dadun.unav.edudadun.unav.edu/bitstream/10171/25526/1/fa.foll.005.505.pdf · bre de ilusores, usado...
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A Ä A ^ I T B L A S I
o G L O S A
D E LA CA RTA D E L APOSTOL
S A N J U D A S T A D E O
Á TODOS LOS F IE L E S
P J K A Q U B N O S G U A R D E M O S D E L O S E N E M I C 6 S
DE NUESTRO SEÑOR JE S U -CHRISTO 5 SU DOCTRINA
Y SU IG LESIA,
CON NOTAS SOBRE E L TEXTO.
PO R E L P . M A E ST R O F r. F E L I P E P V IG S E R P E R ,
•dt la Orden de Predicadores,
Prerias las licencias '^ccegarias, según lo establecid*
en el Concilio de Trento.
P A L M A .E N L A I m p r e n t a z >e b r o s i
A N O 1 8 1 3 .
Declaratio sermonum tuoram illum inât, et intellectam dat
parvulis. Ps,CXf^IJ[I, 130 .
Señor, la explicación de vuestras palabras ilumina a los hu* m ildes, y tes da entendimiento.
A D V E R T E N C I A .
!]D io s , en cuya Eternidad lo pasado y lo futuro está siempre presente, vid el peligro en que se halla hoy eu dia la piedad y la fe de muchos j y dictó esta carta á San Judas Ta- deo, paraque llegase á estos tiempos, y supiésemos resistir con la fortaleza de los primeros Christiaaos á esta inundación de «rrores, que parece principio de aquella apostasia casi general, que nos anunció nuestro Señor Jesu-Christo quando dixo Liuc« XVIII.... 8.) iPiensas que el Hijo d d hombre quando vuelva halle fe en la tierral
No ignoro que, según el modo de hablar del Nuevo Testamento, todo el tiempo medio entre las dfts venidas de nuestro Señor Jesu-Christo es el ultimo del mundo: y por lo mismo creo firmemente, que esta Epistola Católica ha sido y será siempre útil y aplicable en el sentido literal á todos y á cada uno de los siglos de la Iglesia Christiana. Solo pretendo, que nunca ha sido tan necesario entenderla y tenerla presente como ahora. La razones, porque en esta exhortación de San Tadeo 86 habla, al parecer, de dos especies de enemigos de Christoj los del principio de la Iglesia , y los del fin de los tiempos. De aquellos, desde el verso 4.^ hasta el i6 .° y de estos, en los tres siguientes. Los primeros, según la opinion común , fueron los llamados Gnosílcos : y á los segundos les da San Tadeo el nombre de Ilusores, usado ya en las santas Escrituras. E l «aracter de unos y otros se reüne sin duda en mucha parte en los sectarios del Jansenismo, y por entero en los del Filosofismo francés , quienes empezaron á disparar con la iengua y pluma de Voltaire, siguieron y siguen disparando contra el Blanco de <^ontradivciones anunciado por Simeón á Maria Sautísinia,y extendiendo la conjuración antichrásíiana que sulVimos devsd la mitad del siglo antecedente.
No cerremos los ojos á la verdad. El cumplimiento ¿e las profecías es la mpjor prueba de ellas, y lo que mas las aclara, según la sentencia de nuestro Señor Jesu-Ghristo que dice (Joan. X III.... 19.) Ahora os lo he dicho antes que suceda paraque quando haya sucedido^ cretíis que soy yo el que lo he dicho.
Me parece pues que sin pasar los limites puestos por la Santa Iglesia en la inteipretacion de las santas Escrituras, podemos entender profeticamente de los impíos é incrédulos de nuestro tiempo todo Jo que San Tadeo dixo directamente de lo» Gnosticos del suyo, y de los Húsares, que pueden ser del suyo, ó d'-l nuestro, ó de ambos. Para evidenciarlo es menester declarar lo que entiendo por estas dos voces.
Los Gnosticos , según Bergier en el Diccionario de Teología é Historia Eclesiástica pc fueron hereges del primero y segun- » do siglo de la Iglesia, que se manifestaron principalmente en »el Oriente. Su nombre griego significa instruido^ ilustrado^ y) dotado de conocimiento : y se lo atribuyeron, porque preten- 5? dían ser mas ilustrados , y mas inteligentes que el comim de »los Fieles, si’.i exceptuar aun á los Apostoles. Mirabiin á estos »ultiuiijs ooiifio personas sencillas (d simples) que no tubieron w el verdadero conocimiento del Christianismo, y que explica- ?) ron la sagrada Escritura en un sentido demasiado literal y w grosero. En su origen estos fueron algunos filósofos mal con- »vertidos, que quisieron acomodar la teología christi:ma al sis- » tema de filosofía de que estaban preocupados: mas como cada »uno de e'llos tenía sus ideas particulares , formaron muchísi- »mas sectas, que se distinguieron por los nombres de sus xe- » fes : Simonianos Nicolaítas Valentinianos Basilidianos^ » Carpocracianos, Ophitas , Sethianos , 6?c. Todos tomaron el »nombre general de Gnosticos^ ó Iluminados^ y cada uno se »formó una creencia aparte, pero que eu ciertos puntos era la » mi5tna.” TaL'S fueron los Gnosticos.
Por lo que respeta á los Ilusores, dice Calmet sobre esta Epistola , que nresta palabra Ilusor (¡ue se halla principalmen- »te en los libros de Salomon, se dice de un hombre que no »tiene religión alguna, que la menosprecia, pestilente, malva- » do, burlador de las cosas mas santas, y dí’spreciador de aque- »llos que respetan, y aman la simplicidad, modestia, y su- »jecion que la Religfion inspira. Tales eran, añade los here- » ges que aqui describe San Tadeo j hombres sin vergüenza , ni » religión , Cynicos, Epicúreos, á quienes las cosas mas santas »servían de juguete, que con la nwyor vileza y villanía ven-
» dían su erudición, para engañar á los simples y á los mas ig- » llorantes que ellos. Y para hacerles perder el amor y temor de J5 Dios, negalían qne los hombres hubiesen de resucitar, y que »Jas obras buenas fuesen necesarias, y asimismo lo que creemos j) sobre la encarnación y muerte de Christo Jesús.” Hasta aquí Calmet.
Tengase presente ademas de esto, que Dios autor de la santa Escritura nos puede signiíicar lo que quiere, y nos io significa muchas veces en ella, nu solo con palabras, sino también con hechos acomodados al iutento: (S. Thom. i. p. q. i. art. 10.) y que la primera significación pertenece al sentido literal d histórico, y la segunda ai espiritual.
De estos principios infiero, que si los Ilusores descritos por San Tadeo en ios versos 17. 18. 19. son distintos de los impíos de que antes iiabJd;no hay inconveniente ea pensar que la profecía de los Santos Apostoies sobre estos Húsares puede aplicarse en el sentido literal á los actuales perseguidores de la Iglesia Christiana. Aunquando no sean distintos, y toda esta Epístola deba entenderse cu el sentido literal é histdrico de los priiru’ros enemigos de nuestro Señor Jesu-Christo, su doctrina , y su Iglesia j es preciso confesar que aquellos prijneros significaron á estos últimos, y que todas las palabras de San Tadeo en el sentido espiritual son profeticas j y que este es el tiempo, en que se cumplen.
La experiencia nos lo dice. Los primeros perseguidores de la Iglesia que describe nuestro Apóstol fueron tan sexnejantes á los presentes, que todo lo que dice d« los errores y pecados de aquellos conviene exáctamente á estos. Hasta el nombre ó dictado de Filósofos., con que se quieren honrar los del d ía , equivale al de Gnosticos, con que se honraban, y titulaban los antiguos.
Me confirma en este modo de pensar, el haberse escrito esta carta despues del año 66. de la Era Vulgar, <5 algún tiempo deí»pues de haber escrito sobre el njismo asunto el Príncipe de Jos Aposteles. Porque sabemos, que las calamidades experimentadas por el antiguo píieblo de Dios, poco antes y despues del ano setenta, en qne la Ciudad de Jerusalen quedó asolada, fueron figura de las que habiau de suceder ai pueblo Christiano en los últimos tiempos, que tal vez son estos. En prueba de lo qual observan los sagrados Intérpretes, que el Diváno Maestro en el Evangelio, y ios Apostoies en sus Epístolas, anuncian ambas calamidades en un mismo razonamiento , y haxo de un
mismo contexto. Loa írapíds pues (jue con ¿atíns., escirníoi,chismes y sofismas engafìabaa las gentes^ y corrompían la fe, al tiempo que se escribierdit esta carta, y la segunda de Saa Pedro, fueron figuras y precursores maniüestofi de los que ahora han hecho y hacen lo mismo.
Ya que ellüs propinan con muchas malas artes á los semi- sahios subcrvius , y por medio de estos al pueblo sencillo é ignorante el veneno de sus perversos pensamientos y exemplosj es necesario que les presentemos el antidoto que tenenios prevenido en las santas Escrituras, haciendo de común uso y de fácil inteligencia lo que Dios nos ha dicho para guardarnos de semejantes pestes.
Para conseguirlo me ha parecido conveniente explicar esta Epistola, imitando el metodo del sabio Titelman , de quien di> ce el Iliistrísimo Cano ( Lib. 2. cap. 13.) que fué varón insigne en piedad y virtudes, y singular en erudición y ciencia. Y paraque los que Mo entienden el latín puedan hacer la debida diferencia entre el texto y su explicación; advierto que lo que va en letra cursiva forma una traducción casi gramatical de las palabras, ú sentencias de nuestro Santo Apostol.
En la glosa ó expUcacion del texto no le añado sino, 6 sentencias de la sagrada Escritura,ò doctrinas ciertas de la Teolog ia , d expresiones obvias para enlazar los pensamientos. Quando he visto alguna variedad en los sagrados Interpretes, he preferido la opinion que me ha parecido mas verosímil: pero «stoy muy lexos de pretender, que mí modo de pensar sea el mejor. Lo que rae parece es que en nada me aparto de la doctrina de la Iglesia Católica Romana, á quien me sugeto gustoso , porque creo firmemente que ella es á quien pertenece el juzgar qual sea el verdadero sentido é interpretación de las santas Escrituras.
Espero, ó Dios mio., que ayudando vos por vuestra infinita M iseriord ia, esta explicación d declaración de vuestras santas palabras y sentencias iluminará á los Christianos humildes, y les dará el conoduiiento, que necesitan cada uno según su capacidad, condiciou , y estado, para escapar de este incendio de errores que va abrasando á toda la Europa, si vos no lo deíe- Deis.
J u d a s Tadeo^ siervo de /^5M-C7ím- í o , y hermano de Santiago el w en o /-f«"( i ) d todos aquellos^ que Dios P a d re jn jjeo ^ tre dí- -umó (2 ) desde la eternidad, y que tojesu conserva- santificdpor los méritos deJesu-Chris- *í o , por quien perm anecen hasta el presente en la g ra c ia y vocacion que vecibierork
2 . 2,m Señor os continüe sus m íseri-
eordias^y os dispm se plenitud de p a z y earid£id perfecta.
? • 3 -
Os eseribo', hiíos míos m uy ama- charissirnuom.j ^ J J nem so lJic itu d i-d o s , esta- c a rta , no solo por los vivos nemfacisna s¿ri-j • í / 7 bendi vobis deüeseos que me impelen a naceros en- coinmuni vestra tender lo que todos necesitáis p a ra sal- L¿uf ’ S c S varos sim también porque hoy en día Jup 'ceSr'^Fe! «e ha m ovido tal guerra contra noso- tros , que es sumamente necesario- exhortaros á combatir como soldados de Christo p e r la verdad de los misterios que Dios^ reveló antiguam ente'«fe muchos modos j c o a v-arias ñgm -
ra s, y últim am ente por boca del D ivino V erbo hecho hombre. E sta es lafe ^ que dada una vez por el E s p íritu Santo á la Santa Ig le sia , ha sido y ha de ser siempre la m ism a, sin que nada se le pueda qu itar ni añadir , y en la inteligencia de que sin ella nadie puede agradar á Dios.
snbintróierant PorquB habcis de sabcr que se nosmií«(qüToiim han introducido (3 ) maliciosa y disi~Kclnd^cilm) rnuladamente ciertos hombres ta y -impü , Dei nos-jnados, gue dicen tener f e , vivien-tn gratiam trans- , , ^ i / i j jferptiíesin i ixu- ¿ o abaudonados a la ceguedad y ti-riain, et soliiin . i i i j- jDomiaatorem, et nieblas dc SU razo n , y persuadiendo
crrores á los que no se guardan deChmlmn negan- gj^Q justO julcíO de
Dios , del que estamos prevenidos (4) desde el principio en la sagrada £ 5 - critura. Son tan im píos, que siendo el Evan gelio escuela de pureza y de santidad, donde se aprende la p aciencia y la m ortiñcacion de las pasiones, cuyo fruto es el, señorío de nosotros m ism os, y la verdadera libertad del hom bre; ellos abusan de nuestra doctrina y de esta voz , pa ra cambiar, la gracia que nos hace nuestro Señor, en una licencia desenfrenada de vivir. L legan á tal extremo sus errores y su im piedad; que no reconocen ni quieren sujetarse á n a d ie , ni
tes.
aun á Jesu-Christo R e y de Reyes y Seiíor de Señores ( 5 ) , á quien niegan que sea el único Señor de cielos y tierra.
Ahora pues, una vez que vosotros commonérea«, . , n 1 I I 1 \ ' J 1 VOlO,sabéis á fondo toda la doctrina de la scientes semel
Religión^ y con el estudio de las san- Jesús ’ popHluin tas Escrituras entendeis y a la reía- cion y enlace, que hay entre los su- cesos del viejo y nuevo Testamento; no es menester sino que os acuerde el castigo de algunos incrédulos guc precedieron á estos del d ia , á fin de que escarmenteis en cabeza agena. Prim eram ente Jesús como Dios que es, y V erb o de Dios, y Sabiduría eterna , sacó milagrosamente al pueblo de Israel de la esclavitud que padecia en el pais de E g ip to , pero despues ha- hiendo perdido la fe y caído en incredulidad algunos de aquellos mismos Israelitas, que había salvado, los exterm inó, y quedaron perdidos para siempre.
6 . .Antes de esto habia y a castigado
con semejante rigor la soberbia de runt suum pria-j o Cjpatiim, sed da-aquellos Ansíeles (o) que creyendo po- reiiqueruiusuum*j i _ • . • * 1 1 X J domiciliiiin , i naer subsistir sin depender en todo jujidum magni de Dios, 710 quisieron conservarse en la preeminencia lim itada sobre las de- reser«-
mas c ria tu ra s, en que habían sido criados j abandonaron el lugar en que estaban colocados^ conforme el grado de la divina gracia que les fué concedida. A estos les sepultó el Señor , y ató con cadenas eternas en una horrible prisión de tinieblas^ donde los tiene reservados pa ra sacarlos al publico el gra n dia del ju icio f i n a l , en el que sufrirán la confusion de ser juzgados por nuestro Señor Jesu-C hristo , y por sus Santos^ y la afrenta de hacerse patente á todo el universo la justicia de su condenación eterna.
7 *
sícut sóíioma, A sí mísmo Sodoma y Gomorra ye t G o m o r r t j a , e t . • i i .
fin itim íc C iv ita - otras ciudüdes comarcanas entrega^Î S o r n T c a t æ T e ” ^a^ desenfrenadamente como aquellas
^ 0 5 , y abandonadas á la mas ínfa-t æ s i m t e x e m - l a s c í v i a . y Á pecados que el ru -p l H m , i g n i s ae ter - ^ *n i p c e i u r a s u s t i - jjoF no permite n o m b rar, fueron tam-nen tes* , , ^ i
bien castigadas p a ra escarmiento de los deshonestos, muchos de los qna- les paran en incrédulos , con fuego b ajado del c ie lo , cujos efectos y vestigios duran todavía , y durarán mientras dure el mundo : y los habitadores que envolvió en sus llamas , arden y arderán en el fuego eterna del infierno*
Semejantes á los Israelitas infíe- siminter etw4 / I á 1 i ' T . ’ ^ 1 c a r n e f n Q u i d c mles 5 a los Angeles soberbios , y a los ntacmant, domi- Sodomitas im puros son estos hombres spernunt, majes- que os quieren seducir y corrom per, phemant! *" L a s resultas de los delirios que sueñan y 0 5 enseñan , son tres vicios de im ponderable m alicia. E l prim ero m anchar la carne con todo genero de impurezas- E l segundo no querer s u fr ir , ni sujetarse á domina'- don alguna , ni hum ana ni divina.Y el tercero , blasfem ar de la M a^ gestad de D io s , cu ya Providencia desconocen, como igualm ente el poder legítim o de los que nos gobiernan en lu gar de Dios.
9 * 9.
Quando murió M o jses , dispuso el Señor fuese sepultado ocultaraen-' j ^ ^ JJg ,'® te (7). N ad a se ha podido saber has- corpore,. -i ^ L T 7 r * 7 ,M o n e s t a u s ü s j u ta el presente sobre el lugar nxo ae dicium infenesu sepultura. Movióse disputa sobre di?it*'?"’imperet esta disposición divina entre el cangel San M iguel . que es el custodio de la Iglesia , y el m ayor de los demonios que se llam a el diablo.Pretendía este por algún m al fin descubrir y manifestar aquel lugar, y .se le oponía el santo arcangel soS" teniendo con firm eza lo que se había executado por orden de Dios. E l día-
blo por su pecado se había hechoinferior á San M ig u e l; joe/’o como
* este lo reconocía por superior en el orden de la naturaleza ; no quiso pronunciar contra él la sentencia de maldición que merecian sus blasfemias. Solamejite dixo : mande Dios que seas reprimido.
10. lO .
« u S q i i e ^ T u K Dios no quiere que lo sepamos ; J S " io d o , ni que podamos dar razón
c o n o c e m o s pcro es-q u a m m u í a a n i - tos Quc nos tienen Dor ignorantes,m a l i a n o r a n t , i n ^ i .his corruxnpun-y S0 precian y llam an eruditos, si
se trata de cosas que ignoran , 6 no alcanzan con las luces de su razón, com o son las verdades sobrenaturales de nuestra santa fe ; no se contentan con no creerlas , sino que las desechan blasfemando de Dios que las reveló , y de los santos Profetas , y de la Ig le sia , que son el orga- no por donde nos llegan. Y si se tra ta de cosas que naturalmente com een a l modo de los brutos, que no pueden h a b la r , ni dar razón de ellas, como son las que se perciben por los sentidos, desatinan^ y peores que los mismos b ru to s, abusan de ellas trastornando el orden , en que fue- iroB cria d a s, y haciéndolas servir al
desenfreno de sus pasiones y á la corrupción de sus costumbres,
I I . IT.A y de ellos si no se convierten! jny* cáSn’abS!
Y a no será m en ester, que se e x á - ' m eíSmine el proceso de sus v id a s; por- "connmiiítiouÍ“ que el que no c r e e , y a está juz-coré perierunugado. A y de ellos l que han incurrido en las penas^ á que fueron condenados C a ín , B alaam y C o r é ; en la de C a in , porque por el camino de un egoismo avariento y envidioso han llegado como aquel infeliz á querer substraerse á la Providencia divina : E n la de B a la a m , porque engañados como él por el demonio, se han precipitado á vender su elo- q ü e n c ia , y á d ictar medios torpes p ara corrom per los buenos y perderles : y en la de Coré (8) , porque dominados de la inquieta soberbia de este m iserable, van á perecer eterna, y tal vez temporalm ente e/i las mismas sediciones que mueven p ara lograr su im aginaria felicid ad ' m undana.
í 2* 12,
Estos son los que sin temor de ii 's®,ts*,nacu]X Dios , ni respeto á los buenos Fie^ convivant« sin®- f titnore, semetipí*-les , con quienes se m ezclan , y se jos paseen test, sientan á la mesa (9) , contaminan los convites de caridad ehristiana q;ue:
están en uso , en los quales resplandece vuestra sobriedad y modestia, y ellos tienen la desvergüenza de har* tarse á costa de la parsimonia que vosotros g u ard ais, y á la que con su descaro os o b lig a n :
niibís sine aqua, Estüs SOU WiaS nubeS. CliyO ¿TS-qiite a venda cir- _ icuuiferuntur, pecto presenta mucha agua de eru
dición y de d o c tr in a ;pero no tienen mas que la apariencia de una elo- qüencia cap cio sa, superficial, y de palabras vacías de pensamientos buenos y saludables; por cuyo m otivo se dexan llevar de todas las doctrinas malas que hallan en los antiguos filósofos y hereges, conforme el viento que les im pele , ó de respetos h u manos 5 ó del Ínteres, ó de otras p asiones mas desordenadas:
arbores autum- Estos soii en la Ifflesia lo- auen a l e s , tnfrucíüo-- i n ? t -» -isx, bis mortuK, IOS ürboles al nn del otoño en ele ra d ic a tx , z i j i . • n
campo. Carecen de hojas y . ñores, porque dan m al exem p lo , y tienen perdida su repu tación , por lo menos entre los Christianos fieles ; y de fru to s ; porque no causan sino m ales en la sociedad eclesiástica y civil. Si producen algún fru to , es corrom pido é incapaz de m adurar. Son arboles dos veces muertos^ porque luego caerán en el infierno sus almas ; y despues sus cuerpos. P o r fin
son arboles arrancados ( lo ) ya de raíz del cam po de la Iglesia , donde quisieron plantarse , y su apos- tasía Íes ha. hechado fuera.
T QO * F h i c t i i s f e r i m a - .
Son como las olas furiosas d e l , despuman-tes suas co iim -
m ar em bravecido , que con sus er- siones,Tores y sofismas agitan y remueven los entendimientos y corazones propios y ágenos ; y produciendo sus modos de pensar , se estrellan contra la roca incontrastable, que es Christo ; arrojando á la orilla de la I^^lesia la espuma de sus horrendas obscenidades, que se hacen publicas, y pierden las almas que no se gu ardan ni huyen de ellos.
N o fiéis del falso resplandor , ni Errantia:^ ^ \ qiiihus procella
de la enganosa lu z que algunos adu- tenehram m ser-, , ^ ^ X ?7 V3ta est in « t e r -ladores fingen ver en esas estrellas num. errantes ( i i ) que por ahora han aparecido en nuestro hemisferio ; 3 con sus vueltas y revueltas aparentemente luminosas han deslum brado á m uch os; y á los que han h allado con el corazon m al dispuesto , los han arrastrado en pos de sí.N o tardarán en desaparecer tales co metas. Preparada les está una- tempestad de tinieblas^ que los envolverá y sepultará en una noche eterna de penas.
14.. 1 4 *te*!r«drjSs e“p Que cstc h aya de ser su fatai SciirttenS"-p a ra d e ro , lo sabemos p o r una profe-
( 1 2 ) , que fu é el sepii- libussuis, P atriarca empezando p or Adan^
y dice : Veis aqui á nuestro Señor Jesu-G hristo , Dios y H om bre verd a d e ro , que viene segunda vez del cielo á la tierra , revestido de su gran , poder y m agestad, entre m i- llares de sus Angeles y Santos^
*5.Facerejudicium juzzür U lt im a m e n t e a todoscontra omnes, , , , ®
eiargucre omnes los h o m b rcs, V oronunciar sentenciaim píos de o m n i- , , . * ' •* . . jbiisoperibusim-de concíenacion eterna contra toaos 5SfimpTe?e- los malos ; y especialmente contra S s d í r í , , " * los impíos pasados, presentes , y ve- traD iím peccS- íiítl^ros, qu6 siendo los m ayores pe- toresimpii. c a d o rcs, scrán tam bién los princi
pales objetos de la indignación y severidad del Ju ez. Este á la faz del universo convencerá á todos y á cada uno de estos pecadores impíos de todas y cada una de las obras á que les precipitó su sistema de impie^ d a d , y asimismo de todas las expresiones duras ( 1 3 ) , blasfemas y heréticas que su im pía incredulidad les hizo proferir contra Dios , contra nuestro Señor Jesu-G hristo , contra ¿US S a n to s, y contra la Iglesia.
i6 . tfí.. 1 . ' • 1 1 Hi sunt mur-
A mas de estas impiedades con- muratores que- tra D io s, serán confundidos en aquel ju icio últim o por otros muchos pecados contra el próxim o y contra si mismos. Estos son unos murmurado^ res querellosos ( 1 4 ) , que siempre hablan m al y sin respeto de todo gobierno bueno y legítim o , sea eclesiástico, sea c iv il, sea domestico. N o dexan piedra por m o v e r, p ara desacreditar á todos los que se merecen buen concepto del p u e b lo , especialmente á los Sacerdotes.
cy n secnndom rfesi-ou corazon es un m ar alboro- dem sua amfau>
tado por los deseos violentos de todo lo que es dañoso á sus a lm a s, y á las de sus próxim os. Siempre andan buscando medios conducentes al logro de sus apetitos depravados^ y no se detienen, aunque vean que tales medios son ilícitos, é indecorosos.
L a soberbia es su caracter y el “ prim er m óvil de sus lenguas. N o hablan sino altanerias. Se tienen por únicos sabios. N o conocen su ignorancia , y prefieren sus conocim ientos á la ciencia de los Santos ; y sus errores y falsa filosofía , á las verdades de nuestra santa fé y á la sabiduría verdadera.
C • • 1 1 • 1 ■» / p e r a o -ou avaricia les nace idolatrar 3 ñas , quassius,
cama.
todos a q u e l l o s q u e les pagan el incienso y alabanzas que les trib u tan. H ablan con admiración de ciertas personas poderosas ó r ic a s , quando se figuran que estas pueden levantarlos del polvo en que y a c e n , ó proporcionarles fortunas que nunca habían podido soñar.
vosantein,cha- A b rid los OIOS, hitos mios cari-risimi, memores . i i ie?tote verborum, simos , y cchad Qc ver que estas gen-s úSabApSióus tes y estos pueblos que se han le-
yantado contra el Señor y contra su Christo , son esclavos del demonio ; que se vale de ellos como de agentes , para seduciros y perderos p ara siempre. E s necesario revestiros de la fortaleza que os ofrece el cielo p ara entrar en el com bate que os p re p a ra n , y que habéis de sostener constantes, por la santa fe que nos ha sido dada. Acordaos de las palabras pro feticas , que sobre esta persecución oísteis á los Apastóles de nuestro Señor Jesu-Christo los q u a- les y a fallecieron quanto á sus cuerpos , pero viven en los cielos en com pañ ía del D ivino M aestro. D icha profecía hablaba de los impíos que han de afligir á la Iglesia en los tiempos postreros. N o s hallam os ya en la ultim a edad del m undo. E l mis-
terio de iniquidad ya ha empezado; y los impíos é incrédulos que hay^ y que hubo son precursores de los últimos.
l 8 . 18.Os decían pues los Santos Jp o s - ,„^H\ " ' S
toles que en los últimos tiempos ¡"oiporTvSiSt d iian á perseguir la Iglesia ciertos ( 1 5 ) Ilusores^ hombres de ningim a religión , genios mofadores , y escarnecedores de todo lo bueno,, que con m il invenciones de burlas y satíras, ridiculizarían y despreciarían las promesas y las amenazas del E v a n gelio :
Que todos sus pasos irian d irig i- eecundtim desi- 7 / ./» •* . » I I 1 deria sua amba-aos a satisfacer sus insaciables ae- lames in impie- seos de d ele }'te s,d e riqu ezas, y honores, y que para lograrlos , se entregarían á todo genero de impie* dades contra D io s, contra la P atria, contra sus Padres espirituales : sin reparar en trastornarlo todo , si creen que un trastorno universal podrá proporcionarles el cum plim ien- ío de sus malditos deseos.
19 . 19. _Estos son los que procurando ser grJaS'seiSip^
mirados por los únicos sabios é ilus- trados, por los únicos que han tenido valor de sacudir lo que llaman
yu go de la ignorancia y de la superstición , y del despotismo se apar- tan ( i 6 ) de los que viven en la inocencia y sencillez christiana , y se congregan en juntas tenebrosas, uniendo sus intereses, y gastando de un bolsillo com ún para atraer los incautos á su p artid o , y realizar sus perniciosos proyectos:
snlmales. Estos son hombres que apenas distinguen entre el entendimiento espiritual , y el sentido m aterial, y creen tener derecho de hacer lo que hacen los anim ales , y com parándose con ellos, menosprecian el honor que les resulta de haber recibido una alm a in m o rtal, criada á im agen y semejanza de Dios , y capaz de conocerlo y am arlo á diferencia de los b ru tos:
«piritara non ha- L a vida espiritual de los que tra-b«Dtes. -1 • .•
bajan en castigar su cuerpo , y reducirlo á servidum bre , les parece una locura. Desconocen la gracia sobrenatural^ de que todos necesitamos para m erecer el cielo. Están dexadoá de la mano de Dios , - y abandonados á sus propias lu c e s; y vienen á ser unos ciegos, que guian á otros ciegos , hasta que todos caigan en la hoya del infierno.
20. 40.. 1 •• • . . Vos a l í fe r a ,
m as vosotros , hijos míos ca n sí- charissimi, sumos sobre la fe santísima que ha- beis recibido , y que conserváis pu- ra é incorrupta , levantad el edificio de la santidad christiana, p racticando las buenas obras que os enseña el Evangelio.
N o os descuidéis de orar sin i n - spinm sancw. . orantes,terraision para no caer en los lazos , que con la m ala doctrina, el m al exemplo , y las malas artes de estos hombres perd id os, os arm a el d em on io, que los tiene cau tivo s, y usa de ellos á su arbitrio. P a ra esto es menester que invoquéis siempre al Espíritu Santo quien fortaleciendo vuestra flaq u eza, os inspirará lo que os convenga p e d ir , según las circunstancias.
Cuidad sobre todo de mahtene- dSros firm es^ y de perseverar constan- seivate, tes perpetuamente en el amor de Dios ( 1 7 ) renovando con freqüencia el proposito eficaz de m orir prim ero que ofenderle ; pues sabéis, que qualquiera que de buena fe deseare hacer la voluntad de D io s , conocerá que nuestra doctrina no es de los hom bres, sino de Dios misr m o.
expectantes mt- Prevenidos con estas diligencias,s e r i c o r d i a m D o - i i i » . .mini nostri Je- esperud coiijiados de la misericordiatam aSüara.' *' de íiuestro Señor Jesu-Christo , que os
perdonará los pecados pasado s, y que os librará de las tentaciones presentes , y ven ideras; y que a l fin os, introducirá en la V ida E t e r n a , y que en qualquiera situación que os h allareis, os proporcionará los medios necesarios, p ara conservaros en su gracia.
2 2 .El hüs quídem p o r lo gu6 Tcspecta al modo de
a r g u i í e judica- . . ^ ■*- . ,105 : conduciros con esos enemigos . de
nuestro Señor Jesu-C hristo y de su Iglesia ; de la fe , y de la piedad, distinguid entre ello s: Aquellos^ cuyos extravíos son públicos^ como los maes«* tros del error , y los discípulos tan ciegos, y tan obstinados como ellos en no creer, principalm ente la vida del siglo que ha de venir , llevan y a sobre ¡a frente la sentencia de su eterna condenación, A estos es menester reprehenderles ( i 8 ) a cara descubierta^ paraque los otros se guarden de caer en sus errores y lazos.
=3. ^ 3 -iiiosverosaivate Alsunos h abrá, Que ó por ieno-de igne rapien- , ^ • >te»; rancia , o por sim plicidad , o por
debilidad se hallarán en peligro de c a e r , 6 quizá habrán ya caldo ea
alguno de los la z o s , que de todosmodos , y por todas partes van armando esos impíos incrédulos. P racticad quantas diligencias supiereis, y pudiereis para sacarlos de sus m anos. Ponedlos, en salvo. Ese es un incendio que se propaga con demasiada rapidez. Acordaos de la caridad de Christo., y libertadlos del fuego ( 1 9 ) de errores en que ahora 66 intenta p recip itarlo s, y del fu ego eterno que despues los envolvería.
S i hay algunos que abiertos los ojos del alm a empiezan á arrepen- tirse y á pedir perdón á Dios y á la Iglesia, tened compasion de ellos^ y tratadles con caridad y mansedumbre ; considerando que la fe es un . don gratuito de Dios ; de lo qual se infiere, que habéis de v iv ir con temor de que el Señor no os la q u ite , si llegaseis á ofenderle demasiado.
Aborreced de. corazon f s o ) o d i e n t e s e t e s m ,, . . , ^ . qtiae c a r n a l i s e s t ,
errores y los vicios de estos enemigos macuiatam timi- de Jesu -C hristo y su Iglesia. E v ita d su conversación y trato fam iliar ; y aun su com pañia , si es posible. E n tended que asi como según la ley de M o yses, el que llegaba á tocar el vestido de un lep ro so , contraía
tam bién inm undicia legal ; asi laconversación y trato de semejantes impíos es una gangrena que se prop a g a , y una fealdad que ensucia las almas de los que se les acercan sin la debida precaución.
14- .EUutem,qui £ q medio dc estas tribulaciones
potens est vos . . . . .conservare sine V pcllSrOS UO C e S C l S , hllOS miOS , dCp -^ c 3 to ,e t c o n s - T ° j i *tituereantecons-volveros á liio s , de pedir SU mise- ?Simin íilfitos r ic o rd ia , y de alabar su altísima, in justísima , y am abilísim a Providen-w-ciiri«i'” cía. Bíos es el único que con los au
xilios de SQ gracia puede fortalecer vuestra fragilidad , y conservaros sin cometer pecado alguno , á pesar de las tentaciones, peligros y malos exemplos de que os veis cercados. Dios es el único que puede concederos el don inestimable de la perseverancia fin a l, y conduciros lim pios y puros sin mancha alguna á su D ivina presencia , y entonces le vereis cara á c a ra , y sereis testigos oculares de su g lo r ia , donde os gozareis eternameute en él con nues^ tro Señor Jesu-Christo quien siendo Dios se hizo H o m b re, y vino á este m u n d o , para mereceros y alcanzaros tan grandes bienes ; y volverá un dia p ara ser glorificado en sus San-
to s , y adm irable en todos los que creyeron en él.
E n tre tanto mientras nos d u ra solí Deo salvi- esta miserable vida , alabemos con Jesiim Chrisima todas las criaturas á Dios Trino y “ mn‘ gí™riaySt U n o , y démosla siempre y en todas partes infinitas gracias , reconociendo^ S e sLuiuS que el solo nos ha salvado de los pe- «f m
^ om nia &3eculiligros presentes, y esperando que nos s cuiomm. a- salvará de los fu tu ro s, p or medio de nuestro Señor Jesu- Christo, Y oponiendo nuestras adoraciones y alabanzas á la im piedad, y á las blasfemias , que estos impíos incrédulos vom itan contra su divina M agestad, celebremos sin cesar su gloria , que se le debe por la plenitud de su s e r ; su magnificencia , que se manifiesta en todas sus o b ra s; su absoluto y supremo dominio^ que exer- ce en todo quanto sucede en el m undo ; y sm infinita Omnipotencia p ara hacer todo lo que quisiere en el cielo , en la tierra , y en los abismos. Confesemos por fin que este reconocimiento y alabanzas le son debidas ante todo sig lo , a h o ra , y por todos los siglos de los siglos. Amen,
N O T A S .
I.
Frater autem JacohL v. ï .Admirase la humildad de San Tadeo, que no se atreve d
titularse Apostol, y autoriza su carta con el nombre de su santo hermano, como si no bastára el sayo para hacerla respetar.
2.
In Deo Patre dilectis. v. r .San Tadeo fuë el Apostol, que en la noche de la cena
(Joan. XIV . 2 2. ) preguntó á nuestro Señor Jesu-Christo ¿ porgue se les habia de manifestar á ellos y no al mundo ? y entendió de su respuesta que los que aman á Dios, ó por lo menos tienen verdaderos deseos de amarle, están en disposición de escuchar la voz interior del Espíritu Santo , quien nua infunde la fe , y conserva en ella. Pero los que se dirigen por el espíritu del mundo, que es de error, y no de verdad j ni entienden ni reciben la doctrina de Jesu-Christa Por esto ni nuestro Apostol les dirige esta carta, ni yo su explicación. Con todo, por quanto la caridad todo lo espera', nos pone á la vista los castigos temporales y eternos de los que no quisieron creer, á fin de excitar en toda especie de Gnosticos y pecadores aquel temor de Dios, que es principio de la penitencia.
Suhintroierunt. v. 4.Aunque la preposición sub signifique alguna vez lo mismo
que statim post j pero aqui se junta con el verbo en su ordinaria significación, que es la opuesta á supra. Asi pues, el verbo subintroierunt-^ según todos los sagrados Interpretes que he visto , significa en buen romance : entraron baxo mano. Tanto vale entrar fingidamente en la Iglesia , como quedarse dentro fingidamente, despues de haber salido de ella por una completa apostasia. Una y otra ficción es propia de los enemigos que hoy tiene la Iglesia. No puedo decirlo mejor que con las palabras del Filósofo Rancio en su Carta Nona pag. 10 ; ceEmbes- » tir porlo claro á la religión protestándose ser enemigo, abrien- 10 do francamente su pecho, y presentando tales como son sus
;» ideas; ya es una tontwfa digna de los tiempos de Cerinto, íjM uatauo, liutiches, Sergio, y Luíero. La mafia, el talento, 9) ia política consumada y la gran ciencia del dia debe ser la »jnusuia que la del apóstol Judas Iscariotes, que eutregd y ven- ytáió á Ghristo, dándole un oscuJo de paz. Ghristo en la boca, n su religión en las palabras, 8U doctrina á tiempo y siu é l , su >jEvaug<riio para to¿lo; y en el entretanto vender, burlar, in- fjsultar, abolir, y externúnar á Ghristo, su nombre, su divi- »nidad, bu Kvangelio, su religiün,y sus discípulos. Filf>sofía^ íi ra z m , reform a , libertad , luces, ilustración, ideas iiberale» » por una parte j supei sticion , ignorancia, fanatism o , abusos p hipocresía é igualt*s cosas por otra; son las únicas voces que » en boca de estos caballt-ros resuenan, al paso que en sus cora- »zones ya no ha quedado nada, que con cien leguas se acer- » que á religión , ni á Dios alguno , ni á probidad, ni á pudor, » ni á honestidad, ni á cosa alguna buena : y ocupan el lugar p que todo esto debiera tener, el mas ciego ateísmo, la impie- 7i dad mas barbara, la mas profunda corrupción, el Ínteres nia$
injusto, la crueldad mas ¿era, y quantos monstruos tiene ea 55 sus senos el abismo. Tal es el plan que los Jansenistas traza- íJron eu la Cartuxa , como tengo por cierto , si-55 guiendo la opioion de muchos, y según el qual han obrado, P5 como la experiencia demuestra, y ninguno puede dudar; sea » d no cierto aquel conciliábulo de Satanás; plan que Voltaire »quiso seguir, sin que lo consintiese la fuiia de su impetups* »impiedad; pero que llevaron hasta el líltiino grado d’Alem- v> bert su discípulo en Paris, y su amigo Juan Jacobo Rousseau »en Ginebra; plan que durd entre los Ateos, Francmazones^ é »Iluminados de ia Francia, hasta que arrollado el Clero católi- » co, no hubo ya necesidad de seguirlo; plan finahnente, que »yo descubro, y todo el mundo puede descubrir en gran nd- »mero de escritos, que de un año á esta parte (úAo/c ya van 55 dos) están obscureciendo la luz pública , y propagando el »ateísmo en la nación. Nada digo de las personas, porque no »tengo autoridad para juzgarlas; pero ruego á todos aquellos »que 1a tienen, que no se duerman en peligro tan grave, ni »pierdan de vista ia responsabilidad en que están,si no lo ata-
Olim prascripti in hoc judicium. v. 4.En la Parafrasi he seguido los Interpretes que daa i la pa
labra pr¿escripti so significado natural, que es escritos anHs'. Me parece que alude San Tadeo á los escarmientos referidos ea el antiguo Testamento de A arios pecadores, que al fin cayeron en. apostasia, y á los anuncios del mismo castigo contenidos en ,el Evangelio, y tal vez también á lo que dixeron sobre lo mismo San Pedro (2 . Petr. 3.) y San Pablo (2 . ad Tini. 3.) Con estas prevenciones nos dice, que los muchos y grandes errores que en el dia corren, lexos de hacernos vacilar en la fe , nos deben confirmar en ella 5 viendo que . permitiéndolos Dios, se cumplen las profecías. Tengase presente que la fe es una gracia divina , que nadie la pierde sino por su culpa, y que la luxu- ria es el vicio que mas dispone á perderla. Vease S. Tomas a. 2. <juest. X L V JI. art. 3.
5-
Dominum nostrum Jesum^Christum negantes, v. 4.Los Gnosticos de los primeros siglos no podían aborrecer á
nuestro adorable Redentor mas que ios Filósofos de este tiempo. Lease el segundo capítulo de las Memorias de Bar/uel, donde manifiesta como se formò esta última conjuración anti-chris- tiana , que tantos progresos ha hecJio y hace. Solo aquella lior- reiida , y execrable blasfemia cifrada en siete letras, ecr. Vinf^ y.puesta en las cartas de los conjurados, en lugar de Dios guarde á V., demuestra, que estos últimos Gnosticos son tan malos d peores que los primeros.
6.Angelos vero. v. 6.
E l pecado de los Angeles que se hicieron demonios, se ha explicado en Ja glosa conforme á la doctrina de S. Tomas i . p. q uest. L X Ill . art. 3.
7-
De M:oysi corpore. v. 9.Consta del capítulo X X X IV . 6. del Deuteronomio, que na
die sabía el lugar del sepulcro de Moyses. La disputa que aqui se refiere, la supo San Tadeo, d por revelación particular y 6 por tradición común. Ella es un sagrado enigma , que debe entenderse literalmente del modo que entiende la Iglesia la conferencia que tubieron en presencia del Señor los hijos de Dios con Saünás, referida en eJ libro de Job. Gomo haya de entender-
sé el hablar de-un Angel á otro, lo explica S. Tomas i . p. quest. CVII. art. i . En que consistan -las discordias y contestaciones de aquellos espíritus, referidas en- la sagrada Escritura , lo declara ei Santo Doctor en la misma parte quest* C XIII. art. 8.
8.
In contradictione Coré perierunt. y. rr .
La contradicción de Coró y de los Levitas partidarios snyos referida en el capítulo i6 de los Ndmeros es muy semejante y puede significar muy bien á la que enjpezó Jansenio con sus amigosj y perfeccionaron, reduciéndola á sistema perpetuo,los eclesiásticos congregades en el conciliábulo de Pistoya. Al Levita Coré se le unieron Datan-, Abiron , y Hon de la tribu de Rubén, para quitar á un tiempo el gobierno civil á Moyses, y el sagrado á Aaron ; y vemos que la confederación de Jansenistas y Filósofos se estrecha cada dia mas y m as, para seguir el empefío, que dias hace lleva el infierno, de arruinar el Trono y el Altar. E l objeto de la ambición y conjuración de^Coré fuó el supremo Sacerdocio de Aaron, cuya autoridad les parecía excesiva , como igualmente la de- Moyses; y para deprimirla no hacían mas que excitar en el pueblo murmuraciones contra ambos. ¿Y no es acaso la autoridad del Sumo Pontífice y su infalibilidad en los decretos de fe el blanco á que se dirigen todas las contradicciones de los Jansenistas ó PistoistasZ ¿No han hecho y hacen quanto pueden, hasta unirse con los Filósofos , para que la potestad civii se oponga á la eclesiástica, á fin de que las dos queden arruinadas? En la antigua Ley el turibulo era propio del-Sacerdocio, y los doscientos cincueníá Levitas, que seguían el partido de Coré, tenían ya prevenidos los suyos para usarlos al tiempo de la revolución. ¿Y por ventura los Jansenistas no atribuyen á los .Obispos los derechos propios del Sumo Pontífice, y á los Párrocos los propios de los Obispos ? Pudiera alargar este paralelo; pero San Tadeo llama principalmente nuestra atención á los castigos, con que Dios apagó aquella sedición. La tierra se tragó vivos á Coré, Datan, y Abiron. E l fuego quitó la vida á los doscientos cincüenta Levitas , que usurparon el-ministerio sacerdotal: y de Ja multitud; atraída y complicada '>n-la rebeliou'de Coré, perecieron-repen^ tánamente catorce mil y setecientos.
Los que creen en Díoa, íkcilmente entienden que esos casi“
tigas ía«roa disposiciones extraordinarias de su altfeima Provt- ■dendai pero saben también, que Diua «ia hacer milagros, y sin salir del camino regular que sigue en el gobierno dtl mua- do, puede y suele castigar teinporahnente á los pecadores que quiere : mas como enibia también trabajos á los justos, <5 porque de ellos les resulta algún bien mayor, ó para probar su fidelidad, ó paraque no hayan de purgar en el otro mundo culpas pasadas. de aqui es, que la suma rectitud de lös juicios divinos, por ahora es un misterio, y no se hará manifiesta hasta el dia del juicio universal. Señor dice David (Psalm. XXXV. 6. ) tu justicia es para nosotros inaccesible, como las montarías mas. altas ; tus juicios impenetrables, como un abismo el mas profundo^
Sin embargo podemos pensar qual sea , 6 presentir qual haya de ser el castigo temporal de algunos pecadores, quando DOS consta qual haya sido el de otros semejantes -, especialmente , si Dios con el castigo de los primeros fios quiso significar qual hubiese de ser el de los segundos, couio sucede en este lugar, en que San Tadeo profetiza los castigos de los conjurados fcOQtra Christo y su Iglesia, como cosa ya pasada y ejcperimen- tada en la antigua sedición de Coré. Entre los signos y los significados hay siempre alguna diferencia. Dios castigd á los Le- yitás, y Rubenistas, que se levantaron contra Moyses y Aaron con muertes que fueron efectos de una providencia extraordi- saria ; y ahora á Fildsofos y Jansenistas unidos contra los Papas.y los Reyes, los ha castigado y castiga el Señor sin salir del curso ordinario de su inefable Providencia con muertes, que sin ser milagrosas, llevan el caracter patente de efectos de la indignación divina, ¡O vosotros los que todavia teneis fél Oid lo que nos dice San Pablo: ( i. Cor. X.... 12.) E l que viva tn la inteligenGia de que se mantiene en p ie , cuydad& no cay- fa . Oid lo que nos advierte San Juan : ( Apóc. II.... i o.) Guarda bien lo que íieties no sea que otro reciba el premio que por mhora es tuyo.
9 *
In epulis tuÍ9 macula, v. i s .
. Estos convites se llamaban agapes. En el texto griego se lee , no en sut agapes sino en vue^troi agapes. Me ha parecido deiar indecisa esta dificultad.
Id.
Arhores......eradicata. v. I í .Se infiere de esta expresión , que Jos hereges están fuera d«
la Iglesia. De los manifiestos, es cierto : de los ocultos, siente lo mismo la mayor parte de los Tcologos. ü n lobo vestido con piel de oveja, nanea será del rebaño , aunque se meta en él, y vaya mezclado con las ovejas. Hoy en dia los lobos se dan el nombre de ovejas, y con esta sola diligencia quieren pasar por tales, j No es preciso que esté ya ciego el que no los sepa discernir r ¿el que no huya de ellos? ¿el pastor que los admita en ti rebano?
II.
Sidera errantia. v. 13 .E l hecho que significan estas palabras , y las palabras mis-
xoas son para mi una profecia clara. Desde que empeztí esta conjuración anti-christiana movida por Voltaire, todos los ^ue han entrado en ella, y los que les prestan las manos, tal vez 8Ín pensarlo; se tienen por estrellas j y es verdad que son er- rantes. Todos dicen, que sus producciones son luces: y que lot siglos de luces son este y la mitad del pasado j y que nosotros estamos en tinieblas. Los Jansenistas se figuran que han venido á desterrar un getieral obscurecimiento, que en estos últimos tiempos se habia esparcido sobre las verdades fundamentales d^ nuestra Santa Religión. Los Francmazones sublimados han tomado el nombre antiguo de iluminador, ó alunibrados, que es el que adoptaron en España sus predecesores los Priscilianistas, á imitación de los Gnosticos. Los folletos y periódicos que no se sujetan á las restricciones, baxo las quales se ha concedido la libertad política de la imprenta , llaman tinieblas á las verdades , que Dios nos ha revelado, y luces á los errores, en que ellos haa caido. Uno sale por nuestra desgracia en esta Isla, que eu cumplimiento de la profecia ha tomado el nombre de Aurora. Tal es ella como, los,soles eclipsados de Cádiz que la hacen lucir, ó por mejor decir, anublar. Tiene ya veinte y dos números detenidos por la Junta Censoria de esta Ciudad. I Qué mas pruebas nos podia dar la experiencia para afirmar que las estrellas errantes, de que hahla San Tadeo, pueden significar profeticamente á los actuales perseguidoras de Jesu- CluÍ8to,de su Iglesia, y de su doctrina? ¿.Y no puede tawi- hifio aplicárseles aquella amenaza profetica de Isaias: (cap< Y..k.
20.) \ A y de vosotros que dais-él nomhre de bueno á lo malo ; y el de malo á lo bueno, afirmando que las tinieblas son lu z , y que la luz es tinieljlasl Pobres ciegos, que no ven ser el deiiio- n io , quien impele su soberbia al cacareo de la palabra luz y sus analogas, en odio de Christo; porque este es la verdadera luz , que ilumina á todo hombre que viene á este mundo i (Joan. 1..... 9.)
1 2.
Septimus ah Adam Enoc. v. 14.Debemos tener por cierto, que San Tadeo no cita la profe
cía de Enoc, porque la hallase en el libro apoerífo que lleva su nombre. No falta quí;.'n pi-inse que al autor de dicho libro le sirvió de oca¿íoii para fingirlo, la cita de esta Epístola. San Tadeo solo dice que En<x; profetizó^ no dice, que escribiese. Lo mas verosímil es, que nuestro Sdnto Apostoi supo esta profecía , por haberse conservado en el pueblo hebreo por una tradición general y constante. También pudo saberla por revelación particular. Puede ser que Enoc dirigiese inmediatamente esta profecía á ios impíos que precedieron al diluvio , y que San Tüdeo entendiese de Dios, que aquellos fueron figura de estos últimos, á quienes por consiguiente pertenece la profecía en el sentido espiritual, de que se habló en la advertencia. Puede verse la disertación que escribe Calmet sobre el libro apócrifo de Enoc.
>3-
De ómnibus duris. r . 15 .Las expresiones duras son propiamente las que ofenden los
oidos. Por lo que , todas las proposiciones piarum aurium ofensivas , y las que merecen mas grave censura, están compre- 'hendidas en el dure hablar que ha de ser castigado con un duro juicio, segnn esta profecía. Siendo Dios la primera verdad, y como tal el objeto inmediato de la fe j todo lo que se dice contra la fe , se dice contra Dios.
1 4 -
H i sunt murmuratores querulosi. v. 16.También esta parece profecía clara, hasta en las palabras,
de la maledicencia' de estos últimos Gnosticos. E l desorden «« Hotorio. Sus conseqüencias fae»on fatales en Francia, y son te-
mibles en Espaíla. Siendo la lengua un mundo de maldades imiversitas iniquitatis, que dixo el Santo hermano de nuestro Apostol (Jacob. III..... 5.) estos hombres desnaturalizádos hablan y escriben , como si no se pudiese pecar con la lengua, ni con la pluma, que es peor que la lengua : ¿ Por ventura la le j de la libertad de la imprenta ha dispensado la ley natural y divina ? ¿ Puede ser buen ciudadano, <5 buen Español el que sea mal christiano ? ¿ V puede ser buen christiano el qué usa de la imprenta, pecando gravemente, sin esorupulo, contra el quarto mandamiento, que nos manda respetar á los qué nos gobiernan , y contra el octavo, que nos prohíbe la mentira, la detracción, y la contumelia? Yo no creo, que los primero* murmuradores querellosos, de quienes habla esta profecía , pu- Idiesen ser peores, que los que empezaron á desmandarse en el siglo pasado, y van continuaudo en este.
i ’ ' 5 .-s.
In novissimo tempore venient Hlusores. v. 18.Voltaire es sin duda el maestro y el modelo de estos últi
mos Ilusores de la Religión Christiana, profetizados por lo» Santos Apostoles. Las dnicas armas que usaba este caudillo de los impíos^ y que ha puesto en manos de los que le siguen en ?fita guerra , que se hace á las almas de los creyentes, no son 9tras que fábulas., ironías, sátiras, sarcasmos contra Jos que creemos, y contra lo que creenioí. Yo no te pido otra cosa, le
• dice á su Alembert ( carta 128. ) sino cinco ó seis agudezas (bons mots) cadadia. E l ( nuestro Seilor Jesu-Christo) no se levantará. R í e , Democrito mio, rie y hazme r e ir , y los sabios (los Gnosticos , los Ilustrados) triunfarán. Pregunto : ; H ay en España discípulos de Voltaire? ¿Han hallado lugar entre nosotros estos Ilusores, de que hablaban los Apostoles ? ; Estos nioíadores de nuestra santa fe? Oh! Buen Dios! Fce mihi., ut ^iid natas sum videre contritionem populi mei\ [i.M achab. t.)
^asta el Diccionario critico burlesco para llorar mientras vivamos los progresos que ha hecho en España la escuela de Voi-
lt|aire, y con ella la impiedad, y la irreligión.
í 16.t ^ , 1, . ^^gf'^gant semetipsos. v. 19.
- íNo hallo inconveniente en pensar, que el Espíritu Sant#
(Jictd estas palabras á San Tadéo, paraque las entendiesemof también de lo que liacen hoy en día los Francmazones en sus ZAgias , loa Hominados en su Areopago, y los demas Fildso- fos en sus Clubs 6 sinagogas de Satanás. Todos estos impíos se leparan á sí mismos de los buenos Christianos para juntarse ellos solos en esos infiernos terrestres, donde los diablos les dictan los medios de promover y adelantar la conjuración anti- fhristidna , hasta perder si pudiesen á todo el orbe. En el antiguo Testamento (Sap. cap. 2 .) el Espíritu Santo nos hace ana descripción patética de semejantes juntas de materialistas y ateístas que confabulaban entre s í , para entregarse desenfrenadamente á los placeres, perseguir á todos los buenos, y dar la muerte alju sto por antonomasia, que es nuestro Seflor Jesu- Christo. Todo lo que alli se dice puede aplicarle en el sentido espiritual á las juntas secretas, que despues de la muerte de Christo se continuaron contra él y su Iglesia por los Gnosticos y Maniqueos. Pero los Fraocmazones y los Iluminados de nuestros dias han subido esas juntas á un grado de abomina- eion , que no tiene semejante , ni era imaginable.
17 .
Vosmetipsos in dilectione D ei servatB. ▼. 2r.E l Maestro Avila en el capítulo 35 de su Audi filia prueba
que. la propia conciencia del que quiere seguir la virtud, le dá testimonio de ser nuestra Fe verdadera. «Y esto dice va funda-
do en la palabra que el Señor diro (Joan. V II .....»7 - ) ‘V» alguno quisitre hacer la. voluntad de mi P a d re , aquel tal eo* »nocerá mi doctrina si es de Dios. Bendito seas, Señor, qne »tan 6ado estás de la justicia de esta tu causa , que es la ver- 99-dad de tu doctrina, que dexas la sentencia de ella en manos » de quien quiera que sea , amigo ó enemigo, con sola esta con- »dicion, que el que quisiere ser de ella ju ez, quiera hacer la X voluntad de Dios.” Verdad es, y definida por la Iglesia, que ^ rd ida la gracia por el pecado mortal, no siempre se pierde kk fe : pero ordinariamente á- ningún Católico priva Dios de-la luz de la fe , que. no sea por pecados anteriores: y entonces permite Dios un pecado mayor en castigo de otro menor. Porque motivo permita la infidelidad en unos pecadores, y no eo
- otros, no lo quieras ju z g a r , dice San Agustín, si no quieres errar. Lo que debemos hacer es imitar á San Pablo, y decir coa él (Kom . X I.....33*)* ^ o^tezade lat riqueM» d» la tahi-
éuria y ciencia de D io t! que incomprehensibles son sus juiciosi y que inapeables sus caminos! Bastanos el saber, que ea nuestra oiano está recibir y coaserrar esta laz superior.
a .
E t hos quidem arguite judicatos. v. t t .Algunos dexan la fe por malicia, otros por fragilidad, j
otros bien pocos s«» arrepienten de haberla dexado. De los primeros son en el dia ios que sostienen á cara descubierta el Fi- losofísmo y el Jansenismo franceses. Estos deben ser reprehendidos publicamente, aunque se ofendan y escandalizen , como los Fariseos. Porque la salud de la multitud debe preferirse á la paz de los particulares, dice Santo Tomas 3. p. quest. 42. art. 8. sobre cuya d^trina puede verse á Suares Disp. 30. sect. %.
19 .
Utos salvate de igne rapientes. v. 33.Es muy necesario que todos los que han de dar cuenta á
Dios de vidas agenas, consideren seriamente este encargo, 4 sea precepto de San Tadeo. La propagación del incendio de errores corre á cuenta de una conjuración antichristiana, de cuya existencia no puede dudarse, y cuyos agentes están trabajando de todos modos en las quatro partes del mundo. Nunca ha sida mas necesaria la vigilancia evangélica. ¿ Quaníos serán los que peligran? ¿quantos los que habrán empezado á tropezará ¿ quantos se librarían de las trampas, astucias y violencias de la conjuración, si tubiesen quien les ayudase? Se dirige pues esta advertencia á los Prelados, Párrocos, Predicadores, Üoa- fesores, ladres de familia, y aun á los que están encargado« del gobierno civil. Todos estos deben reveátirse del zelo de la caridad christiana, y velar con cien ojos, especialmente sobre la ■gente joven de ambos sexós que tengan á su cuydado, y saber con quien tratan, que libros 6 papeles-leen, y como se explican j no sea que en el dia del juicio se nos diga lo de Isaías (cap.L V I..... 10 .) : Tbíioí fuisteis centinelas ciegas., ninguno quisésaber lo que pasaba. Importa mucho tener presente lo que enseña Santo Tomás 2. 2. quaest. 60. art. 4. ad. 3m. con estas palabras. rQaando hayamos de remediar algunos males, sean » propios, sean ágenos j conviene, á fin de que el remedio sea í^fiQas^egurO) hacer «uposkion de lo peor, porque el remedio
»eficaa contra uà mal mayor , lo es mucho mas contra un mal »menor.” En la nota siguiente se explicarán varios indicios de impiedad, que pueden ayudar grandemente á esta averiguación y remedio. Y para aplicarlo bien, no se olviden los términos, en que lo manda SaniTadeo ; De igne rapientes : esto es : arrebatándolos , apartandolos de este incendio por fuerza , y con prontitud. El demasiado miramiento en estas circunstancias . seria prudencia de la carne, k que según Saá Pablo ( Rom. V II I .....6. ) es un homicidio espiritual. >
2 0 .
Odientes maculatam tunicam. v. 23..
Los conjurados contra nuestro Señor Jesu-Christo y su Iglesia hacen quantas diligencias pueden para horrar de la opinion de los Españoles la infamia y deshonra que llevan consigo los delitos contra nuestra santa fe. Pero en vano se cansan. Mientras España;sea caídlica (que siempre lo ha de ser) tendremos por infames á los .hereges, y mucho mas á los qúe se precipiten al materialismo, deismo y ateismo. Esto es, á mi parecer lo que [nos previene San Tadeo, mandándonos tener cw- c o del veaíido inmundo de los Impíos. Se colige de esto, que quando estamos ciertos, de sus errores ó apostasia, debemos aborrecer,.abominar, y detestar no sus personas, sino su trato y comunicación j y conviene también darlos á conocer á los menos advertidos, por lo que se ha dicho en la nota antecedente: y esto aunque no sean excomulgados vitandos, ó puestos en tablillas , porque esta prohibición del trato con los hereges y apostatas es de derecho natural y divino, por el peligro, en que nos ,pondria su trato y conversación, de la que dice Sao Pablo ( 2. Tini. IL... 17 . ) 9 prende y se propaga como gangrena. Harto lo demuestra en nuestra Patria ia triste experiencia de estos años.
íwato Tomas (2 . 2. quest. 10, art. 9 .) exceptúa de «sta prohibición á los que son firmes en la fe , quando de su tratu con loe iaíieles se espera la conversión de ellos , y no se teme la subversión de los Fieles. Me hago cargo que los mismos que han dexado la fe y viven entre nosotros, conduciéndose del mo-
. do que se insinuò en la Nota 3.", pretenderán que es juicio te- jí)íírario el tenerles por hereges 6 apostatas, y que es caJuinni¿ el aiaiiifestarlo á otros coa obras, escritos, ó palabras. La rti-
paesta á esta <^jecion de nuestros verdaderos hipócritas ( de-: xaado á pute que para preservarnos de eHos no debamos aguardar qoe poágan el colmo á' sus extravíos, Iiaciendo' ya acaso irremediable el daño) se halla perfectamente prevenida' ea la Carta ujodecima pag. 19 . del FUósofo Rancio, cuyo frag> floeoto quiero j debo insertar. .
fr Diganme en primer lugar ¿ es calamnia 6 juicio siniestro saounciar que hay fuego, donde se ve que hay humo? £a- »pues., homo de impiedad es ia leccáon de los libros impíos; y seste homo se está deiando ver tanto en las citas honoríficas. 9 que por muchos se han hecho del Rousseau, del 3 Iontea-< squieu , de la ¿ociciopedia,-del Sjnodo de Pistuya , y otros a> tales 3 quaoto en las sentencias y plagio«, que liasta con las ■ »mismas palabras de estos im pías, estamos leyendo en los pa>- » peles públicos.
7> Humo es de impiedad. qoando no sea la impiedad mis- ■ 9» m a, el odio conira los Ministros 4 ó por decir lo que es, con- X tra el Ministerio de ia Iglesia; y las acosacioaes vagas y ge-r »uerales qoe se les hacen, como de gente supersticiosa « y pro-. X motora de la supersticiob; igoorante y propagadora de Ja ig> X ooranciaj y que ni piensa, ni enseña, ni obra, sino según le. »sugiere su Ínteres y .su afan de pasarlo bien sin trabajar, vi- 9 viendo como unganos del piieMo christiairo. Desde W iclef »acá por esta abertura han comentado á ahullar todos lus he-, »reges é impíos; ¿y de que otra cosa ¿iao de estos sucios sar-. » casmosrellenan Vs. sus papeles,y tej:en sus miserables apo-. » logias 7
» Humo áe impiedad es la depredación de los bienes de la. »Iglesia , y de los £clesiá5ticos, y quanto se escribe y se pro-, »yecta para la tal depredación, como desde Christo hasta no- »sotros han demostrado palpablemente los perseguidores, los shereges^ los ehrístianos de aoio nofábrc, que en todos los »tiempos han existido. Y á V'. Señor Conciso, no se le hahrá- » o lv i^ d o , que juzgd dignas de dos suplementos á su insulso »papel, las dos discusiones, en que se ventild esta materia ea »en el Congreso : y que recogid en Jos lales suplementos quan- » to el calor, Ja imprudencia, y no se que m as, puso tu U bo- »ca de algún otro de ios Señores. Diputados ,que merecía iia- »l>erse dexado en un eterao elWdo; y que la sabiduría y pie- »dad del Congreso supo corregir por su justo y religiusf} decre- » to , en que m andJ, ao que se tomasen ios bienes de la » ig lesia , fiiao folo que tt exliortase el ¿tío de ios Obispos.para.
a®99 1a entrega de las alhajas, ({ue ellos nojasgaien precisas part n el culto divino.
99 Humo de impiedad, ó acaso impiedad manifiesta, co- » meazó á ser desde ahora tres siglos, la pretensión de alganof 9> Protestantes, que olvidados de la doctrina de sus xefes, pre- „tendieron, que cada uno pudiera escribir lo que se le viniese ,.,á la cabeza sobre la religión y su doctrina. Pues ya Vs. sa- „ bea que esto mismo fué lo que solicitaron, quando la discu- ,, sion de la libertad de imprenta, y esto mismo lo que están
practicando, á pesar de la expresa excepción que hizo el Gon- „ greso , quando coacedid únicamente la libertad política, „Qtiando los filósofos querían dexar de serlo para hacerse chris- „tianos, quemaban á presencia de los fíeles los malos libros „q u e tenian: multique.eorum (se dice en los Hechos Apostolicos „ca p . i<).) qui fuerant curiosa íec ía íí, contulerunt libros et „ combasserunt coram ómnibus. Vs. pues, que toman el opues- ,,to camino, poniéndonos en las manos libros y papeles, que „son capaces de descristianizarnos ¿como estrañan que les di-
gamos lo que les decimos?»Huuio de impiedad es el atentado de que una mano pro-
„fan a quiera manejar el turibulo; de que un temerario sin au- ,, toridad quiera enderezar el Arca Santa, porque su ignoran- „ c ia le hace creer jue titubea; de que una oveja usurpe la co- ,, misión de su Pastor; de que un perdido, que de pies á cabe- „ za está necesitando de reforma, se intitule y aspire á ser re- „formador : y este atentado es el prospecto, con que Vs. todos „ s e nos venden , y el miserable pretexto, con que tratan ínu-„tilmente de cubrirse. Humo de impiedad...... ; mas correrl*,,todo seria obra muy dilatada.*'
Hasta aqni el Rancio y mi« Notas, que concluyo con la oración de David en las dos últimos versos del salmo undécimo : esperamos, Señor, que por vuestra Bondad y Misericordia nos librareis algún día de esta perversa generación de impíos sin religión: y que mientras no nos libráis, nos guarda- yeis eon el p ^ e r y fuerza de vuestra gracia, de caer en los la- ^ s , que coa su mal exemplo , poder, y escritos están armando i todos vuestros siervos. £llos se precipitan de mentira en mentira, de error en error, y de crueldad en crueldad: pero so movimiento de rotscion no tendrá el fin que desean, sino
cayeodo ellos, lubsistirá como siempre la caluña y el fir*
mamento de la verdad. \ O misterio de vuestra inefable sabiduría! Vos permitís, Señor, que se multiplique cada dia mas y mas esta mala raza de hombres desnaturalizados, enemigo* de ]a piedad, despreciadores de la religión , contrarios y perseguidores de todos los buenos. No alcanzamos la razón de ésta maravillosa paciencia , con que los toleráis j pero la adoramos. Señor, con la mas profunda sumisión, y estamos ciertos de que todo lo ordenáis á vuestra gloria, y á la salvación de vuestros escogidos. Tu Domine servabis nos, et custodies nos á genera-^ tione hac in ceternum. In circuitu impii ambulant. \Sgcundtim altitudintm tuam multipUcasti filios honUmm i
O. S. C. S. R . E ,
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