , aunque acaso ignoradas por e l l a misma, fueron l a de enjuicial . a l hombre y l a de p in t a r se t a l cua l e r a . N i s an ta , n i martir , n i heroina, n i v i l , n i in teresada ,

/b simplemente un s e r humano con todas l a s v i r tudes y todos l o s defectos que e s t o implica.

Desde Europa suelen l legarnos l a s influen- c i a s l i t e r a r i a s , cosa normal dada l a secularidad de su cu l tu ra ; en e l s i g l o X I X nuestros poetas imitaban a l o s romAnticos y lograban que en sus e s t ro fa s s e desmayaran nuestras va l ien tes abuelas que en l a rea l idad no gesta- fiaban ante l a mazorca y donaban sus joyas para pagar l a Independencia de América. Antes de promediar e s t e s i g l o l a condesa de Noailles insuf laba su soplo apasionado a ~ l f o n s i n a Storni y a l a mayorfa de l a s poefas de A m é r i - ca . Después de l a guerra de l 39 todas nosotras, l a s es- c r - i to ras argent inas , sentimos pesar en forma de respon- sab i l idad ineludible l a inf luencia rac ional y sensual de Simone de Beauvoir. Me l imi to a l a inf luencia de Francia por s e r l a que mds ha gravitado en nuestra cu l tu ra , so- bre todo en l a l i t e r a r i a , y s e r f a imposible es tud ia r en e s t e breve t raba jo l a s o t r a s hientes en l a s que aislada- mente s e nutr ieron algunos e sc r i t o r e s pues has ta l o s mds hispanbfi los Cufrfan l a inf luencia ' que Francia e j e r c f a sobre Espafia. Podrfa c i t a r s e , por s e r esenc ia l , a Virgi- n i a W o l f f , cuyo e s t i l o deriva de Proust pero cuyas ideas se enlazan a l a de l a s feministas inglesas , acaso porque l a buena educacibn de ese pafs suele rayar con l a hipo- c r e s f a y l a rebel ibn de l a s mujeres de buena sociedad d s bfa ahogarse t r d s una taza de té. Bregb por e l cuar to propio. necesidad imperiosa de todo creador; en aquel e s tonces, recuerdo que en t r e nosotros adn en l a s casas doz de l a mujer e sc r ib fa y el hombre no desempefiaba en e l ho gar t raba jo alguno a l mostrar e l e s c r i t o r i o s e agregaba e l " e s c r i t o r i o de Fulanoi9 como s i en e l peor de l o s casos no pud e r a s e r de ambos. Este ejemplo l o he vivido: m i marido tenfa su despacho en un e d i f i c i o para o f ic inas , e l e s c r i t o r i o en casa por l o t an to e r a mfo, pero a l a s v i s i - t a s l e s costaba admitir lo.

Simone de Beauvoir e r a profesora de l e t r a s ; hg bfa luchado en l a Resistencia y no admitib que l a menor censura n i atmensura coar ta ra su inspiracibn novelesca,

// a menudo au tob iog rá f i ca , cosa n a t u r a l pues ya l o d i j o F lauber t "Madane Bovary soy yo" y nadie puede d e s c r i b i r con rea l i smo ambientes to ta lmente d i f e ren - tes d e l o s que ha conocido n i sensaciones to ta lmente a j e n a s a su expe r i enc ia . Se t e j e , se borda, se d i v i d e a un pe r sona je en tres, se saca un r a sgo de uno para i n j e r t a r l o e n o t r o pero se t r a b a j a con m a t e r i a l v ivo , humano. a menudo adn sangran te como v f s c e r a s r e c i e n a r rancadas .

Es t e t r a b a j o d e d i secc ión a l que nos ob l i - ga l a novela e s s i n duda muy apropiado para l a menta- l i d a d femenina t a n p r o p i c i a a es tu-d ia r s u s sentimien- t o s , s u s r eacc iones , las de s u s amigar. l a s d e l hom- b r e a qu ien q u i e r e . La exces iva s e n s i b i l i d a d de l a mu - jer l a c o n v i e r t e teor icamente e n l a n o v e l i s t a i d e a l a s 1 como en e l t e r r e n o de l a medicina s u e l e i n c l i n a r - s e a l p s i c o a n a l i s i s , a l a p s i c o l o g f a , a l a p e d i a t r f a donde hay que a d i v i n a r c a s i todo pues e l nifio pequefio no puede hab la r y afin a l g o mayor no sabe e x p l i c a r sus slntomas.

De ahf que f i i i a l i z a d a l a gue r ra , haya explo - t a d o en e l mundo un gran racimo de nnijeres n o v e l i s t a s y noso t ros formamos p a r t e de e s e mundo. La rueda d e l tiempo habfa g i r a d o ver t ig inosamente y l o s mismos pa- d r e s que en n u e s t r a i n f a n c i a hablan preconizado que l a mujer debfa quedarse en e l hogar comenzaban a d e c i r con f a s t i d i o a n t e l a s d i f i c u l t a d e s pecun ia r i a s de s u s hi- jas s o l t e r a s , v iudas u d ivo rc i adas : "Que t r a b a j e , ahora t o d a s l a s mujeres t r a b a j a n " ; pero olvidaban que habfan descuidado d a r i e s una preparac ibn adecuada pa ra defen- d e r s e en l a v ida . E l l o s , a su vez, no podfan o f r e c e r como l o s abuelos c a s a s p a t r a r c a l e s , p r o t e c t o r a s , y nin- gün hombre e n ninguna f a m i l i a s e s e n t f a responsable por e l b i e n e s t a r de una 9e l a s mujeres d e l clan. Eie l a épo- c a de t r a n s i c i ó n más dura de v i v i r y l a s que hemos sa- l i d o a f l o t e de e l l a sabemos que afin no estamos a s a l - vo. Nosotras fuimos '_as a r t l f i c e s d e l famoso "boomw de l a novela a r g e n t i n a pero c¿i¿niio l l e g a l a hora de reco-

- . q e r l o s f r u t o s 1, ;;.a:- ! :.>i;i;?? s e e s t i r a a n t e s que

.

// l a n u e s t r a , es mas l a r g a y mds cod ic iosa , ademds, e s t d ayudado por l o s brazos de sus congeneres. La m& yor fa de l o s jurados son hombres, como l o son l a ma- y o r l a de l o s poderosos e n todos l o s t e r r e n o s , e n t r e e l l o s se r e p a r t e n las c a n o n j í a s . Pero de l a blandura y l a f a c i l i d a d no sue len s a l i r l a s cosas c o n s t r u c t i - vas y a l a mujer no podían d e t e n e r l a n i l o pueden n i l o podrdn porque su lrkzha e s l a d e l oprimido, l a d e l postergado. l a . d e l o s que saben que no pueden r e t r o c e der . deben avanzar c ü a l e s q u i e r a sean l o s r i e s g o s que l a s acechan pues su problema e s v i t a l : o ganar o mo- rir.

No s61o e s t a voluntad ferrea de t r i u n f o y e s t a necesidad de s a n a r s e e l pan h izo que l a mujer a r r e m e t i e r a can f u r i a ganando en e l favor d e l pfiblico l o que en o t r o s t e r r e n o s l o s hombres no l e conceden buenamente s i n o que una vez admit ida por e l la m i s m a su vocacibn habiendo tomado concienc ia de s u capaci- dad se propuso a l g o t rascendente: su obra no s e r f a v g na. i b a a s e r v i r pa ra d e m i s t i f i c a r a l a mujer de to- dos l o s tiempos. despejarla de oropeles y joyas de pa - c o t i l l a , romper l o s f r a s c o s de sales para h a c e r l a vol- v e r en s í a l menor inconveniente de l a v i d a , mostrar- l a t a l c u a l es, ta l c u a l f u e siempre e l l a , des t inada a d e s g a r r a r s e pa ra dar l a v i d a , : p o r l o t a n t o f u e r t e . s u f r i d a , s i l e n c i o s a . Lcs hombres que se oponen a l avag c e de l a mujer o c r e e n vence r l a con b u r l a s v i l e s , co- mo s u e l e h a c e r l o e11 l a a c t u a l i d a d c i e r t o t i p o de pren - s a a m a r i l l a , no se han de ten ido a r e f l e x i o n a r h a s t a que grado l l e g a e l aguxl to de quien admite v e r s e defor - mada e n l a f l o r de l a juventud, pasear por l a s c a l l e s un v i e n t r e abu l t ado e n vez de l a g r d c i i s i l u e t a de po - tos meses a n t e s . acepr.ir l a r e p e t i c i b n de l o s indes- c r i p t i b l e s do lo res d e l alumbramiento. Cuan'tas pa lab ras soeces ha ofdo una. jo.,,zs f u t u r a madre de boca de a lgdn patAn jcudnto heroismc a l admi t i r que l a mirada d e l hom - bre amado se pose sobce v t r a olvidando que e s responsa ble de e s a t r a n s i t n ? ? i s ,t?c-rzaci6n!. No, de tener a una mujer que se porpiirie al;;:, no es t a r e a f d c i l , pero i o

// lamentable e s que'el hombre s61o se haya propues- t o detener la cuando e l l a con una nove l f s t i ca t o t a l - mente nueva, con un enfoque inbdi to de l a mujer ante e l amor y ante el mundo l e abr i6 l a s puertas de l exi- to . . .

Ya l o hemos dicho: antes de que l a s mujeres esc r ib ie ran habfa en t r e nosotros buenos e sc r i t o r e s pe r o l a mayorfa pertenecfan a fami l ias acaudaladas y los demds debfan e j e r c e r o t ros empleos para sobrevivir y mantener a sus famil ias . E l pdblico no s e interesaba por sus obras; l o s t i r a j e s eran de dos m i l ejemplares, l a s reediciones demoraban años y a veces e l l i b r o no e r a nunca reeditado. Los nove l i s tas morfan de hambre como l o s poetas. Le daban a l l e c t o r una v i s i6n t a n i r r e a l de l a s cosas, o t a n par t i cu la r . privada, s ingular , que e s t e s e retrafa. y no sen t f a l a tentaci6n de l e e r o t ro l i b r o argentino. "Ese no soy yow pensaba y a l no iden- t i f i c a r s e con e l personaje s e desolidarizaba con e l au- t o r . Las mujeres. que son l a s mayores consumidoras de novelas. s e encogfan de hombros ante esas hermanas es- t i l i z a d a s . sobreprotegidas y carentes de personalidad. Soiíaban, s i n saber lo , con verse a l f i n en carne y hue- so. ver expresados sentimientos que l a s ahogaban y no sabfan como expresar pues dejaban esa t a r ea a quien de - be s e r l e realmente encomendada: a l e s c r i t o r .

La l i t e r a t u r a femenina apareci6 en l a iwgen- t i n a como un inmenso espejo en e l cual l a mujer s e v io , por f i n , t a l cual e r a , conoci6 su propia dimensi6n en e l mundo, sus capacidades y sus l imitaciones; compren- d i 6 que an tes de s e r descubierta por l a s mujeres nove- l i s t a s l o s hombres l a habfan deformado por diversos m 2 t i v o s , en pa r t e porque no podlan conocerla bien, en p- t e por ese p r u r i t o de v i r i l i d a d que impide a l varbn acep t a r que l a mujer e s t an capaz como 61, l i b r e interiormen - t e , v io lenta . abnegada, v i t a l , ambicicsa, henchida de contradicciones, de ganas de desganos, de i n s t i n to s . de conservaci6n y de impulsos de autoeliminarse. en resumen,

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r // un ser humano y no un objeto de l u j ~ en un sai6n; L que el hogar y los hijos le son tan necesarios como I a 61 pero no pueden bastarle no s61o porque ha des-

cubierto su necesidad humana de ser alguien fuera de las cuatro paredes de la casa slno pol'que los Fenbme- nos pollticc-econ6micos-sociales la han lanzado a la calle y ahf, como en la jungla, s61o queda aprender a defenderse o marir.

Para mostrar esa mujer real, nosotras, las escritoras, hemos creado personajes femeninos hechos a nuestra imagen y semejanza, no necesariamente auto- biogrdficos, a menudo totalmente opuestos a nuestra personalidad pero semejantes a mujeres que frecuenta- mos, cuyos problemas llegan hasta nuestra puerta pues la casa de una escritora es un poco un consultorio sen- timental Como hemos demostrado interesarnos por el al- ma humana y conocerla a fondo, como buceamos en ella con pasi6n y perseverancia, es natural que una mujer que tiene un conflicto conyugal o un adolescente que se debate en las vacilaciones y torturas propias de su edad acuda a nosotras en busca de consejo, apoyo, con- suelo e, incluso, nos ofrelcansu colaboracidn gene- rosa y desinteresada. Desgraciadamente un escritor es un ser destinado a la soledad y es aquí donde se produ- ce el desgarramiento sin solución que sume nuestras vi- das en dolorosas contradicciones. Debemos rodear nues- tros días de un ancho margen de horas solitarias para que nuestra obra fructifique y, como es natural. los momentos libres de que disponemos son para las perso- nas queridas. los arnigos fntimos,.alguna distracci6n. el cine. el sol, perc ¿c6mo recibir a esos admiradores fervorosos por quiencs darlarnos nuestra sangre y a los que les negamos unos minirtos de tiempo?.

Escribiendo es como el escritor mejor retri- buye a sus lectores el favor que le hacen al leerlo y si algo qujsiera hace- por las mujeres de mi tierra es

// guiarlas hacia el trabajo pues es una fuente de pla - ceres, en cambio, pasan pronto, quisiera que creyeran en la belleza del deber eleg~do, del sacrificio asumi- do alegremente como otra faz de la felicidad, la mds honda y la más desgarradora pero cuando a ese deber y a ese trabajo va unida la creacibn creo poder afirmar que nada en el mundo nos acerca tanto a Dios.

A ú n hoy, aunque parezca imposible, hay quie- nes afirman quelas mujeres que bregan por su derecho al trabajo son poco femeninas. No quieren ver que la rueda del tiempo no vuelve hacia atrds y asf como nadie pue- de hacer entrar de nuevo el dentffrico en su tubo na- die tiene tampoco el poder de devolverle a la mujer ac tual las dichas monbtonas de nuestras abuelas. Por otra parte, es necesario recordar que a lo largo de la his- toria estos perlodos de paz y de bonanza fueron siem- pre cortos y lo serdn cada vez mds si es que vuelven a repetirse; el porvenir se anuncia dificil y la lucha por la vida serd casi una batalla cuerpo a cuerpo. Hay para las mujeres por supuesto infinidad de tareas más estables y rendidoras que la literatura, pues la crea- cibn sblo llega a convertirse en acto despues de haber germinado largamente en nuestro interior; pero si bien nada puede detener a la mujer que quiere escribir, ofen - derla, cometer injusticias respecto a su obra, cerrar- le puertas y caminos es doblemente grave por ella y por las demds pues sus personajes reflejarán necesariamen- te esa postergacibn contra la que nadie puede dejar de rebelarse y las lectoras a su vez pensarán con escep- ticisko que la lucha es demasiado diffcil para compro- meterse en ella. Muchas, ingenuamente, repetirán lo que me dicen a diario, que prefieren buscarse un hombre que las ampare olvidando las dificultades que padece el hom - bre de hoy o que padecerd por incapacidad, caprichos de la suerte o mil eventualidades del destino. Entonces la mujer se siente indefensa y al mismo tiempo traicio- nada. Todos los dfas llegan a mi puerta cartas de muje-

//res que piden aux i l i o para su vacfo sentimental e i n t e l ec tua l , para su s i tuaci6n econ6mica. para su s o ledad a b i e r t a como una h e r i j a desde que e l marido 6 r i 6 y los h i j o s crecieron. Muchas quieren e s c r i b i r . Por l o general ya e s t a rde ; l a labor creadora e s l en - t a y ya se ha dicho *es una l a rga paciencia? para e j e r c e r l a hay que disponer de una vida por delante no de l o s Clltimos años de una mente s i n d i sc ip l ina ; s i n r i g o r , de una incapacidad de cefiirse a horarios de t rabajo .

Creo que cada dfa mds l a l i t e r a t u r a y e l a= t e son patrimonios femeninos; l a s nuevas c ienc ias es- pacia les y o t r a s han desviado de e s t a s d i s c ip l i na s e s t e t i c a s a muchos hombres que en o t ras &pocas s e hnbie ran entregado a e l l a s . leo nardo da Vinci no habrfa si - do astronauta, por ejemplo?.

Creo también que l a mujer debe conocer l o s r i esgos , l a s miserias y l a s grandezas de l a vida de una e sc r i t o r a . No puede c r ee r como muchos profanos que e s una cuest i6n de inspi rac i6n n i de fac i l idad : no hay una so l a l fnea f d c i l de e s c r i b i r . E s una cuest i6n de voca- ci6n. naturalmente, pero e s t a debe s e r conducida con paciencia, perseverancia, un horar io de t raba jo que' s i l o l o s v i a j e s o l a enfermedad pueden interrumpir. En l a juventud ocho horas a l menos an te nuestra mdquina de e s c r i b i r , luego s i e t e o seis, nunca menos. S i no s e es- c r ibe se aprovecha para co r r eg i r pruebas, para hacer l a s

i labores marginales a l a creacibn e s dec i r periodismo, traducciones, c a r t a s que con tes ta r . Dos o t r e s horas de

r l ec tu ra d i a r i a s e s e l rnfnimopara un exc r i t o r pues quien i no e s td a l t an to de i o que se e s td escribiendo e n ' e l muz

[ do quedar& marginado de l a vida l i t e r a r i a y quien igno- re l a l i t e r a t u r a de l pasado tendrd lagunas que s e adver-

E t i r d n en su obra y nunca podrd s u p l i r .

Lo lanent+ble, y hay que d e c i r l o aquf Cranca- mente, e s que una gran nayoria de mujeres que han venldo

//en busca de consejo m e han demostrado a l cabo de una la rga con;ersacibn que tenfan más ganas de ad- q u i r i r derechos que deberes. Suponían que l a l i t e r a tu ra podla s e r una puerta ancha no para l a l i b e r t a d s ino para el l iber t inaje ; l o mismo suelen c reer de l a s ac t r i ces aquellos que no las han v i s t o r e p e t i r una misma f r a se ante l a cámara de c ine desde l a s s e i s de l a mañana hasta terminar llorando, o una escena en e l escenario. Esta deformacibn de nuestra imagen pro- fesional tambien s e l a debemos a l o s hombres, a l o s que temerosos de verse superados por una mujer, inse- guros de sus propios valores r id icul izaron a l a mujer in te lec tua l desde hace t r e s s ig los como Moliere en "Las Preciosas Ridfculasa y en "Las Mujeres Sabias".

A todo e s t o s e debe, quizd, que l a mujer ha- ya entrado tfmidamente en l a l i t e r a t u r a , primero con l a poesfa que puede hacerse de memoria s i n que n i l a familia s e entere y luego se escr ibe a hur tad i l las ; l u e go s e a t r ev ib a afrontar l a novela pero en cambio e l t ea t ro que necesi ta más ayuda ex te r ior , actores, di- rectores , un local importante sblo fue atacado en t r e nosotras durante afios por Malena Sandor, mujer val iosa y va l ien te s i l a s hubo que tuvo l a sa t is faccibn antes de morir de ver su dl t ima obra representada en e l Tea- t r o General San Martfn. Tambien en esa s a l a se did l a obra de Griselda Gambaro que comenzb como novel is ta y ahora se vuelca a s e r autora dramática. Pero l o que prueba que adn l a mujer no s e ha dedicadq a e s c r i b i r pa ra el t ea t ro es que citamos sblo dos nombres a l que drfamos agregar a Marfa Elena Walsh aunque sus cancio- nes no tienen e l a l i en to de una obra completa. S i qui- s i e ra en cambio nombrar a una por una de nuestra nove- l istas e s t e a r t f cu lo s e conver t i r la en una antología tediosa y además co r re r l a e l r i esgo de eliminar a mds de una. Recordemos eso sf que l a primera mujer novelis- t a argentina conocida tuvo que usar e l mismo a r t i l u g i o de George Sand, e s decir ponerse un seudbnimo masc.uli-

// no: Cesar hoyen en cambio e l l i b r o , como lo s p r i meros de su i l u s t r e antecesora francesa l levaba c G mo t i t u l o , s u t i l venganza,el nombre de una mujer.

Como s e desprende de c a s i todo l o dicho l a l i t e r a t u r a masculina f a i s eb , s i n auere r lo o a s a - biendas, a l a mujer para presentar una niera ca- r i c a t u r a o un cuadro ideal izado de e l l a y l o que e s peor pero lógico s610 presentaba aspectos a is lados de l a t o t a l i dad , algo a s i como un puzzle de l que s e hub iemperd ido l a s p r inc ipa les piezas. La mujer es c r i t o r a . en cambio, s e ensail6 en ahondar en cada uno de sus personajes femeninos, en buscar l a s causas ambientales y fami l ia res que conformaron su ca rdc t e r , en s ~ t u a r l a dentro de l a sociedad y en re lac ión a l o s hombres q u e l a rodeaban.

S i recorremos toda l a l i t e r a t u r a femenina de e s t e dl t imo cuar to de s i g l o podremos no obstante observar un fendmeno curioso: no es feminis ta , n i l a autora n i los%persona jes claman por una mayor l i be r - t ad s61o se d i v i e r t e n con buscada picardla en demis- t i f i c a r tambien a l hombre que c r e f a s e r un semi d ios ante sus ojos. Lo pintamos todas con c i e r t a crueldad maliciosa, no les sus pequeñeces, sus de- fec tos , su vanidad y su i n f i n i t a flaqueza. ~ 6 1 0 que- remos vengarnos de l a imagen f a l s a que de 61 nos d i e - ron pero no de l hombre en s i mismo; l a s e s c r i t o r a s adultas f r e n t e a l amo y señor s e portan como cnicos t raviesos: l e t i r a n p i e d r i t a s a su e s t a tua . Despues de l o cua l , francamente, s i n ambages, se mueren de amor por e l . Ninguna mujer p in t a r f a a o t r a t an v i r i l como Dofla Bdrbara porque l a mujer argentina cualquie r a sea su profesi6n e s mujer an te todo y e l hombre si gue siendo el e j e de su v ida , su cen t ro de a t racci6n.

Mientras Beatr iz Guido, Ada Donato y Marfa Angelica Bosco pintan niüas sofocadas en casonas donde

// reinan p re jp i c i c s provincianos, Marta Lynch l a ve como a un r a t6n que qu i s i e r a s a l i r de una trampa y no encuentra l a s a l i da , Syria P o l e t t i p in t a siempre a l a misma chica inmigrante. Marla Granata influen- c iada por Garcfa Marquez nos d i o mujeres t e l d r i c a s que has ta se convierten en r a l ce s , Luisa Mercedes Levinson. Gloria Alcorta, Adela Grondona nos dan mu- jeres perdidas en sus sueflos. S i r a all lar do una de l a s pocas e s c r i t o r a s jbvenes y val iosas ac tuales p i n t a a l a mujer enamorada. Josefina Cruz revive a l a mujer de l a conquista de America, tenaz y sacr i f i cada y o t r a s , muchas o t r a s e s c r i t o r a s que es d i f l c i l nombrar por ol- vido. por tiempo o por espacio nos ofrecen aspectos hasta ahora ignorados de l a mujer argentina.

Dado el hecho. acaso no de l todo f o r t u i t o , de que e s t a labor m e haya s ido encomendada y o t r o he- cho tampm casual . l o supongo que me ha hecho gozar de l o s favores de l pdblico. creo const ruct ivo dar una idea a vuelo de pájaro de m i manera de ver a l a mujer y de desc r ib i r l a . Ante todo m i s personajes hombres o mujeres son porteiíos y sus edades han ido transcurriendo a l m i s mo tiempo que l a mfa. D e este modo c a s i s i n proponerme- l o he e s c r i t o una modesta Comedia Humana de Buenos A i - res. desde 1939 cuando adn l a c l a s e acomodada s61o sa- b i a m i r a r hacia Europa, s en t f a l o s ecos sordos pero que conmovfan nuestros cimientos llegados de l o s campos de ba t a l l a , has ta hace apenas seis meses en que publique m i Ultima novela "Los momtruos sagradosw, y en que l a ac t i t ud de l o s argentinos ha cambiado radicalmente a l punto de parecer c r ee r que e l mundo se l imi t a a nuestro pals .

E l l e c t o r sue l e c r ee r que toda novela es au- biográfica de ahf que r e s u l t e d t i l de l imi tar l o s t e r re - nos imaginativos de l o s personales. Dificilmente una no- vela es autobiográfica en cambio c a s i con seguridad uno o var ios de sus personajes t i enen rasgos anfmicos seme-

// j a n t e s a 1;s d e l au to r s a l v o en casos de novelas fan- t d s t i c a s o p o l i c i a i e s . Pero no es este m i c a s o .

S610 en una oportunidad en m i pendl t ima no- v e l a "Los p a s a j e r o s d e l j a rd lnw he na r r ado un ep i sod io v i v i d o por m 1 aunque cambie por completo l a s c l r cuns - t a n c i a s , l o s l u g a r e s , l a s t a r e a s , l a conformaci6n fa- m i l i a r e i n c l u s o a l g o las edades Lo d n i c o r e a l y au- t o b i o g r d f i c c es que yo f u i esa mujer que v i o morir a l hombre a quien q u e r l a haciendo milagros pa ra disimu- l a r l e su mal, p a r a comvert i r esa l a r g a y do lo rosa ago- n f a en una e s p e c i e de convalescencia .

Como ejemplo de desdoblamiento puedo c i tar "Bodas de C r i s t a l w . Ninguna novela menos au tob iog rd f i - c a que esa. ninguna v ida t a n diferent 'e de l a n l a como l a d e l pe r sona je c e n t r a l de l a novela que habla en p r i - mera persona. ningdn carActer t a n opuesto . S i n embargo e n el l i b r o hay c u a t r o mujeres y en cada una de e l l a s puse una p a r t e de m 1 misma. un r a s g o c a r a c t e r f s t i c o , una s i t u a c i 6 n v iv ida . Esas c u a t r o mujeres son r i v a l e s y aman a un mismo hombre, ese hombre no t e n l a n i e l me- nor parec ido con m i ex marido d i g o ex pues l a e s c r i b f despues de divorciarme. Un pensamiento r e s p e c t o a un hombre donjuanesco e i n a s i b l e m e d i o l a i d e a c l a v e que f u e e l a c i e r t o de esta novela: e l hombre mds d i f i c i l de r e t e n e r , e l mds i n f i e l e i n c o n s t a n t e es s i n embarcn e l que mds d i f i c i l m e n t e abandona su hogar. es demasiado e g o i s t a para aumentar s u s r e sponsab i l i dades . demasiado cbmodo pa ra cambiar de casa , de empleados dcmest icos , de f a m i l i a p o l l t i c a , demasiado i n d i f e r e n t e pese a su a p a r i e n c i a apasionada pa ra jugarse se r iamente por una mujer. Ahl demis t i f i que a l hombre pero tambien a l a mu- jer pues no hay e n e l la ninguna s a n t a n i ninguna rame- r a , son mujeres para l a s c u a l e s e l amor es l o d n i c c . verdaderamente importante de l a v i d a y ninguna a l pen- s a r e n l a o t r a u s a pa l ab ras procaces n i terminos pe- y o r a t i v o s . Cada una de l a s mujeres que han quer ido a

//Luis sabe que en el lugar de l a o t r a ,hub ie ra obrado exactamente igual . S i e s t a novela e s c r i t a hace más de v e i n t e anos s igue siendo l e f a y tuvo e x i t o en pafses ccmo R a n c i a donde t eb r i camnte l a mujer es m& libe- rada es porque e k i e r r a esa di t ima rea l idad de l a mu- jer universal : l a supremacb d e l amor sobre todas l a s cosas.

Vis to a t raves de l a s e s c r i t o r a s el hombre se transforma en un concepto y l o vemos deba t i r se cc- mo a un lebn en su jaula, es decir que el rey de l a creacibn es observado minuciosamente en sus evolucic- nes a t raves de lo s barrotes de una novela.

Creo estar en l o c i e r t o a l afirmar que el mundo r e s u l t a mas comprensible pintado por l o s dos sexos opuestos que cuando l o e r a únicamente por el hoz bre y este di t imo no ha s a l i d o mal parado pues l a mu- jer ha tenido l a l e a l t a d de poner sus c a r t a s sobre l a mesa y desmontar an te l o s o jos cy.iosos de su compaiíe r o e l mecanismo más bien simple de argucias, coquete- r f a s y demás artes que ha empleado y emplea e n e l eter no juego del amor. "La g lo r i a , k1 poder y el dinerow dec la Marañon son l a s armas del hombre para t r i u n f a r en amor de $bf que el estar enamorado no s ign i f ique po r a 6 1 dejar caer responsabilidades y ambiciones, renun- ciar a cargos u honores. La mujer sabe en cambio que e l hombre en general p r e f i e r e e n c o n t r a en e l l a l o COXJ

t r a r i o ; e l anonimato, l a humildad y has ta l a pobreza pues teme a l a superioridad femenina en cualquier t e r e no y p re f i e r e afirmar l a suya aunque e s t o l o obligue a luchar doblemente por l a vida pero a l menos su lucha es lbgica y homogenea. La m u j e r su f r e l a terrible contra- dicci6n de saber que se ha v i s t o lanzada a e s a misma lucha l levada por l a evoluci6n de l a s costumbres pero que camina continuamente e n t r e dos precipic ios : ¿si frg casa como h i r d para v iv i r? ¿Si t r i u n f a como hard para ent regarse por en te ra a l amor como suele pedfrse lo su naturaleza y para ser amada como quiere s e r l o , s in t ien-

// do amparo y proteccih?. Son excepcionales los hombres que comprenden que deben amparar a una triun - fadora lo mismo que a una humilde mujer y aquellos que dicen que este es un defecto argentino levantan una calumnia: es universal, más marcado en los pafses latinos, pero en algunos tan evolucionados como Fran- cia sus escritoras y sus actrices lloran la misma di- ficultad de ser al mismo tiempo una mujer amada y en* morada y un personaje pdblico.

S610 nos queda esperar que la sinceridad de la literatura femenina s i m a para limaf en las fu- turas generaciones estas asperezas nacidas por cambios demasiado bruscos en las costumbres y haga de la pareja una unidad perfecta sin celos ni rivalidades de traba- jo pues ambos lo quieren o no ser* llamados para con2 tituir un mundo mejor tal vez, pero ya nunca md.s el mu; do fácil para unos cuantos, diffcil y hasta insoporta- ble para la gran masa; el mundo en que la mujer ya no g.,zard. de una vida ociosa como un niflo eterno o como un enfermo cr6nlco s61o pedimos que dados por finalizados estos privilegios se le conceda el de la igualdad en la lucha y en el trabajo, en las recompensas y en los sa- larios, en los cargos pdblicos o privados, en resumen que no les sean negadas ni retaceadas las poslbilldades de ganarse dignamente la vlda. Hoy se exige de ella ta- lento, exigencia absurda dado que es un don limitado; solo debe exigfrsele responsabilidad, preparaci6n y es- fuerzo como al hombre.

Entonces quizd. la mujer no asistird. sorpren- dida al hecho imprevisto de que su libro es un1*best-se- llerm porque sus hermanas claman: "Esta soy yow ante el personaje vencido por la vida, traicionado por el paso de los años, por la indiferencia de los hijos, por el hombre querido, El mbest-sellerm serd. un acto delibera- do como lo hacen los escritores americanos; pero para lo- p a r l o no necesitan hurgar en sus entrañas sino simple- mente encontrar un argumento con bastante suspenso como

// para atrapar a l lector En ese momento l a l i tera- tura femenina de hoy quedard como e l testimonio de l a epoca más d i f f c l que l e haya tocado v iv i r a l a mu- jer.

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