Que se acerca a Dios y le
pregunta: “Me dicen
que me vas a
enviar a la Tierra
mañana”.
“¿Pero cómo voy a poder vivir allí siendo
yo tan pequeño e
indefenso?”
Dios le contestó: “De
entre los muchos
ángeles que conozco, he elegido uno
para ti”.
“Te estará esperando y te
cuidará”.
“Aquí en el cielo no hago otra cosa que cantar y
sonreír”.
“¡Y eso es todo lo que
necesito para ser feliz!”.
Dios le dijo: “Tu ángel
cantará para ti cada día y
así sentirás su amor y serás
feliz”.
”¿Cómo voy a poder
comprender a la gente cuando me
hablen si desconozco su
idioma?”.
”Eso es fácil –le dijo Dios- tu ángel pronunciará las palabras más bonitas y encantadoras que jamás hayas escuchado”.
“Y con mucha paciencia y cariño te
enseñará a hablar”.
”¿Y qué voy a hacer cuando quiera hablar
contigo?“.
El niño dijo: “También me han dicho que en la Tierra hay
hombres malos”.
Dios le rodeó con Su brazo y le dijo:
“Tu ángel te defenderá, ¡al punto de entregar su vida por ti si fuese necesario!”.
El semblante del niño se
ensombreció y dijo: “Pero
siempre estaré trieste porque ya no te voy a ver”.
“Tu ángel te hablará simpre de mí y te enseñará
el camino de vuelta hacia mi presencia, aun cuando yo esté
siempre a tu lado”.
En ese momento se sintió una
gran paz en los cielos, pero ya se
escuchaban voces
provenientes de la Tierra.
“Si me voy ahora
mismo, Dios, ¡dime
cómo se llama mi ángel!”.
A lo que Dios le contestó: “Su nombre no importa
mucho… sólo tienes que llamarle