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  • Las pruebas de resistenciarealizadas a lascentrales nuclearesespaolas

    Terapia gnica: muchas promesas y pocos avances

    Entrevista con MaraNeira Gonzlez,directora de SaludPblica y MedioAmbiente de la OMS

    Teora de las entidadesreguladoras y el CSN

    alfaRevista de seguridad nuclear y proteccin radiolgica

    Nmero 16IV trimestre 2011

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  • S e cumple estos das el primer ani-versario del terremoto y el con-siguiente tsunami que asolaronla costa este de Japn y provocaron el

    accidente de la central nuclear de Fu-

    kushima Dai-ichi. Un suceso que sigue

    marcando la hoja de ruta de la seguridad

    nuclear en todo el mundo. Como conti-

    nuacin a los artculos y noticias publi-

    cados en los anteriores nmeros de Alfa,

    incluimos en este un amplio anlisis del

    proceso puesto en marcha para mejorar

    la seguridad de las centrales nucleares

    espaolas ante posibles catstrofes de

    origen natural, incluso de proporciones

    muy superiores a las esperables por los

    datos histricos y las caractersticas de

    cada emplazamiento.

    Las llamadas pruebas de resistencia,

    establecidas por la Comisin Europea

    en el mes de mayo y que se han realiza-

    do en casi todas las centrales nucleares eu-

    ropeas, han supuesto un intenso traba-

    jo, desarrollado a lo largo de varios meses,

    para poder cumplir con los plazos esta-

    blecidos por la Comisin. El 31 de octu-

    bre las centrales espaolas entregaron

    sus respectivos informes al Consejo de Se-

    guridad Nuclear, quien los evalu y los

    remiti el 31 de diciembre a la Comisin

    Europea. El artculo detalla el contexto

    en el que se puso en marcha esta inicia-

    tiva, los objetivos marcados por la Comi-

    sin Europea, el procedimiento y meto-

    dologa seguidos por las centrales

    espaolas, el papel del CSN y las conclu-

    siones del informe final entregado a las

    autoridades europeas.

    Un aspecto reseable de las pruebas

    de resistencia, dada su relacin con el

    accidente de Fukushima, es el riesgo ss-

    mico de nuestro pas, que en 2011 dio

    muestras de su existencia en el terremo-

    to que asol la ciudad de Lorca. Inclui-

    mos en la revista un reportaje donde se

    informa de los riesgos asociados a las

    manifestaciones telricas en nuestro pas,

    entre ellos los derivados de la actividad

    volcnica, que tuvo tambin el ao pa-

    sado gran protagonismo por la erupcin

    submarina ocurrida en las inmediacio-

    nes de la isla de El Hierro.

    Entre los numerosos usos de las ra-

    diaciones ionizantes son siempre desta-

    cables los relacionados con el diagnsti-

    co y el tratamiento mdicos, incluso en

    actividades aparentemente lejanas, como

    en el caso de la terapia gnica. Un repor-

    taje incluido en este nmero nos expli-

    ca las prometedoras perspectivas abier-

    tas por esta lnea teraputica, iniciada

    hace ya ms de dos dcadas, los proble-

    mas que han impedido hasta ahora con-

    vertir esas promesas en realidades y el

    rumbo de las investigaciones que se

    desarrollan para solventarlos.

    Hablando de cuestiones mdicas, la

    voz ms autorizada en todo el mundo es

    la de la Organizacin Mundial de la Sa-

    lud. La directora de su divisin de Salud

    Pblica y Medio Ambiente, la asturiana

    Mara Neira, es en esta ocasin la prota-

    gonista de la entrevista, donde explica la

    importancia de esta organizacin, los

    problemas que afronta y, ms en con-

    creto, su papel en temas cercanos a la ac-

    tividad del Consejo, como el uso de las

    radiaciones ionizantes.

    La revista se completa con un art-

    culo de carcter terico donde el vicepre-

    sidente del Consejo, Luis Gmir, analiza

    la justificacin e imbricacin de los or-

    ganismos reguladores en el entramado de

    la administracin democrtica y de los

    condicionantes que pueden afectar a su

    credibilidad. a

    16 / 2011 | alfa | 1

    Pruebas de resistencia

    El CSN remiti el 31 dediciembre a la Comisin

    Europea el informe final delas pruebas de resistenciarealizadas a las centrales

    nucleares espaolas

    Presentacin

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  • 2 | alfa | 16 / 2011

    REPORTAJES

    4 Terapia gnica: muchas promesas y pocos avancesTras ms de 20 aos de investigacin y experimentacin, el objetivo de curarenfermedades de origen gentico mediante la modificacin o implantacin delos genes implicados ha demostrado estar plagado de dificultades. Pese a todo,las investigaciones para superar los problemas prosiguen y mantienen viva lapromesa de llegar a un tratamiento eficaz para las miles de enfermedades gen-ticas o en las que los genes juegan un papel esencial, incluido el cncer.

    Gene therapy: many promises and few breakthroughs. After more than 20 years ofresearch and experimentation, the objective of curing illnesses of genetic origin through themodification or implantation of the genes involved has proven to be plagued with difficulties.Nevertheless, research aimed at overcoming the problems continues and keeps alive thepromise of achieving an efficient treatment for the thousands of genetic illnesses or those inwhich the genes play an essential role, including cancer.

    11 Los cazadores de terremotosLa localidad murciana de Lorca y la isla canaria de El Hierro nos han recordadodurante 2011 que Espaa no est exenta de riesgos ssmicos y volcnicos. Aunquemuy lejos de la intensidad con que se manifiestan estos fenmenos telricos en otraspartes del planeta, nuestro pas sufre terremotos y erupciones, a veces con gravesconsecuencias en forma de vidas humanas y de daos econmicos. La ordenacindel territorio y los proyectos de infraestructuras deben tenerlo en cuenta.

    Earthquake busters. Both the town of Lorca in Murcia and the island of El Hierro in theCanaries reminded us in 2011 that Spain is not entirely free from seismic and volcanicrisk. Although not with anything like the intensity shown by these telluric phenomena inother parts of the planet, Spain does suffer from earthquakes and eruptions, sometimeswith serious consequences in terms of human lives and economic damage. This shouldbe borne in mind in land planning and infrastructure projects.

    RADIOGRAFA

    18 La transmutacin: el futuro de la gestin del combustibleirradiado?

    Transmutation: the future of irradiated fuel management?

    ENTREVISTA

    20 Mara Neira, directora de Salud Pblica y Medio Ambiente de laOrganizacin Mundial de la Salud: Todava en muchos pases eltener un nio, que es dar vida, es una causa de muerteNeira reivindica la labor que la OMS realiza, especialmente en los pases menosdesarrollados, repasa los retos de salud a los que se enfrenta la humanidad en laactualidad y destaca los medios diagnsticos y teraputicos que la investigacinpone en nuestras manos, incluyendo el uso de radiaciones ionizantes.

    Mara Neira, director of Public Health and the Environment of the World Health Organisation:In many countries, having a child, which is giving life, still entails death. Neira defends thework performed by the WHO, especially in the under-developed countries, and explains thehealth-related challenges faced by mankind and underlines the diagnostic and therapeuticresources made available to us by research, including the use of ionising radiations.

    SUMARIO

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  • 16 / 2011 | alfa | 3

    26 PANORAMA

    IN MEMORIAM

    33 Recuerdo del expresidente del CSN Juan Manuel Kindeln,fallecido el pasado 30 de diciembre

    In memory of Juan Manuel Kindeln, ex-president of the CSN, who passed away onDecember 30th last.

    ARTCULOS TCNICOS

    37 La teora de las entidades reguladoras y el CSNEl vicepresidente del Consejo de Seguridad Nuclear y catedrtico de PolticaEconmica, Luis Gmir, analiza en este artculo de carcter terico el papelque juegan los organismos reguladores en las sociedades democrticas y lasclaves de su credibilidad, con especial referencia al propio Consejo y al PlanEstratgico aprobado recientemente para el periodo 2011-2016.

    The theory of the regulatory bodies and the CSN. In this article the vice president of the Nuclear

    Safety Council and professor of Economics and Politics, Luis Gmir, analyses the theoretical na-

    ture of the role played by regulatory organisations in democratic societies and the keys of their

    credibility, with special reference to the Council and the Strategic Plan recently approved for the

    period 2011-2016.

    44 Las pruebas de resistencia realizadas a las centrales nucleares espaolasTras el accidente ocurrido en la central nuclear japonesa de Fukushima, la UninEuropea decidi someter a las centrales nucleares europeas a una reevalua-cin de sus mrgenes de seguridad, de acuerdo con las lecciones extradas deaquel accidente. Tras un proceso de anlisis exhaustivo, el Consejo de Segu-ridad Nuclear remiti el pasado 31 de diciembre los informes finales corres-pondientes a las evaluaciones realizadas a las centrales nucleares espaolas,con los resultados y conclusiones obtenidos. Se detallan tambin las accionespropuestas para mejorar la seguridad nuclear de estas instalaciones frente asituaciones extremas.

    The stress tests performed by the Spanish nuclear power plants. In the wake of the accident

    that occurred at Fukushima nuclear power plant in Japan, the European Union decided to sub-

    ject the European plants to a reassessment of their safety margins, in accordance with the les-

    sons learned from that accident. On December 31st last, following a process of exhaustive analy-

    sis, the Nuclear Safety Council submitted the final reports corresponding to the evaluations

    performed by the Spanish nuclear power plants, with the results obtained and conclusions

    drawn. Also detailed are the actions proposed to improve the nuclear safety of these facilities in

    response to extreme situations.

    58 EL CSN INFORMA

    70 SISC

    72 PUBLICACIONES

    alfaRevista de seguridad nucleary proteccin radiolgicaEditada por el CSNNmero 16 / IV trimestre 2011

    Comit Editorial

    Presidenta:

    Carmen Martnez Ten

    Vicepresidente:

    Luis Gmir Casares

    Vocales:

    Purificacin Gutirrez Lpez

    Juan Carlos Lentijo Lentijo

    Isabel Mellado Jimnez

    David Redoli Morchn

    Asesor externo:

    Manuel Toharia

    Coordinador externo:

    Ignacio F. Bayo

    Comit de Redaccin

    David Redoli Morchn

    Concepcin Muro de Zaro

    Natalia Muoz Martnez

    Antonio Gea Malpica

    Jos Luis Butragueo Casado

    Vctor Senderos Aguirre

    Ignacio F. Bayo

    Edicin y distribucin

    Consejo de Seguridad Nuclear

    Pedro Justo Dorado Dellmans, 11

    28040 Madrid

    Fax 91 346 05 58

    [email protected]

    www.csn.es

    Coordinacin editorial

    Divulga S.L.

    Diana, 16 - 1 C

    28022 Madrid

    Fotografas

    CSN, Divulga y Javier Fernndez

    Impresin

    Grficas Varona

    Polgono El Montalvo

    37008 Salamanca

    Depsito legal:

    ISSN-1888-8925

    Consejo de Seguridad Nuclear

    Fotografa de portada

    iStockphoto

    Las opiniones recogidas en esta publi-

    cacin son responsabilidad exclusiva

    de sus autores, sin que la revista Alfa

    las comparta necesariamente.

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  • 4 | alfa | 16 / 2011

    La terapia gnica pasa por ser una delas frmulas teraputicas ms pro-metedoras. La idea de utilizar ma-terial gentico para tratar o prevenir en-

    fermedades resulta de lo ms seductora,

    pero la sencillez de su planteamiento

    contrasta terriblemente con las dificul-

    tades y peligros de llevarla a cabo. Los ge-

    nes son responsables de muy diversas

    enfermedades, y la posibilidad de reem-

    plazar los defectuosos o introducir al-

    guno que falta podra solucionar nume-

    rosos trastornos hereditarios, algunos

    tipos de cncer y ciertas enfermedades in-

    fecciosas. Pero de la teora a la prctica

    hay un abismo, y a pesar de algunos lo-

    gros de las ltimas dcadas, la terapia

    gnica sigue siendo un tratamiento ex-

    REPORTAJE

    Gonzalo Casino, Periodista cientfico

    Nacida en 1990 como una va revolucionaria para conseguir la curacin de muchas de las mi-les de enfermedades humanas que tienen un origen o un componente gentico, la terapia g-nica ha resultado ser mucho ms complicada de lo que en principio pareca. Por eso, transcu-rridas ms de dos dcadas desde los primeros ensayos, sigue siendo una tcnica meramenteexperimental, que tan solo ha sido ensayada, y no siempre con xito, en unos cuantos casos.Pero la investigacin contina avanzando en numerosos laboratorios de todo el mundo paratratar de resolver los problemas planteados y convertir sus promesas en realidades.

    La informacin gentica humana se encuentra escrita en 3.000 millones de bases de ADN.

    El tratamiento con genes sigue siendo experimentalpero estn mejorando sus perspectivas

    Terapia gnica: muchas promesas y pocos avances

    01 A16_Terapia gnica5.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:22 Pgina 4

  • perimental, que slo se aplica en el mar-

    co de ensayos clnicos controlados y cuan-

    do no existen otras terapias curativas

    para las enfermedades.

    Se considera terapia gnica cualquier

    manipulacin de los genes de las clulas

    del organismo con el fin de tratar una en-

    fermedad. La modalidad ms habitual

    es la insercin de un gen ausente o la

    sustitucin de un gen mutado por uno

    sano y perfectamente funcional. Otra

    aproximacin teraputica consiste en in-

    tervenir en la regulacin gentica: desac-

    tivar un gen que causa una patologa, o

    bien activar un gen cuya funcin es in-

    hibir una enfermedad. Y cabe tambin la

    posibilidad de modificar genticamente

    las clulas inmunitarias para que se vuel-

    van ms eficaces.

    Todas estas posibilidades son cierta-

    mente muy atractivas, pero la situacin

    actual de esta prometedora terapia que-

    da muy bien acotada por un hecho: to-

    dava no existe ningn producto terapu-

    tico autorizado por la Food and Drug

    Administration (FDA), la agencia del

    medicamento de Estados Unidos, que

    marca la pauta de los tratamientos y sus

    indicaciones en todo el mundo. Desde

    que se iniciaron los ensayos clnicos con

    esta tcnica en 1990, las enormes expec-

    tativas creadas no se han visto satisfechas

    y, en conjunto, los avances experimen-

    tados han resultado oscurecidos por al-

    gunos importantes contratiempos.

    El primer gran revs para esta moda-

    lidad teraputica lleg en 1999, con la

    muerte de un joven de 18 aos, Jesse

    Gelsinger, que participaba en un ensayo

    clnico de terapia gnica para tratar una

    enfermedad gentica: la deficiencia de

    ornitina-transcarbamilasa (OTCD, en

    sus siglas en ingls), una enzima del ci-

    clo de la urea cuya ausencia causa pro-

    blemas en la eliminacin de desechos

    orgnicos por la orina. Gelsinger muri

    de un fallo multiorgnico a los cuatro das

    de empezar el tratamiento experimental,

    posiblemente como consecuencia de una

    respuesta inmunitaria exagerada frente

    al vector vrico que se utiliz para intro-

    ducir en el organismo del paciente el gen

    que sintetiza la enzima OTC.

    Genes teraputicosEl reto maysculo que tiene planteada

    la terapia gnica es cmo hacer para in-

    sertar un gen sano precisamente en

    aquellas clulas que lo necesitan (clu-

    las diana). Aunque todas las clulas de

    una persona tienen el mismo genoma,

    es decir, exactamente los mismos genes

    y la misma secuencia de ADN, los dife-

    16 / 2011 | alfa | 5

    | REPORTAJE |

    James Bainbridge, autor de un ensayo de terapia gnica para combatir la ceguera hereditaria.

    01 A16_Terapia gnica5.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:22 Pgina 5

  • rentes genes se expresan en unas u otras

    clulas, segn la actividad que tienen

    que realizar. La funcin de los genes se

    traduce, en esencia, en la sntesis de una

    protena, que es a la postre la que reali-

    za una funcin estructural o metabli-

    ca, y cuya deficiencia puede producir

    una enfermedad. As, por ejemplo, en las

    clulas beta del pncreas se expresa una

    coleccin limitada de las varias dece-

    nas de genes que componen el genoma

    humano, entre los que se incluyen espe-

    cficamente los que codifican la pro-

    duccin de insulina.

    Cuando un gen es defectuoso, lo que

    ocurre es que la protena que produce no

    cumple su funcin o ni siquiera llega a

    sintetizarse, y el resultado es una enfer-

    medad gentica. Con la terapia gnica

    se pretende corregir ese gen defectuoso,

    normalmente insertando dentro del ge-

    noma de las clulas diana un gen sano o

    teraputico capaz de producir la prote-

    na que hace falta. Otras aproximaciones

    menos habituales son la sustitucin del

    gen anormal por otro normal mediante

    un proceso de recombinacin gentica y

    la reparacin del gen alterado mediante

    un proceso de mutacin inversa.

    Para introducir el gen teraputico en

    las clulas del paciente, los investigado-

    res han ideado un procedimiento que

    aprovecha la capacidad infectiva de los

    virus, que son entidades infecciosas es-

    pecializadas en insertar sus genes en las

    clulas vivas para reproducirse, convir-

    tindolos en vehculos transportadores o

    vectores del gen teraputico. Para ello, hay

    que eliminar previamente los genes v-

    ricos que tienen capacidad patgena e in-

    sertar en su genoma el gen teraputico.

    Estos virus modificados genticamen-

    te se dirigen selectivamente contra las c-

    lulas diana, ya sean las clulas de la san-

    gre, las de los pulmones o las del hgado.

    El vector vrico se encarga entonces de

    insertar el gen teraputico en el genoma

    de las clulas infectadas. Desde el mo-

    6 | alfa | 16 / 2011

    El complemento radiolgico

    La radioterapia ha demostrado sobradamente ser un tratamiento eficaz

    para diversos tipos de tumores malignos. Es, junto con la quimioterapia y la

    ciruga, uno de los pilares del tratamiento del cncer. Las radiaciones ioni-

    zantes son desde hace un siglo una opcin teraputica local para eliminar

    las clulas y tejidos cancerosos, ms sensibles a la radiacin que las clulas

    y tejidos normales, que se utiliza en alrededor de la mitad de los enfermos

    de cncer.

    Recientemente, diversos estudios han mostrado que la radioterapia

    puede ser tambin un eficaz complemento de la terapia gnica. El tratamien-

    to combinado ha resultado tener un mayor efecto antitumoral que una de las

    dos terapias de forma aislada, y podra ser til en los gliomas cerebrales, aun-

    que la dosis radiactiva ha de ser reducida para prevenir efectos adversos. En

    el cncer de prstata, el cctel de radioterapia y terapia gnica utilizando

    como vector el virus del catarro comn tambin ha ofrecido resultados pro-

    metedores en algn estudio preliminar, que deber ser confirmado en estu-

    dios clnicos ms amplios.

    La terapia gnica ofrece tambin la posibilidad de focalizar ms eficaz-

    mente la radioterapia, reduciendo la principal limitacin del tratamiento

    radiactivo, que es el dao indiscriminado a los tejidos sanos circundantes.

    En diversos experimentos se estn poniendo a punto tcnicas de transferen-

    cia gentica para hacer que las clulas malignas sean ms sensibles a la

    radioterapia.

    Radioistopos y nucletidos radiactivosLos materiales radiactivos, principalmente radioistopos y nucletidos

    radiactivos, son asimismo de gran utilidad en las tcnicas de terapia gnica

    y, en general, de ingeniera gentica. Estos productos radiactivos se utilizan

    fundamentalmente para marcar el material gentico que se va a utilizar en

    una terapia gnica y de este modo poder hacer un seguimiento detallado.

    As, los nucletidos radiactivos (citosina, adenina, y guanina y timina mar-

    cados con partculas radiactivas) permiten determinar la tasa de sntesis de

    ADN, y conocer la rapidez, eficiencia y precisin en la duplicacin del geno-

    ma celular marcado.

    Los radioistopos (istopos creados artificialmente cuando el ncleo

    inestable de un elemento qumico se descompone) se estn utilizando

    tambin para monitorizar la transferencia gentica en diversos tipos de

    terapia gnica, especialmente en el tratamiento del cncer. Las posibili-

    dades teraputicas incluyen la modificacin gentica de las clulas

    tumorales para aumentar su inmunogenicidad, la introduccin de genes

    productores de anticuerpos intracelulares (intracuerpos) contra los

    oncogenes y la transferencia de genes citotxicos para eliminar las clu-

    las malignas. En todas estas aproximaciones, todava experimentales, los

    radioistopos se utilizan como marcadores genticos para estudiar la

    evolucin del proceso. a

    01 A16_Terapia gnica5.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:22 Pgina 6

  • mento en que las clulas empiezan a sin-

    tetizar la protena deficitaria puede decir-

    se que se han convertido en clulas sanas.

    Pero el uso de estos virus como vec-

    tores plantea diversos problemas para

    el paciente, principalmente la posibili-

    dad de que se desencadene una respues-

    ta inflamatoria o inmunitaria exagera-

    da. Aparte de esto, estn las amenazas

    siempre presentes de toxicidad y de que

    la capacidad patognica del vector vri-

    co no haya sido eliminada por comple-

    to y, una vez dentro del organismo del

    paciente, pueda reactivarse y causar una

    enfermedad.

    Existe adems el riesgo de que los vi-

    rus usados como vectores no alcancen

    slo a las clulas diana (aquellas que tie-

    nen genes mutados o ausentes y que son

    las que se pretende tratar), sino que se in-

    troduzcan en clulas sanas. Si esto ocu-

    rre, las clulas sanas podran quedar afec-

    tadas y producirse diversos trastornos y

    enfermedades, incluyendo algunos tu-

    mores. Todos estos problemas, entre otros

    muchos, son los que han impedido que

    la terapia gnica se haya convertido en

    una opcin teraputica real y consolida-

    da, ms all de su aplicacin en el mar-

    co de los ensayos clnicos.

    Los nios burbujaEl sndrome de inmunodeficiencia se-

    vera combinada (SCID, en sus siglas en

    ingls), o sndrome de los nios burbu-

    ja, fue la primera enfermedad en la que

    se experiment la terapia gnica, y es un

    buen ejemplo de lo que han sido las ex-

    pectativas y desilusiones de esta tcni-

    ca teraputica en las dos ltimas dca-

    das. Esta rarsima patologa hereditaria

    (apenas hay 40 casos anuales en todo el

    mundo) se caracteriza por un comple-

    to dficit inmunolgico que hace que la

    ms mnima infeccin pueda ser mor-

    tal. De ah que los nios afectados, que

    suelen ser diagnosticados en el primer

    ao de vida, necesiten vivir en una bur-

    16 / 2011 | alfa | 7

    | REPORTAJE |

    Basta una alteracin en una base de ADN para producir una enfermedad gentica.

    Estructura de un virus, queconsta de una membrana ex-terna e informacin gentica

    en su interior.

    Nanoestructura lipdica utili-zada para llevar material ge-

    ntico a las clulas, como al-ternativa al uso de virus.

    01 A16_Terapia gnica5.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:23 Pgina 7

  • buja absolutamente estril para estar a

    salvo de cualquier virus o bacteria y po-

    der sobrevivir.

    El primer ensayo clnico de terapia g-

    nica, emprendido por William French

    Anderson el 14 de septiembre de 1990

    para solucionar el dficit de la enzima

    adenosindeaminasa (ADA) de una nia

    burbuja de cuatro aos, fue ampliamen-

    te aclamado como un gran xito y como

    el inicio de la nueva era de la medicina

    gentica. Lo que hizo el equipo de An-

    derson en el National Heart, Lung and

    Blood Institute de Estados Unidos fue

    utilizar un virus como vector para inser-

    tar el gen correcto que se encarga de pro-

    ducir la protena ADA. Este tratamiento

    lo repitieron peridicamente durante

    dos aos en la joven paciente y en otra

    nia de nueve aos con la misma enfer-

    medad. Ambas nias consiguieron llevar

    una vida normal.

    En 1993 los investigadores empeza-

    ron a utilizar terapia gnica para tratar

    a recin nacidos con dficits de ADA.

    La idea era insertar los genes sanos que

    codifican la protena ADA en clulas in-

    maduras extradas del cordn umbilical

    y reintroducirlas posteriormente en el

    cuerpo del beb. Como consecuencia

    del tratamiento, los recin nacidos expe-

    rimentaban aumentos estables en sus

    niveles de la enzima ADA, pero la solu-

    8 | alfa | 16 / 2011

    A la izquierda, ensayo de terapia gnica para el tratamiento de la fibrosis qustica mediante un inhalador. A la derecha, varios de los niosafectados por el sndrome de inmunodeficiencia severa combinada, tratados experimentalmente con terapia gnica mediante inyeccin.

    01 A16_Terapia gnica5.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:23 Pgina 8

  • cin no era definitiva ni estaba exenta de

    problemas.

    El uso de retrovirus como vectores

    para insertar los genes sanos es uno de los

    grandes problemas de la terapia gnica. Al

    menos dos nios burbuja que fueron tra-

    tados con terapia gnica desarrollaron un

    trastorno de tipo leucmico a principios

    de la dcada de 2000, lo que oblig a la

    FDA en enero de 2003 a prohibir tempo-

    ralmente el uso de esta tcnica con vec-

    tores retrovirales en clulas sanguneas.

    Aunque la suspensin se levant

    poco despus, la terapia gnica sigue

    sin ser una opcin real para el trata-

    miento de los nios burbuja. Incluso

    han cogido fuerza tratamientos farma-

    colgicos convencionales para garanti-

    zar una cierta proteccin inmunitaria del

    enfermo hasta que aparezca un donan-

    te adecuado de mdula sea y se le pue-

    da realizar un trasplante para solucio-

    nar su enfermedad.

    Riesgos y problemas tcnicospendientesPara consolidarse como una opcin tera-

    putica para las enfermedades genticas,

    la terapia gnica debe antes resolver una

    serie de escollos tcnicos que la mantie-

    nen confinada como un procedimiento

    experimental. Aparte de las amenazas de

    toxicidad e infeccin inherentes al uso

    de virus como vectores, est el riesgo de

    estimular la respuesta inmune hasta el

    punto de reducir o anular la efectividad

    teraputica de los genes insertados. Como

    cualquier sustancia extraa que entra en

    un organismo, los genes teraputicos y sus

    vectores desencadenan una respuesta in-

    munolgica que se hace ms intensa al re-

    petir las infusiones teraputicas.

    Esta necesidad de repetir la terapia es,

    por s misma, un obstculo importante

    para la efectividad del tratamiento. Hoy

    por hoy, la terapia gnica es un tratamien-

    to de corta duracin. Los genes que se in-

    sertan en las clulas diana no slo debe-

    ran integrarse perfectamente en la maqui-

    naria gentica para producir las protenas

    necesarias, sino que deberan mantener-

    se funcionales de forma duradera y las

    clulas deberan sobrevivir durante un

    largo tiempo. Pero esto no es as. El alto

    ritmo de divisin celular impide que la te-

    rapia gnica siga funcionando y haya que

    repetir el tratamiento una y otra vez.

    Otro de los graves riesgos de esta tc-

    nica es la posibilidad de inducir un tumor.

    Cuando se inserta un gen en un lugar

    equivocado a lo largo de la secuencia ge-

    ntica, existe la posibilidad de que esta in-

    sercin conduzca al desarrollo de un tu-

    mor maligno. Y no es una posibilidad

    remota, como ha podido constatarse en

    algunos ensayos clnicos.

    A todo esto, hay que sumar las difi-

    cultades de abordaje de las enfermeda-

    des multignicas. Los trastornos causa-

    dos por mutaciones en un nico gen son

    16 / 2011 | alfa | 9

    | REPORTAJE |

    La capacidad infecciosa de los virus, como el VIH de la imagen, puede aprovecharse para llevar los genes sanos a las clulas.

    01 A16_Terapia gnica5.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:23 Pgina 9

  • los mejores candidatos para la terapia

    gnica, pero la mayora de las enferme-

    dades ms comunes estn causadas por

    los efectos de una compleja combina-

    cin de variaciones en numerosos ge-

    nes, como son, por ejemplo, la enferme-

    dad coronaria, la diabetes, la hipertensin

    arterial, el alzhimer, la artritis y algunos

    tipos de cncer, entre otras patologas.

    A pesar de todos estos y otros proble-

    mas, son muchos los equipos en todo el

    mundo empeados en resolverlos y dedi-

    cados desde hace varias dcadas a poner

    a punto una tcnica teraputica que, si se

    consigue optimizar, sera una solucin

    ideal para no pocas enfermedades.

    Una buena prueba de la vitalidad de

    esta rea de investigacin es la existen-

    cia de revistas cientficas consagradas a

    la terapia gnica. El grupo Nature (NPG)

    tiene desde 1997 una cabecera dedica-

    da a esta rea de conocimiento: Gene

    Therapy; por si fuera poco, dos aos des-

    pus, los editores de Nature empezaron

    a publicar otra revista dedicada exclusi-

    vamente a la terapia gnica del cncer:

    Cancer Gene Therapy. Adems de estas dos

    relevantes publicaciones, existen Current

    Gene Therapy, Human Gene Therapy,

    The Journal of Gene Medicine y Molecular

    Therapy, entre otras revistas revisadas

    por pares.

    Recientes avancesEn estas revistas se han publicado algu-

    nos de los principales avances registrados

    en los ltimos aos y que han hecho re-

    cobrar una cierta esperanza en las posi-

    bilidades reales de la terapia gnica. As,

    por ejemplo, en 2006, investigadores del

    National Cancer Institute de Estados Uni-

    dos consiguieron modificar gentica-

    mente un tipo de clulas inmunitarias,

    los linfocitos, para dirigirlas especfica-

    mente contra clulas cancerosas de un

    paciente afectado por un melanoma me-

    tastsico avanzado. Fue la primera vez que

    la terapia gnica se us con xito para tra-

    tar un cncer en humanos.

    Otros importantes logros han sido el

    xito del primer ensayo clnico con tera-

    pia gnica para tratar un tipo de cegue-

    ra hereditaria, publicado en este caso en

    la principal revista de medicina clnica,

    el New England Journal of Medicine, en

    2008, y la curacin de dos enfermos afec-

    tados por una enfermedad de las clulas

    mieloides.

    Adems, la terapia gnica se ha utili-

    zado para tratar enfermedades leves. Uno

    de sus recientes xitos ha sido frente a una

    dolencia crnica menor pero muy habi-

    tual: la enfermedad periodontal. Me-

    diante la transferencia gentica a las c-

    lulas de la zona con un vector vrico, un

    grupo de investigadores de la Universi-

    dad de Michigan han conseguido mejo-

    rar considerablemente la calidad de vida

    de estas personas.

    Sin embargo, no parece que este vaya

    a ser un tratamiento habitual, ya que la

    terapia gnica es todava exagerada-

    mente cara. Adems de resolver los ml-

    tiples problemas tcnicos pendientes y

    de superar el examen de los ensayos cl-

    nicos, esta tcnica deber lidiar con al-

    gunas cuestiones ticas, como son, en-

    tre otras, la aplicacin en las clulas

    germinales o la delimitacin de la fron-

    tera entre lo que es una enfermedad y

    una incapacidad gentica. a

    10 | alfa | 16 / 2011

    La terapia gnica debe resolver an numerosos escollos tcnicos para dejar de sermeramente experimental, pero empieza a haber indicios de que lo conseguir.

    01 A16_Terapia gnica5.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:23 Pgina 10

  • 16 / 2011 | alfa | 11

    | REPORTAJE |

    H ace cerca de 500 aos, en 1522,un terremoto destruy Almeray el municipio granadino deUgijar casi en su totalidad. Con una

    magnitud de 6,5 en la escala Richter,

    aquel desastre es el primero de los que

    hoy se cuenta con informacin feha-

    ciente sobre lo ocurrido y no ha habi-

    do otro que causara tanto dao hasta dos

    siglos despus: el terremoto de Lisboa de

    1755, cuando se calcula que pudo haber

    hasta 100.000 muertos.

    REPORTAJE

    Rosa Martn, Periodista,

    redactora de El Mundo.

    El riesgo ssmico y volcnico en Espaa

    Los cazadoresde terremotos

    Mancha de la erupcin submarina de El Hierro vista por el satlite de la NASA Rapid-eye.

    La localidad murciana de Lorca y la isla canaria de El Hierro nos han recordado durante 2011que Espaa no est exenta de riesgos ssmicos y volcnicos. Aunque muy lejos de la inten-sidad con que se manifiestan estos fenmenos telricos en otras partes del planeta, nues-tro pas sufre terremotos y erupciones, a veces con graves consecuencias como la prdi-da de vidas humanas y daos econmicos. La ordenacin del territorio y los proyectos deinfraestructuras deben tenerlo en cuenta.

    02 A16_Reportaje sismicidad3.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:26 Pgina 11

  • Estas dos fechas son un reflejo de

    la situacin sismolgica en Espaa, un

    pas en el que, afortunadamente, hay

    pocos sesmos catastrficos, aunque

    los de poca magnitud no dejan de pro-

    ducirse debido a que su territorio limi-

    ta, por el sur, con el lugar de encuen-

    tro de las placas tectnicas euroasitica

    y africana. Se calcula que cada ao se

    producen unos 2.000 de estos terre-

    motos de poca monta. En estas cir-

    cunstancias, son muchos los investi-

    gadores que piensan que los espaoles

    somos poco conscientes del peligro,

    sobre todo porque a menudo se olvida

    que el mayor problema de un sesmo es

    que nunca se puede predecir.

    El sudeste de Levante, la Cordillera

    Btica, Galicia y Pirineos, y desde luego

    Canarias, son reas donde el mapa sismo-

    lgico espaol se tie de rojo. Pero es un

    documento que se ha quedado viejo.

    Por ello, expertos de universidades

    e instituciones cientficas preparan en

    estos momentos un nuevo mapa de pe-

    ligrosidad al que se incorporarn los

    hallazgos que, desde 2002, han revela-

    do nuevas zonas de riesgo en el terri-

    torio nacional. Se espera que est listo

    a finales de febrero de 2012, aunque

    subsisten diferencias de criterio entre

    gelogos y sismlogos que dificultan

    llegar a un consenso cientfico.

    12 | alfa | 16 / 2011

    Las centrales nucleares,reforzadas tras FukushimaEl tsunami que en marzo del ao pasado destruy la

    central japonesa de Fukushima Dai-ichi hizo necesario

    un proceso de revisin en casi todas las centrales

    nucleares europeas, que han tenido que ser sometidas a

    pruebas de sismorresistencia, para comprobar si estn

    preparadas para una debacle de similar magnitud. En el

    caso de Espaa, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)

    ha presentado, hace escasas semanas, un informe en el

    que se pone de manifiesto que las instalaciones espao-

    las han superado todos los test realizados en los ltimos

    seis meses, aunque tendrn que someterse a algunas

    reformas que refuercen su seguridad.

    Este plan de mejoras, que las tendrn en obras hasta

    el ao 2016, ser obligatorio para todas las plantas,

    segn dej claro la presidenta del CSN, Carmen

    Martnez Ten, en la presentacin del informe, que ha

    sido remitido a finales de ao a la Comisin Europea.

    Una de las ms importantes ser la creacin, a

    medio y largo plazo, de centros de apoyo para casos de

    emergencia en cada central, que servirn como refugio

    para los trabajadores si es necesario, as como otro cen-

    tro comn a todas ellas, con medios humanos y mate-

    riales disponibles para intervenir en 24 horas desde el

    momento que surja la alarma. Segn Juan Carlos

    Lentijo, director de Proteccin Radiolgica del CSN,

    estos refugios debern estar cerca de las centrales, pero

    a una distancia suficiente como para garantizar la segu-

    ridad. El central est previsto que se construya en

    Madrid.

    Ms inmediatas sern las mejoras para paliar la pr-

    dida de energa elctrica y, por tanto, la capacidad de

    refrigeracin del reactor en caso de accidente, como

    ocurri en Fukushima, donde se fusionaron por ello los

    dos ncleos. Para ello, se recomienda la utilizacin de

    bombas o generadores disel que permitan ampliar su

    autonoma de ocho, como hay ahora como mximo,

    hasta 72 horas de funcionamiento.

    Se obliga tambin a reformar los sistemas de filtra-

    cin y venteo de gases y vapor hacia el exterior de las

    plantas. De este modo, se trata de evitar explosiones

    como las que sufrieron los edificios en la planta japo-

    nesa por la acumulacin de hidrgeno. La filtracin de

    estas emisiones antes de ser liberadas evitar que los

    elementos txicos salgan al exterior y contaminen los

    alrededores.

    Respecto a las piscinas donde se acumula el com-

    bustible radiactivo gastado, se exige a todas las centrales

    nucleares la disponibilidad de medios para aportar agua

    cuando sea preciso, as como mejorar el control de la

    temperatura de esa agua.

    Adems, el informe recoge que las estructuras de las

    instalaciones debern resistir sesmos de 0,3 g (gravedad

    terrestre), aunque ninguna instalacin se ha construido

    en fallas activas.

    Todos estos cambios se realizarn a lo largo de los

    prximos cinco aos, y tendrn un coste econmico ele-

    vado para las compaas titulares de las centrales, pero

    Martnez Ten indic que habr que hacerlos cueste lo

    que cueste. De hecho, algunos han sido propuestos por

    las propias empresas.

    En total, el CSN ha realizado 24 inspecciones en las

    que ha comprobado que, pese a que necesitan este refor-

    zamiento en la seguridad, las seis centrales nucleares

    espaolas superan todas las pruebas de resistencia a las

    que se han sometido. a

    02 A16_Reportaje sismicidad3.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:26 Pgina 12

  • Ese nuevo mapa, al igual que el que

    ahora existe, ser el instrumento bsi-

    co para saber dnde se debe aplicar la

    normativa sismorresistente, es decir,

    donde debern tenerse en cuenta deter-

    minadas caractersticas de construc-

    cin a la hora de levantar edificios y

    obras pblicas para evitar colapsos,

    como el que se produjo en un alto edi-

    ficio en Lorca (Murcia) este mismo ao.

    Por ello, todos los expertos coinciden en

    que conocer el pasado ssmico de un te-

    rritorio es el elemento fundamental que

    ayudar a determinar el nivel de riesgo

    que debe asumir su poblacin.

    Pocos datos histricos El problema es que en Espaa son muy

    escasos los datos que se conservan an-

    teriores a la Reconquista. Los archivos

    islmicos se destruyeron o salieron

    rumbo a pases rabes, y lo poco que se

    sabe se rescat de archivos eclesisticos

    y referencias literarias que no dejan de

    ser poco cientficas.

    Para los gelogos, acostumbrados

    a estudiar fenmenos que duran cien-

    tos de miles de aos, esa informacin

    histrica es insuficiente porque no se

    puede abarcar un periodo de tiempo

    lo bastante amplio como para cubrir

    un ciclo ssmico completo si se trata de

    conocer el actual riesgo real en terri-

    torio nacional. Se deberan tener en

    cuenta todas las fallas activas que hay

    en las Pennsula Ibrica y ello requie-

    re de estudios paleosismlgicos, es

    decir, detectar terremotos que ocurrie-

    ron hace 1.000, 5.000 o 10.000 aos. Te-

    nemos que averiguar dnde ocurrieron

    y de qu magnitud fueron, asegura

    Miguel ngel Rodrguez Pascua, del

    Instituto Geolgico y Minero de Es-

    paa (IGME).

    Este amplio margen de tiempo tie-

    ne su justificacin: en la Pennsula las

    velocidades de formacin de los movi-

    mientos terrestres son mucho meno-

    res que en otros lugares del planeta. El

    territorio espaol peninsular se encuen-

    tra sobre la placa euroasitica, que li-

    mita al sur con la africana, acercndo-

    se a una velocidad de 5 milmetros por

    ao, en lugar de los 83 milmetros que

    se produce entre las que afectan a Japn.

    Como las tensiones son tan lentas, es

    preciso echar la vista muy atrs, porque

    es este el nico escenario fiable a la

    hora de estar prevenidos en el futuro,

    argumenta el gelogo.

    Rodrguez Pascua es uno de los co-

    laboradores voluntarios para la elabo-

    racin de la nueva cartografa de ries-

    gos que prepara el Instituto Geogrfico

    Nacional (IGN), el organismo del Mi-

    nisterio de Fomento responsable de

    todo lo que tiene que ver con terremo-

    tos a travs de la Red Ssmica Nacional.

    16 / 2011 | alfa | 13

    | REPORTAJE |

    Efecto del terremoto de Lorca en una de sus iglesias.

    MIG

    UEL

    A. R

    ODR

    GUEZ

    PAS

    CUA

    02 A16_Reportaje sismicidad3.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:26 Pgina 13

  • Los inicios de la red ssmicaFue a finales del siglo XIX cuando Es-

    paa comenz a contar con una rudi-

    mentaria instrumentacin cientfica

    que permita registrar la duracin de los

    movimientos de la tierra. An no se co-

    noca la existencia de las placas conti-

    nentales, pero ya se saba que aquellos

    temblores que causaban grandes des-

    trucciones no eran castigos divinos de

    carcter bblico, sino fenmenos que

    ocurran en el interior del planeta.

    A lo largo del siglo XX se monta-

    ron algunos observatorios de geofsica

    por todo el pas que registraban algu-

    nos datos, pero no fue hasta 1985 cuan-

    do se puso en marcha una verdadera

    red de alerta cuyo objetivo era ayudar

    a prepararse frente a una catstrofe,

    mediante la elaboracin de un mapa en

    el que quedaran fijadas las zonas de

    mayor peligro.

    Con la nueva Red Ssmica Nacional

    se instalaron los primeros 26 sismgra-

    fos por todo el territorio espaol, apa-

    ratos que enviaban el registro del mo-

    vimiento del suelo a Madrid en tiempo

    real, utilizando la lnea telefnica. El

    sistema tena un grave hndicap la l-

    nea se saturaba con sesmos que supe-

    raran la magnitud 4, es decir, los ms

    peligrosos pero la tecnologa de hace

    20 aos no daba para ms.

    A partir de 1999 comenzaron a ins-

    talarse las estaciones actuales, que ya

    son digitales y con transmisin va sa-

    tlite. Hoy existen 42 unidades de es-

    tas instrumentaciones, de las que diez

    utilizan la telefona mvil, y adems se

    cuenta con 113 acelermetros, que son

    los instrumentos que miden la acelera-

    cin del suelo en las regiones de mayor

    riesgo.

    Cuando la seal de estas estacio-

    nes llega a la central de Madrid, gracias

    a un procedimiento automtico de cl-

    culo, sabemos dnde est situado el epi-

    centro del terremoto, su profundidad y

    su magnitud, y el tiempo mximo que

    tardamos en conocer esos datos desde

    el inicio es solamente de dos minutos.

    En el caso de Lorca, con un sesmo de

    magnitud 5,1 en la escala Richter, se tar-

    d un minuto y 25 segundos en calibrar

    el sesmo. Ese dato inmediatamente se

    publica en la pgina web del IGN, don-

    de todos los ciudadanos pueden saber lo

    que est ocurriendo en ese mismo mo-

    mento, explica Emilio Carreo, direc-

    tor de la Red Ssmica Nacional.

    Esta publicacin es consultada con-

    tinuamente. Slo durante el pasado

    mes de octubre, la web tuvo 1,2 millo-

    nes de entradas de personas pendien-

    tes de lo que estaba ocurriendo en la isla

    canaria de El Hierro: desde julio all se

    est produciendo una gran actividad

    volcnica submarina, similar a la que

    dio origen al archipilago hace 30 mi-

    llones de aos. An hoy, contina muy

    activa y est provocando infinidad de

    sesmos.

    La Red ha logrado, adems, que el

    flujo de informacin sea de ida y vuel-

    ta. Las personas que estn en zonas

    donde se ha producido algn movi-

    miento ssmico tienen a su disposi-

    cin un cuestionario en el que explican

    cmo han sentido los efectos del ses-

    mo y son sus respuestas las que ayudan

    a valorar a los cientficos su intensi-

    dad en la superficie de forma autom-

    tica y en pocos minutos. Es un dato

    que no se podra obtener sin la colabo-

    racin ciudadana.

    De forma paralela, esta misma in-

    formacin se enva a los servicios de

    Proteccin Civil, a las compaas elc-

    tricas, a las autoridades autonmicas y

    a otras instituciones. De ah que sea

    tan importante contar con unos ma-

    pas de peligrosidad que nos ayuden a

    paliar los daos en la medida de lo po-

    sible, explica Carreo.

    Como muestra, pone un ejemplo:

    en Bam (Irn), en el ao 2003, fallecie-

    ron ms de 26.000 personas con un

    sesmo de 6,3 en la escala Richter, mien-

    tras que en Virginia (Estados Unidos)

    otro sesmo de 5,8 no supuso ningn

    dao personal ni material importante

    porque sus edificios estaban prepara-

    dos para resistir el envite.

    En busca de terremotosLos gelogos recuerdan que la Tierra

    est viva, aunque al habitarla se nos

    olvide. Las placas tectnicas que divi-

    14 | alfa | 16 / 2011

    Mapa de peligrosidad ssmica de Espaa (periodo de retorno: 500 aos).

    02 A16_Reportaje sismicidad3.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:26 Pgina 14

  • den la litosfera no han dejado de mo-

    verse desde que se formaron, hace ya

    4.000 millones de aos. Cada da se re-

    gistran en el mundo tres o cuatro te-

    rremotos de magnitud 6 (en El Hie-

    rro, la mayora no han superado el

    valor 4) y al ao hay, al menos, 28 de

    magnitudes superiores a 7, que siem-

    pre son catastrficos, como el ocurri-

    do en Fukushima (Japn) en marzo de

    este ao (de 9,0).

    Pero los terremotos no son el pro-

    blema. Es ms, sin estas placas que se

    acercan y se separan, el planeta no ten-

    dra continentes, ni montaas, ni un

    ciclo estable de agua, ni carbono, y sin

    todo ello no existira la diversidad de

    formas de vida que hoy conocemos.

    Tampoco habra un proceso natural

    para compensar los cambios en la lumi-

    nosidad del Sol, ni habra depsitos de

    carbn, petrleo o gas natural.

    La cuestin es que actualmente so-

    bre la corteza terrestre habitan 7.000

    millones de seres humanos y se han

    construido infraestructuras (puertos,

    presas, rascacielos, industrias qumi-

    cas, centrales nucleares, etctera) que

    hacen a la humanidad mucho ms vul-

    nerable frente a este tipo de desastres.

    Las personas, a la hora de asentarse,

    no han discriminado geolgicamente

    qu lugares eran ms inestables y cu-

    les no. No tenan un mapa de riesgos.

    Para elaborar esa nueva cartografa

    en proyecto, los gelogos dedicados al

    estudio de las fallas, que son las vlvu-

    las de escape de la presin que se acu-

    mula bajo la corteza terrestre, estn uti-

    lizando tres tipos de tcnicas. Una de

    ellas es el estudio de la energa que li-

    beraron esas fallas cuando se produje-

    ron, dando lugar a fracturas que an son

    visibles al analizar los estratos. El cali-

    bre de esa energa se deduce midiendo

    su longitud y el escaln que hoy es vi-

    sible en los sedimentos. Para encontrar

    las fallas que no estn a la vista hacen

    16 / 2011 | alfa | 15

    | REPORTAJE |

    El terremoto que afect a la ciudad de Lorca tuvo una magnitud de 5,1 en la escala de Richter.

    M

    IGUE

    L A.

    ROD

    RGU

    EZ P

    ASCU

    A

    02 A16_Reportaje sismicidad3.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:26 Pgina 15

  • trincheras en el suelo, siguiendo las pis-

    tas que les ofrece su geomorfologa. Se

    podra decir que somos cazadores de te-

    rremotos del pasado, reconoce Rodr-

    guez Pascua. Es lo que se llama paleo-

    sismicidad.

    Otro de los mtodos es el anlisis de

    las licuefacciones del suelo que se pro-

    ducen cuando en los sedimentos no con-

    solidados, es decir, que no son duros,

    ocurre un sesmo que los mueve como

    si se tratara de un fluido. Los gelogos

    estn investigando los fondos de algunos

    lagos peninsulares donde, por falta de

    oxgeno y de animales, no se han llega-

    do a distorsionar los estratos.

    Una tercera va es la llamada ar-

    queo-sismologa, que no es otra cosa

    que el estudio de monumentos hist-

    ricos de gran antigedad, como cate-

    drales e iglesias, y tambin yacimien-

    tos arqueolgicos, como el de Baelo

    Claudia, en Cdiz, en los que todava

    hay huellas de que sufrieron algn te-

    rremoto, aunque no conste en sus ar-

    chivos. La arqueologa nos ofrece una

    ventana temporal grande, y nos ayuda

    a conservar el patrimonio histrico,

    argumenta Rodrguez Pascua, gelogo

    del IGME.

    Sin bolas de cristalPrecisamente, el conocimiento previo de

    cmo fueron los movimientos ssmi-

    cos en Lorca en el pasado ayud a re-

    forzar y estabilizar algunos de sus edi-

    ficios ms emblemticos de modo que

    apenas sufrieron daos estructurales,

    aunque otros, como la iglesia de San-

    tiago, colapsaron con el terremoto.

    A finales de septiembre la ciudad

    murciana fue elegida como sede de unas

    jornadas del Instituto de Patrimonio

    Cultural de Espaa en cuyas conclu-

    siones los expertos sealaban que, pese

    a ello, hay que revisar las normativas ac-

    tuales de sismorresistencia de la cons-

    truccin, que comenzaron a aplicarse en

    1968. Desde entonces, han ido cam-

    biando a medida que se modificaba la

    cartografa de las reas de riesgo.

    Para los que trabajan en esta com-

    plicada tarea de la prevencin, no hay

    una bola de cristal en el caso de los te-

    rremotos, sino solamente mucho traba-

    jo, y aseguran que queda mucho por

    estudiar, pero escasean los medios, no

    el inters de los profesionales. El terre-

    moto de Lorca no fue una sorpresa por-

    que all hay una falla. Tambin en Ga-

    licia se han registrado sesmos de poca

    magnitud en los ltimos decenios, ex-

    plica Rodrguez Pascua.

    Jos Jess Martnez Daz, natural

    de Lorca y profesor de Geologa en la

    Universidad Complutense de Madrid,

    es miembro del Grupo de Tectnica Ac-

    tiva. Martnez Daz, como su colega del

    16 | alfa | 16 / 2011

    Torre de la iglesia de Santiago Apstol, de Lorca, tras el terremoto.

    M

    IGUE

    L A.

    ROD

    RGU

    EZ P

    ASCU

    A

    02 A16_Reportaje sismicidad3.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:26 Pgina 16

  • IGME, es de los que creen que no se

    puede bajar la guardia, aunque nos fa-

    lle la memoria histrica, y que el mapa

    de peligrosidad del IGN est incomple-

    to y debera incluir datos geolgicos.

    Olvidar las catstrofes es un mecanis-

    mo de supervivencia, y eso es humano,

    pero s que deberan estar bien regis-

    tradas en las normativas. Por ello, los

    gelogos insistimos en que hay fallas

    activas para las que no sirve tener sis-

    mgrafos, sino que hay que organizar

    muchos grupos para trabajar en el cam-

    po, formar a muchos investigadores,

    seala.

    Como experto, no duda de que al-

    gn da el ser humano pueda ser capaz

    de predecir, con datos cientficos, el lu-

    gar y la fecha de un terremoto. Ya he-

    mos detectado que antes de que se pro-

    duce un sesmo hay cambios en los

    acuferos, en la presin de los fluidos y

    en la temperatura, pero tambin es cier-

    to que no siempre ocurren y que no

    comprendemos an el mecanismo,

    apunta.

    Mientras ese da no llegue, su fija-

    cin tambin son las fallas activas. Ya

    hay registradas ms de 150 en todo el

    territorio. Los sistemas volcnicos, como

    los de El Hierro, son mucho ms pre-

    decibles que los peninsulares, pero esta

    es una investigacin bsica que es fun-

    damental, aunque no se valore, se que-

    ja el investigador.

    Controles de la normativaEl otro campo de batalla es el de la cons-

    truccin de edificios y obras que sean

    seguras, objetivo ltimo de su labor.

    Desde 1968, en Espaa existen norma-

    tivas, que se actualizan con periodici-

    dad, pero nadie sabe con absoluta cer-

    teza cmo se organiza el control y las

    inspecciones por parte de las adminis-

    traciones responsables.

    Martnez Daz recuerda que uno

    de los ms mortferos sesmos en Espa-

    a tuvo lugar en 1800 en Torrevieja,

    con cientos de muertos. Hoy es un mu-

    nicipio que ha crecido a lo ancho y lar-

    go de la costa levantina con mucho des-

    control. La normativa sismorresistente

    implica que se utilice un tipo de hor-

    mign flexible, con varillas de acero,

    para evitar que colapsen las vigas en

    caso de sesmo, pero tambin es preci-

    so controlar elementos como cornisas

    y otras decoraciones ornamentales, que

    causaron las vctimas en Lorca, recuer-

    da el profesor.

    En los gabinetes municipales con-

    sultados se limitan a sealar que se

    cumple la normativa vigente, pero los

    cientficos estn convencidos de que el

    control deja mucho que desear por-

    que, entre otras cosas, en muchos ayun-

    tamientos no hay tcnicos que conoz-

    can el Real Decreto sobre construccin

    sismorresistente, del ao 2002.

    Jos Chacn, catedrtico de Inge-

    niera del Terreno, en la Universidad

    de Granada, es uno de los que tienen se-

    rias dudas de su cumplimiento: Pre-

    gunte en los ayuntamientos si hacen

    estudios de la sismicidad de los terre-

    nos donde se levantar una torre, pre-

    gunte si conocen los requisitos, res-

    ponde al ser requerida su opinin.

    En un artculo cientfico publicado

    a finales del ao pasado en la revista

    cientfica Geoevents, Heritage and the

    role of the igcy, Chacn conclua que los

    riesgos derivados de la peligrosidad ss-

    mica en la Cordillera Btica se incre-

    mentarn en el futuro porque se estn

    recalificando terrenos rurales como ur-

    banizables en una zona donde el ries-

    go es elevado. La Cordillera Btica in-

    cluye fallas activas con un potencial

    ssmico evaluado, con solvencia con-

    trastada, que establece la posibilidad

    real de que sucedan terremotos de mag-

    nitud superior a seis en cualquier mo-

    mento. Sin embargo esta constatacin

    no ha ido acompaada de actuaciones

    suficientemente significativas a escala

    municipal que mejoren la resistencia

    de los edificios o la planificacin de

    cambios de emplazamiento de la pobla-

    cin afectada a edificios ms resisten-

    tes. Se sigue construyendo con cimen-

    taciones superficiales en zonas que

    podran licuar bajo acciones ssmicas se-

    veras sin que se revisen tales aspectos

    tcnicos o se analicen sus consecuen-

    cias, concluye.

    El catedrtico, adems, pone algunos

    ejemplos: un terremoto de 6,5 en la es-

    cala Richter en Granada, debido a la fal-

    ta de control en muchas de sus cons-

    trucciones, causara de 1.000 a 5.000

    muertos, y entre 8.000 y 30.000 heridos.

    Desacuerdo en la R edPese a ello, desde la Red Ssmica Nacio-

    nal no tienen claro que en el nuevo

    mapa se tengan que incluir todas las

    reas con fallas activas. Emilio Carre-

    o reconoce que no se ha llegado a un

    consenso cientfico: Los gelogos es-

    tn empeados en que incorporemos

    todas, pero este mapa de peligrosidad

    se hace para periodos de retorno que no

    superen los 500 aos, as que no tiene

    sentido incluir zonas donde no ha ha-

    bido ningn movimiento en 10.000

    aos, argumenta.

    El director de la Red, no obstan-

    te, s cree que es preciso saber dnde

    se encuentran para evitar construir

    edificaciones de alto riesgo. En ese

    caso s que es necesario tener una nor-

    mativa especfica, pero en un contex-

    to general an no hay consenso. In-

    cluiremos algunas de las fallas activas

    que han identificado, pero no todas.

    Y en todo el mundo se hace as, in-

    siste Carreo.

    An con el tema abierto, el director

    de la Red confa en tener a finales de fe-

    brero un proyecto avanzado. En Espa-

    a no tenemos fcil prevenir los movi-

    mientos, aunque estamos en ello. a

    16 / 2011 | alfa | 17

    | REPORTAJE |

    02 A16_Reportaje sismicidad3.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:26 Pgina 17

  • La gestin del combustible gastadoes uno de los mayores retos asocia-dos a la energa nuclear. Actual-mente se generan en el mundo unas

    11.500 toneladas de combustible irra-

    diado al ao, de las cuales un tercio es re-

    procesada, lo que implica que cada 12

    meses el combustible gastado que se al-

    macena sin reprocesar aumenta en unas

    8.000 toneladas.

    Grupos de expertos en ingeniera

    nuclear, principalmente en Francia, Ja-

    pn, Rusia y Estados Unidos, investigan

    desde hace dcadas para dar con la tec-

    nologa que convierta en realidad la trans-

    mutacin a nivel industrial. Se trata de

    una tecnologa que permitira, por un

    lado, transformar los residuos radiacti-

    vos de alta actividad y vida media muy

    larga en nuevos ncleos atmicos de ms

    rpida desintegracin y menor toxici-

    dad y, por otro, reducir su volumen de

    manera muy significativa. Adems, el

    propio proceso de transmutacin po-

    dra producir hasta un 30% ms de ener-

    ga. Esta conversin de un istopo en

    otro se lleva a cabo bombardeando el

    tomo con un haz de neutrones de alta

    intensidad para provocar una transfor-

    macin del ncleo y la consecuente libe-

    racin de energa.

    La tecnologa necesaria para llevar a

    cabo la transmutacin, an en proceso

    de investigacin y desarrollo, se baraja

    desde hace aos como posible solucin

    a la problemtica derivada del tratamien-

    to no slo del combustible gastado de las

    centrales nucleares, sino tambin del ar-

    mamento nuclear. Segn la comunidad

    cientfica, debera estar totalmente dis-

    ponible en el ao 2040.

    El combustible gastado de las centra-

    les nucleares est compuesto por distin-

    tos istopos: uranio (94,7%), productos

    de fisin (4,1%), plutonio (1,1%) y act-

    nidos minoritarios neptunio, americio

    18 | alfa | 16 / 2011

    RADIOGRAFA La transmutacin: el futuro de la gestin delcombustible irradiado?

    Mara del Vigo Fernndez,rea de Comunicacin

    del CSN

    Fbrica de combustibles

    Centralnuclear

    Almacn temporal

    Planta de reproceso

    Residuoslquidos dealta actividad

    PuU, Pu

    Ciclo cerrado avanzado

    03 A16_Radiografa4.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:28 Pgina 18

  • 16 / 2011 | alfa | 19

    | RADIOGRAFA |

    y curio (0,1%), sustancias que combi-

    nan un alto nivel de radiotoxicidad con un

    largo tiempo de vida[*]. Estos istopos tie-

    nen periodos de actividad muy diferentes,

    por lo que el primer paso del tratamiento

    de los residuos consiste precisamente en se-

    parar unos elementos de otros mediante

    operaciones qumicas y metalrgicas.

    El uranio y el plutonio extrados del

    combustible irradiado son materiales nu-

    cleares que siguen teniendo aplicacin

    energtica, un factor que ha impulsado

    considerablemente las investigaciones y ha

    hecho que la tecnologa para separarlos

    (PUREX) est a da de hoy totalmente

    desarrollada y comercializada. Sin embar-

    go, la separacin de algunos actnidos me-

    nores y de los productos de fisin est an

    en fase de investigacin, principalmente

    porque presenta mayores dificultades: con

    el empleo de mtodos acuosos los istopos

    tienen cargas electrnicas muy similares,

    por lo que se separan en grupos, y los m-

    todos no acuosos producen corrosin.

    Tras la fase de la separacin, los ra-

    dionucleidos se convertiran en nuevos

    elementos combustibles que podran ser

    utilizados en reactores rpidos de cuar-

    ta generacin o en sistemas subcrticos

    accionados por acelerador (ADS), en los

    que seran irradiados con haces de neu-

    trones de alta energa obtenidos a travs

    de reacciones de espalacin de protones

    contra ncleos pesados (como el plomo,

    por ejemplo). El tipo de istopos resultan-

    tes de esta maniobra tendra un perodo

    de semidesintegracin (tiempo que nece-

    sita un istopo para reducir su actividad

    a la mitad) de unos 300 aos, con lo que

    su gestin sera considerablemente ms

    sencilla. En realidad, la transmutacin

    consiste, simplemente, en acelerar el pro-

    ceso natural de decaimiento de los isto-

    pos. Todos los istopos radiactivos van

    transformndose con el tiempo y emi-

    tiendo, al hacerlo, radiacin. La cadena de

    desintegracin es el conjunto de radioi-

    stopos que se generan en este proceso, en

    el que un istopo radiactivo decae en otro,

    y as sucesivamente, de forma que se va re-

    duciendo gradualmente la actividad del

    mismo, hasta que se convierte en un ele-

    mento estable. Ahora bien, el tiempo que

    tarda un istopo en desintegrarse vara en

    funcin del elemento del que se trate, y

    puede oscilar entre unas milsimas de se-

    gundo y varios millones de aos.

    Las investigaciones sobre la trans-

    mutacin se remontan al desarrollo de la

    energa nuclear, en los aos 50, pero han

    sufrido altibajos a lo largo de la historia

    debido a la falta de consenso internacio-

    nal sobre sus beneficios. Sin embargo, a

    finales de la dcada de los 80, con las di-

    ficultades asociadas a la implantacin de

    los almacenamientos geolgicos profun-

    dos, la idea de la transmutacin resurgi

    como opcin complementaria, y las in-

    vestigaciones cobraron fuerza en los 90.

    Actualmente, los desafos para la I+D

    en este campo se pueden resumir en tres

    vas de investigacin:

    Encontrar el mecanismo ms ade-

    cuado para generar el flujo neutrnico de

    espectro rpido necesario para la trans-

    mutacin, ya que se barajan diversas po-

    sibilidades tanto de reactores como de sis-

    temas ADS.

    La bsqueda de materiales nu-

    cleares adecuados para fabricar un com-

    bustible que demuestre las condiciones

    ptimas para la irradiacin.

    La mejora y simplificacin de

    las tecnologas de reproceso y separa-

    cin, de cara a reducir el tamao de los

    equipos, aumentar la resistencia a la co-

    rrosin y la separacin de los actnidos

    minoritarios. a

    [*]Estos valores corresponden a un combusti-

    ble irradiado con un enriquecimiento inicial

    del 3,5% en U-235 y un grado de quemado de

    40.000 MWd/tU.

    Pb

    PlutonioPu

    Espalacin Fisin

    Capturaneutrnica

    100Ru

    99Tc

    129I

    130Xe

    AmericioAm

    p

    n

    n

    n n n

    n

    n

    Separacinacuosa

    avanzada

    Separacinpirometalrgica

    TransmutadorADS

    Almacenamientodefinitivo

    residuos de altaactividad

    Fbrica de combustibles

    y blancos

    Residuosalta

    actividad

    Residuosde alta

    actividad

    AMPu / PF

    Actnidos minoritarios (AM)Productosfisin (PF)

    03 A16_Radiografa4.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:28 Pgina 19

  • L leg a la Organizacin Mundialde la Salud (OMS) hace 19 aos ydurante este tiempo ha visto pa-sar ya a cuatro directores generales. Du-

    rante los ltimos aos el cargo est en

    manos de la doctora Margaret Chan,

    que acaba de ser elegida para un segun-

    do mandato de cinco aos y de la cual

    ella es una de sus colaboradoras princi-

    pales. Pero para Mara Neira, lo impor-

    tante no son las personas que en un mo-

    mento determinado asumen la

    responsabilidad de su gestin sino la

    propia institucin, de quien dice: Es

    algo muy slido e intemporal; una idea,

    una filosofa, una misin, que es servir

    a la salud pblica mundial. Por eso con-

    sidera que aunque a veces haya estado en

    el centro de la polmica, la OMS conser-

    va casi intacta una reputacin forjada a

    lo largo de 65 aos de historia.

    PREGUNTA: Qu papel juega la OMSen el mundo actual?

    RESPUESTA: Yo creo que tenemoscuatro aspectos fundamentales en los

    que existe un gran consenso en todo el

    mundo. El primero es proporcionar la

    opinin cientfica ms creble, funda-

    mentada y neutra en temas de salud. La

    segunda es el poder de convocatoria

    que tiene, gracias al cual podemos reu-

    nir a los mejores expertos del mundo

    en cada tema y sabes que van a res-

    ponder y a ofrecerte su colaboracin,

    desde el punto de vista cientfico, aca-

    dmico, clnico esto es lo ms boni-

    to, el poder institucional que nos pro-

    porciona y que bien usado es muy til.

    En tercer lugar, definir las prioridades

    de investigacin, ya que todas son in-

    teresantes y hay que dar prioridad a

    ciertos temas y lneas de investigacin,

    asegurarnos de coordinar esa investiga-

    cin y servir de plataforma para cana-

    lizar y compartir esa informacin. Y en

    cuarto lugar la funcin de monitoreo,

    evaluacin y asistencia tcnica a los pa-

    ses que lo necesitan.

    P: Despus de casi 20 aos en la OMS,cmo ve el trabajo que lleva a cabo?

    R: Sigue teniendo para m la mismamotivacin, la misma pasin y el hormi-

    gueo especial de la gente convencida de

    lo que hace. Tienes el privilegio de estar

    participando en algo muy especial. No

    producimos coches ni mquinas, pero

    pensamos que lo que hacemos tiene una

    influencia en el bienestar de las personas

    y eso es lo que nos estimula y motiva.

    P: Pero tambin debe tener un altogrado de frustracin por todo lo que no se

    consigue realizar, no?

    R: La frustracin creo que es unsentimiento que a cierta dosis no debe-

    ramos abandonar nunca; es un ingre-

    diente importante de tu trabajo diario,

    porque si no llegaramos a una autosa-

    tisfaccin poco positiva. Yo sigo estan-

    do profundamente insatisfecha cada

    vez que viajo a frica y otras zonas, in-

    cluso a pases emergentes, donde veo

    que hay un desarrollo econmico fan-

    tstico, que a veces no se acompaa de

    algo tan bsico como unos estndares

    20 | alfa | 16 / 2011

    Ignacio F. BayoPeriodista cientfico,

    director de Divulga

    Entrevista con Mara Neira, directora de Salud Pblica y Medio Ambiente de la Organizacin Mundial de la Salud

    Todava en muchos pases eltener un nio, que es dar vida,es una causa de muerte

    ENTREVISTA

    Mara Neira Gonzlez (La Felguera,

    Asturias, 1962) se licenci en Medicina

    y Ciruga por la Universidad de Oviedo, y

    ms tarde se especializ, en diferentes

    universidades francesas, en Endocrino-

    loga y enfermedades metablicas, en

    Nutricin y en Salud pblica, completan-

    do su formacin con un diploma en Ges-

    tin de Emergencias y Crisis en Suiza.

    Entre 1987 y 1989 trabaj en Mdicos

    Sin Fronteras como coordinadora mdi-

    ca en El Salvador y Honduras. Despus

    ejerci en frica, primero en Ruanda,

    como asesora mdica del Programa de

    Naciones Unidas para el Desarrollo; y

    luego en Mozambique, como asesora en

    Salud Pblica del Ministerio de Sanidad.

    En 1993 se incorpor a la Organizacin

    Mundial de la Salud como coordinadora

    del Grupo Especial Mundial de Lucha

    Contra el Clera y, ms tarde, como di-

    rectora del Programa de Control, Preven-

    cin y Erradicacin de Enfermedades

    Transmisibles. En el ao 2002 fue nom-

    brada directora de la Agencia Espaola

    de Seguridad Alimentaria y tres aos

    despus regres a la OMS como directo-

    ra del Departamento de Salud Pblica y

    Medio Ambiente, cargo que sigue ejer-

    ciendo en la actualidad. Ha recibido, en-

    tre otras distinciones, la medalla de la

    Orden del Mrito Nacional francesa y el

    nombramiento de miembro de la Acade-

    mia de Medicina de Asturias.

    04 A16_entrevista1.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:29 Pgina 20

  • de salud ocupacional y proteccin en el trabajo.

    Hay cierta tendencia a creer que con el desarrollo

    econmico automticamente llega la salud y a ve-

    ces s, pero no es algo automtico y suelen persis-

    tir desigualdades enormes. China, por ejemplo, est

    creciendo mucho pero sigue siendo uno de los

    pases con dificultades para cumplir uno de los ob-

    jetivos del milenio que es el saneamiento; una

    gran parte de la poblacin tiene dificultades para

    acceder a cuestiones bsicas de saneamiento, agua

    potable etc. Y lo mismo ocurre en Brasil, en India...

    pases con un gran crecimiento que no se acom-

    paa de mayor salud y proteccin social.

    P: Cules son los grandes retos de la salud pbli-ca mundial para los prximos aos?

    R: Ahora mismo quizs el mayor reto, y el quemayor coste va a suponer para los pases desarro-

    llados, es el que tiene que ver con nuestro estilo de

    vida y con nuestro bienestar. Es lo que se denomi-

    nan enfermedades crnicas no transmisibles, como

    diabetes, hipertensin, hipercolesterolemia y cncer,

    que estn asociadas al consumo desmesurado de

    alimentos y el sedentarismo. Otro gran reto es el pro-

    blema del envejecimiento de la poblacin, con el au-

    mento de las enfermedades degenerativas que con-

    lleva. Son nuestros grandes retos, no solo porque

    generan enfermedad y muerte sino tambin porque

    son crnicas y suponen un gasto que tambin va

    a ser muy difcil de sostener. Tenemos los desafos

    de siempre relacionados con la falta de agua y de

    16 / 2011 | alfa | 21

    | ENTREVISTA |

    04 A16_entrevista1.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:29 Pgina 21

  • saneamiento y la mortalidad materno-infantil en pa-

    ses pobres, donde las enfermedades transmisibles si-

    guen siendo el principal problema. Y otro gran

    desafo para los pases ricos y, sobre todo, para esos

    que estn creciendo muy rpido, es

    la contaminacin ambiental y las en-

    fermedades que causa. Es un riesgo

    que nos est afectando a todos.

    P: Las enfermedades crnicas notransmisibles son caractersticas de

    los pases del primer mundo pero em-

    piezan a afectar a los dems, no es

    cierto?

    R: Totalmente, porque adems nose requiere ni una generacin para ver

    sus efectos. En cuanto un africano

    empieza a mejorar su nivel de vida, y ni siquiera de

    forma sustancial, uno de los primeros efectos secun-

    darios es sedentarismo y obesidad, con lo cual esta-

    mos viendo una transicin epidemiolgica en pases

    que tradicionalmente no tenan obesidad ni estas

    enfermedades relacionadas. Va a haber una carga dual

    de enfermedad en estos pases en desarrollo.

    P: Es decir, van a sufrir a la vez enfermedades dericos y de pobres.

    R: Exactamente, porque hay una gran desigual-dad. Y adems est el problema de la urbanizacin.

    En el ao 2020 ms de la mitad de la poblacin

    mundial vivir en ciudades o en zonas perifricas a

    la ciudad, atrados por unos servicios que creen que

    son mejores, y la realidad es que se forman grandes

    zonas de favelas alrededor de esos ncleos urbanos.

    Esto va a representar tambin un gran desafo para

    la salud pblica.

    P: En enfermedades infecciosas la OMS ha con-seguido algunos xitos importantes, principalmente

    la erradicacin de la viruela. Qu nuevos retos se

    plantean?

    R: Los de las enfermedades infecciosas son talvez los ms visibles. Ahora mismo el reto es la erra-

    dicacin de la polio, porque an queda un peque-

    o grupo de pases en los que no estamos avanzan-

    22 | alfa | 16 / 2011

    Tenemos en marcha un trabajosobre los anlisis y estudios quehay que hacer en Fukushima paralos prximos 15 o 20 aos

    PREGUNTA: En el caso de accidentes nucleares como los deChernbil y Fukushima, han hecho o estn haciendo estu-

    dios epidemiolgicos?

    RESPUESTA: S. Ese es nuestro papel. Hacer primerouna evaluacin del riesgo potencial para la salud y en ese

    caso qu medidas hay que tomar inmediatas. Nosotros en

    el caso de Fukushima pedimos la evacuacin inmediata en

    un radio de 20 kilmetros en torno a la central, dijimos qu

    tipos de medidas profilcticas haba que tomar: sacar a la

    gente que pudiera estar en zona de riesgo, administrar pas-

    tillas de yodo y evitar la comercializacin de los alimentos

    de esa zona. Y esas medidas se tomaron inmediatamente.

    Ahora estamos poniendo en marcha un trabajo que nos per-

    mitir hacer recomendaciones sobre qu tipo de anlisis y

    de estudios hay que hacer en Fukushima para los prxi-

    mos 15 o 20 aos.

    P: Qu resultados se han obtenido en el caso de Cher-nbil, tras 25 aos desde el accidente?

    R: Los resultados se ofrecieron a los 20 aos. Fue unagran revisin, con centenares de expertos y con unos re-

    sultados concretos. Obviamente cuando pones un estu-

    dio epidemiolgico en marcha tienes que definir antes los

    criterios y circunstancias. En este caso, dado que en la

    Unin Sovitica haba una gran falta de transparencia y

    de comunicacin, mucha de la informacin que se debe-

    ra haber recogido durante las semanas que siguieron al

    accidente se perdi. No obstante, los registros de cnce-

    res que hicimos en las zonas afectadas concuerdan con

    los datos de otras de caractersticas similares y pudimos

    ver si haba un aumento del nmero de cnceres sobre

    lo esperado.

    P: Los datos de casos de cncer y mortalidad que ofrecila OMS eran inferiores a los que aportaron algunas organi-

    zaciones no gubernamentales.

    R: Bueno, nosotros hicimos el estudio con ciertas con-diciones. Es muy preciso y muy riguroso. Obviamente

    otras organizaciones no tienen por qu seguir esos crite-

    rios y se pueden basar ms en la observacin o en otras fuen-

    tes. Nuestros resultados concuerdan perfectamente con

    los que hizo despus la agencia de investigacin global del

    cncer y otros estudios y se basan en la literatura de todo

    lo que se ha publicado en esos 20 aos. a

    Ahora mismo el reto es laerradicacin de la polio yempezamos a vislumbrar elfinal del tnel en la malaria

    04 A16_entrevista1.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:29 Pgina 22

  • do por razones de guerra, inestabilidad poltica e in-

    cluso cuestiones religiosas. Pero adems de la polio

    empezamos a vislumbrar el final del tnel en la ma-

    laria; y tenemos que ser muy agresivos tambin en

    la disminucin de la mortalidad materno-infantil.

    Todava en muchos pases el tener un nio, que es

    dar vida, es una causa de muerte.

    P: La ciencia est abriendo nuevas lneas de in-vestigacin en campos como la gentica, la inmuno-

    loga y las clulas madre. Cree que darn los frutos

    que prometen?

    R: Desde luego no hay que abandonar ningunade ellas. La OMS intenta agilizar esas investigacio-

    nes, facilitar el intercambio entre las comunidades

    cientficas y orientar sobre qu lneas de investiga-

    cin tienen que ser las prioritarias para que el im-

    pacto sea el adecuado, porque, como en un domi-

    n, segn la ficha que muevas puedes hacer caer 100

    fichas o 300, y nuestra idea es encontrar aquella fi-

    cha que en cuanto la toques produzca un efecto

    cascada muy grande. Todas las lneas son recomen-

    dadas, aunque conviene recordar que mucha parte

    de la investigacin se dirige a conseguir mayores be-

    neficios econmicos. La investigacin mdica est

    avanzando mucho en temas de esttica, por ejem-

    plo, porque ah es donde hay mercado. Ahora mis-

    mo, el 90% de los recursos de investigacin se de-

    dican a problemas que afectan a pases muy ricos

    pero que representan menos del 10% de los proble-

    mas de salud pblica global, mientras que para otros

    problemas ms importantes no hay fondos porque

    no hay mercado despus.

    P: En la trayectoria de la OMS ha habido momen-tos en que ha sido puesta en cuestin, por asuntos como

    la gripe aviar y la gripe A. Hubo un exceso de alar-

    mismo por parte de la OMS en sus recomendaciones?

    R: Yo creo que se ha producido una pequea ro-tura en ese caparazn que hasta hace poco tenamos,

    en el que nuestra credibilidad estaba totalmente in-

    tacta. Es un pequeo resquebrajamiento que se pro-

    duce con ambas gripes, efectivamente, por primera

    vez en los 65 aos de vida que tiene la OMS. Yo creo

    que lo fundamental de esa trayectoria tiene que ver

    con millones de vidas salvadas, con el acceso a me-

    dicamentos, a agua potable, a vacunas, a nuevas for-

    mas de diagnstico y tratamiento, con la erradica-

    cin de enfermedades, con la ayuda a los pases que

    lo han necesitado etctera. La gente no sabe lo que

    hace la OMS, ese trabajo silencioso donde se define

    qu tipo de insecticida hay que utilizar, qu tratamien-

    to profilctico hay que tomar, etctera. En el caso de

    la gripe, ya sabemos que una alerta global no va a ge-

    nerar nunca consenso, ya que las posibilidades cien-

    tficas de acertar no son tan claras como cuando se

    trabaja en otro tipo de enfermedades. En este caso

    haba que asumir un riesgo y la directora general lo

    asumi y eso nos expone a un inters meditico,

    global e instantneo, que tradicionalmente no hemos

    tenido, y genera obviamente todo tipo de opiniones

    y es inevitable que haya divergencias. El problema hu-

    biera sido que no hubiramos emitido una alarma

    y hubiese habido una pandemia.

    P: Pero no ha habido un problema de comuni-cacin en estos casos?

    R: Est claro que en salud pbli-ca a veces no se trata tanto de gestio-

    nar la crisis como de acertar con la

    comunicacin del riesgo. Se le ex-

    plica a alguien que el tabaco est de-

    mostrado que mata y sin embargo la

    gente no reacciona o no en la forma

    que quisiramos, y sin embargo se es-

    candaliza cuando se encuentra una

    sustancia potencialmente cancerge-

    na en un producto que consume,

    aunque el riesgo solo exista cuando

    se encuentra en cantidades gigan-

    tescas. La comunicacin del riesgo efectivamente es

    uno de los desafos, que requiere una capacidad no

    solo cientfica sino tambin social. En el caso de la

    gripe, lo que ocurri es que por primera vez la OMS

    tuvo que comunicar global e instantneamente, 24

    horas al da, y no solo a los ministros de Salud con

    los que hablamos habitualmente o los investigado-

    res o los periodistas cientficos, sino al mismo tiem-

    po a la persona de la calle, el poltico, el economis-

    ta y la poblacin general. Eso es un reto y no puede

    generar consenso total.

    P: Hubo otro tema controvertido el ao pasado,que fue la inclusin de los telfonos mviles en la lis-

    ta de productos potencialmente cancergenos.

    R: Ah no hubo ningn error de la OMS, lo quepasa es que una cosa es comunicar a la comuni-

    dad cientfica, que entiende perfectamente esa cla-

    sificacin de sustancias carcinognicas que tene-

    mos y lo que significa posible carcinognico, y

    16 / 2011 | alfa | 23

    | ENTREVISTA |

    El 90% de la investigacin se dedica a problemas dericos, que suponen menos del 10% de los problemas de salud pblica mundial

    04 A16_entrevista1.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:29 Pgina 23

  • otra comunicar eso mismo a la poblacin gene-

    ral, que le da una interpretacin completamente

    distinta. La Agencia de Investigacin sobre el Cn-

    cer, la IARC, que depende de la OMS y se dedica

    solo al cncer, anunci de forma muy transpa-

    rente lo que ese comit cientfico haba decidido,

    clasificando a los telfonos mviles como posible

    carcinognico, lo que significa que cuando se ha-

    gan investigaciones sobre las causas de cncer se

    incluyan, para ver si se encuentra algo o no. Eso

    la comunidad cientfica lo entiende, pero comu-

    nicrselo as a la poblacin general, efectivamen-

    te genera alarma. Creo que en 24 horas se aclar

    y qued todo explicado, pero quizs sea una con-

    secuencia de ese cambio meditico que ha tenido

    la OMS y que ahora ocupa titulares cuando antes

    no los tena. Ya me gustara tener titulares todos

    los das y poder decir que el tabaco mata; nadie me

    iba a hacer mucho caso pero eso es as y es mu-

    cho ms importante.

    P: Asume la OMScompetencias en este cam-

    po de las radiaciones no

    ionizantes?

    R: Sobre todo las dedirigir la investigacin.

    Poner encima de la

    mesa las preguntas para

    las que queremos res-

    puesta y convocar a los

    expertos que nos las van

    a dar. Y luego traducir-

    las en respuestas de sa-

    lud pblica, para que la

    gente entienda lo que

    significa. Hay preguntas

    en este mbito para las

    que la ciencia no tiene

    an respuestas, no hay

    un hecho demostrado,

    un vnculo causa-efecto

    en aspectos como el uso

    del telfono mvil y cn-

    cer, pero obviamente el

    que no exista esa eviden-

    cia no quiere decir que

    no la pueda haber y te-

    nemos que seguir bus-

    cando. La OMS est muy al tanto de todos los es-

    tudios que se hacen en distintos pases, sumamos

    todo eso, lo escrutamos de la manera ms eficaz po-

    sible y vamos sacando conclusiones, pero de mo-

    mento seguimos investigando.

    P: No solo son los mviles, son las lneas de altatensin, los microondas, las antenas

    R: S, lo ponemos todo en el mismo paquete. Demomento no hay ninguna evidencia que demues-

    tre la asociacin causa-efecto en las ondas electro-

    magnticas no ionizantes. En el caso de las sustan-

    cias qumicas hay muchas en las que sabemos que

    hay efecto carcinognico y nos gustara poder aler-

    tar un poco ms.

    P: En este aspecto, colaboran con la normativaeuropea Reach sobre efectos de sustancias qumicas?

    R: La OMS puede dar normas y guas pero notenemos capacidad legislativa excepto para el ta-

    baco, porque los pases adaptaron el acuerdo mar-

    co para que pudiramos emitir medidas legales,

    24 | alfa | 16 / 2011

    04 A16_entrevista1.qxd:Maquetacin 1 30/03/12 11:30 Pgina 24

  • pero Reach es un ejemplo de cmo afrontar un

    problema as en Europa. Lo que hacemos es pro-

    mover la investigacin para que se vea qu tipo

    de sustancias estn asociadas con qu tipo de pro-

    blemas y enfermedades e intentar poner medidas

    de salud pblica, independientemente de lo que

    la industria privada haga por su cuenta para re-

    ducir el riesgo de que una sustancia de ese tipo

    entre en el mercado.

    P: Donde s tienen un cometido claro es en el m-bito del uso de radiaciones ionizantes en medicina.

    R: La agencia de la ONU que se ocupa de laenerga atmica y nuclear es el OIEA, nosotros nos

    ocupamos de la relacin radiacin y salud, de

    cmo afecta la radiacin a la salud, tanto en be-

    neficios como en riesgos, porque tiene un papel

    en el sistema sanitario para diagnosticar y tratar

    enfermedades y queremos que el uso de esas ra-

    diaciones sea apropiado, medido, estudiado De

    momento sabemos que hay mayor beneficio que

    riesgo pero obviamente queremos que los profe-

    sionales de la salud usen la radioterapia de forma

    equilibrada y apropiada para no invertir la rela-

    cin riesgo/beneficio. En caso de que se produz-

    ca algn accidente con radiaciones ionizantes, la

    OMS tiene el papel de saber cmo puede afectar

    a la salud de las personas y asegurarse de que se

    toman las medidas adecuadas. Tambin hacemos

    normativas para que haya una proteccin ade-

    cuada tanto de las personas que trabajan con la ra-

    diacin como de los pacientes, para que reciban

    el tipo de tratamiento adecuado, y en fin toda la

    normativa y los estndares bsicos que se tienen

    que emplear como referencia.

    P: Y se estn empleando adecuadamente lasradiaciones en medicina, al menos en el mundo

    occidental?

    R: Bueno, todava de vez en cuando tenemos al-gn tipo de incidente, afortunadamente muy aisla-

    do. Hubo uno recientemente en Francia, donde por

    un error se estaban suministrando dosis ms altas.

    Y a veces hay un uso excesivo del diagnstico con

    radiacin ionizante, que a lo mejor se podra susti-

    tuir por otros mecanismos. Queremos efectivamen-

    te que sirva, y sirve mucho, y utilizarlo lo mejor po-

    sible porque el potencial es muy bueno, pero que sea

    en beneficio del paciente y protegiendo al profesio-

    nal que lo usa. En este sentido tenemos una inicia-

    tiva global que hemos lanzado hace un par de aos

    para el uso estratgico de las radiaciones ionizan-

    tes en los centros mdicos y que los pacientes estn

    informados, que los profesionales estn informados

    y que haya un uso racional y sabio de algo tan til.

    P: Un ejemplo concreto que ha sido objeto de po-lmica son las mamografas, que hay quienes aconse-

    jan hacrsela anualmente y otros dicen que cada dos

    aos por los riesgos que lleva asociados. Hay algn

    criterio emitido por la OMS?

    R: La OMS no quiere pronunciarse en todo. Anivel nacional cada pas emite sus propias normas

    de acuerdo con la evidencia cientfica que nosotros

    damos y que ellos adaptan. Siempre en cuestiones

    de salud pblica hay que jugar con

    ese equilibrio riesgo-beneficio en

    la balanza, pero no es una relacin

    universal. Yo dejara la decisin a los

    profesionales de la medicina de cada

    Estado, de acuerdo con las capaci-

    dades y posibilidades que tengan y

    la epidemiologa de ese pas. Hay

    que poner muchos factores sobre la

    mesa para tomar la mejor decisin

    posible, que no tiene por qu ser

    idntica en todos los pases.

    P: Incluidos factores econmicos.R: Incluidos, claro. En pases

    donde el presupuesto para medicina preventiva sea

    menor habr que dar prioridad a aquellas inter-

    venciones que tengan mayor beneficio a nivel de po-

    blacin general y no a nivel individual.

    P: Considera que s