al Ándalus y mundo islámico parte 2

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Al-Ándalus y Mundo Islámico: parte II Tema 5: La islamización de la Península Ibérica: Al-Ándalus, del emirato al califato (ss. VIII y XI) 1. Ultimos días de la monarquía visigótica ¿Por qué la conquista islámica de la península ibérica tuvo tanto éxito? Tras la muerte de Witiza, la situación del reino visigodo se presenta caótica. Guerra civil entre un sector aristocrático que apoya a los hijos del monarca fenecido, contra la mayor parte de la aristocracia, quienes apoyan al electo Rodrigo. Se cree que los witizanos entraron en contacto con los musulmanes del norte de áfrica para recibir ayuda (710-711). Figura del conde Don Julián, gobernador de Ceuta → veracidad cuestionable. Pacto: witizanos apoyados por los musulmanes, con el fin de encumbrar a sus partidarios al trono (con los bienes materiales que de ello derivan), a cambio de un tributo regular al gobernador de Ifriqiya. Manuscrito de Ripoll (828) no menciona al rey Rodrigo, pero sí a Ágila II en los años posteriores al 711, e incluso en paralelo al reinado de Rodrigo. De hecho, se conserva acuñación de moneda por parte de este rey en la Tarraconense y la Narbonense. Esto nos muestra un posible último intento de restaurar la monarquía visigoda durante la conquista musulmana: un esfuerzo futil debido a la efectividad de la misma. Ardabasto → posible hijo de Witiza que se convertiría en comes de la población cristiana hispanorromana, y que mantendría la ficción de monarca independiente a pesar de la inminente conquista de la Península. Campañas de conquista: Primera expedición protagonizada por Tarif, que en el año 710 realizó una primera incursión exploratoria. Sin embargo, estos cruces del estrecho no eran raros, ya que existen prefcedentes bereberes del paso a la península. Tras esto, Tariq, mawla de Musa (gobernador de Ifriquiya), penetró en la Penñinsula con un importante contingente de tropas bereberes. Doble sentido de esta conquista (según Sanchez- Albornoz): válvula de escape al descontento de los bereberes, quienes habían sido conquistados por los árabes poco antes, con dos resultados posibles: derrota y exterminio de los bereberes por parte de los visigodos (algo que sería positivo para los árabes), o conquista de la Península con los beneficios que de ello proceden. En el 711, Rodrigo se hallaba luchando contra los vascones en el Norte, por lo que no pudo reaccionar a tiempo a este ataque lanzado desde la plaza cristiana de Ceuta, en manos musulmanas (¿Traición de Don Julián?). El encuentro entre el rey visigodo y Tariq se produjo, según las fuentes, en el río Guadalete, aunque la ubicación exacta de la misma sigue siendo un tema controvertido. Las opciones que se barajan son los ríos Guadalete, Barbate, Salado , o emplazamientos como sidonia, Laguna de la Janda, etc. Joaquín Vallvé incluso la sitúa en Murcia. El caso es que se produjo la derrota absoluta de los visigodos, traicionados por las tropas witizanas que en teoría luchaban a su lado. Una segunda derrota visigoda fue Écija, donde estaban acantonadas las tropas. Se ha dicho que estas dos derrotas han sido la causa de la caida del reino visigodo, aunque parece cuestionable debido a la vastuosidad del mismo. Collins y Arce afirman que la batalla de Guadalete, a pesar de ser un hito importante (muerte del rey), no hubiera tenido la repercusión tal si los nobles hubieran designado otro rey sustituto. Sin embargo, el rápido avance de los musulmanes, la desarticulación de la aristocracia visigoda y la huida del obispo metropolitano de Toledo (el único capaz de ungir al nuevo monarca) hicieron que un reino como el visigodo, basado en la unión entre la iglesia y la nobleza, se derrumbara inevitablemente. Los siguientes avances se dirigen hacia Toledo, la capital del reino. El éxito de la conquista hizo que Musa decidiera ponerse al mando de un contingente, formado mayoritariamente por árabes, realizara una campaña en paralelo a la de Tariq. En el año 714, tanto Musa como Tariq son llamados a declarar a la corte califal, ya que se les acusaba de no guardar el 1/5 de las tierras y el botín para el califa. Musa deja a su hijo como gobernador de la Península, Abd al-Aziz ibn Musa, quien remata la conquista atacando la región del

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Al Ándalus y Mundo Islámico Parte 2

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Page 1: Al Ándalus y Mundo Islámico Parte 2

Al-Ándalus y Mundo Islámico: parte II

Tema 5: La islamización de la Península Ibérica: Al-Ándalus, del emirato al califato (ss. VIII y XI)

1. Ultimos días de la monarquía visigótica

¿Por qué la conquista islámica de la península ibérica tuvo tanto éxito?

Tras la muerte de Witiza, la situación del reino visigodo se presenta caótica. Guerra civil entre un

sector aristocrático que apoya a los hijos del monarca fenecido, contra la mayor parte de la

aristocracia, quienes apoyan al electo Rodrigo. Se cree que los witizanos entraron en contacto con

los musulmanes del norte de áfrica para recibir ayuda (710-711). Figura del conde Don Julián,

gobernador de Ceuta → veracidad cuestionable.

Pacto: witizanos apoyados por los musulmanes, con el fin de encumbrar a sus partidarios al trono

(con los bienes materiales que de ello derivan), a cambio de un tributo regular al gobernador de

Ifriqiya.

Manuscrito de Ripoll (828) no menciona al rey Rodrigo, pero sí a Ágila II en los años posteriores al

711, e incluso en paralelo al reinado de Rodrigo. De hecho, se conserva acuñación de moneda por

parte de este rey en la Tarraconense y la Narbonense. Esto nos muestra un posible último intento de

restaurar la monarquía visigoda durante la conquista musulmana: un esfuerzo futil debido a la

efectividad de la misma.

Ardabasto → posible hijo de Witiza que se convertiría en comes de la población cristiana

hispanorromana, y que mantendría la ficción de monarca independiente a pesar de la inminente

conquista de la Península.

Campañas de conquista:

Primera expedición protagonizada por Tarif, que en el año 710 realizó una primera incursión

exploratoria. Sin embargo, estos cruces del estrecho no eran raros, ya que existen prefcedentes

bereberes del paso a la península.

Tras esto, Tariq, mawla de Musa (gobernador de Ifriquiya), penetró en la Penñinsula con un

importante contingente de tropas bereberes. Doble sentido de esta conquista (según Sanchez-

Albornoz): válvula de escape al descontento de los bereberes, quienes habían sido conquistados por

los árabes poco antes, con dos resultados posibles: derrota y exterminio de los bereberes por parte

de los visigodos (algo que sería positivo para los árabes), o conquista de la Península con los

beneficios que de ello proceden.

En el 711, Rodrigo se hallaba luchando contra los vascones en el Norte, por lo que no pudo

reaccionar a tiempo a este ataque lanzado desde la plaza cristiana de Ceuta, en manos musulmanas

(¿Traición de Don Julián?). El encuentro entre el rey visigodo y Tariq se produjo, según las fuentes,

en el río Guadalete, aunque la ubicación exacta de la misma sigue siendo un tema controvertido.

Las opciones que se barajan son los ríos Guadalete, Barbate, Salado , o emplazamientos como

sidonia, Laguna de la Janda, etc. Joaquín Vallvé incluso la sitúa en Murcia. El caso es que se

produjo la derrota absoluta de los visigodos, traicionados por las tropas witizanas que en teoría

luchaban a su lado. Una segunda derrota visigoda fue Écija, donde estaban acantonadas las tropas.

Se ha dicho que estas dos derrotas han sido la causa de la caida del reino visigodo, aunque parece

cuestionable debido a la vastuosidad del mismo. Collins y Arce afirman que la batalla de Guadalete,

a pesar de ser un hito importante (muerte del rey), no hubiera tenido la repercusión tal si los nobles

hubieran designado otro rey sustituto. Sin embargo, el rápido avance de los musulmanes, la

desarticulación de la aristocracia visigoda y la huida del obispo metropolitano de Toledo (el único

capaz de ungir al nuevo monarca) hicieron que un reino como el visigodo, basado en la unión entre

la iglesia y la nobleza, se derrumbara inevitablemente.

Los siguientes avances se dirigen hacia Toledo, la capital del reino. El éxito de la conquista hizo que

Musa decidiera ponerse al mando de un contingente, formado mayoritariamente por árabes,

realizara una campaña en paralelo a la de Tariq.

En el año 714, tanto Musa como Tariq son llamados a declarar a la corte califal, ya que se les

acusaba de no guardar el 1/5 de las tierras y el botín para el califa. Musa deja a su hijo como

gobernador de la Península, Abd al-Aziz ibn Musa, quien remata la conquista atacando la región del

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noroeste. También sometió otras regiones mediante pactos (Murcia se convierte en la kora de

Tudmir/Teodomiro).

Conquista → en general no fue por las armas, sino sometimiento mediante diversos tipos de pactos

(ahd y suhl). Escasa violencia de la misma. La rapidez de la conquista se explica a partir de los

siguientes factores:

1. Precedentes:

1. Existencia de incursiones previas y contactos, constatada desde época bajoimperial, de

los pueblos mauri en la zona de la Bética. Carácter depredatorio y de rapiña.

2. Ataques navales posteriores mencionados en las fuentes visigóticas, a finales del siglo

VII, concentrados en la zona de Levante. Estos ataques, perpetrados por los

musulmanes, fueron rechazados en su totalidad.

2. Factores desencadenantes de la velocidad de la conquista:

1. Crisis del reino visigodo. Ruptura de la monarquía unitaria y centralista, ubicada en la

ciudad de Toledo. Los territorios del reino visigodo no se encontraban demasiado

cohesionados, sino que cada uno ejercía una fuerte autonomía.. En especial destaca la

independencia de muchas provincias del norte, en las actuales asturias y navarra.

2. Doble “quinta columna” de la monarquía visigoda, enemigos internos de la misma.

1. Nobleza que apoyaba a los descendientes de Witiza.

2. Población judía, descontenta con la intolerancia religiosa ejercida por parte de la

mayoría cristiana, marginados legalmente y obligados a pagar tributos a la corona.

Probablemente vieran a los musulmanes como una alternativa bastante atractiva. De

hecho, se tiene constancia de que la caída de Toledo se produjo gracias a la

intervención de los judíos que residían en ella.

Evolución inicial de la comunidad islámica de Al-Ándalus.

Estamos hablando de la penetración de contingentes demográficos muy variopintos que llegaron en

distintas oleadas (árabes, bereberes, sirios, etc). Los efectivos humanos pueden verse en la

presentación de la clase, aunque en total se calcula entre 60.000 y 80.000 individuos (cifra que

habría que multiplicar, ya que éstos pobilemente llevasen a sus familias consigo) que penetrarían en

una tierra habitada por unos 4 millones de población hispanorromana y visigoda.

12/04/2012

Número de efectivos musulmanes en A-A:

711 → Tariq, 12.000-17.000 efectivos, fundamentalmente bereberes de la tribu de Gumara

principalmente.

712 → Musa, 10.000-18.000 árabes, mezcla de yemeníes, qalbíes y qaysíes.

716 → Al-Hurr (valí de Al-Ándalus), ~400 bereberes.

719 → Al-Samh, 20.000 árabes.

720-735 → se produce el efecto llamada: los bereberes de la P.I. atraen a compatriotas del norte de

áfrica en un flujo migratorio constante. Es difícil estimar dicho flujo.

741 → Baly, tropas del yund de Siria ~10.000-12.000.

Es decir, en este periodo se calcula que entrarían en la peínsula 60-80k.

¿Cuál fue la influencia de esots efectivos en el sustrato hispanovisigótico y romano?

Para Sánchez-Albornoz apenas se vió alterado dicho sustrato cultural.

Para Pierre-Guichard, a la larga supuso una islamización de la población, pero sob todo una

berberización étnica.

Apropiación del territorio.

Durante las conquistas, la tierra se convertía en un botín que se repartía entre los participantes de la

conquista. Las tierras conquistadas a través de pactos (suhl y ahd) pasaba a la propiedad de la

Umma en general: sus antiguos propietarios seguían poseyéndola, pero tenían que pagar un tributo.

Ummar I intentó que la tierra conquistada también pasase a manos de la Umma, y que dentro de ella

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se produjera después un proceso de reparto. La mayoría de la conquista de la península se consiguió

mediante pactos en su mayor parte (aunque sólo se conserva el documento del Pacto de

Teodomiro/Tudmir).

Tres tipos de acuerdos territoriales en la conquista de la península:

Anwa → conquista por la fuerza. Pérdida del control directo de los territorios por parte de

los conquistados.

Suhl → conquista por pacto, aunque tras la resistencia inicial de los conquistados. Los

Suhlíes (“los pacificados”) pasarían a formar parte de la comunidad dimmí, por lo que

conservaban plenos derechos de propiedad de las tierras que poseían antes de la conquista,

eso sí, a cambio del pago de impuestos al califato omeya.

Ahd → también es un pacto, en el que los pactistas no opusieron ninguna resistencia, y

pasan a ser aliados de los conquistadores. El estatuto de los “ocupados” es mucho mejor, y

gozan de más ventajas.

Con estos pactos, se trataba de mantener a la población original en su territorio, ya que de lo

contrario el descenso demográfico sería catastrófico para el potencial enconómico de una Península

recién conquistada.

Las tierras “vacías” en origen fueron ocupadas por bereberes. Los territorios que poseía la

monarquía y la Iglesia también quedaron sin propietarios (que emigraron o fueron derrotados y

asesinados) pasaron a manos de los conquistadores, además de aquellas parcelas tomadas mediante

anwa. En ningún caso se puede afirmar el reparto de grandes lotes de tierra entre los

conquistadores.

¿Cómo se produce el asentamiento de los conquistadores? Tres etapas:

1. 711-716 (periodo de administración de Musa): preocupación por delimitar el quinto califal

(denominado jums en árabe). No queda muy claro qué pasó con el jums, pero desde

Damasco se acusó al gobernador de apropiarse de ese quinto. Lo que queda claro es que los

bereberes se convirtieron en propietarios, eso sí, de tierras de escaso interés para la

población previa (por lo que no hubo conflictos).

2. 719-721 (administradión del valí Al-Samh): Al-Samh fue nombrado directamente por el

califa para cumplir dos misiones: organizar las tierras que por derecho son del jums (lo

consigue instalando colonos del califa, llamados quinteros, y que deben pagar un tercio de

su producción a la hacienda califal) y redistribuir los repartos de tierra entre los

conquistadores originales (llamados baladíes) debido a la llegada de nuevos pobladores

(contingentes militares árabes, y población beréber). Esto último generó problemas → los

baladíes mandaron una embajada al califa para exigir sus derechos sobre la tierra; Ummar II

llegó a plantearse, ante estos problemas, el abandono de la Península Ibérica. La solución

vino de la mano de la implantación de un sistema de reparto conocido ya en oriente: el iqta

→ entrega de tierras a cambio de servicio militar al califa.

3. 745-746 (administración del valí Abu al-Jattar): las tropas sirias entradas en 741 eran mal

vistas por la población peninsular, y había que reubicarlas. Había que alejar a estas tropas de

Córdoba (por temor a que volviesen a derrocar al valí y nombrasen a otro de su clase), y el

problema se acrecentaba debido a la inexistencia de tierras que repartir. La solución fue

dispersarlos en diversos distritos del territorio andalusí, dándoles las rentas cobradas a los

dimmíes en función de la yizya y el jarach. A cambio, los sirios se convertían en tropas fieles

al califa y al gobernador de Al-Ándalus.

Conflictividad entre baladíes y yundíes. Diferenciacion funcional entre ambos grupos. Yund →

fuerzas del gobernador de al-ándalus, las principales tropas de confianza. Baladíes → pasan a ser

reservistas del ejército.

García de Cortázar utiliza el término nichos ecológicos para abordar la implantación de árabes y

bereberes en la Península Ibérica. Árabes → asentados en ciudades y entornos urbanos, en general

en los valles de los ríos Gualadquivir y Ebro; economía centrada en la agricultura de regadío;

dedicados profesionalmente a labores administrativas y burocráticas. Beréberes → asentados en

zonas montañosas similares a las de su patria (montañas del Atlas), se cree que se asentaban por

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encima de los 600 metros sobre el nivel del mar; amplia presencia en ambientes rurales, de clima

mucho más extremo.

Consolidación interna del gobierno de Al-Ándalus:

El territorio andalusí es concebido como parte el Imperio Omeya, aunque la realidad es que

los lazos que unieron la península con Damasco fueron bastante débiles. Incluso hubo muchos

gobernadores que ni siquiera eran nombrados por el califa. Las pruebas de esta inestable relacion

son muy precoces:

Dudas sobre la efiacia de Musa en el reparto de tierras y el quinto califal. Es decir, ni

siquiera el primer responsable político de Al-Ándalus sigue las directrices de Damasco.

Abd al-Aziz (hijo de Musa) llevó a cabo una política filorodriguista: la primera capital de al-

ándalus la implantó en Sevilla, antigua capital de la Bética – un territorio que había sido

siempre favorable a Don Rodrigo –; abd al-aziz se casó con la viuda de Don Rodrigo

(Egilona).

Al-Hurr: nombrado por el gobernador de Ifriqiya. Durante su gobierno se produce una

organización político-administrativa precoz del territorio. Primeras noticias de la utilización

del término al-ándalus

(Etimología al-ándalus – ninguna ha sido confirmada –:

Tierra de los vándalos → denominada así por los breberes porque de ella procedian los

vándalos.

Territorio repartido en lotes → denominado así también por los breberes

Tierra de los Ándalos → haciendo referencia a la antigua atlántida, que se cree que estaba

situado en la Bética.)

17/04/2011

Valiato de al-Samh

Estrecha relación con el califato, fue nombrado directamente por el califa (esto no era

usual). Se produjo también una redistribución de los territorios de Al-Ándalus, y tambié salen a

relucir las rivalidades étnico-tribales en el territorio y que serán claves en la inestabilidad de Al-

Ándalus y en su posterior independencia política y religiosa.

Consolidación interna del waliato: pasa por intentar eliminar las fricciones sociales, de

varios tipos. Son tensiones de raíz tribal, que se aprecian desde época preislámica tanto en arabia

como en el magreb. Estas tensiones, aplacadas por la unidad religosa, afloran en los momentos de

crisis. En el año 756, Abd al-Rahmán supo aprovechar esta conflictividad para hacerse con el

control de la Península, donde encontró el apoyo de los yemeníes/qalbíes contra los qaisíes de Yusuf

al-Fihri.

Otro tipo de tensiones son las de raíz étnicas, que se dan entre árabes y bereberes. Los

bereberes, al convertirse al islam, se transformaban en mawlas de los árabes, por lo que no acceden

a los mismos derechos y status que aquellos pertenecientes a la etnia árabe. También habrán

medidas fiscales discriminatorias para os bereberes. Esta es una de las causas del rápido calado de

jarichismo entre los bereberes, debido a su discurso igualitario y proselitista con todos los

miembros de la Umma. La situación se tensó en torno al año 740/41, a causa de la revuelta beréber

masiva en el N de África y que logra cruzar el estrecho hasta la Península. Las tensiones entre

árabes y bereberes, tras el sofocamiento de la revuelta en el 742, se combinan con una crisis de

subsistencia que durará aproximadamente una década. En torno al 750 se producirá, en

consecuencia, un regreso masivo de bereberes al Norte de África, vaciando algunos espacios de la

Península Ibérica.

El tercer motivo de fricción entre los nuevos habitantes de la península y los primeros

conquistadores tiene una raíz de legitimidad: baladíes vs. Yundíes. Los baladíes basan su derecho en

su antigüedad en la tierra, y cuyos logros se veían amenazados por la penetración de los yundíes que

llegaron a la península en el 740/41. Los motivos de esta conflictividad giran en torno al reparto de

las tierras, cuya escasez empezaba a hacerse patente. El establecimiento de sirios se logró mediante

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la enajenación de ciertos espacios fiscales y feudos, que eran entregados a los recién llegados a

cambio de contrapartidas militares.

La expansión ultrapirenaica:

Controlar territorios más allá de los Pirineos se planteó como una estrategia defensiva frente

a los vecinos hostiles, en este caso el reino franco. Se temía una reacción militar de este reino

cristiano, que era considerado poderoso por los musulmanes.

Se realizaron campañas siguiendo dos rutas: la Oriental y la Occidental. La Oriental fue

llevada a cabo por los valíes al-Samh, …, llegando a Burdeos.

A pesar de esta expansión, los musulmanes son conscientes de las dificultades y esfuerzos

que conllevaría conquistar más allá de los Pirineos, y los beneficios de los mismos no estaban

demasiado claros. Además, existe el componente climático, que no favorecía a unos individuos

acostumbrados a climas más cálidos.

Al-Ándalus independiente: el emirato de Córdoba:

Independencia política de A-A. Se establecen cuatro grandes fases en este periodo:

1. Construcción del emirato, gobierno de Abd al-Rahmán I.

2. Crisis del emirato, gobierno de al-Hakam I

3. Reorganización del emirato, gobierno de Abd al-Rahmán II

4. Descomposición del emirato y constitución del califato.

a) Construcción emiral:

Construcción de bases firmes desde el punto de vista social, político y administrativo de un

gobierno totalmente independiente, como era el emirato. Se busca alcanzar 4 objetivos:

Apoyo social al régimen: se busca la fidelidad de la mayoría de la población. Medidas:

1. Beneficios y concesiones a los partidarios de los omeyas, en régimen de iqta. Se

busca premiar a los qalbíes y los acompañantes del emir por sus servicios. Sin

embargo, el problema reside en los propietarios de las tierras entregadas → se

usurparán las tierras a los cristianos. Los hijos de Teodomiro salieron mal parados de

esta política.

Organización del ejército: se basaba en las fuerzas yundíes, obligadas a prestar servicio a

cambio. Sin embargo, en época emiral se formará un ejército de mercenarios pagados, no

musulmanes sino esclavos incluso, que forman un contingente en torno a las 40.000

personas. El ejército sostendrá el estado emiral desde otra perspectiva: no desde el pacto

entre militares y gobernador, sino por el botín y el pago de la soldada.

Mantenimiento de la prudencia religiosa: Abd al-Rahmán no adoptó el título de califa, no se

erigió en máxima autoridad religiosa. Sin embargo, tampoco se respetaba al 100% la figura

del califa abbasí, ya que no se invocaba su nombre en la oración de los viernes. En

definitiva, A-A seguía enmarcada dentro de la Sunna. Por otro lado, se implantó fuertemente

en A-A la escuela malikí, una de las escuelas sunníes – ver temas anteriores – que defendía

la ortodoxia. La situación dará un viraje cuando Abd al-Rahmán III se proclame califa.

Represión de los núcleos de resistencia cristianos: se ensañaron con el reino Asturiano. El

poder y el desarrollo de dicho reino está en relación con las situaciones de apogeo o crisis de

A-A. En esta época se lanzaron una serie de campañas en los flancos del reino (Galicia,

Álava...) con desigual éxito. En definitiva, en el periodo emiral se produjo un equilibrio, un

balance entre A-A y el reino Asturiano.

Resistencias al poder cordobés:

Problemas internos:

1. Focos de resistencia de carácter tribal al emirato (beréberes, qaisíes)

2. Intentos de restauración del valiato, con presencia casi permanente de elementos

desestabilizadores aliados de los abbasíes.

3. Revueltas beréberes fruto del descontento a su todavía marginada situación en la

Page 6: Al Ándalus y Mundo Islámico Parte 2

comunidad islámica. Resistencias locales de raíz étnica, pero igualmente

desestabilizadoras.

Factores de inestabilidad externos:

1. Permanente lucha fronteriza con los reinos cristianos del Norte.

2. Presión del régimen carolingio hasta principios del siglo IX. Voluntad de

establecimiento del reino franco más allá de los pirineos, con vistas a crear un

colchón fronterizo al sur de los Pirineos (la denominada Marca Hispánica).

Acontecimientos como el encuentro de Roncesvalles.

Crisis de organización del emirato durante el gobierno de al-Hakam:

Los problemas en torno a la sucesión emiral vuleven a eclosionar. Se combina con la

tendencia a la independencia de las marcas fronterizas (Toledo y Zaragoza) del poder central

cordobés. Respuesta rebelde contra la presión fiscal que sufre la sociedad andalusí, que tenían el fin

de mantener el ejército mercenario del emir. Otro factor de descontento es el de los muladíes, que

no alcanzan el estatus total de musulmán. Los malikíes supondrán, con su ortodoxia estricta, otro

factor de presión y descontento, combinado con la imagen festiva que tenía la población del emir.

La mezcla de estos elementos desembocará en dos revueltas:

1. Jornada del Foso (Toledo) 797: protagonizada por los mozárabes toledanos, quienes fueron

aniquilados por las tropas emirales.

2. Jornada del Arrabal (Córboda) 818: importantes sectores de la población muladí, mozárabe

y alfaquíes/maliquíes habitando en Córdoba. El descontento conbinado de estos sectores

explotó en 818, aunqeu se había producido un levantamiento previo en 805 protagonizado

por nobles mozárabes que finalmente fueron crucificados. En 818, en el Arrabal de Secunda,

se concentraban estos sectores poblacionales, que se sublevarán contra una nueva carga

fiscal impuesta ese año. Se intenta asaltar el alcázar de la ciudad, defendido por los

mozárabes del comes Rabí. La revuelta es sofocada y el arrabal completamente destruido y

su emplazamiento usado posteriormente como tierra de labranza.

Abd al-Rahmán II: reacción/reforma/reorganización del régimen emiral.

El nuevo emir intentó, en primer lugar, contentar a los sectores de la población más opuestos

a su sucesor. Primero ejecutó al comes Rabí para simbolizar el fin de la represión. También

suprimió el mercado de vinos cordobés para contentar a los alfaquíes/malikíes.

Reestructuración del estado a imitación de los modelos abbasíes del califato. Destrucción de

las viejas estructuras omeyas e incluso visigodas. Inspiración en Bagdad → equilibrio entre

gobernantes y visires, estructura administrativa potente. La administración central se organizará en

torno a la oficina del diwan, que hasta la fecha había sido una mera institución tributaria. Ahora se

convierte en el órgano central de gobierno, y a partir de ésta surgen varias oficinas, dos de las cuales

son fundamentales: cancillería – administración de los territorios - y tesoro – administración fiscal

y tributaria –. Al frente del diwan se coloca el hayib, una suerte de primer ministro equiparable al

visir en el califato abbasí.

Administración territorial:

1. Marcas fronterizas (Tagr/Tugur): marca superior (Zaragoza), media (Toledo) e inferior

(Mérida). Están en contacto con los reinos cristianos del norte y las tierras esasamente

pobladas de extrema durii.

2. Kuras/Coras: la demarcación provincial básica del Al-Ándalus. Muchas se superponen a las

propias marcas. La autoridad emiral se delegaba en un valí, un qa'id y un qadí. Valí =

gobernador; qa'id = autoridad militar; qadí = autoridad judicial.

Mejora de la sistematización de recaudación fiscal → construcción de astilleros para

impulsar el comercio, instauración de la al-qabala – impuesto que grava las transacciones

comerciales –. El comercio documenta esclavos y productos venidos de África y Oriente, lo que

delata un énfasis en el mismo.

Consecuencias de las reformas:

Page 7: Al Ándalus y Mundo Islámico Parte 2

1. Aumento del prestigio de l emir, tanto nacional como internacional – llegada de embajadas

bizantinas que admiran el esplendor de la corte cordobesa –.

2. Consecuencia negativa: problemática con sectores de la población fruto de la centralización

y las cargan impositivas: muladíes y mozárabes. A mediados del siglo IX se produjo una

revuelta protagonizada por la comunidad mozárabe cordobesa, y a la cabeza de la cual se

encontraban Eulogio y Álvaro de Córdoba, conocida como los mártires de Córdoba en un

movimiento de contestación a las políticas de opresión religiosa del emirato, aunque en el

que se combina el descontento con la presión fiscal y el progresivo abandono de las

costumbres cristianas. Se intentó proclamar un concilio eclesiástico nacional para parar estas

actividades martiriológicas.

Descomposición y fin del emirato de Córdoba: los tasyíl. Coincide con el gobierno de

Muhammad I, al-Mundir y Abd Allah (finales dei XI y principios de X).

Revueltas muladíes en ciudades como Toledo, Mérida, Zaragoza y Bobastro. Toledo: los

mozárabes convocan incluso a Ordoño I para que les ayude a luchar contra el emirato. Zaragoza,

gobernada por una familia de origen visigodo de los Banu Qasi, que portagonizaron una revuelta

similar a la de Toledo: incluso Musa, un Banu Qasi, se autodenominaba el “Tercer Rey de España”

(tras el emir y el rey de Asturias). En Mérida también se produjo un levantamiento de origen

muladí, protagonizado por la familia de los Banu Marwan. Pero sin duda la más importante fue la

protagonizada por Ummar Ibn Hafsún, muladí convertido posteriormente al cristianismo que

controló la zona de Málaga desde los años 80 del IX hasta tiempos de Abderramán III. El núcleo de

esta zona rebelde fue Bobastro. Raíz social, y no demasiado religiosa, del conflicto →

dsicriminados social y fiscalmente.

Se combinan con movimientos beréberes todavía activos.

Secesionismo de algunas regiones, en especial de Almería, con aspiraciones a formar una

república mercantil fundamentada en base al comercio (aunque el proyecto fue inconcluso).

Semiindependencia de la ciudad con respecto a Córdoba.

Un último factor fue el aumento de la presión cristiana sobre el valle del Duero (conocido

como extrema durii), con fundaciones y ocupaciones como las de Toro, Zamora y Salamanca.

Por si fuera poco, se produjeron ataques normandos que no sólo se limitaron a la zona

atlántica, sino que llegaron al estrecho de Gibraltar y que remontaron el río Guadalquivir hasta

llegar casi a Sevilla (batalla de Tablada). Estos ataques harán tomar conciencia a los futuros califas,

quienes crearán una red defensiva de atalayas y una flota potente para defender sus costas.

En definitiva, se produjo una frangemtación semi-feudalizante del otrora centralizado estado

cordobés. Pedro Chalmeta denomina a esta fragmentación política régimen de los tasyil, una suerte

de territorios autónomos que tributan al poder cordobés a cambio de que éste reconozca su

independencia o que al menos no actúe contra ellos.

Califato de Córdoba:

1. Esplendor: Abd al-Rahmán III y al-Hakam II

2. Época de confusión: Almanzor y dictadura amirí

3. Descomposición del califato: fitna y reinos de Taifas.

1. Abd al-Rahmán III y al-Hakam II:

El esplendor de esta etapa se fundamenta en varios factores:

Recuperación económica basada en la recuperación de los recursos, en especial del flujo de

oro subsahariano = aumento de la acuñación de moneda = aumento de las transacciones

comerciales, más pago al ejército que puede realizar conquistas.

Diversificación social: nuevos sectores poblacionales dedicados a otras actividades:

comerciantes, funcionarios de la administración

Refuerzo del ejército gracias a la contratación de mercenarios. A muchos que no sabían

árabe se les denominaban los mudos.

Page 8: Al Ándalus y Mundo Islámico Parte 2

Enfrentamiento con el poder sií de Norte de África. Merece la pena recordad que los

septimanos se establecieron por toda la región y crearon su propio califato fatimí en el

Cairo. En Al-Ándalos, hasta el 929 no existía una máxima autoridad religiosa que rivalizara

con el califa abbasí de Bagdad, hasta que Abderramán III se autoporclamó califa. La

presencia del califato en el Magreb obligó a Córdoba a legitimar y justificar constantemente

su derecho al califato. Conflictividad también comercial y militar entre ambos califatos.

Poder incontestable y absoluto del califa en todos los aspectos de la vida del Al-Ándalus:

justicia, ejército, religión, etc.

Freno de los avances cristianos en el Norte. Tras esto, Abderramán intrigó para que los

reinos cristianos se enfrentasen entre ellos, y actuó como árbitro en estos conflictos. Envío

de embajadas cristianas a Córdoba. Es el caso de Sancho el Craso. Todo esto le dió prestigio

militar y político.

Gracias a esto, el califato cordobés ganó en prestigio frente al califato fatimí de Ifriqiya,

obteniendo éxitos como la toma de Ceuta.

Abderramán III

Conezó siendo nombrado emir en 912, como heredero de su abuelo. No recibió demasiadas

oposiciones, cuando esto era lo usual en una sucesión tan heterodoxa como la suya. Su primera

preocupación fue sofocar las revueltas muladíes de las marcas y la Sierra de Ronda, controlada esta

última por Ibn Hafsún. Por lo tanto, los inicios de su gobierno estuvieron prácticamente enfocados

en campañas militares contra cristianos y musulmanes díscolos.

San Esteban de Gormaz (buscar, completar con el libro de Vallvé)

Cuando es todavía emir, Abderramán III hace publicidad de la guerra santa, y crea fortalezas

en la frontera a las que acuden voluntarios para defender la religión.

Una vez sofocadas las revueltas, Abderramán III se centra en enfrentarse a la amenaza del

califato fatimí. En respues a a ello, y aprovechándose del prestigio otorgado por sus victorias

militares, se autoproclama sin oposición califa en 929. Como representante de Dios en la tierra, se

convertirá en Amir al muslimín (Príncipe de los Creyentes), aglutinando en su persona todo el poder

religioso. Además, se hace con un apelativo An-Nasir li-din Allah (Vencedor por la gracia de Dios).

El prestigio de Abderramán aumentó de esta manera, haciendo que su autoridad fuera aún más

incuestionable. Para hacerse propaganda, realizó numerosas construcciones monumentales (en torno

a Córdoba fundamentalmente – Madinat al-Zaharat) y acunñó moneda en la que estaban plasmados

sus nuevos títulos.

Creación de potentes flotas con fines tanto defensivos/ofensivos (contra el califato fatimí) y

comerciales. Las armas califales se imponen sobre las fatimíes, y se conquistan importantes plazas

como Ceuta, que actuaría como cabeza de puente a otras ciudades y territorios que controlarán no

tanto militarmente, pero sí comercialmente, articulando así las rutas comerciales que traen oro de

Sudán.

Reorganización de las marcas en contacto con los cristianos. Campañas militares para

mantener estables y controladas la región fronteriza. Creación de fortalezas para taponar las

posibles incursiones cristianas – fortificaciones como San Esteban de Gormaz se vuelven de

importancia mayúcula –.

También hay una preocupación por mantener el control y la paz en los territorios andalusíes

que tradicionalmente habían presentado oposición al poder central. Lo consigue entre los años 929

y 937, sometiendo primero a los Banu Marwan, luego a Toledo y finalmente a los zaragozanos

Banu Qasi, a los que destituyó de sus cargos de poder.

Frente a los reinos cristianos, continúa la política intervencionista y de acción militar sobre

todo en torno a la región de extrema durii, totalmente inestable. No todo fueron éxitos califales:

merece la pena recordar la estrepitosa derrota que Abderramán sufrió en Simancas. Además,

muchas de las acefias no tenían una finalidad conquistadora, sino de saqueo y pillaje.

Page 9: Al Ándalus y Mundo Islámico Parte 2

Al-Hakam II (961-976):

El esplendor califal continúa, fundamentado en las artes y las ciencias. EL califa era un gran

bibliófilo que eirigó una gran biblioteca.

También es una etapa de paz y estabilidad. A pesar de poseer una crónica palaciega muy

amplia, no se conoce en profundidad la política interna del periodo. Conocemos las iniciativas cntra

el califato de ifriqiya y el desarrollo intelectual de al-Ándalus.

Con el fin de delegar su poder en otros persnajes fuertes, el califa se rodea de generales,

visires (hayib Yaffar) y dinastías locales. Un ejemplo de esto último sucedió en Zaragoza, donde los

banu Qasi, destituidos por Abderramán III, fueron sustituidos por la familia de los Tuyubíes.

Intervención del califa en los conflictos internos de los reinos cristianos, con el fin de

desestabilizarlos o reforzarlos según vea oportuno.

Destaca especialmente la imponencia y el boato de la corte de al-Hakam II, que amedrentaba

a todo aquel que la visitase – sobre todo a los príncipes cristianos que venían a hacerle peticiones –.

Problemas en el Norte de África. Conservan Ceuta, pero la dinastía idrisí comienza a hacer

presión en la región. El control del Norte de África era fundamental para los omeyas, debido a que

era la vía de entrada de todo el oro sudaní.

En esta época también se sucedieron varias incursiones normandas en al-Ándalus, aunque

éstas fueron rechazadas sin demasiadas facilidades gracias al sistema defensivo reforzado a partir de

la primera incursión. En el bajo gualadquivir se habían instalado normandos, que se dedicaban a la

agricultura y a la ganadería para confeccionar productos secundarios como el queso.

El régimen de Almanzor y la dictadura amirí:

Almanzor fue una figura especialmente fuerte que logró ascender en el escalafón del

gobierno andalusí hasta convertirse en la figura clave del régimen, eclipsando al califa. No era un

militar, pero esto no impidió que cosechara las más importantes victorias contra los crisitianos del

periodo.

Había sido cadí en Niebla y Huelva, y administrador de los bienes del tesoro califal durante

el califato de Hisham II. Se sospecha que Almazor fue muy cercano a Subh, vascona madre del

califa. De esta manera, Almanzor consiguió erigirse finalmente hayib califal, tras eliminar del juego

al anterior propietario del cargo. También tuvo que quitar de en medio al general Galib, su principal

oponente en el monopolio del poder andalusí.

La percepción de la figura de Almanzor variará dependiendo del autor que la plasme:

muchos cristianos lo veían como el demonio encarnado, mientras que otros cristianos destacaban

sus virtudes como el honor, la competencia militar y la astucia. Otro tanto ocurrió entre los

musulmanes.

Prestigio militar de Almanzor, fruto de sus exitosas campañas iniciadas con la de zaragora en

977. Entre ese año y 1002 (fecha de su muerte), se registran numerosas aceifas – dos o tres por

campaña/año – lanzadas desde Córdoba hasta el Norte. Son éstas victorias las que le hiciern ganarse

el apelativo Almanzor (al-Mansur).

Almanzor se erige como líder del ejército, además de administrador del tesoro. Como si esto

no fuera suficiente, el apoyo popular le fue favorable debido a sus constantes victorias y el botín

que ellas generaban, y que repercutían en el esplendor del reino. Utilizó de manera muy astuta el

recurso de la guerra santa. La combinación de estos factores le dotaron de un poder absoluto, que se

basó sobre todo en el ejército. Sin embargo, las exigencias materiales del ejército se convertirán a la

larga en un lastre, pues la fidelidad del mismo requería pagos constantes, que necesitaban de los

botines para ser ingresados.

Almanzor respetó siempre la figura del califa, y nunca intentó suplantarla. De cara a la

galería se mostraba como un humilde servidor de Hisham II, aunque en realidad éste era una simpe

marioneta del hayib. Este control se trasladará a la postre a su familia, inaugurando así la dictadura

amirí.

La proyección de Almanzor sobre el norte de África se traduce en la alianza de éste con

diversas tribus bereberes, que se convierten en mercenarios y soldados de su ejército.

Page 10: Al Ándalus y Mundo Islámico Parte 2

Decadencia del régimen amirí: bicefalia del poder.

La tradición política islámica no contemplaba, en circunstancias normales, una dicotomía de

poder. Sin embargo, ésto fue lo que realmente ocurrió durante la dictadura → la eclosión de una

nueva dinastía de poder paralela a la califal, lo que generó una conflictividad ideológica fruto de la

confusión que este nuevo modelo aportaba.

El ejército procedía fundamentalmente de fuera el al-Ándalus, con la excepción de los

patriotas que luchaban seducidos por los ideales de la guerra santa. La exclusión de ciertas capas

sociales del plano militar, como los baladíes, unido a la represión que las autoridades militares

ejercían sobre la sociedad, comenzaron a resquebrajar las bases populares de la dictadura,

alimentadas por aquellos a los que Almazor había vaciado de poder. Esta fragmentación se

manifestó, en primer lugar y a la manera tradicional, en las marcas y koras más periféricas, y la

inevitable escalada de los acontecimientos acabó provocando la fitna o guerra civil.

Almanzor murió en el 1002, y en el escaso márgen de 7 en los que gobernó su hijo

Abderramán Sanchuelo el sistema se vino completamente abajo. El factor coyuntural que

desembocó en la fragmentación de al-Ándalus fue el atrevido acto de usurpación del califato por el

nuevo dirigente amirí. Como consecuencia, en Córdoba se produjo un movimiento de respuesta a

esta actitud, favorable a los omeyas. Los negros y beréberes, representantes de la autoridad amirí,

fueron los principales represaliados. Los disidentes también saquearon el tesoro califal.

26/04/2012

La fitna enfrenta a 3 facciones:

Esclavos que apoyan la legitimidad omeya

Beréberes fieles a los amiríes

Andalusíes/baladíes que se oponían a la victoria política de estas dos facciones, y se oponían

a la extranjerización de al-Ándalus.

A esto se le une el intevencionismo de los reyes cristianos, que adoptan el papel de arbitraje

en las fricciones ente los bandos califales enfrentados.

Fragmentación, en apenas tres décadas, del Estado más poderoso de Occidente. 3 casuas:

Naturaleza de la dictadura amirí → la bicefalia sin precedents que comentamos

anteriormente.

Ficción califal.

Coyuntura de los reinos cristianos → paralelo ascenso cristiano asociado a los monarcas que

lideran la reconquista:

◦ Alfonso V de León: emite el fuero de León, que reorganiza la administración de la

justicia, el sistema de explotación de la tierra y, en definitiva, la repoblación de León. Se

trata de una labor de refuerzo interno del reino, que lo volverá poderoso de cara al

exterior.

◦ Sancho el Mayor de Navarra: intentó la unificación cristiana articulada desde el reino de

navarra, realizando alianzas matrimoniales y pactos diversos. Consiguió una cierta

integridad bajo la tutela de su reino, orientado hacia un frente común: el Islam. Además,

construyó su poder a partir de referencias europeas – favorecimiento de la entrada de

cluniacenses y el tránsito de la ruta jacobea, lo que aportará fuertes influencias europeas,

especialmente francas –.

Acaparación del poder por parte del ejército → un ejército compuesto por tropas ajenas

totalmente a Al-Ándalus, elementos exógenos sin relación con la población. No es un

ejército “nacional”, sino mercenario.

LAS PRIMERAS TAIFAS Y LOS IMPERIOS NORTEAFRICANOS: ALMORÁVIDES Y

ALMOHADES

Reinos de Taifas = fragmentación política del espacio islámico de la península ibérica.

Basado en las antiguas coras y sobre todo las otrora marcas fronterizas, que presenciarán el

Page 11: Al Ándalus y Mundo Islámico Parte 2

alzamiento de reyezuelos. La historiografía ha dividido en tres grupos a estas taifas:

1. Taifas eslavas: antiguos esclavos pertenecientes a la antigua burocracia califal que ahora se

alzan con el poder político. Fachada levantina.

2. Taifas beréberes: Badajoz, Toledo, Granada, etc. Básicamente, las marcas media e inferior

tradicionalmente opuestas al califato.

3. Taifas arábigo-andalusíes.

Las taifas, a pesar de su escaso poder político y militar, vivirán una eclosión cultural y

artística muy importante. La ausencia de poderío dará lugar al régimen de parias, que es la

intromisión del poder político y económico de los reinos cristianos en los taifas. Régimen de parias

→ concretamente, un impuesto implantado sobre los monarcas de taifas por parte de los reinos

cristianos, a cambio de la paz. Se tradujo en la entrada de importantes caudales en los reinos

cristianos, que era invertido en la erección de sistemas defensivos que les daban aún más ventaja

sobre los musulmanes.

La dominación almorávide del Magreb y al-Ándalus:

Almorávide (etimología) → habitante del ribat

Orígenes del movimiento: en las costas de Senegal y Mauritania (costa atlántica africana),

en un ribat del lugar, surge la figura de Ibn Yasin quien reúne un grupo de adeptos con los que

predicará una radical observancia del Isla ante lo que percibe como una relajación de las

costumbres. La predicación tiene éxito entre las tribus nómadas cercanas, quienes desde esta región

geográfica comenzarán a expandirse. Desde el principio, cuenta con el apoyo de juristas malikíes,

que justifican su movimiento.

El liderazgo del movimiento almorávide, durante su expansión, pasará a tornarse en un

sistema emiral en toda regla.

En torno a los años '70 del siglo XI, los almorávides fundan la ciudad de Marrakech, que se

convertirá en su capital y en la cabeza de puente de la futura conquista ibérica. Desde aquí también

se sientan las bases de este nuevo imperio, fundamentadas en un ejército fiel y fanático y una

administración integrada por individuos pertenecientes a la familia del emir.

Coyuntura de la conquista ibérica:

1086 → conquista de toledo por Alfonso VI, gran impacto para al-ándalus. El resto de taifas

importantes se preocupan, encerradas en la pinza formada por los cristianos en el Norte y los

almorávides en el Sur. Uno de los reyes taifas, al-Mutani, enunció la mítica frase de “prefiero ser

camellero en áfrica que porquero en castilla”. Una coalición de reyes pidió ayuda al emir

almorávide en su lucha contra los cristianos, algo que permitió la fácil conquista del territorio por

parte de los almorávides que, además de tener intereses en el país, se veían como regeneradores de

la religión.

Enfrentamiento contra Alfonso VI (baatalla de Zalaca), que se resolvió en favor de los

musulmanes, a pesar de que éstos no supieron rentabilizar esta victoria, retirándose al magreb. Dos

años después, en 1088, volverán a la Península con fines conquistadores. Por esta época el sistema

de taifas se estaba demostrando inestable e infructuoso, lo que permitió el llamamiento del yihad no

sólo contra los cristianos, sino también contra los malos musulmanes. Los almorávides consiguen

unificar todo el territorio andalusí.

Poco tiempo después, sin embargo, con el sucesor del emir Yusuf ben Tasufin, Ali ben

Yusuf, comienzan a mostrarse los primeros síntomas de decadencia en al-ándalus. Al avance

reconquistador de los cristianos se les une el descontento de la población andalusí hacia los

almorávides, a los que ven como conquistadores que amenazan sus costumbres ancestrales. El

monopolio de los cargos por parte de los almorávides tampoco repercutirá en una mejora de la

situación.

Las causas del efímero control de al-ándalus por parte de los almorávides se explican a

través de varias lecturas:

Centro de poder e interés → Norte de África.

Resistencia de la población.

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Potentes reinos cristianos que son capaces de rivalizar con ellos en poder.

Dificultad de comunicación y tránsito que supone el estrecho de gibraltar.

Pilares del poder almorávide: yihad como arma de cohesion interna, apoyo de los sectores

malikíes, ejército reclutado entre bereberes, árabes y andalusíes, unidad y vitalidad económica (oro

sudanés – convirtió al dinar almorávide en una moneda fuerte –, control de rutas caravaneras,

finalización del régimen de parias), poder del emir (poder absoluto civil y militar – aunque no

religioso –, nombramiento de familiares en cargos inferiores – qadíes, visires y secretarios).

Decadencia definitiva del poder almorávide en la península (principios XII). A pesar de

ciertas campañas y batallas victoriosas, los síntomas de la decadencia son evidentes. Retroceso

territorial (pérdida de Zaragoza y Lisboa, estrechamiento de las fronteras), saqueo por parte del rey

castellano Alfonso VII del territorio andalusí (normalmente todos los veranos). La concepción

andalusí de la incapacidad de los almorávides de proteger el territorio a pesar de su ejército

desprestigió el régimen.

En el Magreb, hacia 1120/21 ha triunfado la revuelta almohade, comandada por Ibn

Dummar, que socava los cimientos del imperio almorávide. Marrakech caerá en 1147.

El propio espíritu de observancia almohade se vuelve contra los malikíes, que al principio

habían apoyado a la nueva doctrina.

Esto conllevó a la desintegración del nuevo imperio, surgiendo una segunda edición de los

reinos de Taifas. Su poder estaba mucho más degradado que el de sus predecesoras, y su cultura no

consiguió eclipsar al periodo anterior.

Movimiento Almohade

Al.muwahhidun → “los partidarios de la unidad divina”. Surgen de la predicación de un

personaje escasamente conocido, llamado Ibn Tumat, quien concibe que los almorávides se han

pervertido y sus principios religiosos se han ido relajando. Aboga por el retorno de la observancia

pura del Islam, que repercutiría en el buen gobierno del país. Condena, entre otras cosas, el

frecuente consumo de vino por parte de los creyentes. Por otro lado, el movimiento almohade es

totalmente contrario a la doctrina malikí, por lo que los almohades no pueden considerarse

ortodoxos – se oponen a la escuela oficial –. Ibn Tumat llegó a autoproclamarse incluso magdí, un

elemento claramente sií y, por tanto, heterodoxo.

La inicial predicación de Ibn Tummat provocó una inicial guerra civil en el Magreb.

La principal arma política de los almohades es la proclamación de la yihad, que comienza

siendo no contra los infieles, sino contra los propios almorávides. El sucesor de Tummat, Abd al-

Mu'min, se proclama califa, lo que conllevaba acumular en su figura todo el poder dentro de su

comunidad musulmana. Durante el califato de este individuo, se produjo la organización del Estado

almohade, a la vez que la conquista a costa de los territorios almorávides. Guerra de los 7 años por

el control de las montañas del Atlas, y 13 años después se conquista trípoli. Escasos años de

expansión.

En la península Ibérica, la presencia almohade se detecta entre el 1146/47. La disgregación

de al-ándalus facilitará la conquista de estos pequeños territorios: una sumisión en ocasiones

voluntaria, y en otras por la fuerza. Resistencias que duraron incluso décadas – Ibn Mardanis, Banu

Ganiya –.

Problemas similares a los que aquejaron al imperio almorávide fueron sufridos por estos

nuevos conquistadores.

Califatos de Abu Ya'qub Yusuf y Abu Yusuf Ya'qub → sometimiento de las taifas alternado

con problemas en el Norte de África, intentos de conquista del territorio cristiano. Batalla de

Alarcos 1195 → derrota de Alfonso VIII, pero la victoria almohade no fue consolidada ni

rentabilizada.

Califato de Muhammad al-Nasir: estrepitosas derrotas tanto en la Península (Navas de

Tolosa, 1212) como en el Norte de África.

Fundamentos del poder almohade:

1. Poderío militar:

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predicación del yihad para cohesionar.

Ejército numeroso y de composición heterogénea,

2. Religiosidad observante:

Ibn Tumat se había proclamado magdí.

Posteriormente conversión a califato.

Separación de la ortodoxia sunní malikí en armonía con la ssí'a

3. Organización del poder:

Consejo de los Diez → los primeros en aceptar la predicación.

Consejo de los Cincuenta → representatens de las tribus bereberes aliadas.

Visir sustituye a la figura del hayib.

Sayyides → príncipes pertenecientes a la familia califa, y próximos al poder.

Delegados de otras tribus almohades.

Otros servidores del ejército, la ceca y demás órganos administrativos.