ayer arribo el destructor duquesne de la marina francesa

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "Santa Cruz y los barcos", 1986/02/28

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48 EL DÍA

El destructor «Duquesne» que, desde ayer, se encuentra en puerto junto con el portaviones «Foch», Enla toldiila, el lanzador para los misiles Malafon destinados a la lucha antisubmarina.

Buque de larga y buena historia, el crucero «Duquesne» entró en servicio en 1928 y, dado de baja en1950, cinco años más tarde fue desguazado.

Dispone de lanzadores para misiles Malafon,Masurca y Exocet, y artillería automática

(y II)

Desde ayer se encuentra enel puerto de la capital tinerfeñael destructor «Duquesne» que,al mando del capitán de navioCanonne, ha participado en lasmaniobras conjuntas de la Es-cuadra francesa del Mediterrá-neo y el Grupo Aeronaval de laMarina Española.

El «Duquesne» —que con elportaviones «Foch» se hará a lamar el próximo martes— tieneuna dotación d*3 27 oficiales,167 suboficiales y 160 cabos ymarineros y, con el «Suffren»,su gemelo, es una de las unida-des más efectivas en.las listasde la Marina de Guerra fran-cesa.

La quilla del «Duquesne» searboló en noviembre de 1964en una de las gradas del arse-nal de Brest. Fue botado el!2de febrero de 1966, y una vezfinalizó las pruebas de mar, ar-tillería y misiles, el 1 de abrilde 1970 fue recibido por la Ma-rina de la nación hermana. De5.090 toneladas estándar y6.090 a plena carga, las princi-pales dimensiones del «Duques-ne» son 157,6 metros de esloray 15,5 de manga.

El equipo propulsor estácompuesto por dos grupos deturbinas Rateau que, de dobleduración, toman vapor de doscalderas automáticas que tra-bajan a la presión de 45 kilospor centímetro cuadrado; con72.500 Shp sobre dos líneas deejes, alcanza máxima de 34 nu-dos a régimen normal, veloci-dad ampli— amenté rebasada ysostenida sin esfuerzo algunodurante las pruebas de mar.

El «Duquesne» —numeral D-603— pertenece a las unidadesdel programa naval de 1960, aligual que el «Suffren». Estáequipado con estabilizadores,lo cuál le convierte en buquemuy marinero, verdadera pla-taforma para la artillería con-vencional que monta y, tam-bién, los lanzadores de misiles.

El equipo electrónico es am-plísimo y muy moderno que,entre otros, comprende radarespara vigilancia aérea y desig-nación de blancos —éste es unespectacular radomo que se al-za sobre el puente— otros paracontrol de misiles y artillería y,además, un sistema SENIT I,automático, que suministra da-tos tácticos.

El casco del «Duquesne» esde cubierta corrida y, en la tol-dilla —que queda en escalón—además del lanzador para losmisiles Masurca lleva un sonarremolcable y de profundidadvariable. Este, del tipo DUBV43 VDS, se completa con otro-un DUVB 23— a proa e incor-porado al casco.

Construido sin portillos encasco y obra muerta , el«Duquesne» dispone de aireacondicionado en todos los de-partamentos en especial en losdestinados a la dotación. A lavelocidad económica de 18 nu-dos, la autonomía de este bu-que es de más de 5.000 millasy, a la de 29, puede navegar2.400.

El casco, con ligero arrufo,se remata con proa lanzada yde abanico. A media eslora ytras el radomo del radar, se al-za el «mack», combinación depalo y chimenea que, por lasbandas, de salida a los humos ygases de la combustión y se re-mata con un mastelero y co-rrespondiente cruceta.

EL ARMAMENTO DEL«DUQUESNE»

Por lo que el armamento ar-

Santa Cruz y los barcos

Ayer arribó el destructor«Duquesne», de la Marina

francesatillero respecta, el «Duquesne»monta a proa dos piezas de 100milímetros y 55 calibres que,automáticas y para tiro naval yantiaéreo, puede hacer 60 dis-paros —cada proyectil pesa13,5 kilos— por minuto.

De gran alcance y ángulo deelevación —hasta 80 grados—este tipo de cañón ha sidoadoptado por las Marinas deBélgica, Alemania Federal,Portugal, Argentina —en lasfragatas de la clase «A-69»,construidas en Francia— y en elbuque-escuela turco «CezayirliHasan Pasa», antiguo «Ruhr» delas fuerzas navales alemanas.

En la toldilla, el «Duquesne»lleva un lanzador doble paramisiles Malafon, armamentoque para la lucha contra sub-marinos en inmersión completacon cuatro canastas —dos porbanda— para torpedos acústi-cos del tipo L 5 que, de 533 mi-límetros, pesan 950 kilos—car-ga explosiva de 150— y alcan-zan una velocidad de 35 nudos.

El «Duquesne» lleva 13 misi-les Malafon que, para la luchaantisubmarina, se lanzan por larampa instalada en la toldilla.El Malafon, de diseño y cons-trucción francesa, es un misilque, con un torpedo de 533 mi-límetros y cabeza buscadora,se dirige automáticamente ha-cia el sonido producido por losmotores de un submarino. Selanza por medio de dos acelera-dores de propulsante sólidoque, en tres segundos, lo impul-san a 830 kilómetros por hora.Luego se separan los acelera-dores y el misil continúa suvuelo; un radar altimétrico lomantiene a una altura constan-te —unos 100 metros sobre elnivel del mar— y regula la inci-dencia de las pequeñas alas pa-ra proporcionarle más alturacuando la velocidad dismi-nuye. Mientras, el sonar delbuque lanzador continúa fijo enel blanco y, por señales electró-nicas, dirige el misil; cuandoéste se encuentra a unos 800metros del submarino en in-mersión, el misil es frenado porun paracaída, el torpedo saledespedido hacia adelante porla inercia, cae al agua y, ya su-mergido, se dirige por sí mismoal blanco.

Los Masurca —el «Duques-ne», lleva 48 de tales armas —esun misil superficie— aire quemide 28,2 pies y pesa 4.070 li-bras; alcanza 25 millas y llevauna carga de 105 libras de altoexplosivo.

En la modernización que el«Duquesne» recibió en 1977, sele desmontó la artillería antiaé-rea de 30 milímetros y, en sulugar -a popa de la chimenea—se instalaron cuatro lanzadorespara misiles Exocet superficie-superficie. Estos misiles, dise-ñados y construidos por la Ae-rospatiale, miden 17,1 pies ypesan 1.617 libras en el mo-mento del lanzamiento; dirigi-dos por radar, llevan carga de363 libras de alto explosivo y

tienen alcance de 26 millas, sibien una variante —la MM 40—llega a blancos situados a 40.

Se estima que el «Duquesne»continuará en servicio hasta elaño 2.000 —para entonces yaestarán en activo los nuevos «C-70»— pero, en 1998, ya será da-do de baja el «Suffren».

LA FRAGATA DE HÉLICE«Duquesne»

En las últimas décadas delsiglo pasado, numerosos bu-ques de la Marina francesa—«Duchayla», «Ardent», «Mel-pomene», «Jurien de la Gravie-re», etc. —en aguas de SantaCruz de Tenerife. Sin embargo,ninguno tan asiduo como lacorbeta de hélice «Duguay-Trouin» que, desde abril de1893 a febrero de 1909, hizoescala anual, si bien en 1901 y1907 recaló a principios y finaldel año.

FUe precisamente en la cor-beta «Duguay-Trouin» donde seinspiró el ingeniero naval Labe-lin de Dionne para diseñar lafragata de hélice «Duquesne»que, también clasificada comocrucero de primera, fue botadaen 1876 en el arsenal de Ro-chefort. De casco de hierro, conforro de madera de teca y plan-chas de cobre, la «Duquesne»desplazaba 5.522 toneladas yeran sus principales dimensio-nes 106 metros de eslora y 15,5de manga. Con proa de espolón,el casco se remataba con trespalos con aparejos de fragatay, entre les trinquete y mayor,se alzaban dos chimeneas cor-tas.

La fragata «Duquesne»—gemela de la «Suffren», cons-truida en Tolón por la finia For-ges et Chantiers de la Médite-rranée— estaba artillada consiete cañones de 190 milíme-tros. De ellos, seis iban —trespor cada banda— a media eslo-ra y en saledizos de la cubiertaalta. Así, los de los extremos,dos y dos, podían hacer fuegoen caza o retirada. El séptimocañón de 190 estaba montadobajo el castillo, con la caña aso-mando por un portillo que seabría bajo el bauprés y, así, só-lo podía disparar en caza. Losrestantes cañones —catorce de140— se repartían a estribor ybabor y, dada la situación delos portillos, el campo de tiro selimitaba a 15 grados a proa ypopa por el través.

El equipo propulsor de la«Duquesne» —muy diferente alde la «Suffren», su gemela— locomponían dos grupos de alter-nativas Indret y doce calderasque, trabajando a 14,97 kilospor centímetro cuadrado, en-tonces estaban consideradas dealta presión. Con 7.500 Hp so-bre una hélice, la fragata daba17 de máxima y, con 660 tone-ladas de carbón —podía estibarcasi 900 en Icrs «side bunkers»—la autonomía a 10 nudos era de5.000 millas, la cual podía au-mentar la cantidad de lona que

largaba en sus tres palos ybauprés.

LOS OTROS «DUQUESNE»

El programa naval de 1912incluía la construcción de cua-tro acorazados de 29.000 tone-ladas, 194 metros de eslora yvelocidad máxima de 23 nu-dos. Estos buques se artillaríancon dieciséis piezas de 340 mi-límetros —repartidas a proa ypopa en cuatro torres cuádru-pes— y, como armamento se-cundario, montarían veinticua-tro de 138 en casamatas y alasbandas.

Estaba previsto que, el 1 deabril de 1915, se arbolaría laquilla del cuarto de la serie, el«D'iquesne» —sus gemelos ibana llamarse Lyon», «Lille» y«Tourville»— en una de las gra-das del arsenal de Brest. El de-sarrollo de la Primera GuerraMundial impidió se llevase acabo el programa previsto res-pecto a grandes buques —aun-que no el de submarinos y uni-dades ligeras— y, como sus «sis-ter ships», aquél «Duquesne»nunca llegó a ser en la mar.

En 1928, volvió a lucir elnombre de «Duquesne» en lasaletas de un buque de guerrafrancés. En 1925, la Marina re-cibió los cruceros «Duguay-Trouin», «Lamotte-Picquet» y«Primauguet», que, si bienproyectados antes del Tratadode Washington, pueden consi-derarse prototipos de los«Duquesne» y «Tourville».

La quilla del «Duquesne» searboló el 30 de octubre de 1924en el arsenal de Brest y, botadoel 17 de diciembre del año si-guiente, en 1928 —una vez fi-nalizó su armamento y pruebasde mar— fue recibido por laMarina de Guerra de la naciónhermana. De 10.000 toneladasestándar y 11.900 a plena car-ga, eran sus principales dimen-siones 191 metros de eslora por18,98 de manga y 6,32 de cala-do. El equipo propulsor estabacompuesto por cuatro gruposde turbinas Rateau y ocho cal-deras Guyot-que, con 120.000Shp, le daban máxima de 33nudos. Sin embargo, en laspruebas oficiales, el «Duques-ne» desarrolló 131.770 Shp y,sin esfuerzo, durante cuatrohoras alcanzó y mantuvo máxi-ma de 35,30 y media de 34,12.El «Tourville» alcanzó 36,15 enpruebas, pero lo cierto es quepara mantener tales velocida-des —decía Lord Fisher que lavelocidad era un arma— huboque sacrificar el blindaje que,en estos buques, sumaba sólo430 toneladas, si bien era per-fecta la división en comparti-mientos estancos.

El «Duquesne» estaba artilla-do con ocho piezas de 203 milí-metros, en cuatro torres do-bles, a proa y popa; ocho an-tiaéreos de 76 en montajes sen-cillos y otros tantos de 37, tam-bién para la defensa contraaviones. En cubierta, y a la al-

tura de la chimenea proel, lle-vaba dos equipos triples para ellanzamiento de torpedos de533 milímetros. Entre la chi-menea popel y el palo mayor seinstaló una catapulta, a crujía,que permitía el lanzamiento dedos hidros Loire-Neuport 130destinados a las misiones de re-conocimiento y descubierta.

Con 1.800 toneladas de com-bustible, la autonomía del«Duquesne» era de 700 millas ala máxima de 33 nudos y, a lavelocidad económica de 15, po-día navegar 5.000.

En 1936, cuando la Marinafrancesa comenzó a fomentarel desarrollo de su aviación na-val —sólo disponía entonces delportaviones «Béarn» y el porta-hidros «Gomandant Teste» —seconsideró la transformacióndel «Duquesne» y su gemelo.Fueron varias las solucionespropuestas, pero sólo dos se to-maron en consideración. Unaproponía respetar una de lastorres artilleras de 203 y, laotra, la total supresión de loscañones pesados. En el primerode-los casos, la longitud de lacubierta de vuelo sería de 140metros y, en el segundo, de176. Bajo tal cubierta se insta-laría el hangar y talleres pero,fuese cual fuese la soluciónadoptada, el número de avio-nes sería sólo de catorce.

De llevarse a cabo tal trans-formación —que no se realizó-los nuevos portaviones monta-rían artillería antiaérea de 100y 37 milímetros, el desplaza-miento alcanzaría las 12.000toneladas y, por chimeneas alas bandas, se evacuarían loshumos y gases de las calderas.El proyecto fue luego abando-nado ante la inclusión de dosportaviones -«Joffre» y «Pain-leve»— en el programa naval de1938; estos buques no llegarona construirse y, en 1944, sevolvió a considerar la transfor-mación del «Duquesne» y su ge-melo, pero entonces tampoco sellevó a la práctica.

El «Duquesne» se encontrabaen Tolón cuando, en 1939, co-menzó la Segunda GuerraMundial y, el 3 de julio de 1940—día en que los buques de Som-merville bombardearon a losdel almirante Gensoul fondea-dos en Mers-el-Kebir— estabaen aguas de Alejandría, inte-grado en la fuerza naval del al-mirante Godfroy. Este arbolabasu insignia en el acorazado«Lorraine» —que databa de laPrimera Guerra Mundial— y,con el «Duquesne», se encontra-ban los también cruceros «Suf-fren», «Tourville» y «Duguay-Trouin», los destructores «For-tune», «Forbin» y «Basque», y elsubmarino «Protée». La flotabritánica —al mando del almi-rante Cunningham— estaba for-mada por los acorazados«Warspite», «Malaya», «Rami-llies» y «Toyal Sovereign», elmismo que, hace 50 años, conel «Resolution» recaló por SantaCruz de Tenerife. Además, elalmirante inglés disponía delportaviones «Eagle», siete cru-ceros, dieciocho desttructores ycuatro submarinos.

Ambos almirantes mante-nían relaciones de amistad y,como bien dice el contralmi-rante De Belot en su historianaval de la Segunda GuerraMundial, ambos «de espírituigualmente elevado, pusieronen las discusiones un gran de-seo de conciliación». Poco des-

pués del armisticio, Cunning-ham informó a Godfroy que elAlmirantazgo británico se opo-nía a la salida de los buquesfranceses y se le daba a elegirentre unirse a la Roy al Navy,desarmar sus buques en puertoo que sus propias dotacioneslos inutilizaran. Godfroy recha-zó las dos primeras, pero acep-tó el autohundimiento de susbuques ante las costas de Ale-jandría.

Poco después, en los buquesfranceses se conoció la noticiade lo ocurrido en Mers-el-Kebiry, ante la situación, el almiran-te Godfroy decidió hacerse a lamar luchando, reforzada estapostura por un telegrama delalmirante Darían —«Hágase ala mar inmediatamente, aun-que sea por la fuerza»— pero,aunque los buques galos toma-ron posiciones y también losbritánicos, volvió a imperar lacordura. La maniobra de salidahubiera sido un suicidio pues,apenas hubiesen comenzado avirar las anclas, los buques deGodfroy hubieran sido blancode los torpedos de los crucerosy destructores apostados a cor-ta distancia y ya preparados,por no decir nada de la artille-ría pesada de los cuatro acora-zados.

Así lo hizo saber Godfroy aDarían —«Las condiciones deamarre no permiten salir niaun combatiendo»— y, tras con-sultar con sus comandantes,aceptó el desarme en puerto. Elacuerdo fue firmado por los dosalmirantes en presencia delembajador de Francia en ElCairo, señor Pozzi; allí queda-ron los buques franceses al an-cla hasta que, en 1943, reem-prendieron la lucha contra lasnaciones del Eje.

Tras un repaso general decasco y máquinas, el «Duques-ne» quedó listo para volver a lamar. Se le habían desmontadolos tubos lanzatorpedos, cata-pulta y dos hidros y, en su lu-gar, se instalaron ocho antiaé-reos de 40 y dieciséis de 20.Volvió a la lucha y, antes deque terminase la guerra, con elacorazado «Lorraine» —su anti-guo compañero de amarre enAlejandría— bombardeó las po-siciones alemanas en Royan yPointe de Grave.

El «Duquesne» llegó a la citacon la paz en el mundo —pazrelativa, sin duda— y, tras otroscinco años de servicio, fue da-do de baja. Quedó como pontónen Arzew hasta julio de 1955,fecha en que comenzó a corrér-sele soplete. Su gemelo, quetambién había quedado ama-rrado en Brest en calidad depontón, fue vendido para des-guazar en marzo de 1962.

En los primeros meses de laguerra, la Marina francesa re-quisó numerosos pesqueros yunidades menores que, comodragaminas o patrulleros, seintegraron en las fuerzas nava-les destinadas al dragado de loscampos de minas y protecciónde las recaladas a los puertos.Uno de ellos fue el «Duquesne»que, de 189 toneladas y cons-truido en 1936, pintado de grisy con un pequeño cañón fue ha-bilitado como dragaminas conel numeral «AD-16». Corta fuesu vida en la mar pues, el 15 demayo de 1940 —cuando draga-ba una zona minada con el«Henry Guegan», numeral «AD17»— ambos chocaron con miñas y se hundieron.— Juan A.Padrón Albornoz.

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