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En Clave ROJA – Juventud del PTS + independientes
Presidencia CEFyL
UNA PELEA DE FONDO POR LA DEMOCRATIZACIÓN
DE LA UNIVERSIDAD
El gobierno de nuestras Universidades se asemeja a
ese que insurreccionó a los jóvenes del ’18. La
universidad sigue siendo gobernada por una "casta
divina" de los "profesores titulares". El voto de un
docente vale en algunos casos igual que el de 135
estudiantes. En filo 200 profesores elijen 8
representantes, 1800 graduados eligen 4 y 9700
estudiantes a 4 representantes. Para justificarse
apelan a un falso criterio “meritocrático-académico”
donde su mayor poder de decisión partiría de su
“basta y extensa” experiencia académica. La realidad
es otra: necesitan un régimen antidemocrático -donde
votan a escondidas, con patotas y con la policía-
porque radicales, kirchneristas y macristas
cogobiernan la UBA y coinciden en aplicar políticas
privatistas, convenios con empresas, recortes de
presupuesto, miles de docentes ad-honorem y
precarización. Quieren que el conocimiento esté en
función de perpetuar y legitimar el sistema capitalista.
Por eso mantienen un régimen donde los estudiantes
no tenemos ningún poder de decisión real.
Peleamos por la mayoría estudiantil en los órganos de
co-gobierno, porque aunque nos han hecho creer lo
contrario, somos los estudiantes, quienes debemos
plantear qué universidad queremos, al servicio de qué
y quiénes. Además somos quienes históricamente
enfrentamos los ataques, en las luchas contra la LES y
la CONEAU, en cada pelea que dimos en 2005, 2006 y
2010 con las interestudiantiles. Hoy encabezamos la
lucha por la democratización.
Exigimos la verdadera libertad de cátedra con
cátedras paralelas y seminarios. Estamos por terminar
con los docentes de primera y de segunda a partir de
una representación unificada (claustro único) de
todos los docentes, sean titulares, adjuntos,
concursados. Este claustro debería estar compuesto
por todos los docentes y graduados que ejerzan en la
facultad, mientras que aquellos graduados que no
participan de la vida académica tampoco deberían
hacerlo en el gobierno de la universidad. Pelamos
porque los trabajadores no docentes, tengan voz y
voto.
La dominación de una minoría favorece a la
intromisión de los capitalistas en la universidad,
inversamente la “democratización” tiene una
profunda ligazón con la lucha por construir una
universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo
pobre. Porque estamos por la unidad obrero-
estudiantil, Impulsamos la participación de
organizaciones obreras y populares en la discusión de
los proyectos de universidad.
La transformación que necesita la universidad no
vendrá de la mano de reformas que puedan encarar
los “decanos progresistas” que muestran hasta donde
pueden llegar para defender el antidemocrático
cogobierno de la UBA, utilizando a la policía para
custodiar las elecciones de decanos y atacando al
movimiento estudiantil, como en sociales y en Filo. La
democratización de la universidad y el
cuestionamiento de su carácter de clase sólo pueden
ser llevados adelante por un amplio movimiento de
lucha encabezado por el movimiento estudiantil junto
a docentes y no docentes, totalmente independiente
de todas las autoridades y del gobierno.
Mayoría estudiantil, Claustro único docente!
Voz y voto para los no docentes!
Por una universidad al servicio de los trabajadores y
el pueblo!
En Clave ROJA
(Juventud del PTS +independientes)
Presidencia CEFYL
Mayoría estudiantil en Consejo Directivo
UJS Partido Obrero – Presidencia del CEFyL
VAMOS POR UNA ASAMBLEA UNIVERSITARIA
DEMOCRÁTICA PARA REFORMAR LOS ESTATUTOS
Las elecciones adelantadas de decano en la UBA han
abierto una nueva etapa en la lucha por abatir el
régimen de camarillas y avanzar en la causa de la
democratización. Siendo inminente de la elección de
rector, se desconoce el nombre de los candidatos al
rectorado y sus plataformas de gobierno. La
prometida reforma del estatuto ha sido abandonada.
Sucede que la UBA es manejada por trenzas entre
camarillas del claustro de profesores, que operan
como correa de transmisión de los grupos económicos
que pretenden poner a su servicio la investigación
académica y la fuerza de trabajo intelectual. Barbieri
(probable candidato a rector), por caso, dirigió hasta
recién la Facultad de Económicas, cuyos posgrados
han sido creados a pedido de empresas puntuales o
ramas específicas del capital. Filo, de la mano de la
nueva decana Morgade y antes de Trinchero, se ajusta
al miserable presupuesto estatal con negocios con los
negocios de los posgrados y venta de idiomas. La UBA
es una institución ‘sponzorizada’, al margen de un
plan de desarrollo de las necesidades nacionales
entendidas a partir de las necesidades de las mayorías
trabajadoras. El contenido histórico del reclamo de
democratización es quebrar esta orientación social.
El cogobierno actual garantiza despotismo de la
camarilla de profesores titulares, una oligarquía. Por
eso rechazan la posibilidad de convocar a una
asamblea que discuta la reforma del estatuto
conformada por el voto igualitario de todos los
integrantes de la universidad (estudiantes, docentes o
no docentes).
¿Qué tiene que ver el ‘mérito’ de poseer experiencia
en la física cuántica, cirugía o semiótica a la hora de
gobernar una institución que forma parte del
“mecanismo social de una nación”? ¿Por qué un
profesor debería tener mayor poder político, en una
sociedad democrática, que un auxiliar, trabajador no
docente o estudiante? La forma camarillesca de
gobierno sirve a una colonización de la educación
pública por parte del capital financiero (hay incluso
sucursales bancarias en facultades para financiar la
venta de posgrados).. La camarilla en cuestión tiene
tan poco ‘mérito’ que los diplomas universitarios los
determina el Banco Mundial, a través de la Coneau.
La gestión universitaria es un asunto esencialmente
político y su resolución debe estar asociada a la
confrontación de intereses sociales definidos. Los
trabajadores son el “accionista principal” de la
universidad pública, el “cuarto claustro” hoy ausente.
Por eso, el rol positivo que pueden jugar el
movimiento estudiantil, por un lado, y el conjunto de
los miles de docentes, por el otro, está condicionado a
su capacidad de interpretar y canalizar la tendencia de
los trabajadores frente a la crisis nacional. No somos,
de ningún modo, ‘estudiantilistas’; luchamos por
insuflar en el estudiantado una formación socialista.
En contraposición a la asamblea de camarillas que
convocan las autoridades, que se convoque una
Asamblea Universitaria soberana por el voto
igualitario de toda la comunidad universitaria para
decidir el régimen de gobierno de la universidad y
toda su orientación social.
UJS - Partido Obrero
Presidencia CEFyL
Presidencia FUBA
El Viraje – PSTU+Independientes -Vicepresidencia del
CEFyL
DEMOCRATIZACIÓN: ¿DE QUÉ ESTAMOS
HABLANDO?
El funcionamiento de la UBA y en particular de Filo no
es conocido por todos los estudiantes, pero la mayoría
sabemos que las cosas se “cocinan” a puertas
cerradas. Así se eligió a Morgade como decana, en un
Consejo Directivo donde el claustro estudiantil (con 4
votos para 10.000 estudiantes) votó en contra y aún
así los restantes 12 votos la colocaron en el puesto.
Con ése mismo mecanismo se borraron de un
“plumazo” nuestras 1000 becas de apuntes...
En la UBA, las elecciones de Rector, que serán éste 5
de diciembre, están respaldadas por el Consejo
Superior, donde los docentes tienen 19 votos, los
360.000 estudiantes de la UBA solo tenemos 5 y los
12.000 trabajadores auxiliares no votan.
Asi pretenden elegir a Barbieri, el decano de la
facultad de económicas (modelo de “facultad
shopping”), como nuevo Rector de la UBA.
De medios y de fines
Las decisiones tomadas a espaldas de la mayoría, son
el medio por el cual avanza el ajuste en nuestra
educación, con recortes, acreditaciones y cesantías.
El gobierno lleva adelante un ajuste a nivel nacional
que los trabajadores y estudiantes enfrentamos en
todo el país. En Chubut como en Neuquén los
docentes salen a las calles. En La Rioja, Tucumán y
Capital los estudiantes se organizan contra la reforma
educativa. En FelFort y General Motors los obreros
luchan contra los despidos. El resultado de las últimas
elecciones, con el Frente de Izquierda y de los
Trabajadores consiguiendo bancas en todo el país,
demuestra que hay cada vez más trabajadores y
estudiantes que ven necesario levantar la cabeza y
organizarse para frenar el ajuste.
Entonces...¿Qué hacer?
La primer tarea es que todos estemos informados,
debatiendo en los cursos, con delegados y
organizandonós para decidir en asambleas por turnos
como enfrentar esta situación.
Desde El Viraje! sostenemos que las mayorías deben
decidir en la UBA. Por eso, es necesario que los más
de 360.000 estudiantes tengamos mayoría en todos
los órganos de co-gobierno. Que los docentes tengan
un único cláustro cuyos miembros sean elegidos por
todo el plantel (más de 40.000) y que los no-docentes
y auxiliares tengan voz y voto en los consejos. Para
que todos formemos parte de las decisiones, las
elecciones de autoridades deben ser de forma directa
y obligatoria, una persona = un voto y todos los
cargos deben ser revocables en base a asambleas
interclaustros, en donde decidir también sobre
cuestiones centrales de nuestras carreras y de la vida
de nuestra facultad y universidad.
¡Campaña de difusión y debate curso por curso, para
enfrentar el ajuste en la UBA y avanzar en la
democratización, impulsada por la FUBA y todos los
centros!
¡Elección directa, una persona = un voto, mayoría
estudiantil, claustro único docente, voz y voto para
no-docentes y auxiliares!
¡Unidad con las demás facultades y
universidades!¡Unidad con los trabajadores para
frenar el ajuste en la UBA!
El Viraje!
PSTU+Independientes
Vicepresidencia CEFyL
Secretaría de Políticas Educativas CEFyL
Aporte del Nuevo MAS – Vicepresidencia CEFyL
MAYORÍA ESTUDIANTIL PARA ECHAR A LAS
CAMARILLAS PRIVATISTAS DE LA UBA
La lucha por la democratización es una lucha por el
poder en la UBA: quién gobierna y al servicio de qué
intereses. El actual régimen de la UBA es el de la Ley
de Educación Superior menemista, que el
kirchnerismo mantiene en lo esencial: un regimen
basado en la mutua dependencia entre las camarillas,
las empresas privadas y el Ministerio de Educación
nacional. El desfinanciamiento crónico de la educación
es emparchado con la financiación privada y los
negociados en las Universidades poniéndolas así al
servicio de los necesidades del mercado. Con este
régimen, la UBA es un gran negocio de las camarillas
profesorales: se benefician económica y
académicamente del control de los posgrados pagos,
repartiéndose la dirección y docencia, financiando sus
propios proyectos y equipos de investigación para
venderlos posteriormente a empresas, etc. Lo mismo
pasa con el manejo de las Becas de Investigación,
administradas de manera punteril por las camarillas
profesorales que generan una red clientelar de
graduados y docentes para asegurarse su poder. A
esto se le agregan los convenios con empresas
privadas: sólo en el 2013 se generaron desde la UBA
más de 170 convenios, que aportan financiación a la
UBA a cambio de pasantías no remuneradas y
obligatorias (trabajo gratis de miles de jóvenes en
cientos de empresas como condición para poder
recibirse).
Las camarillas profesorales están formadas por los
titulares y adjuntos concursados, una ínfima minoría
de la universidad. Ellas gobiernan las facultades y la
UBA, porque en todos los órganos de co-gobierno
poseen mayoría propia, mientras los estudiantes
estamos en minoría. La mayoría de los docentes no
están incluidos en este claustro y se expresan a través
del claustro de graduados, ya que en la UBA
prácticamente los concursos no existen (realizarlos
sería poner en peligro los privilegios del negocio).
Entre ellos se encuentran los más de 30 mil docentes
ad-honorem.
Para acabar con este régimen, solo hay una salida: la
mayoría estudiantil. Desde el movimiento estudiantil
hemos demostrado ser el sector que más combate el
desfinanciamiento de la educación pública y los
negociados que las camarillas hacen con ella, ya que
somos los principales perjudicados por ellos. Las
múltiples luchas contra el arancelamiento, la Ley de
Educación Superior, por presupuesto, becas, etc. que
venimos dando hace años lo demuestran. Por eso
tener uno o dos representantes estudiantiles más en
el gobierno de la UBA no cambia nada esencial: de lo
que se trata es de que los estudiantes tengamos
mayoría, porque es la única manera de quitarle a las
camarillas el poder y acabar con el régimen de
negociados. Por eso vamos por:
* Mayoría estudiantil en los órganos de cogobierno de
la UBA
* Claustro único docente- concursos abiertos ya y
reconocimiento de todos los docentes ad-honorem
* Voz y voto para los no- docentes.
* Elección directa de las autoridades de la UBA
REVIRE – VICEPRESIDENCIA DEL CEFYL
Al discutir la forma en que se gobierna la universidad los estudiantes pretendemos poner en cuestión una de las bases que permiten llevar a cabo el modelo de adaptación al ahogo presupuestario y de avance de la mercantilización de la educación. Durante los últimos años tanto estudiantes como docentes vimos amenazadas nuestras condiciones de acceso y permanencia en la universidad a través de las cesantías docentes, el recorte y condicionamiento de nuestras becas, y la búsqueda de acreditar nuestras carreras a la CONEAU y así adaptarlas a las necesidades del mercado, según los lineamientos de la LES menemista y de su continuadora la LEN kirchnerista. Creemos que es la conformación antidemocrática de los órganos de cogobierno de la universidad un punto sobre el cual se ejecutan todas las políticas mercantilizadoras y privatizadoras de la educación.
Es por todo esto que exigimos:
- Paridad docente- estudiatil
Rechazamos la actual conformación de los órganos de cogobierno en los que un claustro puede definir (casi) por sí solo las votaciones. Debe haber una igualdad de votos entre los docentes y los estudiantes. En la lucha por democratizar la universidad debemos ir junto a los docentes sin someter a ningún claustro a la decisión del otro reflejando eso en la nueva composición de los órganos.
-Claustro único docente e investigadores
Consideramos importante que haya un claustro en el que se vean representados todos los docentes e investigadores, terminando así con las diferenciaciones por el cargo. A la vez, se hace indispensable que todos los docentes que por no estar concursados votan como graduados, pasen a conformar este nuevo claustro.
- No a los graduados “puros”
Creemos que el claustro de graduados debería disolverse. Los graduados “puros” son personas ajenas a la realidad de nuestra facultad que actualmente deciden por nosotros. Suelen ser utilizados como aparato al que se llama simplemente
a votar cuando hay elecciones sin ninguna participación real en las problemáticas que se presentan en la cotidianeidad.
- Claustro no docente
Deben estar representados los trabajadores no docentes con voz y voto porque son una parte imprescindible de la comunidad académica.
- No a la elección directa; funciones administrativas y no políticas de los funcionarios.
Consideramos que los cargos no deberían ser codiciados para lograr imponer intereses particulares sino que deben restringirse a una función puramente administrativa en función de las decisiones de los claustros. Por lo tanto, debe ser elegido en los órganos de cogobierno, de manera tal que los claustros tengan el mismo peso en esta decisión; el voto directo desconoce la importancia de los claustros más allá de su cantidad numérica.
No a la antidemocrática asamblea universitaria! Ni Barbieri ni Schuster como rectores! Sigamos el ejemplo de lucha de los estudiantes de la Rioja, Tucumán y Salta para lograr una verdadera democratización de nuestra Universidad que logre frenar las políticas privatistas y mercantilizadoras de la educación!
La Juntada – Secretaría General del CEFyL
¡DEMOCRATICEMOS NUESTRA UNIVERSIDAD!
¿Por qué democratizar?
El movimiento estudiantil viene dando la pelea a lo
largo y ancho del país por la democratización desde
hace años y ahora más que nunca la necesidad de una
nueva reforma se hace evidente. Son varias las
universidades que iniciaron procesos de discusión y
reforma de las estructuras existentes, avanzando en
muchas de ellas en conformaciones más progresivas
de los órganos de cogobierno y en las elecciones de
autoridades. La UBA se encuentra a años luz de estas
transformaciones. Si bien el movimiento estudiantil ha
encarado procesos de debate, movilización y lucha
por la reforma de los estatutos y de los órganos de
cogobierno, algunos sectores se han empeñado en
frenar estas reformas. Estos sectores, que hoy
gobiernan, se identifican con lo más conservador de la
Universidad. Por eso mismo, creemos que la lucha por
la democratización es paralela a la lucha por un
modelo nuevo de universidad, que defienda la
educación pública y que se piense en beneficio de los
sectores populares de la sociedad.
¿Qué democratizamos?
Si bien creemos que la democratización de los
órganos de cogobierno es "la madre de las batallas"
entendemos también que no se agota ahí. Las
políticas de acceso y permanencia de los estudiantes,
el acceso a la docencia y a la investigación, los
proyectos de extensión, la estructura de cátedra, son
formas políticas que cristalizan este modelo de
universidad gobernado bajo los intereses de unos
pocos.
¿Qué proponemos?
Las claves de nuestra propuesta para una nueva
conformación del cogobierno se basan en varios
puntos.
-El primero de ellos es la unificación del claustro
docente, en el cual convivan lxs docentes
indistintamente de cuál sea su rol dentro de una
cátedra. De este claustro deberían formar parte desde
un ayudante hasta un profesor titular. Así dejaríamos
de lado el “voto calificado” de un grupo minoritario en
pos de integrar a quienes están en lo cotidiano en la
facultad a las decisiones de la vida universitaria.
-Si bien la presencia de graduados puros en las listas
es uno de los puntos de mayor discusión, desde La
Juntada creemos que los mismos pueden enriquecer
la vida académica de la facultad aportando desde la
propia experiencia y ayudando a combatir la burbuja
de la universidad.
-También creemos necesario un aumento de la
representación estudiantil para que se garantice así
un equilibrio en los órganos de cogobierno.
-Por último nos parece fundamental que la elección
del director se efectúe de manera directa evitando
que la elección de autoridades se defina a espaldas de
toda la comunidad como sucede habitualmente.
Pensamos que esta propuesta serviría no solo para
plantear un cogobierno universitario que implique un
cambio en la dinámica política de la facultad, sino
porque que nos permitiría como movimiento
estudiantil establecer lazos con los compañeros
docentes, paso ineludible si se quiere transformar la
universidad de una manera democrática y popular.
La Juntada
Un solo Grito
PROPUESTA DE DEMOCRATIZACIÓN
“Pero la Juventud tiene que crear. Una juventud que
no crea es una anomalía realmente” Che
Desde Un Solo Grito-TER consideramos que la
democratización no es un problema que nos
“encuentra” o “atraviesa” cada cuatro años cuando
elijen a un Rector, sino una realidad que TODOS LOS
DIAS atraviesa a los más de 300 mil estudiantes de la
UBA, en sus condiciones de cursada, de acceso y
permanencia en la facultad, en la orientación de sus
carreras, entre otros factores; también atraviesa a los
miles de docentes ad honorem de la UBA, que ven
pasar las Gestiones universitarias sosteniendo la
precarización laboral; los No Docentes para los cuales
la planta de trabajadores es cada vez más reducida en
pos de la tercerización.
Por tanto, para nosotros la lucha por la
democratización no es un fin en sí mismo sino que es
la herramienta para alcanzar todos nuestros reclamos
en pos de construir la Universidad del pueblo
trabajador.
La distribución del poder en la UBA permite la
consolidación de una “casta” de profesores que
practican la forma de gobierno feudal, solo votan para
el claustro de profesores (y según el reglamento son
los únicos que pueden ocupar los cargos de Decano y
Rector) los Titulares y Adjuntos regulares
concursados. Estos profesores arman los concursos,
aprueban las tesis, firman los programas y distribuyen
las pobres rentas hacia el resto de su cátedra. En otros
términos, se dispone una estructura de cátedra
piramidal avalado en el poder del voto mayoritario de
los Titulares y Adjuntos en los órganos de co-
gobierno. Alrededor del 5% decide por encima de
todo el resto, que día a día hace a la universidad
pública.
Por eso creemos que el gobierno en la UBA tiene que
ser compartido entre sus estudiantes, que hemos
demostrado ser el elemento más dinámico de la
política universitaria, y sus trabajadores, docentes y
no docentes. No planteamos esta pelea en términos
de bancas en un Consejo Directivo o Superior, sino
como una disputa por la orientación social de la
Universidad, que tenga como primera parada la
eliminación de los privilegios para las camarillas
universitarias.
Para nosotros, los compañeros no docentes tienen
que poder tener voto en el co-gobierno, para decidir -
igual que los docentes- sobre sus condiciones de
trabajo.
En este mismo sentido, creemos firmemente en la
representación igualitaria de estudiantes y docentes,
estos últimos sin distinción de cargo, nucleados en un
claustro único de docentes e investigadores.
El empoderamiento del claustro de estudiantes,
aumentando su representación actual para nosotros
es necesario por ser el claustro mayoritario, pero
centralmente porque somos los que tenemos que
tener un rol preponderante en la perspectiva de abrir
la universidad para más compañeros y terminar con
los filtros socioeconómicos; también cambiar el
gobierno de la UBA es un cuestionamiento de
principio de como son las relaciones de poder en las
cátedras y en los cursos, desnaturalizando el
aprendizaje en términos de un activo y un pasivo.
Es importante que como estudiantes confluyamos en
una propuesta de democratización del cogobierno,
que sea discutida en nuestras asambleas, comisiones
de base y cursadas, en coordinación con no docentes
y docentes, encabezando una lucha que se abre en
todo el país y con la fuerza de la historia, de Patagonia
a la Rioja, con los reformistas 18 y el Cordobazo.
Un Solo Grito
NORBERTO BLANCO-CEDP – La Bemba
Desde la Norberto Blanco-CEDP en la Bemba
queremos aportar al debate sobre democratización
que atraviesa a toda la UBA. Cada cuatro años la
elección de autoridades de la UBA pone de manifiesto
la estructura antidemocrática de los órganos de co-
gobierno la cual está organizada de manera piramidal
y permite que una ínfima minoría (solo el 5% quienes
tienen cargo de Titulares o Adjuntos) gobierne la UBA
a espaldas de la gran masa de estudiantes, docentes y
los no-docentes.
Propuestas:
Claustro único de docentes e investigadores, sin
representación de graduados “puros”. Entendemos
que la Universidad está compuesta por tres sectores,
el claustro docente, el estudiantil y el no-docente.
Para nosotros todos los que trabajan en la
Universidad, sea como docentes o investigadores
tienen derecho de elegir a sus representantes, no en
calidad de “graduados”, sino de docentes, no-
docentes o investigadores.
Mayoría estudiantil. ¿Cuál es el sujeto que le da
sentido a las Universidades, como a todos los
establecimientos educativos? Los estudiantes, sin
duda alguna. En la UBA somos la amplia mayoría
(350.000 integrantes). Además es innegable el rol
dinamizador que cumplimos como movimiento
estudiantil, llevando adelante las luchas más
importantes en defensa de la educación pública, la
pelea por la democratización de la Universidad y el
apoyo a la lucha de los trabajadores y el pueblo en
general. Los estudiantes desde la reforma de 1918, en
unidad con los obreros en Córdoba de 1969, en los 90’
enfrentando la LES menemista de conjunto con los
docentes, frenando la acreditación de las carreras a la
CONEAU en Exactas, o durante el “Estudiantazo” en
2010 tomando varias escuelas y facultades
reclamando mejoras edilicias y presupuestarias,
demostramos que con organización podemos llegar a
fortalecer, apoyar e impulsar las diferentes luchas
confluyendo con el pueblo trabajador. Es por todo
esto que consideramos que debe haber una mayoría
estudiantil. Esta caracterización no quita que tanto
docentes como investigadores cumplen también un
rol importante en la defensa de la Universidad
pública, en el funcionamiento cotidiano de la misma,
en la lucha en contra de la precarización del trabajo,
en su rol pedagógico, etc.
Representación no docente: Actualmente el personal
no-docente cuenta con voz pero no voto en el
cogobierno. Consideramos que los todos los
trabajadores de la Universidad tienen que tener la
capacidad de decidir sobre la organización de su lugar
de trabajo.
El programa que emerja por mayoría, nos servirá
para unificar nuestro programa como movimiento,
pero solo podremos imponérselo a las camarillas
discutiendo y haciendo partícipes a más compañeros,
confluyendo con los docentes y no-docentes de
todas las facultades. Solo con organización y lucha
desde las bases y en unidad con todos los actores de
esta Universidad dispuestos a dar la pelea a fondo
podremos plasmar un programa democratizador.
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El Cielo por Asalto-CAUCE en La Bemba
"DEMOCRATICEMOS LA UBA! VAMOS POR OTRA
UNIVERSIDAD, PARA OTRA SOCIEDAD."
Entendemos la lucha por la democratización como
parte de la disputa estratégica por la transformación
de la UBA. Se trata del desafío por el cual podemos
transformarnos en sujetos activos de la vida en la
Universidad, capaces de decidir su función y su
orientación social.
En la forma de gobierno de la UBA no todo
“ciudadano” puede elegir, sin distinciones, a sus
representantes de modo directo, como sucede hasta
en la democracia burguesa.
Resulta impensado proponerlo para rectores, decanos
y cuerpos colegiados. Un 2% de lxs docentes (800
titulares y adjuntos concursados –el claustro de
profesores-, sobre un total de 40.000 docentes)
concentra más del 50% de los cargos en el
cogobierno. Lxs no docentes no tienen voto y 300.000
estudiantes “elegimos” de modo más que indirecto 5
representantes en el Consejo Superior, compuesto
por 29 miembros (19 son del claustro de profesores).
Toda forma de participación directa o semidirecta es
vedada. Este esquema garantiza la sistemática
conservación de las decisiones en las mismas manos,
que se eligen a sí mismos y sancionan la continuidad
de las políticas académicas. Las Juntas por Carrera
(existentes en muy pocas facultades) han sido fruto de
las luchas por la democratización, aunque su
funcionamiento es aún antidemocrático y es nuestra
tarea expandir el margen de participación de lxs
estudiantes.
Más allá de las “cantidades”...
La estructura antidemocrática se funda en
una supuesta desigualdad entre aquellxs que no
poseemos el conocimiento y aquellos que
lo transmiten, la cual se reproduce en el aula y sus
relaciones. Esta desigualdad supone la concepción del
saber como un objeto, mientras que
nosotrxs lo entendemos como una relación social, una
práctica y una potencia transformadora de la realidad.
La forma de gobierno es funcional a conservar el tipo
de conocimiento que producimos, inhibiendo el
desarrollo de perspectivas críticas y la generación
de trabajadorxs, intelectuales, científicxs y
profesionales comprometidos con la transformación
social.
Organizándonos en instancias de participación directa
y constituyéndonos en verdaderos sujetos políticos
activos podemos avanzar hacia una democratización
integral. Reformando los estatutos universitarios,
eligiendo de modo directo las autoridades con el
criterio una persona= un voto, aumentando (hasta la
mayoría) la representación estudiantil, estableciendo
el claustro único docente –repensando la relación de
lxs graduadxs con la Universidad, disminuyendo su
participación-, y con participación con voz y voto de
lxs no-docentes en el co-gobierno. En las Juntas,
mediante la elección directa del Director/a de carrera;
abriendo espacios de participación directa para que
lxs estudiantes debatamos y decidamos, en primera
persona. Estas reformas, entablando debates sobre el
modelo pedagógico, problematizando la utilidad social
del conocimiento y la vinculación de lxs intelectuales y
científicos con la transformación social de nuestro
tiempo, constituyen nuestro camino para la
transformación de la UBA.
BANDERA NEGRA – La Bemba
DEMOCRATIZAR LA UNIVERSIDAD PARA CONSTRUIR
UNA NUEVA SOCIEDAD
En las últimas semanas, el conflicto generado en Filo
por la elección de Morgade como nueva decana, la
continuación de la gestión de Trinchero (garantizada
en ambas candidatas) partió desde un Consejo
Directivo aislado, y donde los estudiantes no tuvimos
más opción que interrumpir llevando nuestros
reclamos. La composición antidemocrática del CD
limita nuestra presencia a una instancia testimonial
frente a hechos como esta elección, donde no hay
posibilidad de debate, sino que los acuerdos tras
bambalinas al interior de la gestión convierten en una
parodia al co-gobierno. Pero a la vez, esta elección
sustenta la continuidad de un mismo proyecto para la
universidad, que vende la educación al ponerla al
servicio del mercado, a través de convenios de trabajo
gratuito, de la acreditación ante la CONEAU, de los
recortes de becas, de los posgrados pagos.
Frente a este escenario, el movimiento estudiantil se
organiza y da pelea. Nuestra historia reciente está
marcada por la lucha por el edificio, las becas y la
democratización de las juntas de carrera. Pero es
necesario avanzar. La democracia no se reduce a la
representación. Hablar de democratizar es hablar de
inclusión, del acceso del pueblo al estudio
universitario, a la producción de conocimientos y
herramientas que cambien la realidad. Tampoco hay
democracia universitaria con trabajo gratuito de
docentes o estudiantes, o precarizado. Menos aún con
un esquema jerárquico de apropiación del saber en
manos de unos pocos, que usufructúan en su
beneficio el trabajo de muchos. Democratizar,
también, es acabar con la desigualdad de sexo y
género, porque aunque la decana electa sea mujer, no
pasa de ser una anécdota al repasar los espacios de
poder de la facultad, y la ausencia total de perspectiva
de género en las currículas. Además, es buscar el
acceso de las diversas identidades de género que son
excluidas de la sociedad y de la Universidad.
Democratizar es contemplar que las diferencias de
sexo o género no puede ser motivo para quedarse por
fuera del sistema científico y educativo. Democratizar,
también, es la socialización del conocimiento y las
herramientas que produce para la solución y
superación de las problemáticas populares, a
disposición de los barrios, las comunidades, del
pueblo todo, construyendo y conjugando saberes,
conjuntamente avanzando en solucionar sus
necesidades y construyendo Poder Popular desde
abajo.
Por eso, DEMOCRATIZAR no es una mera consigna.
Democratizar es luchar por otra educación, y
enfrentar la elección de los decanos y el rector es
nuestro primer paso. Participemos masivamente de
las asambleas y las medidas de lucha y debate, que las
aulas, los pasillos y las calles escuchen nuestra voz,
porque no nos resignamos a que otros decidan por
nosotros.
¡Sigamos avanzando y construyendo la universidad
del pueblo!
Ahora es cuando ¡Arriba las y los que luchan!
BANDERA NEGRA – Filosofía y Letras
en LA BEMBA
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Izquierda Socialista
SIGAMOS EL EJEMPLO DE LA RIOJA
¡Democraticemos Filo y la UBA! Vamos por la elección
directa; una persona = un voto, mayoría estudiantil y
funcionamiento del cogobierno en plenarios y
asambleas.
1) Elección directa de todas las autoridades. 1
persona = 1 voto.
Actualmente el Decano se elige en el Consejo
Directivo y los directores de carrera en las Juntas
Departamentales, así eligieron a Graciela Morgade
como nueva decana, sólo 12 consejeros –Profesores y
Graduados- a espaldas de mas de 15000 estudiantes y
docentes.
La implementación del mecanismo de elección directa
1 persona=1 voto obligaría a los candidatos a dar
cuenta de sus propuestas frente a la amplísima
mayoría de estudiantes y docentes no concursados,
poniendo en pie de igualdad al conjunto de la
comunidad académica a la hora de elegir las
autoridades de la carrera rompiendo con la lógica
estamental imperante.
Esta propuesta se opone por el vértice a la del voto
directo ponderado, propuesto por las autoridades de
la facultad. La elección directa ponderada, sistema
que rige hoy en Sociales, mantiene lo esencial del
actual mecanismo, en tanto propone un voto
calificado confiriéndole un gran poder al claustro de
profesores.
El único mecanismo que implica la participación
igualitaria y expresa a la vez la voluntad de la mayoría
es la elección directa bajo el criterio una persona, un
voto.
2) Mayoría estudiantil en todos los órganos de
cogobierno y claustro único docente
En primer lugar, decimos que el claustro estudiantil
tenga una representación mayoritaria en todos los
órganos de cogobierno y juntas. Los estudiantes
constituimos somos la mayoría objetiva, y por tanto,
los intereses de este claustro, que es oprimido dentro
de la estructura universitaria, reflejan el interés
mayoritario en la comunidad académica.
Por otra parte proponemos la conformación de un
claustro único docente que acabe con la
diferenciación ficticia y funcional a los intereses de los
sectores concentrados de poder en las carrera entre
profesores titulares concursados y la amplia mayoría
docente, -unas 2000 personas-, que están
subrepresentadas y se ven obligadas a ‘integrar’ el
claustro de graduados, compuesto en gran parte por
docentes egresados de la facultad.
Señalamos, por otra parte que los trabajadores no
docentes deberían tener no solo voz sino también
voto en el Consejo Directivo de la facultad.
3) Funcionamiento del cogobierno mediante
plenarios y asambleas
Si bien estas propuestas serían un paso en la
democratización, no creemos que los cambios en la
composición actual de los órganos de cogobierno y en
el mecanismo de elección de autoridades basten. Este
objetivo solo puede alcanzarse mediante el
involucramiento del conjunto de los estudiantes y
docentes. Por ello, proponemos que las principales
discusiones de la Universidad sean discutidas en
plenarios y asambleas periódicos y que se lleven los
debates a los cursos. Aspiramos a su vez a romper con
la lógica de la Universidad “isla” y que ese debate
incluya la preocupación por la articulación de la
carreras con organizaciones populares y de
trabajadores.
Izquierda Socialista
Sur - Estudiantes de Frente
DEMOCRATIZAR LA EDUCACIÓN ES CONCEBIRLA
COMO UN DERECHO REAL PARA TODO EL PUEBLO
La primer tarea que tenemos, es que a la Universidad
accedan los sectores populares y que deje de ser un
privilegio de una parte de los sectores medios. Hoy
solo el 4% de los mayores de 18 años estudia en la
Facultad. Esto podrá concretarse con otro gobierno
que termine con el flagelo de la pobreza y con una
verdadera política educativa inclusiva. Mientras tanto,
nuestro deber como movimiento estudiantil es pelear
por mayor presupuesto educativo y obtener: becas
que cubran los costos, becas de transporte, boleto
educativo, un nuevo edificio para tener más aulas y
mayor oferta horaria.
Según el censo de 2012, el trabajo es la primer causa
de abandono de materias. Que exista una cursada
especial para estudiantes que trabajan también es
democratizar de la educación.
Madres y padres que también tienen grandes
dificultades por no disponer de Centros de Desarrollo
Infantil donde puedan permanecer sus hijxs mientras
cursan. Una problemática que afecta principalmente a
las mujeres, por el período de embarazo y luego,
porque son las mismas las que (fiel reflejo de los roles
en una sociedad patriarcal) se encargan del cuidado
de los mismos.
La Educación Popular: ¿qué educación queremos?
Con BARRIO ADENTRO venimos dando la pelea
contra aquellos sectores que entienden que la
educación es “neutral”. La democratización de la
Universidad también refiere a los procesos de
producción, validación y distribución del
conocimiento. Y aquí nos adentramos en el debate
sobre la modificación de nuestros planes de estudio.
Debemos construir una universidad que forme
profesionales comprometidxs con la transformación
de las injusticias sociales. Además, que incorpore el
método de Paulo Freire en las aulas, donde el
profesor deja de ser una autoridad incuestionable,
promoviendo el debate y la problematización de
nuestra realidad.
Métodos de elección de representantes
Elección de todas las autoridades por voto directo,
secreto y obligatorio. Para esto se deberá realizar un
padrón unificando todos los claustros.
Composición de los órganos de cogobierno
CUPO FEMENINO MINIMO 50%: la sociedad le asigna
“naturalmente” roles de decisión y de poder a los
varones. En la mayoría de las listas de la Universidad
los referentes son hombres, como sucede con los
titulares de cátedra. Lo mismo pasa en el Congreso,
en los delegados sindicales, etc. Este mecanismo
servirá para garantizar un mínimo de igualdad en la
participación política entre los géneros.
· Mayoría estudiantil: al aumentar la cantidad de
consejerxs, puede incorporarse una segunda minoría,
haciéndolos más plurales.
· Claustro único docente (inclusión de graduados
puros y docentes no concursadxs): Actualmente sólo
una minoría de docentes (titulares y adjuntos
concursados) tienen derecho a votar sus
representantes. Miles de docentes se quedan afuera
y/o sólo pueden votar como graduados.
·Claustro no-docente con voz y voto
MST
UNIVERSIDAD MODELO PARA (DES) ARMAR
Los hechos que ocurrieron recientemente en las
diferentes universidades del país, ponen de
manifiesto que el reclamo por la democratización, no
solo es justo y necesario, sino que además, está a la
orden del día. Desde el MST-Nueva Izquierda,
queremos hacer nuestro aporte, entendiendo que la
única salida posible y deseable será encontrar una
síntesis y confluencia entre todas las expresiones que
se propongan avanzar hacia otro modelo de
universidad: Democrática, de elaboración colectiva
del conocimiento, y al servicio de la transformación
social.
El actual régimen universitario, es la amalgama
heredada de las revoluciones y contrarrevoluciones
del siglo XX. ¿Qué es lo que explica este cambio
incesante? El doble carácter de esta institución,
altamente contradictorio. El sistema capitalista, es
quien le imprime la orientación social a la universidad.
Pero esto no fue siempre así. Si separamos a esta
institución de todo aspecto secundario y nos
quedáramos con su esencia, llegamos a una relación
social. Quitando todo lo aparente, el mobiliario, el
edificio, la burocracia y los títulos, puede apreciarse
que en definitiva venimos a este lugar por una sencilla
razón: aprender, conocer, entender. La organización
de la Universidad reproduce el esquema heredado de
la división medieval del trabajo artesanal. Esta estaba
estructurada en torno al maestro, quién conocía los
secretos de la producción, los oficiales, que sólo
manejaban aspectos específicos y los aprendices,
quienes cumplían el rol de mano de obra no calificada.
El paralelismo entre maestro-profesor, oficial-
graduado y aprendiz-estudiante no es una
construcción arbitraria, sino el resultado de la
aplicación de una genealogía a los efectos de
comprender el funcionamiento del sistema
universitario. Los claustros así constituidos conforman
un sistema de castas que apoyándose en la existencia
de sectores con actividades diferenciadas, no hace
más que perpetuar el dominio de un estamento
privilegiado por sobre el resto de la comunidad
académica.
Fue contra este status quo que lucharon los
estudiantes de 1918 en Córdoba. Es en este espíritu
en el que enmarcamos nuestras propuestas, ya que
más allá de las fórmulas algebraicas a la hora de
conformar el cogobierno, de lo que se trata es de
darle más protagonismo al movimiento estudiantil.
Asimismo, entendemos que una verdadera y profunda
democratización de la universidad solo puede ir de la
mano de una democratización de la sociedad y su
transformación en sentido socialista. Esa
democratización profunda debería poner en discusión
el propio concepto medieval de la división en
claustros y pensar a largo plazo en la eliminación de
los mismos, para poder construir un modelo en que
los distintos actores puedan participar
independientemente del rol que juegan en la
producción del conocimiento sino más bien reunidos
en torno a proyectos y posicionamientos estratégicos.
Esto último que planteamos no pretende acelerar los
tiempos reales del debate sino simplemente
problematizar un poco más de lo que se viene
haciendo sobre la esencia del modelo universitario y
dejar planteados posicionamientos más de fondo que
tarde o temprano la comunidad académica deberá
encarar.
En camino de lo expuesto más arriba, estas son
algunas de nuestras propuestas: Claustro único
docente/Mayoría estudiantil en los organismos de co-
gobierno/Voz y voto para los no-docentes/Elección
directa de los directores, decanos y el
rector/Autonomía universitaria. No a la acreditación
de nuestras carreras a la Coneau.
A PROPÓSITO DE LA DEMOCRATIZACIÓN
Por democratización es necesario explicar dos cuestiones. La primera, referida a la forma de gobierno y la representación en la carrera. La segunda, las relaciones de producción y la socialización del conocimiento y la información. Centrándonos en el primer aspecto, creemos que es necesario reformar el actual reglamento de Juntas dada su representación desigual y antidemocrática. Las Juntas son órganos consultivos, sin poder de resolución. En este sentido, cualquier democratización
es estéril si no se pone en debate la composición del Consejo Directivo, único órgano resolutivo que gobierna la facultad y donde la representación es aún más desigual. Entendemos que para una transformación en serio de las carreras no podemos quedarnos en el debate de la forma de gobierno, debemos poner a debate las carreras en sus múltiples aspectos (plan de estudios, inserción laboral, producción de conocimiento, etc.) La representación por estamentos (por claustros) se basa en la idea de una desigual posición respecto al conocimiento que se imparte desde arriba sobre la masa de los estudiantes mediante un proceso iniciático-pedagógico. Y se argumenta que esta reliquia medieval debe mantenerse dado que trabaja sobre aspectos académicos. Si bien muchos estudiantes no tienen conocimiento de aspectos vinculados a su carrera, también tenemos profesores que no conocen (ni les interesa) nada que se aleje de la baldosa donde están parados (su especialidad). Es decir, está claro que hay diferencias evidentes según la situación particular de cada miembro de la carrera, pero los asuntos centrales de competencia de una Junta no son cuestiones de exégesis postdoctoral sino cuestiones políticas referidas a una carrera en su conjunto. Se supone (y eso queremos) que debata y proponga sobre el sentido de nuestras disciplinas y el rol social de quienes forma, entre otros aspectos. Detrás del manto supuestamente aséptico de lo académico vislumbramos lo político; la lógica estamental -amparada en la jerarquía académica- obtura el desarrollo de proyectos políticos de la carrera que atraviesan los claustros. Entonces, en la discusión sobre si hay que equiparar las representaciones de los claustros, reformular quienes integran cada claustro o establecer una mayoría según el peso demográfico de cada claustro, se deja intacto el principio de la estamentalidad por necesidad académica. Creemos que hay que apostar a una democratización por necesidad política: construir de conjunto –la comunidad de cada carrera, sin fronteras de castas- un proyecto de carrera integral. En tal sentido, mantenemos como horizonte posible la idea de disolver los claustros: una Junta constituida por la comunidad de cada carrera, donde los docentes (con sus distintas jerarquías), los egresados y los estudiantes elijan -con padrón único- representantes que no actúen en función de los intereses de claustro sino como representantes de los distintos proyectos político-académico en pugna en cada carrera. Incluso se puede pensar una forma transicional y provisoria, combinando la representación igualitaria de claustros y una representación interclaustro. La Mariátegui. Octubre de 2013
NI PASIVOS NI LIBERALES
Para nosotros, es necesario poner en cuestión el
concepto de democratización: ¿democratizar se
reduce a cambiar el porcentaje de banca estudiantil
en los sillones del co-gobierno? Si “democratizar” se
reduce a esto, estamos frente a una concepción
liberal de la democracia que no estamos dispuestos a
aceptar.
La tan en boga “democratización” es la
problematización de quién y cómo se decide, y esto
atraviesa transversalmente la universidad, ya que nos
obliga a poner en cuestión las bases con las que se
organiza despóticamente la academia. Es momento
de ponerlo todo en cuestión.
Que las últimas elecciones de Rector en la “Asamblea”
Universitaria de la UBA se hayan hecho en el Congreso
con vallados, policías y balas de goma, son sólo un
momento en el que la violencia con la que se organiza
cotidianamente la universidad se hace explícita.
Luego, durante todo el año, esta violencia
(psicológica, simbólica, etc) se perpetúa en todas las
instancias que recorremos como estudiantes. Desde la
falta de aulas hasta el recorte de becas, desde la
distribución de los horarios hasta la disposición de
nuestros cuerpos en el aula, los sistemas de selección
y competencia, la burla que significa que desde 2010
no tengamos avances en un edificio conseguido con la
lucha, etc.
Necesitamos hacer una inversión de perspectivas, no
podemos pensar la democratización como una
reforma de arriba hacia abajo que nos beneficie, sino
que debemos pensarla como una puesta en práctica
de nuestra capacidad de decidir, de abajo hacia arriba,
no sin conflicto. Se trata de imponer una lógica
asamblearia en una institución cuya lógica es
antagónica. No hay conciliación posible. La pirámide
debe ser desestructurada en la práctica y no por
decreto.
Es por eso que la reforma de la estructura de co-
gobierno debe venir de la mano de un proceso de
democratización de nuestro propio gremio. Hablar de
democratización perpetuando estructuras
antidemocráticas es hablar con un muerto en la boca.
No necesitamos representantes que respondan a sus
agrupaciones como si se tratara de un botín electoral.
Para que haya una democratización real del co-
gobierno debemos generar instancias asamblearias
que sean capaces de mandatar a esos representantes,
volviéndolos delegados del movimiento y no de tal o
cual agrupación. Sin control asambleario de los
representantes lo único que hacemos es perpetuar y
legitimar una estructura que funciona como
espectáculo de participación, una farsa. Por lo tanto,
ambas luchas deben ir de la mano.
Asimismo, el resto de nuestras reivindicaciones
(edificio para aulas de grado, becas, fuera patovas y
cámaras de la universidad, no a la mercantilización de
nuestras carreras) no pueden ser desligadas de la
lucha por la democratización, ya que la imposición de
éstas es la democratización de hecho, es afirmarnos
como actores que deciden, instancia necesaria para
una posterior democratización de los espacios
institucionales. Aunque suene a consigna, sin lucha no
hay victoria ¡Vamos por todo!
Los pibes dispuestos a seguir la toma (tomar es
democratizar)
Propuesta de la Vallese-JUP
DEMOCRATIZAR LA UBA
Cuando hablamos de la necesidad de Democratizar la
UBA nos referimos a tres cuestiones. La primera es
que en las instancias de gobierno de la universidad los
docentes (titulares y adjuntos solamente) cuentan con
un 50% de representación y los estudiantes con un
24%, cuando en nuestra comunidad académica los
porcentajes reales son exactamente al revés. Los
graduados poseen la misma representación que los
estudiantes y, en el caso de los no docentes, solo
tienen voz, pero no voto.
La segunda es que al tener una forma de co-gobierno
indirecta y poco proporcional, las decisiones que
toman el Consejo Superior y los Consejos Directivos
de cada facultad no suelen representar a la
comunidad académica. Es así que se cesantearon a
más 600 docentes; se analizó la posibilidad de aceptar
financiamiento de multinacionales; se dio de baja a
becas estudiantiles, y se transfirió conocimiento
generado en nuestra universidad al sector privado.
Tercero, cuando hablamos de democratizar debemos
pensar en cómo lograr que cada vez más compañeros
accedan a los estudios superiores. Democratizar
implica también poder convocar y contener a cada vez
más personas en el sistema universitario en general, y
en nuestra casa de altos estudios en particular.
La Ley de Educación Superior
La educación es un derecho que debe ser garantizado
por el Estado y no un servicio: esto no es así en la Ley
de Educación Superior (LES) de 1995. Hace casi 20
años que estamos regidos a nivel nacional por una ley
impulsada por un sector elitista, que pensaba en una
educación superior para pocos. Por ejemplo, esta ley
no garantiza la gratuidad de los estudios superiores,
dejando la posibilidad de un arancelamiento.
Pero esa no es la única forma de arancelar y
privatizar la Universidad. La LES no impide pasar
contenidos de grado a cursos de posgrado pagos, y
prevé la inversión por parte de sectores privados en la
universidad, lo que recorta nuestra autonomía
universitaria, ya que cualquier empresa que invierta
en la educación, buscará decidir qué se investiga.
Para asegurarse esas políticas restrictivas, la
LES plantea una forma de gobierno universitario
donde al menos el 50% de la representación quede en
manos de una minoría docente. Con una forma de
gobierno minoritaria y elitista es mucho más fácil
lograr que se lleven a cabo este tipo de políticas
restrictivas que la ley permite.
Hay que democratizar la UBA
Es la fuerza de la movilización y la lucha la que puede
revertir esta situación. Por eso desd La Vallese-
JUPproponemos seis puntos que nos resultan
fundamentales para la democratización, que
sometemos a debate de toda la comunidad
académica:
·Elección directa de los cargos ejecutivos (decano y
rector)
·Voz y voto al Claustro No Docente
·Claustro Único Docente
·Claustro de Graduados
·Aumentar la representación del Claustro Estudiantil
·Nueva Ley de Educación Superior
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