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Amio Pantale6n García, estudiante dis-tinguido. Perteneci6, precisamente, al

último grupo de la cátedra de ética al queimpartí docencia. Lo más apreciado y te-mido por un profesor es la opinión de susestudiates; aquellos a quienes tiene que

enfrentárseles en el aula de class. Sus pala-

bras, amigo García, me han hecho vislum-brar como en tropel, los cientos de cientosde estudiantes que me ha tocado enseñar alo lao de mi vida como educador. Un

fuerte abrazo.

Gracias a la profesora Colomba Luquede Pérez, eolega muy querida, a quien leha tocao la organizción de este magíïI-

co acto; al colega Dr. Alberto Osorio por

su participación; a la profesora Joaquina P.de Padill al maestro Eduardo Charpentier

y su Orquesta de Cámara y a todos los queha colaborado con ellos. Gracias por lasresoluciones y manifestaciones de adhesióna este homenaje.

Ante los honores que se me dispensasólo me embaga un pesar: debí haberme

1. Introducción

Vivimos una determinada cir-cunstancia y en un determinadomomento, rodeados por una ex-tensión de cosas y personas que

confiere a nuestra vida unidad ysabor y figura y límites. De esta

vida mía, determinada por micircunstancia y su entorno pana-meño, es de la que deseo conustedes, mis amigos, hablar enesta noche memorable. A esohemos venido. A rememorar. Adecir nuestra palabra. SÓlo se

puede hablar auténticamente dela propia experiencia vivida a

través del goce y del dolor. Y aella me voy a referir. Utilizaré,en ocasiones, los esnitos y con-

ferencias producidos a lo largo

de mi vida. No se pueden tener

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esorzado y trabajado más. Sé que a tra-vés de nuestra vida logramos algunas cosa.

Pero dentro de lo que podemos hacer des-perdiciamos oportunidades de servi. En es-te sentido nunca cumplimos cabalente

con nuestra tarea vital. Por otra parte deboconsiderar que este homenaje no lo es sóloa mi persona; es un símbolo que incluye atodos aquellos educadores de esta Facultad

que se esforzaron en su tarea, tanto o másque yo y no recibieron el debido reconocí-miinto público.

Considero de justicia afumar que, desdeel momento en que volví a la Universidad,luego de su reapertura, he dado mis classcomo las di siempre, con la más absolutalibertad, expresado abiertamente mis

opinones y puntos de vista si que porello se me pusieran cortapiss ni dificulta-des. Lo que, clao está, no habría acepta-

do.

Ahora las reflexiones escritas especial-mente para el solemne acto de esta nochememorable.

dos tesis sobre el mismo asunto.y he descubierto que, casi siem-

pre, lo expresado en la juven-

tud, lo vislumbrado en la moce-

dad, es lo que viene a plantárse-

nos al final de la jornada comola actitud personal auténtica.

Todo lo que hacemos a lo largode nuestra vida es tratar de rea-lizar los ideales que sentimos

cuando jÓvenes.

2. Etapa estudiantil

Al entrar en la Universidad

tenía la intenciÓn de estudiar en

la Facultad de Derecho pero se-guí el consejo del maestro Ho-nighsheim. La vida sÓlo adquieresentido cuando se es fiel a nues-tra vocaciÓn. Conseguí los estu-diantes para iniciar el curso defilosofía; recuerdo a Rodriga

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Miró, laura Mendoza, Julio Bar-

ba, José Agustín Cajar Escal,Eduardo Ritter Aislán, MaíaAbadía.

De esta primera etapa de mivida académica como estudiantedeseo recordar, con amor yagadecimiento, además de PaulHonighsheim, a quien debo elcu plimiento de mi vocación fi-losófica, a Francisco Céspedes,

León Felipe Camino, FrancesTwomey, Juan Maía Agar,Octavio Méndez Pereira, RafaelE. Moscote, Richard Watson,Enrique Ruiz Vernacci, J epthaB. Duncan.

Me tocÓ ser el Primer Direc-tor de Eco Universitario, la pri-mera Revista estudiantil denuestra Universidad y ser con

otros compañeros, los. primerosrepresentantes estudiantiles pa-nameños al Primer CongresoMllndial de la Juventud celebra-do en Pougkeepsie, EstadosUnidos de América. hicidental-mente, en ese Congeso, presen-tamos con pasión nuestro pro-blema canalero. Fundadores delCapítulo Sigma Lambda, Presi-dente de la Primera Asociación

Estudiantil AFYL que tuvo co-mo una de sus actividades prin-cipales conseguir libros para

nuestra Universidad. Allí están

en la Biblioteca ejemplares con

el timbre AFYL.

3. Estudio de maestría y docto-rado

Al obtener mi licenciatura enFilosofía se presentó la oportu-

JUdad de una beca como estu-dite de intercambio bajo elacerdo de la Convención deBuenos Aires. Escogí la UJUver-

sidad de Chicago donde tuve co-mo maestros a Robert MaynardHutchins, Richard McKeon,Rudolph Carap, J acques Ma-ritain, Mortimer Adler, CharlesMOTris, Majorie Greene Smith_

Menciono con orgullo estosnombres y recuerdo, agradecido.el magífico tiempo pasado en

esta Institución. A la Universi-

dad de Chicago debo el que seperfilara mi vocación; lograrawia cuidadosa preparación comoprofesional y avanzara decidido

por el sendero de la filosofía.Lo que fue pasión se convirtióen objetivo, en lo que dio senti-do y razón a mi vida. Viajé portodos los Estados Uiiidos_ Asistía conferencias, museos, concier-tos, representaciones teatrales,con una sed insaciable de cultu-ra, que supo satisfacer a pleni-tud el gran país del norte.

4. Experiencia en la Universidady Facultad:

Ingresé como Profesor en estaUJUversidad, luego de algunos

años, cuyas luchas y preocupa-

ciones que no detallaré, decidí. partir a Espaiìa a efectuar los es-tudios de Doctorado. Realicémis estudios en la Universidad

de Madrid; viajé por toda Espa-

ña y posteriormente por Euro-

pa. Recuerdo entre mis profeso-res a Leopoldo Eulogio Palacios,quien dirigió mi tesis doctoral.

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A Juan Zaragüeta, a José To-doli, a Sánchez de Muniain. Pe-

ro fue mi encuentro con Xabier

Zubiri quien, fuera de la Univer-

sidad complutense daba sus cla-ses de Filosofía, lo que me pro-dujo el mayor impacto filosófi-co. Seguí sus cursos monográfi-

cos Cuerpo y Alma y el Proble-ma de La Libertad. Zubiri es,sin lugar a dudas, el primer filÓ-sofo en lengua española y un

gran maestro. Y deseo, en estaocasión, expresar mi agradeci-

miento a la Madre Patria, por laoportunidad que me brindó através del Instituto de Cultura

Hispánica.

Deseo recordar, en estos mo-mentos, emocionado y agradeci-do, los años pasados en la Uni-

versidad de Vale, uno como pro-fesor de intercambio y el otronombrado por la misma univer-sidad. Debo mencionar el nom-bre de Brand Blanshard, destaca-do fiósofo, Director del Depar-

tamento de Filosofía. Fue unaexperiencia de valor incalcula-ble.

Al ingresar como Profesor dela Universidad de Panamá en-contré que trataban de introdu-cir como asignatura las CienciasSociales y se pretendía eliminar

la historia y la geografía y la fi-losofía de los planes de estudio

y por ende, el Departamento deFilosofía. Uno de los catedráti-cos me expresó: "Domínguezusted será el profesor de filoso-fía de la Universidad ¿para qué

..

preocuparse por crear un depar-

tamen to especializado de Filoso-fía? Será la creación de cuervosintelectuales que le sacarán los

ojos". Fue profética la adverten-

cia del profesor. Sin embargo,

organizamos los estudios de filo-sofía, odisea que relato en milibro Estudios ¡"ilosóficos en la

Universidad de Panamá. Siguióadelante el Depto. de Filosofía

y, precisamente, fueron los estu-diantes y colegas los que, en ho-

ras amargas, se acercaron para

apoyarme. La vida está hecha deluces y de sombras y esto lo ha-ce interesante y movida. Noapreciaríamos el mediodía si nosupiéramos de la noche, no sa-bríamos de la dulzura, si no hu-biéramos catado la amargura. Mimaestro SÓcrates lo ha dicho:"Cuando se intenta una empresahermosa es noble sufrir todo loque se tenga que sufrir".

He sido profesor universitariodesde el año 1943 cuando meinicié en la docencia hasta el

presente cuando me acojo a lajubilación con treinta y cuatro

años de servicio con veranos ycursos de extensiÓn. N o es po-

co, con todo este afán de mirón

filosófico, lo que he captado dela Universidad Panameña desdesu mismo nacImien to hasta la ac-tualidad. Es algo que me pro-pongo escribir para que se co-nozca la vida y pasión de una

pequeña Universidad Latinoame-ricana.

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5. Anécdotas de la vida académi-ca

Deseo compartir con ustedesanécdotas de mi vida académica.

Viví una época en que era me-

nester convencer a los políticosy al público en general de la im-

portancia de la filosofía. Era ne-cesario abrirse paso, a empello-nes muchas veces. Todos los me-ses, por lo menos, dictaba dos

conferencias. Sosteníamos pági-nas y columnas en los periÓdi-cos. Escribíamos editoriales. Fuiel profesor más joven de la Uni-versidad y mi primera posición

docente fue en la Facultad de

Derecho y Ciencias Políticas. Enmi primer año de docencia aca-démica impartía clases a un gr-

po de estudiantes de Derecho,

todos mayores que yo; algunos

me doblaban la edad. Una tardeel Dr. José Dolores Moscote,

gran amante de la fiosofía, seacercó al aula y quedó un ratoescuchando la clase. A la saldame dijo: "Muy bien Jovencito.Pero, por lo menos, déjese cre-cer el bigote".

Helen Keller, la sordomuda yciega que venció los obstáculos

en su marcha hacia el conoci-miento, se presentó en el Para-ninfo de nuestra Casa de Estudios

y alguien le preguntó que, de

todas las materias que había estu-diado en la universidad, cuál lehabía dado mayor satisfacción;ella respondió: "la fiosofía".

Me brilaron los ojos y una pro-funda conmoción experimentótodo mi ser. Me apresuré a pre-

guntarle ¿por qué? ¿Por qué es lafiosofía la asignatura que austed le aprovechÓ más?" Yella contestó "Porque me ha da-do mil alas". Y recordé emocio-

nado al Fedro de Platón cuando

SÓcrates dice: "SÓlo echa alas elalma que haya filo so fado since-ramente". Muchos de nosotros apesar de tener los sentidos que

le faltaban a Helen Keller, nos

volvemos sordos, mudos y cie-gos, atados por nuestro pre-juicios y nuestros dogmatismos,

sumergidos en la caverna de Pla-tón. Es necesario ver la luz; verlas cosas en su realidad de ver-dad. y ese fue el caso de Helen

Keller. Sin ver, oír ni hablar su-

po por la fiosofía del sol bri-llante que estaba fuera de la ca-verna.

Recién llegado al país un in-fluyente político panameiìo mepreguntÓ: ¿Pero qué es filosofía?¿Es algo como poesía? Recor-dado los diálogos de Platón ledije: Sí, a veces, es poesía en la

forma. y recordando la emociónque se siente al lograr unateoría razonada que nos descu-

bre el ser de la realidad le dije:Sí, definitivamente, en sus másaltos momentos, la filosofía espoesía.

Poesía es decir sin razones lo

que es la realidad. Filosofía es

decir con razones lo que es larealidad. A la larga el objetivodel filósofo y del poeta es elmismo: dar cuenta de la reali-dad. El filósofo lo hace fríamen-

te a través de la razón. El poeta,

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lo encuentra a través de la in-tuición emotiva. Pero hay unaemoción que siente el fiósofo alenfrentarse con la realidad-de-

verdad. Y esta emociÓn ante larealidad es un vínculo de uniónentre poeta y fiósofo. Si lospeores momentos de un poeta,como dice Santayana, son cuan-do trata de ser fiósofo, los me-

jores momentos del filÓsofo soncuando logra la visión de larealidad. Y se puede equiparar alos del poeta. Claro está, me

apresuro a declarar, primero es elpoeta "el que pone nombre alas cosas" como dice Heidegger

y luego, el filÓsofo que analiza

el significado de esos nombres ypretende llegar a la esencia mis-

ma de las cosas; y luego el cien-tífico que particulariza, separasu parcela de la realidad total yla analiza con el método perti-nente. Fue ep este sentido quedijo Einstein que para ser unauténtico científico hay que te-ner imaginación, y cierta actitudmística, poética.

Fui el Decano más joven dela Universidad y llegué al Deca-

nato con el sÓlo propósito de

cambiar la estructura de la Fa-

cultad ya que se insistía en te-ner como objetivo principal eltítulo de Profesor de SegundaEnseñanza.

Inicié el movimiento para unalicenciatura previa al profeso-

rado.

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Elegido Decano, debido a unmovimiento de los estudiantes,de un grupo llamado Paideia delcual formaban parte, entreotros, el profesor Leonel Fer-

guson, Isaías García, MoisésChong, Enrique Rosas, DanielBravo y otros que se escapan ami memoria. El Dr. RicardoResta fue el promotor principalde la campaña. Ya en el Decana-to se me impedía efectuar lasreformas en la Facultad por lo

cual llevé el problema al Conse-jo General Universitario. Recuer-

do las palabras de un colega:

El profesor Domínguez se haolvidado que lo importante no

es saber sino saber enseñar. El

Dr. Méndez Pereira presidíaaquella sesiÓn y actuaba comoSecretario el profesor Federico

Velásquez y solicité, se hicieraconstar en el acta la afirmacióndel profesor y se pusiera al ladomi respuesta: ¿CÓmo se puedeenseñar lo que no se sabe? Y,desde entonces, ésta ha sido miinsistencia con los estudiantes.

Lo importantes es saber. Los es-tudiantes respetan al profesor

que conoce a fondo su asignatu-ra. En educación no se debe se-parar técnica de teoría. Reco-

nozco la necesidad de la pedago-gía pero, si no conoce a fondoy ama con pasión su asignatura,el ensei'ador continuará medio-

cre e incapaz con todo y loscursos pedagógicos y todo eltrabajo preparatorio de motiva-

ciÓn y preparación de currículo.

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6. Trabajo académico de inves-tigación

Los temas que, desde el iniciomismo de mi actividad académi-ca, se impusieron a mi reflexión,estudio y presentación, no fue-ron temas escogidos por mí sino

impuestos por la cicunstancia

de la vida panameiia. Me hubie-

ra agradado escribir sobre asun-tos puramente filosóficos. Mues-tra de ello mis tres tesis: de Li-cenciatura: La Iglesia Prmitivay el' Dogma Cristiano; de Ma-ter: The Christi DoctrnePrior to Augustine; de Doctora-

do: Prncipios de la Etica Ingleiaen el siglo XVL Me atrae en Fi-losofía la teoría del conocimien-to y la axiología. Sin embargo

mi circunstancia panameña meimpuso los temas:A.La Universidad de Panaá:

Era lo más importante quehabía sucedido en nuestro país

desde su independencia. Por elloescribí La Universidad de Pana-

má, alguos aspectos de su mi-sión y toda una serie de traba-jos, ensayos y artículos que hande lograr la forma de libro. Dis-crepé con el Maestro MéndezPereira cuando se trató de con-vertir en Interamericana la Uni-

versidad de Panmá. Hay títulosde la Universidad de Panamáque ostentan ese nombre de In-teramericana pero, como decíaen mi trabajo, "Panmeña ha deser nuestra Universidad no im-porta el nombre que se le enca-je". "La misión principal de laUniversidad Nacional, además de

la preparación profesional, es lacomprensión de lo panameño, lacreación de la debida actitudcultural que nos haga dignos ennuestra pequeñez".

B. La Educación:

Sentí que para ser educa-

dor tenía no sólo que estar in-formado sino saber, racional yvivencialmente. lo que era la

educación. ¿Qué significa ser edu-cador? ¿Por qué y para quéeducamos? Por ello escribí Filo-iofía y Pedagogía, problemas de

la Escuela Panameña y otros es-critos sobre el particular.

Hay que ser creativo desde elpunto de vista pedagógico y en-contrar la posibilidad de una do-cencia que se ajuste a nuestras

peculiares circunstancias.

Una distinguida colega me di-jo una vez: Tanto que ha com-

batido usted a los pedagogos y

ha termindo por ser un peda-gogo más. Le contesté: En ma-nera alguna he combatido la pe-dagogía. Ella es necesaria y útil,más aún, se fundamenta en lafiosofía. Alguos de mis colegas

má queridos y respetados están,precisamente, en el Depto. deEducación. Considero un honorque se me llame pedagogo. Todapedagogía no es a la larga, másque la puesta en marcha de un

sistema de fiosofía. Lo quecombato es el pedagogismo. Esainsistencia en considerar la peda-gogía como panacea. Tambiénhe combatido el cientificismo yel sociologismo y el psicologis-

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mo. Lo que no significa dejar dereconocer, sería tonto y ri-dículo, la esencial importancia

de la ciencia y la sociología y la

psicología. Lo imperativo escombatir, con todas nuestrasfuerzas, el dogmatismo que,en un mimetismo digno de me-jor causa, adopta los mas extra-ños disfraces académicos.

Mi posición hasta el momen-to: no puede convertirse la Uni-versidad en un taller de profe-sionales; tampoco en una agen-cia de empleos. Como educadorno comprendo esa preocupaciónque noto últimamente de lo quese llama el mercado de trabajocomo objetivo de la educación.A la Universidad no se va a con-seguir un em pleo. Se va a serhombre en el sentido auténticoy real de la palabra. No nega-

mos la importancia de las profe-siones y del mencionado merca-do de trabajo. En un medio co-mo el nuestro no se puede vivirdel puro saber y de la investiga-ción. Es menester proveer aluniversitario con maneras de ga-narse la vida. Es necesario co-

mer y tener un techo. No sepuede filosofar con hambre. Ensociedades de consumo como lanuestra el salario es una formade reconocer la importancia quese atribuye al trabajo realzado.

Pero una cosa es reconocer unode los aspectos de nuestra vida,lo económico, y otra muydis-tinta normar nuestra vida por lanuda necesidad crematística. Yen educación una asignatura de-

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be mantenerse en el currículono para pagar el sueldo de undeterminado enseñador sino por-que es necesaria para la forma-ción del educando. "Un títulouniversitario no significa gran

cosa. Puede ser o no ser el signode educación. El verdadero valorde un título universitario no es-tá en el título sino en la calidad

del que lo recibe. El prestigio deuna universidad reside en su ha-bilidad para la producción de

mentes especulativas, disciplina-das e inquiridoras. Tenemos el

deber y derecho, como hom-bres, de encontrar quiénes so-

mos y buscar nuestro lugar en elmundo y en la historia. El hom-bre educado se conoce a sí mis-mo, conoce su especialidad yconoce su mundo. El hombreeducado conoce los principiosde la literatura y del arte; de laética, de la política y de la ley;de la filosofía y de la religión;tiene las debidas nociones cien-

tíficas del mundo que lo rodea.Posee una capacidad disciplinadaque lo lleva a distinguir lobueno de lo malo, lo trivial delo importante. Sus gustos se han

afinado y se han estimulado y

se ha habituado a pensar de ma-

nera ética y lÓgica. Para eso se

entra a la Universidad; para ser

un hombre en el sentido verda-dero y esencial de esa palabra".

La Universidad no debe con-

vertirse en campo de batalla en-tre profesores y estudiantes. Las

imiversidades en una democraciano son hechas por los individuos

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ni paa los individuos; por losgrpos ni para los grupos; ni pa-ra sostener determindas líneas

políticas del Estado; ni para tra-tar de subyugar las mentes es-

tudiantiles a una determinada

ideología. La universidad es ellugar donde se piensa librementey se indica a otros el camino delpensamiento libre.

C. La Filo 10 fía

Continúa siendo mi pasión. Alo largo de mi vida he escritonumerosos arículos, ensayos,dictado conferencias y presenta-

do ponencias en congresos. Es-tudio con entusiasmo de joven

porque me siento joven, porquela filosofía tiene un gran poderrejuvenecedor. La fiosofía es elsecreto para la eterna juventud

del espíritu. Hace posible que

hombres cronológicamente másallá de los setenta años escriban

una obra tan repleta de vigor ydinamismo como la Crítica de laRazón Pura de Kat; Crítica dela Raón Dialéctica de Sarre.La Leyes de Platón, El Penta-miento y el Movimiento deBergson; Meditaciones Careiia-nas de HusserL.

No considero que se mepuede clasificar con uno de losismos tradicionales. Esto ya ter-minó en filosofía. Lo que sípuedo afirmar es que me interesaespecialmente la fenomenologíay la fiosofía analítica y siempre

me ha preocupado cómo presen-tar los temas de la fenomenolo-gía con el método analítico. Me

intereso en la ética y la teoría

del conocimiento. He dictadotodas las asignaturas del progra-ma de fùoiofía y he sugerido al-gunas nuevas pero hay dos quehe imparido de manera cons-tate desde mi inicio en la do-cencia: Introducción a la Filoso-fía y Etica. Los eitudiates queentran por primera vez y los es-tudiantes que están próximos asu parida del aula universitaria.D. La enseñanza de la fiosofía:

Como profesor me preocupéconcretamente en la manera de

iniciar a los jóvenes de mi país enel filosofar, frto maduro delpensamiento. Filosofar es enfo-car racionalmente las cosas y te-ner una propia opinión. Sobre elpaicular escribí Introducción ala Filoiofía con el propósito deestimular al estudio de la filoso-fía y ayudar a crear en el estu-diante las condiciones para que

él, por sí mismo, descubra el fi-10lofar.

Esta introducción a la Filoso-fía es un capítulo de un trabajode investigación filosófica sobrela enseñaza de la filosofía reali-zao bajo el auspicio de la fun-dación Guggenheim. Tambiénpubliqué los Eitudios FiloSófi-coi en Paná y La enseñanzaiuperior de la FilolOfía en Amé-rica He insistido en la impor-tancia de. ir a las fuentes; leer

las obras originales; pensar conel propio pensamiento: tener unpunto de vista personal. La filo-sofía es diálogo con los otros o

con nosotros mismos. Como di-9

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jera Kat: "No se enseila filoso-fía, se enseña a fiosofar".E. Lo panameño

Desde el inicio mismo de miactividad docente y junto a ella,me preocupa una búsqueda denuestro ser; saber quiénes so-

mos, dónde estamos. Qué nosproponemos. Por ello escribíuna serie de artículos (en la Re-vista Panameña Epocas) Naturae-za y Forma de lo Panameño queluego encontraron su concreción

en un ensayo Motivo y Sentido

de una Investigación de lo Pana-meno. Por lo anterior propuseen un Congreso de Universida-des la cátedra Historia de lasIdeas en América. Esta preocu-

pación filosófica por lo paname-ño alentó ese movimiento alcual el Dr. Alberto Osario ha

denominado la escuela de DiegoDomínguez Caballero y cuyaresponsabilidad acepto con hu-mildad y de la cual ha salido

una pléyade de filósofos pana-meños que me han superadoplenamente; son prestigio cultu-ral de nuestro país; me siento

orgulloso de haber sido su ini-ciador en la filosofía. Aunque

están en mi corazÓn no los men-

ciono y, simplemente, les doy

las gracias. Ellos son mi princi-pal recompensa y me han dadola seguridad de que no he vividoen vano. Sin embargo, deseo rc-cardar en esta ocasión, a un des-

tacado integrante del grupo:IsaÍas Carda Aponte, prematu-ramente desaparecido el 30 de

septiembre de 1968. DejÓ unaio

obra significativa en la docenciay en la investigación. Nos llenó

de orgullo cuando nos entregó

con dedicatoria personal, ya pu-blicado, su obra realizada bajo

nuestra dirección "Naturaleza y

Forma de lo Panameño".

7. Nuestra posición en el mo-mento actual.Hace ya algunos años y en re-

lación con la realÍdad panameñaafirmábamos: "Es menester quecmpecemos a caminar hacia no-sotros mismos y penetremos ennuestra esencia para poder en-

tender, en forma cabal, cuál hade ser nuestro puesto y nuestra

actitud". Se ha insistido porparte de propios y extraños quc

no somos realmente una naciÓn;que tenemos influencias y facto-res que casi destruyen ese con-

cepto de nacionalidad. Para que

el ser de una comunidad huma-na pueda existir, es menesterque esta comunidad esté estruc-turada por un mismo idioma, unmismo territorio, una mismaeconomía y una misma cultura.La ausencia de cualquiera de es-tos factores hiere terriblemente

la condición del ser nacionaL. De

acuerdo con esta afirmaciÓn lospanameños estaríamos heridosde muerte. Más aún, tenemos in-crustado en nuestro mismo cora-zÓn la espina extranjera con laque se pretende negar nuestra

soberanía, base imprescindiblepara la nacionalidad. Los pana-

meños todo lo tcnemos en nues-tra contra. Todo parece llevar-nos hacia la disolución, hacia la

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nada, hacia el sometimiento. Pe-

ro, a pesar de este hado adverso,insistimos que es, exactamente,

en esta lucha agónica por exis-tir, donde encontramos la carac-terística más cierta del ser de lopaameño".

Pero esta situación a la que

nos referimos, cuando redacta-mos nuestras reflexiones, estacircunstancia vital en la que te-níamos que actuar, parece, demomento, cambiada. Un futuropróximo, si el destino continúade nuestra parte y nosotros so-

mos optimistas sobre el particu-la, nos señala Wla situaciónnueva en nuestra historia. Ya nose trata de seguir viviendo de

Wla protesta; de Wl clamor; deun llanto; de un insulto. Hemosllegado a una etapa de nuestra

historia en que la consideración

del pasado nos lleva a afinnar:No tenemos que seguir siendo loque hemos sido. Tenemos quebuscar una nueva manera de vi-da; tenemos, utilizando lógica eimaginación, que inventar nues-tro ser. Los panameños nos en-contramos, de la noche a la ma-ña, con una nueva circunstan-

cia. Se afirma decididamentenuestra soberanía. Nuestros her-manos de América se nos unenpara afirmar nuestras reclama-

ciones en la Zona del CanaL. He-

mos de vivir una vida diferente:el trabajo, la responsabilidad y

la moral han de prevalecer solxe

el ocio, la indecisión, la falta de

responsabilidad y la actitud car-

navalesca. ¿Seremos los paname-ños capaces de con testar este re-to de la historia?

Indudablemente que, estosnuevos proyectos vitales, necesi-tan Wl orden político en quepractiquemos la libertad y viva-mos con dignidad; que se nospermita escoger nuestro camino.Lo que determinará nuestras de-cisiones será una toma personal,una actitud moral, una decisión

vital de la persona de cada unode los panameños y para esto esi mprescind ible un clima deauténtica libertad democrática.

Se nos ha colocado en un cri-sol donde se probará nuestra al-ma y nuestro ser para saber sisomos oro o somos cobre. Y so-bre el anterior paticular afirma-

mos tajantemente: No se tratade adherir a ninguna de las ideo-logías en pugna. Esas ideologías

son anácronicas, han perdido suverdad y su poder de persua-ción.

Han producido una nueva es-colástica. Y, como al comienzodel Renacimiento, se necesita ircontra esta escolástica que haosificado la política y ha osifica-do la filosofía y el pensamiento.Se han esquivado la libertad ydignidad de la persona humanaen nombre de una supuesta se-guridad y la implantaciÓn delorden. Debemos preocuparnospor aquello que afecta radical-mente nuestras vidas y nuestraspersonas.

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8. Necesidad del diálogo

Los panameiios integrantes delas dos principales posiciones enpugna en nuestra patria, cris-tianismo y marxismo, hemos dedialogar para encontrar una ma-nera nuestra de actualizar nues-tra po tencialidad y resolvernuestros problemas. Siento que

estamos en un período socráti-co. Es imperativo el diálogo en-

tre cristianos y marxistas pana-

meños. El tema es Panamá. Se

trata de analizar nuestra situa-ciÓn en el mundo y encontraruna respuesta a nuestras pregun-tas. No tiene sentido indagar si

somos de la derecha o de laizquierda. Ni siquiera del centro.Hay un verdadero camino: el dela decencia y el de la nobleza ypor allí transita todo hombre

justo. La uni6n de todos los pa-nameños nobles y decentes en lalucha por la nueva estructura-ci6n de Panamá.

Sobre el anterior particular esimperativo insistir en el poderde la persona humana y el valormoral. No es petulancia cuandoafirmé paladinamente que lospaameños tenemos que inven-tar nuestro estilo de vida. Se

trata de ser panameños para po-der participar de manera digna enel concierto universal de las na-ciones. Nos viene el eco de laspalabras del Libertador. Panamá,naci6n con un "augusto desti-no". Tenemos la responsabilidadde realizar ese augusto destino.y el problema se agiganta cuan-

do se trata de un pequeño país

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como el nuestro. Pero lo resol-veremos con el diálogo y laacción conjunta

9. Una nueva etapa en la vidapanameña:

Los panameños consideramosque con la ratificación del nuevotratado del Canal -aunque nosatisface completamente nues-tras aspiraciones~ entramos enuna nueva etapa de nuestra vidacomo naci6n. Aquí podría resi-dir nuestra tragedia. Tenemos

que realizar un plan de acciÓn.

Ahora, al no tener excusas, sa-

len a flote nuestras indecisiones

y debilidades; se hacen más pa-tentes nuestros defectos.

Por el momento nuestra si-tuaciÓn política necesita revisiónEl mito de la perpetua revolu-

ción puede Uevarnos a una acti-tud de cambio continuo. Es ne-cesaria la estabilización.

Es imperativo, sobre este par-ticular, referirnos concretamentea la actual situaci6n política quevive el país.

Considero que la proporciÓnde votaci6n en la ratificaci6n delos Tratados por el pueblo pana-

meño significa un sí crítico esdecir, una apertura completa alas libertades públicas, vigencia

de los partidos políticos -sangrede una auténtica democracia-y, lo importante y fundamental

para nosotros, como educadores,una reforma educativa con s61i-dos fundamentos humanísticos.

Considero que sobre este últimoparticular es de indudable valor

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el entendimiento y cooperación

entre el Ministerio de Educacióny la Universidad de Panamá, "

través de la Facultad de Huma-iudades. La educaciÓn del hom-bre panameño debe ser el resul-tado del mas cuidadoso estudiode los sectores mencionados,

completamente desligados detoda demagogia académica y to-da táctica política. Es así comolograremos la unidad de todos

los panameños para integrar unfrente unido que, por encima de

banderías políticas e ideológicas,luche por la reivindicación de

nuestros derechos en la Zonadel Canal y por la realización,bajo el amor, la comprensión yrespeto, de la potencialidad de

la nación panameña. Digo lo an-terior porque estoy convencido

que la mía no es una voz en eldesierto sino que se une a unclamor creciente, debe tener ecoen el actual gobierno y confia-mos que, pronto, tendremos,junto a una solución de nuestro

problema económico, una es-tructuración política que logre

ese Panamá por todos nosotrosanhelado. y tenemos que resol-ver este asunto nosotros solos

s in interferencias ni foráneas

ideologías: en soledad panameñay en unidad nacionaL.

10 El conflicto de generacones:y ahora deseo dirigir, espe-

cialmente, unas palabras a losestudiantes universitarios.

Se ha tratado, desde hace al-gún tiempo, de presentar la exis-tencia de un conflcto de gene-

raciones. Cada generación tienetreinta años: En el momentopresente hay tres generaciones.

l, La juventud, repleta de anhe-

los y de fuego, representa el fu-turo: lo que será. 2. Los hom-

bres hechos y derechos, los queestán en el mando, se suponeque han realizado sus anhelos dejuventud, representan el presen-

te: lo que es. y 3. La generaciónde los que han vivido, integradapor los hombres maduros, tieneel tesoro de la experiencia, re-

presenta el pasado. Estos últi-mos son los que se jubilan y cu-ya jubilación algunos interpreta

como alejamiento completo dela actividad política y cultural,como un desgajamiento del sersociaL.

La vida sin embargo no es só-lo anhelo de futuro, ni afirma-

ción del presente; ni experiencia

del pasado. La vida está confor-mada por estos tres momentos:lo que se anhela ser; lo que sees; y lo que se ha sido. Por elloes imperativo el diálogo y el en-tendimiento entre estas tres ge-neraciones. Es necesario unir elardor y potencia del mozo conla experiencia del hombre madu-ro. Esto lo tienen que entender

los jóvenes. Es lo que le tocarealizar a los hombres quetienen el mando. Es lo que tie-nen que aceptar los hombresmaduros.

Es necesario escuchar la vozde los jóvenes y comprenderlos

y amarlos. Amar en ellos lo queuna vez fuimos, lo que, en un

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anhelo faústico, hubiéramos de-

seado darle el carácter de per-

manencia. Aquí está el secretode la eterna juventud: los que

han sido y los que son, impulsa-

dos por los que serán, han de

cumplir su misiÓn vitaL.

La capacidad de juventud noes un hecho puramente cronoló.gico; estriba en la disposiciÓn desaber entender y captar el anhe-lo de los mozos, a quienes he.

mas de dejar nuestro mensaje

antes de partir. Y este mensaje

permanecerá, reverdecerá, se ha.rá realidad en nuestros jÓvenes

si, con ellos, colabora la viili-dad Y la madurez. Los jóvenesde hoy son los hombres madu.ros del mañana que, a su vez,como en una maratón ideal pa.sarán la antorcha a esa nueva ge.neración que apunta en el hori.zonte y que ya nosotros no ve.

remos.

¿Qué les diremos a los jÓve.nes? Primero y antes que nadalos escucharemos. Los escucha-

remos como si fuera nuestrapropia voz que sale de los reco-vecos más íntimos del alma. Yaprenderemos. y nos renovare-mos. y sentiremos que pasa de

nuevo por nosotros la brisa pri-maveral. Y luego diremos nues.

tra palabra que nos sorprenderá

a nosotros mismos pues no esidéntica a la que pensábamosantes de hablar con ellos. Y así

se establecerá el diálogo genera.

cional: de igual a iguaL.

y de lo dicho en el párrafoanterior han de ser conscientes

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los jóvenes quienes han de escu-

char con atención, a los que,con dignidad y sacrificio, lespreceden en el camino. Aquellosque, día a día, crearon el ámbi.to cultural y forjaron las herra-

mien tas necesarias para seguir

creando y construyendo.

Los jóvenes estudiantes: To.men esa herencia cultural conánimo crítico y demoledor, siasí lo consideran, pero que laactitud sea de reverencia, respe.

to y agradecimiento.

Lo que cuenta no es el tiem-po que se ha vivido, decía Aris.tstÓteles, sino el que se vive ba.

jo el imperio de la pasión. Los

hombres individuales pasan -jo.ven, adulto, viejo- pero 'iueda

el hombre. Y el hombre estáconstituido por estos tres mo.

mentas que no se pueden es.cindir. La energía y fuerza juve.nil ha de ir acompañada de la

experiencia y el conocimiento

para poder actuar con sabiduría.Sabiduría es escoger lo mejor;

pero sólo puede escoger lo me.jor el que sabe, por experiencia

y razonamiento; y sólo lo reali.za el que puede, por energía vi.

tal. Juventud, hombría y madu.rez han de fundirse para darnos

el hombre. Tratar de que preva-

lezca una generaciÓn con menos-cabo de las otras ocasionará des.calabro y frustración social.

Juventud no es el tiempoque se ha vivido es la capacidad

de creación, de combatir la in.justicia y de aprender del razo.namiento y de la experiencia.

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No importa la edad hay juven-

tud en todo hombre creador; entodo hombre que combate la in-justicia; en todo hombre quequiere saber y conocer.

n. Palabras finales:

Hoy me acojo a la jubilación.No a la inacción. Al considerarel camino recorrdo pienso: ¡Quérápido se ha ido el tiempo! Omás bien, qué rápidos nos va-mos nosotros. Recuerdo, comosi fuera hoy, mi primer día declases como profesor. La Univer-sidad estaba entonces ubicada

en el Instituto NacionaL. Mi ma-

dre, a quien doy gracias a Dios

de que comparta conmigo estosmomentos, me acompaiió hastael auto y me dijo: "Que Dios te

bendiga y todo salga bien". Hoypuedo, decirte al final de la jor-nada: tu bendición me acompa-ñó a lo largo de la tarea y porlo que parece todo ha salido

bien.

El profesor Julio Moreno Da-vis dijo, en un estudio realizadoen torno a mi trabajo sobre lopanameño y refiriéndose a mipersona, que nadie es profeta ensu tierra. A la observación del

distinguido colega y amigo muyquerido, agego que en lo deno ser profeta tiene razón peroquizás es más importante sentir-se estimado y querido como mesiento esta noche.

Los estudiantes han sido elafán de mi vida. Mi preocupa-

ciÓn constante: no fallar les ni

en la docencia ni en el ejemplo.

Ellos han contribuido a mi supe-ración con sus preguntas; con suafecto; hasta con su atrevimien-

to y su desfachatez.

He sido un profesor contro-vertido. Lo sé. Amado por unos,criticado por otros y malqueri-

do por algunos. Pero en ningúmomento indiferente. Eso sí, to-dos saben a qué atenerse encuanto a mis ideas. Todos saben

que mi preocupación principalen claes es el estudio y la supe-ración personaL. No importa laposición ideológica del estudian-te. Comprendo que todos nopueden ser superiores. Lo que nosoporto es la mediocridad pre-

tenciosa, simuladora y perezosa.

Mi vivi ha sido una hermosa

e interesante experiencia. Heasistido al nacimiento de nuestrauniversidad y de su crecimiento

y desarrollo posterior. Me ha co-rrespondido iniciar y organizar

los estudios filosÓficos en Pana-

máEsta noche estoy con mi ma-

dre, con Norma, la compaiìera

fiel de esta larga jornada, con

mis hijos, Isabel y Fernando, elregao que me dio la existencia,con mis hermanos, con mis cole-gas académicos, con los quefueron mis estudiantes y con losestudiantes de mis estudiantes.¿Qué más puedo pedir? Mi vidaha sido servicio a la Universidad

de Panamá y, por ello, doy gra-cias a Dios.

He vida y pienso seguir vi-viendo por mucho tiempo más.y vivir es trabajar y luchar. La

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j u b ilación significa detenermeW1 momento, esta noche, y con-templar con ustedes esos treintay cuatro años de docencia e in-vestigación y vivencias académi-

ca. Pero sólo un momento. Las

experiencias adquiridas y estaaprobación de ustedes me hacen

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sentirme en una adolescencia in-telectuaL. Estoy preparado paraseguir enseñando; para seguir es-cribiendo; para seguir estudian-

do; para seguir aprendiendo has-

ta el momento en que, cuandose acabe el tiempo, encuentre larespuesta finaL.