amanda scott- serie highland 08- el rescate de la doncella

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AMANDA SCOTT El Rescate de la Doncella8 de la Serie Highland

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AMANDA SCOTT El Rescate de la Doncella8 de la Serie Highland

AMANDA SCOTTEl Rescate de la Doncella8 de la Serie Highland Lady's choice (2006)

ARGUMENTO:La obstinada lady Sorcha Macleod est convencida de que el hombre a quien ama su hermana Adela, sir Hugo Robison, es el jinete enmascarado que la ha raptado el da de su boda. Cuando descubre su equivocacin, decide ir a rescatar a Adela, sin medir las consecuencias de su temeridad. Sir Hugo debe interrumpir sus secretas actividades y obligaciones de caballero templario para ir en la bsqueda de tan inslita liberadora. En la ruta, pronto descubre en la indomable Sorcha a una mujer de fuego tan abrasador como su belleza, una hermosa fierecilla a la que ntimamente anhela doblegar. Pero su honor se lo prohbe, pues ha jurado desposar a Adela. Cuando una mente cruel y perversa planea robar el tesoro oculto de los templarios y mantener a Adela como rehn, Sorcha y Hugo arriesgarn todo, hasta su propio destino, para salvar a la joven y proteger el secreto guardado por la Orden.

SOBRE LA AUTORA:Amanda Scott, una escritora prolfica con ms de cuarenta libros en su haber public en el ao 2006 por primera vez en espaol, de la mano de Rubi-El Ateneo, con el libro "El prncipe del peligro". Comenz a escribir por un desafo con su marido. Ella ha vendido todos los manuscritos que ha escrito. Public su primera novela, The Fugitive Heiress, en 1982 y en 1986 su novela Lord Abberley's Nmesis gan el premio RITA en la categora Mejor Novela Novel. Ms de veinticinco de sus libros se establecen en el perodo de la Regencia Inglesa (1810-1820), los dems se fijan en la Inglaterra del siglo XV y en la Escocia del siglo XVI al XVIII. Tres son novelas contemporneas. Amanda vive con su esposo y su hijo en el norte de California.

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NOTA DE LA AUTORADado que en galico la "ch" suele pronunciarse como la "h" inglesa, el nombre de Sorcha, originario de las Tierras Altas de Escocia, suena como "Sarah"; Sidony, como "Sidney". El castillo de Kilchurn es el de "Kill-Hern"; Dail Righ es"Dal-Ri".

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PRLOGOCastillo de Roslin, Escocia, agosto de 1379. No poda creer que una simple mujer, mucho ms pequea que l, lo hubiera empujado desde las murallas del castillo unos treinta metros hacia abajo. Haba golpeado contra el agua con una fuerza tal que un hombre menos robusto hubiese muerto por el impacto. Aunque en principio haba cado cabeza abajo, al instante logr alejarse de la muralla y darse vuelta en el aire como un gato, para sumergirse primero con los pies, y hundir por ltimo la cabeza. Luego, dej que la suave corriente del ro Esk hiciera el resto. Pero pronto un golpe contra uno de los grandes pedruscos del ro lo aturdi y lo hizo dar vueltas como un trompo. Us toda su fuerza para evadir la roca siguiente y logr evitar otro golpe. Poco despus se encontr en la parte ms rpida de la corriente, otra vez boca arriba y con los pies hacia adelante, catapultado sobre el agua a una velocidad aterradora. La muchacha lo haba tomado completamente por sorpresa. Pero pagara caro su osada; ella y todos sus seres queridos. Sin importar el costo, l sobrevivira para reclamar el tesoro y buscar su venganza.

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CAPTULO 01Glenelg, en las Tierras Altas de Escocia, 14 de abril de 1380. Dnde est sir Hugo? pregunt impaciente lady Sorcha Macleod, una joven de diecinueve aos que llevaba un ramo de flores. El agua espumosa se agitaba al pie de la colina. Su hermana menor, lady Sidony, recogi una celidonia amarilla para su ramo y le dijo: Ni siquiera puedes saber si sir Hugo ha recibido tu mensaje. Todava no han regresado todos los mensajeros que enviaste. Y aunque lo hubiera recibido, jams podras estar segura si vendr navegando. Podra muy bien venir a caballo desde Lothian o desde algn otro lado. Hasta podra estar en Caithness. Por favor, Sidony, no sigas. No me importa cmo llegue ese hombre, solo me importa que llegue afirm Sorcha con renovada impaciencia. Si no aparece pronto, ser demasiado tarde. Qu pena que el seor de las Islas haya fallecido suspir Sidony, mientras se incorporaba. Luego agreg sus flores al ramo de Sorcha. Adela debera tener una boda tan alegre como cualquier otra muchacha. Todava no entiendo por qu nuestro padre consinti en hacer la ceremonia aqu y no en el castillo de Chalamine, como corresponde. A fin de cuentas, todas las bodas se celebraron all. No todas le record Sorcha. Isobel se cas en el castillo de Duart. S. Pero Cristina, Maura y Kate se casaron en casa. Espero que nosotras tambin lo hagamos... si es que pap encuentra por fin a algn pretendiente que quiera desposarnos. Yo no quiero a nadie que elija nuestro padre objet Sorcha, frunciendo el ceo. Al menos, hay que reconocer que a Adela le ha tocado un da soleado. Y la pequea iglesia de Glenelg es un bonito lugar. Lord Pomposo insisti en que se case con l all, y se convertir en su esposo a menos que sir Hugo llegue a tiempo y detenga esta boda. No s por qu ests tan segura de que querr hacerlo repuso Sidony, apartndose de la frente un mechn de su hermoso cabello. De nias, parecan mellizas, con sus finos bucles rubios, suaves como la seda, y sus ojos celestes. Pero ahora, aunque el cabello de Sidony mantena su color original y sus rizos suaves, el de Sorcha se haba oscurecido hacia un color mbar y dorado, y slo mantena los bucles. Para su disgusto, en las nieblas y lluvias frecuentes de las Tierras Altas de Escocia, los rizos tendan a encresparse. Sin darse cuenta de que imitaba a su hermana, Sorcha pas el peso de las flores a un brazo y con la mano libre apres un bucle errante que se le haba escapado de la cofia. Sidony sigui con su pltica. Has generado tanto revuelo con este asunto de mandarlo a buscar que ahora casi todos estn esperndolo. Pero Adela parece bastante contenta conEscaneado y corregido por ADRIPgina 5

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su boda. Por favor! Adela se casara con cualquiera que la aceptase. Quiere dejar de ocuparse de nosotros y de pap, en especial ahora que l est a punto de casarse con la prima de lord Pomposo, lady Clendenen. Pero yo estoy segura de que el corazn de Adela late por sir Hugo. Y pienso que l tambin siente un afecto profundo por ella. Pero se han visto solo dos veces. Una vez aqu, en Glen Mr, el verano pasado, y luego por un momento aquella vez en Orkney. Para que surja el amor basta con una sola vez suspir Sorcha, romntica. Su hermana mene la cabeza, qu se podra esperar de una jovencita que nunca haba conocido a un hombre, ni tampoco haba recibido jams una oferta de matrimonio? Adela habl de l durante semanas prosigui Sorcha, despus de la llegada del prncipe Henry. Te parece? Ella coment que discutieron la primera vez que estuvieron juntos. Y la segunda vez, Adela le ech un cuenco de agua bendita sobre la cabeza. Mirando todava hacia la ruta de agua del canal, ms abajo, Sorcha exclam: Llegan tres botes! Pero no, maldicin! Creo que es el estandarte de lord Pomposo. No deberas llamarlo as. Qu va! Ardelve es un hombre tan pomposo como su forma de caminar, y demasiado viejo para nuestra hermana. Debe de tener la edad de pap, y Adela solo ha cumplido los veinticuatro. Casi veinticinco la corrigi Sidony. De cualquier forma, sir Hugo tiene una edad mucho ms adecuada para casarse con ella. Adela se est sacrificando solo para salir de Chalamine. Tal vez. Pero pap empezaba a desesperarse pensando que nunca la casara le record Sidony. Y con una sonrisa triste, aadi: T y yo tambin estamos viejas para casarnos. Y tampoco estoy segura de desearlo, ni siquiera si apareciese alguien que me quisiera. T nunca ests segura de nada la acus Sorcha y le dio una palmada en el hombro. Qudate tranquila; si algn da te casas, ser porque pap te lo ordena. Si el novio tuviera que esperar a que ests segura, se morira antes de viejo. S, ah viene su seora seal Sidony, tan acostumbrada a las opiniones de Sorcha sobre su naturaleza indecisa que ya no se ofenda al escucharlas. Y veo tambin al squito nupcial. No crees que deba saludarlos, por si Adela quiere llevar estas flores? Desde luego. Sobre todo considerando que ya tenemos suficientes tambin para su corona respondi Sorcha mientras se ponan en marcha para recibir a los jinetes.

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Cuando el squito nupcial de lady Adela Macleod vade el manantial que borboteaba al pie de la colina y continu su camino hacia la iglesia, ella se sinti casi en paz. Por primera vez en demasiados aos no era responsable de nada ni de nadie. Solo deba estar en un cierto lugar, en determinado momento, y all decir lo que el sacerdote, un primo Macleod de su padre, le indicaran. La sensacin la embriagaba. Mientras cabalgaba junto a su padre, Macleod de Glenelg, un silencio agradable los envolva. Excepto por un tintineo en el fondo de su mente. El grupo de aldeanos y amigos que sonrean cerca de las escalinatas de la iglesia pareca inmvil. Hasta su ta, lady Euphemia Macleod, tan comunicativa por lo general, se mantena en silencio. Cabalgaba junto a ellos sobre una silla de lado cubierta de piel de oveja y escoltada por dos criados. Con sus cincuenta aos, a la delgada lady Euphemia le desagradaba montar a caballo, y trataba de concentrar toda su atencin en no dejar que el movimiento constante de su incmoda silla acabara con ella en el suelo. El resto de la comitiva inclua a Maura, la hermana mayor de Adela, a su esposo y sus tres nios, y a algunos de los criados. Los otros se haban quedado en el castillo para preparar el banquete de bodas. Los invitados eran pocos porque MacDonald, seor de las Islas, haba muerto dos meses atrs y la mayor parte de los habitantes de las Tierras Altas de Escocia y de las Islas se aprestaban para la investidura de su sucesor, que tendra lugar dos das despus. A Adela no le importaba tener una ceremonia discreta, pero las mujeres de su rango rara vez se casaban de ese modo tan apresurado e improvisado. Al igual que su ta, iba sentada de lado. Pero entre ella y su caballo preferido haba apenas una manta de terciopelo azul oscuro para proteger sus faldas. Kate, una de sus hermanas menores, haba bordado la manta con las verdes ramas de enebro de los Macleod de Glenelg y se la haba enviado especialmente para la ocasin. Como sus seis hermanas, Adela prefera montar a horcajadas. Pero esta vez se haba cuidado muy bien de no sugerir esa posibilidad a su padre, considerando el vestido de seda azul que l le haba regalado para ese da: "Azul para que la verdad acompae siempre a tu espritu". Y no haba permitido que se vistiera con su color preferido, el rosa, pues estaba convencido de que con ese color decrecera su buena fortuna. Adela divis a sus dos hermanas ms jvenes en la cima de la colina, cerca de la iglesia. Se felicit por haberlas enviado a buscar flores para su ramo y su corona, as haba podido vestirse para su boda en la mayor de las calmas. El padre, tan supersticioso como siempre, desaprobaba que ella misma no hubiera recogido las flores para la ceremonia, pues ello traera buena suerte a su hija. Ahora, contemplando a Sorcha y Sidony, suspir: Espero que seas una buena esposa para Ardelve, muchacha. Lo ser, seor asever Adela. Siempre he cumplido con mi deber. S, es cierto. Pero me hubiera gustado que hoy hubieses hecho todo lo posible por atraer a la buena suerte.Escaneado y corregido por ADRIPgina 7

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Hoy es un da esplndido seal la joven. Luego mir de reojo a su padre por un instante y agreg con delicadeza: Ayer no fue un da tan bonito. Es cierto. Cubierto de niebla espesa, desde el amanecer hasta la cena, pero la providencia me ilumin aquel da cuando arreglamos los detalles del acuerdo, y logr convencer a Ardelve de que pospusiera la boda un da. Por qu consideras que el viernes es un da tan malo para casarse? La ta Euphemia dijo que muchos lo prefieren porque est dedicado a la diosa nrdica del amor. Asegura que la idea de que el viernes trae mala suerte ha nacido en este ltimo siglo. Tal vez, pero Euphemia no lo sabe todo respondi Macleod. Es amable de su parte haber viajado desde Lochbuie para tu boda. Pero cualquiera sabe que cuando el viernes cae en el da trece del mes, trae una mala suerte mortal. Por Dios, muchacha, no permitira que ninguna de mis hijas se casase en un da tan sombro! Yo no creo que todo el mundo lo sepa insisti Adela. Ardelve no lo saba. Al menos... pero no termin. Prefera no recordar lo que haba dicho Ardelve. Adela no hizo ningn intento de continuar con la conversacin. Solo se escuch el tronar de los cascos de los caballos sobre el camino enlodado y los pjaros planeando sobre sus cabezas. Pero su corazn no se hallaba en paz. Pronto not que estaba estudiando con atencin cada uno de los rostros de los invitados. Y saba por qu. Sorcha no haba ocultado su deseo de que sir Hugo Robison llegara a tiempo para detener la boda. Adela estaba segura de que su hermana menor se equivocaba, pero no poda evitar atenerse a la expectativa de qu l irrumpiera en la iglesia. Al no ver ningn signo de aquel caballero alto, enrgico y apuesto, Adela suspir. Tena que reconocer que una escena excitante habra agregado una pizca de pimienta a ese da sombro. Un criado la ayudo a bajarse del caballo, y sus hermanas se acercaron para colocarle las flores en la cabeza y darle el ramo que le haban preparado. Qu bonitas flores! sonri Adela. Tan brillantes y alegres. Sorcha recogi una canasta de ptalos de rosa para esparcir en el sendero dijo Sidony, y la abraz. Luego, cada uno se ubic en su lugar y Macleod le hizo una sea al hombre de la gaita para que empezara a tocar. Adela suspir, dej deslizar la vista una vez ms entre los invitados curiosos, muchos de los cuales tambin giraban la cabeza como en busca de alguien. Con firmeza, se arranc la imagen de sir Hugo de la mente y coloc su brazo en el antebrazo de su padre. Mientras la gaita sonaba, Sorcha esparca sus ptalos y se preguntaba si el msico no haba confundido la boda de su hermana con la procesin fnebre de MacDonald. Detrs del altar improvisado, las dos puertas de la iglesia se mantenan cerradas, no dejaran pasar a todos hasta que la ceremonia hubiera terminado.Escaneado y corregido por ADRIPgina 8

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El sacerdote, Wee Geordie Macleod de Lewis, estaba de pie junto al altar, al lado del novio y su acompaante, para darle la bienvenida a la novia y las doncellas. Calum Tolmie, barn Ardelve, primo cercano de la viuda que Macleod pretenda desposar, posea una vasta extensin de tierras en la costa norte de Loch Alsh. Era un hombre tan rico y amable que lo converta, segn Macleod, en un candidato excelente para Adela. Sorcha no estaba de acuerdo, sin duda sir Hugo resultaba ms adecuado, aunque admita nunca haberlo visto. An maldeca su mala suerte por no haber ido a Orkney para la coronacin del prncipe, cuando Adela, ms afortunada, y su hermana Isobel tuvieron oportunidad de volver a ver a sir Hugo y conocerlo mejor. Ahora, Isobel estaba felizmente casada con el primo de sir Hugo, Michael St. Clair (o Sinclair, como la familia haba empezado a llamarlo). Vivan en el castillo de Roslin. Sorcha lleg a los escalones de la iglesia y dio unos pasos a la izquierda; Sidony hizo lo mismo hacia la derecha para dejar pasar a Macleod y a la novia. Los dos reclinatorios ya estaban preparados, pero antes de que la pareja se arrodillara, el sacerdote se adelant y abri los brazos. La gaita enmudeci. Y en lugar de la bendicin que Sorcha aguardaba, Wee Geordie dijo en un tono estruendoso: Antes de rezar al Todopoderoso para que tenga la bondad de bendecir la unin que estn a punto de consumar, debo preguntar si hay alguna persona que conozca razn o impedimento para este matrimonio. Si hay alguien, que hable ahora o calle para siempre. Un silencio envolvi a los presentes. Sorcha gir para escudriar a la muchedumbre. Otros tambin se pusieron a observar a los que los rodeaban. En la distancia se oa un ruido sordo, como si Dios estuviera farfullando desde las alturas, impaciente. La idea la hizo sonrer. Pero cuando vio que todas las cabezas continuaban apuntando hacia la misma direccin, entr en razn. Una alegra inmediata la invadi al descubrir que cuatro hombres a caballo se acercaban a todo galope desde los bosques del sur. Supo que sus vecinos y amigos hablaran sobre ese da durante aos. Pero Adela no mostraba ningn signo de satisfaccin. Por el contrario, pareca aturdida. Los jinetes se estaban acercando con demasiada prisa como para que la maniobra fuera segura. Acaso el que comandaba estaba loco, o tema llegar demasiado tarde? Los aldeanos se dispersaron cuando los jinetes alcanzaron el pie de los escalones de la iglesia. Ardelve frunci el ceo, pero no se movi. De seguro, crea que la interrupcin se deba a invitados que llegaban tarde. Sorcha not que los cuatro jinetes llevaban mscaras y se le eriz la nuca. Tres hombres arremetieron sus caballos cerca de los aldeanos, logrando que los animales se encabritaran y que las personas retrocedieran.

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Mientras tanto, el lder del grupo gui su cabalgadura hacia adelante, se inclin, estir un brazo, subi a Adela al caballo como una pluma y se alej a todo galope de la iglesia. Algunos de los presentes aplaudieron, pero la mayora mir estupefacta cmo los cuatro jinetes se alejaban al galope con su trofeo.

Kildonan, en la isla de Eigg, 16 de abril de 1380. Sorcha no haba visitado hasta entonces la isla de Eigg, aunque haba pasado por ah muchas veces, puesto que quedaba a solo treinta millas de su hogar y al oeste de la ruta que utilizaban para ir de Glenelg a la isla de Mull, donde viva su hermana Cristina. Adems, su hermana Isobel haba vivido con Cristina y su esposo durante cuatro aos antes de casarse el verano anterior con sir Michael Sinclair. Desde entonces, Sorcha no haba visto a sus hermanas. Haba planeado ir a visitarlas el otoo anterior, pero el invierno se col entre las Tierras Altas y las Islas ms temprano de lo esperado. De modo que Sorcha no vea a Isobel desde el verano anterior y a Cristina desde haca casi dos aos. Ahora ansiaba encontrarse con ellas para contarles todo lo que haba sucedido en ese tiempo. No solo Isobel se haba casado con sir Michael, el hermano menor del prncipe de Orkney, sino que John, el primer hombre que llevara el apellido MacDonald, seor de las Islas, haba muerto dos meses atrs. Y desde su muerte, a pesar de los cuidadosos arreglos previstos para la sucesin, el reino de las Islas haba quedado acfalo, pues no todos coincidan en cul de los hijos deba ser el nuevo seor de las Islas. Ahora que las querellas y los juicios se haban resuelto, el hijo mayor de John, Ranald, haba ordenado ese encuentro en Kildonan, en la isla de Eigg, para presenciar el ascenso del nuevo MacDonald. Sorcha esperaba encontrar mucha gente conocida adems de sus hermanas. Ms ansias tena aun de ver si apareca Adela, y si era cierto que se haba casado con sir Hugo. En caso de que no, esperaba que pronto lo hicieran: la reputacin de Adela dependa de ello. Los remeros de Macleod siguieron adentrndose en la baha de la costa sudeste de Eigg hasta el extenso muelle. Suficiente! gritaron los dos hombres de amarre. Cuando los botes se detuvieron, otros criados se ocuparon de ayudar a los pasajeros a descender. Como las playas cercanas ya estaban llenas de botes, los remolcadores iban y venan sin descanso, trasladando a la gente que haba anclado ms afuera. Mientras el bote de Sorcha aguardaba su turno, la muchacha observ el promontorio donde tendra lugar la ceremonia, cerca de la antigua capilla de Kildonan. Solo quedaba la capilla de un importante monasterio fundado por Donan, el misionero irlands que haba introducido el cristianismo en la isla. Segn las leyendas de la zona, Donan haba provocado la ira de la reina local y haba muerto en martirio junto con toda la comunidad monstica en el ao

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617. En la cima de la colina ya se haba congregado una gran cantidad de isleos junto con sus familias, y una hilera de recin llegados marchaba desde la baha en direccin a ellos, como un ejrcito de hormigas hacia el hormiguero. Varios estandartes se batan al viento sobre una gran tienda cercana a la capilla. Todos parecen esplndidos coment Sidony. Ser un da magnfico. Pero creo que un evento tan importante como este debera haberse celebrado en la isla de Isla, en Finlaggan. No estabas prestando atencin cuando pap lo explic? pregunt Sorcha con severidad. Cmo pretendes entender lo que te rodea si nunca escuchas? S que escucho se defendi Sidony mordisquendose el labio inferior. Pero no estoy tan interesada en la poltica como Isobel y t. S que no te preocupan mucho esas cosas, pero no s cmo logras estar sentada a la mesa mientras discutimos esos temas sin entender nada, ni siquiera de asuntos tan importantes como estos. No me gusta reir respondi Sidony, dejando entrever que alguna vez haba considerado el asunto. Por ejemplo, cuando Isobel estuvo en casa el ltimo verano, antes de conocer a sir Michael... o debo llamarlo de otro modo ahora que su hermano se ha convertido en prncipe? Ahora tambin es tu hermano seal Sorcha. Puedes llamarlo Michael. Pap no estara de acuerdo. En especial considerando que su hermano es prncipe de Orkney y no conozco a ninguno de los dos. Ni t tampoco. Eso pronto cambiar. Estoy segura de que Michael estar aqu y pretendo llamarlo Michael enfatiz. Despus de todo, siempre le dije "Hctor" a Hctor el Feroz, que tambin es nuestro cuado. Si l nos permite tratarlo como si fuera el hermano que nunca tuvimos, quin es Michael Sinclair para prohibirnos llamarlo como se nos antoje? No has respondido a mi pregunta dijo Sidony con calma. Tu pregunta? Ah s, de por qu no estamos en Finlaggan. Es tu culpa que no te haya contestado. Me has distrado hablndome de Michael. Sigo queriendo saber el porqu. Es porque el reino de las Islas ha crecido demasiado, y porque la mayora de las nuevas partes anexadas estn en el norte. El reino de las Islas siempre me ha parecido muy vasto. S, pero ahora el seoro se extiende por ms de doscientas millas: desde el extremo de Lewis en el norte hasta Mull de Kintyre en el sur. Y segn las antiguas costumbres celtas, cada habitante del reino de las Islas debe tener la misma posibilidad de ser testigo de la inauguracin de cualquier reinado, del mismo modo que cualquiera debe tener la oportunidad de participar de todo concilio de las Islas. Pap cont que muchos pueblos se quejaron el ao pasado cuando el concilio se reuni en Finlaggan, as que lord Ranald seleccion la isla de Eigg para la ceremonia de hoy. No solo porque ahora est en el centro del seoro, sino porque Eigg le pertenece. Ojal siempre pudieras explicarme con tanta claridad este tipo de cosas Escaneado y corregido por ADRIPgina 11

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resopl Sidony. Ah, qu bien, ya nos movemos de vuelta! El barco de las jvenes sigui al de su padre. Ambas quedaron en silencio mientras se acercaban a la baha. Cuando aparecieron los remos en la superficie y el bote se detuvo detrs del de Macleod, los hombres del muelle atraparon las cuerdas y las anudaron con prontitud. Luego, se apresuraron a ayudar a los pasajeros a descender. Sorcha y Sidony se encontraron con amigos y parientes de inmediato. Ascendieron por la colina hacia Kildonan, saludando, abrazando a todos y charlando, aunque Sorcha buscaba a sus hermanas mayores y sus esposos, en especial a Isobel y su Michael, pues si uno se encontraba en cualquier lugar con sir Michael Sinclair de Roslin, posiblemente hallara a su lado a su primo inseparable y gran compaero: sir Hugo Robison. Sorcha tena mucho que decirles a ambos respecto de la cortesa y los deberes familiares. No era muestra de buen comportamiento haber desaparecido dos das antes en el bosque, sin boda para los aldeanos, y luego no haber enviado ningn mensaje diciendo que Adela estaba a salvo. Haba decidido decirles exactamente lo que pensaba de su comportamiento cuando pos los ojos en su hermana. All est Isobel! exclam Sidony. Y luego agreg con una nota de sorpresa: Dios mo, qu avanzado tiene su embarazo! El beb nacer el prximo mes, segn creo ri Sorcha. Espero que todava estemos con ella cuando nazca dijo Sidony. Sorcha tambin estaba ansiosa por darle la bienvenida al nuevo nio de la familia, pero no sigui hablando porque haba visto a dos hombres altos que andaban detrs de Isobel, y uno de ellos apoyaba las manos en gesto posesivo sobre los hombros de su hermana mayor. Ese debe de ser Michael. Supongo que el hombre que lo acompaa ser sir Hugo. Pero dnde est Adela? No la veo se angusti Sidony. Dnde podr estar? Sorcha sinti un escalofro. Se adelant hacia el grupo, manteniendo los ojos fijos en sir Hugo, en caso de que aquel hombre alto y apuesto que marchaba junto a Michael Sinclair fuera l. Era aun ms alto que Michael. Sus cabellos castaos parecan danzar en el aire, tena los ojos de un azul tan cerleo como el cielo de Escocia. Adela haba mencionado su gallarda, pero no haba hablado de su figura imponente, ni del ancho de sus hombros, ni haba mencionado que caminaba como si el mundo estuviera a sus pies. Isobel ya la haba visto y agitaba la mano en seal de saludo. Cerca de ellos, estaba su hermana mayor Cristina y Mairi de las Islas, la cuada de Cristina. El nuevo seor de las Islas era el hermano menor de Mairi, Donald. Con su cabello azabache y sus ojos azul oscuro, Mairi llamaba la atencin en todas las reuniones sociales. A pesar de que estaba por cumplir los treinta aos, segua siendo tan hermosa como en su primera juventud. Y las hermanas Macleod tambin podran mantener su belleza con el paso de aos, pens Sorcha. El contraste entre las oscuras trenzas de Mairi y las doradas de Cristina

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creaba un bonito cuadro. Sorcha corri hacia las tres mujeres Y se dirigi llena de expectacin a sir Michael: Usted debe de ser mi nuevo hermano, sir. Yo soy Sorcha Macleod. Encantado, milady la salud con un guio, antes de inclinarse a besarle la mejilla. Y su bella acompaante debe de ser lady Sidony. La muchacha se sonroj, pero tambin lo dej que la besara en la mejilla. Con impaciencia, Sorcha repar en el otro caballero, pero saba que no poda preguntar por el nombre de un desconocido a quien no le hubieran presentado. Cuando l le sonri casi con insolencia, Sorcha sinti que se le llenaban las mejillas de fuego. Sir Michael abandon su conversacin con Sidony y dijo, sealando con un gesto al hombre que tena a su lado: Pero debo presentarles a mi primo y ms cercano amigo, sir Hugo Robison. Sir Hugo, todava mirndolas con una mueca insolente, hizo una reverencia. Mientras se incorporaba, farfull con regocijo: No hagas demasiado caso a la ceremonia, Michael. Lady Sorcha ha demostrado que no le importan tanto los gestos de la cortesa. Ella le respondi al instante: Si se refiere a que yo misma le envi ese mensaje en lugar de mi padre, al menos estar de acuerdo conmigo en que la situacin lo exiga, sir. Supongo que ahora me lo estar agradeciendo. Pero dnde est Adela? Quiero verla. Sir Hugo frunci el ceo y respondi sombro: Lady Adela se cas con el barn Ardelve el sbado, no? Dnde podra estar si no con su esposo?

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CAPTULO 02Al principio, Adela haba luchado con toda su fuerza y su rabia, pero pronto comprendi que, a la velocidad en que galopaban, era ms sabio no combatir, de lo contrario poda caerse del caballo y lastimarse. l la sujetaba con un brazo firme como una barra de hierro. Tanto apretaba ese brazo que se le clavaba contra las costillas y le haca brotar lgrimas. Apenas si poda respirar; no hubiera tenido aire ni para la menor queja. Pero a l no le importaba. l y sus hombres cabalgaban como el viento, aunque nadie haba dado ni un paso para perseguirlos. Se alejaron de la asombrada muchedumbre y se hundieron en el bosque, casi sin prestar atencin al terreno, ni siquiera cuando se toparon con la fuente. Los caballos apenas respingaron antes de hundir las patas en el agua helada y salieron de inmediato al otro lado. Cuando por fin aflojaron la marcha, Adela trat de separar el brazo del hombre con la esperanza de respirar mejor, pero eso slo sirvi para que l la apretara con ms fuerza. Me est haciendo dao! trat de gritarle, pero apenas se oy un gemido apagado. El hombre no se preocup por responderle o aflojar el brazo. La levant como para que Adela quedara sentada un poco en su muslo y otro poco en la silla, pero esa posicin tampoco le resultaba confortable. Sin embargo, trat de relajarse, pues seguir forcejeando solo les traera ms moretones a sus pobres costillas. Mantuvieron el ritmo del galope. No crey que nadie estuviera tras sus pasos, a menos que Ardelve quisiera reclamar a su prometida. l era un hombre amable, caballero, aunque Sorcha se burlara llamndolo pomposo. Tena la misma edad que Macleod, pero le faltaban tanto su temperamento como su vigor. Adela haba admirado esas cualidades de su prometido cuando acept casarse con l. Pero ahora no lograba imaginarse a Ardelve montando su caballo echndose al galope para dar caza a los raptores. Y si adems haba escuchado algo del plan de Sorcha y pensaba que Hugo la haba raptado, quiz crea que Adela prefera a su captor. Estaba furiosa, aunque deba reconocer tambin se senta halagada. Pero de ninguna manera ello significaba que planeara casarse con l. Pues si sir Hugo la amara de verdad, debera haber pedido permiso a su padre como corresponde, y luego cortejarla. Y l no haba hecho nada de todo eso. A decir verdad, sir Hugo Robison no le haba dado la impresin de ser un hombre que movera siquiera un dedo por conseguir una mujer. Ms pareca del tipo que espera que las mujeres se desvanezcan a sus pies. Adela nunca se desvanecera por un hombre, jams. Sir Hugo deba prepararse para una sorpresa si pensaba que con ese rapto escandaloso la impresionara. Los cuatro hombres siguieron cabalgando sin decir palabra. Al llegar a la cima de una colina, la frontera sur de Glenelg, redujeron el paso. Al sudoeste se extendan el Sound de Sleat y el mar; al sudeste, el Loch Hourn.Escaneado y corregido por ADRIPgina 14

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Ya se haban alejado bastante de Chalamine y de Glen Shiel, por donde pasaba la mayor parte de los pasajeros que viajaban al interior de la regin. Adnde la estaba llevando ahora? Cunto tiempo crea que podra aguantar, antes de sucumbir en sus brazos por falta de aire? Retomaron un camino hacia la profundidad de un bosque. Adela no saba cunto haban cabalgado. Tampoco pudo reconocer el claro donde por fin se detuvieron. Al principio, solo se sinti aliviada de que la cabalgata hubiera concluido. Luego se envalenton, con la intencin de hacerle saber a sir Hugo lo que pensaba de aquella imprudencia. El hombre desmont sin soltarla. Cuando la puso en el suelo, Adela se tropez y casi cay de bruces, pero l no hizo nada para sostenerla. A punto de quebrarse por el cansancio, el temperamento de Adela aflor: la muchacha le arranc al hombre la mscara. Haba esperado ver la mueca insolente de sir Hugo, pero en su lugar se encontr con el rostro de un extrao o... acaso estaba ante una visin fantasmal? Desde luego que no. Ciertamente ese hombre estaba vivo entre los mortales. Quiso preguntarle qu demonios tena en la cabeza para haberla raptado de ese modo, pero l la fulmin con la mirada, y a ella se le congelaron las palabras en la garganta. Bien? dijo l con el ceo fruncido. A Adela le corri un fro por la espalda; l le llevaba al menos una cabeza, su cabello era ms oscuro que el de sir Hugo, lo mismo que sus ojos azules. Probablemente poda levantar un yunque con esos brazos musculosos. Tembl al recordar la fuerza con que la haba doblegado durante la cabalgata. Est claro que tienes algo para decirme. Por lo general no soy tan generoso, pero dejar que hables. Yo... pens que usted estaba muerto. No, todava no. Dios me mantuvo vivo para que cumpla la misin para la que me ha enviado. Pero me agrada saber que me recuerdas. Nuestro encuentro fue tan fugaz que pens que no te acordaras. En verdad, sir, no recuerdo su nombre. No necesitas recordarlo. Me llamars "seora" o "milord". Adela no tena ninguna intencin de llamar "seora" a ningn hombre, pero prefiri callarse. Despus de aquel breve encuentro en Orkney, la joven solo recordaba que tena algn parentesco con los Sinclair. Por aquel entonces ya haba resultado amenazador, pero no andaba diciendo que Dios lo haba hecho resucitar de entre los muertos para cumplir una misin. Solo un loco podra creer algo as. Escuch que usted haba muerto el verano pasado insisti ella. En un accidente trgico. Ya te he dicho cmo fue. Dios me salv porque me necesitaba. Bien, no creo que Nuestro Seor lo haya enviado a raptarme. Por qu lo ha hecho? Desprecio la ingratitud espet. Sus ojos malignos la hicieron temblar; empezaba a pensar que el hombre estaba loco. Me dijeron que buscabas queEscaneado y corregido por ADRIPgina 15

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alguien te rescatara de un matrimonio no deseado agreg. Si mi informante se equivoc, lo colgar. Si le respondo que le han dado una informacin incorrecta, me llevar de regreso a casa? En lugar de responderle, rugi: Fin Wylie, ven aqu! Uno de los hombres acerc su caballo. Lo hizo frenar de golpe, y el animal alzo las patas a unos centmetros de ellos. S, su seora? No me dijiste que lady Adela deseaba que alguien detuviera la ceremonia? S, milord. Ella dice que es mentira. No, milord! exclam el hombre, palideciendo. Pero no mir a Adela. Y aunque ella hubiera tenido muchas ganas de decir que el hombre haba mentido, temi que su captor se desquitara brutalmente con el pobre diablo. Estoy seguro de que esta dama quisiera or de tu boca cmo te enteraste de sus deseos, Fin Wylie declar el lder del grupo. Los mensajes, milord. Los dos que enviaron a sir Hugo Robison. Su seora orden que los interceptramos. Su seora tambin sabe lo que descubrimos, y que el asunto urga. Y esos mensajes eran mentiras, muchacha? Adela lo hubiera abofeteado por dirigirse a una dama de esa manera. A Sorcha o Isobel jams les haba faltado el valor para hacerlo. Pero el suyo haba desaparecido. Tampoco quera acusar a Sorcha de mentirosa, a pesar de que sus mensajes a sir Hugo haban causado toda esa horrible situacin. Se oblig a responder con calma forzada: Yo no envi esos mensajes. l la golpe tan fuerte que Adela se mordi sin querer el labio y sinti el gusto de su sangre. El pnico le invadi el cuerpo. Cuando te hago una pregunta debes contestarme rugi l. Cuando te d una orden, la obedecers de inmediato. Me entiendes? Adela asinti, temblorosa. Me entiendes? repiti l. S murmur ella. S qu? S, seor. Cuando l aguz los ojos, la joven record lo que le haba dicho y se corrigi de inmediato: S, milord. Buena muchacha sonri l, palmendola en el hombro. Estoy seguro de que nos llevaremos esplndidamente bien. A ella se le llenaron los ojos de lgrimas, pero se prometi que aquel hombre no acabara por salirse con la suya. Las Tierras Altas de Escocia estaban llenas de aliados de su padre, para no mencionar a sus poderosos yernos: HctorEscaneado y corregido por ADRIPgina 16

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Reaganach Maclean y su hermano mellizo, Lachlan Lubanach, Almirante General de las Islas. Seguro que pronto alguien vendra por ella. Como si le hubiera ledo los pensamientos, el hombre volvi a hablarle en ese tono falsamente relajado: Si ests pensando en que alguien vendr a rescatarte, te informo que pienso matarte despus de haberlos matado a ellos. Y si crees que pueden tenderme una trampa, te aseguro que no podrn. No importa cuntos aliados tengan, yo tengo ms. Quin es ms fuerte que los aliados del lord de las Islas? lo desafi. Dios. Ya te lo he dicho, me salv de la muerte. Soy su guerrero, mi causa es justa. Me perdonar todo lo que haga en su nombre. Y cul es su causa, milord, si me permite saberlo? Vengar las atrocidades cometidas a la Iglesia. As que como ves, muchacha, con Dios de mi lado tu vida depende de m. Recurdalo siempre, pues mi ltigo castiga cualquier desobediencia. Adela luch por hallar alguna palabra, pero no encontr ninguna. Entonces, l prosigui: Las mujeres de las Tierras Altas que presumen de su independencia deberan aprender de las mujeres francesas, que se someten a sus hombres como corresponde. Pero tengo toda la intencin de convertirte en una buena mujer, as que presta mucha atencin a mis lecciones. Porque si me traes algn problema, te cortar la cabeza y se la enviar a tu padre en un saco. Adela lo observ llena de horror. De pronto, un manto negro cubri su mente, y se desmay a los pies de aquel desconocido.

Sorcha contemplaba incrdula la adusta expresin de sir Hugo. Pero usted dijo que haba recibido mi mensaje! exclam ella. As que debe ser usted quien se llev a... De pronto advirti que varias personas la escuchaban interesadas y se detuvo, sonrojada. Que me llev qu? quiso saber sir Hugo, con el ceo fruncido. Quiz podamos encontrar un lugar ms apacible para conversar sugiri ella finalmente. Entonces, Sidony intervino desconcertada: Perdone, seor, quiere decir que Adela no est con usted? No, claro que no est conmigo. Por qu pensaran lo contrario? Pensamos que usted la haba raptado de la iglesia el otro da explic Sidony, olvidando de pronto a la muchedumbre silenciosa que empezaba a rodearlos. Sorcha lanz un gruido. Si Sidony haba hablado de ms, la culpa era de l. Raptarla? ri. Luego, la expresin de sir Hugo se oscureci todava msEscaneado y corregido por ADRIPgina 17

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. Milady, usted me cree tan villano como para raptar a una mujer en el da de su propia boda? No le hable as a mi hermana lo reprendi Sorcha, lo suficientemente molesta como para no preocuparse por el pblico de alrededor. No es su culpa si cree algo semejante, sir. No es algo tan raro pensar que un villano puede persuadir a una joven inocente y a su familia de que pretende desposarla y despus enviar a otro hombre como seuelo. Ese villano tambin podra cambiar de opinin y arrancarla del altar. En cualquier caso, si no sabe nada del asunto, perdemos nuestro tiempo hablando con usted. Dicho esto, Sorcha le dio la espalda y lo hubiera dejado all con la boca abierta si l se lo hubiese permitido. Pero sir Hugo se atrevi a poner sus grandes manos sobre ella, y con un impulso la oblig a enfrentarlo de nuevo. No entiendo por qu arroja su furia contra m, lady Sorcha repuso con severidad. Su hermana y yo no hemos tenido nada formal. Calma, Hugo intervino sir Michael. Por favor, lady Sorcha, hblanos con claridad. Debemos entender que alguien rapt a Adela el da de su boda? S, seor. Cuatro hombres. Y si su lder no era sir Hugo... Seguro que no declar el caballero. Pues bien, debera haber sido replic ella y se volvi hacia l. Su voz se apag. Adela habl de sir Hugo durante semanas cuando regres de Orkney el verano pasado. Estaba claro que le haba dado razones para pensar que estaba interesado en ella. Resultaba natural, pues, creer que a usted le gustara saber de sus planes de casamiento, para impedirlo! Quieres decir, para frenar la ceremonia. Quin podra creer... Yo pens que le importaba! exclam Sorcha, otra vez ignorando a su audiencia. Hice todo lo posible por ayudarlo, y para que Adela no se casara solo para alejarse de Chalamine. Yo esperaba que usted la socorriera. Pero en lugar de eso, ignor mis mensajes. Mi hermana lo describi como un hombre testarudo que no pensaba en nada ms que en s mismo, pero cre que lo haca para que no le insistiramos sobre el tema. Nunca cre que lo deca en serio. Pero me equivoqu. Usted es exactamente como ella lo describi: un egosta, y su arrogancia ha arruinado a mi hermana! No diga tonteras se defendi l. No hubo ningn acuerdo entre nosotros, y como estaba muy ocupado en las preparaciones para la celebracin de hoy... Una ocasin muy importante, claro est lo interrumpi Sorcha, con sarcasmo. De todas formas, sus servidores podran haber organizado la celebracin, si les hubiera dicho que tena asuntos personales que atender. Pero no tena que resolver ningn asunto ms importante que este! sus ojos azules escupan fuego. Cuando descubrimos que algunos habitantes de la isla no apoyaban la decisin de Ranald de instalar a Donald como el seor del reino, les di mi palabra de que contaran con mi apoyo. Mi palabra acentu con severidad vale tanto como la del propio Ranald, milady. Le aseguro que mi deber prevalece sobre los asuntos personales ms importantes.

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Y su deber con respecto a mi hermana? Pretende decirme que lady Adela estaba esperando que yo la desposara? la interrumpi, fulminndola con la mirada. Sorcha se sonroj y hubiera salido corriendo de no ser porque tema que l la creyera cobarde si ella no enfrentaba aquella mirada penetrante. Adela jams hubiera admitido semejante cosa. Pero todos en la iglesia crean que usted y sus hombres la haban raptado y que ella as lo quera, por eso nadie los sigui. Slo Dios sabe dnde est en este momento y lo que le estar pasando. Al menos, usted debera haberme respondido a los mensajes si no poda venir por ella. Y ahora, gracias a su falta de accin, ella est arruinada y ningn hombre respetable la desposar jams. No seas ingenua. Si alguien es responsable de la ruina de tu hermana, esa persona eres t, muchacha, por meterte en un asunto que no te incumba. Cmo se atreve! exclam Sorcha y le dio una bofetada tan fuerte como pudo. Yo no soy su muchacha, hombre vanidoso! Tendra que avergonzarse por culpar a otro de sus responsabilidades, pero dudo que tenga algo de vergenza en el alma. Empiezo a entender por qu Adela acab por echarle un cuenco de agua bendita en la cabeza.

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CAPTULO 03Rodeada de un mar de risas y exclamaciones ahogadas, Sorcha escuch un grito de consternacin, al parecer, de Cristina y, de inmediato, una risa reprimida. Pero estaba demasiado enfadada como para preocuparse por eso. Este bruto insufrible mereca un castigo. La joven alz el mentn y se alej con exagerada dignidad, despus de echarle a sir Hugo una ltima mirada de reojo. Se lo notaba furioso. Acostumbrada a un padre que se enfadaba ante las impertinencias de sus hijas, pens que sir Hugo poda estar tan furioso como para devolverle la bofetada. Pero si l crea con tanto fervor en el honor, quiz tambin creera en la caballerosidad. En cualquier caso, difcilmente se atrevera a golpearla frente a aquella multitud. Despus se le ocurri que haba sido injusta en reprenderlo pblicamente, aunque se lo mereca. Su padre tambin pareca enfadado. Pero Macleod ya se haba enfadado con ella otras veces y volvera a estarlo en el futuro. Sorcha lo haba sobrevivido y volvera a hacerlo. Mientras se retiraba de ese imprevisto campo de batalla, sir Hugo se dirigi a ella en un tono glido: Espero, lady Sorcha, que su padre le ensee mejores modales antes de alcanzar una edad casadera. Puede estar seguro de que lo har, sir asever Macleod con una voz que prometa castigar el comportamiento impulsivo de su hija. Ya hablaremos cuando haya acabado la ceremonia le advirti a la muchacha. Sorcha no respondi a ninguno de los dos; no tema a sir Hugo y le importaba un rbano lo que le hiciera Macleod. Pero sir Hugo no haba acabado. En voz tan alta como para que sus palabras alcanzasen a todos los presentes, asest: Si fueras mi hija, te dara con una vara en el trasero hasta que aullaras pidiendo disculpas. Y cenaras de pie por dos semanas, te lo aseguro, muchacha. Sorcha sigui alejndose, tan concentrada en mantener su dignidad que no prestaba atencin a la direccin de sus pasos o a la gente que trataba de hablarle. Sorcha, espera, nia tonta! Si te corro, parir aqu mismo! De todas sus hermanas, Isobel era la ms comprensiva, de modo que Sorcha se detuvo. Pero no se volvi. Qu tonta eres! dijo Isobel con cario cuando le dio alcance. Has estado andando en crculos. Mira adelante. En un minuto, te hubieras hundido en la procesin de Su Majestad. Quieres acabar explicndole tu comportamiento a l o a Ranald de las Islas? Maldiciendo su mala fortuna, comprendi que Isobel tena razn. Sin duda, los miembros de la procesin real se preguntaban por qu esa dama estaba abandonando las inmediaciones de la iglesia si la ceremonia estaba porEscaneado y corregido por ADRIPgina 20

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comenzar. Para peor, como consejero de las Islas, su padre deba unrseles, y a pesar de su arranque de furia anterior, no quera volver a enfadarlo. Querida, s que te gustara desaparecer de la faz de la tierra, pero tendrs que esperar hasta el final de la ceremonia... y a la fiesta que sigue despus le record Isobel. Y luego, a menos que puedas convencer a alguien de que te lleve en otro bote, tendrs que viajar con nuestro padre. As que ser mejor que hoy no vuelvas a enfadarlo. Me puse tan furiosa que ni siquiera pude pensar. Espero no haberte provocado ningn problema, Isobel. S muy bien que es el mejor amigo de tu esposo. Por favor, no ocupes tu cabeza con esas cosas. Ms de una vez he tenido ganas de abofetear a sir Hugo. Es el hombre ms irritante que conozco. Pero... sigui Sorcha, aunque despus se detuvo, vacilante. Ven, hablemos un poco, aqu apartadas sugiri su hermana. Les diremos despus que yo me senta algo indispuesta. No me sorprendera que fuera cierto seal Sorcha, preocupada porque la carrera de su hermana le hubiera hecho dao a ella o a su nio. Estoy en buen estado. Adems, le dije a Michael que vena a tu rescate y que no entrase en pnico si alguien le deca que no me senta bien. Seguramente l tambin est enfadado conmigo. Ni un poco. Est casado conmigo, recurdalo. Conoce muy bien el temperamento de los Macleod, aunque en este ltimo tiempo no ha tenido tantas oportunidades de sufrirlo. l tiene un carcter tan pacfico que me resulta fcil decirle cuando algo me desagrada. Pero Hugo no es Michael. Realmente creste que l amaba a Adela? T no? Por un tiempo, quiz admiti Isobel. Cuando estbamos todos juntos en Orkney, estoy segura de que tena inters suficiente como para flirtear con ella, y sospecho que ella tambin le tom cario. Pero ahora he notado que coquetea con cualquier mujer que no sea una bruja, una idiota o muy anciana. Sorcha frunci el ceo. Entonces me alegro de haberlo abofeteado. Desde luego, pero mejor mantente apartada de su camino por un tiempo. Cumple para Michael la misma funcin que Hctor con el Almirante de las Islas, as que est acostumbrado a actuar por instinto y con decisin. No le tengo miedo afirm Sorcha, ignorando el leve temblor que haba coloreado las palabras de Isobel. De hecho, dudo que vuelva a verlo hasta que vaya a visitarte algn da en Roslin. Y en tal caso, tendr que soportar su presencia solo en compaa de otros. Isobel sonri abiertamente. No te podrs librar de l tan fcilmente, querida. l y Michael se quedarn en Lochbuie cerca de dos semanas antes de regresar a Roslin. De modo que estarn all mientras t y Sidony nos visiten. Ojal se lo lleve el diablo! Cmo podr mantenerme tranquila si tengoEscaneado y corregido por ADRIPgina 21

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que estar en compaa de l por tanto tiempo? Calma la tranquiliz Isobel, todava sonriendo. Recuerda que tu anfitrin ser Hctor Reaganach. Procura no hacerlo enfadar. Yo he vivido con l y Cristina por bastante tiempo. T y Hugo harn bien en comportarse correctamente mientras sean sus invitados. Haba olvidado a Hctor admiti Sorcha. Un instante despus, agreg: Por Dios, tambin me haba olvidado de Cristina. Seguro que querr reprenderme tanto como pap. Isobel la tom de la mano. Deberas haber pensado antes en eso. Pero por nuestras venas corre la pasin, sobre todo cuando nos ponemos furiosas. Agradece al menos que Adela no presenci esta escena. Su ira supera a la de Cristina a la hora de regaar a alguien. S, pero igual me gustara que estuviera aqu suspir Sorcha. A m tambin coincidi su hermana y le desliz un brazo alrededor de la cintura. No me abraces, a menos que quieras que estalle en lgrimas. Dnde estar ella? Quin podr haberla raptado? Y si le sucede algo terrible? Las lgrimas le llenaban los ojos, y se las enjug con el dorso de la mano. Mejor adelntate sin m dijo Sorcha poco despus. No quiero que nadie me vea as, de lo contrario pensarn que me arrepiento de haber abofeteado a ese hombre horrible. Estars bien? S. Y t debes estar junto a tu esposo para ver la ceremonia. Ya di suficiente espectculo por un da, ahora todos comentarn que una de las hermanas Macleod inspir los chismorreos. Muy bien, me ir. Pero no te pierdas la ceremonia. No habr una igual en aos. Isobel parti hacia la iglesia y Sorcha pronto la sigui, porque ya sonaban los cuernos llamando a todos los que quisieran ser testigos del ascenso del nuevo seor de las Islas. Isobel, Sidony, Hctor, Cristina y sir Michael ya se haban reunido. Por un instante, Sorcha temi que sir Hugo tambin se acercara, pero despus lo vio de pie junto a Ranald de las Islas, aparentemente supervisando los procedimientos de la ceremonia. La procesin result un gran evento. Inclua no solo a Donald, a su madre la princesa Margaret Stewart y los varios obispos, abades y sacerdotes que tomaran parte de la ceremonia, sino tambin a todos los miembros del consejo de las Islas y una buena cantidad de brehons, los jueces hereditarios del reino. El nico clrigo importante que Sorcha conoca y saba que no estara presente era el malvado abate Green. Como enemigo probado del seor de las Islas, estaba bajo estricta vigilancia en la isla sagrada. Lord Ranald se haba encargado de que as fuera, segn Macleod, para asegurarse de que el abad no pudiera impedir o interrumpir la coronacin de Donald. El futuro prncipe vesta de blanco, a diferencia de otros nobles de laEscaneado y corregido por ADRIPgina 22

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procesin, que llevaban esplndidos jubones de terciopelo, calzas abombadas y togas de terciopelo negro de la corte real. Otros llevaban prendas ms tradicionales de las Tierras Altas, incluyendo faldas escocesas y camisolas azafrn, y muchos cargaban tambin con sus espadas. Hctor Reaganach llevaba la Lady Axe, la legendaria hacha de combate del clan Gillean, sobre la espalda. Pero ninguno tena aspecto ni animo belicoso. Sonaron gaitas y tambores al unsono anunciando la procesin. Luego todo qued en silencio y comenzaron las plegarias y las bendiciones. Bostezando, Sorcha temi que fueran a hablar todos los clrigos presentes, pero al fin Ranald dio un paso adelante y abri los brazos hacia la multitud. A todos aquellos que hayan venido hoy, a dar fe de cmo Donald de la Isla hoy acepta su destino, les digo esto exclam: todos los presentes saben que Su Majestad nuestro padre, John el Bueno de las Islas, denomin a Donald como su heredero. Y todos saben que he dado mi palabra de que eso se cumplir. As que cualquiera que guarde dudas o sea infiel a esta causa, que d un paso adelante y lo diga, o que Dios lo castigue por traicin. Juremos fidelidad a Donald en este da de gloria. Sorcha escuch el mismo murmullo de los das anteriores, cuando el sacerdote pregunt si alguien se opona al matrimonio de Adela. Sinti un pequeo temblor al reconocer que, de alguna manera, haba estado esperando que aparecieran esos cuatro jinetes enmascarados. Pero los murmullos se convirtieron en silencio cuando Ranald alz un brazo y exclam: Que aparezca entonces Lia Fail, nuestra piedra sagrada de las huellas y el destino! Cuatro hombres cargaron la piedra sagrada, ms antigua an que la piedra de Scone, sobre la que haban sido coronados los reyes de Escocia hasta que Eduardo de Inglaterra la rob y la llev a Inglaterra, casi un siglo atrs. Antes de que Ranald trajese la Lia Fail a Eigg, haba descansado en Finlaggan. Cuando depositaron la piedra sagrada con reverencia, dos sacerdotes se adelantaron y la untaron con aceite de petrel. Sobre la piedra haba dos huellas dibujadas, una externa, muy grande, y una interna, del tamao de un pie humano. Luego, Donald se adelant y puso su pie izquierdo desnudo sobre la huella, moviendo los dedos para que encajaran en los huecos previstos. Su pie calzaba a la perfeccin en la huella de la piedra, lo que provoc ms murmullos, sonrisas y gestos de aprobacin en la audiencia. El obispo de Aryll le tendi un pao blanco como emblema del deber solemne y la promesa de mantener justicia en el reino del nuevo prncipe. Otro de los obispos le tendi la Gran Espada, uno de los dos emblemas del clan Donald y del seoro, para simbolizar su posicin como guardin de las Islas. Donald se dio vuelta a la derecha simbolizando la Trinidad y blandi la espada tres veces en lo alto. Todos gritaron: "MacDonald, MacDonald, MacDonald!". Donald de la Isla se haba convertido en seor de las Islas.

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Adela volvi en s despus de su desmayo para encontrarse tendida sobre algo suave. De inmediato, se esperanz pensando que el rapto haba sido un sueo. Un sonido cercano le hizo abrir los ojos. Su captor estaba a solo unos pasos de ella, contemplndola. Se hallaban en una tienda tan alta como para que l pudiera estar de pie. Ella yaca sobre una pila de pieles, sin duda, la cama del hombre que la estaba observando. Entonces su esperanza se evapor y un escalofro la recorri cuando record las palabras antes de caer desmayada. La impresin que haba sufrido al quitarle la mscara la haba conmocionado, pero eso era mucho peor. Ahora recordaba su nombre. l haba mencionado que una de las cosas que ms disfrutaba era ensear a una mujer el rol que le corresponda en la vida. Tambin se haba declarado ajeno a todo pecado y haba reclamado el favor de Dios. Y aunque Adela lo haba visto unos minutos, haba tenido tiempo para verificar su crueldad, de modo que todo lo que poda recordar no haca ms que hundirla en el terror. Se propuso guardar silencio, ocultando el nombre que ahora saba para evitar el riesgo de equivocarse y pronunciarlo en voz alta. En cambio, dijo: Yo... estaba tan mareada. No puedo imaginarme lo que pas. No has comido nada desde la maana explic l. Te aseguro que solo tenas hambre. Si prometes comportante como corresponde, puedes comer con nosotros ahora. Oh, s, lo prometo, gracias. Si l pretenda alimentarla, entonces no tena intenciones de matarla, y quizs ella podra aplacar aquella brutalidad y no volver a enfadarlo. Para su sorpresa, despus de comer no descansaron, sino que volvieron a montar a caballo. Le hubiera gustado tener su propia cabalgadura. Pero esta vez, al menos, l le permiti montar sobre un cojn de acompaante. Pero haber estado a solas con l en la tienda, sobre la cama, evidenciaba cuan precaria era su situacin. Si l decida violarla, nadie podra impedrselo, al igual que si decida matarla. Sin duda, l esperaba algo. Para calmarse, empez a imaginar a su padre y a Hctor al frente de un ejrcito que se abalanzaba sobre ellos para rescatarla. Pero luego record las terribles amenazas de su captor ante cualquier intento de rescate. Cuando salieron del bosque, Adela se sorprendi al comprobar que no haban recorrido ninguna distancia. Justo adelante estaba la costa de Loch Hourn. Para su disgusto, all los esperaba una galera. A pesar de que los remeros la miraban con curiosidad, ninguno le habl. El atardecer se convirti en oscuridad mientras se acercaban al Sound de Sleat y doblaban hacia el sur. La muchacha perdi toda nocin del tiempo y de la orientacin. Se mantuvo en silencio, estoica y dcil, sin quejarse de las agotadoras horas del viaje ni del aire helado del mar. Tocaron tierra bajo la luz de una luna creciente. Dos hombres los esperaban con caballos, pero ella no vio ningn signo de alojamiento. Supo de inmediato que cualquier esperanza de refugio era vana. Acamparon en la playa, y para su alivio infinito pudo dormir sola en una tienda grande. Cuando despert, tarde aquel domingo, la galera haba zarpado peroEscaneado y corregido por ADRIPgina 24

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los hombres y los caballos an estaban ah. Salieron tarde y al atardecer volvieron a acampar unas millas al este de una aldea que alguien llam Kinlocheil. El nombre le resultaba familiar, pero segua sin saber dnde estaba. Se senta exhausta, no tanto de montar abrazada a su raptor sino ms bien de los esfuerzos por no enfadarlo, y por tratar de controlar las oleadas de emociones impredecibles que la asaltaban. Si l le ofreca comida o agua, ella volva a experimentar la profunda gratitud del da anterior. Dos veces haba estado tentada de echarse en sus brazos por sus atenciones. Y en ambos casos el impulso se haba congelado, reemplazndolo en cambio por una sensacin de repulsin, como si su propia alma la estuviera traicionando. Era su alma? En verdad l contaba con el favor divino? Cuando l la miraba, ella se preguntaba si lo haba irritado. Si l no lo haca, crea que estaba ofuscado. El cambio ms leve en el tono de su voz haca que Adela se preocupase, y las posibilidades se volvan cada vez ms aterradoras, a medida que se alejaban de Glenelg. El lunes otros jinetes se unieron al grupo, pronto result evidente que su padre necesitara un ejrcito muy numeroso si quera vencerlos. Adela saba que l o cualquiera que emprendiera su rescate estara por entonces en la isla de Eigg, participando de la ceremonia en honor del nuevo seor de las Islas. Como consejero de las Islas, Macleod no podra ausentarse de una ocasin tan importante. Por momentos se dejaba invadir por la esperanza de que su padre hubiera enviado a algn otro en su busca, pero luego se entristeca, prefiriendo que no lo hiciera por temor a las represalias de su raptor. Ese hombre la observaba demasiado a menudo. Esto le provocaba a Adela grandes inquietudes que le recordaban las amenazas y otras cosas que l podra hacer con ella. Adems de que deba comportarse con absoluta obediencia.

"La ceremonia result emocionante, pero por suerte ya ha terminado", pensaba Sorcha. La multitud ahora se diriga a toda prisa hacia la gran tienda donde tendra lugar la fiesta. Con la esperanza de perder de vista a su padre, se dej llevar por el gento, tratando de evitar tambin a sir Hugo. Absorta en sus pensamientos y deseando no toparse con nadie, prestaba poca atencin a quienes la rodeaban, hasta que oy el nombre de su padre. Es una de las hijas de Macleod declar una voz femenina. Una desvergonzada coment otra. El padre debera azotarla como dijo ese joven tan apuesto. S, son todas un puado de salvajes, las siete dijo una tercera voz. No todas! Bueno, hasta ahora yo tambin hubiera dicho que lady Adela era la excepcin. Pero ya escuchaste el escndalo de su boda. Por Dios, me enter ayer. Qu horror! La propia hermana se puso a gritar los detalles a los cuatro vientos.Escaneado y corregido por ADRIPgina 25

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Sabes intervino la primera, pensativa, me pregunto si esos hombres que estaban por acampar ayer cerca de Kinlocheil podran ser los raptores de Adela. Un primo nos habl de ellos y mencion una mujer a caballo, detrs de uno de los jinetes. Pero estoy segura de que habl de una docena o ms, equipados como hombres nobles, rumbo a Edimburgo. Si eran nobles, quiz fuera ella dedujo la confidente. Las hermanas Macleod conocen su valor mejor que nadie, as que si alguien rapt a Adela, no me sorprende que haya sido un caballero descarriado. Cmo hubiera querido defender a su hermana!, o al menos escupirles a esas tres arpas lo que pensaba de ellas y sus chismorreos, pero contuvo la lengua. Prefiri hablar con su padre, a pesar de que hubiera querido postergar su encuentro lo mximo posible. Deban encontrar a Adela. Haca tiempo que sir Hugo Robison haba adquirido la habilidad de dejar de lado sus asuntos personales para concentrar su atencin en el deber. Sin embargo, apenas Ranald y el nuevo MacDonald de las Islas se retiraron a la gran tienda para la fiesta, Hugo comenz a buscar a la muchacha que lo haba abofeteado. Al no verla cerca, se dio el gusto de imaginar cmo su padre la agarraba de la oreja para darle una buena reprimenda. Pese a todo, se encontr sonriendo ante el recuerdo de su temperamento ardiente y el pequeo hoyuelo al costado izquierdo de la boca, cuando ella lo increpaba tan apasionadamente. Pocas jovencitas hubieran tenido el coraje de abofetearlo, sabiendo su rango y las conexiones que tena. Tal vez ella haba especulado con que su familia la protegera; sin embargo, su comportamiento no tena excusa: ninguna conexin familiar la salvara del merecido castigo. En verdad, sir Hugo supona que a lady Macleod le importaban un rbano sus vinculaciones. Por otra lado, era una belleza; ms que sus hermanas, o al menos ms hermosa que las tres que l conoca. Y a diferencia de la mayora de las mujeres jvenes, que acostumbraban a fingir distancia y una afectada timidez cuando lo vean por primera vez, ella lo haba mirado directamente, casi desenfadadamente. Hambriento, se dirigi hacia la gran tienda, todava sonriendo al recordar la forma en que ella haba levantado el mentn al marcharse, cmo haban brillado bajo la luz del sol aquellos rizos color mbar que se escapaban de la cofia. Dese saborear esos labios carnosos y tentadores, sin duda hechos para besar. Saba que Sorcha se quedara en Lochbuie al igual que l y Michael. Pens entonces que se divertira tratando de hacerle cambiar la opinin sobre su persona. Pero si la nia intentaba abofetearlo una vez ms, se encargara personalmente de ensearle buenos modales. Hugo, quisiera hablar contigo. El tono severo de su primo, un tono que casi nunca utilizaba con l, lo hizoEscaneado y corregido por ADRIPgina 26

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detenerse al instante. Con el ceo fruncido, sir Michael Sinclair buscaba entre la muchedumbre tratando de conseguir una porcin de almuerzo. Esper a que un grupo de hombres se les adelantaran y entrasen en la tienda. Luego dijo con calma: Postergaremos nuestra comida por unos minutos. Me gustara saber algo ms sobre ese incidente antes de la ceremonia. T lo has dicho respondi Hugo. T sabes tanto como yo. No tienes nada que ver con el rapto de esa joven afirm, pero se entrevea una sombra de duda en su voz. Y t lo sabes se irrit. As lo espero lo escudri con atencin. Ests seguro de que no le diste a lady Adela ningn motivo para que pensara que la deseabas como esposa? No seas ridculo resopl Hugo. Michael aguz los ojos. Nada de nada? Claro que no. Hugo enfrent aquella mirada aguda y respondi con firmeza, con toda intencin de no transmitir la alarma de duda que se haba despertado en su mente. Era todo lo que quera saber suspir aliviado. Si Macleod lo desea, lo ayudaremos. Desde luego acept Hugo mientras avanzaban nuevamente hacia la tienda. Despus de tomar asiento, not que ni lady Sorcha ni Isobel estaban presentes. Tom parte de las conversaciones que lo rodeaban, cumpliendo con su obligacin, pero ya no pensaba en las festividades. Cuando al fin Isobel ingres en la tienda, con su hermana Cristina y Hctor Reaganach de aspecto tan severo que tambin lo llamaban Hctor el Feroz, dese que la furia de Hctor se debiera ms a la reaccin de Sorcha y no tanto al hombre que la haba causado. Sir Hugo quera evitar la ira de ese guerrero poderoso que siempre llevaba consigo la legendaria hacha de batalla de su familia. Las conversaciones danzaban a su alrededor, mientras l trataba de recordar qu saba de lady Adela. Adems de su indiscutible belleza, solo recordaba el modo altivo en que ella haba evitado sus flirteos ligeros en Orkney. Tambin record que cuando l respondi de manera despectiva, ella le haba echado un cuenco lleno de agua bendita en el rostro. Michael tambin haba sido testigo de ese incidente, pero evidentemente no recordaba lo que Hugo le haba dicho ni los insultos de ella cuando lo empap. En verdad, la posibilidad de desposarla ahora apareca en su cabeza, pero solo porque ella le haba dicho que jams se casara con l. Estaba claro que Adela les haba contado a sus hermanas el suceso del agua bendita, pero no pareca la clase de muchacha que inventara una mentira de esa magnitud. Y si no era una mentira, entonces qu demonios le haba dicho a la dama para que su temperamental hermanita creyera que l debaEscaneado y corregido por ADRIPgina 27

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interrumpir la boda? Por cierto, el flirteo haba continuado cuando se unieron al grupo que dej Orkney junto a Henry, en direccin al castillo de Sinclair en Caithness. Pero eso no haba cambiado en nada la opinin de ella. Con tenacidad, Adela haba continuado rechazando sus avances. Sin duda, si se le hubiera cruzado la idea del matrimonio, Hugo la habra considerado una novia apropiada. Para su disgusto, tuvo que admitir que la nica razn por la que haba continuado el coqueteo era que, al parecer, no exista ningn otro pretendiente. Hasta que el mensajero de lady Sorcha le dio alcance, tampoco haba sospechado que ningn otro hombre se hubiera fijado en Adela. Simplemente haba dado por hecho que en cuanto l la deseara, ah estara ella esperndolo con ansias. Tambin haba dado por sentado que Macleod saltara de alegra ante la posibilidad de un yerno tan esplndido como l. Se despreci por tanta arrogancia y decidi que Sorcha haba hecho bien en llamarlo vanidoso. Pero segua afirmando su inocencia. Si las jovencitas haban malinterpretado un simple coqueteo, al diablo con ellas. Y aunque fuera culpable, lady Sorcha jams debera haberle enviado esos mensajes, y menos aun atreverse a golpearlo en pblico. Sus pensamientos se volvan circulares. Si era inocente, por qu le resultaba tan difcil dejar de pensar en lo que le haba dicho aquella pequea zorrita? Finalmente la vio entrar en la tienda, pero, para su sorpresa, Sorcha se dirigi directamente a su padre. Cuando se inclin cerca de l para hablarle al odo, Macleod no pareci muy a gusto con tenerla all. De hecho, comenz a reprenderla, sin prestar atencin a los hombres que lo rodeaban. Aunque la nia se mereca cualquier cosa que estuviera dicindole Macleod, tuvo el impulso de salir a defenderla. Por favor, padre, hable con ella pidi Sorcha con calma. Era lady Gowrie, la amiga de lady Clendenen. Estoy segura de que esos hombres son los raptores. Dios sabe lo que pueden estar hacindole a Adela mientras nosotros seguimos aqu. T no entiendes nada sise Macleod y se puso de pie. Es ms, ya he escuchado bastante de tus parloteos por hoy. Vendrs conmigo ahora o te arrepentirs de lo que le hiciste a sir Hugo. Sorcha no se atrevi a resistirse. Sinti cmo le ardan las mejillas al escuchar los cuchicheos mientras salan de la tienda, pero se oblig a ignorarlos. Lo importante era que su padre entendiera. Una vez afuera, volvi a intentarlo. Por favor, seor, no puede abandonar a Adela. No puede ignorar lo que le han hecho. Quedaste como una idiota envindole a sir Hugo Dios sabe cuntos mensajes y ya has visto cmo result. Se enter todo el mundo y todos creyeron que sir Hugo la ha raptado. Ahora ellos saben que nosotros no movimos un dedo y nos quedamos mirando cmo unos villanos capturaban a mi hija. Pero sir Hugo no se equivoc en una cosa. La sujet con fuerza de los dos brazos y la zamarre. T eres la nica culpable, Sorcha Macleod.Escaneado y corregido por ADRIPgina 28

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Cualquiera sea en este momento el destino de Adela, te lo puede agradecer solo a ti y a nadie ms. Entonces yo saldr a buscarla! Si es mi culpa, yo lo solucionar. Ya vern, lo har! T no hars ninguna de esas ridiculeces. Te lo prohbo. Y tampoco estars haciendo de las tuyas en Lochbuie, pues hoy mismo regresars a casa. Pensaba enviar un bote de todas formas, porque tengo la obligacin de comunicar a Ardelve lo que hemos escuchado hoy. Yo ir con Hctor Reaganach a Lochbuie. Promet dos botes para la flotilla de Su Excelencia cuando vaya a jurar lealtad al rey, as que esos dos podrn buscarme ms tarde en Lochbuie despus de que te hayan dejado a salvo en casa. No, padre! No debes hacerlo! Qu pensar la gente de la pobre Adela? No puedes abandonarla. Ella no ha hecho nada para merecer esto, ms all de tener una hermana cabeza hueca. En efecto, eres una tonta. Pero cmo puedo estar seguro con Adela? Si le dio esperanzas a un hombre, puede haberlo hecho con una docena ms. Se qued ah sin moverse. No escuch ni un grito de auxilio de esa muchacha malvada. Porque seguramente ella tambin crey que se trataba de sir Hugo Robison. Entonces ha obtenido lo que merece. Ardelve se march a casa en silencio, preocupado y sin esposa. Y eso tambin te lo debemos a ti. Dudo que estuviera tan apenado se envalenton Sorcha. No pareca muy complacido con el arreglo matrimonial. Por Dios, ests a punto de convencerme de que haga lo que recomend Robison. As que mtete en el maldito bote, muchacha, antes de que te amarre. Sorcha supo que lo haba llevado al lmite. En general, Macleod raras veces cumpla sus amenazas. Pero Sorcha haba aprendido que si lo presionaba demasiado, l tomara medidas, y no tena ningn deseo de sufrir un castigo delante de la gente. La idea de que sir Hugo pudiera presenciarlo hizo que le rogara a su padre que la perdonase, y que al fin cerrase la boca.

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CAPTULO 04Sorcha caminaba ensimismada hacia el muelle cuando volvi a escuchar su nombre y se detuvo a esperar a Sidony. No tuviste oportunidad de comer nada. Te he trado un trozo de pan y algo de carne de cordero coment su hermana, y le entreg un paquete envuelto en un pao. Gracias. En efecto, estaba hambrienta. Qu es lo que te dijo pap? Pareca muy enfadado. Pero a m no me dijo ni una palabra. Est enfadado reconoci Sorcha. Escuch a dos mujeres hablando sobre unos jinetes que llevaban a una joven a caballo cerca de Kinlocheil. Una de ellas era lady Gowrie, la amiga de lady Clendenen. Seguro son los hombres que se llevaron a Adela, y lady Gowrie asegur que se dirigan a Edimburgo. Imagnate lo que podra pasarle a nuestra hermana en una ciudad tan grande! Qu crees? Muchas cosas sentenci Sorcha sombra. Y ninguna buena. Y yo que cre que a ti te gustara estar all en la corte real. Cuando pap anunci que ira a ver a Su Alteza, no dijiste t que tambin deseabas ir? S, pero esos hombres no estn llevando a Adela a la corte. Deben quererla para algn propsito vil. De lo contrario no la hubieran raptado de esa manera. La maldad engendra maldad. Pero no entiendo por qu pap est enojado contigo. Sorcha la observ con el ceo fruncido. Sidony se encogi de hombros. S que est enojado porque golpeaste a sir Hugo; estuviste mal, y t tambin lo sabes. Pero l te provoc. As que si eso fue todo, por qu pap se vea tan furioso hace un momento? Cuando descarga su rabia, en general despus se vuelve dcil de nuevo. Y si le dijiste que habas descubierto adonde estaban llevando a Adela, debera sentirse agradecido contigo. S, pero no lo est. Me ha culpado por todo este asunto, incluso dijo que Adela se lo ha buscado! Ahora Ardelve, segn l, est apenado, pero estoy segura de que ya no la quiere. Ni siquiera ha venido aqu, o al menos yo no lo he visto. Yo tampoco admiti Sidony buscando a lo lejos entre los invitados. Pero quiz sali en busca de Adela por su cuenta. Lord Pomposo? No lo creo. Solo la quera por sus cualidades de administradora. No se mover para rescatarla, lo mismo que pap. Y lo mismo que pap, te garantizo que Ardelve lo nico que cree es que la gente se est riendo de l. Pues algunos aplaudieron a los raptores en el patio de la iglesia le record Sidony. Sin duda, al igual que nosotras, Ardelve pens que el lder de los jinetes era sir Hugo y que Adela quera escaparse con ellos. Sorcha frunci el ceo. Siddy, nadie se molestar en ayudarla. Y no puedo seguir escuchando lasEscaneado y corregido por ADRI

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acusaciones de ese hombre. T solo estabas tratando de ayudar a Adela la defendi su hermana. Y a l tambin! Aunque as sea, empiezo a pensar que ha dicho la verdad. Yo no lo creo. Es posible que alguien haya interceptado mis mensajes y la haya raptado? Quiz sea alguien que quiere a Adela, alguien que saba que nunca podra obtenerla de otra forma luego pregunt alarmada: Y si era uno que solo quera a alguna de las bellas hermanas Macleod? Pero cmo pudieron haberse enterado de la boda? pregunt Sidony. Sabes tan bien como yo que casi todos en Glenelg se haban enterado. No lo mantuvimos en secreto, no despus de que t le contaste a Adela lo que haba hecho yo. Sidony baj la cabeza. Se me escap, porque ella se vea tan triste que se lo cont. T me aseguraste que no estabas enojada conmigo. Tampoco lo estoy ahora. Yo pensaba contrselo apenas tuviera una respuesta de l, porque casi no poda contenerme. Pero cre que l vendra o respondera de inmediato. Y cuando no lo hizo, pens que lo dejara para el ltimo minuto. S, muchos hombres parecen actuar as. Y tampoco quise mencionrselo el da antes de la boda. Cuando pas, me alegr de que le hubiramos advertido. Y pap tiene razn, sabes? agreg Sorcha. Adela no se resisti, Siddy, sin duda se alegraba de que sir Hugo viniera por ella. Pero no debe haberse alegrado al descubrir que no era l. Debe de estar aterrorizada. Por eso, si nadie quiere rescatarla, tendr que hacerlo yo. Y cmo pretendes encontrarla t sola? No lo s. Pero alguien tiene que seguirlos hasta Edimburgo. Pero t nunca has estado all! Ni siquiera conoces el camino. Preguntar a los pueblerinos, o llevar a alguien conmigo que sepa cmo ir. Pap tiene criados que han viajado a esas tierras. Me llevar a uno de ellos. He odo que uno puede alojarse en los conventos o los monasterios cuando hace largos viajes. Eso es lo que har. Y si los jinetes que mencion lady Gowrie son otros? cuestion Sidony . Y si Adela no va camino a Edimburgo? Adems, t no puedes ir sola, Sorcha insisti meneando la cabeza. Pap nunca lo permitira. De hecho, es imposible que logres hacer algo semejante sin hundirte en la ruina junto con Adela. No me importa, debo ir. No he dicho que me llevara conmigo a un criado corpulento? Es ms, tena la esperanza de que... Oh, no! respondi Sidony, horrorizada. No puedes pretender que vaya contigo.Escaneado y corregido por ADRIPgina 31

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No me ayudars esta vez, Siddy? Estaba segura de que lo haras. Sabes que hara cualquier cosa que me pidieras. Pero esto es una locura. Qu dira pap al respecto? Y cmo se te ocurre que podramos escaparnos de Lochbuie? Se supone que nos quedaremos all un mes completo. No, no lo haremos respondi Sorcha. Al menos, no yo. Pap me enviar a casa enseguida. T puedes ir a Lochbuie sin m, claro, junto con Isobel y Cristina. Sin ti, jams la pasara bien en Lochbuie confes Sidony, apenada. Pero tampoco creo que me gustara ir a Edimburgo en un viaje clandestino. De hecho, no s lo que debera hacer. Nunca lo sabes dijo Sorcha con una sonrisa cariosa. Pero no tratar de convencerte. Tampoco puedo pedirle consejo ni a pap ni a Cristina. Oh, Sorcha, no crees que quiz Hctor Reaganach podra rescatarla? Es muy poderoso y comanda a cientos de hombres. Sus hombres estn al servicio del seor de las Islas, al igual que l la corrigi. Su Majestad necesitar un gran squito para viajar a Edimburgo. Y adems, una fuerza as es demasiado importante y poderosa como para ocuparse de una muchachita extraviada. Pap tampoco les pedira ayuda. Est tan furioso que se comporta como si Adela lo hubiera hecho para incomodarlo. O peor, para hacerlo parecer un tonto. Bien resolvi de repente: har lo que me pidas. Sorcha sacudi la cabeza. No lo ves, Siddy? Si me obligas a cargar todas las posibles consecuencias sobre mis hombros, no puedo presionarte a ir. No tengo forma de saber qu resultar de todo esto. Con aire afligido, Sidony respondi: Si t vas, yo tendr que ir tambin. Maravilloso! Entonces debemos hacer un plan aplaudi la joven entusiasmada, rpido, porque pap est a punto de ordenar a sus hombres que nos lleven directo a Glenelg. Si los raptores de Adela van rumbo a Edimburgo, con cada milla que viajemos hacia el norte nos alejaremos de ella. Pero no nos conviene seguirla desde el lugar donde la vimos la ltima vez? Si lo hacemos, tendremos a pap en un segundo siguiendo nuestras huellas. Adems, los raptores ya van por su tercer da de viaje, nos retrasaramos demasiado. Entonces no podremos hacerlo suspir Sidony, sin esforzarse por ocultar su alivio. Siempre hay una manera de hacer lo que uno se propone sentenci Sorcha con firmeza. El truco est en descubrir cmo. Fiel a su palabra, Macleod dispuso a Sorcha en uno de los dos grandes botes y, fiel a la suya, Sidony insisti en acompaarla, al igual que su doncella. Y cuando Macleod, tal como lo haba predicho, orden que los botes zarparan hacia Glenelg, el nico blsamo para la frustracin de Sorcha fue que CristinaEscaneado y corregido por ADRIPgina 32

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rog a su padre que buscaran a Adela. Si Isobel y yo no logramos persuadirlo dijo Cristina, presionaremos a Hctor y a sir Michael para que lo hagan. Ojal pudiramos saber quin se la llev! Sorcha dej escapar un suspiro mientras se despeda de sus hermanas y se acomodaba en un asiento cerca de la proa del bote principal. Apoy la cabeza contra la madera pulida y cerr los ojos para pensar. Poda escuchar hablar a Sidony con Urna MacIver, su doncella, mientras el encargado de llevarlas daba rdenes a los remeros. Pero pronto solo oy las olas golpeando contra el bote, los gritos de las gaviotas sobre ellos, los crujidos de las sogas que sostenan el mstil y los chasquidos de las velas que los hombres izaban. En un principio, la falta de velocidad pareca favorecerla, necesitaba tiempo para planear. El viento del nordeste pareca decidido a empujarlos de regreso a la isla de Eigg. Poco despus, el bote empez a enfrentar olas mayores, lo que haca difcil concentrarse en algn pensamiento. La doncella ri ante una sacudida. Son como un chillido agudo, ms similar al alarido de una gaviota que a una risa femenina. Sorcha abri los ojos. La carcajada se detuvo de inmediato, la doncella pareci desconcertada. Te res como tu madre! grit Sorcha, sonriendo, por sobre el ruido del viento y las velas. Tena un buen recuerdo de la regordeta Bess MacIvar. Urna se sonroj. Mi pa' me dice que parezco un montn de codornices. No quise despertarla. No estaba durmiendo, solo meditaba cmo... se detuvo en seco, apenas capaz de examinar la idea que se le haba venido de pronto a la cabeza. Con la vista fija en Urna, dijo: Tu madre y Ranulf viven en el Morar norte, en Glenancross, no es cierto? As es, milady. Los monjes mendicantes que pasan por Glenelg hacia Eilean Donan siempre me traen noticias de ellos. Desde luego murmur Sorcha; se levant de un salto y se sent junto a Uma, para no tener que gritar contra el viento. Sidony, ubicada al otro lado de Uma, miraba a su hermana con recelo. T ests tramando algo raro. S respondi Sorcha y se inclin hacia Uma para que sus palabras no llegaran a los odos de ninguno de los remeros. Ahora, escuchen con atencin. S exactamente lo que debemos hacer.

Hugo contemplaba en la distancia aquella extraa masa volcnica que los habitantes de Eigg llamaban el Sgurr. Alta y angosta, aunque no tanto como una columna, y visible desde millas de distancia, oficiaba como una especie de faro para navegantes y para quienes viajaran por tierra. Hugo admiraba esa belleza y poda imaginar a los pueblosEscaneado y corregido por ADRIPgina 33

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antiguos rindindole reverencias. Pero observarla con atencin no lo ayudaba en ese momento. Se senta culpable, un sentimiento nuevo para l. Raras veces cometa errores. Y cuando lo haca, Michael, Henry o su padre se apresuraban a sealrselo. Pero difcilmente se senta culpable de algo. Maldita sea ella y toda su familia! Tambin decidi maldecir a Michael, por haberlo hecho pensar en estas cosas. Sonri ante la imagen de su primo regandolo. Hay algo en esa pila de rocas que te divierta? Hugo se dio vuelta, en guardia, Hctor Reaganach esquiv su golpe. Tranquilo, muchacho, la guerra no ha comenzado an ri Hctor. Solo me gustara saber un poco ms sobre este asunto de lady Adela. Aparentemente, cuatro hombres la raptaron de su boda suspir Hugo, consciente de que era mejor ir con cuidado. Macleod me dice que la hermana que le sigue, lady Sorcha... se interrumpi. Luego sigui con una sonrisa irnica: a quien ya has tenido el gusto de conocer. S gru Hugo. Los ojos azules de Hctor destellaron. Te tranquilizar saber que ya no se ve la marca de su mano sobre tu mejilla. Tengo pensado conocerla aun ms durante nuestra estancia en Lochbuie farfull. Entonces me apena comunicarte que la dama no estar all. Macleod la envi de regreso y lady Sidony insisti en acompaarla. De pronto se sinti decepcionado ante la perspectiva de no poder tener alguna otra escaramuza verbal con Sorcha en Lochbuie. Hctor continu. As que tambin entenders que a Macleod le preocupe que, ahora que est sola, se le ocurra salir por su cuenta a buscar a la hermana. Cmo!? Por primera vez en su vida, Hugo estaba realmente sorprendido. Todava tienes mucho que aprender de las mujeres, muchacho mene la cabeza. Apuesto mi vida a que, en este momento, Isobel y Cristina estn tratando de convencer a Macleod para que busque a la hermana perdida, y antes de que pase mucho tiempo estarn en plena lucha para que la armada entera de Su Majestad salga en busca de la doncella. Si yo supiera quin se la llev, o adnde se la llevan, ya hubiera puesto a mis hombres tras ellos. Ojal Macleod hubiera enviado a alguien apenas huyeron. S, pero recuerda que l pensaba que t eras el raptor y que ella pareci ir por voluntad propia. Adems, estaba furioso con ambos por armar semejante escndalo. Y tena sus motivos admiti Hugo arrepentido. La muchacha tiene razn: deb haber respondido sus mensajes. En aquel momento pens que noEscaneado y corregido por ADRIPgina 34

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tena derecho a inmiscuirse en los asuntos de su hermana, menos en los mos, y que no mereca una respuesta. Nunca esper que una simple boda causara tanto revuelo. Una resolucin que, por lo visto, no te caus ningn problema. A la luz de su nueva conciencia acerca de su propia arrogancia, el tono amable de Hctor no lo ofendi. Hugo deseaba compartir sus pensamientos, pero tampoco quera mentirle a un hombre al que tanto respetaba. Lo que pens en ese momento no debo repetirlo, sir concluy, enfrentndose con la aguda mirada de Hctor. Sinti entonces cmo volva a invadirlo la culpa. Lanz un suspiro y agreg: Conocer a lady Sorcha ha tenido un efecto saludable en m. Reconozco, sir, que no estoy orgulloso de mis acciones. Buen muchacho aprob Hctor, dndole una fuerte palmada en la espalda. Asegrate de agradecerle la leccin cuando vuelvas a encontrarte con ella. Ms bien le retorcera el pescuezo mascull Hugo con cierto arrebato. Hctor ri. Yo tambin he sentido alguna vez ese impulso con ms de una de las hermanas Macleod. Por cierto respondi Hugo, teniendo en cuenta que Hctor no solo estaba casado con Cristina, sino que haba alojado en su casa por largo tiempo a Isobel. Y ahora qu debemos hacer? Investigaremos algunos detalles resolvi Hctor. Como seguramente sabes, mi hermano, el almirante, es el hombre mejor informado en las Tierras Altas y en las Islas, gracias a su enorme red de informantes. Tendremos novedades en uno o dos das. Y no podemos hacer nada ahora mismo? Si ests ansioso por actuar, podras ir en busca de la muchacha. Me han dicho que por aqu las noticias corren rpido coment Hugo. Nos confundirn con mil versiones sobre lo mismo. Tienes razn acord Hctor. Prefiero ordenarle a Lachlan que l tome las riendas; cuantos ms datos uno tiene, ms posibilidades hay de salir en la direccin incorrecta. Pero entiendo tu impaciencia, y si lady Gowrie sabe algo ms, te aseguro que t obtendrs ms informacin de ella que cualquiera de los subordinados de Lachlan. Claro que lo har, sir, pero primero debo consultarlo con Michael, me debo a l. Est en el muelle. Le he dicho que vendra a buscarte, pero como todos estn tratando de salir al mismo tiempo, no necesitas darte prisa. Si prefieres quedarte aqu media hora ms contemplando aquella roca, estoy seguro de que l no tendr problema en esperarte. Hugo sonri abiertamente. Entonces no conoces a Michael. Descendieron juntos hasta el puerto y, tal como Hugo haba esperado,Escaneado y corregido por ADRIPgina 35

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encontraron a Michael ansioso por partir. Y cuando ya haban subido a los barcos y los remeros luchaban contra el viento de la baha, mir hacia el norte: difcilmente lady Sorcha llegara a destino antes de que cayera la noche, a pesar de que Glenelg quedaba mucho ms cerca de all que Lochbuie. Los botes de Macleod se agitaban al viento de tal forma que Sorcha se descompuso. "Despdete del pan y del cordero", se lament para sus adentros. Cuando Sidony grit al comandante que se acercaran a una costa, la orden se comunic rpidamente a la otra embarcacin y pronto ambos botes se dirigan hacia la costa de Morar norte, en tierra firme. Algunos hombres se apresuraron a atender a Sorcha y otros a limpiar el lo que haba quedado sobre la cubierta. Entonces Sidony dijo con ansiedad: Qu haremos? Est muy descompuesta! Uma, que segua al pie de la letra las indicaciones, sugiri: Mi pa' y mi ma' viven aqu cerca, en Glenancross. Ma' sabr lo que hacer con la seora si logramos llevarla hasta la granja. S, Uma, debemos ir all acept Sidony, que haba aprendido a descifrar el lenguaje de la muchacha con mucha eficiencia. Y aadi hacia el comandante: Bess y Ranulf MacIver podrn ayudar a mi hermana, pero no podrn alojar a todos sus hombres. Milady, su padre me ha dado rdenes de que las lleve directo a Glenelg. Me azotar slo por habernos detenido. No, no lo har. Usted sabe muy bien que Bess cuid de nosotras hasta antes de casarse con Ranulf MacIver, incluso despus. Hasta que ese caballo lo tir y lo dej paraltico, y ella lo trajo aqu para que su familia la ayudara a cuidarlo. Mi padre entender que Bess har lo mejor posible, y usted puede comprobar que Sorcha necesita atencin. Cree que mi padre estar contento si usted, siguiendo sus instrucciones, la obliga a hacer todo el viaje hasta Chalamine en estas condiciones? No, milady, no he dicho eso balbuce el hombre a cargo. Y entonces qu recomienda hacer? Por favor rog Sorcha con un hilo de voz. Hagan lo que quieran, pero que sea rpido. Creo que expulsar hasta el alma. No, milady, eso no volver a pasar la consol Uma. En muy poco la tendremos metida en la cama, con ma' cuidndola. No'cierto? agreg, mirando al encargado de abordo. Vencido, el hombre dijo: Como gusten, har que mis hombres lleven a milady hasta la granja de los MacIver, pero t tendrs que mostrarles el camino, Uma. Y yo voy con ella agreg Sidony, con un tono ms firme que el habitual. Por supuesto, milady, no sera correcto que usted siga viajando sola con nosotros. Pero qu debo hacer con los mozos que las acompaen? No tenamos planeado pasar la noche en el agua, como podr imaginarse. Sorcha se vio forzada a intervenir de nuevo, segura de que la obligacin deEscaneado y corregido por ADRIPgina 36

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tomar dos decisiones a la vez confundira a su hermana. Vayan a Glenelg. No pueden esperar que la gente de aqu los alimente y les d alojamiento. Podrn llegar a casa en algunas horas. Le aseguro que estar bien en uno o dos das. Pero tendrn que volver a buscarnos. Entendido obedeci l. Pero estoy pensando que ser mejor buscarlas maana, teniendo en cuenta que debemos llevarla de regreso a su casa antes de que busquemos al seor. Proceda como mejor le parezca resolvi Sorcha, sabiendo que si insista, levantara sospechas, pues ella nunca estaba enferma-. Pero recuerde que l tena planeado quedarse en Lochbuie hasta que Su Alteza se retirara a la corte de Edimburgo. Lo dejarn all esperando hasta ese momento. Es cierto reconoci el hombre. Pero el seor desatar su furia contra nosotros si lo hacemos esperar, y yo no tendr excusa para demorarme mucho. Milady intervino Uma, maana ya se encontrar mejor. Estoy de acuerdo dijo el encargado. Jams escuch que usted enfermara por ms de algunas horas. As que pasar a buscarlas maana por la maana. Sorcha se reclin sobre Sidony y susurr algo al odo. Poco despus, se senta apenada y un poco divertida al notar que el hombre tema todo el tiempo que ella le vomitara encima. En la g