UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIAPAS

FACULTAD DE HUMANIDADES CAMPUS VI

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

Unidad de competencia:

Gestión Educativa

Docente: Catedrático Marco Gómez López

SINTESIS DE LA LECTURA: Gestión Educativa estratégica

Alumnas:

Alondra Guadalupe Camacho Cruz.

Grado: 5° Semestre Grupo: “TB” LINEA: INNOVACIÓN

Tuxtla Gutiérrez Chiapas. Fecha de entrega: 24-FEBRERO-2016

Gestión Educativa Estratégica.

La transformación de sistema educativo ha tenido objetivos desafiantes, por

ejemplo: la calidad para todos, la profesionalización docente en todos los niveles,

etc. Para la escuela inteligente se requiere de la construcción de la gestión

educativa que sea capaz de abrir las escuelas al aprendizaje permanente.

Desafortunadamente hemos estado acostumbrados a trabajar con el estilo de

administración escolar de acuerdo a la forma en que se ha construido el sistema

educativo traducido en los textos, estructuras, prácticas, cursos de formación

orientados a administradores y educadores, en esta concepción la práctica

educativa enfoca cuestiones administrativas, con baja presencia de lo educativo.

Los sistemas educativos están transitando un largo proceso de reconversión

reflexionando sistemáticamente las alternativas globales para direccionar el

cambio. Este proceso enmarca una estrategia en América Latina de mejoramiento

de la eficiencia y eficacia del sistema educativo a través de la gestión local de los

procesos y cursos educativos. Cabe mencionar que en la gestión educativa

durante la práctica, investigación y teorías educativas se identifican diversas

patologías entre ellas, “el síndrome de burocratización” es decir las ideas y

prácticas alienantes bajo un modelo administrativo, presenta resistencia a las

nuevas ideas y nuevas prácticas, desconfía en las propuestas de educación y en

ocasiones logra bloquear el cambio. Lo ideal para la gestión sería renovar ideas y

prácticas de dirección para adecuarse a la sociedad globalizada.

Actualmente se observa el rasgo de especificidad de lo educativo, y se ha situado

como un modelo “modelo rígido de organización” donde su concepción y

estructura restringe la innovación de forma interna o externa, a partir de este

modelo se relaciona con la administración la cual supone un sistema de tareas

rutinarias jerárquicamente dependientes, a través de las cuales se simplifica la

realidad compleja en cuanto al tipo y cantidad de personas, a la tecnología, a los

procesos y a los productos. En el modelo de organización se ejerce la autoridad a

través de controles formales, generales e impersonales esto trae como

consecuencia la fragmentación de la enseñanza y hace imposible una visión de la

calidad educativa. Dentro de la división del trabajo en las organizaciones está

presente una “culturas de trabajo débilmente acopladas” o, más bien “estructuras

desacopladas”, en estas participan sujetos, objetivos, recursos, estrategias y fines

dentro de ellos hay una escasa articulación, los niveles de desacople estructural

puede obstaculizar una visión concreta, elaborada a partir de la reflexión para

orientar las acciones hacia una propuesta enriquecedora.

En la medida que las tareas se delimita normativamente y se asignan

responsabilidades individuales, las relaciones de cooperación, asistencia,

formación recíproca no forman parte de la cultura de la organización. A partir de

esto se desprecia el clima organizacional, dejando a un lado el fenómeno central

de la educación que es la relación educativa. La innovación no ocupa un lugar

predominante, pues al institucionalizar rutinas formalistas de desempeño y de

control, inespecíficas difícilmente adaptables a situaciones diferentes y

cambiantes, de igual forma la “cultura burocrática” aplasta el sentido que premura

que requiere cambio.

Desde la visión simplista, un centro educativo ejecuta, implementa, cumple

políticas educativas pero no las decide ni diseña, en este caso el centro educativo

administra la enseñanza, toma objetivo, cumpliendo las decisiones de otros,

ejecutando políticas. La cultura burocrática ha hecho de las escuelas los lugares

donde menos se discute de educación, sin embargo el reproche debe ser

redirigido hacia el modelo que organiza las prácticas y discurso debido a que se

desconoce la especificidad de los procesos de aprendizaje y de las decisiones

requeridas para enseñar.

Para ello necesitamos una restructuración educativa que haga referencia a la

reconstrucción de poder de en la escuela y la forma de organización de profesores

bajo principios de colaboración y colegialidad. El principio de colaboración ocupa

un papel principal ya se trate de colaboración entre profesores, directores,

estudiantes, padres y comunidad en general. El cual nos servirá como principio

articulador e integrador de la acción, la planificación, la cultura, el desarrollo, la

organización y la investigación. Solo una profunda transformación de la forma de

trabajo en educación permitirá al sistema educativo, avanzar hacia los objetivos

estratégicos de lo que se desafía como: calidad, equidad, pertinencia del

currículum y profesionalización de las acciones educativas. En definitiva la gestión

educativa es vista como un conjunto de procesos teórico-prácticos integrados

horizontal y verticalmente dentro del sistema educativo para cumplir los mandatos

sociales, resulta también entendida como una nueva forma de comprender y

conducir la organización escolar.