construcciÓn de objetos arquitectÓnicos y...
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“CONSTRUCCIÓN DE OBJETOS ARQUITECTÓNICOS Y PARTICIPACIÓN COMUNITARIA EN TANCHACHÍN, AQUISMÓN, S.L.P.: HACIA UN DISEÑO
SUSTENTABLE” 1
“… el desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las
generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
(Reporte Bruntland 1987)
Mtro, en Arq. Rigoberto Lárraga Lara2
Resumen
En el presente artículo se exponen las experiencias de investigación participativa en la
localidad de Tanchachín, en el municipio de Aquismón, en San Luis Potosí. Investigación
multidisciplinar para el desarrollo local de la comunidad, donde entre otros objetivos se
planteó el de diseñar de forma participativa la infraestructura turística comunitaria que se
requería para el desarrollo endógeno de sus habitantes. Utilizando los componentes
encontrados de sostenibilidad en la vivienda vernácula y un papel de facilitador del
desarrollo comunitario por parte de los investigadores.
Introducción
En general, la vivienda materializa los valores de sus habitantes y exalta el conocimiento y
la memoria de los pueblos. Como menciona Prieto (1975:17), “entre mayor sea el tiempo
trascurrido y la experimentación en el territorio, mayor será la integración de la vivienda al
medio natural”.
Lamentablemente, lo que para uno significa un ambiente nostálgico de un pasado remoto,
para otros es sinónimo de pobreza y falta de oportunidades; por ello, es necesario que se
atiendan las necesidades de desarrollo de las necesidades precarias tomando en cuenta
las bondades de las técnicas y los materiales de construcciones locales, así como las
disposiciones de los recintos y las técnicas de micro climatización que las comunidades
1 El presente artículo es producto de la investigación “Turismo, participación comunitaria y conservación ambiental en la Huasteca Potosina: una propuesta de desarrollo sustentable para el Ejido la Morena Tanchachín” encabezada por el Dr. Miguel Aguilar Robledo coord. CCSyH de la UASLP, financiada por el SIHGO-CONACYT (proyecto DSH-6/97). Además el Autor contó con una beca del proyecto “Huastecas cultura y sociedad: pasado y presente” (CIESAS-CONACYT-COLSAN: 1999). 2 Master en Arquitectura, alumno de doctorado en ciencias ambientales por el PMPCA de la UASLP, Profesor de las carreras de Arquitectura y Diseño Urbano y del Paisaje de la Facultad del Hábitat, colaborador del cuerpo académico Hábitat y Sustentabilidad del Territorio.
han repetido exitosamente de manera empírica. De esta manera, combinando la solución
a necesidades de desarrollo, retomando valores y conocimientos de la preservación
ambiental.
De lo anterior surgen las siguientes interrogantes: ¿cuáles son las características de la
vivienda campesina en Tanchachín?; ¿qué elementos de ésta son sustentables?; ¿cómo
podemos sumar algunos elementos de la vivienda ecológica autosuficiente y la
biotecnología a la vivienda propuesta?; finalmente, ¿cómo se puede instrumentar el
diseño participativo en Tanchachín?, ¿cuál debiera ser el papel del arquitecto que
participa en acciones de desarrollo en comunidades que aún conservan viviendas
vernáculas? .
Este trabajo de investigación presenta los resultados de una experiencia de diseño
participativo efectuada en la comunidad de Tanchachín, Aquismón, San Luis Potosí. El
proyecto que lo fundamenta parte de uno de mayor envergadura, tuvo tres objetivos:
conocer la arquitectura vernácula de esta microrregión sus técnicas, materiales diseño y
ejecutores; identificar los elementos de la “cultura arquitectónica” regional que pudieran
servir para la construcción de varios objetos arquitectónicos para servicio turístico; sobre
esas bases promover la participación comunitaria en el diseño adecuación, supervisión y
construcción de tales objetos.
La metodología utilizada combino investigación participante, trabajo de gabinete y talleres
de diseño participativo. Así se pudieron reconocer los perfiles de una arquitectura rural,
con profundas raíces de Mesoamérica, que combinan elementos convencionales y
“modernos”, utiliza principalmente con técnicas constructivas y materiales locales, integra
adaptaciones micro climáticas y, en lo fundamental, satisface las necesidades de vivienda
de la comunidad estudiada. En éste contexto informativo se organizaron talleres para
diseñar, supervisar, y construir un restaurante, un museo, varias cabañas, y una escuela
de educación ambiental (Ver figura 1).
Figura 1. Talleres de diseño participativo
Fuente: fotografía de campo, por el Autor 1999.
Estas construcciones una de ellas ya concluida (ver fig. 2), integran materiales y
conocimientos constructivos de la comunidad estudiada. Experiencia como ésta, sin duda
representan un caso significativo hacia la construcción de un diseño sustentable.
Figura 2. Proyecto, diseño y gestión participativa
Fuente: Lárraga (2000).
La vivienda campesina en Tanchachín
Nuestro objeto de estudio está ubicado en el Ejido La Morena-Tanchachín, municipio de
Aquismón, San Luis Potosí.
La calidad de vida en Tanchachín está considerada como “nivel bajo” dentro de un
municipio considerado por INEGI (1990-2010). No obstante, los recursos naturales de
Tanchachín son variados, su flora y fauna son diversas debido a su clima tropical sub
húmedo.
Tanchachín es una comunidad mestiza de 955 habitantes localizada a 18 km de Santa
Anita (entronque ubicado en el km 23 de la carretera Ciudad Valles - San Luis Potosí).
Aunque sus orígenes más remotos datan de 1937, cuando un grupo de inmigrantes de
Querétaro fundaron el Ejido “La Morena-Tanchachín”. Una vez asentados en Tanchachín,
los colonos se familiarizaron con la arquitectura de las localidades próximas (de origen
Teenek), elaborada con materiales y técnicas de la región: donde predomina la presencia
de árboles, palmas, horcones y otates; y en menor escala ladrillo, teja, zacate, maderas
en tablón, concreto o piedra braza.
En las entrevistas hechas a diversas personas de Tanchachín se pudo constatar en que,
en general, a ellas les gusta experimentar con distintos materiales y combinaciones de
ellos. Esto no significa, necesariamente, un problema de identidad cultural, sino una
búsqueda de innovaciones tecnológicas ya presentes en las comunidades circunvecinas.
De ésta manera, se aprecia en la localidad una variedad de donde no solo se muestran
materiales locales de procedencia vegetal y tratamiento primario, sino también de
materiales prefabricados e industrializados como el block de concreto, láminas
galvanizadas y losas de concreto armado, entre otros.
A pesar de estar dividida de espacios independientes, y dispersos, la vivienda campesina
de Tanchachín es concebida como una unidad, incluyendo el solar, el “almacén” de
alimentos, la cocina, los dormitorios y la letrina. Algunos habitantes de Tanchachín
expresan el concepto de vivienda así, “… donde yo vivo son varias casas; una de ellas es
cocina, en otra dormimos y la letrina que esta por allá atrás”3. Aparentemente, esto se
debe a que, inicialmente, todas las actividades se desarrollan en un recinto, excepto las
desarrolladas en la letrina.
Así, al principio un espacio contenía el fogón, las camas, la mesa, y sus actividades
correspondientes. Posteriormente se construyeron cuartos adicionales para distribuir
nuevas actividades. De esta manera, los cuartos aunque estén separados, no marcan una
división entre lo que se concibe como vivienda. Más bien, es el hogar (donde radica la
toma de decisiones y el mantenimiento económico) donde se da la unidad de vivienda. En
suma, sin menoscabo del número de cuartos, siempre y cuando los habitantes dependan
de una persona, el hogar constituye una unidad de vivienda. De esta manera si un hijo se
casa o forma una nueva familia, instituyéndose como cabeza de la misma, no importa que
3 Informante: Florencio Briseño de la comunidad de Tanchachín, Aquismo, S.LP.
su casa este dentro del solar familiar o que, a simple vista, su cuarto parezca uno más de
los que constituyen la casa paterna, por el solo hecho de albergar a una nueva familia
constituye una unidad de vivienda independiente.
El esparcimiento normalmente se realiza fuera de los dormitorios o en espacios cerrados,
en pórticos o bajo la sombra de árboles. No es raro que en el exterior se escuche música,
se vea la televisión, se planche, se reciban visitas, y se laven los trastos o ropa.
Los espacios virtuales generados por las sombras de los arboles no solo son utilizados
para esparcimiento y decoración, al igual que en los espacios urbanos, sino que además,
devienen espacios sociales, de trabajo y extensión diurna de los espacios interiores,
(véase figura 3).
Figura 3. Relaciones espaciales dela vivienda en Tanchachín, Aquismón.
Fuente: Lárraga (2002).
Vivienda y sustentabilidad en Tanchachín
Aunque la vivienda en Tanchachín tiene algunas características formales y técnico-
constructivas que la hacen sustentable4, en las últimas dos décadas la comunidad ha
experimentado con nuevos materiales y técnicas que, por su poca familiaridad con ellos,
no han satisfecho sus necesidades de habitabilidad5 como lo hacían las técnicas y
materiales anteriores.
4 Para efectos de esta ponencia, se considera “sustentable” aquel proceso que: a) mantiene o persiste en el largo plazo porque; no afecta sus propias bases de reproducción (Aguilar-Robledo com. Personal 2000.) 5 Se entiende por “habitabilidad” al entorno construido por el hombre que hace más confortable sus actividades.
El uso de materiales de la región (palmas, otates, maderas y adobes, entre otros) hace
innecesario “importarlos”, a precios elevados por costos de transporte, de otras regiones.
Por otra parte, el carácter “biodegradable” de los materiales permite que las viviendas sin
uso se degraden y algunos de sus materiales sean reutilizados y se integren nuevamente
a la naturaleza.
El mantenimiento continuo es parte de la cultura del uso de los materiales y está al
alcance económico de cualquier individuo de la comunidad, aun de aquellos
“avecindados” que alquilan su solar. A pesar de que la madera y la palma son materiales
de una duración mucho menor que el acero y el concreto, los procesos de transformación
involucrados en la construcción, además de fletes y otras energías externas, son mínimos
comparados con aquellos materiales de origen pétreo o prefabricados. El uso de la palma
(Sabal mexicana), que a veces es reconocida como una plaga porque se vuelve la
especie más predominante en las áreas sujetas a incendios o quemas periódicas, en este
sentido la construcción contribuye a armonizar la relación hombre-ambiente. Cabe
agregar que la sustentabilidad de los materiales de construcción no deriva de su
durabilidad o resistencia al paso del tiempo sino la amplia disponibilidad local, su fácil
reemplazo, su carácter “biodegradable” – desintegrándose sin dejar problemas de
contaminación-, con excepción de algunos materiales pétreos (arena, grava, piedra laja).
El conocimiento constructivo que, de manera empírica, se ha puesto en práctica en la
comunidad facilita una relación armónica entre el medio natural y el social. Además ese
conocimiento de ha transmitido de generación a generación lo que permite satisfacer las
necesidades de habitabilidad del presente sin poner en riesgo los recursos necesarios
para que generaciones futuras también lo hagan, de igual modo, el conocimiento
constructivo local hace innecesaria la utilización de técnicos especializados externos, lo
cual repercute favorablemente en los costos de construcción. Al mismo tiempo, el uso de
materiales y técnicos locales permiten que las utilidades generadas en la construcción se
traduzcan en empleos para algunos miembros de la comunidad.
Además, los arquitectos locales dominan a la perfección las técnicas locales,
construcciones tales como: cimentación de piedra (mampostería), pilotes de madera o
renchidos de piedra laja, techos de palma, estructuras de horcones, caballetes con
largueros y cintas de madera local (véase figura 4). Como se sabe, estos sistemas de
construcción no obstante su sencillez y eficacia dan solución de las diversas
problemáticas de la construcción de esta región tropical subhúmeda.
Figura 4. Materiales y técnicas de construcción.
Fuente: Moreno (2011).
Los aspectos micro ambientales de la vivienda de Tanchachín reflejan una sofisticada
adaptación al medio ambiente. Por ejemplo, la vivienda prescinde de energía adicional
para su calefacción/enfriamiento ya que la ubicación de puertas y ventanas, la
construcción de alerones y pórticos, la inclinación de los techos, los miles de micro
canales sobrepuestos de sus techos de palma, la generación de tapancos, así como, la
disipación de calor en los muros, constituyen una serie de elementos arquitectónicos que
generan condiciones micro ambientales de confort evitando cuantiosos gastos de energía
en calefacción/enfriamiento. Otra de las características arquitectónicas que permiten el
confort ambiental dentro de la vivienda es la disposición de los recintos separados o
provistos de corredores sombreados. Esto facilita la circulación del viento, lo que
complementa el uso de árboles de sombra en los solares.
La construcción de la vivienda activa una red organizativa vecinal que hace más factible.
Cuando no se contrata a un constructor local a menudo intervienen apoyos solidarios de
ayuda mutua, algo similar a la “mano vuelta” practicada por los vecinos Teenek, para la
construcción de la vivienda. Además, este modelo organización es repetible porque el
construye adquiere el compromiso de reciprocidad con los otros individuos que lo apoyan
para cuando estos lo necesiten. De esta manera, también se trasmite o socializa el
conocimiento de los conocimientos técnicos constructivos, a diferencias de aquellos que
ejecutan técnicos especializados transforman a la construcción en un proceso ajeno a la
intervención de amigos y familiares. En Tanchachín se transfiere el conocimiento acerca
de la construcción de una generación a otra. Este mecanismo ha funcionado por décadas
al grado que se pueden identificar procedimientos constructivos ancestrales con
antecedentes prehispánicos o de las primeras décadas de la Colonia.
Según Bray (1997:9), para construir un futuro sustentable se requiere, además de la
sustentabilidad económica y ecológica, la sustentabilidad “organizacional”, un atributo que
ciertamente existe en la comunidad de Tanchachín.
A pesar de que algunos elementos de sustentabilidad de la vivienda campesina de
Tanchachín están sujetos a innovación que en ocasiones, equivalía a su transformación
en elementos insustentables.
La arquitectura vernácula de Tanchachín tiene importantes atributos que la hacen
sustentable: el rescate de estos rasgos, apoyados en un diseño de tipo “participativo”,
constituye uno de los pilares para construir un diseño sustentable, participativo.
En suma, la sustentabilidad de la vivienda en Tanchachín está presente tanto en su
morfología como en su funcionamiento: el carácter local de materiales y técnicas, el uso
de procesos naturales para incrementar el confort de la vivienda y la sustentabilidad de
los procesos organizativos que facilitan la construcción. En conjunto, la estrategia
constructiva desplegada, en Tanchachín permite satisfacer las necesidades presentes con
un mínimo de recursos, sobre todo energéticos. Además, en alguna medida, este
esquema se puede repetir por lo menos en las generaciones próximas.
Además, la vivienda campesina podría aumentar o fortalecer atributos de eficiencia,
sustentabilidad con algunas adiciones tecnológicas. Por ejemplo, se podría mejorar el
manejo de los desechos sanitarios, de la cocina y otros más generados por los habitantes
de las viviendas. Esto permitiría conservar limpios los mantos freáticos y el suelo
productivo. Para ello, existen diversas investigaciones que han generado aplicaciones
prácticas como las compostas (producción de fertilizantes a partir de desechos orgánicos
solidos), estanques piscícolas y hortalizas para el uso del agua a través de tratamientos
especiales, fosas sépticas, bio remediación, separación de basura según composición
para efecto de reciclaje, biodigestores. Esto podría efectuarse en dos niveles: el de la
vivienda y el comunitario. De esta manera, se estaría colaborando en la preservación de
un medio ambiente sano para otras generaciones.
En general, en Tanchachín la vivienda se inicia y termina en dos o tres semanas, es decir,
hay pocos ejemplos de vivienda “progresiva” (González 1993:12). Esta vivienda tiene
dinámicas de crecimientos y mantenimiento diferentes ala urbana. Aquí, se sabe que los
materiales no son eternos, pero también son renovables. En caso de crecimiento, este no
es vertical6 sino horizontal y contiguo, articulado, pero no intercomunicado. Esto aparece
en la concepción de un informante como “varias casas en mi casa” o “una casa de tantos
cuartos”7. Lo que sí existe es un crecimiento lateral el cual es permitido por los alerones o
6 La única excepción es la casa de Don Domingo Márquez, comisariado ejidal de la localidad. 7 Informante A
tinglados. Este espacio lateral, ocasionalmente, se usa para dormir pero, por lo regular, se
utiliza para guardar cosas o desarrollar actividades diurnas –igual que un pórtico-.
Por último, el espacio socializado en Tanchachín, que no depende de cubiertas o muros
contenedores sino de simbolismos y sentimientos de apropiación, se genera regularmente
bajo las sombras de imponentes árboles que adquieren un significado histórico y que
guardan recuerdos de varias generaciones. Este espacio se convierte en un hito de
reunión, congregando a los ahí identificados.
Hacia un diseño participativo sustentable
Hemos señalado anteriormente que el diseño participativo encontramos posibilidades de
combinar eco tecnologías8 en la construcción con conocimientos y técnicas locales y, de
esta forma incrementar los niveles de sustentabilidad de la vivienda en Tanchachín.
En la investigación participativa se encontrado posibilidades de interacción entre equipos
técnicos y comunidades, con la aspiración de dirigirnos a un diseño participativo
sustentable.
Los propósitos de la investigación participativa, según Vio Grossi (1989:42,42),9 son los
siguientes.
a) El problema a investigar es definido, analizado y resuelto por los propios
afectados. En este sentido, la investigación participativa busca abolir la separación
tradicional entre el sujeto (el investigador), y el objeto (los grupos de base) para
entregarlos a la tarea de develar su propia realidad.
b) El objetivo final de la investigación es la transformación de la realidad social en
beneficio de las personas involucradas.
c) La investigación participativa es un enfoque que utilizan los grupos sociales sin
acceso a las fuentes de poder, esto es, los pobres, los oprimidos, los marginados,
etc.
d) La investigación participativa aspira a elevar permanentemente los niveles de
conciencia de los grupos involucrados de su propia realidad.
En este sentido, Narváez (1998) plantea en su teoría de etnodiseño (diseño participativo)
cuatro fases: conocer el hábitat, entender las relaciones significativas de los objetos que
lo construyen, “fantasear” en lo que podría ser el lugar en que uno vive y actuar en el
proyecto de comunidad. Esta dinámica va integrando a las personas al proceso de gestión
8 Deffis A., 1994. La casa ecológica autosustentable. 9 Shutter A. y B. Yopo señalan la contribución de la investigación participativa en el desarrollo.
del lugar haciéndolas conscientes de la organización y del significado del sitio en que
viven.
Desarrollo comunitario, acción participativa e infraestructura turística en
Tanchachín
Al igual que muchas comunidades rurales, en tiempo de crisis Tanchachín s e convierte
en un expulsor de emigrantes, con destinos nacionales o internacionales. Esto deja tras
de sí, a una localidad conformada mayoritariamente por mujeres, niños y ansianos.
Además, esto ocasiona el abandono de tierras y el incremento de la dependencia de
ingresos externos.
En Tanchachín, el inventario de vivienda arroja un superávit a causa de la migración. Este
superávit llevo tanto a investigadores como a los constructores empíricos10 a proponer un
inventario de registros para alquiler la estructuración de estrategias para la promoción del
lugar como un sitio dotado de servicios e infraestructura turística. Con esto se amplía el
concepto de vivienda familiar para ahora, incluir espacios de alquiler con fines turísticos.
Este proyecto fue diseñado por los lugareños con asesoría del equipo de investigación.
La actitud participativa de la mujer constituye uno de los principales recursos de la
localidad, ya que aquella tiene conciencia de su papel en los procesos organizativos,
sobre todo en aquellos proyectos innovadores que los varones de edad avanzada solo
ven con expectación.
Tanchachín también cuenta con recursos arquitectónicos. En la zona existe una
diversidad de construcciones indígenas (Teenek y Nahuas) y mestizas. Esta diversidad
enriquece el lenguaje arquitectónico de la zona, sin embargo, también existen prototipos
urbanos de block y concreto inadecuados al clima de la región.
Por ello, el grupo de investigadores conjuntamente con los constructores “empíricos” de la
localidad. Propuso un modelo de diagnóstico participativo que considera los atributos
constructivos locales de la vivienda vernácula junto a innovaciones ecológicas para
construir infraestructura turística. Así, se propuso la creación de infraestructura y servicios
turísticos bajo el principio de preservar la imagen de la vivienda campesina con
adecuaciones de la vivienda ecológica o autosuficiente, diseñada gestionada y operada
por una sociedad de solidaridad social.
Un método de participativo de diseño es un instrumento en la formulación de proyectos de
desarrollo. Aquí se aprovecha el conocimiento constructivo local y la conceptualización de
10 Aglutinados en la Sociedad de Solidaridad Social “Paraíso Huasteco de Tanchachín”, conformado en octubre del 1999.
la vivienda campesina y su entorno, y se revalorizan los elementos arquitectónicos
tradicionales con rasgos indígenas que aún permanecen en la zona. En pocas palabras,
se promovió la realización de un diagnostico participativo, de acciones de apropiación y
participación, una organización comunitaria, y el diseño participativo.
Durante la elaboración del diagnóstico participativo, la asamblea ejidal discutió los
problemas que aquejan a Tanchachín: la erosión de sus recursos, la migración, el
aumento de vacacionistas, entre otros, y sus posibles soluciones. A nivel general se
dieron soluciones de tipo ambiental, económico y social. En relación a los objetos
arquitectónicos se habló de usar materiales, técnicas y mano de obra locales, es decir
conforme a los criterios de sostenibilidad ya señalados.
También abordaron problemas micro-ambientales de espacios construidos: la clínica, la
escuela, y algunas casas de emigrantes construidas con materiales pétreos, alturas bajas
y techos planos. De tal forma se planteo el manejo de los residuos sanitarios y la basura.
Posteriormente, se levantó una encuesta grafica de los espacios que conforman la
vivienda. A través de dibujos se describieron espacios íntimos, públicos, y de apoyo. En
este ejercicio se percibieron espacios no cerrados que cumplen funciones específicas de
abastecimiento, espacios dentro del solar considerados como extensiones de los espacios
internos (cocina-granja, huerta, área de lava platos etc.). El objetivo del diagnóstico
participativo fue que la comunidad hiciera un inventario de sus recursos humanos,
técnicos, ambientales, y económicos.
Después de la etapa especifica del diagnóstico, fue la de diseño y construcción. Aquí se
convocó a unos informantes clave dentro del grupo que habían estado llevando
seguimiento al proyecto.
Este grupo estuvo considerado por carpinteros y albañiles del a localidad, con ellos se
sondearon, precios de materiales, tiempos y costos, mano de obra, así como,
posibilidades y capacidades técnicas para la construcción. La etapa de organización y
formación de grupos de trabajo consumió un buen número de horas de trabajo. El equipo
de investigación considero de gran importancia la apropiación y la transmisión efectiva del
conocimiento, ello nos permitió crearla estructura organizativa de trabajo más
autosuficiente posible. Para ello se llevaron a cabo socio dramas, manuales prácticos
(historietas), plenarias, talleres pequeños de grupo de trabajo etc.,
A continuación se describirá sintéticamente en que consiste el proyecto de infraestructura
y aprovechamiento de recursos que la S.S.S. está interesada en promover:
Centro de información
Granja de educación ambiental y dormitorio para 100 niños Museo comunitario Huerta interactiva Instalaciones de apoyo Restaurante comunitario Cabañas de alojamiento familiar Aprovechamiento y conservación de flora y fauna (invernadero y criaderos)
Una vez consolidada la estructura organizativa que nos permitió trabajar en los talleres
especializados, iniciamos el proceso de diseño. El grupo que en la actualidad es de 43
socios, se dividió en tres grupos de trabajo. El primero de ellos trabajo en el diseño del
manejo administrativo de la infraestructura, contemplando número de empleados,
salarios, horas de trabajo, perfiles y capacidades de los que intervendrían, tipos de
servicios, recorridos y actividades, manera de atraer al mercado turístico, etc.
El segundo se abocó al estudio de las relaciones de los espacioscon las actividades,
contemplando dimensiones, mobiliario, costos de equipo y utensilios, gastos de
operación, costos de alimentos, ropa de cama y demás utensilios de cocina y comedor,
zonificación de los de los recintos asignados a la infraestructura, y la solución de las
jerarquías topológicas de los recintos. Finalmente, el tercer equipo se constituyó en el
equipo técnico del grupo el cual invito a avecindados especialistas no pertenecientes a
ala S.S.S. que estaban interesados en emplearse en la construcción de la infraestructura
de alojamiento turístico. Con ellos se analizaron los siguientes puntos de las
construcciones propuestas:
Orientación adecuada Vientos dominantes Altura de piso a techo Distribución del interior Volados para evitar incidencias del sol a muros Aislamientos térmicos con tapancos Utilización de celosías Inyección de aire fresco Vegetación adecuada Enredadera en muros asoleados Disminución en la reflexión de pisos Utilización de focos fluorescentes para el ahorro de energía Fresqueras eólicas Cimentación adecuadas para terrenos de arcillas expansivas (suelo vertisole) Estructuras y dimensiones viables y factibles a los materiales de origen vegetal Conducción de agua, gas y electricidad Manejo de desechos sanitarios y cocina Materiales y costos
La dinámica de trabajo fue la siguiente: como sugiere Narváez (1998) se crearon
escenarios y se “fantaseo” con la realidad del entorno y del sistema. El papel del
investigador fue cuestionar sus propuestas y estimular su defensa, haciendo énfasis en
los puntos ya señalados.
Al término de cuatro largas jornadas de trabajo cada equipo escogió un interlocutor y
expuso su trabajo en una plenaria donde se volvieron a discutir los puntos. Como se dijo,
en esta etapa los investigadores tuvimos un papel de facilitadores y cronistas
especializados de lo sucedió en la Asamblea. Huelga decir cuan reconfortantes y
estimulantes fueron las iniciativas y propuestas de cada equipo.
Actualmente, el restaurante comunitario está construido y se tienen algunos avances
importantes en su operación. A demás, la SSS ya cuenta con carpetas técnicas para
presentarlas ante instituciones como la SEDUCOP, FONAES, Municipio (ramo 33 y ramo
26), SAGAR, SEMARNAP, Instituto de Cultura de San Luis Potosí, INHA e INI. Se
considera lo más importante fue que nuestros “objetos” de estudio se trasformaran en
nuestros colaboradores en la investigación, y nosotros, a su vez, nos transformáramos en
sus colaboradores en su autodesarrollo.
Comentarios finales
La investigación acerca de la vivienda sustentable ha sentado sus bases en el manejo
consciente de los desechos, en el ahorro de la energía y en el aprovechamiento de los
materiales locales. No obstante estos alcances, la interrogante gira en torno a el ¿cómo?
de la trasferencia del conocimiento y la instrumentación de proyectos que nos permita
difundir una cultura de conciencia ambiental. La mayoría de los casos donde se han
aplicado estas investigaciones son en viviendas urbanas o bien a suburbanas. Ante esta
inquietud se presentó aquí una experiencia rural, en la cual se proponen diversos medios
participativos para generar y transferir conocimientos, además de instrumentar proyectos
de desarrollo comunitario.
En este estudio se identificaron cuatro rasgos de sustentabilidad. Primero, el uso de
materiales de construcción local o regional; segunda, la construcción mediante el
conocimiento constructivo local; tercero, una sofisticada adaptación al medio ambiente
local, lo que permite un considerable ahorro energético; finalmente, la existencia de una
estructura organizativa basada en grupos de familias o amigos que facilitan la
construcción colectiva y solidaria de la vivienda.
Por último, considero que trabajar con un grupo interdisciplinario fue una experiencia
enriquecedora en mi formación, ya que me permitió confrontar mis conocimientos técnicos
dentro de un campo práctico de aplicación, además me acercó al manejo de instrumentos
participativos que me serán útiles en la relación arquitecto usuario.
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