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    Memorias sociales y Estado

    en Santa Fe, Argentina,2003-2008*

    Luciano Alonso**

    Resumen

    El movimiento argentino por los derechos humanos fue particularmente exitosoen promover las memorias sociales sobre el terror de Estado de la dcada de 1970.Actualmente, la intervencin en la materia de diversas agencias estatales pone entensin la misma integracin del actor colectivo. El presente texto analiza un casoparticular a propsito de la puesta en escena de actos de memoria para apreciar losmodos en los cuales la implicacin estatal desplaza el protagonismo del movimientode derechos humanos y diluye la memoria de las luchas pasadas.

    Palabras clave: movimiento de derechos humanos, Estado, memorias sociales, po-lticas de la memoria.

    Abstract

    The Human Rights Argentine movement was particularly successful in the generationof social memories about the States terror of 1970s. At the present time, diverse stateagencies intervene in these matters and put in risk the integration of the collectiveactor. The present text analyzes a particular case about the staging of commemora-tions. Thus it estimates how the interference of the State displaces the Human Rightsmovement and dissolves the memory of the previous fights.

    Key words: human rights movement, State, social memories, memory policies.

    Artculo recibido el 05-01-09Artculo aceptado el 05-04-09

    * El presente trabajo se inscribe en las acciones del Proyecto CAI+D 2006 Accin y dis-positivos de control social en el escenario santafesino, de la Secretara de Ciencia y Tcnicade la UNL, y es derivacin de los temas tratados en una tesis de maestra con orientacin ensociologa poltica dirigida por el doctor Waldo Ansaldi.

    ** Profesor asociado ordinario de las Universidades Nacionales del Litoral (Santa Fe) yde Rosario (Rosario), Argentina. Departamento de Historia/CESIL-Facultad de Humanidades

    y Ciencias, Universidad Nacional del Litoral, Ciudad Universitaria Paraje El Pozo, Santa Fe,

    Argentina. Correo electrnico: [email protected].

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    mo puede medirse el xito o fracaso de un mo-vimiento social en el marco de una determinadaestructura de oportunidades polticas? Es la progresiva institucionalizacin dealguna de las cuestiones por las que pugna el actor colectivo un ndice de sureconocimiento social o la inclusin de sus demandas en la normalidad polticalleva necesariamente a diluir sus cualidades de innovacin y movilizacin?Sin duda, las respuestas que se den a esos problemas generales deben sermatizadas en funcin de contextos y temticas concretas. Pero la aceptacinparcial por parte de algunas agencias estatales de las demandas del movimiento

    por los derechos humanos en la Repblica Argentina es un buen ejemplo dela forma en la cual las estructuras de dominacin incorporan sesgadamenteaspectos desarrollados por las agencias de resistencia, desactivando su po-tencial de subversin del orden y de construccin social alternativa. Esto es,de cmo el reconocimiento puede suponer un debilitamiento.

    Contra una lectura simplista de esos procesos debe sealarse que aquelloque generosamente llamamos Estado se encuentra fragmentado en dimen-siones y densidades muy diversas, adems de estar cruzado por proyectos y

    vnculos personales o colectivos e interpenetrado con asociaciones secundarias

    o empresas privadas. A su vez, actores contestatarios o al menos disidentestienen posibilidades de aprovechamiento de instituciones de nivel inferior,muchas veces a contrapelo de las lneas polticas definidas desde los altoscargos de conduccin. El Estado se (de)muestra as como un momento dela relacin de fuerzas o como un campo configurado en funcin de pujasespecficas, pero no como un actor corporativo o burocrtico uniforme.1

    C

    unaimplicacinestatalrespectodelasmemoriasdelarepresin

    1 En sentidos diferentes, abonan esta visin general sugerencias de Michel Foucault,Seguridad, territorio, poblacin. Curso en el Collge de France (1977-1978), Buenos Aires,

    Fondo de Cultura Econmica, 2006, clases del 1 y 8 de febrero de 1978, yNacimiento de

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    En el campo especfico de las polticas de memoria sobre la represindel ciclo de movilizaciones populares de 1960-1970, diversas formas de in-tervencin fueron adoptadas en los niveles nacional, provincial o local delEstado argentino por agencias encuadradas en la rbita de los respectivos

    poderes ejecutivos o legislativos, que se articularon con o se diferenciaronde los regmenes de verdad promovidos por el movimiento de derechoshumanos o establecidos mediante procedimientos judiciales ordinarios o suigeneris(como los juicios por la verdad).2 Todo ello, sin dejar de advertirque distintas dependencias estatales como reparticiones administrativas, es-colares o militares tuvieron sus propias tendencias y formas de intervencinen la materia por fuera de las decisiones de gobierno.

    En las presentes pginas se analiza el desarrollo de homenajes a vctimasdel terror de Estado desplegado en la dcada de 1970 y/o a militantes del

    movimiento social aludido en la ciudad de Santa Fe ubicada en la zonadel Litoral argentino,3 hacia el periodo 2004-2008. Encuadrado en estudiosms generales sobre la historia reciente del movimiento por los derechoshumanos y su relacin localizada con distintas dimensiones del Estado, estetrabajo propone un acercamiento de corte etnogrfico con tcnicas de obser-

    vacin participante para identificar los nuevos componentes de un procesode implicacin del Estado en la produccin y circulacin de memorias sobrela represin.4 El estudio de los modos de escenificacin puede mostrar la

    la biopoltica. Curso en el Collge de France (1978-1979), Buenos Aires, Fondo de CulturaEconmica, 2007, pp. 95-96, y de Pierre Bourdieu, El sentido prctico, Buenos Aires, Siglo

    XXI, 2007, caps. 3 y 8.2 Los juicios por la verdad o juicios de la verdad histrica fueron una estrategia adop-

    tada a iniciativa de una docena de fiscales federales argentinos para reanudar investigacionessobre el terror de Estado cuando ya se haba cerrado la va judicial con las leyes exculpatoriasdel periodo radical de Ral Alfonsn (23.492 de caducidad de plazos en 1986, apodada dePunto Final, y 23.521 en 1987, de Obediencia Debida) y los decretos del justicialista CarlosMenem (10.022 de paralizacin de procedimientos pendientes en 1989 y 2.746 de indulto a

    los condenados en 1990). Legalmente estas acciones tenan escaso sustento y su efecto prc-tico era nulo porque no conducan a la imputacin y juzgamiento de los represores, pero laspruebas reunidas resultaran de principal importancia aos despus, cuando se rehabilitara laposibilidad de persecucin judicial de los crmenes de Estado.

    3 La ciudad de Santa Fe es la capital del tercer Estado provincial argentino, que lleva elmismo nombre y contaba en 2001 con ms de tres millones de habitantes (una cuarta parte dela poblacin de la Provincia de Buenos Aires y casi la misma cantidad que la de Crdoba). Lapoblacin del Departamento La Capital (ciudad de Santa Fe y localidades cercanas) lleg enese ao a 489.505 habitantes (fuente: Instituto Nacional de Estadsticas y Censos, http://www.indec.mecon.ar/).

    4 La observacin participante se utiliz para el estudio de todos los actos reseados. Agra-

    dezco la colaboracin de Mara Virginia Pisarello y a Araceli Boumer en el relevamiento de

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    complejidad de las articulaciones entre las agencias estatales y otros actores,a la vez que dar cuenta de la fragilidad de un movimiento social que ha sidoconcebido a escala internacional como un modelo de resistencia.

    Por cierto que el movimiento argentino por los derechos humanos fue

    particularmente exitoso en instalar una nocin de justicia en amplios sectoressociales y brindar a otros actores elementos para pensar sus propios reclamos

    y su relacin con el Estado.5 Durante 25 aos colabor en la ampliacin delos mrgenes democrticos del Estado de derecho, llevando adelante luchasincesantes contra la impunidad de los represores y por el establecimientode un rgimen de verdad sobre lo acontecido.6 El proceso de esos conflictospolticos e ideolgicos se entrelaza con el devenir de las polticas estatalesrespecto de la verdad, la memoria y la justicia, que desemboc en los ltimosaos en la asuncin de esas cuestiones pendientes por el Estado nacional.

    Desde la restauracin republicana de 1983 en adelante no hubo una po-ltica uniforme en materia de derechos humanos ni un modo de construccinde memorias sobre el particular que no estuviera sujeto a vaivenes, nego-ciaciones y compensaciones. Si hubo una lnea hegemnica en la esfera delos gobiernos nacionales desde un primer momento, sta fue marcada por lallamada teora de los dos demonios, construccin imaginaria segn la cualextremismos de signo poltico contrario y violencia equivalente se habranabatido sobre una sociedad argentina desconocedora de las dimensiones delhorror y mayormente ajena a la confrontacin entre guerrillas izquierdistas

    y militares derechistas. Tal representacin sirvi de base para el nuevo sen-tido comn democrtico hasta inicios de la dcada del 2000, acompaadainicialmente de medidas que buscaron desactivar la conflictividad militarexculpando a los criminales. Luego vendra la lenta emergencia de unanueva configuracin imaginaria y una reactivacin de las vas judiciales, en

    los actos de la Universidad Catlica y del ex Colegio Nacional, respectivamente, as como aAndrea Raina el aporte de materiales documentales sobre el de la Facultad de Ciencias Jurdicas

    y Sociales, y a Xenia Alonso la cobertura fotogrfica del acto de la Escuela Normal Superior.La documentacin citada corresponde a la recogida para esas oportunidades, reunida en laFacultad de Humanidades y Ciencias UNL, o a publicaciones de circulacin masiva.

    5 Sebastin Pereyra, Cul es el legado del movimiento de derechos humanos? El problemade la impunidad y los reclamos de justicia en los noventa, en Federico L. Schuster et al., Tomarla palabra. Estudios sobre protesta social y accin colectiva en la Argentina contempornea,Buenos Aires, Prometeo Libros, 2005.

    6 Segn autores tan poco dados a una concepcin dura de la verdad como Michael Hardty Antonio Negri: Determinar y hacer pblica la verdad del pasado reciente atribuyendo a losfuncionarios estatales la responsabilidad de actos especficos y, en algunos casos, exigiendoreparacin se presenta ... [tras una experiencia de terror de Estado] como la inevitable condicin

    previa para cualquier futuro democrtico... (Imperio, Buenos Aires, Paids, 2001, p. 151).

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    funcin de una nueva relacin de fuerzas en la que la corporacin militarprcticamente se vio imposibilitada de actuar como tal. El acceso en 2003 ala Presidencia de la nacin de Nstor Kirchner constituy un vuelco impor-tante en la poltica de derechos humanos, en tanto el nuevo jefe de Estado

    se present a s mismo como representante de una generacin golpeada porel terror militar y promovi diversas iniciativas para generar memorias crti-cas sobre la represin y las conductas mayoritarias de la sociedad argentinadurante la dcada de 1970.7 Pero tambin es correcto afirmar que ese xitose inscribi en una secuencia temporal mayor iniciada con gestos o accionesde gobiernos anteriores y que se superpuso, articul o contrapuso con lasactitudes de muy diferentes agencias y niveles estatales.

    Esa tendencia de conjunto puede ser interpretada como un proceso denormalizacin e institucionalizacin de los reclamos del movimiento argentino

    por los derechos humanos. Normalizacin en tanto intento de inscripcinde esas demandas en la normalidad poltica, ajustndolas a reglas propiasdel Estado de derecho lo que conllev reiteradas tensiones al pretenderel tratamiento de acontecimientos excepcionales con las tipificaciones dela legalidad republicana ordinaria. Institucionalizacin, porque supuso lacanalizacin e incluso reorientacin de las demandas por diversas agenciasgubernamentales, asumiendo modos de relacin sociopoltica concretos yestables garantizados por la estructura de la dominacin estatal.

    El caso de la ciudad y provincia de Santa Fe no fue ajeno a este procesogeneral. El distanciamiento inicial de las agencias estatales locales y provincialesrespecto de las demandas especficas del movimiento de derechos humanos fuecambiando poco a poco desde 1995-1996, a tono con una coyuntura nacionalfavorable al tratamiento de esos temas y con el impulso de una nueva etapade movilizacin social, marcada por la emergencia en la localidad y en otroscentros urbanos del pas de la agrupacin de derechos humanos Hijos por la

    7 Aunque este aspecto no se desarrolle en el presente escrito, es importe destacar que elgobierno kirchnerista despleg una profusa actividad en materia de memorias sobre el terrorde Estado mediante actos pblicos, ediciones de libros y discos, constitucin de museos ymemoriales, instalacin de placas en mbitos donde funcionaron centros de detencin y otrasacciones. Se carece an de un anlisis integral de esa poltica, pero algunos elementos puedenapreciarse en la secuencia de actos conmemorativos de los 30 aos de la dictadura (cf. v.g.Diario La Nacin, 10, 15, 16, 23 y 25 de marzo de 2006). Para la sociloga Maristella Svampa,la poltica de memoria del kirchnerismo responda o responde, de entender su continuidad enla presidencia de Cristina Fernndez a una estrategia de doble discurso, en tanto Kirchnerse acuerda del pasado, pero no del presente y desarrollara una represin selectiva de las

    protestas sociales (Diario La Nacin, 30 de septiembre de 2006).

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    Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS).8 Comenz entoncesa perfilarse la instalacin de esos problemas en mbitos como el educativo,aunque recin hacia el 2003 se asistira a la formacin de agencias estatalesespecializadas en la materia.

    En diciembre de ese ao asumi por segunda vez la gobernacin de laProvincia el justicialista Jorge Obeid,9 quien haba sido el responsable de laRegional Santa Fe de la agrupacin Montoneros en la dcada de 1970 y sehaba exiliado durante la etapa de terror abierta con el gobierno nacional deMara Estela Martnez de Pern y profundizada con la dictadura militar. En unaanterior gestin de 1995-1999 ya haba prestado colaboracin a colectivos deex detenidos y compaeros de las vctimas de la represin en lo que hacaa la bsqueda e identificacin de cuerpos, pero en plena dcada menemistasu papel fue soterrado y de escasa trascendencia. Su retorno a la primera

    magistratura provincial se produjo en momentos en los cuales la instalacinde las memorias sobre la dictadura comenzaba a asumirse como poltica deEstado a escala nacional. Su segunda gestin comenz a utilizar el lema EnSanta Fe los Derechos Humanos son una Cuestin de Estado y se cre unaSecretara de Estado dedicada a la materia, a cargo de Domingo Pochettinodurante el periodo 2003-2007.

    El nuevo organismo desarroll su accionar en un amplio espectro detemas, tomando en consideracin las cuestiones relativas a la represin ysus secuelas en el marco de una concepcin abarcadora de los derechos hu-

    8 Sobre esa agrupacin me remito a Luciano Alonso, Repertorios de accin y relacionesinstitucionales en HIJOS Santa Fe, 1995-2003, Temas y Debates, nm. 9, Facultad de CienciaPoltica y Relaciones Internacionales, Rosario, UNR, 2005. Los organismos de derechos humanosde la localidad fueron Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Polticas y Gre-miales (Familiares, con actuacin desde 1977-1979 a la actualidad), Asamblea Permanente porlos Derechos Humanos (APDH, 1981-1986), Movimiento Ecumnico por los Derechos Humanos(MEDH, 1983 a la actualidad), Madres de Plaza de Mayo (Madres, 1987 a la actualidad) e HIJOS

    (1995 a la actualidad). Sobre el movimiento santafesino, cf. Luciano Alonso, Variaciones enlos repertorios del movimiento por los derechos humanos de Santa Fe, en Adrin Scribano(comp.), Geometra del conflicto. Estudios de accin colectiva y conflicto social, Crdoba, Cen-tro de Estudios Avanzados de la UNC / Universitas, 2005, y El movimiento por los derechoshumanos: un actor cambiante, en Gabriela guila y scar R. Videla, El tiempo presente, tomo12 de la Nueva Historia de Santa Fe, Rosario, Prohistoria / La Capital, 2006.

    9 La provincia y la ciudad de Santa Fe fueron gobernadas desde el 10 de diciembrede 1983 hasta igual fecha de 2007 por el Partido Justicialista, con distintas articulaciones ofrentes electorales. Entre 1991 y 2003 se alternaron Carlos Reutemann y Jorge Obeid, comorepresentantes de dos lneas peronistas distintas (ms tradicional y de derechas la primera,

    ms progresista la segunda).

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    manos. Adems de sus acciones sobre la niez, la identidad o el gnero,10 laSecretara se mostr muy activa en el diseo de una poltica de memoria querescataba el recuerdo de los militantes revolucionarios de la dcada de 1970. Enconjunto con diversos actores institucionales como sindicatos, universidades,

    reas legislativas y otras dependencias del Poder Ejecutivo, pero sobre todocon el concurso de colectivos de ex detenidos, promovi actos y edicionessobre las vctimas de la represin. Poco a poco, la flamante reparticin fuerealizando convenios con otras organizaciones no gubernamentales distintasde las actuantes en la zona santafesina y estableciendo vnculos con sectorespolticamente afines.11 En octubre de 2006 Obeid anunci la creacin de un

    Archivo Provincial por la Memoria a cuyo frente estara Pochettino, destinadoa documentar el quebrantamiento de los derechos humanos y las libertadesfundamentales desde el 16 de septiembre de 1955 en adelante.12

    La intencin de los agentes que ocupaban las estructuras del Estado detomar a su cargo la elaboracin de un relato histrico uniforme sobre larepresin se transparent en la creacin de una Direccin Provincial deReconstruccin de la Memoria Histrica bajo dependencia de la Secretarade Derechos Humanos. Teniendo en cuenta que esas acciones se realizarondesde el primer momento en el marco de una peronizacin discursiva querecuper sin mayor autocrtica los tpicos setentistas el enaltecimiento deEva Duarte de Pern, la militancia peronista como genuinamente popular yotros y que a la vez eludieron todo cuestionamiento a la gestin econmica ysocial de los gobiernos nacional y provincial, el movimiento por los derechoshumanos se encontr frente a la imposibilidad de conjugar acciones con esasreparticiones si quera mantener una lnea crtica y autnoma.

    10 Folletos desplegables Derechos de la Mujer y Declaracin de los Derechos del Nio,Secretara de Estado de Derechos Humanos de la Provincia de Santa Fe [2006]. Revista Me-moria y Presente, Santa Fe, nms. 1 y 2, 2004. Folletos desplegables Conocer tu identidad es

    un derecho y Red Nacional por el Derecho a la Indentidad, de la Comisin Nacional por elDerecho a la Identidad (Conadi), 2005, distribuidos por el gobierno provincial.11 En septiembre de 2004 se firm un convenio con la agrupacin capitalina Abuelas de

    Plaza de Mayo, organismo que no haba tenido antes filiales en territorio provincial y al quese cedi un espacio fsico en la ciudad de Rosario. La agrupacin Madres de la Plaza 25 deMayo de Rosario y una madre de un desaparecido de Santa Fe prestaron colaboracin a laSecretara y aparecieron asiduamente en los actos oficiales (cfr. Memoria y Presente, nm. 2,Secretara de Estado de Derechos Humanos, Santa Fe, septiembre de 2004, pp. 1 y 3; DiarioEl Litoral, Santa Fe, 23 de octubre de 2006).

    12 Diario El Litoral, 23 de octubre de 2006. La fecha aludida es la del golpe de Estadoque derroc a Juan Domingo Pern en su segunda presidencia. Al momento de escribir estas

    pginas la integracin del archivo no se ha concretado.

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    En ocasiones se entr en una suerte de competencia en el mbito de laciudad de Santa Fe, como cuando al mismo tiempo que las agrupaciones dederechos humanos y el sindicato docente provincial mayoritario convocabana un concurso de investigacin, la Secretara llamaba a otro de expresin

    artstica destinado a establecimientos educativos.13 Result asimismo irritantepara las agrupaciones que los abogados que se desempeaban sin retribu-cin en su mbito se alejaran para concertar contratos con las dependenciasoficiales, muchas veces para actuar contra las opiniones de sus anteriorescompaeros.14 Contra la insistencia del movimiento, no hubo una polticaintegral de proteccin a testigos de causas vinculadas con el terrorismo deEstado ni se dio tratamiento parlamentario a un proyecto sobre el particularpresentado por un partido opositor, al tiempo que siguieron desempen-dose en diversos niveles del Estado funcionarios polticos vinculados a la

    dictadura militar.15La situacin suscitada en el periodo 2003-2007 podra ser considerada

    paradgica: el Estado provincial avanz en el establecimiento de formas deintervencin pblica para la promocin de las memorias sociales sobre el terrorde Estado, pero eso no se realiz en el marco de una poltica coherente dederechos humanos ni se reflej en el apoyo del correspondiente movimientosocial a ese gobierno.

    loshomenajesalasvctimasdelterrordeestado

    Como lo destacara Ludmila da Silva Catela, los homenajes a detenidos-des-aparecidos que empezaron a desarrollarse en Argentina hacia 1994-1996conformaron una nueva prctica en la cual los recordados fueron en general

    13 Diario El Litoral, 2 de abril de 2005. El concurso de investigacin Porfiada Memoria era

    coordinado por el Proyecto Valija de la Memoria del Equipo de Educacin del MEDH, HIJOS y elsindicato Asociacin del Magisterio de Santa Fe (AMSAFE) y destinado a alumnos y profesoresde nivel medio y superior, as como a otras instituciones u organizaciones sociales.

    14 Entrevista personal a Celina Kofman, Santa Fe, 2 de febrero de 2005.15 Los casos ms evidentes fueron los de la jefa de la Polica de la Provincia Comisario

    Leyla Perazzo, porque estaba sospechada con relacin a la apropiacin de nios desapareci-dos, y del teniente coronel retirado Jos Alberto Bernhardt, que haba integrado el Batallnde Inteligencia 601 y al que los organismos de derechos humanos indicaban como jefe directode uno de los procesados por crmenes de lesa humanidad (cfr. mensaje grupal va correoelectrnico del Equipo Legal de la Casa de los Derechos Humanos de Santa Fe, 9 de diciem-bre de 2003, Asunto Casa DD HH Santa Fe URGENTE, y Diario El Litoral, 5 de octubre de

    2006, respectivamente).

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    presentados como seres ejemplares al modo de mrtires sacrificados. En lamayor parte de esos actos de memoria llamaba la atencin la escasa o nula

    visibilidad de figuras obreras frente a la individualizacin de intelectuales,periodistas o religiosos, al tiempo que se gener una forma especfica de acto

    en homenaje a desaparecidos del movimiento estudiantil y de los cuerposdocentes, aunque no faltaron proyectos englobantes [] en nombre deyparatodos los desaparecidos.16

    Ese formato de acto conmemorativo se caracteriza an hoy por la muestrade cuadros, pancartas o paneles con las fotos de los desaparecidos o asesina-dos e informacin sobre ellos, la lectura de discursos y de notas de adhesin,la presentacin de obras de teatro o de conjuntos musicales, la inauguracinde esculturas u otras marcas territoriales y el descubrimiento de placas conlistados de nombres. La reconstruccin de la trayectoria individual de cada

    uno de los homenajeados supone un ejercicio de memoria con el recursoa fotografas, escritos de variada procedencia y testimonios de quienes losconocieron. Durante toda la segunda parte de la dcada de 1990 esos actoscorrieron principalmente a cargo de organismos de derechos humanos e in-cluso all donde haba una fuerte presencia de los compaeros de los cadosel movimiento tena una participacin preeminente.

    El primer homenaje realizado en la ciudad con ese formato fue el con-cretado el 23 de marzo de 1998 en la Facultad de Ingeniera Qumica de laUniversidad Nacional del Litoral (UNL). Su organizacin estuvo a cargo de unaComisin por la Recuperacin de la Memoria formada especialmente. En sutranscurso se produjeron incidentes, al reaccionar algunos de los asistentesfrente a la concurrencia del gobernador Obeid que por entonces prome-diaba su primer mandato. Los militantes de HIJOS y de Madres de Plaza deMayo de Santa Fe (Madres) se opusieron tajantemente al intento de expulsara Obeid del recinto, alegando que ms all de sus discrepancias no podannegarle la posibilidad de participar del acto.17 Aunque el movimiento no fueel responsable exclusivo del homenaje, tanto las acciones y los discursoscomo la solucin del conflicto generado implicaron la participacin principalde sus miembros.18

    16 Ludmila da Silva Catela, No habr flores en la tumba del pasado. La experiencia de re-construccin del mundo de los familiares de desaparecidos, La Plata, Al Margen, 2001, cap. IV,seccin II, Homenajes, los entrecomillados son de las pginas 175 y 174, respectivamente.

    17 Diario El Litoral, Santa Fe, 24 de marzo de 1998.18 La participacin preeminente de HIJOS es visible en una recopilacin de filmaciones de

    actos realizada por el Grupo Matecosido, Santa Fe, 2000.

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    Se desarrollaron en lo sucesivo diversos actos recordatorios con similarformato, que no alcanzaron la misma envergadura. Adems, las diferenciasde las agrupaciones de derechos humanos y particularmente de HIJOS conotros actores locales se multiplicaron tras la realizacin de escraches por

    parte de ese organismo.19 A partir del segundo ao del gobierno de NstorKirchner primero de la nueva gestin de Obeid, los homenajes estuvieronorganizados por colectivos de ex detenidos con el auxilio de las estructurasestatales. Seis actos producidos entre noviembre de 2004 y octubre de 2006nos permiten apreciar los modos de una intervencin gubernamental indirec-ta; son los realizados el 11 de noviembre de 2004 en la Facultad de CienciasEconmicas de la UNL, el 10 de diciembre del mismo ao en la Escuela deServicio Social de la Provincia, el 9 de septiembre de 2005 en la UniversidadCatlica de Santa Fe, en 2006 el 14 de agosto en la Facultad de Ciencias Ju-

    rdicas y Sociales de la UNL conocida como Facultad de Derecho, el 15de septiembre en el ex Colegio Nacional Simn de Iriondo hoy Escuela deEnseanza Media N 440 y el 25 de octubre en la Escuela Normal SuperiorN 32 General San Martn, estos dos ltimos establecimientos secundariosde jurisdiccin provincial.

    Hubo pautas comunes, como la exhibicin de paneles con datos sobrelos homenajeados, discursos, presentaciones de grupos musicales o teatrales,descubrimiento de placas recordatorias y distribucin de folletera alusiva.Los actos en s respondieron a las formas de un rito reiterado, corriendopor una lnea fundamentalmente emotiva. La lectura de la lista de los home-najeados se respondi en todos los casos con el grito de presente! y lasactividades culturales recuperaron tpicos caros a una memoria de las luchaspopulares. Desde el primero se apreci una participacin destacada de excompaeros de los cados y de la Secretara de Derechos Humanos, perotanto la exposicin pblica de ellos como la presencia del organismo oficialfueron variables. Para la difusin de los encuentros se construy una pginaelectrnica de acceso libre por la internet, que se fue actualizando conformese sucedan los actos.20

    Los organismos oficiales apoyaron los eventos con organizacin, informa-cin y recursos. La Imprenta Oficial de la Provincia colabor con el aporte de

    19 Los escrachessuponen una manifestacin callejera que denuncia una injusticia, impu-tando directamente a una persona o institucin una falta en este caso un delito mediante laaplicacin de recursos expresivos variados. Amn del texto sobre HIJOS Santa Fe citado en lanota 7, me remito sobre los escrachesen general a Colectivo Situaciones, Situaciones5 (+1).Mesa de Escrache Popular, Buenos Aires, De Mano en Mano, 2002.

    20 www.estanpresentes.com.ar, consultas de noviembre de 2004 en adelante.

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    una grfica uniforme, aunque slo en una oportunidad apareci su menciny en otra la de la Secretara.21 Los tpicos o constantes de las intervencionesorales fueron: a) la apelacin al restablecimiento de una verdad sobre loocurrido, b) la invocacin de una memoria, c) el reclamo de justicia, d) el

    rescate de la lucha emprendida por los homenajeados a favor de una socie-dad ms justa, y e) la defensa de la democracia por oposicin a los crmenesdel terror de Estado.

    Pero ms all del formato general, se registraron variaciones sustancia-les. En algunos casos se incluy slo a estudiantes y docentes muertos ydesaparecidos por la dictadura militar de 1976-1983 y en otros se atendi alperodo de terror estatal del gobierno justicialista de 1973-1976.22 Los actosde las facultades de Ciencias Econmicas y de Ciencias Jurdicas y Socialesde la UNL se distinguieron por la carencia de toda referencia precisa a los

    homenajeados, diluyndose su militancia en apelaciones generales a la lu-cha por una sociedad mejor.23 Fueron tambin los homenajes ms formales,con profusa asistencia de funcionarios de distintas reparticiones oficiales dela Provincia y de la Universidad. El segundo supuso tambin la instalacindiscursiva de un imaginario compartido por los convocantes sobre el papeldesempeado por los abogados, que contra toda evidencia se plante comofundante del mismo movimiento de derechos humanos.24 El acusado forma-

    21 La grfica del homenaje de la Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales estuvo a cargode la UNL.

    22 El primer caso en el Folleto Homenaje a los Estudiantes y Docentes de la Facultad deCiencias Econmicas, Muertos y Desaparecidos por la Dictadura Militar (1976-1983), SantaFe, noviembre de 2004; el segundo, Folleto Homenaje A los Trabajadores Sociales, Estudiantes

    y Docentes de la Escuela de Servicio Social desaparecidos y muertos en la dcada del 70, SantaFe, diciembre de 2004.

    23 Los detenidos-desaparecidos o asesinados de la Agrupacin Montoneros fueron mencio-nados como miembros de la Juventud Peronista, la Juventud Trabajadora Peronista o el AteneoUniversitario. Ms notoria todava fue la falta de toda mencin a la militancia homenajeadosdel Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejercito Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP),como la estudiante Mara Teresita Serra, que fue recordada en su facultad como gran amiga,cariosa, excelente compaera pero no como militante. Folleto Homenaje a los Estudiantes

    y Docentes de la Facultad de Ciencias Econmicas, op. cit. Cabe destacar que en la localidadde Hernndez, Provincia Entre Ros, de donde era originaria Serra, se erigi un monumentoen memoria y homenaje a la recuperacin ideolgica y los sueos de toda una generacin,pero tanto el grupo escultrico como el folleto editado en ese mismo ao no mencionabanla militancia de la estudiante (Folleto Memoria, Justicia y el Mayor Homenaje..., Comisin deCultura de la Municipalidad de Hernndez, 2005).

    24 Invitacin a las Jornadas de Homenaje, Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales, 14de agosto de 2006, y Folleto Homenaje Derecho a Estudiantes, Docentes y Egresados Muertos,

    Desaparecidos y Perseguidos de la Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales de la Universidad

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    lismo de las jornadas, la evocacin cerrada en la corporacin de los juristasy abogados, as como la absoluta ausencia de un discurso poltico que fuerams all de la retrica sobre el Estado de derecho ensalzado en sus instau-raciones de 1973 y 1983, suscitaron la crtica de miembros de agrupaciones

    de derechos humanos.El homenaje en la Universidad Catlica de Santa Fe tuvo el mismo carcter

    adocenado de los precitados y multitud de participaciones oficiales, con elagravante de una coexistencia de discursos contradictorios. Se inici con lalectura de un texto sobre la memoria atribuido inicialmente al SubcomandanteMarcos y luego a dos compaeros de los homenajeados.25 No slo intervinie-ron parientes de los cados, sino que se invit a participar a la agrupacinHIJOS que se encontraba en esos momentos en proceso de reconstitucin.En el texto colectivo que leyeron los representantes del organismo se enfati-

    zaron los crmenes cometidos desde el Estado con referencia a la represin,secuestro, torturas y asesinatos, y la lucha de sus padres por la igualdad. Porel contrario, en el discurso del rector de la UCSF el ltimo antes de la actua-cin de un coro con la cual se cerr el acto primaron trminos como paz,respeto, solidaridad, verdad, justicia y memoria, en una alocucin enla cual se insisti en el rechazo de toda violencia para resolver los conflictossociales y se abog por la serenidad y el fortalecimiento de la democracia. Asu vez, el Centro de Estudiantes de Derecho de la UCSF distribuy una hojafotocopiada con una Oracin por la Patria que peda la ...valenta de lalibertad /...para amar a todos sin excluir a nadie y ...la sabidura del dilogo/ y la alegra de la esperanza....26

    En este caso la denominacin de las agrupaciones a las que pertenecanlos cados se incluy en el folleto desplegable, que tuvo una primera edicincon 28 entradas y pie de publicacin de la Imprenta Oficial de la Provincia,fechado en otoo de 2005. En una segunda edicin se lleg a 39 homena-jeados, desapareciendo la referencia del impresor. Aunque los organizadoresse presentaban simplemente como compaeros de los cados, el diario El

    Nacional del Litoral, Santa Fe, agosto de 2006. Sobre la periodizacin de los organismos dederechos humanos vase nota 7. En los textos de ese homenaje se omiti al abogado Or-lando Navarro, quien fuera apoderado del Partido Comunista Revolucionario. Navarro fuehomenajeado posteriormente, en un acto realizado en la misma Facultad el 28 de septiembrede 2006 bajo organizacin de la Juventud Comunista Revolucionaria y con la adhesin denumerosas instituciones estatales y no estatales (volante y cartel Orlando Navarro - Homenajea 30 aos de su muerte, Santa Fe, septiembre de 2006).

    25 Folleto Homenaje a los Militantes Asesinados y Desaparecidos de la Universidad Catlica,Santa Fe, dos versiones (otoo 2005 y septiembre 2005), tapa; y observacin del acto.

    26 Volante Oracin por la Patria, distribuido en el acto.

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    Litoral, que no haba informado sobre otros actos, sac una pequea entradaen la cual anunciaba que la Secretara de Derechos Humanos de la Provinciarealizara el homenaje.27

    En la Escuela de Servicio Social se asisti a un ms logrado intento de

    recuperar la militancia de cada uno de los nombrados, pero con errores enla denominacin de agrupaciones que denotaban los lmites de la memoriasobre los conflictos pasados.28 Adems de rescatarse a los cados en tantomilitantes y enfatizar la idea de un proyecto de pas derribado con ellos, secort la calle para dar mayor publicidad a la actividad.

    Los homenajes que ms deban ajustarse a los parmetros de las agenciasestatales por responder a una forma determinada por el Ministerio de Edu-cacin, o sea los del ex Colegio Nacional y de la Escuela Normal, fueron sinembargo aquellos en los que se expresaron ms claramente las cuestiones

    relativas a las militancias pasadas y que aparecieron mejor articulados con losorganismos de derechos humanos. En tanto actos escolares, las direcciones delos establecimientos tuvieron un papel muy destacado en su organizacin, porlo que llamativamente podra afirmarse que las intervenciones dispersas deagentes estatales habilitaron discursos algo ms explcitos que los promovidosdesde la Secretara de Derechos Humanos y los agentes asociados.

    En el ex Colegio Nacional se represent antes del homenaje una obradramtica de contenido impactante, que recreaba una sesin de tortura. Elacto en s se realiz en el patio, con la presencia masiva de los estudiantesdel turno matutino, y en el escenario se ubic una caricatura en alusin alos dictadores. La primera participacin estuvo a cargo de cinco docentesque presentaron un proyecto de recuperacin de memorias como modo deintervencin pedaggica en el colegio. La segunda consisti en la lectura deun escrito por parte de la presidenta del Centro de Estudiantes, que no sloremarc la importancia del conocimiento sobre los crmenes de Estado sinoque termin su discurso con frases fuertemente deudoras de la semnticaidentitaria de HIJOS y otras agrupaciones de derechos humanos: No olvidamos,no perdonamos, no nos reconciliamos. Por nuestros 30 mil hermanos.29 Luego

    27Ibid., y Diario El Litoral, Santa Fe, 8 de septiembre de 2005.28 En lugar de Poder Obrero los locutores aludieron al Partido Obrero denominacin

    muy posterior, en tanto que mencionaron a un inexistente Partido de los Trabajadores porla Revolucin. Teniendo en cuenta que lean sus intervenciones, es de suponer que en larecogida de la informacin se haban volcado errneamente esas denominaciones y que norespondan a deslices de la oralidad.

    29 Discurso del Centro de Estudiantes del ex Colegio Nacional, mimeo, septiembre de

    2006.

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    vino el turno de dos familiares de los homenajeados identificadas claramentecomo profesoras de historia y ex integrantes del movimiento de derechoshumanos que leyeron un texto en el que se haca referencia a la memoriacomo constructora de hechos sociales y la necesidad de una agencia social

    continua, aludiendo al compromiso revolucionario de sus padres. El folletorespectivo sali un tanto de la lnea seguida hasta el momento e incluy undibujo de un alumno del establecimiento y una cita del historiador italiano

    Alessandro Portelli sobre la reivindicacin de justicia y verdad como modode mantener abierta la memoria.30

    En el caso de la Escuela Normal Superior, el acto se realiz fuera delhorario escolar y en la masiva concurrencia predominaron los familiares ocompaeros de los homenajeados por sobre los alumnos del establecimiento.La folletera no slo llev pie de la Imprenta Oficial sino que en su frente se

    incorporaron los logotipos de la Secretara de Estado de Derechos Humanosy del gobierno de la provincia.31 La representacin teatral se incluy dentrodel acto en s, con una esttica formalista, y el lugar central de las alocucio-nes correspondi a integrantes de Madres Santa Fe. El discurso ledo por lapresidenta del Centro de Estudiantes Secundarios fue fuertemente deudordel presentado en el ex Colegio Nacional y en general de las conversacionesprevias con integrantes de HIJOS de lo cual se dej constancia en su lectu-ra, con algunas variaciones de importancia. Por un lado, un mayor nfasisen la democracia actual y sus posibilidades, conjugada con la esperanza enuna Patria Libre y un Pas sin exclusin; por el otro, un final en el cual serezaba: No a la ley de Obediencia Debida. No a la ley de Indulto y PuntoFinal. No olvidamos. No Perdonamos. NUNCA MS.32

    Solamente en un caso, entonces, se mencion explcitamente a la revolu-cin, aunque ms no fuera de manera tangencial. Como presencia constantede un silencio, hay que sealar que en ninguno de los actos se hizo mencina la lucha por el socialismo, aunque vagamente se aludiera a las aspiracionesa la igualdad y a la justicia social. En todos, se trat a los homenajeados comoluchadores por la democracia, un concepto poco relevante en el campo

    30 Folleto A los docentes y alumnos desaparecidos y asesinados que pasaron por las aulasdel Colegio Nacional Simn de Iriondo - Jornadas de Homenaje, Santa Fe, septiembre de2006.

    31 Folleto Homenaje, Santa Fe, octubre de 2006.32 Discurso del Centro de Estudiantes de la Escuela Normal, mimeo, octubre de 2006. Hay

    que destacar algunas inexactitudes de esa alocucin: las leyes de Obediencia Debida y PuntoFinal ya haban sido anuladas por el Poder Legislativo para la fecha del acto y declaradas in-constitucionales por la justicia, en tanto que los indultos en proceso de revisin en instancias

    judiciales fueron establecidos por decreto.

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    Aquietada la frecuencia de eventos hacia el 2007, el recambio de gobier-no del 10 de diciembre de ese ao implic una renovacin en la forma deintervencin estatal. Las elecciones provinciales y municipales fueron ganadaspor el Frente Cvico y Social, amplia alianza electoral centrada en el PartidoSocialista y en grupos de la Unin Cvica Radical que abarcaban desde laactiva participacin de la derecha con el Partido Demcrata Progresista hastaun menos trascendente apoyo por izquierda del Partido Comunista. Diversosindicios podan sugerir una profunda implicacin de las nuevas autoridadescon los intereses del movimiento de derechos humanos y con el desarrollode memorias sobre la represin: la vicegobernadora Griselda Tessio se habadesempeado en modo destacado como fiscal federal en causas referentes alterror estatal, al tiempo que la gestin socialista haba creado el primer Museode la Memoria del pas 2001 en la rbita de la Municipalidad de Rosario yun Bosque de la Memoria en el parque Scalabrini Ortiz de esa ciudad. 35

    A tono con un intento de acercamiento, el tradicional acto conmemorativodel 24 de marzo de 2008 fue convocado por las agrupaciones de derechoshumanos, pero en realidad organizado conjuntamente con la municipalidad

    y el gobierno provincial. Las reparticiones oficiales aportaron volantes, soni-do, iluminacin, personal y presumiblemente hasta el cachet de los artistasparticipantes. Una locutora oficial gui el acto, indicando a los presentes lasactividades a realizar a cada momento. Cuando un grupo de militantes dela Federacin Juvenil Comunista quem un mueco que representaba a unrepresor, se lo llam a silencio y la pantalla gigante de video no transmitiimgenes del acontecimiento. Asistieron las mximas autoridades provincia-les, encabezadas por el gobernador Hermes Binner y la vicegobernadora, yrecibieron un especial agradecimiento. Las consignas y los discursos giraronmayormente sobre el concepto de democracia, aunque los organismos re-unidos en el Foro Contra la Impunidad y por la Justicia leyeron un discurso

    polica provincial en ocasin de los tumultos del 19 y 20 de diciembre de 2001. Su actitudhaba sido seguida por el bloque justicialista, que evit tambin comprometerse cuando LuisPatti, ex comisario acusado de delitos de lesa humanidad, fue electo diputado nacional en2005 por una lista peronista en la Provincia de Buenos Aires (cf. nota de Madres de Plaza deMayo de Santa Fe al presidente de la Cmara de Diputados de la Provincia, 31 de mayo de2007, versin digital transmitida por correo electrnico ese mismo da bajo el asunto Madresde Plaza de Mayo rechazan homenaje.

    35 Folleto Museo de la Memoria / dictaduras, nunca ms, y hojas sueltas, Municipalidad

    de Rosario, 2005.

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    consensuado en el que se mencionaban multitud de antecedentes de lasluchas populares y revolucionarias.36

    Luego de eso, las afinidades del movimiento por los derechos humanoscon las autoridades fueron limitadas y hasta tangenciales. En el mes de agosto

    la histrica dirigente de Madres Santa Fe, Celina Queca Zeigner de Kofman,recibi una distincin de la Cmara de Diputados de la Nacin, a instanciasde un legislador del Partido Socialista.37 Ms tarde se produjeron algunasdiferencias de criterio entre el gobierno y el movimiento santafesino, funda-mentalmente respecto de la marcha de los juicios a represores y del papel acumplir por la Secretara de Derechos Humanos rebajada de rango por lanueva administracin, que la incluy dentro de un Ministerio de Justicia yDerechos Humanos. Las discrepancias se tornaron ms evidentes frente a losfestejos en torno al 10 de diciembre de 2008, cuando se cumplieron 25 aos

    del llamado retorno a la democracia en Argentina y 60 de la DeclaracinUniversal de los Derechos Humanos.

    Para ese momento la colocacin de marcas territoriales haba asumidoformas novedosas en varias ciudades del pas. La identificacin de centrosde detencin, de lugares donde haban sido asesinadas vctimas del terror deEstado o de mbitos en los cuales militaron o vivieron detenidos-desapareci-dos, comenz a realizarse con intervenciones urbanas llamativas. Placas decermica multicolores, aplicaciones de vidrio y metal, carteleras con diseosde avanzada y otras formas movilizadoras y sugerentes fueron desarrolladaspor actores plurales, muchas veces vinculados a colectivos de ex detenidos

    y a agrupaciones de derechos humanos, pero otras pertenecientes a diversasdependencias estatales o comisiones autrquicas. Con la intervencin deartistas plsticos y diseadores, o con la participacin colectiva de vecinos,amigos y parientes, se fueron fijando elementos materiales que actan comorecordatorios muy diferentes de las placas oficiales.38

    36 Vase texto completo del discurso en http://argentina.indymedia.org/news/2008/03/589978.

    php. Pese a reunir esas alusiones, el discurso fue criticado por varios militantes que criticaronel abigarramiento de datos e ideas contradictorias, y no fue firmado por HIJOS.37 Semanario Pausa, nm. 15, Santa Fe, 22 de agosto de 2008.38 La asuncin por el Estado nacional de pautas burocrticas para la instalacin de marcas

    territoriales haba llegado a su punto mximo en 2006, cuando por Resolucin 1309/06 delMinisterio de Defensa se regl la colocacin de placas recordatorias en establecimientos mili-tares donde hubieran funcionado Centros Clandestinos de Detencin en el periodo 1976-1983.

    Vanse las nuevas formas de intervencin desplegadas por otros actores en Baldosas quedejan huellas, Boletn Electrnico, nm. 28, Instituto Espacio para la Memoria (http://www.institutomemoria.com.ar/bole/bole027/080815baldosas.html), consulta diciembre de 2008; yen Alejandra Buzaglo, Las marcas en el espacio pblico. La masacre de Cafferata y Ayolas,

    y Mara Rosa Gmez, Sealizaciones urbanas y trauma colectivo, ponencias presentadas a

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    Para el 10 de diciembre citado el gobierno provincial organiz el actode colocacin de una placa en la sede de la Comisara 4ta. de la ciudad deSanta Fe, que haba servido como centro clandestino de detencin, tortura yexterminio. El recordatorio fue altamente ritualizado, con la presencia de las

    mximas autoridades del Poder Ejecutivo y la actuacin de un coro universi-tario. La placa descubierta no incluy alusiones al terrorismo de Estado pueslos representantes del gobierno en la comisin consultiva que trata sobrepolticas de memoria en la Secretara de Derechos Humanos se negaron aincorporar esa expresin.39 En el momento lgido del acto se manifestarontensiones, cuando las autoridades obligaron a quitar volantes contrarios a unsenador provincial que haban sido pegados junto a la placa,40 o cuando losasistentes corearon los nombres de los homenajeados produciendo una alte-racin en el protocolo. Pero las discrepancias quedaron en mayor evidencia

    cuando tras finalizar el acto se retiraron el gobernador y la vicegobernadora,mientras gran parte de los militantes se quedaba en el lugar y haca uso delmicrfono para apelar abiertamente a la identidad poltica de los cados

    y denunciar las inconsistencias de la poltica oficial, especialmente en undiscurso ledo por una integrante de la agrupacin HIJOS.41 Al contrario delintento de integracin del 24 de marzo, ahora la palabra disruptiva quedabafuera de la escenificacin oficial.

    El mismo da los niveles provincial y municipal del Estado organizaronhomenajes en los que no se incluy a los organismos de derechos humanoscon actuacin en la ciudad. En Santa Fe el gobierno municipal agasaj a exintegrantes de laAPDH como miembros de la primera agrupacin santafesinade derechos humanos en una errnea atribucin de precedencia, en tantoque el provincial hizo lo propio con ex integrantes de la Comisin Nacionalsobre la Desaparicin de Personas (Conadep) en la ciudad de Rosario. A lolargo de la semana se realizaron diversas actividades bajo organizacin dela Municipalidad de Santa Fe, el Programa de Derechos Humanos de la Uni-

    versidad, la Secretara de Derechos Humanos de la Provincia, la Comisin

    las V Jornadas Nacionales Espacio, Memoria e Identidad, Rosario, Universidad Nacional deRosario, 8, 9 y 10 de octubre de 2008. Vase una visin sobre otras intervenciones en Elizabeth

    Jelin y Victoria Langland (comps.), Monumentos, memoriales y marcas territoriales, Madrid,SigloXXI Editores, 2003.

    39 Comunicacin personal de Mara del Rosario Zurbriggen, representante de laAMSAFE antela comisin. Sobre las alocuciones oficiales, Diario Uno, Santa Fe, 11 de diciembre de 2008.

    40 Volantes No se olviden de Mercier, sin firma, diciembre de 2008, alusivos a unlegislador justicialista que fue ministro de Economa y Hacienda de la provincia durante ladictadura militar.

    41 Videograbacin, 10 de diciembre de 2008.

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    Provincial de Memoria y Justicia y el Senado de la Provincia de Santa Fe, enuna demostracin de la articulacin entre diversas dependencias estatales enla promocin de la memoria. En todos los casos los repertorios discursivosse apuntalaron nuevamente sobre la nocin de democracia, estableciendo

    un contrapunto con la dictadura y evacuando toda referencia concreta alas movilizaciones y luchas que sta vino a clausurar.42

    Los modos de implicacin del Estado en la escenificacin de las memo-rias sobre la represin variaron en cierta medida entre la gestin justicialista

    y la socialista/radical, con una mayor articulacin con los colectivos de exdetenidos en la primera y una organizacin consultada con distintos actorespero de decisiones ms centralizadas en la segunda. Pero ambas experienciaspueden ser pensadas en el sentido de una asuncin por parte del Estado de laorganizacin de los actos y de la colocacin de marcas territoriales. Las dos se

    inscriben en un movimiento general de paso entre el desentendimiento oficialrespecto de la generacin y circulacin de memorias sobre la represin enarticulacin con la difusa nocin de derechos humanos y con el problemade las reparaciones y la aplicacin de justicia, a una implicacin activa queincluye la formacin de unidades administrativas especiales a tales fines y laritualizacin de homenajes y distinciones.

    conclusinprovisoria: qumemoriasyquolvidos

    Aunque se trate de un proceso abierto, la tendencia reseada muestra unasuerte de estatizacin de la memoria, mediante la progresiva inclusin decuestiones relativas a los recordatorios del terror de Estado en las agendasoficiales. A veces con el concurso de actores vinculados a una gestin o aotra, organizadas por niveles o instituciones gubernamentales muy diversas,las escenificaciones estatales de la memoria han reemplazado en la localidadlas convocatorias antes autnomas y contestatarias del movimiento por los

    42 Comienza una semana para celebrar la democracia, en NoticiasUNL, servicio infor-mativo digital de la Universidad Nacional del Litoral [http://www.unl.edu.ar/noticias/noticia.php?nid=5624], consulta diciembre de 2008. La misma informacin en Diario Uno, Santa Fe,8 de diciembre de 2008, y distintos medios de papel y digitales. Sobre una posicin crticacf. carta abierta de Hugo Kofman (quien fuera integrante de la APDH hasta su disolucin ycontina actualmente participando de Familiares), 9 de diciembre de 2008, versin digitaltransmitida por correo electrnico ese mismo da bajo el asunto Por qu no voy al homenajea laAPDH, en la que denuncia la presencia en el acto de un ex integrante de la agrupacinmuy cercano al frente electoral gobernante que difunde hoy una nueva versin de la teora

    de los dos demonios.

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    derechos humanos. Las intervenciones aqu analizadas supusieron mayor-mente una dilucin de todo contenido poltico en la alusin a las agrupa-ciones setentistas y una disminucin progresiva de la participacin de lasagrupaciones, que culmina en su ausencia o en una participacin disminuida.

    La omnipresencia de la nocin de democraciaen esas escenificaciones escorrelativa a la ausencia casi total de conceptos como revolucin, socialismoo liberacin.

    Quizs en el abandono parcial de las denominaciones que identificabana los cados, en la absoluta falta de alusin a que casi todos ellos habanabrazado la lucha armada, en los pequeos deslices de la memoria respectode los nombres de sus agrupaciones se pueda apreciar uno de los grandestriunfos del terror de Estado y el correlativo abandono de toda perspectivaantisistmica por ex militantes setentistas devenidos en funcionarios. Es cierto

    que la misma pluralidad de los actores individuales y colectivos que convocana ese tipo de actos impone que, en funcin de la diversidad actual y de launidad contra el terror pasado,43 se dejen de lado los recuerdos puntuales quealudiran a anteriores divisiones o que representan lneas de accin polticaalejadas de las que hoy predominan. Es tambin habitual que muchos de losfamiliares que aportan datos para una mnima reconstruccin de la vida delos detenidos-desaparecidos y asesinados no deseen recordar la parte msconflictiva, que hace a la opcin por la resistencia armada.

    Pero sera no slo injusto sino tambin incorrecto leer esa clausura delsentido de las luchas pasadas como resultado de transacciones personales opuro efecto de la hegemona poltica de uno u otro conglomerado electo-ral. En 1987 Perry Anderson sintetiz los resultados del terror estatal y de laderrota de los proyectos populares de una manera que permite comprenderese halo general de amnesia que nubla los homenajes recientes:

    Hoy en da el socialismo se ha transformado virtualmente en un trmino taben la poltica sudamericana [...] Las relaciones de produccin capitalistas sevolvieron mental y materialmente intocables por el momento, bajo la amenaza

    de una vuelta al terror militar si dichas relaciones llegasen a ser puestas en juego[...] en su conjunto polticamente, podramos decir estas experiencias [de ter-

    43 O presente, de tener en consideracin la desaparicin de Jorge Julio Lpez el da 18de septiembre de 2006 en la ciudad de La Plata. Lpez era testigo en la causa contra el excomisario de la polica bonaerense Miguel Etchecolatz. Para el momento del acto de la EscuelaNormal ya se haban realizado multitud de manifestaciones exigiendo su aparicin en La Plata,Capital Federal y otras ciudades del pas, a las que se sum el 18 de octubre una marcha en laciudad de Santa Fe (cf. diarios La NacinyPgina/12, 19 de septiembre de 2006 y ss., Diario

    El Litoral, 19 de octubre de 2006).

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    ror de Estado] han sido exitosas respecto de su objetivo final. Su mensaje a lasclases populares fue este: pueden tener democracia si respetan al capitalismo,si no lo aceptan, se quedarn sin democracia y tendrn que seguir aceptndolode todos modos. / Este mensaje ha sido escuchado.44

    Con seguridad que esa observacin no es tampoco explicitacin de unacausa suficiente, pero nos obliga a tener en cuenta la llamativa desaparicinde toda mencin a la revolucin y el socialismo no slo con referencia alfuturo, sino incluso al pasado. El actual bloqueo discursivo asume la ideologade los derechos humanos y la apelacin a la democracia como cierre de tododebate genuino sobre lo ocurrido. En ese sentido, el movimiento social hacolaborado en la afirmacin de un imaginario democrtico, pero el conjuntode las representaciones hegemnicas qued con enormes silencios.

    La gran mutacin del papel del Estado frente al movimiento de derechoshumanos que tuvo en nuestro pas una centralidad en la resistencia distintade su papel en otros Estados sudamericanos hace que este ltimo se presentecada vez ms descentrado en la organizacin de los homenajes, en su par-ticipacin y en la presencia de sus discursos. En casos como el de Santa Fe,el establecimiento de la agenda de los recordatorios y sus puestas en escenaquedan ahora en manos de otros actores, como son las agencias estatales o lasinstituciones educativas oficiales o privadas que por definicin de su papelsociopoltico se alejan del imaginario de cambio revolucionario de aquellos

    a los que se homenajea. El reconocimiento de una demanda culmina as enun soslayo de quienes mantuvieron viva esa memoria social.

    Los militantes setentistas participaron de imaginarios revolucionarios ysocialistas; diramos hoy, emancipatorios. Los nombres de sus agrupaciones

    y la historia de sus derrotas son parte de su lucha contra la injusticia. El te-rror de Estado acab con sus vidas y clausur ese horizonte; clausura quese reitera en nuestros reflejos condicionados al silencio y en la confianza enque el Estado se ocupar de su memoria de manera efectiva. Al respecto esoportuno recordar un clebre y terrible dilogo entre un torturador y un tortu-

    rado, incluido en una famosa novela de George Orwell. All, en un marco deestatizacin no ya republicana sino totalitaria, se dice que: El que controla elpasado controla el futuro; y el que controla el presente controla el pasado...dnde existe el pasado?... En la mente. En la memoria de los hombres.45

    44 Perry Anderson, Democracia y dictadura en Amrica Latina, en Horacio Gaggero (comp.),Estructura social y conflicto poltico en Amrica Latina, Buenos Aires, Biblos, 1989, p. 253.

    45 George Orwell, 1984, Barcelona, Salvat, 1970, p. 188.