alteraciones torsionales y angulares de los miembros inferiores
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Durante el crecimiento, los niños presentan diversidad de cambios en la conformación de sus miembros inferiores que son el reflejo de la maduración neurológica y esquelética que se requiere para finalmente obtener un patrón de marcha maduro y normal. Estos cambios en las extremidades durante ciertas etapas del crecimiento son marcados y muy evidentes, además traen como consecuencia formas de caminar particulares ( con los pies hacia adentro, con los pies hacia afuera, las rodillas juntas o separadas por ejemplo ) por lo cual se produce preocupación en los padres, familiares y cuidadores. Lo más importante es identificar cuáles de estos cambios son producto de los procesos normales que presentan los miembros inferiores de los niños durante el crecimiento ( que en general se denominan variaciones posturales ) de aquellos que se salen de los límites de lo esperado y constituyen verdaderas deformidades ( que se denominan deformidades angulares o rotacionales ).TRANSCRIPT
ALTERACIONES TORSIONALES Y ANGULARES DE LOS MIEMBROS INFERIORES
Durante el crecimiento, los niños presentan diversidad de cambios en la conformación de
sus miembros inferiores que son el reflejo de la maduración neurológica y esquelética que
se requiere para finalmente obtener un patrón de marcha maduro y normal. Estos
cambios en las extremidades durante ciertas etapas del crecimiento son marcados y muy
evidentes, además traen como consecuencia formas de caminar particulares ( con los pies
hacia adentro, con los pies hacia afuera, las rodillas juntas o separadas por ejemplo ) por
lo cual se produce preocupación en los padres, familiares y cuidadores. Lo más
importante es identificar cuáles de estos cambios son producto de los procesos normales
que presentan los miembros inferiores de los niños durante el crecimiento ( que en
general se denominan variaciones posturales ) de aquellos que se salen de los límites de lo
esperado y constituyen verdaderas deformidades ( que se denominan deformidades
angulares o rotacionales ).
Dependiendo del plano en el que se produzcan estos cambios, es decir frontal si estamos
viendo al niño parado de frente , transverso si lo vemos de arriba para abajo o sagital si lo
vemos de lado, se producen diferentes cambios y transformaciones que responden por
esas formas particulares de caminar. A continuación se describirán las más frecuentes.
ALTERACIONES TORSIONALES
Son aquellas que se producen en el plano transverso, como si viéramos al niño desde
arriba cuando esta de pie o cuando camina. Para explicar los cambios en este plano es
importante conocer el concepto de ángulo de progresión de la marcha. Este ángulo se
forma entre una línea en el suelo perpendicular al cuerpo y el eje mayor de los pies como
se muestra en la siguiente figura:
Fig. 1. Angulo de progresión de la marcha : cuando el niño camina con los pies hacia
afuera de la línea central se denomina “ marcha en progresión externa “ y cuando camina
con los pies orientados hacia la línea ( hacia adentro ) se denomina marcha en progresión
interna.
Los cambios en este ángulo de progresión de la marcha ( caminar con los pies hacia
adentro o hacia afuera ) pueden originarse en diferentes segmentos de los miembros
inferiores ( en el muslo, en la pierna o en los pies ) . A continuación describiremos las
alteraciones más frecuentes que se producen en cada nivel y que explican dichos cambios
en la forma de caminar.
MARCHA EN PROGRESIÓN INTERNA ( CAMINAR CON LOS PIES HACIA ADENTRO )
Anteversión femoral
El fémur es el hueso más largo del cuerpo humano, se ubica en el muslo y hace parte de la
articulación de la cadera y de la rodilla, por lo cual es parte fundamental de la orientación
global de la extremidad inferior. Tiene tres partes fundamentales, la cabeza, el cuello y la
diáfisis. ( Fig.2 )
Cabeza
Cuello
Diáfisis
Cóndilos
Fig. 2. Partes de fémur. Vista anteroposterior
Espacialmente, s la cabeza y el cuello del fémur se encuentran ubicados en un plano
diferente respecto a la diáfisis y a los cóndilos femorales y esto es cambiante desde la
vida fetal hasta la adultez. Si vemos el fémur de lado el cuello y la cabeza femoral están
un poco inclinados hacia adelante respecto al eje de los cóndilos lo cual se denomina
anteversión femoral. Al momento del nacimiento esta inclinación se encuentra muy
aumentada, eso es lo normal, en un valor en promedio 30 a 40 grados mientras que el
valor de normalidad en la vida adulta de anteversión es entre 15 y 20 grados, el cual se
logra aproximadamente a los 16 años. Este valor de anteversión permite un adecuado
funcionamiento de la articulación de la cadera y permite que los humanos caminemos
con la rodilla proyectada hacia el frente. Es decir que entre el nacimiento y la
adolescencia el cuello y la cabeza femoral deben “girarse” hacia atrás para lograr su valor
normal. Como este es un proceso lento y progresivo mientras el niño logra una adecuada
orientación en su fémur el cerebro , que ejerce el control central de la posición de las
extremidades , intenta optimizar la posición del fémur en la articulación de la cadera
rotando las rodillas hacia adentro, lo cual hace que la cabeza y el cuello femoral vayan
hacia atrás.
Esta condición usualmente mejora con el pasar de los años y la mayoría de los niños al
llegar a la adolescencia ya caminan con las rodillas hacia adelante. Existen valores
permitidos de anteversión femoral de acuerdo a la edad que se pueden determinar
cuando el médico examina al niño sin necesidad de estudios adicionales, y mientras los
valores encontrados estén dentro de lo esperado para la edad lo indicado es esperar a la
normal evolución de esta condición con el crecimiento. Sin embargo la anteversión
femoral aumentada si se asocia a algunas enfermedades como la displasia de la cadera
por lo cual siempre se debe descartar esta condición.
Mientras este lento proceso ocurre el niño caminara con las rodillas hacia adentro y de
forma secundaria los pies también pueden dirigirse hacia adentro, lo cual produce
tropiezos y caídas frecuentes. Los niños con aumento de la anteversión típicamente se
sientan con las piernas hacia atrás ( en “ W” o rana ) lo cual preocupa mucho a los padres.
No existe ningún estudio que demuestre que sentarse de esta forma empeore la
anteversión o produzca ninguna deformidad, el niño se sienta que así porque la forma de
su fémur hace que así se sienta más cómodo, por lo cual los padres no deben desgastarse
insistiéndole que se siente de otra forma. Fig. 3
Fig. 3. Posición en “ W “ al sentarse en niños con anteversión femoral aumentada
No existen dispositivos u ortésis ( aparatos ) indicados para el tratamiento de esta
condición y usualmente el médico recomendara observación y valorara al niño con
intervalos entre 6 y 12 meses para verificar la mejoría de la condición.
Existen algunos casos descritos en la literatura en los cuales la anteversión femoral
persiste aumentada hasta la adolescencia y la adultez y se asocia a dolores de rodilla e
inestabilidad en la articulación formada por el fémur y la rotula en la rodilla, en los cuales
ha sido necesaria la corrección mediante cirugía de la mala orientación del fémur. En
general no existen otras indicaciones de cirugía para esta condición en personas por lo
demás sanas, sin embargo, los niños con enfermedades neurológicas como parálisis
cerebral o miel meningocele y aquellos con condiciones de hiperlaxitud cono el Síndrome
de Down, o niños con luxación del desarrollo de la cadera también pueden presentar
aumentos de la anteversión femoral que no corrigen de forma espontanea y finalmente
pueden requerir tratamiento quirúrgico.
Torsión tibial interna
Esta condición es mucho menos frecuente que la anteversión femoral. Al igual que el
fémur, la tibia que es el principal hueso que compone la pierna tiene una orientación al
momento del nacimiento que no es la adecuada para un patrón de marcha normal. Por la
posición fetal la tibia esta rotada hacia adentro sobre su propio eje , condición que se
denomina torsión tibial interna. A medida que el niño crece y principalmente, una vez
comienza a caminar a tibia se rota progresivamente hacia afuera permitiendo que en
ángulo de progresión de la marcha se haga externo y que finalmente caminemos con los
pies ligeramente hacia afuera respecto a las rodillas. Este proceso también toma varios
años y se considera que en general se logra tener un ángulo de torsión tibial externa
normal que oscila entre los 20 y los 40 grados, alrededor de los 8 años de edad.
Los niños que se mantienen dentro de los rangos de normalidad de progresión de la
torsión tibial de interno a externo no requieren tratamientos adicionales. Aquellos que
presenten retrasos en este proceso y que tengan valores de torsión tibial interna
persistente y que generen síntomas como tropiezos ( que se enreden los pies uno con otro
por la progresión interna al caminar ) caídas frecuentes, pueden requerir tratamiento con
un dispositivo ortopédico denominado Denis Browne ( fig. 4 )
Fig. 4. Ortesis de Denis Browne
Esta ortésis está diseñada para el tratamiento de la torsión tibial interna en niños entre los
2 y los 3 años y medio y es de uso nocturno. Su adaptación en niños mayores es muy difícil
ya que no la toleran bien e incluso el niño mismo se la retira en las noches. No existen
estudios clínicos relevantes en la literatura que comprueben el beneficio del uso de esta
ortésis, por eso algunos médicos no las utilizan.
Algunos pacientes a pesar del crecimiento y el uso de ortésis no presentan mejoría de la
torsión tibial interna por lo cual pueden requerir cirugía después de los 8 años de edad.
PIE PLANO LAXO
Se define como la ausencia del arco longitudinal interno del pie cuando el niño se pone de
pie. Por tratarse de una alteración flexible puede que cuando el pie no está apoyado
aparezca arco en el pie, pero al soportar el peso del cuerpo el arco del pie desaparece. El
pie plano laxo o fisiológico generalmente se presenta en niños que tienen aumento de la
elasticidad ( hiperlaxitud ligamentosa ) generalizada.
Las molestias típicas por pie plano son que el niño se cansa rápidamente al caminar y
durante las actividades físicas, se cae con facilidad y presenta dolor en la región anterior
de las piernas principalmente al realizar deportes. El dolor típicamente aparece en las
tardes y mejora al descansar, por lo cual los padres observan mejoría al realizar “ masajes
“ en las piernas de los niños en las noches. Otras quejas frecuentes son el desgaste
irregular de los zapatos ( mayor en la parte interna del tacón ) y caminar con los pies hacia
adentro.
El pie plano no se considera una enfermedad como tal, muchas personas nunca
desarrollan arco longitudinal interno del pie y no presentan ninguna molestia durante la
vida. Por lo tanto el tratamiento del pie plano tiene como objetivo aliviar las molestias que
produce el pie plano con las actividades físicas pero no existe ningún tratamiento que
modifique la forma del pie o produzca aparición del arco del pie. Solo se inicia tratamiento
en los pacientes que tiene síntomas asociados al pie plano, es decir para que disminuya el
dolor en las piernas, disminuyan las caídas y la marcha en progresión interna de los pies.
A los pacientes con síntomas se formula una ortésis (plantilla removible blanda) para ser
usada con el calzado. Este implante se cambia cada 6 meses para reajustar la formula con
el crecimiento del niño. Se mantiene el uso de plantillas mientras el paciente presenta
molestias y en general cuando los síntomas mejoran y el paciente está cercano a la
adolescencia se puede suspender su uso independientemente de si se formo o no el arco
del pie. Existe un bajo porcentaje de pacientes quienes persisten con síntomas durante la
adolescencia y la edad adulta que no mejoran con ningún tipo de plantilla y que pueden
requerir cirugías para el tratamiento definitivo.
MARCHA EN PROGRESIÓN EXTERNA ( CAMINAR CON LOS PIES HACIA AFUERA )
Esta es una causa mucho menos frecuente de consulta y sus causas principales son la
retroversión femoral y la torsión tibial externa aumentada. Son las condiciones contrarias
a las expuestas en anteversión femoral y la torsión tibial interna. Por lo tanto la
retroversión femoral genera que los pacientes caminen con las rodillas hacia afuera y la
torsión tibial externa aumentada produce que los pies estén excesivamente orientados
hacia afuera. Son condiciones que pasan frecuentemente desapercibidas, su diagnostico
requiere una alta sospecha clínica y las indicaciones de tratamiento son controversiales.
Para ninguna de estas condiciones existen tratamientos ortésicos ( aparatos, zapatos,
plantillas o similares ) . Se recomienda la observación clínica durante el crecimiento ya
que muchos niños mejoran espontáneamente durante el crecimiento. Sin embargo, si la
retroversión femoral persiste al llegar a la adolescencia puede requierir tratamiento
quirúrgico ya que se ha asociado al desarrollo de artrosis temprana ( que es el desgaste de
la articulación de la cadera de forma prematura ). La torsión tibial externa al igual que la
interna debe resolver durante el crecimiento y hasta los 8 años y en los niños que
persistan con la alteración y sintomáticos pueden requierir cirugía después de los 8 años.
ALTERACIONES ANGULARES
La preocupación de los padres por ver a los niños con las rodillas muy juntas ( “
rodillijuntos “) o muy separadas y arqueadas ( “ cascorvos “ ) en un motivo frecuente de
consulta en pediatría y ortopedia infantil. A este respecto, hay tener en cuenta que
durante el crecimiento los niños presentan cambios importantes y en ocasiones muy
marcados en la conformación de sus miembros inferiores en el plano frontal ( vistos de
frente ), y que estas variaciones se consideran normales o fisiológicas.
En el plano frontal, la alineación de las piernas puede expresarse mediante el ángulo
muslo - pierna, que es el que se forma entre el eje mayor del muslo y el de la pierna con
vértice en la rodilla. De acuerdo a éste ángulo, existen dos alteraciones frecuentes: el
gena valgo, que es cuando los pies se alejan del centro o de la línea media y por lo tanto
las rodillas se ven juntas, y lo contrario, el genu varo, que es cuando los pies se acercan al
centro o línea media y por lo tanto las rodillas se ven separadas.
GENU VALGO NORMAL GENU VARO
Fig. 1. Ángulo muslo-pierna (línea roja ) y conformación de los miembros inferiores en el
plano frontal
Durante el crecimiento, se considera normal que los niños al nacimiento sean
discretamente varos, condición que se acentúa entre los 12 a 18 meses de vida con el
inicio de la bipedestación y la marcha. Progresivamente, la alineación de las rodillas
cambia y el ángulo muslo pierna se hace neutro ( es decir que los miembros inferiores se
ven casi completamente rectos ) hacia los dos años de edad. A partir de este momento se
produce una angulación en valgo, que es mayor entre los 3 y los 4 años. Este valgo
comienza a disminuir hasta producirse la alineación normal de las extremidades a los 7
años de edad, aproximadamente. Por la configuración de la pelvis, es normal que las
mujeres tengan una mayor tendencia al valgo de las rodillas ( rodilljuntas ) mientras que
los hombres son mas tendientes al varo ( cascorvos ) .
Por lo tanto, existen valores de normalidad de varo y valgo para cada edad y en general
desde que los niños se mantengan dentro de dichos parámetros no existe indicación de
realizar ningún tratamiento. Estos niños requieren valoraciones semestrales o anuales
para constatar que se mantengan dentro de rangos normales.
Cuando, durante el examen, se sospecha que el paciente está por fuera de los valores de
normalidad, está indicado realizar una radiografía panorámica de los miembros inferiores
con el fin de realizar las mediciones y valoraciones pertinentes y decidir si es necesario
instaurar algún tratamiento.
Adicionalmente, existen enfermedades que producen alteraciones angulares importantes
o “patológicas “ entre las cuales se encuentran el raquitismo, la enfermedad de Blount,
tumores, infecciones o secuelas de fracturas que requieren diagnóstico temprano y
estudios adicionales ( radiografías , exámenes de laboratorio ) para definir el tratamiento
más adecuado y oportuno.
El tratamiento está indicado en aquellos pacientes en los que se identifica clínica y
radiológicamente que existen alteraciones que se salen de los valores normales. Es
importante corregir estas deformidades, ya que la orientación inadecuada de las rodillas
no solo es un problema estético sino que produce una inadecuada distribución de las
cargas a en la articulación que con los años puede producir desgaste prematuro de la
articulación, condición denominada artrosis temprana.
En décadas pasadas era frecuente el uso de aparatos ortopédicos “ anti genu varo “ y anti
genu valgo” para corregir estas deformidades en los niños. Sin embargo, no existen
estudios que demuestren su utilidad; además, son difíciles de usar y muy incómodos para
los niños, por lo que cada vez son menos utilizados. Los niños que presentan
deformidades importantes requieren alineación mediante cirugía. Si la deformidad se
diagnostica tempranamente, mientras el niño tenga potencial de crecimiento, existe una
cirugía relativamente sencilla y con pocas complicaciones denominada epifisiodesis, en la
cual se coloca un dispositivo en el sitio de crecimiento cercano a la rodilla ( en el fémur ,
en la tibia o en ambos según se necesite ) para “ guiarlo “ de tal manera que a medida
que el paciente crece la rodilla puede recuperar su orientación . Si la deformidad se
diagnostica en un paciente adolescente, ya sin posibilidades de crecimiento, la corrección
de estas alteraciones requiere cirugías de mayor complejidad, denominadas osteotomías,
en la cuales de realizan cortes en los huesos afectados para alinearlos adecuadamente.