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Alfonso Aguiló Carácter y acierto en el vivir 100 relatos y reflexiones sobre la mejora personal m Versión Electrónica formato PDF por Morgan Software © 2012  mor an

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  • Alfonso Aguil

    Carcter y acierto en

    el vivir 100 relatos y reflexiones sobre la mejora personal

    m

    Versin Electrnica formato PDF por Morgan Software 2012

    morgan

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    ALFONSO AGUIL PASTRANA naci en Madrid en 1959. Es

    ingeniero de caminos, pero abandon pronto el ejercicio de esa

    profesin para dedicarse a diversos trabajos de carcter educativo y

    docente. Desde 1991 es Vicepresidente del Instituto Europeo de

    Estudios de la Educacin (IEEE).

    Ha publicado ms de doscientos artculos en diversas revistas y

    publicaciones especializadas, as como nueve libros sobre temas de

    educacin y antropologa: Tu hijo de 10 a 12 aos, Educar el carcter, Interrogantes en torno a la fe, La tolerancia, Carcter y vala personal, Educar los sentimientos, 25 cuestiones actuales en torno a la fe y Es razonable ser creyente?.

    En 1999 cre el portal www.interrogantes.net y desde 2002 es

    director de Tajamar.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    Muchas personas hacen grandes inversiones de tiempo, energa y

    dinero para ampliar cada vez ms sus conocimientos y mejorar su

    propia preparacin personal.

    Sin embargo, la mayor parte de las veces esas personas presentan

    luego serias carencias en lo que se refiere a la formacin de su propio

    carcter: pesimismo, indecisin, desorden, inseguridad, dependencia

    de los estados de nimo, dificultad para trabajar en equipo o

    relacionarse con los dems, u otros defectos en su modo de ser que

    suponen un lastre importante, no slo para su vala profesional sino

    tambin para su felicidad y su realizacin como personas.

    El carcter de una persona es, muy frecuentemente, lo que marca el

    techo de sus posibilidades en lo profesional, en sus relaciones

    familiares o de amistad. Las ms de las veces, lo que nos falta no son

    ms conocimientos, ttulos o idiomas, sino una mejor relacin con los

    dems, dominar los estados de nimo, aprender a organizarnos,

    conseguir ser cordiales y optimistas, comprender mejor los problemas

    propios y ajenos, cultivar ms lo que da luz y sentido a nuestra vida,

    etc.

    Casi todo el mundo intuye que tendra que mejorar en muchos de

    esos aspectos, pero pocos saben cmo lograrlo. A travs de relatos,

    ejemplos y ancdotas de la vida cotidiana, en estas pginas se

    reflexiona sobre cmo acceder a ese cambio: un cambio que pasa por

    cambiar nosotros mismos, y en muchos casos por cambiar antes

    nuestra percepcin de los problemas.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    I. Carcter y mejora personal

    1. La fuerza de la educacin

    2. Ver en otros nuestros defectos

    3. Hacerse adulto

    4. La fuerza de la expectativa

    5. Inteligencia guiada inteligentemente

    6. Reacciones inteligentes

    7. Felicidad y dinero

    8. El atractivo de la virtud y del bien

    9. El riesgo de la lentitud

    10. Sentido del humor

    II. Contar con los dems

    11. Interdependencia personal

    12. Jugar en equipo

    13. El abismo de la soledad

    14. Dejarse convencer

    15. Las razones de los dems

    16. Las formas son importantes

    17. Explicaderas y entendederas

    18. Espontaneidad, hasta dnde?

    19. Tener conversacin

    III. Centrarse en los dems

    20. La exaltacin del ego

    21. Creer en los dems

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    22. Miedo a la intromisin

    23. Corresponder

    24. El cristalito en el ojo

    25. Personas interesadas en los dems

    26. Tirar para arriba de los dems

    27. El verdadero enamoramiento

    28. La falsa compasin

    IV. Libertad, ideales, compromiso

    29. Los ideales de la juventud

    30. Sentirse interpelado

    31. Cuestin de hbitos

    32. La impaciencia de los hombres

    33. La soledad moral

    34. Soluciones sencillas

    35. Modelos humanos

    36. Las sombras y los miedos

    37. Religin y educacin moral

    38. Respeto a lo sagrado

    V. Carcter, autonoma y autoridad

    39. Decisiones latentes

    40. Autoridad y autoritarismo

    41. La teora de los grmenes

    42. Un impulso exterior

    43. Aprender a decir que no

    44. Independencia y formacin

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    45. Mentes cerradas

    46. El juicio de los nios

    47. Dominio propio y coherencia

    48. El problema de ser tonto

    49. Los grandes hombres

    VI. Sobreponerse a la dificultad

    50. El milagro de no desistir

    51. La prueba del dolor

    52. Los golpes de la vida

    53. La libertad interior de elegir

    54. Memoria inteligente

    55. xitos y fracasos

    56. Rehacerse

    57. El dolor de los dems

    58. Defender los derechos de los dems

    59. La voluntad humana

    VII. Constancia y tenacidad

    60. El hombre que plantaba rboles

    61. Tenacidad

    62. La pasividad

    63. Expectativas de fracaso

    64. Fugarse al pasado o al futuro

    65. Invertir en futuro

    66. Voluntarismo

    67. Enfermedades de la voluntad

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    68. Vivir mejor con menos

    69. Austeridad y templanza

    70. El espejo de los deseos

    VIII. El riesgo de la adiccin

    71. El mito de Ssifo

    72. Adicciones inadvertidas

    73. El len y la gacela

    74. La evitabilidad del desastre

    75. Adicciones y amor

    76. Amor y libertad

    IX. El riesgo del victimismo

    77. El dilogo interior

    78. La espiral de la queja

    79. El confort de la derrota

    80. La retrica victimista

    81. La tentacin de la inocencia

    82. La barrera del sonido

    X. Orgullo y egocentrismo

    83. Soberbia yo?

    84. Escapar de uno mismo

    85. La espiral del rencor

    86. El sentido de culpa

    87. El riesgo del autoengao

    88. El control de la ira

    89. La satisfaccin de los deseos

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    90. Una nueva clave

    XI. Reflexin y renovacin

    91. Resistencia a renovarse

    92. El poder del lenguaje

    93. El duelo de la lectura

    94. Capacidad de admiracin

    95. Coherencia y cercana

    96. Arriesgarse a perder

    97. Una cabeza bien amueblada

    98. La verdadera cultura

    99. Afn de aprender

    100. El conocimiento tcito

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    I. Carcter y mejora personal

    1. La fuerza de la educacin

    "El seor de las moscas" es una magnfica novela de William

    Golding. Cuenta la historia de una treintena de chicos ingleses que son

    los nicos supervivientes de un accidente areo. Deben organizar su

    vida ellos solos en una pequea isla desierta, sin ayuda de ningn

    adulto. Agrupados en torno a dos jefes, Ralph y Jack, pronto

    comprueban que convivir no es tarea sencilla. Aparecen los primeros

    conflictos, difciles de resolver en aquella situacin, y finalmente

    estalla la violencia, que desemboca en una guerra abierta entre ellos,

    con trgicas consecuencias.

    La historia de la difcil convivencia de estos jvenes nufragos est

    salpicada de multitud detalles que muestran la importancia

    fundamental de ese aprendizaje y esos valores que el hombre ha

    acumulado durante siglos y que transmite de una generacin a otra

    mediante la educacin. Frente a otras visiones ms ingenuas sobre la

    bondad de los nios, Golding muestra la maldad que anida en el

    corazn humano, y apunta que la nica posibilidad de rescate del

    hombre ha de venirle desde fuera. Sin ayuda, sin formacin, el hombre

    se encuentra muy indefenso ante el empuje de sus malas tendencias.

    Es cierto que busca por naturaleza el bien, pero tambin es cierto que

    esa naturaleza est herida y que necesita muchos cuidados para

    funcionar correctamente.

    Cualquier persona con un poco de experiencia de la vida sabe lo

    que es la maldad del hombre, ha visto ya muchas veces su feo rostro

    de inhumanidad. Golding desenmascara la simpleza roussoniana de la

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    bondad natural del hombre y su progresiva degradacin por la maldad

    radical de la sociedad y de la cultura. Y cuestiona tambin el

    racionalismo arrogante del siglo XIX, que hizo a muchos confiar en

    que el progreso cientfico y econmico traeran consigo un progreso

    moral igual de veloz. Los que alimentaban ese ideal pensaban haber

    dado de una vez por todas con la frmula definitiva de la eficacia y el

    bienestar, pero pronto vieron que aquel optimismo era precipitado,

    que ese avance no significa que los hombres se entiendan mejor entre

    ellos, ni que haya ms respeto mutuo, ni que vivan en paz. Y es que,

    en definitiva, por mucho progreso econmico o cientfico que se

    alcance, nunca ser fcil educar moralmente al hombre.

    La historia muestra numerosos testimonios bien elocuentes de

    hasta dnde puede llegar la maldad del hombre. Ni siquiera en sus

    noches ms negras poda soar hasta qu punto iba a degradarse y

    envilecerse. Pero tampoco saba quiz cunta fuerza permanece

    escondida en su interior para vencer peligros y superar pruebas.

    Todo hombre, para ser bueno, o para mantenerse en el bien,

    necesita ayuda para hacer rendir esos talentos latentes que encierra. Es

    cierto que al final es siempre la propia libertad quien tiene la ltima

    palabra, pero sera bastante ingenuo minusvalorar la influencia enorme

    que tiene la formacin. Por eso, educar bien a los hijos en la familia, a

    los alumnos en la escuela o la universidad, o cualquier otra tarea

    relacionada con la formacin de la nuevas generaciones debera

    considerarse como uno de los empeos de ms trascendencia y

    responsabilidad en cualquier sociedad que realmente piense en su

    futuro.

    Transmitir el progreso cientfico o econmico es relativamente

    fcil, pero transmitir los progresos morales siempre ser difcil, pues

    requieren su asimilacin personal y su empleo prctico. Como ha

    escrito Leonardo Polo, sin hbitos no hay educacin, slo se ilustra.

    Es imprescindible por tanto el esfuerzo personal por adquirir esos

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    11

    hbitos. Y eso resultar costoso siempre, en cualquier lugar o poca.

    Es un progreso personal que nos lleva la vida entera y del que depende

    en gran parte el acierto en el vivir.

    2. Ver en otros nuestros defectos

    Lo contaba un profesor, de esos que observan y reflexionan. El

    protagonista de la ancdota es un chico de ocho aos que se agitaba en

    llanto y rebelda mientras su madre forcejeaba para introducirle en el

    autobs escolar. Con la ayuda de un discreto y polticamente

    incorrecto azote, finalmente lo consigui. Una vez dentro el chico, y

    algo ms calmado, el profesor le pregunt por el motivo de su enfado.

    Despus de algunas evasivas, Guillermo as se llamaba explic que su madre no le haba comprado el calendario de chocolate que l

    quera, sino otro, en su opinin mucho peor. Ante su airada exigencia

    para que su madre fuera a cambiarlo, ella tuvo la sensatez de negarse,

    y sa era la razn del enojo.

    El profesor intent hacerle ver que aquello era propio de un nio

    caprichoso, pero Guillermo se negaba a aceptarlo. De pronto, tuvo una

    inspiracin: Entonces..., t quieres ser como Dudley, y que tu mam

    te trate como ta Petunia?. El nio abri mucho los ojos, se qued

    callado un instante, como imaginando algo, y despus su respuesta

    son alta y contundente: No! Nunca!.

    Cualquier lector de Harry Potter habr entendido de inmediato la

    reaccin de Guillermo. Nadie ms repulsivo que el caprichoso primo

    Dudley, y nadie tan antiptico como sus padres. En los libros de Harry

    Potter apenas se hacen recomendaciones morales directas, pero los

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    chicos caprichosos y mimados son desagradables, y los envidiosos y

    crueles resultan antipticos y odiosos. Harry Potter y sus amigos se

    quieren, se respetan, estudian (ms o menos), y se enfadan pero se

    perdonan. La numerosa familia Weasley es simptica y acogedora, y

    lleva las estrecheces sin demasiadas tragedias; son el contrapunto de la

    odiosa familia con la que Guillermo no quera tener nada que ver.

    Esta ancdota es una buena muestra de cmo hay ocasiones en que

    lo mejor para advertir la necesidad de cambiar es ver nuestros defectos

    encarnados en otra persona. Esos defectos, desposedos de la

    indulgencia con que los vemos en nosotros mismos, se nos hacen

    mucho ms vivos, ms speros, ms desagradables. Contemplados con

    la objetividad que da ver las cosas desde fuera, nos parecen menos

    lgicos, menos disculpables.

    Descubrir con claridad en nosotros mismos algo que nos desagrada

    es uno de los grandes motores de la mejora personal. Los modelos

    positivos tienen la fuerza del "yo quiero ser as", pero los modelos

    negativos pueden tambin encerrar una potencialidad positiva muy

    importante. El "yo no quiero ser as", expresado con rotundidad ante la

    viva imagen de los propios defectos reflejados en otra persona, resulta

    a veces el revulsivo ms eficaz.

    Solemos estar tan acostumbrados a convivir con lo malo, pequeo

    o grande, que hay en nuestro interior, que es fcil que ya no nos

    sorprenda demasiado. Nuestros defectos han ido naciendo de

    pequeas concesiones al egosmo, a la pereza, a la soberbia, o al vicio

    que sea. Al hacerse habituales esas concesiones, los defectos se

    consolidan, se cronifican, y poco a poco se apaga nuestra sensibilidad

    y nuestro rechazo ante su objetiva fealdad. Por eso necesitamos que

    algo o alguien nos despierte de ese letargo. Si lo hacemos, y si

    tenemos adems el valor necesario para mirar a esos defectos cara a

    cara, y para llamarles por su nombre, ya habremos recorrido la parte

    ms difcil del camino para vencerlos. Por eso la ayuda de quien desde

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    fuera nos hace ver lealmente lo que no hacemos bien, es uno de los

    mejores signos de amistad y de cario que existen; y la receptividad

    ante esa ayuda, una de las mejores muestras de inteligencia y de

    sensatez.

    Todos tenemos una notable y aguda perspicacia ante los defectos

    ajenos. Se destacan ante nuestros ojos con una escandalosa claridad.

    Podramos avanzar mucho si cada vez que advertimos en otra persona

    un defecto pensramos si tambin lo tenemos nosotros, en mayor o

    menor grado. A Guillermo, ese ejercicio mental le fue muy bien.

    3. Hacerse adulto

    Y entonces a Emily le sucedi un acontecimiento de importancia

    considerable. De repente se dio cuenta de quin era. No haba motivos

    claros para comprender por qu no le sucedi eso cinco aos antes o

    cinco despus; y tampoco era fcil saber por qu le ocurri

    precisamente aquella tarde.

    Cada vez que mova un brazo o una pierna, este sencillo

    movimiento le produca una impresin de divertida sorpresa al

    observar lo pronto que le obedecan sus miembros. La memoria le

    deca que siempre le haban obedecido, pero no se haba dado cuenta

    nunca de lo sorprendente que resultaba.

    Cada consideracin acuda a su mente como un fogonazo y sin

    palabras. Cuando se hubo convencido del hecho asombroso de que

    ella era ella, se puso a calcular el alcance que poda tener ese

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    14

    descubrimiento. En primer lugar, a qu era debido que entre tanta

    gente como poda haber sido, ella fuera precisamente esta persona

    determinada, Emily Bas-Thornton, nacida al ao tal entre todos los

    aos de todos los tiempos, y encajada en esta determinada envoltura

    de carne? Lo haba escogido ella misma, o lo haba hecho Dios?

    En segundo lugar, por qu no haba reparado antes en esto?

    Llevaba viviendo as un montn de aos y nunca antes lo haba

    pensado. Tena la misma sensacin que un individuo que recordase de

    pronto a las once de la noche, sentado en su silln, que haba aceptado

    una invitacin a cenar aquella noche. Cmo puedo haber estado

    sentado toda la tarde sin que me inquietase la menor preocupacin?

    Cmo haba podido pasado ella tantos aos sin haber notado un

    hecho tan evidente?

    Las reflexiones de esta protagonista de una novela de Ricard

    Hughes traen a nuestra consideracin una realidad importante e

    interesante: cada uno de nosotros somos un ser humano irrepetible, y

    tenemos una misin que cumplir, algo que nadie puede hacer por

    nosotros, y adems en ello est la clave de nuestro acierto en el vivir.

    No se trata de convertirse en visionarios ni en quijotes de una

    extraa misin; y tambin es cierto que se puede ser feliz de muchas

    maneras; pero no debemos eludir por pereza o egosmo esos retos

    personales que la vida a cada uno nos plantea. Descubrir y aceptar esto

    es muestra del verdadero despertar a la etapa adulta.

    Muchos lo descubren en la adolescencia, pero otros apenas llegan a

    comprenderlo nunca. Son vctimas de una especie de sndrome de

    Peter Pan por el que su mente se resiste a hacerse adulta. Les cuesta

    tomar las riendas de su vida. Se dira que ven la lnea divisoria que

    separa la juventud de la madurez una lnea que les parece una zanja de profundidad insondable, y buscan algn vado o puente para

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    cruzarla, despus de merodearla durante meses o aos, pero no se

    deciden a dejarla atrs de un salto. Lo triste es que no tardan en

    lamentar los das de su juventud y el modo en que los han malgastado.

    Todo esto se manifiesta con claridad en la inmadurez de algunos

    matrimonios, que resultan no ya un proyecto entre dos seres humanos

    adultos y conscientes sino como ha escrito Susanna Tamaro la fuga en un sueo de dos nios.

    Quiz la educacin tenga mucho que ver en esto. El miedo a exigir

    de los padres; o ese no advertir que la pequea infidelidad de ahora

    conduce a la injusticia flagrante de maana; o no hablar de las

    consecuencias, seguramente por miedo a ser tachados de cenizos; o no

    estimular el esfuerzo personal, para no incomodar. Todos esos errores,

    si no se atajan a tiempo, conducen a una triste e inconsciente

    prolongacin de la infancia, una de las grandes tragedias de nuestro

    tiempo, y que siempre acaba en un amargo despertar.

    4. La fuerza de la expectativa

    Corra el curso 1968-69, en un colegio de California. El Doctor

    Robert Rosenthal cerr su portafolios y se dirigi a un grupo de

    profesores que le escuchaba con atencin: Los resultados de las

    pruebas realizadas no dejan lugar a dudas. Estoy en condiciones de

    asegurarles que este 20 por ciento de alumnos que les he sealado

    tiene unas capacidades intelectuales superiores a lo normal. Los

    profesores tomaron buena nota de todo aquello y regresaron a su

    trabajo habitual. Ocho meses ms tarde, las calificaciones finales

    arrojaban un resultado contundente: el rendimiento de ese grupo de

    alumnos tericamente ms inteligente era notoriamente superior al del

    resto.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    La ancdota, y su conclusin, parecen obvias. Pero hay un pequeo

    detalle: Rosenthal haba elegido ese 20 por ciento de alumnos al azar.

    El experimento de este profesor de Harvard es bastante conocido

    en el mundo de la educacin. Lo que haba mejorado el rendimiento

    de esos alumnos no eran sus aptitudes naturales, sino las altas

    expectativas de sus profesores y la mayor atencin que quiz inconscientemente todos les haban dedicado. A su vez, los propios alumnos, conscientes de que se esperaba ms de ellos, tambin se

    haban esforzado ms.

    La manera en que nos relacionamos con los dems, sean alumnos,

    hijos o colaboradores, condiciona enormemente su rendimiento

    personal. El mero hecho de saber que alguien espera mucho de

    nosotros, y que confa en que seremos capaces de conseguir algo aunque sean capacidades para las que no estamos realmente muy

    dotados, supone un estmulo grande y aade una energa que nos lleva a alcanzar metas superiores.

    Cuando se confa en el potencial de desarrollo de las personas, esa

    relacin transmite confianza y seguridad, genera una motivacin

    especial para superar obstculos y llegar a ms. Trata a una persona como parece que es y seguir siendo como siempre ha sido. Trtala

    como puede llegar a ser y se convertir en quien realmente es", deca

    Goethe. En contra de eso est el fcil recurso de ir a lo seguro, de

    contar con quien siempre hemos contado, con resultados probados,

    atendiendo sobre todo al corto plazo y evitando la complicacin que

    suele suponer la tarea de descubrir nuevas personas, o de descubrir

    nuevos talentos en las personas que ya conocemos. Esa actitud puede

    deberse a la pereza, a la desconfianza o al escepticismo, pero las

    consecuencias son casi siempre la frustracin de numerosas

    potencialidades en las personas.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    17

    La imagen que cada uno tiene de s mismo es en gran parte un

    reflejo de lo que en l ven los dems. Por eso las expectativas que

    ponemos en una persona pueden llegar a cambiar mucho a esa

    persona, mejorando o empeorando su motivacin personal. Por eso

    hay que desconfiar un poco de nuestra intuicin profesoral, que a veces se jacta de presentimientos o impresiones del tipo de yo s cmo es una persona al primer golpe de vista, o yo ya veo desde el primer momento quin vale y quin no, u otros juicios apresurados en los que atribuimos a un pequeo dato o a una corazonada el valor

    de una sentencia (que con frecuencia luego se cumple, no por nuestra

    intuicin sino por la fuerza del prejuicio).

    Para ayudar de verdad a los dems hay que aprender a valorar a la

    gente. Somos ms transparentes de lo que pensamos, y por eso no

    basta con la estrategia de simular unas expectativas, sino que hay que

    cambiar nuestra mente para ver con mejores ojos a los dems. Porque

    si una persona tiende a valorar en poco a los dems, tender a tratarles

    con poca consideracin, a pensar mal de ellos, a hablar mal de ellos y,

    en definitiva, a dificultar que desarrollen el talento que tienen.

    5. Inteligencia guiada inteligentemente

    Por lo general, el problema de la mayora de las personas no es que

    carezcan de recursos. Su principal dificultad suele ser que carecen del

    necesario control sobre los recursos personales que ya poseen.

    Acudamos a una comparacin. El director de una pelcula, o de un

    reportaje televisivo, puede obtener efectos muy distintos de una

    misma realidad que est filmando. El ngulo y el movimiento de la

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    18

    cmara, el tipo de msica de fondo y su volumen, el color y la calidad

    de la imagen, etc., pueden crear en el espectador impresiones

    enormemente diferentes. Hay todo un conjunto de detalles que

    influyen mucho en los sentimientos que una misma realidad puede

    generar en quien la vive o la presencia.

    Algo parecido sucede con el mundo interior de cualquier persona.

    Dependiendo de cmo se utiliza la cmara con que observamos lo que

    nos sucede, o la msica con la que acompaamos esa mirada, o los

    dilogos que establecemos en nuestro interior, una misma situacin

    objetiva puede generar en nosotros efectos subjetivos muy distintos.

    Puede ponernos en pantalla ideas positivas o negativas, estados

    emocionales favorables o desfavorables, argumentos alentadores o

    depresivos.

    Aunque quiz sea simplificar un poco, puede decirse que cabe vivir

    de dos maneras. O bien se deja que la mente siga su curso al son de lo

    que espontneamente surja ante lo que nos sucede, o bien se opta por

    dirigir conscientemente nuestra actividad mental. Esos dos estilos

    corresponden, por decirlo de modo sencillo, a dos niveles de uso de la

    inteligencia: la inteligencia simple y la inteligencia guiada

    inteligentemente. Lo verdaderamente inteligente pido disculpas por la redundancia es lo segundo: implantar en nuestro interior los estilos intelectuales y emocionales que consideremos mejores (o ms

    adecuados a nuestra situacin).

    Todos tenemos experiencia de cmo el simple hecho de dar vueltas

    a un pensamiento negativo (ya sea de envidia, rencor, victimismo,

    crtica exacerbada, tristeza, etc.), acenta y amplifica nuestras

    percepciones negativas sobre la realidad en cuestin. Si se sigue as un

    poco de tiempo, ese dilogo interior nos acaba llevando, por su propia

    dinmica, a una situacin en la que probablemente el asunto quede

    fuera de toda proporcin sensata. A qu se debe? Sin duda, en gran

    parte a la fuerza de nuestras imgenes mentales. Y esas imgenes

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    mentales no estaban al principio, las hemos aportado nosotros. Nos

    hemos ido haciendo una pelcula en la que la imagen, la msica y los

    dilogos nos han conducido a un estado emocional negativo, poco real

    y que nos puede perjudicar bastante. Cul es la solucin? Llegar a ser

    el director de esa pelcula, no un simple espectador.

    Te has visto alguna vez atormentado por un dilogo interior

    incesante, por una de esas situaciones en las que la mente gira a gran

    velocidad y parece casi imposible de parar? Muchas veces nuestra

    mente dialoga consigo mismo de modo interminable, sopesando pros

    y contras de una decisin intrascendente, buscando un nuevo

    argumento para darnos la razn en una antigua discusin sin

    importancia, o acumulando agravios sobre determinada persona a la

    que quiz deberamos tratar con ms afecto y comprensin.

    Haz un esfuerzo por hacerte con el mando de esa voz, de esa

    msica y de esas imgenes. No dejes que se te llene la cabeza de ideas

    recurrentes sobre tus grandes cualidades advertidas o inadvertidas por

    todos, ni sobre tus grandes limitaciones igualmente advertidas o

    inadvertidas por todos, ni sobre los grandes defectos o cualidades de

    los dems, lo que te han hecho o dicho o te han dejado de decir.

    Te hablas a ti mismo constantemente con un tono de voz quejoso,

    o triste, o amargo? Prueba a hacerlo con un tono ms cordial, alegre y

    positivo. Piensa tambin si te hablas con un tono de voz crispado, o si

    es estimulante. Piensa si te tratas con el afecto y la comprensin, y

    tambin la exigencia, con que debes tratar a cualquier amigo al que

    aprecias de verdad y a quien quieres ayudar a mejorar.

    6. Reacciones inteligentes

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    20

    Un da, el burro de un aldeano se cay a un pozo. El pobre animal

    estuvo rebuznando con amargura durante horas, mientras su dueo

    buscaba intilmente una solucin. Pasaron un par de das, y al final,

    desesperado el hombre al no encontrar remedio para aquella desgracia,

    pens que como el pozo estaba casi seco, y el burro era ya muy viejo,

    realmente no vala la pena sacarlo, sino que era mejor enterrarlo all.

    Pidi a unos vecinos que vinieran a ayudarle. Cada uno agarr una

    pala y empezaron a echar tierra al pozo, en medio de una gran

    desolacin. El burro advirti enseguida lo que estaba pasando y

    rebuzn entonces con mayor amargura.

    Al cabo de un rato, dejaron de escucharse sus lastimeros quejidos.

    Los labriegos pensaron que el pobre burro deba estar ya asfixiado y

    cubierto de tierra. Entonces el dueo se asom al pozo, con una

    mirada triste y temerosa, y vio algo que le dej asombrado. Con cada

    palada, el burro haca algo muy inteligente: se sacuda la tierra y

    pisaba sobre ella. Haba subido ya ms de dos metros y estaba

    bastante arriba. Lo haca todo en completo silencio y absorto en su

    tarea. Los labriegos se llenaron de nimo y siguieron echando tierra,

    hasta que el burro lleg a la superficie, dio un salto y sali trotando

    pacficamente.

    Llevar una vida difcil, o tener contratiempos ms o menos serios,

    es algo que a cualquiera puede suceder. La vida a veces parece que

    nos aprisiona como en el fondo de un pozo, y que incluso nos echa

    tierra encima. Ante eso, hay modos de reaccionar inteligentes, como el

    de aquel burro, que de lo que pareca su condena supo hacer su tabla

    de salvacin; y otros estilos que son ms bien lo contrario, propios de

    personas que no saben sacar partido a sus propios recursos, y que en

    cambio dominan lo que podra llamarse el arte de amargarse la vida.

    Hay quienes se han acostumbrado a dejar divagar su mente por el

    pasado hasta convertirlo en una inagotable fuente de amargura. Ven su

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    21

    juventud como una edad de oro perdida para siempre, lo que les

    proporciona una reserva inagotable frustracin, y sobre todo les hace

    pensar poco en el presente. Sus suposiciones sobre el futuro son

    igualmente tristes y sombras, y eso les facilita encontrar motivos para

    abandonar la mayora de los esfuerzos razonables por mejorar las

    cosas. Son bastante dados al victimismo, a echar la culpa a los dems,

    o a la sociedad, que malogra todos sus esfuerzos, o a sus amigos o

    parientes, o a lo que sea, pero casi siempre la solucin a sus problemas

    parece estar fuera de su alcance. Piensan mal de los dems, y se

    conducen como si leyeran con gran clarividencia los pensamientos

    ajenos, cuando en realidad aciertan pocas veces (aun as, seguirn

    considerando ingenuos a los que tengan una visin ms positiva de las

    personas o las situaciones). Tambin muestran una sorprendente

    capacidad para ver cumplidas sus negras profecas (hacen bastante

    para que as sea), y en el trato personal son susceptibles e

    impredecibles, de esos que te dicen algo y es difcil saber si van en

    broma o en serio, pero lo que es seguro es que despus te reprocharn

    que te tomas en broma las cosas serias o que no tienes ningn sentido

    del humor.

    Todos tenemos contratiempos, todos los das. La clave es cmo

    reaccionamos ante ellos. De eso depende en buena parte nuestra

    calidad de vida, y la de quienes nos rodean.

    7. Felicidad y dinero

    En una entrevista a la multimillonaria Barbara Hutton, un

    periodista se dirigi a ella comenzando con la tpica frase hecha:

    Aunque sabemos que el dinero no da la felicidad, dganos, por

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    22

    favor.... La entrevistada no le dej terminar la frase: Oiga, joven, pero quin le ha dicho a usted esa tontera?.

    Aunque haya infinidad de dichos populares que sostienen que el

    dinero no asegura nada, es frecuente ver que luego en la vida prctica

    son pocos los que se lo creen. La respuesta de aquella mujer, y lo

    cortado que debi quedarse el entrevistador, son un buen reflejo de

    ello.

    Es evidente que una persona con semejante fortuna recibira como

    una catstrofe un empeoramiento de su situacin econmica. Igual que

    un mendigo recibira con gran satisfaccin cualquier mejora

    sustanciosa en su nivel de vida.

    Influye mucho entonces el dinero en la felicidad? Durante ms de

    diez aos, un nutrido equipo de investigadores norteamericanos

    dirigido por David Myers y Ed Diener ha intentado arrojar alguna

    nueva luz sobre esta cuestin a travs de amplios estudios estadsticos.

    Desde el principio se propusieron no fijarse slo en las sensaciones

    subjetivas de felicidad que tenan los encuestados, sino tambin en el

    juicio que merecan ante los dems. Este enfoque les facilit una de

    sus primeras conclusiones: casi todos los que se sentan felices

    tambin lo eran a los ojos de sus ms ntimos amigos, de sus

    familiares y de los propios investigadores que les entrevistaban.

    Pronto comprobaron tambin, con cierto asombro, que la impresin

    personal de felicidad est distribuida de modo bastante homogneo en

    casi todas las edades, niveles de ingresos econmicos o de titulacin

    acadmica, y tampoco se ve afectada de modo significativo por la raza

    o el sexo. Por ejemplo, slo encontraron una cierta relacin entre

    ingresos econmicos y sensacin de felicidad en algunos pases ms

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    23

    pobres, como la India o Bangladesh; en los dems casos, sola ser

    incluso ligeramente ms frecuente lo contrario.

    La investigacin conclua sealando una serie de rasgos de carcter

    que parecen comunes a casi todas las personas que se sienten felices:

    la persona feliz es cordial y optimista, tiene un elevado control sobre

    ella misma, posee un profundo sentido tico y goza de una alta

    autoestima. Aunque es difcil saber en qu medida esos rasgos de

    carcter contribuyen a la felicidad o son ms bien parte de sus efectos,

    s podemos concluir con Myers y Diener en destacar la gran

    importancia que para todos tiene la mejora personal.

    Aunque la ilusin legtima de muchas personas sea que les toque la lotera, la realidad es que luego se comprueba que aquellos a

    quienes les ha tocado no son, al poco tiempo, ms felices que antes.

    Otro dato ilustrativo es que las encuestas realizadas en pases en

    etapas de gran crecimiento econmico tampoco ofrecen las diferencias

    esperadas en el sentimiento de bienestar subjetivo de la poblacin.

    Podra decirse que una vez se tienen resueltas las necesidades

    bsicas, cada uno tiende a adaptarse al nivel econmico que tiene, y su

    felicidad apenas depende del nivel en que est situado. Es verdad que

    una mejora de nivel econmico suele repercutir en el sentimiento de

    felicidad, pero esa impresin suele durar poco. De manera anloga, un

    empeoramiento de ese nivel suele producir una cierta infelicidad (en

    ese caso, adems, los efectos suelen ser algo ms duraderos), pero con

    el tiempo suele aceptarse y se acaba llegando a reconocer y disfrutar

    lo que antes apenas se valoraba.

    En general, el dinero no parece colaborar mucho a sentirse feliz de

    modo estable. Tampoco la fama suele aportar mucho por s misma (es

    ms, hay que ser muy maduro emocionalmente para saber digerir de

    forma adecuada el encumbramiento). Tener un gran talento, o muy

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    24

    buena salud, o un gran atractivo fsico, tampoco puede considerarse el

    eje de la felicidad: indudablemente pueden favorecerla, y crear un

    clima propicio para sentirse feliz, pero no siempre es as, ni mucho

    menos.

    Como escribi Sneca, todos los hombres quieren ser felices, lo difcil es saber lo que hace feliz la vida. Hay que acertar en esa bsqueda, pues quien no lo hace se pasa la vida esperando un maana

    que nunca llega.

    8. El atractivo de la virtud y del bien

    A veces uno tiende equivocadamente en su interior a etiquetar

    como desagradables, por ejemplo, determinadas personas, o

    determinadas tareas, o determinados aspectos relacionados con la

    mejora del carcter, y no se da cuenta de hasta qu punto le perjudican

    esos vnculos mentales que se han ido estableciendo en su mente, de

    manera ms o menos consciente.

    Ante posibles puntos concretos de mejora personal que advertimos

    en nuestra vida (vemos, por ejemplo, que deberamos ser ms

    pacientes, o menos egostas, ms ordenados, menos irascibles, o lo

    que sea), es frecuente que tendamos a ver esos objetivos como metas

    muy lejanas, o como algo poco asequible a nuestras fuerzas. Lo vemos

    quiz como avances apetecibles, s, pero que alcanzarlos requerira tal

    esfuerzo que slo pensarlo nos produce ya un profundo rechazo. Lo

    percibimos como algo fatigoso y agotador, que nos llevara a un estilo

    de vida de demasiada tensin.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    25

    Sin embargo, la mejora personal no supone ni exige eso. Al menos,

    de modo ordinario no tiene por qu plantearse as. El avance en el

    camino de la mejora personal ha de entenderse y abordarse ms bien

    como un proceso de liberacin. Un progreso gradual en el que vamos

    soltando da a da el lastre de nuestros defectos. No una extenuante

    subida a un interminable puerto de montaa, sino un progresivo alivio

    de la carga de nuestros errores, un desahogo paulatino de la causa de

    nuestros principales problemas. Por eso, aunque siempre habr

    tambin retrocesos, pequeos o grandes, si logramos en conjunto

    mejorar, nos encontraremos cada vez con ms autonoma,

    avanzaremos con ms soltura y nos sentiremos mejor. Cada hombre

    debe adquirir el dominio de s mismo, y se es el camino de lo que

    Aristteles empez a llamar virtud: la alegra y la felicidad vendrn

    como fruto de una vida conforme a la virtud.

    Si nos fijamos ms, por ejemplo, en lo positivo de una determinada

    persona, o en el reto que supone tener ordenado el armario o el

    despacho, o incluso en lo apasionante que puede llegar a ser, tanto

    para un hombre como para una mujer, cocinar, mantener limpia la

    casa, o educar a los hijos..., si nos esforzamos por verlo as, el camino

    se hace mucho ms andadero.

    Podra objetarse que eso no es difcil de hacer..., pero durante unos

    minutos, o incluso unos das. Pero, cmo impedir que al poco tiempo

    se vuelva a lo de antes? Puedo esforzarme, por ejemplo, por variar mi

    humor durante un rato, que no es poco, pero... cmo mantenerme as

    y llegar a ser una persona bienhumorada?

    Un camino es esforzarse en cambiar la imagen que se nos presenta

    en la mente al pensar en esas cosas. Por ejemplo, en vez de representar

    en la imaginacin lo apetitoso que resulta lo que no deberas comer o

    beber o hacer, procura pensar en lo atractivo y liberador que resulta

    ser una persona sana y honesta, y logra que esas representaciones

    tomen un mayor espacio en tu imaginacin.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    26

    O si te invaden pensamientos relacionados con el egosmo, la

    pereza o el la mentira, procura suscitar la imagen de ser una persona

    generosa, diligente, sincera y leal, y recrate un poco en la

    contemplacin de esos valores y esas virtudes que has de desear ver en

    tu vida. Incluso, si quieres, recrate tambin en lo desagradable que

    resultara convertirse poco a poco en una persona egosta, perezosa o

    desleal, y compara una imagen con otra.

    Es importante esto? Pienso que s. Si una persona logra formarse

    una idea atractiva de las virtudes que desea adquirir, y procura tener

    esas ideas bien presentes, es mucho ms fcil que llegue a poseer esas

    virtudes. As lograr, adems, que ese camino sea menos penoso y

    ms satisfactorio. Por el contrario, si piensa constantemente en el

    atractivo de los vicios que desea evitar (un atractivo pobre y rastrero,

    pero que siempre existe, y cuya fuerza nunca debe menospreciarse), lo

    ms probable es que el innegable encanto que siempre tienen esos

    errores haga que difcilmente logre despegarse de ellos.

    Por eso, profundizar en el atractivo del bien, representarlo en

    nuestro interior como algo atractivo, alegre y motivador, es algo

    mucho ms importante de lo que parece. Muchas veces, los procesos

    de mejora se malogran simplemente porque la imagen de lo que uno

    se ha propuesto llegar no es lo bastante sugestiva o deseable.

    9. El riesgo de la lentitud

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    27

    Hay gente que un da le salen diez cosas bien y slo una mal, y

    llega a su casa en estado de desnimo total. Por qu? Porque permite

    que esa pequea cosa que result mal deje flotando en su memoria una

    imagen negativa que llena casi por completo la pantalla de su mente. Ha pasado ese da por muchas cosas positivas, pero tiene la

    habilidad la desgracia de no considerarlo apenas. Es como si todo lo positivo quedara de inmediato arrinconado en su memoria. Slo lo

    negativo queda bien grabado. Lo dems, pasa sin pena ni gloria, y en

    poco tiempo queda reducido a imgenes borrosas, grises, lejanas,

    como viejas fotos desvadas.

    A veces, por ejemplo, se deteriora una amistad, o un matrimonio, o

    una relacin profesional, simplemente porque uno tiende a recordar y

    almacenar experiencias desagradables sufridas en la relacin con esa

    persona, mientras que las agradables enseguida pierden relieve en la

    memoria.

    Por qu sucede esto? Quiz hay algo que produce un desagrado

    muy vivo, aunque sea una tontera. Por ejemplo, la forma que tiene de

    comer, o que deja desordenado lo que usa, o pierde las cosas, o habla

    en un tono que nos resulta desagradable. O que a lo mejor ha dejado

    de tener determinada deferencia con nosotros. O nos repite algo que

    dijimos en un momento de enfado y estamos hartos de que nos lo

    recuerden otra vez ms. O quiz sucede al revs, y somos nosotros los

    que recordamos una y otra vez aquella ocasin en la que nos sentimos

    tan molestos y ofendidos.

    La lista de ejemplos podra ser interminable. Pero aunque todas

    esas cosas negativas sean ciertas y objetivas que no suelen serlo demasiado, ese modo de recordarlas y tenerlas presentes no ayuda en nada a resolver las cosas. Adems, sabemos que tambin podra

    hacerse otra lista muy larga de ejemplos positivos, de tantas cosas

    agradables que suelen quedar en el olvido. Todo sera muy distinto si

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    28

    ambos se esforzaran en tenerlas ms presentes, y procuraran generar

    las circunstancias necesarias para que se repitan.

    Por eso es bueno preguntarse de vez en cuando: Si contino dando vueltas a estas ideas de esta manera..., a dnde me lleva esto?

    Qu voy a conseguir? Hacia dnde me conduce? Hacia dnde

    quiero ir? Una persona ha de ser capaz de tomar de vez en cuando un poco de distancia sobre s misma, y analizar sus sentimientos como si

    estuviera contemplando a otra persona, para as actuar sobre ellos. De

    lo contrario, resultar enormemente vulnerable ante los vaivenes de

    sus estados emocionales.

    De acuerdo podra objetarse, es preciso no encenagarse en los malos recuerdos, s... pero cmo?, porque no es tan sencillo, no es

    fcil cambiar el modo de ser, se necesita mucho tiempo y esfuerzo.... Es verdad, no voy a negarlo. Pero tampoco tiene por qu ser siempre

    as. Se puede cambiar en poco tiempo. Muchas veces se comprende

    mejor una cosa en un relmpago de claridad que en aos de pedaleo.

    A veces los procesos de mejora personal fracasan porque van tan

    lentos y perezosos que el cambio apenas se ve llegar, y entonces uno

    se cansa enseguida. Es como si quisiramos ver una pelcula

    contemplando un fotograma ahora, otro dentro de un rato, y un tercero

    otro rato despus.

    De esa manera, es difcil sacar nada en claro. Pero la culpa no sera

    de la pelcula, porque con ese modo de verla no podemos saber si es

    buena o mala. Hay que tomarla con su ritmo, y entonces te haces una

    idea del argumento, y de los personajes, de las emociones que suscita,

    y entonces capta nuestra atencin, y vindola disfrutamos al tiempo

    que notamos que nos enriquece. De la misma manera, si en la mejora

    personal logras un ritmo ms rpido, entonces te haces una idea de lo

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    29

    que ganas, y de lo que an puedes ganar, y te gozas con ello, y eso

    mismo te anima a seguir adelante en ese empeo.

    10. Sentido del humor

    Jerry era director de un restaurante en una pequea ciudad de

    Estados Unidos. Siempre estaba de buen humor y tena algo positivo

    que decir. Era un motivador nato. Por dos veces, cuando cambi de

    trabajo, varios de sus empleados se empearon en seguirle a donde l

    fuera a trabajar. Si un trabajador tena un da malo, Jerry siempre

    estaba all, hacindole ver el lado positivo de la situacin.

    Su manera de ser provocaba curiosidad, as que un da le

    preguntaron: No me lo explico. No se puede ser positivo siempre, sin

    interrupcin. Cmo lo haces?. Jerry contest: Siempre me digo,

    tienes dos opciones, puedo elegir estar de buen humor o de mal

    humor. Y siempre elijo estar de buen humor. Cada vez que ocurre algo

    malo, puedo elegir entre el papel de vctima o el de aprender algo de

    aquello. Y procuro elegir lo de aprender algo. Cada vez que le oigo a

    alguien quejarse, puedo elegir entre sumarme a sus lamentos o fijarme

    en el lado positivo de la vida, y siempre escojo el lado positivo de la

    vida.

    Pero no siempre es tan fcil, le objetaban. Tampoco es tan

    difcil, contest Jerry. La vida es una eleccin constante. Cada

    situacin es una eleccin. Eliges cmo reaccionar ante las situaciones.

    Eliges cmo va a afectar la gente a tu humor. Eliges estar de buen o de

    mal humor. Es eleccin tuya decidir cmo vives tu vida.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    30

    Tiempo despus, Jerry fue vctima de un atraco. Haba olvidado

    cerrar con llave la puerta trasera del restaurante mientras haca el

    balance de caja del da, y entraron dos hombres armados. Trat de

    abrir la caja fuerte, pero con el nerviosismo fallaba la combinacin.

    Los atracadores se pusieron ms nerviosos an que l, y acabaron por

    dispararle. Afortunadamente, le llevaron enseguida al hospital, y

    despus de una larga operacin y varias semanas de convalecencia,

    Jerry recibi el alta.

    Al volver a su casa, un vecino le pregunt qu le haba venido a la

    mente cuando ocurri el atraco. La primera cosa en que pens es que

    deba haber cerrado bien la puerta. Luego, despus de que me

    disparasen, cuando estaba tendido en el suelo, record que tena dos

    opciones: poda elegir vivir, o poda elegir morir. Y escog vivir. Los

    camilleros eran unos tos simpticos. Me animaban. Me decan que me

    iba a poner bien. Pero cuando me metieron en la sala de urgencias y vi

    las caras de los mdicos y enfermeras, mientras me exploraban, me

    asust realmente. En sus ojos se lea es hombre muerto. Entonces pens que tena que pasar a la accin.

    Qu hiciste?, le preguntaron. Bueno, haba una enfermera que

    me preguntaba a gritos si era alrgico a algo. S!, le contest como pude. Se hizo un silencio grande. Esperaban que continuara. Yo cog

    aire de nuevo y continu: S, tengo alergia... a las balas!. Despus de las risas de todos, les dije: Quiero vivir. As que, por favor, hagan todo lo posible cuanto antes.

    Jerry piensa que vivi gracias a los mdicos y enfermeras, pero

    tambin gracias a su actitud. Cada da puedes elegir si vas a encarar la

    vida con ganas o te vas a amargar. La nica cosa enteramente tuya,

    que nadie puede controlar o asumir en tu lugar, es tu actitud. De modo

    que si te das cuenta de esto, todo lo dems de la vida se hace bastante

    ms fcil.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    31

    La historia de Jerry concluye aqu. Es quiz un tanto simple, pero

    apunta una idea importante. Todos conocemos personas que, con su

    sola presencia, irradian sentido positivo. Su actitud es optimista,

    animosa, esperanzada. Poseen como una especie de campo magntico

    que orienta los de los que le rodean, que quiz son ms dbiles o ms

    negativos. Son desactivadores de crispaciones y rencillas. Cuando

    afrontan una situacin difcil, suelen ser serenos, conciliadores,

    armonizadores.

    Suelen ser personas que han conseguido aprender de sus propias

    experiencias, tanto de las negativas como de las positivas. Creen en

    los dems. No reaccionan desproporcionadamente ante sus defectos,

    ni ante la crtica o las dificultades. No se sienten satisfechos cuando

    descubren los errores y debilidades de los dems (y eso no porque

    sean ingenuos, pues tambin ellos ven esos errores, pero saben que

    con su actitud pueden hacerles mejorar o encastillarse en su conducta).

    Procuran no etiquetar ni prejuzgar a la gente, sino descubrir los

    valores positivos que hay en toda persona. Despiertan agradecimiento

    y gratitud. No son envidiosas. Son agradecidas. Tienden, de forma

    casi natural, a perdonar y olvidar las ofensas que reciben. Buscan el

    modo de mejorar su formacin. Leen, escuchan, poseen afn de

    conocer cosas, les interesa lo que interesa a quienes le rodean. En fin,

    toda una actitud digna de imitar en nuestra vida.

    II. Contar con los dems

    11. Interdependencia personal

    Todos hemos venido al mundo como nios totalmente

    dependientes de otros. Hemos sido dirigidos, educados y sustentados

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    32

    por otros durante bastante tiempo, y est claro que si no hubiera sido

    as no habramos vivido ms que unas pocas horas, o a lo sumo unos

    pocos das. Despus, nos fuimos haciendo cada vez ms

    independientes. Se podra decir que nos fuimos haciendo cargo

    gradualmente de nosotros mismos.

    Una persona con una dependencia fsica (un paraltico o un

    enfermo de Alzheimer, por ejemplo), necesita ayuda de los dems.

    Una persona que sea muy dependiente emocionalmente, tomar sus

    decisiones y se sentir segura muy en funcin de la opinin de los

    dems, de lo que otros piensen de l. Una persona que sea muy

    dependiente intelectualmente, cuenta con que otros piensen y decidan

    por l ante los principales problemas de su vida.

    En cambio, una persona independiente se desenvuelve por sus

    propios medios, tiene su propia opinin sobre las cosas y sus propias

    pautas para la construccin de su vida.

    Sin embargo, esa independencia personal, que es un logro decisivo

    en la vida, ha de tener tambin su justa medida. Porque ser

    absolutamente independiente no parece que sea el gran paradigma de

    la existencia. Entre otras cosas, porque los ms altos logros de nuestra

    naturaleza tienen siempre que ver con nuestra relacin con los dems.

    La vida humana lograda es de por s por llamarlo de alguna manera interdependiente.

    La sensibilidad de nuestra poca ha entronizado a veces de modo

    exagerado la independencia, como si fuera la ms grande meta

    humana y una garanta segura de felicidad. Sin embargo, un mal

    entendido afn de independencia puede en muchos casos acabar en

    dependencias mucho ms amargas.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    33

    Por ejemplo, la que se ve en esas personas que abandonan su

    matrimonio y sus hijos en nombre del amor y la independencia,

    aunque en el fondo lo hacen por razones egostas bastante fciles de

    suponer. O en la de aquellos que desatienden a su familia, o traicionan

    a sus amigos, o renuncian a sus principios, en razn de un desmedido

    afn de afirmacin personal en su trabajo, de ganar ms dinero o de

    alcanzar mayores cotas de poder. O la que se ve en aquellos otros que

    hablan de romper las cadenas, liberarse, vivir la propia vida..., y en

    realidad estn con ello sujetndose a otras cadenas que suponen

    dependencias mucho ms fuertes, porque son dependencias que estn

    en su interior: en una bsqueda egosta de placer o comodidad, en una

    renuncia a enfrentarse a la propia responsabilidad, o en echar la culpa

    a los dems de todo lo que les resulta difcil en sus vidas.

    La independencia personal nos hace actuar por cuenta propia, en

    vez de entregar a otros el control de nuestra vida, y eso es un logro

    muy importante. Pero no es suficiente como meta final de una vida.

    Parece claro que conviene siempre aadir a la independencia una

    buena dosis de sensatez y buen criterio, para no caer en la idiotez

    independiente, que no por independiente deja de ser idiota.

    La vida, por naturaleza, es interdependiente. El hombre no puede

    buscar la felicidad poniendo la independencia como valor central de

    su vida. De entrada, porque cualquier logro en la vida afectiva de una

    persona pasa necesariamente por depender en cierta manera de su

    mujer, su marido, sus hijos, sus amigos, su proyecto profesional, etc.

    Por otra parte, todos necesitamos depender tambin de unos

    principios, ideales y valores personales acertados.

    En definitiva, se puede ser independiente y comprender que se

    avanza ms trabajando en equipo, que necesitamos enriquecer nuestro

    pensamiento con los de otras personas, que hay que ser fiel a unos

    valores seguros, o que todo hombre necesita dar y recibir afecto. La

    vida ha de plantearse buscando compartirla profunda y

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    34

    significativamente con otros, y esto siempre supone un contrapunto a

    un afn de independencia mal entendido.

    12. Jugar en equipo

    Si a cualquiera nos preguntaran cules han sido las experiencias

    ms enriquecedoras de nuestra vida, las que mejor conservamos en la

    memoria y recordamos con mayor satisfaccin, casi siempre nos

    referiremos a vivencias personales dentro de un conjunto de personas

    a las que apreciamos. Quiz sea la familia, o un equipo de trabajo, o

    un grupo de personas dentro de un determinado mbito cultural, o de

    un deporte, o de lo que sea.

    Saber compartir, hacer equipo, sentirse unido a otras personas, es

    siempre gratificante, y tambin de ordinario un buen acicate para

    esforzarse, para mejorar. La presencia de otros nos inspira y estimula a

    un nivel quiz difcilmente accesible para nosotros yendo en solitario.

    De los dems aprendemos muchas cosas que nos enriquecen

    enormemente, y por ayudarles a veces nos sorprendemos haciendo

    cosas que quiz incluso no haramos ni por nosotros mismos.

    Los dems son un elemento decisivo en nuestra mejora personal.

    Es cierto que la fuerza para cambiar depende en gran parte de uno

    mismo. Pero tambin sabemos que las personas que nos rodean

    pueden ayudarnos o estorbarnos mucho en ese camino. La capacidad

    para cambiar se ve reforzada cuando sabemos convivir con los dems,

    cuando sabemos trabajar en equipo, cuando logramos estar cercanos a

    las personas que componen nuestro entorno.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    35

    El que se esfuerza dentro de un mbito de confianza e ilusin, bien

    integrado entre personas a las que aprecia, normalmente se esfuerza

    ms y mejor. Y eso suele producir un benfico efecto feedback.

    Cuanto ms das, ms recibes, y mejor clima de colaboracin y apoyo

    logras, lo cual siempre refuerza la satisfaccin de todos.

    Se trata de saber integrarse lo mejor posible en los mbitos de

    relacin en los que participemos. Como ha escrito Anthony Robbins,

    todos jugamos en varios equipos: la familia, nuestro entorno

    profesional, nuestra ciudad, nuestra cultura, nuestro pas, la

    humanidad entera. Puede uno quedarse sentado en el banquillo y

    mirar, o bien levantarse y jugar. Y es mucho mejor jugar. Compartir

    nuestro mundo con otros. Cuanto ms demos, ms nos ser dado.

    Cuanto ms participemos, ms daremos y ms recibiremos.

    Y tambin hay que saber elegir equipo. Como recuerda el dicho

    popular, la ley ms universal es la ley de la gravedad, que tiende a

    llevarnos hacia abajo, y nos hace abandonar muchos retos que

    deberamos plantearnos. Si sabemos rodearnos de personas positivas,

    con deseos de mejorar, con ilusin por hacer rendir sus talentos en

    servicio a los dems, entonces nos veremos mucho ms estimulados.

    Si logramos jugar en un equipo as, eso es extremadamente valioso.

    Por eso es vital rodearse de personas que nos lleven a ser una persona

    mejor cada da.

    La felicidad y el acierto en el vivir no depende de lo que tenemos,

    sino ms bien de lo que somos, de cmo vivimos. Y lo que hacemos

    con lo que tenemos determina en gran medida cmo vivimos, hasta en

    detalles mnimos. Por ejemplo, si somos generosos con una persona

    que ha hecho bien su trabajo, y le tratamos como merece, eso nos hace

    mejores a nosotros y a l. Y esto es aplicable a casi todo. Deberamos

    hacer una reflexin personal sobre esto. Y si hiciera el propsito

    agradecer siempre con calor cualquier favor que recibo, o cualquier

    servicio que me hagan, por pequeo que sea? Y si dedicara ms

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    36

    tiempo a hacer la vida agradable a quienes me rodean? Y si llamara

    de vez en cuando a mis amigos y familiares, sin necesidad grandes

    motivos, aunque slo sea para interesarme por ellos? Y si hiciera el

    propsito de hacer un donativo, aunque sea modesto, a la medida de

    mis posibilidades, cuando tenga noticia de un proyecto interesante? Es

    un estilo de vida. No es cuestin de tener mucho tiempo ni mucho

    dinero. Es cuestin de cmo administro lo que tengo, sea poco o

    mucho. De decidir con acierto a qu dedico mi tiempo y mis recursos.

    De no dejarme llevar por la rutina, sino procurar poner en mi vida un

    poco ms de ingenio y de reflexin.

    Todo esto puede parecer poca cosa, pero es ms importante de lo

    que parece. Cualquier pequeo detalle tiene un efecto positivo sobre

    nosotros mismos y los dems. Y un conjunto de pequeos detalles

    puede cambiar por completo el ambiente de una familia, una oficina,

    un lugar de descanso, un grupo de amigos, un noviazgo o un proyecto

    cultural. Proponerse ese reto con ilusin es algo que siempre vale la

    pena.

    13. El abismo de la soledad

    El matrimonio tena dos hijos: dos muchachos despiertos,

    inteligentes y resabiados que conocan al dedillo la forma de tratar a

    sus padres para conseguir lo que se proponan.

    A menudo recurran a buscar complicidades unilaterales cuando

    los padres estaban en desacuerdo, y era tal el acierto con que

    utilizaban sus trucos que siempre salan victoriosos: Pero no se lo digas a tu padre, o bien: Sobre todo, que no se entere tu madre. Era

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    37

    una forma cmoda de quitarse los problemas de encima, y de aceptar

    sin aceptar. O de asentir traicionando. Pero ni el marido ni la mujer se

    daban cuenta de que aquel sistema no slo malcriaba a los hijos sino

    que los iba separando poco a poco de ellos. Estaban demasiado

    ocupados en organizar su vida con agendas apretadas: reuniones,

    viajes, estrenos, conferencias o invitaciones de alta sociedad, como

    para divagar sobre las consecuencias de las minucias de sus hijos.

    Ms que comprenderse, se ponan de acuerdo. Y ms que

    intercambiar opiniones, intercambiaban un poco de tiempo. As fueron

    distancindose el uno del otro. Poco a poco fueron entrando en los

    destructivos arcanos de la rutina. Ese tipo de rutinas que jams deja

    paso a la sorpresa y a las suposiciones adversas.

    Tambin los hijos se desligaban de ellos. No es que mediaran

    animadversiones destructivas: sencillamente se haban acostumbrado a

    la desunin de los que se consideran unidos por el simple hecho de

    vivir juntos en la misma casa o por llevar el mismo apellido.

    De pronto ella empez a sufrir arrebatos de tristezas sin sentido.

    Eran decaimientos flcidos impregnados de desaliento y como

    sumergidos en aguas heladas. En realidad ella no saba con exactitud

    por qu se notaba tan desalentada, no llegaba a comprender la causa.

    Tampoco echaba de menos que su marido, siempre tan ocupado, se

    quedara impvido y no tratara de averiguar qu le ocurra para poder

    ayudarla. Ella llevaba demasiado tiempo aceptando que su marido

    jams se inmiscuyera en sus dominios privados, y l consideraba que

    lo esencial era actuar como siempre haba actuado: con la naturalidad

    propia que requeran las personas a las que nunca les ocurra nada

    verdaderamente distinto y agobiante.

    En ocasiones pasaban horas sentados el uno frente al otro en la

    misma habitacin sin dirigirse la palabra. Metidos en sus cosas. O tal

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    38

    vez ideando como zafarse del otro para que el silencio que los estaba

    atenazando no fuera un silencio compartido sino algo eventual. As

    comenz aquel matrimonio a rozar el terreno de las infidelidades. Fue

    una transicin lenta. Como el hecho de crecer. Nadie se encuentra alto

    de la noche a la maana.

    As describe Mercedes Salisachs en una de sus novelas la vida de

    un matrimonio respetable, que al principio fue feliz pero que fue abandonndose poco a poco. Una vida matrimonial que se haba

    convertido en una yuxtaposicin de egosmos y de soledades

    autofabricadas.

    Como ha escrito Martn Descalzo, no es que todos los solitarios

    sean egostas y que se hayan ganado a pulso la soledad. Hay a veces

    mucha ingratitud que provoca muchas soledades inmerecidas. Pero,

    las ms de las veces, el problema ms grave es pensar que el problema

    est en el otro, o en los otros. Si una persona, al comprobar su soledad,

    se pregunta: quines me quieren?, probablemente nunca saldr de su

    soledad. Para vencer la soledad hay que formularse otra pregunta: a

    quines quiero yo? Es preciso poner cario en el trato con los dems,

    en lugar de angustiarse reclamando ser querido y valorado. Es el modo

    de alcanzar remedio a la soledad, porque si uno pone cario, aunque le

    parezca que no es correspondido, tarde o temprano acaba siendo

    querido tambin.

    La insinceridad era otra de las causas de la soledad en aquel

    matrimonio. Al principio aquella insinceridad estaba en pequeeces,

    pero luego fueron cosas ms serias. Y, sobre todo, manifestaba cosas

    ms de fondo. Cuando una persona falta a la sinceridad, manifiesta,

    entre otras cosas, una cmoda tendencia a las soluciones fciles y

    limitadas al presente. Se busca salir del paso, evitarse una

    incomodidad, satisfacer un deseo torpe. Y lo peor es que,

    normalmente, lleva al final a un callejn sin salida, porque la mentira

    tiene una validez muy corta, y para mantener la mentira enseguida uno

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    39

    se ve empujado a mentir ms, y eso conduce a la soledad de quien est

    constantemente teniendo que actuar. Por eso deca Janklvitch que uno de los ms duros castigos del mentiroso es la prdida de su propia

    identidad. El mentiroso est encerrado en una soledad autofabricada

    de la que no sabe bien cmo salir. Le cuesta sincerarse, porque piensa

    que se le viene abajo el edificio de su vida, cuando lo cierto es que la

    sinceridad es el nico modo de reedificarlo.

    14. Dejarse convencer

    Platn, en uno de sus Dilogos, plantea una interesante discusin entre Scrates y Calicles sobre la fuerza de la razn. Calicles rechaza

    la moralidad convencional y defiende otra basada en la ley del ms

    fuerte. Asegura que esa ley es la que impera en la naturaleza, y la que

    realmente procede de ella. Hacer el mal sostiene Calicles puede ser vergonzoso desde el punto de vista de los convencionalismos

    sociales, pero esos convencionalismos proceden de una moral

    gregaria, establecida por los dbiles para defenderse de los fuertes.

    Los dbiles, que son la mayora, se juntan para modelar y esclavizar a

    los mejores y ms fuertes de los hombres y proclaman como justas las

    acciones ms convenientes para ellos.

    A lo largo del dilogo, Calicles se va quedando sin argumentos

    ante las objeciones que le hacen, pero no deja de defender cnicamente

    sus ideas. Dice que los fuertes saben bien que, si hace falta, pueden

    cometer una injusticia con otros, porque esa es la justicia del fuerte.

    En un momento dado empieza a dar la razn a Scrates, pero

    enseguida se desdice y asegura que no le interesa seguir hablando,

    porque no est dispuesto a ser persuadido por las razones de nadie,

    sino que recurrira a la fuerza para imponer las suyas. Y contina con

    afirmaciones y planteamientos que hoy, dos mil quinientos aos

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    40

    despus, nos recuerdan muchas frases que fueron recogidas casi

    textualmente por Nietzsche, y puestas despus en prctica por el

    nazismo y otras doctrinas basadas en sus tesis nihilistas.

    Pienso que lo ms trgico en la historia de Calicles no son sus

    ideas intolerantes y violentas. Lo peor es su total falta de receptividad

    ante cualquier argumentacin. Eso es lo que blinda su terrible error y

    le impide salir de l.

    Y esa es, lamentablemente, la actitud con que a veces blindamos

    nuestros defectos y nuestras incoherencias en algunos pequeos

    detalles de la vida diaria. Quiz, cuando vemos que nuestras razones

    no tienen suficiente peso, en vez de analizarlas de nuevo, o buscar

    otras que las refuercen o mejoren, o buscar consejo en quien pueda

    ayudarnos a comprenderlas o explicarlas mejor, tendemos a cerrarnos

    en banda ante las razones de los dems.

    Dejarse convencer por las razones de otros es muchas veces no siempre, parece obvio decirlo una muestra de inteligencia y de rectitud. Nuestra inteligencia se manifiesta no slo cuando

    argumentamos, sino tambin cuando aceptamos y comprendemos los

    argumentos de los dems. Por eso la educacin tiene tanto que ver con

    ese hacernos receptivos a los razonamientos de otros. Lo razonable es

    aceptar que nuestra razn se ha de enriquecer con la razn de otros,

    con la consideracin y aceptacin de otros puntos de vista, otros fines,

    otros objetivos, otras valoraciones.

    Para desarrollar realmente nuestra capacidad intelectual es preciso

    desarrollar nuestra capacidad de escucha. Debemos aspirar a ser

    persuadidos por argumentos, no slo persuadir a los dems con

    nuestros argumentos. Por eso, si tenemos muy claras nuestras razones,

    pero tendemos a ver muy poco claras las razones de los dems, quiz

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    41

    es porque hace tiempo que hemos limitado mucho nuestra capacidad

    de aprender.

    Quiz buena parte de la culpa de ese fenmeno es que est mal

    visto aceptar que uno ha sido persuadido por las razones de otro.

    Como si cambiar de opinin implicara usar poco la razn.

    Efectivamente, el mundo est lleno de personas que se enorgullecen

    de pensar lo mismo que pensaban hace veinte o treinta aos, y en

    algunos casos eso puede ser una manifestacin de sensatez y fidelidad

    a los propios principios, pero en otros muchos probablemente

    demuestre que ni ahora ni entonces han pensado demasiado. Parecen

    invulnerables a cualquier argumentacin, y eso no es algo de lo que se

    deba presumir.

    15. Las razones de los dems

    Platn, para pensar y para explicarse mejor, imaginaba personajes

    cuyas ideas eran opuestas a las suyas, tanto para plantear rplicas a sus

    afirmaciones como para exigir que las expusiera de otra manera y as

    las mejorara. Aristteles mantiene en gran parte ese sistema, aunque

    de forma un poco menos teatral, y seala primero los obstculos a sus

    afirmaciones suele decir: "hay aqu una dificultad", y luego sortea o rebate pacientemente esas objeciones. Toms de Aquino, en

    cada artculo de la Summa, emplea la famosa frmula del sed contra est: busca primero lo que le resulta contrario, lo que se opone a la tesis que sostiene, y luego, despus de haber expuesto la solucin

    segn el orden de las razones, vuelve a las objeciones que se haba

    hecho, y las contesta. Tambin Descartes intercambia argumentos para

    responder a las objeciones que le lanzan.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    42

    En todos los casos, se advierte un loable espritu de receptividad

    hacia las razones de los dems. Y ese modo de alojar en la propia casa

    al adversario, y de darle ocasin a que nos contradiga, ha sido siempre

    una prueba de valenta y de coherencia de los grandes hombres. El

    pensamiento que ha pasado a travs de la contradiccin es un

    pensamiento ms maduro y contrastado. Por eso me preocupan tanto

    esas personas que parecen estar tan poco dispuestas a considerar las

    razones de los dems.

    Entre otras cosas, porque quienes no admiten las razones de otros,

    casi nunca se sienten culpables de nada, y eso es demoledor para

    cualquiera. Suelen ser personas que casi siempre se consideran

    vctimas. La culpabilidad es algo que slo aplican al otro. As es su

    mente y, pase lo que pase, al final recalan en ese vicio de origen. Y

    llega un momento en que ya no es cuestin de mala o buena voluntad,

    sino una simple cuestin de ignorancia, de mucho tiempo de no

    escuchar las razones ajenas, de demasiados aos de vivirlo todo

    siempre desde la ptica enrarecida del egosmo.

    Podra decirse que ese modo de ser depende mucho de la

    educacin que cada uno ha recibido, y es verdad. Pero tambin es

    cierto que nuestro carcter lo hacemos cada uno. Una prueba de ello es

    que todos conocemos personas que han vivido en el mismo ambiente,

    incluso en la misma familia, han sido bombardeados por los mismos

    medios de comunicacin e influidos por las mismas rutinas y

    costumbres del lugar donde viven, y, sin embargo, son personas muy

    distintas. Muchos logran no caer en la trampa de eludir siempre las

    razones y puntos de vista de los dems, esa trampa sutil que siempre

    se nos ofrece, tentadora. Por qu? Sencillamente porque no han

    querido cegarse, porque han ido descubriendo la verdad a fuerza de no

    pensar siempre en s mismos.

    Y ese esfuerzo se ve premiado en que son personas observadoras, a

    las que interesa un amplio abanico de cuestiones y tienen sentido del

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    43

    humor, sobre todo para rerse un poco de s mismos, no a costa de los

    dems. No sienten necesidad de alardear de sus xitos o sus

    cualidades. En su forma de hablar son francos, sencillos y asequibles.

    A la hora de juzgar tienden con ms facilidad a sobrevalorar a los

    dems que a sobrevalorarse a s mismos. Tambin tienen ms sentido

    de la medida, y no abordan los problemas en clave de todo o nada, ni

    dividen las cosas entre blanco y negro, ni el mundo entre buenos y

    malos. Procuran discernir el fondo de las cuestiones, sin dejarse llevar

    por impresiones precipitadas o conveniencias personales. Reciben con

    mesura los elogios y agradecimientos, sin envanecerse, y tambin las

    culpas por sus errores, que no les llevan a hundirse sino a sacar

    experiencia y rectificar.

    16. Las formas son importantes

    Un Sultn so que haba perdido todos los dientes. Despus de

    despertar, mand llamar a un sabio para que interpretase su sueo.

    "Qu desgracia, mi Seor! dijo el sabio, cada diente cado representa la prdida de un pariente de Vuestra Majestad". "Qu

    insolencia! grit el Sultn enfurecido Cmo te atreves a decirme semejante cosa? Fuera de aqu!". Llam a su guardia y orden que le

    dieran cien latigazos.

    A continuacin mand que le trajesen a otro sabio y volvi a

    contarle lo que haba soado. Este, despus de escuchar con atencin

    al Sultn, le dijo: "Mi Seor, gran felicidad os ha sido reservada, pues

    el sueo significa que sobrevivirs a todos vuestros parientes". Se

    ilumin el semblante del Sultn y orden que le dieran cien monedas

    de oro.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    44

    Cuando este segundo sabio sala del palacio, uno de los cortesanos

    le dijo admirado: "Es curioso! La interpretacin que habis hecho de

    los sueos del Sultn es la misma que el primer sabio, pero a l le

    pag con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro". "Recuerda,

    amigo mo respondi el segundo sabio, que casi todo depende de la forma en el decir".

    Esta vieja historia muestra cmo uno de los grandes desafos de la

    humanidad es aprender a comunicarse. De la comunicacin depende,

    muchas veces, la felicidad o la desgracia, la amistad o la enemistad, la

    armona o el conflicto. Es cierto que debe decirse la verdad, pero la

    falta de acierto en la forma de expresarla, o la falta de oportunidad en

    el momento y circunstancias de decirla, provoca muchas veces

    grandes problemas.

    Es cierto que hay verdades que son duras de decir, o duras de

    escuchar, y que quiz an as hay que decirlas, pero todos hemos de

    aprender a hablar de manera que nuestras palabras no despierten la

    defensividad del interlocutor, es decir, que quien las escucha no las

    perciba como hostilidad o como provocacin. Hay muchas formas de

    decir lo mismo, y normalmente no hay necesidad de hacer antiptica

    la verdad. La verdad es como una joya, que puede lanzarse contra el

    rostro de alguien, para herirle, o bien ser presentada y ofrecida de

    modo afable, con la consideracin que merece.

    La mayora de los que presumen de andar por la vida cantando las

    verdades a todo el mundo, lo que quiz no dicen o no saben es que lo

    que les mueve a hacerlo no es su amor a la verdad sino su afn de

    impresionar a los dems, cosa que parece que les encanta. Quiz creen

    que quedan muy bien, que quedan por encima, cuando la realidad es

    que suelen hacer el ridculo, y sobre todo, no convencen a nadie. La

    razn expresada con malos modos no persuade, sino que enfurece y

    encona. Todos necesitamos de indulgencia, y como deca Menndez

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    45

    y Pelayo el que no la otorga a los dems, difcilmente la encontrar luego para s mismo.

    Sera interesante examinar con qu cuidado tratamos a cada uno, si

    tenemos la suficiente consideracin con todos, si hablamos a todos y

    de todos con respeto y aprecio, si actuamos con justicia y lealtad. Y

    quiz con ms razn en su ausencia: de manera que si el interesado

    estuviera presente, quedara agradecido por el modo en que se habla de

    l.

    17. Explicaderas y entendederas

    Todos hemos observado cmo algunas personas poseen unas

    cualidades que les hacen conectarms fcilmente con los dems. No

    me refiero a los grandes lderes, o a esas personalidades geniales que

    poseen un carcter tan singular que poco podemos aprender de ellos

    las personas corrientes. Me refiero ms bien a esas personas que viven

    a nuestro alrededor y tienen una buena capacidad de congeniar con los

    dems, saben captar sus sentimientos y logran mantener una buena

    relacin habitual con casi todo el mundo.

    La capacidad que las personas tienen de entenderse guarda una

    profunda relacin con la educacin afectiva, pues las personas no

    expresamos verbalmente la mayora de nuestras ideas o sentimientos,

    sino que emitimos continuos mensajes emocionales no verbales,

    mediante gestos, expresiones de la cara o de las manos, el tono de voz,

    la postura corporal, o incluso los silencios, tantas veces tan elocuentes.

    Cada persona es un continuo emisor de mensajes afectivos del ms

    diverso gnero (de aprecio, desagrado, cordialidad, hostilidad, etc.) y,

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    46

    al tiempo, es tambin un continuo receptor de los mensajes que

    irradian los dems.

    Por esa razn, muchos de los problemas de comunicacin entre las

    personas suelen tener su origen en una deficiente percepcin de los

    mensajes emocionales que se reciben (podramos hablar de problemas

    de entendederas) o en una deficiente emisin de los que se quieren

    expresar (problemas de explicaderas).

    Es verdad que tanto los problemas de entendederas como de

    explicaderas pueden ser nuestros o de los dems (de hecho, lo ms

    habitual en la prctica es que ambos problemas vayan unidos), pero

    normalmente podemos actuar mucho ms sobre lo que est ms a

    nuestro alcance, que son nuestros propios defectos.

    Por ejemplo, como sugera Antonio Machado, cuando no

    acertamos a ensear algo es porque quiz nosotros no lo sabemos bien

    todava, y es probable que tengamos que aprender a comprenderlo y

    expresarlo mejor.

    Y si observamos que otras personas suelen ver determinado asunto

    de modo distinto a como nosotros lo vemos, sera poco inteligente

    desdear por sistema la posibilidad de que los dems tengan razn, o

    al menos una parte de ella. Si tendemos de inmediato a considerar con

    rotundidad que estn equivocados, y adems lo manifestamos de tal

    manera que esas personas perciben que hay desagrado en nuestra

    actitud, entonces lo ms probable es que levanten una barrera ante

    nosotros y nos consideren como personas ante las que no deben

    mostrar receptividad. Como es natural, no se trata de dudar

    constantemente de nuestros principios o de nuestro modo personal de

    ser, puesto que la inseguridad en ese sentido puede llegar a ser un

    defecto ciertamente peligroso, pero s es preciso aprender a captar

    mejor el pensamiento de los dems y expresar mejor el nuestro.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    47

    Hay toda una serie de actitudes esenciales para mejorar la

    comunicacin con las personas. Es preciso, en primer lugar, partir de

    una actitud de deseo de conocer los puntos de vista del otro y

    enriquecerse con ellos. Eso supone estar abierto a ser influido y a

    cambiar, lo cual es perfectamente compatible con tener convicciones

    firmes y serias. Despus, es preciso concretar esas actitudes siempre

    en comportamientos. Por ejemplo, escuchar mucho y con atencin;

    hablar sin despertar defensividad en el otro; procurar partir de puntos

    de acuerdo comn y avanzar progresivamente hacia las reas de

    desacuerdo; etc.

    Nuestro entendimiento vuelvo a citar a Antonio Machado tiene una escala gradual: primero, entender las cosas (o creer que las

    entendemos); segundo, entenderlas bien; tercero, entenderlas mejor;

    cuarto, entender que no hay manera de entenderlas mejor sin mejorar

    nuestras entendederas.

    18. Espontaneidad, hasta dnde?

    "Mam, es que no lo entiendes. La gente joven dice lo que piensa,

    sin hipocresas." As defenda una joven adolescente la escasa

    educacin y diplomacia de una amiga suya a la que haba invitado a

    pasar unos das con ellos durante las vacaciones.

    Sin duda, la espontaneidad es un valor emergente en la sociedad de

    nuestros das. Ser espontneo y natural es algo que hoy afortunadamente se valora mucho. Hay una gran pasin por todo lo

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    48

    que significa apertura y claridad. Un elogio constante de las conductas

    que revelan autenticidad. La gente joven tributa un apasionado culto a

    la sinceridad de vida, quiz como respuesta al rechazo producido por

    algunos resabios de corte victoriano que ha llegado a detectar en la

    anterior generacin.

    Todo eso, no cabe duda, esconde un avance innegablemente

    positivo. Y en el mbito de la educacin, se trata de una conquista de

    la sensibilidad contempornea que ha supuesto aportaciones

    especialmente valiosas. Moverse en un clima de confianza se

    considera hoy un principio educativo fundamental, decisivo tambin

    para la formacin del propio carcter.

    Sin embargo, las razones que daba esa chica demuestran la

    necesidad de un sensato equilibrio en todo lo relacionado con la

    espontaneidad. Parece evidente que es preciso encontrar un equilibrio

    entre la hipocresa y lo que podramos llamar exceso de

    espontaneidad. Porque parece posible lograr ser corts sin caer en la

    hipocresa o la adulacin, ser sincero sin recurrir a la tosquedad, y fiel

    a los propios principios sin necesidad de ofender a los dems.

    Decir la verdad que no resulta conveniente revelar, o a quien no se

    debe, o en momento inadecuado, es fundamentalmente una carencia de sensatez. Parece claro que conviene siempre aadir

    sensatez a la sinceridad, y as nos ahorraremos como dice H. Cavanna la idiotez sincera, que no por sincera deja de ser idiota.

    Echar fuera lo primero que a uno se le pasa por la cabeza sin

    apenas pensarlo, o dejar escapar los impulsos y sentimientos ms

    primarios indiscriminadamente, no puede considerarse un acto

    virtuoso de sinceridad. La sinceridad no es un simple desenfreno

    verbal. Hay que decir lo que se piensa, pero se debe pensar lo que se

    dice.

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

    49

    El que se encuentra a un amigo que acaba de perder a su padre y le

    dice que no lo siente lo ms mnimo porque su padre era antiptico e

    insoportable, no es sincero, aunque lo sintiera realmente, sino un

    autntico salvaje.

    Como seala Juan Bautista Torell, bajo la excusa de esa falsa

    sinceridad, se esconden a menudo arrogancia, grosera, tendencia

    malsana a la provocacin, inclinaciones exhibicionistas o gusto por

    zaherir a los dems. Quienes as actan son figuras tristes de hombres

    o mujeres sin frenos, que se dejan llevar por sus impulsos ms

    arcaicos y distan mucho de alcanzar un mnimo de madurez en su

    carcter.

    El equilibrio del carcter y la personalidad exige una cuidadosa

    compensacin entre un extremo y otro. Y as como hace treinta aos

    poda ser mayor el peligro del envaramiento y la desconfianza, quiz

    ahora sea ms bien el de la excesiva desinhibicin o desenfado. Se

    comprueba que la exaltacin de la espontaneidad y la devaluacin de

    la seriedad producen frutos ambivalentes. Pretenden fortalecer la

    personalidad, y en gran parte lo logran, pero tambin traen el riesgo de

    producir personas con una espontaneidad aleatoria, gracias a la cual

    son lo que les da la gana, lo que se les ocurre. Pero las ocurrencias

    siempre son imprevisibles.

    19. Tener conversacin

    Haba otras causas de esa soledad escribe Dorothy Parker que se remontaban muy atrs, a cuando eran novios. Ella trat de

    recordar de qu hablaban antes de casarse, cuando estaban prometidos,

    y le pareci que nunca haban tenido gran cosa que decirse. Pero

  • Alfonso Aguil CARCTER Y ACIERTO EN EL VIVIR

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    antes, eso no le preocupaba, e incluso experimentaba la satisfaccin de

    que su noviazgo iba bien, pues siempre haba odo decir que el

    verdadero amor no se expresa con palabras. Adems, en aquel

    entonces los besos y tonteos les tenan siempre ocupados. Pero result

    que el verdadero matrimonio pareca ser igualmente silencioso, y al

    cabo de siete aos de vida en comn no es posible confiar en los besos

    y en todo lo dems para llenar los das y las noches.

    Antonio Vzquez ha escrito que el matrimonio es, entre otras

    cosas, cincuenta aos de conversacin. Que es preciso cultivar el

    deseo de conocer y conocerse, de intercambiar impresiones, de

    comunicarse. Por eso, quienes desde el noviazgo centran sus

    aspiraciones en el atractivo fsico, o en el sexo, y construyen sobre eso

    una relacin sin mucho ms cimiento, bien pronto se encuentran con

    el aburrimiento y la soledad.

    En absoluto quiero con todo esto proponer un rechazo puritano al

    cu