alarcón, víctor - la ciencia política mexicana. reflexiones sobre su pasado, presente y porvenir

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 Política / Revista de Ciencia Política  Volume n 50, Nº 1, 2 012 / pp. 31 -57 ISSN 0716-1077 LA CIENCIA POLÍTICA MEXICANA. REFLEXIONES  SOBRE SU PASADO, PRESENTE  Y  PORVENIR  Víctor Alarcón Olguín [email protected] Departament o de Sociología Universidad Autónoma Metropolitana -Iztapalapa El presente texto, desarrolla un balance general de las condiciones institucionales sobre las cuales se ha dado la evolución de la Ciencia Política mexicana desde su formalización a mediados del sigl o XX. T ambién se desta ca la importancia de la realización de trabajos recientes que apuntan hacia denir cuáles son los retos más importantes a encarar si se pretende una mayor inuencia y solidez en su producción académica, así como en su calidad docente. Palabras clave: Ciencia Política, desarrollo institucional, historia intelectual, México. POLITICAL SCIENCE IN MEXICO: THOUGHTS ON ITS PAST, PRESENT AND FUTURE This article oers a general state of aairs of the institutional conditions within which Mexican political science has evolved since its inception during the middle of the 20th century. The importance of recent work aimed at dening its contributions and future challenges is also highlighted in order to question where further inuence and quality is sought in publications and teaching. Keywords: Political science, institutional development, intellectual history, Mexico.

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Analisis politológico

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    Poltica / Revista de Ciencia Poltica

    Volumen 50, N 1, 2012 / pp. 31-57

    ISSN 0716-1077

    La CienCia PoLtiCa mexiCana. RefLexiones sobRe su Pasado, PResente y PoRveniR

    Vctor Alarcn [email protected] Departamento de Sociologa Universidad Autnoma Metropolitana -Iztapalapa

    El presente texto, desarrolla un balance general de las condiciones institucionales sobre las cuales se ha dado la evolucin de la Ciencia Poltica mexicana desde su formalizacin a mediados del siglo XX. Tambin se destaca la importancia de la realizacin de trabajos recientes que apuntan hacia definir cules son los retos ms importantes a encarar si se pretende una mayor influencia y solidez en su produccin acadmica, as como en su calidad docente.

    Palabras clave: Ciencia Poltica, desarrollo institucional, historia intelectual, Mxico.

    PoLitiCaL sCienCe in mexiCo: thoughts on its Past, PResent and futuRe

    This article offers a general state of affairs of the institutional conditions within which Mexican political science has evolved since its inception during the middle of the 20th century. The importance of recent work aimed at defining its contributions and future challenges is also highlighted in order to question where further influence and quality is sought in publications and teaching.

    Keywords: Political science, institutional development, intellectual history, Mexico.

  • La Ciencia Poltica mexicana. Reflexiones sobre su pasado, presente y porvenir

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    intRoduCCin1

    Durante los aos recientes, dentro del mbito latinoamericano se ha desarrollado un importante movimiento de anlisis que ha permitido la aparicin de libros y artcu-los cuyo inters central radica en ubicar la evolucin general de la ciencia poltica tanto a nivel continental, como igualmente tratando de identificar sus patrones en lo concerniente a sus especificidades nacionales. De manera particular, para el caso de Mxico, tenemos algunas evidencias recientes en esa direccin de estudio, las cuales han permitido dar base y orientacin acerca de cmo se han venido perfilando sus lneas temticas de investigacin y docencia, as como ubicar la manera en que se ha dado el contexto de institucionalizacin de sus patrones de organizacin pro-fesional, si bien se presenta igualmente la discusin acerca de cules son los nexos que pueden seguir existiendo entre la ciencia poltica y administracin pblica, o si estamos de lleno ante un momento de cabal separacin entre ambas; incluso algunos otros hablan del surgimiento de un hbrido como lo es el campo de las polticas pblicas (Loaeza, 2005; Aguilar Rivera, 2009; Taguenca Belmonte, 2008; Guerrero, 2010; Rivera y Salazar Elena, 2011; Alarcn Olgun, 2011, Altman, 2012).

    Pero cmo compendiar el desarrollo, las oportunidades y las contradicciones que se han sucedido y acumulado a lo largo del tiempo? Siguiendo a estos trabajos recien-tes, se procurar trazar un conjunto de problemticas que nos servirn como ejes que describan la especificidad actual de la politologa mexicana:

    Problema 1: La ciencia poltica mexicana, despus de ms de medio siglo de exis-tencia formal, actualmente enfrenta los problemas de un crecimiento desordenado y con niveles de medicin de calidad an acotados. De un centralismo territorial e intelectual dado por la hegemona y orientacin en la disciplina politolgica con la presencia de la Escuela Nacional luego Facultad de Ciencias Polticas y Sociales de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico desde 1951, se ha pasado a un proceso que hace contar ya con la enseanza de la disciplina en todo el pas, en don-de se conjugan poco ms de 70 instituciones pblicas y privadas que la ofrecen bajo diversas modalidades presenciales o a distancia, as como se muestra ahora una pro-longacin de niveles post-graduales en maestra y doctorados que poseen grados de solicitud importantes, si bien por otra parte se ha desatado un proceso peligroso de

    1 Este trabajo forma parte de la agenda del Grupo de Investigacin sobre Historia de la Ciencia Poltica en Amrica Latina de la Asociacin Latinoamericana de Ciencia Poltica (ALACIP).

    El autor quiere dedicar este trabajo a la memoria de Guillermo ODonnell ejemplo para la Ciencia Poltica.

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    promocin de dichos grados acadmicos con exigencias ms propias de diplomados u especializaciones2, cuestin impulsada por la necesidad de obtencin de ingresos o de preservar niveles de eficiencia terminal exitosos con base en la exigencia de presentacin de indicadores ante las instancias educativas o corporativas que rigen a dichas instituciones pblicas o privadas, si es que se desea mantener abiertos y con recursos a dichos programas, con lo cual la calidad y el nivel de profesores, alumnos y contenidos terminan creando un escenario poco alentador de improvisacin en muchas partes del pas (Alarcn Olgun, 2011; Aguilar Rivera, 2009, Villagmez y Faras, 2008).

    Las denominaciones con que se imparte son varias, pero queda claro que el ncleo clsico sigue siendo el que vincula a la ciencia poltica con la administracin pblica, situacin que ha sido marcada desde 1959 por la incorporacin de la segunda dis-ciplina como parte asociada del cuerpo curricular con que la UNAM decidi im-partirla desde esa fecha, si bien posteriormente deriv en la expedicin de un ttulo general, pero reconociendo la presencia de especialidad a elegir entre los alumnos.

    Esta situacin se ha ido complejizando al grado de observar ahora un proceso de abierta separacin o traslado de la ciencia poltica hacia otros campos de conoci-miento, a efecto de poder venderla mejor mediante la creacin de programas asociados con la economa, el derecho, las relaciones internacionales o incluso los medios de comunicacin, mientras que la administracin pblica se ha trasladado a denominaciones como las de gobierno, gestin pblica, estudios pblicos, polticas pblicas y otras parecidas, bajo la idea de adaptarse respecto a la preferencia usual que suele manifestarse a favor de la politologa, misma que se observa inicialmente ms lucrativa o visible que la administracin pblica, cuyo contenido es ms tcnico y operacional. El proceso ha implicado as un ajuste y reacomodo donde particular-mente prevalece ms la insistencia desde el lado politolgico, de asumir una mayor autonoma, mientras que desde el campo de la administracin pblica, las posturas siguen siendo proclives a mantener el vnculo de asociacin entre ambas disciplinas.

    2 Si bien el Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) es la instancia que ofrece en ms de 10 entidades del pas, la concentracin de los recursos, alumnos y programas ms prestigiados continan localizados primordialmente en universidades y centros de investigacin pblicos localizados en la Ciudad de Mxico.

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    Cuadro N 1 Distribucin estatal de los programas de licenciatura en Ciencia Poltica 2009.

    EstadoUniversidad

    PblicaUniversidad

    PrivadaTotal

    Universidades

    Aguascalientes 1 0 1

    Baja California 1 0 1

    Baja California Sur 1 0 1

    Campeche 1 0 1

    Chiapas 0 3 3

    Chihuahua 1 1 2

    Coahuila 1 1 2

    Colima 1 0 1

    Distrito Federal 6 4 10

    Durango 0 2 2

    Guanajuato 0 1 1

    Guerrero 1 1 2

    Hidalgo 1 0 1

    Jalisco 1 4 5

    Estado de Mxico 2 1 3

    Michoacn 0 1 1

    Morelos 0 2 2

    Nayarit 1 2 3

    Nuevo Len 1 2 3

    Oaxaca 1 1 2

    Puebla 3 4 7

    Quertaro 1 1 2

    Quintana Roo 1 0 1

    San Luis Potos 0 1 1

    Sinaloa 1 1 2

    Sonora 0 1 1

    Tabasco 1 1 2

    Tamaulipas 0 1 1

    Tlaxcala 1 0 1

    Veracruz 1 3 4

    Yucatn 0 2 2

    Zacatecas 0 1 1

    Total Nacional 30 42 72

    Fuente: Elaboracin con datos de ANUIES (2007) e investigacin propia

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    El problema para ambas disciplinas es que la oferta existente en materia de posgrado se ha trasladado a la idea de ofrecer programas de alcance coyuntural, y cuya deman-da (una vez acabada la moda) se ha desplazado hasta el extremo de ofrecerlos en una o dos ocasiones para luego desaparecerlos. Sin duda, el terreno de la actualizacin, incluso a travs del empleo de las tecnologas en lnea, la educacin a distancia o de tipo semi-presencial, son una parte importante en esta transformacin, pero nueva-mente aqu encontramos la falta de control y cuidado en la promocin y desarrollo de este tipo de esquemas para generar un proceso adecuado en la formacin y di-fusin de la propia disciplina.

    Ello implica que slo un puado de instituciones (principalmente situadas en la capital del pas) y en consecuencia, nicamente un nmero limitado de acadmi-cos poseen las acreditaciones, medios y percepciones adecuadas que les permitan dialogar y/o al menos estar en condiciones de participar activamente dentro de los crculos de difusin, influencia e impacto de una comunidad cientfica nacional e internacional. Esta problematizacin se complementa con la crtica a los modelos institucionales de evaluacin, mismos que primordialmente atienden a criterios de acumulacin de puntajes, generacin de auto-referencias endogmicas y falta de consistencia en los procesos de dictaminacin, y los cuales se suman a la autocensura y el peso de las influencias dentro de las propias redes acadmicas, tendientes a pro-teger o favorecer a grupos y/o a personajes influyentes dentro de las instituciones (Aguilar Rivera 2009, Altman 2012).

    En este sentido, la ciencia poltica en Mxico se ha contaminado de las tendencias generales que han privilegiado al mercadeo y la rentabilidad acadmica de los programas, prohijando mecanismos poco transparentes que hacen ver la existen-cia de guerras mediticas donde las instituciones invierten recursos cada vez ms importantes para publicitar sus programas e investigaciones a travs de convenios con medios y agencias encargadas de cuidar su imagen. De esta manera, situaciones como los debates en torno a la calidad superior de las instituciones o consultoras privadas sobre las universidades y centros de investigacin pblicas, por ejemplo, es una situacin que evidencia el clima general que impera en torno a la distorsin de la naturaleza de la poltica y los compromisos del Estado en el campo educativo.

    Problema 2: La conformacin de las rutas formativas y temticas de la ciencia pol-tica mexicana se manifiestan hoy en da en el marco de una clara tensin respecto al tipo de contenidos que se consideran como necesarios para poder hablar de una adecuada formacin como politlogos. Mientras que unos se mantienen dentro de la lnea de que lo importante es la adquisicin de ideas, teoras y conocimientos

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    que sirvan para entender e insertarse en el mundo, hay otras voces que consideran que lo importante son las habilidades, tcnicas y capacidades orientadas a resolver los problemas concretos.

    En esta tensin existente, resulta claro que encontrar los equilibrios adecuados en el contexto mismo de la ciencia poltica en relacin a su esencia y su entorno expresan como consecuencia entender o no el peso que tendencias como la interdisciplina, la hibridacin o la globalizacin pueden ofrecernos, sin que por ello debamos perder nocin de la importancia que posee la presencia de valores y principios que guen nuestro comportamiento y compromiso personal de cara a las responsabilidades asociadas con el mbito colectivo.

    Lo anterior ha provocado, por ejemplo, una discusin que torpemente se ha des-plazado a confrontar a la matematizacin y el hiperfactualismo particularista con las propuestas configurativas y holsticas, cuando en realidad ambas siguen siendo dimensiones analticas sustanciales y complementarias entre s. De esta manera, los excesos en una u otra ruta, sin duda tambin presentes, se han convertido en otro incentivo considerable en el proceso de simulacin y / o produccin en su caso, de trabajos poco significativos en sus aportes a la disciplina.

    Problema 3: Como consecuencia del punto anterior, la politologa mexicana se encuentra en una etapa donde se pretende minimizar sus componentes histrico y filosfico dentro del cuerpo de teoras, conceptos y metodologas, para priorizar en cambio los llamados criterios duros de la disciplina que se mantengan asociados con las dimensiones del gobierno y la gestin pblica, a partir de la resolucin concreta de problemas y el uso de habilidades. Esta polmica sigue siendo sustancial respec-to a la identidad con que la disciplina pueda captar el epicentro de la poltica en tanto actividad, a travs de los componentes ms expresivos del momento, como lo implica comparar, evaluar, construir escenarios o simplemente interpretar compor-tamientos en contextos cada vez ms especficos como lo representan los procesos electorales, la toma de decisiones o bien el conocimiento y presencia de la llamada opinin pblica.

    La evaluacin de los planes y programas de estudio vigentes en las universidades, si bien ha venido configurndose en la expectativa de ofrecer ventajas comparati-vas en sus perfiles acadmicos, resulta que cada vez se encuentra ms acotada por elementos de planeacin estratgica y/o clasificacin que relegan la preocupacin cientfica a un segundo plano.

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    Problema 4: Actividades como el periodismo poltico y el uso de los medios de comunicacin masiva han generado una franca explosin de ofertas que intentan atraer y sensibilizar a la poblacin respecto a la importancia del anlisis poltico. Sin embargo, la parte positiva de ello se diluye porque se concentra en pblicos y espacios muy acotados. Hoy vemos programas de anlisis centrados en el desarrollo y cobertura de actividades semanales diversas como ocurre en los espacios guber-namentales, legislativos, judiciales o incluso de los propios medios de comunicacin. Esto sin duda anima a que muchos jvenes vean de manera positiva la vinculacin poltica - medios de comunicacin.

    Tal pluralidad en los medios mexicanos en el tratamiento de los asuntos polticos tambin se expresa en materia de contenidos y estilos de anlisis, lo cual es signo evidente de una creciente democratizacin; pero al mismo tiempo, se observan ten-dencias que nos muestran agendas ocultas que deben considerarse como parte de los paquetes de informacin. Esto termina convirtindose en prcticas de infor-malidad, saturacin y estridencia verbal que alimentan a su vez a otras formas de violencia meditica, con lo que el pblico se queda con una percepcin errnea de la importancia de la poltica en su vida cotidiana, contribuyendo por el contrario, al incremento en el rechazo a la misma.

    Esto afecta igualmente a la imagen del analista poltico de alcance acadmico, en tanto que las expresiones banales o las intuiciones de sentido comn son elementos insuficientes para dar una correcta orientacin al pblico. En el mejor de los casos, la realizacin o mencin de datos duros producto de encuestas o estadsticas ofrecen algn respaldo a dicho trabajo. Pese a todo, este fenmeno ha sido un elemento importante para alentar el incremento en la matrcula escolar dentro de la politolo-ga, causa que se suma a la ruta tradicional de acceder al poder a travs del servicio pblico, y dejando como siempre en un tercer plano a las motivaciones asociadas con la investigacin y la docencia.

    Sin embargo, esta tendencia se constituye en un serio problema, porque muchas veces, los estudiantes se sienten defraudados porque observan que no se les prepa-ra justamente para incursionar para dichos campos mediticos o administrativos, en tanto observan la inclinacin que poseen los programas escolares y quienes los imparten hacia la investigacin o la propia docencia universitaria (Ortiz Leroux y Prez Vega, 2009).

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    Problema 5: No existe una tradicin sustantiva de intercambios o movilizacin de redes o grupos de investigacin, lo cual afecta de manera significativa la calidad y difusin de los trabajos realizados dentro de la disciplina. Pese al impulso a la insti-tucionalizacin, los procesos de intercambio y socializacin acadmica han decado debido a la ausencia de un colegio u asociacin profesional desde hace casi una dcada, lo cual ha implicado que los politlogos y los administradores pblicos slo tengan opciones parciales de reunin nacional a partir de organizaciones que existen en algunos sub-campos y que realizan congresos (como SOMEE, AMEI o AMEP), o bien vayan directamente a los congresos regionales o internacionales organizados por instancias como IPSA o ALACIP, o bien ir a los encuentros nacio-nales de Estados Unidos (APSA) Espaa (AECPA) o de los grupos de investigacin o asociaciones de otras disciplinas (LASA, ALAS, CLAD, ISA, CEISAL o ECPR, por ejemplo). Lamentablemente, la escasez de recursos y contactos hace que la pre-sencia mexicana en congresos como el Centro Americano de Ciencia Poltica, o la asistencia a los organizados por las asociaciones politolgicas de Argentina, Uruguay, Brasil o Chile, entre otros, sea una situacin sintomtica que habla de su aislamiento y desconexin (Vidal de la Rosa, 2010).

    Lo anterior implica que las posibilidades de vinculacin y exposicin por parte de los especialistas mexicanos sea mucho menores a las que poseen politlogos de otras naciones latinoamericanas, y que muchos de los mexicanlogos ms conocidos sigan siendo justamente provenientes de naciones anglosajonas y europeas. Esto se combina incluso con la presencia de un importante componente de politlogos no nacionales residentes dentro del propio pas, pero cuya dinmica de trabajo por desgracia posee poco contacto con las redes de politlogos locales, lo cual tampoco permite generar intercambios de importancia (Aguilar Rivera, 2009).

    Esta condicin inadecuada se torna ms complicada porque los lenguajes de forma-cin, intereses y dinmicas de trabajo no terminan correspondindose entre s, con lo cual tambin se da un enorme desperdicio de recursos en trminos de capital humano, haciendo que prevalezcan los esfuerzos individuales, mientras que los de tipo colectivo se encuentran ms motivados por la urgencia de obtener recursos va convocatorias u obligados por polticas cientficas creadas desde afuera y/o desde arriba, en lugar de ser consecuencia de un desarrollo e inters concreto motivado por las condiciones mismas del avance cientfico.

    Visto en su conjunto, la presencia de estas problemticas combinadas es que la cien-cia poltica mexicana se manifiesta con problemas de crecimiento, de mecanismos de calidad y homogeneidad en sus diversos mbitos de su accin docente y de in-

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    vestigacin, de falta de dilogo e intercambios suficientes sobre su direccin y con-tenidos esenciales, as como de carencia de mecanismos idneos para garantizar la debida difusin y definicin de los espacios profesionales que permitan sistematizar autnticas redes de conocimiento para el avance mismo de la disciplina, ya que en realidad estaramos hablando en sentido estricto de que tenemos apenas a la segun-da o tercera generacin de politlogos ya enteramente formados (no emigrados ni conversos) dentro de la disciplina (Zamitiz y Alarcn Olgun, 1996).

    Si bien esto son manifestaciones de que se tiene la obligacin de emprender accio-nes importantes en todas estas reas para evitar la descomposicin total de la disci-plina, ello no puede ser factor de impedimento para tratar de rescatar y ejemplificar lo que la politologa mexicana ha logrado, y que justamente convierte a todo lo anterior en un desafo interesante, justo para salir de la zona de marasmo y condena mortuoria en la que le han colocado algunos, ms impulsados por un nimo de notoriedad o simple lamentacin, que motivados justamente por dar la batalla y ofrecer soluciones que honren y mantengan la dignidad pertinente de la poltica como medio de respuesta y solucin a las necesidades sociales.

    RefLexiones desde eL Pasado ReCiente sobRe La CienCia PoLtiCa mexiCana

    Los esfuerzos por analizar la especificidad de la ciencia poltica mexicana arran-can propiamente a partir del segundo boom de las disciplinas sociales mexicanas a mediados de los aos setenta del siglo pasado. La llamada revolucin educativa promovida desde la presidencia de Luis Echeverra (1970-1976) dio como resultado la fuerte expansin de las universidades pblicas estatales y la fundacin de impor-tantes centros de investigacin que complementaran a los surgidos en el marco del cardenismo y la Segunda Guerra Mundial entre las dcadas de los treinta y cuarenta, proceso que se dara teniendo como pivotes de la misma a la UNAM y a la Casa de Espaa en Mxico (institucin que dara paso luego a El Colegio de Mxico), en donde se pudo albergar a la base de la inteligencia venida con el exilio espaol y anti-fascista, misma que coexistira con la intelectualidad mexicana que haba sobrevivido la era porfiriana y tambin con la que haba surgido con el proceso revolucionario (Loaeza, 2005; Torres Meja, 1990).

    Dichos inicios, como es de sobra sabido, hicieron que desde la Facultad de Derecho y el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, surgieran las bases docentes

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    e intelectuales (sobre todo de inspiracin francesa y belga, siguiendo a los diseos de las universidades de la Soborna y de Lovaina, por encima de una propuesta que sugiri adoptar preferentemente el esquema de la London School of Economics and Political Science, aunque ambas siguiendo a su vez a las directrices marcadas por la UNESCO a partir de 1949) que daran forma a la primera etapa de la politologa mexicana, gracias a la accin de personajes como Lucio Mendieta y Nez, Emilio O. Rabasa, Ral Carranc y Trujillo, Manuel Germn Parra, as como discpulos suyos como Enrique Gonzlez Pedrero, Horacio Labastida, Francisco Lpez Cmara y Vctor Flores Olea, a quienes se sumaran algunos de los egresados ms destacados de El Colegio de Mxico, como lo sera justamente el caso de Pablo Gonzlez Casa-nova, y finalmente acompaados de brillantes abogados que venan desde el interior del pas, como lo sera el caso de Ral Cardiel Reyes. Con el inicio de la carrera de Ciencias Polticas en la UNAM, cabe destacar que el primer alumno titulado sera Moiss Ochoa Campos, quien en 1955 present una tesis intitulada La reforma municipal. Historia municipal de Mxico (Ochoa Campos, 1955).

    Salvo por la fundacin de los programas de la Universidad Iberoamericana (primera entidad privada en hacerlo) y el de la Universidad Autnoma de Baja California a mediados de los aos sesenta, la dispora fundacional de centros y programas espe-cializados en ciencia poltica y administracin pblica tendra un impulso de manera pujante con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa a partir de 1971. Gracias a este hecho, el Estado mexicano pudo otorgar becas que permitieron la salida de una cantidad muy importante de personas que tenan entonces la opcin de prepararse en universidades extranjeras, adems de que localmente se decidi abrir instituciones de rango medio (tipo think-tank) que pudieran atender de manera ms directa a los intereses del Estado y no slo a la educacin masiva.

    Como consecuencia de ello, se dio el surgimiento de instancias como el CIDE, el INAP, la sede Mxico de la FLACSO, el Instituto Mora, el CIESAS, entre otros centros que serviran adicionalmente para ampliar la oferta inicial de posgrados con intereses dentro de la disciplina y que apenas unos aos antes comenzaba a ser atendida por la propia UNAM o el Colegio de Mxico, mismo que justamente haba iniciado un primer esfuerzo de creacin de una maestra en Ciencia Poltica bajo el impulso de personajes como Rafael Segovia y Mario Ojeda, as como dis-cpulos suyos como Lorenzo Meyer o Soledad Loaeza, si bien bajo una perspectiva ms cercana tanto a las relaciones internacionales y la poltica comparada, as como posteriormente pondran especial atencin al estudio de la administracin pblica, haciendo que por largo tiempo, el rgimen poltico encontrara una mayor afinidad

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    y apoyo intelectual en esta instancia, que lo recibido desde las instituciones pblicas como la Universidad Autnoma Metropolitana (fundada en 1974) o en la ya referi-da UNAM, quienes gracias a los pensadores del exilio latinoamericano reforzaran sus enfoques gracias a la adopcin de los esquemas del estructuralismo marxista francs (Althusser / Poulantzas) y del nuevo marxismo britnico (Miliband, Ander-son, Jessop), que junto con la interpretacin cultural gramsciana y de la escuela de Frankfurt, los fundamentos del eurocomunismo y la nueva social-democracia ita-liana y alemana seguan siendo predominantes en un ambiente demasiado deterio-rado despus de los fracasos estudiantiles y guerrilleros de los aos sesenta y setenta basados en el leninismo, el trostkismo y el maosmo, corrientes que haban marcado a la enseanza de la poltica como una de tipo estrictamente doctrinario y militante y cuyos efectos se irradiaron hacia las universidades estatales del resto del pas donde estuviera la enseanza de las ciencias sociales en general (Meyer y Camacho, 1979).

    De esta manera, la politologa mexicana de los aos setenta se ve alentada con la llegada del exilio intelectual ahora proveniente desde Amrica del Sur, lo cual refor-zara por un mayor tiempo el sello ms europesta de la disciplina respecto a lo que pasara hacia mediados de los aos ochenta y noventa, cuando el proceso de crisis y el proceso hacia la democratizacin curiosamente provocaron la necesidad de ir a un espacio ms cercano para salir y formarse, como lo seran los Estados Unidos.

    Sin embargo, temas como la teora de la dependencia o el estudio del Estado corpo-rativo-populista (Ruy Mauro Marini, Theotonio dos Santos, Ren Zavaleta, Marcos Kaplan, entre los ms significativos miembros de dicha generacin), curiosamente hallaron terreno frtil dada su asociacin con las tesis clsicas de lucha contra el imperialismo y el colonialismo, as como con la crtica al llamado bonapartismo y al colaboracionismo de clases con que se segua manteniendo la hegemona y el control desptico-represivo del rgimen autoritario del Estado capitalista perifrico de tipo nacionalista (destacando por ejemplo, los anlisis creativos de gente como Carlos Pereyra, Rolando Cordera, Juan Felipe Leal, Roger Bartra, todos ellos en-tonces enfrascados en una construccin de una alternativa nacional de izquierda socialista y democrtica).

    El Colegio de Mxico, por su parte, agregaba otro componente de contraste respec-to a la UNAM, a partir de su perspectiva e inters en interpretar la historia poltica contempornea, la cual fue alimentada desde luego por su fundador Daniel Coso Villegas, y que fue posteriormente seguida por un conjunto amplio de discpulos (el primero de ellos, Moiss Gonzlez Navarro, y posteriormente, Enrique Krauze, Hctor Aguilar Camn, Jean Meyer o Luis Medina Pea), cuestin que desde la

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    UNAM tuvo su expresin propia por los trabajos de corte social hechos por Gastn Garca Cant, quienes son mantenidos en la actualidad por personajes como Arnal-do Crdova, Adolfo Gilly o Javier Garca-Diego. Sin duda alguna, el sello y huella de este proceso habla hasta hoy de uno de los campos ms minuciosos en los cuales destaca el inters de la politologa mexicana.

    Esto provocara consecuentemente el crecimiento y presencia de una nueva era en los enfoques temticos y en el uso de las metodologas dentro de la disciplina, como producto de esa misma necesidad de entender fenmenos y procesos polticos ya no anclados en la revolucin de corte marxista, sino en los nacientes procesos elec-torales y en la construccin de instituciones democrticas que pudieran trascender a los regmenes autoritarios y a las dictaduras militares que se estaban agotando en muchas partes del orbe. De hecho, este giro marca una diferencia respecto a las pro-blemticas enfocadas desde el espacio de la sociologa poltica, misma que concen-traba su inters en aspectos como el estudio de las clases dominantes y dominadas, especialmente las segundas, a partir de la presencia de trabajos sobre el movimiento obrero y el campesinado en Mxico, cuestiones necesarias para entender la existen-cia y patrones del capitalismo imperante, y de qu manera deban darse la crisis y el derrumbe final que daran paso a la revolucin.

    Sin embargo, la politologa se colocar a partir de los aos ochenta y noventa como una disciplina que ofrecer el instrumental y las preguntas de investigacin necesa-rias para entender el momento especfico por el cual estaba atravesando la realidad mexicana en su demanda por encontrar respuestas rpidas a la crisis econmica in-ternacional, a la cada del Estado Benefactor y a la urgencia por promover reformas polticas eficaces para preservar la continuidad del rgimen. Temas como la naciona-lizacin de la banca y la ruptura de los empresarios con el rgimen, estudiados por Cristina Puga, Matilde Luna, Ricardo Tirado o Francisco Valds Ugalde, harn que ahora este sector fuera revisado de manera asidua a travs de sus organizaciones y su reinsercin en la poltica. Asimismo, se comenzaron a ver los impactos de la apertura comercial, las privatizaciones y todo lo que vena asociado con los paradigmas del neoconservadurismo poltico y el neoliberalismo monetarista a escala internacional.

    La pluralidad que comenzaba a manifestarse dentro de los perfiles de la clase po-ltica, llevar tambin a ver la importancia de estudiar con mayor detenimiento el proceso de reclutamiento y permanencia de las elites (revisada por autores como Peter H. Smith o Roderic Ai Camp, y hoy continuada por Samuel Schmidt, Larissa Adler o Jorge Gil Mendieta) para as entender lo que vino acambiar en la toma de decisiones, en los modelos organizativos y el tamao del Estado, as como tambin

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    se comienza a dar un acelerado proceso de incorporacin de las instituciones priva-das en los terrenos de investigacin y la docencia. De ah que el convulso presente inmediato comenzara a pensarse dentro de un giro conceptual muy importante que hace ver el desarrollo de la ciencia poltica como el vehculo idneo para lograr el cambio y la alternancia democrtica, con lo que comenzara a terminarse con la supuesta condicin sui generis del rgimen poltico mexicano, llevada al rango incluso de ser un "milagro" por los estudiosos de la poca, desde los tericos de ori-gen estadounidense como Roger D. Hansen, Frank Brandenburg, o Robert Scott, y acadmicos destacados en el estudio del autoritarismo como Jos Luis Reyna o Manuel Villa Aguilera.

    eL PResente PoLitoLgiCo en mxiCo

    a) Sus protagonistas en algunas de sus lneas relevantes

    El presente politolgico mexicano se encuentra manifestado a partir de un conjun-to de lneas de trabajo que pueden centrarse en algunos temas, que si bien no son exhaustivos, s nos muestran la profundidad y diversidad logrados especialmente en terrenos como los estudios electorales, la valoracin misma de la transicin poltica, adems del rediseo legal y funcional de las instituciones, as como en el crecimien-to de la importancia de la comunicacin y la cultura poltica como mecanismos asociados con el inters que se observa en el surgimiento de una sociedad civil ms participativa. Debo decir que hay campos que explcitamente quedan fuera de este anlisis (sobre todo los asociados de manera expresa con el mbito de la administracin y las polticas pblicas), y que ciertamente obligan a una discusin con ms conocimiento de los mismos. Slo abordar como excepcin el relativo a la teora y filosofa polticas, en virtud de la importancia que este campo posee para la formacin de buenos referentes histrico-conceptuales para la propia disciplina politolgica.

    Los aos de la ruptura y cada del autoritarismo, mismos que comenzaron a darse en forma vertiginosa a partir de la alternancia poltica del ao 2000, estuvieron plagados de importantes trabajos acerca de la manera que deba darse el cambio po-ltico e institucional en Mxico. En ese proceso, la presencia de autores como Ma-nuel Camacho Sols, Lorenzo Meyer, Luis F. Aguilar Villanueva, Jacqueline Peschard, Francisco Jos Paoli Bolio, Luis Javier Garrido, Alberto Aziz Nassif, Iln Bizberg o Jos Woldenberg, quienes junto con la perspectiva procedente desde el mbi-

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    to jurdico a travs de autores como Diego Valads o Jorge Carpizo, dieron pistas sobre los mecanismos necesarios para mejorar tanto la forma y el contenido de la Constitucin y el rgimen presidencial como pautas esenciales para que se pudieran concretar justamente en la democratizacin de mbitos como el de los poderes y en los procesos electivos.

    Las elecciones y los partidos polticos comenzaron a significarse como uno de los temas sustantivos de la literatura politolgica desde mediados de los aos setenta, gra-cias al impulso de las reformas conducentes en la materia con trabajos pioneros como los de Vicente Fuentes Daz, Octavio Rodrguez Araujo, Pablo Gonzlez Casanova, Daniel Moreno, Samuel Len, Germn Prez Fernndez del Castillo, Jorge Alonso y Silvia Gmez Tagle, entre otros, mismos que seran continuados por autores dentro de una siguiente generacin como Juan Molinar Horcasitas, Mauricio Merino, Carlos Sirvent Gutirrez, Juan Reyes del Campillo, Leonardo Valds Zurita, cuyos trabajos de orden general se complementarn por los estudios cada vez ms especializados (espe-cialmente ya enfocados en lo relativo a los procesos internos de los partidos o a pro-cesos electorales en especfico) como los realizados desde la UNAM por Rosa Mara Mirn Lince, Francisco Reveles Vzquez, Marcela Bravo Ahja o Hctor Zamitiz. La UAM ha representado otro importante sector de participacin en el tema electoral, destacando autores como Esperanza Palma, Gustavo Ernesto Emmerich, Mara Euge-nia Valds Vega, Guadalupe Pacheco, Miguel Gonzlez Madrid, Pablo Javier Becerra, Javier Santiago Castillo, Jorge Javier Romero, Manuel Larrosa Haro, Hctor Tejera Gaona, Roberto Gutirrez, entre otros.

    Por su parte, espacios como el CIDE posee a investigadores importantes en la ma-teria como Joy Langston, Andreas Schedler, Jos Antonio Crespo o Francisco Javier Aparicio, quienes se suman a analistas como Irma Mndez de Hoyos, Nicols Loza, Benjamn Temkin o Rodrigo Salazar en la FLACSO-Mxico, o como Alejandro Moreno, Federico Estvez y Eric Magar (ITAM), Alejandro Monsivis o Silvia Du-trenit (Instituto Mora) o Gustavo Lpez Montiel (ITESM-Campus Ciudad de M-xico). Finalmente, resulta muy sustancial destacar el papel tomado por la UNAM a travs de su Instituto de Investigaciones Jurdicas, quienes han venido formando un potente equipo de investigacin dentro de los aspectos jurisdiccionales y procesales, en donde destacan Lorenzo Crdova, Csar Astudillo, John M. Ackerman, Pedro Salazar, Miguel Carbonell o Mara del Pilar Hernndez.

    Sin embargo, cabe decir que los temas electorales han proliferado gracias a la presen-cia de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales (SOMEE), misma que es uno de los desprendimientos ms exitosos del Consejo Mexicano en Ciencias Sociales

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    (COMECSO) y la cual ha celebrado congresos desde hace ms de 20 aos y que posee un medio acadmico: la Revista Mexicana de Estudios Electorales, desde hace cerca de una dcada. Esto justamente ha sido un catalizador para la expansin en el pas sobre este campo de estudio, habiendo a la fecha importantes grupos estableci-dos en universidades estatales como el Estado de Mxico (Igor Vivero, Aldo Muoz, Javier Arzuaga), Colima (Enrique Chaires), Guanajuato (Juan Russo, Marcela vi-la, Fernando Barrientos, Aide Hernndez), Guerrero (Margarita Jimnez Badillo), Quertaro (Martha Gloria Morales), Sinaloa (Ernesto Hernndez Norzagaray), Baja California (Vctor Alejandro Espinoza Valle) o Puebla (Juan Luis Hernndez, Vc-tor Reynoso y Ren Valdiviezo), quienes son algunos ejemplos de politlogos que muestran una solvencia y capacidad probada de anlisis sobre los procesos polticos locales3.

    Adicionalmente, podemos destacar que otro mbito de estudio institucional con importantes xitos en el desarrollo de trabajos en la arena parlamentaria. El inters sobre este campo se desprende sobre todo a partir de la recomposicin de poderes en las entidades federativas a partir de los aos noventa, haciendo que como sola ocurrir con otros temas, muchas de sus interpretaciones provinieran desde el exte-rior, particularmente desde los Estados Unidos, tal y como ocurra en el caso de las interpretaciones de los procesos electorales y buena parte de la dinmica del sistema poltico. Su avance se ha consolidado parcialmente a partir de la existencia desde el ao 2001 de la Asociacin Mexicana de Estudios Parlamentarios (AMEP), la cual ha realizado hasta la fecha varios congresos de alcance nacional, misma que ha inten-tado complementarse con la presencia y vinculacin con los centros e institutos de investigacin legislativa que poseen tanto el Congreso federal como buena parte de los existentes en las entidades federativas del pas.

    Los aos noventa permitieron la aparicin de trabajos como los de Luisa Bjar Algazi, Jeffrey Weldon, Benito Nacif, Mara Amparo Casar, Susana Thalia Pedroza de la Llave, Luis Carlos Ugalde, Arturo Alvarado y de manera ms reciente los de Fernando Dworak, Laura Valencia Escamilla, lvaro Lpez Lara, Adrin Gimate-Welsh, Cecilia Mora Donatto y Ricardo Espinoza Toledo. En esta parte cabe ver los estudios acerca del diseo y la productividad legislativa, la cohesin partidista o bien la mecnica de los llamados gobiernos divididos, sobre todo a partir de los procesos de alternancia tanto en el plano federal como estatal.

    3 Recientemente, bajo la direccin de Csar Astudillo, el IIJ-UNAM ha sacado el primer nmero de la Revista Mexicana de Derecho Electoral.

  • La Ciencia Poltica mexicana. Reflexiones sobre su pasado, presente y porvenir

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    Una de los temas interesantes que tambin ha ofrecido importantes avances en el estudio de la politologa son los medios de comunicacin, los asuntos de cultura poltica y el desarrollo de los estudios de opinin pblica. El tema lleva a ubicar a destacados autores como Ral Trejo Delarbre, Vctor Manuel Durand Ponte, Anna M. Fernndez Poncela, Yolanda Meyenberg, Ulises Beltrn, Ricardo de la Pea, Julia Isabel Flores, Murilio Kuschick, Francisco Abundis, entre otros. Aqu lo ms impor-tante es el acercamiento a un verdadero recorrido respecto a cmo se van detectan-do las actitudes y comportamientos polticos en torno a la propia democracia; cmo se ha venido transformando entre los diversos sectores de la sociedad su visin del mundo y de la poltica, y desde luego, la medicin de las preferencias electorales en periodos de campaa.

    Una mencin aparte merece abordar el campo de la teora y la filosofa polticas, un terreno que en los ltimos aos se ha visto replegado dentro de muchos de los planes y perfiles docentes. Es un terreno cada vez ms difcil de cultivar; sin embargo, an se puede resaltar la labor de profesores como Judit Bokser, Jos Luis Hoyo, Enrique Surez Iiguez, Jos Fernndez Santilln, Fernando Castaeda, Nora Rabotnikof, Luis Salazar, Antonella Attili, Jess Rodrguez Zepeda, Ambrosio Ve-lasco, Jorge Velzquez Delgado, Jos Luis Orozco, Francisco Gil Villegas M., Gina Zabludovsky o Lidia Girola, por mencionar a varios de los colegas que han tratado de asimilar y aplicar la teora poltica en la idea de ofrecer guas importantes de formacin y contextualizacin de los grandes autores y conceptos clsicos de la disciplina, pero con una pretensin interpretativa del presente.Asimismo, muchos de ellos permitieron equilibrar la balanza existente por el peso desmedido que posea el marxismo ortodoxo, y permitieron en una primera etapa, traer a la palestra el reingreso de los pensadores clsicos de la antigedad por su propio peso y contextos, a la vez que permiti abrir la mirada a las discusiones importantes en temas como las teoras de la justicia, los problemas de la igualdad en el marco de la discusin entre liberales y comunitaristas, los temas de gnero, el estudios de los derechos humanos, la violencia poltica, la tolerancia y la no discriminacin, as como son una fuente muy importante para la insercin de temas como la accin colectiva, el individua-lismo metodolgico, la teora de juegos y la eleccin racional como fundamentos epistmicos de una ciencia poltica con bases normativo-analticas y no slo de tipo ideogrfico-especulativo.

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    Volumen 50, N 1, 2012

    b) La infraestructura y los recursos disponibles

    La ciencia poltica mexicana, pese a las dificultades operativas ya expresadas, sin duda es una de las ms institucionalizadas en el espacio iberoamericano. En la actualidad dispone de una importante cobertura de medios y recursos que formalmente le co-locan dentro de una posicin atractiva en cuanto polo de atraccin de importantes flujos de acadmicos de otros lares que deciden venir a estudiar o permanecer labo-ralmente. Como se ha mencionado lneas atrs, la diversificacin institucional de la disciplina a nivel nacional es notable sobre todo a partir de 1971 con la creacin de CONACYT, en los aos ochenta con la presencia de COMECSO, pero sobre todo a partir de los aos noventa del siglo pasado con la puesta en marcha del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) o del Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP), mismos que funcionan como mecanismos de complementacin eco-nmica y de aliento a la permanencia del personal de alto nivel dentro del mbito de la educacin superior a partir de la formalizacin de grupos y redes de investigacin.

    Cabe tambin indicar que no todo han sido simples programas de incentivos, sino tambin se ha complementado con el despliegue de estrategias de evaluacin y cer-tificacin de los programas docentes, de las revistas de investigacin acadmica, as como la emisin de convocatorias para la asignacin competitiva de recursos en la realizacin de proyectos sectoriales o emprender estancias postdoctorales. El modelo educativo mexicano, adems de que varias de sus universidades cuentan con esque-mas propios de becas y estmulos, todava garantiza por ley la posibilidad de que las plazas se sometan a concurso de oposicin; que las mismas tengan un estatuto de definitividad una vez asignadas, as como que se pueda disfrutar de permisos o ao sabtico (mismo que regularmente se otorga una vez cubiertos 6 aos de servicio). Estos elementos de estabilidad laboral son una piedra angular que han permitido trazar polticas de investigacin importantes al paso del tiempo.

    Otro aspecto importante es la evolucin misma de las redes y medios de publicacin disponibles. En la actualidad se puede decir que slo existe un puado de revistas plenamente dedicadas al estudio preferente de la disciplina. Sin embargo, desde la aparicin de la Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales de la UNAM en 19554, cabe decir que no slo la estructura acadmica politolgica se sostiene

    4 Cabe resaltar la presencia de algunas revistas acadmicas que si bien hoy no pertenecen al padrn de revistas de CONACYT (ver cuadro 2), como lo son Estudios Polticos (UNAM), la Revista de Administracin Pblica (INAP), Sociolgica (UAM-Azcapotzalco) o Espacios Pblicos de la UAEM, su aportacin ha sido importante debido a la antigedad de las mismas. Otras revistas significativas, pero que ya no se editan fueron: El Trimestre Poltico (editada por el FCE); Nueva Poltica; y, Cuadernos Polticos (Editorial Era).

  • La Ciencia Poltica mexicana. Reflexiones sobre su pasado, presente y porvenir

    48 Poltica / Revista de Ciencia Poltica

    con este tipo de trabajos, sino que tambin se poseen revistas mensuales de anlisis poltico (Nexos, Letras Libres, Este Pas, Voz y Voto, El Cotidiano, por ejemplo), adems de portales de servicios y medios electrnicos cada vez ms dedicados a los estudios de coyuntura, as como la presencia de suplementos periodsticos, que junto con las pginas editoriales de la mayora de los diarios nacionales (donde cada vez ms intervienen politlogos), puede decirse que hay una importante fuente para la difusin que comienza a estar extendida ahora a los programas de radio y televisin. Sin embargo, muchas veces se presenta la tendencia de confundir periodistas con comentaristas o analistas polticos, a los que coloquialmente se les termina de cali-ficar como opinionlogos, y cuya calidad de contenidos deja mucho que desear.

    Por otra parte, existe una confusin importante respecto a la manera con que la literatura poltica se difunde. El inters de las libreras e incluso las editoriales ms comerciales se orienta hacia los best-sellers que resaltan algn escndalo de moda, biografas de candidatos o personajes pblicos, fenmenos actuales como la narco-violencia o en el mejor de los casos, algn trabajo que si bien posee una base aca-dmica, sta es simple y poco trascendente. Otro elemento importante es que se privilegian las compilaciones o antologas de libros donde los coordinadores renen, a veces con escasa fortuna, trabajos que muchas veces no cumplen de manera ade-cuada con la rigurosidad y aportacin cientfica que demandan las temticas con-vocadas.

    De esta manera, los trabajos de gran calado, hoy cada vez restringidos a las tesis de grado (y stas cada vez menos frecuentes en calidad, debido a la premura con que se realizan), slo poseen salidas por la va de la publicacin impresa o electrnica a travs de las propias universidades donde fueron presentadas, o bien dentro de edi-toriales menores que aceptan la publicacin de los mismos costeados por los propios autores (un fenmeno al que se recurre con ms frecuencia en varios pases de la zona), pero sin que stos pasen por una debida dictaminacin (aunque muchos de los usuarios de estas vas aduzcan que se posee un aval a partir del tribunal o snodo examinador que valid dicho trabajo, adems de que se defiende esta va como la nica realmente disponible para que investigadores jvenes puedan tener una primera oportunidad de publicacin o bien aquellos investigadores que deben esca-parse de las clsicas restricciones con que los grupos de poder acadmicos controlan y/o castigan a sus adversarios) (Vidal de la Rosa, 2010).

    El problema de la comercializacin de las publicaciones acadmicas universitarias apenas va entrando a un proceso de respuesta que intenta aprovechar la presencia de las cadenas de distribucin y consulta va internet, as como comienza a darse la

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    fundacin de e-journals, cuya ruta de difusin suple por motivos de costo y radio de cobertura a las publicaciones tradicionales. De hecho, hoy resulta cada vez ms significativa la tendencia y la exigencia impuesta por el CONACYT para ponderar el nivel de impacto y calidad de las revistas acadmicas, a partir de mostrar estadsti-cas confiables de consulta, referencias y visitas que sean proporcionadas por portales que contengan bases de datos a nivel nacional e internacional como Redalyc, Latin-dex, SCielo o Dialnet, por mencionar slo algunas de las que operan en el mbito iberoamericano. El cuadro que se muestra a continuacin nos presenta el escenario de revistas existentes en ciencias sociales y humanidades donde regularmente se aceptan colaboraciones que abordan algn tema de anlisis politolgico.

    Cuadro N 2. ndice de Revistas mexicanas de Investigacin Cientfica y Tecnolgica

    rea IV. Humanidades y Ciencias de la Conducta (Se consignan revistas donde eventualmente participan temas de ciencia poltica)

    Revista Organismo que edita Ao Vigencia

    Alteridades (Antropologa Poltica)

    Universidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa

    2007 2012

    Cuicuilco, Nueva poca (Antropologa o Historia Poltica)

    Escuela Nacional de Antropologa e Historia

    2007 2016

    Desacatos. Revista de Antro-pologa Social (Antropologa o Historia Poltica)

    Centro de Investigacin y Estudios Superiores en Antropologa Social

    2007 2014

    Dianoia (Filosofa Poltica)UNAM - Instituto de Investigaciones Filosficas

    2004 2014

    Estudios de Asia y frica (Es-tudios Polticos Comparados)

    El Colegio de Mxico, A. C. 2007 2014

    Historia Mexicana (Historia Poltica)

    El Colegio de Mxico, A. C. 2007 2012

    Poltica y Cultura (Ciencia Poltica)

    Universidad Autnoma Metropolitana-Xochimilco

    2007 2014

    Relaciones, Estudios de His-toria y Sociedad (Historia Poltica)

    El Colegio de Michoacn, A.C. 2007 2012

    Revista de Estudios de G-nero. La Ventana (Gnero y Poltica)

    Universidad de Guadalajara 2007 2014

    Secuencia (Historia Poltica)Instituto de Investigaciones Dr. Jos Mara Luis Mora

    2007 2012

    Signos Filosficos (Filosofa Poltica)

    Universidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa

    2004 2014

  • La Ciencia Poltica mexicana. Reflexiones sobre su pasado, presente y porvenir

    50 Poltica / Revista de Ciencia Poltica

    Revista Organismo que edita Ao Vigencia

    Signos Histricos (Historia Poltica)

    Universidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa

    2007 2012

    ndice de Revistas mexicanas de Investigacin Cientfica y Tecnolgica rea V. Ciencias Sociales

    (Slo se consignan revistas asociadas con Ciencia Poltica)

    Revista Organismo que edita Ao Vigencia

    Andamios, Revista de Inves-tigacin Social

    Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico

    2007 2014

    Anuario Mexicano de Derecho Internacional

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    2009 2016

    ArgumentosUniversidad Autnoma Metropolitana-Xochimilco

    2007 2016

    Boletn Mexicano de Derecho Comparado

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico Instituto de Investigaciones Jurdicas

    2007 2014

    Comunicacin y Sociedad Universidad de Guadalajara 2007 2012

    Confines de Relaciones Inter-nacionales y Ciencia Poltica

    Instituto Tecnolgico y de Estudios Su-periores de Monterrey-Campus Mon-terrey

    2011 2013

    ConvergenciaUniversidad Autnoma del Estado de Mxico

    2007 2012

    Cuestiones Constitucionales Revista Mexicana de Derecho Constitucional

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico Instituto de Investigaciones Jurdicas

    2007 2012

    CulturalesUniversidad Autnoma de Baja California

    2009 2016

    En-Claves del PensamientoInstituto Tecnolgico y de Estudios Su-periores de Monterrey, Campus Ciudad de Mxico

    2010 2012

    Estudios Fronterizos. Re-vista de Ciencias Sociales y Humanidades

    Universidad Autnoma de Baja California

    2007 2012

    Estudios SocialesCentro de Investigacin en Aliment-acin y Desarrollo, A.C.

    2007 2014

    Estudios Sociolgicos El Colegio de Mxico, A. C. 2007 2012

    Foro Internacional El Colegio de Mxico, A. C. 2007 2012

    Frontera Norte El Colegio de la Frontera Norte, A. C. 2007 2012

    Gestin y Poltica PblicaCentro de Investigacin y Docencia Econmicas, A.C.

    2007 2012

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    Vctor Alarcn Olgun

    Volumen 50, N 1, 2012

    Revista Organismo que edita Ao Vigencia

    Migracin y DesarrolloRed Internacional de Migracin y Desarrollo

    2010 2016

    Migraciones Internacionales El Colegio de la Frontera Norte, A. C. 2007 2012

    Norteamrica, Revista Aca-dmica del CISAN-UNAM

    UNAM, Centro de Investigaciones sobre Amrica del Norte

    2010 2016

    Nueva Antropologa. Revista de Ciencias Sociales

    Instituto Nacional de Antropologa e Historia

    2007 2014

    Papeles de PoblacinUniversidad Autnoma del Estado de Mxico

    2007 2012

    Perfiles LatinoamericanosFacultad Latinoamericana de Ciencias Sociales - Sede Mxico

    2007 2012

    PolisUniversidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa

    2011 2013

    Poltica y GobiernoCentro de Investigacin y Docencia Econmicas, A.C.

    2007 2012

    Regin y Sociedad, Revista del Colegio de Sonora

    El Colegio de Sonora, A.C. 2007 2012

    Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico-FCPyS

    2011 2013

    Revista Mexicana de Sociologa

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Sociales

    2007 2012

    Fuente: CONACYT. ndice de Revistas Cientficas Mexicanas (2012) http://www.conacyt.gob.mx/Indice/Paginas/default.aspx

    En este sentido, cabe decir que todava falta mucho por trabajar en el fortaleci-miento e intercambio de verdaderos catlogos hemerogrficos y bibliogrficos que nos permitan tener un cabal conocimiento de la produccin editorial que se emite anualmente dentro de la especialidad y que la misma se encuentre organizada tem-ticamente. El anquilosamiento de los departamentos de produccin y distribucin editorial (particularmente en las universidades) ejemplifica una muestra del contra-sentido que implica tener una infraestructura amplia, pero a la vez poco articulada, dado que no poseen mecanismos ni personal idneos para penetrar adecuadamente en los mbitos masivos de consumo.

    eL PoRveniR

    Mucho de lo que podemos hablar como porvenir de la disciplina politolgica en M-xico se puede valorar en trminos de una mayor preeminencia de campos tales como

  • La Ciencia Poltica mexicana. Reflexiones sobre su pasado, presente y porvenir

    52 Poltica / Revista de Ciencia Poltica

    la poltica comparada, el desarrollo de los problemas asociados con las polticas pbli-cas, el uso de enfoques como el neoinstitucionalismo y la eleccin racional para trazar las rutas de desempeo prospectivo y/o retrospectivo que puedan mostrar los agentes y las agencias gubernamentales. El inters por evaluar la calidad de la democracia resultante hace que se est incursionando en la adopcin de tcnicas y metodologas organizacionales, a efecto de poder establecer dinmicas de (auto) control ms eficaces.

    Por otra parte, las preocupaciones respecto al desempeo de las elecciones, los partidos polticos, las instituciones de transparencia y rendicin de cuentas, el anlisis de la vio-lencia poltica y los derechos humanos, adems de las cuestiones de gnero, nos mues-tran un ngulo de atencin cada vez ms agudo en torno a las polticas de atencin a la pobreza y los programas sociales que son desplegados desde el Estado con tal fin.

    Como ya se haba mencionado, los estudios en materia legislativa o judicial han ve-nido a ocupar un importante campo de accin, motivando que diversas institucio-nes comiencen a crear grupos o centros especializados con dicho fin. Por otra parte, desde el espacio de las consultoras, fundaciones u organizaciones civiles, resulta muy claro el desarrollo de los llamados observatorios ciudadanos que estn teniendo capacidades de atencin y seguimiento mucho ms rpidas que los centros universi-tarios tradicionales. En este aspecto, es importante tomar conciencia de que muchos de los debates ms sustantivos e influyentes pasan cada vez ms por esa va, relegando a un segundo plano la aportacin de los investigadores vinculados a las dinmicas tradicionales de comunicacin como la prensa o las propias revistas impresas.

    Una evolucin tan vertiginosa como la que se ha comenzado a experimentar en los ltimos aos se complementa con la presencia de aspectos como la certifica-cin y mantenimiento de la calidad acadmica de los programas docentes. Desde el presente siglo, se tienen dos vas para avanzar en esa ruta como lo son los Comits Interinstitucionales de Evaluacin de la Educacin Superior (CIEES) y la Asocia-cin para la Acreditacin y Certificacin en Ciencias Sociales, A.C. (ACCECISO), quienes se han dado a esta importante tarea, a la cual muchas instituciones no han querido someterse so pretexto de que dichas acciones reducen su autonoma o bien piensan que ello implica alguna afectacin a su estabilidad laboral. Sin embargo, esto es de la mayor importancia y aqu estriba uno de los mayores desafos a solventar en los prximos aos. No obstante que la cantidad de programas de estudios ha crecido lentamente en los ltimos aos (ver anexo), stos se han sometido al proceso de evaluacin y acreditacin de sus programas de estudio.

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    Vctor Alarcn Olgun

    Volumen 50, N 1, 2012

    Finalmente, hay un reto que se asocia con este ltimo tema de la calidad y el futuro mismo de la disciplina, y esto implica la imposibilidad de seguir careciendo de una autntica organizacin gremial que pueda resolver adecuadamente un conjunto de problemticas como las que se han detectado por los diversos anlisis que se han realizado en el tiempo reciente. La ausencia y desarticulacin real que muestra el Colegio Nacional de Ciencias Polticas y Administracin Pblica (cuya fundacin data de 1974), instancia que tuvo importantes pocas de resultados y publicaciones (incluso logr llevar a cabo cuatro congresos nacionales, dos en Ciudad de Mxico, uno en Colima y otro en Toluca), hoy es una red de pequeas filiales locales desarti-culadas y en manos de personas que se han eternizado en dichos cargos.

    Sin embargo, hoy estamos ante la vspera de la formacin de la Asociacin Mexicana de Ciencia Poltica (AMECIP), cuya asamblea constitutiva en la ciudad de Mrida, Yucatn, celebrada en junio de 2012, habla por s misma de la pluralidad y fuerza de una propuesta necesaria, ya que sta no vino desde el centralismo de las grandes universidades de la Ciudad de Mxico, sino que se construy desde profesionales de la ciencia poltica primordialmente radicados en el interior del pas5. Esto me parece el signo ms promisorio que nos d pauta a pensar que la ciencia poltica mexicana pueda enderezar su rumbo para as estar a la altura de las exigencias que le demanda su propia trayectoria y logros.

    Me atrevo a cerrar este anlisis destacando que si bien la politologa mexicana posee problemas propios del crecimiento y la complejidad con la que se mueve una socie-dad plural, crecientemente exigente y necesitada de profesionales comprometidos y capacitados en las mejores tcnicas e ideas, eso no implica que la respuesta sea mantener a la disciplina en un nivel de aislacionismo que es tan contraproducente como las actitudes que piensan slo en mirar a un cierto tipo de trabajos, idiomas o espacios para la difusin de sus conocimientos o quienes de manera torpe vaticinan una supuesta muerte de la disciplina.

    Sin duda, la politologa mexicana debe coordinarse mejor hacia adentro y hacia afuera, pero especialmente resulta importante trazar nuevos vasos comunicantes con el entorno latinoamericano, a efecto de construir mayor densidad de intercambios y colaboraciones en todos los planos de la disciplina, y para ello resulta necesario

    5 Este es su rasgo distintivo frente al Consejo Mexicano de Investigacin en Ciencia Poltica (COMICIP), organizacin tambin recientemente creada, pero que inicialmente agrupa a investigadores procedentes de universidades ubicadas en la capital del pas. El tiempo y el trabajo sern los que determinen si una u ambas podrn ser capaces de integrar a la politologa mexicana.

  • La Ciencia Poltica mexicana. Reflexiones sobre su pasado, presente y porvenir

    54 Poltica / Revista de Ciencia Poltica

    ir al encuentro con la escritura y recuperacin de testimonios que hablen ya de la ciencia poltica mexicana que ha sido hecha desde las regiones, lo cual tambin nos permita atisbar en esas especificidades relatadas y evaluadas por sus propios prota-gonistas, a la vez que nos permita romper definitivamente con la imagen centralista que se mantiene hasta la fecha sobre la historia y desarrollo mismo de la disciplina (por ejemplo Heras, 2006).

    Termino esta reflexin con la esperanza que la ciencia poltica mexicana siga como hasta ahora, teniendo desafos como los que enfrenta, pero que en ese camino man-tenga y anime a quienes tomen la estafeta, a poseer un claro compromiso por en-tender sus races y ser capaces de proyectarlas con sentido de futuro, tica cientfica y visin social.

    RefeRenCias bibLiogRfiCas

    Aguilar Rivera, Jos Antonio (2009). El enclave y el incendio. Revista Nexos, N 276, disponible en: http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=12

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    Guerrero, Omar (2010). La administracin pblica a travs de las ciencias sociales. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.

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    Vctor Alarcn Olgun

    Volumen 50, N 1, 2012

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    Rivera, Mauricio y Salazar Elena, Rodrigo (2011). El estado de la ciencia poltica en Mxico. Un retrato emprico. Poltica y Gobierno Vol. XVIII, N 1, pp. 73-108.

    Taguenca Belmonte, Juan Antonio (2008). Ciencias polticas y administracin pblica: Una carrera universitaria dual para el mercado laboral. Revista de la Educacin Superior Vol. 37, N 146, pp. 85-93.

    Torres Meja, David (1990). La ciencia poltica en Mxico, en Francisco Jos Paoli Bolio (coord.) Desarrollo y organizacin de las ciencias sociales en Mxico. Mxico: UNAM-CIICH / Miguel ngel Porra, pp. 147-179.

    Vidal de la Rosa, Godofredo (2010). La ciencia poltica mexicana en su encrucijada. Ponencia presentada en el V Congreso Latinoamericano de Ciencia Poltica, ALACIP. Buenos Aires.

    Villagmez, Alejandro y Faras, Jennifer (2008). Anlisis de la evolucin de la matricula de las licenciaturas en ciencia poltica, administracin pblica y relaciones internacionales en Mxico, 1974-2004. Mxico, CIDE, Divisin de Estudios Polticos, DT-203.

    Zamitiz Gamboa, Hctor; y Alarcn Olgun, Vctor (1996). La ciencia poltica en Mxico, ayer y hoy, en Judith Bokser (coord.) Estado actual de la ciencia poltica. (I Congreso Nacional de Ciencia Poltica) Mxico, UAM / IFE / CNCPyAP, pp. 55-73.

  • La Ciencia Poltica mexicana. Reflexiones sobre su pasado, presente y porvenir

    56 Poltica / Revista de Ciencia Poltica

    Anexo Programas de Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    acreditados por ACCECISO de 2004 a la fecha

    AO 2004

    Universidad Autnoma de Aguascalientes: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad de Guadalajara: Estudios Polticos

    Universidad Autnoma de Baja California: Administracin Pblica y Ciencias Polticas, Campus Mexicali

    AO 2005

    Benemrita Universidad Autnoma de Puebla: Administracin Pblica y Ciencias Polticas

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico: Ciencias Polticas y Administracin Pblica, opcin Ciencias Polticas, modalidad

    escolarizadaCiencias Polticas y Administracin Pblica, opcin Ciencias Polticas, modalidad sistema de universidad abierta (SUA)

    Ciencias Polticas y Administracin Pblica, opcin Administracin Pblica, modalidad escolarizada

    Ciencias Polticas y Administracin Pblica, opcin Administracin Pblica, modalidad sistema de universidad abierta (SUA)

    Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Monterrey. Campus Ciudad de Mxico: Ciencia Poltica

    Benemrita Universidad Autnoma de Puebla: Ciencia Poltica

    Universidad Autnoma de Coahuila, Unidad Torren: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    AO 2006

    Universidad de Colima: Administracin Pblica y Ciencia Poltica

    Universidad Iberoamericana, Campus Santa Fe: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Xochimilco: Poltica y Gestin Social

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico: Ciencia Poltica y Administracin Pblica

    Universidad Autnoma de Nuevo Len: Ciencias Polticas

    Universidad Autnoma de Tlaxcala: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Monterrey: Ciencia Poltica

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Facultad de Estudios Superiores, plantel Acatln: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    AO 2007

    Universidad Autnoma del Estado de Hidalgo: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad Autnoma de Campeche: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad de Sonora: Administracin Pblica

    Universidad Iberoamericana Campus Puebla: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

  • 57

    Vctor Alarcn Olgun

    Volumen 50, N 1, 2012

    AO 2008

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico, Centro Universitario Zumpango: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico, Centro Universitario Texcoco: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico, Centro Universitario Amecameca: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad Autnoma de Chihuahua, Campus Ciudad Jurez: Administracin Pblica y Ciencia Poltica

    Universidad Autnoma de Sinaloa: Polticas Pblicas

    AO 2009

    Universidad Autnoma Benito Jurez de Oaxaca: Ciencias Sociales y Estudios Polticos

    Universidad Autnoma de Baja California Sur: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad Autnoma de Sinaloa, Unidad Los Mochis: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad Autnoma de Aguascalientes: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad de Guadalajara, Estudios Polticos y Gobierno, Centro de Investigacin y Docencias Econmicas: Ciencia Poltica y Relaciones Internacionales

    Universidad de Monterrey: Ciencia Poltica y Administracin Pblica

    AO 2010

    Instituto Tecnolgico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO): Ciencias Polticas y Gestin Pblica

    El Colegio de Mxico: Poltica y Administracin Pblica

    Universidad Autnoma de Baja California: Administracin Pblica y Ciencias Polticas, campus Mexicali

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Sistema escolarizado presencial: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico: Ciencias Polticas y Administracin Pblica, sistema universidad abierta

    Benemrita Universidad Autnoma de Puebla: Ciencia Poltica

    AO 2011

    Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Ciudad de Mxico: Ciencia Poltica

    Universidad Autnoma de Coahuila, Unidad Torren: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Universidad Iberoamericana, Campus Santa Fe: Ciencias Polticas y Administracin Pblica

    Fuente: Asociacin para la Acreditacin y Certificacin en Ciencias Sociales, A.C. http://www.acceciso.org.mx/esp/acr.html

    Recibido: 24 abril 2012 / Aprobado: 20 junio 2012