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PSICOTERAPIA DE GRUPO PSICOANALÍTICA

Henry Ezriel

Daniel MalpartidaAbril de 2011

1. La situación transferencial

El psicoanálisis trata de mostrar un sentido oculto tras el aparente caos, asumiendo que los pensamientos y acciones aparentes sin relación producidos por un paciente en una secuencia temporal durante una sesión terapéutica (“material manifiesto”) pertenecen juntos dinámicamente, es decir, surgen de una fuente común, aunque inconsciente

Aplicando las reglas operativas de la interpretación para deshacer las distorsiones que son llevadas a cabo inconscientemente y rellenar algunos ítems ausentes (reprimidos), el analista trata de llegar a una explicación racional de las manifestaciones

aparentemente irracionales.

El punto de vista original de Freud era que esta fuente consistía de memorias (es decir, de

réplicas exactas de eventos significativos de la niñez que representaban situaciones de

conflictos no resueltos con personas de su ambiente infantil) y que la terapia psicoanalítica

consiste en hacer consciente el pasado del paciente.

Sin embargo, la pretensión de que el psicoanálisis revela nuestras memorias

reprimidas (olvidadas) no pudo ser mantenida cuando la investigación

subsiguiente reveló en forma concluyente que el “recuerdo” recobrado no guardaba

relación con los hechos reales.

Las fantasías inconscientes acerca de las relaciones de los pacientes con sus

objetos de fantasía (los precipitados de conflictos infantiles no resueltos) tienen

una realidad subjetiva, o como la llamaba Freud, realidad psíquica.

Ciertas fantasías que el niño cree son una verdadera percepción del mundo exterior, producen tanto miedo que trata de negar (reprimir) la existencia de este trozo de

supuesta realidad material.

Una vez que la represión ha hecho estas fantasías inconscientes, el miedo del individuo

de admitir conscientemente su creencia inconsciente en su existencia las mantiene fuera de la inspección consciente y comparación con la realidad externa. De esta manera, evita darse cuenta conscientemente que sólo son fantasías y que no existen en la realidad material y que todos los miedos que la ocasionan son, por lo

tanto, infundados.

Si la represión no logra mantener todo rastro de la fantasía inconsciente lejos del conocimiento

consciente, y de esta manera – como inconscientemente cree – prevenir su

surgimiento en la realidad externa, el individuo tiene que establecer relaciones objetales

apropiadas para ayudarlo a negar la existencia de las fantasías inconscientes, si es necesario

dejándole algunas salidas inocuas.

Relación requerida

• Relaciones adicionales utilizadas para fortalecer la inadecuada represión de la fantasía inconsciente

• Tal relación requerida será, conscientemente o inconscientemente, establecida en varias áreas de la vida del individuo; por ejemplo, en sueños, sueños diurnos, sublimaciones como la creatividad o el goce de obras de arte, o fantasías superimpuestas a actividades que sirven para satisfacer las necesidades conscientes de la realidad externa.

La economía mental de una persona se mantendrá “saludable”, es decir, en un estado

de equilibrio, si es que sus fantasías inconscientes son completamente reprimidas o si puede encontrar salidas adecuadas para sus necesidades inconscientes, es decir, mientras

pueda formar suficientes “relaciones requeridas” que mantengan las correspondientes fantasías

inconscientes bajo control.

Cuando estas salidas para las necesidades inconscientes de un individuo son insuficientes,

se siente obligado a buscar nuevas salidas fuera de su vida acostumbrada y de su

ambiente.

Es en estos estados, cuando las relaciones requeridas usadas hasta ese momento fracasan

en controlar las fantasías inconscientes que ahora amenazan en convertirse conscientes,

que el paciente es presa de la ansiedad.

Para hacerle frente empieza

a formar síntomas, utilizando

nuevas, aunque no muy

satisfactorias, relaciones requeridas.

Inconscientemente se espera que el

terapeuta juegue varios roles

adecuándose a las diversas relaciones requeridas por las

fantasías inconscientes del

paciente.

Estos intentos de atribuir al terapeuta varios roles de acuerdo a las necesidades

inconscientes del paciente, aún si son totalmente ajenas a la verdadera relación que existe entre ellos, es conocido como

transferencia.

El fenómeno de la transferencia puede, por lo tanto, ser explicado asumiendo la operación en

la mente de fantasías inconscientes de la realidad psíquica del paciente en sus

interacciones con objetos inconscientes en el aquí y ahora, fantasías que son los

precipitados de conflictos infantiles no resueltos.

La amenaza de que tales fantasías emerjan a la conciencia desencadena una tensión y una necesidad de buscar alivio a través del establecimiento de un cierto tipo de

relación requerida, la relación transferencial con su analista

La transferencia no es, por lo tanto, un resultado del tratamiento, sino que la

necesidad de ciertas relaciones transferenciales es la causa inconsciente

de la búsqueda del tratamiento.

El fenómeno de la transferencia fue descubierto por Freud cuando observó lo que llamó

“resistencia”.

A pesar del deseo consciente del paciente de decir al analista todo lo que venía a su mente y

no obstante su convicción de que este era esencial para su tratamiento, inconscientemente

y, tarde o temprano, aún conscientemente se resistía a hacerlo

Respecto a la resistencia a hablar libremente en las sesiones psicoanalíticas

se desarrolla, por consiguiente, tarde o temprano, la misma situación que existe

en el tratamiento de grupo desde el principio, debido a la presencia de otros

pacientes no idealizados.

La resistencia es todo aquello que se opone

al proceso psicoanalitico.

Y emanan de las fantasias inconcientes ,es decir de relaciones fantaseadas por

ejemplo con el terapeuta o conductor del grupo.

Esta fuente dinámica inconsciente impulsa al paciente a desarrollar hacia el analista y atribuirle varios sentimientos tales como amor u odio, varias actitudes o impulsos, todos superimpuestas a y sin vínculo con

la relación objetiva paciente – analista

Interpretaciones en el aquí y ahora

• Concentración únicamente en el aquí y ahora en términos de tres relaciones objetales.

• Énfasis en dar una explicación racional del patrón de conducta irracional, en demostrar al paciente sus causas, en lugar de simplemente señalarle que se está comportando de una manera determinada.

Así parece posible tratar todo material como material transferencial y por lo tanto

utilizarlo para interpretaciones en el aquí y ahora.

“El analista necesita dar una explicación racional de lo aparentemente irracional. Por ello creo

que toda interpretación, para ser efectiva, debe contener una “cláusula de por qué”, implícita o explícitamente. Ya sea que ella sea incluida en tal forma o no, debe demostrar al paciente que

está adoptando una conducta con el fin de evitar otra, porque teme las supuestas consecuencias

de admitir a la conciencia lo evitado en la conducta”.

Se hacen comentarios interpretativos al reconocer en el material tres clases de relaciones

objetales:

1) Relación requerida.

2) Relación evitada

3) Calamidad

El paso crucial de la terapia analítica es que le da la oportunidad al paciente de probar en la relación paciente – analista que la calamidad inconsciente aguardada no sigue a la aparición de la relación evitada.

Objeto emparejado

El objeto emparejado de un individuo en particular es un objeto que en su fantasía

está revestido con las cualidades requeridas para representar todos los roles que le asigna en sus esfuerzos

inconsciente para prevenir calamidades que, de acuerdo con sus creencias inconscientes podría emerger de

cualquiera de las relaciones evitadas de su inconsciente.

El uso de interpretaciones de aquí y ahora no significa el abandono del punto de vista histórico

– genético respecto a la etiología.

No niega la significación de las experiencias de la niñez para el desarrollo de la personalidad. Por

el contrario, nos permite estudiar estas relaciones objetales infantiles no a través del

descubrimiento de supuestos recuerdos infantiles, sino en la forma viva en la cual éstas

se manifiestan a sí misma en la relación paciente – analista en el aquí y ahora de la sesión

psicoanalítica.

Lo que las interpretaciones del aquí y ahora pretender tratar son todavía precipitados

inconscientes en la mente del paciente de sus conflictos infantiles no resueltos.

3. Tensión grupal común, estructuración del grupo y roles individuales

• En el grupo, cada paciente quiere, consciente o inconscientemente, expresar las tres relaciones que dominan en ese momento su mente en forma más o menos diferente a la de los otros.

• Esta tensión los hace reaccionar uno hacia el otro, los hace seleccionar, desatender, apoyar, rechazar, modificar, distorsionar, los comentarios de otros.

• Los hace empujarse unos a otros a diferentes roles o los deja a ellos mismos ser empujados a ciertos roles.

• Esto da como resultado una cierta estructura de grupo.

Dos mecanismos fundamentales en el proceso de estructuración del grupo

1) Comunicación compulsiva reactiva.

2) Comunicación a través de una tercera persona.

• Sr. A: habló largamente sobre su trabajo en una compañía grande y que tenía dificultades con su jefe, quien ostentaba de su automóvil.

• Sr. B: “para cambiar la conversación a algo más agradable, estas sesiones siempre están llenas de tensión… creo que debiéramos tener una sesión de relajamiento grupal en un bar o en la casa de alguien”

• Señor C: “¿Por qué no comprar unas botellas? Los hombres invitarán a las chicas”

EJEMPLO

• Srta. D: “Yo no me siento con deseos de fiestas, yo vengo aquí para tratarme… tuve un sueño anoche que me perturbó, yo estaba en un auto con un hombre, no sé quién, él estaba manejando… de alguna manera yo fui la causa del accidente y él se hirió… de todas maneras no voy a venir a su fiesta, ustedes saber que al doctor no le gusta que nos reunamos fuera del grupo”

• Sr. C: “Tú sólo estás tratando de congraciarte con él”

• Srta D: “Yo no tengo por qué congraciarme, él gusta de mí de todas maneras porque yo tomo el tratamiento seriamente, no como tú”.

• Sr. B: “Invitemos al doctor”

• Sr. C: “No, eso no sería un relajamiento”

• Sr. B: “Eso es cierto”

• Sr. A: “Sería entonces el tratamiento usual del grupo”

• Sr. E: “pero nosotros no podemos no invitar al doctor. Eso sería muy descortés de nuestra parte y él naturalmente lo resentiría”

• Sr. C: “pero si èl viniera el dominaría todo el grupo y ninguno de nosotros tendría una oportunidad… de todas maneras a él no le importará si no lo invitamos”

• Srta F. y Srta G dijeron que ellas harían lo que la mayoría decidiera.

El propósito latente de la esta reunión privada (la relación evitada o al menos parte de ella) es mujeres, vinos, canto,

es decir, sexo ..

¿Cómo interpreté esto en el grupo?

“ En la misma forma que en una sesión individual: señalando al total del grupo las tres relaciones y la

cláusula del por qué: ellos estaban aparentando que querían una reunión tranquila y privada para relajarse

(relación requerida) a fin de no admitir que lo que buscaban era una reunión por razones sexuales. Esto

es, en sus mentes, unido con la necesidad de usar violencia hacia mí, el supuesto rival que tienen que

remover (relación evitada). Esto es algo que ellos temen admitir porque ellos esperan que yo tome represalias,

otros porque podrían herirme a mí”.

La solución de los problemas inconscientes de los pacientes no puede ser obtenida simplemente llamando la atención hacia

las relaciones requeridas, sino señalando qué es lo que están evitando los

miembros del grupo y que están haciendo esto porque temen que la admisión de lo

evitado los llevaría a una cierta calamidad.

Conclusión

¿Son comparables los resultados de terapias individuales con los de terapias

grupales?

Conclusión

Es necesario planear el tratamiento del paciente de acuerdo con lo que su caso requiera, primero para identificar sus penosas relaciones evitadas

y consecuentes relaciones requeridas; para prestarle psicoterapia no analítica en sus

dificultades si pueden resolverse satisfactoriamente sus necesidades

transferenciales, y reservar el tratamiento psicoanalítico para aquellos casos que

requieran la remoción de las necesidades transferenciales, esto es, cambios de

personalidad.

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