alfredo-bryce-echenique-anorexia-y-tijerita.pdf

22
Anorexia y tijerita Alfredo Bryce Echenique A Ana María Dueñas y Michel Delmonte “Menos mal que siempre viene luego la noche para poner las cosas en su sitio”. Rafael Conte No era, ni había pretendido ser, lo que se llama precisamente un hombre con escrúpulos, y mucho menos cuando las cosas le salían bien. Y las cosas le habían estado saliendo muy bien, hasta lo del maldito caso Scamarone, o sea que se había convertido en un hombre totalmente desprovisto de escrúpulos. Esta idea, esta conclusión, más bien, ya no le gustó tanto a Joaquín Bermejo, por lo que dejó de jabonarse el brazo derecho, empezó con el izquierdo, y una vez más constató fastidiado que el hombre se enfrenta con su almohada, de noche, o con el espejo, cada mañana cuando se afeita, mientras que él era una especie de excepción a la regla porque siempre se enfrentaba con sus cosas bajo el sonoro chorro de la ducha. Maldijo a Raquelita, entonces, porque ella y su anorexia como que dormían demasiado cerca para que él se atreviera a confiarle secreto alguno a su almohada, y porque “flaca, fané y descangallada”, purita anorexia ya, Raquelita y su detestable y exasperante anorexia eran muy capaces de metérsele distraídas al baño, muy capaces de 1

Upload: diamondsword

Post on 13-Sep-2015

526 views

Category:

Documents


34 download

TRANSCRIPT

  • Anorexia y tijerita

    Alfredo Bryce Echenique

    A Ana Mara Dueas y Michel Delmonte

    Menos mal que siempre viene luego la

    noche para poner las cosas en su sitio.

    Rafael Conte

    No era, ni haba pretendido ser, lo que se llama precisamente un hombre con escrpulos,

    y mucho menos cuando las cosas le salan bien. Y las cosas le haban estado saliendo

    muy bien, hasta lo del maldito caso Scamarone, o sea que se haba convertido en un

    hombre totalmente desprovisto de escrpulos. Esta idea, esta conclusin, ms bien, ya

    no le gust tanto a Joaqun Bermejo, por lo que dej de jabonarse el brazo derecho,

    empez con el izquierdo, y una vez ms constat fastidiado que el hombre se enfrenta

    con su almohada, de noche, o con el espejo, cada maana cuando se afeita, mientras que

    l era una especie de excepcin a la regla porque siempre se enfrentaba con sus cosas

    bajo el sonoro chorro de la ducha.

    Maldijo a Raquelita, entonces, porque ella y su anorexia como que dorman

    demasiado cerca para que l se atreviera a confiarle secreto alguno a su almohada, y

    porque flaca, fan y descangallada, purita anorexia ya, Raquelita y su detestable y

    exasperante anorexia eran muy capaces de metrsele distradas al bao, muy capaces de

    1

  • sorprenderlo mientras l andaba afeitndole algn trapo sucio al espejo.

    Pero cuando solt lo de enferma de mierda, hija de tu padre y de tu madre, pensar

    que todava tengo que meterte tu polvo de vez en cuando, entre pellejo y huesos, cuando

    ideas y constataciones se le enredaron con los peores insultos, fue en el instante en que

    hasta ayer ministro de Trabajo y Obras Pblicas, con chofer, carrazo, guardaespaldas y

    patrulleros cuidndole la casa, de pronto se sinti abyectamente solo, en pelotas y solo,

    ex ministro calato y solo y completamente distinto al comn de los mortales porque el

    comn de los mortales se enfrenta con su almohada o el espejo y en cambio yo, nadie

    ms que yo, nadie que yo sepa, en todo caso, termina usando el chorro de la ducha de

    almohada o espejo.

    Por ltimo dijo la puta que los pari, pero esto fue al pensar en el caso Scamarone

    y en que su partido en las prximas elecciones, cero, o sea que nunca ms volvera a ser

    ministro de nada ni el Seor Ministro ni a sentirse Ministro ni el Seor Ministro ni nada.

    La puta que los pari.

    Abri al mximo los caos de agua caliente y fra y se vio regresando ex ministro

    a su estudio de abogado y con las elecciones tan perdidas dentro de dos meses que

    nuevamente se vio regresando ex ministro al estudio pero su desagrado fue mucho

    mayor esta vez por lo de las elecciones y porque tena momentos as en que lo del caso

    Scamarone realmente le preocupaba. Nuevamente era abogado, un abogado ms, y en

    un par de meses su partido iba a estar tan lejos del poder que l s que ya no podra estar

    ms lejos del poder. La puta que los pari. Como si nunca hubiese estado en el poder y

    encima de todo lo del caso Scamarone.

    Empez a jabonarse la pierna derecha pensando que en tres aos de ministro tal

    vez no haba sacado una tajada tan grande como la que pudo. O s? En el fondo, s,

    2

  • aunque si la prensa amarilla no lo hubiese asustado con esos titulares en primera pgina

    tal vez habra podido sacarle mejor partido a... Al caso Scamarone, como le llama la

    prensa amarilla. Traslad ambas manos y el jabn a la pierna derecha. La puta que los

    pari. Seguan con lo del caso Scamarone, cundo se iban a hartar?, cundo

    encontrarn algo mejor?, cundo me dejarn en paz...? Son capaces de seguir... Son

    muy capaces de seguir y el prximo gobierno... Joaqun Bermejo solt otro la puta que

    los pari y empez a enjuagarse con el prximo gobierno...

    O sea que ni hablar del viaje a Europa con Vicky. Ni hablar del encuentro en

    Mxico y la semana en Acapulco para luego seguir juntos por toda Europa y as nadie se

    enterar. Ex ministro Bermejo se fuga. Lo estaba viendo, lo estaba leyendo, o sea que

    ni hablar del viaje. El amargn que se iba a pegar Vicky. Bueno, la calmara con un

    regalazo, explicndole entre besos que por el momento era imposible, ten en cuenta,

    Vicky, son solo unos mesecitos, deja que se enfre el asunto, por favor ten en cuenta. Al

    final la calmara entre besos, pero entre esos besos se encontrara con los ojitos

    socarrones, penetrantes, una miradita de Vicky a su ex ministro, tan asustado te tienen,

    Joaqui...? La muy hija de...

    En cambio Raquelita se tragara sus explicaciones, apenas tendra que explicarle,

    apenas inventarle algn pretexto para postergar ese largo y urgente viaje de negocios.

    Raquelita se lo tragara todo con la misma facilidad con que se tragaba siempre todo,

    todo menos los tres melocotones de su anorexia. Tampoco tendra que hacerle un

    regalote, tampoco lo llamaba Joaqui entre besos, Raquelita llamndolo Joaqui entre

    besos, qu horror, por Dios...

    Ah s que Joaqun Bermejo, cerrando ambos caos con violencia, solt ntegro:

    La muy hija de la gran pepa. Y se quem porque termin de cerrar antes el agua fra, me

    3

  • cago. Se haba quemado solo porque ya no era ministro, no, no solo por eso, tambin se

    haba quemado porque la muy hija de la gran pepa de la Raquelita ni siquiera saba lo

    que era la prensa amarilla, y tambin se haba quemado, adems de todo, porque su

    raqutica esposa, la madre de sus tres hijos, la heredera y duea de todo lo que tenan

    hasta que l lleg a ministro, la del apellidote, Raquelita y su anorexia, en fin, de haber

    sabido que exista la prensa amarilla, qu habra dicho? Joaqun Bermejo la oy decir

    es gente de la nfima, Joaqun, mientras de un solo tirn abra la cortina de la ducha para

    descubrirse menos ministro que nunca y en un bao que era como si le hubieran

    cambiado de bao...

    La corbata. Los chicos ya se haban ido al colegio, y, en el comedor, como

    siempre, aunque ahora sin patrulleros en la puerta, Raquelita (una taza de caf, ni una

    gota de leche, y el melocotn de la anorexia), Raquelita y su primer desayuno sin el

    chofer del ministerio esperndole afuera. Era verdad, ya alguien se lo haba dicho,

    medio en broma medio en serio, vas a extraar el poder, Joaqun, y era verdad. Por

    ejemplo, al cabo de tres aos, no bien terminara las tostadas, el jugo de naranja y el caf

    con leche, tendra que cambiar de direccin, pasar por la repostera, decirle al

    mayordomo que le abriera la puerta del garaje y sacar su automvil. Se incorpor, le

    import un pepino dejar a Raquelita luchando con su melocotn, no le dio el beso de las

    maanas, ya llamar si no puedo venir a almorzar, y se puso el saco. Joaqun, le dijo, de

    pronto, Raquelita. Se detuvo y volte a mirarla: Qu?

    Que ya no eres ministro, Joaqun. Que a los chicos les encantar verte a la hora

    del almuerzo.

    Joaqun repiti ntegro y exacto el movimiento: volvi a ponerse el saco

    completamente, y no le qued ms remedio que abrocharse un botn ms como parte

    4

  • final del dilogo con Raquelita luchando con su melocotn. Ella haba vuelto a bajar la

    mirada, a concentrarse en su melocotn. Con cunta finura lo haca y lo deca todo en

    esta vida Raquelita, la muy... la muy nada.

    Volver a tiempo para almorzar con los chicos. Promesa de ministro, Raquelita.

    El automvil. Que ya no eres ministro, Joaqun. Que a los chicos les encantar

    verte a la hora del almuerzo. Raquelita lo haba desarmado completamente. Cmo y

    por qu lo haba desarmado tanto Raquelita? En primer lugar, se respondi Joaqun,

    dejando avanzar lentamente el automvil hacia el centro de Lima, si hay una persona en

    el mundo a la que le resbala por completo que yo haya dejado de ser ministro, esa

    persona es Raquelita. Claro, su padre fue ministro cinco veces, media familia suya ha

    sido ministro cinco veces, ms presidentes, virreyes y hasta un fundador de la ciudad de

    Lima cinco veces, si eso fuera posible. Y en segundo lugar, o sea en primero para

    Raquelita, porque me quiere por lo que soy. Joaqun record la escena, visit sin ganas

    la noche completa de verano y el jardn para decir eso en que le dijo que quera casarse

    con ella.

    Haba trado su flamante diploma de abogado.

    Me quieres como soy, Raquelita?

    Ms, mucho ms que eso, Joaqun. Te quiero por lo que eres.

    Un semforo. Ex ministro se fuga de su casa. Ex ministro abandona esposa e

    hijos. Implicado en caso Scamarone se fuga con su amante. La que se puede armar. La

    que se va a armar si el prximo gobierno realmente decide investigar. l, nada menos

    que l, convertido en chivo expiatorio, en objeto predilecto de los ataques y burlas de la

    prensa amarilla. Ex ministro Bermejo metido hasta las narices.... Qu estaran

    pensando sus cuatro socios en el estudio?

    5

  • Luz verde y Raquelita diciendo es gente de la nfima, explicndoles a los chicos

    que los de esos peridicos, los de esas revistas y los del nuevo gobierno, en fin, que

    todos eran gente de la nfima. Por qu no haba besado a Raquelita antes de partir?

    Por qu no le di el beso del desayuno? Joaqun Bermejo se llen de preguntas y de

    rapidsimas respuestas. La haba querido muchsimo, la quera siempre muchsimo,

    Vicky terminara dejndolo plantado, metido hasta el cogote en el caso Scamarone.

    Raquelita, en cambio, jams, cmo lo iba a abandonar por cosas de gente de la nfima.

    Y los chicos, Raquelita? Cmo les explicamos a los chicos? Luz roja. Los chicos,

    Joaqun, saben perfectamente que son cosas de gente de la nfima.

    Luz verde. Gracias a Raquelita no pasara absolutamente nada y l siempre podra

    decirles a los chicos todo lo que tienen en la vida se lo deben a su padre, muchachos,

    aprendan de m, puro pulso, muchachos, pulso y crneo, nada ms que crneo y mucho

    pulso, aprendan eso de su padre.

    Lleg al estudio con la imperiosa necesidad de decirles a sus hijos que todo haba

    sido a punta de pulso y crneo, mucho crneo, y muchsimo pulso, muchachos.

    Increble: ni cuenta se haba dado, haba entrado en su despacho saludando apenas a las

    secretarias, apenas un hola a los practicantes, del ex ministro no quedaba ms que la

    prensa amarilla y un poco de caso Scamarone. Lo primero que hizo fue marcar el

    nmero, besar a Raquelita por telfono y pedirle que les dijera a los chicos que llegara

    a tiempo para almorzar con ellos, contigo tambin Raquelita. Y termin preguntndole

    si haba terminado ya el melocotn de su desayuno. Eso dijo, s: el melocotn de tu

    desayuno y no el melocotn del desayuno de tu anorexia. Y no sinti ganas de matarla

    cuando ella le respondi que no. Increble.

    S, increble, y algo horrible, de golpe, tambin ahora, pero tuvo que contestar

    6

  • porque la secretaria le estaba anunciando la llamada de la seorita Vicky con acentito.

    Joaqui, ya leste La Verdad?

    Hasta cundo te voy a repetir que yo no leo esos pasquines, Vicky.

    Pero aqu tu chinita linda se los lee enteritos, Joaqui.

    Te llamo a eso de las ocho y media, Vicky. El presidente me ha citado a las

    siete. Te llamo esta noche al salir de palacio.

    Le dira que la cita en palacio dur hasta las mil y quinientas, cuando ella lo

    volviera a llamar, maana por la maana. Porque hoy quera un da diferente, porque lo

    que realmente necesitaba hoy era sentirse en una noche como aquella del jardn, en esa

    misma noche con su jardn y ese verano, sentirse en todo momento en aquella noche

    lejansima del jardn irrepetible...

    Me quieres como soy, Raquelita?

    Mucho ms que eso, Joaqun. Te quiero por lo que eres.

    Pidi que no le pasaran ms llamadas que las de palacio. Las de palacio y las de

    mi esposa, agreg, con las justas, porque ya estaban ah, porque ya nada podra

    detenerlos, porque qu ministro no haba robado pero solo a l le haba cado lo del caso

    Scamarone... Para qu, si no, lo haba citado el presidente en palacio...? Y ahora ya

    estaban ah y era tan feroz el relampaguear de las cmaras fotogrficas como su

    necesidad de confesar por fin el peor de sus delitos. Ex ministro tambin planeaba

    asesinar a su esposa! Todo sucedi en la ducha! Tijerita de oro impide que ex ministro

    mate a esposa!.

    Sollozando, con la cabeza siempre entre los brazos, aunque ya algo ms tranquilo,

    Joaqun Bermejo continuaba preguntndose qu haba sido antes, si el huevo o la

    gallina. Cronolgicamente, casi todo estaba en orden. Y sin embargo... Bueno,

    7

  • braguetazo o no, l tambin perteneca a una buena familia y se haba casado muy

    enamorado y con la enorme suerte de que Raquelita, adems de todo, perteneciera a una

    excelente y riqusima familia, cosa que siempre haba deseado pero que poco o nada

    tuvo que ver con que se hubiera casado por amor y con suerte, como en lo del huevo y

    la gallina. Y as nacieron Carlos, Germancito y Dianita, fruto del amor que lo una a

    Raquelita y fruto del amor que lo haba unido a Raquelita, como todo en esta vida, por

    lo del huevo y la gallina. Que a su suegro le debiera los doce mejores clientes del

    estudio era algo tan lgico y natural como lo del huevo y la gallina. Y lo mismo habra

    que decir de la casa que hered del huevo y la gallina, porque fue el regalo de bodas de

    su suegro y de su suegra. Pero, entonces, qu vino antes: la anorexia de Raquelita o el

    culo que era Vicky? Entonces, se respondi Joaqun Bermejo, rebuscando sinceridad en

    lo ms hondo de su ser, entonces vino lo del huevo y la gallina...

    ...Mucho ms fcil le result establecer el orden de lo que vino despus y una tras

    otra fue recordando sus escapadas de amor con Vicky, sus constantes mensajes del

    ministerio a su casa, seorita por favor pregunte por la seora Raquelita, seorita, por

    favor llame a mi casa y avsele a mi esposa que una reunin esta noche... Y Vicky en la

    otra lnea, Vicky exigindole cada da ms en la otra lnea, bueno, la verdad es que

    mejor no le podan estar saliendo las cosas desde que lleg al ministerio, y qu mejor

    recompensa que el tremendo culo que era Vicky, al ministerio s que haba llegado por

    sus propios mritos, y qu ms poda desear Raquelita que un hombre que era el orgullo

    de sus hijos, ahora s que poda decirles a puro pulso y puro crneo, muchachos, s,

    ahora s que s... Aunque claro, lo de la recompensa no se lo entenderan, jams

    comprenderan que l necesitaba al menos eso contra Raquelita, porque su madre,

    muchachos, cmo explicarles... Bueno, pero a qu santos tanta explicacin, quin era l

    8

  • para tener que andar rindindole cuentas a sus hijos, no haba llegado a ministro para

    ponerse a pensar en lo del huevo y la gallina. O sea que esta noche l con Vicky en su

    suite del Crilln y ellos en casita y acompaando a mamacita con el melocotn de su

    anorexia, la muy...

    S, la muy digna hija de su padre y de su madre, porque no solo haba que ser

    anorxica sino cada del palto, adems, para creer que con una tijerita poda sentirse

    segura en una ciudad como Lima. Te imaginas una cojudez igual, Vicky...?

    Un bechito, mi ministrito?

    ...Primero fue la locura de la anorexia y uno de estos das se muere de puro flaca.

    Y ahora, de golpe, me sale con la vaina esta increble de la tijerita, adems. Como para

    que uno de estos das me la maten de puro cojuda...

    Otro bechito, mi amosshito?

    ...Realmente hay que ser cada del palto, adems de loca, para andarse creyendo

    que en Lima, hoy, nada menos que hoy en Lima y tal como estn las cosas... Imagnate,

    Vicky, yo que le tengo la casa rodeada de patrulleros y ella confiando en una tijerita de

    uas para protegerse...

    Bechito bechito...

    ...Que si la tijerita es de oro, que si es de un milln de quilates, que si con ella se

    cort las uas la virreina, que si su bisabuela y su abuelita, despus, que si su mam se

    la regal porque es una joya de familia, en fin. Pero ah recin empieza la cosa, porque

    adems resulta que algo muy profundo, algo en lo ms hondo de su ser le anda diciendo

    ahora que si alguien se mete con ella en esta ciudad plagada de gente de la nfima...

    Gente de la qu, Joaqui?

    De la nfima, mi amor...

    9

  • Y eso cmo se come, mi amosshito?

    Eso pregntaselo a ella, que a cada rato usa la bendita palabra...

    O chea que la muy cojuda se cree la divina pomada...

    Lo que la muy cojuda se cree no es cosa que te incumba, Vicky...

    Che amarg, mi amosshito? Che me va?

    No pienso moverme de aqu esta noche, Vicky. Que eso, al menos, quede bien

    claro de una vez por todas. Lo dems es la historia del huevo y la gallina y no tengo por

    qu explicrsela ni a mis hijos ni a ti ni a nadie...

    Se puso muy cherio mi ministrito...

    Nada de eso, Vicky, palabra de hombre, de hombre y de ministro. Lo que pasa

    es que la muy idiota se cree invulnerable con su tijerita. Es como si solo creyera en Dios

    y en su tijerita, y se mete sola por todas partes, cuando yo le tengo terminantemente

    prohibido salir sin el chofer y un patrullero para que los siga... Pero sta es capaz de

    creerse que Dios le ha puesto esta tijerita entre las manos... Nada menos que la tijerita

    de su familia entre sus manos... Esta cretina es capaz de creerse que Dios...

    Nos la matan y nos vamos paAcapulco, mi amosshito.

    De la madre de mis hijos me encargo yo, Vicky. Que eso tambin quede bien

    claro de una vez por todas...

    Las noches de amor con Amosshito siguieron, semana y semana, meses y meses, y

    pronto seran tres aos y Vicky cada vez le exiga ms y el caso Scamarone acababa de

    estallar y a Raquelita no la haban matado ni los tres melocotones de su anorexia ni el

    andar metindose sola por todas partes con la imbecilidad esa de Dios y su tijerita.

    10

  • Como si con Dios, su anorexia y una tijerita de oro formaran un escuadrn

    indestructible. Como si entre su fe en Dios y lo de ser gente decente, gente de lo mejor,

    y vete t a saber qu vainas ms de esas... Increble... Ms loca no poda estar la muy

    cretina... Como si por su linda cara, sus tres melocotones al da y una tijerita heredada

    de un fundador de la ciudad de Lima, adems, novedad con la cual le sali una tarde, la

    muy anorxica, se hubiera convertido en el enemigo mortal, nada menos que en el terror

    de la nfima.

    El terror de la nfima, se repiti una maana Joaqun Bermejo, abriendo al

    mximo los caos de agua caliente y fra. Bien encerrado en su bao, bien protegido por

    la cortina de la ducha, necesitaba sin embargo que el chorro de agua sonara como nunca

    para continuar sin peligro el deleite de andar pensando esas cosas tan inesperadas como

    incontenibles. El terror de la nfima, se repeta una y otra vez y sonriente y feliz, como

    si de pronto hubiera encontrado la solucin definitiva al problema ms viejo y

    complicado de su vida. Podra contarle a Vicky lo que se le estaba ocurriendo?

    Contarle que, en vez de una escapada a Mxico y Europa, podran seguir juntos el resto

    de la vida, casarnos, Vicky? No lo saba, pero continuaba gozando bajo el chorro de la

    ducha, cantaba mientras Raquelita, completamente Raquelita, caminaba tranquilsima

    por una oscura calle limea, una calle que l solo lograba identificar por la muerte de

    Raquelita al llegar a la esquina. Ah, en esa esquina, su visin de los hechos, Raquelita

    sacando su tijerita de la cartera y un negro hampn, inmenso, tranquilo, pagado y

    preparado, ah su visin de los hechos era muy rpida pero muy precisa, tan rpida y

    precisa como la eficacia y la rapidez del inmenso negro huyendo absolutamente

    profesional... Era solo cuestin de pensarlo todo hasta el ltimo detalle... Un negro

    como ese sera facilsimo de conseguir... Lima estaba plagada de negros como ese y

    11

  • Lima estaba plagada de ministros como l...

    Fueron los duchazos ms felices en la vida de Joaqun Bermejo, y a menudo

    gozaba dicindose que, de haber sido un tipo de esos que se ducha slo una vez a la

    semana, ya se habra convertido en un tipo que se pasa el da en la ducha. Cerraba la

    cortina, abra los dos caos, y a cantar se dijo mientras iba dejando ultimado hasta el

    ms mnimo detalle. No haba tiempo que perder: con lo del caso Scamarone era posible

    que tuviera que renunciar al ministerio y Vicky cada da le exiga ms y l quera darle

    todo y de todo porque le sala del forro de los cojones, carajo: Raquelita era ya cadver

    junto a un charco de sangre y hasta la tijerita de oro haba desaparecido, qu tal negro

    paconchesumadre, alz hasta con la tijerita.

    Joaqun Bermejo no saba por qu nunca se acordaba de contarle sus planes a

    Vicky. Tampoco saba por qu estos desaparecan no bien empezaba a cerrar los caos

    de la ducha. Tena eso algo que ver con lo de la almohada y el espejo? Fastidiado,

    constat una vez ms que el hombre se enfrenta con su almohada, de noche, o con el

    espejo, cada maana cuando se afeita, mientras que l era una especie de excepcin a la

    regla porque siempre se enfrentaba con sus cosas bajo el sonoro chorro de la ducha.

    Y fue as como una maana, bajo el chorro de la ducha, Joaqun Bermejo decidi

    dejarse de aguas tibias, y empez a cerrar el cao de agua caliente mientras le iba

    contando a Vicky que un negro inmenso le haba enfriado a Raquelita de un solo

    navajazo y ahora todos vamos a descansar en paz. Vicky se qued fra con la noticia

    pero l nada de abrir el cao de agua caliente porque durante varias semanas tendremos

    que actuar as, yo, al menos, tendr que actuar con la ms calculada frialdad. Joaqun

    Bermejo se mantuvo firme bajo el chorro de agua fra mientras le explicaba que, en

    cambio, lo mejor era que ella se hiciera humo hasta que l la volviera a llamar. Eso ser

    12

  • cuando todo haya vuelto a la normalidad, Vicky, le dijo, mientras iba cerrando el agua

    fra y abriendo hasta quemarse el agua caliente para que Vicky pudiera hacerse humo...

    El pellejo que duerme a mi lado es inmortal, se dijo, aterrado y hasta respetuoso,

    Joaqun Bermejo, abriendo rapidsimo, al mximo los caos de agua caliente y fra, la

    maana atroz en que supo lo que era despertarse de dos sueos al mismo tiempo. No se

    explicaba cmo haba podido pasarse das y das acariciando la idea de ver a su esposa

    asesinada. Inmortal de mierda, aadi, porque acababa de saltar de la cama en el

    instante en que Raquelita, completamente Raquelita, pero completamente Raquelita en

    un sueo, porque result que Raquelita era un esqueleto, guardaba su tijerita de oro

    mientras un inmenso negro herido hua despavorido...

    La corbata. El desayuno. El rpido beso con que se despidi de Raquelita. Su

    despacho de ministro. Joaqun Bermejo empez a sentir un gran alivio. No le haba

    contado nada a Vicky, felizmente que no le haba contado nada. Por la noche solo tom

    dos copas con ella. Necesitaba regresar temprano a su casa. Necesitaba hacer el amor

    con Raquelita y que ella se diera cuenta de esa necesidad. O sea que esa noche

    Raquelita se encontr con un esposo rarsimo. Una especie de Joaqun Bermejo que le

    recordaba al Joaqun Bermejo de su luna de miel. Despus lo contempl mientras se le

    quedaba dormido pegado a su almohada y no quiso despertarlo cuando en un sueo

    intranquilo y de palabras deshilvanadas, lo nico que dijo claramente fue djeme en paz

    Scamarone. Lo dijo tres veces.

    De palacio llamaron a las doce para decirle que El Seor Presidente prefera verlo una

    hora antes, esa tarde, o sea a las seis, y Joaqun Bermejo pens que con suerte la reunin

    13

  • terminara tambin una hora antes de lo previsto. Acto seguido, y de una vez por todas,

    decidi ponerle punto final a lo del huevo y la gallina, que para estupideces tena ms

    que suficiente con las de Raquelita, dem con el caso Scamarone: punto final para

    siempre, por qu no, a la larga todo se arregla en este pas de mierda. Hara, en cambio,

    una escala en el club, por qu no, se tomara el whisky de la reconciliacin nacional, por

    qu no, y jucate, un telefonazo a Vicky Bechito. Por qu no, Joaqun Bermejo?

    Joaqun Bermejo y Vicky Bechito, why not? Claro que s, como que dos y dos son

    cuatro, Joaqun Bermejo, chupa y di que es menta. Eso mismo, exacto, dos y dos son

    cuatro en Lima y en la Cochinchina. Pero de palacio volvieron a llamar media hora ms

    tarde. El Seor Presidente le haca saber que la cita sera a las cinco. Cinco en punto,

    agreg la persona que llam de palacio, o sea que la secretaria del doctor Bermejo

    tambin agreg a las cinco en punto, doctor.

    Joaqun Bermejo pens que su retorno al ejercicio del Derecho haba sido todo

    menos suyo, se despidi de los practicantes y secretarias de tal manera que sin

    despedirse de nadie se haba despedido de todos, se dio cuenta de golpe que ninguno de

    sus cuatro socios haba salido a darle la bienvenida, les mand decir que sin falta

    maana entrara a saludarlos en sus respectivos despachos, y abandon la elegancia de

    su estudio como un extrao. Los practicantes se miraron entre ellos, entonces las

    secretarias se atrevieron a mirarse tambin entre ellas, todos se miraron, por fin, y como

    quien cuenta a la una, a las dos, y a las tres, exclamaron: Mamita, el caso Scamarone!

    La que se va a armar, mamita linda!

    Entonces s salieron los cuatro socios de Joaqun Bermejo. Haban estado muy

    ocupados, a cul ms ocupado en su respectivo despacho, pero ahora, de golpe, como si

    los cuatro hubieran nacido en Fuente Ovejuna, todos a una en lo concerniente al caso

    14

  • Scamarone, y como si los cuatro hubieran nacido durante la guerra de Troya en lo

    concerniente a la que se iba a armar. Porque, como el caballo de Troya, el caso

    Scamarone ocultaba el caso Banco de Finanzas, dentro de este andaba metido lo de

    S., y hasta dentro de la S. A. hay gato encerrado, segn parece, seores. Parecan una

    caja china chismosa los doctores Muoz lvarez, Gutirrez Landa, Meja Ibez, y

    sobre todo el doctor Morales Bermejo, porque su Bermejo le vena por parte de madre,

    pero a mam el parentesco con los Bermejo de Joaqun le viene por Adn, o sea que

    cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, mis queridos colegas, y qu tal

    si lo seguimos hablando todo un poquito en el club, ustedes qu piensan, porque alguna

    precaucin habr que tomar.

    En cambio a Joaqun Bermejo le era imposible tomar precaucin alguna. Sentado

    ah, en el aparatoso comedor de su casa, con Raquelita al frente, Carlos y Germancito a

    su izquierda y Dianita a su derecha, presida como siempre la mesa, y le preguntaba

    como siempre al mayordomo qu hay de almuerzo. Pero esta vez no encontr las

    fuerzas para agregar su eterna broma:

    Qu hay adems del melocotn de la anorexia de la seora?

    Haba descubierto el desamparo de presidir para nada y estaba viviendo el vaco

    interminable de seguir sentado ah sin poder decir mucho pulso y mucho crneo,

    muchachos. Haba llegado cuando Raquelita y los chicos se encontraban ya en el

    comedor y ahora el mayordomo estaba ah con la fuente de la entrada y acababa de estar

    ah con la fuentecita y el melocotn de la seora, y qu difcil se le haca hablar de

    cualquier cosa con el mayordomo entra y sale y sus hijos comiendo lo ms rpido

    posible por los horarios del colegio y Raquelita con la serenidad de cristal que solo

    Raquelita. Y por qu, si eso siempre haba sido as, senta que eso nunca haba sido as,

    15

  • o era que ah todos sospechaban algo ya. No, eso s que no, eso s que no poda ser. Y

    para que no pudiera ser, para que en los ojos de Raquelita y sus hijos no apareciera la

    sombra de una sospecha, habl ministro:

    El presidente de la Repblica me cit esta tarde, a las siete. Despus, me cit a

    las seis, y por fin ha terminado citndome a las cinco. En vista de lo cual, seoras y

    seores, yo pienso llegar a las ocho. Qu les parece?

    En el colegio dicen que el presidente est rayado anunci Carlos.

    Se pas de revoluciones, pap coment Germancito.

    Lo que es, es un plomo concluy Dianita.

    Joaqun Bermejo los mir sonriente. Los mir como si les estuviera dando la

    razn a los tres, pero de nuevo como que se qued presidiendo para nada, al cabo de un

    instante. Ah estaba, estaba en su lugar de siempre, y as deban haberlo mirado sus

    hijos, pero de nada le haban servido sus comentarios contra el desamparo de presidir

    para nada y el vaco interminable que era no poderles decir nunca jams lo que en tres

    aos de ministro les haba estado queriendo decir: Mrenme bien a la cara, hijos, a los

    ojos, mrenme bien y vean cmo su padre se ha convertido en ministro y cmo se puede

    convertir en presidente de la Repblica, tambin, si algn da le da la gana. Y en un

    presidente mejor que cualquiera de los que me eche la familia de su madre, a ver,

    nmbrame uno, Raquelita. Y Raquelita, sonriente, y l, ahora, ahora s, por fin: Y

    quieren saber cmo ha sido? Quieres saber, Carlos? T, Germancito, quieres saber?

    Porque claro que t tambin quieres saber, no es cierto, Dianita? Pues pulso! Crneo!

    Pulso y crneo! Y con el sudor de mi frente! Con el sudor...!

    Ah, en plena palabra sudor, arroj la esponja Joaqun Bermejo. Se haba agotado

    y no haba dicho una sola palabra. Sudaba fro y se haba agotado y eso era lo nico que

    16

  • le quedaba del sudor de su frente y todo por culpa de la maldita palabra sudor. Eso y

    algo peor, algo que era como un comentario a las palabras que, de puro desamparo, ni

    siquiera haba logrado decir. Algo que descubri al mirar perdido a Raquelita.

    Como en lo del huevo y la gallina, con su manera de comer siempre un

    melocotn, solo con eso, con comer as un melocotn, Raquelita le estaba diciendo: No,

    mi querido Joaqun, mi pobre Joaqun, el sudor de la frente no, no entre nosotros,

    Joaqun. Pulso, si quieres, s, aunque di ms bien esfuerzo, constancia, perseverancia.

    En cambio eso que t llamas crneo, en vez de inteligencia, s, eso s, dilo siempre, pero

    dilo en primer lugar. Ahora bien, Joaqun, nunca se te ocurra volverles a hablar a mis

    hijos del sudor de la frente y de cosas as de la nfima. Recuerda siempre que son mis

    hijos y que de ahora en adelante lo sern ms que nunca, Joaqun. O sea que nunca

    jams se te ocurra mencionar cosas como el sudor de tu frente, y sobre todo en la mesa.

    Ni una sola palabra que tenga que ver con el sudor. No se suda, Joaqun, en esta casa no

    se suda, y menos delante de estos tres chicos...

    Entonces Joaqun Bermejo descubri su gran error, el momento que siempre crey

    ser una cosa y que en realidad era esto: que nunca haba odiado tanto a Raquelita como

    en el jardn de aquella maldita noche de calor en que le pregunt si lo quera como l

    era. Y en medio de tanto odio se encontr con que l tambin se estaba odiando aquella

    noche. Me quieres como soy, Raquelita? Tambin l. La verdadera e insoportable

    respuesta de Raquelita, por ltimo, ahora:

    Te quiero por lo que eres.

    Joaqun Bermejo regres al aplastante boato de su comedor de pronto tan

    diferente, al trabajo que le estaba costando disimular ante sus hijos, ante el mayordomo,

    ante el enorme espejo de la consola, ante Raquelita... Ante Raquelita, que saba mucho

    17

  • ms que l, enormemente ms que l, y desde muchsimo antes que l, cosas y ms

    cosas sobre el huevo y la gallina.

    Me voy a hablar con mi padre, Joaqun. Ya sabes que detesta el telfono y que

    est pescando en Cerro Azul. O sea que, por favor, no te preocupes si llego tarde.

    Te ruego que vayas con el chofer.

    Imposible, Joaqun. El chofer se va a las nueve de la noche y yo a esa hora

    recin estar regresando de Cerro Azul. Solo te pido...

    Raquelita dej su frase interrumpida, para que los chicos no se fueran a dar cuenta

    de que algo grave estaba ocurriendo. Y se limit a agregar:

    Voy con mi tijerita, Joaqun.

    Desde el otro extremo de la mesa, Joaqun Bermejo la miraba incrdulo, pasivo,

    como resignado. Observaba silenciosamente cmo ella le sonrea desde el otro extremo

    del mundo.

    Anda con Dios, hija ma dijo, de pronto, y los chicos no se dieron cuenta

    de nada porque pap, con tal de soltar frases as, la del melocotn de la anorexia, por

    ejemplo, y porque en ese instante Carlos y Germancito se estaban incorporando, ya era

    hora de salir corriendo al colegio.

    Fue la noche con el rabo entre las piernas de Joaqun Bermejo. De palacio haba salido

    casi a las ocho, con el rabo entre las piernas, porque habra caso Scamarone y chivo

    expiatorio. A las once, con el rabo nuevamente entre las piernas, se sopl media hora de

    gritos de su suegro, aunque mereca ser chivo expiatorio, no habra caso Scamarone.

    Todo haba quedado arreglado con el presidente y varios ministros y no habra caso

    18

  • Scamarone pero es usted un canalla, Bermejo. Si no fuera porque es usted esposo de mi

    hija y padre de mis nietos. Otro gallo cantara, Bermejo, otro gallo. Dele usted gracias al

    cielo. Dele usted gracias a su esposa. Dele usted gracias a su suegro. Dele usted gracias

    al presidente de la Repblica. Dele usted gracias a los seores ministros de. Dele usted

    gracias al cielo, Bermejo. Fueron tales los gritos de su suegro en el telfono que Joaqun

    Bermejo no se atrevi a preguntarle a qu hora haba partido Raquelita de Cerro Azul.

    Segua con el rabo entre las piernas cuando decidi llamar a la comisara del distrito

    porque su esposa no apareca y ya era cerca de la una de la maana. Se desmoron

    cuando le avisaron que el automvil se hallaba abandonado a la altura de Villa El

    Salvador.

    As lo haba encontrado Raquelita cuando entr feliz y, en vez de decirle mi pap

    te va a matar, lo va a arreglar todo pero te va a matar, le sonri feliz, encendi todas las

    luces, lo invit a sentarse un rato con ella en la sala y le dijo que se iba a quedar con el

    rabo entre las piernas cuando le contara.

    He llamado a la comisara... Qu ha pasado, Raquelita? Qu te ha pasado?

    Vuelve a llamar a la comisara y di que tu esposa est perfectamente. Anda,

    llama de una vez y ven para que te cuente. Te vas a quedar con el rabo entre las piernas.

    T que tanto te burlabas de ella.

    Ella era la tijerita y Joaqun Bermejo volvi a desmoronarse con el rabo entre las

    piernas cuando Raquelita empez a contarle que el automvil se le haba parado en un

    lugar atroz. La verdad, Joaqun, no s cmo no bombardean esos lugares. Gentuza.

    Gente de la nfima que la miraba indiferente mientras ella les daba instrucciones para

    que hicieran algo ms que estarla mirando con esas caras de idiotas. Pobre pas, qu

    gente, Joaqun. Flojos, vagos, insolentes hasta cuando se trata de ayudar a una seora.

    19

  • T crees que movieron un dedo? Nada, no tuve ms remedio que echarme a andar por

    la autopista. Por supuesto que a nadie se le ocurri parar a ayudarme, tampoco. Si vieras

    qu asco de sitio.

    Es una barriada. Villa El Salvador.

    Lo que es, es un asco, una vergenza para una ciudad como Lima.

    Cmo has llegado, Raquelita?

    T que tanto te burlabas de ella. Qu habra sido de m sin ella? Si no fuera

    por ella, en este instante estaras lamentando la muerte de tu esposa. Pensar que mis

    pobres hijos...

    Cmo has llegado, Raquelita?

    Y t que tanto te burlabas de ella. Deberas estar con el rabo entre las piernas,

    Joaqun. Me pudo haber costado la vida subirme en ese microbs. Qu horror, ni una

    sola luz y la gente colgando por las ventanas. No s cmo logr ver el letrero. No haba

    otra solucin. Era la nica manera de acercarme a casa. Y qu crees t que pas, no

    bien sub? Cmo es esa gente, Joaqun! Qu pas! No haba pasado ni un minuto y ya

    me haban robado el reloj de los diamantes. Quin poda ser ms que el negro inmenso

    que tena parado a mi izquierda. Se crey que porque era una seora decente. Se crey

    que porque en esa oscuridad no se vea nada. Pero no bien me di cuenta de que mi reloj

    haba desaparecido me dije te lleg el momento, Raquelita. No se vea nada en esa

    oscuridad, o sea que aprovech para meter la mano tranquilamente en la cartera. Ah

    mismito di con ella. Y la saqu. Si vieras, Joaqun, qu maravilla. Le pegu un hincn

    en las costillas. Se lo pegu con toda el alma, Joaqun, y ya ves t, que tanto te burlabas

    de m, t que creas que me haba vuelto loca y que me podan matar. T que... Pobre

    diablo. No bien le ped el reloj me lo devolvi. No hice ms que decirle pngalo usted

    20

  • en mi cartera. Bien bajito por si acaso tuviera cmplices. Cobarde. Negro asqueroso.

    Ya, seora, me dijo, pero ni tonta. Esta gente cree que una va a ser tan bruta como para

    soltar y guardar su tijerita. Eso es lo que l se crey pero yo no le saqu la tijerita de

    entre las costillas hasta que me baj. Ay qu asco, Joaqun! Lmpiamela, por favor.

    Est toda manchada de sangre.

    No lo puedo creer, Raquelita. Ese hombre te ha podido matar...

    Ese tipo de la nfima?

    Vamos a acostarnos, Raquelita.

    A que no te sientes con el rabo entre las piernas, Joaqun...? Ya vers, algn

    da aprenders que mientras yo lleve mi tijerita...

    Vamos a acostarnos, Raquelita.

    Primero lmpiame la tijerita. No olvides que maana es otro da y que Lima est

    plagada de esa gente. Qu horror! Qu gentuza! Gente de la nfima! Desinfctame la

    tijerita, por favor.

    Cuando Raquelita se durmi, sonriente, feliz, despus de una verdadera hazaa,

    Joaqun continuaba defendiendo al inmenso negro. Lo imaginaba llegando a su casa con

    una buena herida en el costado y despavorido. Con el mundo al revs. Haba intentado

    explicarle a Raquelita que poda tratarse de un hombre honrado volviendo de su trabajo.

    Nada. Era un tipo de la nfima. Se lo haba imaginado honrado y obrero y llegando a su

    casa sabe Dios dnde y se haba imaginado una negra y unos negritos escuchndolo

    entre aterrados e incrdulos. Nada. Era un tipo de la nfima. Raquelita, le haba dicho,

    yo te pido perdn por lo del caso Scamarone pero reconoce que t te has equivocado

    esta vez. Nada. Era un tipo de la nfima. Y haba estado a punto de decirle el tipo de la

    nfima, en ese caso, sera yo, pero de nada le haba valido. El tipo de la nfima era el

    21

  • negro.

    Y ahora Raquelita dorma plcidamente y Joaqun se deca que ese era el secreto.

    Ese. Cuando no se sabe, como en el caso del huevo y la gallina, se opta. Y Raquelita

    haba optado. Ese era su secreto. Y era demoledora la fuerza de una tijera. Claro.

    Demoledora. Por eso tanta indiferencia cuando al entrar encendieron la luz del

    dormitorio y el reloj de los diamantes se le haba olvidado sobre el tocador.

    Raquelita! Fjate qu reloj tienes en la cartera!

    Fornells, Menorca, 1985

    22