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ESCUELA SUPERIOR DE FORMACIÓN DE MAESTROS
“MARISCAL SUCRE”
ESPECIALIDAD: ARTES PLÁSTICAS Y VISUALES
TEXTO DIDÁCTICO DE ARTE INDÍGENA
Curso: Quinto
Mcs. Fernando Suárez Saavedra
Sucre - Bolivia
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ÍNDICE
Tema 1.- FUNDAMENTOS DEL ARTE ORIGINARIO
- Definición
- Tipo de artes originarias
- Clasificación
- Tradiciones artesanales en Bolivia
- Artes originarias regionales (amazónico, llanos, valles y altiplano
- Tallado en cucharas de madera
- Repujado en metal
PRESENTACIÓN
Este material está destinado a ustedes, estudiantes del quinto curso de la
Especialidad de Artes Plásticas y Visuales. Cada mes se presentará un
material similar, por lo cual, se reitera el presente trabajo solo es para el
proceso del aprendizaje del mes de febrero. Incluye material de lectura, videos,
fotografías y las instrucciones sobre los trabajos que deberán realizar en
febrero. Igualmente se subraya la evaluación sobre el SABER y el HACER. En
la parte final, se incluye la bibliografía y un material de apoyo en videos. Les
deseo la mejor de las suertes y estoy seguro que su aprendizaje será óptimo y
provechoso.
OBJETIVO HOLÍSTICO
Fortalecemos la responsabilidad en el hogar (SER), analizando las
características, materiales y herramientas de la talla en cucharas y el repujado
en metal (SABER), a través de la realización de obras artísticas en madera y
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en láminas de metal (HACER), para lograr una vida en armonía y prevención
del COVID 19 en todos los ambientes en los que se encuentre el estudiante
(DECIDIR).
CAPACIDADES A DESARROLLAR
- Profesionales con conocimiento del arte originario de nuestros pueblos.
- Habilidades, destrezas y capacidades creativas y artísticas para trasformar obras de arte con materiales del contexto.
TEMÁTICA DE ESTUDIO
Tema 1.- FUNDAMENTOS DEL ARTE ORIGINARIO
- Definición
El arte originario o indígena es el arte que nos legaron las culturas
prehispánicas, es decir el arte anterior a la invasión española. Son expresiones
artístico-culturales de los pueblos nativos bolivianos. Este tipo de arte también
es llamado nativo. Este arte tiene identidad y cultura de una región
determinada.
Hablar sobre el arte indígena, implica primero dejar de lado paradigmas
hegemónicos, es decir comenzar a de-construir categorías analíticas
sustentadas desde la Colonialidad, ya que esta, con un discurso eurocentrista
clasificaban y definían que lo que hacían los miembros de comunidades
indígenas no era arte sino artesanías. Esto se da concibiéndolas como algo
inferior, dichas corrientes de pensamientos se daban en concordancia además,
con aquellas que decían que lo que hablaban los distintos pueblos y
comunidades originarias eran dialectos, entendiendo también a estos como
inferiores ya que no llegaban al estándar de idiomas.
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Esta división ente arte y artesanía, como todas divisiones tienen un carácter
categorizante e implica valoraciones muchas veces construidas desde la
subjetividad, donde entran en juego los prejuicios y las percepciones
estereotipadas de la realidad. Las representaciones y los imaginarios
construidos y socializados por diferentes investigadores, medios e instituciones
siempre daban cuenta de esto, no se podía concebir que un indígena hiciera
arte. Si bien a partir de la segunda mitad del siglo XX comienzan a reformularse
algunos discursos, en el caso específico de los pueblos indígenas y el arte,
aún se continúa con esta categorización, es decir considerar que lo que ellos
hacen son artesanías, en ciertos casos puntuales, se suele designar como arte
cuando se hace referencia a algunas obras precolombinas, pero más allá de
cómo uno la defina, lo cierto es que en muchos ámbitos, el concepto de
artesanías, muchas veces tiene una connotación social negativa, se lo asocia
con un rubro menor, que tiene poca producción y escaso trabajo.
En el caso del arte y las artesanías, las discusiones se desarrollan teniendo en
cuenta la relación existente entre el sujeto, la obra y el contexto, y muchas
veces las diferencias se centran en si la producción es en serie o no, o si la
comercialización es masiva o no. Para poder abordar este tema, es decir el del
arte indígena, hay que tener en cuenta y analizar los diferentes componentes y
la forma en que estos se articulan.
En primer lugar debemos citar al sujeto, es decir el hombre o mujer indígena,
en segundo lugar la comunidad de pertenencia de dicho sujeto, en tercer lugar
el territorio, como espacio físico, social y simbólico. Aquí, es decir en el
territorio, se encuentran presentes los Bienes de la Naturaleza, y es donde el
sujeto obtendrá la materia prima para su obra, aclaramos que hablamos de
Bienes de la Naturaleza y no de recursos naturales, ya que esta última es una
categoría económica, y da cuenta de los sistemas de extracción y explotación
occidental.
En cuarto lugar citamos los conocimientos ancestrales, estos incluyen: la
información sobre los bienes de la naturaleza, su manejo, uso, administración y
aprovechamiento socio-comunitario. Las técnicas milenarias tradicionales para
la creación del objeto, las cuales son transmitidas de generación en
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generación. Pero no podemos ni debemos dejar de mencionar un componente
central, que es la inspiración del artesano, esta se sustenta en la espiritualidad
del indígena, y después se manifiesta en las representaciones simbólicas
plasmadas en los diseños, y en la obra en general, debemos tener presente
además, que esta refleja total o parcialmente la identidad cultural de la
comunidad de pertenencia del autor.
Patricia Ceci, en su obra “Arte y artesanía el fin de una división” utiliza el
concepto de Arte Original, como una forma de comenzar a superar barreras, y
establece que es un objeto que refleja la forma de ver y entender el mundo, y
las relaciones que un grupo de personas establecen entre ellas y con la
naturaleza. Y sostiene además que al igual que la lengua, la música, la danza
y los ritos, el arte permite recrear permanenemente la identidad ya que vincula
lo cotidiano a un sentido de trascendencia en el tiempo (Ceci, Patricia, 2008-2).
Otro punto importante a tener en cuenta, es cuál será la finalidad de la obra, es
decir su función y o utilidad, si es para uso personal o comunitario, ritual o
doméstico, o si será destinada al trueque o a la comercialización, en referencia
a este último ítem, podemos decir que muchas obras de arte indígena se ven
desvalorizadas por el regateo del precio fijado que realizan los potenciales
compradores, esto se da porque no hay un reconocimiento a nivel general, ni
del esfuerzo ni del trabajo para poder obtener la materia prima, pero sobre todo
no se valora el proceso creativo. Esto se agrava en el caso de comunidades
indígenas que se encuentran más aisladas y no están organizadas para
socializar y comercializar sus obras.
A esta altura podríamos definir qué: “El artesano o artesana indígena es la
persona que con su trabajo y esfuerzo obtiene y transforma la materia prima
de origen natural con el fin de crear objetos que pueden ser rituales o
domésticos, destinados a uso personal, o comunitario, o para el trueque o
comercialización, condicionados por el marco contextual.”
En un documento de trabajo, El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de
Chile, cuando aborda el tema de las artesanías en general, también
conceptualiza lo que es la Artesanía Indígena, y establece que es la que esta
relacionada directamente con las manifestaciones culturales de los pueblos
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originarios, y entendida como el vehículo del patrimonio inmaterial. Es el
testimonio de las creencias y sabidurías de diversos grupos étnicos, que se
manifiesta en artefactos con fines utilitarios y o rituales, que incluso puede ser
proyectado con otros fines. Es una actividad ancestral transmitida a través de
generaciones en una comunidad en particular. (CNCA, 2015: 4)
En los últimos años surge otro tema que afecta a diferentes comunidades de
distintos países, es lo que se conoce como Propiedad Intelectual, ya que se
han dado muchos casos de apropiación no solo física, si no también simbólica,
tanto de obras de arte como de diseños por parte de sectores hegemónicos,
fundamentalmente empresas o empresarios ligados al rubro textil, al diseño de
indumentaria, etc. Esto lleva por un lado al enriquecimiento económico de estos
sectores en detrimento de las comunidades, pero además hay otro tema aún
más grave todavía para los indígenas, es la apropiación y el uso que se hace
de símbolos sagrados, ya que estos son re-significados vaciándolos de su
contenido espiritual, resaltando solamente su valor estético, exótico, folklórico,
elevando su valor comercial.
Con respecto a este último punto que hemos planteado, el de la propiedad
intelectual, podemos establecer que no solo es una política que la podemos
enmarcar dentro de las nuevas formas de colonización y colonialidad, sino que
tiene que ver también con el avasallamiento de los derechos de los pueblos
indígenas, ya que es una forma de atentar contra su identidad cultural.
Cuando hacemos referencia a la Colonización hablamos de un proceso que
tiene connotaciones políticas, el mismo da cuenta de la relación entre las
potencias y las colonias, el centro y la periferia, es decir un sistema de
imposición, control y dominación política, jurídica, social y económica. La
Colonialidad, en cambio, está relacionada con aspectos culturales, es decir
con la forma de construcción, socialización y validación de los conocimientos.
Antes de finalizar es necesario recordar que debido a situaciones geopolíticas o
de avances y globalización de los sistemas capitalistas, muchas comunidades
indígenas han sido despojadas de sus territorios, o los mismos se encuentran
invadidos por multinacionales para la extracción y explotación de innumerables
recursos naturales. Aún así, teniendo en cuenta esto, el arte indígena sigue
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estando presente, ya que en muchos casos la obra que el artesano o artesana
indígena crea alcanza una dimensión política, y tiene otro valor simbólico, ya
que se transforma en un emblema de lucha y resistencia de toda la
comunidad a la cual pertenece.
¿Y qué es, entonces, el arte indígena? Al igual que los arqueólogos e
historiadores del arte hay personas que también están imbricadas en el
proceso de profundizar conocimientos sobre el pasado y buscan producir arte.
Una parte del arte indígena juega con los reconocimientos mencionados, se
apropia, resignifica o toma posición frente a los dilemas éticos y las
ramificaciones políticas, pasadas y presentes que se desprenden de las
diferentes perspectivas y actitudes frente al pasado anteriora 1492. Aquellas
que se denominan indígenas lo hacen desde una perspectiva situada y
particular que con frecuencia incluye, de manera prominente, tradiciones y
prácticas contemporáneas de pueblos que se reconocen como descendientes.
- Tipo de artes originarias
El arte pictórico.- El arte de los pueblos nativos es rico en cuanto a la
utilización de pigmentos y la forma de expresar el color.
El arte escultórico.- Las culturas nativas expresaron sus vivencias a través de
la escultura, desde pequeñas estatuillas hasta de grandes dimensiones como
la Puerta del Sol o los famosos monolitos ubicados en Tiahuanacu.
El Arte Textil.- Los tejidos fueron una de las primeras formas de expresión de
los pueblos prehispánicos. En los coloridos diseños se expresa una serie de
vivencias o leyendas de determinadas comunidades. Los diseños de los telares
se alimentaron de símbolos que representan las costumbres, creencias míticas
y religiosas, sueños, misterios del devenir diario y los distintos procesos de
cambio y transformación. El proceso que se realizaba y aún es utilizado en
algunas comunidades para la elaboración de los tejidos, inicia con la coloración
de la lana, para esto se usaba la cochinilla molida que es mezclada con sal
mineral de la cual se obtiene más de 24 diferentes tonos de rojo. Luego viene
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el torcelado, después pasa al telar que se realiza con la ayuda de un hueso
obtenido de una llama.
En los tejidos se plasman diferentes figuras que poseen significado, como la
flora, la fauna y la convivencia, la medicina, las montañas y las figuras
intercaladas nos muestran el calendario (para medir el tiempo), también se
representa al hombre y a la mujer. Según las tejedoras, se demora entre un
mes a mes y medio trabajando de cinco a seis horas.
Una de las últimas teorías sobre el tallado de las figuras esculpidas por la
cultura Tiwanaku, como los diseños de la Puerta del Sol, se refieren a que las
figuras inicialmente eran producidas en tejidos. (La Razon, 2009)
En la actualidad se puede ver en algunos mercados la venta de estos telares,
los cuales generan un ingreso económico contemplado como una actividad
productiva, muchas familias ofrecen estos productos que son utilizados en el
hogar (Economía y Finanzas, 2008). Son escasos los tejidos arqueológicos que
se mantuvieron en el tiempo, pero el conocimiento tradicional perdura como
una herencia de generaciones entre los tejedores de las diferentes regiones de
nuestro país.
El arte cerámico, es un medio utilizado como una actividad productiva, existen
muchas familias que viven de la fabricación de cerámica plasmada en ollas,
platos, maceteros, vasijas, entre otros, los cuales son elaborados en barro el
cual es cocido previamente. Este tipo de arte fue generado por las culturas de
la Chiquitania oriental y las culturas andinas contempladas en nuestro país.
(Perez, 2014).
La cerámica es una de las técnicas artísticas más antiguas que ha sido
desarrollada en los pueblos antes de la colonia, tienen diferentes modelos de
acuerdo a la necesidad que se requiere.
El arte musical, se generó en todas las regiones de nuestro país, antes y
después de la colonia. Pero, el más reconocido a nivel mundial es el
desarrollado con la llegada de las misiones jesuíticas que dieron lugar a la
música barroca del siglo XVII. (Página Siete, 2015) en las regiones orientales
de San Javier, Concepción, San Rafaél, San Ignacio y otras provincias de la
zona chiquitana.
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En la actualidad, el arte musical, es considerado también una actividad
productiva, pues muchas personas que aprendieron música, son participes de
distintas orquestas sinfónicas y culturales, pero no sólo con la interpretación,
sino también con la construcción de instrumentos musicales, los cuales
posicionan a la música barroca como la riqueza arquitectónica y cultural de la
región, el cual también hizo que la UNESCO declarara a seis de sus
poblaciones de la región de Chiquitos como Patrimonio Cultural de la
Humanidad.
- Clasificación
Arte Popular
Una vez planteada la utilidad de emplear el término «arte indígena», conviene
hacerlo como una modalidad específica de arte popular. Esta conveniencia
resulta de la expansión de procesos coloniales y poscoloniales de
«popularización» de lo indígena y de mestizaje e hibridación intercultural. Pero
también proviene de la posición asimétrica que ocupan los pueblos indígenas
en el contexto de las sociedades nacionales latinoamericanas; posición que los
equipara a los demás sectores excluidos de una participación social plena:
aquellos que, en sentido estricto, pueden ser llamados populares. El arte
popular, que incluye el indígena y que será mejor considerado enseguida, se
afirma desde la expresión de la diferencia. Y lo hace a través de las muy
diversas prácticas de sectores marginados que precisan reinscribir sus propias
historias para asumir los desafíos que impone o propone la cultura
hegemónica. Empleada desde hace décadas por pensadores como García
Canclini, la figura gramsciana de hegemonía ha devenido útil para trabajar el
concepto de lo popular en la América Latina. En esta dirección, el conflicto
intercultural no supone necesariamente una imposición forzosa ejercida por un
polo dominante sobre uno dominado, sino un conjunto de procesos que
incluyen tanto la capitulación, el repliegue y la pérdida como complejos juegos
de seducción, estrategias de resistencia y movimientos de negociación y
acuerdo. Lo popular se afirma ante el poder hegemónico no como pura
exterioridad suya, sino como postura alternativa ante él: la posición
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desventajosa de grandes mayorías o minorías que, relegadas de una
participación efectiva en lo social (lo económico, lo cultural o lo político),
producen discursos, realizan prácticas y elaboran imágenes al margen o en
contra del rumbo hegemónico; hoy, el marcado por la cultura capitalista
Asumiendo estos supuestos, podemos caracterizar la cultura popular como el
conjunto de prácticas, discursos y figuras particulares de sectores ubicados
desfavorablemente en la escena social y marginados, por lo tanto, del acceso a
diversas instancias de poder. Este menoscabo determina que a las culturas
populares no les convenga el modelo instituido de representaciones y opten por
continuar desarrollando formas alternativas de producción simbólica. El
concepto de «arte popular» designa un ámbito específico dentro de los
territorios de la cultura popular. Se refiere a puntos intensificados, difíciles,
suyos: tensiones, discordancias y rupturas, pliegues, contracciones y
crispaciones formales ocurridos en ese ámbito y dirigidos a replantear el
sentido social a través de diversas maniobras formales. Según queda
sostenido, tales maniobras, realizadas paralelamente a las del arte
hegemónico, no operan en forma autónoma sino en concurrencia y hasta en
fusión con otros movimientos que traman el hacer social.
El arte periférico
El arte periférico, el producido en la América Latina en este caso, se desarrolla
tanto mediante estrategias de resistencia y conservación como mediante
prácticas de apropiación, copia y transgresión de los modelos metropolitanos;
tales prácticas se encuentran por lo tanto ante el desafío de asimilar,
distorsionar o rechazar los paradigmas centrales en relación con la memoria
local y de cara a proyectos históricos particulares. El modelo de oposición
centro/periferia a partir del cual suele ser trabajado el concepto de «arte
latinoamericano» presenta problemas. Enunciada desde el lugar del centro (el
llamado «Primer Mundo»), la periferia (o «Tercer Mundo») ocupa el lugar del
otro. Este significa el inevitable costado oscuro del Yo occidental: la copia
degradada o el reflejo invertido de la identidad ejemplar. Según esta
perspectiva, el otro no representa la diferencia que debe ser asumida, sino la
discrepancia que habrá de ser enmendada: no actúa como un Yo ajeno que
interpela equitativamente al Yo enunciador; se mueve como el revés subalterno
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y necesario de este. Y ambos se encuentran trabados entre sí mediante un
enfrentamiento esencial y especular que congela las diferencias. Desde este
esquema, el arte indígena es considerado o bien como la matriz ahistórica de
las verdades originarias o bien como ingrediente primero o condimento de la
alegre ensalada posmoderna: el potaje kitsch que reclama el nuevo mercado
de lo exótico. Para discutir este modelo conviene imaginar estrategias de
contestación a la hegemonía central que no pasen por el mero antagonismo
reactivo. Ante la oposición metafísica entre lo uno y lo otro (el centro y la
periferia, lo latinoamericano y lo universal) cabe asumir la mutua inclusión de
los términos opuestos e imaginar un tercer espacio de confrontaciones o
vaivenes. No debe esperarse, pues, un desenlace definitivo para la oposición
centro/periferia, cuyos términos fluctúan siempre empujados por discordias y
conciertos diversos. El desanclaje de estos términos posibilita reivindicar la
diferencia del arte latinoamericano no mediante su impugnación abstracta a los
modelos del arte central sino a partir de posiciones propias, variables,
determinadas por intereses específicos. Desprendidas de emplazamientos fijos,
oscilantes –tanto como las posiciones centrales–, las periféricas adquieren una
movilidad que les permite desplazarse con agilidad. Entonces pueden cambiar
sus puestos para concertar, debatir o enfrentarse a aquellas en movimientos
que respondan a los azares de la contingencia histórica antes que a un cuadro
formal de oposiciones lógicas. Esta soltura permite ejercer la diferencia cultural
no como mera reacción o resistencia defensiva sino como gesto político
afirmativo, obediente a sus propias estrategias. No se trata, pues, de impugnar
o aceptar lo que venga del centro porque viene de allí, sino porque conviene o
no a un proyecto propio. Desde estas consideraciones, el arte latinoamericano
puede dejar de ser concebido como una figura autosuficiente, idéntica a sí;
como un santuario consagrado al origen mítico, el final feliz de una heroica
síntesis histórica o la contracara relegada del arte universal. Por eso, hablar de
«arte latinoamericano» puede resultar útil en cuanto su concepto no designa
una esencia sino una sección, pragmáticamente recortada por razones
políticas, conveniencias históricas o eficacia metodológica; en cuanto permite
nombrar un espacio, discursivamente construido, en el que coinciden o se
cruzan jugadas alternativas de significación y propuestas que se resisten a ser
enunciadas desde las razones del centro.
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- Tradiciones artesanales en Bolivia
Bolivia es un país multicultural, por lo tanto, tiene muchas artesanías típicas, de
las cuales se destacan las siguientes: Los textiles y la cerámica tienen orígenes
prehispánicos. En efecto, se han encontrado finísimos textiles y cerámicas
ceremoniales en las “chullpas’ (tumbas de los antiguos indígenas andinos de
hace milenios), los “aguayos” que cubren a las momias son textiles hechos con
lana de camélido, hilado finamente y teñido con tintes naturales, técnica que
aún se mantiene, pero el hilado tan especial ya se ha perdido.
También en las “chullpas’ se ha encontrado cerámicas funcionales y
ceremoniales con diseños de la cultura prehispánica como la “Tiwanacota”.
Estas dos artesanías han evolucionado con el tiempo, pero siguen siendo muy
usadas por los indígenas y mestizos bolivianos de la zona andina y del valle.
En la actualidad, los textiles han cambiado de la lana de llama u oveja, al
acrílico por ser más práctico, pero la simbología sigue siendo la misma. Estos
textiles son hechos en telares rústicos, de piso, totalmente a mano y se puede
observar el espléndido trabajo en “chuspas” (bolsas de coca), “aguayos”
(mantas para cargar cosas y bebés), ponchos y fajas.
La cerámica también es muy usada actualmente, especialmente en el área
rural, donde aún se usa toda la vajilla de cerámica rústica, cocida con estiércol
de llama como en la época prehispánica. En las ciudades ya se ve el uso de
piezas quemadas en hornos eléctricos, pero el barro sigue siendo parte
fundamental de la cultura, estas piezas son modeladas a mano y pintadas con
ocres o esmaltes.
El tejido y los tintes naturales los puedes ver en nuestras “chuspas” y
corredores de mesa hechos a mano por indígenas Qaqachacas que mantienen
viva su cultura. Los ceramistas bolivianos actuales tienen hermosos productos
de cerámica llenos de color. El poder tener acceso a esmaltes de colores ha
sido para ellos un gran descubrimiento y una espléndida oportunidad de reflejar
su vida y sentimientos, por ello la cerámica tradicional actual en Bolivia tiene
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brillantes colores. Ambos tipos de cerámica, la tradicional antigua como la
tiwanacota y la actual llena de brillo.
- Artes originarias regionales (amazónico, llanos, valles y altiplano)
Cada región de Bolivia tiene su forma de expresar el arte. Así, en la zona
amazónica realizan cestas, para lo cual utilizan tiras de “takwarembó”, con
anchos de 4 a 5 mm y las tiras de corteza negra de “gwembepi” siendo la
técnica del entretejido.
La forma es circular o ligeramente rectangular, con leves ensanches en los
bordes, los cestillos circulares -para guardar plumas-, suelen tener la tapa
trenzada. Los cestos grandes para transportar los frutos de cosecha llevan un
refuerzo exterior: dos listones de caña de tres centímetros de ancho se cruzan
en el fondo subiendo hasta el borde y luego doblados al exterior.
En tanto que en los llanos, valle y altiplano existe la tradición de la cerámica.
Los aymaras, también tallan la madera,
- Tallado en cucharas de madera
Talla de Cucharas en Madera | Un curso de Andrea Cortés ...YouTube · Domestika
-
--- Como Tallar cuchara de madera 🥄 - YouTube · FerreHogar
- Repujado en metal
-- 9:11 - Repujado en metal paso a paso. (Hacer un click encima de 9:11)
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6:28
Repujado en metal. (Hacer un click encima de 6:28)
ACTIVIDADES PARA EL APRENDIZAJE
Tallado en una cuchara de madera
Pese a que existen tutoriales sobre cómo tallar una cuchara, nuestro objetivo
es tallar en una cuchara de madera, por lo cual utilizaremos los siguientes
pasos:
Primero.- Adquirimos una cuchara de madera.
Segundo.- Elegiremos el tema (flores, elementos geométricos, rostros, perfiles,
etc.).
Tercero.- Dibujamos el tema en una hoja que tenga el tamaño de la cuchara.
Cuarto.- Calcamos el dibujo del papel a la cuchara. (alguien puede obviar el
paso tres y cuatro y dibujar directamente en la cuchara de madera).
Quinto.- Con un cuchillo muy afilado cortamos las partes profundas del diseño
efectuado.
Sexto.- Cortamos o devastamos las partes medias del diseño.
Séptimo.- Realizamos el acabado final.
Octavo.- Podemos pintar imitando a bronce, plateado, dorado y madera vieja.
REPUJADO EN METAL
Primero.- Adquirimos una lámina de estaño, cobre u otro material.
Segundo.- Elegimos el tema a repujar (animales, aves, seres humanos, temas
abstractos, geométricos u utros).
Tercero.- Ese tema dibujamos en una hoja del tamaño de la lámina de metal.
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Cuarto.- Calcamos el diseño de la hoja, en la lámina.
Quinto.- Ahuecamos las partes sobresalientes del diseño, pero para ello, la
lámina debemos colocar encima de algo blando, tela, toalla, etc.
Sexto.- Damos la vuelta la hoja y colocamos encima de algo duro, como la
mesa y oprimimos con un buril para que destaque la parte abombada o
ahuecada.
Séptimo.- Afinamos el trabajo.
Octavo.- Pintamos o decoramos el trabajo, para ello podemos imitar a metal
como bronce, plata, o dorado
EVALUACIÓN
El tallado en una cuchara de madera se evaluará en el SABER bajo el siguiente
criterio de evaluación: - Analiza las características de la talla en madera y talla
en una cuchara de madera de manera realista, pulcra y fina.
El repujado en metal se evaluará en el HACER bajo el siguiente criterio de
evaluación: Repuja en una lámina de metal de manera armoniosa, exacta y
armónica.
BIBLIOGRAFÍA
Alquez, V. (1981). Artesanía, Técnicas de planeamiento de educación de la comunidad. La Paz. Producciones Pincal.
Candia, R. (2008). Orfebrería, proyectos. Chile. Libro digital. www.orfebres.cl.
Santillana, J. (1999). Panandinos Wari y tiahuanacota. Lima, Perú. Ed. Lexus.
Zeballos, L. (1975). Artesanía boliviana. La Paz. Edit. Don Bosco.
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