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Historia de los centros de enseñanza de
La Aldea y su entorno (I).
COLEGIO DE LA LADERA
Francisco Suárez Moreno Cronista Oficial de La Aldea de San Nicolás
Año 2006
- 1 -
C.E.I.P. LA LADERA
COLEGIO DE LA LADERA
El Colegio de La Ladera se halla
en la cima de un espacio urbano
que lleva su nombre, en un recinto
de una hectárea. Este barrio está
ubicado en el interior del valle a
unos 200 metros del pueblo. Su
poblamiento se estructura en una
fuerte rampa de más del 18 por
ciento, seccionada por calles
paralelas y atravesadas de abajo
arriba por una calle principal, en
otro tiempo denominada “la Cuesta
de La Ladera”. Su base inferior
limita con la carretera general que
desde el Norte llega al pueblo y que
en este punto se bifurca hacia
Mogán, con del nombre de El
Cruce de La Ladera”
LOCALIZACIÓN-DELIMITACIÓN DEL CEIP LA LADERA
EN LA PARTE SUPERIOR DEL BARRIO DEL MISMO
NOMBRE
- 2 -
Este centro público se creó en 1973 con el nombre de Colegio Público San Nicolás de
Tolentino con el objetivo de centralizaren su sede toda la enseñanza de la nueva
Enseñanza General Básica del municipio y satisfacer la demanda de una elevada
población escolar. Su edificio se había construido un año antes, 1972, entro de los
planes de emergencia de implantación de la Enseñanza General Básica. Entró en
funcionamiento en enero de1973, con la integración en el nuevo edificio de las
escuelas de la Agrupación Escolar Mixta de San Nicolás y las unidades de Los
Espinos 1 y 2 que estaban ubicadas en este barrio. Para esta reestructuración se
encargó el director de la Agrupación Escolar Mixta, don Federico Rodríguez Gil, que
por órdenes superiores comarcalizó toda la EGB con sede en este colegio e integró en
el mismo a todos los titulares de las escuelas unitarias del municipio que
voluntariamente quisieron.
Esta medida originó más tarde conflictos que acabaron en 1979, cuando los
titulares de las escuelas unitarias tuvieron que volver a sus destinos, una vez que se
aclararon las diferentes situaciones administrativas de los mismos. La denominación
de este centro como Colegio San Nicolás de Tolentino, coadyuvó a tal y compleja
problemática, que afectó incluso a las áreas de influencia. Estas se delimitaron
después de 1982-1983, con la creación de los colegios de Virgen del Carmen y
Cuermeja. Correspondió al Colegio San Nicolás de Tolentino su entorno más cercano
de La Ladera-Jerez; además de las zonas ubicadas hacia como Cabo Verde, Los
Cardones Bajos y La Hoya del Viejo y las situadas hacia abajo desde Jerez Bajo hasta
el Barranquillo Hondo. En 2003 este colegio pasa a denominarse como Colegio de
Educación Infantil y Primaria de La Ladera, como así se le conoció popularmente
desde su creación.
Centramos esta historia en La Ladera con extensión hacia su entorno más
cercano. La exponemos con un texto base al que acompañamos ilustraciones y anexos
informativos complementarios para los lectores más curiosos.
ÁREA DE INFLUENCIA DEL
COLEGIO DE LA LADERA
- 3 -
UNA LOCALIDAD HISTÓRICA MUY DEFINIDA (SIGLOS XVIII Y XIX)
La Ladera es una de las poblaciones del municipio de La Aldea que más definición
presenta como núcleo histórico a lo largo de los siglos. Probablemente comenzó a
conformarse en la segunda mitad del siglo XVIII cuando la población local dentro del
mayorazgo de los marqueses de Villanueva del Prado, comienza a crecer. Seguramente
las nuevas familias, que surgían de los colonos medianeros que se hallaban en cada finca,
tenían en aquel espacio enladerado e improductivo un hueco para construir su casa previo
el pago a lo marqueses de una gallina o tres reales de plata anuales y perpetuamente.
En censo parroquial de 1820 registra en La Ladera un total de 37 habitantes
distribuidos en 8 casas de familia dispersas desde abajo, en el camino real, hasta la cima
de este promontorio que había dado nombre a la población. En su base a lo largo de dos
kilómetros cuadrados se abría, hasta el Barranco una amplia área de cultivo que podemos
delimitar entre la Casa Nueva y Jerez-Mederos. Aquí habitaban, en viviendas muy
dispersas, de piedra, a dos aguas en torta de barro y ubicadas en cada parcela, según el
referido censo de 1820, un total de 83 vecinos en 22 casas de familia.
Este espacio agrícola histórico estaba irrigado por tres acequias en paralelo de
abajo hacia arriba: la Acequia Real, que en La Ladera bajaba hacia La Rosa y Mederos y
donde salía una bifurcación hacia Jerez Bajo y la Acequia de La Canal que continuaba
hacia Los Espinos por Jerez Alto y la Acequia de Los Llanos que moría en la parte Alta
de La Ladera. Además se hallaba estructurado para el riego y el tipo de cultivo de
rotación anual en tres hojas de riego: Canal, Jerez y Mederos-La Rosa.
Destaca en la base de La Ladera, junto al camino real, la Era del El Huerto, lugar
de trilla y partición de los granos. Poco más allá estaba el conjunto de la Casa Nueva, el
centro administrativo de la hacienda o mayorazgo de la Aldea de San Nicolás, residencia
del arrendatario o mayordomo de los marqueses, y cerca de esta, en el camino real, la
Cruz del Rey y la Casa Tejada (de la familia del alcalde José Valencia, adquirida por el
Marqués y que luego tomaría el nombre de las Casas Blancas).
RECREACIÓN DEL PAISAJE DE LA CASA NUEVA-LA LADERA, A FINALES DEL SIGLO XVIII
DIBUJO DEL AUTOR, 1995
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DIBUJO RECREACIÓN DEL PAISAJE DE LA CASA NUEVA A LA LADERA, A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX, CON EL CAMINO REAL AÚN
COMO VÍA DE COMUNICACIÓN PRINCIPAL
PAISAJES, GENTES, MOLINOS, CUARTEL Y ALMACENES (1890-1940)
Si a principios del siglo XIX, en La Ladera y su entorno de Mederos-Jerez habitaban
120 personas hacia 1860 sólo vivían 100, lo que indica la fuerte recesión económica y
demográfica que obligó a emigrar a muchos vecinos a las Américas, a lo largo de los
dos primeros tercios del siglo XIX. En su etapa final coincide con la implantación y
riqueza momentánea de la cochinilla que acaba hacia 1876 con el asesinato del
Secretario municipal y una crisis social muy grave que se vive intensamente en el
entorno de La Ladera-la Casa Nueva, con los incendios de los pajares de la Casa en El
Huerto y otros sabotajes.
Pero al finalizar el siglo XIX la situación económica parecía recuperarse y la
zona alcanza una población de más de 133 habitantes en su mayor parte localizados en
La Ladera. Un crecimiento que irá acelerándose aún más con la llegada del nuevo
siglo XX con la introducción de los cultivos de tomateros.
Es el momento en que La Ladera, cruce de caminos, con espacio erial
enladerado para solares, previo pago del antiguo canon ahora a los nuevos dueños de
La Aldea, va a continuar creciendo. En la misma se van a ubicar un molino de agua,
bajo el nivel de la Acequia Real, dos panaderías y dos molinos de viento en su cima,
teniendo además a pocos pasos el centro administrativo de todas las fincas de la
Hacienda Aldea de San Nicolás, en un momento de las continuas crisis sociales del
Pleito de La Aldea que renacía.
Distribución de las familias
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, las familias asentadas en esta
zona ya tienen un estrecho vínculo con las contemporáneas. Un censo parroquial de
1890 arroja una población de 133 habitantes, de los que el 85% viven en La Ladera,
como vemos en los cuadros inferiores.
Por citar algunas lo hacemos con la de Calixto Espino cuyos hijos (los Calixtos)
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en los años veinte serían uno de los más destacados medianeros litigiosos contra la
Casa Nueva. Están los Suárez Delgado con una amplia prole establecida desde La
Ladera-La Rosa a Los Espinos; la familia de Damián Valencia, célebre “brujo” con
propiedades en La Marciega; la de Vicente Godoy muy relacionada con la Casa
Nueva; la de los Araújo, descendientes del célebre sacristán y dirigente vecinal del
siglo XVIII, natural de Galicia; la de Dionisio González, padre de las Zamoras;
además de los García y otras más.
A principios del siglo XX, se asienta Antonio Oliva, procedente de Mederos,
que construye su vivienda junto al Molino de Agua, que toma el nombre, que áun se
mantiene, la Casa de la Escalerita, donde pone tienda y panadería; la de los Armas,
naturales de El Hornillo con amplia descendencia en el pueblo y otras más.
En La Rosa-Mederos se hallan los Rodríguez Almeida; los Valencia
(descendientes de personajes influyentes del siglo XVIII) una de las ramas conocida
por los Bárbara; también están dos familias de los Suárez. En Jerez y el Barranquillo
Hondo también comienzan a asentarse otras familias que se unen a las existentes como
las del sargento Pedro Díaz, los Valencia, los Ramos Ojeda…
ANEXO I
RELACIÓN DE FAMILIAS UBICADAS EN ESTA ZONA HACIA 1890
FUENTE: CENSO PARROQUIAL, SIN FECHA (PROBABLE DE 1890-1895)
VECINOS DE LA LADERA
1.- Celestino García Déniz: 2
2.- Calixto Espino Afonso: 7
3.- Damián Valencia Segura: 9
4.- Dionisio González: 7
5.- Fca. Oliva Llerena: 1
6.- Fca. García Jorge: 2
7.- Gumersindo del Pino González: 8
8.- Gregorio Romero Bolaños: 1
9.- Isabel Afonso: 1
10.-Gregorio Afonso Suárez: 2
11.-Juan Suárez Delgado: 11
12.-José Afonso
13.-Juan V. Rodríguez: 7
14.-José Montesdeoca: 3
15.-Leandra García
16.-María del Pino Afonso García: 7
17.-Vicente Ojeda: 7
18.-Ubaldo Suárez: 8
19.-María del Pino Suárez Delgado: 3
20.-Nicolás Rodríguez: 6
21.-José Rodríguez Llerena: 4
22.-Marcos García Bolaños: 5
23.-Vicente Godoy Ramos: 3
24.-Juan García Afonso: 3
25.-Juan Matías García
TOTAL: 113 habitantes
VECINOS DE MEDEROS
1.- Francisco Ramos Glez.: 3
2.- Lázaro Sánchez: 7
3.- María Godoy: 1
4.- Santiago Segura: 2
5.- Nicolás Valencia Araújo: 7
6.- Juan Ramos Valencia: 5
7.- Antonio Oliva Suárez: 4
8.- Nicolás Rodríguez Afonso:5
9.- Antonio Jiménez Moca.: 6
10.-Antonio Valencia Araújo
TOTAL: 41 habitantes
VECINOS DE LA ROSA
1.-Antonio Suárez Ojeda: 6
2.-Ángela Ojeda:1
3.-Matías Suárez Delgado:10
TOTAL: 17 habitantes
VECINOS DE JEREZ
1.- Pedro Díaz Afonso
2.- Nicolás Ramos
3.- Juan Hernández
4.- María Joaquina
TOTAL: 23 habitantes
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PANORÁMICA DE LA ALDEA, 1925-1927 DE TEODOR MAISCH
El trazado de la carretera y nueva tendencia del crecimiento urbano
Las comunicaciones mejoran, hacia 1900, con la ampliación del camino real para
transitar carros con los atados de tomates entre el pueblo y la playa adonde se
embarcaba por el nuevo muelle toda la producción con destino Europa previo
reembarque en Santa Cruz de Tenerife.
Se construye en esa primera década, en Jerez, un gran almacén de empaquetado
de tomates, que aún subsiste, levantado por la Casa Nueva, adonde tenían que entregar
obligatoriamente los tomates todos los medianeros del latifundio. Este almacén aún
subsiste y necesitado de protección como bien patrimonial.
Después de 1917 se inicia el trazado de carretera principal que desde el
Barranquillo Hondo hasta La Ladera sigue el camino real; pero, a partir de aquí, se
modifica en la bajada hasta la Era y secciona El Huerto hasta el callejón de La Casa
Nueva, dejando a un lado la vieja vía.
A través de esta nueva carretera muy pronto comienzan a ubicarse edificios de
una planta o dos plantas y techumbre plana, almacenes de empaquetado, el Cuartel de
la Guardia Civil en Las Casas Blancas… Las imágenes que Teodor Maisch tomadas en
1925-1927 nos permite ya estudiar con toda precisión la evolución urbana de La
Ladera y su entorno plantado de tomateros (ver imagen arriba).
IMAGEN DE 1925-1927,
ANÓNIMO, PROBABLE DE
TEODOR MAISCH, TOMADA
DESDE MEDEROS HACIA EL
BARRANQUILLO HONDO Y
JEREZ, TENIENDO AL FONDO,
DETRÁS DE LAS PALMERAS
AL ALMACÉN DE LA CASA
NUEVA (FONDO FEDAC)
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MAPA DE LA DISTRIBUCIÓN PARCELARIA DE LOS MEDIANEROS DE LA HACIENDA ALDEA, HACIA 1914, EN EL ENTORNO DE LA LADERA
PANORÁMICA DE LA ZONA DE MEDEROS-LA ROSA, DE 1925-1927, ANÓNIMO, PROBABLE DE TEODOR MAISCH
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Los molinos de gofio y panaderías de La Ladera
La Ladera punto geográfico donde llegaban varias acequias y la brisa del viento alisio
en su cima fue lugar de captación de la energía limpia del agua y viento para moler
molinos de gofio. Como es parte importante de su historia les ofrecemos dos fichas
anexas con una breve descripción histórica y técnica. El primer molino fue construido
en su base, en 1898, una curiosa máquina hidráulica de dos ruedas; los siguientes
fueron de viento, ubicados en lo más alto del lugar. Además, con la energía del fuego
se hallaban dos célebres las panaderías, la de Florianita, a media cuesta y la de
Antonio Oliva, en la Casa de la Escalerita, activas hasta los años cuarenta.
Por tanto en este entorno (con terrenos cercanos para la siembra, una era de
trilla, tres molinos harineros y dos panaderías) se dibuja un ciclo completo de la
producción alimentaria tradicional: siembra, trilla, granos, gofio, harina, pan…
DIBUJO DE LA
ESTRUCTURA ORIGINAL,
Y MAQUINARIA
IDEALIZADA DEL
MOLINO DE AGUA DE LA
LADERA, DIBUJO DEL
AUTOR, LIBRO
INGENIERÍAS HISTÓRICAS
D E
LA ALDEA (1994)
ANEXO II
El Molino de La Ladera, resumen histórico y técnico
Antonio Bautista León, el Herrero, innovador de tecnologías en este valle construyó, hacia 1898, en La
Ladera, el tercer molino de agua de La Aldea. Diseñó un modelo adaptado a mayor o menor cantidad de agua,
con la apertura de dos bocines en direcciones para el movimiento de una rueda grande y de otra pequeña,
conectadas a sendas maquinarias. En este molino se mantiene el sistema tradicional de los molinos de agua de
Gran Canaria.
Básicamente el funcionamiento es como sigue: el agua acumulada en el cubo sale a presión en su base por
una abertura (bocín) y hace mover a la rueda horizontal (rodezno). A su vez la rueda por medio de su eje
vertical transmite el movimiento hasta la sala y hace la muela móvil (piedra). Sobre las dos piedras va la tolva
con una canaleta que deposita el grano en medio de la muela triturándolo. Desde la sala del molino se puede
regular la molienda con dos llaves que bajan a la bóveda; una aligera la molienda apalancando todo el
mecanismo y otra lo pone en marcha con más o menos fuerza al regular el chorro de agua.
Su inauguración, a las 13 horas del 5 de noviembre de 1898, fue un acontecimiento en el pueblo que reunió
a numeroso público que atónito comprobó como se derrumbaba el cubo sobre el techo de la sala aplastando a
quienes en su interior esperaban su puesta en marcha, con 8 heridos y la trágica muerte de un niño de 13 años.
Tras el procesamiento del propietario y maestro de obras se reconstruyó el molino y estuvo funcionado hasta
mediados de los años cincuenta. Tras su adquisición por el Ayuntamiento, y tras largo tiempo en abandono y
destrucción, se ha rehabilitado con reparaciones en obras, añadidos y maquinaria distinta a la original.
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RECREACIÓN DE LOS MOLINOS DE VIENTO DE LA LADERA, A MEDIADOS DEL SIGLO XX DIBUJO DEL AUTOR (LIBRO LA CULTURA
DEL CEREAL EN EL SUROESTE DE GRAN CANARIA, 2001)
ANEXO III
Los molinos de viento de La Ladera, resumen histórico
y técnico
Estos molinos de viento fueron construidos por unos
ingeniosos carpinteros de Gáldar avecindados en La
Aldea, Manuel Romero y sus hijos Eulogio y Antonio
Romero Auyanet, en la década de 1910, siguiendo un
nuevo e ingenioso diseño que también aplicaron en
decenas de molinos construidos por ellos mismos en
Tasarte, Veneguera, Mogán, Ingenio...
Se trata de una maquinaria sostenida en una torre de
madera que se incrusta en la sala y se apoya, en su base
sobre un hueco con un pivote metálico. Se mantiene en
perfecto equilibrio, moviéndose automáticamente hacia
la dirección del gracias a su gran cola. Una caperuza a
mitad de la torre y a la altura del techo de la sale no
permite la entrada del agua de lluvia.
Sus partes principales son: la rueda de captación de la
energía del viento (6 aspas, eje, corona-linterna…); el
eje vertical que baja hasta las muelas; el cajón
cilíndrico donde están las muelas y sobre el mismo la
tolva (el mecanismo de la molienda), el freno y el
aliviadero.
Estos molinos fueron propiedad de Manuel Romero y
de Padilla del Pino que lo vendieron luego a Miguel
García uno y a Pedro Sánchez y Pancho Evaristo el
otro. Hoy no queda nada de ellos, salvo el nombre de
bar de Los Molinos, enfrente del CEIP La Ladera.
ESQUEMA DEL MODELO DE MOLINO DE PIVOTE QUE LOS
ROMERO CONSTRUYERON EN LA LADERA (DIBUJO DEL AUTOR,
EN LIBRO INGENIERÍAS HISTÓRICAS DE LA ALDEA
- 10 -
Las primeras escuelas de Los Espinos-La Ladera
Los años veinte del siglo pasado fueron de avances sociales, a pesar del gran litigio
social en que se hallaba inmerso el pueblo. Las escuelas fue uno de ellos. En 1923 se
crean las escuelas mixtas de El Hoyo, Tasarte y Los Espinos, que se suman a las dos
escuelas (niños y niñas) de La Plaza.
La Escuela Mixta de Los Espinos, cuya sede va pasando a lo largo de los años,
desde Mederos a La Ladera, es el lugar donde se forman todos los vecinos con notable
participación por primera vez en su matrícula de las niñas. Una joven, Sara Díaz, hija
del administrador de la Casa Nueva, obtiene la titulación de maestra y accede a
principios de los años treinta a la titularidad de esta escuela mixta.
En 1933-1934, la oferta de enseñanza pública se amplía con la creación en esta
zona de una escuela para niños y otra para niñas. El primer maestro que abre la escuela
de niños es otro joven de Los Espinos con la carrera recién terminada, Bibiano
Sánchez Ojeda, conocido como don Juan Sánchez, quien la regentará a lo largo de 25
años marcando una fuerte estela de preparación. Por esta época también comienza a
dar clases de pago un joven de La Ladera, don Gregorio León, que seguirá con la
docencia privada a lo largo de casi medio siglo.
ESCUELA MIXTA DE LOS
ESPINOS, HACIA 1928-1930,
CON LA PROFESORA
CONCEPCIÓN ROMERO, DOÑA
CONCHA
ESCUELA MIXTA DE LOS
ESPINOS, HACIA 1934, CON LA
MAESTRA DOÑA SARA DÍAZ
DEL ROSARIO
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MANIFESTACIÓN ORGANIZADA POR LA FALANGE EN LA ALDEA, HACIA 1938, A SU PASO POR LA LADERA (RAPADURAS) Y POR
JEREZ, CON LA LADERA Y SUS MOLINOS AL FONDO
Los años conflictivos del Pleito y la Guerra Civil
Los últimos años del Pleito de La Aldea se vivieron intensamente en la zona de la Casa
Nueva hasta La Ladera. En Las Casa Casas Blancas el nuevo consorcio propietario de
la Hacienda Aldea, encabezado por Manuel Hernández, construye en Las Casa
Blancas, un edificio, junto a la carretera, que servirá como Cuartel de la Guardia Civil
que, solicitada a petición de estos propietarios y que luego se establecerá
definitivamente. Al poco tiempo llega una compañía para sofocar las rebeliones
constantes contra las posesiones judiciales a favor de la Casa Nueva, que se aloja en el
almacén de Jerez. En la toma de posesión, conocidas como entregas, de las tierras
cultivadas por los medianeros insumisos, destaca la tumultuosa acción que tiene lugar
en la finca de Las Zamoras, en La Rosa, a pocos metros de La Ladera, con carga de la
fuerza pública y heridos, el 8 de junio de 1826: «Aquella tarde estaba guardando cabras en el Lomo del Pino. Y vimos, allá abajo,
toda la gente y la tropa que llegaba a la finca de las Zamoras. Entonces oímos clarito,
de tan lejos, el cornetín, a la vez que relumbraron los sables o las bayonetas para
cargar sobre la gente. Y se nos erizaron los pelos de miedo. Y empezó la leña y el
desparramero de gente».
(Félix VALENCIA RODRÍGUEZ, 79 años, 1989)
Solucionado el Pleito de La Aldea, en 1927, comienza un periodo de desarrollo
económico que en esta zona se palpa con la actividad de los almacenes de
empaquetado de Antonio Quintana en El Convento, el Almacén Encarnada, el almacén
de Jerez (Casa Nueva) y el almacén del Barranquillo Hondo de Fyffes, luego de Hijos
de Juan Rodríguez. Pero la Guerra Civil primero y la Guerra Mundial luego truncan
este desarrollo. Tras la sublevación de 18 de julio de 1936, vecinos como Nicolás
Armas, Antonio Suárez, Farero o el propio maestro don Juan Sánchez son procesados
por su pertenencia al Frente Popular. Éste último es suspendido de empleo y sueldo
- 12 -
aunque después recuperará su escuela y Farero será conducido al campo de
concentración de Gando.
Poco después de la sublevación militar, tras la dimisión del alcalde y Jefe Local
de la Falange, Tomás Rodríguez, en septiembre de 1936 es nombrado por el Gobierno
Militar, como alcalde, el vecino de Mederos, José Benítez, persona sin vinculación con
la Falange aunque simpatizante de la tendencia conservadora de Acción Popular. Este
nombramiento se debió para contrarrestar la enorme influencia que estaba teniendo en
el pueblo las milicias locales de la Falange que ya había tenido problemas con la
Guardia Civil, quien había remitido a los militares informes secretos de sus
arbitrariedades. Esta institución ya estaba establecida definitivamente en el pueblo, en
la Casas Blancas, propiedad de la Casa Nueva, que constantemente reclamaba al
Ayuntamiento el correspondiente alquiler sin conseguirlo. La Guardia Civil, superadas
las gravísimas dificultades del Pleito, ya se habían relacionado más, a lo largos de los
años treinta, con la sociedad local, especialmente con la vecindad cercana de El
Convento-La Ladera. Entonces se le encomendó misiones de vigilancia poniendo a sus
órdenes a milicianos de la Falange.
En 1937, la Falange recupera la presidencia del Ayuntamiento tras acceder
primero, al cargo de alcalde, el vecino de Cabo Verde, Nicolás Suárez, y luego, en
1938, Vicente Godoy, residente en la parte alta de La Ladera y descendiente de
familias históricas. Vicentillo, como así se le conocía en este lugar, lleva a cabo de
inmediato la apertura de la calle principal que se trazó desde las Rapaduras hasta Los
Molinos, con empedramiento. Vicente Godoy es sustituido, en 1941, por el maestro
Francisco Ramos, no tan vinculado a los mandos de las milicias locales de la Falange,
que por este tiempo aún militarizaba a la población joven, con instrucciones
obligatorias a jóvenes y niños mayores en edad escolar.
La suspensión de las exportaciones de tomates, el hambre, la miseria y la falta
de recursos vitales comenzaba a afectar a la sociedad local en un tiempo histórico que
declinaba. Con algunas tiendas como la de Martel en El Convento, con su célebre
camión de transporte.
El Cuartel de la Guardia Civil
El Cuartel de la Guardia Civil siempre ha estado ubicado en el área geográfica de La
Ladera. En un principio, aún en tiempos en que esta institución no estaba establecida
en Canarias, en cuyo lugar estaba la Guardia Provincial, estaba en Las Casas Blancas,
junto a la Casa Nueva, pero en períodos de tiempo en función de la conflictividad
social, en el marco del Pleito de La Aldea. Como institución ya de la Guardia Civil se
establece en dicha sede en 1899, con una plantilla de 5 hombres y sus familias, hasta
1910 en se traslada a Tejeda. Vuelve definitivamente hacia 1924, con refuerzos de
guardias del puesto de Gáldar, en el marco de la última fase y la más virulenta del
Pleito de La Aldea. Es cuando se nota la presencia de un número significativo de
guardias que no caben en Las Casas Blancas y que se alojan en el Almacén de la Casa
Nueva de Jerez, para intervenir y proteger a los dueños del latifundio de La Aldea,
cuando se producen los desahucios masivos contra los colonos aldeanos, con fuerte
represión. Tras la solución del Pleito en 1927, el Cuartel adquiere la normalidad hasta
los sucesos de la Guerra Civil, siempre en Las Casas Blancas, propiedad de la Casa
Nueva. Cuarenta años después se produce el traslado a La Ladera (junto al Colegio),
tras la construcción del nuevo edificio, inaugurado el 5 de agosto de 1966.
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1. PAREJA DE LA GUARDIA CIVIL SOBRE CAMELLO,
DÉCADA DE 1920
2. ENTREGA DE LA BANDERA DE LA II REPÚBLICA EN LA
FIESTA DEL PILAR DE 1934.
3. PLANTILLA DE LA GUARDIA CIVIL EN LA ALDEA, CON
EL TENIENTE, JEFE DE LÍNEA, EN 1936.
CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL, EN LAS CASA BLANCAS, 1927-1928.
PUNTO DE ENCUENTRO DE LA COMISIÓN EJECUTORA DEL PLEITO DE LA ALDEA: DE IZQUIERDA A DERECHA, SENTADOS: MANUEL
DÍAZ (PROPIETARIO) MARIANO DE CÁCERES (MAGISTRADO, PRESIDENTE DE LA COMISIÓN EJECUTORA, LUIS MERINO
(SECRETARIO) MANUEL HERNÁNDEZ (PROPIETARIO), DESCONOCIDO, SALVADOR ARAÚJO (EX ALCALDE, REPRESENTANTE DE LOS
COLONOS) Y ¿TEÓFILO SEGURA? (REPRESENTANTE DE LOS COLONOS).
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RECREACIÓN APROXIMADA DE LA LADERA HACIA 1930-1940, DIBUJO DEL AUTOR
LA RECUPERACIÓN: GOFIO, LUZ, ESCUELAS, TIENDAS Y TOMATES (1950-1960)
Superados los años difíciles de la posguerra y reiniciadas las exportaciones de tomates
comienza en todo el municipio un gran desarrollo acompañado de una verdadera
explosión demográfica que se va a notar en esta zona. Entre El Barranquillo de La Plaza
y Los Espinos, a lo largo de la carretera general se intensifica la actividad de
empaquetado de tomates con los almacenes de Los Rodríguez, Nicolás Suárez, Angulo,
los Armas, Armando Romero (Almacén Encarnada), La Casa Nueva, Hijos de Juan
Rodríguez y Tomás Rodríguez Vega. Además se ubican por esta transitada carretera
varias tiendas de comestibles, alguna barbería y la célebre Fonda de Fidelia Suárez,
aparte del también popular transportista y chófer histórico Pepe Déniz. Los jóvenes de
entonces, con los de la zona baja, fundan el Imperial CF, con una apasionada afición y
sociedad recreativa con sede en La Ladera, a lo largo de los años cuarenta y cincuenta.
Además, a mediados de los cincuenta se completaba la circunvalación de la isla
con el ramal de La Aldea-Mogán que partía desde La Ladera con el que se enlazaba este
barrio con Los Cardones y Los Llanos. La Comunidad de Regantes se establece en El
Huerto, presidida por don Juan Sánchez y gestionada por un vecino también de lugar,
Tomás Suárez Almeida, quien instala cerca una ferretería frente al Callejón de La Casa
Nueva, a pocos pasos de una de las herrerías más emblemáticas del pueblo, con una gran
actividad en el trabajo de herramientas para pozos, sorribas… propiedad de Ramón
Suárez, vecino de La Rosa. Esta actividad herrera se complementa con la latonería de
Miguelito ubicada a media cuesta de La Ladera.
Y si en las alturas de La Hoya se roturaban nuevas tierras para tomateros, en la
zona del barranco se perforan nuevos pozos con potentes motores para elevar el agua
hasta las mismas. En una de estas salas de máquinas, ubicadas en un pozo de La Rosa, se
acopla un generador de luz que alumbrará al pueblo por primera vez a finales de los años
cuarenta con un tendido que a principios de los cincuenta llega hasta Los Espinos, como
consecuencia de la concesión municipal al consorcio de Carmelo Quevedo-hermanos
León-Nicolás Suárez, concesión que luego sería adquirida por los Rodríguez Quintana.
- 15 -
En este mismo motor de La Rosa también se acopla un molino de gofio que da un mayor
dinamismo a la zona.
En este tiempo, los terrenos del Barranco, bienes comunales, comienzan a
cederse, previo pago de un canon al Ayuntamiento, a particulares que con el tiempo se
quedan definitivamente con ellos. Más arriba desde Cabo Verde al Convento y toda el
área de La Rosa y Mederos mantiene el paisaje agrario de siglos atrás con el encanto de
las altas palmeras a lo largo de la Acequia Real y secundarias, sobre todo algunas como
la célebre y centenaria Palma de Las Zamoras; además de las viejas viviendas de piedra
con techumbre a dos agua cubiertas de teja.
Desde La Ladera, aún sin viviendas de dos plantas, se podía contemplar el
extraordinario paisaje agrario que se extendía por su base en El Convento, La Rosa o
Mederos, entre aeromotores de pozos, palmas e higueras. Y desde abajo La Ladera y
Jerez Alto se elevaban con nuevas y escalonadas casas coronadas por los dos viejos y
agotados molinos de viento. El Molino de Agua también va a dejar de moler y en su
lugar un inmigrante Antonio Melián establece una pequeña recova, quedándose para
siempre Antonio el de la Recovilla.
EL CONVENTO DESDE LA PARTE BAJA DE LA LADERA (HACIA 1960) Y LA LADERA DESDE EL CONVENTO (HACIA 1955)
Los servicios públicos mejoran según avanzan los años cincuenta. El estudiado
fluido eléctrico procedente del motor de La Rosa, no solo alumbra las casas sino también,
a lo largo de diversos puntos de la carretera general menos en uno, donde desde siglos
atrás en tiempos del camino real, por su estrechez entre vegetación, siempre asustaba a
los transeúntes nocturnos de abajo: la tan temida Vuelta de la Higuerilla. El agua de
abasto público también va llegando con una red de pilares, a mediados de aquella década
expansiva: el Pilar del Barranquillo de La Plaza, El Pilar del Convento y el Pilar de La
Ladera, en los que se configuran puntos de reunión vecinal y mentidero donde circula
todo tipo de noticias y caminantes sedientos. Y se instala en el Barranquillo Hondo una
gasolinera en la casa de Paulino Ramos.
Las escuelas de niños y niñas de Los Espinos, ubicadas entre Jerez y La Ladera, y
regentadas por don Juan Sánchez y doña María del Carmen Castillo, Melita, comienzan a
alcanzar ratios muy altas, por lo que a principios de los años sesenta se crean nuevas
escuelas con la construcción del Grupo Escolar Espinos nº 2, ubicado en la parte alta de
La Ladera, al otro lado de los molinos de viento que habían dejado de moler. La escuela
de pago de maestro Gregorio continuaba activa y con una alta matrícula. Y es que la
población casi se triplicaba en comparación con los efectivos de principios de siglo. Jerez
Alto y Barranquillo Hondo Alto comenzaban a repoblarse con tendencia a unirse en los
años siguientes, estimándose en la zona una población superior a los 600 habitantes.
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LAS DOS ESCUELAS PÚBLICAS DE LA LADERA-LOS ESPINOS, EN LOS
AÑOS 50 ALCANZAN RATIOS MUY ALTOS. ESCUELA DE DON JUAN
SÁNCHEZ EN 1953 Y DE DOÑA MELITA EN 1959.
ANEXO IV
Recuerdo escolar de La Ladera, 1956-1958 La primera vez que fui a la escuela de maestro Gregorio, hacia 1956, me encontré con un mundo escolar nuevo
al que tenía en Los Espinos. Debía recorrer a pie una distancia de dos kilómetros acabado de comer, pues el
maestro comenzaba la clase una vez que salía del Ayuntamiento. Lo vi venir, desde lo alto, por la carretera, a la
altura de la Era; ligero, recto, con chaqueta, corbata de pajarita, sombrero protegiendo la cara y manos a la
espalda para que el sol no le afectara su fina piel morena. Todos cantaban “ahí viene el maestro rezando un
padre nuestro, fue a la cocina, mató una gallina…” El maestro llegó y todos entramos en clase y esperamos en
silencio a que almorzara, mientras afilábamos los lápices, abríamos los libros… A media tarde le llevan un
huevo, lo pica con el palillero de la pluma y se lo bebe. Se cuidaba mucho, decían los chiquillos.
Con el tiempo se me paso el temor inicial, sobre todo cuando me fijé que don Gregorio venía mucho los
domingos para Los Espinos, se relacionaba y tocaba muy bien la guitarra y a veces llegaba a mi tienda y
hablaba bien de mi a mis padres, lo que me interesaba...
Su escuela carecía de servicio. Para tomar agua íbamos al cercano Pilar, a la punta abajo de la Cuestilla, pilar
casi siempre sin una gota a pesar de que una tras otra boca de los chiquillos chupaban de él. Para las otras
necesidades bajábamos al pontón que estaba debajo del Pilar, por donde discurría hacia La Rosa el
barranquillo de la Hoya del Viejo, en su confluencia con la Acequia Real, por la alcantarilla de Las Rapaduras.
Nos gustaba aquella húmeda oscuridad. Nos considerábamos exploradores, sobre todo, arriba, debajo de la
escuela por donde asomaba el trayecto subterráneo de la Acequia Real, a veces llena a rebosar de agua, tras las
lluvias y otras vacía, casi siempre, momento que aprovechábamos para meternos dentro en fila de uno, a
oscuras, a lo largo de centenares de metros bajo la tierra para asomar al otro lado de la carretera, más allá de
la Palma de Mianito, en donde la acequia, entre las altísimas palmas del Convento, venía a cielo abierto hacia
La Ladera.
Mi otra escuela en La Ladera fue la pública, regentada por don Juan Sánchez. Me admitió cuando cumplí la
edad exigida. También fue para mí otra experiencia distinta, más sosegada… sabía más. Me ilusionaba la leche
en polvo y el queso de la “Ayuda Americana” y me apenó que ya no daban “la mantequilla”. No tenía
necesidad pues mis padres tenían un comercio muy completo, pero era la ilusión de todos y aquel queso no se
vendía en las tiendas. Los recreos eran largos. Nos daba tiempo de recorrernos todas las Rapaduras, los
tarahales de la finca de la Casa Nueva… jugando a la guerra y a “manos en alto” o subiendo a los Molinos a
jugar a la pelota en el campillo. Pero don Juan estuvo poco tiempo, fui de su última generación de alumnos en
La Aldea. Al curso siguiente le sustituyó don Manuel Ruiz Ascarza, un
maestro ya viejo, mutilado de la Guerra que sólo se esforzaba en enseñarnos
el Cara al Sol, Prietas las Filas y la canción que repetía “de Isabel y
Fernando el espíritu impera, moriremos besando la sagrada bandera". No fui
más a aquella escuela, mi padre me matriculó en los nuevoGrupos Escolares
de El Cruce. Pero, a finales del curso volví a la escuela de maestro Gregorio
con el expreso objetivo de prepararme para ir al Colegio a estudiar Ingreso
de Bachillerato Elemental.
(Fco. Suárez Moreno. 21-11-2006)
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PERSONAJES EN LA MEDIANA DEL SIGLO XX
Los personajes populares de La Ladera y su entorno de esta época es larga y difícil de
sintetizar por la cantidad y variopinta celebridad de estos. La dejamos abierta para que
sean los propios alumnos de este Colegio los que indaguen, corrijan, maticen y añadan
contenido. Quizás, “ni están todos los que son ni son todos los que están”. Señalamos,
en primer lugar, en orden a un apellido histórico, a los hermanos Araújo: Juan y
Manuel, célebres mareantes, ocurrentes e ingeniosos portadores del saber popular y
Carmen, conocida como Carmen la Médica.
Otros conocidos eran Nicolás Armas, Barón,
dirigente del Frente Popular y procesado por
el franquismo, encargado de almacenes y
célebre cazador; Juan el de Ubaldo, el ex
alcalde José Benítez, especialista en
redacción de documentos públicos o su
vecino Antonio Ramos, Compa,
discapacitado, popular donde los hubo, por la
orilla de la carretera y de casa en casa
pidiendo cigarros y café… En la carretera
continuaba, desde 1928, Pepe Déniz en su
viejo Dodge con su perro Chute, de ahí la
expresión popular de estás como Chute al que
viajaba mucho en coche. MANUEL ARAÚJO, INGENIOSO MAREANTE DE LA LADERA
Destacan por sus tertulias las hermanas Suárez, emparentadas con los Godoy y
Valencia… una verdadera saga familiar muy popular conocida por los Guirres. Tal
apodo venía de finales del siglo XIX, por vivir sus antecesores, la prolija familia de los
Suárez Delgado, en lo más alto de La Ladera y que ahora, en la mediana del siglo XX,
la conformaban decenas de miembros algunos con responsabilidades políticas,
empresariales y deportivas; aunque, eran ellas, las mayores, ya de negro, en
generaciones distintas, las de las mil ocurrencias, cuentos, permanentes y animados
corros donde destacaba la presencia de la octogenaria y ciega, Coma Inés, en El
Huerto. Otra tertulia de mujeres era la de las Ramos en el Barranquillo Hondo. Todo
ello en el marco de una sociedad tradicional, de paso lento y relaciones
sociocomunitarias muy distintas al individualismo de la actualidad. Conocidas eran
las Zamoras, familia González Godoy, célebres en los últimos años del Pleito, con una
gran parcela entre La Ladera y La Rosa.
Y más personajes se fueron asentando como Juan Ramírez, Nicolás Espino,
Pedro el del Carrillo, Antonio María, José Armas, el Cubano… incluso inmigrantes de
lugares lejanos como Bartolito, dinamizador social del Barranquillo Hondo. En fin,
son tantos los que conforman aquel paisaje del ayer que poco es el espacio para
contarlos. A unos, del siglo XIX les faltó poco para superar la mediana del siglo XX,
otros casi llegan al siglo XXI.
- 18 -
ANEXO IV
Antonio SUÁREZ RAMÍREZ, Farero (1881-1944). Famoso personaje de La Rosa, emigrante por tierras mineras
de Norteamérica que cuando llegó a su tierra, en los años treinta, enfermo de silicosis, era una persona de gran
experiencia y de ideas progresistas, lo que le llevó a ser alcalde en un corto período de tiempo, en 1936. Fue
procesado y conducido al campo de concentración del Lazareto de Gando, por los militares sublevados. Tras la
libertad, murió en su casa de La Rosa, sin recibir los preceptivos sacramentos para un entierro por la Iglesia, por
lo que su amigo personal el párroco don Vicente Bautista y acérrimo enemigo político, con el que protagonizó
mil anécdotas y enfrentamientos verbales por ideas antagónicas, tras recibir el aviso del óbito, hizo ver a todos
los presentes que aún no había expirado, los mandó a retirar fuera de su lecho para proceder a darle la
extremaunción. “Don Antonio ha fallecido en paz con Dios, puede entrar”.
LOS CALIXTOS. Es la familia de Calixto Espino Afonso y Antonia Suárez del Pino,
ubicada en la parte baja de La Ladera. Colonos con mayor número de parcelas y
superficie de tierra en los últimos años del Pleito de La Aldea, en cuyos litigios fueron
abanderados, ganando un pleito en Madrid, gracias al dinero que trajo de Cuba uno de
sus miembros, el indiano Juan Espino Suárez, en 1923. Fueron varios hermanos y
hermanas, muy populares, y de mucho ingenio. Uno de ellos, Panchito Espino fijó su
residencia en Mogán donde fue Juez mucho tiempo y protagonizó mil anécdotas por su
ingenio e ironía. Y Nicolás Espino fue el primer presidente de la Comunidad de
Regantes de La Aldea, en 1928.
NICOLÁS ESPINO, PRIMER PRESIDENTE DE LA COMUNIDAD
LOS GODOY. Vicente Godoy Ramos (Vicente Zaballa) y Adela Suárez Almeida,
residentes en la parte alta de La Ladera conformaron una larga familia en la que destaca
su hijo Vicente, dirigente falangista local y alcalde de La Aldea entre 1938 y 1941, que
realizó mejoras viales en La Ladera. Y, sobre todo, Jacinto, que sustituye su padre como
encargado de la Casa Nueva y se queda como administrador general de los Hernández
Suárez, propietarios de esta gran empresa heredera del antiguo latifundio de La Aldea, a
lo largo de casi medio siglo; persona con un gran poder, por ser esta la empresa más
importante del municipio, en la mediana del siglo; siendo, no obstante muy sencillo, serio
y comedido; quedó con el sobrenombre de Jacinto el de la Casa Nueva. De esta larga
familia sólo vive, ya anciana, Leandrita Godoy Suárez.
JACINTO GODOY SUÁREZ, 1949
MAESTRO GREGORIO. Gregorio León García (1899-1988), funcionario
municipal y maestro de “escuela de pago” a lo largo de más de medio siglo, fue
uno de los personajes más populares de La Ladera y quizás de La Aldea. En su
singularidad destacaba las buenas relaciones sociales, la música de parrandas;
la pulcritud y elegancia en el vestir de sombrero, traje y corbata; una esbeltez
casi eterna hasta su muerte. Secretario, en 1936, de Izquierda Republicana, no
fue procesado pero sí incluido en la lista de elementos contrarios al nuevo
régimen; pero no tuvo problemas con la nueva situación política, incluso fue
nombrado maestro idóneo para Tasartico. Luego en los años de restauración
democrática simpatizó posiciones conservadoras. Impartió clases de tarde y
nocturnas en su casa de La Ladera casi hasta su muerte a cuatro generaciones.
Su calle lleva hoy su nombre.
MIGUELITO EL LATONERO. Miguel Sosa Rodríguez En el cielo manda Dios, en el infierno un carnero y en la
raya de La Ladera Miguelito el Latonero, entonaban los escolares, en la mediana del siglo XX, en sus juegos de
recreo. En efecto, era Miguelito uno de los personajes más populares del barrio. Un impedimento físico en la
parte superior de columna vertebral, a modo de pronunciada corcova, le impedía caminar bien. Vivía solo en
una vieja casa, junto a la Cuestilla, donde tenía su taller de latonería. Era una persona muy integrada y popular
que en la alegría del alcohol protagonizaba las más curiosas ironías, cuentos y hasta pláticas, después de la
Guerra, en la barandilla de la tienda de La Escalerita, llegando en alguna ocasión a recibir castigos de la Falange
por gritar ¡viva el comunismo! Pese a su aspecto físico, también se ganaba el afecto de los pequeños, a los que
moldeaba con primor en metales pequeños trofeos para las competiciones de fútbol. Sin hijos ni familia que lo
cuidara acabó en el Asilo, en los años sesenta.
- 19 -
CARMEN DÍAZ SUÁREZ. Carmita Díaz (1894-1983), nació en el barrio de
Jerez, en el hogar del célebre sargento de la Guardia Provincial Pedro Díaz
Afonso y Fermina Suárez Gourié. Tras contraer matrimonio con Andrés
Suárez (1914) fue a Los Espinos. Enviudó muy joven (1937), con 5 hijos a
los que tuvo con grandes dificultades que sacar adelante, sobre todo en los
años de la posguerra, momento en que ya se había consolidado como una
experimentada comadrona y especialista en curas e inyecciones, sobre todo
de la novedosa penicilina, la que salvó tantas vidas en las epidemias de
tuberculosis, la tisis, el mal de entonces. Su experiencia en esta actividad
sanitaria y gratuita a los vecinos hizo que los médicos le pidieran ayuda en
situaciones de partos difíciles. En 1982, octogenaria, ciega y cansada de la
vida fue homenajeada por todo el pueblo con un monumento y plaza que hoy
lleva su nombre. El mejor premio para un recuerdo perenne.
BAJADA DE LA RAMA, AÑOS CINCUENTA, VECINOS CON LA GUAGUA DE TACORONTE. DERECHA: CARROZA FIESTA SAN NICOLÁS,
1965, ORGANIZADA POR BARTOLITO CON SEÑORITAS DEL BARRANQUILLO HONDO.
EL PILAR DE LA LADERA, HACIA 1960
JÓVENES DE LA LADERA, DE LA ÚLTIMA GENERACIÓN DEL PASADO RECIENTE, HACIA
1965
- 20 -
PANORÁMICA ACTUAL DEL ENTORNO DEL COLEGIO DE LA LADERA
NUEVOS TIEMPOS, COLEGIO, CONJUNCIÓN URBANA CON JEREZ… (1970-2006)
Los años setenta del siglo pasado suponen el inicio de grandes cambios en el
poblamiento y urbanismo de esta zona a la par que se experimentan grandes
transformaciones en la producción y empaquetado de tomates. Comienza una
acelerada urbanización de autoconstrucción en la zona de La Ladera, Jerez Alto y
Barranquillo Hondo Alto. Al finalizar el siglo La Ladera alcanza los 800 habitantes y
Jérez-Barranquillo Hondo, 600 habitantes. Este repoblamiento se hace con familias
inmigrantes trabajadoras y de aparcería procedentes las cuarterías de los cultivos de
tomate de otros lugares, una buena parte de Las Tabladas, que van difuminando a las
históricas familias del lugar.
Destacamos por último, en esta pequeña historia local, la construcción del Colegio
Nacional San Nicolás de Tolentino, hoy Colegio de La Ladera, en 1972-1973 que se une
a nuevos edificios de centros oficiales ubicados allí como el nuevo Cuartel de la Guardia
Civil y el de la Sección Femenina que con la Democracia se utiliza como centro
municipal de cultura hasta que se cede al Proyecto Comunitario de La Aldea, en los años
noventa.
Este Colegio Nacional se convierte al principio en sede de toda la comarcalización
de la Enseñanza General Básica del municipio hasta la creación de nuevos centros. En el
curso 1974-1975 sale la primera promoción de 8º con el Graduado Escolar. Y, pronto,
sobre todo a partir de finales de aquella década, comienza a desarrollar actividades
pioneras de renovación pedagógica y deportivas con la promoción del teatro y nuevos
deportes reglados en el municipio como el balonmano, baloncesto y sobre todo el ajedrez
con papel muy destacado en los denominados Juegos Escolares de finales de los años
setenta y principios de los ochenta. Los cambios generacionales también han afectado a
su plantilla de la que sólo queda un profesor de la primera generación, el actual secretario
don Tomás Ramírez García.
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PRIMERA PROMOCIÓN DE OCTAVO DE EGB,
DEL COLEGIO LA LADERA EN EL CURSO 1974-
1975. UNO YA FALLECIDO.
PRIMERA PLANTILLA DE MAESTROS DEL
COLEGIO DE LA LADERA, CURSO 1975-1976.
SIETE DE LOS CUALES YA FALLECIDOS Y EL
RESTO YA JUBILADO.
ESCENA TEATRAL DE LOS ALUMNOS DE
OCTAVO DE EGB EN LA FIESTA FIN DE CURSO
DE 1979-1980
.
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INFORMACIÓN ORAL:
Ángel SUÁREZ OLIVA
Tomás RAMÍREZ GARCÍA
Herminio GARCÍA GONZÁLEZ
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
SUÁREZ MORENO, Francisco: El Pleito de La Aldea, 300 años de lucha por la propiedad de la tierra,
1990.
Ídem (1994): Ingenierías históricas de La Aldea. Cabildo de Gran Canaria.
Ídem (2001): La cultura del cereal en el oeste de Gran Canaria. Ayuntamiento de Mogán,
Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás.
GARCÍA ROBAYNA, Artemi: De correrías por las Canarias Orientales (1898-1927).
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