el origen de la religión en la historia humana - henri de lubac
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El Origen de la Religin HENRI DE LUBAC
Profesor de Teologa en la Facultad Catlica de Lyon. Francia.
Sobre el origen de la religin en la historia humana se podra escribir un grueso volumen, porque
las teoras que pretenden instruirnos sobre este tema son mltiples. Pero tambin nos podemos
contentar con unas pocas lneas, puesto que cientficamente, no sabemos apenas nada. No
podemos exponer aqu todos los numerosos sistemas --mezclas inextricables de observaciones,
hiptesis, explicaciones y juicios de valor-- que han sido propuestos desde hace un siglo,
aproximadamente: naturismo, manismo, animismo y preanimismo, totemismo, magismo y
premagismo, neonaturismo, sociologismo, etc. Sistemas que se entrecruzan o que, por el
contrario, se subdividen en mil combinaciones y de los cuales los ms importantes conocen uno
tras otro el xito, la decadencia y el renacimiento bajo formas rejuvenecidas. Sin duda alguna,
ser ms til, despus de haber denunciado algunas ilusiones comunes a la mayor parte de estos
sistemas, indicar rpidamente cules son las principales conclusiones, sobre todo negativas, que
permite formular el estado actual de las investigaciones.
I.- ILUSIONES COMUNES A NUMEROSOS SISTEMAS
CUL FUE LA ACTIVIDAD PSIQUICA DE LOS PRIMEROS HOMBRES?
PROBLEMA INSOLUBLE
EL MITO DE LO PRIMITIVO
ESQUEMAS ARBITRARIOS
ESCUELAS HISTRICAS
IDEOLOGIA RACIONALISTA
LA ILUSIN DE LO ELEMENTAL
FRACASO DEL EVOLUCIONISMO SIMPLISTA
FILOSOFIAS SUBYACENTES
EL A PRIORI DEL MARXISMOLENINISMO
II.- RESUMEN
III.- DISCUSION DE ALGUNOS PUNTOS IMPORTANTES
ARBITRARIEDAD DE LA TESIS SOBRE UNA FASE ARRELIGIOSA
DNDE EXISTE LA CULTURA MS ARCAICA?
TASMANOIDES Y PIGMEOS
SU SITUACIN GEOGRFICA
RAZA Y CULTURA DE LOS PIGMEOS
IV.- ESTA IDEA DE DIOS, APARECE COMO EL FRUTO DE UNA EVOLUCION
TARDIA?
LA IDEA DE DIOS ENTRE LOS PRIMITIVOS
DIFUSIN GENERAL DE LA IDEA DE LOS GRANDES DIOSES
SU ARCASMO ETNOLGICO
ORIGEN RELIG1OSO DE LA REI.ICIN
EL MANA Y LOS SISTEMAS PREANIMISTAS
-
V.- CUALES SON LAS RELACIONES ENTRE EL DESARROLLO SOCIAL Y EL
DESARROLLO RELIGIOSO?
LA TESIS MARXISTA SOBRE LA APARICIN DEL MONOTEISMO
VERDAD PARCIAL
DOS CLASES DE RELIGIONES MONOTESTAS
EST LA RELIGIN AL SERVICIO DE LA OPRESIN?
VI.- CONCLUSION
PERSPECTIVA
VII.- BIBLIOGRAFA
*****
I.- ILUSIONES COMUNES A NUMEROSOS SISTEMAS
CUL FUE LA ACTIVIDAD PSIQUICA DE LOS PRIMEROS HOMBRES?
Una primera ilusin --que es necesario tener en cuenta, puesto que todava no se ha disipado--
consiste en creer que es posible llegar a establecer, cientficamente lo que fueron, desde el punto
de vista religioso, las primeras generaciones humanas.
los dos caminos principales por los que nos remontamos hacia nuestros orgenes son, en efecto, la
etnologa (ayudada por el folklore) y la prehistoria. Y cuanto ms progresan estas ciencias, sea
por exploraciones o descubrimientos, sea por el perfeccionamiento de sus mtodos, mas nos
comunican el sentimiento de que nuestro ms lejano pasado permanece, en su singularidad
misma, inalcanzable.
los verdaderamente ms primitivos entre los primitivos que la etnologa elige como presa
propia, slo lo son en sentido muy relativo. Sabemos indudablemente un buen nmero de cosas
sobre la situacin social de los salvajes actuantes y de ayer, pero lo ignoramos todo sobre la
sociedad resolutamente primitiva [1]. En todas partes encontramos culturas ya complejas,
resultado de una evolucin quiz larga y probablemente tambin de numerosas mezclas. Y
aunque tal pueblo fuera el testimonio retrasado de lo que fuera la cultura absolutamente primitiva,
slo nos podra entregar esta cultura a nuestra observacin en un estado que no permitira su
reconocimiento. Pues los elementos espirituales no se conservan de la misma manera que los
fsiles: sea como consecuencia de cierta impotencia congnita o de circunstancias desgraciadas,
geogrficas y dems, un pueblo que no progresa, regresa, y, al no avanzar, retrocede; si la
infancia no da paso a la madurez, se cambia en infantilismo, lo que es una forma de senilidad. Por
lo tanto, es conveniente desconfiar de frmulas como stas: Africa, caja de conserva de la
humanidad primitiva, o: Australia, museo del pasado humano. De todas maneras, debemos
reconocerlo con Joseph Huby: Ni los pigmeos, ni los australianos del Sureste, ni los bantes
sabran informarnos evidentemente sobre la mentalidad del primer hombre[2].
En cuanto a la prehistoria, por numerosos e interesantes que sean los documentos de los que
dispone, estn inicios de remontarnos hasta la primersima edad de la humanidad. Si es necesario
creer a Henri Breuil, entre esta primersima edad y la aporicin de las razas que conocemos un
poco, han podido pasar centenares de millares de aos[3]. Y, qu es lo que sabemos, por
ejemplo, de la humanidad del chellense, sino que ha existido, puesto que tall piedras? Qu
-
informaciones puede proporcionarnos la mandbula de Heidelberg sobre la mentalidad del
hombre al que perteneci?
PROBLEMA INSOLUBLE
Cualesquiera que sean las inducciones y las hiptesis que es posible hacer, el problema de los
orgenes absolutos es, pues, aqu insoluble. Jams podremos decir que la ms antigua
manifestacin humana que podamos alcanzar o reconstruir por la etnologa sea la que equivale a
la humanidad primitiva, y, paralelamente, los ms antiguos testimonios prehistricos en los que
podamos captar con cierta certeza las huellas de la actividad psquica de los antiguos hombres
dejarn siempre tras ellas un inmenso pasado tenebroso.
EL MITO DE LO PRIMITIVO
Hay todava una segunda ilusin tambin frecuente. Se imagina que podemos obtener un
resultado serio reuniendo desordenadamente una serie de datos observados en los pueblos ms
diversos, hasta llegar a componer un cuadro sinttico. Este mtodo, o ms bien esta ausencia de
mtodo, vicia la mayor parte de los sistemas que se han elaborado desde hace un siglo. So
pretexto de que la etnologa es la ciencia de los pueblos que no tienen historia, se ha credo estar
durante largo tiempo autorizado a tratarla como una simple ciencia natural, sin preocupacin
alguna de orden histrico. Se ha representado excesivamente a los primitivos --ese gran
proletariado de la historia de las religiones[4]-- como una masa homognea, y apenas si, para
mayor claridad de la exposicin, se introduca, a veces, en su estudio algunas divisiones y
clasificaciones sumarias. De esta manera, Sir J. G. Frazer, estudiando el culto del cielo en frica
divide su trabajo en cuatro partes, que se refieren sucesivamente al frica Oriental, al valle del
Congo, al frica del Sur y al frica Occidental[5].
ESQUEMAS ARBITRARIOS
As, si el etnlogo quera, ms all de la simple exposicin de hechos actuales, introducir en ellos
algn orden de sucesin, reconstruir, por ejemplo, los orgenes de la religin y su evolucin
posterior, se vea reducido a dejarse guiar por algunas verosimilitudes psicolgicas --
determinadas las ms de las veces, como lo veremos, por una ideologa--. Este fue el famoso
esquema de Augusto Comte, imponiendo la ley de los tres estados, teolgico, metafsico y
positiva. Despus de otros vino el esquema ms complicado de Lubbock, sometido a diversas
modificaciones: atesmo, fetichismo, totemismo, chamanismo, antropomorfismo, tesmo... Paara
Frazer, toda la historia de la humanidad se explica por una marcha hacia lo abstracto y lo general:
la ciencia y la religin son dos grandes hiptesis sobre el universo, hiptesis materialista e
hiptesis espiritual, y la una y la otra han progresado paralelamente por una simplificacin y
unificacin graduales: De la misma manera que la hiptesis materialista ha reducido los aspectos
innumerables de la materia a una solo sustancia, el hidrgeno, la hiptesis espiritualista ha
resumido los innumerables espritus en un Dios nico[6].
ESCUELAS HISTRICAS
Desde principios de este siglo, aproximadamente, nuevas escuelas reaccionan contra este
subjetivismo. A pesar de las profundas divergencias que existen en la inspiracin de las diferentes
escuelas, lo que las emparenta entre s, tanto en el mtodo como en los resultados, es una
preocupacin comn por introducir la historia en el interior de la etnologa. Prohibindose a s
mismas el aislamiento de cada elemento cultural del todo que debe explicarlo, tratan de
determinar, por criterios tan objetivos como sea posible, vnculos de sucesin y de dependencia
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entre conjuntos culturales previamente distinguidos. Podemos, por lo tanto, designarlas con el
nombre comn de escuelas histricas: escuela alemana, de donde surgieron los primeros
manifiestos en favor del mtodo histrico-cultural (Ratzel, Frobenius, Graebner, Ankermann);
escuela austraca, que se esforzaba, al mismo tiempo, en aumentar el rigor del mtodo y el
alcance de las conclusiones que permite alcanzar (Schmidt, Gusinde, Koppers, Schebosta);
escuela inglesa, cada vez ms difusionista (Maitland, Rivers, Elliot Smith); escuela americana,
menos inclinadas a las grandes sntesis y ms sensible a los fenmenos de convergencia (Boas,
Dixon, Goldenweisser, Radin, Lowie). Francia no est aqu muy representada, quiz como
sugera Georges Montandon, porque al genio latino le repugna ms la idea de culturas
heterogneas. De hecho, la reaccin contra las opiniones de la etnologa clsica sigui sobre todo
los caminos menos afortunados del sociologismo durkheimiano.
IDEOLOGIA RACIONALISTA
La ideologa que con ms frecuencia presidi los trabajos de los tericos de la etnologa religiosa
estaba formada de dos elementos principales: una creencia en el progreso uniforme y continuo,
puesta al servicio de un ideal racionalista. Por lo tanto, estaba sobrentendido que, de una parte, la
religin debi de comenzar por alguna representacin muy rudimentaria y muy grosera, para
llegar, poco a poco, bajo la influencia conjugada del desarrollo mental y del desarrollo social, a
formas superiores tales como el monotesmo. Y, de otra parte, el nico progreso verdadero deba
consistir en la eliminacin de toda religin o, al menos, de lo que el comn de los hombres
entiende por esta palabra, por una razn adulta y plenamente consciente.
El punto de portida, segn los sistemas de este tipo, pueden varier e ir de extremo a extremo. Para
la etnologia clsica, haba, que buscarlo en algn error, en alguna hiptesis demasiado precipitada
de la razn todava sin experiencia alguna. Segn otros, la religin naca, por el contrario, de una
actividad totalmente diferente de la actividad racional: Durkheim habla de un pensamiento
colectivo que alcanza su paroxismo en las fases de exaltacin de todo el conjunto del clan; Lvy-
Brhl (cuya teora a veces se exagera) hace intervenir una mentalidad primitiva operadora de
concepciones msticas, que sern rechazadas, si no extirpadas radicalmente por la civilizacin.
Pero sea cual sea la manera como se expliquen los primeros pasos del hombre en el amplio
campo de la religin, hay acuerdo en pensar que todo depende de estos tres primeros pasos: por
ellos hay que juzgar todo lo dems; que ningn valor verdaderamente nuevo surge durante el
proceso; que las numerosas transformaciones que se operan en las formas religiosas, slo
constituyen una exploracin diversa del mismo dato inicial. Si este dato es falso o inconsciente,
todo lo dems tambin lo es. La vieja idea de Augusto Comte es as resucitada, la idea de una
edad al fin positiva, o, como deca Brunschvicg, de un advenimiento del homo sapiens que hace
desaparecer al home religiosus. La forma de pensamiento que supone la religin corresponde a un
estadio de infancia; la religin, por lo tanto, no es ms eterna de lo que lo es, por ejemplo, en la
historia de las sociedades humanas, una institucin como la nacin armada; se sobrevive a s
misma en su inevitable decadencia, pero llegar un da en el que la ciencia, al explicarlo todo por
media de leyes positivas, definitivamente dar cuenta de alla.
LA ILUSIN DE LO ELEMENTAL
No es este lugar oportuno para criticar la metafisica subyacente en tales explicaciones. Bastar
comprobar en el plano fenomenolgico la ilusin que tales explicaciones suponen. Nos figuramos
que la determinacin cientfica de lo que fuera la primera religin --si la suponemos posible--
permite hacer un juicio de valor sobre la religin misma, en su esencia, y la variedad de formas
que reviste en la historia. Y, en consecuencia, se cree que se puede resolver todo el problema
religioso con las solas luces de la etnologa. De esta manera, Taylor, poniendo ante todo la idea
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del alma, formada en el espritu de un salvaje por una interpretacin ingenua de fenmenos tales
como los sueos o los sncopes, slo vea en las grandes religiones histricas un animismo
transformado, gravado por la misma falta originalidad, si se puede decir, que las supersticiones
primitivas sobre las almas de los muertos o los espritus de la naturaleza. De esta manera, Loisy
(ms matizado ordinariamente), despus de haber credo comprobar en el origen de todas las
prcticas de sacrificios una operacin puramente mgica, concluye que la idea de la satisfaccin
por el sacrificio, a pesar del refinamiento y de la atenuacin que en ciertos cultos se ha aportado
por moralizarla, en el fondo slo es una garanta mgica[7]. Y as es cmo Durkheim eligi
adrede este ttulo para su famosa obra las formas elemerntales de la vida religiosa. Editor de
Hamelin, sabe que los elementos de la representaci un son los principios esenciales de la
religin y alga as como sus categoras permanentes; semejantemente, las formas elementales de
la religin sern al mismo tiempo sus formas primitivas, rudimentarias y las formas esenciales,
constitutivas.
FRACASO DEL EVOLUCIONISMO SIMPLISTA
Posicin tan paradjica que son muy pocOs los autores capaces de mantenerla hasta el fin. Desde
Comte, que instituye una religin positiva, hasta Durkheim, proclamando con una nueva
paradoja que si la religin no puede existir sin cierto delirio, este delirio est bien fundado, o
hasta Lvy-Brhl, que esboza tmidamente una rehabilitacin de las fuerzas oscuras del espritu
que desorientan al pensamiento crtico[8], asistimos a varios arrepentimientos muy
instructivos. Evolucionismo tart sumamente simple, que est totalmente pasado de moda, incluso
en el estudio de la vida material. Ilusin contra la que numerosos psiclogos, historiadores y
filsofos, por otra parte independientes entre s y con frecuencia opuestos los unos a los otros,
reaccionan unnimemente. Preocupados de captar el hecho religioso en lo que tiene de especfico,
rechazan la primaca, y con mayor razn el monopolio de la etnologa, de la sociologa o de la
economa. Ya para el nacimiento de la religin, ya para sus manifestaciones posteriores, se niegan
a confundir orden de aparicin y encadenamiento causal. Estiman que en el terreno religioso,
como en otros, y quiz ms, cada nueva forma de vida o de pensamiento debe ser escrutada en s
misma; que en la historia del pensamiento humano hay no slo complicaciones superficiales y
simulaciones de un principio que permanece inmutable, sino verdaderas invenciones, que lo
que se transforma o sublime es alga distinto (L. Brunschvicg); que las grandes personalidades
religiosas --profetas, fundadores, msticos, reformadores-- desempean un papel que no es posible
menospreciar, de tal manera que el juicio que se ha credo poder emitir sobre el punto de partida
presumido no puede decidir en ningn caso del juicio que hay que formar sobre el punto de
llegada.
Por lo dems, como en todos los dominios, no es un hecho de experiencia que los principios,
humildes y poco diferenciados, dejan adivinar difcilmente lo que encierran de original? En la
mayora de los casos, slo se podr decidir teniendo en cuenta sus desenvolvimientos posteriores.
Esto es verdad en las especies biolgicas, particularmente en lo que se refiere a la especie humana
la solucin cientfica del problema humano, dice con toda justicia Teilhard de Chardin, no se
determinar por el estudio de los fsiles, sino por una consideracin ms atenta de las
propiedades y de las posibilidades que en el hombre actual permiten prever el hombre de
maana[9] e iluminan, en el mismo instante, por retrospeccin, al hombre del pasado. Durkheim
lo reconoce tambin expresamente en lo que se refiere a las instituciones sociales: Para
comprender bien una institucin, es bueno con frecuencia seguirla hasta las fases avanzadas de su
evolucin, pues, a voces, cuando est plenamente desarrollada es cuando aparece su significacin
verdadera con ms claridad[10]. No deja de ser grato leer una observacin semejante en la obra
misma en la que Durkheim pretende explicarnos las realidades espirituales, y hasta la misma
esencia del cristianismo contemporneo, para el totemismo de los Arunta.
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FILOSOFIAS SUBYACENTES
Es necesario sealar, en fin, una cuarta ilusin, que no est menos difundida. Hace poco se
formulaba un juicio dogmtico sobre la religin segn el solo estudio de su pasado lejano desde el
punto de vista emprico. Ahora, por una confusin inversa, aunque casi siempre conjugada con la
precedente, es este mismo estudio el que creyndose emprico est dominado por puntos de vista
dogmticos que le imponen sus resultados. Se cree exponer los orgenes de la religin segn los
hechos, por un mtodo estrictamente objetivo, mientras que, sin saberlo, se construye un sistema.
No slo el origen histrico y el origen psicolgico de la religin son tratados al mismo
tiempo, sino que uno y otro son explicados en funcin de una filosofa que se ha construido
siguiendo otros caminos distintos.
Sin duda alguna, la cosa no es totalmente ilegtima, y hasta es imposible proceder por completo
de otra manera. El hecho cientfico no es jams un hecho bruto, hay una fecundacin mutua de la
teora y de la experiencia, o de lo que hace sus veces, y si es verdad que ningn mtodo puede
vanagloriarse de ser objetivo por completo, la observacin se aplica aqu al mximo. Lo nico
esencial sera advertirlo. Pero se podra demostrar cmo las variaciones de los sistemas sobre el
origen de la idea de Dios, a lo larga del siglo XIX, han seguido regularmente otra serie de
variaciones, comprobables en el campo de la filosofa general o de las tendencias espirituales.
El tradicionalismo, la psicologa asociacionista, el evolucionismo spenceriano, el dinamismo
materialista a lo Bchner, el marxismo, el sociologismo durkheimiano, etc., encuentran cada uno
a su vez su fiel imagen en la descripcin del hecho religioso original y de su evolucin. Schmidt,
con perspicacia, lo hizo notar para algunos sistemas. Quiz hubiese podido dar un ejemplo ms,
aunque no de tanta fuerza como otros, sacado de sus propias doctrinas.
EL A PRIORI DEL MARXISMOLENINISMO
Ninguno como el marxismo-leninismo sucumbe en todo caso ante esta ltima ilusin. De acuerdo
con la tesis fundamental del materialismo histrico, ha resuelto por adelantado explicar el origen
de la religin como un reflejo fantstico que surge en la conciencia social a consecuencia de un
sentimiento de imperfeccin y de impotencia, sentimiento a su vez nacido de la flaqueza de
medios tcnicos de que dispone el hombre primitiva. Aun cuando se apoyara en una exgesis
correcta del pensamiento de Marx[11], nada sera tan estrechamente sistemtico como semejante
explicacin. Lo que no impide que aquellos que nos la proponen concluyan: El marxismo
leninista estudia los hechos dados, y slo deduce sus conclusiones de esos datos.
Notas:
[1] Frazer, The Scope of Social Anthropology, pags. 163-164.
[2] Recherches de Science religieuse, 1917, pg. 352.
[3] Leccin de apertura del College de France, Revue des Cours et Confrencess, 30 de
diciembre de 1929.
[4] La frase es de Sderblom.
[5] The Worship of Nature, Londres, 1926.
[6] Op. cit., pgs. 9-10.
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[7] Essai historique sur le Sacrifice, Pars, 1920, pg. 319; cf. pginas 531 ss.
[8] Nouvelle Revue Franaise, 1ro. sept. 1933, pgs. 453 ss: En el momento mismo en que
con ms precisin distinguimos la separacin que existe entre esta mentalidad y la nuestra,
sentimos por ella un inters que no es pura curiosidad. La descripcin y el estudio de sus rasgos
esenciales despiertan en nosotros una resonancia lejana, como si unas fibras ocultas se pusieran a
vibrar sordamente. Bajo el nombre de mentalidad primitiva, no se tratar, quiz, de tendencias y
de hbitos activos en lo mas profundo de nosotros mismos, rebeldes al anlisis, irreductibles al
pensamiento claro, y que nuestras psicologas y nuestras lgicas jams sacaron de la sombra?
Estos elementos de la vida mental, ms afectivos que intelectuales el progreso del pensamiento
reflexivo y crtico ha podido, en nuestras sociedades, respetarlos, alejarlos, disciplinarlos. No los
ha extirpado en absoluto. Y, admitiendo que ello fuera posible, sera deseable?"
[9] Un importante descubrimiento paleontolgico humano, el Sinanthropus pekinensis; Revue
des questions scientifiques 20 julio, 1930. Cf. Yves de Montcheuil, op. cit.
[10] Les formes lmenteires de la vie religieuse, pg, 137
[11] Lo que es negado, especialmente por Henri de Man, que se refiere a los primeros escritos de
Marx. Segn la concepcin fundamental de los hechos sociales que har el punto de portida de
Marx, las condiciones materiales determinan a los hombres tanto como stos determinan esas
condiciones. Sobre todo en sus obras de juventud expuso y defendi esta posicin: sta slo hace
justicia a la realidad de la vida, que se presenta bajo el doble aspecto de un proceso material y
espiritual. Las obligaciones prcticas de la lucha que las circunstancias del momento impusieron a
Marx lo indujeron, en sus escritos ulteriores, a apoyarse en la primera de las dos afirmaciones y a
subrayar la determinacin material del comportamiento social. Despus de l, la mayor parte de
los marxistas han seguido desplazando el hacerlo, hasta el momento en que, de la doctrina
dialctica de una reciprocidad de accin material y espiritual en la lucha del hombre con su
media, surgi la doctrina materialista de las causas puramente econmicas de los hechos de orden
espiritual. L'ide socialiste, tr. franc., 1953, pg. 16. Sea lo que sea, es necesario reconocer que
Marx jams supo comprender el hecho religioso en si mismo.
II.- RESUMEN
En resumen: creer que la ciencia puede alcanzar los principios mismos de la humanidad; creer
que es posible determinar a fuerza de inducciones psicolgicas cules son actualmente las
poblaciones ms primitivas y cules fueron las ms primitivas entre las formas religiosas que se
ofrecen a la observacin; creer que lo primitivo o lo rudimentario equivale a lo esencial y a lo
fundamental; creer, en fin, que se hace ciencia para cuando se aplica un sistema, tales son, en
dosis ms o menos fuertes, segn los casos, las cuatro ilusiones que actualmente estn todava lo
bastante extendidas entre los sabios que se entregan al estudio de la religin para que valiese la
pena sealarlas.
Desde luego, no se trata de lanzar una piedra a los sabios, algunas veces ilustres, que fueron
vctimas de estas ilusiones. Era casi inevitable que una ciencia joven tuviese en sus principios
ambiciones desmesuradas y que despertara esperanzas quimricas. Era imposible que en su
primera fase contara con un mtodo seguro. Nacida en el siglo del evolucionismo, era natural que
adoptase instintivamente, al mismo tiempo que las intuiciones exactas, los esquemas ms
simplistas. En fin, como toda disciplina positiva, necesit tiempo para desprenderse de la
metafsica, dispuesta a volver a la metafsica, pero plenamente consciente y sin confusin de
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mtodos. A travs de tantas teoras frgiles, la ciencia, por otra parte ha progresado. Pero sus
progresos slo sern decisivos si se libera de ilusiones que la madurez no consiente ya. Basta con
advertirlo para darse cuenta de que no es en el campo de la etnologa o de la prehistoria y sobre la
cuestin cientfica de los orgenes donde puede librarse una lucha decisiva acerca de la religin.
Pero esto es lo que no han visto los escritores leninistas, que, bastante perspicaces para criticar las
sntesis del racionalismo burgus y su ideologa superficial, creen an, sin embargo, que el
estudio de la religin primitiva les proporcionar la clave del problema religioso[12].
Nota:
[12] Lucien Henry, Les origines de la religion, pg. 139. Ver pg. 25 y 68, las crticas dirigidas
por el autor a las ideas de Salomn Reinach y de Frazer
III.- DISCUSION DE ALGUNOS PUNTOS IMPORTANTES
Quiere esto decir que nada puede ser establecido sobre nuestros orgenes religiosos, que tenga
cierto alcance? En absoluto. Los progresos realizados desde hace cuarenta aos en el mtodo
etnolgico, as como el enriquecimiento considerable de una documentacin que no deja de
aumentar, permiten desde ahora, si no aportar soluciones definitivas, al menos rechazar ciertas
afirmaciones falsas o arbitrarias. Una base ms slida y ms amplia se ofrece as a las hiptesis
histricas, igual que una materia ms rica a las interpretaciones de la psicologa religiosa y de la
metafsica.
ARBITRARIEDAD DE LA TESIS SOBRE UNA FASE ARRELIGIOSA
En primer lugar, es necesario colocar al principio de la historia un perodo totalmente
arreligioso? La tesis fue sostenida antao por Lubbock[13], al mismo tiempo que la tesis de la
promiscuidad primitiva de los sexes. Extraa ver cmo actualmente tanto una tesis como otra son
todava defendidas. Tratada con toda justicia, ya en 1909, por A. Van Gennep, de fantstica, la
teora de la promiscuidad de los sexos, ha sido destruida por la crtica detallada a la que la
someti Edward Westermarck, en la segunda edicin de su gran H'staria del matrimonio[14]. En
cuanto a la suposicin de una ausencia total de religin en los primitivas, Lubbock alegaba en su
favor el ejemplo de algunas tribus particularmente groseras. Pero, uno a uno, estos ejemplos (que
no hubieran probado gran cosa) resultaron falsos. Recientemente, pueblos que eran considerados
ateos han revelado a observadores ms pacientes creencias que no se sospechaban en ellos. Las
informaciones circunstanciales de Strehlow sobre los Arunta de Australia Central contradicen las
negaciones demasiado precipitadas de Spencer y de Gillen, y los yaganes de la Tierra del Fuego,
en oposicin a las afirmaciones de Darwin reproducidas por Frazer, han sido considerados, sin
ninguna duda, como pueblos religiosos por Gusinde y Koppers[15].
Faltando el apoyo de la etnologa, algunos recurren a la prehistoria. Antes de la edad de las
cavernas, dicen, nada se ha encontrado que pruebe que exista la religin. La cosa est clara.
Pero este argumento negativo no tiene ningn alcance, porque ningn documento nos informa
sobre la actividad espiritual de los hombres en esa edad anterior. No hay ms razones para negar
toda religin que para postular entre ellos, por ejemplo, el monotesmo. No especulemos, como
ya se ha hecho, sobre la religin del signatorio: sera, por lo menos, prematura. En todo caso,
desde el perodo musteriense, el primero del que tenemos restos humanos un poco completes, la
atencin prestada a la sepultura atestigua un orden de preocupaciones que es difcil de poner en
claro, pero que pueden, al menos en sentido amplio, llamarse religiosas.
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El leninismo concede una gran importancia a 1a afirmacin de una primera fase completamente
arreligiosa de la humanidad, porque espera encontrar en ello una prueba de que la religin no
responde a una necesidad esencial de la naturaleza humana, sino solamente a un estado transitorio
de 1a sociedad. Por esta misma razn se opone a la teora freudiana cuyo error, pretende, es
transformar una categora histrica y social en una categora eterna y biolgica, y que ha hecho
as de la religin, quirase o no, un fenmeno inherente a la humanidad[16] Pero lejos de ser los
hechos reales los que originan 1a tesis, est claro que es la tesis la que dirige la afirmacin de los
hechos.
DNDE EXISTE LA CULTURA MS ARCAICA?
Cules son de los primitivos que aun existen sobre nuestro planeta, los representantes de la
cultura ms arcaica?
Segn una teora aceptada durante mucho tiempo, seguida ciegamente por Durkheim, y a la que
se adhiere, entre otros, Lvy-Brhl, seran, sin duda alguna, los indgenas de Australia Central. Lo
grosero de su cultura hara ver en estos australianos a los ms atrasados de todos los hombres, a
los verdaderos primitivos. Pero esta ecuacin entre primitivismo y grosera, justa en lo que
concierne a los elementos materiales de una cultura, lo es mucho menos tal vez cuando se trata de
elementos espirituales. Para formularla se supone que lo ms grosero es tambin lo ms simple.
Pero, por una parte, si ello es generalmente cierto en el primer caso, no lo es forzosamente en el
segundo: en tribus australianas como la de los Arunta, ritos y creencias, por groseras que sean,
aparecen ya muy complicadas. Y, por otra parte, habra mucho que decir sobre la relacin entre
las dos ideas de primitivismo y simplicidad, relacin completamente diferente segn se trate de
una simplicidad de pobreza o de una simplicidad de perfeccin.
TASMANOIDES Y PIGMEOS
Si se abandona este punto de vista sobre el espritu para considerar las cosas ms histricamente,
aparecen nuevas direcciones. Sin duda, los progresos conseguidos con el mtodo no permiten an
--si deben permitirlo alguna vez-- erigir un cuadro completo y definitivo de las diversas culturas
en sus relaciones reales y su cronologa relativa. El cuadro de Schmidt, que supone el esfuerzo
mayor en este sentido, debe considerarse como una hiptesis de trabajo, elaborada despus de una
serie numerosa de observaciones, pero no como una adquisicin irreformable. No concuerda, por
otra parte, en todos los puntos con otras, como la de Graebner. Sin embargo, un hecho parece
aclararlo. Sin decir nada de los Tasmanianos, cuya raza fue completamente destruida por los
colonos ingleses en el espacio de un siglo (1777-1877), antes de que se hubiesen podido recoger
sobre sus creencias informaciones concordantes, el grupo de poblaciones llamadas
Tasmanoides y el de los Pigmeos presentan seales de gran antigedad.
SU SITUACIN GEOGRFICA
Los signos extrnsecos, en primer lugar. Su situacin geogrfica los presenta como autctonos
expulsados de su suelo por nuevas capas humanas[17]: Kurnai y Chepara, rechazados a la
extremidad sudeste de Australia; Bushmen del Africa del Sur; Yaganes y otras tribus de la Tierra
de Fuego; Pigmeos de Asia o de Africa, que se mantienen con grandes dificultades en islotes
(islas Andamn) o en aportadas profundidades de las selvas ecuatoriales[18]. Signos intrnsecos:
la cultura material de estos pueblos es extremadamente rudimentaria . Esto es cierto sobre todo
para los Pigneos, de quienes es precise decir algunas palabras.
RAZA Y CULTURA DE LOS PIGMEOS
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Considerados largo tiempo como seres legendarios --Bufforn crea todava que eran simios--, los
Pigmeos no comienzan a ser conocidos un poco a fondo hasta la segunda mitad del siglo ltimo,
gracias a los trabajos del alemn Schweinfort y del francs De Quatrefages. En la actualidad son
cada vez mejor conocidos aunque muy imperfectamente aun. Se les divide comnmente en dos
grupos, bajo los nombres convencionales de Negritos para los de Asia y Oceana, y de Negrillas
para los de Africa. Desde el punto de vista antropolgico, forman, sin duda alguna, razas aparte.
Su constitucin fsica es original, no parece el resultado de una degeneracin a partir de una raza
negra. Si estn, en casi todas partes, en va de desaparicin[19], es por causas completamente
externas. Los ms numerosos y prsperos son actualmente los del Congo Belga, que, segn
Schebesta, son cien mil, aproximadamente[20].
La mayor parte de esos hombrecillos ignoran an la talla de la piedra; slo utilizan la madera o el
hueso. Algunos de ellos (los Andamanianos) no saben incluso ni producir fuego. Carecen de arte
figurado. Sus hogares son simples abrigos de ramaje. No conocen la agricultura y viven de frutos
y caza, medios de existencia insuficientes que los hacen depender de sus vecinos la mayor parte
del tiempo. Nos encontramos aqu, segn parece, con un conjunto cultural ms arcaico an que el
de los australianos paleolticos[21].
Por otra parte, las relaciones entre los pigmeos y las razas circundantes son ms frecuentes y
regulares de lo que se crey en un principio. Adems de los mestizaje, que son muy numerosos,
se han ido produciendo mezclas culturales. Tampoco se encuentra aqu un ciclo cultural en
estado puro, y para reconstruir la cultura pigmea original hay que dedicarse, segn una pintoresca
expresin de Schmidt, a operaciones de qumica etnolgica o, como dijo Rabeau, al anlisis
sociolgico, operaciones pas o menos aventuradas siempre. No es seguro que, en algn caso,
haya pigmeos que hablen su lengua original. Una observacin atenta descubre con frecuencia en
ellos, aunque en pequeas dosis, animismo, magia, mitologa, incluso totemismo, sin que haya
media de afirmar con seguridad si son elementos recibidos de pueblos vecinos ms
evolucionaron. Este hecho disminuye la importancia de la oposicin, quiz artificial, que existe
entre los etnlogos partidarios de la prioridad de los australianos y los portidarios de la prioridad
de los pigmeos. El reconocido arcasmo de la cultura pigmea permitira, al menos, ver con ms
claridad que el desarrollo del totemismo en el que algunos creyeron encontrar la primera forma de
religin, es un fenmeno relativamente tardo, y aportara un dato ms al problema capital del
origen de la idea de Dios.
Notas:
[13] The Origin of Civilization and the Primitive Condition of Man, 1870.
[14] Trad. franc. 1934, t.I, pgs. 115 a 303. Ver tambin R. Lowie, Trait de sociologie primitive,
ed. franc. completada por el autor, Pars, 1935.
[15] Ver Koppers, 3ra semana de etnologa religiosa (Tilburgo, 1922), Pgs. 316-328, Y
Etudes, 1922, t. 173, pg. 152-165. Unter Feuerland Indianen, Stuttgart, 1924. Este caso de los
yaganes facilit a Frazer uno de los argumentos en favor de su tesis general sobre la anterioridad
de la magia.
[16] LUCIEN HENRY: Les origines de la religion, pgs. 83 y 90.
[17] Es todava una conviccin comn, en frica, entre los negros y entre los pigmeos, que stos
fueron los primeros poseedores de la tierra fricana.
-
[18] Forman en la actualidad una serie de islotes repartidos por una vasta zona que se extiende de
Oceana a la costa occidental de Arisca. Se les encuentra en Nueva Guinea, en Filipinas, en
Formosa, en alguno rincones de China, en Malaca, en las fronteras de Indochina y Siam, en el
Ocano Indico, en las Indias (mones Vindhya), en el Sur de Abisinia, en el Congo Belga, en el
Congo francs, y en Gabn.
[19] Los Mincopios de las islas Andamn, que eran alrededor de 5000 en 1858, y 1317 en 1911,
son hoy aproximadamente 450.
[20] Schebesta ha estudiado especialmente a los negritos de Malaca y a los negrillos del Ituri, en
el Congo belga. Ver Schebesta, Orang-Utan, Bei den Urwaldzwergen von Malaya, Leipzig, 1928,
Bambuti, die Zwerge von Kongo, Leipzig, 1932. Los resultados de la segunda investigacin de
Schebesta en el Congo han sido publicados en Christus und die Religionen dem Erde, 1951, vol.
L., pgs. 562-578. f. tambin el libro mucho ms completo citado al final de este captulo en la
Bibliografa, que junta con el volumen del P. Trilles son dos libros que hay que comparar.
[21] Las escasas vinculaciones entre la etnologa y la prehistoria tendran un serio apoyo si se
descubriese algn fsil de pigmeo. Pero eran errneas las noticias de semejantes descubrimientos,
en Sumatra, y despus en la India, durante los ltimos aos.
IV.- ESTA IDEA DE DIOS, APARECE COMO EL FRUTO DE UNAEVOLUCION
TARDIA?
LA IDEA DE DIOS ENTRE LOS PRIMITIVOS
Se ha hablado de un monotesmo pigmeo. La expresin no parece exacta. Pero en muchos de los
pueblos llamados primitivos, sin exceptuar a los pigmeos, se comprueba, entre otras muchas
supersticion es diversas, algunos rastros al menos de creencia en un ser claramente superior, que
tiene nombre aparte y diferente de los espritus de la naturaleza o de las almas de los muertos,
incluso cuando tiene algunos rasgos comunes con stos. Concebido en general bajo formas muy
antropomrficas, o incluso zoomrficas, este Ser anuncia ya, sin embargo, por uno u otro de sus
caracteres, al Dios de las religiones monotestas: es poderoso, dueo de la vida y de la muerte,
autor del mundo y de los hombres, y en determinados casos, de manera ms o menos perfecta,
bueno, justa, vigilante... Tal es el vatauineuva de los yaganes, cuyo nombre significa el Muy
Anciano, y que recibe tambin los eptetos de Muy Alto, Muy Poderoso, bueno y cruel (pues
da la muerte de la misma manera que protege), y al que se dirigen diciendo Hipapuan, es decir,
Padre Mo[22]. Tal el Tira-wa que los Pawnee definen la fuerza de lo alto que mueve al
mundo y vela sobre todas las cosas. Tal an el Nzambi, del que los bantes del Africa
Occidental dicen: Es aquel que nos ha hecho, nuestro padre. O el Kalunga de los Ovambo del
Africa del Sur, que lleva en su cintura dos cestos, dispuesto a verter sobre los hombres uno u otro,
segn su conducta...
En muchos casos, semejante creencia no juega ningn papel en los ritos ni en la vida social, y por
esto ha podido pasar mucho tiempo sin ser advertida[23]. Idea muerta, se ha dicho, sin eficacia.
Esto no siempre es verdad. Pero si a veces se ora al Ser superior, ste no es objeto de un culto
pblico, de ritual regulado. As los Arunta creen en un Altjira, del que cuentan las ms extraas
leyendas; pero toda su religin se absorbe prcticamente en los ritos totmicos, que no dejan lugar
para la otra creencia. Determinadas tribus del Africa Oriental llaman a su Anyambie, dios
ocioso. Segn otros, despus de haber realizado su obra, el Ser superior se fue a trabajar a otros
lugares. O bien, despus de haber vivido algn tiempo cerca de los hombres, se alej de ellos, ya
-
a causa de su maldad, ya por temor a su habilidad. Nzambi nos ha abandonado --dicen los
bantes--, por qu ocuparnos de l? Los Diola del Pagny expresan, sin duda alguna, la misma
creencia cuando dicen: Ha muerto. Los Herreros dan otra explicacin: Es bueno, no es como
los espritus: por qu hemos de tratar de apaciguarle?
De cualquier manera que haya que interpretar estos hechos, constituyen para la creencia que
examinamos un indicio de ancianidad. Este indicio no es el nico. Mientras que el Andriamanitra
de los malgaches juega en su religin un papel muy difuso, su nombre se encuentra
constantemente en las frmulas de juramento, en ciertas frases rituales, en los cuentos y sobre
todo en los proverbios. Las lenguas bantes ofrecen el mismo fenmeno caracterstico.
DIFUSIN GENERAL DE LA IDEA DE LOS GRANDES DIOSES
Los descubrimientos de Howitt, en el sudeste australiano, a partir de 1884, llamaron la atencin
sobre esta clase de creencias. Despus Andrew Lang, intrigado por una lectura sobre el Baiame
de los australianos del sudoeste, comenz una investigacin cuyos resultados comunic en 1898,
en The Making of Religin, obra un poco romntica, en donde este antiguo discpulo de Tylor
sostiene la tesis del monotesmo primitivo. Desde entonces, numerosos trabajos, resumidos en la
voluminosa obra de Schmidt, han venido a demostrar la difusin general de los high gods.
Mientras esta difusin no har reconocida, se poda decir, con Tylor y Curr, que se trataba de
influencia de las misiones: explicacin totalmente insuficiente, salvo para algunos casos raros. O
bien, con Howitt, Durkheim o Van Gennep, se poda suponer que era una creencia tarda, y que el
Ser supremo slo era una rplica, magnificada, engrandecida, del jefe de la tribu, o de su
antepasado. De hecho, este Ser aparece con frecuencia, especialmente entre los australianos,
como el Antepasado primitivo --hasta el punto de que es con este nombre con el que le designa
Sderblom--, aunque con ms frecuencia todava presenta los caracteres de un dios del cielo.
Pero, incluso en estos casos, es un ser aparte. Es, como dicen algunos pieles rojas, el Anciano
que no ha muerto nunca. Por lo dems, su figura es muy clara en estos pueblos que lo conocen, o
casi no conocen, el culto de los antepasados, hasta el punto de que se le puede aplicar el juicio del
historiador Eduardo Meyer: La opinin que hace derivar del culto de los muertos, de la
adoracin de los antepasados, la creencia en los dioses vivos es absurda.
SU ARCASMO ETNOLGICO
Cada vez ms, de cualquier manera que se les llama, y de cualquier manera que se represente su
gnesis en el espritu del hombre, se debe, pues, reconocer el arcasmo etnolgico de los
grandes dioses. Con un R. Lasch, se ve en ello uno de esos enigmas de los comienzos de la
cultura humana que probablemente nunca ser posible resolver. Se comprueba, con un F. Heiler,
que sus figuras enigmticas ocupan un puesto aparte en las creencias de los pueblos salvajes, y
que no estn en relacin gentica con la creencia en los espritus, ni con el culto de los
antepasados. El Ser superior no es simplemente el jefe de los espritus. Existe en otro plano.
Dato irreductible que perturba las sntesis de los etnlogos[24]. Hay que evitar agrandarla,
idealizarla, pero es necesario haceptarla tal como es.
ORIGEN RELIG1OSO DE LA REI.ICIN
Lo que ha hecho que varios sabios no lo acepten es el que les pareca inverosmil a priori que
salvajes desnudos, sin gobierno organizado, incapaces de contar hasta siete, hayan llegado a una
concepcin filosfica tan sublime. Esta frase de Hartland da fe de un torpe equvoco. Est claro
que no podemos suponer que en el primitivo se d ni una alta filosofa ni una civilizacin
avanzada. Pero, se sigue de aqu que nada en su espritu pueda superar y trascender el crculo de
-
las ms groseras supersticiones? Un pensamiento elevado no puede abrirse camino a travs de
expresiones --y no slo expresiones verbales-- ingenuas, incluso groseras, cuya depuracin ser
precisamente el papel del progreso intelectual y moral ? Nada permite, para otra parte, reducir a
priori el elemento religioso a un elemento intelectual, como tampoco a un elemento social. No es
que este doble elemento no entre a formar parte de la religin; pero, basta para especificarla?
Cualesquiera que sean las condiciones de su despertar, por qu la religin no puede comenzar
por s misma? En este caso, no tendramos que preguntarnos si precede del animismo, o de la
magia, o de alguna prefilosofa, de algn estado econmico o social cualquiera. Ms o menos
disimulada, ms o menos ignorante de s misma, habra existido siempre... Por lo menos es una
hiptesis que no puede ser excluida de antemano.
EL MANA Y LOS SISTEMAS PREANIMISTAS
Una demostracin paralela semejante a la de los grandes dioses viene en su apoyo. Hacia fines
del siglo pasado, el ingls Codrington, misionero en Melanesia, observ que los indgenas crean
en una fuerza, difusa en muchos objetos distintos, y absolutamente diferente de toda fuerza
material, a la que llamaban mana. Este nombre estaba destinado a tener una gran fortuna en la
etnologa moderna. Una concepcin anloga, en efecto, existe en muchos pueblos primitivos: el
hasina de los malgaches, el tilo de los ba-ronga, el orenda de los hurones, el wakenda de los
omaha, etc., o todava el yok de los tlingit, de quienes J.R. Swanton nos expone con estas
palabras la creencia:
EI tlingit no divide el universo arbitrariamente en cierto nmero de dominios, gobernados cada
uno por un espritu sobrenatural. Por el contrario, para l el poder sobrenatural se presenta como
una amplia inmensidad, una en cuanto a su especie, impersonal, insondable en cuanto a su
naturaleza, pero que, cuando se manifiesta a los hombres, toma forma personal y hasta se podra
decir humanamente personal, bajo cualquier aspecto en que se manifieste. As, esta masa de
energa sobrenatural se convierte en el espritu del cielo si se manifiesta en el cielo, del mar si se
manifiesta en el mar, en espritu del oso si en el oso, de la roca si en la roca, etc.
No hay que deducir de aqu que el tlingit razone constantemente sobre todo esto o sea capaz de
enunciar la idea de la unidad de lo sobrenatural, pero parece que ste es su sentimiento, aunque
inexpresado. Por esto es por lo que tiene un solo nombre para expresar este poder espiritual, el
yok, que sirve para todas las manifestaciones especficas de este poder, y a esta percepcin o
sentimiento reducido a la personalidad parece habitualmente haberse fijado la idea del Gran
Espritu.
Esta energa sobrenatural debe ser cuidadosamente diferenciada de la energa natural... En el
espritu del tlingit, es sentida la diferencia entre los dos casi con la misma claridad que entre
nosotros...[25]
Fundndose, sobre todo, en hechos de este tipo se han elaborado los sistemas preanimistas, que
no siempre han sabido, ms que los otros sistemas, evitar lo arbitrario. Lehmann, autor de una
monografa sobre el maruz[26], ha tenido que reaccionar contra las interpretaciones demasiado
abstractas que del mana haban sido propuestas. Con excesiva prisa se haba llegado a la
conclusin de que la religin del primitiva haba pasado por un estadio impersonal y mgico por
completo. De una manera ms modesta, conviene ver en ello la objetivacin grosera, y con
frecuencia apenas formulada, de ese sentimiento que Marett llama awe, y Rudolf Otto,
sentimiento de lo numinoso[27]. Slo en este caso podramos hablar de preanimismo, al menos en
este sentido de que slo semejante sentimiento transforma la filosofa rudimentaria del animismo
en filosofa religiosa. Se trata, en todo caso, de una nocin equvoca y confusa: ms pronto o ms
-
tarde, y segn las fuerzas intelectuales o espirituales que entren en accin, la actitud que la
engendra se trueca en religin o en magia. Estamos en eI camino del tesmo o del pantesmo; de
la supersticin que data de un poder sobrenatural toda clase de objetos materiales o de seres
imaginarios, o de la religin que reconoce su fuente en Dios. Veamos en esto slo un indicio,
entre otros, de ese doble sentimiento por todas partes, aunque oscuramente extendido, sentimiento
de la unidad de lo sagrado y de su distincin con lo profano.
Notas:
[22] Hechos semejantes arruinan la afirmacin --que, por otra parte, nada autoriza-- segn la cual
la plegaria aparece slo en el estudio del totemismo (L. HENRY, op. cit.. pg. 115).
[23] Cf. M. De la Fosse, Les nois de l'Afrique, Pars, 1922, pag. 153: parece evidente que esta
creencia (en un Ser suprimo) es aproximadamente tan universal entre los negros de frica, pero
es de orden cosmognico ms que religioso. Admiten que el mundo y los seres que encierra,
comprendidos los espritus, han sido creados por un Ser superior cuya existencia reconocen, pero
del que se desinteresan porque no sabran cmo entrar en relacin con El y porque El mismo se
desinteresa de la suerte de sus criaturas. Vase tambin la hermosa obra de Georges Hardy sobre
L'Art negre (col. Art et Religion, Pars, 1927).
[24] PIERRE RYCKMANS: Dominer pour servir, Bruselas, 1931. pgs. 148-149.
[25] Citado por Chr. Dawson, Progres et Religion, trad. franc., 1935, pg 81-82.
[26] Mana: eine begriffsgeschichtliche Untersuchung auf ethnologischer grund'age, Leipzig,
1915.
[27] R. MARETT: The Threshold of Religion, Londres, 1909, R. OTTO: Das Heillige, Gotha,
1917 (trad. franc. de la 18.a edicin alemana, Pars, 1929)
V.- CUALES SON LAS RELACIONES ENTRE EL DESARROLLO SOCIAL Y EL
DESARROLLO RELIGIOSO ?
A esta ltima cuestin podemos responder, en parte, con todo lo que acabarnos de ver. La historia
de las sociedades humanas y la historia a de las religin es, por numerosas e importantes que sean
sus relaciones, constituyen dos historias distintas, que no se acoplan siempre, as como tampoco
coinciden exactamente con la historia de la inteligencia en sus tcnicas. Sin embargo, el
marxismo ha intentado renovar, sobre este punto, la tesis de mucho socilogo burgus,
insistiendo, ms all del factor poltico, en el factor econmico. He aqu cmo expone, por
ejemplo, los progresos del monotesmo.
LA TESIS MARXISTA SOBRE LA APARICIN DEL MONOTEISMO
La constitucin de los grandes imperios, nos dice, conduca ya a este resultado, siendo los dioses
la sombra celeste de los jefes. Cuando venci el rey de Babilonia, impuso su dios, Marduk, a los
pueblos vencidos. Pero fue el comercio quien propag con mayor pujanza la idea de la unidad
divina. El comerciante viajero, sin residencia fija, se encomendaba en todas partes a su dios: ste
lleg a ser, pues, omnipresente. A partir de este momento no poda tener ya forma humana: se
convirti en puro espritu. En el seno de las grandes ciudades cosmopolitas se mezclaba a los
otros dioses. As se form la idea de un dios universal, abstracto, reflejo de un hombre abstracto,
-
dominado por la fatalidad del mercado[28]. Tal es ya el Dios del cristianismo primitivo; tal,
sobre todo, el de la edad capitalista y el liberalismo econmico.
Como la misma religin, y como toda forma de civilizacin, el monotesmo sera, pues, un simple
reflejo, o, segn la palabra clsica, una superestructura de la vida econmica. No menos
opresiva y perjudicial, por lo dems, que las formas ms groseras que le han precedido. Con el
cambio de las relaciones sociales que resulta del progreso de la economa, con el cambio de las
formas de explotacin, las representaciones religiosas pueden cambiar. Pero la religin contina
justificando siempre la violencia y la opresin, sanciona siempre tal o cual orden de explotacin,
como instituido por Dios mismo. La religin comenz el da que los hombres se dividieron en
clases, con la explotacin del hombre por el hombre. Debe acabar con esta explotacin.
VERDAD PARCIAL
A pesar de algunos detalles que es difcil tomar en serio, reconozcamos que no todo es falso en
esta teora. Por lo menos muchos hechos le dun una apariencia de razn. Segn que el hombre sea
cazador, agricultor o pastor, todo el sisterna religioso presenta caracteres diferentes: la escuela
histrico-cultural ha insistido mucho en esta ley. A medida que el grupo humano, primero
modesta tribu, se convierte en ciudades despus en nacin y despus en imperio, se cumplen una
serie de transformaciones paralelas en los ritos y en los mitos. Es cierto, pues, que se encuentra en
stos un reflejo del estado social --que no es independiente del estado econmico-- y que, por
consiguiente, concurren a reforzar este estado. Sera necesario solamente, para ser justos, ver
tambin cmo los abusos sociales, la religin as considerada consagra el principio mismo de la
sociedad; cmo contribuye, pues, quiz ms que cualquier otro elemento, a asegurar la cohesin
social, a permitir al hombre perpetuarse, vivir, que es la primera condicin para progresar.
Adems, hay otra cuestin la esencial. Como el nacionalismo, el materialismo tiene, si se nos
permite decirlo, cuantitativamente razn, un poco como la tiene el determinismo para la mayor
parte, o la ms aparente, de las acciones humanas. Pero lo que cuenta verdaderamente es, con
frecuencia, lo que materialmente tiene menos importancia, e incluso para apreciarlo en su justo
valor es necesario considerarlo desde dentro. En materia religiosa, el etnlogo, el socilogo o el
historiador, slo conseguiarn puntos de vista superficiales.
Algunos aspectos son, a pesar de todo, demasiado evidentes para permanecer ocultos a quien
quiera abrir, los ojos. Es el culto de un Dios sin figura el reflejo de una edad de comercio y de
operaciones bancarias ? Es el monotesmo el resultado de una unificacin de los poderes
terrestres? Cmo se explicar la historia de la India, en la que se han extendido profundos
sistemas de filosofa religiosa y altos formas de adoracin divina en el seno de una economa
primitiva y de una sociedad polticamente amorfa? Se han ledo, sobre todo, los primeros
preceptos del Declogo judo? (Poco importa aqu la cuestin de fecha.) Escucha, Israel! Yo
soy Yahv, tu Dios. No tendrs otros dioses ante mi rostro. No constituirs ninguna imagen
tallada (...) Porque Yo, Yahv, soy un Dios celoso...[29]
DOS CLASES DE RELIGIONES MONOTESTAS
No hay necesidad de una observacin muy minuciosa para distinguir en nuestra historia
occidental, a pesar de sus mltiples implicaciones, dos clases de religiones monotestas[30]. La
primera es, en efecto, al menos en parte, fruto del desarrollo social al mismo tiempo que del
progreso de la redencin: poco a poco, a imagen de lo que pasa sobre la tierra, se constituyen
panteones. Se organizan, se jerarquizan, sugiriendo la misma multitud y mezcla de los dioses la
idea de la unidad de lo divino; por ltimo, el jefe de la sociedad divina crece hasta convertirse en
-
el dios supremo, de quien los otros dioses slo son servidores. As ocurre --con numerosas
variantes en el proceso-- en Babilonia, en el imperio aquemnida, en el mundo helenstico y en
Roma, bajo el Imperio... Hay algn beneficio para la poltico, para la civilizacin, para el
pensamiento? S, y algunas veces muy considerable. Pero hay progreso propiamente religioso?
No siempre, y frecuentemente en absoluto. Porque si se supera el antropomorfismo, slo se va a
parar a un divina abstracto o a una Naturaleza divinizada. En la segunda clase de monotesmo,
por el contrario, el Dios nico se afirma con exclusividad brava: No hay ms Dios que Dios.
No es el resultado de ningn sincretismo, intelectual o poltico No se puede hablar a este respecto
de integracin o concentracin, sino de oposicin y negacin. No es promovido por la evolucin,
sino que se impone por una revolucin[31]. Es un Dios al que es preciso convertirse rompiendo
los dolos. Se tena hasta aqu, poniendo las cosas en lo mejor, un Principio complaciente, que
justificaba las prcticas del politesmo consuela dando al mismo tiempo las dominaciones
carnales, y que constituia en s mismo la posesin de una pequea minora de sabios Se tiene
ahora un Ser, no abstracto, aunque completamente espiritual; un Ser intransigente que reclama
para si todo el culto y que quiere ser reconocido por todos; un Ser trascendente que desborda
todas las ciudades terrenas, aunque fuese la ciudad del mundo
Slo este segundo monotesmo est cargado de fuerza explosiva. Slo ste lleva en s el progreso
religioso, originando el principio de una transformacin radical de las concepciones y de la vida
religiosa. Cuando este monotesmo encuentra al primero debe empezar por triunfar de l
utilizndolo despus para expresarse, completarse y expansionarse determinando su fin. Ahora
bien, este monotesmo no aparece en los grandes estados unificados, despus de poderosas
conquistas, a continuacin de profundas especulaciones o de grandes transformaciones
econmicas. All hasta donde se puede reconstruir la historia en el estado desesperante de las
fuentes, la religin de Zoroastro, la menos pagana de las religiones paganas, naci en un
apartado rincn del Irn, lejos, en todo caso, de ese foco de cultura que era Babilonia, y antes de
la era de sincretismo abierta en la misma Babilonia por las conquistas de Ciro. El Judasmo y el
Islamismo tambin desmienten toda teora del desarrollo religioso que recurre slo a los factores
extraos a la religin[32] Israel era un pueblo pequeo, de pensamiento rudo, economa
rudimentaria, civilizacin mucho menos brillante que sus grandes vecinos que, uno despus de
otro, lo aplastaron. Los rabes no tenan apenas unidad antes de la gira. La idea de Dios, lo
comprobamos en sus ms altos formas como lo hemos comprobado en sus ms humildes
manifestaciones, rompe y desborda todos los cuadros sociales y todos los cuadros mentales. Se
podra sentir la tentacin de decir: l espritu sopla donde quiere.
EST LA RELIGIN AL SERVICIO DE LA OPRESIN?
El Espritu sopla, en efecto y mientras el primero de los dos monotesmos aunque
imperfectamente llamado as --sirve an para mantener un orden social ms vasto, ms opulento,
pero tambin, quiz, ms tirnico (recurdese el monotesmo solar de Aureliano), el segundo, el
nico verdadero, el del Dios Vivo, se convierte para la conciencia humana en el principio de
liberacin, puesto que es, contra todas las formas de abusos sociales, una reivindicacin
permanente de justicia. Por lo menos lo es, y al mximo, en la fe que los cristianos han heredado
de los judos. Renan comparaba los profetas de Israel a tribunes socialistas. Esto era rebajarlos
extraamente. Pues qu voz de tribuno socialista igual alguna vez en podero a los rugidos de
Ams, el pastor elegido por Yahv para hacer escuchar sus amenazas contra los que pisotean al
pobre y tuercen el camino de los pequeos?[33] Los profetas son reformadores religiosos y
por esto tambin reformadores sociales. En ellos, Yahv apareca como el Todopoderoso, pero su
poder no est al servicio de los poderosos de este mundo, est por entero al servicio de la justicia,
como su santidad est al servicio de la moral.
-
Ciertamente, siempre que una religin cede al concordismo social, es decir, accede a presentar
las formas actuales de la economa como realizadoras del plan providencial de la sociedad, da
pretexto al reproche marxista. Esto es frecuente, ya lo sabemos, incluso entre los cristianos. Pero
el cristiano ms conservador admitir, si quiere continuer fiel a la inspiracin de su fe, que el
cristianismo impone al hombre un progreso constante en la caridad, que debe traducirse hasta en
la organizacin econmica y social (Yves de Montcheuil). Lejos de reflejar esta organizacin,
es, pues, su principio de renovacin, de transformacin perpetua. Si el historiador no lo advierte
siempre a primera vista es porque este principio obra en profundidades que slo una reflexin
prolongada puede alcanzar.
Notas:
[28] LUCIEN HENRY, op. cit., pg. 37.
[29] Deuteronomio, cap. 5
[30] Dejados a un lado los monotesmo puramente filosficos, sobre los que habran de darse
precisiones de orden muy diferente
[31] Puede consultarse sobre esto: R. PETTAZZONI: La formation du Monothisme. Revue de
l'histoire des religions,, t. 88.
[32] No se discute, sin embargo, que toda religin duradera debe estar enraizada y que su
nacimiento depende de condiciones que no son nica. mente religiosas. Un cristiano no se
asombrar de ello, si conoce el lugar que ocupa, hasta en la religin revelada, la idea de plenitud
de los tiempos.
[33] Amos 1, 2; 2, 7; 4. 1; etc.
VI.- CONCLUSION
Aunque dependa estrechamente, en su expresin objetiva, de la doble analoga natural, por la que
concebimos todas las cosas: mundo sensible y mundo social, la idea de Dios aparece en la
humanidad como algo espontneo, especfico. Todos los ensayos de gnesis, como todos los
ensayos de reduccin intentados fallan en algo. Ciertamente, de ello no se sigue
inmediatamente que esta idea tenga por trmino un Ser real y que la religin tenga valor absoluto.
Tampoco queramos demostrarlo aqu, sino definir solamente las fronteras entre conocimiento
natural de Dios y revelacin Para terminar, bastar indicar que aunque muy escasos y muy
oscuros para satisfacer nuestra curiosidad cientfica, los datos ciertos de la historia religiosa se
prestan naturalmente a una interpretacin cristiana (no decimos que impongan tal interpretacin),
y que reciben de ello la ms grande inteligibilidad de que son capaces.
En una humanidad hecha a imagen y semejanza de Dios, pero pecadora, constreida a una
elevacin larga y difcil, pero trabajada desde su despertar por una llamada superior, es normal
que la idea de Dios est a la vez presta siempre a surgir y siempre amenazada de desaparicin.
Dos tendencias principales actan, una que proviene de las condiciones en que debe esforzarse la
inteligencia, y la otra, de la desviacin moral original: tendencia a confundir al Autor de la
Naturaleza con esta Naturaleza a travs de la cual se revela oscuramente y a la que es necesario
tomar los rasgos de su imagen; tendencia a abandonar al Dios demasiado exigente y demasiado
incorruptible por subalternos o ficciones. Las analogas se endurecen, y hasta en los tiempos en
que su conocimiento parece haber hecho progresos decisivos, Dios es concebido todava como un
-
individuo de pasiones humanas o como una abstraccin sin resplandor eficaz. Lo mejor se cambia
a veces en lo peor, y la gran fuerza de perfeccionamiento del hombre se relaja para fines
profanos.
De aqu nace la necesidad de una purificacin siempre renovada. A esta purificacin, desde los
lejanos tiempos de Jenfanes, contribuye la reflexin del ateo, y los ms ateos no son siempre los
que se creen y se dicen sin Dios. Pero es efecto de una clarividencia todava ciega el rechazar a
Dios a causa de sus deformaciones humanas o a la religin por el abuso que de ella hacen los
hombres. Como la religin ha comenzado por s misma, debe incesantemente purificarse a s
misma; tambin el monotesmo, como hemos visto, se estableci por negacin, pero esta
negacin fue fecunda. Por lo dems, bajo una forma u otra, despus de las negaciones ms
desfiguradas, el hombre vuelve siempre a la adoracin; sta es, al mismo tiempo que su deber
esencial, la necesidad ms profunda de su ser. Dios es el polo que no cesa de atraer al hombre e
incluso aquellos que creen negarlo, a pesar de s mismos, dan aun testimonio de El, refiriendo,
segn palabras del gran Orgenes, a cualquier cosa antes que a Dios, su indestructible nocin de
Dios.
PERSPECTIVA
Sirvindose de todas las armas, el atesmo moderno ha utilizado para la negacin de Dios la
historia y la etnologa religiosa. No ha podido hacerlo sin deformar frecuentemente los hechos.
Por lo menos, los ha escogido e interpretado de una forma muchas veces arbitraria, proyectando
sobre los orgenes y sobre la evolucin de la religin, principios de explicacion sacados de su
incredulidad. Pero no da l mismo, a pesar suyo, testimonio de la fe? Cuanto ms se afirma el
atesmo --escribe G. van der Leeuw al final de su obra sobre L'homme primitif et la religion--,
podemos observar ms distintamente en sus tendencies las huellas de experiencias religiosas
pasadas (...). El hombre que no quiere ser religioso, lo es precisamente por esa voluntad de no
serlo. Puede huir delante de Dios, pero no le es posible esquivarlo[34]. El mismo etnlogo,
despus de haber mostrado que la llamada mentalidad primitiva es en realidad, en su raz
profunda si no en las formas que puede revestir, una parte inalienable y autnticamente vlida de
nuestra estructura mental, observa que esta parte de nosotros mismos conoce en nuestros das un
extraordinario resurgimiento. El hombre del siglo XX, concluye, est en trance de descubrir la
realidad de sus dioses y tambin, algunas veces, la de su Dios. De manera que, al salir de una era
de racionalismo irreal y asfixiante, el problema esencial es, a partir de ahora, saber si la
humanidad ceder, impotente, a esta nueva invasin de sus dioses de carne y sangre, como
antao Grecia corri el riesgo de ser sumergida por la ala oscura de lo dionisaco, o si, por un
esfuerzo de luz, encontrar de nuevo al Dios que la ha hecho a su imagen y semejanza y cuyas
manos amantes no la han abandonado jams.
Notas:
[34] G. VAN DER LEEUW: L'homme primitif et la religion, tude anthropologique (Alcan,
1940), pgs. 167-168 y 94-195.
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Tomado de BIBLIOTECA ELECTRONICA CRISTIANA. 2000. El texto en versin electrnica
puede ser reproducido sin modificacin alguna y manteniendo la integridad de su sentido.
LAS RELIGIONES PRIMITIVAS
RELIGIONES PRIMITIVAS EN EL MUNDO MODERNO
EJEMPLO 1: ASIA
EJEMPLO 2: COREA
EJEMPLO 3: OCEANA
EJEMPLO 4: MELANESIA
EJEMPLO 5: LOS TOE DE PAPA NUEVA GUINEA
EJEMPLO 6: LOS ABORGENES AUSTRALIANOS
EJEMPLO 7: LOS MAORES
EJEMPLO 8: MADAGASCAR
EJEMPLO 9: RELIGIONES AFRICANAS
EJEMPLO 10: LOS ZULES
EJEMPLO 11: LOS INDIOS NORTEAMERICANOS
EJEMPLO 12: LOS ANDES
CONCLUSIONES
RELIGIONES PRIMITIVAS EN EL MUNDO MODERNO
Cuando omos hablar de las supersticiones primitivas, brujera y talismanes, fetichismo o
conjuros pensamos tal vez que los pueblos tribales no tienen religin alguna. Pero la verdad es
que muchos pueblos tribales son mucho ms religioso que muchos occidentales modernos. Viven
en contacto con la naturaleza y siente sus poderes misteriosos, estn a merced de los fenmenos
-
naturales de la tormenta y la inundacin, del hambre y de la enfermedad, del fuego y del
terremoto, considerados como fuerzas del mal.
Los pueblos tribales se encuentran por tanto sin defensa, dbiles, rodeados de males incapaces de
arreglrsela en la vida y de alcanzar la felicidad que todos deseamos.
Conjuros Supersticiosos.
Estos pueblos no quieren que se le llama a su religin pagano, salvaje, primitiva o supersticiosas
y encuentran imprecisos trminos como animista, preliteraria, tradicional, tnica.
Algunos autores empiezan a usar ahora la palabra "primitivo" para designar las religiones que son
anteriores a las que llamamos religiones "universales". Estas ltimas comprenden por ejemplo, el
cristianismo y las grandes religiones asiticas, que aparecen ms tarde en la historia, tiene
normalmente escritura y se consideran como abiertas a todos los pueblos.
La religin primitiva es la religin de una tribu o pueblo que se da cuenta que otros pueblos
tienen otros dioses y sistemas propios. El trmino primitivo significa tambin primario o
fundamental.
El Mundo Espiritual.
Es bsica para religiones primitivas la creencia en un mundo de poderes o seres espirituales ms
fuerte que el hombre mismo deciden que lo inslito esta en las cualidades especiales de un ser
humano, y se llama Mana con frecuencia este poder se concibe como una multitud de espritu que
moran en toda clase de lugares o que vagan libremente.
Algunas de estas religiones primitivas veneran a unos poderes espirituales como dioses. Estos
gobiernan un rea particular del mundo o de la vida humana como la casa, la agricultura, la
guerra, o la metalurgia. Los dioses ms importantes tienen con frecuencia templos o santuarios
con sacerdotes o fiestas especiales y en realidad cuentan mucho ms que los espritus.
"Dios Supremo", "Dios del Cielo"
Muchas religiones primitivas tienen un nico o supremo Dios por encima de todos los dems
poderes. A veces incluso se le concibe como un Dios Universal para todos los pueblos. Este Dios
Supremo o Dios del Cielo puede incluso no tener templos, sacerdotes, un culto organizado o
sacrificios y por eso pasa fcilmente inadvertido para los extraos.
Los Muertos que viven.
La mayora de los pueblos tribales creen tambin que los espritus de sus muertos siguen
viviendo. Estos muertos vivientes se relacionan con los que aun viven en este mundo. Los vivos
deben honrar a los espritus ancestrales puede contar con su proteccin y gua y confiar sobre
todo en que aceptan sus oraciones y las transmiten a los poderes superiores.
Las religiones primitivas dependen de mitos ms que de escrituras y credos en el conocimiento de
los poderes espirituales. Los mitos no son simples cuentos sino largas y a veces historias que
contienen la teologa y la filosofa de la vida de un pueblo. En ellas podemos encontrar una honda
comprensin de la naturaleza humana y de los problemas humanos fundamentales.
-
Los ritos son otro medio de comunicacin entre los dos mundos. A veces estn incorporados a los
antiguos mitos; ritos y mitos juntos forman un alto complejo de culto o una gran fiesta.
Matar para los Dioses.
Las oraciones y las ofrendas a los Dioses son lo ms destacados de los ritos. Algunas oraciones
son hermosas y profundamente espirituales y pueden ser utilizadas en los cultos de las religiones
universales. Otras son ms bien interesadas y piden prosperidad y bendiciones materiales. No
todos los pueblos sacrifican a los Dioses pero muchas religiones primitivas cuentan con sistemas
bien definidos en que se detallan las ofrendas que han de ser matando o libando o de otros modos
o indican el alimento que se ha de compartir con el Dios en un banquete de comunin.
El Medicine Man.
Para realizar toda clase de actividad religiosas la mayora de las religiones cuentan con un
especialista, normalmente llamado con una expresin americana Medicine Man. Puede realizar
las actividades del sacerdote, del medium, del adivino, del curandero, del herborista, del chamn
pero no la del brujo o la de un simple mago.
Aunque muchas religiones primitivas han desaparecido bajo la presin moderna de las reas
desarrolladas del mundo, otras han persistido tenazmente y se han adaptado al cambio. Nunca y
bajo ningn concepto debemos considerarlas como religiones infantiles de los pueblos salvajes o
como las travesuras ingeniosas de tribus dominadas por los hechiceros. Son intentos serios de
pueblos adultos para crear y mantener un sistema espiritual capaz de ofrecer un apoyo tanto en la
vida como la muerte.
EJEMPLOS DE RELIGIONES PRIMITIVAS.
ASIA.
Caractersticas Generales.
Los pueblos asiticos no separan lo sagrado de lo profano, su religin la expresan en actividades
ritualizadas en las que intervienen toda la comunidad. Sus creencias son formuladas verbalmente,
es decir no existe un libro como la Biblia en caso de los cristianos o el Corn en el caso de los
Islmicos, por eso se puede hablar de religiones.
El concepto clave, para poder entender las costumbres religiosas de las tribus asiticas es la
relacin, relacin con dioses y espritus con seres humanos y con la naturaleza. Cada uno de los
pueblos tiene prcticas religiosas adaptadas as mismo y a su propia entorno, pero todos buscan
restablecer el buen orden creado en el principio.
Otra de las caractersticas comunes que tienen los grupos asiticos lo son los chamanes, los cuales
ocupan un lugar superior en lo que a religin se refiere en muchas de las tribus de la regin
estudiada. Son elegidos por familias y posteriormente por los espritus, y deben someterse a un
riguroso entrenamiento.
Entre sus funciones estn, comunicarse con los espritus para corregir la comunidad a la que
pertenecen, restaurar la armona entre el hombre, el mundo espiritual y todo lo creado.
A continuacin le presentaremos las caractersticas ms importantes de algunos pueblos asiticos.
-
Grupos Nmadas.
Los grupos nmadas o tribus nmadas estn ubicadas en el centro oeste y sur y en la altiplanicie
de Chota Nagpur, en las Islas Andamn, reas boscosas y pantanosas de la Costa de Compuchea.
Entre lo ms conocidos tenemos los grupos minoritarios de los Negritos Semang y de sus vecinos,
los Senoi que habitan en las montaas de la jungla de la zona norte y central de Malasia
Peninsular, adems de los negritos aeta de Luzn, Mindanas y Mindora en Filipinas.
Estos grupos, en su mayora son pequeos, puesto que la escasez de comida as lo amerita
practicar la recoleccin, agricultura y caza.
Ritos.
Los Senoi realizaron una serie de ritos al elegir que rbol hay que talar y quemar para preparar un
lote de tierra para el cultivo, estos ritos se prolongan hasta la celebracin final de la recoleccin
con el fin de garantizar la ayuda de los espritus para una buena cosecha, en este rito participan
todos los miembros de la comunidad, (todo el grupo est en cuarentena durante el primer da de la
siembra).
La enfermedad tambin es objeto de otro rito, realizado por el Chamn que recurre al poder de
ciertas hierbas y plantas desagradables para los espritus malos, para expulsarlos y atraer el alma
errante que vaga fuera del grupo.
En caso, de enfermedades ms graves, todo el grupo est implicado, se realizan das y noches de
msica y danza desenfrenadas. Finalmente, el espritu, al recibir la sangre sacrificial ofrecida por
la cabeza de la casa, es expulsado fuera. Al morir la persona comienza otra serie de ritos de grupo
para alejar la contaminacin. La muerte o el nacimiento de alguien, representa un grave peligro
para todos, y el grupo debe aislarse para su seguridad y la de sus vecinos.
Los Kond O Kui.
Viven en los Ghates Orientales del Orissa, India en medio de la jungla y son cerca de un milln.
Ritos.
La mayora de los Kond crean en la Diosa de la Tierra Tari , y que ella haba enseado al hombre
las artes de la caza, de la guerra y de la agricultura a cambio de sacrificios humanos que eran
necesarios para el bienestar de todos y la fertilidad de la tierra. Este rito cruento continua todava,
aunque ahora sacrifican bfalos como vctimas, los trozos de carne de la vctima son cortados y
enterrados en la propia aldea y en las aldeas prximas para poner en marcha el don de la
fertilidad. En algunas regiones este rito se sigue celebrando anualmente en cada distrito en ciertos
momentos de la estacin agrcola o cuando la salud del pueblo o del ganado est en peligro.
Los Kond tratan de usar los poderes superiores en muchos otros ritos para cimentar o restablecer
las relaciones, la fuerza y el bienestar en la aldea, entre estos estn:
Ritos entre el Dios, el hombre y el pas: se realizan para la preparacin de la tierra y la siembra,
hasta la siega y la trilla, tambin para eliminar los tabes de la caza y de la recoleccin de
productos salvajes.
-
Ritos para obtener la bendicin y la ayuda de los antepasados: realizados al momento de un
matrimonio, la toma de una segunda mujer, o la destruccin de un poblado o en caso de pestes.
Ritos para prevenirse contra la prdida del bienestar por una contaminacin: se realiza en caso de
las faltas domsticas como el incesto, el nacimiento y la muerte, principalmente las muertes por
desgracia.
Ritos para salvaguardar la vida: el peligro puede venir de los espritus de alto rango, cualquier
ofensa contra ellos trae inmediatamente el desastre. Tambin es muy nocivo el excesivo recurso
al mal de ojos, a la hechicera y a la brujera.
La Muerte.
Para los Kond es tan necesario vivir en comunidad despus de la muerte como antes. El modo de
la muerte, la conducta no buena o mala en esta vida deciden la vida futura. Las mismas
actividades diarias continan ejercindose en el mundo de las sombras. La muerte en edad
avanzada, con un funeral completo constituye la mejor esperanza de pasar pacficamente al lado
de los antepasados.
La muerte repentina supone al ser excluido del lado de los antepasados. Esto provoca una soledad
y hace a estos espritus peligrosos.
Los Bontok y los Kalinga.
Se encuentran ubicados en la provincia montaosa del Norte de Luzn. Para los Bontok y los
Kalinga la aldea es el centro de su vida. Las aldeas ms grandes se ven fraccionadas y en ellas se
celebran asambleas sobre plataformas ptreas rodeadas de grandes piedras erguidas. Estas
plataformas son el centro social, ritual y poltico.
Los Bontok y los Kalinga consideran el no tener hijos una prueba, que los espritus estn
indispuestos y ofende a los antepasados.
Ambos grupos veneran los bosques sagrados. Los dos sexos pueden ser adivinos y sacerdotes.
Todo el ao agrcola va acompaado de ritos que demuestran el esfuerzo constante para obtener
la fertilidad de los espritus obstinados.
Los Bontok practican mucho los sortilegios. Los movimientos de los pjaros, insectos y otros, las
entraas de los animales, el silencio o el canto de un gallo tenido en la mano por un sacerdote y
muchas otras pruebas semejantes se anteponen a las celebraciones rituales.
Tanto para los Kalinga como para los Bontok, las ceremonias religiosas estn ligadas a banquetes
de acceso a un particular status social. Acostumbra a sacrificar pollos, cerdos o bfalos a los
espritus montanos particularmente temidos.
COREA.
El Sinkio , la religin tradicional de Corea, ha sido llamada "la religin sin nombre". No es tanto
un sistema estructurado de creencias uniformes cuanto una manera religiosa de ver el mundo y
una vinculacin sagrada personal con l. Se le ha llamado tradicionalmente animismo. Como
todas las religiones, tiene cinco puntos magnticos.
-
Yo y el Cosmos: El hombre est en ritmo con el mundo. Las fuerzas de la naturaleza que
controlan la vida y la muerte, la fertilidad y la esterilidad se personifican y divinizan. El mundo es
un campo de batalla religioso habitado por espritus celestes y terrestres, del agua y de los
rboles.
Yo y la norma: El mito del Tangun, el legendario fundador de Corea, subraya el sentido de la norma csmica a la que el coreano debe conformarse.
Yo y el destino: El Sinkio, tomndolo de races pre-confucionista, encuentra la respuesta modelo
csmico, en el que el cielo, el hombre y la naturaleza constituyen una armona de opuestos. Estos
opuestos se complementan mutuamente. Son las grandes fuerzas del yin y del yang, del no ser y
del ser. El yin es el negativo, pasivo, dbil y destructivo. El yang es positivo, activo, fuerte y
constructivo. En su accin e interaccin realizan la armona y la recrean una y otra vez. Nuestra
individualidad deriva de estos opuestos. El yin es femenino, madre, suave, oscuro, hmedo. El
yang es masculino, padre, fuerte, duro y luminoso.
Yo y la salvacin: Dado que esta armona se rompe con frecuencia, el Sinkio debe salir tambin
al encuentro del deseo del hombre por la salvacin. Cuando los arrozales son arados en
primavera, una banda de agricultores pacifica a los espritus de la tierra con la msica y ritos.
Cuando se levantan los andamios de una nueva casa, se los asperja con vino y comida, mientras
un miembro de la familia canta.
La vida est bajo una maldicin, una nube que ensombrece la armona csmica. La vuelta al
"paraso perdido" se hace por el sacrificio ritual.
El Sinkio siente un horror profundo ante la amenaza de la muerte, que destruye la armona
csmica. Hace unos dos mil aos, era comn entre los coreanos enterrar a los muertos con sus
pertenencias personales, incluidos el oro y plata.
Yo y el ser supremo: Los coreanos leen cuanto se refiere a los dioses en el gran libro ilustrado
que llamamos cosmos. Entre los espritus de la naturaleza, el espritu del cielo (Hanamin o
Hanumin) ocupa un puesto especial. No es un "Dios" supremo, lejano e inaccesible, sino que trae
la luz del sol y la lluvia. El rayo, la sequa y otros desastres son su juicio sobre los malvados.
Por su bondad vivimos y respiramos. Cuando legaba un desastre nacional, el rey imploraba a
Hanamin confesando sus propios pecados y los de su pueblo. Hanamin, en un cierto sentido un
"padre celestial", era el abuelo de Tangun, el hroe aborigen de Corea.
El Sinkio y los nuevos movimientos religiosos.
Cuando Corea fue invadida por el confusionismo, el budismo y el cristianismo, el Sinkio no
perdi terreno, pero se alter y vigoriz. Del confusionismo le vinieron los cdigos ticos que
acompaan el culto de los antepasados. El taosmo y el neoconfusionismo robustecieron el
aspecto mgico del Sinkio y su geomancia. Del budismo aprendi a prestar atencin al
sufrimiento y al dolor, vinculndolos ahora al arte de la curacin y de la adivinacin.
El Sinkio ha proporcionado el marco para las nuevas religiones de Corea. El chondogyo fue
fundada a mediados del siglo XVII como reaccin a la llegada del cristianismo y reforz los lazos
sagrados del hombre con el universo. Sun Myung Moon, el fundador coreano de la iglesia de la
unificacin, puede ser considerado como el mayor lazo humano entre el pueblo y el mundo de los
espritus.
-
OCEANA.
En Oceana el origen de la religin flucta desde una jerarqua de dioses supremos a una multitud
de vagos poderes espirituales. Algunos lugares resaltan la experiencia religiosa y otros los ritos
formales.
El aspecto religioso poda ser un simple sacerdote, un curandero (chamn), un adivino, un
profeta, un hechicero o un complejo cuerpo sacerdotal.
Sus cultos religiosos se practicaban con un simple cntico o cultos con danzas, ejemplo
principalmente el totemismo que estaba rodeado de tabes donde se realizaban danzas simblicas.
La religin y especialmente el rito, est estrechamente unida a situaciones de tensa angustia
social, econmica o poltica y ayudan a mantener el equilibrio en el grupo.
Los seres espirituales o Dioses a los que les rendan homenaje se perseveran ya fuera como un
mito, un animal, un objeto o una persona. Los lugares sagrados eran reconocidos por las
formaciones rocosas, bosquecillos o edificios y estn protegidos por tabes.
La visin del hombre con Dios era un poco vulnerable, vaga; ya que muchas comunidades
abandonaron su vieja religin con su jerarqua de Dioses supremos, sus sacerdocios y sus
templos, para convertirse al cristianismo, pero les era difcil liberarse de la hechicera y de la
magia domstica.
En cuanto a la creacin vara de un lugar a otro; para algunos existe un Dios creador para otros
cada creacin es un Dios como el Dios del mar.
Comnmente los mitos eran utilizados en la agricultura para obtener la fertilidad, en los cambios
de estaciones, funerales, bienvenidas, despedidas, inicio de las guerras y las victorias; y otras.
Actualmente en Oceana la religin primitiva se sigue practicando en los
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