evaluación del cultivo de esponjas rodadoras como
Post on 31-Dec-2021
11 Views
Preview:
TRANSCRIPT
Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas
Facultad de Ciencias Agropecuarias
Centro de Estudios Jardín Botánico
Maestría en Biología de la Conservación. Primera Edición
Tesis en opción al Título Académico de Máster en Conservación de la Biodiversidad
Mención: Fauna
Evaluación del cultivo de esponjas rodadoras como alternativa pesquera para la
conservación en el Refugio de Fauna Las Picúas-Cayo Cristo
Autora: Lic. Leyanis Pineda Muro.
Tutor: Dr.C. Ángel Quirós Espinosa
Santa Clara, 2018
La naturaleza benigna provee de manera que en cualquier parte halles algo que
aprender.
Leonardo Da Vinci
A mis padres por su amor incondicional, por enseñarme la necesidad
de proponerme y alcanzar nuevas metas. Son mi ejemplo, mi guía.
AGRADECIMIENTOS
Agradezco a Dios porque hasta aquí me ha ayudado, por su misericordia y amor.
Mis agradecimientos, con mucho respeto, a mi tutor el Dr.C. Ángel Quirós Espinosa, por su
dedicación y buenos consejos, sin los cuales no hubiese sido posible la realización de esta
tesis.
Manifiesto mi deuda a toda mi familia, por su apoyo incondicional, por darme ánimo en los
momentos que más lo he necesitado, por su amor y su comprensión.
A mis amigos, por su preocupación y por escucharme pacientemente hablar de la tesis de
maestría por casi tres años.
Mis cálidos agradecimientos al CESAMVC (en especial a los que colaboraron directamente en
la tesis), al Parque Nacional Los Caimanes y al Refugio de Fauna Las Picúas-Cayo Cristo por
darme la oportunidad de hacer esta tesis en sus diversos momentos.
Agradecer de manera general a los proyectos que financiaron la experiencia:
• Proyecto CUB/OP3/2/07/09 “Uso alternativo de los recursos naturales en la comunidad
costera de Carahatas”, del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo del Medio
Ambiente Mundial, implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo.
• Proyecto "El cultivo de esponjas como una alternativa productiva para pescadores
desplazados de artes pesqueras destructivas", del Programa Regional de Áreas
Especialmente Protegidas y Vida Silvestre (SPAW)/ UNEP-CAR/RCU/ PNUMA La
Conservación y el Uso Sustentable de los Grandes Ecosistemas en el Gran Caribe.
Agradezco a la Dra.C. María Elena Perdomo por todos los conocimientos aportados en el
desarrollo de la investigación y a Raúl Pérez (Nikita), pescador de Carahatas, por su esfuerzo
en la construcción de las granjas.
A todos, gracias
RESUMEN
El estudio se llevó a cabo en las cercanías de la comunidad costera de Carahatas, donde se
instaló una granja de esponjas rodadoras de una hectárea, con 2500 propágulos de
Hippospongia gossypina. Simultáneamente se construyó una granja de 30 líneas de
esponjas suspendidas con 450 propágulos de la misma especie, para comparar el
crecimiento y la mortalidad de ambos cultivos. El crecimiento de las esponjas rodadoras
mostró diferencias significativas respecto al crecimiento de las suspendidas (Z=8,61),
donde el diámetro y el volumen de las primeras fueron mayores al de estas últimas. Las
esponjas rodadoras incorporaron tantos cuerpos extraños y arena como las naturales. El
flujo de caja demostró que la rentabilidad económica del cultivo de esponjas rodadoras con
la especie H. gossypina se alcanza en el tercer año, mientras que con el empleo de H.
lachne es en el primer año. Además, se aplicaron encuestas a los comunitarios sobre la
aceptación del cultivo y su valoración del mismo como alternativa de conservación de los
recursos pesqueros del área protegida Las Picúas-Cayo Cristo. Pasado un año los
comunitarios reconocieron el éxito y la rentabilidad del cultivo de rodadoras, así como que
es una vía de protección de los peces amenazados. Se concluyó que el método de las
esponjas rodadoras resulta superior a las suspendidas en términos económicos, reflejados
en tiempo de cultivo, volumen, mortalidad y forma redondeada. Además, el cultivo de
esponjas reúne las características exigidas para que una alternativa pesquera proporcione la
conservación mediante la disminución de la presión pesquera.
Palabras claves: Esponjas rodadoras, alternativa pesquera, comunitarios, área protegida,
rentabilidad económica, conservación, presión pesquera.
Abstract
The study was carried out in the vicinity of the coastal community of Carahatas, where a one-
hectare rolling sponge farm was installed, with 2,500 propagules of Hippospongia gossypina.
Simultaneously, a farm with 30 lines of suspended sponges with 450 propagules of the same
species was built to compare the growth and mortality of both crops. The growth of the rolling
sponges showed significant differences with respect to the growth of the suspended ones (Z =
8, 61), where the diameter and volume of the former were greater than the latter. Rolling
sponges incorporated as many foreign bodies and sand as natural ones. The cash flow showed
that the economic profitability of the roll sponge culture with the species H. gossypina is
reached in the third year, while with the use of H. lachne it is in the first year. In addition,
surveys were applied to the community about the acceptance of the crop and its assessment of
it as an alternative to conservation of the fishery resources of the protected area Las Picúas-
Cayo Cristo. After one year, the community members recognized the success and profitability
of turtle farming, as well as being a way to protect threatened fish. It was concluded that the
method of rolling sponges is superior to those suspended in economic terms, reflected in time
of culture, volume, mortality and rounded shape. In addition, the culture of sponges meets the
characteristics required for a fishing alternative to provide conservation by reducing fishing
pressure.
Keywords: Rolling sponges, fishing alternative, community, protected area, economic
profitability, conservation, fishing pressure.
Índice
I. Introducción…………………………………………………………………………………..7
II. Revisión Bibliográfica……………………………………………………………………….4
II.1 Las Áreas Protegidas y las comunidades…………………………………………………4
II.2 Importancia de las alternativas pesqueras y las técnicas de acuicultura para la
conservación. El cultivo de esponjas marinas ………………………………………………10
II.3 Características principales de las esponjas………………………………………………12
II.3.1 Importancia de las esponjas en la conservación de los ecosistemas marinos.............14
II.4 La Esponjicultura…………………………………………………………..……………16
II.4.1 Cultivo de esponjas en Cuba y algunas consideraciones económicas……...………. 23
III. Materiales y Métodos……………………………………………………………………...27
IV. Resultados ………………………………………………………………………………...33
V. Discusión…………………………………………………………………………………...45
VI. Conclusiones……………………………………………………………………………... 56
VII. Recomendaciones………………………………………………………………………...57
Referencias bibliográficas
Anexos
1
Introducción:
Con el crecimiento de la población mundial y el desarrollo tecnológico de la humanidad,
aparecieron cambios que afectaron los recursos naturales del planeta, tanto bióticos como
abióticos. Por ende, la conservación de la vida silvestre es tarea de primer orden para lograr
una convivencia armónica del ser humano con los demás organismos de la tierra y el mar.
Con este incremento de la población las demandas globales de alimentación han aumentado
considerablemente, y las Naciones Unidas han identificado la alimentación como uno de los
problemas de la humanidad (Naciones Unidas, 2017). Cuba, país del tercer mundo, no escapa
de esta realidad. Las más de 200 comunidades costeras de Cuba tienen como principal fuente
de alimentación y de sustento económico a los recursos pesqueros. Históricamente ha existido
un marcado y serio detrimento de los mismos debido a la sobreexplotación continuada durante
años, tanto por las empresas estatales como por los comunitarios (Quirós et al., 2016b; Quirós
et al., 2017).
Esta y otras razones (Durán y Ramos, 2010) impulsaron la creación de las áreas marinas
protegidas que actúan como reservas de pesca, que tienen dentro de sus objetivos principales
(Perera et al., 2006) evitar la sobre-pesca, resguardar la estructura física de los hábitats,
proteger los sitios de desove y de cría, así como facilitar el rebozo de individuos de tallas
grandes, y dispersar larvas y juveniles a las zonas de pesca, para de esta forma garantizar el
mantenimiento del stock pesquero, explotado fuera del área protegida. La creación de estas
áreas, no obstante, acarreó el desarrollo de conflictos por el uso de los recursos pesqueros
(Primack et al., 2001; Bahia et al., 2013): una dicotomía entre conservación (que aparece
como nuevo factor) y la tradicional actividad extractiva. En ese sentido, la comunidad
desarrolla un rol importante, tanto en la explotación como en la conservación de los recursos
naturales de dichas áreas (Barzetti, 1993; Cisneros y McBreen, 2010).
Según datos del CNAP (2013), al finalizar el año 2013 de las 211 áreas protegidas
identificadas, 104 poseen componentes marino-costeros y, de ellas, 84 tienen superficie sobre
el mar. El Parque Nacional Los Caimanes, uno de los más marinos, ha desarrollado iniciativas
para bajar la presión pesquera. Estas son reconocidas como alternativas pesqueras sostenibles,
y han sido extendidas a otras áreas marinas protegidas, entre ellas el Refugio de Fauna (RF)
Las Picúas-Cayo Cristo. Una de las causas de no sostenibilidad del uso de los recursos
2
marinos es la pesca en los sitios de desove, de los que Villa Clara es la provincia con mayor
número de ellos (Quirós, 2007).
En el RF Las Picúas-Cayo Cristo el principal problema con la pesca ocurre en el desove de la
biajaiba, (Lutjanus sinagrys), especie catalogada por la UICN (2016) como casi amenazada.
Esta área protegida tiene asociada al poblado pesquero de Carahatas, y tanto sus pobladores
como la industria pesquera hacen uso de los recursos pesqueros dentro de sus límites, lo que es
permitido por su categoría de manejo.
Se ha observado que siempre que las actividades económicas importantes descienden, las
dependencias de las comunidades hacia el mar aumentan (Quirós et al., 2016b). Ello es así aún
cuando los pobladores presenten disponibilidad de contribuir en la conservación: predominan
las necesidades de garantías económicas para la familia, sin perder el vínculo con el mar.
Por lo tanto, se hace necesario el desarrollo de nuevas actividades sostenibles vinculadas al
ambiente marino que les permitan a los pobladores obtener el sustento económico, (Currle et
al. 1999). Por esta razón precisamente, se originaron las alternativas pesqueras, como una
posible solución para esta problemática, siempre que sean ecológicamente amigables,
económicamente rentables y aceptadas por la comunidad (Quirós et al., 2016b; Quirós et al.,
2017), y este último requisito depende fuertemente de los primeros. Ante la evidente
disminución de los recursos pesqueros por la captura puramente extractiva, el cultivo de
especies marinas se erige como una opción sostenible de desarrollo y de protección a la
biodiversidad (Betanzos y Valle, 2015).
Una de estas alternativas desarrollada son las granjas de esponjas. Según estudios pilotos
realizados (Perdomo et al., 2006, Betanzos y Valle, 2015) este cultivo se prevé como una
alternativa sostenible, barata y amigable con el ambiente (aunque no se muestran datos
fácticos), pues no contamina, ni cambia el hábitat y tampoco crea desperdicios, ni sufre el
impacto del cambio climático. La bonanza económica de los mismos depende de la tecnología
aplicada, y no solo de tener un mercado seguro, fundamentalmente en Europa, donde la
tonelada oscila entre 30 000 y 50 000 dólares, según sea la especie y el morfo (Blanco y
Formoso, 2009a). En varias partes del mundo se han desarrollado diversas formas de cultivo
como son: en paneles, en bolsas de mallas o en cuerdas horizontales (Duckworth et al., 2007;
Louden et al., 2007; Caralt et al., 2010). Hasta la fecha, en Cuba se han probado dos métodos
3
de cultivo: el de líneas suspendidas (Grovas, 2011) y el de esponjas rodadoras (Quirós et al.,
2009). Tomando en cuenta sus ventajas y desventajas, se hace necesario discernir entre ellos,
perfeccionar las técnicas de cultivo y buscar el aumento de las ganancias para estimular la
incorporación de los pescadores, y de esta forma contribuir a la conservación mediante la
disminución del esfuerzo pesquero.
Problema científico: La comunidad costera de Carahatas no posee alternativas económicas que
le permitan disminuir la presión pesquera sobre las especies en diferente grado de amenaza del
RF Las Picúas-Cayo Cristo.
Hipótesis: Si la tecnología para el cultivo de esponjas rodadoras manifiesta un beneficio
económico consistente, y no exhibe problemas ambientales, entonces se puede constituir en
una alternativa aceptada por la comunidad de Carahatas que repercuta favorablemente en la
conservación de la biodiversidad marina.
Objetivo General: Evaluar la efectividad del cultivo de esponjas rodadoras, como alternativa a
la explotación de los recursos pesqueros del RF Las Picúas-Cayo Cristo por parte de los
comunitarios de Carahatas.
Objetivos Específicos:
1. Evaluar el crecimiento y la mortalidad en dos métodos de cultivo de esponjas: rodadoras y
suspendidas en líneas horizontales, en el RF Las Picúas – Cayo Cristo, Villa Clara.
2. Estimar la formación de irregularidades en la superficie de las esponjas, la incorporación de
arena y cuerpos extraños en ambas tecnologías de cultivo, en relación con la operatividad
de su tratamiento industrial.
3. Determinar la factibilidad económica del cultivo de esponjas de mejores atractivos
biológicos.
4. Valorar la apreciación social que la comunidad de Carahatas tiene del cultivo de esponjas
para la conservación de la biodiversidad marina del RF Las Picúas – Cayo Cristo.
4
II-Revisión bibliográfica.
II- 1 Las Áreas Protegidas y las comunidades
Las áreas protegidas se pueden considerar como la máxima expresión de conservación ex situ
para las especies de plantas y animales, paisajes, fuentes de agua y demás atributos de la
naturaleza que presentan características especiales. Tal es así, que la Secretaría de Estado de
Medio Ambiente y Recursos Naturales-Subsecretaría de Áreas Protegidas y Biodiversidad de
República Dominicana (2006), y Bahia et al., (2013), reconocen el establecimiento de las
áreas protegidas como una estrategia internacional para la conservación de muestras
representativas de los ecosistemas terrestres y marinos, especies de flora y fauna, rasgos
geológicos, recursos paisajísticos, recursos arqueológicos e históricos y otros recursos
asociados, con el propósito de integrarlos al desarrollo sostenible del país. Estas áreas
protegidas, de diferentes categorías de manejo, cumplen objetivos de conservación específicos
que deben ser manejados por diversos instrumentos legales y técnicos.
Las áreas protegidas pueden jugar un papel importante para el alivio a la pobreza, al asegurar
los medios de vida, recursos para la seguridad alimentaria de poblaciones locales,
comunidades y pueblos y, a la vez, permiten la consolidación de territorios indígenas, ya que
pueden disminuir la intensidad de los impactos de actividades económicas y consolidar
procesos de reconocimiento y respeto a los derechos de los pueblos originarios (Barzetti,
1993; Cisneros y McBreen, 2010). Los territorios indígenas, entendidos como espacios de
ocupación de pueblos originarios y considerados una de las condiciones necesarias para su
reproducción social y cultural, permiten a los pueblos concretizar el ejercicio de sus propias
formas de organización social y de gobierno (Cisneros y McBreen, 2010).
Los pueblos originarios presentan condiciones de vida, costumbres y desarrollo que, de
manera general, dista bastante de la sociedad del entorno. Así lo afirma Cimadamore (2006)
cuando plantea que las comunidades indígenas no tienen las mismas oportunidades de empleo,
acceso a los servicios públicos, la protección de la salud, la cultura y la administración de
justicia que otros grupos sociales. Este patrón se observa tanto en países desarrollados, como
no desarrollados -incluso cuando los pueblos indígenas son la mayoría de población nacional-.
Tal patrón ha sido históricamente construido por factores políticos, económicos, sociales,
5
militares y ambientales, que articularon experiencias cualitativas y cuantitativas de privación
material, jurídica y simbólica, y de reproducción de relaciones de desventaja.
Las comunidades indígenas se pueden identificar por los alimentos, por los animales que
consumen, por el dialecto que hablan, por las artesanías que elaboran (Pizarro, 2015). Por
ejemplo, la localidad de Puerto del Efe (México) se conoce y reconoce como indígena por
parte de sus habitantes al asegurar que son herederos de un conocimiento ancestral; esto es un
conocimiento heredado de esta condición, lo que se refuerza con el uso de la lengua indígena
que persiste junto con su patrimonio cultural. Además, poseen una economía muy deprimida
debido a las afectaciones en la actividad agrícola, lo que trae consigo consecuencias
impactantes en los pobladores (Pizarro, 2015).
Un concepto muy similar al de pueblos indígenas es el de comunidad rural. Ambas
definiciones comprenden un conjunto de diferentes realidades organizativas y culturales que
tienen, como puntos en común: elementos culturales, espirituales, sociales, económicos y
tecnológicos, así como la posesión y el acceso a un conocimiento tradicional sobre manejo de
ecosistemas (Grain, 1996). A su vez, Vélez, (1998) afirma que el uso y manejo de los recursos
en estas comunidades se basa en la diversidad biológica, étnica y cultural.
Los habitantes del área de la Reserva de la Biosfera de Bosawas, Nicaragua, constituyen un
ejemplo fehaciente del estado actual de los pueblos indígenas, donde la situación
socioeconómica es muy deplorable, a pesar de los proyectos de cooperación realizados. Las
comunidades indígenas del área se encuentran en un estado de semi-aislamiento, donde los
servicios básicos son extremadamente limitados y la extrema pobreza es el común
denominador. En esta zona se observan altos índices de mortalidad materno-infantil,
delincuencia, desnutrición, enfermedades infecto-contagiosas y analfabetismo (SNPMAD,
2005). El estudio de Currle et al. (1999) en estas comunidades sugiere tres medidas para
reducir la presión por el uso de los recursos naturales: 1) frenar el crecimiento poblacional, 2)
asegurar e incrementar un ingreso monetario estable, y 3) implementar formas nuevas y
alternativas de uso de los recursos naturales. La primera es discutible por razones
socioculturales y humanitarias, pero las restantes se asocian fuertemente a las alternativas
productivas sostenibles. De igual forma, los pueblos indígenas del Canadá enfrentan
problemas sociales y económicos, entre los que cabe mencionar la elevada tasa de desempleo,
6
el encarcelamiento, inadecuadas condiciones de vivienda, desempeño escolar deficiente y una
esperanza de vida más baja que el resto de la sociedad (Alderete, 2004).
Es evidente que las comunidades pesqueras de nuestro país comparten varias características
con las comunidades indígenas y rurales. Al menos, se identifican: el aislamiento parcial (de lo
que deriva cierto nivel de endogamia), el menor acceso a los servicios de salud especializados
y de educación superior (que repercute en una menor capacitación general), el deterioro del
fondo habitacional -que se manifestó dramáticamente al paso del huracán Irma- y la herencia
en las tradiciones laborales. Se suman las dificultades en el aseguramiento de la alimentación
y la dependencia de un solo tipo de actividad económica -en el caso de las comunidades
costeras es la pesca artesanal-, a la vez que un sentido de pertenencia de los recursos naturales
del lugar y un conocimiento profundo, aunque empírico, de los mismos. Estos últimos son
fundamentales en el surgimiento de conflictos cuando en estos lugares aparecen las áreas
protegidas.
Los puntos no coincidentes permiten identificar que las necesidades de las comunidades
pesqueras de nuestro país difieren de las restantes y, por ende, requieren soluciones distintas.
La línea a seguir debe estar enfocada a solucionar conflictos que repercuten en el
mejoramiento de la calidad de vida, potenciando principalmente la alimentación y las
posibilidades de desarrollar actividades económicas sostenibles. Estas alternativas, entonces,
contribuyen a la actividad conservacionista de las áreas protegidas con las que se relacionan
(Perdomo, 2009; Perdomo y Quirós, 2010).
Existen algunas experiencias en Cuba que avalan lo anteriormente expuesto en cuanto a
conflictos comunidad-área protegida y características de las comunidades costeras. Perdomo et
al. (2006) exponen el caso de la comunidad costera de Carahatas como la principal población
que influye en el Refugio de Fauna Las Picúas-Cayo Cristo, portador de importantes valores
de la biodiversidad marina y terrestre explotadas por la comunidad. Esta biodiversidad se veía
afectada por el empleo de chinchorros o redes de arrastre, que tienen un efecto negativo sobre
la vegetación submarina y sobre el propio stock pesquero.
Es necesario mencionar que varias son las medidas tomadas para mejorar, o al menos
estabilizar, esta situación. Entre ellas se destacan la eliminación de las artes de pesca más
agresivas a las especies y el ambiente en general, el establecimiento de zonas de protección -
7
Zonas Bajo Régimen Especial de Uso y Protección-, la implantación de vedas de captura más
amplias en periodos reproductivos y la colaboración en la implantación de áreas marinas
protegidas (CITMA, ONE y PNUMA, 2009).
Perdomo et al. (2006) plantean que una dificultad para la eliminación de los chinchorros -y lo
mismo se asume para cualquier cambio de artes tradicionales-, fue la carencia de alternativas
de usos sostenibles de los recursos marinos por parte de los pescadores. En épocas de corrida,
se empleaba este arte para capturar a los peces que se agrupan en canales y seibadales para
emigrar en cardúmenes hacia los sitios de desove. Como resultado, buena parte de la
población no llegaba a reproducirse, comprometiendo así la pesca de los próximos años de
manera exponencial.
Desde otro punto de vista, en las áreas protegidas terrestres, se ilustran situaciones como las
anteriores. Figueredo et al. (2000) plantean que la problemática de la Reserva de la Biosfera
Baconao (Cuba) se debe, por un lado, a la falta de un manejo adecuado de los recursos que
están siendo degradados y, por otra parte, a los conflictos de tenencia de la tierra, donde el
90% de la población que trabaja en la reserva vive en ella. De acuerdo con Figueredo et al.
(2000), la política impulsada por el gobierno cubano para aumentar una participación activa de
los comunitarios en el manejo de las áreas protegidas ha arrojado resultados positivos, tanto
para la conservación como para el sustento familiar. Los autores concluyen que el auge del
turismo en la zona, las posibilidades de incrementar las opciones de turismo ecológico, la
política de desarrollo turístico sostenible y la opción de contar con un grupo científico
investigativo fortalecido, favorece en gran medida el manejo de la reserva hacia un desarrollo
sostenible. El turismo, pues, se desarrolla como una alternativa al uso tradicional de los
recursos.
Como aspecto muy positivo en Cuba, todas las áreas protegidas tienen programas de
participación vinculados a programas de educación ambiental, con el objetivo de crear
conciencia en el uso sostenible de recursos y la protección de estos. Un ejemplo es la
comunidad pesquera de Cocodrilo, en el Parque Nacional Punta Francés, que participa activa y
directamente en el Programa de Manejo de Tortugas Marinas (Villamajo et al., 2002).
En el Parque Nacional Viñales se desarrolla un amplio programa de educación ambiental
apoyado en el desarrollo de tres proyectos internacionales. Según Mesa et al. (2014), hasta la
8
fecha se ha logrado la formación de cinco círculos de interés en las escuelas primarias de la
zona, la instauración de tres concursos, numerosos talleres comunitarios y la celebración de un
festival anual en saludo al cinco de junio. Se mantiene también un constante trabajo con los
grupos ambientales comunitarios. El mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades,
es otro de los logros alcanzados en esta área protegida a través de la entrega y construcción de
algunos medios y materiales, adquiridos en su gran mayoría a través de los proyectos. Un
ejemplo de ello es la instalación de paneles solares, entrega de televisores y materiales
escolares, construcción de consultorios y cocinas eficientes de leña, (Mesa et al., 2014).
Por otra parte, se pueden encontrar varias muestras de la interrelación de las áreas protegidas y
las comunidades en el Caribe y Latinoamérica. En la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno,
México, se constató la discriminación de las mujeres en las actividades productivas, así como
la precariedad laboral y exclusión salarial que padecen. Castañeda y Flores (2005) resaltan que
se trata de una sociedad altamente masculinizada y que por ello las mujeres no tienen acceso a
la propiedad de la tierra. Específicamente, en el ejido de Benito Juárez en el interior de la
reserva, se ha desarrollado el ecoturismo con la observación de ballenas. Pero la participación
de las féminas se limita a la limpieza y a servir como meseras; además, tienen una baja
representación en la asamblea ejidal y no han sido beneficiadas con el turismo. Las autoras
destacan la relevancia de iniciar procesos de concientización y educación, tanto en materia de
equidad de género, como de conservación del ambiente, para el éxito de los proyectos que se
desarrollan en la reserva.
En ortos países como en Chile, Meza (2005) señala que el desafío del estado y de las
organizaciones no gubernamentales es el de apoyar iniciativas de conservación que
constituyan alternativas viables para el desarrollo de las comunidades indígenas y rurales
existentes en estos territorios. Esta afirmación refuerza el criterio de la aplicación de
alternativas que solucionen conflictos entre la preservación de la naturaleza y las mejoras
sociales.
Las comunidades mayas y garífunas de Belice desempeñan un papel central en la gestión del
Parque Nacional Sarstoon-Temash. Se ha procurado desarrollar pequeñas actividades
comunales de generación de ingresos, tendientes a unificar objetivos de desarrollo y de
conservación. Un ejemplo de ello es la producción orgánica de cacao para exportación y el uso
9
de agroforestería en la zona de amortiguamiento del parque. La organización señala que la
fortaleza del proyecto ha sido considerar la dependencia económica y cultural de las
comunidades respecto de su ambiente (Meza, 2006). Este ejemplo pone énfasis en la
relevancia de vincular la conservación con las actividades de subsistencia locales.
Por su parte, Duque et al. (2014) afirman que la expedición de instrumentos normativos como
única herramienta para solucionar las problemáticas ambientales resultan ineficaces y propone
como elemento fundamental la participación activa de las comunidades en los procesos de
toma de conciencia y en el ejercicio de acciones que protejan sus derechos a la subsistencia y
conservación ambiental.
Cárdenas (2006) consigna que la Red de Parques Indígenas Mapu Lahual (Chile) posee una
asociación integrada por siete comunidades Huilliches. Entre los logros obtenidos por la
asociación, se encuentra la demarcación de sus territorios tradicionales en un área de más de
50,000 hectáreas de bosque templado lluvioso, rico en biodiversidad, pero con fuertes
presiones económicas externas para su explotación.
El mismo autor enfatiza que una de las claves del éxito del proyecto fue la estrecha
colaboración entre la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y las comunidades. Se
describen los impactos positivos en la economía de los pobladores a raíz de los servicios
turísticos generados. Los miembros más jóvenes son quienes participan del turismo y
canalizan los ingresos recibidos a sus respectivos grupos familiares. El proyecto ha mejorado
la capacidad de gestión de la comunidad y su interacción con entes externos. Además, ha
reforzado los valores culturales del pueblo mapuche-huilliche en relación al bosque, lo cual
conlleva beneficios ambientales. Este autor revela que uno de los mayores desafíos ha sido
mantener una participación permanente de la comunidad en el funcionamiento de la red.
Gracias a los resultados del proyecto, otras comunidades indígenas y rurales han mostrado
deseos de impulsar proyectos de conservación.
En la comunidad de pescadores en la Ciénaga de Ayapel, en Colombia, el uso de atarrayas y
chinchorros son elementos que han impactado negativamente los recursos pesqueros existentes
(Duque et al., 2014). Es común la utilización de trasmallos, con paso de malla reducido y
palangres de 100 anzuelos. Los pescadores de la zona admiten que conocen la normativa
existente sobre métodos de pesca y tamaño de los peces capturados, pero las mismas no se
10
pueden cumplir frente a sus necesidades de subsistencia (Duque et al., 2014). Esta dicotomía,
entre lo que se conoce y lo que se hace, es en extremo importante. Otro de los problemas
existentes en el área es la disminución de especies de peces nativos debido a la introducción de
otras especies de peces que se depositaron en la ciénaga a modo de cultivo: resultaron
depredadoras de las especies nativas. Las especies introducidas se refugiaban en las zonas de
reproducción de las nativas a depredar los huevos de estas, lo que impidió la reproducción y
propició la extinción de las especies nativas.
Según Duque et al. (2014), las propuestas de popularización que se vinculan con la solución
de las problemáticas ambientales particulares de una localidad o región, posibilitan la creación
de espacios comunes de reflexión, el desarrollo de criterios de solidaridad, tolerancia,
búsqueda del consenso, respeto por la diferencia y autonomía. Se logra preparar a las
comunidades para la gestión y la toma de decisiones, aspectos que contribuyen al
mejoramiento de la calidad de vida de la población, fin último de la educación ambiental.
Lo anterior permite aseverar que las comunidades costeras mayormente vinculadas a áreas
protegidas poseen un conjunto de características que no aconsejan la implementación de
alternativas económicas que requieran una alta complejidad tecnológica, sino más bien
acciones artesanales que no renuncian a la amigabilidad ambiental y a la rentabilidad
económica. Carahatas es una de estas comunidades en que se ponen de manifiesto las
necesidades de conocimiento, pues la mayoría de los pescadores no pasan del nivel medio de
escolaridad: las alternativas a desarrollar no deben rozar lo complejo y sí permitir el desarrollo
de métodos prácticos asequibles a las posibilidades de estos pobladores.
II.2 Importancia de la acuicultura y las alternativas pesqueras para la conservación. El cultivo
de esponjas marinas.
La acuicultura no es más que la cría de plantas y animales acuáticos (Quirós, 2016); la misma
contribuye al abastecimiento de la creciente demanda de alimentos y del mercado de
exportación. Es una ciencia aplicada y una actividad comercial que proporciona importantes
beneficios económicos y de nutrición en muchas regiones del mundo en desarrollo.
Según Álvarez-Lajonchere y Fernández (2013), desde hace muchos años se aplica a nivel
mundial, auspiciada por las Naciones Unidas, la estrategia general de desarrollar la
acuicultura, tanto en agua dulce, como salobre y salada. El objetivo es el de continuar
11
incrementando las producciones acuáticas mediante la aplicación de tecnologías de cultivo,
especialmente las semi-intensivas e intensivas. En América Latina y el Caribe, la situación
pesquera lleva una tendencia a la disminución desde mediados de la década de los 90, mientras
que la acuicultura ha crecido casi siete veces en el mismo periodo (Álvarez-Lajonchere y
Fernández, 2013). La acuicultura esta considerada como un motor impulsor para el desarrollo
social y económico de las áreas costeras marinas y fluviales mundiales. Específicamente en las
muchas regiones subdesarrolladas supone una garantía de alimento de alta calidad de sus
poblaciones (Corral et al., 2000).
En medio de la lucha constante por la conservación de las especies marinas amenazadas y ante
la pesca ilegal de muchas de éstas por el interés de obtener ingresos económicos, un estudio de
la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentaria y la Agricultura) propuso
explorar otras alternativas viables de la acuicultura marina en el territorio centroamericano. El
estudio titulado La Contribución de la Pesca y la Acuicultura a la Seguridad Alimentaria y el
ingreso familiar en Centroamérica, se basó en experiencias y expectativas nacionales y
regionales en acuicultura de países como: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua y Panamá. En estas naciones se recomendó desarrollar los cultivos de moluscos,
róbalos, pulpos, peces ornamentales y pepinos de mar, además de opciones de maximización
del uso de las tilapias (FAO, 2014).
Tomando como base lo anterior, se puede afirmar que la acuicultura es una de las alternativas
que se pueden llevar a cabo en aquellas comunidades costeras donde escaseen los recursos
pesqueros, debido a una explotación mantenida e insostenible durante un largo periodo de
tiempo. Betanzos y Valle (2015) ratifican la anterior afirmación, pues plantean que el
desarrollo de alternativas de pesca tiene como objetivo contrarrestar la desfavorable situación
de la capacidad pesquera y, al mismo tiempo, contribuir a la reposición de ejemplares de las
especies de peces más explotadas, lo que favorece indudablemente a la conservación de la
biodiversidad en el mar.
Así mismo, Quirós et al. (2016b) plantean que las alternativas pesqueras trabajadas son de
relativa simplicidad y pueden, por su alta rentabilidad, contribuir a solucionar los problemas
económicos de las comunidades costeras en donde las fuentes de trabajo escasean y se crean
conflictos con la conservación. Estas tecnologías tienen una gran importancia (Betanzos y
12
Valle, 2015; Quirós et al., 2016b), ya que garantizan la producción de alimentos y bienes
exportables, renglones fundamentales y necesarios en las más de 200 comunidades costeras
que existen en Cuba con situaciones laborales desfavorables.
En el marco del proyecto Sabana- Camagüey en la provincia de Villa Clara se llevaron a cabo
varias actividades de acuicultura con el objetivo de demostrar la factibilidad económico-
ambiental de tres alternativas pesqueras sostenibles. Una de estas fue el cultivo de esponjas
que, según Alcolado et al. (2004), ofrece una producción segura y pronosticable de un
producto de calidad superior al ofrecido por la extracción natural, frente a la cual constituye
una labor mucho más sustentable. El objetivo del cultivo experimental demostrativo de
esponjas comerciales, fue su introducción como alternativa de producción pesquera sostenible,
económicamente factible y amigable con el ambiente (Perdomo et al., 2006; Quirós et al.,
2009; Betanzos y Valle, 2015)
Según el PNUD Cuba (2017), la práctica del cultivo de esponjas constituye una alternativa,
económica y ambientalmente sostenible, para las comunidades de pescadores que sufren los
impactos de la creciente disminución de sus reservas pesqueras y aumentan sus
vulnerabilidades por los cambios climáticos.
En varias regiones del mundo sucede así. Muestra de ello es el proyecto que se desarrolló en la
Isla de Zanzíbar, Tanzania (Marinecultures, 2015). En esta isla el crecimiento demográfico y
turístico trajo consigo la disminución de las reservas de peces y, por tanto, la consecuente
reducción de las capturas y los ingresos de las comunidades pesqueras. Asimismo, se
acrecentaron los consecuentes daños al entorno marino y los arrecifes coralinos de esta costa.
Este proyecto tuvo como objetivo reducir la pobreza y contribuir a la conservación marina,
mediante la creación de granjas de esponjas y de coral. Además, gracias al impacto positivo de
las esponjas para el bienestar marino (un kilogramo de esponja filtra una tonelada de agua
todos los días, según Marinecultures, 2015), los resultados se traducen en beneficios para
ambas partes, pues la población recibe un ingreso alternativo y el mar se recupera al mismo
tiempo.
II.3 Características principales de las esponjas.
Las esponjas se encuentran tanto en agua dulce como en agua de mar, siendo
mayoritariamente marinas. Son organismos primitivos y dominantes en número en la mayoría
13
de los hábitats marinos crípticos y poco iluminados, como cuevas, túneles y bajo rocas o
corales. En los arrecifes coralinos dominan en general debajo de los 20 m, mientras que, en los
canales profundos de las formaciones de manglar, son el componente dominante de la fauna
de las raíces adventicias (Rützler y Feller, 1987).
Se diferencian de otros animales multicelulares en que no presentan órganos, ni tejidos, y en
su etapa adulta se encuentran fijos al sustrato. Por esta última condición, fueron inicialmente
consideradas como plantas hasta finales del siglo XVIII, cuando se descubre su naturaleza
animal, al poder evidenciarse el abrir y cerrar de sus aberturas, las casi imperceptibles
contracciones de su cuerpo y la circulación de agua que tiene lugar en el interior de tan
singulares organismos (Alcolado, 1986).
Estos organismos carecen de sistema digestivo y en su lugar poseen un desarrollado sistema
acuífero de poros, canales y cámaras que le permite filtrar el picoplancton, ubicado muy
cercano al fondo marino (Busutil, 2013). Esta clase de plancton está integrado por
microorganismos que oscilan entre 0,1 - 2 micras, y está formado por diatomeas, bacterias,
cianobacterias y prasinofíces (Pardo y Camara, 2004).
Muchos invertebrados y diversos peces utilizan las esponjas, por su estructura porosa, como
lugar de residencia o refugio. Pese a su apariencia de incomestibilidad, las esponjas tienen
varios depredadores: algunos peces, moluscos (sobre todo nudibranquios de la familia
Dolidae), poliquetos, algunos cangrejos y estrellas de mar (Figueras, 2009). El Carey,
Eretmochelys imbricata (Linnaeus, 1766), está reconocida como uno de sus principales
depredadores (CIT, 2005).
En las esponjas se conocen dos tipos de reproducción: asexual y sexual (Yi et al., 2005). A su
vez, de la primera se pueden encontrar varias formas, las cuales son las de mayor interés para
el desarrollo del presente estudio. La reproducción asexual puede ocurrir por gemación, donde
una pequeña gémula (yema) se diferencia en el cuerpo de la esponja parental para
desarrollarse y formar un espécimen joven, que puede crecer independientemente o
permanecer unido a la que le dio origen como un nuevo miembro de la colonia (Brusca y
Brusca, 2005). Las esponjas también pueden reproducirse asexualmente por fragmentación, ya
que poseen una gran capacidad de regeneración, la cual está dada en gran medida porque no
poseen diferenciación celular (Jones, 1994; Osinga, 1999; Torruco y González, 2010).
14
Estos organismos pueden reconstituir su cuerpo completo a partir de pequeños conglomerados
de sus propias células, ya que muchas de estas tienen un amplio espectro regenerativo y
consiguen pasar de una forma aparentemente diferenciada a otros tipos celulares con distintas
funciones (Hernández, 2006). Son los únicos animales que pueden formar agregados después
de haber sido fragmentados llegando a un nivel celular. En su ambiente natural tienen lugar
fragmentaciones accidentales que dan lugar a nuevas colonias, razón por la cual se utiliza esta
capacidad de regeneración para ejecutar fragmentaciones intencionadas y producir esponjas
comercialmente en los cultivos.
La reproducción sexual de las esponjas se realiza mediante la fusión de gametos que se
desarrollan a partir de amebocitos. Los gametos masculinos salen de las esponjas por los
canales excurrentes, penetran a otras esponjas a través de los canales incurrentes y se
introducen en un coanocito que los transportará a los gametos femeninos para fusionarse
(Barnes, 1983). Según Quirós et al. (2009) las esponjas cubanas del tipo comercial se
reproducen sexualmente cuando alcanzan más de 25 cm de diámetro.
Pertenecen al Phylum Porifera, nombre científico derivado del latín porus, poros y ferre,
llevar. Se dividen en tres grupos o clases de esponjas: las calcáreas (Clase Calcarea) que
tienen un esqueleto de carbonato de calcio, las esponjas vítreas (Clase Hexactinellida) que
poseen un esqueleto de sílice y las demosponjas (Clase Demospongiae), que son las más
numerosas y tienen un esqueleto de espículas silíceas, pero complementado con un entramado
de fibras orgánicas llamado “espongina” (Barnes, 1983, Armiñana, 2017).
De las 9000 especies de esponjas que se estiman existan en el mundo (Espinosa y González,
2002), solo unas pocas demosponjas, pertenecientes a la familia Spongiidae, son utilizadas con
fines comerciales. Estas esponjas se caracterizan por tener un esqueleto de espongina,
densamente reticulado, libre de espículas, con gran capacidad para la retención del agua,
elasticidad y durabilidad (Pronzato y Gaino, 1991).
II.3.1 Importancia de las esponjas en la conservación de los ecosistemas marinos
Los miembros de Phyllum Porifera llevan a cabo funciones claves que ayudan al desarrollo de
las formaciones arrecifales: son hermatípicas, dado que unen el marco estructural del arrecife
(Wullf, 2006). Lo anterior se fundamenta en que actúan en procesos de bioerosión del material
calcáreo, produciendo nuevas áreas de fijación (González et al., 2009). La bioerosión por las
15
esponjas acelera el reciclaje del carbonato, al reincorporar disuelto en el agua, parte del
carbonato que había sido retenido en el sustrato calcáreo. Esto beneficia a los calcificantes,
que así disponen del material necesario para su crecimiento (Neuman, 1966). A su vez, los
sedimentos finos producidos rellenan las grietas del arrecife, donde al solidificarse actúan
como una argamasa que mantiene aún más firme la estructura coralina (Nava et al., 2015).
Las esponjas juegan otro papel importante en los ecosistemas marinos, pues clarifican la
columna de agua, fijan el carbono y el nitrógeno (Nava et al., 2015), favorecen la producción
primaria, ya que muchas especies albergan simbiontes fotosintéticos como las cianobacterias
(Wilkinson, 1983), y por tener numerosas bacterias heterotróficas en sus tejidos que devuelven
al medio nutrientes mineralizados (Corredor et al., 1988). Recientemente ha sido descubierto
que desechan una gran cantidad de células que sirven de alimento a las bacterias
descomponedoras, que forman parte de la base alimenticia del resto de los niveles tróficos (De
Goeij et al., 2013).
Algunos autores (Alcolado y Herrera, 1987; Carballo et al., 1996 y 2004) afirman que, por su
estrecha relación con el ambiente, la presencia, abundancia o diversidad de varias especies de
esponjas, pueden funcionar como indicadores de estrés en ecosistemas marinos. Las esponjas
han sido reconocidas como excelentes bioindicadores ambientales (Muricy et al., 1991) y de
contaminación (Polanía, 2010; Busutil y Alcolado, 2012; Busutil, 2013). Más específicamente,
estos poríferos, junto a los gorgonáceos y los escleraltíneos, están considerados como los
mejores biomonitores de los fondos rocosos (Alcolado, 2001).
Una buena matriz de monitoreo ambiental (Quirós, 1992 y 2015) debe reunir la mayor parte
del grupo de características que se relacionan a continuación, casi todas presentes en las
esponjas:
• Tener conectancia demostrada con el ambiente. Es reconocido que siempre existe algún
tipo de respuesta, pero se trata de una respuesta rápida y medible de la matriz ante
cambios ambientales.
• Poseer relaciones numéricas amplias. En este sentido, las mayores relaciones se
obtienen en los análisis del taxoceno: todas las poblaciones coexistentes de algún
segmento de la biota.
16
• Identificación taxonómica segura y ágil, pues el proceso de identificación de especies
no debe demorar la respuesta.
• Ciclos de vida relativamente largos.
• Biota representable cuantitativamente en un solo tipo de muestreo.
• Biota compuesta por individuos sésiles o semi-sésiles, que se vean obligados a enfrentar
el cambio sin la opción de traslado a otras áreas.
• Tener una representación espacial amplia, para garantizar su presencia en todas las
estaciones de muestreo.
• Especies con individuos conspicuos, de fácil observación sin recurrir a instrumentos
ópticos u de otro tipo.
• Alta biodiversidad en el grupo.
• Variedad de formas de vida.
• Tener un papel ecológico clave en el ecosistema.
Un estudio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC, 2001) de España
aseguró que las esponjas marinas retienen el 88% del silicio del océano, un nutriente
fundamental para la vida marina. El silicio es un elemento químico que permite que el mar sea
más productivo porque facilita la proliferación de las diatomeas. Estas microalgas absorben
grandes cantidades de CO2 atmosférico, paliando el efecto invernadero y el calentamiento
global de la atmósfera.
II.4 La Esponjicultura.
El uso de la esponja de baño fue iniciado probablemente por los egipcios. Los primeros
habitantes del Mediterráneo la utilizaban en la higiene corporal (Lin, 1991; Duckworth et al.,
1997). Según Altaba et al. (1991), en el siglo XVIII se inició el cultivo de esponjas en esta
región, estableciéndose la primera granja en el Adriático, cerca de Trieste. Aristóteles conocía
las esponjas y describió su gran capacidad de regeneración. Los soldados romanos usaban
esponjas en vez de copas de metal para beber agua durante las campañas militares, y la pesca
de esponjas era una de las pruebas de los antiguos juegos olímpicos (Altaba et al., 1991). En el
Atlántico Norte se han usado tradicionalmente las esponjas arrastradas por las olas como
17
fertilizante para los campos de cultivo. No obstante, el interés económico radica en las
esponjas de baño, sobre todo los géneros Spongia e Hippospongia, cuyo esqueleto es
exclusivamente córneo (espongina) y flexible (Altaba et al., 1991).
El comercio de esponjas se ha centrado durante años en el Mediterráneo Oriental, pero
actualmente el área más desarrollada incluye a la Florida, Cuba y las Bahamas (Stevely y
Sweat, 2000; Florida Fish and Wildlife Conservation Commission, 2001; Oronti et al., 2012).
Existen reportes de granjas en Miami, Bahamas, Argelia, España (Caralt et al., 2010), Italia y
Grecia (Pronzato et al., 1999). Por ejemplo, en La Florida se hallaba la industria
manufacturera más importante del mundo, pero a mediados del siglo XX la pesca abusiva y
diversas enfermedades o epidemias (Pronzato y Gaino, 1991) redujeron drásticamente el
volumen de esponjas que se comercializaba en la época (Yi et al., 2005).
En esta disminución también influyeron los huracanes y las prácticas de cosecha insostenibles
que redujeron la viabilidad de la industria de las esponjas. El impacto de un ciclón puede
transformar en un día la distribución y abundancia de los organismos como las esponjas, y
generar patrones muy distintos a los previos (Woodley et al., 1981). Tal es la situación actual
del archipiélago Sabana-Camagüey después del paso de Irma en 2017, al igual que el
escenario provocado por el huracán Georges en 1998 en esta región donde las capturas de
esponjas disminuyeron hasta llegar a valores nulos (Blanco, 2007).
La decadencia de este negocio se vio acentuada con la aparición de las esponjas sintéticas
(Altaba et al., 1991). Las demandas internacionales actuales de productos naturales,
necesidades regionales de diversificación económica y el fundamento histórico de la esponja
hacen de la acuicultura de las esponjas un candidato deseable como industria (Oronti et al.,
2012).
Por siglos, las esponjas comerciales han tenido una gran gama de usos, tanto domésticos como
industriales (Pronzato, et al., 1999). Tradicionalmente, los suministros para el mercado se
obtenían de la recolección natural, que en su mayoría procedían del Mediterráneo y el Caribe
(Stevely y Sweat, 2000). Más recientemente, ha habido un creciente interés en el desarrollo de
técnicas de cultivo sostenibles para suministrar los comercios, aliviando así la presión sobre
las poblaciones silvestres. La capacidad de las esponjas para crecer a partir de fragmentos
(propágulos) extirpados de las esponjas naturales donantes, las hacen candidatas ideales para
18
la acuicultura (Duckworth et al., 2007); adicionalmente, no necesitan ser alimentadas. Sin
embargo, las granjas de esponjas no han proliferado y la opinión de esta autora es que se debe
a la no rentabilidad de los intentos.
La comercialización de las esponjas se basa principalmente en las aplicaciones del embalaje
(Galenao et al., 2007), la farmacología (Regalado et al., 2010; Gómez- Archila et al., 2014),
como elementos de limpieza en el hogar y sobre todo en la higiene corporal.
Entre los invertebrados marinos, el Phylum Porifera, es el más prolífico en metabolitos
secundarios novedosos y farmacológicamente activos (Thakur y Müller, 2004; Blunt et al.,
2016). Se han descubierto más de cinco mil compuestos en las esponjas con algún tipo de
actividad biológica- clínica, antiinflamatorias, antitumorales, inmunorreguladoras, antivirales
y antimicrobianas (Gómez- Archila et al., 2014).
Muchos autores (Arteaga, 1985; Adams et al., 1995; Grovas, 1998; Yi et al., 2005; Quirós et
al., 2009; Betanzos y Valle, 2015) coinciden en que, en la esponjicultura la tasa de
supervivencia y la cantidad de esponjas cosechadas es alta, mientras que Oronti et al. (2012)
consigna que los costos son bajos. Sin embargo, la tasa de crecimiento es relativamente baja
(Yi et al., 2005). La grave contaminación en el océano genera múltiples enfermedades que
afectan a las esponjas y pueden tener un impacto catastrófico sobre las poblaciones de
esponjas naturales y las cultivadas (Yi et al., 2005; Oronti et al., 2012). Por lo tanto, Lin
(1991) plantea que es necesario desarrollar el cultivo de esponjas bajo condiciones
controladas.
Croft (1991) propone recomendaciones para el establecimiento de una industria de esponjas
comerciales dentro de la Región Subtropical. La primera fase es el establecimiento, donde
obtuvieron una tasa de sobrevivencia de más del 95 %, y llegaron a lograr hasta 200 000
esponjas por año en la isla de Pohnpei, isla principal de los estados Federados de Micronesia.
Enfatiza en los importantes pasos hacia el futuro en el cultivo y cuidado de las esponjas
comerciales, como son el apoyo al comercio con nuevos parques de cultivo, el cual es un tema
de mucha importancia en la FAO.
En el 2004, la oferta comercial era muy inferior a la demanda de esponjas en Europa (Corriero
et al., 2004). El agotamiento de los bancos naturales de esponjas en la costa mediterránea
debido a la alta presión de pesca, junto con algunos eventos epidémicos locales, motivaron a
19
este grupo de investigadores a estimar el rendimiento de Spongia officinalis var. adriatica.
Este equipo puso a prueba dos variantes diferentes de cultivo en cuerdas suspendidas: un
sistema horizontal cerca del lecho marino, y un sistema vertical extendido a lo largo de la
columna de agua. En general, el crecimiento y el rendimiento (peso promedio, la tasa de
crecimiento específico) no variaron significativamente entre los sistemas de cultivo, ni
tampoco se encontraron diferencias estadísticas en el crecimiento entre los propágulos de
diferente tamaño inicial, identificando así el tamaño inicial más adecuado para el cultivo.
En el cultivo de esponjas es muy importante investigar y conocer los factores ambientales que
influyen en la tasa de supervivencia y de crecimiento, en el orden de obtener el máximo de
biomasa en un periodo corto de tiempo (Yi et al., 2005). Algunos de estos factores son la
salinidad, temperatura, disponibilidad de luz, oxígeno y alimento. Por su parte, Quirós et al.
(2009) plantean que todos estos cuidados se evitan si las granjas se ubican en el mismo lugar
de los bancos naturales. Por ello, estos autores le confieren una gran importancia a la
determinación de los territorios de distribución, por especies, si de desarrollar la esponjicultura
se trata.
Para la determinación de la biomasa es fundamental la exactitud del método a emplear. Uno de
ellos es el peso húmedo, que es uno de los índices para medir el crecimiento de las esponjas.
Pero estudios en Haliclona permolls y Hymeniacidon perleve, mostraron que el peso húmedo
no podría ser utilizado como único criterio. Duckworth et al. (1997) demostraron que el peso
húmedo de las esponjas de la misma ubicación estaba positivamente correlacionado con peso
en seco sin importar la estación.
Según Duckworth et al. (2007), la esponjicultura en el mar es un método que podría
suministrar cantidades suficientes y sostenibles de esponjas de baño para satisfacer la demanda
del mercado. Este equipo desarrolló métodos de cultivo para Coscinoderma sp. y
Rhopaloiedes odorabile, dos especies con un alto valor comercial. En un experimento se
probaron 11 técnicas de cultivo, agrupadas en cuatro categorías o métodos basados en los
sustratos donde se apoyan las esponjas: líneas enroscadas, corte-explante, espiga de plástico
duro y malla. Para cada categoría general, probaron diferentes tipos de materiales, como nylon
y polietileno, o tamaños de compartimiento variados. Después de un año, la mayoría de los
individuos de Coscinoderma sp. cultivados en malla sobrevivieron. En contraste, la
20
supervivencia en las otras categorías generales fue muy pobre, con muchos propágulos
muertos después de dos meses. A diferencia de los datos de supervivencia, el crecimiento de
Coscinoderma sp. fue similar entre las técnicas de cultivo con la mayoría de los explantes casi
triplicando en tamaño en un año. La supervivencia de R. odorabile fue variable entre los
tratamientos de cultivo, siendo más altos cuando se cultivaron en malla o en líneas enroscadas.
El crecimiento de R. odorabile fue también más alto usando estas categorías generales, con la
mayoría de propágulos que doblan en tamaño sobre un año. Para ambas especies de esponjas,
el periodo de crianza en mallas no mejoró el crecimiento o supervivencia final del propágulo.
En general, Coscinoderma sp. y R. odorabile crecieron y sobrevivieron adecuadamente
cuando se cultivaban en paneles de malla. El equipo de trabajo plantea que poseen
perspectivas de que pronto este método de cultivo será utilizado para comercializar la esponja
de baño en Australia. Es necesario llamar la atención que el empleo de estos materiales puede
generar contaminación en el mar debido a la acumulación de residuos sólidos, además los
gastos iniciales se dispararían debido al elevado costo de los mismos, lo que incidiría
directamente en la rentabilidad del cultivo.
Según Louden et al. (2007), el potencial para el desarrollo de la acuicultura de esponjas está
dado por la variedad de especies. Sin embargo, la selección del método de cultivo apropiado
es específica para las diferentes especies y se necesita determinar los sitios de la plataforma de
donde se puede extraer para lograr el éxito comercial esperado. En este estudio fueron
medidos: la supervivencia in situ y ex situ (vivero), tasas de crecimiento in situ, y procesos de
recuperación (ex situ) por propágulos de dos candidatos de esponjas, Rhopaloeides odorabile
y Coscinoderma sp. (Familia Spongiidae), cultivados en las islas Palm, grupo central de la
Gran Barrera de Coral. Las tasas de recuperación de los propágulos fueron altas para las dos
especies, con la formación del paño sobre la superficie dentro de 24 horas. R. odorabile y
Coscinoderma sp. mostraron potencial para la acuicultura comercial, pero todavía se requieren
investigaciones adicionales para reducir las tasas de mortalidad inicial y la alta variabilidad en
las tasas de crecimiento entre los propágulos (Louden et al., 2007).
Stevely et al. (2010), en su trabajo de la estimación de la biomasa de esponjas comerciales en
La Florida, no pudieron cuantificar el porcentaje del hábitat de fondo duro requerido por la
mayoría de las esponjas que fueron analizadas, frente al porcentaje de pastos marinos, en sus
transeptos. El análisis estadístico comparativo entre especies o regiones no fue significativo.
21
Hallaron que las diferencias entre especies o entre regiones, en abundancia numérica de
esponjas o de biomasa volumétrica, pueden deberse a las diferencias entre las regiones en la
disponibilidad de hábitat y las condiciones ambientales.
Según Caralt et al. (2010), la acuicultura de las esponjas marinas se ha convertido en uno de
los métodos más fiables para abastecer a las empresas farmacéuticas con cantidades
suficientes de metabolitos. Estos investigadores desarrollaron estudios sobre el cultivo in situ
de la esponja Dysidea avara (Schmidt, 1862), que produce avarol, el cual tiene aplicaciones
farmacológicas para contrarrestar la inflamación y la esclerosis. El lugar de estudio fue el
oeste del Mar Mediterráneo, al sur oriental de España. De acuerdo con estos investigadores, el
método de cultivo tradicional que se basa en sistemas de contención en cuerdas verticales es
inadecuado, debido a la consistencia blanda de las esponjas. Por lo tanto, estos científicos
probaron métodos de cultivo alternativos como el uso de cuerdas horizontales, ubicando a los
organismos en jaulas pequeñas o pegadas a un sustrato; evaluaron la supervivencia, la tasa de
crecimiento y bioactividad (producción del metabolito de interés). Los resultados de estos
análisis indicaron la gran importancia de seleccionar el método más apropiado, antes de
comenzar el cultivo de la esponja.
El mejor método dependerá de la especie de esponja y de las características ambientales del
lugar de cultivo. Esto implica un conocimiento previo de la biología y la fisiología (e.g.,
elasticidad, poder de recuperación, crecimiento) de las especies y de las condiciones del área
seleccionada (flujo de agua, etc.). Un consenso entre la supervivencia y el crecimiento debe
ser tomado en cuenta, ya que generalmente las condiciones que incrementan el crecimiento
(como el fuerte flujo de agua) son también las que aumentan la mortalidad de los propágulos
(Caralt et al., 2010). Finalmente, se obtuvo que el crecimiento de las esponjas fue muy
diferente a los seis meses que a los diez meses; esto provee una visión general y exacta del
desarrollo del cultivo. Esto se aplica especialmente cuando las especies tienen importantes
variaciones en el crecimiento y la mortalidad.
Por otra parte, Oronti et al. (2012), determinaron la viabilidad de la acuicultura de esponjas en
las Bahamas. Para ello examinaron las tasas de supervivencia y crecimiento de Spongia
tubulifera (la esponja de hierba) y Spongia pertusa (esponja de cabeza dura), entre febrero de
2006 y septiembre de 2009, en dos sitios diferentes. Después de 43 meses de crecimiento,
22
tanto la esponja de la hierba como las esponjas de cabeza dura mostraron un crecimiento
positivo significativo. El despliegue inicial de una esponja de mayor tamaño podía ayudar a
reducir el período general de crecimiento. Este estudio arrojó que es necesario la combinación
de la investigación científica, el análisis de mercado y apoyo gubernamental para que la
acuicultura de esponjas sea una opción viable con mayor estabilidad, y de esta forma lograr
conservar las poblaciones naturales de esponjas marinas.
Otro de los estudios desarrollados en el campo del cultivo de esponjas corresponde al de
Millanguir (2013). Esta autora, con el empleo de fragmentos de Discodermia dissoluta, probó
dos métodos de cultivo de esponjas, en tres estaciones con una profundidad variable de 10 a
15 m. En el primero de los métodos las esponjas fueron colocadas en bolsas de mallas
suspendidas y en el segundo se asentaron en paneles de mallas fijos, empleando en ambos una
inclinación de 450. Durante el estudio se realizó el monitoreo de la salinidad, temperatura,
materia orgánica disponible, irradiación, movimiento del agua de mar y sedimentación. El
crecimiento y la supervivencia fueron dos de las medidas de eficiencia evaluadas por la autora,
refiriendo que luego de nueve meses de cultivo se obtuvo supervivencias acumuladas mayores
del 56 %. Estos métodos desarrollados dan al traste con la necesidad de mantener controlados
los parámetros fundamentales para el establecimiento y crecimiento de las esponjas, es
determinante que las condiciones del sitio escogido se mantengan estables durante el año que
demore el cultivo.
Más recientemente, Pocaterra et al. (2017), llevaron a cabo una investigación respecto a la
adherencia de las esponjas. Este equipo probó la fijación de las especies Haliclona soestella
caerulea y Tedania ignis sobre cuatro sustratos artificiales (madera, hierro, cemento y acrílico)
en el Parque Nacional Laguna de La Restinga, Nueva Esparta, Venezuela. Estos
investigadores calcularon el porcentaje de cobertura y la tasa de crecimiento de ambas
especies de esponjas. El ANOVA multifactorial demostró que no existe una diferencia
estadísticamente significativa para el crecimiento de las esponjas en los sustratos. Se observó
una diferencia para la esponja Tedania ignis en el proceso de fijación en el sustrato acrílico. Se
concluyó que el mejor material como sustrato fue el hierro debido al mayor número de
esponjas fijadas de ambas especies.
23
II.4.1 Cultivo de esponjas en Cuba y algunas consideraciones económicas.
En Cuba, se conoce sobre las esponjas comerciales desde el siglo XIX y existen registros de
capturas de las mismas desde 1960 (Blanco y Formoso, 2009a). Las especies de esponjas
comerciales reportadas en Cuba son: Hippospongia gossypina (Duchassaing y Michelotti,
1864) (macho fino), Hippospongia lachne (Laubenfels, 1936) (hembra de ojos), Hyattella
cavernosa (Pallas 1766), Spongia barbara (Duchassaing y Michelotti, 1864), Spongia
gramínea (Hyatt, 1877) (macho cueva), Spongia oblicua (Duchassaing y Michelotti, 1864),
Spongia obscura (Hyatt, 1877), (macho guante), Spongia pertusa (Hyatt, 1877). Blanco y
Formoso, (2009b) plantean que de estas las más abundantes en el Archipiélago Sabana-
Camagüey son Spongia obscura, seguida por Spongia barbara y en menor medida, por
Hippospongia lachne.
El género Hippospongia, al cual pertenecen las especies a emplear en este estudio, ha sido
tradicionalmente distinguido por la relativa rareza de las fibras primarias y por la presencia de
grandes canales, lagunas subdérmicas y vestíbulos dentro del mesohilo, dando a la esponja una
apariencia cavernosa (Armiñana, 2017).
De las especies mencionadas Hippospongia lachne, es considerada la especie de mayor
calidad en relación a todas las esponjas encontradas en el Atlántico Occidental (Stevely y
Sweat, 1994). Habitualmente estas esponjas se muestran redondas, con diámetros y radios de
altura muy variables. Sin embargo, hay una variación considerable en la forma y calidad en
dependencia de las influencias del tiempo (Stevely et al., 1978).
La actividad de extracción desde 1960 presenta variaciones que van desde 50 hasta 42 t/año
(Blanco y Formoso, 2009a). Un grupo de autores (Alcolado y Gotera, 1985; Blanco, 2007),
plantean que la salinidad, la temperatura, la influencia de la luz solar y el paso de eventos
meteorológicos extremos, son factores ambientales que afectan la distribución y abundancia de
las especies de esponjas.
La esponjicultura en nuestro país encuentra su justificación en la reducción creciente en la
abundancia de las especies marinas comerciales, incluida las de esponjas, por lo elevado de
sus precios según mercado, calidad y especies, y por la necesidad de proteger los bancos
naturales debido a sus funciones ecosistémicas (Alcolado et al., 2004).
24
Posterior al huracán Irma, la recuperación del cultivo de esponjas se presenta como un
elemento estabilizador de la economía pesquera (CITMA, DTVC y GER, 2017).
Los primeros métodos probados sustentan la propuesta de desarrollarse a partir del estado
actual de las poblaciones naturales. Básicamente, las técnicas de cultivo se fundamentan en la
capacidad de regeneración de las esponjas, a partir de fragmentos propios. Según Blanco y
Formoso (2009a), uno de los primeros métodos de cultivo de esponjas reportados es la
esponjicultura por plaquetas. Luego, en ese orden surgió el método suspendido y un tiempo
después el método de las esponjas rodadoras. Actualmente en Cuba no existen cultivos
comerciales de esponjas y solo se han desarrollado algunas pruebas pilotos de los diferentes
métodos. Estos métodos serán descritos a continuación.
Esponjicultura por plaquetas:
Se basa en atar el recorte o fragmento de esponja a un soporte (disco de cemento, una loza o
teja) que se sitúa en el fondo. La ubicación de las plaquetas depende mucho de las condiciones
del fondo. Se obtiene una esponja con al menos una cara plana, lo cual es poco deseado,
normalmente (Blanco y Formoso, 2009a).
Esponjicultura suspendida.
Consiste en ubicar tendales a cierta distancia del fondo. Se desarrolló en Cuba por primera vez
en 1965 y fue aplicado a escala piloto por la empresa EPICAI en el año 2008 en la región de
Caibarién, con buenos resultados, pero sin ejecutar todo el sistema (Blanco y Formoso,
2009a). Consiste en colocar verticalmente y en hileras, troncos de palma jata o tubos
galvanizados y entre cada dos de ellos sucesivos se disponen líneas de nylon a 30, 55 y 80 cm
del fondo. En cada línea se ensartan los recortes de esponjas, separados a 30 cm. Las hileras se
orientan transversalmente a las corrientes predominantes en la zona.
Este método fue sugerido por el Ministerio de la Industria Alimentaria, específicamente la
Dirección de la Pesca, cuando en el 2011 emitió un procedimiento operacional de trabajo
(POT) para las mini-granjas esponjícolas atendidas por tripulaciones extractivas (Grovas,
2011). La granja se ubicó al norte de la Bahía de Buenavista, en la zona de Las Loras, un área
muy cercana a bancos esponjíferos naturales, por lo que los parámetros ambientales se
encontraban dentro de los óptimos para el crecimiento de las esponjas.
25
Los valores de estos parámetros fueron los siguientes: transparencia del agua 50 y 70%,
salinidad media entre 35 -39 ‰, oxígeno disuelto de 5 a7 mg/l y con valores de nutrientes y
demanda química de oxígeno aceptables, aguas de calidad satisfactoria para este tipo de
cultivo (Alcolado et al., 1999; Betanzos et al., 2015). El desarrollo de esta actividad se
justifica por la disminución de la abundancia de las especies comerciales y por los beneficios
que aporta debido a los elevados precios en el mercado esponjero (Grovas, 2011).
Luego, a principios de 2011 se estableció un parque de esponjas en la Bahía de Buenavista
donde se sembraron unas 300 semillas de esponjas de entre 5 y 8 cm de grosor, ensartadas en
10 líneas suspendidas de 11 m cada una. Dos líneas se sembraron de H. lachne y ocho líneas
de S. barbara, para S. gramínea no se definen el número de líneas. Pasados 18 meses, periodo
demasiado extendido, más del 80% presentaron un tamaño adecuado para la comercialización
(de 18 a 23 cm de diámetro, que supera los 15 cm indicados para la comercialización);
Betanzos y Valle (2015) se apoyan en ello para manifestar la sustentabilidad del cultivo de
esponjas en la región, pero según esta autora la misma resulta un tanto cuestionable.
Según el análisis costo-beneficio (Bucarano et al., 2013) la esponjicultura ha demostrado ser
una alternativa sostenible, con poco de inversión y de alto rendimiento económico. A partir de
un flujo de caja para este sistema de cultivo suspendido con la especie Hippospongia lachne,
un estimado de un cultivo de 32 500 semillas de esponjas hembras después 2,5 y 3 años de
cultivo producirían esponjas de 20 cm de diámetro, con peso algo superior a una tonelada. Si
se tiene en cuenta la inversión inicial de $13 897,29 pesos y los gastos operación anual
estimados de $28 931,85 pesos, resulta en ingresos (VAN) de $ 42052, 73 pesos y una tasa
interna de rentabilidad (TIR) del 41% (Bucarano et al., 2013). No obstante, el tiempo que esta
iniciativa consigna resulta muy extendido al parecer de quien escribe, lo que influye en la
rentabilidad cualquiera que sea.
Se plantea, además, que los gastos también pueden disminuirse si se seleccionan lugares
cercanos a los asentamientos poblacionales (menor cantidad de combustible para traslados,
pero sin garantías de condiciones ambientales adecuadas), y se emplean mallas perimetrales
comunes a dos parcelas, etc. Las ganancias, por su parte, que constituyen el otro elemento de
consideración en el cálculo del tiempo de resarcimiento, se elevan empleando los morfos de
26
esponjas de mejor precio, agrandando las parcelas (lo que está en dependencia de la capacidad
de trabajo de los granjeros), (Bucarano et al., 2013).
Otro análisis económico fue realizado por Adams et al. (1995), que estudió la factibilidad
económica de granjas de esponjas a pequeña escala, tomando como premisa que el capital y la
inversión laboral son mínimos. Según los cálculos realizados, los requisitos de inversión para
una granja de esponjas de 0,4 ha ascienden a $ 650, mientras que los costos promedio anuales
de producción se totalizan en $ 500. Por cada 0.4 ha anuales la granja de esponjas pueden
producir 2 400 esponjas, para retornos netos anuales de aproximadamente $ 1 744 por
componente de 0,13 ha, pero comenzando en el cuarto año. La rentabilidad resultó más
sensible a los cambios en la tasa de salario de oportunidad, la tasa de supervivencia y el precio
de mercado. Con estos buenos resultados los autores afirman que el cultivo comercial de
esponjas en Pohnpei es prometedor como fuente de ingresos suplementarios. La autora
considera que, si los ingresos no se consideran suplementarios, sino básicos o únicos, y la
extensión de estas granjas es demasiado pequeña.
Esponjas rodadoras
Quirós et al. (2009) proponen un nuevo método de cultivo de esponjas, basado en
observaciones posteriores a los eventos climáticos extremos, concebido como esponjas
rodadoras, donde estas crecen libremente en las granjas en forma de cuartones o parcelas de
una hectárea y de 1-1,5 metros de profundidad. Este método cuenta con siete pasos, los cuales
son descritos en el folleto citado. Esta tecnología, única en Cuba, se propone como una forma
de explotación sostenible que abarata costos y garantiza la extracción de un rubro exportable
al obtener una tonelada del invertebrado en un año de cultivo (Granma, 2009). Los datos
fácticos de esta experiencia no han sido publicados y en su procesamiento se basa la presente
tesis.
A pesar de que en el mundo entero se han puesto en práctica disímiles métodos de cultivo de
esponjas, donde las características biológicas alcanzan valores satisfactorios, estos no se han
desarrollado a escalas productivas. El principal motivo, según la opinión de esta autora, es que
no resultan económicamente factibles con las tecnologías hasta ahora empleadas, debido al
tiempo que demoran las esponjas en alcanzar su talla comercial.
27
III. Materiales y Métodos
III.1 Lugar y ubicación del estudio.
El estudio se realizó en un sector noreste de la plataforma marina de Villa Clara, conocida
como la Bahía Las Filipinas, dentro del Refugio de Fauna Las Picúas-Cayo Cristo (Fig. 1). Las
Filipinas se considera uno de los lugares con mejor estado de salud del pasto marino en Cuba
(Perdomo et al., 2006).
El área de estudio se asocia al poblado de Carahatas. Esta es una comunidad ubicada en los -
80° 17' 39" y 22° 54' 44" N, a 17 kilómetros de la cabecera municipal de Quemado de Güines.
Es una comunidad de 633 habitantes (ONE, 2007), eminentemente pesquera, y solo una
pequeña parte de la fuerza de trabajo se emplea en el RF Las Picúas- Cayo Cristo y otras pocas
actividades económicas.
Figura 1: Ubicación del cultivo de esponjas, en la bahía Las Filipinas. Fuente: Base
cartográfica Cuba 250 000.
28
El sitio seleccionado se localizó en un área con aguas medianamente turbias, lo que indica la
existencia de abundante picoplactón para estos animales. Además, las corrientes del área
fueron apreciables y con un oleaje moderado debido a estar rodeada de manglares. El tipo de
fondo fue arenoso-rocoso, con escasa presencia de pastos marinos en comparación con el resto
de la bahía. Los valores de salinidad, temperatura y disponibilidad de luz y oxigeno no se
midieron, ya que existían poblaciones de esponjas naturales, con buen estado de salud,
alrededor del área.
III. 2 Diseño experimental y métodos de cultivo de esponjas aplicados
Se realizó el montaje de una granja esponjícola, a manera demostrativa, de una hectárea (100 x
100 metros), donde se aplicó el método de cultivo de las esponjas rodadoras; este método es
conocido también como esponjas en cuartones confinado, descrito por Quirós et al. (2009). El
cuartón se delimitó con malla plástica con abertura de 5 centímetros con 40 centímetros de
peralto, fijada verticalmente a estacas de hierro (cabillas) de ¾ pulgadas de diámetro.
Los instrumentos empleados en la construcción del cuartón fueron una barreta y una
mandarria y se tuvo la ayuda de una tripulación esponjera de la zona
Pasos en la construcción del cuartón
• Con el empleo de la barreta y la mandaría se procedió a la abertura de los orificios en
el fondo.
• Los postes de acero fueron colocados en cada uno de los orificios y fijados
fuertemente.
• Se colocó la malla plástica entrelazándola con los postes y se aseguró con
monofilamento en los extremos.
• Se colocaron flotadores (botellas plásticas de desecho) para la señalización del cuartón.
Selección y obtención de la semilla.
La especie utilizada fue Hippospongia gossypina (macho fino), la cual se encontraba en áreas
cercanas a la zona de estudio. Los ejemplares que se utilizaron como semilla poseían entre 15
cm o más, que es el tamaño comercial. Con el empleo de un cuchillo bien afilado se cortaron
las esponjas dejando en la base un remanente de 3 cm, para garantizar la regeneración de las
mismas. Las esponjas cortadas se mantuvieron dentro del agua y se realizaron tres cortes
transversales, luego cortes horizontales y verticales, obteniéndose unos 30 pedazos de 4 cm
29
por cada una de las esponjas cortadas. Se sembraron en total 2 500 propágulos. Las semillas se
colocaron en la parcela confinada, y en un plazo de 12 meses, se procedió a la cosecha.
A 50 esponjas tomadas al azar, se le realizaron mediciones del diámetro cada dos meses; a
estos valores se les halló la media. Con los datos de diámetro se calcularon los volúmenes de
los ejemplares (se asumen esféricas), mediante la fórmula:
V=3/4 π r3
Donde r es el radio de la esponja: la mitad del diámetro medido.
También se retiraron las esponjas no comerciales y las algas de gran tamaño del género
Sargassum que crecieron en la parcela durante el tiempo de estudio.
Simultáneamente se desarrolló el método de la siembra de esponjas suspendidas en líneas
horizontales o en tendales (García del Barco, 1972; Grovas, 2011) con el objetivo de realizar
una comparación con las rodadoras. Esta técnica consiste en ensartar en líneas pequeños trozos
de esponjas en un cordel de monofilamento. Se establecieron 30 líneas de 15 esponjas cada
una, separadas 30 cm entre sí, para un total de 450 propágulos sembrados. La altura de los
postes fue de 40 cm. Las semillas empleadas se obtuvieron de la forma ya descrita. Se le
realizaron idénticas mediciones y cálculos que en el caso anterior a una muestra aleatoria de
50 ejemplares.
En la figura 2 su muestra un diagrama con la disposición de los dos sistemas de cultivo
desarrollados.
Los datos del cultivo fueron tomados por los especialistas Dr.C María Elena Perdomo, Dr.C
Ángel Quirós Espinosa el pescador Raúl Pérez (Nikita) como parte de los proyectos PNUD-
GEF-PPD “Uso alternativo de los recursos naturales en la comunidad costera de Carahatas” y
"El cultivo de esponjas como una alternativa productiva para pescadores desplazados de artes
pesqueras destructivas", del Programa Regional de Áreas Especialmente Protegidas y Vida
Silvestre (SPAW)/ UNEP-CAR/RCU/ PNUMA La Conservación y el Uso Sustentable de los
Grandes Ecosistemas en el Gran Caribe.
30
Figura. 2: Esquema de ubicación del experimento con esponjas rodadoras y suspendidas. Obsérvese
que uno no obstruye las corrientes para el otro. Ambas representaciones no guardan una proporción de
escala.
III.3 Análisis la formación de irregularidades en la superficie de las esponjas, la incorporación
de arena y cuerpos extraños, en ambas tecnologías de cultivo, en relación con la operatividad
de su tratamiento industrial.
Se mostraron las esponjas cultivadas, por ambos métodos, y se realizó una entrevista (Anexo
2) a las personas que trabajaban en la industria de Caibarién que tuvieran más de cinco años en
esta labor (cinco operarios), con el fin de conocer sus opiniones acerca de posibles desventajas
de las rodadoras por la arena y cuerpos extraños incorporados, y lo mismo a una tripulación
esponjera (patrón Noel Morales). En este primer grupo, también como parte de la entrevista,
se indagó en cuanto a la presencia de irregularidades de la superficie (tetas). El proceder
anterior se avala en que son estas personas las que pudieran tener una opinión práctica de estos
fenómenos, toda vez que inciden de una forma u otra en su labor. Las opiniones fueron
31
recogidas de forma consensuada. Los aspectos indagados son los incidentes, en términos de
cultivo, en la calidad final del producto como se puede apreciar en el Anexo 3.
III.4 Análisis económico
Se asentaron los datos de los gastos de instalación y mantenimiento (materiales, mano de obra,
combustible y equipamiento) y de ingresos por venta, con los que se confeccionó un flujo de
caja a fin de determinar resarcimiento y ganancias, para valorar la factibilidad económica del
cultivo. Se empleó la misma metodología, ya tradicional, usada en un propósito afín por
Bucarano et al. (2013). Un tratamiento análogo se hizo con Hippospongia lachne (hembra de
ojos), asumiendo semejantes características biológicas y requerimientos, (ambas especies se
encuentran presentes en el Archipiélago Sabana- Camagüey), ya que esta presenta un precio
mayor en el mercado.
Se realizaron los cálculos del Valor Actual Neto (VAN) y la Tasa Interna de Rentabilidad
(TIR) para los dos flujos de caja, ambos valores dependen del precio del producto en el
mercado.
El flujo de caja es un procedimiento que se realiza comúnmente por parte de los economistas.
En finanzas se entiende por flujo de caja (en inglés cash flow) a los flujos de entradas y salidas
de caja o efectivo, en un período dado. Es la acumulación neta de activos líquidos en un
periodo determinado y, por lo tanto, constituye un indicador importante de la liquidez de una
empresa. Permite determinar la liquidez de un negocio, y sobre la base de que no existan
variaciones se acostumbra a realizar una extrapolación en el tiempo; esto le confiere un valor
de pronóstico económico. Una compañía puede tener problemas de efectivo, aun siendo
rentable. Por lo tanto, permite anticipar los saldos en dinero (Brealey et al., 2010).
III. 5 - Análisis social y de percepción de la comunidad de Carahatas del cultivo de esponjas
en la conservación de la biodiversidad del RF Las Picúas – Cayo Cristo.
Se realizó una encuesta (Anexo 3) acerca de la percepción socioeconómica del cultivo de
esponjas a los comunitarios de Carahatas (5,5% de una población de 633 habitantes), lo cual
incluye a pescadores, amas de casa y pobladores en general; tanto hombres como mujeres. Las
preguntas se realizaron antes (muestra de 100 encuestados), durante (muestra de 104
encuestados) y después (muestra de 121 encuestados) de implementado el cultivo; en estas
etapas se encuestaron diferentes personas.
32
La primera pregunta se realizó en los tres momentos identificados. La segunda, tercera y
cuarta preguntas solo se aplicaron durante y después del cultivo, realizándose el posterior
procedimiento ya explicado. La quinta pregunta se aplicó una vez terminada la cosecha de las
esponjas. Los resultados obtenidos se procesaron en Excel, donde se construyeron las gráficas.
Las interrogantes realizadas en las etapas correspondientes fueron las siguientes:
• ¿Conoce el cultivo de esponjas? (Antes, durante y después)
• ¿Cree que el cultivo sea exitoso? (Durante y después)
• ¿Cree que el cultivo sea rentable? (Durante y después)
• ¿Desea trabajar en una granja de esponjas? (Durante y después)
• ¿Qué ventajas le confiere al cultivo de esponjas? (Después de la cosecha de esponjas)
El análisis de conservación realizado fue sobre la base de la aceptación social del cultivo de
esponjas por la comunidad costera de Carahatas.
Además, se recopiló información por medio de una encuesta (Anexo 4) aplicada a los
pescadores esponjeros, acerca de la distribución de las poblaciones de las especies H.
gossypina e H. lachne en la plataforma marina de Villa Clara y Sancti Spíritus. Con el empleo
del programa MapInfo Profesional 10.5, (2013) se confeccionaron los mapas de distribución
de las mismas y sus áreas, lo que resulta básico en un momento del extensionismo.
III. 6- Análisis estadístico
Mediante el programa Microsoft Excel 2010 (v.7.0) se tabularon los datos obtenidos y se
construyeron los gráficos de mortalidad y crecimiento. Con el empleo del paquete estadístico
STATISTICA 12.0 (StatSoft, 2014) se aplicó una prueba U de Mann-Whitney (los datos no
describieron una distribución normal, por lo que se emplea una prueba no paramétrica), para
una p < 0,05 con el fin de comparar las cosechas (mes 12) de los diferentes métodos, tanto en
sus diámetros como en sus volúmenes.
33
IV. Resultados
IV.1 Análisis del crecimiento y la mortalidad de las esponjas en los dos métodos de cultivo
desarrollados
IV. 1.1 Crecimiento
El incremento del diámetro de las esponjas, durante un año, en los dos sistemas de cultivo
trabajados, se aprecia gráficamente en la figura 3.
Figura 3: Variación del diámetro promedio de H. gossypina, durante 12 meses, en los dos métodos de
cultivo probados en Carahatas, mostrando los intervalos de confianza de ambas curvas.
Por su parte, el cambio de volúmenes, a lo largo de los 12 meses de cultivo en Carahatas, se
representa en la figura 4. Los volúmenes finales difieren significativamente.
Figura 4: Variación del volumen promedio de H. gossypina, en los dos métodos de cultivo.
34
Las diferencias de volumen entre las esponjas de los dos métodos se aprecian gráficamente en
la figura 5, donde es visualmente evidente que, al cabo de los 12 meses de cultivo, las
rodadoras superan a las suspendidas.
Figura 5: Representación gráfica de la diferencia de volúmenes promedios entre las esponjas rodadoras
y las suspendidas (449,7 cm3) al cabo de 12 meses de crecimiento en una granja esponjícola en
Carahatas.
La prueba U de Mann-Whitney, aplicada para medianas, mostró diferencias significativas
entre las esponjas rodadoras y suspendidas del mes 12, tanto en diámetro como en volumen
(Tabla 1 y figura 6).
Tabla 1: Resultados de la comparación de las esponjas rodadoras y suspendidas, mediante el test de
Mann-Whitney con p<0.05, en el momento de la cosecha, tanto en diámetro (cm) como en volumen
(cm3).
Variables Rango U Z
Rodadoras Suspendidas
Volumen (cm3) 3 775 0 1 275 0 0.0 8,6138 28
Diámetro (cm) 3 775 0 1 275 0 0.0 8,6138 28
35
Figura 6: Mediana y valores máximos y mínimos de las esponjas cosechadas. A la izquierda el análisis
de los diámetros y a la derecha el de los volúmenes.
IV. 1.2 Mortalidad
La mortalidad de las esponjas en los métodos (esponjas rodadoras en cuartones confinados y
líneas horizontales) durante el periodo de estudio se muestra en la figura 7 y exhiben un claro
patrón exponencial negativo.
Figura 7: Variación de la mortalidad de las esponjas (H. gossypina), durante 12 meses, en los dos
métodos de cultivo probados.
36
IV.2 Formación de irregularidades en las esponjas, incorporación de arena y cuerpos extraños.
La totalidad de las esponjas rodadoras cultivadas tuvieron una forma redondeada
uniformemente, mientras que la gran mayoría, el 92 %, de las esponjas suspendidas
desarrollaron algún tipo de irregularidad en su forma, como se observa en la figura 8; estas
esponjas cultivadas en líneas horizontales desplegaron durante su crecimiento las llamadas
tetas. El 8 % mostraron tetas en formación, con menor tamaño.
En cuanto a la incorporación arena y cuerpos extraños, en las rodadoras fue más abundante
que en las suspendida, pero en una cuantía similar a las esponjas naturales.
Figura 8: A la izquierda, esponja obtenida por el método de las rodadoras y a la derecha una obtenida
por el método de las suspendidas en líneas horizontales. Foto: Dr.C Ángel Quirós Espinosa.
IV.3-Factibilidad económica del cultivo de esponjas
En la tabla 2 se muestra el flujo de caja realizado al cultivo de esponjas rodadoras con la
especie H. gossypina (macho fino) donde se hizo una extrapolación para 12 hectáreas.
37
Tabla 2: Flujo de caja del cultivo de esponjas rodadoras desarrollado con H. gossypina
desarrollado en el Refugio de Fauna Las Picúas-Cayo Cristo.
Años 0 1 2 3 4 5
Ingresos ---- $13 248,00 $13 248,00 $13 248,00 $13 248,00 $13 248,00
Costo
operacional $3 450,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00
Beneficios ----- $5 598,00 $5 598,00 $5 598,00 $5 598,00 $5 598,00
Inversión $8 710,00 ----- ----- ----- ----- -----
Flujo de caja -12 160,00 -$6 562,00 -$964,00 $4 634,00 $10 232,00 $15 730,00
Años 6 7 8 9 10 11
Ingresos $13 248,00 $13 248,00 $13 248,00 $13 248,00 $13 248,00 $13 248,00
Costo
operacional $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00
Beneficios $5 598,00 $5 598,00 $5 598,00 $5 598,00 $5 598,00 $5 598,00
Inversión ----- ----- ----- ----- ----- -----
Flujo de caja $21 328,00 $26 926,00 $32 524,00 $38 122,00 $43 620,00 $49 218,00
Sobre la base del flujo de caja se calculó un valor actual neto (VAN) de $89 240 y una tasa
interna de rentabilidad (TIR) de 45%.
Como se conoce de antemano el precio de venta de la esponja hembra en el mercado mundial
(50 000 USD/t), con los mismos datos de inversión y el costo operacional se calculó el flujo de
caja para esta otra especie (Tabla 3).
Tabla 3: Flujo de caja inferido de un cultivo de esponjas rodadoras desarrollado con H.
lachne.
Años 0 1 2 3 4 5
Ingresos ----- $50 000,00 $50 000,00 $50 000,00 $50 000,00 $50 000,00
Costo
operacional $3 450,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00
Beneficios ----- $42 350,00 $42 350,00 $42 350,00 $42 350,00 $42 350,00
Inversión $8 710,00 ----- ----- ----- ----- -----
Flujo de
caja -$12 160,00 $30 190,00 $72 540,00 $114 890,00 $157 240,00 $199 590,00
Años 6 7 8 9 10 11
Ingresos $ 50 000,00 $ 50 000,00 $ 50 000,00 $ 50 000,00 $ 50 000,00 $ 50 000,00
Costo
operacional $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00 $7 650,00
Beneficios $42 350,00 $42 350,00 $42 350,00 $42 350,00 $42 350,00 $42 350,00
Inversión ---- ----- ---- ---- ---- ----
Flujo de
caja $241 940,00 $284 290,00 $326 640,00 $368 990,00 $411 340,00 $453 690,00
Sobre la base del flujo de caja se calculó un VAN de $92 280 y un TIR de 46% (Quirós et al.,
2013).
38
En la figura 9 se puede apreciar las ganancias de los cultivos desarrollados para ambas
especies: H.gossypina e H. lachne.
Figura 9: Ganancias (expresadas en USD) de los cultivos desarrollados para ambas especies en un
periodo de cinco años.
IV.4 Análisis social y de percepción de la comunidad de Carahatas del cultivo de esponjas en
la conservación de la biodiversidad del RF Las Picúas – Cayo Cristo.
A la primera pregunta de la encuesta (si conocen acerca de las granjas de esponjas), los
comunitarios respondieron de la forma que se muestra en la figura 10.
39
Figura 10: Desconocimiento de los comunitarios de Carahatas acerca del cultivo de esponjas, antes,
durante y después de la implementación de la iniciativa.
Al iniciar el cultivo de esponjas, el 61,5 % de los encuestados aseguraron no creer en el éxito
del mismo, situación diferente en el momento de culminación, cuando solo el 6,6 % de los
comunitarios mantenían esa opinión (Fig. 11).
Figura 11: Proporciones entre el grupo de comunitarios que confiaban en el éxito del cultivo
de esponjas, durante la implementación de la granja y después de concluida la misma.
De acuerdo con la encuesta realizada en la última etapa, el 95 % de los comunitarios
manifestaron confiar en la rentabilidad del experimento (Fig. 12).
40
Figura 12: Comparación entre los comunitarios que confiaban o no en la rentabilidad del cultivo de
esponjas.
Frente a la interrogante de trabajar o no en una granja de esponjas (Fig. 13) el 68,8 % de las
opiniones estuvieron en contra de la misma antes de desarrollada la experiencia, pero solo un
14 %, tuvieron este criterio después de desarrollada la granja.
Figura 13: Proporción de opiniones de los comunitarios que no deseaban trabajar en una granja de
esponjas durante y después de realizado el experimento.
Al concluir la granja y desarrollada la experiencia de crecimiento, los comunitarios tuvieron
una percepción de la alternativa que se manifestó en diferentes opiniones reflejadas en la
figura 14.
41
Figura 14: Resultados obtenidos en la encuesta acerca de por qué trabajar en las granjas de esponjas.
IV.4.1 Distribución de las esponjas H. gossypina e H. lachne en la plataforma marina de Villa
Clara y Sancti Spíritus.
En las figuras 15, 16 y 17 se pueden apreciar las áreas de la plataforma marina de Villa Clara
con la mayor abundancia de poblaciones naturales de la especie H. gossypina.
Figura 15: Localización de los bancos naturales de H. gossypina en el sector Occidental de la
plataforma marina de Villa Clara. Se destaca en rojo la distribución de las especies.
42
Figura 16: Localización de los bancos naturales de H. gossypina en el sector Central de la plataforma
marina de Villa Clara. Se destaca en rojo la distribución de las especies.
Figura 17: Localización de los bancos naturales de H. gossypina en la plataforma marina de Sancti
Spíritus. Se destaca en rojo la distribución de las especies.
43
Para la especie Hippospongia lachne también se confeccionaron los mapas con la ubicación de
las poblaciones naturales en la costa norte villaclareña y espirituana (Figura 18, 19 y 20).
Figura 18: Localización de los bancos naturales de H. lachne en el sector Occidental de la plataforma
marina de Villa Clara. Se destaca en rojo la distribución de las especies.
Figura 19: Localización de los bancos naturales de H. lachne en el sector Central de la plataforma
marina de Villa Clara.
44
Figura 20: Localización de los bancos naturales de H. lachne en la plataforma marina de Sancti
Spíritus.
En la figura 21 se puede apreciar el área que ocupan ambas especies de esponjas en las
plataformas marinas de Villa Clara y Sancti Spíritus.
Figura 21: Total del área en km2 que ocupan las especies H.gossypina (macho fino) e H. lachne
(hembra de ojos).
45
V-Discusión
V.1 Crecimiento y mortalidad de las esponjas del cultivo de rodadoras y de suspendidas.
V. 1.1 Crecimiento
De acuerdo con las figuras 3 y 4 se puede apreciar que no existieron grandes diferencias entre
el diámetro de las esponjas rodadoras y las suspendidas en los primeros tres meses, similar a lo
planteado por (Louden et al., 2007). Las primeras mediciones correspondientes al mes de
enero fueron de 7,4 cm para las rodadoras y de 6,2 cm para las suspendidas. Hasta los seis
meses el crecimiento las esponjas rodadoras mostraron una línea ascendente, en cuanto al
diámetro, aproximadamente un aumento de 2,75 cm por cada mes, hasta alcanzar los 12 cm de
diámetro. Esta medida representa tres veces el diámetro inicial de los propágulos. De acuerdo
con la curva de crecimiento, a partir de los seis meses el aumento del diámetro fue mucho
menor, es decir que las variaciones en el incremento del diámetro fueron más pequeñas (un
centímetro en dos meses, aproximadamente) lo que permite clasificar el crecimiento de las
esponjas como alométrico, similar a lo obtenido por Caralt et al. (2010). Este resultado indica
que en un segundo año de cultivo las esponjas crecerían muy poco, incurriendo en gastos de
tiempo y personal. Si se suma a esto que al culminar los doce meses las esponjas rodadoras
alcanzaron el tamaño comercial, queda demostrado que un año de cultivo es suficiente, tal y
como lo afirma Yi et al. (2005).
Por su parte las esponjas suspendidas tuvieron, en seis meses, un aumento del diámetro hasta
alcanzar 11 cm, aproximadamente 1,50 cm en cada mes de cultivo. En los seis meses restantes
el diámetro de estas esponjas aumentó más lentamente, ya que el valor final del diámetro fue
una media de 13,2 cm, por lo que no alcanzaron la medida comercial. Estos valores permiten
asegurar que las esponjas rodadoras crecieron más rápido que las suspendidas con una
diferencia final de diámetro de 2 cm. Lo anterior lo corrobora la prueba estadística realizada,
con un valor de Z= 8,61 (Tabla 1 y Fig. 6).
Consecuentemente, el incremento de volumen de las rodadoras fue mayor al de las
suspendidas en cada una de las mediciones realizadas durante el año de cultivo (Fig. 4). El
análisis del volumen resulta, aunque indirecto, más adecuado que el del diámetro, pues refleja
mejor la biomasa incorporada (Yi et al., 2005) y es, precisamente, con la biomasa que se
establecen los pagos a los esponjeros, aunque la talla comercial es una medida lineal.
46
En el análisis de la figura 5 se puede apreciar que el volumen de las esponjas rodadoras fue
mucho mayor que el de las suspendidas durante todo el periodo de cultivo. A los seis meses
las esponjas rodadoras tenían un volumen promedio de 548,07 cm3
mientras que las
suspendidas 392,06 cm3, valores que distan en más de 150 cm
3. Pasado un año de cultivo el
volumen de las esponjas rodadoras alcanzó un promedio de 1 054,06 cm3, lo que sobrepasa al
de las suspendidas en 377,47 cm3 como se puede observar en la figura 5. Esta gran diferencia
de volumen apunta invariantemente hacia el efecto del método de cultivo empleado, por lo que
queda demostrada la efectividad del método de las rodadoras para incrementar la biomasa de
las esponjas comerciales, al menos en esta especie. El crecimiento de las esponjas rodadoras y
suspendidas, tanto en diámetro como en volumen, durante el periodo de cultivo fue
alométrico, coincidiendo con Corriero et al. (2004), Louden et al. (2007) y Caralt et al.
(2010).
Duckworth et al. (2007), en Australia, cultivaron a Coscinodema sp. hasta un volumen final de
224 cm3, que comparado con el volumen inicial (83 cm
3), representa casi el triple del valor en
un año. Este resultado se considera inferior a los conseguidos en el cultivo de las esponjas
rodadoras, pues si se toma en cuenta que el volumen inicial del cultivo fue de 30,58 cm3, el
aumento fue de 34 veces el volumen inicial (Fig. 5). Esto puede deberse a las características de
la especie y quizás en mayor cuantía al método empleado, ya que en cuanto a las condiciones
del área de estudio indicaría lo contrario; el Pacífico australiano es mucho más rico en
nutrientes (Cifuentes, et al., 1997) que el sitio seleccionado para el presente estudio.
De igual manera sucede con el estudio de Oronti et al. (2012). Con Spongia tubulifera el
volumen medio de los propágulos aumentó de 190 cm3 a 1 404 cm
3 después de 43 meses. Esto
representa aproximadamente siete veces más que su tamaño inicial. Con Spongia pertusa los
propágulos de fueron aproximadamente 4,8 y 3,3 veces mayor en volumen que cuando se
implementó inicialmente en los sitios de cultivo.
Otro elemento importante a tener en cuenta es el tiempo empleado en el experimento objeto de
estudio para que las esponjas rodadoras obtuvieran el tamaño comercial, el cual fue menor al
obtenido por Oronti et al. (2012) en La Florida y por Betanzos y Valle (2015) en Cuba. En el
primer trabajo los investigadores extendieron el estudio por un periodo de 43 meses para
cultivar Spongia tubulifera y Spongia pertusa, las cuales tuvieron un crecimiento positivo
47
significativo (en la primera 27,5 cm3/mes, ±4,3 cm
3 SD) y en la segunda (6,2 cm
3/mes, ±0,9
cm3 SD), al igual que la esponja del estudio que nos ocupa.
En el caso de Betanzos y Valle (2015), H. lachne e H. gossypina alcanzaron un diámetro entre
18 y 23 cm, pero en 18 meses. Estos valores están por encima de la talla comercial requerida
de 15 cm, pero el tiempo de cultivo fue mayor. Como no presentan las curvas, no es posible
comparar a los 12 meses.
Otros autores (Verdenal y Verdenal, 1987; Grovas, 1998) plantean que el tamaño comercial de
las esponjas de baño naturales, comúnmente, comienza a partir de aproximadamente los 10 cm
de diámetro. En la actualidad, de acuerdo con la Resolución todavía vigente del antiguo
Ministerio de la Industria Pesquera (MIP), que norma los tamaños de captura de las especies
marinas, el tamaño comercial de las esponjas se fija a partir de los 15 cm.
El tiempo empleado por Millanguir (2013) para el cultivo de Discodermia dissoluta, fue el
mismo del presente estudio: un año.
Las esponjas rodadoras, al cabo de 12 meses de crecimiento, superan significativamente a las
suspendidas, en diámetro y en volumen, como lo muestran los resultados estadísticos (tabla 1
y figura 6). Este resultado apunta a una mejor alimentación la cual, a su vez, pudo estar
determinada por las buenas condiciones del sitio de cultivo elegido y las características del
método de las rodadoras en cuartones confinados. Se ha mencionado con anterioridad que en
el área eran pre-existentes especies de esponjas comerciales como las empleadas en el estudio.
Sin embargo, en el caso que las esponjas suspendidas, a pesar de compartir las mismas
condiciones, no experimentaron un crecimiento tan acelerado, por lo que es evidente que el
método empleado tuvo un papel fundamental. Respecto a este tema, en la esponjicultura se
plantea que la tasa de crecimiento no es alta (Yi et al., 2005). Este nuevo método permite a las
esponjas rodar por el fondo marino y de esta forma estar en contacto directo y constante con la
mayor concentración de picoplancton, que constituye su principal fuente de alimentación
(Quirós et al., 2009).
48
V. 1. 2 Mortalidad de las esponjas rodadoras y suspendidas.
La mortalidad inicial de las esponjas rodadoras fue mayor inicialmente (de 4,65%), y
disminuyó paulatinamente hasta llegar a valores muy próximos a cero a partir del séptimo mes
del cultivo (figura 7). De la misma forma las esponjas suspendidas tuvieron una mortalidad de
3,5%, al inicio del cultivo, disminuyendo a valores inferiores de 0,5% en el séptimo mes de
realizada la siembra. Lo interesante de la situación es que inicialmente la mortalidad de las
rodadoras fue algo mayor, aunque baja en sí misma, que las suspendidas, y que a partir del
mes de febrero la situación se invirtió. Aunque no existen datos fácticos que avalen una
conclusión al respecto, es de esperar que las rodadoras, al estar más cerca de los sustratos
donde se asientan las capas bacterianas, pueden ser objeto de ataques de microorganismos
antes de que formen el paño, que es la membrana que las cubre. El paño se aprecia
rápidamente, pero eso no quiere decir que funcionalmente esté listo en poco tiempo. La
situación no es así en las suspendidas, lejanas a las mayores densidades de microorganismos
que causan enfermedades (Pronzato y Gaino, 1991 y Yi et al., 2005). No obstante, la situación
en el fondo es natural y el cultivo se somete allí al mismo estrés bacteriano que las esponjas
que se desarrollan en la naturaleza (Busutil, 2013), aunque estas poseen paño desde el inicio.
La situación después de la inversión de valores de mortalidad, es decir, menor en las
rodadoras, se interpreta por estar mejor protegidas dentro del lecho algal (corrientes, oleajes,
depredadores).
La mortalidad de manera general fue muy baja, incluso menor que el valor obtenido por
Duckworth et al. (2007), cuando cultivó Coscinoderma sp. y Rhopaloiedes odorabile, en
paneles de malla, obteniéndose más del 90% de supervivencia para la primera especie
mencionada después de un año. También la mortalidad alcanzada en las esponjas rodadoras
fue mucho menor que la obtenida por estos investigadores en los demás métodos probados,
con valores entre el 50% y 7%. Millanguir (2013), luego de nueve meses de cultivo, obtuvo
supervivencias acumuladas mayores del 56 %, que resulta un valor muy bajo: se pierde casi la
mitad de la siembra.
Por su parte, Corriero et al. (2004) plantean que la mortalidad de Spongia officinalis var.
adriatica fue más crítica durante el primer año debido a la manipulación y al proceso de
cicatrización de tejido alrededor de las cuerdas de nylon. Posteriormente, en este cultivo se
49
produjo una mortalidad adicional, pero de menor proporción, como resultado de la
competencia con organismos incrustantes (Mytilus galloprovincialis, Ostrea edulis, Sabella
spallanzanii y ascidias coloniales), cuyas larvas pueden establecerse cerca del tejido
esquelético expuesto que emerge del área del corte sometido a abrasión por la cuerda de nylon.
Las esponjas rodadoras estudiadas no mostraron daños de este tipo. En el cuarto año de cultivo
la supervivencia fue de 75%, resultados que resultan muy inferiores a los obtenidos en el
presente estudio.
Según Caralt et al. (2010), en un cultivo se debe establecer un consenso entre la supervivencia
y el crecimiento, ya que generalmente las condiciones que incrementan el crecimiento (como
el fuerte flujo de agua) son también las que aumentan la mortalidad de los propágulos. Si es
así, la selección del lugar de cultivo tiene la mayor importancia y se asume que en el
experimento que nos ocupa se realizó una buena selección del sitio de cultivo, de acuerdo a los
valores de crecimiento y mortalidad obtenidos: ambos fueron satisfactorios. Por su parte,
Louden et al. (2007) añaden que la supervivencia de los propágulos está en dependencia de la
especie empleada, el método de cultivo y la duración del experimento. Este planteamiento
indica que en Carahatas la especie cultivada fue apropiada, que el método favoreció la baja
mortalidad y el alto crecimiento, y que en un año no aparecen factores estresantes que puedan
variar negativamente los indicadores del cultivo.
V.2 Formación de irregularidades en la superficie de las esponjas, incorporación de arena y
cuerpos extraños.
Se demostró de forma evidente, incluso para los que no tenían experiencia en el tema, que la
forma esferoide de las esponjas rodadoras era manifiesta, lo que permite un aprovechamiento
mucho mejor de la biomasa incorporada al no tener que recortar las llamadas tetas en la
industria. En la figura 8 se observa la diferencia en cuanto a la producción de prolongaciones o
tetas entre ambos ejemplares obtenidos en los dos métodos diferentes. Esto se manifiesta aun
cuando algunos individuos, debido a atascamientos en el sustrato, terminan fijándose al
mismo; la fijación tardía no afecta la forma esférica general.
La literatura consultada consigna, aunque en menor medida, este tema de las formas, tal es el
caso de Corriero et al. (2004), los cuales después de cultivar Spongia officinalis var. adriatica
en el Mar Mediterráneo, en líneas suspendidas horizontales y verticales, obtuvieron que la
50
forma final de los esquejes fue principalmente redondeada, sin los lóbulos habituales y las
irregularidades, que se pueden apreciar cuando de manera natural las esponjas se fijan a un
sustrato. También Coscinoderma sp. y Rhopaloiedes odorabile cultivadas en malla fueron
generalmente redondas (Duckworth et al., 2007). La autora de esta tesis considera que la
forma que adquieran las esponjas comerciales durante el cultivo posee gran importancia en el
tratamiento post-cosecha.
Otro tema de importancia post-cosecha es la arena incorporada, así como restos calcáreos de
invertebrados marinos y material litológico. Las rodadoras incorporan estos elementos
extraños en mayor cantidad que las suspendidas, pero no difieren apreciablemente de la
cantidad que se identifica en las naturales (según explican empíricamente los trabajadores de
la industria y los esponjeros), por lo que no es un aspecto negativo a considerar.
V.3 Factibilidad económica del cultivo en cuartones confinados.
Los valores obtenidos en el flujo de caja (extrapolado hasta 12 ha) realizado para la especie H.
gossypina, muestran de forma evidente la rentabilidad del cultivo de esponjas empleando el
método de las esponjas rodadoras, ya que a partir del tercer año se obtienen $4 634,00 de
beneficio (tabla 2). Si se comparan estos valores con los que se pudieran obtener con la
especie H. lachne, resulta innegable las mayores ganancias (figura 9). Con esta especie se
obtienen $30 190,00 de ganancia en el primer año, como se observa en la figura 9. La
situación deriva del mayor precio de esta especie (50 000 USD/t), y se mantienen los mismos
gastos de inversión y mantenimiento. Cabe señalar que la inversión es duradera debido a los
materiales empleados: mallas plásticas, cabillas de ¾ pulgadas y monofilamento o bridas
sintéticas. Empleando la esponja hembra, el resarcimiento de la granja ocurre en la primera
cosecha.
Los valores del VAN y el TIR obtenidos en los flujos de cajas realizados (tablas 2 y 3),
permiten afirmar que la inversión resulta más rentable que la analizada por Adams et al.
(1995) y Bucarano et al. (2013), lo que indica que la misma se recupera más rápidamente.
Aunque no existen datos para un análisis pormenorizado, el cultivo se presenta como una
producción más rentable que la captura de esponjas en los bancos naturales (Alcolado et al.,
2004; PNUD Cuba, 2017). Caibarién posee la única instalación industrial para el tratamiento
de esponjas en la costa norte de Cuba, y su flota captura en todo el archipiélago Sabana-
51
Camagüey. Las embarcaciones pesqueras deben trasladarse lugares muy distantes con un gasto
de combustible muy superior al necesario para mantener una granja, y lo mismo sucede con
otra serie de gastos (mantenimiento de embarcaciones, alimentos).
En el estudio de Oronti et al. (2012) el costo total fue de aproximadamente $ 150 USD para la
potencial producción de 576 propágulos de esponjas, mientras que en las esponjas rodadoras
se necesitó de 8 710 USD para cultivar 2 500 propágulos. La relación peso de inversión contra
propágulo resulta muy similar, 3,84 y 3,44 respectivamente, lo que ratifica la rentabilidad del
cultivo de rodadoras. Oronti et al. (2012) plantean también que los recolectores de esponjas
locales pueden ganar desde $ 1,0- $ 4,0 USD por cada ejemplar de Spongia tubulifera (esponja
de hierba), según su tamaño y calidad. Los ingresos brutos podrían ser tan altos como $ 2 300
USD según la escala de crecimiento utilizada, la especie y el mercado potencial al cual estaría
dirigido el cultivo (cosmetología, farmacología). De acuerdo con estos últimos datos, el
cultivo de H. gossypina mediante el método de las rodadoras alcanza un ingreso bruto mucho
mayor como se puede constatar en la tabla 3, donde un trabajador de la granja puede llegar a
ganar $15 000 en un año.
V.4 Análisis social y de percepción de la comunidad de Carahatas del cultivo de esponjas en la
conservación de la biodiversidad del RF Las Picúas – Cayo Cristo.
La arista social de la alternativa resulta ineludible, pues los conflictos, opiniones y actitudes
que puedan existir en una comunidad suelen disminuir la eficiencia de las tecnologías e,
incluso, dar al traste con ellas (Perdomo, 2009). Antes de iniciar la instalación de la
experiencia, los comunitarios, en su absoluta totalidad no conocían o tenían noticias de las
granjas de esponjas marinas (Fig. 10), lo que era de esperar en una comunidad aislada, donde
las noticias acerca de tecnologías pesqueras no son precisamente abundantes.
En cambio, una vez comenzado, cuando ya se había impartido una parte considerable de la
capacitación planificada, un 50% de la comunidad tenía una idea, aunque no precisa, de las
mismas. Vale aclarar que la capacitación específica para el cultivo de esponjas fue brindada
solo a pescadores involucrados y, por consiguiente, el conocimiento a la población llega de
forma verbal y cotidiana. Mejor panorama se presentó al finalizar la experiencia, cuando solo
el 5% de la comunidad dijo no conocer de tales granjas.
52
En un proceso de intercambio interno, los pobladores se apropiaron de conocimientos básicos
de esta alternativa, facilitado por lo práctica y manuable que resulta (Quirós, et al., 2009).
En la etapa de la construcción de las granjas un poco más de la mitad de los encuestados no
creyeron en el éxito del cultivo (Fig. 11). Es lógico que, si no conocían de las granjas mucho
menos podrían tener un criterio positivo de su éxito: el éxito de las granjas les resultó muy
lejano y dudoso. Una vez que las esponjas comenzaron a crecer, el 61,5% de los entrevistados
mantenían dudas acerca del éxito del cultivo, lo que cambió radicalmente cuando se
cumplieron los 12 meses: solo el 6,6% mantenía una opinión negativa acerca del éxito.
Se enfatiza que las encuestas fueron efectuadas a individuos de la comunidad en general y no
solo a los involucrados en el proyecto; estos, en su totalidad, valoraron positivamente la
experiencia, lo que refuerza lo planteado por Currle et al. (1999).
Durante la etapa de implementación no se indagó con la población acerca de su opinión
económica de la iniciativa. Esto se debió a que no solo desconocían la tecnología, sino
también pesaba que Carahatas poseía costumbres arraigadas en la captura de peces y con una
economía deprimida, elementos que pudieran coincidir con lo planteado por Pizarro (2015) en
la caracterización de asentamientos autóctonos. A lo anterior se le suma, de forma
determinante, que en esta comunidad no existía tradición en la extracción y manipulación
industrial de las esponjas.
Además, en esta primera etapa se incurrieron en los gastos (que a los comunitarios les
parecieron muy altos) de materiales e insumos, lo que podría pesar en la opinión acerca de la
rentabilidad. El montaje de las instalaciones en el mar, utilizando todos los insumos
adquiridos, requirió de un esfuerzo extra que desarrollaron los propios investigadores. Pasados
12 meses se cosecharon las esponjas y se realizaron los cálculos económicos (flujo de caja),
que permitieron demostrar la rentabilidad y la generación de beneficios por encima de la
inversión realizada, sobre todo, de la esponjicultura de las rodadoras. La interrogante se aplicó
y solamente el 5% consideró dudosa la rentabilidad económica del cultivo como se muestra en
la figura 12.
En el inicio de la experiencia el 68,3% de los comunitarios encuestados afirmaron no estar
interesados en trabajar en una granja de esponjas (Fig. 13). Con el avance del cultivo los
pobladores pudieron apreciar que el trabajo en las granjas no requería de grandes esfuerzos y
53
que, por el contrario, resultaba relativamente simple y económicamente ventajoso. El buen
desarrollo de este cultivo comenzó a cambiar la mentalidad de la comunidad acerca del
mismo, lo que pudo influir también en la motivación de las mujeres en participar en el cultivo,
y de esta forma atenuar los rasgos machistas presentes en asentamientos de este tipo, tal y
como lo describen Castañeda y Flores (2005).
Ocurre un cambio de percepción al respecto cuando termina la experiencia, pues solo un 14%
de los comunitarios no se sintieron atraídos por el trabajo con las esponjas. La opinión de este
sector, según refirieron, es que “les gusta más pescar peces” de la forma tradicional. Este
parecer no necesariamente coincide con dudas acerca del éxito de la esponjicultura.
Al finalizar la experiencia, en buena parte debido a la capacitación brindada a amplios sectores
de la comunidad, la mayor cantidad de los comunitarios encuestados (109) consideraron que
con esta alternativa se están protegiendo los peces, al no tener que pescar en bancos naturales
y ni en los momentos de desove para cubrir las necesidades económicas de la familia (Meza,
2005) (Fig. 14). Este resultado denota un aumento de conciencia ambiental de los pobladores,
que también valoran que el cultivo de esponjas proporciona recursos, pero al mismo tiempo
permite la disminución de la presión pesquera, y la conservación de los ecosistemas, similar a
lo desarrollado en la experiencia de Marinecultures, (2015). Este hecho revela un gran paso de
avance en el trabajo con las comunidades costeras en relación con la protección de especies y
su actitud proactiva hacia la conservación tal y como plantea Duque et al. (2014).
Por otra parte, la otra afirmación que recibió más simpatizantes es la posibilidad de
permanecer más tiempo en la casa, con la familia. Esto refleja que la comunidad le otorga más
peso a las relaciones familiares y a los vínculos hogareños, que a obtener mayor cantidad de
dinero. Valórese que la pesca por “mareas” puede exigir hasta tres semanas en el mar.
En la importancia que conceden al cultivo, le sigue la posibilidad de recibir ganancias
planificadas todos los meses y, consecuentemente, no depender de la manifestación pesquera
de las especies ni de los eventos meteorológicos adversos (Fig. 14). Esto se logra con la
planificación de un cultivo escalonado, con granjas de 12 cuartones, donde cada mes se
cosecha uno a la vez que se vuelve a sembrar.
Obtener buenas ganancias y realizar menor esfuerzo físico (trabajo más humanizado) son los
aspectos que señalan en menor proporción (88 y 87 opiniones, respectivamente, del total
54
entrevistado). Son interesantes estas proporciones con relación a las anteriores, y no es
precisamente lo esperado en esa magnitud, aunque sí cualitativamente. Esta situación es, no
obstante, explicada por ellos mismos, quienes refieren que el esfuerzo no es “cosa ajena” al
trabajo en el mar al que están acostumbrados y, de mucho interés, que las ganancias son
buenas en la actualidad, pero que reconocen que, de seguir la extracción al ritmo reinante, la
pesca podría llegar a un colapso y, consecuentemente, cambiaría la situación económica
actual.
La pesca de esponjas obliga a permanecer extensos períodos en el mar, tiempo en el cual estos
trabajadores están lejos de la familia. De esta forma el grado de humanización del trabajo
disminuye grandemente, ya que este se desarrolla lejos del hogar. Un ejemplo real que ilustra
lo anterior es que Caibarién produce unas 20 toneladas anuales de esponjas y una granja
atendida por 2 ó 3 personas produce una tonelada en el mismo tiempo.
Un análisis somero del lugar de asentamiento de los bancos naturales de las especies H.
gossypina e H. lachne, nos indica que, solo en el occidente de Villa Clara existen
aproximadamente 16 zonas, en las que se podrían desarrollar igual o mayor número de granjas
de este tipo en función del tamaño de las mismas (figuras 15 y 18).
Hacia la parte central y en Sancti Spíritus se identifican 25 zonas más (figuras 16, 17, 19 y
20), en las cuales se pueden establecer un número muy superior de granjas, ya que estos
bancos naturales son mucho más amplios. La prensa, tempranamente, reflejó estos
pormenores. Además, se pudo calcular el área que ocupan estas dos especies mencionadas,
que son de las más empleada en la esponjicultura, sobre todo por la forma redondeada; para H.
gossypina se estimó unos 8 km2
y para H. lachne unos 19 km2.
Blanco (2007) y Blanco y Formoso, (2009b) colocan a H. lachne como la tercera más
abundante en el Archipiélago Sabana- Camagüey detrás de Spongia obscura y Spongia
barbara. Esta información refuerza mucho más el establecimiento de granjas de esponjas de
esta especie, pues a pesar que el resultado aquí expuesto no coincide completamente con el de
estos autores, se debe tener en cuenta que existieron diferencias en los lugares de muestreo.
Esta diferencia de H. lachne, respecto a las otras dos especies se le atribuye, según Blanco,
(2007), a la alta tasa de explotación durante la década de los años 90.
55
Si solo se usara el 10% de los areales de distribución de las esponjas comerciales analizadas
como lugares para implementar granjas de 12 hectáreas, en la provincia se podrían establecer
20 granjas esponjeras. Si cada una de ellas reclama la mano de obra de tres pescadores, se
trataría de 60 pescadores que, dedicados a la esponjicultura, no realizarían labores extractivas
en los bancos naturales de peces. Sesenta pescadores es aproximadamente la tripulación de
nueve embarcaciones. Nueve embarcaciones que ya no pescan significan una disminución
considerable de la presión pesquera. Obviamente, no se pretende que solo la iniciativa
esponjas sea la responsable de la disminución de la presión pesquera hasta los límites
deseados: existen otras iniciativas que deben desarrollarse. Queda pendiente en trabajos
futuros una comparación de la potencial relación costos-beneficios de las alternativas con
igual balance en la actividad extractiva.
Todo lo antes explicado indica que la comunidad llega a la conservación por sus intereses
económicos y no por un entendimiento ético de la situación ambiental. No es una llegada
criticable, pues, al fin y al cabo, lo importante es su posición en el proceder. Después pueden
venir otros procederes derivados del conocimiento y la toma de conciencia ambiental, que no
es precisamente nula.
Después del paso de Irma las poblaciones de esponjas quedaron tan afectadas que su pesca ha
sido cancelada. Los esponjeros de experiencia calculan que pasarán tres años para que se
manifieste alguna recuperación, lo que transita porque las restingas puedan retener el cieno
con el lecho algal sobreyacente. Sin embargo, en esto conspira en contra que la luz no llega
con eficiencia al fondo. Todo un panorama que indica lenta recuperación, tanto para las
esponjas como para los ecosistemas de los cuales forma parte, en donde desempeñaban una
serie de funciones que ahora están limitadas; como por ejemplo la filtración ( Blanco, 2007,
De Goeij et al., 2013 y Nava et al., 2015).
Invariablemente, en algún momento las poblaciones llegarán a aumentar su abundancia,
aunque aún no sean explotables. Ese es el momento de obtener la semilla para iniciar una
iniciativa de esponjicultura a gran escala, la cual una vez desarrollada permitirá una actividad
comercial exitosa, la conservación de las esponjas en su medio natural y a su vez la reducción
de la presión pesquera en las áreas protegidas del territorio.
56
VI-Conclusiones
1. El método de las esponjas rodadoras resulta superior a las suspendidas en términos
económicos, reflejados en el crecimiento, mortalidad y forma redondeada.
2. La incorporación de cuerpos extraños y arena en las esponjas rodadoras no es un
elemento invalidante, toda vez que es semejantes a la situación de las naturales,
mientras que no es así en las irregularidades superficiales, que son casi no apreciables
en las rodadoras.
3. La rentabilidad del cultivo de esponjas rodadoras con la especie H. gossypina se
alcanza en el tercer año, pero la de H. lachne, debido a su precio, se alcanza en la
primera cosecha, lo que la hace más rentable.
4. Los comunitarios reconocen al cultivo de esponjas como una alternativa económica
adecuada a sus necesidades económicas y como una forma de conservación de las
especies de peces amenazadas.
5. Los bancos naturales existentes, por su distribución y cantidad, avalan el desarrollo de
granjas de este tipo a gran escala, lo que favorecería la conservación en todas las áreas
marinas protegidas del territorio.
6. El cultivo de esponjas reúne todas las características exigidas (amigabilidad ambiental,
rentabilidad económica y aceptación social) para que una alternativa pesquera
económica redunde a favor de la conservación mediante la disminución de la presión
pesquera.
57
VII-Recomendaciones
1. Estudiar la forma de disminuir los costos a fin de mejorar los índices económicos del
cultivo de H. gossypina, como podría ser el empleo de un cuartón común y seleccionar
la cosecha dentro. Eso disminuiría notablemente el gasto en mallas de plástico y
cabillas.
2. Potenciar esta alternativa pesquera en las comunidades costeras del territorio,
preferiblemente con H. lachne, que tiene mejor precio y distribución espacial.
3. Extender este método a escala productiva en otras áreas de la plataforma insular
cubana que reúnan las condiciones necesarias para el cultivo, con comunidades
costeras que se encuentran en conflicto por el uso de los recursos de las áreas
protegidas más cercanas.
4. Evaluar comparativamente la relación costo-beneficio de la alternativa esponjas con la
de la actividad extractiva, para un mismo número de pescadores en un año.
5. Con relación a la situación dejada por el huracán Irma, es recomendable acopiar
“semillas” en cuartones como los descritos para las granjas, e ir reproduciéndolas en
zonas bajas para que no las afecte la turbiedad presente.
Referencias bibliográficas
Adams, C., J. Stevely y M. Sweat, (1995) “Economic Feasibility of Small Sponge Farming in
Pohnpei, Federated States of Micronesia” en Jour. World Aqua. Soc. 26 (2), junio 1995
pp.132-142.
ONE, (2007) Anuario Estadístico de Villa Clara del 2006. Oficina Nacional de Estadísticas.
Edición 2007.
Alcolado, P., (1986) Las Esponjas. Editorial Científico-Técnico. Ministerio de Cultura.
Alcolado, P. y A. Herrera, (1987) “Efectos de la contaminación sobre las comunidades de
esponjas en el litoral de la Habana, Cuba” en Academia de Ciencias de Cuba, Reportes de
Investigación del Instituto de Oceanología, 68 (-), pp.1-17.
Alcolado, P. y G. Gotera, (1985) “Estructura de las comunidades de esponjas en arrecifes
cubanos” en Ciencias Marinas. Conferencia dictada durante un Simposio de ciencias del mar
y la VII Jornada Científica del Instituto de Oceanología, pp. 11-14.
Alcolado P., E. García y N. Espinosa, (1999) Protección de la Biodiversidad y desarrollo
sostenible en el Ecosistema sabana Camaguey. Proyecto PNUD-GEF Sabana- Camagüey
CUB/92/G31, CESYTA SL. Madrid.
Alcolado, P., (2001) “Diversidad y Bioindicación ambiental en el mar” en Instituto de
Ocenalogía 0 (0), Julio 2001, pp.1-10.
Alcolado, P., A. Grovas, y Z. Marcos, (2004). “General Comments on species inventory,
Fisheries, Culture and some Community features of Porifera in Cuba” en Bollettino dei Musei
e Degli Istituti Biologici dell'Università di Genova. 68, pp. 175-186.
Alderete, E., (2004) Salud y pueblos indígenas. Primera edición. Ecuador. Ediciones Abya-
Yala.
Altaba, C. et al., (1991) Invertebrados no artrópodos. Historia natural 8. Enciclopedia
Catalana, S. A., Barcelona, pp. 598. ISBN 84-7739-177-7.
Álvarez-Lajonchére, L. y J. Fernández, (2013) “La piscicultura marina como mejor alternativa
para incrementar la producción pesquera. El caso de Cuba” en La Piscicultura Marina,
México, 9(2). Febrero 2013, pp. 10-21.
Armiñana, R., (2017) Phyllum Porífera: Los poríferos. Capítulo 3 Volumen I. Editorial Pueblo
y Educación.
Arteaga, L., (1985) Análisis de los resultados de la cosecha de un parque de cultivo de
esponjas en el CPI Batabanó. Trabajo de Diploma, Instituto de la Pesca Andrés González
Lines. La Habana, Cuba.
Bahia, P. C., A. Souza y E. de Oliveira, (2013) “Áreas naturales protegidas: una breve historia
del surgimiento de los parques nacionales y reservas extractivas” en Revista Geográfica de
América Central. 1 (50). Enero-junio 2013, pp. 195- 213 HYPERLINK
"http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/geografica/issue/view/491".
Barnes, R. D., (1983) Zoología de los invertebrados, 3ª edición. Interamericana, México, D.
F., pp. 826 ISBN 968-25-0094-X.
Barzetti, V., (1993) “Parques y Progreso” [En línea] IV Congreso Mundial de Parques y Áreas
Protegidas. Caracas Venezuela. Unión Mundial para la Conservación y Banco Interamericano
de Desarrollo. Washington, DC, disponible en
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/rjave/mesa5/figue.pdf [Accesado el 21 de
noviembre de 2017]
Betanzos, A., N. Capetillo, A. Lopeztegui y B. Martínez, (2015) “Calidad ambiental de
hábitats críticos para recursos pesqueros al norte de Villa Clara, Archipiélago Sabana-
Camagüey, Cuba” en Boletín electrónico, El Bohío. 5(6), ISSN 2223-8409 pp. 23-24.
Betanzos, A. y S. Valle, (2015) “La subsistencia de los pescadores. Alternativas y prácticas
sostenibles” en Menéndez, L., M. Arellano y P. Alcolado (Eds.), ¿Tendremos desarrollo
socioeconómico sin conservación de la biodiversidad? Experiencias del Proyecto Sabana
Camagüey. Paisajes productivos. La Habana, Editorial AMA.
Blanco, J. C., (2007) Esponjas comerciales de Cuba. Escenario actual. Tesis presentada en
opción al grado científico de Máster en Biología Marina y Acuicultura. Mención en Ecología
Marina. Universidad de La Habana.
Blanco, J. y M. Formoso, (2009a) “La esponjicultura en Cuba” en Revista ACPA (1) Centro de
Investigaciones Pesqueras. Enero 2009, pp. 22-23
Blanco, J. y M. Formoso, (2009b) “Estimado de la abundancia de esponjas comerciales en
áreas correspondientes a las plataformas sur-occidental (Golfo de Batabanó) y nor-central
(Archipiélago Sabana-Camagüey) de Cuba” en Rev. Invest. Mar. 30(2), pp. 99-106.
Blunt, J. W., B. R Copp, W.-P. Hu, M. H. G. Munro, P. T Northcote, y M. R. Prinsep, (2016)
“Marine natural products (A review)” en Natural Product Reports 33, pp.382-431.
Brealey, M., S. Myers y F. Allen (2010) “Principios de Finanzas Corporativas”. Mc. Graw
Hill/interamericana editores, S.A. DE C.V.
Brusca, R. C. y Brusca, G. J., (2005) Invertebrados, 2ª edición. McGraw-Hill-Interamericana.
Madrid pp. 1005 ISBN 0-87893-097-3.
Bucarano, L., E. Rodríguez Moya, O. González Hernández y E. Castillo González, (2013)
Práctica de producción sostenible en la actividad pesquera. Experiencia piloto de la creación
de una granja demostrativa y experimental para el cultivo de esponjas comerciales.
Programa: Manejo sostenible de los recursos pesqueros al Centro del Archipiélago Sabana-
Camagüey, pp. 5- 10.
Busutil, L., (2013) Características de las comunidades de esponjas como bioindicadores
potenciales de contaminación en arrecifes coralinos. Tesis de maestría en Biología Marina y
Acuicultura. Cuba. Centro de Investigaciones Marinas. Universidad de La Habana.
Busutil, L. y P. Alcolado, (2012) “Prueba de un índice de contaminación orgánica urbana
basado en comunidades de esponjas de arrecifes de Cuba” en Serie Oceanológica (10), 2012,
pp. 90- 103.
Caralt, S., J. Sánchez-Fontenla, M. Uriz y R. Wijffels, (2010) “In Situ Aquaculture Methods
for Dysidea avara (Demospongiae, Porifera) in the Northwestern Mediterranean” en Revista
Marine Drugs [En línea] (8), disponible en: http://www.observatorio-acuicultura.es [Accesado
el 21 de octubre de 2016].
Carballo, J., S. Naranjo, y J. García-Gómez, (1996) “Use of marine sponges as stress
indicators in marine ecosystems at Algeciras Bay (southern Iberian Peninsula)”en Mar. Ecol.
Progr. Ser, 135(1/3) Mayo de 1996, pp.109-122.
Carballo, J., J. Cruz–Barraza y P. Gómez, (2004) “Taxonomy and description of clionaid
sponges (Hadromerida, Clionaidae) from the Pacific Ocean of México” en Zoological Journal
of Linnean Society. 141. Febrero 2004, pp. 353–397.
Cárdenas, L., (2006) “Red de parques Comunitarios Mapu Lahual: una experiencia de las
comunidades indígenas de la cordillera de la Costa” en catalán, R., P. Wilken, A. Kandzior, D.
Tecklin, y H. Burschel. (Eds) Bosques y Comunidades del Sur de Chile. Editorial
Universitaria, Santiago de Chile.
Castañeda, I., y G. Flores, (2005) “Proyecto Integral de Desarrollo Sotenible “Araucaria-
Vizcaíno” en la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno” en Berron, L. (ed.) ¡Todo Cuenta! El
valor de las iniciativas de conservación con enfoque de género en Latinoamérica. UICN-
ORMA San José, Costa Rica.
Cifuentes, J. L., P. Torres-García y M. Frías, (1997) “Placton” en El océano y sus recursos.
Segunda edición, Mexíco. Fondo de Cultura Económica.
Cimadamore, A., R. Eversole y J-A. McNeish, (2006) Pueblos indígenas y pobreza: enfoques
multidisciplinario. Colección CLACSO-CROP, Universidad de Texas.
Cisneros, P. y J. McBreen, (2010) Superposición de territorios indígenas y áreas protegidas
en América del Sur. Resumen Ejecutivo UICN marzo 2010.
CIT, (Secretaría Pro Tempore de la Convención Interamericana para la Protección y
Conservación de las Tortugas Marinas), (2005) “La tortuga carey (Eretmochelys imbricata)”
San José, Costa Rica, abril 2005.
CITMA, ONE y PNUMA, (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Oficina Nacional
de Estadística y Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, (2009) Iniciativa
Latinoamericana y Caribeña para el desarrollo sostenible. Indicadores de seguimiento. Cuba
2009 Indicadores. Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Oficina Nacional de
Estadísticas y Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Edición 2010. La
Habana, Cuba.
CITMA, DTVC y GER, (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Delegación
Territorial de Villa Clara y Grupo de Evaluación de Riesgo) (2017) Evaluación de impacto
ambiental de desastres provocados por el huracán IRMA en Villa Clara. Delegación
Territorial de Villa Clara (Inédito). pp.127.
CSIC, (Centro Superior de Investigaciones Científicas), (2001) Nature Scientific Reports,
Emol.com [En línea], disponible en
http://www.emol.com/noticias/tecnologia/2011/08/09/496923/las-esponjas-marinas-guardan-
el-principal-nutriente-para-la-vida-marina.html [Accesado el 21 de marzo de 2017).
Claro, R., (2006) “Acciones prioritarias para la conservación de la Biodiversidad Marina” en:
Claro, R. (ed) La Biodiversidad marina de Cuba. Instituto de Oceanología Ministerio de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Cuba.
CNAP, (Centro Nacional de Áreas Protegidas), (2013) Plan del Sistema Nacional de Áreas
Protegidas 2014- 2020. Resumen ejecutivo. Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio
Ambiente, La Habana, Cuba, pp. 336.
Corral, M. L., H. Grizel, J. Montes, E. Polanco, (2000) Acuicultura, biología, regulación,
fomento, nuevas tendencias y estrategia comercial. Tomo I Análisis del desarrollo de los
cultivos: medio, agua y especies. Fundacion Alfonso Martin Escudero. Ediciones Mundi-
Prensa Libros, s. a. ISBN: 84-7114-865-X, Madrid, Espana.
Corredor, J., C. Wilkinson, V. Vicente, J. Morrel y E. Otero, (1988) “Nitrate release by
Caribbeean reef sponges” en Limnology and Oceanography 33 (1), pp.114-120.
Corriero, G., C. Longo, M. Mercurio, C. Nonnis, G. Lembo y M. Spedicato, (2004) “Rearing
performance of Spongia officinalis on suspended ropes off the Southern Italian Coast (Central
Mediterranean Sea)”, Aquaculture 238, pp.195–205.
Croft, R., (1991) “Recommendations for Establishing a Commercial Sponge Industry” en The
Center for Tropical and Subtropical Aquaculture 106, pp. 3- 6.
Currle, J., B. Nixon, M. Potthast, R. Reinhardt, S. Schukat y A. Steinschen, (1999).
Posibilidades de Protección Sostenible de Áreas Protegidas con la Participación de Etnias
Indígenas: Estudio de Caso de la Reserva de Biosfera BOSAWAS, Nicaragua Universidad
Humboldt, Berlín y Universidad de Chicago.
De Goeij, J. M., D. Van Oevelen, M. J. Vermeij, R. Osinga, J. J. Middelburg, A. F. De Goeij y
W. Admiraal, (2013) “Surviving in a marine desert: the sponge loop retains resources within
coral reefs”, Science [En línea] 342, pp. 108-110 disponible en:
http://science.sciencemag.org/content/342/6154/108 [Accesado el 22 de diciembrede 2017]
Duckworth, A. R., C. N. Battershill y P. R. Bergquist, (1997) “Influence of explant procedures
and environmental factors on culture success of three sponges” en Aquaculture 156, pp. 251-
267.
Duckworth, A., C. Wolff y E. Evans-Illidge, (2007) “Developing methods for commercially
farming bath sponges in tropical Australia” en Porifera Research: Biodiversity, Innovation
and Sustainability, pp. 297-302.
Durán, R. y L. Ramos (2010) Papel de las Áreas protegidas en la conservación de la
Biodiversidad en Biodiversidad y desarrollo humano en Yucatán. Durán R. y M.Méndez (eds).
CICY, PPD-FMAM, CONABIO, SEDUMA. pp.496.
Duque, S.P., M. L. Quintero y M. Duque, (2014) “La educación ambiental en comunidades
rurales y la popularización del derecho a la conservación del entorno natural: El caso de la
comunidad de pescadores en la ciénaga de Ayapel (Colombia)” en Luna Azul. 39. Julio –
diciembre 2014, pp. 6-24.
Espinosa, L. y D. González, (2002) “Sinopsis de las Esponjas Comerciales en Cuba” en XV
Foro de Ciencia y Técnica. CIP. MIP. pp.14.
FAO, (2014) [En línea] disponible en http://laestrella.com.pa/vida-de-hoy/planeta/identifica-
alternativas-pesqueras-para-centroamerica/23781513 [Accesado el martes 26 de diciembre de
2017].
Figueras, A. (2009) Esponjas Marinas [En línea] disponible en http://wwwEsponjas marinas _
Ciencia Marina y otros asuntos [Accesado el lunes 6 de marzo del 2017].
Figueredo, L., A. Salmerón, L. Álvarez, G. Acosta, M. Silot y A. Reyes, (2000) “Reserva de
la Biosfera Baconao: Problemática Actual y Manejo Operativo Comunitario”. Seminario
Internacional, Pontificia Universidad Javeriana. Agosto del 2000 [En línea] Bogotá,
Colombia, disponible en http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/rjave/mesa5/figue.pdf
[Accesado el 23 de noviembre de 2017].
Florida Fish and Wildlife Conservation Commission, (2001) [En línea] disponible en
http://myfwc.com [Accesado el martes 19 de diciembre de 2017].
Galenao, P., O. Torres, J. Zuluaga, A. Angulo y G. Santafé, (2007) “Obtención de sustancias
antimicrobianas a partir de esponjas de la bahía de Cispatá” en Scientia Et Technica, 13, (33),
abril 2007, pp. 221-224.
García del Barco, P., (1972) Manual de esponjicultura. Cuba: MIP, CIP.
Gómez- Archila L. G., M. T. Rugeles, y W. Zapata, (2014) “Actividad antiviral de compuestos
aislados de esponjas marinas” en Revista de Biología Marina y Oceanografía 49 (3).
Gómez, C. e I. Martínez, (2005) “Nueva productividad biológica en el pacífico oriental
ecuatorial: respuesta al aporte de nutrientes por los ríos del pacífico colombiano, surgencia
costera y polvo atmosférico” en Boletín de Geología, 27, (2), julio-diciembre de 2005, pp. 99-
114.
González, C., A. Patiño, A. Uribe, A. Serrano y P. Gómez, (2009) “Lista de esponjas marinas
asociadas al arrecife Tuxpan, Veracruz, México” en Revista mexicana de Biodiversidad 80(-),
pp.1- 5.
Grain, A., (1996) “Hacia un régimen de derechos comunitarios sobre biodiversidad” en
Biodiversidad: sustento y cultura, 15 (2), pp. 54-59.
Granma, (2009) “Aplican con éxito cultivo de esponjas en Cuba”. Periódico Granma Órgano
Oficial del Partido Comunista de Cuba, pp. 3.
Grovas, A. J., (1998) “El factor fijación en la esponjicultura suspendida”. Revista de
Investigaciones Marinas, 19 (2-3), pp. 118-122.
Grovas, A. J., (2011) Procedimientos operacionales de trabajo. Minigranjas esponjícolas.
Dirección de pesca. Grupo Empresarial de Industria Alimentaria.
Hernández, P., (2006) “Regeneración biológica. Secretos de la naturaleza” en Revista Cubana
Hematología Inmunología Médica Transf. 22(3).
Jones, W. C., (1994) “Process-formation by aquarium-kept sponge and its relevance to sponge
ecology and taxonomy” en: R. W. M. van Soest, T. M. G. van Kempen y J. C. Braekman,
(eds.), Sponges in time and space, Balkema Press, Rotterdam, Holanda, Países Bajos.
Lin, G. C., (1991) “Sponge aquaculture in Micronesia” en Foreign Aquatic Resources (2),
pp.18-20.
Louden, D., S. Whalan, E. Evans-Illidge, C. Wolff y R. de Nys, (2007) “An assessment of the
aquaculture potential of the tropical sponges Rhopaloeides odorabile and Coscinoderma sp”
en Aquaculture. 270, pp. 57- 67.
Mapinfo Professional 10.5, (2013) [En línea] disponible en
https://groups.google.com/d/topic/mapinfo-l/XmQj15XPqpQ [Accesado el miércoles 20 de
diciembre de 2017].
Marinecultures, (2015) Las esponjas salvan la Laguna de Jambiani [En línea] disponible en:
www.dw.com/es/las-esponjas-salvan-la-laguna-de-jambiani/a-18688500 [Accesado 23 de
mayo de 2016].
Mesa, Y., Y. Córdova, R. Fleitas, Y. Valdés y M. H. Luís, (2014) “Educación ambiental en el
área protegida Parque Nacional Viñales y sus comunidades” en Revista de Medio Ambiente y
Desarrollo. 27, pp. 1-4.
Meza, L., (2005) Private Protected Areas in Chile: emergence and potential implications.
Tesis en opción al grado científico de Máster. State University of New York, Syracuse.
EE.UU.
Meza, L., (2006) Áreas Protegidas y pueblos indígenas y tradicionales. Diversidad de Casos
en América Latina y el Caribe. Informe en el marco previo al Segundo Congreso
Latinoamericano de Áreas Protegidas. Argentina.
Millanguir, A., (2013) Avances en el cultivo de la esponja marina Discodermia dissoluta
(Schmit, 1980) en el Caribe colombiano para la futura obtención del compuesto antitumoral
discodermolido. Programa: Valoración y aprovechamiento de recursos marinos. Universidad
católica de Tamuco, Chile.
Muricy, G., E. Hajdu, M. Custodio, M. Klautau, C. Russo y S. Peixinho, (1991) “Sponge
distribution at Arrial do Cabo, S. E. Brazil” en Proc. VII Sym. Coast Oceanograph.
Management ASCE, 2, pp. 1138-1196.
Naciones Unidas, (2017) “Objetivos de desarrollo sostenible, 17 objetivos para transformar
nuestro mundo” [En línea] disponible en http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/hunger
[Accesado el miércoles 20 de diciembre de 2017].
Nava, H., A. G. Figueroa, C. A. Haro y B. M. Villegas, (2015) “Esponjas marinas:
importancia ecológica en los ecosistemas arrecifales” en Biodiversitas CONABIO 123, pp. 12-
16.
Neumann, A., (1966) “Observations on coastal erosion in Bermuda and measurements of the
boring rate of the sponge Cliona lampa” en Limnology and Oceanography. 11(-), pp. 92-108.
Oronti, A., A. Danylchuk, Ch. Elmore, R. Auriemma y G. Pesle, (2012) “Assessing the
feasibility of sponge aquaculture as a sustainable industry in The Bahamas” en Aquacultura
Int. 20, pp. 295–303.
Osinga, R., P. B. de Beukelaar, E. M. Meijer, J. Tramper y R. H. Wijffels, (1999) “Growth of
sponge Pseudosuberites andrewsi in a closed system” en Journal of Biotechnology. 70, pp.
155-161.
Pardo, A. y N. Camara, (2004) “Mareas rojas, la rebelión del plancton” en Inmersión, -(49),
pp.54-60.
Perera, S., A. Hernández y M. Melero, (2006) “Áreas Marinas Protegidas” en: Claro, R., (ed)
Biodiversidad Marina de Cuba, pp. 256.
Perdomo, M. E., A. Quirós, P. Sarduy, M. C. González, (2006) Uso alternativo de los recursos
naturales en la comunidad costera de Carahatas. Proyecto del Fondo para el medio ambiente
mundial. Programa para el desarrollo de las Naciones Unidas.
Perdomo, M.E., (2009) Estrategia de educación ambiental para el desarrollo sostenible en
comunidades pesqueras. Tesis de Doctorado, Centro de Estudios de Ciencias de la Educación.
Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, Santa Clara, Cuba.
Perdomo, M. E. y A. Quirós, (2010) Las Comunidades y su ambiente, Proyecto del Fondo para
el medio ambiente mundial. Programa para el desarrollo de las Naciones Unidas.
Pizarro, K., (2015) Las comunidades indígenas de Hidalgo. Zimapán Vol. III. México.
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
PNUD Cuba, (2017) “Pescadores de Cuba y Belice comparten alternativas económicas” [En
línea] disponible en
http://www.cu.undp.org/content/cuba/es/home/presscenter/articles/2017/08/23/pescadores-de-
cuba-y-belice-comparten-alternativas-econ-micas.html [Accesado el lunes 18 de diciembre de
2017].
Pocaterra, I. A., R. Martin y L. Gutiérrez, (2017) Estudio de Crecimiento de las Esponjas
Marinas en Sustrato Artificial. Editorial Academia Española. ISBN 978-3-639-53714-7.
Polanía, J., (2010) “Indicadores biológicos para el monitoreo de puertos en Colombia” en
Revista de Gestión y ambiente. 13 (3). Diciembre 2010, pp. 75- 86.
Primack, R., R Rozzi, P. Feinsinger, R. Dirzo y F. Massardo, (2001) Fundamentos de
conservación biológica: perspectivas latinoamericanas. Primera edición, México, Fondo de
Cultura Económica.
Pronzato, R. y E., Gaino, (1991) “La Malattia della spugne commerciales. Considerazione
storico-economiche” en Rovil Mus. Int. Biol, pp. 54-55.
Pronzato R, R. Bavestrello, G. Cerrano, G. Magnino, R. Manconi, J. Pantelis, A. Sara y M.
Sidri, (1999) ”Sponge farming in the Mediterranean Sea: new perspectives” en in Memoirs of
the Queensland Museum. 44, enero 1999, pp. 485-491.
Quirós, A., (1992) “Compatibilización ecológica y monitoreo ambiental de obras ingenieras”
conferencia dictada durante la celebración del 151 Aniversario del Colegio de Ingenieros de
Venezuela, Caracas, septiembre de 1992.
Quirós, A., (2007) “El desove de peces comerciales y los límites de las áreas marinas
protegidas” en el IV Congreso Nacional de Áreas Protegidas, La Habana, del 2 al 6 de julio
2007.
Quirós, A., M E. Perdomo, E. Moya y L. Silverio, (2009) Manual de Buenas Prácticas para el
cultivo de esponjas marinas. Proyecto Cub/ OP3/2/07/09. Uso alternativo de los recursos
naturales en la comunidad costera de Carahatas, pp. 15.
Quirós, A., (2015) Soluciones hidroecológicas en el diseño y construcción de pedraplenes en
el mar: Caibarién-Santa María como estudio de caso. Tesis Doctoral, Instituto Superior
Politécnico José A. Echeverría.
Quirós, A., (2016) Voces del entorno. Diccionario de ecología, Tomo I. Cuba, Editorial
Nuevo Milenio.
Quirós, A., et al., (2016a) Plan de Manejo del Parque Nacional Los Caimanes 2017- 2021.
Informe Final, Centro de Estudios y Servicios Ambientales de Villa Clara. Cuba.
Quirós, A., E. Caballero, L. Quesada, D. Padrón y L. Pineda, (2016b) “Tecnologías pesqueras
sostenibles al servicio de la conservación y la estabilidad económica de las comunidades
costeras” en VII Encuentro de Tecnologías y Gestión del conocimiento TECNOGESC 2016.
Editorial Feijóo. ISBN 978 959 312 213 9, Villa Clara, del 20 y 21 de octubre de 2016.
Quirós, A., E. Caballero, L. Quesada, D. Padrón y L. Pineda, (2017) “Las alternativas
pesqueras como forma de protección de la biodiversidad en áreas marinas protegidas” en el X
Congreso Internacional de Áreas Protegidas, La Habana, del 3 al 7 de julio del 2017.
Regalado, E.L., A. Laguna y J. R. Martínez, (2010) “Las esponjas marinas como fuente de
nuevas sustancias bioactivas” en Cub@: Medio Ambiente y Desarrollo, (19).
Rützler, K. y C. Feller, (1987) “Mangrove swamp communities” en Oceanus 30 (4), pp. 16-
24.
Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales-Subsecretaría de Áreas
Protegidas y Biodiversidad, (2006) Guía Metodológica para la Elaboración y/o Actualización
de Planes de Manejo de Áreas Protegidas de República Dominicana. Santo Domingo,
República Dominicana.
SNPMAD (Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención para Desastres de
Nicaragua), (2005) Propuesta Consolidada de Contribución a la Situación de Desastre en los
Municipios de Waspam, Wiwili y San Jose de Bocay. Nicaragua.
StatSoft, Inc., (2014) STATISTICA (data analysis software system) [En línea] versión 12.0
disponible en www. StatSoft. com[Accesado el viernes 12 de enero de 2018].
Stevely, J. M.; Thompson, J. y R. E., Warner (1978) The biology and utilization of Florida´s
Commercial Sponges. Florida Sea Grant College Program Technical Report, 8, pp. 45.
Stevely, J. M. y D. M. Sweat (1994) “A preliminary evaluation of the commercial sponge
resources of Belize with reference to the location of the Turneffe Islands sponge farm” en
Atoll Research Bulletin, pp. 424, 1-21.
Stevely, J. M. y D. M. Sweat, (2000) “Sponges. The biology and Fishery of Florida
Commercial Florida Sea Grant Colege” en Program with support from the National Oceanic
and Atmospheric Administration, Office of Sea Grant, U.S. Department of Commerce, pp. 1-
2.
Stevely, J. M., D. Sweat, T. Bert, C. Sim-Smith, y M. Kelly, (2010) “Commercial Bath
Sponge (Spongia and Hippospongia). Total sponge community abundance and Biomass
Estimates in the Florida Middle and Upper Keys, USA. Proceedings of the Gulf and
Caribbean” en Fisheries Institute, 10 (14). November, 2008 Gosier, Goudeloupe, French West
Indies, pp. 394-403.
Thakur, N. y W. Müller, (2004) “Biotechnological potential of marine sponges” en Current
Science, 86 (11). Junio 2004, pp. 1506-1512.
Torruco, D. y A. González (2010) “Diversidad faunística de invertebrados. Las Esponjas y su
importancia” en Biodiversidad y Desarrollo Humano en Yucatán. México, CICY, PPD-
FMAM, CONABIO, SEDUMA, pp. 202- 203.
UICN, (2016) Informe anual de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza,
2016, disponible en http://dx.doi.org/10.2305/IUCN.UK.2016-1.RLTS.T194344A2317059.
Accesado el 5de junio de 2018.
Vélez, O., (1998) La bioprospección en territorios de Comunidades indígenas, negras y
campesinas de Colombia. Informe Programa Semillas, Bogotá.
Verdenal, B. y M. Verdenal, (1987) “Evaluación del interés económico del cultivo de esponjas
comerciales en la costa mediterránea de Francia” en Aquaculture 64 (-), pp. 9-29.
Villamajo D., M.A. Vélez García, R.P. Capote, D. Salabarría, (2002) Estrategia Nacional
para la diversidad Biológica y Plan de Acción en la República de Cuba. Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Centro Nacional de la Biodiversidad. Instituto de
Ecología y Sistemática. Ministerio de Ciencia tecnología y Medio Ambiente.
Wilkinson, C., (1983) “Net primary productivity in coral reef sponges” en Science, NY 219,
pp. 410-412.
Woodley, J.D., E.A. Chornesky, P.A. Clifford, J.B.C. Jackson, L.S. Kaufman, N. Knowlton,
J.C. Lang, M.P. Pearson, J.W. Porter, M.C. Rooney, K.W. Rylaarsdam, V.J. Tunnicliffe, C.M.
Wahle, J.L. Wulff, A.S.G. Curtis, M.D. Dullmeyer, B.P. Jupp, M.A.R. Koehl, J. Neigel y E.M.
Sides (1981): Hurricane Allen’s impact on Jamaican coral reefs. Science 214: 749-755.
Wullf, J. L., (2006) “Rapid diversity and abundance decline in a Caribbean coral reef sponge
community” en Biological Conservation 127, pp. 167-176.
Yi, Q., Z. Wei, L. Hua, Y. Xingju y J. Meifang, (2005) “Cultivation of marine sponges” en
Chinese Journal of Oceanology and Limnology 23 (2), pp. 194-198.
Anexo 1: Listado de acrónimos y su significado
ANOVA (siglas en inglés): Análisis de la varianza
CESAMVC: Centro de estudios y Servicios Ambientales de Villa Clara
CIT: Secretaría Pro Tempore de la Convención Interamericana para la Protección y
Conservación de las Tortugas Marinas
CITMA: Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
CNAP: Centro Nacional de Áreas protegidas
DTVC: Delegación Territorial de Villa Clara
EPICAI: Empresa Pesquera Industrial de Caibarién
FAO: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentaria y la Agricultura
GEF: Fondo para el Medio ambiente Mundial
GER: Grupo de Evaluación de Riesgo
ONE: Oficina Nacional de Estadística
PNUD: Programa de la Naciones Unidas para el desarrollo
PNUMA: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
PPD: Programa de Pequeñas Donaciones
POT: Procedimiento Operacional de Trabajo
RF: Refugio de Fauna
SNPMAD: Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención para Desastres de
Nicaragua
SPAW: Protocolo relativo a las áreas de flora y fauna silvestres especialmente protegidas
del convenio para la protección y el desarrollo del medio marino de la región del Gran
Caribe Naciones Unidas 1990
TIR: Tasa Interna de Rentabilidad
UICN: Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
UNEP-CAR/RCU: (siglas en inglés): Programa de Naciones Unidas para el Medio
Ambiente - Unidad de Coordinación Regional del Caribe.
VAN: Valor Actual Neto.
Anexo 2: Modelo de la entrevista aplicada a trabajadores la industria pesquera de Caibarién
con experiencia en la extracción y procesamiento de las esponjas comerciales.
Compañero:
Quizá es de su conocimiento, que en Carahatas hemos desarrollado un sistema de cultivo de
esponjas rodadoras. Esto implica que las esponjas, en su crecimiento, están en contacto directo
con el fondo y pueden incorporar arena, restos de conchas, pequeñas piedras, etc. Se supone
que estas esponjas adquieran una forma semejante a las que en la naturaleza se desprenden por
las marejadas.
La cantidad de incorporaciones:
A. Es superior a las que tienen las esponjas naturales ___
B. Es inferior a las que tienen las esponjas naturales ___
C. Es semejante a las que tienen las esponjas naturales ___
El trabajo para su limpieza en la industria:
A. Es más engorroso que el que se realiza con las esponjas naturales ___
B. Es menos engorroso que el que se realiza en las esponjas naturales ___
C. Es semejante al que se realiza en las esponjas naturales ___
El trabajo de corte:
C. Es más sencillo que en las esponjas naturales ___
D. Es semejante al de las esponjas naturales ___
E. Es más complicado que en las esponjas naturales ___
Muchas gracias
Anexo 3: Modelo de la encuesta aplicada a los comunitarios de Carahatas (5,5%) para conocer
su apreciación del cultivo de esponjas en la conservación de la biodiversidad.
Compañero/a:
El cultivo de esponjas es una actividad reciente de la acuicultura. Villa Clara es una zona que
posee esponjas comerciales y por eso quisiéramos que usted nos respondiera las siguientes
preguntas.
1. ¿Conoce el cultivo de esponjas? Sí __ No __
2. ¿Cree que el cultivo sea exitoso? Sí __ No __
3. ¿Cree que el cultivo sea rentable? Sí __ No __
4. ¿Desea trabajar en una granja de esponjas? Sí __ No __
5. ¿Qué ventajas le confiere al cultivo de esponjas?
Menor trabajo Sí __ No __
Más ganancias Sí __ No __
Más tiempo en la casa Sí __ No __
Protege los peces Sí __ No __
Todos los meses cobra Sí __ No __
Puede agregar cualquier otra consideración al respecto.
Muchas gracias
Anexo 4: Modelo de la encuesta aplicada a los pescadores esponjeros de Caibarién acerca
de la distribución de dos especies de esponjas comerciales, H. gossypina e H. lachne en
las plataformas marinas de Villa Clara y Sancti Spíritus.
Compañero pescador:
Para fines de extender el cultivo de esponjas en la plataforma más cercana a Caibarién, le
estamos entregando dos mapas que tienen señalados los principales cayos de la región.
Señale, en uno de los mapas, donde usted conoce que existe la esponja macho fino, y en el
otro haga lo mismo para la esponja hembra de ojos.
Para esto, encierre el área donde usted considera que se encuentre la especie.
Muchas gracias
top related