conferencia dia del trabajo

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reseña historica del trabajador ecuatoriano

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2011

Colegio Experimental Montúfar

Lic. Geovanni Montenegro Sánchez

DIA DE TRABAJO [ ]En este documento podrán tener una pequeña reseña histórica de la fuerza trabajadora del Ecuador.

DIA DEL TRABAJO.

Pocas celebraciones en el mundo gozan de consenso tan grande a lo largo y ancho de la mayoría

de países, es por la significación y proyección de la celebración.

Todos recordamos que un primero de Mayo, exactamente en el año 1886, cayeron en las calles de

Chicago centenares de obreros que reclamaban un justo derecho, la implantación de la jornada de

ocho horas. Esa sangre derramada produjo frutos en 1890 cuando se sanciono definitivamente, a

nivel internacional, la anhelada conquista laboral.

El sacrificio de 1886 y el logro del justo reclamo de 1890 constituyen el inicio de una serie de

esfuerzos obreros por lograr la instauración de las medidas más justas a favor de la clase obrera

más numerosa de la humanidad. Nosotros nos asociamos jubilosos a la celebración.

Al mismo tiempo queremos detenernos para reflexionar un poco sobre el significado de esta

celebración, tal como debe hacerse con cada una de las fechas cívicas escalonadas en el calendario

de recordaciones.

Mucho se ha dicho y se puede decir respecto al valor y contribución que representa la fuerza

laboral de un país, nosotros nos limitamos ahora a señalar la relación del aporte obrero con

relación a una vivencia real y trascendente del civismo, la misma condición de las actividades del

obrero conforma una función eminentemente civica,por civismo entendemos, ante todo, actos de

servicio a la comunidad, bien sabemos que la mano de obra unida al capital y la tecnología hace la

producción de la nación.

No se podría concebir la elaboración de bienes y la prestación de servicios sin la participación del

obrero.

Cuantas cosas se hacen indispensables para todos, en el día y la noche, la alimentación ,vestido,

vivienda, salud,transporte,descanso, distracción, deporte, cultura,etc, de acuerdo a las múltiples

necesidades primarias y secundarias del

hombre.

En todos los ramos aparece potente y generosa la mano del obrero, sirviendo a sus hermanos, no

es esto precisamente vivir una razón social colectiva en la vida. No es este prodigarse a los otros

una dimensión del verdadero civismo. Lo importantes que esas innumerables actividades que

llevan a cabo los obreros, la hagan justamente con espíritu de servicio impregnándolas cada vez

mas de un sentido de responsabilidad vital en la sociedad, pensando en lo mucho que puede

hacerse por el bienestar de loa compatriotas y el engrandecimiento de la patria.

Si todos los obreros aumentaran sus dosis de concientización en las actividades de cada día , no

solo se acrecentaría visiblemente la productividad del país, sino que además mejoraría

esencialmente la relación personal hacia el trabajo, tomándolo como instrumento de realización

personal con sentido social y mejorarían por supuesto, los niveles de comunicación e integración

con los otros hombres, mejoraría en una palabra el papel cívico que debe desempeñar el obrero

como un ciudadano responsable dentro de su colectividad.

El primero de Mayo ha comenzado a manifestarse y extenderse no como una concepción trágica

por las inmolaciones obre riles sino como otra concepción que aspira a convencer que el primero

de Mayo debe significar un homenaje justo, absolutamente justo, a este factor fundamental de la

producción , es decir de progreso de las naciones. El trabajo debe ser apreciado desde el punto de

vista ético, como prueba de la dignidad del ser humano.

El hombre que no trabajo ,pudiendo hacerlo, es indigno y el que no lo hace porque no se le da la oportunidad es una víctima de las situaciones económicas críticas que se concretan en los índices de la desocupación . Desde el punto de vista económico se sabe bien que los países y los pueblos se han dignificado y fortalecido debido primordialmente a su propio esfuerzo, a su trabajo. Sin el trabajo no existe producción, no hay bienestar. En verdad la significación moral y material del trabajo es la misma en todo el mundo, y es muy explicable que el homenaje del primero de mayo tenga la resonancia mundial que conocemos, pero esto no quiere decir que los problemas laborales sean los mismos en todas partes y que en consecuencia se deban propugnar iguales sistemas de solución. En cada país existen peculiaridades que deben tomarse en cuenta, la historia, la geografía, la educación inclusive lo que se relaciona con circunstancias raciales deben tomarse en cuenta, no para mantener ninguna discriminación sino al contrario para encontrar el equilibrio a favor de las mayorías que han estado l margen del desarrollo cultural. Legislar de la misma manera para realidades absolutamente distintas es el peor de los absurdos. A nivel internacional la Organización Mundial del Trabajo, OIT creada en el año 1919, es el organismo encargado de establecer normas de organización y relaciones de trabajo industrial, de protección del trabajo y de legislación social para los países miembros. El movimiento obrero en el Ecuador se inició en 1876, realmente antes de que apareciera el verdadero. En la sesión de constitución de la sociedad republicana se sentaron juntos artesanos, estudiantes y jóvenes con un objetivo común, fue este el comienzo. La Sociedad de Artesanos amantes del progreso, nació en 1874 como el primer intento de organización, a partir de 1896, cuando recién se comienza a hablar de trabajadores. Fue en Guayaquil donde proliferan estos grupos porque allí surge una incipiente industria y también debido a la construcción del ferrocarril que comienza a multiplicarse los puntos de trabajo.

Eloy Alfaro según la historia fue sin duda uno de los gobernantes que dio un significativo impulso a las sociedades gremiales, a partir de entonces se organizaron varias sociedades artísticas, de vivanderos, de sastres, entre otras, no todas han sobrevivido, pero sirvieron para sembrar entre los trabajadores ecuatorianos la inquietud por la organización. El 10 de Agosto de 1909 se realizó en Quito el Primer Congreso Obrero, a su finalización se decidió crear una organización permanente a escala nacional, que debía llamarse Unión Ecuatoriana de Obreros, pero la idea solo quedo en proyecto. Sin embargo en Julio de 1944, se reunió el Primer Congreso Nacional de Trabajadores del Ecuador, durante el cual se aprobaron los estatutos de la Confederación de Trabajadores del Ecuador. En 1950 las fuerzas de derecha se separaron y constituyeron por su lado, la Confederación Ecuatoriana de Obreros Católicos CEDOC, que abrió una alternativa a los trabajadores para afiliarse a una u otra central. En 1960 y 1963 se formaron otras organizaciones, tales como la CEOSL, la Confederación Regional de Sindicatos de la Costa y la Confederación Nacional de Sindicatos Libres. Si bien existiera diferencias ideológicas entre estos grupos, sin embargo hay unidad en determinadas acciones como en contra de la inflación, el encarecimiento de la vida y ante las acciones gubernamentales calificadas como anti obreras. En el Ecuador mucho se ha logrado en cuestión de derechos laborales, el Código del Trabajo fue expedido en 1937, ha sido calificado de avanzada, merced al pensamiento socialista de sus redactores. Además existe el empeño de mejorar cada vez más esta legislación de tal forma que responda a las necesidades, expectativas y derechos de la época a favor de los trabajadores. El primero de Mayo fecha señalada para la celebración universal del día del trabajo, es necesario hacer reflexiones elementales y claras muy al margen de toda fraseología usada por la demagogia política. Ninguna falta hacen ya las retoricas y los himnos en honor del trabajo. Nadie ignora la imponderable importancia que tiene el trabajo en todas las formas como factor primario de la producción y por tanto del progreso de los individuos y colectividades. Por otra parte resulta nada aconsejado seguir con la idea y la consigna de que la fiesta del trabajo debe tener todo un plan de beligerancia, como si se tratase del día apropiado para el desbordamiento de amenazas, no tenemos por qué mentir, no mentirnos a nosotros mismos al proclamar que el trabajo tiene especiales fueros y derechos que solo pueden ser reclamados o reivindicados por medio de la violencia. Hay que hacer justicia permanente a los trabajadores y no es imposible cumplir con ese deber poniendo en práctica sistemas jurídicos y legales que nos salven de aventuras y trastornos de los que las primeras víctimas son los grupos sociales mayoritarios como los de una buena parte de la clase media, así llamada, y debemos reconocer que las reacciones de malestar y protesta se explican en algunos casos por la incomprensión de los que tienen una privilegiada prepotencia

económica. Son lo privilegiados y los intereses oligárquicos los que vienen a justificar la beligerancia en la que se ponen los que se sienten pretéritos y explotados. En nuestro país hay medios y condiciones favorables para aunar esfuerzos y llegar a las metas anheladas de un desarrollo que beneficie principalmente a los trabajadores. Lo imperioso es por tanto, saber utilizar esos aspectos de la realidad en bien de la colectividad, no somos por ventura un país de ajusticiados ni de definitivamente marginados. Tenemos la posibilidad de desbrozar malezas, hacer el camino y seguir adelante con trabajo infatigable, con renovación de planes e iniciativas. En honor del trabajo lo que en verdad vale es la reflexión sincera que no pretende destruir sino organizar debidamente la convivencia social. El trabajador por antonomasia, aquel que entrega su aporte como el mejor de los capitales, su energía en la tarea que le corresponde merece hoy el mejor de los homenajes. Pero igualmente el científico que transcurre su vida en los laboratorios, el literato que embellece o interpreta los conceptos de la vida y el mundo, el educador que forma a la juventud, el militar que monta guardia en los altares de la patria. Todos en comunión de ideales, con el obrero que con su ingenio o sus manos transfigura la materia. Al trabajador ecuatoriano factor preponderante del progreso de la patria, elemento básico de la forja del futuro, fundamento de una sociedad y baluarte de su familia.

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