joaquín clausell

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José Joaquín Quirico Marcelino Clausell Franconis

1866 - 1935

• nació en Campeche en 1866.

• Pasó, sin embargo, importantes períodos de su vida en Nueva York y París.

• Estudió abogacía en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y en su juventud fue un reputado caricaturista.

• Esta afición lo vinculó con el periodismo y la crítica sociopolítica, por lo que en 1893 fundó un periódico llamado “El Demócrata” (en el que los izquierdistas hermanos Flores Magón colaboraban también) en abierta oposición al régimen dictatorial de Porfirio Díaz.

• La corta vida de esta publicación terminó con la clausura ordenada por el gobierno y les costó la prisión a Clausell y a su socio Francisco Blanco, quienes purgaron condenas en la Cárcel de Belén (el Palacio de Lecumberri, descrita por el norteamericano Dwight Worker como "La punta llena de pus del grano del culo del mundo"), de donde el pintor escapó unos seis meses después.

• Clausell pisaría esta prisión en otras ocasiones, pues se consideraba un promotor de la libertad de expresión “resuelto a todo”, cualidad que desarrolló en publicaciones como el proscrito periódico El Hijo del Ahuizote y apoyando a opositores como Heriberto Frías.

• Clausell no se consideraba pintor y ni siquiera firmaba sus cuadros.

• Expuso su obra por vez primera gracias a la insistencia del Dr. Atl, quien lo incluyó en una exposición colectiva de los alumnos de la Academia de San Carlos, pero en 1921 expuso en la Escuela Nacional de Bellas Artes y Nueva York, donde su obra recibió grandes elogios.

• Fueron quizás estas características las que después lo hicieron recluirse voluntariamente en su estudio, en el antiguo Palacio de los Condes de Calimaya, cuando convertido en pintor decoró los muros y pintó también su importante obra de caballete, que en parte se puede admirar hoy en las salas del Museo Nacional de Arte (MUNAL) situado en el antiguo Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas, en la Calzada de Tacuba.

• Para poder contar con un espacio privado para reunirse con sus colegas y pintar, él mismo mandó construir las dos habitaciones de su estudio -su exilio en la ciudad- en la azotea del Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, que pertenecía por entonces a su esposa Ángela, hermana de su buen amigo Antonio Cervantes.

• Joaquín Clausell fue miembro y fundador del Círculo Artístico de México y abogado defensor de los poco afortunados.

• Desgraciadamente el pintor murió el 28 de noviembre de 1935 en un sospechoso y poco documentado accidente cerca de las Lagunas de Zempoala, cuando una peña sobre la que admiraba el paisaje en compañía de su amigo Carlos Busquets se desprendió de la montaña y los precipitó al fangoso vacío.

ESTUDIO DE JOAQUIN CLAUSELL EN EL ANTIGUO PALACIO DE LOS CONDES DE CALIMAYA

• Invisible en la azotea de un conocido edificio del Centro de la Ciudad de México, hoy sitiado por el comercio informal, se encuentra La Casa de las Mil Ventanas. El edificio no es otro que el Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, sede actual del Museo de la Ciudad de México (MCM), que depende de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

• Ocurre que el Palacio de los Condes de Santiago Calimaya, que inició su edificación apenas seis años después de la Conquista de México (1521) por el licenciado Juan Gutiérrez Altamirano y que fuera remodelado en el siglo XVIII en un fastuoso estilo barroco por el reconocido arquitecto Antonio Guerrero y Torres, cuya planta baja fue adaptada para accesorias comerciales a inicios del siglo XX, fue convertido en el Museo de la Ciudad de México en 1964.

• Actualmente, tras la remodelación de 1997, el Estudio de Joaquín Clausell está abierto para todos los visitantes del recinto.

• Y aunque su creador nunca lo planeó así, ahora es una maravillosa obra, adelantada a su tiempo y que todavía hoy en día sorprende por su complejidad, por su maestría, por ser un mundo en sí misma, en el que el espectador puede perderse y reflejarse durante horas enteras.

• A finales del siglo XIX, la casa de los condes de Santiago Calimaya quedó ubicada dentro del área comercial del centro y poco a poco se establecieron tiendas en los locales de la planta baja.

Los herederos de este inmueble continuaron la costumbre de rentar los cuartos. Todas las habitaciones de la planta baja y las de la planta alta del segundo patio fueron ocupados por arrendatarios, reservando para la familia Cervantes, los últimos propietarios, las habitaciones de la planta alta que rodeaban el patio principal.

De vecindad a museoLa importancia del antiguo palacio fue reconocida en 1931 cuando se declaró patrimonio nacional. Posteriormente, en 1960, el Departamento del Distrito Federal decretó que el inmueble se convirtiera en la sede del Museo de la Ciudad de México.

• Para adecuar el edificio a su nuevo uso, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez llevó a cabo la remodelación en la que las antiguas habitaciones se transformaron en salas de exhibición.

El 31 de octubre de 1964, fue inaugurado y en sus salas se montó una exposición que mostraba didácticamente el concepto de urbe.

A partir de 2002, el Museo de la Ciudad de México emprendió un cambio sustancial en sus espacios: el arreglo de la fachada, la reapertura de la biblioteca Jaime Torres Bodet, la inauguración de la librería del Pórtico y la restauración del estudio de Joaquín Clausell; el recinto en general mejoró su imagen y luego de permanecer diez años sin una exposición permanente sobre la ciudad, el 18 de noviembre de 2004 se inauguró

• Curiosamente, esta obra pasmosa, que nos arrebata el aliento y sobrecoge al espectador más avezado, no se encuentra en ningún lienzo ni entre marco alguno, tampoco en los muros de los edificios públicos ni en una colección privada. Es más, no fue concebida para ser admirada por el público, sino por el artista, su esposa y sus más cercanos amigos, pues se encuentra las paredes de lo que fue su habitación.

• En efecto, el pintor campechano se casó en 1898 con Ángela Cervantes Pliego, heredera junto con su hermano Antonio, de los Condes de Calimaya.

• En la azotea de ese edificio, Clausell construyó dos enormes cuartos que empleaba como estudio. Ahí ejecutaba sus pinturas expresionistas en el caballete y, cuenta la leyenda, limpiaba los pinceles en los muros blanqueados.

• Sus antiguos muros barrocos y su patio cuadrangular -custodiado por una sirena de piedra que tañe pacíficamente un laúd- albergan modernas salas dedicadas a mostrar la historia de la ciudad, sus diversas transformaciones a lo largo de los siglos y sus problemas con el agua.

• Sin embargo, la belleza del edificio y la acertada propuesta museográfica de sus exposiciones no son el único atractivo con que cuenta el Museo de la Ciudad de México.

• Situado en la parte más alta de esas escaleras custodiadas por leones, muchas veces invisible a las miradas de algunos visitantes que sólo buscan completar tareas escolares y realizar pronto el trámite de la visita, se encuentra el Estudio de Joaquín Clausell, el más grande representante del Impresionismo en México.

• Las paredes de esta alargada habitación fueron convertidas por este pintor (que decía no serlo) en una especie de Capilla Sixtina mexicana; ahí se conservan alrededor de 1300 pequeñas escenas -cuadros o bosquejos de cuadros- pintadas al óleo en una cautivante mezcla de paisajes, personajes mitológicos, símbolos, miradas, alegorías, espíritus y mares agitados..

• La técnica de Clausell contó con la influencia impresionista de Claude Monet y Camille Pissarro, a quienes conoció personalmente durante un exilio voluntario en París, a finales del siglo XIX. Mientras sus amigos y colegas mexicanos -incluidos Diego Rivera y el Dr. Atl- se dedicaban a la pintura simbólica y a sentar las bases del muralismo, Joaquín Clausell desarrolló un impresionismo con tintes mexicanos que puede observarse en diversas escenas de su estudio

• Sus críticos e intérpretes han visto en esta decisión de pintar en los muros una forma de expresar sus sueños y las figuras que lo obsesionaban, ya que muchos de los temas que ahí se pueden observar nunca fueron objeto de su pintura de caballete. El estudio de Joaquín Clausell representa, por tanto, una oportunidad única para conocer y recorrer el espacio íntimo de un artista, un espacio histórico que sirvió como sala de discusión para temas estéticos, vanguardistas y, sobre todo, críticos.

• La utilización pictórica de la superficie de los muros parece en un principio caótica. Sin embargo, un acercamiento mostrará que muchos de esos espacios fueron pensados por Clausell como auténticos cuadros, pues se aprecia que el yeso o el cemento fueron esgrafiados para delimitar temáticas y escenas, de manera que el visitante percibe una casi infinita colección de pinturas apiladas que ocupan hasta el último resquicio vacío, invadiéndose incluso unas a otras si es necesario.

• El estudio y sus muros son, en opinión de algunos, un mural clandestino. Para quien esto escribe es una especie de preso y contradictorio cuadro impresionista atrapado en el interior de un palacio (sí, porque esta corriente buscó siempre la pintura al aire libre y plasmar en el lienzo la impresión causada por la luz al bañar la naturaleza).

• No se trata de un caos de tachones ni de simples salpicaduras, pues si uno mira con atención, una muchedumbre va apareciéndose. Miles de rostros se revelan y nos miran como intrusos: la mujer loca que gritaba en la esquina, el médico que recorría a toda prisa las calles para curar enfermos, una procesión de plañideras que asiste a un velorio, un músico que toca sones de Jalisco guitarra en mano, una guapa andaluza con un tocado de peineta y mantilla, árboles, volcanes, Eva y la serpiente, quijotes y cristos. …

JOAQUIN CLAUSELL Y

ANGELA CERVANTESHeredera de los Condes de Calimaya

OTRO VARONCARLOS

pintor

PATRICIABiógrafa del abuelo

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