Sistema de Extensión Cooperativo de Alabama, Universidad A&M de Alabama y Universidad de Auburn FCS-2225

Algo mejor que el castigo C uando pensamos en disciplinar a un niño, quizás nos vengan a la mente las amenazas y los castigos.

Pueden ser la forma más común que tienen los padres de lidiar con el mal comportamiento de sus hijos.

¿Cuál es el problema con las amenazas y los castigos? Pues, uno de los problemas es que de ellos lospequeños pueden aprender cosas malas. ¿Puede pensar en algunas de las cosas malas que enseñan las amenazas y los castigos a los niños?

Veamos las amenazas. Es muy común que los padres se frustren con sus hijos y les griten: “¡Si lo vuelves a hacer, te pegaré, jovencito!”, “Te lo he dicho ya mil veces. Si te lo tengo que decir de nuevo…”

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¡Te voy a pegar!

¡Bájate! Te lo he dicho ya mil veces. Si te lo tengo que decir de nuevo…

¡Deja que llegue tu mamá!

Las amenazas son malas porque insultan a los niños. Pueden provocar que el niño se sienta inútil y humillado. El niño puede enojarse con los padres por la forma en que lo tratan. Las amenazas son malas, además, porque le indican al niño que gritamos mucho pero nunca hacemos nada. Veamos la siguiente historia.

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El niño no creía que su mamá hablaba en serio. Ella solía gritar mucho, pero nunca hacía nada hasta que se enfurecía. Es comúnque los padres griten: “¡No toques eso!”, “¡Déjala quieta!”, “¡Vete!”. Las amenazas pueden enseñarles a los hijos que sus padres son groseros y que no cumplen con su palabra.

El castigo también presenta otros problemas. Algunas veces los padres castigan a los hijos porque están enojados. En el enfado pueden pegarles a los hijos. ¿Qué enseña el castigo corporal a los hijos? Muchos niños perciben que viven en un mundo cruel. También puede enseñarles que los padres son malos y que es aceptable que los grandes hagan daño a los pequeños. No son cosas que queremos enseñarles a nuestros niños. Aquellos padres que raras veces o nunca golpean a sus hijos son los más efectivos.Cuando un padre o madre le pega a un niño por su mal comportamiento, puede creer que hacerlo sufrir le enseña a portarse bien. Lo que en verdad le enseña es a sentirse enojado o inseguro. O le puede enseñar a portarse bien mientras el padre está presente. Pero no le enseña a ser servicial o a controlarse o sentirse seguro.

Hay un método mejor que hacer que el niño sufra: la enseñanza. Queremos enseñar que las reglasson importantes, que las personas pueden trabajar juntas y resolver problemas sin usar el castigo corporal.Enseñar no es solo hablar. También incluye cómo nos comportamos. En esta publicación compartimos algunas ideas para que usted pueda enseñar con e�cacia el respetopor las reglas. Puede considerar estas sugerencias para encontrar mejores métodos de disciplinar a sus hijos, métodos que aseguran la ayuda y no el maltrato.Podrá ayudar a fomentar la fortaleza y la solidaridad y así sentirse orgullosa de ellos.

Una madre aseguraba a sus hijos en el auto para ir a la tienda. Una vez que estaban dentro, se acercó una vecina. Las dos comenzaron a hablar y al cabo del rato los niños se inquietaron. Uno de los hijos comenzó a salirse del auto por la ventanilla. La mamá le gritó que entrara al auto. Luego continuó hablando con la vecina. El niño se sentó en la ventanilla del auto y comenzó a jugar. La mamá le gritó que se metiera dentro del auto y amenazó con pegarle. El niño se aquietó mientras la madre le gritaba, pero tan pronto ella se volteó a hablar, él se salió de la ventanilla y se sentó sobre la capota del auto. La mamá seguía hablando con la vecina.

¡Hola! ¡Entra de nuevo al auto!

Blah blah blah Blah

blah blah

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Cuidado con las reglas que impongaA veces los padres imponen demasiadas reglas. Por ejemplo, la señora que les gritó a sus hijos para que se quedaran en el auto mientras hablaba con su vecina podría haber tenido mejor sentido común si hubiera aplazado la conversación o si les hubiera provisto a sus hijos algo para que se entretengan. Podría haberlos dejado salir del auto y jugar en el patio frontal de la casa hasta terminar de hablar. Habrían sido mejores alternativas que pedirles estar quietos en el auto.

Otro lugar donde los padres tienen problemas es en el supermercado. A veces, tanto los padres (como los hijos) están cansados y molestos cuando llegan a la tienda. La mamá quizás le pida a su pequeña de un año que se quede tranquila en el carro de compras y que no toque nada. ¿Es razonable? ¿No sería mejor si le diera un juguete con que entretenerse o hablarle o incluso dejar que sostenga algunos productos que no se rompen mientras está sentada en el carro? Quizás a la pequeña le agrade sostener un brócoli y hablar con su mamá sobre él mientras ella sigue comprando. Si se trata de un niño más grande, quizás pueda ayudar a escoger las vitaminas o el cereal para su familia.

Otro ejemplo: Los padres a veces pretenden que los niños se sienten y estén tranquilos durante una reunión larga. Tal vez sea mucho pedir para un niño. Una alternativa sería que los pequeños puedan entretenerse con una muñeca o mirar un libro o dibujar. ¿Puede pensar en otras cosas poco razonables que les pedimos hacer a los niños?

Si establecemos reglas que toman en cuenta las necesidades de los niños, ellos aprenderán a respetar esas reglas y percibir su entorno familiar como un lugar seguro.

A veces las mejores reglas surgen como resultado de una discusión entre padres e hijos. Un padre o madre puede decirle al hijo: “Me molesta que no te encargues de los platos inmediatamente después de la cena. ¿Qué sugieres?”. Ambos, padre e hijo, pueden dialogar para llegar a un entendimiento. Quizás sea que el hijo haga otra tarea que no sea fregar los platos. Puede que su programa favorito se presenta de inmediato luego de la cena, en cuyo caso se le debería dejar ver la televisión por 30 minutos antes de fregar. Si no llegan a un acuerdo, entonces el padre no tendrá más remedio que decir: “Lo haremos a mi manera hasta que se nos ocurra algo mejor”.

Emily quería ir a un baile de la secundaria. Pensamos que era demasiado joven para ir. Propusimos que hiciera una �esta con sus amigos en casa en vez de ir al baile. Ellapensó que era una idea tonta, pero no se le ocurrió nadaque nos complaciera a todos. Celebró la �esta en casa ytanto ella como sus amigos se divirtieron mucho.

Sea �rme al imponer las reglas.Recuerdo que una madre le decía a su hijo que dejara de tocar un pastel que estaba sobre una mesa. Pero él lo seguía tocando. Ella seguía gritando. Él lo seguía tocando. Ella seguía gritando…Tal vez en ese momento la madre pudo haberle servido un pedazo del pastel al niño. O si en verdad la regla era importante, la pudo haber hecho cumplir.Cuando los padres no somos �rmes con las reglas, los hijos creen que no las tomamos en serio. Quizás a la madre le falló el juicio cuando dejó el pastel sobre la mesa si su hijo tenía hambre. Pero si ella le pide al niño que no toque el pastel y él insiste en hacerlo, entonces ella pudo haber llevado el pastel a la alacena y distraer al niño con otra actividad: “Hijo, ¿me puedes ayudar a poner los platos, por favor?”. Si el niño insiste en subirse a la alacena a buscar el pastel, entonces la madre tiene que darle de comer al pequeño o llevarlo a su cuarto.

Ser consecuente con las reglas no quiere decir que el padre o la madre no se pueda adaptar a las circunstancias. Debemos ser �exi-bles y tomar en cuenta el cansancio, la edad, la in�uencia de otros niños, etc. Ser �rme signi�ca imponer una regla que creemos que es razonable y establecer una consecuencia previamente anunciada cuando el niño no cumple con la regla.

¿Por qué no haces la

�estaaquí?

¡Tremenda �esta,Emily!

No hayde qué.

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PRINCIPLES OF PARENTING

En otro caso, una mamá se dio cuenta de que cuando iba al super-mercado, sus hijos lloriqueaban porque querían dulces. La mamá a veces cedía. Otras veces se enfurecía. Decidió ser �rme e impuso la regla de que cuando iba con un hijo a la tienda le compraría una cajita de galletas en forma de animales, pero no le compraría dulces. Fue �rme con esta regla. Los niños dejaron de pedir dulces.Establezca consecuencias.Las consecuencias son distintas del castigo. El castigo hace daño a los niños. Les fomenta el enojo. Las consecuencias enseñan una lección. Enseñan al niño que si hace algo habrá un resultado.

No debe haber consecuencias cuando esté en peligro el niño. No es apropiado dejar que el niño toque la hornilla caliente o que cruce la calle para enseñarle el peligro. Pero en otras tantas circunstancias, debemos dejar que nuestros hijos tomen decisiones.

En la grá�ca se muestra que cada hijo tiene sus tareas en la casa. Si al momento de sentarnos a cenar alguno no ha hecho su tarea, no se le permite sentarse a la mesa hasta que no la haya terminado. Si se queja, le pedimos que vaya a su cuarto hasta que pueda llevarse bien con la familia.

DOMINGO LUNES MARTES MIERCOLES JUEVES VIERNES SABADO

DES

CAN

SA

R

SA

RA

JEN

NIF

ERR

AN

DY

FREGAR

DAR COMIDAA LAS MASCOTAS

BAÑAR A LAS MASCOTAS

AYUDAR A JENNY CON LAS MATEMÁTICAS

LIMPIAR EL CUARTO

FREGAR

SACAR LA BASURA

BARRER ELPORCHE

SACAR ELPOLVO

RECOGER EL CLÓSET

FREGAR

FREGARCOCINAR

RECOGER ROPA/ JUGUETES

RECOGER LA ROPA LIMPIA

RECOGER HOJAS DEL PATIO

JUGARARCHIVE

A Beth se le hacía difícil levantarse temprano para ir a la escuela. Siempre la regañábamos o la amenazábamos. Pero decidimos comprarle un reloj despertador y le dijimos que si perdía el bus escolar, tendría que caminar a la escuela. No tardó en levantarsetemprano y estar a tiempo para sus clases.

Es muy difícil saber cómo emplear la consecuencia de manera efectiva. Piense en algunos problemas que tiene con sus hijos. ¿Se le ocurre alguna consecuencia apropiada que les enseñe la importancia de seguir las reglas? ¿Es la consecuencia que usted escogió un resultado natural y razonable de la decisión que escogieron? Saber cómo emplear una consecuencia natural es una de las destrezas másimportantes que los padres pueden aprender.

HAY QUE MADRUGAR O... SE TE VA EL BUS

¡ESPERA!

Saber cómo emplear la consecuencia requiere de mucha sensatez. Consiste en permitir que nuestros niños vean cómo les afectan sus decisiones. La “consecuencia” no debe emplearse como castigo.

Nos gusta que nuestros niños tengan los cuartos limpios. A nuestra hija le gusta el desorden. Decidimos que la consecuencia razonable sería que ella viviera con el desorden. Cerramos la puerta de su cuarto cuando ya no soportamos más. De vez en cuando, hacemos un pedido especial para que limpie su cuarto.

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Ofrezca verdaderas opciones a los hijos.Si un niño patea el perrito, le podemos dar una opción: “A los perros no se los patea. ¿Te gustaría patear una pelotao jugar con el perrito? Lo que decidas está bien”.

A veces los niños resisten porque queremos obligarlos a hacer ciertas cosas. Si no les damos opciones, tienden a rebelarse.

Antes nos daba trabajo lograr que Sara se acostara a dormir. Entonces le dimos una opción. Le preguntamos: “¿Quién te gustaría que te acueste, papi o yo?” o “¿Te gustaría escoger un libro para que te lo lea o lo escojo yo?”. Si decía que no quería acostarse le repetíamos la misma pregunta.

Debemos darles opciones solo cuando vemos que ambas opciones son aceptables. No permitimos que un pequeño decida jugar con cuchillos o hacer algo peligroso.

Sea positivo.A veces los niños se portan mal porque quieren nuestra atención. Probablemente se portarán mal si ven que es la única manera de lograr nuestra atención.

¿PODEMOS DEJAR LA LUZ PRENDIDA?

HAY UN INSECTO EN MI CUARTO.

ESCUCHÉ UN RUIDO. TENGO SED.

VAYA, PAPÁ, CHOQUÉ EL AUTO.

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Tommy siempre gimoteaba y le halaba el pantalón a su papá. Su papá se enojaba porque, al parecer, su hijo siempre quería su atención. Un día el papá decidió darle más atención a su hijo. Cuando el niño le halaba el pantalón, lo levantaba en brazos yle hablaba, caminaba o jugaba con él. Su hijo dejó de gimotear tanto.

A veces somos tan in�exibles a la hora de imponer las reglas que comenzamos a usar la fuerza.

Gwen no lograba que su pequeña Melissa tomara la siesta. A veces le gritaba o la encerraba en el cuarto para ver si dormía. Pero eso solo lograba que la niña se enojara. A Gwen le pesaba el con�icto entre ella y su hija sobre la siesta. Decidió leerle cuentos o dejarla ver películas en la televisión. Melissa se quedaba dormida sin problema alguno. A veces le dejaba que jugara en su cama a la hora de la siesta.

,Papá, ¿cómo eran las cosas cuando eras pequeño?

Esta mamá sensata logró que su hija descansara sin peleas. Una mamá también tiene que tomar en cuenta la edad en que un niño ya no necesita la siesta.

Distraer a un niño es también una manera efectiva de volver a llevar al niño a la acción deseada.

¡A dormir la siesta!

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Si desea saber más….

Ellen Abell, especialista del programa de Extensión, profesora auxiliar de Desarrollo Humano y Estudios de Familia de la Universidad de Auburn. Preparado originalmentepor H.Wallace Goddard, anterior especialista de Familia y Desarrollo Infantil delprograma de Extensión.

Para obtener más información, llame a la oficina de Extensión correspondiente a su condado. Busque el número en la sección de su condado del directorio telefónico.

El Sistema de Extensión Cooperativo de Alabama (Universidad A&M de Alabama y Universidad de Auburn)es educador y empleador que promueve la igualdad de oportunidades. ¡Son todos bienvenidos!

UPS, 20M15, revisado el 11 de mayo de 2011, FCS-2225

© 2011 del Servicio de Extensión Cooperativo de Alabama. Todos los derechos reservados.

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Tommy jugaba con cacerolas en el piso y hacía mucho ruido. Por lo general tolero el ruido, pero un día me estaba volviendo loco. En vez de quitarle las cacerolas, saqué la plastilina, me senté a la mesa y comencé a jugar con ella. Tommy se interesó y dejó las cacerolas para sentarse conmigo.

Los problemas de comportamiento infantil se pueden dividir en dos grupos: los que suceden de vez en cuando y los que suceden a menudo. Los que suceden de vez en cuando se pueden remediar con las cinco sugerencias ofrecidas en estas páginas. Si, por el contrario, su niño a menudo tiene problemas de comportamiento que no mejoran con estas sugerencias y que empe-oran a pesar de todos sus esfuerzos, debería visitar un consejero. Es mejor buscar ayuda antes de que el problema de comportamiento afecte la relación.

Tenemos que esforzarnos para enseñar a nuestros niños a comportarse. Podemos aprender a hacer reglas razonables, hacerlas cumplir, usar la consecuencia de manera apropiada, enseñarles a los niños a tomar decisiones correctas y mantener una relación positiva. Ser padre está lleno de retos, así que debemos continuar en la búsqueda de buenas ideas que nos ayuden a dirigir a nuestros niños. Se puede conver-sar con otros padres que han empleado métodos e�caces y leer sobre cómo ser buenos padres. Vale la pena hacer el esfuerzo y fomentar una relación afectiva con nuestros hijos mientras les enseñamos a convertirse en adultos fuertes y solidarios.

Faber, Adele, and Mazlish, Elaine (1980). How To Talk So Kids Will Listen And Listen So Kids Will Talk. New York: Avon.

Ginott, Haim (1956). Between Parent And Child. New York: Avon.

Ginott, Haim (1969). Between Parent And Teen. New York: Avon.

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