justificados ante dios

Post on 07-Jan-2016

38 Views

Category:

Documents

0 Downloads

Preview:

Click to see full reader

DESCRIPTION

JUSTIFICADOS ANTE DIOS. Lectio divina domingo XXX T.O. Ciclo C 27-10 2013- Sociedad Bíblica España Música: Reiki. Wav Montaje: Eloísa DJ. Avance Manual. JUSTIFICADOS ANTE DIOS. - PowerPoint PPT Presentation

TRANSCRIPT

Lectio divina domingo XXX T.O. Ciclo C 27-10 2013- Sociedad Bíblica España Música: Reiki. Wav Montaje: Eloísa DJ

Avance Manual

JUSTIFICADOS ANTE DIOS.

Jesús contó esta otra parábola para algunos que se consideraban a sí mismos justos y despreciaban a los demás:

“Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma.

El fariseo, de pie, oraba así: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Ni tampoco soy como ese cobrador de impuestos. Ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.’ .’

A cierta distancia, el cobrador de impuestos ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ‘¡Oh Dios, ten compasión de mí que soy pecador!’

Os digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa perdonado por Dios; pero no el fariseo. Porque el que a sí mismo se engrandece será humillado, y el que se humilla será engrandecido.”

Lucas 18:9-14

En su contexto original, Jesús expuso esta parábola ‘para algunos que se consideraban a sí mismos justos y

despreciaban a los demás’ (versículo 9).

Esta es la clave para entender el pasaje.

Gran parte de la enseñanza de Jesús en el evangelio de Lucas es una puerta abierta para que entren por ella al Reino de Dios los pecadores dispuestos a arrepentirse.

Por el contrario, los fariseos

parecen empeñados en dejar afuera a los pecadores.

Jesús utiliza los comportamientos del fariseo y del recaudador de impuestos para

que resulte evidente su

opinión.

A la gente que se reunía en torno a Jesús le resultaban muy familiares las características de los dos personajes

que retrata.

Del recaudador de impuestos se da por supuesto que es corrupto: ¿qué otra cosa cabía esperar de un recaudador

en connivencia con los romanos, paganos y ocupantes del país?

Los fariseos, por así decirlo, eran los

‘piadosos oficiales’.

No había nada que hubiera de

saberse sobre la ley religiosa y la

manera de observarla que

ellos no supieran.

Eran ‘oficialmente buenos’.

No eran más que marionetas en manos de las autoridades romanas para las que exigían de

sus compatriotas el pago de los impuestos,

a la vez que se enriquecían recaudando mucho más de lo debido.

La intención de Jesús al utilizar a estos dos

personajes aparece ahora más clara.

El fariseo reza de manera orgullosa y arrogante, fijándose tan sólo en lo que él

hace bien y los demás hacen mal.

Se olvida de confesar sus pecados.

El recaudador de impuestos hace lo contrario.

Sabía que necesitaba el perdón de Dios.

Y, al reconocer sus pecados ante Dios, se muestra dispuesto y es capaz de recibir el perdón y la gracia de

Dios.

No así el fariseo, que por eso no recibe la gracia de Dios.

Nosotros nos Nosotros nos encontramos en la misma encontramos en la misma

situación: situación:

cada uno de nosotros ha cada uno de nosotros ha pecado, y cada uno pecado, y cada uno

necesita del perdón de necesita del perdón de Dios.Dios.

Es cierto que el movimiento de los fariseos buscaba que Es cierto que el movimiento de los fariseos buscaba que se produjese una renovación religiosa entre los judíos de se produjese una renovación religiosa entre los judíos de

tiempos de Jesús.tiempos de Jesús.

Por desgracia, no fueron capaces de aceptar el mensaje de Jesús.

No supieron verle como el enviado por Dios para salvar a la

humanidad.

Hicieron frente a

Jesús, al que consideraba

n un impostor, y

se negaron a creer en él.

Considera las razones por la que Dios odia el

pecado.

¿Cuál es tu actitud ante el pecado en tu propia vida?

¿Te lo tomas en serio y buscas el perdón?

¿O lo disculpas comparándote con los demás y pensando que eres mejor que ellos y que por

eso eres justo?

Considera este pasaje de 1 Juan 1:8-9:

“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros; pero si

confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos

limpiará de toda maldad.”

¿Pides perdón por tus pecados?

Los católicos saben que pueden confesar sus pecados a un sacerdote y recibir el perdón de Dios.

Podemos caer fácilmente en la trampa de juzgar a quienes no están a la altura de las cotas que nosotros

mismos marcamos.

¿Por qué es esto tan peligroso?

¿Cómo podemos evitarlo?

¿Qué actitud deberíamos adoptar?

Reflexiona sobre la lectura del evangelio

de hoy.

Que Dios te revele las zonas de pecado que necesitas corregir.

Jesús contó esta otra parábola para algunos que se consideraban a sí mismos justos y despreciaban a los demás:

“Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma.

El fariseo, de pie, oraba así: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Ni tampoco soy como ese cobrador de impuestos. Ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.’ .’

A cierta distancia, el cobrador de impuestos ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ‘¡Oh Dios, ten compasión de mí que soy pecador!’

Os digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa perdonado por Dios; pero no el fariseo. Porque el que a sí mismo se engrandece será humillado, y el que se humilla será engrandecido.”

Lucas 18:9-14

Piensa si no habrás dado por sentado el perdón

desde Dios.

Dale gracias a Dios por su misericordia

y reconoce que dependes de él.

Utiliza los Salmos 34 y 51 para hacer más fecundo el tiempo

que hoy pases con Dios.

SALMO 34

Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza;Yahveh mi alma se gloría,¡óiganlo los humildes y se alegren!

Engrandeced conmigo a Yahveh , ensalcemos su nombre todos juntos. He buscado a Yahveh , y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores.

Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante. Cuando el pobre grita, Yahveh oye, y le salva de todassus angustias. Acampa el ángel de Yahveh en torno a los que le temen y los libra.

Gustad y ved qué bueno es Yahveh , dichoso el hombre que se cobija en él.

Temed a Yahveh vosotros, santos suyos, que a quienes le temen no les falta nada. Los ricos quedan pobres y hambrientos, mas los que buscan a Yahveh de ningún bien carecen.

Venid, hijos, oídme, el temor de Yahveh voy a enseñaros. ¿Quién es el hombre que apetece la vida, deseoso de días para gozar de bienes?

Guarda del mal tu lengua, tus labios de decir mentira;

apártate del mal y obra el bien, busca la paz y anda tras ella.

Los ojos de Yahveh sobre los justos, y sus oídos hacia su clamor, el rostro de Yahveh contra los malhechores, para raer de la tierra su memoria.

Cuando gritan aquéllos, Yahveh oye, y los libra de todas sus angustias;

Yahveh está cerca de los que tienen roto el corazón. él salva a los espíritus hundidos.

Muchas son las desgracias del justo, pero de todas le libera Yahveh; todos sus huesos guarda, no será quebrantado ni uno solo.

La malicia matará al impío, los que odian al justo lo tendrán que pagar.

Yahveh rescata el alma de sus siervos, nada habrán de pagar los que en él se cobijan.

SALMO 51

Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito, lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame.

Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí; contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí. Por que aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas.

Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre. Mas tú amas la verdad en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la sabiduría.

Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve.

Devuélveme el son del gozo y la alegría,

Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas.

Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva; no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.

Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame; enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación, y aclamará mi lengua tu justicia; abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.

Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas.

El sacrificio a Dios es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.

¡Favorece a Sión en tu benevolencia, reconstruye las murallas de Jerusalén!

Entonces te agradarán los sacrificios justos, - holocausto y oblación entera -se ofrecerán entonces sobre tu altar novillos.

Considera su fidelidad y su misericordia.

FIN

top related