algunos terminos utilizados por gramsci

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    INDICE:

    1. Teora y prctica 3

    2. Sociedad civil, sociedad poltica, Estado 3

    3. El concepto de Estado 6

    4. Autonoma (o primaca) de lo poltico 8

    5. Revolucin pasiva 10

    6. Espritu de escisin 11

    7. La crtica al economicismo 12

    8. Bloque histrico. Intelectuales 13

    9. Los intelectuales orgnicos 16

    10. Crisis orgnica 19

    11. Crisis de autoridad 20

    12. El papel del sentido comn 21

    13. Dominio, direccin intelectual y moral, hegemona 22

    14. Guerra de movimiento guerra de posiciones 27

    15. Catarsis 28

    16. El partido 29

    17. Grande y pequea poltica 32

    18. Transformismo 33

    19. Bloque histrico, pasin y saber 34

    20. La dialctica entre lo nacional y

    lo internacional en Gramsci 34

    21. La expansividad de la burguesa 31

    22. Estado, derecho y moral 37

    23. Reforma intelectual y moral 37

    24. Estadolatra 38

    25. La destruccin creadora 39

    26. Alianzas sociales 40

    27. La filosofa de una poca 40

    28. Centralismo democrtico 41

    Bibliografa de y sobre Gramsci (en espaol) 42

    Gramsci en la Web 50

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    1. Teora y prctica

    Puesto que toda accin es el resultado de voluntades distintas,

    con diverso grado de intensidad, de conciencia, de homogeneidad

    con el complejo total de voluntades colectivas, est claro que

    tambin la teora correspondiente e implcita ser una combina-

    cin de creencias y puntos de vista igualmente desordenados y

    heterogneos [...] el problema de identificar teora y prctica se

    plantea en este sentido: construir, sobre una determinada prctica,

    una teora que coincidiendo e identificndose con los elementos

    decisivos de la prctica misma, acelere el proceso histrico en

    desarrollo, haciendo la prctica ms homognea, coherente, efi-

    ciente en todos sus elementos, o sea potencindola al mximo; o

    bien, dada una cierta posicin terica, organizar el elemento prc-

    tico indispensable para su puesta en prctica. La identificacin de

    teora y prctica es un acto crtico, por el que la prctica se de-

    muestra racional y necesario o la teora realista y racional.1

    2. Sociedad civil, sociedad poltica, estado

    El reconocimiento de la complejidad de sociedad y Estado mo-

    derno es un punto de partida fundamental para Gramsci, hasta el

    punto de identificar la verdadera poltica revolucionaria con la

    precisa comprensin del fenmeno estatal:

    El concepto de revolucionario y de internacionalista, en el

    sentido moderno de la palabra, es correlativo al concepto pre-

    ciso de Estado y de clase: escasa comprensin del Estado signi-

    fica escasa conciencia de clase [la] comprensin del Estado

    existe no solo [para el que] lo defiende, sino [tambin para el

    que] lo ataca para transformarlo. 2

    Pero junto al concepto de Estado,3 no es menos importante para

    1 Cuadernos, V, p. 199.

    2 Pasado y Presente edicin espaola de Granica, Buenos Aires, 1977, traduc-

    cin de Manlio Macri, p. 31 3 Es difcil de exagerar la importancia que asigna a la comprensin del fen-

    meno estatal, como se ve en el siguiente pasaje: Los conceptos de revolu-cionario y de internacionalista, en el sentido moderno de la palabra, son co-

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    Gramsci la comprensin del de sociedad civil, cuyo mayor grado

    de desarrollo caracteriza a las sociedades occidentales:

    En Oriente el estado era todo, y la sociedad civil era primitiva

    y gelatinosa, en Occidente bajo el temblor del estado se evi-

    denciaba una robusta estructura de la sociedad civil. El esta-

    do era solo una trinchera avanzada detrs de la cual se ha-

    llaba una robusta cadena de fortalezas y casamatas... esto

    exiga un cuidadoso reconocimiento de carcter nacional.

    [...] En los estados ms avanzados, donde la sociedad civil se ha convertido en una estructura muy compleja y resistente a

    las irrupciones catastrficas del elemento econmico inme-diato (crisis, depresiones, etc.) las superestructuras de la so-

    ciedad civil son como el sis- tema de las trincheras de la gue-

    rra moderna [...] se trata de estudiar con profundidad cu-les son los elementos de la sociedad civil que corresponden a

    los sistemas de defensa en la guerra de posiciones.4

    Gramsci define al Estado como la suma de las funciones de domi-

    nio y hegemona e incluso como la suma de sociedad poltica y

    sociedad civil:

    Estado es todo el complejo de actividades prcticas y tericas

    con las cuales la clase dirigente no solo justifica y mantiene

    su dominio sino tambin logra obtener el consenso activo de

    los gobernados.5

    Dice Giuseppe Tamburrana en un estudio sobre Gramsci:6

    rrelativos al concepto preciso de Estado y de clase: escasa comprensin del

    Estado significa escasa conciencia de clase (comprensin del Estado existe

    no slo cuando se le defiende sino tambin cuando se lo ataca para derrocar-

    lo) (Cuadernos...; IV, p. 50) 4 Cuadernos, III, p. 157.

    5 Notas sobre Maquiavelo..., p. 107

    6 G. Tamburrana, en P. Togliatti (comp..) Gramsci e il Leninismo, Studi

    Gramsciani, E. Riuniti, 1958 , p. 280.) Aric, que es el que lo cita a Tambu-

    rrana, aclara: [...] esta distincin gramsciana [...] no puede conducirnos a creer en la existencia de dos fenmenos separados. El Estado como dictadura

    de clase y el Estado como sociedad no son ms que dos momentos reales y

    activos de un nico fenmeno general y expresan en ltima instancia el he-

    cho de que la supremaca de una clase social se manifiesta en dos planos di-

    ferentes, como dominio y como direccin intelectual y moral (Citado

  • - 5 -

    Cuando se habla de sociedad burguesa o feudal [...] manteni-

    da coactivamente por las leyes, los jueces o la fuerza militar se

    entiende tambin un cierto modo de vivir y de pensar [...] una

    concepcin del mundo difundida en la sociedad y sobre la

    cual se fundan las preferencias, los gustos, la moral, las cos-

    tumbres [...] de la mayora de los hombres vivientes en aquella

    sociedad. Este modo de ser y de actuar de los hombres, de los

    gobernados, es el puntal ms importante del orden constitui-

    do; la fuerza material es una fuerza de reserva para los mo-

    mentos excepcionales de crisis [...] Es este concepto el que in-

    teresa a Gramsci, y es lo que trata de definir, analizar y ex-

    plicar.

    El del conformismo social es un descubrimiento clave, que hace que se preste adhesin espontnea, incluso activa, a lo visto como

    habitual, normal y por lo tanto bueno. La vida cotidiana se vive de acuerdo a preceptos implcitos, incorporados a un sentido comn de origen difuso, y composicin fragmentada y auto con-tradictoria, pero dotado de una gran eficacia cultural.

    La sociedad poltica es el mbito de lo pblico, lo poltico-jurdico, la coercin; la sociedad civil el de lo privado, de las relaciones voluntarias, la construccin de consenso. Gramsci las considera en algunos pasajes como dos grandes planos superes-

    tructurales; a la primera corresponde el Estado y el dominio di-recto y a la segunda la funcin de hegemona.7

    Pero ambos niveles se entrecruzan. Por ejemplo el papel educati-

    vo-integrador del derecho, destacado por Gramsci. En ocasiones

    identifica Estado con sociedad poltica, y en otros considera al

    Estado como sociedad poltica ms sociedad civil (hegemona

    revestida de coercin):

    En la poltica el error se produce por una inexacta compren-

    sin de lo que es el Estado (en el significado integral: dictadu-

    ra + hegemona) 8

    Como dir luego Althusser,9 Gramsci no se cie a la divisin (per-

    por J. Aric, prlogo de Notas sobre Maquiavelo...p. 18).

    7 Cuadernos, IV, p. 35. Ver al final las Notas bibliogrfcas.

    8 Cuadernos III, p. 113

    9 L. Althusser, Ideologa y aparatos ideolgicos del estado. Fichas, Pasado y

  • - 6 -

    teneciente a la ideologa burguesa) entre estatal-pblico y priva-

    do. La sociedad civil es la sede de la capacidad de direccin, distinta de la capacidad de mando. Una sociedad civil desarro-llada corresponde a la mayor gravitacin del consenso, y es por lo

    tanto la base posible de una autntica hegemona. Y permite la formacin de opinin pblica:

    El Estado, cuando quiere iniciar una accin poco popular,

    crea preventivamente, la opinin pblica adecuada, esto es,

    organiza y centraliza ciertos elementos de la sociedad civil

    [...] La opinin pblica es el contenido poltico de la voluntad

    poltica pblica que podra ser discordante: por eso existe la

    lucha por el monopolio de los rganos de la opinin pblica;

    peridicos, partidos, parlamento, de modo que una sola fuer-

    za modele la opinin y con ello la voluntad poltica nacional,

    convirtiendo a los disidentes en un polvillo individual e inor-

    gnico.10

    Todo esto no significa dejar de tener presente el peso del mo-mento de la coercin, sea como potencialidad (permanente) o como acto (en situaciones de crisis). Aun en el estado de dere-cho de mejor funcionamiento la fuerza aflora continuamente, aunque no aparezca en el rol decisivo inmediato. Examinando la

    concepcin gramsciana sobre consenso y coercin, Anderson 11

    afirma que

    [...] la estructura normal del poder poltico capitalista en los

    estados democrtico-burgueses est, en efecto, simultnea e

    indivisiblemente dominada por la cultura y determinada por

    la coercin.

    3. El concepto del Estado

    Estado (sociedad poltica + sociedad civil).

    En esa presentacin el Estado va ms all de lo que se considera

    jurdicamente como tal, e incorpora lo que Marx llamaba los me-

    Presente, 1973.

    10 Cuadernos III, p. 196

    11 Perry Anderson Las antinomias de Antonio Gramsci, Estado y revolucin en

    Occidente. Fontamara, Mxico, 2 edicin. 1981.

  • - 7 -

    dios de produccin ideolgica, como la Iglesia, los partidos pol-ticos, los sindicatos, que expanden una visin del mundo y orga-

    nizan a las masas.

    Gramsci introduce as una nocin ampliada del Estado, que lleva

    como consecuencia a la idea de que el Estado en sentido jurdico-

    poltico puede (y debera) ser absorbido por la sociedad civil, en

    cuanto es expresin de dominio de clase:

    [...] es preciso hacer constar que en la nocin general del Es-

    tado entran elementos que deben ser referidos a la nocin de

    sociedad civil (se podra sealar al respecto que Estado = so-

    ciedad poltica + sociedad civil, vale decir hegemona revesti-

    da de coercin.) En una doctrina del Estado que conciba a

    ste como pasible de agotamiento parcial y de disolucin en la

    sociedad regulada, el argumento es fundamental. El elemento

    Estado-coercin se puede considerar agotado a medida que se

    afirman elementos cada vez ms conspicuos de sociedad re-

    gulada (o Estado tico o sociedad civil).12

    Es tambin, en trminos de la relacin dialctica sociedad poltica-

    sociedad civil, que adhiere a la visin del ideal comunista de

    desaparicin del Estado:13

    [...] un sistema de principios que afirmen como fin del estado

    su propio fin, [...] su propio desaparecer, o sea, la reabsorcin

    de la sociedad poltica en la sociedad civil.

    [...] los hechos ms importantes de la historia francesa desde

    1870 hasta nuestros das no se han debido a iniciativas de

    organismos polticos derivados del sufragio universal sino a

    iniciativas de organismos privados [...] o de grandes funcio-

    narios desconocidos por la gente del pas, etc. Pero qu signi-

    fica esto sino que por Estado debe entenderse no slo el apa-rato gubernamental sino tambin el aparato privado de he-gemona o sociedad civil? 14

    El ejemplo es luminoso: an en un pas de tan elevado desarrollo estatal como Francia, el Estado en sentido jurdico-formal dista de ser el centro exclusivo, y ni siquiera el principal, de la toma de

    12

    Notas sobre Maquiavelo..., p. 165 13

    dem, p. 123 14

    dem, p. 164

  • - 8 -

    decisiones.

    En la polmica sobre las funciones del Estado, con el trmino

    Estado vigilante nocturno quiere significar

    un Estado cuyas funciones se limitan a la tutela del orden pblico

    y del respeto a la ley. No se insiste en el hecho de que en esta

    forma de rgimen (que, en realidad, no ha existido nunca o slo

    ha existido como hiptesis-lmite, sobre el papel) la direccin del

    desarrollo histrico pertenece a las fuerzas privadas, a la sociedad

    civil, que tambin es Estado, o, mejor dicho, es el Estado.15

    Gramsci insina que en sociedades con Estado jurdico mnimo, el

    estado real anida en la sociedad civil.16

    4. Autonoma (o primaca) de lo poltico

    La pretensin (presentada como postulado esencial del materia-

    lismo histrico) de exponer cada fluctuacin de la poltica y de la

    ideologa como una expresin inmediata de la estructura, debe

    ser combatida tericamente como un infantilismo primitivo, o

    prcticamente debe ser combatido con el testimonio autntico de

    Marx.17

    La tendencia general en Gramsci, tal como muestra esta defini-

    cin, es antideterminista y anti economicista. No se trata de adop-

    tar posiciones correctas frente a las variaciones de las condicio-nes objetivas sino de tomar la iniciativa poltica, de darle la pri-maca a ese plano de la praxis humana. Para Gramsci el econo-micismo es manifestacin de un grupo todava subalterno, que

    an no ha adquirido conciencia de su fuerza y de sus posibilida-

    des y modos de desarrollo y por esto no sabe salir de la fase de

    "primitivismo, marcado por una conciencia econmico - corpora-tiva, ceida a los intereses materiales inmediatos. En tanto se man-

    tengan las concepciones de este tipo,

    el grupo subalterno [...] se impide convertirse alguna vez en

    dominante, desarrollarse ms all de la fase econmico-

    15

    dem. 16

    dem. 17

    Cuadernos III, p. 161

  • - 9 -

    corporativa para elevarse a la fase de la hegemona tico-

    poltica en la sociedad civil y dominante en el Estado.18

    Otro planteo interesante que hace al respecto es el de vincular

    estrechamente el economicismo con las posiciones ultraiz-quierdistas:

    [...] la rgida aversin por principio a los compromisos y que

    tiene como manifestacin subordinada lo que se puede de-

    nominar el miedo a los peligros.19

    Es evidente por qu la referida aversin est ligada estrechamente

    al economicismo:

    La concepcin sobre la cual se funda esta aversin no puede

    ser otra que la certeza inquebrantable de que en el desarrollo

    histrico existen leyes objetivas del mismo carcter que las le-

    yes naturales, a lo cual se agrega la creencia en un finalismo

    fatalista similar al religioso [...] Junto a estas convicciones fa-

    talistas est, sin embargo, la tendencia a confiar siempre, ciegamente y sin criterio, en la virtud reguladora de las ar-

    mas, lo cual, por otro lado, no deja de tener algo de lgica y

    de coherencia, ya que se piensa que la intervencin de la vo-

    luntad es til para la destruccin, y no para la reconstruc-

    cin [...] La construccin es concebida mecnicamente y no

    como construccin-reconstruccin.20

    As, voluntarismo y economicismo, concepciones aparentemente

    opuestas, se muestran como una suerte de hermanos gemelos que pueden conducir uno al otro con relativa facilidad. En la con-

    cepcin de Gramsci, las clases no instrumentan al Estado desde afuera, sino que se unifican y constituyen en l. Generan en ese

    espacio la verdadera racionalidad poltica de clase, al comprender

    y unificar sus intereses en un plano estratgico, superior al eco-nmico-corporativo. Trascienden as el nivel de la defensa de

    intereses econmicos inmediatos, para ingresar al plano estratgi-

    co, de los intereses de largo plazo del conjunto de la clase.

    18

    Notas sobre Maquiavelo..., p. 54 19

    dem, p. 61 20

    dem, p. 61-62

  • - 10 -

    5. Revolucin pasiva

    Gramsci concibe la revolucin en sentido clsico, como una trans-

    formacin fundamental impulsada por iniciativa popular. Pero se

    ocupa de otro camino de solucin a las crisis orgnicas o de he-

    gemona, la revolucin pasiva. Aplica este trmino a un pro- ceso de transformacin social sin momento jacobino, impulsado desde arriba, en forma de

    modificaciones moleculares que, en realidad, modifican pro-

    gresivamente la composicin anterior de las fuerzas y se con-

    vierten, por tanto, en matrices de nuevas modificaciones.21

    Es decir, plantea que la clase dirigente se reagrupa y reorganiza,

    produce reformas, reacomoda su visin del mundo, le da un lugar a clases que vienen de formaciones sociales anteriores en el

    nuevo equilibrio de fuerzas. Y en suma, logra producir transfor-

    maciones importantes en la organizacin social, pero reduciendo

    al mnimo la iniciativa popular en la produccin de esos cam-bios.

    En otro pasaje define la revolucin pasiva como revolucin-restauracin en la cual las exigencias que en Francia hallaron una expresin jacobina-napolenica fueron satisfechas en pequeas

    dosis, dentro de la legalidad y con mtodos reformistas.22

    Ms all de su eficacia transformadora, la ideologa de restaura-cin-revolucin servira como elemento de una guerra de posi-ciones:

    lo que poltica e ideolgicamente importa es que el esquema

    puede tener y tiene la virtud de crear un perodo de espera y

    de esperanzas, especialmente en ciertos grupos sociales italia-

    nos, como las grandes masas de pequeos burgueses urbanos

    y rurales y, as poder mantener el sistema hegemnico militar

    y civil a disposicin de las tradicionales clases dirigentes.23

    Este tipo de procesos tiene una importante influencia negativa

    sobre la capacidad de lucha de las clases adversarias. Como carac-

    21

    dem, p. 98 22

    Cuadernos IV, pp. 128-129 23

    dem, p. 130

  • - 11 -

    teriza Buci-Glucksmann:

    la revolucin pasiva, dado que decapita a las direcciones de

    las clases adversarias y aliadas, las priva de su propio instru-

    mento de lucha poltica y crea un obstculo para su constitu-

    cin en clases autnomas.24

    La revolucin pasiva y la revolucin-restauracin expresan seguramente el hecho histrico de la ausencia de una iniciativa

    popular unitaria en el desarrollo de la historia [...] y el otro hecho

    de que el desarrollo se ha verificado como reaccin de las clases

    dominantes al subversivismo espordico, elemental, inorgnico de

    las masas populares con restauraciones que han acogido una cierta parte de las exigencias de abajo por lo tanto restauracio-nes progresistas o revoluciones-restauraciones o revoluciones pasivas".25

    6. Espritu de escisin

    Bajo ese nombre o sus sinnimos distincin o separacin, Gramsci se refiere a algo parecido a lo que hoy llamaramos

    construccin de identidad, convertir a las clases subalternas en un nosotros, capaz a su vez de definir un ellos que corporice al enemigo social:

    Qu se puede contraponer de parte de una clase renovadora

    a este formidable complejo de trincheras y fortificaciones de la

    clase dominante? El espritu de escisin o sea la progresiva

    conquista de la conciencia de la propia personalidad histri-

    ca, espritu de escisin que debe tender a prolongarse de la

    clase protagonista a las clases aliadas potenciales; todo esto

    requiere un complejo trabajo ideolgico, cuya primera condi-

    cin es el exacto conocimiento de la materia volcada en su

    elemento humano.26

    24

    Buci-Glucksmann, op. cit. p. 77. 25

    Cuadernos IV, p. 205. 26

    Pasado y Presente, p. 220.

  • - 12 -

    7. La crtica al economicismo

    Para Gramsci ver el inters material, el beneficio inmediato como el motor de la poltica, se convierte en la razn de ser de

    un materialismo histrico mutilado, reducido a una visin lineal de la relacin estructura-superestructura, que busca en los intere-

    ses econmicos la explicacin universal de todos los fenmenos

    sociales. Reivindica la importancia de la ideologa, el carcter de

    fuerza material que pueden adquirir las creencias populares, ya planteado por Marx.

    En esa lnea de pensamiento, el error del economicismo es pen-sar las transformaciones econmicas como el motor nico y direc-

    to de los cambios sociales y polticos, minimizando el lugar de la

    poltica:

    Siempre es necesaria una iniciativa poltica apropiada para

    liberar al impulso econmico de las trabas de la poltica tra-

    dicional, o sea, para cambiar la direccin poltica de ciertas

    fuerzas que es preciso absorber para realizar un nuevo bloque

    histrico econmico- poltico, homogneo, sin contradicciones

    internas.27

    La afirmacin mecnica de la primaca de lo econmico lleva a

    negar autonoma e importancia a la accin:

    Es por lo menos extraa la actitud que el economismo asume

    con respecto a las expresiones de voluntad, de accin y de ini-

    ciativa poltica e intelectual, como si stas no fuesen una

    emanacin orgnica de necesidades econmicas o, mejor

    an, la nica expresin eficiente de la economa.28

    Hay que notar, adems, cierta paradoja en la produccin de efec-

    tos por el economicismo, en cuanto Gramsci reconoce su popu-laridad, en el sentido de poder de conviccin de las masas:

    En su forma ms difundida de supersticin economista, la fi-

    losofa de la praxis pierde gran parte de sus posibilidades de

    expansin cultural en la esfera superior del grupo intelectual,

    mientras que las gana entre las masas populares y entre los

    27

    Notas sobre Maquiavelo..., p. 62 28

    dem, p. 55

  • - 13 -

    intelectuales de medianos alcances que no quieren fatigar su

    cerebro pero desean aparecer como muy astutos.29

    La contradiccin existe: Lo que le da simplicidad, verosimilitud en

    trminos populares, le mella a su vez el filo crtico y las posibi-lidades de articular una visin del mundo realmente operante en

    un sentido transformador:

    [...] si la filosofa de la praxis [...] no reconoce la realidad de

    un momento de la hegemona, no da importancia a la direc-

    cin intelectual y moral y juzga realmente como aparien-cias los hechos de la superestructura. [...] la fase ms reciente del desarrollo de sta consiste precisamente en la reivindica-

    cin del momento de la hegemona como esencial en su con-

    cepcin estatal y en la valorizacin del hecho cultural, de la actividad cultural, de un frente cultural como necesario junto

    a aquellos meramente econmicos o meramente polticos.30

    8. Bloque histrico. Intelectuales

    Estas categoras estn ligadas a la forma de encarar la relacin

    base-superestructura como compleja, mediada, contradictoria.

    Estructura y superestructura componen un bloque histrico,

    unidad entre la naturaleza y el espritu (estructura y superes-

    tructura), unidad de los contrarios y de los distintos.31

    Gramsci tambin caracteriza el bloque histrico como identifica-

    cin de contenido econmico-social y forma tico-poltica.32

    Los hombres y las clases toman conciencia de su situacin en

    el terreno de la ideologa

    es un concepto marxiano invocado una y otra vez por Gramsci.

    Es condicin para ello generar una visin propia del mundo, lo

    que se logra al producir intelectuales orgnicos y alcanzar una

    visin tico-poltica propia de la clase, y exceder la percepcin

    meramente econmica de los intereses clasistas. Ello le permite

    29

    dem, p. 59 30

    Cuadernos, IV, p. 126 31

    Notas sobre Maquiavelo..., p. 18, Nueva Visin, 1998 32

    Cuadernos, IV, p. 137

  • - 14 -

    conferir universalidad a sus intereses estratgicos, que tienden a expandirse hacia otros grupos sociales, dando lugar as a la capa-

    cidad dirigente de la clase que se sita en condiciones de cons-tituirse en hegemnica. La toma de conciencia es as un proceso autnomo, que se genera al interior del desarrollo histrico de un

    grupo social.

    No existe una conciencia espontnea, derivada linealmente de la posicin en el proceso de produccin, ni una conciencia pre constituida de clase, previa e independiente de la experiencia social concreta, que se pueda ensear como un evangelio. Las clases subalternas llegan a las fases superiores de su desarrollo en

    tanto que consiguen autonoma frente a las clases dominantes y

    obtienen la adhesin de otros grupos polticos aliados.

    Esa adhesin se alcanza en la medida en que desarrollan una

    contra-hegemona que cuestiona la visin del mundo, los modos de vivir y de pensar que las clases dominantes han logrado ex-

    pandir entre vastos sectores sociales. Se desarrolla as el espritu

    de distincin y escisin existente en toda sociedad, para con-vertirlo en crtica activa del conformismo imperante. Gramsci valora el objetivo comunista de la transformacin contra hegem-

    nica:33

    Para formar los dirigentes es fundamental partir de la si-

    guiente premisa: Se quiere que existan siempre gobernados y

    gobernantes o, por el contrario, se desea crear las condiciones

    bajo las cuales desaparezca la necesidad de que exista tal di-

    visin?

    La nota distintiva es as el quiebre de las jerarquas sociales, de la

    divisin entre ciudad y campo, entre intelectuales y simples y entre estado y sociedad civil, su subsuncin en la futura sociedad regulada, superacin definitiva del Estado-clase en el plano poltico.

    Reforma econmica y reforma intelectual y moral, cambio de po-

    der poltico y construccin hegemnica, parecen convertirse as

    en pares en vinculacin compleja, pero que no pueden realizarse

    uno sin el otro.

    33

    Los intelectuales y la organizacin de la cultura, p. 17, traduccin de Ral

    Sciarreta, Nueva Visin, 1984.

  • - 15 -

    Gramsci trabaja siempre la distincin entre lo culto y lo popu-lar, para plantear la necesidad de dar la lucha en el terreno del lenguaje y la cultura del pueblo, para hacer la crtica del sentido comn rescatando los ncleos de buen sentido que en aqul existen.

    Propugna un nuevo tipo de intelectual, distinto al de los tradicio-

    nales, ms ligado a funciones efectivas de direccin, incluso en la

    esfera econmica.

    El modo de ser del nuevo intelectual [] ya no puede consistir en la elocuencia [] sino en su participacin activa en la vi-da prctica, como constructor, organizador, [...] a partir de la

    tcnica-trabajo llega a la tcnica-ciencia y a la concepcin

    humanista histrica, sin la cual se permanece como especia-lista y no se llega a ser dirigente (especialista ms poltico)34

    Le da importancia aqu al paso del intelectual tradicional (clrigo,

    abogado, profesor, etc.) a un trabajador intelectual, vinculado ms

    cercanamente a la produccin, pero a su vez marca la necesidad

    de alcanzar una visin de conjunto de la sociedad y la historia

    para poder transformar al especialista en dirigente.35

    El italiano habla de determinadas necesidades para cada movi-

    miento cultural que tienda a sustituir al sentido comn:

    [...] trabajar sin cesar para elevar intelectualmente a ms vas-

    tos estratos populares, esto es, para dar personalidad al amor-

    fo elemento de masa, cosa que significa trabajar para suscitar

    lites de intelectuales de un tipo nuevo, que surjan directa-

    mente de la masa y que permanezcan en contacto con ella,

    para llegar a ser ballenas de cors.36

    Esta necesidad, cuando es satisfecha, es la que modifica realmente

    el panorama ideolgico de una poca.37 Es interesante ver como plantea el situarse del intelectual en la relacin entre sus convic-

    ciones tericas y la realidad en la que le toca actuar:

    34

    Cuadernos IV, p. 382 35

    Los intelectuales... p. 14 36

    A. Gramsci, El materialismo histrico..., traduccin de Isido- ro Flambaum,

    Nueva Visin, 1973, p. 23 37

    dem, p. 23.

  • - 16 -

    [...] la realidad es rica en las construcciones ms raras y es el

    terico quien debe, en esta rareza, encontrar la prueba de su

    teora, traducir en lenguaje terico los elementos de la vida histrica y no, viceversa, presentar la realidad segn el es-

    quema abstracto [...] esta concepcin no es ms que una ex-

    presin de pasividad.38

    Se destaca aqu el carcter de la concepcin de Gramsci sobre la

    capacidad necesaria para traducir la realidad a trminos tericos, pues ambos planos, el de la inteleccin y el real, tienen cdigos

    diferentes. Toda la obra de Gramsci puede ser entendida tambin

    como traduccin del comunismo a Occidente y a Italia en parti-cular. Y este problema de traduccin se liga tambin a la dialc-tica entre el saber y el comprender-sentir y la imposibilidad de construir verdadero conocimiento sin pasin:

    El elemento popular siente pero no siempre comprende o sa-be. El elemento intelectual sabe pero no comprende o, parti-cularmente, "siente". Los dos extremos son, por tanto, la pe-

    dantera y el filistesmo por una parte, y la pasin ciega y el

    sectarismo por la otra. [...] El error del intelectual consiste en

    creer que se pueda saber sin comprender y, especialmente, sin

    sentir ni ser apasionado [...] esto es, que el intelectual pueda

    ser tal (y no un puro pedante) si se halla separado del pueblo-

    nacin.39

    9. Los intelectuales orgnicos

    Cada clase social fundamental tiende a crearse su propio grupo de

    intelectuales, que le da homogeneidad y conciencia, en el terreno

    econmico, pero tambin en el poltico y el cultural.40 Gramsci se

    pronuncia contra la falsa nocin de la independencia de los inte-

    lectuales, contra la asimilacin de ellos a los hombres de letras; relativiza la divisin entre intelectuales y simples, y quiebra la individualidad del intelectual en la figura del intelectual colecti-vo de la clase obrera. Plantea la extensin del concepto:

    38

    Pasado y Presente, p. 79 39

    Materialismo Histrico...p. 124 40

    Los Intelectuales..., p. 9

  • - 17 -

    Por intelectuales es preciso entender no slo aquellas capas

    comnmente designadas con esta denominacin, sino en ge-

    neral toda la masa social que ejerce funciones organizativas

    en sentido lato, tanto en el campo de la produccin como en

    el de la cultura y en el poltico-administrativo.41

    En ese entendimiento, todo miembro activo de un partido, por

    cumplir funciones organizativas, es un intelectual. Pero ya no un

    intelectual tradicional de tendencias individualistas y elitistas, sino un inte-lectual orgnico surgido de las masas y ligado a ellas, que se ve a s mismo como integrante de un movimiento

    colectivo:

    [...] no existe una clase independiente de intelectuales, sino

    que cada grupo social tiene su propia capa o tiende a formr-

    sela; pero los intelectuales de la clase histricamente (y realis-

    tamente) progresista, en las condiciones dadas, ejercen un

    poder tal de atraccin que termina, en ltimo anlisis, por

    subordinar a los intelectuales de los otros grupos sociales, y en

    consecuencia por crear un sistema de solidaridad entre todos

    los intelectuales con vnculos de orden sicolgico (vanidad,

    etc.) y frecuentemente de casta (tcnico- jurdicos, corporati-

    vos, etc.) 42

    En la sociedad capitalista, los empresarios son tambin intelectua-

    les, al menos en lo que incumbe a sus funciones de organizacin

    y direccin:

    Si no todos los empresarios, por lo menos una elite de ellos de-

    be tener capacidad para la organizacin de la sociedad en

    general, en todo su complejo organismo de servicios hasta la

    misma organizacin estatal, dada la necesidad de crear las

    condiciones ms favorables para la expansin de la propia

    clase, o como mnimo debe poseer la capacidad para selec-

    cionar los encargados (empleados especializados) a los que se pueda confiar esa actividad organizativa de las relaciones

    generales externas de la empresa.43

    41

    Cuadernos, V, p. 412 42

    dem, p. 388 43

    Los Intelectuales..., p. 10

  • - 18 -

    El intelectual orgnico se diferencia de los intelectuales tradicio-nales, miembros de categoras preexistentes al desarrollo indus-trial capitalista, que se conservan a s mismas como autnomas e independientes del grupo social dominante. Gramsci expone sucintamente la tarea fundamental de los intelectuales de nuevo

    tipo, ligados a la clase obrera:

    [...] elaborar crticamente la actividad que existe en cada uno

    [...] y logrando que el esfuerzo nervioso-muscular, en tanto

    elemento de una actividad prctica general que renueva

    constantemente el mundo fsico y social, llegue a ser el fun-

    damento de una nueva e integral concepcin del mundo.44

    Previamente haba caracterizado al nuevo intelectual como in-telectual-constructor, organizador, persuasor permanente que:45

    de la tcnica-trabajo llega a la tcnica-ciencia y a la concep-

    cin humanista-histrica, sin la cual se permanece como especialista y no se llega a dirigente (especialista de la po-ltica)

    Cabe aclarar que no hay que pensar en una relacin simtrica

    intelectuales = hegemona, ya que tambin se desempean en

    funciones de dominio, ligadas a la coercin:

    Los intelectuales son los empleados del grupo dominante pa-ra el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemona

    social y del gobierno poltico a saber:

    1) del consenso espontneo que las grandes masas de la po-blacin dan a la direccin impuesta a la vida social por el

    grupo fundamental dominante, consenso que histricamente

    nace del prestigio (y por lo tanto de la confianza) que el gru-

    po dominante deriva de su posicin y de su funcin en el

    mundo de la produccin.

    2) del aparato de coercin estatal que asegura legalmente la disciplina de aquellos grupos que no consienten ni activa ni pasivamente, pero que est preparado para toda la sociedad

    en previsin de los momentos de crisis en el comando y en la

    44

    dem, p. 13. 45

    Cuadernos, II, p. 226.

  • - 19 -

    direccin, casos en que no se da el consenso espontneo.46

    La coercin ocupa un segundo plano en las sociedades hegem-

    nicas, pero puede pasar al primero en momentos de crisis. Los

    intelectuales de una nueva clase deben auto concebirse como un

    fenmeno radicalmente nuevo:

    Una nueva situacin histrica crea una nueva superestructu-

    ra ideolgica, cuyos representantes [los intelectuales] deben ser

    concebidos tambin ellos como nuevos intelectuales, naci-dos de la nueva situacin y no como continuacin de la inte-

    lectualidad precedente. Si los nuevos intelectuales se conci-ben a s mismos como continuacin directa de la intelectua-

    lidad precedente, no son en absoluto nuevos, no estn liga-dos al nuevo grupo social del que era expresin la vieja inte-

    lectualidad [...] Si es tarea de los intelectuales la de determinar

    y organizar la revolucin cultural, o sea de adecuar la cultu-

    ra a la funcin prctica, es evidente que los intelectuales cris-

    talizados son reaccionarios, etc.47

    La autoconciencia significa histricamente creacin de una

    vanguardia de intelectuales:

    una masa no se "distingue" y no se vuelve independiente "por

    s misma" sin organizarse [...] y no hay organizacin sin inte-

    lectuales o sea sin organizadores y dirigentes.48

    10. Crisis orgnica

    Es el sacudimiento del bloque histrico completo, la crisis que abarca tanto la prdida de hegemona como de la posibilidad de

    los dominantes de hacer avanzar la economa, afectando a la es-

    tructura y a la hegemona creada. Puede prolongarse mucho

    tiempo sin resolverse, y su solucin puede venir desde arriba o desde abajo:

    la vieja sociedad resiste y se asegura un perodo de respiro, ex-

    terminando fsicamente a la lite adversaria y aterrorizando

    46

    Los Intelectuales, p. 16 47

    Cuadernos, III, p. 302 48

    Cuadernos, IV, p. 253

  • - 20 -

    a las masas de reserva.49

    Un perodo de represin aguda puede resolver la crisis orgnica por destruccin del elemento dirigente de las clases subalternas.

    Se hace referencia tambin a la crisis de hegemona, en la que se rompe el vnculo representantes-representados, y por lo tanto

    las corporaciones (sindicatos, Iglesia, Fuerzas Armadas) recobran

    predominio. Es una crisis del Estado en su conjunto, en el que la

    clase dirigente ve puesta en tela de juicio su autoridad sea por un fracaso propio en una empresa poltica de envergadura, sea

    por la movilizacin activa y consciente de amplias capas sociales

    antes inactivas.50 Estas crisis de hegemona son

    una lucha entre dos conformismos. Los viejos dirigentes in-telectuales y morales de la sociedad sienten que se les hunde el

    terreno bajo los pies, se dan cuenta de que sus prdicas se han convertido precisamente en prdicas, es decir, en algo ajeno a la realidad, en pura forma sin contenido, en larva

    sin espritu; de aqu su desesperacin y sus tendencias reac-

    cionarias y conservadoras: la forma particular de civiliza-

    cin, de cultura, de moralidad que ellos han representado, se

    descompone y por esto proclaman la muerte de toda civiliza-

    cin, de toda cultura, de toda moralidad y piden al Estado

    que adopte medidas represivas, y se constituyen en un grupo

    de resistencia apartado del proceso histrico real, aumentan-

    do de este modo la duracin de la crisis, porque el ocaso de

    un modo de vivir y de pensar no puede producirse sin crisis.51

    Con todo, los poderes corporativos pueden reconstruir la autori-

    dad del Estado si no se produce una iniciativa popular que lo

    impida.

    11. Crisis de autoridad

    Si la clase dominante ha perdido el consenso, entonces no es

    ms dirigente, sino nicamente dominante, detentadora de la pura fuerza coercitiva, lo que significa que las clases do-

    49

    Cuadernos, V, p. 41 50

    Notas sobre Maquiavelo..., p. 76-77 51

    dem, p. 185-186

  • - 21 -

    minantes se han separado de las ideologas tradicionales, no

    creen ms en lo que crean antes. La crisis consiste justamente

    en que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer, y en este te-

    rreno se verifican los fenmenos morbosos ms diversos.52

    Esta crisis aparece as como un perodo de anomalas y asechan-

    zas, pero a la vez como una fuente de oportunidades para termi-

    nar como los fenmenos morbosos mediante una iniciativa transformadora operada desde abajo.

    12. El papel del sentido comn

    Los fenmenos ideolgico-polticos presentan un tratamiento es-

    pecial en Gramsci, que no se preocupa slo por los sistemas de pensamiento elaborados y coherentes, sino por las manifestacio-nes dispersas y auto contradictorias que conforman el sentido

    comn, en el que anidan formas de pensar de los ms dismiles

    orgenes, incoherentes y desarticuladas, aun en la mente del mis-

    mo individuo. En definitiva, a su juicio, la praxis revolucionaria, al

    disputar el apoyo de las masas populares, no confronta con los

    sistemas de los filsofos, coherentes y fundamentados, sino con las creencias populares, con esa filosofa de los no filsofos que constituye el sentido comn.

    Trata de construir una actitud concreta (y compleja) del revolu-

    cionario frente al sentido comn, que no capitule ante sus pre-juicios, renunciando a educarlo, pero tampoco crea que lo pue-de negar mecnicamente. Al decir de Paoli, Gramsci se pregunta por

    los procesos mediante los cuales las masas llegan a vivir la unidad entre la teora y la praxis, 53

    en el entendimiento de que los contenidos del sentido comn

    abarcan una concepcin del mundo, aunque no elaborada de

    modo consciente y crtico:

    sentido comn es la concepcin del mundo difundido en una

    52

    Pasado y Presente, p. 56 53

    Antonio Paoli, La lingstica en Gramsci. Teora de la comunicacin polti-

    ca. Premia, Mxico, 3 edicin, 1989, p. 18

  • - 22 -

    poca histrica en la masa popular.54

    Siempre existe un conformismo, un sentido de la normalidad de lo que siempre fue, y el sentido comn expresa este conformis-

    mo. Los intelectuales que devienen dirigentes (especialista ms poltico) pueden reorientar el sentido comn en un sentido anti-

    conformista y transformador, desarrollando los ncleos de buen sentido que aqul alberga. Advierte sobre la heterogeneidad del sentido comn:

    El sentido comn es un agregado desordenado de concepcio-

    nes filosficas y en l se puede encontrar todo lo que se quie-

    re.55

    No considera al sentido comn como una sabidura popular a confirmar. Por el contrario, le critica a los vulgarizadores del marxismo (y entre ellos a Bujarin, del que se ocupa en particular)

    confirmar las certezas acrticas del sentido comn, cuando coin-ciden con el materialismo entendido al estilo especulativo del siglo XVIII. Un grupo social que aspira a constituirse en hegem-

    nico, debe luchar por superar al sentido comn, desarticular el

    conformismo, la naturalizacin de la realidad existente, y dar lugar a una nueva filosofa:

    Cuando en la historia se elabora un grupo social homogneo,

    se elabora tambin, contra el sentido comn, una filosofa

    homognea o sea sistemtica.56

    13. Dominio, direccin intelectual y moral, hegemona

    El primero se identifica con la neutralizacin o liquidacin y se destina a los grupos enemigos.

    La segunda se dirige a los aliados (o a las clases subordinadas a

    las que se quiere dirigir) y tiende a captar la adhesin de otros grupos sociales mediante el consenso, por medio de la expansin

    de una visin del mundo compartida.

    En cuanto al trmino hegemona fue una de las categoras polti-

    54

    Cuadernos, III, p. 327 55

    dem, p. 304 56

    dem, p. 303.

  • - 23 -

    cas de mayor centralidad en el movimiento socialdemcrata ruso

    desde finales de 1908 hasta 1917. La idea que lo animaba empez

    a aparecer en primer lugar en los escritos de Plejanov en 1883-

    1884, donde insista en la imperativa necesidad para la clase obre-

    ra rusa de emprender una lucha poltica contra el zarismo, y no

    solamente una lucha econmica contra sus patrones. El propio

    Lenin contrapuso repetidamente una fase hegemnica a otra gremial o corporativista dentro de la poltica proletaria. Ander-son destaca que en los primeros congresos de la Internacional

    Comunista se sigui utilizando el trmino,57 como sinnimo de la

    asuncin por el proletariado del papel de gua del conjunto de la

    poblacin trabajadora y explotada. Gramsci extender la nocin

    de hegemona desde su aplicacin original a las perspectivas de la

    clase obrera a los mecanismos de la dominacin burguesa sobre

    la clase obrera en una sociedad capitalista estabilizada.58

    Segn Portelli, el concepto leninista y el gramsciano de hegemo-

    na se separan en un punto central, ya que este ltimo da preemi-

    nencia a la direccin cultural e ideolgica.59 En el famoso par-grafo de los Cuadernos llamada Anlisis de situaciones y relacio-nes de fuerzas. Gramsci caracteriza el momento de la hegemo-na:

    donde se logra la conciencia de que los propios intereses cor-

    porativos, en su desarrollo actual y futuro, superan los lmites

    de la corporacin, de un grupo puramente econmico y pue-

    den y deben convertirse en los intereses de otros grupos subor-

    dinados. Esta es la fase ms estrictamente poltica, que seala

    el neto pasaje de la estructura a la esfera de las superestructu-

    ras complejas, [...] determinando adems los fines econmicos

    y polticos, la unidad intelectual y moral, planteando todas

    las cuestiones en torno a las cuales hierve la lucha, no sobre

    un plano corporativo sino sobre un plano universal y creando as la hegemona de un grupo social fundamental

    sobre una serie de grupos subordinados.60

    Aqu la hegemona est concebida como la construccin que

    57

    Perry Anderson, op. cit., pp. 32 a 34.) 58

    Cuadernos III, p. 39. 59

    H. Portelli, Gramsci y el bloque histrico, Siglo XXI p. 70 60

    Notas sobre Maquiavelo..., p. 72

  • - 24 -

    permite el paso a una esfera de direccin intelectual y moral, has-

    ta el punto de que la clase pase del particularismo al universalis-

    mo y dirija as a otros grupos sociales.

    Escribe F. Pin:

    hegemona no es una simple mezcla o alianza del dominio y

    el consenso [...] sino hegemona social, propia no del gobierno

    poltico o dominio directo, sino relativa al consenso espon-tneo dado por las grandes masas de la poblacin a la direc-cin de la vida social impuesta por el grupo gobernante [...] 61

    El proletariado se convertir en dirigente

    mientras se proponga crear un sistema de alianzas de clase

    que le permita movilizar a la mayora de la poblacin traba-

    jadora contra el capitalismo y el Estado burgus.

    La supremaca de un grupo social se manifiesta de dos mane-

    ras, como dominio y como direccin intelectual y moral. Un

    grupo social es dominante de los grupos adversarios que tien-

    de a liquidar o a someter incluso con la fuerza armada y es dirigente de los grupos afines y aliados.62

    La hegemona es as el predominio en el campo intelectual y mo-

    ral, diferente del dominio en el que se encarna el momento de la coercin. Pero esa direccin tiene races en la base, compo-nentes materiales junto a los espirituales: no hay hegemona sin base estructural, la clase hegemnica debe ser una clase principal

    de la estructura de la sociedad, que pueda aparecer como la clase

    progresiva, que realiza los intereses de toda la sociedad.

    Un elemento constitutivo de la hegemona es el compromiso, la

    capacidad para sacrificar ciertos intereses, para matizar la propia

    forma de ver el mundo. La hegemona se manifiesta as

    como un continuo formarse superarse de equilibrios inesta-

    bles [...] entre los intereses del grupo fundamental y los de los

    grupos subordinados, equilibrios en los que los intereses del

    grupo dominante prevalecen pero hasta cierto punto, o sea no

    61

    Francisco Pin, Gramsci: Prolegmenos. Filosofa y Poltica, Mxico,

    Plaza y Valds, 1989, p. 273 62

    Cuadernos, V, p. 387; Il Risorgimento.

  • - 25 -

    hasta el burdo inters econmico-corporativo.63

    Una clase hegemnica necesita desarrollar conciencia de la nece-

    sidad de sacrificar en parte sus intereses inmediatos, de efectuar

    concesiones materiales, de modo tal de tomar en cuenta efectiva-

    mente

    los intereses y las tendencias de los grupos sobre los cuales se

    ejerce la hegemona en bsqueda de un cierto equilibrio de compromiso.64

    Completando de algn modo la idea, G. afirma:

    [...] es evidente que estos sacrificios y estos compromisos no

    pueden referirse a lo esencial, pues si la hegemona es tico-

    poltica, no puede dejar de ser tambin econmica, no puede

    no tener su fundamento en la funcin decisiva que el grupo

    dirigente ejerce en el ncleo decisivo de la actividad econmi-

    ca.65

    Como seala Anderson, existen dos conceptos de hegemona, a)

    al interior de las clases dominadas, en relacin a la formacin de

    un nuevo bloque histrico, o b) entre clases antagnicas, que

    buscan obtener un consentimiento voluntario y activo de las cla-

    ses subordinadas.66 El proletariado consciente necesita convertirse

    en clase nacional para adquirir capacidad de direccin sobre sectores que son nacionales y hasta locales,67 aunque sea una clase de carcter internacional. A travs de su intelectual colecti-vo (el partido, organismo portador de una nueva concepcin del mundo), realiza la unin poltica e ideolgica de las clases subal-

    ternas, a las que agrupa en un conjunto armonioso de energas nacionales.

    El ejercicio normal de la hegemona en el terreno devenido

    63

    Cuadernos, V, p. 37 64

    Notas sobre Maquiavelo..., . p. 55 65

    dem, p. 55 66

    Anderson, Antinomias de Gramsci..., op. cit. 67

    Gramsci se refiere a que, frente al carcter internacional del proletariado

    como clase, los intelectuales tienen una insercin nacional y los campesinos

    se desenvuelven en el plano local o a lo sumo, regional.

  • - 26 -

    clsico del rgimen parlamentario se caracteriza por la com-

    binacin de la fuerza y el consenso, que se equilibran en for-

    mas variadas, sin que la fuerza rebase demasiado al consen-

    so, o mejor tratando que la fuerza aparezca apoyada por el

    consenso de la mayora que se expresa a travs de los rganos

    de la opinin pblica -peridicos y asociaciones-, los cuales,

    con ese fin, son multiplicados artificialmente. Entre el consen-

    so y la fuerza est la corrupcin-fraude (que es caracterstica

    de ciertas situaciones de ejercicio difcil de la funcin hege-

    mnica, presentando demasiados peligros el empleo de la

    fuerza), la cual tiende a enervar y paralizar las fuerzas an-

    tagnicas atrayendo a sus dirigentes, tanto en forma encu-

    bierta como abierta, cuando existe un peligro inmediato, lle-

    vando as la confusin y el desorden a las filas enemigas.68

    El italiano toma en consideracin el sustento institucional de la

    hegemona, los rganos concretos de produccin hegemnica:

    La escuela como funcin educativa positiva y los tribunales

    como funcin educativa represiva y negativa, son las activi-

    dades estatales ms importantes en tal sentido. Pero en reali-

    dad, hacia el logro de dicho fin tienden una multiplicidad de

    otras iniciativas y actividades denominadas privadas, que

    forman el aparato de la hegemona poltica y cultural de las

    clases dominantes.69

    Destaca que la constitucin de los aparatos productores de hege-

    mona atraviesan la esfera estatal y privada, para articularse en un

    accionar disperso en su forma pero con un sentido unitario en su

    contenido. Y tambin:

    El Estado tiene y pide el consenso, pero tambin lo educa por

    medio de las asociaciones polticas y sindicales, que son sin

    embargo organismos privados, dejados a la iniciativa privada

    de la clase dirigente.70

    Aparece as la construccin cotidiana del consentimiento otorgado

    al orden social imperante.

    Analiza tambin la posibilidad (y necesidad) de construir hege-

    68

    69

    Notas sobre Maquiavelo..., p. 161 70

    dem, p. 162

  • - 27 -

    mona antes de conquistar el Estado. Podra decirse tambin que

    una clase subalterna fundamental puede lograr su capacidad de

    direccin, tomar las casamatas del dominio de clase. Afirma Jos Aric al respecto:

    Para el proletariado la conquista del poder no puede consistir

    simplemente en la conquista de los rganos de coercin (apa-

    rato burocrtico-militar) sino tambin y previamente en la

    conquista de las masas.71

    14. Guerra de movimiento - guerra de posiciones

    Con esa metfora tomada de la guerra europea de 1914, el pensa-

    dor italiano alude al cambio del carcter de la lucha poltica a

    medida que las sociedades ganan en complejidad, con un mayor

    desarrollo tanto del aparato estatal como de la sociedad civil, que

    se convierten en el equivalente a las trincheras de la guerra de posicin. En esas condiciones la frmula de la revolucin per-manente (la relaciona con el ataque frontal y la permanencia del movimiento), que Gramsci data en 1848, es sometida a una reelaboracin, encontrando la ciencia poltica su superacin en la

    frmula de hegemona civil:

    En el arte poltico ocurre lo mismo que en el arte militar: la

    guerra de movimiento deviene cada vez ms guerra de posi-

    cin y se puede decir que un Estado vence en una guerra, en

    cuanto la prepara minuciosa y tcnicamente en tiempos de

    paz. Las estructuras macizas de las democracias modernas,

    tanto como organizaciones estatales que como complejo de

    asociaciones operantes en la vida civil, representan en el do-

    minio del arte poltico lo mismo que las trincheras y las for-tificaciones permanentes del frente en la guerra de posicin.72

    El elemento movimiento (confrontacin directa) sigue existien-do, pero como un componente parcial de un todo ms amplio.

    De ese modo, la guerra de posiciones suplanta a la guerra de

    movimientos, en todo lo que signifique tomar posiciones decisi-

    vas:

    71

    Prlogo a Notas sobre Maquiavelo..., p. 19 72

    Notas sobre Maquiavelo..., p. 113

  • - 28 -

    En la poltica subsiste la guerra de movimientos hasta que se

    trata de conquistar posiciones no decisivas y, por consiguien-

    te, no son movilizables todos los recursos de la hegemona del

    Estado; pero cuando por una razn u otra estas posiciones

    han perdido su valor y slo tienen importancia las decisivas,

    se pasa a la guerra de asedio, dura difcil, en la que se re-

    quieren cualidades excepcionales de paciencia y del espritu

    inventivo.73

    Asimila los dos tipos de guerra a la discusin con la teora de la

    revolucin permanente y a la teora de la hegemona:

    [...] la guerra de posiciones en poltica corresponde al concep-

    to de hegemona, que slo puede nacer del advenimiento de

    ciertas premisas, a saber las grandes organizaciones popula-

    res de tipo moderno, que representan como las trincheras y las fortificaciones permanentes de la guerra de posiciones.74

    15. Catarsis

    Con ste trmino designa el momento decisivo en la construccin

    de la subjetividad, el paso de una situacin de subordinacin a

    otra de actividad transformadora por parte de las clases subalter-

    nas. La clase que pasa del plano econmico-corporativo al tico-

    poltico comienza a disputar poder, a romper su subordinacin y

    a cobrar iniciativa histrica:

    Se puede emplear el trmino catarsis para indicar el paso del momento meramente econmico (o egosta- pasional) al

    momento tico-poltico, esto es, la elaboracin superior de la

    estructura en superestructura en la conciencia de los hom-

    bres. Esto significa tambin el paso de lo objetivo a lo subjeti-vo y de la necesidad a la libertad. La estructura de fuerza ex-terior que subyuga al hombre, lo asimila, lo hace pasivo, se

    transforma en medio de la libertad, en instrumento para

    crear una nueva forma tico-poltica, en origen de nuevas

    iniciativas. La fijacin del momento catrtico deviene as, me

    73

    Pasado y Presente, p. 71 74

    Cuadernos, III, p. 244

  • - 29 -

    parece, el punto de partida de toda la filosofa de la praxis.75

    La superacin del momento econmico-corporativo significa entonces la posibilidad de ir ms all de los intereses econmicos

    inmediatos por parte de una clase, el ubicarse en un plano polti-

    co-cultural ms amplio.76 As se desarrolla la capacidad de esta-

    blecer alianzas, compromisos, hacer concesiones, en funcin de

    que adquiere conciencia plena de sus intereses, desplegados en

    un plano no slo econmico sino tambin poltico y cultura. Sin

    superacin del momento econmico-corporativo no hay capaci-

    dad hegemnica.

    16. El partido

    Es la fuerza unificadora de la clase, el mbito de formacin del

    ncleo dirigente de la misma, y de desarrollo de espritu innova-

    dor, de ataque prctico a la clase dirigente tradicional, a travs de

    la elaboracin de una conciencia de cuestionamiento activo a su

    dominacin. El partido tiene la visin poltica general que no

    anida en organizaciones de finalidad econmico-corporativa, co-

    mo los sindicatos.

    La herramienta de organizacin poltica

    no puede ser en la poca moderna un hroe personal sino que

    debe ser el partido poltico, es decir [...] el partido poltico de-

    terminado que se propone fundar un nuevo tipo de Estado (y

    ha sido racional e histricamente fundado con este fin).77

    En otra formulacin:

    El moderno prncipe, el mito-prncipe, no puede ser una per-

    75

    Cuadernos, IV, p. 142 76

    Lo expresa adecuadamente U. Cerroni: despus de la primaria operacin metodolgica de la reduccin a la economa, Gramsci propone de nuevo el

    gran problema de volver a subir a los niveles culturales-espirituales. De este modo, el materialismo histrico deja de ser la sustitucin de lo econ-

    mico en lugar de lo espiritual, [...] y se convierte en la reconstruccin hist-

    rico-materialista de la cultura y de las superestructuras; en Lxico Gramsciano, incluido en AA.VV. Gramsci. Actualidad de su pensamiento y su lucha, Santiago de Chile, 1987.

    77 Notas sobre Maquiavelo..., p. 44

  • - 30 -

    sona real, un individuo concreto; slo puede ser un organis-

    mo, un elemento de sociedad complejo en el cual comience a

    concretarse una voluntad colectiva reconocida y afirmada

    parcialmente en la accin. Este organismo ya ha sido dado

    por el desarrollo histrico y es el partido poltico: la primera

    clula en la que se resumen los grmenes de voluntad colecti-

    va que tienden a devenir universales y totales.78

    Las grandes tareas del partido, las de alcance histrica son las de

    la

    formacin de una voluntad colectiva nacional-popular de la

    que el Moderno Prncipe es precisamente la expresin activa y

    operante y la reforma intelectual y moral.79

    El programa de accin del partido debe ser incorporado en clave

    de contribucin a la constitucin y fortalecimiento de una volun-

    tad colectiva y por lo tanto desprenderse dramticamente del dis-

    curso y no ser reducido a fras abstracciones. En cuanto al papel del partido en la reforma intelectual y moral considera que ste

    trastorna todas las relaciones morales e intelectuales.80

    La relacin entre partido y grupo social es vista por Gramsci no

    como una relacin instrumental, de representacin directa de in-

    tereses, sino como una actividad de construccin hegemnica,

    que construye alianzas en base a la bsqueda de equilibrios sociales:

    Cada partido es la expresin de un grupo social y nada ms

    que de un solo grupo social. Sin embargo, en determinadas

    condiciones sociales, algunos partidos representan un solo

    grupo social en cuanto ejercen una funcin de equilibrio y de

    arbitraje entre los intereses del propio grupo y el de los dems

    grupos y procuran que el desarrollo del grupo representado se

    produzca con el consentimiento y con la ayuda de los grupos

    aliados, y en algunos casos con el de los grupos adversarios

    ms hostiles.81

    78

    dem, p. 28 79

    Cuadernos III, p. 228 80

    dem, p. 228 81

    Notas sobre Maquiavelo, p. 44

  • - 31 -

    Esa identificacin de partido-grupo social se complica en muchas

    situaciones, y los partidos se dividen en fracciones que actan de

    modo independiente; por eso

    el Estado Mayor intelectual del partido orgnico [...] acta

    como si fuese una fuerza dirigente por completo independien-

    te, superior a los partidos y a veces considerada as por el p-

    blico.82

    Es decir que la verdadera direccin poltica de la clase dominante,

    est en ocasiones por fuera de la clase dominante, est en ocasio-

    nes por fuera de la estructura formal de los partidos.

    Afirma Biagio de Giovanni:

    Su reflexin sobre el partido [la de Gramsci] parte de una

    atencin extremadamente determinada sobre la necesidad de

    que la iniciativa del partido deje filtrar realmente a travs de

    su propia obra de direccin la productividad poltica de las

    masas. El riesgo principal es visto en la cada de esta rela-

    cin.83

    Este orden de fenmenos est relacionado con una de las

    cuestiones ms importantes que se refieren al partido poltico,

    es decir a la capacidad del partido para reaccionar contra el

    espritu de costumbre, contra las tendencias a momificarse y

    a volverse anacrnico. [...] La burocracia es la fuerza consue-

    tudinaria y conservadora ms peligrosa; si termina por cons-

    tituir un cuerpo solidario, cerrado en s, que se siente inde-

    pendiente de la masa, el partido termina por volverse anacr-

    nico, y en los momentos de crisis aguda se vaca de su conte-

    nido social y queda en el aire. 84

    En la lnea permanente de Gramsci, de examinar el vnculo base-

    superestructuras en toda su complejidad, la relacin partido-clase

    no es lineal, sino de doble vuelta. Si bien los partidos polticos no

    son sino la nomenclatura de las clases sociales, tambin es cierto

    82

    dem, p. 84 83

    Biagio De Giovanni, "Lenin, Gramsci y la base terica del pluralismo" en

    AA.VV Teora Marxista de la Poltica, Cuadernos de Pasado y Presente,

    Mxico, 1981, p. 200. 84

    Cuadernos de la Crcel, III, p. 1604, citado de la versin italiana por B. Di

    Giovanni, dem anterior.

  • - 32 -

    que no son solamente una expresin mecnica y pasiva de las

    clases mismas, sino que reaccionan enrgicamente sobre ellas

    para desarrollarlas, extenderlas, universalizarlas.

    Por otra parte, da importancia a un tercer tipo de organizacio-nes, que no son partidos ni rganos de defensa econmica, tales

    como los consejos obreros y los clubes de cultura, que pueden

    cumplir funciones unificadoras del conjunto de la clase, ms all

    de las fronteras partidarias, participar en el proceso de catarsis que marca el paso de la conciencia econmica-corporativa al

    momento tico-poltico.

    17. Grande y pequea poltica

    La primera es aplicable a la confrontacin, a la bsqueda de crear

    nuevas formaciones econmico-sociales y nuevos estados:

    La gran poltica comprende las cuestiones vinculadas con la

    funcin de nuevos Estados, con la lucha por la destruccin, la

    defensa, la conservacin de determinadas estructuras orgni-

    cas econmico-sociales.85

    Corresponde a los movimientos orgnicos, a la totalidad de la

    sociedad, por oposicin a la poltica del da. 86

    Gramsci grfica la diferencia sustancial entre una y otra poltica

    con una afirmacin de apariencia paradjica:

    Gran poltica es, por lo tanto, la tentativa de excluir la gran

    poltica del mbito interno de la vida estatal y de reducir todo

    a poltica pequea.87

    Es decir, que la lucha de clases no llegue a manifestarse en el

    campo estatal, que la discusin y la lucha a su interior se reduzca

    a cuestiones cotidianas, de administracin del tipo de sociedad imperante y los intereses predominantes en ella. Este constituye

    un objetivo fundamental, de gran poltica de las clases dominan-tes, empeadas en reservarse con carcter exclusivo los aspectos

    85 Notas sobre Maquiavelo..., p. 174 86 dem, p. 175 87 dem, p. 175

  • - 33 -

    estratgicos, histricamente orientados, de la accin poltica.

    18. Transformismo

    Gramsci caracteriza el transformismo como

    la absorcin gradual, pero continua y obtenida con mtodos

    diversos segn su eficacia, de los elementos activos surgidos de

    los grupos aliados, e incluso de aquellos adversarios que pare-

    can enemigos irreconciliables. En este sentido la direccin

    poltica ha devenido un aspecto de la funcin de dominio, en

    cuanto la asimilacin de las elites de los grupos enemigos los

    decapita y aniquila por un perodo frecuentemente muy lar-

    go.88

    As la clase dirigente absorbe a los intelectuales de otras clases,

    enriquece su propio enfoque poltico-cultural y aumenta su capa-

    cidad hegemnica. El transformismo es un fenmeno en cuya

    produccin ingresa tanto la capacidad de expansin y de adquisi-

    cin de universalidad del grupo dominante y su produccin ideo-

    lgica, como la corrupcin y el efecto desmoralizador de las de-

    rrotas polticas de los grupos subordinados.

    Si en los momentos decisivos los jefes pasan a su verdadero partido las masas quedan truncas en su impulso, inerte y sin eficacia.89

    Gramsci considera al transformismo como una de las formas hist-

    ricas de la revolucin pasiva y como documento histrico real de la verdadera naturaleza de los partidos que se presentaban

    como extremistas en el perodo de la accin militante, pero suelen

    virar hacia la burguesa en los momentos de reflujo.90

    88

    Cuadernos V, 387 89

    Notas sobre Maquiavelo..., p. 53 90

    Cuadernos, III, p. 235. Gramsci tambin hace referencia a un caso especial de transformismo, vinculado a la lucha de generaciones: La burguesa no logra educar a sus jvenes [...] los jvenes se dejan atraer culturalmente por los obreros y adems se convierten [o tratan de con-vertirse] en sus jefes (inconsciente deseo de realizar por s mismos la hegemona de su propia clase sobre el pueblo), pero en las crisis histri-cas vuelven al redil. (Cuadernos, II, p. 111)

  • - 34 -

    19. Bloque Histrico, pasin y saber

    Si las relaciones entre intelectuales y pueblo-nacin, entre di-

    rigentes y dirigidos -entre gobernantes y gobernados- son da-

    das por una adhesin orgnica, en la cual el sentimiento-

    pasin, deviene en comprensin y por lo tanto, saber [...] slo

    entonces la relacin es de representacin y se produce el in-

    tercambio de elementos individuales entre gobernantes y go-

    bernados, entre dirigentes y dirigidos; slo entonces se realiza

    la vida de conjunto, la nica que es fuerza social. Se crea el

    bloque histrico.91

    Aqu aparece la configuracin del bloque histrico a partir de la

    identificacin, racional y emotiva, entre intelectuales y pueblo, del

    quiebre de la distincin entre intelectuales y simples. Gramsci

    seala la importancia de la conformacin de una voluntad nacio-nal-popular, nacida de la expansin de una visin del mundo a las masas en su conjunto. El bloque histrico sera una suerte de unidad de la totalidad social, que parte desde la base hasta las

    diversas expresiones de la superestructura.

    20. La dialctica entre lo nacional

    y lo internacional en Gramsci

    Gramsci critica ms de una vez al internacionalismo abstracto, que

    no comprende los rasgos nacionales y no los incorpora a su anli-

    sis y accin. Los conceptos no nacionales (es decir no referibles a

    cada pas singular) son errneos, como se ve por su absurdo final:

    esos conceptos han llevado a la inercia y a la pasividad en dos

    fases bien diferenciadas:

    1 En la primera fase, nadie se crea obligado a empezar, o

    sea, pensaba cada uno que si empezaba se encontrara aisla-

    do; esperando que se movieran todos juntos, no se mova na-

    die ni organizaba el movimiento.

    2 La segunda fase es tal vez peor, porque se espera una forma

    de napoleonismo anacrnico y antinatural (puesto que no todas las fases histricas se repiten de la misma forma) Las

    91

    El materialismo Histrico, p. 124.

  • - 35 -

    debilidades tericas de esta forma moderna del viejo mecani-

    cismo estn disfraza- das por la teora general de la revolu-

    cin permanente, que no es ms que una previsin genrica

    presentada como dogma, y que se destruye por s sola, por el

    hecho de que no se manifiesta efectivamente. 92

    Resulta transparente que se refiere con la primera al determinis-mo de la Segunda Internacional, que esperaba indefinidamente las condiciones ideales para la produccin de una transforma-cin revolucionaria, y con la segunda caricaturiza a la visin de

    Trotsky, de internacionalizacin ms o menos rpida de la revo-lucin.

    Gramsci insiste una y otra vez en la construccin de la visin in-

    ternacionalista sobre la base de las peculiaridades nacionales, a

    modo de advertencia contra el internacionalismo superficial al que a veces identifica como cosmopolitismo:

    En realidad, la relacin nacional es el resultado de una combinacin original, nica [...] que debe ser comprendida en esta originalidad y unicidad si se desea dominarla y diri-

    girla. Es cierto que el desarrollo se cumple en la direccin del

    internacionalismo, pero el punto de partida es nacional y de aqu se debe partir [....] Es preciso por ello estudiar con

    exactitud la combinacin de fuerzas nacionales que la clase

    internacional deber dirigir y desarrollar segn las perspecti-

    vas y directivas internacionales. La clase dirigente merece ese

    nombre slo en cuanto interpreta exactamente esta combina-

    cin, de la que ella misma es un componente, lo que le permi-

    te, en cuanto tal, dar al movimiento una cierta orientacin

    hacia determinadas perspectivas.93

    21. La expansividad de la burguesa

    Gramsci asigna un lugar importante a uno de los caracteres distin-

    tivos de la burguesa; la posibilidad de que cualquier persona

    (libres e iguales ante la ley, no lo olvidemos) pueda ascender desde una clase subalterna a la clase dominante:

    92

    Cuadernos V, p. 157 93

    Notas sobre Maquiavelo..., . p. 147

  • - 36 -

    Las clases dominantes precedentes eran esencialmente conser-

    vadoras en el sentido de que no tendan a elaborar un paso

    orgnico de las otras clases a la suya. La clase burguesa se

    postula a s misma como un organismo en continuo movi-

    miento, capaz de absorber a toda la sociedad, asimilndola a

    su nivel cultural y econmico.94

    No casualmente, el italiano relaciona esta porosidad de la clase burguesa con el concepto de democracia, al que asigna as un

    significado en trminos sociales, complementario de los que se

    centran en la esfera poltica:

    Entre tantos significados de democracia, el ms realista y

    concreto me parece que se puede extraer en conexin con el

    concepto de hegemona. En el sistema hegemnico existe de-

    mocracia entre el grupo dirigente y los grupos dirigidos, en la

    medida en que el desarrollo de la economa y por lo tanto la

    legislacin que expresa tal desarrollo favorece el paso molecu-

    lar de los grupos dirigidos al grupo dirigente.95

    La permeabilidad de las fronteras de la burguesa anula las divi-

    siones estamentales precedentes y genera la ilusin de incorpora-

    cin de los subalternos al grupo dirigente, mediante el enriqueci-

    miento producto del trabajo, por la educacin, incluso mediante el azar o por mecanismos ilegales.

    Pero en definitiva, el status de capitalista puede adquirirse o per-

    derse sin que haya trabas legales ni culturales que puedan obsta-

    culizarlo eficazmente.

    Esa posibilidad de la burguesa de abrir sus filas le permite, ade-

    ms de allegar legitimidad a su dominacin, captar a buena parte

    de los miembros ms inteligentes de las clases subalternas. Esto

    resulta vlido sobre todo para sociedades del capitalismo ms

    desarrollado, con fuertes potencialidades de movilidad social ascendente. En aqullas sociedades capitalistas en que el ascenso social se vuelve extremadamente difcil, la hegemona burguesa

    incorpora un factor de debilidad.

    94

    Cuadernos, III, p. 215 95

    dem, III, p. 313

  • - 37 -

    22. Estado, derecho y moral

    A travs del derecho, el Estado hace homogneo el grupo dominante y tiende a crear un conformismo social que sea

    til a la lnea de desarrollo del grupo dirigente. La actividad

    general del derecho (que es ms amplia que la actividad pu-

    ramente estatal y gubernativa e incluye tambin la actividad

    directiva de la sociedad civil, en aquellas zonas que los tcni-

    cos del derecho llaman de indiferencia jurdica, o sea en la

    moralidad y las costumbres en general. 96

    Se introduce en el problema del acatamiento espontneo a la

    ideologa dominante, en la construccin de un conformismo social

    que acepta la injusticia como natural:

    [...] el problema tico, que en la prctica es la correspondencia

    espontneamente y libremente aceptada entre los actos y las omisiones de cada individuo, entre la conducta de cada indi-

    viduo y los fines que la sociedad se impone como necesarios,

    correspondencia que es coactiva en la esfera del derecho posi-

    tivo y es espontnea y libre en aquellas zonas en las que la

    coaccin no es estatal, sino de opinin pblica, de ambiente moral, etc.97

    Las leyes imponen a toda la sociedad normas de conducta liga-das a la razn de ser y el desarrollo de la clase dominante.

    La funcin mxima del derecho es sta: presuponer que todos

    los ciudadanos deben aceptar libremente el conformismo se-

    alado por el derecho, en cuanto que todos pueden convertir-

    se en clase dirigente.98

    23. Reforma Intelectual y Moral

    En esta categora el trmino reforma no juega solamente en el sentido lato de un proceso consciente de renovacin de modos

    de pensar y conductas. Tambin se refiere al proceso histrico-

    96 dem, III, pp. 70-71 97

    dem, III, p. 71 98

    dem, p.83

  • - 38 -

    cultural de la Reforma protestante, como ejemplo de un movi-

    miento intelectual que se expande y llega al pueblo, transformn-

    dose en una bandera de lucha, aminorando la distancia entre inte-

    lectuales y simples.

    Gramsci contrapone sobre esta lnea de anlisis Renacimiento y Reforma, pues aqul no se acerc a las masas, por el contrario aument la separacin de stas respecto de la elite intelectual,

    avanzando hacia un ideal de vida contemplativa, de excelencia

    intelectual sin despliegue en el campo poltico. Los reformadores,

    en cambio, convirtieron las aristas pasivas y fatalistas de la doctri-

    na de la Gracia,99 en una prctica real y de iniciativa a escala mundial100 que al santificar la acumulacin y el xito econmi-co y repudiar el ocio contribuy a formar la ideologa del capita-lismo naciente.

    Gramsci no deja de percibir similitudes entre aquel proceso y las

    tendencias a convertir al materialismo histrico en doctrina pasiva

    y fatalista, y frente a ello, la necesidad de recuperar el papel de la

    iniciativa popular. La tarea de la reforma intelectual y moral sig-nificaba afianzar el papel de impulsora de la iniciativa popular de

    la filosofa de la praxis.

    24. Estadolatra

    Gramsci parece estar apuntando con este trmino a la derivacin

    estatista que ya en esos aos se agudizaba en el rgimen sovi-tico, y comenzaba a penetrar la versin 'oficial', vulgarizada del

    marxismo que all se desarrollaba.

    Gramsci justifica un nivel de estadolatra, pero provisorio, y no convertido en un postulado terico que postergue sine die la

    construccin de los autnticos rasgos de la sociedad regulada, aqulla sin clases ni estado que estaba contenida en los ideales de

    Marx y que desapareca definitivamente en el horizonte burocrati-

    99 La doctrina de la gracia o predestinacin es una concepcin caracterstica del calvinismo, por la cual el otorgamiento o no de la Salvacin est determinado desde el nacimiento de la persona. (N. del E.) 100

    Cuadernos. III p. 179

  • - 39 -

    zado de la URSS de los aos 30:

    Para algunos grupos sociales, que antes de acceder a la vida

    estatal autnoma no han tenido un largo perodo de desarro-

    llo cultural y moral propio e independiente, [...] un perodo de

    estadolatra es necesario e incluso oportuno: esta estadola-tra no es ms que la forma normal de vida estatal, de ini-ciacin, al menos, en la vida estatal autnoma y en la crea-

    cin de una sociedad civil que no fue histricamente posible crear antes del acceso a la vida estatal independiente. Sin

    embargo esta estadolatra no debe ser abandonada a s misma, no debe, especialmente, convertirse en fanatismo te-

    rico y ser concebida como perpetua; debe ser criticada pre-cisamente para que se desarrolle y produzca nuevas formas

    de vida estatal, en las que la iniciativa de los individuos y

    grupos sea estatal aunque no se deba al gobierno de fun-cionarios (hacer que la vida estatal se vuelva espont-nea)101

    25. La destruccin creadora

    Al abordar la dialctica destruccin-creacin seala la dificultad

    tanto de destruir efectivamente, como de dar lugar realmente a construcciones nuevas a partir de la destruccin inicial:

    No es cierto que destruye todo el que quiere destruir. Destruir es muy difcil, tan difcil como crear. Porque no se trata de des-

    truir cosas materiales, se trata de destruir relaciones invisibles, impalpables, aunque se escondan en las cosas materiales. Es des-

    tructor-creador el que destruye lo viejo para esclarecer, para hacer

    aparecer lo nuevo que se ha transformado en necesario, y urge implacablemente en el umbral de la historia. Por eso se puede

    decir que se destruye en cuanto se crea. Muchos sedicentes des-

    tructores no son otra cosa que procuradores de fallidos abortos, pasibles del cdigo penal de la historia. 102

    101

    dem, III; p. 282 102

    dem, III, p. 201

  • - 40 -

    26. Alianzas sociales

    Gramsci, que da siempre suma importancia a las alianzas sociales

    entre diferentes sectores de las clases subalternas (la gravitacin

    que asigna a la falta de articulacin de la clase obrera con el

    campesinado en la derrota del movimiento consejista es un ejemplo de ello, entre muchos posibles), advierte sin embargo

    contra las tendencias a tratar de establecer alianzas con fracciones

    capitalistas en nombre de los intereses de las clases subalternas,

    que derivan en la subordinacin prctica de los trabajadores a la

    burguesa. Su preocupacin es la constitucin de un bloque de las fuerzas populares bajo hegemona obrera:

    Diferenciaban a los industriales librecambistas de los protec-

    cionistas, etc. invitando a elegir entre estas dos categoras.

    Pero era posible dividirlos o acaso sus intereses no estaban ya

    estrechamente vinculados a travs de los bancos y tendan a

    conectarse cada vez ms, a travs de los grupos financieros y

    los crteles industriales? As pues, si se quera crear una fuer-

    za poltica [...] era necesario no proponerse fines inalcanza-

    bles, como ste de dividir el campo industrial y dar a una

    parte del mismo la hegemona sobre las masas populares [...]

    sino tender a crear un bloque de las clases populares, con la

    hegemona de la ms avanzada histricamente.103

    27. La filosofa de una poca

    Gramsci diferencia entre la filosofa que elaboran los grandes

    pensadores (filosofa de los filsofos), la ideologa predominante

    en la clase dirigente (cultura filosfica) y la religin de las gran-des masas. Y a partir de esa diferenciacin considera que el pen-

    samiento de la poca consiste en la combinacin de todos esos

    elementos, sin reducir el resto a uno slo de ellos:

    La filosofa de una poca no es la filosofa de uno u otro fil-

    sofo, de uno u otro grupo de intelectuales, de una u otra gran

    seccin de las masas populares: es una combinacin de todos

    estos elementos que culmina en una determinada direccin,

    103

    dem, III, p. 253

  • - 41 -

    en la que su culminar se convierte en norma de accin colec-

    tiva o sea que se convierte en historia concreta y completa (integral)104

    Ntese en el pasaje anterior, que la filosofa de la poca se defi-ne en el fondo como la generadora de una norma de accin co-lectiva saliendo del plano meramente especulativo, para abarcar la accin prctica, superando as el significado tradicional del tr-

    mino filosofa.

    28. Centralismo democrtico

    Es un centralismo en movimiento, por as decirlo, o sea una continua adecuacin de la organizacin al movimiento real,

    un contemporizar los impulsos de abajo con el mando de

    arriba, una insercin continua de los elementos que brotan

    de lo profundo de la masa en el marco slido del aparato de

    direccin que asegura la continuidad y la acumulacin regu-

    lar de las experiencias. El centralismo democrtico ofrece una

    frmula elstica que se presta a muchas encarnaciones; vive

    en cuanto que es interpretada y adaptada continuamente a

    las necesidades: consiste en la bsqueda crtica de lo que es

    igual en la aparente disformidad y por el contrario distinto e

    incluso opuesto en la aparente uniformidad para organizar y

    conectar estrechamente lo que es similar, pero de modo que la

    organizacin y la conexin resulten una necesidad prctica e

    inductiva experimental y no el resultado de un proceso ra-cionalista, deductivo, abstracto, o sea propio de los intelectua-

    les puros (o puros asnos).105

    104

    dem, IV, p. 151. 105 dem, V, p. 78.

  • - 42 -

    BIBLIOGRAFA DE Y SOBRE GRAMSCI

    (DISPONIBLE EN ESPAOL).

    Observacin: Por nuestra finalidad didctica, nos hemos remitido

    a bibliografa en espaol, que pueda ser adquirida o consultada

    con facilidad en libreras o bibliotecas de Buenos Aires.

    EDICIONES DE TEXTOS DE GRAMSCI.

    Cuadernos de la Crcel.

    Hay dos tipos de ediciones completas:

    EDICIN TEMTICA,

    Organiza temticamente los escritos en seis volmenes con los

    siguientes ttulos:

    Notas sobre Maquiavelo, la poltica y el estado moderno;

    El materialismo histrico y la filosofa de Benedetto Croce;

    Los intelectuales y la organizacin de la cultura;

    Il Risorgimento;

    Literatura y vida nacional;

    Pasado y Presente;

    Fue preparada por Palmiro Togliatti, dirigente del Partido Comu-

    nista Italiano y compaero de militancia de Gramsci, en los aos

    de la segunda postguerra. Hay versin espaola en una traduc-

    cin originada en los aos cincuenta por editorial Lautaro, de la

    que participaron Jos Aric, Ral Sciarrieta, e Isidoro Flaumbaum

    como traductores, bajo el auspicio de Hctor P. Agosti. Esa tra-

    duccin no comprendi los volmenes Pasado y Presente e Il Ri-

    sorgimento, que fueron editadas por Editorial Granica en 1974, en

    traduccin de Manlio Macri. La edicin temtica fue reproducida

    aos despus por Nueva Visin, que ha realizado una reimpresin

    muy recientemente. Hay otra mexicana, de Juan Pablos editor,

    Mxico, que reproduce exactamente los cuatro volmenes de la

    edicin original de Lautaro, pero toma otra versin castellana, de

    Stella Mastrngelo para PyP e IR.

    Hay algunas diferencias de una edicin a otra, como un prlogo

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    de Jos Aric a Notas... que se incluye en la reedicin de Juan

    Pablos, pero no en la de Nueva Visin.

    Estas ediciones tienen entre otros el inconveniente de que el or-

    denamiento temtico crea la ilusin de que Gramsci redact li-bros que en realidad nunca estuvieron en su cabeza. Adems, quita la posibilidad de seguir el pensamiento gramsciano en su

    desarrollo, as como las reelaboraciones y reescrituras que sufren

    muchas de sus notas, al fijar un texto nico. Tambin hay algu-nas notas omitidas o cortadas.

    EDICIN CRTICA

    Con ordenamiento cronolgico, que respeta el orden original de

    los cuadernos, bajo el ttulo de Cuadernos de la Crcel. Es