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Jornada Tcnica sobre
Mantenimiento Geotcnico de lo preventivo a lo correctivo
23 de mayo de 2012
El Mantenimiento Geotcnico de Rellenos y Desmontes
Joaqun Prez Romero
Dr Ingeniero de Caminos, C y P, MSc, DIC
Profesor de la Universidad de Mlaga
Organiza:
Escuela de Arquitectura de Mlaga
Colaboran:
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MEMORIA
1 Introduccin ______________________________________________________ 1
2 Aspectos generales _________________________________________________ 4
3 El mantenimiento geotcnico y la estabilidad de laderas __________________ 6
3.1 Factores causales de los deslizamientos y opciones de estabilizacin ___________ 6
3.2 Influencia del clima en el comportamiento de rellenos y desmontes ____________ 8
3.3 La resistencia intacta, alterada y residual del terreno y su influencia en el comportamiento de rellenos y desmontes ______________________________________ 11
3.4 Procesos de alteracin en suelos arcillosos _______________________________ 13
4 Los suelos parcialmente saturados: presencia, comportamiento y repercusiones sobre el mantenimiento de rellenos y desmontes ___________________________ 15
4.1 Naturaleza y presencia de suelos parcialmente saturados ___________________ 15
4.2 Breve introduccin al comportamiento de los suelos parcialmente saturados ___ 17
4.3 Las grietas de traccin en suelos plsticos desarrollo y consecuencias ________ 22
4.4 Efectos del clima sobre suelos compactados y explanadas ___________________ 25
5 Importancia de los procesos de alteracin el caso de las Margas Azules del Guadalquivir _________________________________________________________ 28
5.1 Aspectos generales __________________________________________________ 28
5.2 Perfil de alteracin de las Margas Azules _________________________________ 29
5.3 Discontinuidades existentes en las Margas Azules _________________________ 35
5.4 Resistencia al corte en las Margas Azules_________________________________ 36
6 Medidas preventivas y correctivas en la estabilizacin de taludes __________ 39
6.1 Actuaciones correctivas en obras de emergencia __________________________ 39
6.2 Proteccin de taludes de desmonte en regiones con climas hmedos __________ 44
6.3 Proteccin de taludes de desmonte en regiones con climas semiridos ________ 46
7 Conclusiones _____________________________________________________ 47
8 Referencias bibliogrficas __________________________________________ 50
APNDICES
APNDICE 1. Propuestas de estandarizacin en la inspeccin
APNDICE 2. Factores causantes de deslizamientos
APNDICE 3. Medidas de estabilizacin de una ladera
APNDICE 4. Ejemplos de patologas causadas por las lluvias excepcionales de 2010 en Andaluca
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1 Introduccin
Cuando se habla del mantenimiento de una infraestructura del transporte generalmente se
tiende a pensar en su fase de explotacin, pero la necesidad de mantenimiento debe tenerse
tambin presente en las fases precedentes, esto es, durante el planeamiento, redaccin de
proyecto y ejecucin de la propia obra.
Planeamiento
Proyecto
Ejecucin
Explotacin de la Infraestructura
Necesidad de Mantenimiento
Figura N 1.- mbito del mantenimiento geotcnico de una infraestructura lineal
En la fase de planeamiento se redactan los estudios de viabilidad o informativos as como
aquellas figuras recogidas en el ordenamiento urbanstico. En este momento se puede, por
ejemplo, adoptar una u otra alternativa de trazado considerando, entre otros aspectos, los de
ndole geotcnico. Se trata, por lo tanto, de disminuir en la medida de lo posible las
necesidades de mantenimiento que surgirn en el futuro, por lo que este tipo de
mantenimiento geotcnico tendra el carcter de preventivo.
En la fase de redaccin de los proyectos constructivos ocurre algo similar, en el sentido de que
los criterios de diseo finalmente adoptados estn sujetos a criterios de fiabilidad de las
soluciones proyectadas, que tienen que ser ejecutables y que deben precisar el menor
mantenimiento posible en el futuro. Una vez ms la aproximacin de mantenimiento
geotcnico es de tipo preventivo, ya que se intenta eliminar o disminuir la aparicin de
patologas geotcnicas en las fases sucesivas.
Durante la ejecucin de la propia obra la informacin relativa a los condicionantes geotcnicos
va siendo cada vez ms intensa y extensa, motivo por el cual siempre aparecen aspectos que
no fueron recogidos en las fases previas. Es preciso, en este momento, asegurar la calidad de
lo que se construye e introducir las modificaciones que se estimen oportunas sobre las
soluciones inicialmente proyectadas. La necesidad de mantenimiento geotcnico en la
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siguiente fase de explotacin estar fuertemente condicionada por aquellas medidas, de
carcter preventivo fundamentalmente, que se implementen en la ejecucin de las obras.
Durante la explotacin de la infraestructura se desarrolla plenamente su necesidad de
mantenimiento pero en ocasiones se considera, de un modo errneo, que el mantenimiento
geotcnico se limita a las obras de emergencia o de reparacin de patologas. Es evidente que
las administraciones pblicas asumen estas tareas de mantenimiento correctivo, que son
precisas en su red viaria, pero tambin desarrollan numerosas actuaciones con un marcado
carcter preventivo.
En la actualidad se dispone de una extensa red de infraestructuras del transporte en servicio
por lo que es necesario, cada vez ms, que se dispongan los medios para su mantenimiento. La
inversin en mantenimiento geotcnico ha seguido siempre criterios de optimizacin, pero las
circunstancias actuales con la mayor red de infraestructuras en servicio de todos los tiempos
y con limitaciones considerables en el gasto pblico exigen una aproximacin sostenible,
rigurosa y multidisciplinar al problema planteado.
En este documento se van a describir y a analizar aspectos relacionados con el mantenimiento
geotcnico de rellenos y de desmontes, quedando fuera de su alcance el mantenimiento de
otros elementos como por ejemplo las estructuras y los tneles.
En los rellenos y en los desmontes se realizan determinadas tareas de mantenimiento
preventivo de una forma casi peridica, como por ejemplo la limpieza de cunetas y obras de
drenaje o la reposicin de capas de firme. Se trata de actuaciones de carcter extensivo que se
realizan sobre todos los elementos que componen la red de infraestructuras y cuyos beneficios
son evidentes, siendo posible optimizar la inversin que se realiza en ellas. En algunas
ocasiones la no disposicin de presupuesto hace que no se les preste la debida atencin y es
entonces cuando aparecen patologas cuya reparacin supera con creces el coste de las tareas
de mantenimiento que no se pudieron llevar a cabo en su momento.
Hay otras actuaciones de mantenimiento geotcnico preventivo que tienen un carcter ms
selectivo, en el sentido de que se trata de identificar aquellas zonas que son ms vulnerables,
por determinados motivos, con el fin de actuar sobre ellas antes de que aparezcan patologas
graves. Tambin hay otros procesos ms complejos, como por ejemplo la alteracin de las
arcillas, que no han recibido la atencin necesaria hasta la fecha y que son causa directa de
muchos problemas.
En este documento se desarrollan aspectos generales relacionados con el mantenimiento
geotcnico y con los problemas que pueden aparecer en los rellenos y desmontes,
ofrecindose adems referencias bibliogrficas en las que se puede ampliar la informacin
aqu recogida. Los puntos que se desarrollarn, en este sentido, sern los siguientes:
Procesos de inestabilidad de laderas en los desmontes.
Influencia de los cambios de humedad en rellenos, explanadas y plataformas.
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Se ha considerado conveniente atender a los aspectos generales pero tambin es positivo
incidir en algunos puntos concretos que adquieren, en ocasiones, una gran relevancia. Algunos
de ellos requieren conocimientos especficos de Ingeniera Geotcnica, ya que incorporan
conceptos relativamente avanzados de la Mecnica del Suelo, por lo que se presentar una
breve introduccin a los mismos, ofrecindose tambin una bibliografa que permitir al lector
completar la informacin necesaria. Los aspectos especficos mencionados son los siguientes:
La inspeccin y seguimiento de infraestructuras del transporte - necesidad de
estandarizacin.
Influencia del clima sobre el comportamiento de rellenos y desmontes.
Resistencia intacta, alterada y residual del terreno parmetros operativos en la
estabilidad de laderas.
Presencia de suelos parcialmente saturados, comportamiento y repercusiones en
rellenos y desmontes.
Una vez desarrollados los puntos anteriores se aplicarn esos conceptos para un caso
concreto, el de las Margas Azules del Guadalquivir, que es una formacin geolgica con una
gran presencia en el sur de la Pennsula Ibrica, y sobre las cuales se disponen numerosas
infraestructuras del transporte que sufren diversos problemas de cara a su mantenimiento
geotcnico.
Hay situaciones en que las que est totalmente justificado acudir al mantenimiento correctivo,
como es el caso de aquellas situaciones extraordinarias que pueden presentarse con el curso
de los aos. Como ejemplo de ello se presentar un caso especial, como fue el invierno de
2009-10, durante el cual se registraron las mximas precipitaciones invernales de los ltimos
50 aos en algunas zonas del sur de Espaa (tambin fue el tercer ao ms lluvioso de los
ltimos 50 aos). El rgimen excepcional de lluvias de ese invierno supuso un duro golpe para
la red de infraestructuras del transporte, con la aparicin de numerosas patologas que las
administraciones afrontaron con la movilizacin de los recursos necesarios.
Finalmente se presentarn dos propuestas concretas de mantenimiento correctivo que estn
orientadas a mejorar la estabilidad de los desmontes frente al deslizamiento. El primer sistema
que se describe est orientado principalmente a zonas con climas hmedos mientras que la
segunda propuesta se centra en regiones con climas semiridos. En este caso se plantear la
posibilidad de colocar mantos protectores sobre los taludes de algunos desmontes, que
pueden resultar efectivos para ralentizar la alteracin y meteorizacin del desmonte as como
para controlar los cambios de humedad y, como consecuencia de los dos factores anteriores,
para aumentar la seguridad frente al deslizamiento a largo plazo, disminuir los costes futuros
de mantenimiento y recuperar la inversin realizada para su proteccin.
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2 Aspectos generales
Dado que se trata de mantener infraestructuras con un enorme desarrollo longitudinal a lo
largo del territorio es frecuente actuar en diferentes fases, siguiendo un esquema similar al
representado en la siguiente figura.
Seguimiento extensivo - general
Seguimiento intensivo - selectivo
Actuaciones preventivas
Actuaciones correctivas - obras de emergencia
Fases del mantenimiento geotcnico
Figura N 2.- Fases del mantenimiento geotcnico
En primer lugar es habitual que se realice un seguimiento extensivo de toda la red, sobre todo
en la red ferroviaria ya que se muestra algo ms vulnerable que la red de carreteras en
trminos de interrupcin del servicio. En este sentido se dispone de una excelente experiencia
en Espaa, desarrollada durante dcadas, destacando por su espritu innovador y sostenido los
contratos de inspeccin de la red ferroviaria convencional, en particular a travs de sus
estudios de riesgos geolgicos. Uno de los puntos ms importantes en esta fase consiste en la
estandarizacin de las tareas de inspeccin, de tal modo que la valoracin del estado de un
tramo no dependa de la subjetividad de aqul que lo inspecciona. En la actualidad se estn
desarrollando en Espaa grupos de trabajo y proyectos de investigacin centrados en la
estandarizacin de la inspeccin, e histricamente cabe citar las propuestas realizadas por la
UNESCO (Ver Apndice 1) a travs de su Working Party on World Landslide Inventory que
desarroll un glosario terminolgico multilingstico (UNESCO 1993) y una metodologa para
describir la actividad de una ladera (UNESCO 1993b).
Este seguimiento extensivo permite detectar, deseablemente, cules son los puntos ms
sensibles de la red viaria, siendo posible entonces acudir a una segunda fase en la cual se
realiza un seguimiento ms intensivo y selectivo. Generalmente se realizan estudios ms
avanzados de estas zonas sensibles, con mayor dotacin de medios en cuanto a las campaas
de investigacin geotcnica y a los servicios de consultora geotcnica implicados, siendo
posible, finalmente, cuantificar el riesgo geotcnico existente en esa zona.
Llegado ese momento resultar crucial realizar una reflexin para decidir qu inversin es ms
rentable en trminos de coste y beneficio. En esta tercera fase se pueden ejecutar medidas de
mantenimiento geotcnico con un marcado carcter preventivo, que eleven el factor de
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seguridad y el comportamiento general de la infraestructura a un bajo coste; para ello es
preciso un profundo conocimiento de los procesos geotcnicos implicados, lo cual se abordar
en posteriores epgrafes.
Por ltimo puede aparecer la cuarta fase, de mantenimiento correctivo, en la cual se trata de
reparar mediante obras de emergencia aquellas patologas que hayan surgido en los rellenos y
desmontes. Este tipo de situaciones se presentan, algunas veces, porque las fases anteriores
no se han realizado correctamente pero en muchas ocasiones se deben a situaciones
excepcionales que requieren tambin medidas excepcionales. En este sentido destaca, muy
especialmente, la influencia del clima sobre el comportamiento de las infraestructuras, en el
cual hay que diferenciar entre las variaciones y oscilaciones normales, dentro de unos rangos,
y la aparicin de eventos extremos, sobre todo en trminos de precipitaciones muy intensas o
estaciones excepcionalmente hmedas.
En Espaa este tipo de fenmenos se presenta con cierta regularidad y son bien conocidos los
efectos que el clima ha tenido sobre la red del transporte en las ltimas dcadas. Como caso
especial se comentarn aquellas regiones con climas semiridos, en las cuales se alternan
varios aos muy secos de sequa con inviernos muy lluviosos. La situacin registrada hasta la
fecha se ver probablemente agravada por el cambio climtico, que est generando una
mayor proliferacin de eventos extremos y cuya repercusin futura sobre las infraestructuras
es, cuanto menos, inquietante.
Con respecto a la metodologa a seguir, en el sector de la Ingeniera Geotcnica se plantean
una serie de actuaciones de mantenimiento geotcnico que estn en sintona con las fases
anteriormente descritas (ver siguiente figura).
Reconocimiento geotcnico de zonas singulares
Tareas de mantenimiento extensivas y localizadas
Seguimiento y auscultacin de puntos conflictivos
Actuaciones excepcionales ante circunstancias excepcionales
Actuaciones fundamentales de mantenimiento geotcnico
Figura N 3.- Actuaciones fundamentales de mantenimiento geotcnico
En primer lugar, una vez determinados los riesgos geolgicos generales de toda la red, es
preciso identificar las zonas singulares que se ven sometidas a un riesgo geotcnico para
plantear actuaciones geotcnicas de carcter preventivo, que pueden tener un carcter
extensivo o localizado. Como se ver ms adelante cabe plantearse medidas extensivas que
eviten o mitiguen la alteracin del terreno, con la consiguiente prdida de sus propiedades
mecnicas; tambin es posible acudir a medidas localizadas, como por ejemplo un sistema de
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drenaje profundo para aumentar la estabilidad de laderas en situacin de riesgo. Por ltimo
cabe mencionar el seguimiento y auscultacin de puntos conflictivos, que permitirn
relacionar las acciones externas (p.e. precipitaciones mximas) con la respuesta natural del
terreno (p.e. subida del nivel fretico) y sus efectos sobre la infraestructura (p.e. reduccin del
coeficiente de seguridad), siendo entonces posible establecer procedimientos de alerta e
intervencin.
3 El mantenimiento geotcnico y la estabilidad de laderas
El problema ms grave que se puede presentar en un relleno o en un desmonte es,
posiblemente, un proceso de inestabilidad de ladera por lo que es preciso que las tareas de
mantenimiento geotcnico eviten la aparicin de este tipo de patologas.
En este apartado se aborda este asunto y para ello se presenta, en primer lugar, una breve
descripcin de los factores causales de los deslizamientos y de las opciones disponibles para la
estabilizacin de laderas. A continuacin se analiza la influencia que tiene el clima sobre el
comportamiento de un talud, con referencias a los cambios de humedad que se producen en
el terreno tanto en profundidad como cerca de la superficie, a los eventos extremos de clima
que se han registrado en los ltimos aos y a las previsiones establecidas para el futuro en el
entorno actual de cambio climtico.
El siguiente punto que recibe una atencin especial es la resistencia al corte del terreno,
diferencindose entre resistencia inalterada o intacta, resistencia alterada y resistencia
residual. En este sentido resulta sustancial discernir entre los conceptos anteriores y sobre
todo es imprescindible identificar los parmetros de resistencia realmente operativos en los
diferentes procesos de inestabilidad de ladera.
Ya por ltimo, dentro de este epgrafe se describirn brevemente los distintos fenmenos de
carcter geolgico que ocasionan la alteracin del terreno y que inevitablemente supondrn
una prdida de resistencia y de las restantes propiedades mecnicas del conjunto.
3.1 Factores causales de los deslizamientos y opciones de estabilizacin
Las explanaciones de las infraestructuras del transporte estn constituidas, en su inmensa
mayora, por obras de tierra, pudiendo tratarse de tramos en desmonte, tramos en relleno,
tramos mixtos a media ladera o tramos prximos a la rasante natural del terreno. De este
modo, un buen nmero de las patologas que sufren las explanaciones estn asociadas a
procesos de inestabilidad de ladera, aunque en otras ocasiones los problemas se deben a
deficiencias en la propia explanada o plataforma, cuas de transicin, drenajes, etc.
A continuacin se explicarn las causas que provocan fenmenos de inestabilidad en cualquier
tipo de ladera, ya se trate de desmontes o de rellenos. La siguiente figura resulta til para
comprender, de un modo sencillo, las causas que generan un deslizamiento de ladera y en ella
se representa la evolucin temporal de su coeficiente de seguridad frente al deslizamiento. En
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primer lugar, el rgimen de precipitaciones (y de evapotranspiraciones) se refleja en
variaciones estacionales del coeficiente de seguridad, con un suave descenso a lo largo de los
aos causado por la meteorizacin y alteracin del terreno. Se ha representado un episodio de
lluvia intensa que genera una prdida repentina en el coeficiente de seguridad, que en este
caso logra recuperarse cuando cesan esas lluvias intensas. Posteriormente se produce una
prdida drstica en el coeficiente de seguridad debido, por ejemplo, a un proceso de erosin
en el pie del talud. Es posible apreciar, por otra parte, la diferencia entre los efectos de un
breve periodo de lluvias intensas y de un periodo sostenido de lluvias persistentes; en el
segundo caso, la bajada del coeficiente de seguridad es menor en cuanta pero ms dilatada en
el tiempo. Finalmente, se produce una sobrecarga en la coronacin del talud cuyo resultado es
que el coeficiente de seguridad llega a 1.0, producindose el deslizamiento de la ladera, y a lo
largo del tiempo la estabilidad de la ladera se agrupa en tres grandes periodos: estable,
marginalmente estable y activamente inestable.
Figura N 4.- Causas preparatorias y desencadenantes de un deslizamiento (Popescu 1984)
No existe, siguiendo esta propuesta, una causa nica para el deslizamiento, siendo preferible
asociarlo a la confluencia, a lo largo del tiempo, de varios factores causales, en lugar de sealar
al ltimo acontecimiento (en la figura se trata de una sobrecarga en coronacin) como
causante directo del deslizamiento, pero sin embargo cabe la posibilidad de clasificar los
factores causales del deslizamiento en dos grandes grupos, los factores preparatorios y los
factores desencadenantes. Si se supone que una explanacin se ha visto sometida a
circunstancias similares a las descritas por Popescu cabe plantearse las siguientes reflexiones:
En qu modo se habra evitado el deslizamiento si se hubiesen tomado medidas para
evitar la alteracin del terreno?
Por qu se permiti la erosin del pie del talud?
Por qu no realizaron labores posteriores de mantenimiento para corregir los efectos
de dicha erosin?
Eran suficientes las medidas de drenaje que protegan a esta ladera?
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En este sentido el mantenimiento geotcnico correctivo ha estado dirigido a remediar los
daos causados por deslizamientos, generalmente mediante obras de emergencia. El
mantenimiento geotcnico preventivo, que es la tendencia actual, propone realizar una serie
de actuaciones que eviten la aparicin de las patologas. El coste del mantenimiento
preventivo es, en muchas ocasiones, inferior al del mantenimiento correctivo y esto se debe a
la existencia de determinados procesos en el terreno que sern descritos y analizados en el
presente documento, entre ellos los siguientes:
Influencia del rgimen de lluvias sobre la capa ms superficial del terreno, que
inicialmente no suele estar saturada. Adicionalmente un ao hmedo produce una
elevacin general en la posicin del nivel fretico, con la consiguiente generacin de
presiones neutras en profundidad.
Procesos de alteracin en los terrenos excavados en desmontes, que son expuestos a
los efectos de la intemperie.
Concepto de resistencia de pico, resistencia reblandecida y resistencia residual, que
explican por qu es ms econmico mantener estable una ladera que reparar un
deslizamiento en ella.
Como informacin complementaria el lector podr encontrar, en el Apndice 2, la lista de
posibles factores causales de un deslizamiento segn Popescu (2002) agrupados en
condiciones intrnsecas del terreno, procesos geomorfolgicos, fsicos y antrpicos; tambin se
ofrece, en el Apndice 3, un listado de medidas de estabilizacin de laderas, entre las cuales se
incluyen modificaciones en la geometra de la ladera, sistemas de drenaje, estructuras de
contencin y tcnicas de refuerzo del material inestable.
3.2 Influencia del clima en el comportamiento de rellenos y desmontes
En la siguiente figura se esquematiza el mecanismo de rotura en un desmonte; la lnea de
deslizamiento potencial se ha marcado en color rojo y se encuentra por encima del nivel
fretico antes del periodo de lluvias.
Figura N 5.- Mecanismo de rotura inducida por precipitaciones de lluvia (Rahardjo et al 2012)
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Para que el nivel fretico sufra un ascenso considerable es preciso que se registre un periodo
de lluvias persistentes: esto ocurre de modo especial en el caso de un ao climtico
excepcionalmente hmedo. Esta subida eventual del nivel fretico hace que aparezcan
presiones neutras en la lnea potencial de rotura, reducindose de este modo la tensin
tangencial disponible en el terreno, lo cual afecta directamente al coeficiente de seguridad
frente al deslizamiento.
Un evento de lluvias intensas tiene tambin sus efectos sobre la estabilidad del desmonte, aun
cuando dichas lluvias no se prolonguen demasiado en el tiempo. Como se ver ms adelante,
la franja superior del terreno generalmente no se encuentra saturada y la aparicin de las
lluvias inicia un frente de humectacin en el propio desmonte, aumentando la densidad
aparente del terreno y, como se justificar posteriormente, reduciendo la resistencia al corte
del mismo.
Hay otro efecto aadido a los periodos de lluvias intensas en el caso de que sucedan durante
una poca ms o menos seca. En suelos plsticos es habitual la generacin de grietas de
traccin verticales que pueden avanzar varios metros; en la figura previa se han representado
en coronacin, pero estn presentes tambin en la cara excavada del desmonte. El agua de
lluvia rellena rpidamente estas fisuras, desarrollndose en ellas leyes de presiones
hidrostticas que contribuyen decisivamente a la inestabilidad de la ladera.
En lo relativo al clima del territorio nacional hay algunas regiones como Andaluca que se
caracterizan por climas semiridos en trminos generales. Suelen producirse ciclos de 6 a 8
aos con precipitaciones moderadas que se ven interrumpidos por aos excepcionalmente
hmedos. El ltimo de estos eventos se produjo en el ao 2010 y tuvo un fuerte impacto sobre
la red de infraestructuras del transporte en el territorio andaluz.
Figura N 6.- Carcter de la precipitacin de lluvia durante el invierno de 2008-2009 (izqda) y durante el invierno de 2009-2010 (dcha) fuente AEMET
De acuerdo con los datos publicados en su pgina web por la Agencia Estatal de Meteorologa
durante el invierno de 2008-2009 se registr un rgimen normal de precipitaciones, el cual ha
sido reproducido en la figura previa (izqda.); la leyenda del mapa establece siete niveles para el
carcter de la precipitacin (Extremadamente Hmedo, Muy Hmedo, Hmedo, Normal, Seco,
Muy Seco, Extremadamente Seco) en base a la distribucin normal de precipitaciones durante
el periodo comprendido entre 1971 y 2000.
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Sin embargo, durante el invierno de 2009-2010 se registr un rgimen de precipitaciones
excepcional. El invierno result muy hmedo a extremadamente hmedo en buena parte del
territorio nacional, de forma que la precipitacin media en Espaa durante el invierno fue de
400 l/m2, lo que supone prcticamente el doble del valor medio para la estacin. Este valor de
precipitacin media sita a este invierno entre los ms lluviosos desde 1947. En Andaluca el
carcter de la precipitacin fue Extremadamente Hmedo, con carcter general, y Muy
Hmedo con carcter local. Como se ha comentado previamente, este invierno tan hmedo
tuvo sus consecuencias sobre la red viaria, aspecto que ser desarrollado posteriormente
cuando se hable de obras de emergencia.
Segn indica Corominas (2006) la relacin entre clima e inestabilidad de laderas es compleja
debido a la gran variedad de mecanismos de rotura implicados. Los periodos de lluvia intensos
y muy cortos generan inestabilidades de carcter superficial, corrientes de derrubios y
desprendimientos. Cuando estas lluvias duran varios das o semanas es habitual que se
reactiven deslizamientos ya existentes y que se produzcan coladas de barro, y los grandes
deslizamientos suelen estar asociados a periodos persistentes de lluvias, con perodos
estacionales anormalmente hmedos. Por ltimo hay que tener en cuenta algunos efectos de
origen antrpico, como la alteracin en la cobertera vegetal, la generacin de escorrentas y la
colocacin de sobrecargas, que son causa decisiva en la aparicin de nuevas roturas,
aparentemente espontneas.
Cabe tambin preguntarse por las repercusiones que tendr, en este sentido, el cambio
climtico, el cual ha pasado en los ltimos aos de ser una teora controvertida a constituir un
hecho contrastado por la comunidad cientfica internacional.
Figura N 7.- Proyecciones de cambio en la precipitacin media anual para un determinado escenario de emisiones de CO2. De izquierda a derecha se representa el invierno, la primavera, el verano y el otoo. De arriba a abajo se presentan las predicciones en los intervalos 2010-2040-2070-2100. Los colores azules indican aumentos de hasta 2mm/da en la precipitacin media y los
tonos rojos disminuciones de hasta mm/da (de Castro et al 2005)
Los escenarios de clima previstos por de Castro et al (2005) a lo largo del siglo XXI para la
Pennsula Ibrica sugieren cuatro cambios importantes que repercuten en la estabilidad de
laderas: (a) un aumento de la precipitacin invernal en la Cornisa Cantbrica y cuenca norte
del ro Duero; (b) reduccin de la precipitacin en trminos absolutos y posible aumento de la
irregularidad de las precipitaciones en el arco mediterrneo; (c) ascenso moderado del nivel
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del mar; y (d) aumento de las temperaturas con el consiguiente desplazamiento altitudinal de
la vegetacin.
El segundo de los puntos mencionados es posiblemente el ms relevante, indica que en el arco
mediterrneo llover menos en trminos generales, pero que los episodios de lluvias intensas
sern ms frecuentes y de mayor entidad. Es evidente que este escenario tendr
repercusiones sobre la estabilidad de laderas y la necesidad de mantenimiento, para lo cual se
abordarn varios puntos clave en los siguientes apartados.
3.3 La resistencia intacta, alterada y residual del terreno y su influencia en el comportamiento de rellenos y desmontes
La resistencia del suelo [] puede ser expresada mediante la ecuacin de Mohr-Coulomb en la
cual hay dos componentes: el primero de ellos es el rozamiento entre partculas, siendo
proporcional al valor de presin normal efectiva [=-uw] y a la tangente del ngulo de
rozamiento interno efectivo [+ mientras que el segundo de ellos recibe el nombre de
cohesin efectiva *c+.
tan)( wuc
Cuando se realiza un ensayo de corte en una muestra de suelo se obtienen curvas de
resistencia - deformacin similares a las reproducidas en la siguiente figura. En ella se puede
apreciar la movilizacin progresiva de una resistencia de pico pero, una vez rebasado ese valor
mximo la resistencia del suelo se va reduciendo hasta alcanzar un valor asinttico, para
grandes desplazamientos, que recibe el nombre de resistencia residual. En arcillas
normalmente consolidadas la diferencia entre la resistencia de pico y residual no es muy
elevada, pero en arcillas sobreconsolidadas esta diferencia puede ser muy considerable. Por
otra parte, la resistencia residual parece estar relacionada con la mineraloga y granulometra
del suelo ensayado, mientras que el grado de consolidacin no tiene una influencia clara en el
valor de esta resistencia residual.
Figura N 8.- Resistencia de pico y resistencia residual (Skempton 1964)
Los parmetros de resistencia de una arcilla [ y c+ pueden ser expresados en trminos de
resistencia de pico [pk y cpk] o de resistencia residual [r y cr]. Si se comparan resistencias de
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pico y residual el ngulo de rozamiento puede sufrir bajadas moderadas, de 1 a 2, pero en
arcillas fuertemente consolidadas esta reduccin puede ser mucho mayor, del orden de los 10
(Skempton 1964). En cuanto a la cohesin efectiva se ha comprobado que en situaciones
residuales se reduce hasta prcticamente desaparecer, tal y como se representa en la figura
previa.
A mediados del siglo XX se prest bastante atencin a estos aspectos, relativos a la resistencia
de las arcillas, y al modo en que deban ser empleados en el anlisis de estabilidad de laderas a
largo plazo. Ya en 1970 Skempton sealaba que hay algunas arcillas sobreconsolidadas,
especialmente aquellas que no tienen fisuras, en las cuales el parmetro adecuado para el
estudio de nuevos deslizamientos es, bsicamente, la resistencia de pico que tiene el suelo en
estado inalterado, con una aportacin importante por parte de la cohesin efectiva. Sin
embargo en muchas arcillas sobreconsolidadas y fisuradas la resistencia operativa en nuevos
deslizamientos es la que se ha denominado como resistencia reblandecida o remoldeada (el
trmino original en ingls es fully softened strength). En trminos prcticos esta resistencia
reblandecida tiene un ngulo de rozamiento similar al de resistencia de pico pero la cohesin
efectiva debe considerarse prcticamente nula (ver siguiente figura).
Figura N 9.- Resistencia de pico, resistencia residual y resistencia (fully softened) reblandecida (Skempton 1970)
En cuanto a la resistencia residual se ha comprobado en laboratorio que bastan unos pocos
centmetros de desplazamiento para que se desarrolle el valor residual mencionado. En el
campo, los deslizamientos de ladera generan planos de rotura en los cuales tambin se
movilizan los valores de resistencia residual y, en ambos casos, el plano de rotura queda
debilitado definitivamente, de modo que cualquier desplazamiento posterior volver a
producirse bajo parmetros de resistencia residual. Este ltimo aspecto tiene consecuencias
directas en el caso de reactivacin de deslizamientos de ladera, tal y describieron Henkel y
Skempton (1964) por primera vez en el deslizamiento de Jackfield (UK).
El motivo por el cual las arcillas pierden buena parte de su resistencia, cuando se desarrolla un
plano de rotura, es que se produce en dicho plano un alineamiento o reorientacin de las
partculas de la arcilla (ver siguiente figura). Se trata de un aspecto sustancial del
comportamiento de las arcillas que posteriormente volver a ser comentado junto con otros
procesos complementarios.
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Figura N 10.- Reorientacin de partculas de arcilla en la superficie de rotura del deslizamiento de Walton's Wood (Early y Skempton 1972)
De acuerdo con los datos recopilados por Stark y Eid (1997), a los que se suman los datos
deducidos en Aznalcllar (ver siguiente figura), el parmetro de resistencia operativo en
muchos casos se sita en una zona intermedia entre los parmetros de resistencia residual y
reblandecida, especialmente para arcillas de alta plasticidad.
Figura N 11.- Valores observados de parmetros de resistencia movilizados, reblandecidos y residuales (Alonso y Pinyol 2007)
3.4 Procesos de alteracin en suelos arcillosos
Hay procesos de tipo geomorfolgico o tectnico que pueden generar superficies debilitadas
en el terreno debido al desplazamiento entre determinadas juntas o alineaciones. En la
siguiente figura, tomada de Alonso y Punyol (2007) se describen algunos de ellos. En el primer
caso (a) se trata de varios estratos, de rigidez variable, que estn sometidos a un proceso de
plegamiento. Las diferencias existentes en trminos de deformabilidad hacen que se
produzcan movimientos relativos en los planos delimitados por los contactos, lo cual reduce la
resistencia al corte disponibles en ellos. En el segundo caso (b) se observan las consecuencias
derivadas de la erosin en un valle, que tambin genera superficies de debilidad por la
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deformacin del propio fondo de valle, que sufre un levantamiento por la reduccin de carga.
El tercer esquema (c) se corresponde con la prdida de resistencia que ocurre en el plano de
un deslizamiento, tal y como se describi en apartados previos. Ya por ltimo (d) se representa
el caso de grandes cabalgamientos, que generan enormes desplazamientos relativos entre
materiales que pueden ser de muy distinta naturaleza. Todos estos casos explican la aparicin
natural de resistencias residuales en el terreno, especialmente en rocas y suelos antiguos que
se han visto expuestos a diversidad de procesos de este tipo.
Figura N 12.- Algunos mecanismos naturales que reducen la resistencia al corte (Alonso y Pinyol 2007)
En los dos primeros mecanismos antes descritos las superficies debilitadas no suelen tener
continuidad en la estructura del suelo, pero son muy frecuentes y suelen tener alineaciones
coincidentes; en estas condiciones ofrecen, a nivel macroestructural, planos sensiblemente
menos resistentes que la matriz intacta, con parmetros operativos de resistencia muy
prximos a los residuales. En los dos ltimos mecanismos s se han producido grandes
desplazamientos a travs de planos bastante bien definidos, por lo que la superficie debilitada
goza de continuidad y los parmetros de resistencia residual son plenamente vigentes en dicha
superficie.
Tambin se generan superficies debilitadas durante los procesos de hinchamiento que tienen
lugar en los suelos expansivos (ver siguiente figura); los ciclos continuos de aumento y
disminucin de volumen alteran la estructura de estos sedimentos y reducen su resistencia
operativa.
Figura N 13.- Generacin de superficies estriadas por procesos de expansin volumtrica (Alonso y Pinyol 2007)
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4 Los suelos parcialmente saturados: presencia, comportamiento y repercusiones sobre el mantenimiento de rellenos y desmontes
4.1 Naturaleza y presencia de suelos parcialmente saturados
En ambientes relativamente secos el suelo cercano a la superficie est sometido a procesos de
evaporacin y/o transpiracin debido a los cuales el suelo puede perder agua y quedar
parcialmente saturado. Por otra parte, cuando se construyen rellenos o terraplenes el material
es extrado del prstamo, trasladado a la obra y compactado, pero no queda totalmente
saturado.
Las condiciones climticas juegan un papel fundamental, ya que el agua puede abandonar el
suelo debido a los procesos de evaporacin y transpiracin, tambin conocidos conjuntamente
como evapotranspiracin. Se puede producir un transporte de agua descensional, debido a la
infiltracin de aguas superficiales y de lluvia, pero tambin se puede generar un movimiento
ascensional debido a la evapotranspiracin. Cuando la evapotranspiracin potencial supera a
la infiltracin el suelo pierde su saturacin total, quedando parcialmente saturado, por lo que
el agua no ocupa todo el hueco disponible entre las partculas, situndose entonces junto a los
contactos entre partculas slidas a modo de meniscos. En estos casos el aire se mantiene a
una presin cercana a la atmosfrica mientras que el agua desarrolla presiones negativas que
pueden ser de consideracin. En la figura siguiente se describe la situacin anterior en un
terreno con el nivel fretico a una determinada profundidad; por encima de ste las presiones
de agua son negativas, recibiendo entonces el nombre de succin. Tambin se puede apreciar
que esos valores de succin, o presin neutra negativa, varan a lo largo del ao en funcin de
las condiciones climticas.
Figura N 14.- Distribucin de tensiones durante el desecado de un suelo (Fredlund y Rahardjo 1993)
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Como se acaba de mencionar, la presencia de suelos parcialmente saturados est fuertemente
ligada al clima, siendo mayor en climas semiridos, ridos o extremadamente ridos, los cuales
afectan a buena parte del planeta (ver figura siguiente).
Figura N 15.- Zonas extremadamente ridas, ridas y semiridas en el mundo (Meigs 1953)
Esta situacin se reproduce en zonas muy extensas del territorio nacional tal y como se puede
apreciar en la siguiente figura - en la que se ha representado el ndice de Thornwaite - con
climas semiridos en casi todo el interior peninsular y en el litoral mediterrneo; los climas
ridos son menos frecuentes y afectan localmente al sudeste peninsular y al archipilago
canario.
Figura N 16.- Mapa climtico simplificado de Espaa con los ndices de Thornwaite (de Justo y Cullar 1972)
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De lo anterior se puede concluir que en nuestro entorno ms cercano es frecuente que la parte
ms superficial del terreno se encuentre parcialmente saturada, por lo que es necesario
prestar atencin al comportamiento de este tipo de suelos, con especial referencia a los
procesos que genera el clima en ellos a lo largo de cada ao.
El comportamiento de estos materiales est siendo estudiado dentro de la Mecnica del Suelo
Parcialmente Saturado, disciplina que ha recibido gran atencin en Espaa en las ltimas
dcadas, destacando especialmente las investigaciones realizadas en varias universidades y
centros pblicos de investigacin.
A continuacin se exponen muy brevemente algunos conceptos bsicos que tienen una
repercusin directa en el comportamiento de rellenos y desmontes.
4.2 Breve introduccin al comportamiento de los suelos parcialmente saturados
En primer lugar hay que mencionar a la succin, diferencia entre la presin del aire y la presin
negativa del agua (ua - uw), que es la magnitud fsica con mayor influencia en el
comportamiento de los suelos parcialmente saturados. Tambin es importante el concepto de
grado de saturacin porcentaje volumtrico de huecos en el suelo que estn ocupados por
agua as como la humedad, que es el cociente entre el peso del agua en el suelo y el peso de
sus partculas slidas. Las tres variables antes mencionadas (succin, grado de saturacin y
humedad) se relacionan entre ellas de un modo diferente segn el suelo de que se trate,
aspecto cuyas repercusiones sern comentadas ms adelante. Para ello se har uso de las
curvas de retencin de agua, que son las relaciones existentes entre los valores de succin y el
contenido de agua de un suelo expresado en trminos de humedad, grado de saturacin, etc
las cuales estn fuertemente influenciadas por la granulometra del suelo y por la
distribucin de tamaos de sus huecos.
Figura N 17.- Curvas de retencin de agua para varios materiales
Otro aspecto muy importante es que los suelos parcialmente saturados cuentan con mayor
resistencia al corte que cuando estn saturados. Este incremento de resistencia se expresa
mediante la ecuacin extendida de Mohr-Coulomb (ver siguiente ecuacin y figura), en la cual
aparece la cohesin efectiva, el rozamiento aportado por la presin efectiva y otra
componente adicional de rozamiento que es proporcional al valor de succin.
b
waafff uuuc tan)(tan)(
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Figura N 18.- Resistencia de un suelo parcialmente saturado segn un diagrama de Mohr extendido
Hace varias dcadas el Laboratorio del Transporte del MOPU desarroll aparatos de corte
directo con succin controlada que permitieron el estudio de la resistencia al corte de los
suelos parcialmente saturados mediante ensayos de laboratorio (Escario y Sez 1987, Escario y
Juc 1989). Las investigaciones realizadas supusieron un gran avance en su momento y
confirmaron el incremento de resistencia con que cuentan los suelos no saturados.
Figura N 19.- Aparato de corte directo con succin controlada y ensayos realizados en una arcilla gris de Madrid (Escario 1980)
En los suelos parcialmente saturados tambin se producen movimientos del agua en su
interior - mediante filtraciones a travs de la fase de agua, migraciones de humedad en la fase
gaseosa y tambin mediante intercambios entre ambas fases - pero hay que tener presente
que el coeficiente de permeabilidad depende fuertemente del grado de saturacin que tenga
el suelo y que puede reducirse drsticamente cuando se pierde un determinado valor de
humedad (ver figura siguiente). Como consecuencia de ello se produce el conocido como
efecto colchn, que puede ser observado en regiones con climas secos cuando se dispone
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una capa granular sobre una superficie arcillosa. Cuando llueve la capa granular no supone
impedimento alguno para la percolacin de agua hacia la arcilla subyacente; el agua, aunque
no utiliza todo el espacio disponible entre los grandes poros que ofrece el suelo granular pasa
fcilmente entre ellos; sin embargo, en los periodos secos el agua tiene dificultades para
abandonar la arcilla mediante procesos de evapotranspiracin, ya que la capa granular se
encuentra prcticamente seca y el movimiento de agua debe producirse a travs de la fase
gaseosa, algo que se traduce en caudales muy reducidos.
Figura N 20.- Izquierda: permeabilidad relativa de un suelo en funcin del valor de succin (Brooks y Corey 1964) Derecha: Curva de retencin de agua para una arena arcillosa (Croney 1952). Obsrvese la histresis existente, en ambos casos, entre
procesos de humectacin y de secado
La deformabilidad de los suelos no saturados tambin tiene sus singularidades pero, en
general, un aumento en el valor de succin viene acompaado de una prdida de volumen y
de una reduccin de su humedad (Ridley y Prez-Romero 1998).
Figura N 21.- Relaciones observadas entre succin y humedad para varios suelos compactados (Ridley y Prez-Romero 1998)
Tambin se ha observado que el aumento en la succin hace que el suelo se comporte de un
modo ms rgido. Como ejemplo se muestran, en la figura siguiente, resultados de ensayos de
laboratorio realizados por Juc y Escario (1991) sobre dos suelos de Madrid, uno de ellos una
arcilla gris y el otro una arena arcillosa, en los que se midi, de un modo indirecto, la
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deformabilidad de las muestras bajo diferentes valores de succin. Se puede apreciar que las
muestras se mostraban ms rgidas ante aumentos de la succin, pero este aumento era en
ambos casos asinttico, con la diferencia de que la arena arcillosa responde rpidamente al
cambio de succin mientras que la arcilla gris sigue aumentando ms paulatinamente.
Figura N 22.- Valores de deformabilidad para dos suelos de Madrid en funcin del valor de succin (Juc y Escario 1991)
Por otra parte, en la Universidad Politcnica de Catalua se han realizado en las ltimas
dcadas investigaciones de gran alcance que han abordado, entre otros, estos aspectos y que
han obtenido el reconocimiento de la comunidad geotcnica internacional. Los trabajos han
permitido el desarrollo de modelos elastoplsticos que reproducen muchos de los fenmenos
que estn siendo observados, tanto para suelos de moderada plasticidad (Alonso et al 1990),
que explican los procesos de colapso, como para suelos de elevada plasticidad (Gens y Alonso
1992) y potencialmente expansivos.
El colapso consiste en una prdida no recuperable del volumen de un suelo debido a un
aumento en la humedad del mismo. Como se ha mencionado antes la succin aporta una
componente adicional de resistencia al suelo que puede sostener estructuras muy porosas en
el terreno, pero esa resistencia puede perderse totalmente si el suelo llega a saturarse,
generando entonces los procesos de colapso mencionados. Es el caso, por ejemplo, que se
produce en suelos compactados, especialmente cuando se compactan del lado seco, tal y
como se ha comprobado en numerosos estudios (Alonso 1998, Marinho y Chandler 1993).
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Figura N 23.- Curvas de compactacin (esttica) y contornos de igual succin para un limo de baja plasticidad de la ciudad de Barcelona (Alonso 1998)
Otro fenmeno importante consiste en los cambios volumtricos de hinchamiento y de
retraccin que exhiben algunos tipos de terrenos. Los procesos de expansividad son
extremadamente complejos y para su estudio es importante una aproximacin multidisciplinar
que incluye aspectos geolgicos, fsicos, qumicos e ingenieriles. Se dice que un suelo es
expansivo cuando se observan cambios de volumen asociados a variaciones en su humedad
natural, pero realmente la presencia de riesgo por expansividad est asociada a la confluencia
de tres aspectos:
Algunos minerales arcillosos, como los del grupo de las esmectitas, interaccionan con
el agua intersticial aumentando su volumen de forma muy apreciable en funcin del
agua disponible.
La humedad de un suelo est fuertemente condicionada por los procesos de
infiltracin de agua y evapotranspiracin. En zonas con climas semiridos la parte ms
superficial del terreno se encuentra parcialmente saturada, producindose fuertes
cambios de humedad durante un ao climtico en lo que se denomina habitualmente
como capa activa.
Los procesos de expansividad se ven atenuados si el suelo est confinado a presiones
elevadas. Sin embargo, en la parte superficial del terreno la presin geosttica es
mnima, agravando los procesos de expansividad.
Otro de los aspectos ms importantes, y que no siempre se identifica debidamente, consiste
en que la expansividad supone aumentos de volumen (hinchamientos) cuando aumenta la
humedad (por lluvias) as como reducciones de volumen (retracciones) durante los periodos de
estiaje. Como consecuencia de ello, la parte ms superficial del terreno natural se ve sometida
a ciclos de expansin y retraccin que se suceden ao tras ao, lo cual genera una fuerte
alteracin de la estructura del suelo con la consiguiente prdida de resistencia y rigidez (ver
figura 12).
De este modo, la presencia de riesgo por expansividad se traduce en dos efectos simultneos:
los cambios de volumen y el empeoramiento en las propiedades mecnicas del terreno. Sin
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embargo, los desmontes se ven muy afectados por los procesos de expansividad, no
directamente por los cambios de volumen que se generen sino por la fuerte alteracin que se
produce en los metros superiores del terreno. Se ha demostrado que los tratamientos de
encachado (o rip rap) mitigan la alteracin del talud del desmonte, ya que generan un efecto
colchn que mantiene los valores de humedad ms estables (mitigando los ciclos de
humectacin y desecacin).
En cuanto al riesgo por expansividad en la siguiente figura se representa el nivel existente en
cada zona de Espaa pudindose apreciar que las zonas sometidas a riesgo moderado, alto o
muy alto son realmente extensas.
Figura N 24.- Mapa de prevencin de riesgos por expansividad en Espaa (ITGE-CEDEX 1986)
4.3 Las grietas de traccin en suelos plsticos desarrollo y consecuencias
Durante periodos climticos relativamente secos es muy frecuente la aparicin de grietas en la
superficie del terreno, especialmente cuando ste cuenta con cierta plasticidad como es el
caso de las arcillas. Estas fisuras, conocidas como grietas de traccin, penetran hasta una
determinada profundidad que depende fundamentalmente de las propiedades del suelo y de
los valores de succin que se desarrollan en el mismo, lo cual est directamente relacionado
con el clima.
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Fotografa N 1.- Desarrollo de grietas de traccin en la superficie de un suelo arcilloso durante la poca seca
Con respecto a las grietas de traccin hay tres puntos especialmente interesantes, como son el
alcance en profundidad de estas fisuras, los efectos que tienen sobre la masa de suelo y las
consecuencias que pueden derivarse ante la aparicin de estos fenmenos.
Se han realizado numerosas propuestas para determinar la profundidad mxima que alcanzan
las grietas de traccin, estando entre ellas la realizada por Fredlund y Rahardjo (1993) de
acuerdo con la siguiente expresin:
en la cual,
yc profundidad de alcance de las grietas de traccin
D profundidad del nivel fretico
coeficiente de Poisson
, w peso especfico del terreno (aparente) y del agua
fw parmetro adimensional que vale 1 en situaciones hidrostticas, ms de uno cuando la
evapotranspiracin supera al caudal de lluvia que percola en el terreno (poca seca) y
menor de uno en caso contrario (poca hmeda)
H mdulo de deformacin respecto a cambios de succin
E mdulo de deformacin respecto a cambios de presin efectiva
Segn Lau (1987) el cociente E/H adquiere valores en el entorno de 0.15 a 0.20 para arcillas
inicialmente saturadas. Si se considera un valor del coeficiente de Poisson entre 0.30 y 0.35 se
puede deducir que durante la poca seca las grietas de traccin pueden avanzar hasta una
profundidad intermedia entre la superficie del terreno y la cota de nivel fretico. Sin embargo,
durante la poca hmeda la profundidad de la grieta de traccin se reduce significativamente,
en este caso sera del orden del 10% de la profundidad a la que se sita el nivel fretico
quedando por lo tanto prcticamente cerradas.
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El primer efecto de la aparicin de grietas de traccin se produce sobre la misma estructura
del suelo, que se ve sometida a procesos de alteracin por dos motivos. En primer lugar, la
propia grieta pone en contacto a zonas relativamente profundas del terreno con la atmsfera,
con lo cual los cambios que se produzcan en ella modificaciones en la humedad relativa,
aparicin de agua de escorrenta o de lluvia tienen un efecto directo sobre la masa de suelo.
En segundo lugar hay que considerar los procesos de retraccin e hinchamiento inherentes a la
propia generacin y desaparicin de las grietas de traccin. Estas deformaciones tienen una
componente volumtrica mayoritaria, pero el suelo no est exento de deformaciones
angulares y de la aparicin de esfuerzos concentrados, lo cual altera la fbrica de las arcillas
reduciendo con el tiempo sus propiedades mecnicas.
El otro efecto importante de las grietas de traccin est relacionado con el hecho de que basta
con un volumen discreto de agua para que se llenen totalmente, momento en el cual se
desarrollan presiones hidrostticas en su interior. La aparicin de estas presiones de agua
tiene una repercusin inmediata sobre la estabilidad de las laderas de desmontes y se ha
comprobado la relacin directa existente entre la generacin de presiones hidrostticas en las
grietas de traccin y el inicio de inestabilidades; en este sentido se estara hablando de una
posible causa desencadenante de deslizamientos segn los trminos empleados por Popescu
(1984).
Figura N 25.- Generacin de grietas de traccin durante la poca seca en la superficie original del terreno (a) y en el talud de un desmonte (b); aparicin de presiones hidrostticas en su interior (c) y efecto desestabilizador de las mismas (Oteo 1997)
Como se ha citado previamente es habitual observar la aparicin de estas grietas de traccin
en la superficie natural del terreno y en este sentido existe una relacin de correspondencia
entre la generacin de grietas y la alteracin de la franja ms superficial del terreno, es decir,
se trata de dos procesos sinrgicos que se ayudan mutuamente - las aparicin de grietas
favorece la alteracin de la franja superficial y viceversa. En el caso de los taludes de desmonte
la aparicin de grietas de traccin ir en aumento con el paso de los aos, ya que inicialmente
el terreno se encontraba en un estado relativamente sano, por haber estado alejado de la
superficie. A medida que pase el tiempo el talud del desmonte se ir alterando, las grietas de
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traccin sern cada vez ms importantes y en un determinado momento contarn con el
suficiente desarrollo para afectar a la estabilidad del conjunto.
4.4 Efectos del clima sobre suelos compactados y explanadas
Los rellenos de las infraestructuras del transporte estn constituidos por una serie de
elementos, destacando generalmente por su volumen el propio ncleo, el cual a su vez puede
estar constituido por tierras en el caso de terraplenes, o por materiales ms gruesos en el caso
de todo-unos y pedraplenes. Por encima de la coronacin se disponen los elementos cada vez
ms resistentes para conformar las explanadas, en el caso de carreteras, y las plataformas en
el caso de los ferrocarriles.
La influencia del clima sobre estos elementos se debe sobre todo a las precipitaciones de
lluvia, que en funcin del rgimen climtico y de las propiedades del propio relleno pueden dar
origen, entre otros procesos, a los siguientes:
Procesos de erosin en los taludes del relleno.
Procesos de saturacin y colapso del propio relleno.
Cambios de humedad en las explanadas, que afectan a su comportamiento mecnico.
Elevacin del nivel fretico en el cimiento, que eventualmente puede conducir a un
deslizamiento del relleno por fallo del terreno de apoyo.
Con carcter general, la estrategia de mantenimiento preventivo que se muestra ms efectiva
es preservar en buen estado los diferentes sistemas de drenaje: drenaje longitudinal y
transversal en la explanada, cunetas a pie de relleno, obras de drenaje transversal y sistemas
de drenaje profundo del cimiento.
En referencia a los posibles cambios de humedad en los rellenos hay que tener presente que
los materiales con los cuales se ejecutan las obras de tierra son compactados en obra,
quedando finalmente en un estado de saturacin parcial, y una vez que la infraestructura
entre en servicio sta se ver inmediatamente expuesta al clima. Con los cambios de humedad
(ver figura siguiente) se ponen en marcha, a partir de dicho momento, una serie de fenmenos
que han atrado la atencin de la comunidad cientfica y tcnica, como por ejemplo durante el
Simposio Internacional sobre Drenaje Interno de Firmes y Explanadas, celebrado en Granada en
1998, en el cual se expusieron y debatieron numerosas investigaciones relacionadas con estos
aspectos. Destaca especialmente la exposicin realizada por Alonso (1998) sobre la succin y la
humedad en bases y explanadas; a continuacin se expondrn muy brevemente algunos
puntos que se consideran de aplicacin directa y el lector podr acudir a la fuente citada para
completar y ampliar la informacin.
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Figura N 26.- Cambios de humedad bajo pavimentos por la exposicin al clima (Alonso 1998)
En primer lugar se volver a incidir sobre un tema ya apuntado, como es la aparicin de
estados de saturacin parcial y de succiones en los suelos compactados. Con carcter general
el valor inicial de succin es mayor cuanto menor es la humedad de compactacin, aspecto
que se ha comprobado en muestras ensayadas en laboratorio, compactadas estticamente
(ver figura 23); tambin se ha observado que para la humedad ptima de compactacin el
valor de succin crece con la plasticidad del suelo compactado (ver figura siguiente).
Figura N 27.- Relacin entre valor de succin e ndice de plasticidad para varios suelos compactados a la humedad ptima (tendencia a Acar y Nyeretse 1992; tendencia b Marinho y Chandler 1993)
Estos materiales compactados tienen por lo tanto valores de succin ms que apreciables y la
exposicin a un clima relativamente hmedo, durante un periodo prolongado, puede dar lugar
al avance de un frente de humectacin (ver siguiente figura) que genera prdidas de
resistencia y rigidez en el ncleo del relleno. Pueden producirse, adicionalmente, procesos de
expansin o colapso, que conllevan la generacin de cambios de volumen que en
determinadas circunstancias no son recuperables.
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Figura N 28.- Cambios en los valores de succin y avance del frente de saturacin en el ncleo de rellenos durante su exposicin a un clima hmedo (Prez-Romero 2000) izquierda: bajo firme impermeable derecha: en ausencia de firme impermeable
Las condiciones de puesta en obra y compactacin resultan decisivas sobre las propiedades del
suelo resultante, adems de las propiedades intrnsecas de ste (destacando su granulometra
y mineraloga).
Los suelos compactados que presentan tendencia al hinchamiento ante aumentos de
humedad son generalmente tratados con cal para su estabilizacin, pero tambin pueden ser
encapsulados en el interior del ncleo del relleno, para que los cambios de humedad sean los
mnimos posibles y para someterlos a una determinada presin de confinamiento, que
tambin mitiga en parte su tendencia a expandir. En este sentido hay numerosos estudios que
han analizado la influencia de la humedad de compactacin, y de la densidad seca tras la
compactacin, sobre el hinchamiento potencial de suelos compactados plsticos, como por
ejemplo los realizados por Escario (1987) sobre arcillas miocenas del entorno de Madrid (ver
siguiente figura izquierda). Tambin se ha observado que la saturacin total de suelos
compactados puede dar lugar a procesos de expansin, para densidades cercanas a la mxima,
o de colapso, para estructuras menos densas y ms porosas (ver siguiente figura derecha).
Estos trabajos sugieren tambin que los suelos compactados con energa de Proctor
Modificado tienen mayor tendencia al hinchamiento que en el caso del Proctor Normal.
Figura N 29.- Izquierda - hinchamiento bajo carga exhibido por muestras compactadas (Proctor Normal o Modificado) con diferentes valores de energa (Escario 1987). Derecha cambio potencial de volumen durante la saturacin de suelos
compactados con diferentes energas y humedades (Lawton et al 1989)
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5 Importancia de los procesos de alteracin el caso de las Margas Azules del Guadalquivir
5.1 Aspectos generales
En la siguiente figura se representan las unidades geolgicas ms importantes del sureste
espaol y del norte africano. Desde el punto de vista geolgico las Margas Azules se
encuentran enclavadas dentro de los depsitos de la depresin (o cuenca) del Guadalquivir, la
cual se extiende a lo largo de 400 kilmetros por las provincias de Cdiz, Huelva, Sevilla,
Crdoba, Jan y Granada. Hay zonas muy amplias en las que no son aflorantes, ya que estn
recubiertas por depsitos cuaternarios de potencia variable
Figura N 30.- Principales unidades geolgicas en el sureste espaol y norte de Marruecos
Desde un punto de vista estratigrfico en la zona de estudio se diferencian dos grandes
conjuntos de materiales: el olistostroma y los sedimentos autctonos. Los primeros
sedimentos autctonos de la Cuenca del Guadalquivir son de edad miocena y se corresponden
a los niveles de la transgresin tortoniense, que no aflora en superficie. A continuacin se
depositaron, en un ambiente de fondo marino, las Margas Azules y finalmente los niveles de la
regresin Andaluciense. El paso vertical de una a otra nunca no es brusco, sino gradual, y los
contactos son en parte estimativos. La formacin denominada como Margas Azules est
realmente constituida por arcillas margosas de tonos descritos como azules, cuando se
presentan frescas, y beige-amarillentas cuando estn alteradas.
En las zonas situadas al norte de la Cuenca del Guadalquivir se disponen casi horizontalmente y
cuentan con una continuidad lateral elevada. Sin embargo, en las zonas situadas al sur han
sufrido procesos tectnicos de entidad, con un fuerte desplazamiento de la unidad
olistostrmica desde el sureste hacia el noroeste, que ha tenido fuertes repercusiones sobre su
fbrica y estructura.
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Como ejemplo de estos materiales se presentan, en las siguientes figuras, datos de plasticidad
y de granulometra obtenidos sobre muestras inalteradas en una campaa geotcnica
realizada en Marchena (Sevilla). Se pueden encontrar fracciones finas muy variadas, tanto
arcillosas como limosas, con lmites lquidos que pueden rebasar incluso el valor de 100, con
valores frecuentes entre 50 y 80. Como se puede apreciar hay un claro predominio de la
fraccin fina, si bien hay muestras en las que la fraccin granular resulta considerable.
CARTA DE PLASTICIDAD DE CASAGRANDE
0
10
20
30
40
50
60
70
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110
LL
IP
0
10
20
30
40
50
0 50 100
Finos %
Pro
fun
did
ad
(m
)
Figura N 31.- Plasticidad y porcentaje de finos (Prez-Romero y Villegas 2009)
5.2 Perfil de alteracin de las Margas Azules
Otra de las caractersticas fundamentales de estos materiales es su perfil de alteracin, que
avanza progresivamente con la profundidad sin que pueda distinguirse un cambio claro a una
determinada cota. En las siguientes figuras se representan los datos de peso especfico seco e
ndice de fluidez recogidos en la citada campaa, en las cuales se ponen en evidencia los
efectos de la alteracin sobre la estructura del terreno mediante disminuciones, cerca de la
superficie, en la consistencia y densidad del terreno y tambin con aumentos de humedad,
expresados en trminos de ndice de fluidez.
0
10
20
30
40
50
10 12 14 16 18 20
Peso especfico seco (kN/m3)
Pro
fun
did
ad
(m
)
0
10
20
30
40
50
-1,0 -0,5 0,0 0,5 1,0
ndice de Fluidez
Pro
fun
did
ad
(m
)
Figura N 32.- Variacin del peso especfico seco e ndice de fluidez con la profundidad (Prez-Romero y Villegas 2009)
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Figura N 33.- Detalle de testigos recuperados en Marchena de Margas Azules alteradas (arriba) y sanas (abajo)
Este perfil de alteracin en las Margas Azules ha sido ampliamente descrito por Tsig (1996) la
cual propone tres niveles de alteracin (ver siguiente tabla) que de muro a techo se dividen en
una zona sana, una zona alterada y finalmente una zona muy alterada.
Margas Azules - Zona sana
En estado sano son reconocibles los tonos azulados, se trata de unas arcillas muy duras, de
textura masiva, en las que no se aprecian fisuras a simple vista. La fractura de testigos de
sondeos puede ser concoidea, con superficie radial y a veces con brillos. Las Margas Azules
sanas aparecen solo a profundidades apreciables generalmente a ms de 16m de
profundidad , ofrecen una baja deformabilidad y una resistencia considerable.
Desde el punto de vista mineralgico (Tsig 1998) dominan los filosilicatos (60%) seguidos de
carbonato clcico (15 a 30%), cuarzo (
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Fotografa N 2.- Fbrica turbosttica (izqda) de las Margas Azules sanas con presencia de conectores carbonticos (dcha) de corta distancia (Tsig y Gonzlez-Vallejo 2000)
Margas Azules - Zona Alterada
En la zona alterada, que abarca desde la superficie hasta profundidades del orden de los 16m,
aparecen como arcillas verdes grisceas con fisuras y concreciones de pirita algo oxidadas. Es
habitual encontrar tramos que preservan su estado sano y en general ofrecen una consistencia
dura, si bien ya presentan algunas fisuras ms bien horizontales. Los contenidos en esmectita e
ilita se mantienen comparables, pero los efectos de la alteracin se traducen,
fundamentalmente, en una clara disminucin de la calcita de origen biolgico como
consecuencia de procesos de disolucin.
La microfbrica en estado alterado (ver siguientes fotografas) pasa a ser de tipo panel de
abeja, caracterizada por la presencia de agregados de partculas muy densos que incluyen una
gran cantidad de poros intercomunicados. Se mantienen algunos conectores de larga distancia
y aparecen numerosas microdiscontinuidades en la direccin horizontal.
Fotografa N 3.- Fbrica tipo panal de abeja (izqda) de las Margas Azules alteradas con presencia de conectores (dcha) de larga distancia (Tsig y Gonzlez-Vallejo 2000)
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TABLA 1. Perfil de alteracin habitual en las Margas Azules del Guadalquivir (Tsig 1996)
Zona / Profundidad
Descripcin visual Mineraloga Microfbrica
Zona muy alterada
0.5 a 7.0m
Color ocre o rojo amarillento con manchas verdes
Litorelictos de material sano 60%
Algo consistentes y relativamente duras
Pocas fisuras horizontales con rellenos de xido y yeso
Esmectita e illita en igual proporcin
Esmectitas arrugadas y a veces dobladas
Micas abiertas en el proceso de alteracin
Disolucin de calcita de origen qumico
Miocrofbrica algo abierta tipo panel de abeja
Agregados irregulares y regulares
Algunas lminas de arcillas sin organizacin alguna
Microporos regulares y de forma circular
Presencia de macroporos de forma irregular y canales de disolucin
Microdiscontinuidades en la direccin horizontal y a veces rellenos
Zona sana
>16.0m
Arcillas gris azuladas muy duras y muy rgidas
Fractura concoidea con superficie radial y en ocasiones brillo
Textura masiva y taco limoso
A simple vista no se observan fisuras
Esmectita e illita en proporciones similares
Esmectita con contornos bien definidos y en forma de dominio grande de tamao fino
Micas grandes y morfologa regular
Organizacin compacta y muy densa
Microfbrica similar a turbosttica algo abierta
Agregados de arcilla regulares
Ausencia o pocas lminas de arcilla individuales
Microporos y ausencia de macroporos
Muy pocas discontinuidades
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Margas Azules - Zona Muy Alterada
La zona muy alterada se limita aproximadamente a los 7m ms superficiales y en ella dominan
los tonos ocres, beige, amarillentos o rojizos con manchas verdes. An se pueden encontrar
tramos en un estado ms o menos sano, pero son claramente minoritarios (20%).
Generalmente aparecen fisuradas, con grietas por desecacin, y existe un claro predominio de
fisuras horizontales.
Fotografa N 4.- Desarrollo de fisuras horizontales observado a escasa profundidad en el testigo de un sondeo realizado en el entorno de la ciudad de Jan
La calcita de origen qumico ha sido completamente disuelta y los enlaces carbonticos de
origen biolgico se encuentran rotos. La microfbrica en la zona muy alterada es de tipo
esqueletal, muy abierta y algo catica. Persiste la presencia de agregados de lminas de arcilla,
pero es posible identificar la presencia de alineaciones paralelas de partculas en algunas
zonas. Los macroporos, fisuras, canales y microdiscontinuidades son muy frecuentes.
Fotografa N 5.- Fbrica tipo esqueletal de las Margas Azules muy alteradas (Tsig y Gonzlez-Vallejo 2000); derecha desarrollo de fisuras horizontales observado en el testigo de un sondeo a escasa profundidad
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Margas Azules influencia del clima sobre la microfbrica
Como se indic previamente, la franja superior del terreno situada por encima del nivel
fretico se encuentra en un estado de saturacin parcial. Hay una zona, denominada como
capa activa, en la cual se producen oscilaciones anuales en los valores de humedad y por lo
tanto de la succin y del grado de saturacin a lo largo de cada ciclo climtico (ver siguiente
figura).
Figura N 34.- Perfiles de humedad registrados en profundidad (izqda) a lo largo de un ao climtico (Jimnez Salas et al 1980) y mediciones anlogas realizadas bajo una plataforma aeroportuaria (Kassif et al 1969)
La influencia del clima sobre la microfbrica de las Margas Azules fue estudiada por Tsig
(1996) que someti a muestras sanas a tratamientos de humectacin y secado. Se puso de
manifiesto que a partir de un determinado nmero de ciclos (entre 10 y 25) se produca un
cambio brusco en la microfbrica de la arcilla: los agregados se separaban y se fragmentaban
de modo irregular, posiblemente a travs de microfisuras ya existentes, y por otra parte se
observaba una dispersin acusada de las lminas de arcilla.
Estos ciclos de humectacin y secado deben producir en las Margas Azules efectos de
naturaleza similar a aquellos que se desarrollan en la naturaleza, cerca de la superficie, a lo
largo de los aos climticos. De hecho, las fotografas realizadas con microscopio electrnico
permitieron comprobar que la fbrica resultante en una arcilla sana, tras varios ciclos de
humectacin y secado, era muy similar a la observada en muestras muy alteradas y, como se
ver ms adelante, esa alteracin en la microfbrica de estos materiales genera, entro otros
efectos, una drstica reduccin en sus propiedades resistentes.
Cabe, por lo tanto, plantearse qu ocurre tras la excavacin de un desmonte en las Margas
Azules. Previamente se ha descrito el perfil de alteracin natural y en este sentido hay que
tener presente que tras la ejecucin de desmontes hay materiales mediana o escasamente
alterados, porque estaban bastante profundos, que se vern expuestos a la intemperie en los
taludes de desmonte y que tras el curso de los aos se van a ver sometidos a procesos de
alteracin muy importantes.
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5.3 Discontinuidades existentes en las Margas Azules
El estudio de las discontinuidades resulta de gran importancia para entender el
comportamiento de los suelos sobreconsolidados, como es el caso de las Margas Azules. El
origen de las mismas puede ser muy diverso y algunas de ellas no son apreciables a simple
vista. En la siguiente tabla se ofrece un resumen de los tipos de discontinuidades, indicndose
su origen y mecanismo, su direccin predominante y otros aspectos.
Las condiciones de deposicin de estos sedimentos generan la aparicin de planos
sistemticos en los que es posible discernir alineaciones paralelas de partculas. Estas
discontinuidades tienen una gran continuidad subhorizontal pero su espaciado es muy
variable, y su apertura es mnima siempre y cuando se encuentren a presiones de
confinamiento apreciables. Sin embargo, ya ms cerca de la superficie sufren una marcada
decompresin que acenta el carcter sobreconsolidado de la formacin, llegando a
desarrollar planos con superficies estriadas bedding parallel shear zones que son la causa,
en muchas ocasiones, de grandes deslizamientos de arcillas sobreconsolidadas.
TABLA 2. Discontinuidades en las Margas Azules del Guadalquivir (Tsig 2003)
Tipo Origen / Mecanismo Direccin / Observaciones
Planos y fisuras sistemticos y Bedding-Parallel Shear Zones
Estratificacin, sedimentolgico
Diferencia del grado de consolidacin
Rotura progresiva
Descompresin
Sub-horizontales
Continuidad elevada
Espaciado muy variable
Apertura mnima
Rellenos de cuarzo, pirita y yeso
Fisuras y diaclasas irregulares Relajacin de tensiones
Grietas de traccin
Buzamiento variable
Poca continuidad
Sin relleno
Abundan en la parte superficial (7m)
Zonas de cizalla - slickensides Tectnico
Deslizamiento interno local
Presin de consolidacin
Rotura por esfuerzos cortantes por expansin
Frecuentes entre 30 y 60
Continuidad media-alta
Planos estriados
Orientacin de arcillas y otros elementos (cristales y fsiles)
Orientacin preferente de arcillas
Presin de consolidacin anisotrpica Predominantemente subhorizontales
Continuidad importante
Rotura por esfuerzos cortantes durante la expansin
Crecimiento de cristales o escape de gas
Reaccin agua y arcilla
Varias direcciones
No tienen continuidad
Tpicas en la parte superficial del sedimento
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En siguiente lugar hay que mencionar las zonas de cizalla conocidas como slicken sides, las
cuales aparecen incluso en Margas Azules sanas. Su presencia se debe fundamentalmente a
efectos tectnicos, por las deformaciones impuestas en los pliegues - motivo por el cual son
ms comunes en la franja sur de la Depresin del Guadalquivir pero tambin podran estar
asociadas a procesos de expansin y retraccin, que generan esfuerzos cortantes. Estos
slicken-sides se distribuyen en varias direcciones, formando ngulos en el entorno de 30 a 45
con respecto al plano de sedimentacin, y tienen una apreciable continuidad y frecuencia, lo
cual influye decisivamente en la resistencia al corte del conjunto.
Fotografa N 6.- Zonas de cizalla o slicken-sides en las Margas Azules del Guadalquivir (Tsig y Gonzlez-Vallejo 2000)
5.4 Resistencia al corte en las Margas Azules
En los apartados anteriores se ha puesto de manifiesto la presencia del perfil de alteracin en
las Margas Azules, as como la naturaleza y relevancia de diferentes tipos de discontinuidades.
Por este motivo, a la hora de describir la resistencia al corte que ofrece esta unidad geotcnica
es preciso diferenciar cada uno de los casos posibles, tal y como se desarrolla en los siguientes
prrafos.
En estado intacto Oteo (2000) obtuvo, en ensayos de compresin triaxial, ngulos de
rozamiento interno del orden de 25 a 30 y cohesiones efectivas de hasta 115kPa. En una
campaa realizada en la Ra de Punta Umbra (Huelva) por CEMOSA para la actual Agencia de
Obra Pblica de la Junta de Andaluca se obtuvieron, a partir de numerosos ensayos de
compresin triaxial, valores medios de 27 y 50kPa en muestras sanas de las Arcillas de
Gibralen que son el equivalente en la zona de las Margas Azules; las muestras fueron
tomadas a profundidades en el entorno de los 40m a los 80m, lo cual asegura que la zona en
que se tomaron las muestras se corresponde con el estado sano de estos materiales. En otra
campaa - realizada esta vez en el entorno de la ciudad de Jan se dedujeron, como
parmetros de resistencia de pico, un ngulo de rozamiento interno de 25 y cohesin efectiva
de 44kPa. Utilizando los datos anteriores podran considerarse como representativos de la
resistencia de las Margas Azules en estado sano un ngulo de 26 y una cohesin efectiva de
50kPa.
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Tambin se dispone de informacin relativa a la resistencia residual de las Margas Azules. De
acuerdo con Oteo (2000) son de esperar ngulos de rozamiento residuales de entre 12 y 15,
con cohesiones efectivas prcticamente nulas. En la citada campaa en el entorno de la ciudad
de Jan se obtuvieron ngulos de rozamiento residuales de 18 y una cohesin efectiva de
2kPa, nominalmente nula (ver siguiente figura). La presencia de una fraccin muy minoritaria
de arena pudo contribuir, en este caso, a elevar algo el valor del ngulo de rozamiento
residual. Segn estos datos los parmetros residuales de esta formacin podran ser un ngulo
de unos 12 a 16 y cohesiones efectivas en cualquier caso despreciables.
Figura N 35.- Ensayos de resistencia residual, en el aparato de corte anular, en muestras tomadas cerca de la ciudad de Jan
De acuerdo con los estudios realizados por Marinho y Chandler (1993), que fueron
comentados previamente, la resistencia reblandecida de las Margas Azules estara dominada
por un ngulo de rozamiento de unos 26 - similar al que exhiben en estado sano - y una
cohesin efectiva casi nula.
En estas condiciones los parmetros operativos realmente en los deslizamientos deberan
contar con un ngulo de unos 19 (el intermedio entre el intacto - de 26 - y el residual de unos
14) y una cohesin muy reducida, prcticamente nula, lo cual encaja con los anlisis
retrospectivos realizados en numerosos deslizamientos
Estos valores de resistencia operativa seran aplicables a desmontes ejecutados
recientemente, pero a medida que pasen los aos, con sus correspondientes ciclos de
humectacin y secado, la alteracin en la microfbrica de estas arcillas hara que los
parmetros de resistencia operativos en el desmonte fuesen los residuales, esto es, ngulos de
entre 12 y 16.
El razonamiento anterior encaja con los resultados de los ensayos realizados por Lpez-Vallejo
y Tsig (2000) sobre muestras sanas y sobre muestras sometidas previamente a ciclos de
humectacin y secado, con efectos similares a la alteracin natural como se explic
previamente, ya que el ngulo de rozamiento evolucion del siguiente modo: 30 a 36 para
muestras sanas (resistencia de pico) y 11 a 15 para muestras alteradas artificialmente.
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Como resumen de lo anterior se presenta la siguiente tabla, en la cual se coleccionan los
diferentes parmetros antes comentados. Es importante incidir una vez ms sobre las grandes
diferencias existentes entre la resistencia en estado sano que tienen las Margas Azules y la
resistencia que ofrecen en estado alterado y en estado residual; tambin es fundamental
apreciar la distancia entre la resistencia realmente operativa en deslizamientos y la resistencia
de pico, incluso aunque se trate de arcillas sanas.
Por ltimo hay que
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