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SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 51/28-XII-1996 Y el Verbo se hizo... familia

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  • SEMANARIO DE INFORMACIN RELIGIOSAN 51/28-XII-1996

    Y el Verbo se hizo... familia

  • Etapa II - Nmero 51Edita: Fundacin San Agustn. Arzobispado de Madrid

    Asesores religiosos: Alfonso Simn Muoz, Manuel M Bru AlonsoRedaccin:Pza. del Conde Barajas,1. 28005 Madrid

    Tlfs: 365 18 13 - 366 78 64 Fax: 365 11 88Director: Miguel Angel Velasco Puente

    Redactor Jefe: Jos Antonio Ullate Fabo - Redactores: Coro Marn Palacios, Jess Colina (Roma)Produccin: Francisco Flores Domnguez - Secretaria de Direccin: Sonsoles de la Vega

    Imprime y Distribuye: Prensa Espaola, S.A. - Depsito legal: M-41.048-1995

    A

    11

    8

    En este nmeroSumario

    la foto 6

    criterios 7

    iglesia en madridPastoral rural.Usted tiene la palabra.Monseor Rouco comparte su Navidad con los pobres.El alcalde de Madrid habla para Alfa y Omega.La huella de la madre Teresaen Madrid 9-13, 18-19

    testimonio 14

    el da del seor 15

    racesA darnos paz ha venido16-17

    mundoPrimer ao de preparacin al Jubileo del ao 2000 20-21

    santos de ayer y hoy22-23

    la vida 24-25

    desde la feLa Princesita, una joya del cine familiar.Ratzinger: Races de la moral.Hemos ledo 26-31

    contraportada 32

    3-5

    NAVIDAD

    Ante una sentencia del Tribunal

    Constitucional:Inocentes 96

    IGLESIA EN MADRID

    Carta del arzobispo a las familias:Urge vivir y transmitir la fe en familia

    EN PORTADA

    La familia,transmisora de la fe

  • Es obvio que si la familiatransmite la vida, transmitetambin la fe, que es la ver-dadera vida. El lugar comn don-de el hombre recibe la fe es en lapropia familia. No es esto lo que

    le recuerda san Pablo a Timoteocuando escribe: Doy gracias a Dios,a quien sirvo, siguiendo la tradicinde mis progenitores... habiendo reci-bido nuevas que me han recordado lafe no fingida que hay en ti, la cual

    arraig primero en tu abuela Loiday en tu madre Eunice, y estoy segu-ro de que tambin en ti?

    La familia es la clula bsicade la Iglesia. As lo recuerda JuanPablo II en la exhortacin apos-

    tlica Familiaris consortio: Entrelos cometidos fundamentales dela familia cristiana se halla el ecle-sial, es decir, que ella est puestaal servicio de la edificacin delReino de Dios en la Historia, me-diante la participacin en la viday misin de la Iglesia.

    El vnculo primario y funda-mental, fuente de la estrecha re-lacin entre la Iglesia y la fami-lia, es el sacramento del matri-monio, gracias al cual el misteriode la relacin esponsal entre Cris-to y la Iglesia se hace visible enel signo sacramental y existencialde los cnyuges. Nos encontra-mos aqu con el gran misterio alque alude san Pablo en la carta alos Efesios, fundamento de la teologa cristiana del matrimo-nio. El gran misterio de la uninentre Cristo y la Iglesia iluminael signo de la unin entre el va-rn y la mujer y la realidad quebrota de dicha unin.

    Los esposos cristianos tienencomo vocacin y misin, nacidasdel sacramento que reciben, hacerpatente el amor que existe entreCristo y la Iglesia y edificar su fa-milia sobre el fundamento de es-te amor. De ah que en el mismorito del matrimonio, no slo serealiza su unin sacramental, si-no que al mismo tiempo, se fun-da su propia familia.

    La relacin que existe entre laIglesia y la familia recin funda-da, en virtud del sacramento delmatrimonio, urge a los esposos atransmitir el amor que ellos mis-mos han recibido: Por eso no s-lo reciben el amor de Cristo, con-virtindose en comunidad salva-da, sino que estn tambinllamados a transmitir a los her-manos el mismo amor de Cristo,hacindose as comunidad sal-vadora.

    Este texto de la Familiaris con-sortio dice mucho ms de lo queel tenor de las palabras deja co-

    /3en portadaN 51/28-XII-1996

    EN LA FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

    La familia,transmisora de la fe

    Maana celebra la Iglesia la fiesta de la Sagrada Familia: Es urgente recordar la misin de la familia cristiana de transmitir la fe,que slo puede explicarse desde la comprensin de la familia como iglesia domstica y, por tanto, desde la relacin

    que existe entre la Iglesia y la familia.

    Cuando dos o ms se unen en mi nombre, all estoy Yo...

  • mo primera impresin. Juan Pa-blo II subraya dos verbos que sonfundamentales para entender lamisin de la Iglesia: recibir ytransmitir; son dos verbos queutiliza san Pablo precisamente enel contexto del relato de la insti-tucin de la Eucarista: Yo recibdel Seor lo que os he transmitido...

    TRANSMISIN DE VIDA Y FE

    La Iglesia, en su estructura b-sica y fundamental, vive de estatradicin gracias a la cual se nostransmite la fe y la gracia salva-dora de Cristo. Todo lo sustan-cial de la Iglesia forma parte deesta traditio, entrega del don re-cibido de Cristo. Esta tradicinse remonta a Jess, que, a su vez,la recibe del Padre. La Iglesia, portanto, se explica a s misma desdeesta perspectiva: transmitir lo queha recibido de Cristo, como en-viado del Padre.

    Los padres, al recibir el amorde Cristo, en el sacramento, se

    convierten en comunidad salva-da, al modo de la Iglesia que na-ce de la redencin de Cristo. Deah la necesidad de recuperar pa-ra la Iglesia el valor del sacra-mento del matrimonio como cau-

    ce de santificacin permanentepara los esposos y para la fami-lia como comunidad cristiana. Es-te momento se corresponde conotro, que es el de transmitir a loshermanos el mismo amor deCristo, hacindose as comuni-dad salvadora. De ah la necesi-dad de recuperar para la Iglesia elvalor del matrimonio como fuen-te de misin apostlica.

    La familia cristiana aparece,por una parte, como fruto de lafecundidad de la Iglesia, y, porotra, como smbolo, testimonio yparticipacin de la maternidadde la Iglesia. Esta maternidad de

    la Iglesia se ejerce, en primer lu-gar, con los hijos que nacen co-mo fruto del matrimonio. Es ahdonde los padres realizan su mi-sin de transmitir, junto con la vi-da, la fe que ellos mismos han re-cibido y en la que realizan su pro-pia existencia matrimonial. Perola misin de la familia cristianano termina en los hijos y miem-bros de la misma, sino que est

    llamada a transmitir la fe y la gra-cia de Cristo a todos los hombrescon los que se relaciona.

    VERDADERO Y PROPIO MINISTERIO

    Este deber de transmitir la fe,que nace del sacramento del ma-trimonio, constituye un verdaderoy propio ministerio de la Iglesia alservicio de la educacin de sus miem-bros. Tiene tal grandeza y digni-dad que santo Toms de Aquinono duda en compararlo con el mi-nisterio de los sacerdotes: Al-gunos propagan y conservan lavida espiritual con un ministerionicamente espiritual: es la tareadel sacramento del orden; otroshacen esto respecto de la vida ala vez corporal y espiritual, y es-to se realiza con el sacramentodel matrimonio, en el que elhombre y la mujer se unen paraengendrar la prole y educarla enel culto a Dios.

    Este ejercicio o ministerio delsacerdocio comn de los padresse realiza de diversas maneras.As lo recuerda Juan Pablo II en laFamiliaris consortio: En virtud delministerio de la educacin, lospadres, mediante el testimoniode su vida, son los primeros men-sajeros del Evangelio ante los hi-jos. Es ms, rezando con los hi-jos, dedicndose con ellos a la lec-tura de la Palabra de Dios eintroducindolos en la intimidaddel Cuerpo eucarstico y ecle-sial de Cristo, mediante la ini-ciacin cristiana, llegan a ser ple-namente padres, es decir, engen-dradores, no slo de la vidacorporal, sino tambin de aquellaque, mediante la renovacin delEspritu, brota de la Cruz y de laResurreccin de Cristo.

    Por estos caminos, dice tam-bin Juan Pablo II, los padresdeben proponer a sus hijos to-dos los contenidos que son nece-sarios para la maduracin perso-nal de su personalidad desde unpunto de vista cristiano y ecle-sial, de forma que se cumpla elobjetivo de la educacin cristia-na segn el Concilio Vaticano II,cuando recuerda que esta educa-cin no persigue solamente lamadurez propia de la personahumana, sino, sobre todo, quelos bautizados se hagan msconscientes cada da del don re-cibido de la fe, mientras se ini-cian gradualmente en el conoci-miento del misterio de la salva-cin; aprendan a adorar a DiosPadre en espritu y en verdad, an-te todo en la accin litrgica, for-

    4/ en portada N 51/28-XII-1996

    Los hijos aprenden y crecen de la mano de sus padres

    CON LOS HIJOS, QUE NACEN COMO FRUTO DEL MATRIMONIO,

    LOS PADRES REALIZAN SU MISIN DE TRASMITIR, JUNTO CONLA VIDA, LA FE QUE ELLOS MISMOS HAN RECIBIDO

  • mndose para vivir segn elhombre nuevo en justicia y san-tidad.

    HAY QUE EVANGELIZAR LA FAMILIA

    Es evidente que la familia, aimagen de la Iglesia que acogetodos los das la Palabra de Dios,la escucha y la obedece, necesitaser evangelizada: La familia cris-tiana dice el Papa vive su co-metido proftico acogiendo yanunciando la Palabra de Dios.

    Los esposos, que fueron lla-mados al matrimonio por la Pa-labra de Dios, deben vivir en elmatrimonio abiertos a esa Pala-bra que ilumina todos los hechos,problemas, dificultades y acon-tecimientos de cada da. El des-cubrimiento y la obediencia alplan de Dios dice tambinJuan Pablo II deben hacerse enconjunto por parte de la comuni-dad conyugal y familiar, a travsde la misma experiencia huma-na del amor vivido en el Espritude Cristo entre los esposos, entrelos padres y los hijos.

    Los hijos aprenden a vivir en

    la fe viendo cmo lo realizan suspadres. Se trata, por tanto, de com-partir en la vida familiar la expe-riencia cristiana, de forma que seaun ejercicio espiritual para apren-

    der a descubrir el plan de Dios.No basta slo con decir a los hijoslo que hay que hacer, sino que setrata de vivir con ellos el procesode descubrir el plan de Dios. Lospadres se ponen, pues, al descu-bierto ante la Palabra de Dios.

    Un fenmeno ms bien dolo-roso es que, con frecuencia, noobstante haber recibido una edu-cacin cristiana, los hijos de pa-dres profundamente piadosos noconservan, al salir de la infancia,

    sino hbitos religiosos misera-blemente superficiales, o inclusose vuelven decididamente con-tra la religin. Esto acontece sobretodo en familias en las cuales, pormuy fervientes que sean los pa-dres en su vida personal, hay po-ca apertura o comunicacin en-tre ellos y los hijos en lo que res-pecta a las cosas del alma.

    En cambio, all donde esta co-municacin se ha establecidodesde el principio, libre y entera,la anomala en cuestin no seproduce, o si se produce, lo esmucho ms raramente. Es ste unpunto sobre el cual, a mi parecer,sera importante llamar la aten-cin de los padres cristianos... Elresultado de todo esto es que no

    slo un intercambio de pensa-mientos y de sentimientos debe-ran producirse constantementeentre padres e hijos, sino que in-cluso debera manifestarse entreellos una especie de igualdadimposible en cualquier otrocampo en la marcha hacia launin con Dios y hacia la perfec-cin del amor. Los padres di-ce Juan Pablo II no slo comu-nican a los hijos el Evangelio, si-no que pueden a su vez recibir

    de ellos este mismo Evangelioprofundamente vivido... Una fa-milia as se hace evangelizadorade otras muchas familias y delambiente en que ella vive: seconvierte, sobre todo, en la re-presentacin histrica del miste-rio mismo de la Iglesia. Fami-lias as cambian el rostro de nues-tra sociedad y hacen posible quemuchos se pregunten: Por quviven as? Cul es el secreto desus vidas? En definitiva, provo-can el estupor y el asombro quebrota de toda vida que se confor-ma al Evangelio. Familias as ha-cen el cristianismo.

    Csar Augusto FrancoObispo auxiliar de Madrid

    /5en portadaN 51/28-XII-1996

    Es fuente de gozo compartir en la vida familiar la experiencia cristiana

    La familia, participacin y testimonio de la fecundidad de Dios

    LOS ESPOSOS, LLAMADOS AL MATRIMONIO POR LA PALABRADE DIOS, DEBEN VIVIR ABIERTOS A ESA PALABRA QUE ILUMINA

    TODOS LOS HECHOS, PROBLEMAS, DIFICULTADESY ACONTECIMIENTOS DE CADA DA

  • Un cohete va; nos gua una estrellaHace pocos das, desde Cabo Caaveral, los ingenieros de la Nasa enviaron un cohete con destino a Marte, momento que recoge

    la fotografa. Los tcnicos que siguen la operacin miran la estela que deja el artefacto. No es posible reprimir la comparacin con otra nocturna imagen de hace 20 siglos, en la que los magos de Oriente estaban pendientes de otra estela: la de la

    estrella milagrosa que anunciaba el nacimiento del Salvador. No est de ms que mandemos embajadas a Marte buscando unavida hipottica, pero es tiempo de ser sencillos y dejarnos sorprender por la estrella que nos indica la Vida real. Aqu y ahora:

    Paz a los hombres que ama el Seor!

    6/ la foto N 51/28-XII-1996

  • Lo cuentan unos padres cris-tianos espaoles que hanido a una importante ciu-dad del norte de Europa, con to-dos sus hijos, para llevar el Evan-gelio a travs de su propia vida:Una clase de un colegio de pri-mera enseanza. Son diesisisalumnos, a tono con una socie-dad avanzada, con la mximacalidad de enseanza. Sin em-bargo, slo tres (de los cuales, dosson hijos de esta familia espao-la) pertenecen a familias que po-dramos llamar normales, con pa-dre y madre y hermanos... Losdems, no saben lo que es una fa-milia (hijos de divorciados, sepa-rados, etc., etc.) y, como fruto deello, no saben lo que es una son-risa verdadera.

    No hace falta quizs irse tanlejos para encontrarse con esta si-tuacin. Son muchas, desgracia-damente, las familias rotas. Estoes grave. Pero lo es ms an, sicabe, el hecho de no percibir quese trata precisamente de algograve.

    Cada vez est ms extendidala mentalidad que no valora enabsoluto el matrimonio y la fa-milia, o que trata de aplicar estostrminos a cualquier realidad enla que no es posible hablar ni deesposos ni de padres ni de hijos.En esta verdadera disolucin dela familia, podemos comprobarcon toda claridad hasta qu pun-to est descristianizada la llama-da civilizacin cristiana occi-dental, que es lo mismo que de-cir hasta qu punto estdeshumanizada, porque en cier-to modo, ms que de la prdidade lo cristiano, habra quehablar de la prdida de lo hu-mano.

    Desengamonos. Cuando sedesprecia a la familia entendidaen cristiano, lo que se est des-preciando, en realidad, es a lapropia vida humana en su mis-

    ma esencia. La consecuencia noes la destruccin de la Iglesia, si-no la destruccin del propiohombre.

    Alguien podra pensar que es-tas lneas tienen un tinte apoca-lptico: No hay que dramatizartanto la cosa; ni ver demasiadasoscuridades donde no es paratanto!; hay muchas familias co-mo Dios manda; y, adems, no

    hay que imponer a los demsel modo cristiano de ver a la fa-milia. Faltara ms! Pero no, nose trata de eso. Claro que hayfamilias esplndidas, como la deesos amigos de la ciudad del nor-te de Europa! Y precisamente sonfamilias como sta las que ponen

    en evidencia a su alrededor ladeshumanizacin a que nos he-mos referido.

    Hace poco un prestigioso ocu-lista, al llegar a su consulta unamadre para que le revisaran lavista a su hija, observ, sin em-bargo, algo extrao en la madre yle pregunt: Ve usted bien?Cmo que si veo bien! Yo veoestupendamente, nunca en mi vi-

    da he tenido que usar gafas! Noobstante, accedi a que el doctorle graduara la vista, y en pocosinstantes comprob sorprendidaque en realidad vea muy mal.Ni punto de comparacin con lamaravilla de vista que ahora te-na, con las lentes que le haban

    puesto! Con la familia pasa algoparecido. Cuando se conoce auna familia verdadera, uno laquiere para s, y no la cambia pornada en el mundo.

    As viene sucediendo desdehace ahora casi dos mil aos,cuando el Verbo se hizo... familia,como nos recuerda el bellsimotrptico de nuestra portada. Des-de que el Hijo de Dios se encar-n en las entraas de Mara, co-menz un movimiento impara-ble que congrega a los hombresen la unidad, para la que hemossido creados.

    No es bueno que el hombre estsolo, dijo Dios, y cre al hombrea su imagen y semejanza, es de-cir, lo cre familia. El pecadorompi la familia, y entr en elmundo la dispersin y la muer-te. Con la venida de Cristo, elHijo de Dios y de Mara, se pro-duce el movimiento contrario,movimiento de salvacin y devida, el de congregar a los hijos deDios dispersos. Nuestra portadalo expresa elocuentemente. Des-de el vientre materno, Jesucris-to impulsa a Mara a marchar aprisa junto a Isabel, y se fundenen un abrazo y en la alabanza aDios; y llega el Nacimiento, quepas desapercibido a la mayo-ra, pero all estaba ya la Fami-lia, real, visible, de carne y hue-so: Jess, Mara y Jos; y despuslos pastores, y los Magos, y to-dos los dems que se agolpan ala puerta del pesebre de Beln...Y despus Juan y Andrs, y losotros apstoles, y la Samaritanay Zaqueo... y as hasta nosotros.

    Claro que no hay que impo-ner a nadie el modo cristiano dever la familia. La verdad y el biense imponen por s solos. Una ver-dadera familia todos la quisieranpara s. O si no, que se lo pre-gunten a los vecinos de la familiaespaola en esa ciudad del nor-te de Europa.

    /7criteriosN 51/28-XII-1996

    Una verdadera familia

  • 8/ navidad N 51/28-XII-1996

    El regalo que el Tribunal Constitucional nos ha hecho estas Navi-dades es la sentencia por la que considera que es lcito manipu-lar embriones y fetos procedentes de abortos legales. Lo legal y lo lcito no son sinnimos. No pueden serlo en casos co-mo ste, donde la autoridad humana se reviste de atribuciones que s-lo corresponden a la divina. La muerte de millones de inocentes es una de lasmayores atrocidades de nuestro siglo; esas muer-tes pesan sobre nuestras conciencias, aun sobrelas ms dormidas y aparentemente inconmovi-bles. Es una tragedia que clama al cielo. La justiciade los hombres parece no orla, pero el quejido delos santos inocentes ha llegado ya al Seor de laVida.Este bellsimo texto de Charles Pguy es una lla-mada para nuestra reflexin. Ojal lo sea tambinpara la Justicia!Oh, santos inocentes, seris vosotros los nicos.Entonces, santos inocentes, seris vosotros los puros.Entonces, santos inocentes, seris vosotros los blancosy los sin mancha.Bienaventurados los inocentes, los sin mancha por elcamino. Yo soy el camino, la verdad y la vida.Oh, santos inocentes, quedar escrito que vosotros serisy que vosotros sois:Los nicos inocentes.Que las mayores santidades del mundo no borrarn ja-ms este pliegue.Y que las mayores santidades del mundo no valdrnjams tanto como los labios sin pliegue, las almas sin me-moria, los cuerpos sin herida de esos grandes santos y deesos grandes mrtires que no salieron del seno de sumadre, sino para entrar en el reino de los cielos.

    Alfa y Omega

    Hospital Infantil de San Ra-fael. Hay que esperarunos minutos de cola pa-ra ver el beln. Se corren unoscortinones y los ojos se quedanfijos en la escena. El cuadro noevoca antiguas nostalgias de ce-nas familiares. La mirada del vi-sitante confluye con la de Mara,que acostada, tiene las pupilasclavadas en su hijo, de carne yhueso. Todas las figuras se vuel-ven hacia ese momento del tiem-po, que entr en la historia paradarle significado.

    Los magos, hombres sabios, seacercan desde un horizonte lejano,y los pastores, hombres rudos, sevuelven hacia esta cuna no por im-perativos ticos, llamadas a la so-lidaridad universal o reclamos mo-rales. Unos, desde la altura de suciencia, y otros, a travs de esa ex-periencia que proporciona bregarcon las causas concretas, saben lopoco que da de s su buena volun-tad y la de los dems. Han apren-dido que la habilidad y el esfuerzono sirven para conseguir lo que elcorazn exige. Son, como suele de-

    cirse, hechos y derechos. Para ellosla vida est hecha de afanes serios,de un trabajo que muchas vecescorta el alma, de un desvelo por elfuturo de los hijos, de un amor porla mujer que amenaza por conver-tirse en recuerdo... de una tristezaporque las cosas no bastan, quesorprende furtivamente en el mo-mento ms inesperado. No, no songente dispuesta a perder el tiem-po escuchando fbulas, a dar cr-dito a pamplinas ni a oir ms bue-nas palabras. Si se vuelven haciaeste nio es porque ven en l a un

    hombre como ellos, sometido a susmismas fatigosas circunstancias,en el que presienten la posibilidadde alcanzar lo que el corazn de-sea y que muchas veces no se atre-ve a confesar.

    Los Hermanos de San Juan deDios han sabido evocar en suhospital, con sencillez, la natura-leza del cristianismo: no un dis-curso, sino un hecho, un aconte-cimiento que sorprende hoy co-mo hace dos mil aos.

    Fernando Rioja

    LLAMADAS TELEFNICAS GRATUITAS

    Los padres o cnyuges (en caso de seglares) de misionerosespaoles podrn realizar, hasta el 10 de enero, dos lla-madas gratuitas desde Espaa por iniciativa de Telefnica,las Obras Misionales Pontificias, la Comisin Episcopal deMisiones y el Instituto Espaol de Misiones Extranjeras.

    MSICA EN NAVIDAD

    El Grupo vocal e instrumental Psalterium organiza tres conciertos conentrada libre: hoy 28 de diciembre a las 21 horas en la parroquia deSan Jeronimo El Real de Madrid; el viernes 3 de enero a las 20.30 horas enla capilla de San Idelfonso de Alcal de Henares; y el sbado 4 de enero alas 20 horas, en la parroquia de Nuestra Seora de la Asuncin de Parla.

    AL ALCANCE DE LA MANOMatanza de los inocentes. Bajorrelieve. Catedral de Toledo (siglo XIV)

    ANTE UNA SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

    Inocentes 96

  • Se nota que estamos en ple-nas fiestas navideas: losatascos en nuestra ciudad semultiplican, los comercios estn arebosar, la iluminacin de las ca-lles se hace patente, y las cade-nas de radio y televisin nos ofre-cen los tradicionales villancicos,ahora al son del tecnopop.

    Un destacado intelectual diceque Navidad son das de paz yfraternidad. Para otros, unbuen momento para estar toda lafamilia reunida. Mi sobrina Lau-ra, de tres aos, espera con im-paciencia estas fechas: Como hesido buena, me traern juguetes.Para la gran mayora son das dedescanso, de reuniones familia-res y diversin. El protagonistasuele ser el pavo, el turrn, el ca-va cataln; la fiesta.

    Si por estas fechas invitra-mos a un esquimal de Alaska, o aalgn sabio anciano de algunatribu nmada de Eritrea, inclusoa algn indio de nueva Papa, ylos paseramos por toda la ciu-dad, poniendo especial nfasis enque no se perdieran detalle de c-mo celebramos la Navidad, de

    vuelta a sus pueblos de origen,podran explicar con precisin elambiente de las calles, las cos-tumbres gastronmicas, el ritualfestivo, los nervios de nuestrosnios, las prisas y el alboroto delos que hacen sus compras, el-bombardeo publicitario; pero di-

    fcilmente podran explicar la ra-zn de tanto jolgorio. A lo sumomusitaran un: Estn celebran-do un momento especial.

    Creo que a muchos de noso-tros nos costara explicar la raznltima de tanta celebracin. Des-graciadamente, valoramos mslo accesorio, y nos olvidamos delo fundamental. Damos impor-tancia a nimiedades, y desecha-mos lo verdaderamente impor-

    tante. Estas fiestas, en las que po-nemos tanto inters en los rega-los, los vestidos, los adornos, lacomida... son un buen momentopara darnos cuenta de que el ver-dadero protagonista de tanta ce-lebracin es Jess, que hace yacasi 2000 aos naci en Beln pa-

    ra salvarnos. Salvarnos? S, poreso tanto gozo y celebracin: Je-sucristo, que no es una doctrina,ni un declogo, ni unas normas;naci entre nosotros para que-darse con nosotros; para sanarnuestras heridas y pecados, pa-ra darnos las verdaderas razonespara vivir y tener esperanza; pa-ra ensearnos el camino que noshace felices. Dios nos ama, y nosama como somos: siempre est

    cerca... como el enamorado quie-re estar junto a su amada.

    La Navidad es un buen tiempopara contemplar: dejar a un ladonuestras preocupaciones: la hipo-teca del piso, el colegio de los ni-os, la mujer, el trabajo... y sentircmo Dios nos ama inmensa-mente en cada momento del daPrestar atencin a cmo Dios si-gue a nuestro lado, a pesar de lasinfidelidades, de lo miserables quenos sentimos, de lo pequeos quesomos o del poco caso que Le ha-cemos. Experimentar cmo elamor de Dios entra en nuestra vi-da, irradindonos con su miseri-cordia, y dndonos fuerzas paraseguir amando a los que nos ro-dean.

    La Navidad es el momentopara celebrar que, hace casi 2000aos, Jesucristo naci en un hu-milde Beln para estar cerca decada uno de nosotros y as amar-nos ms; para salvarnos; por esose le llama Salvador. Acaso novale la pena celebrar, por todo loalto, la Navidad?

    Alex Rosal

    /9navidadN 51/28-XII-1996

    LA RAZN VERDADERA DE UNA FIESTA MUY ESPECIAL

    Qu celebramos estos das?

    LA NAVIDAD ES UN BUEN TIEMPO

    PARA SENTIR CMO DIOS NOS AMA INMENSAMENTEEN CADA MOMENTO DEL DA

    Una calle navidea de cualquier ciudad europea

  • 10/ iglesia en madrid N 51/28-XII-1996

    Dina Washington, NatalieCole, Gloria Stefan, figu-ran entre sus cantantes fa-voritas. Es un enamorado de losanimales y de las tertulias conamigos cuando tiene tiempo. Noes el Don Camilo de boina caladaque anda perdido en el penlti-mo cerro del mundo; est al da.Navegar en breve por Internet.Es abogado, artista restauradory no ha dejado nunca de pintar.Madrileo hasta decir basta, aun-que le brillan los ojos cuando re-cuerda su reciente periplo por Es-tambul.

    Una tarde de su primersimajuventud se encontr de brucescon el Seor, como el nio que

    descubre al doblar la esquina unescaparate lleno de luces y ju-guetes. Se orden sacerdote ha-ce ms de un ao y ha encontra-do definitivamente en Jesucristola fortaleza de su vida. Detrs desu incipiente ministerio aparecengrabadas a fuego las palabras delsalmo: No a nosotros Seor, no anosotros, sino a tu nombre da la glo-ria.

    Cules fueron tus primerospasos en las parroquias de Na-valagamella y Fresnedillas?

    Fueron unos primeros pasoscargados de prudencia, para co-nocer bien el terreno que pisaba.Cuando empec a tratar a la gen-

    te, me di cuenta que no habagrandes diferencias entre los ha-bitantes rurales y los de Madridcapital, porque los medios de co-municacin y los transportes handestruido las barreras existenteshace slo unos aos. Sin embar-go, existe un factor que me obligaa enfocar la labor pastoral de ma-nera distinta: las tradiciones. Tan-to en Navalagamella como enFresnedillas, hay una serie de cos-tumbres religiosas hondamentearraigadas en la poblacin, quelas respeto porque forman partede la identidad del pueblo.

    Sitanos con algn ejemplo...El Domingo de Resurreccin,

    en Navalagamella, se celebra laprocesin del Encuentro. En la

    plaza Mayor del pueblo se re-nen las imgenes de la Virgen dela Estrella (la Patrona) y del Se-or, representado por un nio pe-queo con una oveja en los hom-bros. La primera vez que presen-ci el encuentro me resultextrao. Pareca ms lgico quela madre se encontrase con unaimagen de su Hijo resucitado, yno con un nio. Meses despusdescubr algo que haba estudia-do y que con el tiempo olvid: lasprimeras comunidades cristia-nas, en ocasiones, representabanal Resucitado bajo los rasgos deun nio pequeo. Esta experien-cia me ense a ser sumamentecuidadoso a la hora de intentarencauzar la realidad pastoral.

    Qu espera la gente de unsacerdote joven como t?

    Al principio comprob que la

    gente era encantadora, pero yo eraun extrao, un extraterrestre queacababa de bajar de la nave y em-pezaba a saludar torpemente a losterrcolas. Sin embargo, ahora mesiento aceptado como el cura delpueblo, ya soy de aqu!, y cadada que pasa voy echando msraces. Pero mis paisanos son muyexigentes, me piden ms disponi-bilidad, ms cercana, ms cario,ms tiempo. Por supuesto, las dosparroquias no tienen horarios dedespacho y, en ocasiones, te sien-tes como el guardin del faro,siempre atento, siempre vigilan-te. Por encima de todo, la genteme pide que sea un hombre deDios, no un sacerdote de recetillasfciles: Vaya con Dios, buenamujer!, Dios le asista, don Joa-qun! No quieren frases hechas,quieren que les hable del Seor,tienen hambre de Dios!

    Cul es tu labor pastoralprioritaria?

    Mi labor fundamental es lacelebracin de la Eucarista. Estdonde est, sobre el altar pongo atoda la gente que conozco. La Eu-carista significa, para todos no-sotros, un cargar las pilas pa-ra volver a las actividades de ca-da da con espritu cristiano. Y,por supuesto, otra de mis labo-res pastorales cotidianas es, sen-cillamente, encontrarme con lagente. Aqu sales a comprar elarroz, las judas, el chorizo, y teparas a saludar a todo el mundo.Te detienes a charlar sin prisascon unos y con otros, te interesaspor ellos. As el da es ms hu-mano y, a la vez, ms sobrenatu-ral. Estoy tan acostumbrado a es-tos encuentros diarios que cuan-do bajo a Madrid me pasa lo queal protagonista de la pelcula Co-codrilo Dundee, que al llegar aNueva York no haca ms que sa-ludar por la calle a todo el mun-do, como si todava siguiera ensu pueblo.

    Javier Alonso Sandoica

    PEDRO RODRIGUEZ FERNNDEZ, PRROCO DE FRESNEDILLAS Y DE NAVALAGAMELLA

    La gente me pide que sea un hombre de Dios

    EST DONDE EST, SOBRE EL ALTAR

    PONGO A TODA LA GENTE

    QUE CONOZCO

  • Quiero dirigirme a todosvosotros, esposos, padrese hijos, y a cuantos miem-bros de la familia viven en vues-tros hogares, para enviaros, enprimer lugar, mi ms cariosa fe-licitacin navidea. A todos osdeseo unas fiestas llenas de la ale-gra verdadera que brota de lapresencia del Seor entre noso-tros, y tambin llenas de espe-ranza y de fortaleza en medio delas dificultades y sufrimientosque, sin duda, no faltarn dentroy fuera de vuestra familia.

    Los misterios que celebramosestos das nos llenan de consuelo,de paz y de alegra, sabindonosinmensamente amados y acogi-dos por Jesucristo, tal y como so-mos, frgiles y pecadores. Cele-brar su venida en carne mortalno es un recuerdo romntico, sinoun autntico revivir en nosotrosdel don de su gracia que nos hahecho hijos en el Hijo, nacidosrealmente en el Bautismo y ali-mentados en la Eucarista. Y si laIglesia somos una familia, frutode la venida de Cristo, del mis-mo modo cada familia cristianaes una Iglesia domstica, ho-gar de los hijos de Dios, unidospor lazos an ms fuertes que losde la carne y la sangre.

    REVESTOS DEL AMOR

    Esos lazos, creados por la fe yel Bautismo, son el tesoro de todafamilia cristiana, y producen esosfrutos que tan bellamente expre-s san Pablo, hablando a los es-posos, a los padres, a los hijos:Como elegidos de Dios, santos yamados, revestos de entraas de mi-sericordia, de bondad, humildad,mansedumbre, paciencia, soportn-doos unos a otros y perdonndoosmutuamente, si alguno tiene quejacontra otro. Como el Seor os per-don, perdonaos tambin vosotros.Y por encima de todo esto, revestos

    del amor, que es el vnculo de la per-feccin.

    Todas las familias desean, enel fondo de su corazn, estos fru-tos esplndidos, porque Dios nosha creado a su imagen, que esAmor. Sin embargo, todos estosfrutos no abundan en nuestra so-ciedad; cada da son ms las fa-milias rotas o heridas.

    Por qu es as?, por qu, de-seando vivir en el amor, en mu-chas familias no hay amor? Sen-cillamente, porque Cristo es elAmor, y sin l no podemos hacernada. No bastan los buenos de-seos, hace falta la presencia vivay vivificante de Cristo en nues-tras familias.

    En esta ocasin entraable, medirijo a las familias madrileas,y os invito de corazn a abrir depar en par las puertas a Cristo. Eles la luz y la fuerza de toda fa-milia. A las familias cristianas denuestra Iglesia de Madrid, si-guiendo el Plan Diocesano dePastoral para el trienio 1996-1999, como preparacin al granJubileo del ao 2000 del naci-miento de Cristo, os exhorto vi-vamente a vivir y transmitir lafe en familia. Y hacedlo con go-zo y libertad grandes, sin ocultarla belleza de vuestra vida cristia-na, sin miedos ni complejos. Enello est la garanta de vuestraautntica felicidad, y la posibili-

    dad de que esa misma felicidad laencuentren los dems, porque,viendo vuestras buenas obras, po-drn glorificar a nuestro Padre queest en los cielos.

    Que la Virgen Mara, Madrede Jess y esposa de Jos, os con-ceda la gracia de vivir como Ellavivi, en ntima cercana de Je-ss, escuchando y guardando ensu corazn su Palabra, para que,como Ella, merezcis la mismaalabanza que le dirigi el Seor:Dichosos los que escuchan la Pala-bra de Dios y la guardan.

    Con mi saludo cordial y mibendicin para todos,

    + Antonio M Rouco Varela

    /11iglesia en madridN 51/28-XII-1996

    LA VOZ DEL ARZOBISPO: CARTA A LAS FAMILIAS

    Urge vivir y transmitir la feen familia, sin complejos

    Con ocasin de la fiesta de la Sagrada Familia, el seor arzobispo enva a toda la dicesis esta carta, bajo el lema: Familia, vive y transmite la fe

  • No era verdad, pero...

    Cuando se descubri el sndrome txico selevant en nuestro pas una campaa deprensa pidiendo, sin xito, que se autorizaraa abortar a las gestantes intoxicadas paraevitar que llegaran nios con malformacio-nes. No era verdad: 614 muchachos y mu-chachas, que nacieron completamente sanoslos nios de la colza son hoy la alegrade sus padres.

    Peor suerte tuvieron los de Seveso, cercade Miln. Una nube de gas txico dioxi-na desprendida de la industria leonesa, in-vadi la ciudad afectando a numerosas em-barazadas. El Gobierno an no est despe-nalizado el aborto en Italia cedi a lapresin social que exiga se permitiera inte-rrumpir el embarazo para evitar la llegadade nios disminuidos. No era verdad: las

    gestantes que abortaron pudieron contem-plar meses despus cmo daban a luz nioscompletamente normales las madres heroi-cas que decidieron aceptar a sus hijos vinierancomo vinieran.

    No soy partidario del aborto asegura-ba Felipe Gonzlez en el Parlamento cuandose debata la ley, pero no puedo ignorarque 300.000 espaolas se ven obligadas a via-jar cada ao a Londres para interrumpir suembarazo. No era verdad: de haberlo sido, elnmero de abortos en nuestro pas, en los sie-te aos que medan entre 1987 y 1993, hubie-se alcanzado la cifra de 2.100.000, y no pocoms de la dcima parte exactamente 242.993segn los datos oficiales. El seor Gonzlezexager las cifras, multiplicndolas casi pordiez, para impresionar a sus conciudadanos.

    No era verdad... pero la gente se fue de-jando engaar, y hoy da ya podemos contarpor centenares de miles las vctimas inocentesde tanta mentira.

    Luis Riesgo Mnguez

    La Iglesia de Madrid, con el Zaire

    Acabo de leer el artculo de referencia, ensu revista del da 23, de noviembre firmadopor Manuel Mara Bru.

    Estoy de acuerdo con el autor en todocuanto dice de las Vigilias por la paz en lospases africanos, y con l resalto tambin lalabor de nuestros hermanos los misioneros,y en particular de los Maristas asesinadoscuando cumplan un servicio a aquellas per-sonas tan necesitadas. Los misioneros, comoseguidores de Cristo que son, asumen el mis-mo destino que l, y no son comparables connada.

    Lo que no entiendo bien es por qu haceuna mencin a las personas del 0,7% Pla-taforma en un tono y una forma por lo me-nos desabridos.

    Ignoro los roces que haya habido con mo-tivo de la ocupacin de la catedral por partede aquella Plataforma, pero de cualquier ma-nera no creo que deban dar motivo suficien-te para menospreciar su labor, su tesn y sussacrificios para conseguir algo que debieraestar funcionando ya desde 1970. Si as hu-

    biera sido, quizs se hubieran solucionadoalgunos problemas que hoy estn multipli-cados.

    Es importante la lucha para conseguir es-ta aportacin. As consta tambin en la de-claracin final del Congreso sobre la pobrezaal decir ...que toda comunidad, institucino grupo de pastoral caritativa y social destineal menos el 0,7% de los fondos que gestionapara compartir con instituciones sociocarita-tiva del Tercer Mundo.

    Joaqun Arias Quiones

    N. de la R.: Alfa y Omega no slo no menosprecia, sino

    que aprecia mucho la labor en favor del 0,7%,siempre que tenga las debidas garantas. As lohemos subrayado en nuestro ltimo nmero. Na-da ms lejos del redactor mencionado que desa-creditar la reivindicacin del 0,7%; ocupar cate-drales y acusar a la Iglesia de no comprometersecon el Tercer Mundo en esta reivindicacin mues-tra ignorancia o inconsciencia.

    Mi amigo Gonzalo

    No hace muchos das mi mujer y yo fui-mos invitados a la presentacin del quintovolumen de una serie de siete, fruto de una in-gente labor de investigacin realizada por elautor. En esta obra se analizan las personasy documentos que de una forma u otra han te-nido influencia en la Filosofa dentro del m-bito de la cultura espaola a lo largo de laHistoria; como la exposicin temtica es pororden alfabtico y el mencionado volumenslo llega hasta la letra del abecedario,es previsible que la finalizacin del trabajoemprendido por el doctor en Filosofa y Letrasdon Gonzalo Daz Daz no vea la luz hastabien entrado el siglo XXI.

    Debido a un desgraciado accidente ocu-rrido durante su niez, mi amigo Gonzalo esciego, aunque esta circunstancia slo ha ser-vido de estmulo para su superacin humanae intelectual. Ya en aquellos lejanos aos 50,cuando empezaba su asistencia a la Univer-sidad acompaado de un lector, mi amigoGonzalo se haba acostumbrado a mirar pa-ra adentro; puesto que tena negada la posi-bilidad de contemplar el mundo exterior, sucapacidad retentiva y de concentracin erantan poco comunes que, despus de una bri-llante finalizacin de carrera, fue becado aAlemania para realizar su doctorado sobre lafigura y el pensamiento del filsofo y psi-quiatra alemn Karl Jaspers, muerto en Basi-lea en el ao 1969, y con el cual se identifica-ba en lo relativo a sus ideas sobre la comuni-cacin, la amistad, la libertad y laindependencia. Es uno de los pocos espaolesque ha sido galardonado con el premio Hum-boldt, un equivalente alemn a nuestro Prn-cipe de Asturias.

    Jos Prez Prez

    12/ iglesia en madrid N 51/28-XII-1996

    CartasalDirector

  • /13iglesia en madridN 51/28-XII-1996

    Para la Nochebuena, las Misioneras ha-ban desplazado el comedor de la calleConde Duque, donde diariamente dande comer a todos los indigentes que se acer-can, a los comedores del Colegio del Sagra-do Corazn, de la calle Pintor Rosales, conmucha ms capacidad. All el arzobispo com-parti la mesa con ms de 400 hermanos yhermanas de todo el mundo, como l los lla-m, que en Madrid, como en todas partes, sa-ben que tienen su casa donde estn las Hijasde la Madre Teresa de Calcuta.

    Desde all monseor Rouco se desplaz alAlbergue, donde nada ms bajar del coche,una de las Hermanas le puso un collar de flo-res y le felicit las Pascuas con esa alegra lim-pia y profunda que tienen todas las Misione-ras de la Caridad. Un numeroso grupo de j-venes, de varias parroquias de Madrid, quehaban estado all toda la tarde cantando vi-llancicos a los ancianos y a los residentes delalbergue, acompaaron con sus guitarras lacelebracin de la Palabra presidida por el ar-zobispo. Una chica que participaba por pri-mera vez en un acto as deca: Jams he vi-vido algo semejante, esto es muy fuerte. Elarzobispo se detuvo a hablar uno a uno contodos los residentes, y con don Jess, el sa-cerdote que los atiende espiritualmente, y quecomparte el mismo dormitorio.

    Monseor Rouco pas despus a la clnica,donde habl detenidamente con varios de losenfermos. En el saln, cantando villancicoscon ellos, les regal un recuerdo de la Virgende la Almudena, con el deseo de que lesacompae siempre la Madre del Salvador. Re-

    porteros de un equipo de Telemadrid no po-dan ocultar su emocin: Esto es una verda-dera misin, como la de Calcuta, pero queaqu en Madrid no se conoce. Al volver alalbergue, el arzobispo encuentra a los ancia-nos ya cenando. Al final, tiene un encuentrocon la comunidad de Hermanas.

    Estas religiosas, junto con tantos otros bue-nos samaritanos, como los de la Casa de losPobres El don de Mara, que inaugur elarzobispo hace dos domingos, son la res-puesta concreta y eficaz al deseo que don An-tonio haba expresado en su mensaje de Na-

    vidad: Son muchos los que esperan y nece-sitan la Navidad con una gravedad y urgen-cia apremiantes: todos aquellos que sufrenen el cuerpo y en el alma, desde los campos derefugiados en el Zaire hasta las barriadas ma-drileas, desde los que han perdido la fe enDios hasta los que la ansan y buscan con nos-talgia irresistible. Ellos, probablemente msque nadie, piden y exigen de la Iglesia yde los cristianos, un testimonio claro, con-vincente, del Evangelio de la Navidad.

    Manuel Mara Bru

    Monseor Rouco compartesu Navidad con los pobres

    Esta maana el arzobispo de Madrid visita a las mujeres de la crcel de Carabanchel. Ayer estuvo con los enfermosdel Cotolengo; anteayer, en el hospital del Nio Jess, y la tarde de la Nochebuena, en los tres hogares de las Misionerasde la Caridad, la Congregacin de la Madre Teresa de Calcuta: el comedor, el albergue, y la clnica de enfermos de SIDA

    Recobrando una vieja tradicindel Seminario de Madrid, los se-minaristas representaron una obrade teatro ante monseor Rouco, suobispo auxiliar monseor CsarFranco principal percursor, en sutiempo, del teatro en el Seminarioy la comunidad entera del Semina-rio: formadores, seminaristas y susfamiliares. Este ao la obra repre-sentada fue el concocido y entra-able cuento de El Principito, de An-toine de Saint-Exupery. La inter-preacin de la obra fue magnfica,

    sobre todo la de sus protagonistas:en el papel del Principito, Jess Ma-teos, y en el del Aviador, GabrielGarca. Antes de esa velada navi-dea, el arzobispo de Madrid admi-ti como candidatos al diaconado yal sacerdocio a 14 seminaristas de4 de Teologa, y regal a todos unejemplar del recientemente publi-cado libro del Papa, Don y Miste-rio, en el que Juan Pablo II testimo-nia su vocacin sacerdotal.

    M.M.B.

    REPRESENTACIN DE EL PRINCIPITO, EN EL SEMINARIO DE MADRID

    Monseor Rouco, en la clnica de enfermos de Sida

    Un momento de la representacin

  • Poca gente ha sabido que los padres delos sextillizos de Huelva, Rosario Cla-vijo y Miguel ngel Raposo, eran se-guidores del Camino neocatecumenal. Y queha sido precisamente la unidad entre su fe ysu vida lo que ha permitido que naciesen seisnios, todos sanos actualmente. Fue un fallode la ciencia y de los medicamentos ha dichoel gineclogo, el doctor Garca Alonso. Queun tratamiento contra la infertilidad supongala concepcin de ocho embriones es un falloevidente: nosotros fuimos los culpables, y ellala valiente.

    Cuando supo la noticia, Chari rechaz elaborto selectivo de varios fetos e ingres en elhospital. Permaneci recluida, tumbada enla cama e ingiriendo ocho yogures diarios,dos litros de leche y una dieta cargadsimade protenas. A pesar de los trastornos circu-latorios, a pesar del aislamiento, a pesar delaborto temprano de uno de los fetos y de otroposteriormente, Rosario nunca perdi la cal-ma. Su amigo, el sacerdote Juan Luis, de Bo-llullos del Condado, ha dicho de ella que enmedio de la confesin, antes del nacimientode los nios, tuve que pedirle que callase,porque de tan buena que es la chiquilla, detanto que se abandon en manos de Dios, meconmova hasta las lgrimas. Y es que el ma-trimonio no quiso ni pensar en los nombres delos nios. Tenan claro que Dios poda per-mitir que no naciese ninguno y no quisieronhacerlos suyos ni en eso.

    Durante estos meses, ambos han sidoacompaados diariamente, en el hospital yen la oracin. Sus amigos neocatecumenalesse han levantado a las tres de la madrugada,interrumpiendo el sueo, para pedir por ellos,y, una semana antes del parto, Lucio y MaraJos, responsables de las comunidades de An-

    daluca, me decan: Estn preparados paratodo; saben que el Seor puede pedir hastala vida de Chari. Era la disponibilidad ab-soluta de una pareja que ni siquiera tena me-dios para mantener semejante familia. Y, apesar de ello, Miguel ngel, albail con con-tratos temporales, se neg a vender la exclu-siva (No quieren hacer negocios con estodijeron Lucio y Mara Jos).

    Los frutos han sido grandes. En palabrasde Garca Alonso: Hasta ahora, en los em-barazos mltiples, se recomendaba abortar a

    unos cuantos embriones para facilitar el na-cimiento de los otros que, paradjicamente, amenudo moran por no ser los ms adecuadospara sobrevivir. Por el contrario, este emba-razo sereno y bien llevado, ha permitido es-tablecer que la naturaleza, o la Providencia,determinan mejor que nadie quines han desobrevivir. El aborto no es la solucin. Sinduda, la naturaleza regida por la Providen-cia.

    Cristina Lpez Schlichting

    14/ testimonio N 51/28-XII-1996

    Y T, Seor, naciendo, inesperado,en esta soledad del pecho mo.Seor, mi corazn, lleno de fro,en qu tibio rincn lo has transformado?

    Qu de repente, Dios, entr tu aradoa romper el terrn de mi baldo!Pude vivir estando tan vaco,cmo no muero al verme tan colmado!

    Lleno de Ti, Seor; aqu tu fuenteque vuelve a m sus mltiples espejosy abrillanta mis lmites de hombre.

    Y yo a tus pies, dejando humildementetres palabras tradas de muy lejos:el oro, incienso y mirra de mi nombre.

    Jos Garca Nieto. Premio Cervantes 1996

    ORACIONES DE ANDAR POR CASA

    NACIMIENTO DE DIOS

    Dichosa la familia que ponesu confianza en el Seor

    Rosario Clavijo y Miguel Angel Raposo, padres de los sextillizos

  • Haba en Jerusaln un hom-bre llamado Simen, hom-bre justo y temeroso deDios, que esperaba la consolacin deIsrael.

    No slo de los ngeles, de losprofetas y de los pastores, sinotambin de los ancianos y de losjustos recibi testimonio el naci-miento del Seor. Todas las eda-des, uno y otro sexo, y los hechosmilagrosos dan testimonio: unavirgen da a luz, una mujer estriltiene un hijo, un mudo habla, Isa-bel profetiza, el mago adora, elnio desde el seno materno sal-ta de alegra, una viuda da gra-cias, un justo est a la espera.

    Era ciertamente un justo, por-que no estaba pendiente de supropio inters, sino del de supueblo. Por su parte, l deseabalibrarse de las ataduras de estefrgil cuerpo; pero esperaba veral Mesas prometido: saba bien,de hecho, que seran dichososlos ojos que lo hubiesen visto.

    Ahora dijo puedes dejar a tusiervo irse en paz. Mira a este justo,como oprimido en la crcel delcuerpo, que desea ser liberado pa-ra empezar a ser con Cristo, por-que salir de este mundo y vivir conCristo es, con mucho, lo mejor. Pero

    quien quiera ser liberado, que ven-ga a Jerusaln, que venga al tem-plo, que espere al Ungido del Se-or, que reciba en sus manos alVerbo de Dios y lo estreche entrelos brazos de su fe. Entonces ser li-bre, y no ver ms la muerte, aquel

    que ha visto la vida.Mira, contempla qu excep-

    cional abundancia de gracia di-funde sobre todos el nacimientodel Seor!

    San Ambrosio

    /15el da del seorN 51/28-XII-1996

    Evangeliode maana

    FIESTADE LA SAGRADA FAMILIA

    Lucas 2, 22-40

    Cuando lleg el tiempode la purificacin deMara, segn la Ley de Moi-ss, llevaron a Jess a Je-rusaln, para presentarlo alSeor.

    Viva entonces en Jeru-saln un hombre llamado Si-men, hombre honrado ypiadoso, que aguardaba elConsuelo de Israel; y el Es-pritu Santo moraba en l.Haba recibido un orculodel Espritu Santo: que novera la muerte antes de veral Mesas del Seor. Impul-sado por el Espritu Santo,fue al templo.

    Cuando entraban con elnio Jess sus padres (paracumplir con l lo previsto porla Ley), Simen lo tom enbrazos y bendijo a Dios di-ciendo:

    Ahora, Seor, segn tupromesa, puedes dejar a tusiervo irse en paz; porquemis ojos han visto a tu Sal-vador, a quien has presen-tado ante todos los pueblos:luz para alumbrar a las na-ciones, y gloria de tu puebloIsrael.

    Jos y Mara, la madrede Jess, estaban admira-dos por lo que se deca delnio. Simen los bendijo.Haba tambin una profeti-sa, Ana, hija de Fanuel, dela tribu de Aser. Era una mu-jer muy anciana. Acercn-dose en aquel momento,daba gracias a Dios y ha-blaba del nio a todos losque aguardaban la reden-cin de Israel.

    Y cuando cumplieron to-do lo que prescriba la Leydel Seor, se volvieron aGalilea, a su ciudad de Na-zaret. El nio iba creciendoy robustecindose, y se lle-naba de sabidura; y la gra-cia de Dios lo acompaaba.

    En paz,... porque misojos han visto la Vida

    En estos das navideos me estoy encontrandocon personas que dicen estar tristes, o enfada-das, y no precisamente porque pasen hambre y fro.Dicen que se acuerdan de sus seres queridos queahora ya no estn con ellos, y eso les hace estar nos-tlgicos, o no se encuentran a gusto en una sociedadque forma un tinglado tremendo en estos das di-cen que sin razn alguna... Y yo aadira, acaso to-dos los que celebramos aparentemente con toda larazn del mundo la Navidad nos sentimos con esecontento y esa felicidad que cabra esperar? Me temoque en ms de un caso la respuesta sera negativa. Larespuesta positiva, como el s de Mara, slo exis-te si acogemos como Ella al Hijo de Dios que se ha-ce carne en sus entraas..., y en las nuestras.

    Con delicadeza exquisita, un gran estudioso delos evangelios comenta esta escena de la presentacinde Jess diciendo que, en el equipaje tan pequeoportado por Mara y Jos, haba, sin embargo, algo

    de augusto. Y las palabras de Simen, con que elrecin nacido es acogido en su Templo, subrayanprecisamente la grandeza de este momento. Por otraparte, no hay que olvidar que la primera entrada delSeor en su Templo tuvo lugar varios meses antes,cuando el Hijo del Altsimo, por obra del EsprituSanto, se encarn en el seno virginal de Mara. Ella esla Morada santa de Jerusaln que acogi al Mesas,y recibi la salvacin de Dios. Desde entonces, esasalvacin est presente en medio del mundo, comouna oferta real para todos; y lo est encarnada enla realidad visible de la Iglesia. Porque el Verbo se hi-zo carne y habita entre nosotros: habit en las entraasde Mara, y en su casa de Nazaret... y en su casa quesomos nosotros. ste es el secreto de la Navidad, elsecreto de la alegra verdadera. Conociendo esto,cmo es posible estar tristes?

    Alfonso Simn

    EL SECRETO DE LA ALEGRA

    La presentacin de Jess en el Templo. Biblioteca Vaticana

  • 16/ races N 51/28-XII-1996

    ZAGALEJO DE PERLAS...

    Zagalejo de perlas,hijo del alma,dnde vais, que hace fro,tan de maana?

    Qu tenis que hacer, pastorcito santo,madrugando tanto,lo dais a entender.

    Lpe de Vega

    HA VENIDO EL MAYORAL

    Cmo perdido, zagal,dejas el hato en el prado?Seguro queda el ganado, que ha venido el Mayoral.

    Pascual, cmo puede ser que siendo Dios, sea pastor?Efectos son del amorque es de infinito poder.

    Si queris, vmosle a ver con nimo agradecido. A darnos paz ha venidoen nuestra guerra mortal.

    Cosme Gmez Tejada de los ReyesYO SOY QUIEN HOY HA NACIDO

    Si en tal peligro he vividoantes de ser hombre Vos, puesto que nacis, mi Dios,yo soy quien hoy ha nacido.

    Alonso de Ledesma

    EL POSADERO

    Yo te recuerdo siempre en este da,entre esta nieve de la noche blancay me digo de ti, que no s cmono abriste aquella noche la posada.

    Mujer y hombre haba y t los vistey oste la humildad con que te hablaban:Que no por m, por ella, que de tanto camino caminar est cansada.

    La luz de tu candil era tan dbilque el viento de diciembre la apagaba?Es posible que no te dieras cuentaque tenan las sienes coronadas?

    Yo te recuerdo siempre entre la lluvia,entre la nieve de la noche blancay no acierto a saber por qu cerrasteal NioDios las puertas de tu casa.Porque estars llorando todava,porque no tendrs paz nunca en tu almate lloro, porque estamos como entonces en Nochebuena y yo te tengo lstima.

    Antonio Murciano

    EL NACIMIENTO DEL VERBO, HECHO POESA Y CANCIN

    A darnos paz ha ve

    Miniatura. Biblioteca Nacional (siglo XV)

    Posadero (detalle del Censo de Beln). Brueghel (siglo XVI)

    Canciones breves y sencillas, eso son nuestros viejos y tradicionales villancicos; poesa popular abundantsima donde elacontecimiento de la Navidad se encuentra ampliamente representado. Junto a composiciones creadas por autores conocidos, hay

    numerossimas annimas, esparcidas por nuestros Cancioneros, que no desmerecen ni por su valor literario ni por el religioso.La Navidad tambin est muy presente en nuestra poesa religiosa contempornea. Si son abundantes los villancicos,

    escritos con la sensibilidad moderna, tampoco faltan las composiciones de corte clsico, en las que el misteriodel nacimiento de DiosHombre se vincula al misterio y al sentido de la existencia humana.

  • /17racesN 51/28-XII-1996

    CLAVEL DE LA AURORA

    Cado se le ha un clavelhoy a la Aurora del seno; qu glorioso que est el henoporque ha cado sobre l!

    Cuando el silencio tena todas las cosas del suelo, y coronada de hieloreinaba la noche fra,en medio la monarquade tiniebla tan crueltrado se le ha un clavel.

    De un solo clavel ceidola Virgen, Aurora bella,al mundo le dio, y ellaqued cual antes, florida.A la prpura cadasiempre fue el heno fiel;cado se le ha un clavel.

    Luis de Gngora

    MARA ESPERANDO LA NAVIDAD

    Cuando venga, ay!, yo no s con qu le envolver yo,con qu.

    Ay! dmelo t, la luna,cuando en tus brazos de hechizotomas al roble macizoy lo acunas en tu cuna.Dmelo, que no lo s,

    con qu le tocar yo,con qu.

    Ay dmelo t, la brisa,que con tus besos tan levesla hoja ms alta remueves,peinas la pluma ms lisa.Dmelo y no lo dir,

    con qu le besar yo,con qu.

    O dmelo t, si no,si es que lo sabes, Jos,y yo te obedecer,que soy una nia yo,con qu manos le tendr

    que no se me rompa, no,con qu.

    Gerardo Diego

    enido

    leo sobre tabla. Catedral de Burgo de Osma, Soria (siglo XVI)Abajo: Nacimiento de Cristo. Icono ruso (siglo XVIII)

  • Hemos coincidido connuestro Alcalde en la ce-remonia de inauguracinde la Exposicin Arte y vida enlas clausuras madrileas. Ciclode Navidad y, en exclusiva para

    Alfa y Omega, don Jos Maralvarez del Manzano nos co-menta lo que suponen para l es-tas fiestas navideas y ...por cier-to! descubrimos una de sus gran-des pasiones: los belenes.

    UNA ALEGRA CON RAZONES

    Seor Alcalde , qu suponepara usted la Navidad?

    Como Alcalde de todos losmadrileos, con independenciade la fe que cada uno tenga, veoque, en las navidades, la ciudad

    est ms alegre, en general. Perolo que pasa es que esa alegra tie-ne una razn de ser, y creyentes yno creyentes la hacemos coinci-dir con el nacimiento de Jess.

    A m me gustara que fuera untiempo en el que los madrileosrecordasen el por qu de las fies-tas. Me gustara que se supiera larazn de la alegra, que es por eladvenimiento del Seor: Cristo,que para los cristianos es Dios yhombre extraordinario, y para losno cristianos tambin fue unhombre singular.

    Es motivo suficiente para quecompartamos esa alegra. Seraun buen momento para que nosacordsemos de quienes, comolas monjas de clausura, estn tra-bajando en silencio, orando, lle-vando una vida dursima; y noestara mal que estas navidadesles hiciramos una visita.

    RECUERDOS SIN NOSTALGIA

    Qu recuerdos tiene de laNavidad de cuando era nio?

    Tengo muchos recuerdos dela Navidad cuando era nio, ytambin de mayor. Cuando erachico, aprend en mi casa a po-ner el Nacimiento y ayudaba amis padres. Ellos nos ponan unopara los nios especial, y com-partamos juntos esa satisfaccin.Son recuerdos sin nostalgia, pe-ro con mucho cario, y yo he pro-

    curado transmitir esa misma tra-dicin a mis hijos.

    En su familia ponen elbeln?

    En mi casa ponemos muchsi-mos nacimientos, entre otras co-sas porque mi mujer tiene muchasensibilidad, le encantan los be-lenes. Soy un apasionado de losbelenes. Acabamos de venir deviaje y nos hemos trado tres Na-cimientos ms de Mjico, y unode la ciudad de San Francisco.Tambin tengo uno original, queme hicieron especialmente losmiembros de la Asociacin de Be-lenistas de Madrid: es un Naci-miento de figuras vestidas de ma-drileos tpicos, con la gorrilla,la paosa, el mantn de Mani-la...y tengo puesta a mi castaeraen un ladito, en un rincn de Ma-drid...es precioso!

    EN CADA CASA, UN BELN

    Qu recomendara a los ma-drileos para estas Navidades?

    Recomiendo que haya un be-ln en cada casa, que los madri-leos pongan su Nacimiento encada casa. No slo por lo que sig-nifica de tradicin, sino porque,antes o despus, te recuerda elmotivo y la razn de estas fies-tas. Tambin creo que sera buenoque se pasaran por la exposicinVida y Arte en las clausuras ma-

    drileas. Ciclo de Navidad, por-que el que sea aficionado al artepodr ver unas obras realmenteextraordinarias, de primersimasfiguras de la imaginera mundial,que estn ahora expuestas, cuan-

    do normalmente estn en luga-res donde no son fcilmente vi-sibles. Es una ocasin nica pa-ra contemplarlas todas unidas.Adems, una exposicin comosta ayuda a entender mejor laNavidad, porque enmarca, inte-gra y conecta la cultura, las tra-diciones madrileas, con la fe. LaIglesia impulsa la fe y yo, desdeel Ayuntamiento, la cultura, bus-cando una colaboracin recpro-ca eficaz.

    Raquel Martn

    18/ iglesia en madrid N 51/28-XII-1996

    JOS MARA LVAREZ DEL MANZANO, ALCALDE DE MADRID, A ALFA Y OMEGA:

    El nacimiento de Cristo,alegra de

    estas fiestasEstar al frente de la Alcalda de Madrid supone una importante responsabilidad. La capital de Espaa genera un volumen de trabajo superior al de algunas Comunidades Autnomas; por eso, la imagen de su Alcalde est ligada principalmente a problemas de gestin. Sin embargo, el peso de su trabajo no le impide responder a preguntas tan ntimas y personales

    como las que le hacemos sobre unas fiestas tan entraables y significativas como las de Navidad

    ME GUSTARAQUE SE SUPIERA

    LA RAZN DE LA ALEGRA:EL ADVENIMIENTO

    DEL SEOR

    HE PROCURADO

    TRANSMITIR A MIS HIJOS

    LA TRADICIN DE PONER

    EL BELN EN CASA

  • /19iglesia en madridN 51/28-XII-1996

    Las Misioneras de la Caridad, hijas de la madre Teresa deCalcuta, atienden por todo el mundo a los ms pobresde entre los pobres. Tambin en Madrid. Despus depredicar con el ejemplo en Legans y en Vallecas, las Misio-neras se instalaron en una residencia del Paseo de la Ermitadel Santo, que en la actualidad alberga gratuitamente a unatreintena de ancianos y a varios enfermos terminales de Si-da que no pueden subsistir por s solos.

    Siete hijas de la Madre Teresa los atienden y prestan suayuda econmica mensualmente a unas doscientas fami-lias; una de ellas, la Hermana Paulina, natural de Kerala (In-dia), nos comenta que el pabelln de enfermos terminales deSidda aloja a aquellas personas a las que no las quieren ensus casas ni tienen medios para vivir. La pobreza, segn

    ella, no es igual en Europa que en frica o Asia, pero encada ciudad hay pobres, sea en Nueva York, sea en Calcutay, en cualquiera de los casos, la soledad de sufrir y ser aban-donado es la peor de las pobrezas.La Hermana Paulina, cuando se siente impotente ante eldolor humano, recuerda las palabras de su fundadora:Nuestro trabajo, sin sufrimiento, no tiene valor. Asimis-mo, piensa que el verdadero cristiano no ha de cerrarse ens mismo, sino salir afuera; y cita la parbola de los obre-ros de la via, que hace mucho me hizo pensar, por las pa-labras del dueo a sus trabajadores: Cmo estis aqu ociosostodo el da?En Madrid, como en la India, las Misioneras de la Caridadson el testimonio de una fe sin barreras y la prueba ms pal-pable de que, como piensa sor Paulina, la Palabra de Cris-to se est cumpliendo y llega a todo el mundo.

    lvaro de Diego

    LA HUELLA DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA, EN MADRID

    La peor de las pobrezas:sufrir y ser abandonado

    Las Misioneras de la Caridad, Congregacin fundada en 1950 por la madre Teresa de Calcuta, trabajan desde hace diecisieteaos atendiendo, en una residencia del Paseo de la Ermita del Santo, de Madrid, a los ms pobres de entre los pobres.

    Siete Misioneras de la Caridad atienden mensualmente a unas doscientas familias

    Con los ms pobres de Madrid

  • Juan Pablo II pronunciar es-tas palabras en la vigilia deNavidad de 1999: Aperite mihiportas iustitiae. Despus tocartres veces con un martillo de pla-ta en la Puerta Santa a la dere-cha de la fachada de San Pedrocerrada con un muro con motivode la clausura del Ao Santo pre-cedente. Una vez removido elmuro que cubre la puerta, el Papacruzar el umbral llevando un ci-rio en la mano izquierda, y en laderecha una cruz. Comenzar asel gran Jubileo del ao 2000 cu-ya preparacin inmediata co-mienza en 1997, el primero de lostres aos consagrados a la Sant-sima Trinidad.

    Segn escribe Juan Pablo II enla carta apostlica Tertio millennioadveniente, el ao 1997 est cen-trado en la persona de Jesucristonico Salvador del mundo, ayer,hoy y siempre. (El ao 98 estarcentrado en la persona del Esp-

    ritu Santo; y el 99 en la del Pa-dre). Se trata, por tanto, de un de-seo de evitar todo milenarismosuperficial para reflexionar sobrela Encarnacin, autntico senti-do de la celebracin. Como haafirmado el presidente del Co-mit Central del Jubileo del 2000,el cardenal Roger Etchegaray,hay un deseo en el interior decada hombre que es el de abra-zar el infinito. Deseo que puedeser satisfecho slo si el Infinitosale al encuentro del hombre y,en primer lugar, le abraza. stees el sentido profundo que laIglesia celebra en el misterio dela encarnacin de Dios: el Infini-to hacia el que tantas personastienden tiene un rostro, el de Je-ss de Nazaret!. El Jubileo delao 2000 tendr un carcter mar-cadamente cristolgico.

    El ao 97 ser dedicado al re-descubrimiento de la persona deCristo a travs del evangelio. Las

    audiencias generales de los mir-coles del Papa estarn dedicadasa este objetivo, en obediencia a loque l mismo escribe: El primerao ser, por tanto, el momentoadecuado para el redescubri-miento de la catequesis en su sig-nificado y valor originario de en-seanza de los Apstoles sobre lapersona de Jesucristo y su miste-rio de salvacin. Un momentoprivilegiado para aclarar lasconfusiones relativas a la personade Cristo, poniendo en su justolugar los desacuerdos contra ly contra la Iglesia. Se podra de-cir que ser el ao de los apolo-getas.

    SNODO DE LAS AMRICAS

    En este camino, la Iglesia uni-versal se prepara tambin a tra-vs de los snodos. Aunque to-dava la fecha no es oficial, fuen-tes consultadas por Alfa y Omega

    aseguran que, con toda probabi-lidad, en otoo de 1997 se cele-brar por primera vez en la His-toria un Snodo de todo el conti-nente americano (en 1998 secelebrar el de Oceana, y en 1999el segundo de Europa).

    La historia del Snodo de lasAmricas no es sencilla. Hastaahora las Iglesias del continentehaban coexistido, pero nunca sehaban dado este tipo de en-cuentros. El impedimento habasido la gran diferencia de culturasque separan al Norte del Centro-Sur de Amrica.

    El snodo del 97 ser eminen-temente cristocntrico. Todos loscaptulos del documento de tra-bajo estn redactados en torno ala persona de Cristo. Sus finali-dades son: promover una nuevaevangelizacin en todo el conti-nente, basada en esta nueva co-munin entre los obispos, que ol-vide la separacin histrica; in-crementar la solidaridad entre lasdiversas Iglesias particulares; dis-cutir sobre los problemas de lajusticia y las relaciones interna-cionales entre las naciones de

    20/ mundo N 51/28-XII-1996

    1997, PRIMERO DE LOS TRES AOS DE PREPARACIN HACIA EL JUBILEO DEL AO 2000

    El tercer milenio reclama un El prximo es el primero de los tres aos de preparacin inmediata hacia el Jubileo delao 2000. Centrado en la persona de Cristo, ser el ao de acontecimientos histri-cos como el Congreso sobre el antisemitismo, o el primer Snodo de las Amricas

    En 1997 se realizar por primera vez un Snodo de todo el continente americano

  • Amrica, considerando las enor-mes desigualdades entre el Nor-te, el Centro y el Sur.

    En la reflexin teolgico-his-trica, el 97 estar marcado porla celebracin de un Congresohistrico cientfico sobre el anti-semitismo (en 1998 ser sobre laInquisicin).

    LA INCGNITA ECUMNICA

    Juan Pablo II, en su carta apos-tlica Tertio millennio adveniente,ha querido dar un carcter clara-mente ecumnico a las celebra-ciones del Jubileo del ao 2000:La cercana del final del segun-do milenio anima a todos a unexamen de conciencia y a opor-tunas iniciativas ecumnicas, demodo que ante el gran Jubileonos podamos presentar, si no deltodo unidos, al menos mucho ms prximos a superar las divi-siones del segundo milenio.

    Indudablemente, uno de losgrandes puntos de conflicto en eldilogo ecumnico es el del pa-pel del Papa. Lo reconoce el mis-mo Juan Pablo II en la encclicaapostlica Ut unum sint: Estoyconvencido de que tengo al res-pecto una responsabilidad parti-

    cular, sobre todo al constatar laaspiracin ecumnica de la ma-yor parte de las comunidadescristianas y al escuchar la peti-cin que se me dirige de encon-trar una forma de ejercicio delprimado que, sin renunciar de

    ningn modo a lo esencial de sumisin, se abra a una situacinnueva. Aqu surge la pregunta:Qu es lo esencial y que es locontingente en la concepcin ca-tlica del Primado de Pedro?

    Para responder a esta pre-gunta, la Congregacin para laDoctrina de la Fe organiz en la

    primera semana del inicio de lapreparacin inmediata del granJubileo (del 2 al 4 de diciembrepasado), un simposio que reunia representantes de las diferen-tes disciplinas teolgicas. Aun-que el encuentro no era ecum-nico, se invit tambin a repre-sentantes de otras confesionescristianas, para que expusieransu punto de vista. Los resultadosse recogieron en un comunicadoque sintetizaba as las conclusio-nes de los expertos: El Papa, encuanto sucesor de Pedro, ejercela sollicitudo omnium ecclesiarum(la solicitud por todas las Iglesias),sin que con eso el primado y lacolegialidad episcopal sean con-siderados como yuxtapuestos, ymenos todava como opuestos.La naturaleza colegial del epis-copado incluye la funcin del pri-mado. La conclusin del en-cuentro, por tanto, ha sido: El pri-mado del Papa obedece alservicio de la unidad de la Igle-sia, en estrecha conexin con lamisin de la evangelizacin.

    Todo el camino ecumnico deestos prximos tres aos avanza-r por estos rales.

    Jess Colina. Roma

    /21mundoN 51/28-XII-1996

    examen de conciencia

    Juan Pablo II, al servicio de la unidad de la familia eclesial

    HABLA EL PAPA

    NO OS RESIGNEISALAINJUSTICIA

    El Espritu de paz y alegrade la Navidad debe llevarespecial serenidad all donde,como en Bosnia o en Guate-mala, despus de largos aosde guerra, callan finalmentelas armas y los hombres re-emprenden el camino delacuerdo solidario. Pero tam-bin debe atravesar los muros,tras los cuales continan re-tumbando las armas, rom-piendo el encanto de paz deun da tan santo. Pienso en Be-ln y en toda la Tierra Santa,donde la esperanza no debemorir, a pesar de las provoca-ciones y los profundos con-trastes; Chipre, an dividido;Argelia, vctima de violenciainjustificable; Afganistn y SriLanka, donde persisten luchasfratricidas y conflictos de iden-tidad, que causan desolacin ymuerte; el conflicto de losGrandes Lagos, que est vi-viendo, entre la indiferenciageneral de la comunidad in-ternacional, uno de los dramasms crueles de su historia. Na-die puede quedarse tranquiloante este escndalo, que laspalabras y las imgenes con-siguen evocar slo plida-mente. Resignarse ante seme-jante violencia e injusticia seraun rechazo demasiado gravede la alegra y de la esperanzaque nos trae la Navidad, cuan-do Dios se hace hombre y rei-tera que es posible vencer elodio, que es hermoso amarsecomo hermanos y hermanas.Imploro a Dios para que alien-te a los hombres a superarodios y rencores y a recorrerjuntos el camino de la vida.

    (25-12-1996)

    QUE ANTE EL GRAN

    JUBILEO NOS PODAMOSPRESENTAR,

    SI NO DEL TODO UNIDOS, AL MENOS MUCHO

    MS PRXIMOS A SUPERAR

    LAS DIVISIONES

    DEL SEGUNDO MILENIO

  • Es el ao 1170. El arzobispode Canterbury est en ora-cin. En ese momento, cua-tro caballeros con las espadas de-senvainadas se acercan a l y, sinmediar palabra, lo acuchillan. Susangre cae sobre las losas de lacatedral. Este asesinato, que ins-pir a Thomas S. Eliot su famo-sa obra Asesinato en la catedral, co-ron con el martirio la fidelidad ala Iglesia y la obediencia al Papade Toms Becket. Le convirti enel santo, junto a Toms Moro,ms venerado en la Inglaterra ca-tlica de la actualidad.

    Toms Becket no era el tpicosanto del que se pueden recogerflorecillas milagrosas desde su ni-ez. Ms bien, al contrario. Cuan-do todava era muy joven, lleg aser Secretario delas Cortes, una es-pecie de letradomayor del Reinode aquel enton-ces. Su vida noera ejemplar y nisiquiera lo fuecuando, a instan-cias del arzobispode Canterbury,fue consagradodicono. Pocodespus se converta en Cancillerde Inglaterra, primer ministro delReino, uno de los hombres mspoderosos de su poca.

    Su vida pareca dejar muchoque desear en cuanto a los debe-res de un hombre de Iglesia. Suamistad con el rey Enrique II, quelo haba encumbrado a lo ms al-to, le convertan en la personaideal para ocupar la sede arzo-bispal de Canterbury, que se en-contraba vacante. De esta mane-ra el rey pensaba dominar a laIglesia inglesa, con lo que no seranecesario presentar los nombra-mientos de obispos y abades alPapa de Roma.

    La jugada del rey estaba he-cha, y cuando se propuso el nom-bramiento de Becket para arzo-

    bispo, el Consejo del Reino loacept, aunque a regaadientes.Todos saban que el canciller delReino acabara condescendiendoa todo lo que el rey pidiera.

    ARZOBISPO DE CANTERBURY

    La sorpresa debi ser mays-cula, tanto para el rey como parala Corte. El recin consagradoobispo se opuso a todos los ma-nejos del monarca como nadie lohaba hecho hasta entonces. Dejsu vida mundana y se convirtien un pastor ejemplar.

    Hay un santo dentro de cadauno de nosotros. San Agustn lodeca cuando coincidan sus pre-dicaciones con los juegos en elcirco de Cartago y contemplaba

    los bancos vacosde la Iglesia: Yotambin estuveen el circo y aho-ra soy obispo, se-al de que ahoramismo est vien-do los juegos al-gn futuro obis-po.La persecucin aque fue sometidoel arzobispo Bec-

    ket, condenado por traicin yconfiscados sus bienes, le obliga desterrarse a Francia, donde pa-s seis largos aos. Enrique II de-sencadena la represin contra losfamiliares y amigos de Toms; sesecuestran los bienes de la Igle-sia de Canterbury y de quieneshan acompaado a Toms. Lasrelaciones entre la Iglesia y el rei-no de Inglaterra empeoraron, pe-ro Toms Becket deba su obe-diencia al Vicario de Cristo y fuefiel hasta la muerte.

    Desde su exilio, escribe al Pa-pa: No me sorprende que los lai-cos ataquen a la Iglesia. Lo queme sorprende es el hecho de quemis seores y hermanos sean tes-tigos indiferentes e incluso losinstigadores de estas vejaciones.

    22/ santos de ayer y hoy N 51/28-XII-1996

    29 DE DICIEMBRE: SANTO TOMS BECKET

    No se puede servir El suelo ingls est regado con la sangre de santos que dieron su vida por su fidelidad a la Iglesia y al Papa. Toms Becket fue

    el primero de ellos. Aqu est la causa de que ms de veinte mil ingleses vuelvan a la fe catlica cada ao

    HAY UN SANTO

    DENTRO DE CADA UNO

    DE NOSOTROS

    Martirio de Becket. Miniatura. British Library, Londres (siglo XIV)

  • De dnde procede este odio quelos lleva (a los obispos) a la auto-destruccin?.

    El Papa lo envi de nuevo asu amada Inglaterra, esta vez co-mo su Legado para todo el pas,como nuncio suyo. La acogidadel pueblo ingls a su arzobispofue apotesica, lo que despertlas iras del rey. El monarca sabaque no poda maquinar nadacontra l como representante delPapa, y tambin deba recordarlos tiempos de su antigua amis-tad con Becket. Sea por esto, oporque haba visto el recibimien-to de que haba sido objeto el ar-zobispo por parte de su pueblo,se contuvo. Sin embargo, no de-jaba de quejarse delante de laCorte. Una de sus quejas:Quin me librar de este mo-lesto sacerdote?, fue escuchadapor cuatro caballeros, que se latomaron al pie de la letra y salie-ron, espada en mano, a cumplirlo que ellos crean una orden.

    La muerte de Toms Becketafect profundamente al rey, quehizo penitencia pblica, y no vol-vi a injerirse en los asuntos dela Iglesia. Adems, pudo ver c-mo su antiguo amigo era decla-rado santo en 1173, apenas tresaos despus de su muerte.

    SEMILLAS DE FE

    A pesar del aislacionismo re-ligioso que, a partir de EnriqueVIII, caracteriza a la Inglaterraanglicana, su historia est salpi-cada de grandes intelectuales ca-

    tlicos como Newman, Chester-ton o el propio Eliot, y de gran-des mrtires como Juan Fisher ysus compaeros, como TomsMoro o como Thomas Becket. To-dos predicaban que no podaexistir una Iglesia fuera de la ca-tlica, que estuviera sometida aun Estado y que hiciera del obe-decer al Vicario de Cristo moti-vo de traicin.

    Aqu est la causa de las cons-tantes conversiones al catolicis-

    mo que tienen lugar en Inglate-rra. Los ingleses tienen dema-siados santos pidiendo a Diosque les aumente su fe y los acer-que a la Iglesia catlica como pa-ra que no ocurra lo que est ocu-rriendo. Dios, como sucede des-de los comienzos de la Iglesiahace germinar la sangre de losmrtires como semilla de la ver-dadera fe.

    Justo Amado

    /23santos de ayer y hoyN 51/28-XII-1996

    Considerad que, al da si-guiente del nacimiento deCristo, celebramos el martiriode su primer mrtir, el beatoEsteban. Pensis que es unacasualidad? Ciertamente no...Queridos hermanos, nosotrosno pensamos en un mrtir co-mo en un buen cristiano quefue asesinado: esto sera so-lamente llorar. No pensamosen l simplemente como en unbuen cristiano que fue elevadoentre los santos: porque estosera solamente alegrarse; yni nuestro gozo ni nuestro llan-to son como los del mundo. Unmisterio cristiano no es una ca-sualidad. A los santos no seles eleva a los altares por ca-sualidad. A menor razn puedeser un martirio cristiano el efec-to de la voluntad de un hom-bre de hacerse santo, del mis-mo modo que un hombre pue-de queriendo y tramandoconvertirse en regidor de hom-bres... No sucede as en elCielo. Un mrtir, un santo, lohace siempre el designio deDios, su amor por los hom-bres, para amonestarlos yguiarlos, para encarrilarlos enlos caminos trazados por l.Un martirio no es nunca el di-seo de un hombre

    Homila de Toms Becket. Navidad 1170

    (de Asesinato en la catedral de,Thomas S. Eliot)

    AS ES UN MRTIR

    a dos seores

    DIOS, COMO SUCEDEDESDE LOS COMIENZOS

    DE LA IGLESIAHACE GERMINAR

    LA SANGRE DE LOS MRTIRES

    COMO SEMILLA

    DE LA VERDADERA FE

    Lapidacin de san Esteban. Fresco de Sant Joan de Bo (Barcelona)

    Toms Becket. Vidriera. Catedralde Canterbury, siglo XIII

  • En la Hospedera de los pa-dres benedictinos del mo-nasterio de la Santa Cruz delValle, ha tenido lugar reciente-mente el XV Encuentro del Pro-grama Esperanza 2000, pro-movido por la Asociacin Cat-lica de Propagandistas, comosustancial aportacin para laformacin de jvenes cristianosal servicio de la nueva evange-lizacin, bajo la direccin, guay comunin con la jerarquaeclesistica.

    La gran riqueza de este Pro-grama Esperanza 2000 pro-viene de la diversa proceden-cia, no slo geogrfica y profe-sional de los jvenes, sino,sobre todo, de sus distintoscompromisos apostlicos, dela diversidad de carismas, co-rolario de la misma fe y dia-cona, servicio a la Iglesia deCristo. Todos ellos estn ani-mados por una inquietud espi-ritual e intelectual-formativa ypor un autntico espritu de co-munin y comunidad cristianaen torno a los ideales del Pro-grama.

    Aunque un fuerte temporalazotaba Espaa en vsperasdel encuentro, dificultando se-riamente a muchos el despla-zarse, acudieron sesenta y cin-co jvenes de toda Espaa,adems de los diez ilustres po-nentes y de algunos invitados.

    Como es tradicin en estos En-cuentros, el rigor intelectual, pe-daggico y didctico en los te-mas tratados convierte cadaencuentro en un verdadero Se-minario monogrfico. En estaocasin, siguiendo la Tertio mi-llennio adveniente de Juan Pa-blo II, que fue estudiada en elencuentro del pasado junio, ycomo preparacin al Gran Ju-bileo con motivo de los 2000

    aos de la Encarnacin del Ver-bo de Dios, Jesucristo, el temaelegido fue: Mara, Madre delSeor, ante el tercer milenio: elpapel de la Madre de Dios enla Historia de la salvacin, enla teologa, eclesiologa, espi-ritualidad, cultura, literatura, ar-tes plsticas, msica, tanto des-de la perspectiva de la Iglesiade Occidente como de la deOriente.

    Asistieron el abad mitrado dela comunidad del Valle, Dom Er-nesto Dolado de Pablo, OSB, elobispo auxiliar de Madrid, mon-seor Csar Augusto Franco, elPresidente de la AC de P, donRafael Alcal-Santaella. Todaslas ponencias, de gran altura,destacaron la presencia de Ma-ra en la vida eclesial, individualy comunitaria, como orante ymediadora, imprescindible en laHistoria de la salvacin. Las in-tervenciones de los jvenes de-mostraron una alta preparaciny vivencia espiritual y crearonuna dinmica coloquial de nively eficacia muy elevados.

    La simbiosis intelectual delEncuentro culmin en la admi-rable vivencia religiosa del rezodiario de Laudes y Completascon la comunidad monstica,en las celebraciones litrgicasde la capilla de la Hospedera y,sobre todo, en la Eucarista pre-sidida por monseor Franco, yen la solemne Misa conventualdominical en la gran baslica.La Escolana de la Santa Cruzdel Valle ofreci un esplndidorecital mariano. De esta forma,junto a Mara, Madre de Dios,se han vivido momentos espiri-tuales e intelectuales nicos eneste inolvidable encuentro.

    Prof. Dr. Tefilo Moldovan

    XV Encuentro de Jvenes Esperanza 2000

    24/ la vida N 51/28-XII-1996

    Juan Pablo II dijo en la audiencia general prenavidea:Os presento con sentimientos de gran alegra a nues-tro venerable y querido hermano en Cristo, Su SantidadKarekin I Sarkissian, Catholicos-Patriarca Supremo de to-dos los Armenios, que est pasando unos das conmigoen el Vaticano. Ha venido desde su lejano pas en peregri-nacin a la Iglesia de Roma, ciudad en la que vivi muchotiempo durante el Concilio, en el que particip como Ob-servador asiduo. El Papa mencion el encuentro que tuvocon l en 1983 y nuestra fraterna correspondencia du-rante todos estos aos. Guiados dijo por la profunda co-munin que ya nos une, mantenemos la esperanza de quelos encuentros e intercambios de estos das favorezcanpasos adicionales hacia la plena unidad. Necesitamos losunos de los otros.

    La Iglesia armenia, evangelizada por san Gregorio el Ilu-minador en el ao 295, rehus, en el ao 451, aceptar lasdefiniciones del Concilio de Calcedonia referentes a la per-sona de Cristo, y mantiene desde entonces su autonomatanto respecto a la Iglesia catlico-romana, como a la Igle-sia ortodoxa bizantina. Sus sedes histricas (Etcmiadzine ySis), en Cilicia (Turqua), cedieron paso, por los avatares his-tricos, a su actual sede en Antelias (Lbano).

    Los armenios, en Roma

  • Tema central

    Contenidos

    Sacramentos

    Virtudes

    Accin pastoral

    Mara

    I Ao (1997): Desde y por Cristo

    Jesucristo, Verbo del Padre,hecho hombre por obra delEspritu Santo: nico Salvadordel mundo, ayer, hoy y siempre.

    Descubrimiento de CristoSalvador y evangelizador;profundidad del misterio de suencarnacin y de su nacimientodel seno virginal de Mara;la necesidad de la fe en l para la salvacin.Volver a la Sagrada Escritura,que en ella el Padre sale anuestro encuentroy manifiestala naturaleza del Hijo unignitoy su proyecto de salvacin.

    Descubrimiento del Bautismo,como fundamento de la existencia cristiana.

    Fortalecimiento de la fey del testimoniode los cristianos.

    Redescubrimientode la catequesis en su significado y valor originario de enseanza de los Apstoles sobre la persona de Jesucristo y su misterio de salvacin. Catecismo de la Iglesia Catlica.

    Contemplada en el misterio de su Maternidad divina

    II Ao (1998) ...en el Espritu...

    El Espritu Santo y su presenciasantificadora dentro de la comunidad de los discpulos de Cristo.

    Reconocimiento de la presenciay de la accin del Espritu, que acta sacramentalmente y a travs de los diversoscarismas, tareas y ministerios.Descubrir al Espritu como Aquel que construye el Reino de Dios en el curso de la historia y prepara su plenamanifestacin en Jesucristo.

    La Confirmacin

    Redescubrir la virtud de la esperanza, que mueve al cristiano a no perder de vistala meta final que da sentido y valor a su vida, y le ofrecerazones slidas para luchar porla transformacin de la realidad.Que se estimen y profundicenlos signos de esperanzapresentes en este fin de siglo.

    El valor de la unidad dentro de la Iglesia, a la que tiendenlos distintos dones y carismassuscitados por el Espritu.Constitucin Lumen Gentium del Vaticano II.Despertar una conciencia msmadura de la responsabilidady un ms vivo sentidode la obediencia eclesial.

    Contemplada e imitadacomo la mujer dcil a la voz del Espritu, mujer del silencio y de la escucha que supo acogerla voluntad de Dios.

    III Ao (1999) ... al Padre

    El Padre: la vida cristiana comouna gran peregrinacin hacia la casa del Padre, del cual sedescubre cada da su amorincondicional por toda criaturahumana, y en particular por el hijo prdigo.

    Emprender un camino de autntica conversin, que comprende un aspectonegativo de liberacin del pecado y un aspectopositivo de eleccin del bien,manifestado en la ley natural,confirmada y profundizada por el Evangelio.

    Redescubrimiento y celebracindel sacramento de la Penitenciaen su significado ms profundo.

    Resaltar la virtud teologal de la caridad, recordando la sinttica y plena afirmacinde la primera Carta de Juan:Dios es amor. La opcin preferencial por los pobres y los marginados.

    Dos compromisos:la confrontacin con el secularismo y el dilogo con las grandes religiones.

    Mara, hija predilecta del Padre,como ejemplo perfecto de amora Dios y al prjimo.

    /25la vidaN 51/28-XII-1996

    Programa de preparacin al Jubileo del ao 2000

    El Santo Padre ha propuesto a toda la Iglesia, como modo concreto de preparar la llegada del tercer milenio cristiano, todo un programa de vida

  • Despus de haber sido incomprensible-mente apartada de las salas comer-ciales espaolas, se acaba de estrenaren vdeo una de las joyas del cine familiar delos ltimos aos: La Princesita, una bellsimaadaptacin de la novela de Frances HodgsonBurnett. Con esta pelcula, que ha ganado im-portantes premios en todo el mundo y queestuvo nominada a dos Oscars, debut enHollywood Alfonso Cuarn, un joven cineasta mexicano que ultima en la actuali-dad una nueva versin flmica de la novelade Charles Dickens Grandes esperanzas, conRobert De Niro, Gwyneth Paltrow y EthanHawke al frente del reparto.

    El magnfico guin de John LaGravenese(Los puentes de Madison) dosifica muy bien loshilos narrativos de la novela, que ana unfuerte tono realista, de clara inspiracin dickensiana, con vigorosos fogonazos fan-tsticos, cargados de un rico exotismo orien-tal. La trama transcurre a principios de sigloy narra la historia de Sara, una nia inglesa,hurfana de madre y criada en la India porsu padre, el capitn Crewe. La vida confor-table de Sara termina bruscamente cuandosu padre es destinado a Europa durante la IGuerra Mundial. La nia ingresar entoncesen un rgido internado femenino de NuevaYork, donde primero sufrir la dolorosa se-paracin de su padre y, ms tarde, la trgicanoticia de su supuesta muerte en combate,que, adems, har pasar a Sara de una situa-cin privilegiada al ms cruel servilismo. Lania se refugiar entonces en su amistad conBeck, una pobre nia negra, sirvienta comoella, y en su poderosa capacidad imaginati-va para contar el Ramayana, la ms famosa le-yenda pica india, que le ir ganando el cari-o de las dems nias del internado.

    EXQUISITA SENSIBILIDAD

    Cuarn da vida a este abigarrado mate-rial a travs de una exquisita puesta en esce-na, llena de fuerza dramtica y sensibilidad,tanto en sus pasajes realistas, deudores delestilo de David Lean, como en sus breves in-sertos onricos, de una plasticidad apabu-llante. No hay atisbo de rutina en la realiza-cin de Cuarn, que adems ha contagiadode su entusiasmo al resto del magnfico equi-po tcnico y artstico. As, todas las interpre-taciones, la fotografa de Emmanuel Lubezki,la direccin artstica de Bo Welch o la partiturade Patrick Doyle tienen tambin ese toque

    mgico y fascinante de las grandes obras.Hay aventuras exticas, humor, magia, se-

    cuencias blicas..., pero predominan los pa-sajes dramticos, tratados siempre con unaconviccin y una hondura antropolgica queevitan cualquier tendencia a la superficiali-dad o a la sensiblera. Se hace un sugestivoelogio de la lectura y de la fantasa como cau-ces de enriquecimiento personal; adems, sedestaca el valor decisivo de las relaciones en-tre padres e hijos. Frente al insolidario mate-rialismo del xito a cualquier precio, se exal-tan como pilares de las relaciones humanasuna serie de virtudes de primera magnitud.He descubierto que la esencia de todas lasreligiones es la misma me dijo Alfonso Cua-rn durante el Festival de San Sebastin de1995; todas estn hablando de compasin,

    de caridad, de fe, de esperanza, de humil-dad..., de las grandes virtudes que hacengrandes a los seres humanos. Este enfoquetrascendente, un poco eclctico, pero muyatractivo, enriquece tambin las reflexionesque ofrece la pelcula sobre el sentido del su-frimiento y de la muerte, presentados, comoen los cuentos de hadas clsicos, no como fa-talidades de un destino cruel, sino como fasesnecesarias del viaje espiritual de cualquierpersona.

    Cabe incluir entre los ttulos seeros delcine familiar de todos los tiempos y entre lasmejores de los ltimos aos, esta excelentepelcula, que est en las antpodas del cinismopesimista de cierta mentalidad actual.

    Jernimo Jos Martn

    26/ desde la fe N 51/28-XII-1996

    VDEO

    La Princesita,una joya del cine familiar

    Un momento de la pelcula La Princesita

  • /27desde la feN 51/28-XII-1996

    Soy plenamente consciente de que el per-dn puede parecer contrario a la lgicahumana. Sin embargo, se inspira en lalgica del amor, de aquel amor que Dios tie-ne a cada hombre y mujer, a cada pueblo ynacin, as como a toda la familia humana.

    La dificultad no depende slo de las vici-situdes del presente. La Historia lleva consi-go una pesada carga de violencias y de con-flictos, de los cuales no es fcil desentender-se. Sin embargo, es verdad que no se puedepermanecer prisioneros del pasado: es nece-saria, para cada uno y para los pueblos, unaespecie de purificacin de la memoria, afin de que los males del pasado no vuelvan aproducirse ms. No se trata de olvidar todo loque ha sucedido, sino de releerlo con senti-mientos nuevos. Para ello es indispensableaprender a leer la Historia de los otros pue-blos evitando juicios sumarios y parciales, yhaciendo un esfuerzo para comprender elpunto de vista de quienes pertenecen a aque-llos pueblos. ste es el primer paso hacia la re-conciliacin.

    VERDAD Y JUSTICIA, PRESUPUESTOS DEL PERDN

    Especialmente en un tiempo como el nues-tro, que conoce las ms sofisticadas tecnolo-gas destructivas, es urgente desarrollar unaslida cultura de la paz. Las diversas Reli-giones, los Gobiernos, la comunidad inter-nacional y otros organismos a nivel conti-nental, regional o local tienen gran impor-tancia como instrumentos de promocin dela paz. Sin embargo, la paz duradera no esslo una cuestin de estructuras y procedi-mientos. Todos tenemos necesidad de ser per-donados por nuestros hermanos y, por tan-to, todos debemos estar dispuestos a perdo-nar. El perdn, ciertamente, no surge delhombre de manera espontnea y natural. Per-donar sinceramente, en ocasiones, puede re-sultar incluso heroico.

    El perdn, en su forma ms alta y verda-dera, es un acto de amor gratuito. Tiene tam-bin sus propias exigencias: el respeto de laverdad y la justicia: lejos de excluir la bs-queda de la verdad, la exige. El mal hechodebe ser reconocido y, en lo posible, reparado.No es necesario subrayar la gran cautela a laque, en este proceso ciertamente necesario,

    todos deben atenerse para no aumentar losantagonismos, haciendo la reconciliacin msdifcil an.

    Jess proclam durante toda su vida elperdn de Dios, pero, al mismo tiempo, aa-di la exigencia del perdn recproco comocondicin para obtenerlo. En el Padrenues-tro nos invita a orar as: perdnanos nuestrasdeudas, as como nosotros hemos perdonado anuestros deudores.

    LLAMAMIENTO A CADA PERSONADE BUENA VOLUNTAD

    Quisiera concluir este Mensaje con un lla-mamiento a cada uno para que se haga ins-trumento de paz y reconciliacin:

    A vosotros, mis hermanos obispos y sa-cerdotes: sed espejo del amor misericordio-so de Dios. A vosotros, padres y madres, os pi-do que les ayudis a considerar a todos co-mo hermanos y hermanas. Y vosotros,

    educadores, ayudad a los jvenes a vivir, atodos los niveles, la virtud de la tolerancia,de la comprensin y del respeto.

    Vosotros, jvenes, aprended a vivir juntosunos con otros en paz. Vosotros, polticos, noexcluyis a nadie de vuestras preocupacio-nes, cuidando particularmente los sectoresms dbiles de la sociedad. A vosotros, quetrabajis en el campo de los medios de co-municacin social, os pido que considerislas grandes responsabilidades y no ofrezcisjams mensajes inspirados en el odi