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Alina Yanovska
Sergio Andrés Cabello
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Grado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos
2014-2015
Título
Director/es
Facultad
Titulación
Departamento
TRABAJO FIN DE GRADO
Curso Académico
La integración de la inmigración en el mercado laboralespañol: escenarios actuales
Autor/es
© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2015
publicaciones.unirioja.esE-mail: publicaciones@unirioja.es
La integración de la inmigración en el mercado laboral español: escenarios actuales, trabajo fin de grado
de Alina Yanovska , dirigido por Sergio Andrés Cabello (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los
titulares del copyright.
Trabajo Fin de Grado
La integración de la
inmigración en el mercado
laboral español: escenarios
actuales GRADO EN RELACIONES LABORALES Y
RECURSOS HUMANOS
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
Alina Yanovska
Tutor: Sergio Andrés Cabello
CURSO ACADÉMICO 2014-2015
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 1
Resumen
En las últimas décadas España se ha convertido en un país receptor de inmigrantes.
Inmigrantes jóvenes en plena edad de trabajar, que llegaron a representar el 16% del
total de la población activa de nuestro país. El fenómeno migratorio forma parte del país
en el que vivimos y del mercado laboral español. El presente trabajo se centra en
describir las características del trabajador extranjero que reside y trabaja en España, su
situación socioeconómica, sus condiciones de vida, así como sus condiciones laborales
y salariales. El objeto de este trabajo es conocer y comprender la situación de los
trabajadores inmigrantes.
Palabras clave: inmigración, trabajador, trabajo, condiciones laborales, mercado
laboral, España.
Abstract
In recent decades, Spain has become host country of immigrants. Youth immigrants in
full working age, who came to represent 16% of the labour supply of our country.
Immigration is part of the country in which we live and the Spanish labour market. This
paper focuses on describing the characteristics of immigrant workers who living and
working in Spain, their socioeconomic status, their living conditions and their pay and
conditions. The object of this work is to know and understand the situation of immigrant
workers.
Key words: immigration, worker, work, working conditions, labour market, Spain.
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 4
1. Metodología ...................................................................................................................... 6
2. La inmigración en España ................................................................................................. 7
2.1 Evolución de la inmigración en España .............................................................. 7
2.2 Tipos de inmigración .......................................................................................... 9
3. Marco jurídico español del trabajador inmigrante .......................................................... 12
3.1 Situación regular de residencia y empleo ......................................................... 13
3.2 Situación irregular de empleo ........................................................................... 15
4. Trabajadores inmigrantes en el mercado laboral español ............................................... 16
4.1 Perfil del trabajador inmigrante ........................................................................ 16
4.1.1 Sexo ......................................................................................................... 16
4.1.2 Edad ......................................................................................................... 17
4.1.3 Estado Civil ............................................................................................. 18
4.1.4 Formación ................................................................................................ 19
4.2 País de origen de los inmigrantes ...................................................................... 21
4.3 Situación socioeconómica de los inmigrantes .................................................. 23
4.4 Situación de vivienda de los inmigrantes en relación con su situación laboral 26
4.5 Situación laboral de los inmigrantes ................................................................. 27
4.5.1 Sector económico .................................................................................... 30
4.5.2 Ocupación ................................................................................................ 32
4.6 Condiciones laborales y salariales .................................................................... 34
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4.6.1 Contratos .................................................................................................. 35
4.6.2 Jornada laboral ......................................................................................... 36
4.6.3 Salario ...................................................................................................... 37
4.6.4 Precariedad laboral .................................................................................. 40
Conclusiones ........................................................................................................................ 43
BIBLIOGRRAFÍA ............................................................................................................... 45
ANEXO ................................................................................................................................ 47
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INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de inmigración, lo primero que nos viene a la cabeza en la mayoría de
los casos, por no decir siempre, es la imagen de un conjunto de personas de origen
subsahariano saltando la valla de Melilla, o pensamos en toda aquella población
marroquí que vive en nuestro país, o nos imaginamos a todos aquellos que provienen de
los países del Este de Europa, de países como Rumanía, Georgia, Bulgaria, etc.
Sin embargo, no nos damos cuenta de que también son inmigrantes los franceses, los
británicos, los alemanes… pero por algún motivo no tenemos esa consideración de
inmigrante a la hora de hablar de estas personas, sino que se les denomina por su país
de origen. Todo lo contrario que cuando hablamos de las personas que proceden de
Nigeria, Marruecos, Paquistán o de algún país del Este de Europa, ya que cuando
queremos hacer referencias a estas personas no nos molestamos en distinguir la
procedencia o la nacionalidad de las mismas, sino que directamente nos referimos a
ellas como inmigrantes.
“Los resultados de diferentes investigaciones realizadas en nuestro país muestran una
valoración relativamente negativa de los diferentes grupos inmigrantes, aunque no tan
peyorativa como a priori cabría esperar, existiendo además claras diferencias según el
grupo inmigrante. Por ejemplo, las investigaciones de Díez Nicolás (2005) durante varios
años proporcionan datos sobre la evaluación que los españoles hacen de diferentes grupos
inmigrantes. Utilizando una escala de 0 (peor valoración posible) a 10 (mejor valoración),
los grupos mejor valorados fueron los europeos occidentales (entre 6 y 6.7, según los años),
seguido de sudamericanos (5.8-6.6), asiáticos (5.7-6.4), africanos de raza negra (5.6-6.4),
europeos del Este (5.5-6.6), rusos (5.5-6.2), norteamericanos (5.4-6.1), judíos (5.3-6.2),
gitanos (4.7-5.5) y árabes-musulmanes (4.5-5.8)” (Moya y Puertas, 2008: 9).
Muchos españoles tienen prejuicios hacia los inmigrantes, y ello queda reflejado en otra
investigación de Díez Nicolás.
“También hay otras formas de medir el prejuicio de los españoles hacia los inmigrantes y
hacia los miembros de otros grupos, por ejemplo preguntando si “le molestaría tenerlos
como vecinos”, “qué harían si una hija suya se enamorase o quisiera casarse con un
hombre perteneciente a un determinado grupo social”, “qué piensan los españoles de los
insultos racistas”. Las respuestas a estas preguntas, muestran una actitud poco negativa
hacia los inmigrantes (ver Díez Nicolás, 2005 y Ramírez y Rodríguez, 2005). Por ejemplo,
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preguntándole a los entrevistados qué harían si una hija suya se enamorase o quisiera
casarse con un hombre perteneciente a un determinado grupo social, los datos de catorce
investigaciones (Díez Nicolás, 2005) muestran que más del 30% de los entrevistados
afirman que dejarían que su hija hiciese lo que quisiese, mientras que menos del 25%
prohibiría o desaconsejaría esa relación afectiva a su hija con un hombre de cualquiera de
los nueve grupos sociales estudiados.
Un resultado importante es que cuando se le pregunta a los españoles por cómo creen ellos
que sus parientes y amigos, o la sociedad en general, perciben a los inmigrantes y por su
grado de racismo y xenofobia, las respuestas indican que los españoles perciben actitudes
más discriminatorias entre los españoles en general que entre sus parientes y amigos, y más
entre éstos que en ellos mismos (Morales, 2003). Así, por ejemplo, en los estudios sobre
opinión pública hacia los inmigrantes, se ha encontrado que mientras un 13% de la
población emite respuestas negativas de desconfianza o desprecio en la pregunta cómo los
trata Vd., un 61% responde a la pregunta cómo los trata la sociedad española (Díez Nicolás
y Ramírez Lafita, 2001)” (Moya y Puertas, 2008: 9).
El presente trabajo está enfocado al ámbito laboral, y su principal objetivo es mostrar la
gran diversidad de trabajadores inmigrantes que existen en España, ya que un trabajador
inmigrante no es sólo aquel que trabaja en los empleos más precarios y el que vive en
los barrios más pobres de la ciudad, sino que igualmente existen trabajadores
extranjeros con formación y que ocupan puestos de trabajo cualificados y que también
son inmigrantes al igual que los primeros.
Para ello, primero explicaremos la evolución de la inmigración en España y los tipos de
inmigrantes. Delimitaremos del marco jurídico español respecto al trabajador
extranjero. Hablaremos de los tipos de trabajadores extranjeros que existen actualmente
en nuestro país, donde veremos sus perfiles, su situación socioeconómica, los puestos de
trabajo que suelen ocupar, etc. Y para finalizar este trabajo, expondremos las
conclusiones a las que hayamos llegado.
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1. Metodología
El trabajo se ha elaborado a partir de la revisión e investigación bibliográfica. Su
finalidad es conocer más sobre el fenómeno que ha dado lugar a un cambio social en
España en estas últimas décadas, la inmigración. El objeto de estudio se centra en
analizar la situación de los trabajadores inmigrantes que componen actualmente el
mercado laboral español, en este sentido, en el presente trabajo describiremos el perfil
del trabajador inmigrante, descubriremos qué sectores económicos son en los que más
predomina este colectivo, así como el tipo de puestos de trabajo que suelen ocupar los
inmigrantes y su presente situación laboral en España.
Para desarrollar el presente trabajo, partiremos de las siguientes hipótesis:
Primera. Las personas procedentes de países desarrollados no son consideradas
por los españoles como inmigrantes, a diferencia de los que proceden de países
poco desarrollados.
Segunda. Las personas procedentes de países poco desarrollados ocupan puestos
de trabajo no cualificados o rechazados por los españoles.
Tercera. Hay inmigrantes que ocupan altos cargos y puestos de responsabilidad
en empresas españolas.
Cuarta. Los trabajadores extranjeros trabajan a costa de los trabajadores
autóctonos.
La metodología utilizada en el presente trabajo se basa en la revisión e investigación de
fuentes secundarias relevantes relacionadas con la situación laboral de la población
inmigrante, tanto de estudios sobre la cuestión como de estadísticas. Se trata de un
trabajo descriptivo de las características de los trabajadores extranjeros residentes en
España, y de un trabajo explicativo de las razones por las que el trabajador inmigrante
se encuentra en la situación que se encuentra.
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2. La inmigración en España
En este capítulo vamos a explicar la evolución que ha experimentado España respecto al
fenómeno migratorio, así como los tipos de inmigración que se han dado en nuestro país
a lo largo de estas últimas décadas.
Para ello hemos tomado como referencia varias fuentes secundarias, como son los datos
recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), así como otros documentos y
trabajos sobre la población inmigrante.
Es muy importante destacar que a pesar de que estas fuentes muestren cifras y datos
bastante precisos a cerca del fenómeno de la inmigración, probablemente no reflejen del
todo la situación real. Seguramente el volumen de población extranjera sea mayor del
recogido en las fuentes revisadas, ya que dichas fuentes no tienen en cuenta a las
personas extranjeras que se encontraban o se encuentran en situación irregular.
2.1 Evolución de la inmigración en España
En numerosas ocasiones hemos oído la frase “España, de un país de emigrantes a un
país de inmigrantes”. Ya en los años cincuenta nuestro país contaba con un excedente
de mano de obra que no era capaz de emplear. En aquel entonces España se encontraba
en una situación económica en la cual no podía hacer frente a la demanda de empleo
que había. Esto dio lugar a que muchos españoles decidieran emigrar en busca de unas
mejores condiciones de vida especialmente hacia países de Europa central (Francia,
Alemania, Luxemburgo, etc.) que se encontraban en su apogeo económico.
Dicho apogeo económico de los países desarrollados de Europa central llegó a su fin
con la crisis energética en los años setenta, provocando así la brusca interrupción de
demanda de mano de obra por estos países y la implantación de unas condiciones más
restrictivas sobre la inmigración. Todo ello provocó que tanto en España como en el
resto de Europa hasta mediados de los años ochenta existiese un nivel de parados muy
elevado y una negativa situación económica.
Sin embargo, a partir de los mediados de los años ochenta, la situación en España, al
igual que en el resto de Europa del sur, comienza a cambiar gracias a la mejora la
economía española, al desarrollo del Estado de Bienestar, a la creación de nichos
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laborales con demandas específicas, y también a la integración de España en la
Comunidad Europea, que frenó la emigración externa y favoreció la llegada de
inmigrantes de países miembros. Sobre todo de los países de Europa central y del norte,
que llegaban a través del turismo (Aubarell y Zapata, 2004).
A este precepto, Elias señala: “en la segunda mitad de la década de los ochenta las
entradas de inmigrantes registradas por el INE muestran que buena parte de las mismas
estaban compuestas por ciudadanos de nacionalidad española, mientras que los
inmigrantes extranjeros ascendían a entre 15.000 y 20.000 efectivos anuales hasta
finales de los años noventa, una cuantía apenas perceptible en el conjunto de la
población” (2011: 7). Esto es, según el INE los inmigrantes que llegaban a nuestro país
en aquella época eran los españoles que anteriormente habían emigrado a otro país en
busca de un trabajo, y que con la mejora de la situación económica que experimentó
España decidieron regresar a su país de origen.
El auge de la llegada de inmigrantes a España se produce entre los finales de los años
noventa y la primera década del siglo actual. En el gráfico 1 podemos observar la
evolución de la población extranjera que experimentó nuestro país desde 1998 hasta el
año 2014.
Gráfico 1: Evolución de la población extranjera en España
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del INE (2015)
0
1.000.000
2.000.000
3.000.000
4.000.000
5.000.000
6.000.000
7.000.000 Población extranjera
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Vemos que hasta el año 2000 la población extranjera en España va aumentándose pero
todavía de forma moderada, y a partir de dicho año y hasta el 2009 va incrementándose
a un ritmo acelerado con cada año que pasa. De modo que en el año 2000 España
contaba con una cantidad inferior a 1.000.000 de inmigrantes y en apenas nueve años
esa cantidad asciende a más de 5.500.000 extranjeros. De esta forma, en el año 2000 la
población extranjera representaba tan sólo el 2% del total de la población en España,
mientras que en el año 2009 pasa a representar el 12%, en nueve años se incrementa en
un 10%. A uno de enero del presente año 2015, según los datos del INE, la población
extranjera constituye un 10% de la población total.
Observamos también en el gráfico 1 que entre los años 2009 y 2012 el volumen de la
población extranjera queda estancado, es decir, no se produce apenas ninguna variación.
Esto se debe a la crisis económica que estalla en España, y en el resto de Europa, en el
año 2008 y que perdura hasta hoy en día. Por lo tanto, debido a la negativa situación
económica y laboral en la que se encontraba nuestro país durante esos años, y todavía
ahora, gran número de extranjeros tomaron la decisión de regresar a su país de origen o
volver a emigrar a un tercer país en busca de una situación de vida mejor, ya que en
España ya no es tan fácil encontrar un trabajo, principal motivo por el que escogieron
este país como destino. De ahí la explicación al descenso de la población extranjera que
vemos en el gráfico 1 a partir del año 2012.
Para concluir este apartado, podemos decir que en las últimas décadas España ha pasado
por tres fases. La primera es aquella en la que los españoles emigraban a otros países
porque aquí no encontraban trabajo. La segunda es en la que España se convierte en un
país receptor de la inmigración porque puede y necesita satisfacer la demanda laboral
que existía en ese momento. Y la tercera, y es en la que nos encontramos hoy en día
debido a la crisis económica, en la que muchos extranjeros y muchos españoles se ven
obligados a volver a emigrar ya que las expectativas laborales en nuestro país a día de
hoy son muy malas, apenas existen esas expectativas. Más que denominarlo como una
tercera fase, podríamos decir que hemos vuelto a la primera.
2.2 Tipos de inmigración
En función del período histórico que tomemos de referencia, nos encontraremos con un
tipo de inmigración u otro. Por ejemplo, como explican Aubarell y Zapata (2004), en el
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caso de Europa Occidental, el período posterior a 1945 se caracteriza por una
inmigración laboral temporal, que es aquella caracterizada por personas originarias de
las colonias británicas, francesas y holandesas que no poseían ninguna especialización y
que fueron clave para el desarrollo de los países ricos. Tras la crisis del Petróleo de
1973, muchos países de Europa Occidental intentaron frenar sin éxito este tipo de
inmigración, debido a que los movimientos migratorios continuaron ya sea en forma de
reunificación familiar o por la entrada de personas que buscaban asilo o refugio en
dichos países. Precisamente estos últimos, los demandantes de asilo y los refugiados,
forman otro tipo más de inmigración, los llamados inmigrantes forzados. Éstos
aumentaron su volumen a finales de los años ochenta, lo que dio lugar a que los países
receptores no estuviesen tan dispuestos como antes a acogerlos. En la actualidad,
predomina la inmigración especializada, que es la promovida y aceptada por los
gobiernos receptores de la misma. Este tipo de inmigración hace referencia a
trabajadores emprendedores, científicos, médicos, ejecutivos, especialistas técnicos… es
decir, profesionales ya formados procedentes de países pobres, como pueden ser África
o Asia, que vayan a ocupar puestos de trabajo especializados en países ricos, como los
de Europa Occidental.
Hoy por hoy en España podemos encontrar las siguientes cuatro categorías de
inmigrantes: españoles de nacimiento, jubilados, profesionales e inmigrantes
económicos.
“Los españoles de nacimiento se definen como aquellos inmigrantes que, aun habiendo
naciendo fuera de España, llegaron a nuestro país con más de dos años de edad y tienen la
nacionalidad española desde el nacimiento. Los dos ejemplos que mejor representan esta
categoría son algunos de los inmigrantes procedentes de Marruecos y de Argentina, ambos
con fuertes vínculos históricos con España (Cebolla y Requena 2009; Reher y Sánchez
Alonso 2009). […] De hecho, se puede esperar que tanto las pautas de formación de
hogares de este tipo de inmigrantes como las características propias de sus núcleos
familiares sean las propias de los españoles, y no las de otros tipos de inmigrantes
residentes en el país. El promedio de años de estancia en España de este tipo de
inmigrantes, que asciende a 35 años, y la propia edad media del colectivo (45 años)
sugieren una gran similitud con la población autóctona.
El segundo tipo lo integran los jubilados. Este grupo, el más importante numéricamente en
España hasta la década de los noventa (Blanco 2000) y el de menor representación en
nuestros días, se compone fundamentalmente de comunitarios oriundos de países del centro
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y norte europeo. Las características de este colectivo distan mucho de las del resto de los
colectivos de inmigrantes aquí considerados. Son una población senescente que procede de
países desarrollados cuyo proceso migratorio suele ser de carácter cíclico, ya que muchos
de ellos sólo residen en España cortos períodos de tiempo, principalmente en la costa
levantina y las islas, durante los meses estivales.
El tercer tipo, mayoritariamente masculino, es el de los profesionales, que se define por su
alto nivel de capital humano (todos tienen estudios universitarios) y por ocupar empleos de
alta cualificación. Se trata de profesionales, empresarios y directivos que desempeñan
puestos de trabajo situados en la zona más alta de la pirámide ocupacional. Con un alto
nivel de renta, comparten las suficientes características socioculturales con la población
nativa como para no plantear mayores problemas de integración en la sociedad receptora.
Por último, el principal colectivo de inmigrantes en nuestro país (85% sobre el total de
inmigrantes, en torno a los 3,8 millones de personas) viene representado por lo que
tradicionalmente se conoce como inmigrantes económicos. Son una población joven que ha
llegado a España recientemente y que se encuentra empleada en puestos de trabajo de baja
cualificación. Proceden de forma muy mayoritaria de países en desarrollo, básicamente de
la zona andina, África y el Este de Europa” (Requena y Sánchez-Domínguez, 2011: 82-84).
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3. Marco jurídico español del trabajador
inmigrante
Antes de la entrada en vigor de la conocida “Ley de Extranjería” en 1985, no existía
ninguna Ley que regulase la situación de los extranjeros en nuestro país, es decir, no
había una norma que estableciera los derechos y obligaciones de los extranjeros, que
regulara su residencia en España, como tampoco la relación con el mercado laboral que
éstos podían o podrían tener. Esto no quiere decir que hasta ese momento en España no
viviesen extranjeros, sino que todo lo contrario, desde muchos años antes de la creación
de la Ley Orgánica 7/1985 “sobre derechos y libertades de los extranjeros en España”,
en nuestro país ya vivían decenas de miles de latinoamericanos, filipinos, portugueses y
andorranos, tal y como explica Rius en su libro denominado El libro de la inmigración
en España. Éstos podían trabajar sin un permiso de trabajo ya que tenían derechos
laborales iguales que el resto de los españoles gracias a la Ley de 1969 que les concedía
esos derechos. También vivían y trabajaban, de forma irregular, en España más de cien
mil marroquíes, la mayoría de ellos en Cataluña, que pasaban desapercibidos gracias a
que podían entrar en territorio nacional como turistas durante tres meses, finalizado ese
período volvían a Marruecos para posteriormente volver a entrar en España por el
período de otros tres meses bajo la misma condición de turista.
Por otro lado, a partir de 1968, cuando Alemania procedió a cerrar sus puertas a los
nuevos inmigrantes así como al retorno del colectivo magrebí, a España comienzan a
llegar un gran número de magrebíes, que se ve incrementado algo más con la decisión
tomada por Francia de no regularizar a más inmigrantes en 1973 (Rius, 2007).
Sin embargo, hasta que no se tramitó la “Ley de Extranjería”, España no era consciente
del fenómeno social y económico que existía desde hacía décadas, la inmigración. Es
más, muchos españoles concebían los conceptos de inmigración y extranjero de forma
diferente a como los conciben hoy en día, ya que con dichos conceptos hacían
referencia a los españoles procedentes de Andalucía, Galicia o Extremadura que habían
emigrado en los años cincuenta, sesenta o setenta a Cataluña, País Vasco o Madrid
(Rius, 2007).
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La Ley Orgánica de 7/1985 fue aprobada antes de la entrada de España en la Unión
Europea, que una vez dentro dicha Ley precisaba ser modificada ya que no se ajustaba a
los criterios establecidos en el marco comunitario. De este modo surgió la actual “Ley
de Extranjería”, la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, por la que se regulan los
derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, la cual
explicaremos brevemente en las siguientes líneas desde el punto de vista laboral. Pero
antes de adentrarnos en dicha Ley tenemos que distinguir entre dos tipos de situaciones
laborales en las que una persona extranjera se puede encontrar y que serán cruciales
para la aplicación de esta Ley: situación regular, es decir, que reside o trabaja o ambas
de forma legal en España; y la situación irregular, cuando dicha persona no posee esa
autorización de residencia y trabajo.
3.1 Situación regular de residencia y empleo
En el caso de trabajadores extranjeros regulares, la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de
enero, por la que se regulan los derechos y libertades de los extranjeros en España y su
integración social establece en su artículo 10 que los extranjeros “tendrán derecho a
ejercer una actividad remunerada por cuenta propia o ajena, así como al acceso al
sistema de la Seguridad Social, de conformidad con la legislación vigente”, es decir, el
mismo derecho que los españoles. También, esta misma Ley reconoce el derecho a
acceder a las prestaciones sociales y servicios de la Seguridad Social al igual que los
nacionales (artículo 14). Respecto a los derechos laborales, los extranjeros también
tienen derecho a la libre sindicalización, derecho de huelga, así como derecho a la
representación de trabajadores en la empresa, al igual que los trabajadores españoles,
reconocidos en el Estatuto de los Trabajadores y en la Ley de Libertad sindical.
Por otro lado, el Real Decreto Ley 5/2006, de 9 de junio, para la mejora del crecimiento
y del empleo incluye medidas de fomento de empleo y bonificaciones para la
contratación indefinida y temporal tanto para españoles como para los extranjeros, que
lo vemos reflejado en el artículo 4 de dicho Real Decreto Ley donde habla de
bonificaciones para los empleadores que contraten a trabajadores en situación de
exclusión social, que en muchos casos esos trabajadores son personas inmigrantes.
En cuanto a los contratos que se suelen celebrar con este colectivo suelen ser de carácter
temporal, en lugar de ser de carácter indefinido, ya que los extranjeros trabajan con una
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autorización temporal, y esto frena al empleador a contratarlo indefinidamente debido a
ese desconocimiento que tiene sobre el tiempo que va a permanecer con dicha
autorización este trabajador, aunque con la situación de crisis que estamos atravesando
los contratos indefinidos apenas se realizan para personas nacionales. Según los datos
que hemos podido obtener del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)1, en enero de
2015 se celebraron en total 1.369.227 contratos de trabajo, de los cuales sólo el 6,14%
fueron de carácter indefinido, mientras que los contratos temporales (contrato por obra o
servicio y contrato eventual por circunstancias de la producción) abarcan el 81,63% del
total de los contratos.
“El contrato indefinido difícilmente casa con la situación de los extranjeros
“regulares” en los primeros años, pues su autorización de trabajo se concede de
forma limitada en el tiempo: por un año de duración, renovable en dos ocasiones
por dos años más (Art. 49.2 y 54.7 RLOE) y, tras esos cinco años de autorización
temporal de trabajo, ya de forma permanente (arts. 54.7 y 71 a 74 RLOE).
Evidentemente lo anterior no significa que no se pueda contratar mediante un
contrato indefinido a un extranjero que tiene una autorización de trabajo temporal,
sin duda puede hacerse. Lo que decimos es que sociológicamente es difícil que
ocurra, puesto que si los empresarios desde hace años son reacios a contratar
indefinidamente a trabajadores que, por ser nacionales o comunitarios, no están
sujetos a ningún condicionante de autorización temporal, mucho más complejo va a
ser que esos mismos empresarios se decidan a contratar indefinidamente a unos
trabajadores, los extranjeros, respecto a los que no se conoce con certeza si se les
va a renovar o no la autorización de trabajo” (Alfonso y Fabregat, 2009: 242).
En cuanto a la situación de los trabajadores irregulares, el hecho de que una persona
trabaje sin autorización no significa que el trabajo que realiza no es válido o que no
tiene ningún derecho como trabajador. La Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, por la
que se regulan los derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración
social enuncia en su artículo 36.5 que “la carencia de la correspondiente autorización
por parte del empresario, sin perjuicio de las responsabilidades a que dé lugar, incluidas
aquellas en materia de seguridad social, no invalidará el contrato de trabajo respecto a
los derechos del trabajador extranjero, ni será obstáculo para la obtención de las 1 Para más información ver: SEPE https://www.sepe.es/contenidos/que_es_el_sepe/estadisticas/datos_estadisticos/contratos/datos/2015/enero_2015/ESTADISTICA_DE_CONTRATOS_MES.pdf [Fecha de consulta: 25/05/2015].
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prestaciones que pudieran corresponderle”. Esto es, a pesar de la situación irregular del
trabajador, éste mantiene todos los derechos que derivarían de un contrato, claro que
para poder tener esos derechos es preciso demostrar que existe una relación laboral con
ese empresario, cosa que en algunos casos puede ser de gran dificultad.
3.2 Situación irregular de empleo
Hasta el momento hemos hablado de trabajadores que se encuentren legalmente en
España que pueden tener o no la autorización para trabajar. Pero ¿qué ocurre con
aquellos extranjeros que no poseen ni permiso de residencia ni permiso para trabajar?
Esta situación es considerada por la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, por la que se
regulan los derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social,
como una infracción muy grave tanto para el extranjero irregular como para el
empresario que lo ha contratado, y esto supone que el trabajador deberá rescindir la
relación laboral que podría tener con el empleador, no tendrá derecho a los derechos que
se reconocen al trabajador que se encuentre residiendo legalmente en España, y además,
posteriormente las autoridades procederían a deportarlo a su país de origen. En lo que
respecta al empresario, éste también comete una infracción al contratar a un trabajador
ilegal y que será castigado con una sanción que oscila entre 10.001 y 100.000 euros al
tratarse de una infracción muy grave (art. 54.1 d).
Con lo cual, según la Ley, en teoría una persona extranjera sólo puede obtener la
autorización de residencia y trabajo en España únicamente si con carácter previo un
empleador español o que tenga su empresa en territorio nacional haya ofertado un
puesto de trabajo a dicho trabajador extranjero. De forma que el contrato de trabajo que
han firmado o que van a firmar garantice una actividad continuada durante la vigencia
del contrato (art. 36.4). En la práctica la situación, como sabemos, es bien distinta, ya
que muchos inmigrantes primero llegan a España en busca de un trabajo y ya
posteriormente solicitan el permiso de residencia y trabajo. La Ley Orgánica 4/2000
también contempla otras situaciones regularizadas en España.
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 16
4. Trabajadores inmigrantes en el mercado laboral
español
En el presente capítulo analizaremos las principales características de los trabajadores
inmigrantes que se encuentran en España. Señalaremos los diversos perfiles que
caracterizan a estos trabajadores, el país de origen de los mismos, su situación
socioeconómica, así como la situación de vivienda de los inmigrantes en relación con
su situación laboral. Además, analizaremos la situación laboral de los trabajadores
extranjeros y las condiciones laborales y salariales en las que desempeñan su trabajo.
A rasgos generales, según los datos que hemos podido obtener del Padrón Continuo, en
el año 2014 la población inmigrante en España estaba compuesta por un 49% de
mujeres y por un 51% de hombres. Comparando estos datos con los datos registrados
durante el año 2007, podemos ver que la distribución de la población extranjera ha
variado ligeramente en estos últimos años, ya que en dicho año las mujeres
representaban un 47% y los hombres el 53% restante.
Respecto al volumen de inmigrantes, destacar que en 2007 España contaba con
4.519.554 extranjeros, que luego pasaron a ser 5.648.671 en 2009, y en 2014 quedaron
en España 5.023.487 extranjeros. Más de 600.000 extranjeros abandonaron nuestro país
desde el año 2009 debido la crisis económica, que ha obligado a muchos de ellos a
retornar a su país de origen o a emigrar a un tercer país en busca de unas mejores
condiciones laborales.
4.1 Perfil del trabajador inmigrante
A continuación señalaremos el perfil del trabajador extranjero que predomina hoy en día
en España. Veremos el sexo que más predomina entre los trabajadores inmigrantes, la
edad media de los mismos, el estado civil, y los estudios que poseen.
4.1.1 Sexo
El sexo del trabajador es una variable que nos sirve para saber cuál es el género que
predomina entre la población inmigrante. Pues bien, según la Encuesta de Población
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 17
Activa (EPA) durante el primer trimestre de 2015, el 52% de la población inmigrante
trabajadora corresponde a los hombres, y el 48% restante a las mujeres (Anexo).
4.1.2 Edad
Otra variable que debemos conocer para poder describir el perfil de los trabajadores
inmigrantes que residen en España es la edad de los mismos. Para ello hemos acudido a
los datos de la EPA de los cuales hemos obtenido el gráfico 2, que muestra la edad de la
población activa extranjera durante el primer trimestre del presente año 2015.
Gráfico 2: Población activa extranjera según su edad (miles de personas)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA (2015)
En él se observa que la gran parte de los trabajadores extranjeros que residen en España
tienen entre 25 y 44 años de edad, tanto en el caso de los hombres como en el de las
mujeres. Si nos fijamos, las mujeres entre 25 y 34 años son más que hombres de la
misma edad, esto puede ser debido al tipo de empleo que abarca el sector servicios, ya
que una buena parte de los empleos que engloba dicho sector son llevados a cabo por
mujeres. Mientras que el número de hombres entre 35 y 44 años es superior que el de
las mujeres que tienen los mismos años. Si observamos el colectivo de trabajadores
extranjeros que se encuentra en el segmento de 45 a 54 años, vemos que la cantidad de
los trabajadores extranjeros se reduce casi a la mitad respecto al segmento de 35 a 44
años. En general, podemos decir que se trata de una población trabajadora inmigrante
joven, en plena edad de trabajar, ya que el 75% de ellos tienen entre 16 y 44 años
(Anexo).
0,0 100,0 200,0 300,0 400,0 500,0 600,0
De 16 a 24 años
De 25 a 34 años
De 35 a 44 años
De 45 a 54 años
De 55 y más años
Mujeres Hombres
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 18
4.1.3 Estado Civil
En cuanto al estado civil de los trabajadores inmigrantes que residen en nuestro país, los
que proceden de la Unión Europea el volumen de casados y de los no casados es más o
menos parecido, aunque en el caso de mujeres trabajadoras inmigrantes las no casadas
son algo más que las casadas; y en el caso de los hombres trabajadores inmigrantes son
más los hombres casados que los que no lo están (gráfico 3). Sobre todo, en el gráfico 3
destaca la categoría de los hombres casados que no provienen ni de Europa ni de
Latinoamérica, es decir, los que son procedentes de países como China, Paquistán,
Marruecos, Senegal, Argelia, etc., o los que sean apátridas.
Gráfico 3: Población trabajadora extranjera según su estado civil (miles de personas)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA (2015)
Respecto a los trabajadores inmigrantes procedentes de América Latina, destacan sobre
todo las mujeres no casadas, pero las mujeres latinoamericanas no destacan sólo en esta
categoría, sino que en general son muchas más las trabajadoras latinoamericanas que los
hombres trabajadores latinoamericanos que residen y trabajan en España.
0 50 100 150 200 250 300 350 400
Casados
No casados
Casadas
No casadas
Hom
bres
M
ujer
es
Resto del mundo y apátrida América Latina Resto de Europa Unión Europea
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 19
4.1.4 Formación
Una variable más que podemos tomar como referencia es el nivel de estudios alcanzado
por el trabajador inmigrante residente en España. Observando el gráfico 4 que hemos
obtenido también a partir de los datos que ofrece la EPA (primer trimestre de 2015),
podemos ver que el colectivo trabajador extranjero que más predomina en nuestro país
según su formación es el proveniente de la Unión Europea y de América Latina. Un
colectivo caracterizado en ambos casos por poseer la educación secundaria.
Gráfico 4: Población extranjera activa según su formación (miles de personas)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA (2015)
0,0 50,0 100,0 150,0 200,0 250,0 300,0
Unión Europea
Resto de Europa
América Latina
Resto del mundo y apátrida
Unión Europea
Resto de Europa
América Latina
Resto del mundo y apátrida
Hom
bres
M
ujer
es
Educación superior Educación postsegundaria Educación secundaria
Educación primaria Analfabetos
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 20
También destacan en este nivel educativo los trabajadores extranjeros que provienen del
resto del mundo, como de África o Asia, y los apátridas. En este caso vemos que son
muchos más hombres que mujeres los que poseen la educación secundaria.
Por otro lado, destacan tanto las mujeres trabajadoras extranjeras como los hombres
trabajadores extranjeros originarios de la Unión Europea que han alcanzado formación
superior. También con educación superior, a este colectivo le siguen las mujeres
extranjeras provenientes de América Latina, representando un 22,44% más que los
hombres trabajadores con estudios superiores originarios también de Latinoamérica.
Sin embargo, es curioso que, según los datos de la EPA (primer trimestre de 2015),
entre las mujeres trabajadoras procedentes de la Unión Europea 2.800 sean analfabetas.
Esto lo podemos ver reflejado en un artículo de rtve.es del año 2012 que dice lo
siguiente: “En la Unión Europea, el 20% de los jóvenes de 15 años y más de
73 millones de adultos no tienen en la actualidad las capacidades de lectura y escritura
básicas, lo que dificulta que encuentren un trabajo en el actual contexto de crisis
económica”2. Y más adelante explica que: “El 13,3% de las chicas en la UE no alcanzan
capacidades de lectura mínimas frente al 26,6% de los chicos, según datos del informe
PISA de 2009. En el caso de España, el 14,6% de las chicas no alcanzaba las
capacidades mínimas de lectura, tasa que se eleva hasta el 24,4% en el caso de los
chicos. El 19,6% de los jóvenes españoles de media no alcanzaba en 2009 estas
capacidades mínimas, aunque supone una caída del 6,1% respecto a los datos de 2000”3.
Todos estos datos que hemos podido obtener de la EPA confirman que el perfil del
trabajador inmigrante que existe actualmente en España varía en función del sexo. El
perfil del trabajador inmigrante se caracteriza por ser un hombre de entre 35 y 44 años
de edad, casado y con estudios secundarios, aunque muchos de ellos que provienen de
la Unión Europea también poseen estudios superiores. Por su parte, el perfil de la
trabajadora inmigrante se caracteriza por ser una mujer de entre 25 y 34 años, soltera y
con estudios secundarios, y al igual que en el caso de los hombres, muchas de las que
provienen de la Unión Europea tienen formación superior.
2 Para más información ver: rtve.es http://www.rtve.es/noticias/20120908/dia-mundial-alfabetizacion/561906.shtml [Fecha de consulta: 26/05/2015]. 3 Ibídem.
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 21
4.2 País de origen de los inmigrantes
Tal y como muestra el gráfico 5, en 2015 la mayoría de los inmigrantes que residen en
España proceden de la Unión Europea (41%), a éstos les siguen los que son originarios
de América del Sur (22%), y los que son de los países africanos (21%). En menor
medida, destaca la población inmigrante procedente de los países asiáticos (9%), los de
los países europeos no comunitarios (6%), y por último los que proceden de América
del Norte (1%).
Gráfico 5: Población extranjera residente en España según su procedencia
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Padrón Continuo (2015)
Si comparamos estos mismos datos con los del año 2006, observamos que la proporción
de inmigrantes procedentes de la Unión Europea ha experimentado un gran cambio, ya
que del 2006 al 2015 se ha incrementado en un 17%.
Por su parte, los que pertenecen a los países europeos no comunitarios también han
tenido una importante evolución, ya que en 2006 formaban un 17% de la población
extranjera y en 2015 sólo son un 6%. ¿A qué se debe este cabio tan brusco? Pues no
quiere decir que las personas de estos países hayan dejado de emigrar, sino todo lo
contrario. Al entrar Rumanía en la Unión Europea en 2007, los inmigrantes que
proceden de este país ya se consideran europeos y tienen la libertad de inmigrar a otro
país comunitario al igual que el resto de los europeos, por lo tanto, a partir de ese
momento estaríamos hablando de inmigración europea.
UE 24%
Europa no
comunitaria
17%
África 18% América
del Norte 1%
América del Sur
35%
Asia 5%
2006
UE 41%
Europa no
comunitaria 6%
África
21% América del Norte
1%
América del Sur
22%
Asia 9%
2015
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 22
De ahí la explicación a que la inmigración europea se haya prácticamente duplicado en
estos últimos años, ya que aunque Rumanía se haya convertido en un país europeo,
sigue existiendo mucha pobreza y poco trabajo, razón por la cual los rumanos deciden
dejar su país de origen y buscar mejor vida fuera de él, en países como por ejemplo
España, donde residen más de 670.000 rumanos (INE, primer trimestre de 2015). Los
rumanos son la población inmigrante más numerosa (41%) que procede de la Unión
Europea, superando con creces a los demás países. A éstos les siguen, aunque en menor
medida, los inmigrantes procedentes de Reino Unido, representando un 16% de los
inmigrantes comunitarios, y como se explica en Diásporas Magazine “La mayoría de
los migrantes del Reino Unido suelen mencionar tanto el benigno clima español como
su distendida cultura social para justificar la decisión de trasladarse a la Península, pero
los estudios insinúan que abandonaron su país debido a las duras condiciones
económicas y personales a las que tenían que hacer frente en Gran Bretaña, uno de los
países con mayores desigualdades sociales de la UE […]” (2014)4. El resto de países
europeos comunitarios, como Alemania, Francia, Italia, Portugal… no tienen
porcentajes tan representativos como en el caso de Rumanía o de Reino Unido,
estaríamos hablando entre un 4% y un 8% respecto la inmigración comunitaria total.
Los inmigrantes procedentes de países africanos han incrementado en un 3% desde el
2006 hasta hoy. Actualmente Marruecos sigue siendo el país que más inmigrantes
emite, representando un 74% del total de la inmigración procedente de África, seguido
de muy lejos por países como Senegal, Argelia o Nigeria.
Y por último, los procedentes de países asiáticos han pasado de un 5% en 2006 a
representar un 9% en 2015 del total de la población inmigrante de nuestro país. De éstos
la gran mayoría son chinos y paquistaníes.
En definitiva, a día de hoy la población inmigrante en España está compuesta por un
16% de rumanos, un 16% de marroquíes, un 6% de ingleses, un 4% de chinos, y el otro
58% del resto de inmigrantes que pertenecen a un amplio abanico de nacionalidades
(Anexo).
4 Para más información ver: Diásporas Revista http://www.diasporas.es/2014/09/migracion-britanica-en-la-peninsula.html [Fecha de consulta: 14/05/2015].
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 23
4.3 Situación socioeconómica de los inmigrantes
En la tabla 1 aparece reflejada la población activa española y extranjera en España
durante el primer trimestre de los años 2005, 2007, 2009, 2011, 2013 y 2015. Tomando
de referencia dichas fechas, observamos que la población activa española apenas ha
experimentado grandes cambios a diferencia de la población activa extranjera, que en
2005 eran 2.266.900 personas extranjeras, en 2009 ascendieron a 3.578.000, y en el año
2015 han pasado a ser 2.768.700 personas extranjeras, vemos que desde que comenzó la
crisis económica la población activa extranjera ha disminuido en un 22,62%, mientras
que la población activa autóctona se ha incrementado en un 0,6%.
Tabla 1: Población activa tanto española como extranjera
Españoles Extranjeros
2015T1 19.577.100 2.768.700 2013T1 19.666.100 3.215.700 2011T1 19.549.200 3.421.600 2009T1 19.458.800 3.578.000 2007T1 18.970.400 2.957.900 2005T1 18.469.500 2.266.900
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA (2015)
Al igual que ha descendido la población activa extranjera, la población ocupada
extranjera también ha disminuido tal y como lo refleja la tabla 2 durante el mismo
período que la tabla 1. Durante estos últimos años de crisis la población ocupada
extranjera ha pasado a ser 1.837.100 personas en el año 2015 (primer trimestre), a
diferencia del año 2009 que eran 2.562.800 personas (primer trimestre), 725.700
extranjeros ocupados menos.
Tabla 2: Población ocupada tanto española como extranjera
Españoles Extranjeros
2015T1 15.243.800 1.837.100 2013T1 14.789.600 1.956.400 2011T1 15.817.200 2.332.400 2009T1 16.516.100 2.562.800 2007T1 17.503.400 2.585.900 2005T1 16.672.700 1.954.600
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA (2015)
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 24
Ese descenso de la población inmigrante se debe a que debido a la crisis económica
muchos de ellos deciden regresar a su país de origen porque en España ya no encuentran
trabajo, fundamental motivo por el que decidieron emigrar a nuestro país, o también
emigrar de nuevo a un tercer país en busca de un empleo y de una situación de vida
mejor. Pero esto ocurre no solo con los trabajadores extranjeros sino que también con
los autóctonos, quienes no tienen otro remedio que marcharse a otro país en busca de
una oportunidad laboral.
Desde el comienzo de la crisis en el año 2008 la población ocupada española ha ido
decreciendo hasta el 2014 (EPA, 2015), la crisis ha obligado a una buena parte de
trabajadores españoles a abandonar el país y salir a buscar trabajo fuera de él. Motivo
por el cual es habitual ver titulares en los periódicos que destaquen este tema como por
ejemplo el periódico digital www.alertadigital.es que en 2012 publicó lo siguiente al
respecto:
“En los cinco años que transcurrieron entre 1962 y 1966, los centrales de la gran ola
migratoria española de aquella década del siglo pasado, unas 790.000 personas
abandonaron el país en busca no ya de un futuro mejor, sino simplemente de un futuro en
otros lugares de Europa. En otros cinco años, desde enero de 2008 hasta que concluya este
2012, más de la mitad de aquella cifra, otros 400.000 españoles, se habrán visto abocados a
emigrar para encontrar en el extranjero lo que la crisis económica les niega en España, un
sitio en el mundo laboral. De hecho, el pasado 2011 fue el primer año en lo que va de siglo
en el que el saldo del flujo migratorio del país fue negativo, es decir, dejaron España más
personas de las que llegaron para establecerse” (2012)5.
En cuanto a los extranjeros que deciden permanecer en España a pesar de la crisis, su
situación no es muy positiva, ya que es un colectivo al que el desempleo, la precariedad
laboral y la exclusión social afectan en mayor medida que al resto de los españoles.
Según los datos que ofrece el “documento de economía la Caixa” bajo la denominación
Inmigración y mercado laboral: antes y después de la recesión, desde que empezó la
crisis económica el desempleo ha afectado más a los inmigrantes que a los españoles.
En el caso de los inmigrantes, entre los años 2008 y 2010 la pérdida de empleo fue de
un 13,7%, mientras que en el caso se los españoles en ese periodo fue del 10,3%. Esta
diferencia se explica por la diferente composición sectorial y por géneros del empleo
5 Para más información ver: http://www.alertadigital.com/2012/08/19/espana-pierde-a-su-mejor-capital-humano-casi-400-000-jovenes-espanoles-la-mayoria-altamente-cualificados-abandonan-el-pais/ [Fecha de consulta: 25/05/2015].
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 25
extranjero y del nativo, es decir, los extranjeros se dedican a actividades distintas a las
que se dedican los españoles. La mayoría de los inmigrantes se dedican a la agricultura,
a la construcción, a la industria, al cuidado de personas dependientes… que aunque son
trabajos que también son ocupados por los españoles, los inmigrantes ocupan puestos y
realizan trabajos que los nativos rechazan, o rechazaban antes de la crisis.
Y el hecho de que los extranjeros son más susceptibles a los contratos temporales
también favorece al mayor nivel de desempleo de éstos, ya que con la recesión
económica los primeros trabajos que desaparecen son los temporales, mayormente
desempeñados por los extranjeros, de forma que, en el año 2013 la tasa de paro de la
población extranjera en España alcanzó el 36,53% frente al 24,23% de los españoles6.
Es evidente que con la crisis económica que estalló en el año 2008, las condiciones
laborales en gran número de trabajos, en mayor o menor medida, han empeorado
durante éstos últimos años, se han precarizado.
Esta situación de precariedad no afecta de igual forma a todos los trabajadores, los
trabajadores inmigrantes, caracterizados por ser trabajadores temporales, son más
vulnerables a la precariedad. Siguiendo las palabras de Porthé et al.: “Las condiciones
de trabajo de la población ocupada inmigrante implican, en muchos casos, jornadas o
bien reducidas o muy largas y con frecuencia una menor antigüedad en el empleo
producto de una mayor temporalidad: el 9,2% de los contratos registrados a trabajadores
extranjeros eran contratos indefinidos y el 90,8% temporales. Al mismo tiempo, entre
los contratos de trabajadores extranjeros formalizados, existen diferencias entre mujeres
y hombres; el 68,7% corresponden a hombres y el 31,3% a mujeres” (2007: 36).
El intenso crecimiento de la población extranjera y los problemas de integración de los
mismos, junto con el aumento del paro de los inmigrantes, las condiciones laborales
precarias y la falta de acogida están dando como resultado un problema de exclusión
social soportado por este colectivo. Como apunta el Catedrático de Sociología de la
UNED, José Félix Tezanos:
“Vivir en el límite de las posibilidades y no ser bien "recibido" acaba siendo, así, el destino
de muchos inmigrantes que sufren diversas discriminaciones aborales y económicas, en una
6 Para más información ver: http://www.20minutos.es/noticia/1712423/0/tasa-paro/extranjeros/espana/ [Fecha de consulta: 21/11/2014].
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 26
sociedad que no es la suya y que les obliga a desenvolverse en el marco de patrones
culturales y de costumbres diferentes, lejos de los círculos de familiares y amigos próximos
que podrían prestar apoyo en caso de necesidad extrema, sin vivienda propia y, bastantes
veces, “sin papeles” y, además, sin capacidad para disfrutar de buena parte de los derechos
que se proclaman en la Constitución española y en la legislación laboral. Y todo esto en un
país en el que, si eres inmigrante extracomunitario, tampoco tienes reconocidos plenamente
los derechos políticos, lo que te acaba convirtiendo en un "no-ciudadano", en alguien que
apenas cuenta en el plano cívico y social, como ocurría con los "metecos" en la Grecia
clásica” (2006: 24).
En los tiempos de crisis como los que estamos viviendo actualmente, el problema de la
exclusión social de los inmigrantes aumenta en mayor medida, ya que la presencia de
inmigrantes en situación irregular, el poco esfuerzo de los mismos por integrarse en la
sociedad y la existencia de un importante flujo de entrada de personas inmigrantes en
España provoca en la población nativa un rechazo hacia este colectivo, generando así un
pensamiento entre la población española de que el inmigrante viene a España a quitar
trabajo a los nacionales y a aprovecharse de las ayudas y prestaciones que ofrece la
Seguridad Social.
4.4 Situación de vivienda de los inmigrantes en
relación con su situación laboral
España se caracteriza por ser un país de propietarios, en el sentido de que un 82,7% de
españoles poseen la vivienda en propiedad (INE, 2014). En relación con la población
extranjera, ésta solo representa el 41% en el caso de extranjeros europeos, y un 22% en
el caso del resto de extranjeros. Los extranjeros que no son de Europa decantan sobre
todo por la tenencia de vivienda en alquiler a precios de mercado (67,4%). Un gran
problema que hace que la situación de la vivienda sea diferente entre los nativos y los
extranjeros es la discriminación de la población inmigrante. Según el Informe 2013
sobre discriminación en la vivienda hacia personas inmigrantes: “En el acceso a la
vivienda en alquiler la situación más frecuente es el rechazo o el endurecimiento de las
condiciones para alquilar la vivienda cuando se trata de población inmigrante. Este
rechazo o endurecimiento se produce principalmente por parte de propietarios
particulares, pero también por parte de agencias inmobiliarias e instituciones
financieras, y, en menor medida, por las administraciones públicas y por otra población
inmigrante” (2013: 44).
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 27
Este tipo de discriminación no afecta del mismo modo a todos los inmigrantes, sino que
dependiendo de qué etnia o nacionalidad sean, el grado de discriminación es mayor o
menor. Por ejemplo, personas de nacionalidad marroquí, subsahariana o asiática son
valorados negativamente por la mayoría de los propietarios que quieren alquilar su
vivienda, por este motivo estos propietarios les exigen rentas de alquiler más altas o
solicitudes de garantías adicionales por el temor de que no les paguen, que produzcan
daños a la vivienda, incumplan el contrato, etc.
Además, esta diferencia entre la población española y la extranjera respecto a la
vivienda puede ser motivada por el hecho de que la opción de una vivienda en alquiler
sea más adecuada que una vivienda en propiedad para los extranjeros que llegan a
España con el objetivo de trabajar un cierto tiempo sin la intención de quedarse, ya que
lo tienen mucho más fácil si deciden regresar a su país de origen posteriormente.
Otro aspecto recogido por el informe antes citado que motiva esta distinción, es el
hecho de que la renta de los extranjeros, por ejemplo de los no comunitarios, es más
baja que la de la población nativa, esto provoca el rechazo de la idea de adquirir una
vivienda en propiedad, ya que probablemente les sería muy complicado poder pagar una
hipoteca con el sueldo que perciben. Vemos que la situación de vivienda de los
extranjeros está relacionada de forma directa con la situación laboral de los mismos. En
este sentido, los extranjeros que se encuentren trabajando con un contrato indefinido,
junto con el deseo de quedarse en España, estarán más dispuestos a adquirir una
vivienda en propiedad que aquellos que se encuentran parados o trabajando con un
contrato temporal que no les proporciona ningún tipo de estabilidad, requisito
imprescindible para dar el paso de comprar una vivienda.
De ahí, que el 67,4% (INE, 2013) de los extranjeros estén viviendo en una vivienda en
alquiler, ya que los puestos de trabajo que ocupan y el salario que reciben no les
proporciona suficientes recursos como para decidirse a comprar una vivienda, y menos
hoy en día, cuando la crisis económica impide atender su demanda de trabajo.
4.5 Situación laboral de los inmigrantes
Desde los años noventa hasta el año 2009 España ha sido un país receptor de
inmigrantes, lo que ha dado lugar a un importante crecimiento de la población laboral
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 28
extranjera. En el año 2009 la población activa extranjera llegó a representar el 16% del
total de la población activa. Sin embargo, las posibilidades de encontrar un empleo han
disminuido de forma significativa en estos años de recesión económica, y ello ha
llevado a que la población activa extranjera también disminuya, constituyendo así en
2015 (primer trimestre) el 13% del total de activos. “A pesar de ello, la llegada masiva
de inmigrantes en busca de trabajo no tan sólo no ha perjudicado a los activos
nacionales, gracias a la fuerte expansión de la economía española en esos años, sino que
incluso ha permitido un mayor crecimiento del empleo y de la economía nacional. Con
todo, se percibe que la integración laboral de los inmigrantes es deficiente, al ocupar
puestos de trabajo de menor salario, con contratos temporales y con una escasa
aportación al crecimiento de la productividad” (Elias, 2011: 14).
Aunque la llegada masiva de inmigrantes a España resulta algo positivo desde el punto
de vista laboral y económico, desde la perspectiva de los trabajadores autóctonos en
ocasiones esto puede suscitar la idea de que los trabajadores inmigrantes trabajan a
costa de los trabajadores nacionales. “Uno de los grandes temores que despiertan los
fenómenos migratorios es la pérdida de empleo de los trabajadores del país receptor,
especialmente entre los menos cualificados” (Elias, 2011: 16). Este pensamiento entre
los autóctonos cobra todavía más fuerza en los tiempos de recesión como los de estos
últimos años, ya que los empleos que se ven más perjudicados por la crisis son los de
baja cualificación y los temporales, normalmente ocupados por trabajadores extranjeros
que en tiempos difíciles compiten por esos puestos de trabajo con los trabajadores
nacionales.
Sin embargo, según Antuñano et al.:
“El incremento de la inmigración supone una «importación» de cohortes en edad de trabajar
y, por tanto, un aumento de la oferta de trabajo disponible en la economía (León, B., 2004).
Por consiguiente, el rápido incremento de los inmigrantes, con tasas de actividad altas y con
tasas de desempleo relativamente bajas, ha contribuido a proporcionar la oferta de trabajo
necesaria para equilibrar el tirón de la oferta de empleo en los últimos años en España
(Cuadrado Roura, J. R., Iglesias, C. y Llorente, R., 2007). Por otro lado, la inmigración
incentiva la creación de nuevos puestos de trabajo que no se ocuparían por la oferta de
trabajo disponible de la población nativa (Jimeno, 2004 a). Por tanto, en España el fuerte
aumento de la inmigración ha sido compatible con el descenso de la tasa de paro. Es decir,
la inmigración no ha creado desempleo, sino que ha contribuido a crear nuevo empleo neto”
(2009: 20).
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 29
Además, Elias añade:
“En cualquier caso, la llegada masiva de inmigrantes coincidió con una mejora de las
condiciones de empleo de los trabajadores nacionales. La evidencia empírica disponible
estima que en la etapa expansiva no existió un efecto negativo de la llegada de inmigrantes
sobre el empleo de los nacionales, o bien éste fue imperceptible. […] Algunos estudios
apuntan incluso en el sentido contrario, es decir, que la llegada de inmigrantes ha influido
en el aumento de la tasa de empleo de los nacionales. Una explicación aceptada es que entre
los puestos de trabajo cubiertos por inmigrantes los servicios al hogar se encuentran en una
posición destacada, y este apoyo ha facilitado una mayor incorporación de las mujeres
nacionales al mercado de trabajo. También cabe considerar que la inmigración puede haber
permitido paliar temporalmente algunas de las limitaciones estructurales del mercado
laboral, como la movilidad geográfica, mejorando así las posibilidades de empleo general”
(2011: 18).
En el presente, la situación laboral de los inmigrantes en España se caracteriza por un
69% de asalariados, un 15% son parados que se han quedado sin empleo y llevan
buscando uno nuevo más de un año, un 12% se encuentran trabajando por cuenta
propia, y el 4% restante se encuentran desempleados y están buscando empleo por
primera vez (ver gráfico 7).
Gráfico 7: Población extranjera según su situación profesional
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA (2015)
Gracias a los datos recabados de la EPA (primer trimestre 2015) hemos podido
comprobar que dentro de la categoría de los asalariados el 37% de los extranjeros
pertenecen a la Unión Europea, el 32% son latinoamericanos, el 7% proceden de países
Trabajadores por cuenta propia
12%
Asalariados 69%
Parados que han dejado su último empleo hace más
de 1 año 15%
Parados que buscan primer empleo
4%
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 30
europeos no comunitarios, y el 24% restante está compuesto por trabajadores
extranjeros del resto del mundo, entre los cuales destacan los africanos y los asiáticos
(Anexo).
Respecto a los trabajadores por cuenta propia, los extranjeros originarios de la Unión
Europea siguen siendo la mayoría (44%), los latinoamericanos representan un 19%, y
los extracomunitarios sólo un 5%. Sin embargo, los que proceden del resto de países
constituyen un 32% de los trabajadores por cuenta propia. A este último porcentaje
contribuyen los extranjeros procedentes de países africanos, como por ejemplo Senegal
o Marruecos, o los de los países asiáticos, como China o Paquistán, que prefieren
emprender sus propios negocios antes que trabajar por cuenta ajena. Como ejemplo de
los negocios que suelen emprender este colectivo podemos citar los Kebabs
(restaurantes de comida rápida turca), los locutorios, los restaurantes de comida china,
los comercios (conocidas popularmente como “los chinos”), etc.
Otra categoría relevante es la de los extranjeros parados que se han quedado sin empleo
y llevan más de un año en busca de otro nuevo. Aquí los que más se han visto afectados
son los extranjeros que no pertenecen a Europa ni a América Latina, es decir, los que se
encuentran en peor situación son los africanos y los asiáticos (34%). A éstos les siguen
de muy cerca los de la Unión Europea con un 32%, con un 28% los latinoamericanos, y
los extranjeros no comunitarios representan un 6%.
A continuación vamos a ver cuál es el sector económico que abarca mayor número de
trabajadores extranjeros, así como las ocupaciones más comunes entre este colectivo.
4.5.1 Sector económico
El gráfico 6 muestra la población activa extranjera. En él observamos que el 59% de
inmigrantes que trabajan en España se dedican al sector servicios, un 8% se dedica a la
agricultura, un 7% a la industria y otro 7% a la construcción. Por otro lado, un 15% se
encuentra parado tras perder su último empleo, junto con el 4% de inmigrantes parados
que buscan un primer empleo. En total hay un 19% de inmigrantes parados.
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 31
Gráfico 6: Sector económico ocupado por el inmigrante
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA (2015)
Si comparamos estos datos con los datos registrados antes de que la crisis económica
dejase secuelas, por ejemplo con el año 2008, observamos una importante evolución
(Anexo). En el año 2008 el sector servicios abarcaba al 56% de los trabajadores
extranjeros, que incluso con la crisis aumenta en un 3% en 2015. Sin embargo, respecto
al sector de la construcción, en 2008 éste englobaba hasta un 23% de la población
inmigrante, mientras que hoy en día sólo representan un 7% debido al estallido de la
burbuja inmobiliaria. En definitiva se trata de un sector muy afectado por la crisis que
tiene importantes dificultades para recuperarse. Otro cambio importante es en el caso de
los parados que en 2008 sólo eran un 4% del total de los trabajadores extranjeros y
ahora asciende a un 19%.
En realidad, en la mayoría de los casos existe una relación entre el país de procedencia
del trabajador inmigrante y el sector económico que ocupa. Por ejemplo, un trabajador
asiático lo más seguro es que se dedique a la hostelería o al comercio o a ambas
actividades, ya que son personas que prefieren trabajar por cuenta propia emprendiendo
un negocio como por ejemplo un restaurante de comida asiática o una tienda.
Los trabajadores africanos no se caracterizan por tener ese espíritu emprendedor, de ahí
que la mayoría de ellos se haya dedicado al sector de la construcción antes de la crisis y
hoy en día esa mayoría se dedique a la agricultura.
Agricultura 8%
Industria 7%
Construcción 7%
Servicios 59%
Parados que han dejado su último empleo hace más
de 1 año 15%
Parados que buscan primer empleo
4%
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 32
Los trabajadores originarios de la Unión Europea suelen elegir el sector servicios, y se
dedican a actividades de hostelería, comercio o la prestación de algún otro servicio,
aunque en estos últimos años se ha incrementado la presencia de estos trabajadores en el
sector agrícola, en el cual el 36% de los trabajadores inmigrantes proceden de la Unión
Europea. En cambio, los europeos que no pertenecen a la Unión Europea se inclinan
más por la industria, la construcción y el servicio doméstico.
En cuanto a los trabajadores latinoamericanos, las mujeres latinoamericanas son las
primeras en dar el paso de emigrar, es decir, muchas veces son ellas las que emigran a
otro país y posteriormente se traen al resto de la familia. Las trabajadoras
latinoamericanas optan por el sector servicios, dedicándose sobre todo al servicio
doméstico, aunque también destacan los trabajadores latinoamericanos en el sector de la
construcción.
Siguiendo a Tezanos: “hay una segmentación laboral en función del país de origen, con
el comercio y la hostelería dominada por los inmigrantes asiáticos, un servicio
doméstico de inmigrantes latinoamericanos y de personas procedentes de Europa y la
construcción entre los africanos, europeos y latinoamericanos” (2007: 147).
4.5.2 Ocupación
La ocupación de los inmigrantes, al igual que el sector económico, está relacionada
muchas veces con la cualificación o no de los trabajadores extranjeros y el país de
procedencia de los mismos. En este sentido, lo más probable es que los puestos de
directores y gerentes de una empresa, por ejemplo, sean ocupados por los extranjeros
provenientes de la Unión Europea, ya que como lo hemos visto en el punto 4.1.4 son los
que se caracterizan por tener estudios superiores.
Según los datos de la EPA (primer trimestre de 2015), los extranjeros de la Unión
Europea que ocupan un puesto de director o de gerente representan un 63% respecto al
resto de extranjeros que ocupan el mismo puesto (Anexo). Del mismo modo, éstos
también destacan en los trabajos de técnicos y profesionales científicos e intelectuales
(65%), ya que son puestos que también requieren una alta cualificación. Aunque los
extranjeros de la Unión Europea predominen en estos tipos de puestos de trabajo que
acabamos de mencionar, por lo general, están bastante repartidos por los restantes
trabajos que nos podemos encontrar, como por ejemplo en los servicios de restauración,
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 33
servicios personales, servicios de protección y vendedores, artesanos y trabajadores
cualificados de las industrias manufactureras y la construcción (excepto operadores de
instalaciones y maquinaria), contables, administrativos y otros empleados de oficina, o
en ocupaciones elementales como pueden ser limpiadores y asistentes, peones
agropecuarios, pesqueros y forestales, peones de la minería, la construcción, la industria
manufacturera y el transporte, etc.
Los trabajadores latinoamericanos, destacan sobre todo en los trabajos como servicios
de restauración, servicios personales, servicios de protección y vendedores (34%), y en
ocupaciones elementales (35%) que como hemos dicho antes pueden ser limpiadores y
asistentes, peones agropecuarios, pesqueros y forestales, peones de la minería, la
construcción, la industria manufacturera y el transporte, ayudantes de preparación de
alimentos, vendedores ambulantes de servicios y afines, recolectores de desechos, etc. Y
también se encuentran muy presentes, al igual que los de la Unión Europea, en puestos
de artesanía y trabajos cualificados de las industrias manufactureras y la construcción
(excepto operadores de instalaciones y maquinaria).
Finalmente, el resto de trabajadores extranjeros se distribuyen principalmente entre las
ocupaciones elementales y los servicios de restauración, servicios personales, servicios
de protección y vendedores.
Desde un punto de vista global, las ocupaciones que más trabajadores extranjeros
abarcan son las ocupaciones elementales, donde se encuentran trabajando un 28% de los
trabajadores inmigrantes.
En los servicios de restauración, personales, de protección y vendedores, se encuentran
trabajando un 22%. Como podemos ver entre las dos ocupaciones suman el 50%, lo que
quiere decir que la mitad de los trabajadores inmigrantes se dedican a estos trabajos.
Artesanos y trabajadores cualificados extranjeros de las industrias manufactureras y la
construcción (excepto operadores de instalaciones y maquinaria) representan un 10%;
los operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores un 5%; técnicos y
profesionales de apoyo junto con los empleados contables, administrativos y otros
empleados de oficina representan un 3% respectivamente; y los trabajadores
cualificados en el sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero al igual que los
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 34
directivos y gerentes constituyen tan sólo un 2%. El resto se encuentra en paro, un 19%
(Anexo).
4.6 Condiciones laborales y salariales
Las condiciones laborales y salariales en las que un trabajador inmigrante desempeñe su
trabajo, no sólo condicionan su situación en el ámbito laboral, sino que también influye
de una forma muy importante en su vida personal y social. En función de que ese
trabajador inmigrante se encuentre trabajando o no en una situación precaria y en
función de la forma de retribución que esté percibiendo, si es variable o si siempre es la
misma, tendrá más o menos capacidad de planificación de su modo de vida, así como
tener más o menos posibilidades de integrarse en su ambiente social más cercano. Con
esto nos referimos a que dependiendo de su situación laboral, ese trabajador estará más
o menos dispuesto a comprar o alquilar una vivienda, comprar un coche, vivir en pareja,
estudiar, reagrupar a su familia, etc. (Tezanos y Díaz, 2008).
Tal y como afirman al respecto Tezanos y Díaz en su estudio sobre Condiciones
laborales de los trabajadores inmigrantes en España:
“Su nivel de seguridad en el empleo determina su capacidad de exigencia de condiciones
aceptables de trabajo y permite el establecimiento de solidaridades entre los empleados
frente a la posible imposición empresarial de condiciones inadecuadas; asimismo facilita la
socialización y el aprendizaje de valores, como el de la seguridad y la prudencia en el
ejercicio de la tarea, fundamentales para evitar daños. Por su parte, la forma en que el
trabajador recibe la retribución por el trabajo, en especial el grado de regularidad de su
importe, condiciona las posibilidades de ordenar su modo de vida” (2008: 71-72).
Además, la situación laboral de los trabajadores extranjeros no sólo depende del tipo de
trabajo que tenga o la forma en la que perciba su sueldo, sino que factores como el
hecho de tener o no el permiso de residencia y de trabajo, poseer un contrato de trabajo
o no, la modalidad del mismo (si es indefinida o temporal), los años de permanencia en
el país, etc., también influyen en su situación laboral. Todos estos factores hacen que el
trabajador inmigrante sea más o menos vulnerable en el ámbito laboral, y en la sociedad
en general.
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 35
4.6.1 Contratos
Hemos recurrido a los datos registrados en la página web del Ministerio de Empleo y
Seguridad Social7, de donde hemos podido obtener información referente a los contratos
de trabajadores extranjeros según tipo de jornada y la modalidad contractual en el año
2014.
A simple vista, podemos afirmar que en el año 2014 se celebraron unos 2.766.690
contratos con trabajadores extranjeros, que viene a ser un 16,5% sobre el total de
registrados en ese año. Si prestamos atención a la modalidad de los mismos, vemos que
los que más se han celebrado han sido los contratos de obra o servicio (21,9%), seguido
de muy cerca de los de tipo indefinido (21,7%), luego los contratos eventuales por
circunstancias de la producción (13%), y también destacan los de formación y
aprendizaje (11,3%). “Por área de nacionalidad poseer un contrato indefinido es más
frecuente entre los extranjeros de países de la Unión Europea y, en menor medida de
Asia, uno temporal lo es para africanos, latinoamericanos y europeos del Este” (Tezanos
y Díaz, 2008: 7). Aunque poseer un tipo de contrato también depende en gran medida
del tiempo de permanencia que el trabajador inmigrante lleve en España, ya que cuantos
más años permanezca en el país más contratos puede celebrar, con lo cual más
posibilidades de conseguir un contrato indefinido.
Observando la procedencia de los trabajadores extranjeros con los que se han celebrado
esos contratos (ver gráfico 8), percibimos que un 39% de los contratos son llevados a
cabo con inmigrantes originarios de Europa, un 29% con inmigrantes africanos, un 25%
con americanos, en este último caso la gran mayoría son originarios de América Latina,
de países como Ecuador, Colombia, Bolivia, etc., ya que América del Norte representa
un escaso 2,4% de los contratos celebrados con trabajadores americanos. Y por último
un 7% se ha celebrado con trabajadores asiáticos.
7 Para más información ver: http://www.empleo.gob.es/es/estadisticas/anuarios/2014/index.htm [Fecha de consulta: 20/05/2015].
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 36
Gráfico 8: Contratos registrados por nacionalidad del trabajador inmigrante
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social (2014)
De los países europeos no comunitarios, la gran parte de contratos se han celebrado con
trabajadores ucranianos, rusos y moldavos. De los países africanos, predominan los
marroquíes, senegaleses y argelinos. De los americanos, concretamente de los
latinoamericanos, destacan los trabajadores colombianos, bolivianos y peruanos. Y
finalmente, de los países asiáticos, sobre todo resaltan los chinos y los paquistaníes.
4.6.2 Jornada laboral
Si atendemos a la jornada laboral de los contratos celebrados con inmigrantes en 2014,
observamos que en caso de los celebrados bajo la modalidad de indefinidos, la mayoría
de ellos han sido a tiempo parcial, un 26,1% sobre el total de los contratos indefinidos
registrados. Mientras que los que se han celebrado por obra o servicio con trabajadores
extranjeros, la gran parte han sido contratados a tiempo completo, un 25,9% de los que
se llevaron a cabo bajo la misma modalidad. En caso de los contratos eventuales por
circunstancias de la producción, se han celebrado un 13,5% a tiempo parcial y un 12,7%
a tiempo completo. Y todos los contratos de formación y aprendizaje que se han
celebrado han sido a jornada completa.
Cabe destacar que durante el año pasado la gran mayoría de los contratos que se han
llevado a cabo con trabajadores extranjeros se caracterizan por su temporalidad, ya que
tan sólo el 21,7% de todos ellos son de carácter indefinido. Un 18,1% de los contratos
registrados tenían la jornada laboral completa, y un 13,6% jornada a tiempo parcial.
Europa 39%
África 29%
América 25%
Asia 7%
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4.6.3 Salario
Los datos de la Encuesta de Estructura Salarial (2012) muestran que el salario que los
trabajadores inmigrantes perciben es aproximadamente un 30% inferior al de los
trabajadores autóctonos de parecidas características educativas y similar experiencia
profesional (Anexo). La explicación a esta diferencia salarial entre los trabajadores
extranjeros y los trabajadores españoles nos la ofrece el Centro de Estudios
Sociológicos sobre la Vida Cotidiana y el Trabajo en su estudio Trayectorias laborales
de los inmigrantes en España:
“Las explicaciones tradicionales sobre las diferencias salariales entre inmigrantes y
autóctonos se pueden resumir en dos perspectivas. La primera, la teoría del capital humano,
ha enfatizado las diferencias en función del nivel educativo, titulación académica,
cualificación profesional, conocimiento, saberes y experiencia laboral (Becker 1983). La
formación se expresa habitualmente con la idea de experiencia profesional, lo que está
ligado a la antigüedad en la empresa o en el mercado laboral. Desde esta perspectiva teórica
se sostiene la tesis de la convergencia o asimilación ocupacional de la inmigración a lo
largo del tiempo, es decir, considerando la antigüedad en el mercado laboral. El indicador
privilegiado en este tipo de análisis son los salarios porque estos son indicativos de la
productividad en el trabajo, según la teoría del capital humano (véase Dickens y McKnight
2009). Por lo general este enfoque teórico pone de relieve que la convergencia salarial de
los inmigrantes es tardía en el tiempo porque estos van adquiriendo las habilidades
lingüísticas (capital lingüístico) y otras a lo largo de los años en el país de acogida.
La segunda perspectiva, que explica las diferencias y distribución salarial entre autóctonos
e inmigrantes, nos la proporciona la teoría de la segmentación. Desde esta se argumenta que
las diferencias estriban, no solo en los distintos niveles educativos, sino también en
desigualdades de los puestos que se concretan en función del origen social, el geográfico y
el género de los trabajadores (Piore 1983b). La inmigración viene a ocupar determinados
nichos de empleo que los autóctonos no ocupan por lo precario de sus condiciones de
trabajo, por sus bajos salarios y porque el nivel educativo les lleva a aspirar a mejores
puestos de trabajo” (2011: 217-218).
Además de estas variables, el estudio menciona otras como el tipo de contrato laboral, la
promoción profesional, el género y el origen, que influyen directamente sobre el salario
del trabajador.
Según la Encuesta de Estructura Salarial (2012), el salario medio anual de los
trabajadores españoles es de 23.232,42 euros, mientras que el salario medio anual de los
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 38
trabajadores extranjeros procedentes de la Unión Europea es de 17.442,86 euros, y de
trabajadores extranjeros del resto del mundo es de 14.386,51 euros. Como podemos
comprobar, en general el sueldo de los trabajadores inmigrantes es más bajo que el de
los nacionales, aunque los peor pagados son los que no pertenecen a la Unión Europea.
Dentro de este último grupo, los que perciben el salario más bajo son los trabajadores
latinoamericanos, cuyo salario medio anual es de unos 14.280,32 euros.
Ante estos resultados la cuestión que nos surge es la siguiente: ¿cambiará esta situación
para los hijos de los inmigrantes que llegaron a España en esta última década?
“En principio, podría pensarse que esto podría ocurrir, dado que su formación se realiza
parcial o completamente en España, así como el desarrollo de su carrera profesional, por lo
que su capital humano podría ser también similar al de los nativos.
Sin embargo, la evidencia empírica disponible para otros países sobre esta cuestión ofrece
resultados dispares. En el caso de Estados Unidos, aunque Card (2005) sugiere que los hijos
de los inmigrantes llegados a Estados Unidos a partir de 1965 no presentan un diferencial
salarial respecto a los hijos de los nativos, Borjas (2006) observa que la mitad del
diferencial salarial observado para los padres inmigrantes aún subsiste en la segunda
generación. Los escasos trabajos disponibles para Europa proporcionan también una cierta
heterogeneidad de resultados. Fertig y Schmidt (2001) encuentran una convergencia entre
nativos alemanes y la segunda generación de inmigrantes en Alemania en términos de la
distribución sectorial y ocupacional, y, en el mismo sentido, Hammarstedt y Palme (2006)
observan una convergencia plena en salarios, pero solo para los hijos de inmigrantes
procedentes de países desarrollados; sin embargo, los hijos de inmigrantes procedentes de
países en vías de desarrollo no consiguen mejorar los salarios relativos en relación con los
nativos” (Izquierdo et al., 2009: 66).
En el caso de España, no existen estudios que traten concretamente este tema. Sin
embargo, podemos utilizar el nivel de educación de los hijos de los inmigrantes para
poder tener una idea aproximada del salario que podrían percibir estos futuros
trabajadores (Izquierdo et al., 2009).
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 39
Tabla 3: Máximo nivel educativo alcanzado a los 22 años
Educación
básica (a)
Educación
segundaria (b)
Educación
terciaria (c)
Españoles 36,0% 38,7% 25,3%
Extranjeros 49,1% 43,9% 7,0%
Fuente: Izquierdo et al., La asimilación salarial de los inmigrantes en España (2009: 67).
(a) Con título hasta primera etapa de secundaria. (b) Bachillerato o grado medio de formación profesional o de música o de danza.
(c) Grado superior de formación profesional, enseñanzas universitarias o superiores.
Fijándonos en la tabla 3, propuesta por Izquierdo et al., observamos que en el año 2009
el 36% de nacionales de 22 años había alcanzado la educación básica, frente al 49,1%
de los inmigrantes de la misma edad. En cuanto a la educación segundaria, los datos
varían poco respecto a la básica, ya que los estudiantes inmigrantes siguen superando a
los nacionales. Sin embargo, la cosa cambia cuando hablamos de la educación terciaria,
es decir, grado superior de formación profesional, enseñanzas universitarias o
superiores. En el año 2009 el 25,3% de los nacionales de 22 años habían alcanzado
estudios terciarios, mientras que del colectivo inmigrante solamente los concluyeron un
7%.
“La literatura ha apuntado diferentes factores que pueden encontrarse detrás de esta
divergencia: las características socioeconómicas de la familia [Entorf y Minoui (2004)], el
idioma hablado en el hogar [Schmidt (2001)] y la distribución segregada de estudiantes en
escuelas [Dustmann (2004)]. Para España, Zinovyeva et ál. (2008), a partir de los mismos
resultados de PISA, encuentran que alrededor de la mitad del diferencial académico entre
estudiantes con nacionalidad española y extranjera se puede explicar por las características
socioeconómicas de los padres, aunque también tiene relevancia la segregación escolar”
Segú los datos del Ministerios de Educación, Cultura y Deporte, en el curso 2011-2012 los
alumnos extranjeros matriculados en Enseñanzas no Universitarias representaban un 8% del
total de alumnos matriculados.
Por otra parte, los menores niveles educativos alcanzados por el colectivo de hijos de
inmigrantes parecen estar estrechamente relacionados con un abandono temprano de la
escolarización. Así, utilizando los datos de la EPA para el período comprendido entre 2000
y 2007, se observa que la segunda generación deja de cursar estudios a partir de los 16 años
con una mayor probabilidad que los nacionales. En concreto, en el colectivo de entre 16 y
G r a d o e n R e l a c i o n e s L a b o r a l e s y R e c u r s o s H u m a n o s | 40
21 años, el porcentaje de hijos de inmigrantes que continúan en su etapa de formación es
más de 20 % inferior al observado entre los de nacionalidad española. Buena parte de esta
diferencia parece relacionada con la edad de entrada en España, puesto que, si se tienen en
cuenta solo los hijos de inmigrantes que han llegado a España con anterioridad a los 16
años, las diferencias en la tasa de escolarización disminuyen notablemente.” (Izquierdo et
al., 2009: 67).
Según datos más recientes que hemos obtenido del Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte8, de los alumnos que se habían matriculado durante el curso 2001-2012 en el
Ciclo Formativo FP. de Grado Medio el 10% eran alumnos extranjeros. Y de los que se
matricularon en el Ciclo Formativo FP. de Grado Superior durante ese mismo curso, los
alumnos extranjeros constituían un 7%.
Con todo ello, podemos decir que cuanto más aumente el nivel educativo menos
estudiantes extranjeros nos vamos a encontrar en él, lo que podría traducirse también en
un peor comportamiento salarial relativo futuro (Izquierdo et al., 2009: 69).
4.6.4 Precariedad laboral
En las últimas décadas las condiciones laborales en España, al igual que en otros países,
han experimentado grandes cambios. Cambios que han empeorado las condiciones de
trabajo, sobre todo de aquellos trabajadores que se dedican a empleos poco cualificados.
“Esas condiciones laborales más precarias se han agudizado con la crisis que vivimos
desde finales de 2008, que ha venido a teñir de más oscuro el escenario laboral,
generando más desempleo y reduciendo las oportunidades de empleo, incluso del
empleo precario” (Santamaría, 2012: 130). De forma que en el 2013 (primer trimestre)
la tasa de paro9 en nuestro país se situaba en el 26,3%, la más alta de la Unión Europea
después de Grecia. En el mes de marzo del actual año la tasa de paro había descendido
al 22,9%, pero seguía siendo la segunda más alta de la Unión Europea.
“La precariedad laboral no es un fenómeno exclusivo del mercado laboral español. Se trata
de una característica emergente de los mercados de trabajo actuales, producto de las
transformaciones que se suceden a nivel mundial, cuyo origen y crecimiento provienen en
8 Para más información ver: http://www.mecd.gob.es/servicios-al-ciudadano-mecd/estadisticas.html [Fecha de consulta: 30/05/2015]. 9 Para más información ver: https://www.google.es/publicdata/explore?ds=z8o7pt6rd5uqa6_&met_y=unemployment_rate&idim=country:es:el&hl=es&dl=es#!ctype=l&strail=false&bcs=d&nselm=h&met_y=unemployment_rate&fdim_y=seasonality:sa&scale_y=lin&ind_y=false&rdim=country_group&idim=country:es:el:fr:de&ifdim=country_group&hl=es&dl=es&ind=false [Fecha de consulta: 31/05/2015].
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gran parte del proceso de internacionalización de la producción industrial, la desregulación
laboral y los cambios en la organización de la producción y en la organización del trabajo.
Como consecuencia de dichas transformaciones, se ha extendido la “flexibilidad
productiva”, generalmente entendida como la capacidad de la empresa y el sistema
productivo de responder y anticiparse a los cambios de su entorno. De esta manera, las
empresas han desarrollado estrategias tales como la externalización, la subcontratación, el
empleo eventual, etc., tendientes a abaratar costes, reducir salarios y reducir la plantilla
fija” (Porthé et al., 2007: 36).
Sin embargo, la precariedad laboral no afecta de igual manera a trabajadores
inmigrantes que a trabajadores españoles. Los trabajadores extranjeros se caracterizan
por poseer un mayor grado de vulnerabilidad, ya que “al insertarse en el mercado
laboral representan una gran proporción entre los trabajadores temporales y un extenso
número de trabajadores en situación irregular. Las condiciones de trabajo de la
población ocupada inmigrante implican, en muchos casos, jornadas o bien reducidas o
muy largas y con frecuencia una menor antigüedad en el empleo producto de una mayor
temporalidad” (Porthé et al., 2007: 36).
Esas condiciones precarias en las que trabaja la mayoría de inmigrantes, y en menor
medida los trabajadores nacionales, tienen negativos efectos sobre la salud de los
mismos, principalmente sobre la salud mental. “Entre los trabajadores con contratos
temporales existe un mayor riesgo de padecer accidentes laborales, elevados costos
psíquicos y sociales, mayor deterioro de la salud psicológica, desmotivación e
insatisfacción laboral” (Poerthé et al., 2007: 36).
En España apenas existe información sobre la relación entre las precarias condiciones
laborales de los trabajadores inmigrantes y su salud. Sin embargo,
“existe evidencia que refiere que los inmigrantes tienen mayor predisposición a padecer
trastornos mentales, producto de la experiencia de la inmigración. Esto se da en la medida
que la emigración conlleva la pérdida de la red social de apoyo, el distanciamiento debido a
la lengua y un cambio en el estatus social de la persona. Esta situación resulta fundamental
al considerar el papel que juega su situación laboral, observándose la centralidad del trabajo
en el malestar que muchos padecen. Una revisión exhaustiva de la literatura científica sobre
necesidades en salud y utilización de los servicios sanitarios de los inmigrantes, sugiere
que, si bien en los últimos años los estudios que analizan la salud de los inmigrantes han
aumentado, éstos no son concluyentes en cuanto a las diferencias de los problemas de salud
entre los trabajadores autóctonos y los inmigrantes. Sin embargo, se dispone de algunos
datos. Primero, la población inmigrante muestra una mayor prevalencia de peor salud
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autopercibida que la autóctona. Segundo, la población inmigrante utiliza principalmente la
red sanitaria pública siendo frecuentemente los servicios de urgencia el primer contacto con
el sistema sanitario. Tercero, los motivos de consulta y hospitalización se relacionan con el
uso propio de una población joven, con un predominio de la atención ginecológica y
obstétrica para las mujeres y las visitas de medicina general en los hombres” (Porthé et al.,
2007: 37).
La precariedad laboral no es algo nuevo, ha existido siempre y seguramente existirá por
muchos siglos más. Siguiendo a Porthé et al., “no se debe olvidar que la precariedad
laboral no es un problema restringido a un grupo de personas, no son los trabajadores
inmigrantes quienes deben ser estudiados; es necesario conocer la interrelación entre
éstos y la sociedad que los recibe condicionada por la precariedad laboral” (2006: 37-
38). Es decir, a la hora de hablar de precariedad en el trabajo no debemos poner
atención en quienes la padecen, sino que debemos preocuparnos por el por qué de su
existencia.
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Conclusiones
Como hemos podido comprobar a lo largo del presente trabajo, España se ha convertido
en una sociedad receptora de inmigrantes. Hemos visto que durante la historia, nuestro
país ha ido experimentando cambios respecto al fenómeno migratorio. Primero los
españoles emigraban al exterior en busca de empleo y mejores condiciones de vida, ya
que la negativa situación económica de España en aquellos años imposibilitaba hacer
frente a la demanda de trabajo que existía. Posteriormente, gracias a la recuperación
económica, España se convertía en un país receptor de inmigrantes, de empleo y de
nuevas oportunidades. Dos décadas de bonanza que llegaron a su fin con el estallido de
la crisis económica en el año 2008, y que perdura hasta hoy en día. Dicha crisis dio
lugar a una masiva destrucción de empleo y a una negativa situación económica,
obligando a una parte de extranjeros, que llegaron a nuestro país por motivos laborales,
a retornar a su país de origen o a emigrar a un tercer país de nuevo en busca de
oportunidades laborales.
Sin embargo, la actual crisis económica no sólo afectó al colectivo inmigrante, sino que
también numerosos españoles decidieron emigrar a otros países como Reino Unido o
Alemania por motivos laborales. Sobre todo jóvenes cualificados que apenas tienen
perspectivas laborales en España debido a la gran demanda y a la escasa oferta de
empleo. Con lo cual, vemos que la historia se vuelve a repetir.
Respecto a las hipótesis planteadas al comienzo del trabajo, hemos comprobado que las
personas procedentes de países poco desarrollados ocupan puestos de trabajo no
cualificados o rechazados por los españoles en sectores como la agricultura,
construcción o industria. Donde predomina la temporalidad de los contratos y los bajos
salarios. Hemos visto que la renta de los extranjeros es aproximadamente un 30%
inferior que la de los trabajadores nativos, aunque trabajen igual o más que ellos.
En cuanto a la hipótesis de que hay inmigrantes que ocupan altos cargos y puestos de
responsabilidad en empresas españolas, hemos verificado que efectivamente es así. Son
puestos de directores o gerentes ocupados principalmente por extranjeros cualificados
procedentes de la Unión Europea (63%). También este colectivo destaca en los empleos
de técnicos y profesionales científicos e intelectuales (65%).
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Sin embargo, en relación a la hipótesis de que los trabajadores extranjeros trabajan a
costa de los trabajadores autóctonos, se ha demostrado que es falso. Todo lo contrario.
Los inmigrantes además de trabajar crean nuevos puestos de empleo. Desempeñan
trabajos que difícilmente serían llevados a cabo por los trabajadores autóctonos bien por
sus precarias condiciones laborales bien por su bajo salario.
A modo de conclusión del presente trabajo, decir que el fenómeno migratorio forma
parte de nuestra sociedad. Debemos ser muy conscientes de ello, ya que como hemos
contemplado, la sociedad es muy cambiante e impredecible.
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ANEXO
5.1.1 Población activa extranjera por sexo (primer trimestre de 2015)
Miles de
personas
Total
Hombres 1.434,9 Mujeres 1.333,8
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA 2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA 2015.
Hombres 52%
Mujeres 48%
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4.1.2 Población activa extranjera por edad (primer trimestre de 2015)
Miles de personas Ambos sexos
De 16 a 24 años 232,2 De 25 a 34 años 854,8 De 35 a 44 años 966,0 De 45 a 54 años 504,7
De 55 y más años 211,0
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA 2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA 2015.
De 16 a 24 años 8%
De 25 a 34 años 31% De 35 a 44
años 35%
De 45 a 54 años
18%
De 55 y más años 8%
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4.2 Población extranjera según la nacionalidad (1 de enero de 2015)
Miles de
personas Extranjeros
Reino Unido 282.120 Rumanía 751.208 Marruecos 749.274 China 191.341 Resto 2.744.921
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del INE 2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del INE 2015.
Reino Unido 6%
Rumanía 16%
Marruecos 16%
China 4%
Resto 58%
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4.5 Población asalariada extranjera según la procedencia (primer trimestre de 2015)
Miles de
personas Extranjeros no
comunitarios
Extranjeros
latinoamericanos
Resto de
extranjeros
Extranjeros de la
UE
Asalariados 126,0 604,9 458,8 705,5
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA 2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA 2015.
No comunitarios 7%
Latinoamericanos 32%
Resto 24%
UE 37%
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4.5.1 Población activa extranjera por sector económico (primer trimestre del 2008)
Miles de personas Ambos sexos
Agricultura 194,2 Industria 371,9 Construcción 755,8 Servicios 1.895,2 Parados que han dejado su último empleo
hace más de 1 año
79,4
Parados que buscan primer empleo 59,9
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA 2015.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA 2015.
Agricultura 6%
Industria 11%
Construcción 23% Servicios
56%
Parados que han dejado su último empleo hace más
de 1 año 2%
Parados que buscan primer
empleo 2%
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4.5.2 Población activa extranjera por ocupación (primer trimestre del 2015)
Miles de personas Extranjeros
Unión Europea
Extranjeros
Resto de
Europa
Extranjeros
América
Latina
Extranjeros
Resto del
mundo y
apátrida
1 Directores y gerentes 37,3 4,0 8,6 9,4
2 Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 111,4 13,0 30,7 15,0
3 Técnicos; profesionales de apoyo 53,3 8,4 16,7 11,9 4 Empleados contables, administrativos y otros empleados de
oficina
51,9 4,8 25,3 9,1
5 Trabajadores de los servicios de restauración, personales,
protección y vendedores
187,1 31,6 210,9 181,4
6 Trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero,
forestal y pesquero
22,6 0,6 12,8 15,7
7 Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias
manufactureras y la construcción (excepto operadores de
instalaciones y maquinaria)
120,8 17,9 71,1 64,5
8 Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores 62,2 9,4 27,4 24,0
9 Ocupaciones elementales 211,4 52,0 266,1 235,7
Han dejado su último empleo hace más de 1 año 134,5 25,8 116,6 144,7
Parados que buscan primer empleo 20,1 2,8 25,8 62,4
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA 2015.
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Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la EPA 2015.
1 Directores y gerentes 2%
2 Técnicos y profesionales científicos e intelectuales
6% 3 Técnicos; profesionales de apoyo
3%
4 Empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina
3%
5 Trabajadores de los servicios de restauración, personales,
protección y vendedores 22%
6 Trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero,
forestal y pesquero 2%
7 Artesanos y trabajadores cualificados de las industrias
manufactureras y la construcción (excepto
operadores de instalaciones y maquinaria)
10%
8 Operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores
5%
9 Ocupaciones elementales 28%
Han dejado su último empleo hace más de 1 año
15%
Parados que buscan primer empleo
4%
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4.6.3 Ganancia media anual del trabajador según la procedencia (2012)
Ganancia media anual
por trabajador
España 23.232,42 Unión Europea (menos España) 17.442,86 Resto de Europa -14.482,50* América Latina 14.280,32 Resto del mundo 14.396,72
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del INE 2015.
*Cuando la casilla está marcada con un signo '-' antes del dato, indica que el número de observaciones muestrales está comprendido entre 100 y 500, por lo
que la cifra no es estadísticamente significativa y está sujeta a gran variabilidad.
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