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Eva Pilar González Sangüesa
Sergio Andrés Cabello
Facultad de Letras y de la Educación
Grado en Educación Infantil
2014-2015
Título
Director/es
Facultad
Titulación
Departamento
TRABAJO FIN DE GRADO
Curso Académico
Familias monoparentales: Influencia del divorcio en laeducación de los hijos
Autor/es
© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2016
publicaciones.unirioja.esE-mail: publicaciones@unirioja.es
Familias monoparentales: Influencia del divorcio en la educación de los hijos,trabajo fin de grado
de Eva Pilar González Sangüesa, dirigido por Sergio Andrés Cabello (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia
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titulares del copyright.
Trabajo de Fin de Grado
FAMILIAS MONOPARENTALES: INFLUENCIA DEL DIVORCIO EN LA
EDUCACIÓN DE LOS HIJOS.
Autor:
Eva Pilar González Sangüesa
Tutor/es:
Fdo. Sergio Andrés Cabello
Titulación:
Grado en Educación Infantil [205G]
Facultad de Letras y de la Educación
AÑO ACADÉMICO: 2014/2015
1
Resumen
En este trabajo se intenta reflejar las dificultades que puede tener una familia
desestructurada debido al divorcio en cuanto a la educación de los hijos. Se hace un
breve repaso sobre el significado del término “familia” y cómo ha evolucionado el
mismo a lo largo del tiempo. El principal enfoque de la investigación son las familias
monoparentales encabezadas por la madre, por lo que se hace uso de las mismas para
detallar diferentes estudios y su influencia en la educación de los hijos. Se puede
comprobar que la mayoría de estos estudios obtienen como resultado que las familias
monoparentales tienen una tarea más ardua por delante que las familias biparentales, lo
que muchas veces desencadena en problemas en el ámbito social de los hijos,
agresividad y malos resultados académicos. Se concluye con una propuesta educativa
con la que se intentarán solventar dichos problemas con la ayuda de la escuela, la cual
creará un vínculo de unión entre el hijo o los hijos y el progenitor que esté a su cargo.
Palabras clave: familia, divorcio, familias monoparentales, educación.
Abstract
This work tries to reflect the difficulties that a dysfunctional family can have because of
the divorce and how it influences in children education. There is a sum up about the
meaning of “family” and how it has evolved over time. The main focus of the
investigation are single-parent families headed by the mother, using them for detail
different studies and their influence on the education of the children. It can be checked
than the most of these studies has as a result that single-parent families have a harder
work ahead than two-parents families, and that brings social problems, aggressively and
bad academic results. To sum up, there is an educative answer that tries to finish those
problems with the help of the school, who will create a link between the son and the
mother.
Keywords: family, divorce, single-parent families, education.
2
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN…………………………...…………………………………..………3
1. METODOLOGÍA…………………...……………………………………………….5
2. FAMILIA Y EVOLUCIÓN…………………………………………………………6
2.1. Origen y evolución de la familia……….....……………………………...…7
2.2. Nuevas formas familiares…...........................................................................9
3. EL IMPACTO DE LOS DIVORCIOS Y LAS
SEPARACIONES: MONOPARENTALIDAD………………………..…………..13
4. INFLUENCIA DE LOS DIVORCIOS EN LA EDUCACIÓN……………….…...16
5. ÁMBITO EDUCATIVO……………………………………….……………….….23
CONCLUSIONES…………………………………….…………………………....…..27
BIBLIOGRAFÍA…………………………….……..……………………………...…...28
3
INTRODUCCIÓN
El siguiente trabajo trata de analizar y comparar la situación y vulnerabilidad de las
familias desestructuradas por falta de uno de los progenitores y cómo esto afecta en la
educación de los hijos.
Este tema está a la orden del día, pues a lo largo de los últimos años el número de
divorcios ha aumentado considerablemente. En la mayoría de los casos se centra toda la
atención en la división de tareas de los padres en cuanto a los hijos, al tema económico,
a las propiedades… Pero no se tiene en cuenta lo que supone para la educación de los
hijos. Este es un tema primordial que debe encabezar la lista de preocupaciones de
cualquier familia.
Así pues, con este trabajo se analiza cómo este incremento del número de divorcios
afecta a la educación de los hijos, ya sea por la vulnerabilidad de la mujer, quien jugará
un papel importante en esta investigación ya que, por lo general, el peso recae más en la
figura materna debido a la custodia, o por diversos aspectos que se describirán a lo largo
del mismo, como las dificultades económicas, la falta de tiempo o los enfrentamientos
que se generan entre ambos progenitores a causa del mismo.
Y para terminar, se establecerá una propuesta educativa para actuar contra los resultados
que se obtendrán de diversos estudios de cómo afectan estos divorcios en los niños.
Mediante la escuela en unión a la familia se tratará de erradicar dichas actitudes y
conseguir que el impacto de esta situación no sea tan grave en los más pequeños.
Así pues, el principal objetivo de este trabajo es analizar las dificultades que pueden
encontrar las familias desestructuradas por falta de uno de los progenitores en cuanto a
la educación de los hijos.
Como objetivos secundarios, se hace un repaso por la evolución del concepto de familia
y en lo que ha desembocado hoy en día. La diversidad de opiniones y definiciones es
muy amplia, pero se intentará establecer una en común para tener un punto de partida y
una visión global de lo que supone este término. Se analizarán los tipos de familia que
han surgido en los últimos años y las causas que los han generado. Principalmente este
estudio está centrado en las familias monoparentales causadas por los divorcios, pero
esto no significa que no existan más modelos familiares. Como bien se ha indicado,
centrándose en la familia monoparental, se definirá el concepto y se analizará el impacto
4
que supone para la vida cotidiana de los hijos, así como la influencia que esto supone en
su educación. Por último, se creará una propuesta educativa con el fin de solventar la
agresividad en el entorno social de los hijos de familias divorciadas, y que mediante la
unión de la familia con la escuela se pueda conseguir este objetivo.
5
1. METODOLOGÍA
A través del análisis de los datos obtenidos mediante fuentes secundarias, se ha
realizado un trabajo de investigación donde se establecen diversos apartados. En primer
lugar, se describe el concepto de familia, los diferentes tipos existentes y su evolución,
siguiendo con el análisis del aumento del número de divorcios, dado que en la
actualidad constituyen la principal causa de familias monoparentales. Y, por último, se
describe la influencia de estos en la educación de los hijos estableciendo una propuesta
educativa donde se involucra la escuela dentro del ámbito social que forma parte de la
vida cotidiana de los más pequeños. Esta tiene como objetivo ayudar a solventar, o por
lo menos mejorar, los problemas que acarrea el divorcio en la educación de los hijos.
Esta propuesta nace con la intención de unir el esfuerzo de la familia y de la escuela
para realizar un plan de acción que ayude a los hijos a sobrellevar la situación y que no
se vean perjudicados por la misma.
El tema ha sido elegido dado que el número de divorcios y familias monoparentales han
aumentado significativamente en las últimas décadas trayendo consigo una serie de
cambios y carencias que afectan a la educación de los hijos y su respuesta ante el
aprendizaje y la sociedad. Los datos comparados han sido extraídos de fuentes como el
INE y estadísticas basadas en la evolución de la familia y teorías referentes a la misma.
6
2. FAMILIA Y EVOLUCIÓN
Para comenzar, una definición de lo que hoy en día se conoce como familia. Como
decía C.C. Harris (1986), sociólogo de la familia, no existe un término menos claro que
éste. La variedad de formas de pensar en cuanto a la definición de este término es
infinita. Algunos definen la familia como “Un todo diferente a la suma de las
individualidades de sus miembros, cuya dinámica se basa en mecanismos propios y
diferentes a los que explican la del sujeto aislado. La familia es un sistema social
natural, que puede ser estudiado en términos de su estructura, o forma, como está
organizado en un momento dado y sus procesos o formas en las cuales cambia a través
del tiempo” afirman Miranda y Rodríguez (2010: 17). Esta definición no se adentra en
unas características concretas, diciendo que cada familia es diferente y basa sus reglas y
condiciones en sus creencias y estilo de vida. Según Baeza (2000), la familia es
considerada como un sistema que tiene diversos intercambios con otros sistemas y con
el contexto en el que se establece. Es decir, está en consonancia con el ámbito social,
político, económico, cultural y religioso que le rodea. Tiene tres funciones específicas
que son la reproducción de nuevas generaciones, la socialización de los niños y la
transmisión de valores, ideales y pensamientos de la sociedad perteneciente. Y Del
Valle (2004) apunta que, según la sociología, las familias son modos de establecer
vínculos sexuales, de crear lazos afectivos, convivir, generar vida, socializar a los hijos
y mantenerlos satisfaciendo todas las necesidades, tanto afectivas como materiales, que
demanden. Por lo tanto, la acepción de familia que se tenía en el pasado ha cambiado
completamente durante estos últimos años. Hoy en día no es necesario contraer
matrimonio o tener una pareja para ser considerado familia.
La característica más relevante de la familia es su capacidad de adaptación a los
cambios sociales que se han dado constantemente y que se han acelerado en estos
últimos años. La familia no se ha mantenido al margen, los ha sufrido y ha formado
parte de ellos, lo que le ha llevado a ser uno de los campos de investigación más
relevantes en la actualidad.
Las nuevas formas de relacionarse de los individuos hacen que el concepto de familia
cambie. Se crean y se rompen grupos familiares a medida que el tiempo avanza, con
separaciones y divorcios, y con migraciones y conflictos (Pineda, 2010). La familia es
estudiada desde diferentes puntos, ya sea concibiéndola como el núcleo básico de la
7
sociedad, como una institución social primaria, como un subsistema social o como una
simple relación social. Generalmente, todos los estudiosos de la familia coinciden en
que los cambios de la estructura familiar son graduales y que en ellos influye el
contexto, la clase social o la propia sociedad. Pero también se dan otras
transformaciones en los roles sociales que han hecho que este cambio avance más
rápidamente, como puede ser la mujer y su participación en el ámbito laboral, en el
ámbito económico, encabezando hogares… (Valbuena, 2012).
Por tanto, el concepto de familia es muy difícil de definir dado que cada persona o
institución tiene un punto de vista subjetivo ante la misma, pero sí hay que señalar que
ha habido una gran serie de variaciones significativas en el seno de la familia que ha
provocado un cambio en cuanto a la familia y su entorno. La reducción de la
nupcialidad, la expansión de diversas formas de vida en común, el descenso de la
natalidad, el constante aumento de las separaciones y de los divorcios han ayudado a
que este concepto que era tan complicado, lo sea todavía más.
2.1. Origen y evolución de la familia
Al comienzo de la historia, con los hombres primitivos, la familia era un núcleo
económico formado por personas unidas por relaciones de parentesco. En este contexto,
los roles estaban muy bien marcados, siendo el hombre quien se encargaba de la caza y
alimentaba a la familia, mientras la mujer cuidaba de la casa y los hijos. Por lo tanto, era
un claro ejemplo de familia patriarcal.
En estas mismas sociedades, las uniones eran marcadas por Ritos de Transición, a través
de los cuales pasaban de soltero a casado, ya sea mediante la unión con una persona de
tu mismo grupo, o con un alguien de un grupo distinto (Flores, 2011).Estos Ritos de
Transición eran de carácter religioso. De manera que la religión, desde tiempos
primitivos, establece un gran punto de referencia que se hace visible hasta la actualidad.
Durante esa época, y hasta el siglo XVI, no había otra forma de formar una familia que
no fuese a través de la actuación de la religión. Mediante un ritual de transición, es
decir, el matrimonio, se marcaba la unión entre un hombre y una mujer, y pasaban a
considerarse familia. El matrimonio constituye uno de los siete sacramentos de la
Iglesia Católica. Después de la Reforma protestante del siglo XVI, la influencia
religiosa ya no era tan fuerte, ya que fue sustituida, en parte, por el carácter civil,
8
dándole un carácter legislativo a esta unión. En la época preindustrial el núcleo familiar
era la forma de organización más común. Sin embargo, la familia ha cambiado en
cuanto a sus funciones, su composición, su ciclo de vida y el rol de los padres.
A partir de la Revolución Industrial y a consecuencia de la progresiva incorporación de
la mujer al mundo laboral, que se irá ampliando posteriormente, es cuando pasa a
producirse este gran cambio respecto al concepto de familia. Con esta revolución se
empieza a contar con la mujer para desarrollar el auge laboral. Y es aquí cuando se
realiza el cambio de rol de los cónyuges. Como se ha indicado anteriormente, en un
comienzo la mujer se encargaba únicamente de la casa y de los hijos, pero con su
incorporación al mundo laboral, estas tareas debían ser compartidas con el hombre, pues
ambos se hacían cargo también de la economía familiar.
Otro factor muy importante en cuanto a la evolución de lo que se conocía como familia
fue el divorcio. En realidad, el divorcio existía desde que comenzó el matrimonio, pero
no era admitido por muchas culturas debido a la ideología religiosa. En la mayoría de
las civilizaciones, la ruptura era solicitada generalmente por los hombres.
En España se estableció la Segunda República en 1931 y con ella se avanzó en la
creación de un estado laico que pensaba en proteger sus derechos como ciudadanos.
Destacaba un gran pensamiento anticlerical por parte de la población y la Iglesia
Católica era considerada como el enemigo que favorecía al capitalismo. Se legalizó el
divorcio por primera vez en el año 1932 y se consideró una de las leyes más
progresistas de las existentes en Europa. El artículo 43 de la Constitución de 1931
admitía que el matrimonio podía disolverse por mutuo acuerdo o a petición de
cualquiera de los cónyuges.
En la lucha social anticlerical se quería debatir acerca de la Ley del Divorcio.“Se trataba
de romper con todo el sistema de prejuicios sociales e imposiciones confesionales y de
posibilitar una moral familiar diferente, más acorde con la mentalidad moderna y laica
que inspiraba todo el sistema republicano” (Daza, 1992: 165).
En España, el matrimonio civil durante la II República era tan válido como el contraído
por la Iglesia. Pero con la llegada del Franquismo fueron disueltos todos los
matrimonios civiles y se consideraron ilegales. El único matrimonio válido era el que se
realizaba por la Iglesia Católica. Esto estuvo vigente durante esta época ya que, con la
9
muerte de Franco llega la Transición Española y entra en vigor la constitución de 1978,
pero no fue hasta tres años después cuando se retomó la Ley del Divorcio anteriormente
prohibida. De este modo vuelve a ser válido el matrimonio ante la ley, es decir, el
contraído por derecho civil.
A consecuencia del divorcio se dieron nuevas formas de organización familiar. Con
este, se daba la oportunidad de disolver un matrimonio y volver a contraerlo por un
procedimiento civil y no religioso. Además, el cambio de mentalidad de la sociedad
hacia la Iglesia hizo que la religión perdiera importancia para la población y que el
divorcio ya no se concibiese como un pecado. Esto causó que se produjese un cambio
en la organización familiar y que la Iglesia pierda parte del poder que ejercía sobre la
sociedad. Se genera cierta confusión ante esta situación y muchas opiniones tanto a
favor como en contra de este cambio de mentalidad y costumbres.
2.2. Nuevas formas familiares
Todo este cambio en el concepto de familia ha llevado a cabo la aparición de nuevas
formas familiares. No existe una única definición de la familia, por lo que tampoco se
puede contar con una clasificación generalizada de los diferentes tipos de familia. Hay
diversos estudios que dan nombre a estas nuevas formas familiares, pero bajo distintos
puntos de vista que dan como resultado una gran variedad de clasificaciones y
definiciones de cada una.
Se han dado numerosas transformaciones que han supuesto la pérdida de lo que se
conocía como la “familia tradicional” entendida como nuclear, biparental, heterosexual,
autoritaria y asimétrica en la diferenciación de los roles. La familia nuclear se puede
definir como la unión mediante el matrimonio de dos personas de diferente sexo unidas
por el amor y que generalmente tienen una descendencia en común (Rodríguez,
2011).Esto no significa que desaparezca o se sustituya lo entendido como “familia”,
sino su coexistencia con otras opciones familiares como pueden ser las familias
reconstituidas a partir de segundas o terceras nupcias, las parejas homosexuales, las
LAT (LivingApartTogether) o parejas estables pero con residencias separadas, parejas
de hecho o las familias monoparentales. (Rivas et al., 2009).
10
Por lo tanto, en este estudio se podrían establecer estos nuevos modelos de familia
designados por Rivas et al. (2009) y describir lo que la sociedad entiende por los
mismos:
- Familias reconstituidas: Se pueden dar diversos matrimonios o parejas de hecho
de separados/as y divorciados/as con hijos no comunes a la relación, es decir,
que la pareja conyugal no tiene por qué coincidir con la pareja progenitora. Al
romperse el matrimonio y volver a unirse con otra persona distinta, el padre o la
madre progenitor/a ya no es el esposo o la esposa. (Rivas, 2012). Así pues, la
familia reconstituida se caracteriza por estar formada por dos personas que han
tenido hijos de relaciones anteriores y establecen una nueva vida familiar.
- Parejas homosexuales: Son parejas compuestas por dos miembros del mismo
sexo que deciden adoptar o acudir a las técnicas de reproducción asistida para
tener descendencia.
- Parejas de hecho: Es un emparejamiento que se realiza independientemente de la
orientación sexual que comparten hogar y estilo de vida pero no contraen
matrimonio ni por la Iglesia ni por el registro civil.
- Parejas estables pero con residencias separadas (LAT): Generalmente estas
parejas no tienen hijos, por lo que deciden mantener cada uno su propia vivienda
y no establecer un hogar común.
- Familias monoparentales: Estas familias se definen por configurarse a partir de
uno solo de los progenitores conviviendo con sus hijos. En este estudio se va a
desarrollar más extensamente este término y se elaborarán ciertas hipótesis a
partir del mismo.
Dentro de este último término cabe decir que tradicionalmente se distinguían tres
posibles vías para llegar a ser familia monoparental: a través de la maternidad solitaria o
extraconyugal; mediante la viudedad; o mediante la separación y/o divorcio. Sin
embargo, hoy en día se han desarrollado otros caminos para llegar al mismo punto. En
la actualidad ha habido un aumento de hombre solteros que han decidido ser padres en
solitario, bien sea mediante la adopción o asumiendo la custodia de unos hijos fruto de
una relación anterior. Por lo tanto, aunque generalmente es la mujer quien se hace cargo
de los hijos cuando sucede un divorcio, también hay que tener en cuenta que la figura
del hombre puede estar presente en otros muchos casos (Barrón, 1998).
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Todos estos tipos de familias descritos forman parte de los hogares pluripersonales, pero
también hay hogares unipersonales que son los compuestos por personas solteras o
ancianos solos, que han crecido un 27,5% en los últimos 10 años según el censo de
20111. Son uno de los tipos que más ha aumentado recientemente, aunque la principal
razón de este crecimiento es el proceso de envejecimiento que la mayoría de las veces
desencadena en una vida solitaria para los ancianos. Los datos del censo de 2011
revelan que la gran mayoría de los hogares unipersonales, concretamente el 63,7%,
están ocupados por personas mayores de 65 años. Sin embargo, también son muchos,
según el INE 607.806 que constituyen el 3,36% del total, los hogares compuestos por
personas jóvenes que no prestan importancia a la percepción social que se tenía hace
años de la soltería y deciden vivir solos en su propio hogar (Rodríguez, 2004).
Figura 1: Nuevas formas familiares.
Fuente propia.
1 INE: Censo de Población y Viviendas 2011.
Nuevas formas familiares
Hogares unipersonales
Ancianos sólos
Solteros
Hogares pluripersonales
Familias reconstituidas
Familias homosexuales
Parejas de hecho
LAT
Familias monoparentales
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La sociedad española se caracteriza por tener una mayor complejidad de hogares y una
gran incidencia en lo que se llaman “nuevas formas familiares”. En la última década ha
habido un gran incremento de estas formas a causa del cambio de mentalidad, de
costumbres y de la situación social del momento. Por lo que ahora estos son los nuevos
estilos de familia que más están aumentando, pero pueden variar al mismo tiempo que
cambia la sociedad.
13
3. EL IMPACTO DE LOS DIVORCIOS Y LAS SEPARACIONES.
MONOPARENTALIDAD.
Para empezar, se debe diferenciar muy bien el término “separación” y el término
“divorcio”. La palabra divorcio tiene un triple significado (Bengoechea, 1992):
- Disolución matrimonial, significado técnico en el lenguaje jurídico.
- Separación personal, referida exclusivamente al deber de habitar conjuntamente.
- Declaración de nulidad, que no es lo mismo que disolución.
Cabe resaltar el gran cambio que ha sufrido la sociedad en cuanto a los divorcios. Ha
habido una evolución desde matrimonio intocable hasta el final de la vida, al divorcio
casi inmediato.
Generalmente, todas las familias tienen uno o dos hijos, es decir, descendencia. Según
el INE (Instituto Nacional de Estadística) en 2011 había 7.060.230 parejas con hijos, y
de este número hay 496.135 que tiene algún hijo no común a ambos miembros (familias
reconstituidas), lo que supone el 7,03% del total. Esta cifra es el doble que hace 10
años2. Por lo tanto, se demuestra que en 10 años la mentalidad de la población ha dado
un giro de 180 grados.
La situación de los divorcios en España es una realidad actual que afecta a un gran
número de familias. La mayor preocupación se encuentra en tratar de favorecer, en la
medida de lo posible, la adaptación de los menores a esta situación que les toca vivir, e
intentar prevenir los conflictos o dificultades que la ruptura familiar pueda traer (Arch,
2010). Aunque la familia nuclear sigue siendo el modelo de familia predominante en
nuestra sociedad, otras formas de convivencia se empiezan a ver y conocer. Por lo tanto,
se deben introducir cambios importantes en los papeles que tradicionalmente venía
desempeñando la familia en la educación de los hijos.
Como dicen Ortega Ruiz y Mínguez Vallejos “más que ante una muerte anunciada de la
familia, estamos ante un desarrollo de formas o modelos plurales de familia, incluida la
familia nuclear, como adaptación a las situaciones sociales cambiantes”(2003: 36).
Así pues, ya se ha indicado que la familia nuclear sigue siendo el modelo más seguido
por la sociedad pero, a consecuencia de este cambio, existen diversos tipos de familias
2 INE: Censo de Población y Viviendas, 2011.
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señalados anteriormente como la formada por padres homosexuales, las parejas de
hecho, las familias reconstituidas, o las familias monoparentales. En cuanto a este
último término, cabe señalar que las familias monoparentales pueden ser causadas
porque una persona ha decidido tener descendencia sin depender de una pareja; por un
divorcio en el cual el hijo o los hijos se quedan a cargo mayoritariamente de uno de los
dos progenitores; o por la muerte de uno de ellos, es decir, que quede la madre o el
padre viudo a cargo de los hijos. Se podría decir que uno de los mayores cambios
experimentados por las estructuras familiares en España es este, el incremento de
hogares compuestos por al menos un núcleo familiar monoparental.
El factor que más incide en la aparición de las familias monoparentales son los procesos
de ruptura matrimonial, que no dejan de crecer. En el año 2011 se produjeron 110.651
disoluciones de matrimonios, un 0,3% más que en el año anterior. Los divorcios
representaron el 93,6% de las rupturas matrimoniales en el año 2011, frente al 6,2% de
las separaciones. Es evidente que la ruptura es la principal ruta de entrada este tipo de
familia y son encabezadas por una mujer, pues la mayoría de las mujeres que están solas
al frente integran casos de monoparentalidad derivados de un vínculo matrimonial; es
decir, son madres separadas o divorciadas. Estas madres que obtienen la custodia y se
establecen familias monoparentales encabezadas por la mujer supuso el 81,7% de los
casos de divorcio en 2011 según el INE3. Pero, ¿qué considera la sociedad como familia
monoparental? Aquí se entra en otro debate sobre qué características tiene y cuáles no
una familia de este tipo.
Existen diferentes definiciones, por ejemplo el Consejo de Europa (1995) dice que es
“Toda familia constituida por un solo progenitor y uno o más hijos”. Sin embargo,
Borrajo Iniesta (1988: 43) lo define como “Familia formada por un adulto que vive sólo
con uno o más hijos a su cargo y que en su formación ha de haber seguido una de las
tres vías siguientes: - Fallecimiento en un matrimonio con hijos pequeños de uno de los
cónyuges. - Ruptura de la pareja con hijos menores por conflicto entre sus miembros,
quedando los hijos en la custodia de uno de los padres. - Madre soltera con uno o más
hijos nacidos fuera del matrimonio”. Y, por último, la Comisión de los Derechos de la
Mujer (1998) señala lo siguiente: “Los estudios revelan una imagen sumamente
compleja y variada de estructuras sociales y de ayuda para los hijos y el progenitor solo,
3 INE: Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios. Año 2011.
15
demasiado diversas entre sí como para crear una imagen homogénea. En la mayoría de
los casos el progenitor sólo se encuentra en una situación muy vulnerable, teniendo que
hacer frente a responsabilidades por partida doble en calidad de proveedor del sustento
y cuidador”.
Hay muchas definiciones que giran en torno a este término. La familia monoparental fue
incorporada con éxito en la sociedad en la década de los 70 (Jociles et al., 2008). Tuvo
una buena acogida por parte de los sociólogos y demás estudiosos de la familia por
varias razones. En primer lugar, gracias a esto se podría dejar de usar otros términos
como "familias incompletas", "padre sólo", "madre sola cabeza de familia", "familias
rotas", "familias descompuestas ", "familias desunidas"... (Iglesias de Ussel, 1998) que
tendían a peyorizar este concepto y llevarlo al extremo de pensar en él como fruto del
fracaso. En segundo lugar, se acabarían las críticas feministas que solicitaban que la
familia encabezada por una sola mujer fuese considerada una verdadera familia
(Lefaucher, 1988). Y, por último, la implantación de este concepto fue a la vez que
sucedieron el gran número de cambios en las relaciones de pareja y que el fenómeno de
la desinstitucionalización del matrimonio, con lo que se esperaba un aumento de las
separaciones y divorcios y, consecuentemente, una monoparentalidad más frecuente.
Por lo tanto, ya se ha señalado que ha habido un gran aumento del divorcio y las
familias monoparentales como consecuencia del mismo, suponiendo así el 9,6% de la
población en 2013. Aunque también se observa el aumento de las familias
reconstituidas siendo en 2011 el doble que hace 10 años. Esto no supone sólo un nuevo
estilo de vida en la estructura familiar, sino que afecta a otros campos como puede ser la
economía de la casa, las situaciones personales o la educación de los hijos.
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4. INFLUENCIA DE LOS DIVORCIOS EN LA EDUCACIÓN
Hay una gran cantidad de preguntas que surgen en la sociedad ante la capacidad de
supervivencia que tienen las familias monoparentales causadas por el divorcio.
Teniendo en cuenta que este estudio se centra en las familias monoparentales
encabezadas por la mujer, se crean numerosas cuestiones como: ¿será la madre capaz de
mantener un equilibrio entre las exigencias laborales y las familiares? ¿Necesitará algún
tipo de ayuda de manera inmediata para sobrellevar todo el cargo? ¿Necesitaría apoyo
social o familiar para asumir todas estas responsabilidades? ¿Será capaz de ofrecer un
ambiente adecuado en torno a la educación de los hijos? ¿Tendrán capacidad suficiente
los niños para obtener un desarrollo óptimo en todos los ámbitos de su vida bajo la
tutela de un único progenitor? Los niños serán capaces de desarrollarse y madurar
satisfactoriamente bajo la tutela de un sólo progenitor? En este caso, el padre que no
convive diariamente con el menor ¿pierde su rol en torno a la educación del hijo o los
hijos? ¿Cómo puede ejercer su función parental desde la distancia? ¿Cómo solventará su
ausencia diaria, si es que se produce? (González, 2011).
La mayoría de los divorcios suceden a través de desacuerdos entre los progenitores. En
relación a los temas concretos conflictivos tras el divorcio, las investigaciones
realizadas con padres y madres divorciados (Bonach, 2005) indican como principales
motivos los desacuerdos referidos a las pautas educativas y de crianza, enfrentamientos
por usar al niño como mediador entre los dos progenitores, problemas por la forma en
que el padre o la madre se relaciona con el niño, personalidad difícil de la ex pareja, que
el menor conviva con la nueva pareja de sus progenitores y la falta de competencia
parental. Se encontró una diferencia importante en función del género del progenitor, de
forma que sólo las madres expresaban su preocupación respecto a que el padre pudiese
estropear al hijo; mientras que únicamente los padres, expresaron la falta de control
respecto a sus propios hijos, a causa de la madre.
El cambio que experimentan los hijos ante una situación de divorcio de los padres es
muy grande. La estructura familiar inicial se rompe y se deben adaptar a nuevas rutinas,
nuevos entornos y nuevas formas de actuación. Pero, ¿a qué es debido todo esto? Sería
conveniente diferenciar los principales aspectos que se ven alterados cuando se origina
un divorcio.
a) Aspecto económico.
17
Cuando se produce un divorcio, una de las cosas que más problemas acarrea es
el tema económico. Ya no hay una economía en común, por lo que los gastos
recaen principalmente en la persona que tiene la custodia. El cónyuge que no
tiene la custodia debe pasar una pensión a quien la tiene, pero existen numerosos
casos en los que, o no es una cantidad suficiente para cubrir todos los gastos, o
no se pasa dicha pensión. Por ejemplo, en el año 2013, en el 57,2% de los casos
de divorcio se asignó una pensión alimenticia. En el 81,5% el pago de la pensión
alimenticia correspondió al padre, en el 4,8% a la madre y en el 13,7% a ambos
cónyuges4.Generalmente es la madre quien se queda con esta custodia, aun
siendo compartida, es quien más tiempo pasa con los hijos en su vida diaria.
Como también existen casos de monoparentalidad masculina, es más probable
que el varón solo mantenga un trabajo remunerado y derive por tanto ingresos
propios, constituyendo así una unidad económica relativamente autosuficiente.
Sin embargo, en los casos de madre sola ésta, por lo general, cuenta con una
posición económicamente menos favorable, aun trabajando fuera del hogar. El
número de mujeres ocupadas en el mercado laboral es proporcionalmente más
bajo que el del género masculino. En concreto, en el año 2011 se registraron
10.602 mujeres en el mundo laboral frente a los 12.838 hombres activos que
había en aquel momento. Esto supone que el 45,3% de la población activa eran
mujeres y el 54,7% hombres, es decir, que superan a las mujeres en 9,6
puntos5.En el caso de estar empleadas, reciben salarios más bajos y sus puestos
de trabajo son de menor estatus o con menores posibilidades de ascenso, entre
otros factores, por las peores condiciones del puesto y del contrato laboral
(Barrón, 1998).
b) Aspecto emocional
Hablando en términos generales, las madres son quienes atienden
mayoritariamente a los hijos. En el aspecto emocional, y debido al carácter de
las mujeres, los hijos empatizan más con la madre, por lo que se convierten en
un punto de apoyo imprescindible a lo largo de la vida.
Después del divorcio los hijos atraviesan una gran crisis emocional que trae
como resultado que mienten, temen que sus compañeros sepan lo que ha
4 INE: Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios. Año 2013. 5 INE: Análisis de la evolución reciente de la población activa en España (primer trimestres de 2011 a primer trimestre de 2014).
18
sucedido en la familia, no llevan amigos a casa y procuran no hablar de sus
familias (González et al., 1997). Por lo tanto, la misión de los padres en este
aspecto es intentar llegar a un acuerdo y hacerse cargo de la educación
emocional de los hijos entre ambos; o si sólo está presente una de las dos figuras
(materna o paterna) analizar las actitudes del niño/s e interactuar para que vea
que todo puede volver a la normalidad siendo familia monoparental.
c) Aspecto educativo
La educación es uno de los rasgos que más se ven influenciados en un divorcio.
Los hijos atraviesan un momento en sus vidas muy complicado donde necesitan
especial apoyo. Esto se ve reflejado en la educación. Ahora cae todo el peso en
uno de los dos progenitores, lo cual es una gran carga. Como se ha indicado
antes, generalmente es la madre quien tiene la responsabilidad de esto, pero
entre el trabajo, la casa y todo lo relacionado a la familia, hay veces que se deja
a un lado este tema. La educación de los hijos supone estar al corriente de su
vida escolar, sus profesores, las reuniones… Y muchas veces no da tiempo a
llevar al día todo esto.
Estos aspectos acarrean un gran peso en la vida de todas las familias que han pasado por
un divorcio. Repercuten en la vida diaria y el padre o la madre que se ha quedado a
cargo de los hijos tiene que ser capaz de sobrellevar lo descrito anteriormente para un
desarrollo óptimo de los menores y que sea posible llevar una vida sin demasiados
altibajos.
La característica más significativa de este tipo de familias, causadas por separación o
divorcio, en cuanto a la educación de los hijos, es que ambos progenitores comparten
las tareas de educación y atención a los mismos, aunque estos últimos pasen la mayor
parte del tiempo con uno solo de los padres.
Como se ha indicado antes en el factor económico, en los divorcios se detecta un
problema de desigualdad parental que como consecuencia crea un perjuicio de los hijos
de parejas divorciadas. Generalmente, cuando se produce una quiebra del matrimonio,
se suele atribuir la custodia a uno de los padres. Y a pesar de las políticas de igualdad de
oportunidades, es la madre quien casi en la mayoría de los casos recibe esta custodia,
quedándose el hombre con un régimen general de visitas quincenales (Goñi Sein, 2005).
19
Las ayudas para los padres solitarios a cargo de los hijos son prácticamente nulas, y a
esto hay que unirle que se le plantean muchas dificultades para atender a los menores en
la edad preescolar, las enfermedades de los hijos o para, simplemente, cuadrar las citas
concertadas con centros, profesores o especialistas con el horario laboral. Esto se
convierte en una doble carga que tiene como consecuencia que el progenitor,
generalmente la madre, suele dejar a un lado el terreno laboral por un tiempo para
dedicarse únicamente al terreno personal. Y muchas veces esto supone la expulsión del
mercado de trabajo como consecuencia de múltiples ausencias y permisos solicitados
para atender las demandas de los hijos menores (Goñi Sein, 2005).
Por lo tanto, es una cadena. Lo que generalmente sucede es que el progenitor que queda
al cargo de los hijos está solo ante las tareas de la casa, la economía familiar y las
responsabilidades respecto a los hijos, entrando en este último aspecto la educación,
actividades extraescolares, responsabilidad en todos los ámbitos que giran en torno a los
mismos. De repente, tiene una carga enorme y si decae en uno de estos aspectos, se verá
afectado el siguiente, por lo que puede llegar a hundirse la economía familiar, el hogar,
y el ámbito socioafectivo de los hijos. Esto es lo que suele ocurrir, aunque hay que
destacar que existen muchos casos en los que esto no es lo habitual y son capaces de
llevar la vida diaria con normalidad, manteniendo una estabilidad en todos los ámbitos
de la misma.
La actitud de los niños frente al divorcio puede variar en cada uno de ellos. Esto
depende de muchos factores, como pueden ser la edad, el carácter, la personalidad, el
desarrollo evolutivo… Como consecuencia del divorcio, muchos hijos se comportan de
diferente manera a como lo hacían habitualmente y presentan trastornos emocionales:
culpabilidad, rabia, ansiedad y confusión por todo lo que ha ocurrido con sus padres
(Hetherington et al., 1985). Cada persona responde de una manera ante el cambio, pero
estas características son las más comunes en los hijos de padres divorciados.
Hay diversos autores (Valdés Cuervo, et al., 2011) que han estudiado la relación entre
una familia monoparental resultante de un divorcio y las alteraciones emocionales que
los niños muestran únicamente en la estructura familiar. Pero no sólo se expresan estos
sentimientos en la familia, sino que afecta al entorno escolar y social del propio niño.
La comparación más habitual se realiza entre familias nucleares y familias
monoparentales como consecuencia de un divorcio. En torno a estos dos tipos de sujetos
20
se desarrollan muchas teorías, donde mayoritariamente da como resultado que la familia
monoparental tiene más problemas y dificultades en cuanto a la educación de los hijos.
Pero alrededor de este tema hay muchos estudios, de los cuales se van a profundizar
algunos de ellos a continuación.
Por lo general, los niños que crecen en familias psicológicamente sanas y funcionales,
se crían en un ambiente que les ayuda a sentirse valiosos y queridos, aprenden que sus
sentimientos y necesidades son importantes y pueden ser expresadas. Estos niños suelen
formar, en la edad adulta, relaciones saludables y abiertas. Sin embargo, hay un gran
número de familias nucleares que no consiguen un desarrollo óptimo para sus hijos ya
que, aun estando los dos progenitores en la familia, no son capaces de crear un ambiente
de equilibrio tanto familiar como emocional, lo que puede llegar a crear diversos
problemas para los hijos tanto en el entorno social como en la educación (Bengoechea,
1992). Esto demuestra que no sólo existen problemas en familias disfuncionales, sino
que en familias aparentemente funcionales también se crean conflictos.
Por otro lado, se han obtenido resultados que dicen que los niños pertenecientes a
familias monoparentales tienen peor autoconcepto y más problemas de conducta,
psicológicos y de relaciones sociales (Amato, 2001).
Según Hetherington (1979), los niños más pequeños se autoinculpan de la situación,
mientras que los más mayores lo afrontan con más confianza. Muchos de los divorcios
traen consigo disputas y recriminaciones entre los padres, lo que lleva a los hijos a
presenciar situaciones que pueden afectar al desarrollo emocional de los mismos, que
traerá como consecuencia diversos problemas en su vida diaria.
En otro estudio realizado por Simons y Chao (1996) donde compararon dos tipos de
estructuras familiares (intactas y monoparentales) encabezadas por la madre, obtuvo
como resultado que los menores y jóvenes pertenecientes a familias monoparentales
tenían unos niveles significativamente más elevados de conducta antisocial y delictiva
que los hijos de familias intactas. Además, esta diferencia era especialmente alta cuando
se tenía en cuenta la persistencia de dicha conducta.
Kilsberg (2000) menciona que quienes vivían sin el padre, presentaban una tendencia a
ser más frecuentemente expulsados de las instituciones educativas a las cuales
pertenecían, a sufrir trastornos de comportamiento y a tener dificultades en la relación
21
con sus compañeros. Asimismo, un estudio realizado por Valdés, Martínez y Ochoa
(2010) compara las características de estudiantes de padres divorciados con estudiantes
de padres no divorciados, mostrando que los primeros muestran mayor riesgo de
presentar problemas emocionales y conductuales en comparación a los segundos.
Cuervo (2010) analiza las pautas de crianza en general y el desarrollo emocional en la
infancia y señala que las prácticas de crianza que utilizan los padres se relacionan con
los problemas de conducta de los hijos. Cuando estas se ejercen de manera autoritaria,
con palabras negativas, valorando sólo las cosas que los hijos hacen bien y castigando
físicamente lo que hacen mal, suelen aparecer problemas de atención, conductas
agresivas, ansiedad/depresión, conducta delictiva y problemas sociales. Cuando estas
formas de crianza son consecuencia de los problemas que existen en el entorno familiar,
como pueden serlas situaciones de divorcio o separación, el rendimiento de los niños y
las niñas en la escuela se ve perjudicado porque les hacen vivir situaciones extremas que
afectan a su normal desarrollo en la vida y también en la escuela; Estas condiciones
permiten establecer una relación entre la situación familiar y la educación y rendimiento
escolar de los hijos (Morales, 1999).
En el estudio de Bengoechea (1992) se obtiene como resultado que los hijos de familias
divorciadas tienen una media superior a los hijos de familias biparentales en la
inadaptación escolar, insatisfacción familiar y resultados académicos.
Como Morgado Camacho y González Rodríguez (2012) indica en su investigación, se
considera que los hijos de familias divorciadas están en la media de la competencia
escolar respecto a la clase. En la competencia cognitiva y social se mantenían en la
media pero, en comparación con los hijos de familias biparentales, estaban muy por
debajo. En todos los ámbitos estudiados según Morgado Camacho y González
Rodríguez (2012), los hijos de familias monoparentales pueden situarse dentro de una
media más o menos positiva pero, al compararlo con los de familias biparentales,
quedan muy ajenos al punto óptimo.
Por último, Robledo (2010) señala que en relación con el rendimiento escolar, los
maestros manifiestan que los niños/as después del divorcio suelen presentar “problemas
de atención”, “bajo rendimiento”, “menor interés en las tareas escolares”, “les cuesta
obedecer instrucciones”, “olvidan el material”, o “tienen bajo nivel de energía y
participación”. Estas características se asemejan a las estudiadas por Clerget (2006), es
22
decir, un menos interés en las tareas escolares, la pérdida de dinamismo, pocas ganas de
participación, problemas de atención y bajo rendimiento.
En conclusión, tras analizar diversos estudios y contrastar los resultados obtenidos en
todas las comparaciones entre familias intactas y familias monoparentales, se puede
decir que el principal resultado es que los hijos de las familias monoparentales tienen un
nivel educativo más bajo donde obtienen peores resultados académicos y, además,
tienen más dificultades en el ámbito social ya que se caracterizan por su agresividad.
23
5. ÁMBITO EDUCATIVO
Como se ha indicado en los resultados anteriormente expuestos, una de las
características más significativas de los hijos de padres separados es la agresividad y los
problemas relacionados con la interacción social. La escuela es un lugar clave en la vida
de cualquier niño, dado que ahí pasan gran parte de su tiempo. Por tanto, desde el
propio centro se puede dar una respuesta educativa que sirva para solucionar los
problemas que originan los divorcios entre padres e hijos, estableciendo un nexo de
unión que, en este caso, sería la escuela.
Para los docentes, la tarea de educar no es neutral; ellos directamente se ven inmersos y
responder a una multitud de situaciones de los alumnos, que no sólo se remiten a la
adquisición de saberes, habilidades o destrezas, sino que se relacionan directamente con
la dinámica familiar que constituye la vida personal de cada uno.
La educación de los hijos no sólo se refiere a los logros académicos que cada uno pueda
conseguir, sino a la educación en valores, actitudes y normas. A causa de los divorcios,
muchas veces se deja a un lado este tipo de educación dada a los hijos, pues en muchas
ocasiones ellos tienen que estar presentes ante discusiones, desplantes, insultos y una
guerra interna que suelen llevar los padres cuando se ven en esta situación de divorcio.
Debido a esto, y demostrado con diversos estudios (González, 2000), existe un gran
número de hijos de familias divorciadas que tienen problemas en el colegio relacionados
con las relaciones entre iguales.
A continuación se presenta una respuesta educativa que se podría llevar a cabo en el
centro para crear un vínculo familia-escuela y que estos dos núcleos juntos sean capaces
de actuar correctamente en la educación de los hijos y se resuelvan las conductas
conflictivas.
Por lo pronto es el maestro quien acompaña los procesos académicos y formativos de
los niños, y para ello debe tener presente a la hora de realizar intervenciones
pedagógicas que pretendan disminuir las conductas agresivas o canalizarlas de manera
adecuada, el reconocimiento de sus circunstancias económicas, familiares y sociales y
su historia de vida como posibilidad para entender los factores externos e internos de la
vida del pequeño y cómo éstas circunstancias influyen en el desencadenamiento de
actitudes agresivas en la adolescencia, es decir, adentrarse en la vida familiar y personal
24
del alumno en cuestión para ayudar a solucionar los problemas desde dentro (Gallego
Henao, 2011).
Para empezar, una vez que se ha detectado cierta influencia de la agresividad en el trato
con iguales en la escuela y hacia los profesores, estos últimos son quienes deberían
establecer una entrevista con la madre o el padre del alumno en cuestión. Como se está
tratando el tema de divorcios, las entrevistas tendrían que ser separadas, es decir, una
con el padre y otra a solas con la madre, si los dos están a cargo de los hijos.
Generalmente, como se ha expuesto anteriormente en el trabajo, son las madres quienes
tienen la custodia de los niños, por lo que posiblemente sea la madre quien se haga
cargo de estas situaciones.
El objetivo de esta entrevista es investigar más a fondo el motivo de la agresividad del
niño en cuestión a través de unas preguntas que se realizarían al progenitor
correspondiente. El divorcio puede que sea el detonante de esta actitud, por lo que el
maestro deberá, con el permiso de la madre o el padre, involucrarse más en la historia
de la separación y en las actitudes que tiene el niño en el ámbito familiar y en el externo
al centro.
Escobar (2005) señala que los comportamientos agresivos en la infancia tienen su
origen en el núcleo familiar, es la familia con quien los niños y las niñas pasan la mayor
parte de su tiempo, viendo, sintiendo y haciendo lo que los adultos hacen. Son los
adultos quienes abren una gama de posibilidades para que los hijos, según Bandura
(1987), imiten y reproduzcan los modelos que ven en casa, tanto en la adolescencia
como en la edad adulta. Pero hay que señalar que las conductas agresivas aprendidas
son conductas que pueden modificarse. Por lo tanto, el objetivo principal que comparten
la escuela y las familias de este tipo de niños es desaprender la conducta inadecuada y
adquirir la conducta adaptativa.
Así pues, sería conveniente crear, impulsar y mantener las Escuelas de Padres. Estas
Escuelas tienen como objetivo principal un autoaprendizaje a través de la reflexión
sobre la propia experiencia y debate-diálogo con otros padres. Es un lugar donde todos
aprenden de todos, y donde miran lo más beneficioso para los hijos observando los
errores de ellos mismos como adultos y aprendiendo a mejorar y seguir hacia adelante
(Romero, 2004). Según José Antonio Marina (2014), a través de estas Escuelas las
familias pueden actuar de dos formas: actuando directamente sobre el comportamiento
25
de sus hijos, o haciéndolo indirectamente, es decir, a través del entorno y el ambiente en
el que se mueven sus hijos. De modo que con estos grupos se podrían aclarar
malentendidos, compartir conocimientos y enlazar vínculos de actuación. Los padres
involucrados en divorcios y que estén pasando por una situación de agresividad por
parte de sus hijos podrían barajar la opción de formas parte de las escuelas de padres y
obtener ayuda por parte, ya no sólo de profesores, sino de otros padres que pueden estar
en la misma situación o que tienen medios y conocimientos para intentar solventar la de
los demás.
Hay dos técnicas muy similares en cuanto al trato de los problemas en una familia o con
los compañeros. Normalmente se usan para la resolución de problemas entre iguales,
pero podrían servir si mediando con el tutor/profesor y la madre o el padre se consiguen
realizar actividades con el hijo en cuestión. La primera técnica es el método CIGEP que
consta de cinco etapas las cuales hacen referencia a las iniciales del nombre del método:
C, de calmarse; I, de identificar el problema; G, de generar soluciones; E, de evaluar los
pros y los contras de las soluciones propuestas; y P, de planificar y llevarlo a la
práctica(Jiménez, 2006).
En estas dos últimas propuestas las dos primeras fases se verían resueltas por el hecho
de que el divorcio sería la cuestión principal, tanto de los problemas con los
progenitores, así como de la agresividad de los niños en cuestión.
La otra técnica es la de los Círculos de Calidad, que también se desarrolla en cinco
fases: delimitar claramente el problema, listar las causas que provocan el problema,
seleccionar las tres causas que inciden más en el problema, buscar soluciones, y puesta
en práctica y evaluación.
Realizar la escucha activa es una técnica imprescindible. La forma activa de escuchar es
necesaria para entender las necesidades y sentimientos de la otra persona, constituye
además un elemento crítico para aliviar la tensión de los sentimientos que se encuentran
muy activos por el proceso de separación. Las partes expresan alternativamente sus
miedos y necesidades. El profesional, en este caso el maestro, actúa como espejo
reflejándole lo que ha comprendido (García-Longoria y Sánchez Urios 2004).
Y, por último, existen una serie de procedimientos que se pueden seguir para la
modificación de la conducta, y conseguir que la agresividad desaparezca y se establezca
26
un comportamiento adecuado en su lugar. A continuación se presentan dichos
procedimientos:
- Existen ciertas condiciones que proporcionan al niño señales de que su conducta
agresiva puede tener consecuencias gratas para él. Por ejemplo, si a la hora del
patio en el colegio y sin la presencia del profesor, el niño sabe que si pega a los
compañeros estos le dejarán el balón, habrá que poner a una persona que vigile
el juego hasta que sea preciso.
- Se debe reducir el contacto del niño con los modelos agresivos. Y además, se
tiene que suministrar al niño modelos de conducta no agresivos. En el caso de
las familias, deberían enseñarle a los hijos que existen otras vías para solucionar
los conflictos: el razonamiento, el diálogo, las normas… Si los niños ven que los
padres consiguen resolver los problemas de esta forma y obtienen resultados
positivos, imitarán el procedimiento de actuación dejando a un lado la
agresividad.
- Muchas veces la agresividad es causado por acumulación de nervios o estrés,
por lo que estaría bien enseñar al niño unas pautas de relajación. Qué este en un
entorno relajado puede ser primordial para eliminar las conductas negativas.
- Cuando el hijo o la hija están realizando las pautas correctamente, sin dar cabida
a la agresividad, hay que recompensarlo para que sepan que están siguiendo el
camino correcto.
- Existe un procedimiento llamado “Contrato de contingencias” (López de Bernal
y Arango de Narváez, 2002) que tiene como finalidad comprometer al niño en el
proyecto de modificación de conducta. Se realiza un escrito entre el progenitor
que tenga la custodia y el hijo donde se señalan las conductas que el niño deberá
expresar ante situaciones conflictivas y las que recibirá por el adulto a cambio.
Además, se establece un coste que tendrá la emisión de conductas agresivas.
Este contrato es un acuerdo entre padres e hijos que deberá revisarse cada cierto
tiempo y que debe estar a la vista del niño. A diario se deberá registrar el nivel
de comportamiento del niño porque la propia señal del registro ya actúa como
reforzador.
En suma, todas estas actuaciones se pueden llevar a cabo conjuntamente entre la escuela
y la casa. Para ello serán necesarias numerosas entrevistas o reuniones donde pueden
ponerse en común los resultados obtenidos en diversos ámbitos y actuar en base a ello.
27
CONCLUSIONES
El principal objetivo de este trabajo era analizar las dificultades y la vulnerabilidad que
tienen las familias monoparentales, y a través del mismo se extraen una serie de
conclusiones. En primer lugar, se constata que el concepto de familia ha cambiado
significativamente a lo largo de la historia, siendo tradicionalmente aceptada como una
unidad familiar la formada por madre, padre y, generalmente, descendencia, es decir, la
familia nuclear. Sin embargo, en la actualidad, se puede considerar familia a diferentes
uniones como las parejas homosexuales, las familias reconstituidas y las
monoparentales.
El cambio social de las últimas décadas ha generado un gran aumento de las familias
monoparentales encabezadas principalmente por la madre, siendo el divorcio la
principal vía de entrada. Esta situación se ve reflejada en el ámbito social y educativo de
los hijos haciendo que estos obtengan menos logros académicos, más dificultades en sus
relaciones entre iguales y diversos problemas de comportamiento en comparación con
los hijos de familias biparentales. Esto es debido, en gran medida, al cambio brusco en
la vida de los menores, la presencia en las discusiones de los progenitores, o la falta de
tiempo de los mismos para atender a los más pequeños.
Para dar respuesta a estos problemas, es necesario que la familia y la escuela trabajen
conjuntamente a través de una propuesta educativa que ayude a la formación integral de
los hijos en todos los ámbitos de la vida. Estas acciones van encaminadas a solventar,
principalmente, la agresividad, actitud característica de estos niños y jóvenes.
Por último, el tema de la investigación muy amplio dado que es un campo de estudio
que está continuamente actualizándose. Es una realidad social que requiere de diversos
estudios para completarse. La ciencia de la familia es una de las más analizadas debido
a su variabilidad e importancia. Por lo tanto, el objetivo principal se ha conseguido, pero
los resultados pueden variar a corto plazo.
28
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