la experiencia es poder. aproximaciones a los nuevos valores en arte contemporaneo
Post on 03-Mar-2016
213 Views
Preview:
DESCRIPTION
TRANSCRIPT
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 1
OBSERVATORIO. Un desprendimiento del Taller de Reflexión en Arte Contemporáneo/TRAC Taller de escritura y experiencia del arte actual – Profesora Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – Amigos del MALBA
La experiencia es poder
Aproximaciones a los nuevos valores en arte contemporáneo
«Ha llegado a ser evidente que nada referente al arte es evidente: ni en él mismo […]
ni siquiera en su derecho a la existencia. El arte todo se ha hecho posible, se ha franqueado
la puerta a la infinitud y la reflexión tiene que enfrentarse con ello.» Theodor W. Adorno
«I Want to Spend the Rest of My Life Everywhere, with Everyone, One
to One, Always, Forever, Now.» (Quiero pasar el resto de mi vida en todos lados, con todos, uno a uno,
siempre, por siempre, ahora). Damien Hirst (título de su autobiografía editada en 1997)
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 2
Nos rodeamos de arte, visitamos exposiciones, hacemos turismo arty en
nuestras visitas a otras ciudades, valoramos al arte. ¿por qué? Porque,
entre otras razones, encontramos un placer allí: un placer estético. Y sin
embargo, en los últimos tiempos, ese placer es cada vez más complejo de
alcanzar. Algunas obras de arte contemporáneas parecen decididas a estimularnos desde otro lugar, no ya
el estético, el bello, el perfecto. Y allí está el arte: en todos lados, cuando es con minúscula; en los museos,
cuando lleva la mayúscula por estar parada sobre un pedestal de marmol institucional. El propio museo
tuvo que adaptarse para no volverse una contradicción en sí mismo, para no ser un espectáculo de la
temporada pasada. Museo de Arte Contemporáneo ¿es una contradicción de términos? En definitiva, las
obras que ingresan a un museo son proyectadas hacia un “pasado del futuro”, algo así como una promesa
de papel estelar en un futuro anticipado. Muchas veces hay declaraciones de curadores, críticos e
historiadores que operan para construir ese futuro. Una suerte de profecías
autocumplidas. Pero.. ¿sucede en el Museo el arte contemporáneo? Si no sucede allí, ¿dónde
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 3
es que “pasa” el arte contemporáneo? ¿en la vida misma? De alguna manera, aquella lucha vanguardista
por la des-‐limitación del arte y la vida se logró… aunque de una manera un tanto irónica. Me refiero al
consabido fracaso de las vanguardias en su asimilación por la industria cultural (y aquí podemos retomar
el problema de los museos arriba esbozado). El fracaso de las vanguardias históricas es el logro actual de
la industria cultural, el arte hecho entretenimiento. Pareciera que la tragedia a la que la cultura estaba
pronosticada, dicho por Nietzsche, llegó a ser tal. El motor del cambio, en un principio el bienestar y la
libertad del hombre, es en la actualidad el alimento del mercado, que oculta este hecho para disfrazarse
de contratos sociales y beneficios democratizados. Y
si el museo quiere seguir vivo en el siglo XXI –claro
que quiere-‐ tendrá que cada vez parecerse más a un
parque de diversiones.
Cuánta veces nos habremos parado frente a una
obra que suscitó
dentro nuestro la
genuina pregunta
¿y esto es arte?.
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 4
Sabemos que estamos frente a un objeto del mundo del arte porque una serie de dispositivos nos lo
indican: nos han invitado a una exposición, hemos llegado hasta una galería de arte, carteles dicen que
“eso” lo hizo un artista y en definitiva, otros como nosotros, también se han parado en silencio frente a
ese “objeto” en actitud de contemplación. Verificamos, entonces, que todo lo que lo rodea pertenece al
mundo del arte… sin embargo, la pregunta persiste: ¿y esto es arte?
Placeres temporales
Casos como éste se dan hoy porque, como en la cita de
Adorno, nada en arte es ya evidente. Las obras que exigen
ese tipo de preguntas son, justamente, aquellas en las que
ya no hay nada propio (propio de la obra) que haga
evidente su estatuto de obra de arte. Entonces, ¿qué
empieza a entrar juego? ¿cómo entender estas obras? ¿a
qué tradiciones, si la hay, se pueden ligar? ¿qué pasó con
ese primario y perseguido placer estético?
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 5
Disfrutar el arte actual es un gran desafío, implica afrontar el giro copernicano del arte desde la gran
ruptura que introdujo Duchamp hasta la actualidad, plagada de controversias. Una actualidad donde el
placer ha pasado de ser estético a ser uno teorético y donde el espectador es exigido a componer él
mismo la obra… porque de Duchamp a esta parte “la obra la hace el espectador”.
[SOBRE PLACER TEORÉTICO
SEGUIREMOS TRABAJANDO EN EL TALLER]
El medio es el mensaje
Partamos del siguiente supuesto: la naturaleza del arte contemporáneo es la de un tiempo histórico que
compartimos.
Podemos estar más o menos de acuerdo con esta idea, siempre podríamos enriquecerla y complejizarla
un poco más. Pero acaso, el arte contemporáneo ¿no está ya bastante complejizado? Esta complejidad
¿es propia de las obras de arte o del sistema del arte? ¿qué nos aporta esta idea de compartir tiempos
históricos?
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 6
La obras actuales se nutren de fenómenos contemporáneos, ya sean
estos hechos, dispositivos o dinámicas. El artista contemporáneo sabe
que su obra está destinada a un final abierto. Que ya no se puede
perseguir un sentido final, dado que con cada nuevo espectador, la obra
vibrará de manera diferente. La contemporaneidad modela nuestra
forma de pensar, de conocer, de construir realidad. Si
“contemporaneidad” suena a término muy vago, tomemos un indicador
elocuente, la tecnología y cómo ésta determina nuestra manera de
entender el mundo. Tal vez uno de los más citados en teorías artísticas
de finales del siglo XX, Marshall McLuhan, nos alentó a reconocer que los
medios de comunicación que usamos y nos rodean tienen un impacto en
nosotros mismos, un impacto que va más allá de los contenidos transmitidos a través de ellos. La
tecnología determina, y a veces es una condición de posibilidad, de los modos de ver de cada época.
Tomemos a internet y la manera en que hoy se conoce “el mundo”. Pensemos en cómo era el mundo
cuando nosotros éramos chicos. ¿qué tamaño tenía? ¿qué posibilidades reales concebíamos de visitarlo
todo? ¿cuántos países, culturas, sociedades conocíamos y cuánto sabíamos sobre ellos? Si alguna vez se
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 7
dijo que “el saber es poder” sin dudas hoy ese mismo poder devaluó terriblemente. Porque el saber está
diseminado, es plausible de estar al alcance de todos. Sin intenciones de profundizar sobre el giro
epistemológico de nuestros tiempos o sobre los límites y alcances del conocimiento en internet, les pido
se imaginen cómo piensa “el mundo” un niño hoy, qué imagen de él tendrá, cuántas ganas de conocerlo
tendrá y qué cantidad de datos sobre países, culturas y sociedades perdidos de los cuatro rincones podrá
recabar. Si el conocimiento ya no es un poder ¿qué lo reemplazó? ¿qué tiene valor hoy? Arriesgo una
hipótesis, el valor estará en lo que uno pueda hacer con toda esa información “democratizada” al final del
día y en las experiencias que uno
realmente viva. Retomando la idea del
final abierto de las obras
contemporáneas, a la luz de lo dicho
recién: imagínense qué nuevas lecturas
se pueden hacer y se podrán seguir
haciendo atravesadas por nuevos
modos de entender el mundo.
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 8
La lección de la estampa japonesa
Cuando decimos que la naturaleza del arte
contemporáneo es la de un tiempo histórico que
compartimos estamos haciendo referencia al
material todo-‐terreno y amorfo del que se nutren
los artistas. Ese material, a diferencia de épocas
pasadas, ya no tiene como fundamento la necesidad
de imitar la naturaleza (en busca de la perfección
que allí se encontraba como destilación de la
creación divina), o de crear belleza (una vez más, persiguiendo
la perfección divina). Hoy es evidente para todos que la
perspectiva monofocal es sólo una manera, entre otras, de representar lo visto. Edouard
Manet (1832-‐1883) en su retrato de Emile Zolá nos muestra al escritor en el estudio del pintor,
con un libro abierto, probablemente L’histoire des peitres frecuentemetne consultado por
aquel. Sobre el escritorio, elementos que nos hablan de la profesión de Zolá y detrás de la
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 9
figura sentada un buen número de imágenes, recortes y reproducciones: los referentes de Zolá y de toda
su generación. Encontramos una reproducción de Baco de
Velázquez; otra miniatura de Olympia del mismo autor de
la pintura (autocitándose, autoavalándose. ¿Actitud
Warhol avant la lettre?) y algunas imágenes orientales,
entre ellas la de un luchador japones de Utagawa Kuniaki II.
Esas imágenes son mucho más que un juego de “cuadros
dentro de cuadros”, son una declaración de principios.
Parece estar diciendo, a caballo de la voz del padre de la
novela realista “Ahora, se pinta así. Ahora, se piensa así”.
Convive lo más escandaloso del arte francés (Manet sacaba canas verdes a los críticos del mundo del arte
por aquel entonces) con la pintura japonesa, reposada, distinta. Somos testigos del choque de dos
culturas, de dos modos de representación completamente distintos y de la apertura a nuevas
posibilidades. Manet sabe que no hace falta usar la perspectiva monofocal para seguir representando,
Almuerzo sobre la hierva es su ejercicio más audaz. Cansados de pintar cómo la Academía lo indica, se
asomaron a otros modos de representación. Otros modos que evidenciaban más directamente los
problema de la pintura, la composición, el color, en definitiva, los temas del lenguaje del arte.
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 10
Perspectivas no hay una sola
Porque la perspectiva monofocal es, simplificando,
sólo una postura entre otras. Una postura que
colocaba al hombre en el centro de la construcción
espacial, porque ese hombre (que no era mujer,
no podía serlo) era el que podía mejorar la naturaleza
con sus ideas. Porque aquélla, la naturaleza, era
imperfecta, mientras que la mente humana, la razón,
todo lo podía. De esta concepción nace la idea de
genio renacentista de la que Miguel Angel es su más
acabado modelo. Y a pesar de los siglos que nos
distancian, todavía hay muchísimos espectadores
de arte que exigen esa belleza, esa perfección y esa
genialidad a las obras.
Anteriormente, se creía (y algunos todavía lo hacen)
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 11
que la realidad existe allí, objetiva y pasivamente, en el afuera esperando a ser
descubierta por nosotros. En este sentido, habría una realidad bella, o una realidad
perfecta, etc. Las obras de arte deberían, entonces, alcanzar alguna de estas
realidades pudiendo o no lograrlo, pudiendo o no fallar. Una obra podía ser
calificada de mala porque no respondía a cánones establecidos, por ejemplo, por
la Academia (pregúntenle a Manet). Una
obra podía no ser valiosa porque técnicamente
no representaba un desafío. En cada caso, estamos frente a valoraciones
que se sostienen sobre verdades precedentes. Podemos leer
entre líneas proposiciones que son falseadas o cumplidas. Por
ejemplo, la Academía decimonónica planteaba entre líneas una
proposición: el gran arte es el que presenta una buena composición, figuras desnudas y temas históricos.
Cualquier obra que estuviera por fuera de estas ideas sería, entonces, un
arte menor. Los invito a que descubran leyendo entre líneas los
preconceptos que sostienen las producciones del pasado. Visiten los
museos de arte intentando determinar los cánonoes de la época, las
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 12
modas, los lugares comunes y probablemente encontarán un perfil de lo que se pretendía de “buen
gusto” en esos años. Porque el museo es en general un relato del “buen gusto”, que nunca es homogéneo
ni natural, sino construido e impuesto.
De lo que no se puede hablar, mejor es callarse.
Cada proceso humano de construcción de significados tiende a crear su
público pero, sobre todo, tiende a incluir prácticas anteriores. Este
hábito asegura que ciertas cosas ocurran. La mente humana concibe
regularidades, tendemos a crear y reproducir identidades. Así es cómo
el público general del arte construyó su hábito en torno a valores
modernos de mímesis, belleza, técnica y perfección. Gracias a los
filósofos del lenguaje como Pierce y Wittgestein, hemos podido pensar
esta realidad de otra manera. Ellos aseguran que el pensamiento
moderno confundió la aseveración con la esencia de la realidad. Vale
decir, confundió lo que uno puede decir de la realidad con la realidad
misma. Cuando en realidad nuestro control sobre los hechos es
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 13
totalmente limitado. Todo conocimiento adquirido durante la vida, es necesariamente mínimo en
comparación con todo lo posible por conocer. El gran paso adelante, humilde y lleno de dudas, que da
Wittgestein con su pensamiento es dejarnos el lugar para aceptar lo paradójico del conocimiento.
“Cuándo yo sé algo, me doy cuenta que no comprendo todo”. Esta revelación fue necesaria para pensar
la apertura del arte, porque cada obra será una proposición, un mundo de posibilidades, dentro de
muchos mundos posibles. El significado de cada obra de arte adquiere completud en la recepción.
De los pies a la cabeza
El arte contemporáneo renuncia a toda verdad precedente a la idea, a la
creación imitadora del artista y al ideal de la contemplación pasiva. La
belleza será atemporal: no existe una forma perfecta, se la construye; la
verdad no existe: no se busca imitar o verificar proposiciones instaladas, se
la supera; la contemplación será activa: se renuncia a un espectador
pasivo, ahora él también crea.
Al involucrar al propio observador en la constitución del objeto estético el
arte libera a la recepción estética, la amplía y le cambia su valor: de la
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 14
pasividad contemplativa a la acción cognitiva. Es por eso que para pensar en arte contemporáneo
tenemos que hacer una teoría de la recepción capaz de abarcar, por encima de las tradicionales
definiciones de la postura contemplativa, la actividad estética exigida por el espectador.
El espectador es invitado a reflexionar interrogando a la obra, apelándola. Para algunos artistas esto se
ilustró de manera más o menos explícita. Para algunos, se resolvió introduciendo objetos de la vida
cotidiana, totalmente
indiscernible del mundo
heterogéneo al arte. Para
otros, el placer reflexivo
radicaría en el uso de
conceptos, más o menos
áridos, de la palabra, del
juego lingüístico.
Para otros, persiguiendo una urgencia, la noción de espectador activo se lograba invitándolo a tocar la
obra, a accionar, a jugar o a ser parte de un suceso. Paulatinamente, el espectador con su cuerpo se irá
acercando a la obra. Si antes la caminaba de un lado al otro, ahora la estará tocando o incluso, será su
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 15
propio cuerpo parte del dispositivo de la pieza. Y si hablo de cuerpo es porque buena parte del cambio de
paradigma tiene que ver con él, con sentir, con experimentar. No se trata de la vieja rencilla entre cuerpo
y mente, en rigor, no existe tal diferencia. Pero durante siglos, el logos dominaba y con él las ideas
preconcebidas encasillaban las posiblidades del arte. Con el cuerpo, sintiendo; con los pies, recorriendo;
con las manos, tocando; completamos la idea, percibimos los dispositivos. Hacemos la experiencia del arte
contemporáneo.
[SOBRE EL CUERPO EN EL ARTE
SEGUIREMOS TRABAJANDO EN EL TALLER]
Por siempre, ahora*
Damíen Hirst eligió como título para su autobiografía de 1997
(citado en el epígrafe de este texto) una frase que da cuenta de la
profunda superficialidad a la que conduce la urgencia por
convertirse en una celebridad, tan en la línea de la auto-‐promoción
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 16
warholiana, mientras que al mismo tiempo lo abraza sin reservas. Le habla a un potencial lector desde un
lugar que todo libro quisiera alcanzar: estar en todos lados. ¿Algo similar pediría a una obra de arte?
Probablemente no (en lo económico, pluralizar, significaría la ruina), pero en su estudiada inocencia, en su
cándida naïveté, en su salvaje esperanza dentro del cinismo general de la frase, captura mucho de lo que
la generación de artistas como Hirst siente que tienen que hacer por
su arte. Tomado en su valor nominal, se mueve de una
extrema soledad a una total proximidad, de la
alienación
individual a la completa unidad, de la unicidad espacial a la unidad planetaria, desde una particularidad
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 17
personal a una generalidad total, de lo singular a lo universal –y
esto de manera instantánea, constante y eterna. Para ser, en una
palabra, contemporáneo con uno mismo, con los otros, con cada
cosa del mundo y con todo el tiempo. Hirst, entre otros, desea
esto, aún sabiendo que es imposible. La experiencia de lo
contemporáneo.
Todo llegamos a mundos que ya están formados por otros que
también son contemporáneos, en diversas instancias de
negociación del término, y quienes a su vez estarán luchando por comprender las reglas del juego
estipuladas entre ellos y sus no-‐contemporáneos antes, ahora y después que ellos. La historia nace de
esta separación, de esa negociación. De la misma manera, nace el arte. El planeta en sí mismo avanza en
este despliegue, las especies animales así se mueven, los paradigmas de pensamiento pasan uno tras otro:
cada uno de estos procesos se mueve a su paso inexorables–aunque repentinamente, parece que debido
a nuestra impaciencia, lo hacen de manera precipitada. La humanidad siempre ha necesitado conjurar
narrativas de contemporaneidad. Ahora, lo hacemos con un grado de urgencia tal que, al parecer, no se
atreve a tomarse descansos para chequear si existen relatos precedentes. La coexistencia de
temporalidades distintas, de diferentes formas de ser en relación al tiempo, experimentadas en el medio
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 18
de una sensación de que varias temporalidades están sucediendo y terminando, es una profunda marca
de nuestra contemporaneidad: la sensación de ser en el tiempo de hoy, de ser contemporáneos. Las obras
de arte más contemporáneas, nos hablan de(sde) esta sensación.
[SOBRE HETEROTOPIAS Y TIEMPOS SEGUIREMOS TRABAJANDO EN EL TALLER]
El fin de lo homogéno o la convivencia de mundos heterotópicos.
No es mi idea hacer una apología de la subjetividad, ya que bastante nos
tiene tiranizados, sino traer a este análisis de arte contemporáneo una
dimensión que es vital hoy. Cuando los grandes relatos que explicaban el
mundo caen, emergen los pequeños relatos. Junto con esas verdades
preconcebidas, caen otras verdades que tocaban al sujeto, su identidad, sus
gustos, sus deseos. Hoy, tras la implosión, en lugar de haber un gran mundo
se siente como si estuviéramos en un cóctel de pequeños mundos. Tras la
experiencia de los totalitarismos, estos pequeños mundo no buscan
imponerse por sobre otros. Buscan ser escuchados, y a lo sumo, tolerados.
Mutatis mutandi, en el mundo del arte internacional ya no podemos ni siquiera hablar de escuelas.
¿Ismos? Para nada. Entonces de qué sí podemos hablar: de identidades, de grupos etarios, de obras que
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 19
hacen mundo, de seguidores de artistas que adhieren a ese mundo porque se sienten identificados.
Heterotopías. Me gusta traer una imagen que es política, pero que funciona para explicar esto. En los años
setentas, se pedía que cambie el mundo. Los gobiernos debían caer para ser reemplazados de principio a
fin, por nuevos gobiernos. Con el surgimiento en los 90s del Frente Zapatista por al Liberación Nacional,
aparece un nuevo tipo de reclamo en sintonía con
un nuevo tipo de identidad. Los zapatistas no quieren
que se vayan todos. Ni siquiera pretenden el poder
hegemónico. Ellos sólo quieren ser reconocidos
como ciudadanos, con derechos y obligaciones,
que no es poco. Creo que hay allí un cambio radical
en términos del alcance de nuestras ideologías.
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 20
Durante la antes mencionada modernidad se creía, a
grandes rasgos, en un modelo del mundo que estaba
dado, acabado y objetivamente delante de nuestros ojos
para ser descubierto. El papel de las obras de arte sería
el de desvelarnos este mundo, el papel de hacernos
llegar a un “valor absoluto” de lo bello. Este es el
espíritu de la Utopía de la modernidad: la utopía
unificante. Sabemos que esta Utopía no se concretó hoy
tal cual fue planteada y promovida por sus diversos
militantes. Sin embargo el filósofo del arte Gianni
Vattimo sostiene que sí estamos frente a la realización de esta utopía estética, la cual sufrió una inevitable
transmutación ya que, para concretarse, tuvo que volverse Heterotopia.
La utopía se realizó “como un despliegue de la capacidad del producto estético – señala Vattimo y agrega
que ya no se podría hablar de obra sin más-‐ para ‘hacer mundo’, para crear comunidad”. De esta forma,
la realidad posmoderna es el resultado de un entrecruzamiento de múltiples imágenes, interpretaciones y
reconstrucciones que se yuxtaponen proponiendo varios mundos y valores de lo bello, creando
experiencia, reconociendo comunidades de valores.
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 21
La experiencia de lo bello así resignificada se da como un reconocimiento de modelos que hacen mundos
y que nos identifican, pero que al mismo tiempo, nos hablan de y desde lo múltiple. Vivimos
identificándonos con pequeños momentos de belleza, haciendo alrededor de ellos comunidad,
construyéndonos a cada paso porque sabemos muy bien que no hay una Realidad por descubrir, sino una
infinita cantidad de realidades por tejer.
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias
Parque Chas, Febrero 2011
Listado de imágenes:
1. Guggenheim de Bilbao, obra de Frank O. Gehry
2. Richard Wright ganador del Turner Priza 2009
3. Francoisis Davin Le blues de lescalier
4. Oscar Masotta, El mensaje fantasma, 1967 [afiches
callejeros y emisión televisada]
5. Joseph Beuys impartiendo una clase en la Universidad
de Dusseldorf
6. Edouard Manet Portrait d'Émile Zola, 1868
7. Edouard Manet, Déjeuner sur l'Herbe, 1863
Lic. Mariana Rodríguez Iglesias – taller – A.MALBA agosto/septiembre 2011 22
8. Rafael Sanzio, Lo sposalizio della Vergine, 1504
9. William A. Bouguereau, Les Oreades, 1902
10. Jaques-‐Louis David, Le Serment des Horaces
11. Jaques-‐Louis David, L'intervention des Sabines, 1799
12. Victor Man, Untitled (we die), 2008
13. León Ferrari, Santos custodiados por Exús, s/f
14. Leopoldo Estol y amigos. vista de la exposición La
mañana del mundo, Galería Ruth Benzacar, marzo
2008 (4 imgs)
15. Sandro Pereira, Autorretrato sobre árbol, 2004
16. Pablo Suárez, Exclusión, 1999
17. Pablo Suárez, Los que comen del arte, 1993
*/ traducción libre de Terry Smith, “Introduction: Contemporary Art Inside Out” en What’s contemporary art, pp. 3-‐4
El material precedente es parte del taller “OBSERVATORIO. Un desprendimiento
del Taller de Reflexión en Arte Contemporáneo/TRAC”. El mismo no puede ser
reproducido ni de manera total ni parcial sin la autorización de su autora.
top related