alejandro swieczewski - producción y consumo de libertad en los llamados del banco mundial a la...

35
Universidad de Buenos Aires Facultad de Ciencias Sociales Carrera de Sociología Seminario de Investigación "Cuestión social, gubernamentalidad y construcción de subjetividad". Cátedra: Murillo. Primer cuatrimestre Año 2009. Alumnos: Alejandro Swieczewski. E-Mail: [email protected] Titulo: Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica. 1

Upload: alejandro-swieczewski

Post on 29-Jul-2015

38 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Autor: Alejandro Swieczewski

TRANSCRIPT

Page 1: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

Universidad de Buenos Aires

Facultad de Ciencias Sociales

Carrera de Sociología

Seminario de Investigación "Cuestión social, gubernamentalidad y construcción de subjetividad".

Cátedra: Murillo.

Primer cuatrimestre Año 2009.

Alumnos:

Alejandro Swieczewski.

E-Mail: [email protected]

Titulo: Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica.

1

Page 2: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica.

“No hay lugar para el temor ni para la

esperanza, sólo cabe buscar nuevas armas”

Presentación.

Hay un acuerdo generalizado entre las más diversas líneas teóricas del pensamiento social en cuanto a señalar a los últimos años de la década del sesenta y principios de la década del setenta como un período de mutaciones en los modos de gobernar las poblaciones en gran parte del mundo. Este acuerdo se extiende también, con algunas excepciones, al nombre dado a estas transformaciones: Reformas neoliberales. El objetivo general del presente trabajo es dar cuenta, mediante referencias concretas y documentadas, de una de las características principales del arte neoliberal de gobierno: la producción y consumo de libertad y su relación con el control social de las poblaciones. Tomamos esta última idea del investigador francés Michel Foucault, quien al analizar el surgimiento del arte liberal de gobierno señala que “la nueva razón gubernamental tiene necesidad de libertad, el nuevo arte gubernamental consume libertad. Consume libertad: es decir que está obligado a producirla. Está obligado a producirla y está obligado a organizarla”1. Para alcanzar nuestro objetivo nos centraremos específicamente en un tipo de políticas de gobierno determinadas en el marco de las reformas neoliberales: las políticas de seguridad pública, en las que se vinculan Estado, sociedad civil y organismos internacionales (en nuestro caso nos centraremos específicamente en el Banco Mundial). Esta comunicación a tres bandas o triálogo, (como lo llama el BM) para la edificación de políticas públicas es una de las novedades que presenta el neoliberalismo. Nuestra hipótesis es que en las instancias en que se produce este triálogo para la puesta en marcha de políticas de seguridad pública se construyen prácticas y discursos que tienen como una de sus características salientes la producción y consumo de libertad como estrategia de control social en el marco del arte neoliberal de gobierno.

Trabajaremos con documentos producidos por los tres vértices del triálogo, es decir Estado, organizaciones de la sociedad civil (OSC) y Banco Mundial (BM).

1 Foucault, Michel: Nacimiento de la biopolítica. Fondo de cultura económica de Argentina, Buenos Aires, 2008. Pág. 84.

2

Page 3: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

Dado nuestro objetivo, pretendemos dar cuenta de los modos en que las relaciones entre ellos se articulan al momento de construir políticas de seguridad pública y de algunos lineamientos que consideramos fundamentales acerca de la racionalidad que rige dichas políticas. No nos centraremos en un plan específico sino que analizaremos ejemplos de distintas iniciativas que se han puesto en marcha y que comparten la característica de la producción y consumo de libertad como una de las principales estrategias de control social en nuestro continente. Dada la posición geográfica desde la que se produce esta investigación con sus consecuencias subjetivas y objetivas correspondientes, nuestro interés estará enfocado principalmente en la Argentina, aunque también trabajaremos con documentos de otros países latinoamericanos ya que consideramos que la estrategia que pretendemos analizar se extiende a todo el continente. De este modo nuestro cuestionamiento principal sería: ¿Cómo se articulan las relaciones entre Estado, organizaciones de la sociedad civil y el Banco Mundial en las convocatorias a la participación ciudadana en la lucha contra la inseguridad en Latinoamérica? Con esto en mente, trataremos de mostrar cómo los lineamientos básicos del modo neoliberal de gobierno actúan en la construcción de ciertas políticas de seguridad que se caracterizarían justamente por “producir libertad”, mediante el llamado a la participación de los ciudadanos a través de técnicas diversas (foros de seguridad, Planes de seguridad comunitaria, etc.) para finalmente “consumirla”. Decimos consumo de libertad ya que creemos que los llamados a la participación ciudadana acaban por favorecer formas de control social que terminan cayendo sobre aquellos que participaron en su edificación. Con esto pretendemos señalar una cierta afinidad electiva entre, por un lado, los llamados a la participación e involucramiento por parte de los sujetos y las comunidades en la construcción y aplicación de políticas públicas de seguridad, y por el otro, la creciente exclusión de segmentos enteros de la población, producto de las mismas.

Haciendo foco en nuestro país, no es aventurado afirmar que en las últimas dos décadas, desde el Estado argentino, se han impulsado una variedad de planes para involucrar a diversos sectores de la sociedad civil en actividades policiales de control. En línea con el análisis que Alessandro De Giorgi realiza acerca de la postmodernidad penal, se están produciendo mutaciones en las técnicas de control, “(…) se produce un desplazamiento del control: el mismo sale de la cárcel como lugar especifico, dispersándose en el ambiente urbano y metropolitano”2. Dicha mutación puede entenderse más claramente a partir de la superficie de aplicación de estas técnicas, “El control no se ejerce ya tanto sobre individuos concretos desviados (actuales o potenciales), cuanto sobre sujetos sociales colectivos que son institucionalmente tratados como grupos productores de riesgo. (…) La meta es redistribuir un riesgo de criminalidad que se considera socialmente inevitable”3. En esta línea, Adam Crawford señala que la crisis que la justicia penal tradicional sufre desde fines de la década del sesenta ha abonado el campo para que se produzca, a partir de una multiplicidad de discursos y prácticas no siempre

2 De Giorgi, Alessandro: Tolerancia Cero. Estrategias y Practicas de la sociedad de control, Virus Editorial, Barcelona, 2005, Pág. 583 Idem 2. Pág. 39

3

Page 4: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

coherentes entre sí, un giro en el tratamiento del delito que se caracteriza por hacer foco en la prevención del mismo y ya no en la reforma del sujeto que incurre en él. Como ya se vislumbra, bajo el título de la prevención del delito circula una amplia variedad de teorías que abarcan desde la prevención situacional del delito (que ve al delito como algo inherente a la vida social y que define a los delincuentes como actores racionales con intereses similares a los del resto de la población) hasta la prevención social que pretende dirigir las políticas sociales del Estado hacia grupos poblacionales que se encontrarían “en riesgo” de cometer actos delictivos. Sin embargo, “tanto el enfoque situacional como el social se orientan hacia (e invierten en) mecanismos informales de control social, trátese de acciones de diseño, tecnología o interacción humana.”4. Como señala Máximo Sozzo, entre ambos enfoques se encuentra la prevención comunitaria que articula en forma difusa aspectos de las dos teorías. Otorga importancia a las condiciones sociales que favorecen al delito y apela a la racionalidad individual de los ciudadanos para que asuman su responsabilidad con las tareas preventivas. Es decir que, “la prevención comunitaria del delito no sólo enfoca a la comunidad/vecindario como un objeto de las intervenciones, sino también, al mismo tiempo, como un actor”5. Tomando esto en cuenta, volvemos a los planteos de Crawford cuando identifica como la característica principal de los nuevos acercamientos hacia la cuestión del control del delito un grupo de estrategias de responsabilización de la sociedad bajo los programas que plantean el lema de la seguridad comunitaria: “los llamados a la prevención representan estrategias de responsabilización por medio de las cuales el Estado ha intentado redefinir las legítimas expectativas de la ciudadanía en relación con el control del delito, así como los criterios sobre cuya base debería juzgarse el desempeño estatal. De allí el nuevo mensaje en cuanto a que el Estado sólo no puede ser (no puede ser de manera efectiva) el único responsable de la seguridad pública y del control del delito”6. Como indicadores de esta última aseveración se puede ver el auge de las empresas de seguridad privada y la proliferación de los programas que buscan involucrar a los vecinos en planes de seguridad comunitaria buscando una relación más fluida de los mismos con la policía y entre sí. Pareciera que, progresivamente, las funciones de policía, en sentido amplio, dejan de ser exclusiva responsabilidad del Estado y pasan a ser funciones compartidas con el resto de la población. Los aportes de autores como los citados, que escriben desde distintas realidades nacionales nos permiten iluminar ciertos fenómenos que se han producido y se siguen produciendo en la Argentina y, creemos que también en el resto de Latinoamérica. Desde mediados de la década del noventa puede distinguirse como una novedad el acercamiento estratégico entre la institución policial y la sociedad civil a instancias de algunos organismos internacionales (especialmente el BM) cuyo objetivo estriba en “empoderar” a la SC e involucrarla (como sujeto y como objeto) en tareas de control social, a través de una serie de nuevos espacios

4 CRAWFORD, A. (1998), Crime Prevention and Community Safety. London & New York: Ed. Longman, cap. 8.5 Sozzo, Maximo: “Seguridad Urbana y tácticas de prevención del delito” Cuadernos de Jurisprudencia y Doctrina Penal, Ad-Hoc, Buenos Aires, N. 10, 2000.6 CRAWFORD, A. (1998), Crime Prevention and Community Safety. London & New York: Ed. Longman, cap. 8.

4

Page 5: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

creados para el caso como los foros de seguridad, las caminatas junto a los vecinos para que estos señalicen los lugares más “peligrosos” de los barrios o los planes de solidaridad vecinal como el Vecinos Alerta, cuyos carteles pueden verse en el frente de casi todas las casas de los partidos del Gran Buenos Aires. Dichos acercamientos, sumados a otras medidas como la instalación masiva de cámaras en la vía pública, o las recurrentes campañas instando a la población a llamar al 911 si es que “ve o sabe algo sospechoso”, contextúan un cuadro de situación en el que el progresivo involucramiento de los ciudadanos en las tareas de control y señalamiento, tradicionalmente propias de las agencias estatales de seguridad, se encuentra a la orden del día, con el agregado de que los saberes y medidas que se toman a partir de ese acercamiento revierten en un mayor control sobre esos mismos ciudadanos y en la progresiva marginalización de grupos determinados de la población.

Marco Teórico.

A partir de la publicación de los últimos seminarios que Michel Foucault dictó en el Collège de France a fines de la década de 1970 se puede comenzar a vislumbrar su pensamiento acerca de las mutaciones en los modos de gobernar las poblaciones que aquí llamamos reformas neoliberales, pero cuyo origen él sitúa en el siglo XVI y cuyo desbloqueo se produce en el siglo XVIII. Conceptos como gobierno, gubernamentalidad, población y dispositivos de seguridad entre otros, han echado luz sobre fenómenos contemporáneos de gran relevancia para comprender las racionalidades que guían el gobierno de las poblaciones en la actualidad. Creemos que algunos continuadores de los últimos planteos foucaultianos han intentado profundizar el análisis y presentar algunas conclusiones que serán importantes para lo que aquí intentaremos decir. En este sentido, será fundamental, además de los planteos del propio Foucault, el aporte de los llamados anglo foucaultianos (en especial Nikolas Rose) y del sociólogo argentino Pablo de Marinis.

De especial relevancia para nuestro análisis serán las contribuciones de Foucault, en particular los conceptos de gobierno, población, libertad y gubernamentalidad. El concepto de gobierno hace referencia, en términos generales, a la “conducción de conductas” en el sentido de diferenciar prácticas que tienen como objetivo guiar, afectar o condicionar la conducta de uno mismo y/o de otros. Esta amplia definición incluye tanto las relaciones del individuo consigo mismo como las relaciones interpersonales que se dan en el ámbito de las instituciones públicas, comunidades, empresas y también en lo que concierne al ejercicio del poder político. Cabe aclarar que el análisis en términos de gobierno no pretende diagnosticar cual de este tipo de relaciones es más importante que las demás sino que justamente focaliza su interés en las interconexiones entre los diversos modos y sentidos de gobierno. Si bien la definición goza de cierta imprecisión es importante remarcar dos cosas. En primer lugar, el hilo conductor entre todas las formas de gobierno es la idea de “conducción de conductas”. En segundo lugar, estas prácticas que comparten el objetivo subrayado, señalan la complejidad que

5

Page 6: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

se esconde en las relaciones que se dan entre poder y libertad, ámbito en el cual nos interesaría aportar con este trabajo. Foucault remarca varias veces la idea de que el poder solo puede darse en relaciones entre sujetos libres o como mínimo con algún grado de autonomía para elegir entre opciones7. La libertad de la que Foucault habla entonces al hacer referencia al arte de gobierno es “la posibilidad de movimiento, desplazamiento, proceso de circulación de la gente y de las cosas”8. Libertad misma que será el correlato de los dispositivos de seguridad, forma privilegiada del arte de gobierno para incidir en la realidad y cuya característica distintiva es su tendencia a ampliarse, a integrar continuamente elementos nuevos tratando de organizar los mismos. Antes que aislar un espacio en el cual ejercer el poder, los dispositivos de seguridad integran nuevos elementos tratando de ampliar y desarrollar circuitos. Foucault ejemplifica este punto con el combate a la escasez durante el siglo XVIII, al cual esta forma de gobierno combate integrando la producción, la psicología, los comportamientos de los actores, el desenvolvimiento del mercado mundial, etc. A su vez, los dispositivos de seguridad “dejan hacer”, es decir, toman en cuenta los detalles de los fenómenos en tanto procesos necesarios e inevitables y se apoyan en ellos sin pretender impedirlos sino dejándolos actuar para finalmente tratar de regularlos, hacer operar a unos sobre otros, haciendo actuar a la realidad consigo misma. Dicho esto, es que podemos decir que la libertad en el arte liberal de gobierno actúa como tecnología de gobierno, ya que articula saberes referidos a la libertad de los hombres y a la autonomía propia de los procesos sociales, con técnicas especificas de administración de los hombres y de las cosas.

Al comenzar este apartado señalamos que la difusión masiva del arte de gobierno se produjo durante el siglo XVIII. Este desbloqueo Foucault lo liga al surgimiento del problema de la población. Es decir, la aparición de la población como objeto de gobierno y el desarrollo de la ciencia de gobierno habrían sido fenómenos concomitantes. La aparición del concepto de población se vincula con el surgimiento de las técnicas estadísticas, las cuales ponen de manifiesto la irreductibilidad y la especificidad de una cantidad de fenómenos que producen efectos determinados y que ya no pueden explicarse mediante el modelo de la familia. La población, con sus regularidades y necesidades propias pasará a ser el fin último del arte de gobierno. Ahora bien, es interesante para la reflexión y fundamental para el planteo del presente trabajo, el señalamiento que Foucault hace con respecto a la población “La población se manifiesta entonces, más que el poderío del soberano, como el fin y el instrumento del gobierno: sujeto de necesidades, de aspiraciones, pero también objeto en manos del gobierno. Parece consciente, frente al gobierno, de lo que quiere, pero inconsciente de lo que le hace hacer”9. Es decir, la población como objeto, como aquello que se pretende conducir pero a su vez como sujeto capaz de ser ella misma quien lleve adelante el arte de gobernar.

7 Foucault, Michel: El ojo del poder. En El Panóptico de J. Bentham, Ed. La piqueta, Madrid, 1989, Págs. 9 a 26.8 Foucault, Michel: Seguridad, territorio y población. Fondo de cultura económica de Argentina, Buenos Aires, 2006, Pág. 71.9Ídem 7, Pág. 132.

6

Page 7: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

Con estas ideas de arte de gobierno y población planteadas surge el concepto de gubernamentalidad, el cual busca justamente analizar las interconexiones entre las diferentes formas de gobierno, de sí y de los otros, “por eso, a estos estudios sobre la gubernamentalidad les interesa más bien el ejercicio real, material, el cómo del poder, codificado y expresado por racionalidades políticas y desplegado y efectivizado en tecnologías de gobierno”10. Un estudio en términos de gubernamentalidad entonces deberá tener en cuentas ambas instancias sin privilegiar una sobre la otra y prestando atención al modo en que se informan entre sí.

Las racionalidades políticas pueden situarse en el campo de lo discursivo, con la característica distintiva de ser configuraciones cambiantes, ya que deben responder a las resistencias, evasiones y contestaciones que pueden darse al momento de producirse las relaciones de poder acerca de las cuales conceptualiza. Una vez más, y como se planteaba al presentar el concepto de gobierno, la idea de racionalidades políticas señala la multiplicidad de ámbitos en que se ejerce el poder, y el hecho de que sean definidas como políticas no debe hacernos creer que se circunscriben únicamente al marco estatal. Así, este concepto permite pensar las formas de racionalización del poder producidas por distintos tipos de autoridades a niveles diferentes de las conductas que, de diversos modos, han de ser conducidas. Quizás sea útil citar a De Marinis “Las racionalidades políticas se enfrentan, dicho de un modo muy general, con la compleja temática de saber quién puede gobernar, qué es gobernar, qué o quién es gobernado.”11. A su vez, es importante subrayar que la idea de racionalidades políticas no hace referencia a una supuesta Razón única que se iría desplegando y extendiendo al compás del progreso humano, sino que busca señalar racionalidades prácticas que orientan los modos en que los sujetos intervienen y resuelven en situaciones concretas de ejercicio del poder. Acorde con esto es que las racionalidades adquieran su coherencia interna en el desarrollo de su práctica y los modos en que se vinculan, repelen, atraen o ensamblan con racionalidades de campos diferentes dependerá de las prácticas concretas y de las coyunturas que faciliten o bloqueen estos maridajes. Una de las razones de su importancia radica entonces en que forman parte de la trama de nuestros modos de pensar y actuar sobre otros y sobre nosotros mismos.

Por su parte, las tecnologías de gobierno hacen referencia a los modos en que el saber se pone en práctica en la relaciones de poder y gobierno. Así, las tecnologías se enraízan en las prácticas concretas y pueden hacer referencia a agentes no humanos como pueden ser la escritura, una máquina, formas de registro e inscripción, etc. que pueden ser determinantes en el modo en que se construyen y conducen las conductas de los sujetos. En la especificidad de las tecnologías de gobierno vuelve a aparecer el complejo entramado que subyace en

10 De Marinis, Pablo: Gobierno, gubernamentalidad, Foucault y los anglofoucaultianos (O: un ensayo sobre la racionalidad política del neoliberalismo). Publicado en Fernando García Selgas y Ramón Ramos Torre (comps.), Globalización, riesgo, reflexividad. Tres temas de la teoría social contemporánea, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1999.11 Ídem 9.

7

Page 8: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

todas las relaciones de poder y la sinuosa relación entre libertad y poder que pone a la contingencia como característica central en los análisis en términos de gubernamentalidad, “por una parte, las tecnologías de gobierno son `de gobierno´, y con ello quiere decirse que están animadas por intenciones de dirigir, moldear, modelar y modular la conducta de otros. Pero también por ello están sometidas a las resistencias de aquellos sobre quienes se aplican, y en ese sentido (…) hablaba de la contingencia como rasgo inmanente de las tecnologías de gobierno”12.

Entendiendo la gubernamentalidad como el encastre entre estas dos instancias analíticas (racionalidades políticas y tecnologías de gobierno) en pos de la conducción de conductas, no podríamos hablar de una gubernamentalidad abstracta sino de gubernamentalidades que articulan estas instancias de modos particulares. Es decir, atender a la diversidad de vinculaciones y a los modos en que ellas se producen, siempre en situaciones concretas. O dicho en otras palabras “poner el ojo en el modo en que las múltiples redes de saberes y poderes conectan las vidas de los individuos con las aspiraciones de las autoridades en las democracias avanzadas del presente”13.

Creemos que este marco teórico general es el indicado para alcanzar los objetivos propuestos, ya que en las prácticas impulsadas por el Banco Mundial para la construcción de políticas de seguridad pública se puede ver cómo la libertad funciona en tanto tecnología de gobierno al vincularse con racionalidades políticas que pueden englobarse en lo que se llama neoliberalismo, como forma de racionalización de los modos de conducir conductas.

Neoliberalismo.

Creemos interesante para este trabajo delinear algunas de las características fundamentales de las gubernamentalidades neoliberales en tanto ensamble de prácticas y discursos de gobierno que se encuentran en una posición privilegiada como productoras y orientadoras de sentido en las últimas décadas. Si bien usamos el termino neoliberal, no queremos dar la impresión de que este sea una suerte de “pensamiento único” maquiavélicamente digitado desde oscuros centros de poder con una lógica unívoca y con la capacidad de teorización y ejecución de planes a escala planetaria. Así como es evidente que se ha establecido un conjunto de racionalidades y tecnologías con características determinadas en la mayor parte del mundo, también es cierto que el modo en que éstas han sido implementadas ha variado significativamente en cada país. No obstante, creemos que hay ciertos puntos en común que vale la pena señalar y que es a lo que nos referiremos al usar el rótulo de neoliberal para adjetivar un tipo de políticas determinadas.

12 Ídem 10.13 Ídem 11.

8

Page 9: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

Además de querer negar la extendida idea de que el neoliberalismo es un pensamiento único, también quisiéramos establecer que con este término no pretendemos hacer referencia a un supuesto “abandono de funciones” por parte del Estado o a un “achicamiento” del mismo, planteos muy extendidos en los discursos políticos de la Argentina al hacer referencia al supuesto pasado neoliberal del país durante la década de 1990, como si ahora no hubiera discursos y prácticas neoliberales presentes no solo a nivel de los sujetos y los sectores económicos sino también desde el Estado. Mas bien, creemos que lo que se produce es una modificación en el modo de gobierno en dónde, entre otros factores, lo que cambia son las funciones del Estado y el modo de llevarlas adelante. Una vez más, es bueno aclarar que plantear un análisis en términos de gubernamentalidad nos obliga a analizar en conjunto las relaciones y las interconexiones entre el gobierno de la conducta individual y el gobierno de la vida social. Es por esto que vemos como una característica fundamental del modo de gobierno neoliberal una cierta “autonomización del Estado de otras numerosas entidades de gobierno, con las que sin embargo permanece vinculado a través de una compleja cadena de relaciones, responsabilizaciones, `empowerment´ de diferentes sectores y agencias distantes del centro estatal, mecanismos indirectos por los cuales se produce una nueva alineación de la conducta personal, social y económica con objetivos socio-políticos de más amplio espectro”14. Así, y en contraposición a lo que se llamó Estado de bienestar, el flexible y escurridizo mercado transnacional asume la misión de (des)coordinación económica nacional que antes era producto de la planificación estatal. Los servicios públicos como salud, educación o seguridad pasan a ser responsabilidades, cuanto menos, compartidas entre el Estado, el sector privado y los individuos. De este modo, lo que antes se financiaba con el aporte de la sociedad en su conjunto y le permitía a la misma pensarse como unidad, es recodificado en formas mercantiles y progresivamente des-socializantes, en tanto los mismos pasan a ser un factor cuya responsabilidad se transfiere a los individuos y a las unidades familiares y ya no un derecho garantizado por el Estado a través de los aportes del conjunto de la población. Quizás sea útil citar a Rose cuando señala que “Lo social y lo económico se ven ahora como antagónicos, y el esquema anterior debe ser fragmentado de modo de transformar las obligaciones morales y psicológicas de la ciudadanía económica en dirección a un auto-progreso activo. Simultáneamente, el gobierno de un rango entero de aparatos previamente sociales debe ser reestructurado de acuerdo con una imagen particular de lo económico: el mercado.”15. El complemento de este proceso es la extraordinaria difusión a través de los más diversos medios (desde las políticas implementadas desde el Estado, los departamentos de recursos humanos de las grandes empresas hasta las publicidades) de una conducta empresarial que vendría a reemplazar la supuesta dependencia del Estado durante el periodo welfarista, “cuando las solidaridades y las responsabilidades colectivas, a la vez que daban importantes garantías y reducían con ello las incertidumbres existenciales, le quitaban peso a la autonomía

14 Ídem 12.15 Nikolas Rose: ¿La muerte de lo social? Re-configuración del territorio de gobierno. En Revista Argentina de Sociología Año 5 Nro. 8, pág. 129.

9

Page 10: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

personal”16. Así, lo que se ve es una reactivación tanto a nivel público como privado, a nivel estatal y al nivel del sujeto, de una lógica mercantilista, eficientista y competitiva para la gestión y los intercambios; y una devaluación de nociones solidarias y de pertenencia colectiva (nacional, de clase).

Estas mutaciones, tanto a nivel del gobierno de lo social como al nivel del gobierno de las conductas individuales, han desembocado en vínculos entre ambos niveles difíciles de desenredar en el análisis, interconexiones complejas, pero de las cuales investigadores como el británico Nikolas Rose, aquí ya citado, e investigadores en el campo de los estudios de la gubernamentalidad han logrado señalar algunas características fundamentales. Este autor señala que los regímenes neoliberales “se sirven de técnicas de gobierno que crean una distancia entre las decisiones de las instituciones políticas formales y otros actores sociales, conciben a esos actores de forma nueva como sujetos de responsabilidad, autonomía y elección y tratan de actuar sobre ellos sirviéndose de su libertad”17. Un ejemplo de esta aseveración es el auge de las técnicas de contabilidad, mercantilización y auditoría para decidir acerca de la implementación, continuidad o desaparición de políticas y servicios, ya no solo por parte de las empresas sino también por parte del propio Estado. Esto se puede ver en países como Inglaterra y el modo de gestionar sus sistemas de salud y educación, donde hospitales y escuelas compiten por atraer a alumnos y pacientes como si fueran clientes. La extensión de estas ideas no solo se refleja en el “éxito” para captar clientes como forma de decidir la continuidad o no de un establecimiento o un programa, sino que también cobra una relevancia fundamental la cuestión presupuestaria, en tanto las responsabilidades de financiamiento son parcialmente delegadas en las propias instituciones. De este modo se produce “una aparente devolución de los poderes reguladores desde `arriba´- planificación y obligatoriedad- hacia `abajo´- las decisiones de los consumidores”18. A su vez, una técnica como la auditoría que se aplica con criterios flexibles y supuestamente objetivos como lo son la efectividad, la eficiencia o la conveniencia, permite, a partir de su gran capacidad de transferibilidad, desarrollar una forma de gobierno “a distancia”, característica central del neoliberalismo.

Las relaciones entre el individuo responsable y su comunidad más inmediata ocuparán un lugar central en los modos de gobierno, en detrimento de la relación entre el ciudadano y su sociedad. De este modo, se produce una delegación de ciertas responsabilidades del Estado en poderes y voluntades autónomos (empresas, OSC, individuos, profesionales) quienes estarían mejor calificados para responder a las demandas de los consumidores, al estar en contacto con el territorio y la población sobre los cuales se aplicarían las políticas. A su vez, y en consonancia con los dos puntos anteriores, se puede ver que el sujeto de gobierno 16De Marinis, Pablo: Gobierno, gubernamentalidad, Foucault y los anglofoucaultianos (O: un ensayo sobre la racionalidad política del neoliberalismo). Publicado en Fernando García Selgas y Ramón Ramos Torre (comps.), Globalización, riesgo, reflexividad. Tres temas de la teoría social contemporánea, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1999. 17 Rose, Nikolas: El gobierno en las democracias liberales “avanzadas”: del liberalismo al neoliberalismo. En Archipiélago. Cuaderno de crítica de la cultura N° 29.Barcelona: Editorial Archipiélago. pág. 33.18 Ídem 16. Pág. 34.

10

Page 11: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

de estas técnicas ya no es visto como un ciudadano portador de derechos sino como un individuo activamente responsable de sus elecciones, “en el interior de este nuevo régimen que supone un yo activamente responsable, los individuos tienen que cumplir sus obligaciones ciudadanas no a través de mutuas relaciones de dependencia y obligación de unos para con otros, sino tratando de realizarse a sí mismos en el seno de una variedad de ámbitos micro-morales o comunidades: familias, lugares de trabajo, escuelas, asociaciones, vecindades”19 . El régimen neoliberal de gobierno dispone de diversas tecnologías que mediante mecanismos indirectos han permitido que confluyan los intereses de los individuos con los de las autoridades políticas, económicas y sociales. Esto puede verse en la privatización de la gestión del riesgo de la propia vida. El estado ha delegado en la responsabilidad individual de sus ciudadanos ciertas cuestiones básicas como la salud, el (des)empleo y otras. Éste se ve estimulado a “gestionar los riesgos (…) es estimulado a integrar el futuro en el presente, es educado de tal forma que debe calcular las consecuencias futuras de acciones tan diversas como las que se refieren a la dieta o a la seguridad de su casa20”. Creemos que estos lineamientos básicos que comparten, más allá de sus diferencias, los modos neoliberales de gobierno, actúan como los supuestos básicos que sostienen las nuevas políticas de seguridad que se aplican en nuestro país y en el continente.

Uno de los campos en donde las políticas neoliberales se ponen en escena con mayor nitidez es en el ámbito de las políticas de seguridad pública. En nuestro país comienzan a ver la luz durante la década del noventa y su difusión no se ha detenido hasta el presente. Una de las razones por las que creemos que estas políticas son de especial interés para echar luz sobre los mecanismos de control social del modo neoliberal de gobierno es que en ellas se pueden ver actuar a algunas de sus características principales con un discurso pretendidamente democratizante que revierte en un mayor control sobre las poblaciones. En primer lugar, las organizaciones de la sociedad civil toman un rol preponderante en el triálogo que ahora componen junto al Estado y los organismos internacionales al momento de ponerse en práctica determinadas políticas sociales como puede ser la de seguridad pública. Como se dijo más arriba, la mercantilización extendida en prácticamente todo el ámbito de lo social hace que el mercado, si bien haya representación de sus racionalidades en todos los agentes que participan del triálogo, funcione como una suerte de elusiva fuente de coordinación cuya presencia no se explícita del todo. El lugar de privilegio que se le adjudica desde las racionalidades políticas neoliberales a las OSC generará la difusión de técnicas como el empoderamiento de la sociedad civil o la exigencia de rendición de cuentas a la sociedad, que en la práctica parecen ser llevadas adelante por las OSC, pero que en realidad ( y esto podrá verse en los documentos) son impulsadas por los organismos internacionales; técnicas que pretenderán permeabilizar al Estado a la influencia de estos últimos y a los intereses que representan. Así, en el siguiente apartado pretenderemos echar algo de luz sobre algunos de los modos en que el gobierno de lo social y el gobierno de la conducta individual se conectan al poner en práctica las políticas de seguridad pública

19 Ídem 17. Pág. 37.20 Ídem 18. Pág. 36.

11

Page 12: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

impulsadas por BM y que aparecen como novedosas en el contexto latinoamericano. En ellas creemos encontrar un campo privilegiado para observar y analizar algunas de las formas en que los modos en que los sujetos se definen a sí mismos son tomados en cuentan por el Estado y por los organismos internacionales, y ver así algunas de sus conexiones con determinadas tecnologías de gobierno. En ese sentido concordamos con Rose en que “La razón política debe ahora justificarse y organizarse a sí misma argumentando mediante pactos que se adecuan a la existencia de personas definidas, en su esencia, como criaturas libres y autónomas”21.

Banco Mundial. Mercado, libertad, seguridad.

Antes que nada, es importante desarrollar en unas breves líneas por qué la seguridad pública es relevante para el BM. La respuesta puede parecer obvia, pero es útil aclararlo para poder continuar con nuestro análisis: La inseguridad como fenómeno extendido en el continente es vista como un peligro para el mercado, teniendo en cuenta su rol actual de coordinador económico y social. Esta preocupación por parte de las empresas, las bolsas de comercio, los inversores, etc. es retomada por algunos de sus representantes más conspicuos a nivel internacional, como lo es BM. Como señala Murillo para el caso argentino, “El profundo grado de (des) pacificación en que está sumida Argentina (…) la violencia cotidiana que estalla en diversos lugares y de diversas formas hace peligrar al mercado, y sus efectos a la larga son imprevisibles.”22. Esta preocupación por la inseguridad se encuentra en la base de las estrategias del BM para incidir en las políticas públicas que se ejecutan para combatirla. La modificación en las funciones del Estado nacional que marcamos como una de las características fundamentales del neoliberalismo se articula con los modos en que el BM insta al fortalecimiento de los mismos como forma de lograr gobernabilidad frente a la (des)pacificación social23 que amenaza al mercado.

Hecha esta aclaración, nuestro interés ahora se enfocará en mostrar cómo las estrategias del BM para combatir la inseguridad son un ejemplo privilegiado de ciertas formas en que las racionalidades neoliberales de gobierno vinculan las definiciones que los sujetos hace de sí mismos como personas libres y autónomas con los objetivos socioeconómicos del mercado. En este sentido, serán fundamentales las apelaciones, en los documentos del BM, a los lazos comunitarios, a la responsabilidad individual y a un nuevo rol del Estado.

Es común leer en los documentos del BM que el objetivo que se persigue en todos sus proyectos es el de dotar de mayores libertades a los individuos para que su creatividad pueda florecer y extenderse en lo social. En un texto publicado en la página oficial del banco, con el sugestivo título de “The self and the other” (algo así

21 Ídem 19. Pág. 37.22 Murillo, Susana: Colonizar el dolor. La interpelación ideológica del Banco Mundial en América Latina. El caso argentino desde Blumberg a cromañón. CLACSO, Buenos Aires, 2008. Pág. 131.23 Ídem 21. Pág. 131.

12

Page 13: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

como el sí mismo y el otro) y originalmente escrito en 1996 se dice “The bank´s purpsoe is to establish their well-being as individuals and as groups”, mas adelante afirman “Political systems (…) must create the wise constraints that make people free. But in providing these constraints and protecting the public interest these systems must not restrict liberties or obstruct the abilities of individuals to flourish”, concluyendo que, “It is the ability to provide freedom for the individual in the midst of the collectivity that is the real challenge”2425. El significante libertad siempre aparece en un lugar central en los trabajos del BM, y la estrategia que se dará para “fomentar” la libertad de los individuos será la del empoderamiento de la sociedad civil. Por lo general, los sectores de la población sobre los cuales el BM pretende aplicar su estrategia serán los pobres y los excluidos ya que su auto proclamado objetivo último es la reducción de la pobreza. Así, podemos leer en el texto titulado “Empoderar a los pobres y promover la rendición de cuentas en América Latina y el Caribe”: “El IDM (Informe para el desarrollo mundial) de 2000/2001 establece 3 componentes para promover tal empoderamiento: (I) asegurarse de que las instituciones respondan y rindan cuentas a los usuarios, en especial a la población pobre y excluida, (II) construir la capacidad de los pobres y excluidos de expresar sus propias opiniones en la formulación de las políticas públicas y (III) eliminar los obstáculos que impiden el acceso de los pobres y excluidos a los servicios públicos y las instituciones.”26. Con estos ejemplos, podemos empezar a vislumbrar una primera caracterización del BM acerca de la sociedad civil. Pareciera ser que los sectores pobres y marginados personifican la paradoja de estar dotados de una carencia de libertad, la cual el banco pretende subsanar siendo él mismo quien los empodere. Como bien señala Murillo, la búsqueda de interacción con los pobres a través de las organizaciones de la sociedad civil le permite al banco interpelar a la sociedad a interpelar a su vez al Estado. En el caso que nos interesa aquí, esta interpelación se hace en nombre de la seguridad. Ahora bien, estos postulados del BM, que se repiten en diferentes documentos, de algún modo sinceran su visión. En ellos se puede ver una de las principales características de la racionalidad neoliberal en acto, ya que para incidir en la realidad social se trazan estrategias que en lo formal pretenden fomentar la libertad y autonomía de los individuos pero que, sin embargo, lo que buscan es dirigir esas conductas hacia fines propios, “El empoderamiento, con todo su énfasis en fortalecer la capacidad del individuo para que se desempeñe como actor en su propia vida, ha llegado a abarcar un rango de intervenciones para transmitir, bajo tutelaje, ciertas técnicas mentales, éticas y prácticas profesionalmente ratificadas de activa auto gestión”27. El banco, presentándose a sí mismo en tanto banco de conocimiento, se auto adjudica el rol de experto que

24 “El objetivo del banco es establecer su bienestar como individuos y como grupos” “Los sistemas políticos deben crear limitaciones inteligentes que hagan a la gente libre. Pero proveyendo estas limitaciones y protegiendo el interés público, estos sistemas no deben restringir libertades ni obstruir que florezcan las habilidades individuales” y “El verdadero desafío es ser capaz para proveer libertad para el individuo en la niebla de la colectividad “(Traducción propia).25 Mahfouz, Afaf y Serageldin, Ismail (Eds): The self and the other. Sustainiability and self-empowerment., Washington D.C., 1996, en www.bancomundial.org Pág. 2-3.26 Banco Mundial: Empoderar a los pobres y promover la rendición de cuentas en ALC: marco y estrategias regionales para el trabajo con la sociedad civil, Washington D.C., 2002 en www.bancomundial.org Pág. 8.

13

Page 14: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

presta asesoramiento y “empodera” a los pobres para que estos tomen un rol activo en la gestión de su comunidad y en sus reclamos al Estado. Lo novedoso de esta estrategia es que “Este triálogo entre organismos internacionales, Estado y sociedad civil constituye una articulación flexible en la que el centro que interpela no aparece desde afuera o `mas allá´ sino desde los sujetos de gobierno, y genera la imaginaria convicción de que ellos son quienes fundan la interpelación”28. Como señalábamos al reseñar los planteos de Foucault acerca de la gubernamentalidad, los sujetos parecen conscientes de lo que quieren pero inconscientes de lo que se les hace hacer. El empoderamiento entonces aparece como una estrategia en la cual la producción y el consumo de libertad se desarrollan explícitamente. Allí es donde la libertad funciona como tecnología de gobierno. “En su sentido más amplio, el empoderamiento tiene que ver con aumentar la libertad de acción y de elección”29, el BM se para sobre la idea extendida de que los individuos son libres, y a partir de ese supuesto, con un discurso democratizante y que incorpora los significantes que mayor eco despiertan en la ciudadanía (seguridad, pobreza, corrupción, etc.) pretende fomentarla. Producir libertad.

Entre los documentos seleccionados hay uno que es muy didáctico en tanto describe los pasos necesarios para implementar un plan que fomente la participación comunitaria en el diseño de políticas de seguridad pública. Él mismo se titula “Espacios urbanos seguros”, fue producido por una ONG llamada Fundación paz ciudadana de Chile y publicado en colaboración con el BM y los ministerios de Interior y de vivienda y urbanismo del país trasandino. Elegimos este documento ya que él mismo es una coproducción de los tres vértices del triálogo y permite graficar el modo en que, a nuestro entender, se produce libertad en estas estrategias encabezadas por el BM. Allí se nos habla de la delincuencia como un fenómeno multicausal cuya resolución precisa de la participación de todos los actores involucrados, “a este respecto, la participación comunitaria es de especial relevancia, pues ninguna medida de seguridad ciudadana podrá ser eficaz y eficiente si no considera en su génesis la participación activa de la comunidad”30 Este enfático llamado a la participación puede vincularse sin mucho esfuerzo a la nueva visión del sujeto de gobierno que se desarrolla en el neoliberalismo. Cómo vimos, el sujeto es ahora conceptualizado como un sujeto responsable y activo que debe tomar en sus manos, mediante su participación, las decisiones que afecten a su vida cotidiana y a los sucesos y relaciones más inmediatos a él. El significante privilegiado que convoca a los sujetos a participar es el de comunidad. A su vez, el ciudadano que desempeña actividades en el espacio público es caracterizado como usuario. En este sentido puede trazarse una analogía que creemos pertinente. Así como el usuario de un servicio provisto

27 Rose, Nikolas: ¿La muerte de lo social? Re-configuración del territorio de gobierno. En Revista Argentina de Sociología Año 5 Nro. 8, pág. 140.28 Murillo, Susana: Colonizar el dolor. La interpelación ideológica del Banco Mundial en América Latina. El caso argentino desde Blumberg a cromañón. CLACSO, Buenos Aires, 2008. Pág. 140.29 Banco Mundial: Empoderar a los pobres y promover la rendición de cuentas en ALC: marco y estrategias regionales para el trabajo con la sociedad civil, Washington D.C., 2002 en www.bancomundial.org Pág. 11.30 Espacios urbanos seguros. Recomendaciones de diseño y gestión comunitaria para la obtención de espacios urbanos seguros. En www.bancomundial.org

14

Page 15: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

por una empresa privada se preocupa por que se le entregue aquello por lo que pagó, la caracterización del ciudadano en tanto usuario permite deslizar toda una lógica apolítica y mercantil que define a la participación ciudadana como parte de las acciones que el individuo responsable debe asumir para realizarse a sí mismo. Esto nos vuelve a llevar a los planteos de Rose, al sugerir que en el neoliberalismo se da una nueva especificación del sujeto de gobierno, “El problema consiste, por tanto, en encontrar los medios a través de los cuales los individuos se hacen responsables mediante opciones individuales que adoptan para sí mismos y para aquellos a los que deben lealtad, formando un estilo de vida acorde con gramáticas de vida que han sido ampliamente diseminadas, que ya no dependen de cálculos ni de estrategias políticas para su lógica de funcionamiento ni para las técnicas que implican”31. Esta forma de convocar a la participación ciudadana en tanto usuarios permite articular perfectamente el modo en que los sujetos se definen y gobiernan a sí mismos contemporáneamente, con las aspiraciones de las autoridades de las democracias avanzadas, si se nos habilita a definir al BM como un representante calificado de éstas. A su vez, la pretensión de interpelar a los ciudadanos a construir identidades en términos de comunidad tiene como consecuencia la devaluación de otro tipo de identidades con mayor potencial político, o que por lo menos así lo han demostrado en la historia (como clase o nación, por ejemplo), y que han escenificado disputas que han puesto en verdadero peligro los intereses del mercado. Es elocuente leer en el documento citado la definición de comunidad que allí se plantea: “La comunidad consiste en un grupo de personas que ocupan un espacio territorial determinado. Dicho grupo comparte elementos de identidad en común entre sus integrantes tales como una historia, creencias, cultura, religión y/o modo de vida que los diferencia de otros grupos que ocupen el mismo espacio territorial”32. Con esto en mente es que creemos adecuado hablar de producción de libertad, ya que tanto desde el BM como desde diversas ONG y desde el Estado, se insta a fomentar la participación ciudadana y así edificar políticas y espacios en los que esta participación sea un componente central. En términos estrictos de políticas de seguridad pública lo que aquí llamamos producción de libertad se puede ver ejemplificada en el surgimiento de los foros de seguridad donde vecinos, policías y miembros de los poderes ejecutivos locales se reúnen para debatir y establecer procedimientos y objetivos para combatir la delincuencia. También se puede verificar en los planes de seguridad y policía comunitaria, con sus autos propios distintos a los de la policía regular, las caminatas entre vecinos y autoridades policiales y civiles para señalar los lugares peligrosos del barrio, los planes Vecinos Alerta que buscan crear redes entre los vecinos para que se comuniquen entre sí y con las autoridades si es que ven algo que consideran sospechoso en la vía pública33. Una vez más, hablamos de producción en primer lugar para resaltar el carácter positivo (en términos estratégicos), de intervención, que las fuerzas estatales toman (y son instados a

31 Rose, Nikolas: El gobierno en las democracias liberales “avanzadas”: del liberalismo al neoliberalismo. En Archipiélago. Cuaderno de crítica de la cultura N° 29.Barcelona: Editorial Archipiélago. pág. 37.32 Espacios urbanos seguros. Recomendaciones de diseño y gestión comunitaria para la obtención de espacios urbanos seguros. En www.bancomundial.org33 Algunas de estas técnicas se ven ejemplificadas en el documento “Espacios urbanos seguros” y en el Plan Nacional de Prevención del Delito de la Republica Argentina del año 2000.

15

Page 16: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

tomar) en estas políticas y, en segundo lugar, porque estos foros y asociaciones vecinales, cuando no son creadas directamente por el Estado son apoyadas activamente por él. De este modo, podemos ver cómo detrás de estas convocatorias que parecen inocentes llamados a solucionar un problema “entre todos” se puede vislumbrar una reconfiguración profunda entre instancias estatales y no estatales, entre lo público y lo privado. A su vez, se puede echar luz respecto a cómo convocando a los sujetos desde su responsabilidad individual, se coarta toda posibilidad de pensarse en colectivos que trasciendan aquello que sobrepase lo cotidiano e inmediato. De allí la preponderancia del significante comunidad en las estrategias de producción de libertad.

Ahora bien, en los documentos analizados, además de la relación entre el BM y la sociedad civil es útil extenderse en el análisis sobre las funciones que asume el Estado. Creemos que analizando este punto se aclarará la afirmación relacionada con el consumo de libertad que planteamos al comenzar el trabajo. Como señalamos al trazar algunas de las características principales del neoliberalismo, el Estado entra en una tendencia a autonomizarse de ciertas responsabilidades que en el pasado eran pensadas como exclusivamente suyas. En cuanto a los problemas de seguridad, es la policía la institución que representa al Estado. En este sentido, Garland señala algunos cambios que se han dado en cuanto a la función policial en las ultimas décadas, “la actividad policial se ha vuelto más astuta, mas focalizada, más ajustada a las circunstancias locales, más sensible a la presión pública, mas predispuesta a trabajar con la comunidad y a subrayar la prevención. (…) La policía ha comenzado a desplazarse hacia una fase pos burocrática de organización y a desarrollar conexiones flexibles con otros socios, buscando aliarse estratégicamente en lugar de monopolizar la materia.”34. En los documentos analizados y en la bibliografía tomada en cuenta se pueden ver algunos de estos cambios que podrían resumirse diciendo que el Estado ahora aparece como un socio, un animador y un facilitador para una variedad de poderes y de agentes independientes, ejerciendo el poder de forma limitada, alineando, direccionando y regulando antes que proveyendo y garantizando35. En el caso de la seguridad esto es elocuente ya que las consignas que lo afirman pueden verse en propagandas oficiales y hasta en escudos de la propia policía federal y bonaerense en el caso argentino. En los documentos tomados en cuenta puede leerse una búsqueda de hacerse eco de la demanda social de seguridad pero transfiriendo parcialmente esa responsabilidad a los propios ciudadanos. En el plan nacional de seguridad del año 2000 de la Republica Argentina se puede leer por ejemplo, “La situación de inseguridad frente al delito se plasma (…) en una demanda social hacia las autoridades responsables” para luego afirmar que el Plan tiene como meta “contribuir al mejoramiento de la seguridad urbana en Argentina, promoviendo la reducción de la criminalidad y la sensación de inseguridad, a través de la puesta en marcha de mecanismos preventivos mas allá del sistema penal que apuntan al fortalecimiento del sistema democrático, a través de esquemas de compromiso, cooperación y articulación entre actores gubernamentales y la participación activa de los ciudadanos y las organizaciones

34 Garland, David: La cultura del control. Gedisa, Barcelona, 2005. Pág. 278.35 Rose, Nikolas: Government and control. British journal of criminology, 2000. Págs. 321-339.

16

Page 17: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

de la sociedad civil”36. A su vez, el BM es muy consciente de los riesgos que implica desatender demandas sociales que tienen un alto grado de consenso social. En sus propias palabras: “El riesgo de desatender dichas inquietudes es que éstas se conviertan en obstáculo para las instituciones globales, entre ellas el BM”37. Así, nos es que el Estado abandone sus responsabilidades en cuanto a la seguridad pública sino que lo que se produce es una modificación en las funciones de los actores. El Estado se autonomiza de estas responsabilidades y fomenta la autonomización de los actores locales para diagnosticar y resolver los problemas. Sin embargo, permanece vinculado de un modo complejo a través de técnicas de responsabilización como el empoderamiento de la sociedad civil, que ejemplificamos con la cita del plan de seguridad. Aquí podemos ver como el empoderamiento funciona como modo de alinear conductas personales, sociales y económicas con objetivos sociales, políticos y económicos generales. Como señalamos al describir las instancias de producción de libertad, el ciudadano es interpelado en tanto individuo responsable y activo a participar en cuestiones referidas a su vida cotidiana en foros creados desde el Estado y promovidos por instituciones como el BM. La interacción entre el Estado y las OSC termina generando un sector orientado a la prevención del delito que como resultado, amplía la superficie sobre la que se ejerce el control, extendiéndose este a toda la ciudad y los barrios. Citando una vez más a Garland, “Este nuevo sector ocupa una posición intermedia, fronteriza, suspendida entre el Estado y la sociedad civil, conectando los organismos de justicia penal con las actividades de los ciudadanos, las comunidades y las corporaciones. (…) el desarrollo de esta nueva infraestructura extiende significativamente el campo del control `formal` del delito y su potencial para la acción organizada.”38.

La autonomización del Estado también se ve en otras dos técnicas de gobierno que confluyen con la de empoderamiento. La auditoría y los análisis de políticas públicas en términos de eficacia. El Estado se permite tomar distancia de los problemas locales y juzgar la conveniencia de los programas impulsados para combatirlos, a través de balances económicos que indiquen la eficiencia en el gasto y la eficacia a través de los resultados concretos de dichos programas. El hincapié constante que se ve en los documentos acerca de la eficacia permite, a su vez, deslizar una lógica apolítica que juzgue los planes por los resultados, cumplidos o no, respecto a un objetivo concreto (Ej.: reducción de la criminalidad y de la “sensación” de inseguridad) sin tomar en cuenta los caminos que se toman para cumplirlos. Ambas técnicas continúan la línea de interpelación en términos económicos y mercantiles sobre temas que históricamente se pensaron en términos políticos. Creemos que esto busca desactivar potencialidades políticas fomentando y buscando la participación de los miembros de la comunidad en tanto individuos que defienden sus intereses y persiguen su propio bienestar. Así, podemos ver como “las viejas responsabilidades sociales welfaristas se trastocan

36 Republica Argentina. Plan nacional de prevención del delito. Año 2000. Ministerio de justicia y derechos humanos de la nación. y Ministerio del interior de la nación. 37 Banco Mundial: Empoderar a los pobres y promover la rendición de cuentas en ALC: marco y estrategias regionales para el trabajo con la sociedad civil, Washington D.C., 2002 en www.bancomundial.org Pág. 9.38 Garland, David: La cultura del control. Gedisa, Barcelona, 2005. Pág. 280.

17

Page 18: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

y se recodifican en formas mercantilizadas, crecientemente de-socializadas, de previsión individual y familiar; simultáneamente, se inyecta en los sujetos una conducta empresarial que debe reemplazar la ´pasividad´ y la ´dependencia´ propias de una época pasada”39.

Con esto en mente es que hablamos de consumo de libertad en varios sentidos. En primer lugar, el consumo de libertad hace referencia al alineamiento de las conductas individuales con los objetivos de autoridades sociales imposibles de enfrentar en un ámbito meramente comunitario como aquel en el que se convoca a participar. Teniendo en cuenta que aquí nos enfocamos en las sugerencias y programas del BM, es claro que los intereses que éste representa son los de los principales países accionistas del mismo, básicamente los Estados Unidos y las principales potencias europeas y que sin temor de incurrir en leninismo (en tanto teoría del Estado) podemos decir que defienden los intereses de sus respectivos empresarios o en otras palabras, del mercado (con sus complejidades y contradicciones). De este modo, creemos que en estrategias como la prevención comunitaria del delito, alentada por el BM y por OSC que demandan al Estado por seguridad, la libertad funciona como técnica de gobierno, al lograr conjugar la “naturaleza”40 de aquellos cuya conducta se pretende conducir con los objetivos de aquellos que ejercen efectivamente el poder en términos de gobierno, no solo sobre sí mismos sino también sobre los otros.

En segundo lugar, creemos que se puede entender como consumo de libertad la relación que el BM pretende entablar con las OSC. Tomando la definición que el BM hace de la sociedad civil como “el escenario en el que se reúnen las personas con el fin de velar por sus intereses comunes, no para lucrar o ejercer el poder político”41, vemos que se interpela a la misma desde un enfoque apolítico, haciendo foco en intereses comunes pero que se verifiquen en lo más inmediatamente personal. Teniendo esto en cuenta, junto a la lectura de diferentes documentos, vemos que lo que es presentado como reuniones entre ciudadanos que debaten para mejorar su ambiente próximo, en realidad es (a veces explícitamente dicho en los documentos) una estrategia del BM para exhibir ciertos postulados como reclamos populares. En este sentido, acompañamos la aseveración que hace Murillo cuando dice que “aun cuando la sociedad civil aparece interpelando (al Estado), la operación es mucho más compleja. Es la red de funcionarios y hombres clave, construido por los organismos internacionales, la que interpela desde dentro a todos los niveles del Estado y la sociedad civil.”42. Así, con estrategias como el empoderamiento de la sociedad civil y con el fomento

39 De Marinis, Pablo: Gobierno, gubernamentalidad, Foucault y los anglofoucaultianos (O: un ensayo sobre la racionalidad política del neoliberalismo). Publicado en Fernando García Selgas y Ramón Ramos Torre (comps.), Globalización, riesgo, reflexividad. Tres temas de la teoría social contemporánea, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1999.40 Foucault, Michel: Nacimiento de la biopolítica. Fondo de cultura económica de Argentina, Buenos Aires, 2008. Pág. 33.41 Banco Mundial: Empoderar a los pobres y promover la rendición de cuentas en ALC: marco y estrategias regionales para el trabajo con la sociedad civil, Washington D.C., 2002 en www.bancomundial.org Pág. 12.42 Murillo, Susana: Colonizar el dolor. La interpelación ideológica del Banco Mundial en América Latina. El caso argentino desde Blumberg a cromañón. CLACSO, Buenos Aires, 2008. Pág. 140.

18

Page 19: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

correlativo de la participación ciudadana en los foros de seguridad y demás programas como respuesta a los reclamos populares, se logra que, en nombre de la libertad, “sujetos libres” actúen “libremente” a favor de los intereses que defiende el BM. Creemos entonces, que desde ese punto de vista no es desacertado también hablar de consumo de libertad.

En tercer lugar, creemos que en la aplicación de estas estrategias es posible hablar de consumo de libertad si tenemos en cuenta que el objetivo (o por lo menos el resultado) ultimo de las mismas no es una mera reproducción del orden reinante o la cristalización de una cierta relación de fuerzas. Por el contrario, lo que se da es una transformación tanto a nivel de los sujetos, como a nivel de las funciones del Estado y aun también de las estrategias del BM. En este sentido, como señala Murillo, no mienten los investigadores del BM cuando dicen que el banco aprende de la sociedad civil. Como se dijo más arriba, toda relación de poder precisa de sujetos con grados de libertad. En este sentido, el BM aprende de los rechazos, las resistencias y las contestaciones de la población frente a las políticas que se le intentan imponer. En sus estrategias de acercamiento a la sociedad civil, creemos que BM consume la libertad política de los ciudadanos colonizando sus reclamos para lograr las reformas a nivel del Estado que sus principales socios reclaman. De este modo, en las propuestas de participación comunitaria en la lucha contra la inseguridad que “sugieren” los programas auspiciados por el BM “parece emerger (…) un modelo de ciudadanía activa. En realidad se trata de transformar los ´obstáculos´ en `oportunidades´. La `desesperación´ puede ser la fuente de una forma de `empoderamiento´ que interpele al Estado a reformarse cuando es reacio a hacerlo.”43.

Por último, creemos que en estas estrategias que tienden a la producción y consumo de libertad de los ciudadanos, se pone en práctica el modo en que el BM conceptualiza a los pobres. Por un lado, diagnostica sus carencias y busca presentar formas de subsanarlas. Allí los pobres aparecen como objeto de sus políticas. Pero, por otro lado, apela a su responsabilidad individual y a su participación, y así los pobres son vistos como sujetos de dichas políticas. Uno de los modos de conjugar estas dos instancias del análisis del BM son los planes de seguridad que aquí reseñamos y que permiten, como ya dijimos, alinear el modo en que los sujetos se gobiernan a sí mismos con los objetivos de gobierno de las autoridades sociales, económicas y políticas. De este modo, se produce libertad creando espacios para la participación ciudadana y para el ejercicio de la libertad política; y se la consume “direccionando” dicha participación con los intereses del BM que pasan sus reclamos al Estado como reclamos de la sociedad civil, la cual se expresaría genuinamente en esos espacios. A su vez, se puede entender a estos sectores como sujetos, en tanto “co-producen” las políticas que recaerán sobre ellos mismos. Así, también son objeto de las mismas. En este punto es que creemos que confluyen la producción y consumo de libertad con objetivos mayores de control social.

43Murillo, Susana: Colonizar el dolor. La interpelación ideológica del Banco Mundial en América Latina. El caso argentino desde Blumberg a cromañón. CLACSO, Buenos Aires, 2008. Pág. 141.

19

Page 20: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

Conclusiones.

Las reformas neoliberales han determinado cambios profundos en todos los niveles de gobierno. Nuestro interés aquí estuvo enfocado en tratar de explicitar algunas de las formas en que el gobierno de sí mismo, de la propia conducta de los sujetos, puede ser puesto a trabajar en consonancia con el gobierno de los otros, es decir, con objetivos de gobierno de más largo alcance y que tienen que ver con la reproducción y transformación del orden social (por mas que, tal vez, dichas transformaciones no sean de nuestro agrado). A través del concepto de empoderamiento, planteado como una parte esencial de las estrategias del BM, hemos tratado de ilustrar uno de los modos en que se imbrican la regulación de las conductas individuales con el mantenimiento del orden social y el respeto a las leyes, mediante la reactivación de ciertos valores vinculados a la responsabilidad personal en la concreción de los propios deseos y para la adquisición de ciertas seguridades fundamentales que solían ser obligaciones estatales (salud, educación, seguridad, empleo). Esto nos ha llevado a tratar de marcar algunos de los puntos fundamentales de una forma de gobierno vigente en la actualidad, en la que la “conducción de conductas” pasa por la interpelación a los sujetos en tanto individuos con responsabilidades a los cuales se gobierna a través, y no a pesar de, sus elecciones autónomas como entidades relativamente independientes44. En estos modos de gobierno el Estado muestra algunas de sus nuevas funciones. Éste ya no es el garante último de ciertos derechos básicos de la ciudadanía, sino que su rol ha sido reformado pasando a actuar como socio, como regulador y como facilitador en la búsqueda de diversas formas de organización que delegan una mayor responsabilidad en las comunidades, las empresas, los individuos, etc. para la resolución de aquellas problemáticas. En el caso que aquí analizamos hemos visto el rol central que el BM tiene como catalizador y como principal impulsor de estas reformas en el aparato estatal, aunque de un modo indirecto. En este sentido, hemos tratado de señalar cómo el triálogo impulsado por el BM (que pretende asociar a éste con el Estado y las OSC) funciona como una estrategia para interpelar a la sociedad civil para que ésta interpele a su vez al Estado a que realice las transformaciones que el BM, en tanto representante de los intereses del mercado, reclama. Así, una estrategia como el empoderamiento ha demostrado ser uno de los caminos elegidos por el organismo internacional para lograr alinear las conductas personales y sociales de los individuos en tanto miembros de sus comunidades, con objetivos políticos y sociales de más vasto alcance. Nuevos modos de participación barrial, empoderamiento y compromiso de los vecinos en decisiones sobre sus problemas cotidianos son formas de reactivar la auto motivación y la auto responsabilidad mediante la convocatoria a una ciudadanía activa que tome las decisiones fundamentales respecto a su comunidad. El gobierno de la seguridad, que fue el tema especifico que nos ocupó, permite interpelar a los ciudadanos a partir de lazos afectivos y morales con su entorno inmediato. Así, la comunidad ya no es solamente el territorio en el que el crimen debe ser combatido sino que es también un medio a través del cual es posible

44 Rose, Nikolas: Government and control. British journal of criminology, 2000. Págs. 321-339.

20

Page 21: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

gobernar: sus problemas, sus conocimientos, las características de sus habitantes pueden ser objetos a formar, fomentar e instrumentalizar para alcanzar los objetivos propuestos.

Finalmente, hemos querido subrayar que en estas estrategias la sociedad civil aparece como sujeto y como objeto de las políticas impulsadas, dado que aquellas medidas de control promovidas para garantizar su seguridad suelen terminar recayendo sobre los mismos sectores que participan en su edificación. Con esto hemos querido constatar “la reversibilidad de las relaciones de autoridad: lo que comienza siendo una norma que debe ser implantada en el interior de los ciudadanos puede ser reformulada como una demanda que los ciudadanos pueden hacer a las autoridades”45. Desde este punto de vista, nos pareció atinado describir a estas técnicas como productoras y consumidoras de libertad tratando de vincular los casos concretos que aquí analizamos con las características fundamentales de las racionalidades políticas neoliberales, en las que vemos que la libertad funciona como una tecnología de gobierno.

Los interrogantes que nos quedan planteados a partir de los análisis propuestos son varios. Nos gustaría sugerir uno en particular que podría ser desarrollado en el futuro: como consecuencia de las tácticas de prevención comunitaria del delito, la superficie sobre la que se ejerce el control del mismo se extiende exponencialmente debido a la participación de nuevos actores en la actividad. Ya no es solo el Estado quien se encarga de ejercer el control sino que sectores civiles y económicos comienzan a tomar una relevancia fundamental, haciendo que se tornen difusos los limites que definen los espacios sobre los que se ejerce dicho control. En este sentido adherimos a lo que plantea De Marinis, “Una teoría social critica debería estar en condiciones de observar si estas nuevas modalidades de gobierno de la vida social y de la conducta individual, al tiempo que abren posibilidades ´reflexivas´ y ´creativas` para la intervención del sujeto en la gestión de sus propias opciones vitales, no estarán inaugurando nuevos regímenes de sujeciones, nuevas heteronomías, quizás mucho más difíciles de identificar que la más que evidente ´generosidad´ del Estado Providencia y las redes de ´clientelismo´ que él generaba.”46. Creemos entonces que uno de los puntos a investigar a futuro es la relación entre las nuevas estrategias de gobierno como el empoderamiento de la sociedad civil con la evidente y creciente exclusión de sectores cada vez más grandes de la población.

45 Rose, Nikolas: El gobierno en las democracias liberales “avanzadas”: del liberalismo al neoliberalismo. En Archipiélago. Cuaderno de crítica de la cultura N° 29.Barcelona: Editorial Archipiélago, pág. 38.46 De Marinis, Pablo: Gobierno, gubernamentalidad, Foucault y los anglofoucaultianos (O: un ensayo sobre la racionalidad política del neoliberalismo). Publicado en Fernando García Selgas y Ramón Ramos Torre (comps.), Globalización, riesgo, reflexividad. Tres temas de la teoría social contemporánea, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1999.

21

Page 22: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

Bibliografía.

Banco Mundial: Empoderar a los pobres y promover la rendición de cuentas en ALC: marco y estrategias regionales para el trabajo con la sociedad civil, Washington D.C., 2002 en www.bancomundial.org

Banco Mundial: Espacios urbanos seguros. Recomendaciones de diseño y gestión comunitaria para la obtención de espacios urbanos seguros. En www.bancomundial.org

Banco Mundial: Mahfouz, Afaf y Serageldin, Ismail (Eds): The self and the other. Sustainiability and self-empowerment., Washington D.C., 1996, en www.bancomundial.org

CRAWFORD, A. (1998), Crime Prevention and Community Safety. London & New York: Ed. Longman.

De Giorgi, Alessandro: El gobierno de la excedencia. Postfordismo y control de las

multitudes, Traficantes de sueños, Madrid, 2006.

De Giorgi, Alessandro: Tolerancia Cero. Estrategias y Practicas de la sociedad de control, Virus Editorial, Barcelona, 2005.

De Marinis, Pablo: Ciudad, cuestión criminal y gobierno de poblaciones. Política y sociedad, Vol. 39 Núm. 2, Madrid, 2002. Pp. 319-338.

22

Page 23: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

De Marinis, Pablo: Gobierno, gubernamentalidad, Foucault y los anglofoucaultianos (O: un ensayo sobre la racionalidad política del neoliberalismo). Publicado en Fernando García Selgas y Ramón Ramos Torre (comps.), Globalización, riesgo, reflexividad. Tres temas de la teoría social contemporánea, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1999.

Deleuze, G.: “Postdata sobre las sociedades de control”, en Ferrer, C. El lenguaje libertario. Antología del pensamiento anarquista contemporáneo. Buenos Aires: Altamira, 1999.

Foucault, Michel: El ojo del poder. En El Panóptico de J. Bentham, Ed. La piqueta, Madrid, 1989.

Foucault, Michel: Nacimiento de la biopolítica. Fondo de cultura económica de Argentina, Buenos Aires, 2008.

Foucault, Michel: Seguridad, territorio y población. Fondo de cultura económica de Argentina, Buenos Aires, 2006.

Garland, David: La cultura del control. Gedisa, Barcelona, 2005

Murillo, Susana: Colonizar el dolor. La interpelación ideológica del Banco Mundial en América Latina. El caso argentino desde Blumberg a cromañón. CLACSO, Buenos Aires, 2008.

Murillo, S. (Coordinadora): Banco Mundial. Estado, mercado y sujetos en las nuevas estrategias frente a la cuestión social. Coordinadora. (Buenos Aires: Ediciones del Centro Cultural de la Cooperación), 2006.

Republica Argentina. Plan nacional de prevención del delito. Año 2000. Ministerio de justicia y derechos humanos de la nación. y Ministerio del interior de la nación.

Ríos Espinoza, Carlos: La seguridad pública y la defensa de los derechos humanos en contextos desfavorables. Instituto para la Seguridad y la Democracia en la Sociedad Civil (INSYDE), México D.F., INSYDE en la sociedad civil Nro. 1, 28 de julio. En www.insyde.org.mx

Rose, Nikolas: El gobierno en las democracias liberales “avanzadas”: del liberalismo al neoliberalismo. En Archipiélago. Cuaderno de crítica de la cultura N° 29.Barcelona: Editorial Archipiélago.

Rose, Nikolas: Government and control. British journal of criminology, 2000. Pp. 321-339.

Rose, Nikolas: ¿La muerte de lo social? Re-configuración del territorio de gobierno. En Revista Argentina de Sociología Año 5 Nro. 8.

23

Page 24: Alejandro Swieczewski - Producción y consumo de libertad en los llamados del Banco Mundial a la participación comunitaria para combatir la inseguridad en Latinoamérica

Sozzo, Maximo: “Seguridad Urbana y tácticas de prevención del delito” Cuadernos de Jurisprudencia y Doctrina Penal, Ad-Hoc, Buenos Aires, N. 10, 2000.

24