bordados del pueblo masehual en tlatokxohitl. procesos educativos en mujeres bordadoras
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Bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl:
PROCESOS EDUCATIVOS EN MUJERES BORDADORAS*
Silvia Santiago Martínez**
educación
PATRIMONIAL
Introducción En el pueblo masehual, que corresponde a la
cultura náhuatl, los bordados forman la indu-
mentaria de los masehualmej. El presente artícu-
lo es parte de la tesis “Los bordados del pue-
blo masehual en Tlatokxochitl como obra en la
construcción cultural: aprendizajes y procesos
educativos en mujeres bordadoras”, que se rea-
lizó con un grupo de mujeres bordadoras de la
comunidad de Hueycoatitla, municipio de Be-
nito Juárez, Veracruz. La práctica cultural de los
bordados nos permite reconocer procesos edu-
cativos desde adentro, es decir, una educación
intracultural de los masehualmej, donde lo subje-
tivo y la intersubjetividad son puentes que cons-
truyen estrategias de enseñanza-aprendizaje
desde lo colectivo y lo comunitario. Las mujeres
bordadoras expertas enseñan a las aprendices
el valor de cada figura, textura y color de los
bordados, los cuales consideran una práctica y
patrimonio cultural.
Tlatokxochitl en Hueycoatitla
Hueycoatitla es una comunidad hablante de
la lengua masehualtlatoli (náhuatl), adscrita
* Este texto fue tomado de la tesis para obtener el grado de maestría en Pedagogía (FFyL-UNAM) titulada Los bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl como obra en la construcción cul-tural: aprendizajes y procesos educativos en mujeres bordadoras.
** Miembro del seminario de Educación Patrimonial de la Maes-tría en Pedagogía, FFyL-UNAM.
El objetivo del trabajo es describir el aprendizaje de las
mujeres bordadoras y las representaciones culturales que construyen
en torno a los bordados para comprender los procesos educativos
propios de la cultura náhuatl. La metodología del trabajo es de tipo
etnográfico y se resalta la importancia de los relatos de vida de cada
sujeto participante.
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quien enfatiza que las representaciones no son
falsas ni verdaderas sino que se definen en la
obra (obra, todo aquello creado por el hom-
bre); la teoría del aprendizaje social de Etienne
Wenger y Jean Lave, los cuales sostienen que el
aprendizaje es social y adquiere sentido desde
la postura de la participación del sujeto, y que la
participación es un referente epistemológico en
que se fundamenta el aprendizaje; también reto-
mamos los ideales de una educación comunita-
ria basada en la intersubjetividad que propone
Carlos Lenkersdorf, y la cultura como trama de
significaciones de Clifford Geertz.
Metodología
Nos apoyamos en las siguientes técnicas de in-
vestigación para realizar el trabajo etnográfico:
• La observación fue fundamental en el tra-
bajo de campo para recopilar información;
consistió en ver qué está pasando en ese
al municipio de Benito Juárez, en el norte del
estado de Veracruz. En esta localidad figura el
grupo de mujeres llamado Tlatokxochitl, que se
juntan a bordar para compartir experiencias, co-
nocimientos, saberes, gustos, anhelos y alegrías
que día a día viven con sus familias. Las mu-
jeres se reúnen en la casa de la señora Albina
(representante del grupo), donde el patio, el co-
rredor y la sala se convierten en un espacio co-
munitario para bordar. Las mujeres bordadoras
de Tlatokxochitl abren el espacio para enseñar y
aprender, con la finalidad de fomentar el borda-
do como parte de las prácticas culturales de la
comunidad.
Algunos referentes teóricos
En cuanto a los referentes teóricos en que fun-
damentamos nuestro trabajo, retomamos las
ideas y teorías de los siguientes autores: la teo-
ría de las representaciones de Henri Lefebvre,
La comunidad de Hueycoatitla se localiza en la región montañosa de la Huasteca, en la zona norte del estado de Veracruz, en el municipio Benito Juárez. Se encuentra a una altura de 304 metros sobre el nivel del mar.
Hueycoatitla
CalacoCaminos de terracería
Camino pavimentadoBenito Juárez
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Educación PATRIMONIAL
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Bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl: PROCESOS EDUCATIVOS…
Bordados y procesos educativos en mujeres bordadoras
Trabajar con mujeres bordadoras permitió com-
prender que sus creaciones son obras construi-
das a través de representaciones culturales; y
que el color, la textura y las figuras evidencian
la cosmovisión de una cultura.
Podemos entender que el bordado es una
escritura antigua de Mesoamérica; como escri-
tura y práctica es transmitida de generación a
generación cuando las mujeres bordan objetos
de uso cotidiano, animales y flores de la región.
De acuerdo con Lechuga,4 el bordado es uno
de los recursos de ornato más importantes del
mundo. Sin embargo, en su elaboración existe
una variedad de estilos. El que nos interesó en la
investigación fue el punto de cruz, y la razón de
ello es que para las bordadoras de Tlatokxochitl
en Hueycoatitla, éste representa la memoria de
sus ancestros que se mantiene viva en las figu-
ras de la indumentaria. Las bordadoras argu-
mentan que es el que se usa más y está presente
en la cotidianidad de la comunidad; además, no
dejan que desaparezca porque es una herencia
de los abuelos y las abuelas de la comunidad.
Las bordadoras tienen un proceso de for-
mación que comprende los principios y las es-
trategias de aprendizaje; en la construcción de
representaciones culturales, los bordados son
considerados como obra, y la creación implica
saber bordar y combinar colores para poder es-
cribir la literatura de la obra-bordado.
Principios de aprendizaje de la bordadora
En nuestra tesis identificamos que el aprendi-
zaje que toda bordadora desarrolla durante su
formación se refiere a dos principios básicos:
el primero es el deseo de bordar, que a su vez
4 Ruth D. Lechuga, La indumentaria en el México indígena.
contexto “sin fragmentar ni dividir lo real,
tomando perspectiva para tener una visión
del conjunto”.1
• Las entrevistas sirvieron para obtener in-
formación directa de los sujetos, por lo que
constituyeron la parte esencial de la investi-
gación que nutrió de vida las preguntas de
investigación. En las entrevistas se pedía:
Cuéntame sobre los bordados.
• En la construcción de entrevistas emergen
los relatos de vida2 como una estrategia et-
nográfica para obtener información de los
sujetos. Los relatos de vida acceden a “una
dimensión diacrónica que permite captar la
lógica de la acción en su desarrollo biográfi-
co, y la configuración de las relaciones socia-
les en su desarrollo histórico (reproducción
y dinámica de transformación)”3 de las mu-
jeres respecto a la acción de bordar y crear
bordados.
La investigación se efectuó en cinco familias
bordadoras que integran el grupo Tlatokxochitl.
Los participantes se eligieron a partir de los si-
guientes criterios:
• Mujeres mayores que tienen los conocimien-
tos de los bordados y que han sido creadoras
de imágenes o figuras.
• Jóvenes que elaboran bordados.
• Niñas interesadas y que interactúan en los
procesos de elaboración de bordados.
1 José A. Yuni y Claudio A. Urbano, Mapas y herramientas para conocer la escuela. Investigación etnográfica e investigación-acción, p. 183.
2 Retomo las historias de los relatos de vida. Abordar, en este punto, las historias, saberes, conocimientos y recuerdos que se tienen en torno a la vida productiva de bordados –inclu-yendo cómo aprendieron a bordar y qué les representa–, es una estrategia que agrego a la etnografía, la cual se fue desa-rrollando en el trabajo de campo; es decir, los relatos de vida emergen del trabajo de campo.
3 Daniel Bertaux, Los relatos de vida. Perspectiva etnosociológica, p. 11.
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genera las condiciones para que la aprendiz
permanezca en todo el proceso de su aprendiza-
je. Cuando este principio no se desarrolla, surge
el enojo, o bien las aprendices abandonan, como
relata una bordadora:
Sí aprendió [su hija]. Una vez le dije que hiciera
todo parejo; ella lo hizo, pero se equivocó porque
las cruces no se veían y lo de abajo estaba chueco.
Le dije que así no era; ella se enojó y ya no quiso
hacer.7
La paciencia se demuestra cuando la apren-
diz internaliza la responsabilidad con la prácti-
ca cultural del bordado.
Estrategias de aprendizaje que usan las bordadoras
Otro elemento que abordamos en la tesis hace
referencia a las estrategias de aprendizaje que
usan las bordadoras. Ellas !que pueden ser ma-
dres, abuelas, tías o vecinas! buscan diversas
formas de enseñanza para transmitir su saber a
las futuras bordadoras. Una de las herramientas
básicas que emplean las expertas es la entrega
de los materiales indispensables que ayudan
a la aprendiz a manipular los hilos, la tela y
la aguja.
Las niñas interactúan con materiales nece-
sarios en la elaboración de bordados, y en esta
relación se crean condiciones que propician el
aprendizaje en la vida cotidiana. Las bordado-
ras del grupo Tlatokxochitl argumentan que los
cachos de telas e hilos son herramientas indis-
pensables que estimulan acciones para el desa-
rrollo del aprendizaje pues fungen como prime-
ros materiales didácticos. Con éstos se estimula
la ejecución de una actividad lúdica que apo-
ya la construcción de conocimientos y saberes
7 Entrevista a la señora Luciana Hernández 11/1/2012, citado en Silvia Santiago, Los bordados del pueblo masehual en Tla-tokxochitl como obra en la construcción cultural: aprendizajes y procesos educativos en mujeres bordadoras, p. 81.
se nutre de la seriedad, el gusto, el interés y la
atención surgidos de la actividad concreta la
veía bordar; el segundo se refiere a la paciencia.
Estos principios interactúan constantemente y
se consolidan en la actividad concreta de bordar.
El principio de deseo aparece por el mo-
mento de inmediación, por la aproximación
del entorno social que vive el sujeto5 y propicia
condiciones en la persona para crear la obra-
bordado porque “parece ‘producir’ su tiempo,
su espacio, su afirmación y su fuerza”.6 En la
convivencia cotidiana de la niña junto a la ex-
perta nace el deseo de bordar.
El principio de paciencia es la base del com-
promiso con la actividad del bordado porque
5 Henri Lefevbre, La presencia y la ausencia. Contribuciones a la teoría de las representaciones.
6 Ibid., p. 251.
Mujer bordando.
Educación PATRIMONIAL
Foto
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ez.
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Bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl: PROCESOS EDUCATIVOS…
hilos son usados para que la aprendiz se vaya
adaptando y conociendo las formas de elaborar
bordados; también con estos materiales se desa-
rrollan las estrategias de enseñarse a sí mismas
y con las demás.
Cuando la aprendiz toma la iniciativa de
aprender por sí sola a bordar, se enseña a sí mis-
ma. Es decir, a partir de la convivencia y parti-
cipación cercana con la experta, conoce algunos
estilos del bordado y se consolida la curiosidad
de toda aprendiz. Paradise diría: “se espera que
el niño tome la iniciativa en el aprendizaje”.9
Enseñarse con las demás consiste en que la
aprendiz aprende de otras personas para llegar a
bordar. Esta estrategia posibilita que la aprendiz
realice la práctica y junto con la experta aprenda
nuevos estilos de bordado. En esta estrategia la
participación es fundamental porque “sugiere
un interés explícito sobre la persona, pero como
9 Ruth Paradise, Un análisis psicosocial de la motivación y participa-ción emocional en un caso de aprendizaje individual, p. 84.
en la elaboración de bordados. Esas telas e hilos
ayudan a desarrollar las habilidades, destrezas
y actitudes que requiere cada aprendiz en su
aprendizaje:
Recuerdo cómo me enseñaba. Ella [su mamá] me
decía, me daba un cachito de cuadrillé, hilos, allí
veía cómo hacer. Ella [su mamá] me decía: ‘Ahora
copia esto, así hazlo, ve haciendo así’. Yo le decía:
‘No puedo, me equivoco’, pero sí lo sacaba.8
De lo expresado por la señora Albina, al re-
cordar cómo aprendió a bordar siendo una niña,
podemos deducir que los cachos de telas e hilos
funcionan como estrategias de aprendizaje pues
el contacto inmediato y manejo de materiales
condicionan la construcción de conocimientos.
Las bordadoras saben que al proporcionarles
esos materiales, motivan a las aprendices a crear
bordados. Por otro lado, los pedazos de telas e
8 Entrevista a la señora Albina Bautista 7/1/2012, citado en Sil-via Santiago op. cit., p. 83.
Amaxochitl (flor de papel).
Foto: Silvia Santiago Martínez.
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beres de una determinada práctica cultural del
pueblo. Así, la intersubjetividad cobra relevan-
cia en las relaciones e interacciones en la vida
cotidiana entre las bordadoras y las aprendices,
quienes comparten un espacio comunitario,
donde la bordadora sabe que tiene la responsa-
bilidad de enseñar a aquella niña o joven que
muestra interés en aprender a bordar.
La intersubjetividad en el ámbito comunita-
rio se presenta en la relación de las subjetivida-
des de los sujetos que asumen la responsabilidad
de transmitir los conocimientos y de adquirir
aquello que les es legado. En esta intersubjeti-
vidad, los sujetos se asumen como miembros de
la comunidad y son responsables los unos con
los otros de compartir aquello que es “nuestro”,
que se dinamiza a través de las generaciones.
Representaciones culturales de bordados
Las bordadoras del grupo Tlatokxochitl de
Hueycoatitla conciben que el bordado es una
práctica cultural, legado de los abuelos y las
abuelas. En sus figuras se encuentra plasmada
la cosmovisión, las prácticas cotidianas de la co-
munidad. Por ello, las mujeres bordadoras no
pierden las nociones de lo que representa cada
figura, color y diseño de los bordados. Para las
bordadoras de Tlatokxochitl, esta práctica es
patrimonio cultural de la comunidad. Entende-
mos por patrimonio cultural la construcción so-
cial que los sujetos atribuyen como significativa
a ciertos elementos que son parte de su entorno
sociocultural.
Reconocer el bordado como práctica cultu-
ral implicó considerar tanto las estrategias de
aprendizaje como también lo que se aprende
con éste. Así, encontramos que la práctica está
orientada a la formación de sujetos comunita-
rios capaces de valorar las figuras del bordado
como medio para plasmar la cosmovisión de la
cultura náhuatl, así como la concepción de una
forma de trabajo.
persona en el mundo, como miembros de una
comunidad sociocultural”.10
Las estrategias enseñarse a sí misma y enseñar-
se con las demás generan un espacio comunitario
donde se aprende a compartir, a dialogar, a en-
señar lo que se sabe, y donde los consejos toman
lugar.
En la educación del pueblo náhuatl, los co-
nocimientos y los saberes se comparten en el es-
pacio comunitario. Los miembros conviven con
aquellas personas caracterizadas por poseer sa-
10 Jean Lave y Etienne Wenger, Aprendizaje situado. Participación periférica legítima, p. 26.
Bordado de un rebozo tradicional.Bordado de un rebozo tradicional
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Foto
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Bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl: PROCESOS EDUCATIVOS…
colectiva13
de Hueycoatitla. La herencia integra
saberes ancestrales que dan sentido a la práctica
actual, es decir, reconstruyen el pasado a partir
de la textualidad de cada figura que se borda.
Por ello hablamos de una pervivencia, porque
cada bordadora construye sentidos y significa-
dos en torno a los bordados y reconoce que es
parte de la comunidad.
Para las bordadoras de Tlatokxochitl, apren-
der y saber bordar representa poder salva-
guardar las figuras que han dejado las abuelas,
porque recuperan los bordados anteriores a su
13 La memoria colectiva constituye el reconocimiento de las prácticas del pasado que retoman significado en la vida con-temporánea de los sujetos, es decir, se reconstruyen para formar sentidos y pertenencia cultural, “la memoria colectiva se encarga de diseminar los saberes individuales a los sociales, al significar lo que fue el pasado transponiéndolo en el presen-te, según las necesidades de los que viven en el ahora”, véase en Julia Clemente Corzo, El arte de formar y la artesanía del saber, p. 81.
Para las mujeres de Tlatokxochitl, bordar no
significa sólo cruzar hilos con diferentes colo-
res, sino que al hacerlo se aprende a escribir la re-
lación del hombre con la naturaleza, el cosmos,
los ritos, las ceremonias; por ello, se habla de
una reproducción cultural de los conocimientos
de bordados. También saben que es el legado de
las generaciones pasadas, que es parte del cons-
tructo de una historia colectiva, de una memo-
ria colectiva, que posee tramas de significados11
para los habitantes de la localidad.
Las versiones que encontramos con las bor-
dadoras de Tlatokxochitl se refieren a las repre-
sentaciones que se tejen en la cultura construi-
das desde el contexto sociocultural. Hablamos
de representaciones como aquellas concepciones
o ideales que las personas de una cultura tie-
nen sobre un objeto; en este caso consideramos
los bordados como obra porque permiten com-
prender la relación sujeto-objeto para entender
la creación de obra-bordado. Para Lefebvre,
[…] las representaciones no son en sí mismas ni
verdaderas ni falsas. Pero como se les restituye en
su contexto, se les presenta en su verdad, en sus
relaciones como unos lugares y un tiempo, con
unas condiciones de existencia concreta, las de
una sociedad.12
Así, en la tesis hablamos de figuras represen-
tativas para la comunidad, como son el kuapelech
(gallo), el popochkomitl (copalero) y la sempoalxo-
chitl (flor de veinte pétalos o flor del muerto),
que están vinculadas a las actividades rituales,
ceremoniales y agrícolas de la comunidad. Cada
uno de los motivos bordados posee una repre-
sentación simbólica de la vida del hombre en su
relación con el cosmos y la naturaleza.
Mediante las figuras de bordados se habla de
una herencia cultural, manifiesta en la memoria
11 Clifford Geertz, La interpretación de la cultura.12 Henri Lefebvre, op. cit., p. 170.
Sitlali (Estrella).
Foto: Silvia Santiago Martínez.
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Cuidar aquello que se viene haciendo por-
que es nuestro, funciona como hilo conductor
de representaciones que cohesiona núcleos de
identificación de algo propio que es heredado.
Esto lleva a cuidar los bordados tradicionales
y a aprender que el cuidado es un compromiso
comunitario-colectivo.
En las representaciones culturales identifica-
mos que las bordadoras hablan de dos tipos de
bordados que son: los bordados de la comuni-
dad como aquello que es nuestro y los bordados
con figuras de los otros. Los primeros son pro-
pios de la comunidad; cada figura tiene nombre
en masehualtaltoli (náhuatl), y presenta moti-
vos de plantas, flores, animales, objetos de uso
cotidiano y cosmogónicos significativos para la
comunidad. Los bordados de la comunidad es-
tán en su mayoría en las tiras de kechkemitl15
de
las abuelas como muestra la siguiente foto.
15 Kechkemitl es el atuendo bordado que cubre el cuello de la mujer.
existencia. Esto nos lleva a reflexionar en que la
persona que borda está recuperando la práctica
cultural porque la considera importante en la
vida personal y colectiva, en el contexto cultural
de la comunidad, como nos relata la siguiente
bordadora:
[…] para mí es rescatar los tradicionales porque
no quiero que se pierda en esta comunidad los
bordados, ya que desde antes se viene haciendo.
Ahora si decimos que ya no vamos a bordar, ya
no vamos a enseñar, entonces desde allí se pier-
de los tradicionales de nosotros. Ahora nosotras
copiamos de aquí, no copiamos esos que vienen
en los catálogos, en revistas, sino que copiamos
de antes, de las mamás de nuestras mamás, de
muy antes, copiamos lo que nos han dejado en
sus tiras, para que no se pierda los bordados tra-
dicionales.14
14 Entrevista a la señora Albina Bautista 7/1/2012, citada en Sil-via Santiago, op. cit., p. 109.
Bordado antiguo.
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Bordados del pueblo masehual en Tlatokxochitl: PROCESOS EDUCATIVOS…
Los bordados con figuras de los otros son
aquellos que no tienen contenidos significativos
para los habitantes de la comunidad. La mayo-
ría de las figuras son retomadas de catálogos o
revistas de bordados, y su uso se debe a la ela-
boración de prendas de tipo comercial.
El bordado como obra
Considerar el bordado como obra nos llevó a re-
conocer los quehaceres de las bordadoras para
identificar como ueli tlakopina (saber copiar),
tlamachijchiua (crear con las manos) y tlayolitia
Es importante mencionar que las figuras de
bordados con más presencia son las flores, se-
guidas de los objetos cosmogónicos y de uso
cotidiano y animales. Entre las figuras de flores
hallamos aquellas relacionadas con la agricultu-
ra, la fertilidad, la deidad y la belleza. Entre los
animales está el kuapelech (gallo), como símbolo
de fortaleza, “fertilidad agraria y humana”,16
en
los objetos de uso cotidiano se encuentra el po-
pochkomitl (copalero), que representa la acción
de purificación.
16 Adriana Campos y Eduardo Terrazas, Dechado huasteco. Imá-genes del textil indígena de la Huasteca Veracruzana, p. 19.
Muestrario de bordados antiguos.
Fotos: Silvia Santiago Martínez.
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Educación PATRIMONIAL
fluye en un ambiente comunitario donde las
niñas conviven con bordadoras expertas y con
otras en formación, que en la actividad concreta
aprenden a respetarse unas a otras y a recono-
cerse como integrantes de un colectivo.
Por otro lado, la intersubjetividad permea
las condiciones de existencia comunitaria entre
los miembros, donde la competencia no existe
ni hay un solo ganador, sino que es compartida
entre todas para mejorar y aprender de todas.
Por ello hablamos de un aprendizaje comparti-
do en la vida comunitaria y cotidiana de las mu-
jeres bordadoras. Estas miradas de educación
comunitaria en las mujeres bordadoras dentro
del pueblo masehual constituyen las formas de
vida intersubjetiva que los niños y las niñas van
aprendiendo a lo largo de su existencia. La ayu-
da mutua, la iniciativa, la pertenencia a un gru-
po, las prácticas culturales, posibilitan la forma-
ción de hombres y mujeres comunitarios. Así, el
individuo existe porque existe la comunidad, y
por ello el individuo es un ser colectivo-comu-
nitario.
(crear con el corazón). Para llegar a cada uno
de estos niveles de creación, la bordadora tiene
que aprender a contar las puntadas y cuidar las
simetrías de cada figura, así como saber combi-
nar colores y el estilo del bordado. Estas habi-
lidades se adquieren de la creatividad de cada
una de ellas. Cabe señalar que en la creación de
los bordados es importante que cada aprendiz
y experta diseñe el tlakoayotilij (dibujar el deli-
neado), que es la base de todo bordado. En la
obra, cada bordadora plasma su propia creación
porque cada puntada, combinación de color y
simetría de las figuras surge de la creatividad
de cada mujer.
Conclusiones
En los bordados encontramos formas de res-
ponsabilizarse respecto a las prácticas cultura-
les que son patrimonio de la comunidad, y que
no se aprenden de manera autoritaria y exigen-
te ante una maestra, sino que el conocimiento
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