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8/3/2019 Amor para Julio C. Tello por Ignacio Campos + El japista que Julio C. Tello le entreg a Vctor Ral por Vctor Tirado

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DEUDAQUESEPAGAUno de los discpulos plante a Haya de la Torre el

problema de las reencarnaciones y de la supervivencia

en el ms all.He ledole dijo como referenciaa Krishnamurti.

Haya de la Torre inici la respuesta ocupndose de los

temas teosficos, que son tan caros a la reflexin de los

hindes, especialmente. En la India de nuestros das

florecen muchas corrientes de Teosofa. El pueblo mismo

participa de estas creencias sobre la sucesin de vidas.

Haya de la Torre cont una ancdota. Dijo quecuando visit por segunda vez la India, se conmovi

cristianamente ante un cuadro de miseria humana: un

mendigo sucio, harapiento, que peda limosna.

Su cicerone, hind, le dijo:

Ese hombre est pagando en esta vida, sin duda,

culpas que asumi en su vida anterior.

Y aadi:No hay deuda que no se pague!

Amor para Julio C. Tello


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Ni piedad ni caridadQuienes creen en las reencarnaciones, se explican las

desgracias de esta vida por faltas cometidas en vidas

anteriores. Las almas se reencarnan, sucesivamente,en busca de perfeccin. Pero no quedan faltas sin

expiacin, el que la hace, la paga.

No tienen piedad ni caridad.

El desvalido, el enfermo, el que sufre una mutilacin,

el que padece una invalidez, o el que es vctima de una

desgracia, permanente o transitoria, est purgando por

la tierra.Nadie le mira con piedad. No se siente el menor asomo

de caridad.

El pueblo hind, en su mayora, cree que se vive aqu,

cuantas veces sea necesario para purificarse. Esta

sucesin de vidas este periplo de vidas y vueltas

alcanza a los animales. Cualquier cuadrpedo puede ser

el alma de alguien que est limpindose y depurndosede malas conductas anteriores.

Aqu: cielo e infiernoMuchos tesofos sostienen:

El cielo est aqu, en la tierra: cielo o infierno.

Aqu hacemos el mal, y aqu lo pagamos.Quien muere, regresa. Nadie se va. Todos vuelven.

Cuando un alumno observ que los tesofos mueren con

serenidad excepcional, Haya de la Torre le contest que

esta actitud, ante el misterio de la muerte, fluye como

consecuencia de la fe en el retorno. No dramatizan el

salto al ms all. El que muere sigue viviendo en otro

ser. No hay vaco, no hay liquidacin, sino cambio,trnsito de una forma a otra. En realidad, la muerte no


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existe para ellos. Slo se cambia de vida. Se vive en una

forma y luego en otra.

El karma: fuerza moralHaya de la Torre, estimulado por preguntas de sus

discpulos, explic lo que significa el Karma, voz snscrita,

que tiene el significado, de acuerdo con el budismo, de

un devenir que arrastra a los hombres.

Cada uno es lo que hace, y ser lo que est de acuerdo con

su comportamiento. Las reencarnaciones se determinan

por lo hecho, bueno o malo, en el pasado. Todas lasacciones, buenas o malas, reciben equivalencia, de premio

o castigo, a lo largo de los procesos de transmigracin. El

hinduismo ha convertido el Karma en doctrina de alto

poder moral.

Haya de la Torre expres:

Nadie escapa al Karma. El que hace bien y el que hace

mal: ninguno puede liberarse, en el futuro, de lo que ha

hecho en el pasado.

Te traer un regalitoHaya de la Torre dijo que en Costa Rica vivi un ilustre

educador, de 40 aos, que fue tambin extraordinario

tesofo, Omar Bengo, a quien conoci personalmente.El ilustre pensador tena una amiga, Carmen Lira, atea

y poetisa, que no crea en las reencarnaciones y que

siempre debata y polemizaba con l.

Cuando agonizaba, le dijo a su amiga:

Carmen Lira, usted no cree en las reencarnaciones.

Bueno. Cuando yo regrese, le traer un regalito.

Haya de la Torre explic a sus discpulos que estaserenidad, casi alegre, juguetona, ante la muerte, se debe


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a que los tesofos consideran que no hay aniquilamiento

despus de expirar, sino continuacin, prolongacin, en

camino y busca de perfeccionamiento. El que vive es

una especie de viajero que cambia de posadas en sutrnsito.

Quien cree que despus de la muerte no hay nada, que

todo termina all, al borde de la tumba, puede hacer

todo el mal que pueda, sin rendir cuenta de conducta.

Hombres sin sorocheUn discpulo llev al Coloquio hacia la psicologa delhombre del Ande. Pidi a Haya de la Torre que renovara

sus explicaciones sobre la influencia y correlaciones

entre la atura andina y el morador de las cumbres.

Haya de la Torre reafirm que el andino es inseparable

de una calidad nica, incomparable: la altura de ms

de cuatro mil metros. Nadie ni antes, ni despus,

nadie ha podido crear una civilizacin como la incaica,

a tanta altura. El habitat es duro, agresivo, inhspito,

desolado. Parece que la naturaleza hubiera querido

negar al hombre un lugar para vivir all. Nada es fcil

para el hombre. Todo se hizo contra el hombre.

Pero el andino, que levant el prodigio poltico y social

del Tahuantinsuyo, no es el mismo que lleg procedente

de la selva. Miles de aos tuvieron que pasar, ante de

que ese hombre pudiera adaptarse, vivir, trabajar,

reflexionar y crear.

Tesis de Julio TelloHaya de la Torre expuso, sumariamente las tesis del

insigne arquelogo peruano gran amigo del Aprismo,Julio C. Tello. El ilustre investigador sostuvo que el


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hombre peruano vino de la jungla, que poco a poco fue

escalando altura, a lo largo de muchos aos y a travs

de sucesivas generaciones.

Chavn constituy la primera cultura que floreci en elcamino. Los chavines conservan todava las motivaciones

selvticas, que hoy admiramos en las piezas labradas que

nos han legado. Animales amaznicos estn presentes

en sus ceramios y en sus piedras ornamentales. Chavn

tiene sabor de selva: all esta la impronta del bosque

tropical.

Chavn desaparece.Surge Tiahuanaco, otra cultura misteriosa, que es rastro

grandioso de este proceso de aclimatacin de los hombres

llegados de Oriente. Tiahuanaco desaparece tambin,

sin que puedan precisarse con certeza las causas de su

aniquilamiento. Se inician las behetras, es decir, ese

perodo confuso de desorden y desorientacin.

Luego se corona el proceso:Surge el Imperio Incaico.

El brazo en altoJulio Tello, en una de sus investigaciones entre las

ruinas de Chavn, encontr una piedra preciosa, de

extraordinario mensaje cultural:

Un mozo con el brazo izquierdo en alto. Este monolito,

en pocas dictatoriales, cre muchos problemas al sabio.

Los soplones de entonces queran apropiarse de l para

destruirlo. Era piedra, pero piedra que saludaba.

Es propaganda aprista decan rabiosamente.

Es slo una piedra replicaba el sabio.

Piedra aprista! bufaban los soplones.Tello amaba esa piedra y la conserv celosamente.


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Cuando muri, quiso que lo sepultaran al lado del mozo

con el brazo izquierdo en alto.

Fuente:

CAMPOS, Ignacio. Coloquios de Haya de la Torre. Tomo II, Universidad Popular

Gonzlez Prada, pp. 165-172.


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El japista que Julio C. Tello le entrego

a Vctor RalVctor TiradoMe parece que fue el c. Nicanor Mujica quien me cont lo que a

continuacin relatar. Corra el ao 1945 y el c. Jefe recibi en su

casa en Villa Mercedes, la visita del Amauta Julio C Tello, su amigo y

compaero de partido.

Tello traa en sus manos un objeto cubierto con envolturas de tela, la

que fue desenvolviendo. Al terminar de descubrirlo se dirigi al Jefe,

dicindole: mira Vctor, siglos antes de que fundaras el partido, ya haba

japistas en el Per. Entonces le mostr una figura grabada en piedra de

un joven con el brazo izquierdo en alto con al saludo aprista. Y explic

que aquello lo encontr en una excavacin que acabamos de realizar

en Chavn. Te lo regalo. Vctor Ral le habra dicho: Es un verdadero

japista.

Luego Vctor Ral se puso en contacto con el Alcalde Chaclacayo, un

gran amigo suyo a quien le entreg la imagen dicindole: Colcala en un

parque o en algn lugar donde todos la puedan ver. El Alcalde cumpli

y desde hace dcadas est en un parque de Chaclacayo que se ubica casi

a la espalda de la plaza principal del distrito. Parece que las dictadurasposteriores ignoraban esa historia y han respetado a la representacin

que Vctor Ral bautizo como el papista. El c. Armando Villanueva

puede ratificar o corregir mi versin.

Supongo que debe estar todava ah, a la vista de todo el mundo.

Me atrevo a pedirle al c. Vctor Ral Huamn, un entusiasta por la

historia del Partido, que trate de ubicar esa pieza y de repente hacer

las necesarias gestiones para que el paradero final del japista sea Villa

Mercedes. Y tambin le pido al c. Huamn, que tiene acceso a otras

listas, que difunda esto. No recuerdo el nombre del parque, pero no haytantos en Chaclacayo y es muy antiguo y creo que ser fcil localizarlo.

En Chaclacayo debe haber compaeros que conocen la ubicacin del

japista.

Apristamente,

Victor Tirado

Fuente:

http://es.groups.yahoo.com/group/tumi/message/117838


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