Alicia en el país de las Maravillas

(Actualmente)

La historia de Alicia, es de esas que le pueden pasar a cualquiera, digo viviendo en la sociedad actual hasta el más inteligente puede volverse más ignorante que un bebe, pero bueno, hoy estamos aquí para mostrar esa historia, la historia de Alicia, quien sentía que las Maravillas sucedían cuando haces cosas que se supone que no debes, como muchas veces hemos hecho.

Era un día cualquiera, soleado y ruidoso como cualquier otro día en una ciudad actual, en el tiempo actual.

Alicia como de costumbre, saliendo del instituto a las 3 de la tarde, tomaba sus cosas lista para retirarse del lugar, con la expresión de fastidio siempre en su rostro, junto con un grupo de compañeras salieron del aula mientras se dirigían a la salida del instituto.

Alicia: ¡Creí que el profesor nunca se callaría! Al menos el día ha acabado…

Jenny: Si lo sé, nada me alegra más que ya haber salido, lo mejor es que no ha dejado deberes.

Alicia: Si lo ves de esa manera, si, pero no soporto esa materia ¡De verdad me desespera!

Jenny: No eres la única, eso te lo aseguro…

Alicia: No comprendo, si van a enseñar matemáticas, lo menos que pueden hacer es poner a un profesor que no hable como si estuviera agonizando.

Iban hablando y cuchicheando unas con otras caminando hacia la salida, mientras cruzaban la plaza del instituto y escuchaban las demás conversaciones de otros grupos de personas, y muchas voces hablando de cosas distintas, como que harían para algún proyecto o a qué hora quedaban en algún lugar.

Alicia tomo su teléfono de la bolsa como lo hacía cada vez que podía, casi como todos los

que iban caminando en grupos pequeños de gente.

Alicia: ¿Oye harán algo hoy ustedes?

Jenny: ¿Qué si haremos algo? Hoy es la fiesta de Adrian, habrá mucha gente.

Alicia: ¿No es broma verdad? Tenemos que ir si es así.

Jenny: ¿Ya has pedido permiso?

Alicia: No necesito pedir permiso, solo tengo que decirlo.

Jenny: Como quieras….

Un automóvil sonó la bocina y Jenny lo reconoció apenas lo vio.

Jenny: Debo irme ya, me avisas que pasó.

Alicia: ¡Si¡

Se despidieron ambas saliendo por la puerta, debido a que Alicia no tenía más que a su padre para que fuera por ella, y en ese momento estaba trabajando, esta se iba caminando todos los días, su casa estaba a unas cuadras de la escuela no era un gran riesgo.

Alicia nunca fue una persona obediente, ni muy madura por supuesto, lo cual a su padre no le gustaba ya que no hacía caso de lo que le decían la mayoría de las veces, esto incluía el “No hables con extraños”. Pero ese día, en verdad que no hizo caso a su instinto.

Extraño: Hey ¡Niña! Psst, aquí en la calleja.

Alicia: ¿Si? ¿Qué se te ofrece?

Extraño: ¿A mí? En realidad nada… Oh espera sí ya recuerdo, Iba a darte algo.

El extraño saco algo del bolsillo de su chaqueta arrugada, mas no parecía sucia ni tenía mal olor.

Extraño: Ten, agárralo, es un pastelito.

Una galleta metida en una bolsita transparente sellada, decía en la parte visible “Pruébame”.

Alicia: ¿Quién eres? ¿Qué es esto?

Extraño: Una galleta si lo ves de otra manera, pruébala.

Alicia: Y ¿Por qué habría de hacerlo?

Extraño: ¿Por qué no? ¿Quién dice? Ni siquiera deberías de haberme hecho caso y aquí estas.

Alicia: No digas tonterías, una cosa es hablar otra cosa es pedirle a un desconocido que pruebe algo que ni siquiera parece una galleta.

Extraño: Vamos es gratis, solo para tiii, además tiene la palabra “Pruébame encima”

Alicia: Esta bien dame eso, pero si me haces algo, o hay algún truco, llamo a la policía.

Extraño: Oh, eso es muy amenazador ¿Pero porqué? Cuando lo comas, cosas maravillosas te pasaran. Te sentirás en las nubes.

Alicia: ¿Cómo el alcohol?

Extraño: Mejor.

Alicia: Bueno…

Lo tomo y destapo la bolsita de plástico sellada y saco la galleta, tenía un aspecto agradable, mas Alicia no confiaba del todo. Pero al ser de color azul, oler dulce y tener la palabra pruébame encima, no se lo pensó más y lo mordió.

Alicia: No sabe mal… ¿Qué tiene?

Extraño: Es ehh…tiene, se llama…. Ca…!Caramelo¡ y… y pan, leche y un poco de azúcar.

Alicia: Pues no estuvo tan mal, gracias por la galleta, en verdad te hace sentir extraño.

Extraño: Si, es increíble ¿Verdad? Si vienes mañana por aquí te daré otra, pero la segunda ya tendrá algo de valor.

Alicia: De acuerdo, esta buenísima en verdad (Sigue mordiendo) ¿De donde son?

Extraño: Conozco a alguien, muy talentoso jijijiji.

Alicia: Esta bien, hasta luego extraño.

Extraño: ¡Nos vemooos!

Alicia ya estaba cerca de casa, seguía caminando con los restos de la bolsita en la mano, pensando en que podía ser lo que tenía que hacía que tuviera un sabor tan singularmente agradable pero a la vez inquietante.

Alicia: Ugh… Ya me estoy sintiendo cansada, seguramente es por esa condenada galleta, más vale que no sea nada malo.

De pronto, volteaba por la calle y vio algo que supo que era verdad, mas no quería creerlo. Un conejo blanco, mas blanco que…bueno,

que lo mas blanco que hayan visto, iba dando de brincos hacia una calleja.

Alicia: Pero que demo… Aff… Alicia, cálmate, estas imaginando cosas.

Pero el pensarlo no detuvo al animal, ella juraba que lo escuchaba decir “! Ya es muy tarde! Jamás llegare a tiempo, me voy que es tarde ya, me voy me voy ¡”

Alicia: Creo que…mejor llamo un taxi… Estoy empezando a marearme.

Pero cuando se dio cuenta, no tenia su teléfono ni su mochila, como si hubiesen desaparecido.

Alicia: No puede ser ¡Me ha robado ese…

Pero algo le digo que no pudo haber sido él, mientras veía al conejo, le daba curiosidad a donde iba, así que ni corta ni perezosa, Alicia lo persiguió.

Alicia: A dónde vas con tanta prisa, y porque te estoy siguiendo, mas importante aun ¡¿Por que hablas?!

Al final de la calleja se encontró con un agujero de alcantarilla mas este era algo así como un pequeño túnel con una depresión, y

llegaba a cierto punto donde solo había una caída de unos 50 metros, pero Alicia al meterse ahí, sentía como si ya estuviera cayendo.

Alicia: ¿Cómo es que entro por acá ese animal?

Alicia: Ayayay…Nooooo….

Alicia resbalo con algo y cayó hacia el vacío, iba cayendo lentamente, parecía desafiar las leyes de la física, el final de la caída se veía aun muy abajo, mas iba pasando lentamente, y había momentos en los que iba más rápido, mientras caía pudo ver un espejo, una silla, unos cuantos cepillos para el cabello y un piano.

Alicia: ¿En verdad este tipo de cosas hay aquí? Pero si ningún si está moviendo y están en el aire.

Distinguió entre todas las cosas que había su teléfono celular, entre un buró y unos globos de fiesta que parecían bastante viejos.

Alicia: ¡Ten tengo! ¿Cómo es que llegaste aquí?

De pronto volteo la vista hacia abajo y vio que ya estaba en el suelo, mas tenía los pies atados a unas cuerdas, y estas atadas al techo de lo que parecía ser una torre.

Alicia: ¿Y esto? Rayos, desamárrense mendigas cuerdas… (Corte)(Cae al suelo) Auch, eso dolió.

Se incorporo y miro a su alrededor, se hallaba en lo que parecía ser un corredor, y al final, nada más que una marco de una puerta, sin puerta.

Alicia: ¿En donde…estoy?

Había más y mas marcos de puertas mientras caminaba, pero no le sorprendía eso, lo que hallaba estrambótico era que estaba en una especie de bosquecillo, con plantas, árboles y flores algo extrañas, digo, para estar dentro de una alcantarilla al final de una calleja no era muy normal.

Alicia escucho un sonido entre los arbustos, había alguien que la estaba viendo y sabía que estaba cerca.