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alquimiaFANZINE LITERARIO ILUSTRADO PVP: APORTE VOLUNTARIO

SEP.-OCT. 201451

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51ALQUIMIA

03 OPINEL 3.14Fran Sala

04 REENcuENtROZamalko

05 tE quIERE ayudaRJoseba Roldán

08 cOLLagE IIJavier Ibañez

10 ta taca taca taca taca ta

ander Poetaipunto

11 muSatxefo yagüe

y aguaNaroa garcía

12 humaNItaS dIvERgIt

arrate carro

14 camPaNaS dE bOda

Ebi Soria

15 dEStROZaStE mI cORaZóN

vito thiel

El fanzine que muge.

Coordinación y maquetación:Joseba Roldán

Portada:Javi Ibañez.

Ilustraciones:Naroa garcia, vito thiel, arrate carro, Javier Ibañez.

Textos:Fran Sala, Zamalko, Joseba Roldán, ander Poetaipunto, txefo yagüe, arrate carro, Ebi Soria.

Distribuyen:•Floristería mimiku

(mercado de San martín, donostia)•Farmacia Ezquerra-uriarte

(Plaza benta berri, donostia)• Librería Kaxilda

(Easo 2, donostia)•bar alboka

(Easo 37, donostia)•Pottok@ 2garren eskuko bitxiak.

(herriz herri)•Peluquería ana

(Paseo hériz, 86, donostia)

Agradecidos a:•El kiosko de la calle urdaneta.

Info:www.alquimiafanzine.orginfo@alquimiafanzine.org

SEP-Oct

2014

Inditex ha comprado el ayuntamiento de mi ciudad. Ahora es un Zara gigante, el más grande del mundo después de ese otro tan famoso que está en la Quinta Avenida de Nueva York, en los Estados Unidos de América (aplausos). En la planta baja hay un Pull&Bear (¡¿estira y oso?!) y en la azotea un restaurante macro-vegetariano-ovo-láctico para que te puedas tomar un descanso entre compra y compra, que comprar cansa mucho (más que vender, aunque no tanto como alicatar). El alcalde está de rebajas y no toma decisiones. Se sienta en un taburete alto en la entrada del consistorio textil con una tablet (Manzana Inc.™) en el regazo y da la bienvenida agitando la mano como lo hace su reina (perdón, su ex) cuando va en coche por la Castellana o por Marivent. Los concejales discuten si ponen en oferta la parka con incrustaciones de charol o mejor tiran el precio de los zapatos de hombre macho muy macho pero que tiene un toque femenino sutil que lo hace irresistible. La oposición no se opone. Se pone. Y se repone. Se pone americanas (de Connecticut) y se repone europeas (de Barakaldo). El año que viene hay elecciones municipales y el grupo de Amancio ha presentado a tres candidatos: un títere, una marioneta y un txotxongillo. El programa electoral se puede leer, ver, oír y oler en la web en una experiencia multimedia y transmedia que te dejará sin aliento. En la sección virtual de saldos rebajados o, como dicen ahora en el salón de plenos, en el outlet, que suena más a Ortega (sin Gasset).

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RE ENcuENtRO

Zamalko

Vagar por el ancho mundo, el ancho mundo de tu cuerpo y preguntarte por qué la carne quiso despegarse de tus huesos. ¿Tanto trabajo le costaba agarrarse a ellos?

Vagar... Todo es más fácil aflojando los resortes, los resortes del miedo; construyendo puentes que nos llevan de vuelta a nuestros cimientos, que nos abren sendas a nuestros sueños.

Flotar... Ese baile cómplice, preciso, entre el mar y el cuerpo; ese amor que descansa en la anchura finita del tiempo, balanceándose osado en las olas de los encuentros que hacen y deshacen el paisaje del que queremos creernos dueños.

tE quIERE ayudaR

Joseba Roldaán

Plop.

Puré.

Plop-plop.

De patata.

Plop-plop-plop.

Hirviendo.

Plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop plop-plop-plop-plop-plop.

Puré de patata hirviendo.

Dos zapatos de cemento con cordones de acero en una llanura de asfalto donde siempre pega el sol. Cada zapato mide varios metros de largo, varios de ancho y varios de alto. Cada zapato pesa toneladas. Dentro de cada zapato hay puré de patata hirviendo.

Del puré de patata hirviendo salen burbujas que se elevan hacia el cielo. Cada una con un teletubbie dentro. A varios kilómetros de altura hay una placa de acero con pinchos apuntando hacia el suelo, cual cama de faquir invertida. Las burbujas llegan hasta ella y explotan. Entonces los teletubbies caen gritando en el interior de los zapatos de cemento con cordones de acero donde mueren ahogados en el puré de patata hirviendo. Morir ahogado en puré de patata hirviendo.

¡Plop!

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Przemek era Polaco, de Wroclaw. Entró a trabajar de cocinero en el restaurante donde yo fregaba platos porque en la entrevista dijo que era el más rápido de la ciudad troceando calabacines y calabazas. Tres kilos y medio por minuto, pun-tualizó. Eso al jefe le gustó mucho. Era una marca excelente para un restaurante especializado en calabacines y calabazas donde todos los platos llevaban calaba-cín o calabaza, incluyendo los postres y las bebidas.

“Un calabacín es como una casa. Una calabaza, como un hogar.”

Nadie entendía nunca esa metáfora de la casa y el hogar, pero todos nos reíamos cuando el jefe entraba en la cocina y la soltaba después de echarnos alguna bronca. Nos echaba muchas broncas. Por casi cualquier cosa.

Calabacín, casa. Calabaza, hogar.

Odio a los teletubbies. Siempre he odiado a los teletubbies pero no podía decirlo en voz alta porque me hubieran echado de la residencia (en las residen-cias no se pueden decir pensamientos en voz alta). O se hubieran reído de mí acusándome de que yo no decía más que tonterías.

Me encantaría llevarle a Przemek un cubo lleno de teletubbies para que los tro-ceara en la cocina. Tres kilos por minuto, polaquito.

¿Sangran los teletubbies si se les pincha? ¿Sangran los teletubbies si se les corta la cabeza? ¿Sangran los teletubbies si se corta sus venas con hojas de afeitar oxidadas?

Si yo fuera un teletubbie trataría de acabar con la persona que me maneja desde dentro. Esa persona que no me deja hacer lo que quiero y ser como soy. Si fuera un teletubbie descubriría quién me usa como disfraz para ponerme delante de las cámaras. ¡Malditos seres interiores! ¡Me hacen andar como un gilipollas! ¡Me hacen cantar como si fuera estúpido! ¡Me visten como si fuera daltónico! ¡Y yo no soy así! Pero no puedo hablar con la persona que me maneja desde dentro. Aquí se hace lo que él dice y no lo que yo pienso. ¡Maldito, maldito, maldito!

Odio a los teletubbies pero empatizo con ellos cuando dicen que odian a la persona que les maneja desde dentro. Odio más a la persona que maneja desde dentro a los teletubbies que a los propios teletubbies. Aunque no por mucho más.

¿Sangra el teletubbie si se degolla a la persona que lleva dentro? ¿Sangra el teletubbie si salta desde un puente para callar a la persona que lleva dentro?

Przemek no cortaba los calabacines y las calabazas tan rápido como había dicho en la entrevista. Se había pegado un farol. Hacía un kilo por minuto, como mucho. No tres. Además comía y fumaba mientras trabajaba. No paraba de tragar rodajas de calabacín crudo y sujetaba el cigarro entre el corazón y el anular cuando manejaba el cuchillo. El jefe le echó la bronca varias veces. Le dijo lo de la calabaza, la casa y el hogar y esas chorradas que aprendía en los cursos de dirección de empresas en los que todo el mundo estaba siempre de buen rollo y en los que todos los asistentes parecían ser la reencarnación de Steve Jobs.

Przemek era autónomo. Vamos, que no estaba contratado. Facturaba por horas y le hacían creer que esa forma de trabajo era la única manera de salir del paro y de la crisis, que eran nuevos tiempos y qué así se trabajaba en los países más de-sarrollados del mundo, incluidos Liberia, Etiopía o Somalia. Además era inmi-grante. O emigrante, que todo depende desde qué punto se mire.

Total, que Przemek a la calle. Mañana no hace falta que vengas. Y no volvió.

Todos estábamos en la cuerda floja. Éramos empleados precarios del Circo Precario. Equilibristas que trabajaban sin red a punto de caer en cual-quier momento dentro de unos zapatos de cemento llenos de puré de patata hirviendo.

Plop.

Puré.

Plop-plop.

De patata.

Plop-plop-plop.

Hirviendo.

Plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plo-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plo-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plop-plo-plop-plop-plop-plop-plop.

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Javi

er Ib

añez

10 11

ta taca taca taca taca ta

Ander Poetaipunto

Los dedos bailan la lambada en el móvil. Donde pone el ojo pone el pulgar. Donde anhela meterla el wasap. Donde una estúpida W encabeza la palabra “guapa”.

La gente se sienta en el parque y no mira al parque. La gente huye de la soledad con incansables miradas follándose al teclado mientras hacen ta taca taca taca taca ta, cada 30 segundos, cada 15 segundos, todo el puto tiempo.

La gente no lee libros. La gente monta en el tren y no observa por la ventana. Y ni mucho menos ven si estoy detrás o delante o en ellos inspirándome porque en general en este mundo que suena a ta taca taca taca taca ta lo más comercial es lo más alienante.

muSaTxefo Yagüe

Mi musa es “un angel menos dos alas” una sonrisa tímida, un Peter Pan, una mirada que vuela con miedo, una niña que sueña con nunca jamas.

Mi musa es una duda con la que discute, es un elegante aroma que respirar, un labio que juega al escondite, una alas que no se atreven a volar.

Mi musa es el mejor verso de este poema, es una nota de música atada a mi canción, una locura escribir entre sus piernas donde los ateos rezan su oración.

Mi musa es una duda punto y seguido una fruta prohibida para este Adán, una loca que no encuentra el camino donde no se prohíba besar.

Ilustración: Naroa garcía

12 13Ilustración: arrate carro

humaNItaS dIvERgIt

Arrate Carro

Bota, bota, rebota, explota.

Homo ludens.

Vota, bota, derrota, picota.

Homo faber.

Vota, vota, rebrota, déspota.

Zoon politikon.

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camPaNaS dE bOda

Ebi Soria

Érase que se era que una sandalia se enamoró de un tomate. Pero no de un tomate cualesquiera. No, no, no. De un tomate “pera”, para mas peros. El tomate le dijo a la sandalia que se sentía alargado, pero no por ser un tomate pera, si no por los sentimientos expresados por la sandalia hacia él. Pero le dijo que era un amor imposible.

—Soy un tomate pera gay y, lógicamente, jamás podría enamorarme de una sandalia. En todo caso podría enamorarme de un sandalio pero, lógicamente, no existen.

La sandalia le respondió que siempre había querido vivir un amor imposible así que:

—¡PERAFECTO!— respondió la sandalia.

¡Sonaban campanas de boda! Cerré la ventana y seguí durmiendo.

El tomate le dijo a la sandalia:

—¡Retruécanos! Eres San Dalia, ¡no podemos casarnos! Eres Santa.

—¡No! —acento de Pontevedra—. Las sandalias non tién cordones por lo cualo no santan. Pero tienes razón. Mi religión no me permite casarme, así que es doblemente imposible. Menos por menos, más. Imposible x imposible = posible.

Sonaron campanas de boda, les echaron arroz, la sandalia resbaló, pisó al tomate y todos murieron felices y comieron atramuces.

Ilustración: vito thiel (vitothiel.blogspot.com.es)

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SEP.-OCT. 201451