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ura AGUILAR NATURAL Publicación cultural de Aguilar del Alfambra (Teruel) N.º 6 - Verano 2012 CONTENIDOS Los registros civiles y su reflejo en Aguilar La demografía de Aguilar en los siglos XIX y XX La formación histórica de los sistemas de regadío Corzo: el duende del bosque Actividades de la Plataforma Aguilar Natural

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AGUILAR NATURAL Publicación cultural de Aguilar del Alfambra (Teruel)

N.º 6 - Verano 2012

CONTENIDOS

Los registros civiles y su reflejo en Aguilar

La demografía de Aguilar en los siglos XIX y XX

La formación histórica de los sistemas de regadío

Corzo: el duende del bosque

Actividades de la Plataforma Aguilar Natural

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EDITORIAL

Las II Jornadas Científico-culturales celebradas el pasado 9 de junio han sido nuevamente muy satisfactorias. En el presente número ofrecemos una completa crónica del evento, además de la celebración del Quinto día del árbol. Pese al acoso judicial que ha recibido la acción medioambiental y cultural de la Plataforma Aguilar Natural, nos alegra comunicar que es mucho mayor el reconocimiento recibido con la concesión de la edición 2011-2012 del premio Amigo del Chopo Cabecero, que será entregado en la próxima edición de la Fiesta del Chopo Cabecero, que se celebrará el 20 de octubre en la localidad de Ejulve.

INDICE

ISAAC CASELLES. Los registros civiles y su reflejo en Aguilar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

SERGIO BENÍTEZ MORIANA. La demografía de Aguilar en los siglos XIX y XX. . . . . . . . . . . 6

IVO ARAGÓN. La formación histórica de los sistemas de regadío de Aguilar del Alfambra. . 10

MARIA JESUS RAMBLA. Ssshshhhshsss…silencio…, es el duende del bosque. . . . . . . . . . . 19

II JORNADA CIENTÍFICO-CULTURAL DE AGUILAR DEL ALFAMBRA. . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

QUINTO DÍA DEL ÁRBOL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

JORNADA MEDIO AMBIENTE 2011. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

EL ÁRBOL (Poema de Rabindranath Tagore). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

Aguilar Natural. Publicación cultural de Aguilar del Alfambra (Teruel).

N.º 6 – Verano 2012 ISSN – 1889-6758 Dep. Legal - M-28945-2009 Edita: Plataforma Aguilar Natural Pza. Ayuntamiento, s/n 44156 Aguilar del Alfambra (Teruel) E-mail: [email protected] Página web: www.aguilarnatural.com Colaboraciones: Isaac Caselles Jiménez, Sergio Benítez Moriana, Ivo Aragón, María Jesús Rambla. Foto de portada: María Jesús Rambla

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LOS REGISTROS CIVILES Y SU REFLEJO EN AGUILAR

Los registros civiles se regularon por la Ley de 17 de junio de 1870 y se pusieron en marcha el 1 de enero del año siguiente. Este fue el origen del Archivo Municipal de Aguilar del Alfambra. Los archivos municipales son el reflejo de la vida cotidiana de las localidades, tanto de sus problemas como de sus necesidades y las soluciones que se adoptan1. El archivo nace por motivos de seguridad: la necesidad de custodiar documentos generados por el Ayuntamiento. Por ello, “el archivo es un organismo vivo, reflejo de la vida administrativa de cada municipio”2.

Las funciones desempeñadas por las personas que trabajaban en el Ayuntamiento eran labores de secretaría, redacción de informes y de contaduría, además de realizar tareas propias de contabilidad y administración. Se encargaban de los gastos e ingresos del Ayuntamiento, desde la compra de material para sus labores de gestión hasta la relación de cualquier movimiento de dinero en el Consistorio. Se dejaba siempre constancia de las partidas presupuestarias para arreglar desperfectos en el municipio, llevar a cabo desplazamientos para realizar gestiones en la capital provincial, pagar al médico o al boticario por sus servicios, y para remunerar a otras personas encargadas de mantener el ganado y las tierras del Ayuntamiento, posesiones destinadas al mantenimiento de la institución, al margen de los impuestos.

Fig. 1: Introducción de datos durante la investigación.

Como muestra de la documentación encontrada en el Archivo Municipal de Aguilar del Alfambra están los cuadernos de nacimientos. Este tipo de documento está formado por certificados incluidos dentro de un libro llamado Cuaderno de nacimientos, donde quedaban reflejadas las actas de nacimiento.

En estos cuadernos se ha encontrado información valiosa, como la del Cuaderno de nacimientos n.º 1 del Archivo Municipal de Aguilar del Alfambra, en el que se afirma que toda la documentación anterior a 1872 fue destruida en las Guerras Carlistas, desapareciendo todos los documentos del archivo. Esto está unido a que la documentación aquí estudiada no se puede corroborar con el registro parroquial, porque en la Guerra Civil se quemaron los archivos parroquiales que contenían documentos de los nacimientos, matrimonios y defunciones que allí se conservaban, por lo que estos libros adquieren mucho más valor al convertirse en documentos únicos del patrimonio documental de esta localidad.

1 ALIA MIRANDA, F.: Técnicas de investigación para historiadores. Madrid: Síntesis, p. 122.

2 Ayuntamientos con secretarías de 1ª categoría. 2ª ed. Corr. y aum. Madrid: Consejería de Cultura, Comunidad de Madrid, 1988, p. 35.

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El estudio de los cuadernos del siglo XIX, investigados por el autor de este artículo, se expone en la Tabla 1.

Tabla 1

TABLA DE NATALIDAD DE AGUILAR DEL ALFAMBRA (1872-1900) Año Niños Niñas Muertes en los dos Abandonados

primeros años de

vida 1872 15 10 0 1873 3 5 0 1 niña 1874 0 0 0 1875 0 5 1 1876 8 9 0 1 niña 1877 5 12 0 1878 20 3 2 1879 11 15 0 1 niña 1880 5 12 2 1 niña 1881 9 13 0 1882 11 12 1 1883 10 15 2 1 niña 1884 17 9 1 1 niño 1885 9 14 3 1 niño 1886 13 15 2 1887 12 11 0 1888 9 12 0 1889 7 12 0 1 niño 1890 11 11 1 1 niña 1891 18 3 9 1892 6 13 8 1893 7 10 9 2 niñas 1894 9 11 9 1 niña 1895 13 5 7 1896 9 12 4 1897 13 5 6 1898 13 10 6 1899 8 9 5 1 niña 1900 9 5 3 1 niña

Elaborado por Isaac Caselles. Cuadernos de nacimientos. Archivo Municipal de Aguilar del Alfambra3.

Esta tabla nos aporta gran cantidad de datos, desde los años en los que hubo gran cantidad de alumbramientos, el sexo de los nacidos, las defunciones en los primeros años de vida y el número de niños abandonados. Asimismo, en estas actas también se incluye el nombre de los bebés, el nombre de los padres, hora, día, mes y año de los alumbramientos, nombre del juez del registro civil que da fe y legalidad del acta de nacimiento, y el número del registro.

3 Esta gráfica ha sido obtenida de la transcripción de seis de los cuadernos de nacimientos del Archivo Municipal de Aguilar del Alfambra, los más antiguos. Con ella se recopila gran parte de la información pero se reserva el nombre de las personas que aparecen en los documentos, aunque son documentos que se pueden consultar previa autorización del secretario del Ayuntamiento.

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La historia del siglo XIX de esta localidad se puede consultar en obras como Notas para la Historia de Aguilar del Alfambra4, escrito por Timoteo Galindo Guillén, libro en el que se observa el gran esfuerzo realizado por este presbítero por recopilar información sobre el pueblo. También se puede obtener información de esta centuria en la obra de autores como Pascual Madoz5 o Antonio Ubieto Arbeta6. El primero llevó a cabo una enumeración de los elementos materiales del pueblo junto a un conteo de su población en 1846-1850, y el segundo una recopilación de diversos datos administrativos, demográficos y toponímicos.

Fig. 2: Cuaderno de nacimiento. Archivo Municipal de Aguilar del Alfambra. La escritura utilizada es una letra humanística contemporánea bastardilla.

Esta historia se puede ampliar ya que, como sostiene Mariano García Ruipérez, los estudios archivísticos sobre la documentación de las instituciones entre el siglo XVII y principios del siglo XX son aún escasos7. De estos documentos se puede obtener gran información sobre los usos y costumbres de la población, y permite seguir la genealogía a la vez que rastrear el origen de los apellidos.

Isaac Caselles Jiménez

4 GALINDO GUILLEN, T.: Notas para la historia de Aguilar del Alfambra. Valencia: Timoteo Galindo Guillén, 1985.

5 MADOZ, P.: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madrid: Establecimiento tipográfico de P. Madoz y L. Sagasti, 1846-1850.

6 UBIETO ARTETA, A.: Historia de Aragón. Pueblos y despoblados. (3 vol.) Zaragoza: Anubar, 1984.

7 GARCÍA RUIPÉREZ, M.: Tipología documental municipal. Toledo, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Consejería de Educación y Cultura, 2002, pp. 48-49.

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LA DEMOGRAFÍA DE AGUILAR EN LOS SIGLOS XIX Y XX

El conocido como régimen demográfico antiguo se caracterizaba por unas altas tasas de natalidad y de mortalidad —en especial la infantil—, una baja esperanza de vida y un crecimiento natural de la población muy bajo. La ruptura de dicho régimen demográfico y el crecimiento de la población que se registró en el siglo XIX en España fue un fenómeno bastante atenuado en Teruel, donde a duras penas se logró romper con ese modelo. Así, aún en la década de 1860 la provincia presentaba altas tasas de mortalidad, sobre todo infantil, síntoma de estancamiento demográfico. Peiró Arroyo afirma que “el crecimiento de la población se paró en algún momento entre 1814 y 1857, sin que podamos conocer la fecha con exactitud, pero coincidiendo con la última crisis de la industria textil”1.8

De este modo, el crecimiento demográfico en Teruel sería menor que la media española y aragonesa, sufriendo con especial incidencia las crisis de subsistencias, las epidemias y los episodios bélicos. Las guerras carlistas tuvieron gran influencia en la provincia de Teruel, así como la guerra napoleónica, que supuso un descenso de la población calculado en un 41,1% para el partido de Teruel. En Aguilar hicieron estragos brotes epidémicos como los de 1834, los de 1854-1855, el de cólera de 1890 y 1895, y la mal llamada “gripe española” de 19182.9

En 1857 y 1860 se realizaron los primeros censos de población elaborados científicamente. El de 1857 para la provincia de Teruel proporciona una pirámide de población joven, por tanto ancha en su base y en la que hay un pequeño bache en el grupo de población entre los 18 y 25 años, los nacidos entre 1832 y 1841, intervalo que se corresponde casi exactamente con la duración de la Primera Guerra Carlista. Las pirámides de población que hemos elaborado en base a los datos de estos dos censos reflejan ese pequeño bache (ver figs. 1 y 2), aunque es posible que influya también el hecho de una cierta emigración joven en la mejor edad para trabajar.

Dichas pirámides de población concuerdan con lo señalado por Manuela Solans para la provincia de Teruel, que indica que ese desnivel delata una alta mortalidad infantil y se corresponde a la de un “grupo humano joven y primitivo”. Señala también Vicente Pinilla que el censo de 1857 reflejó una mayor población debido a que se realizó en verano y el de 1860 en invierno, lo que achaca a la emigración estacional de jornaleros en busca de trabajo en estos meses y al efecto de la trashumancia invernal de los pastores, cuando aún se estremaba hacia Levante. En Aguilar se registra una población de 511 habitantes en el censo de 1857 y de 448 en el de 18603.10

El paro estacional en el campo podía llegar a ser bastante largo, por lo que bastantes de esas salidas invernales podían llegar a convertirse en salidas permanentes, fenómeno que, según señala Vicente Pinilla, ya empezó a producirse en la década de 1860, principalmente hacia Cataluña y Valencia, zonas que ya habían desarrollado un importante despegue industrial. En Aguilar conocemos el famoso y significativo caso de Gaspar Blasco, padre del escritor Vicente Blasco Ibáñez. La llegada de ciertos avances médicos hicieron que Aguilar llegara en 1887 a su tope poblacional de 525 habitantes, pero desde ese año los saldos migratorios negativos en la provincia se intensificaron, como denota el que ese hito demográfico de Aguilar no se

1 PEIRÓ ARROYO, A.: Tiempo de industria: Las tierras altas turolenses, de la riqueza a la despoblación. Teruel: CEDDAR, Instituto de Estudios Turolenses, 2000, p. 72.

2 PINILLA NAVARRO, V.: Teruel (1833-1868): Revolución burguesa y atraso económico. Teruel: Instituto de Estudios Turolenses, 1986, pp. 15-17. GALINDO GUILLÉN, T.: Op.cit., pp. 132-135.

3 SOLANS CASTRO, M.: Evolución de la población de Teruel entre 1860 y 1960: estudio geodemográfico. Teruel: Instituto de Estudios Turolenses, 1968, p. 17. CENSO de la población de España según el recuento verificado en 21 de mayo de 1857. Madrid: Imprenta Nacional, 1858, pp. 710-711. CENSO de la población de España según el recuento verificado en 25 de diciembre de 1860, por la Junta General de Estadística, Madrid, 1863, pp. 578-579.

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volverá a superar. Desde 1877 y hasta 1930 las provincias de Huesca y Teruel, afectadas por parecidos males, como son su menor crecimiento vegetativo y su constante saldo migratorio negativo, estancaron su población4.11

Fig.1. Pirámide de población, según el censo de 1857

Fig. 2. Pirámide de población, según el censo de 1860

Hemos complementado los datos de los censos con los de obras de distinta naturaleza, como son los diccionarios geográfico-estadísticos de Sebastián Miñano (1826-1828) y el famoso de Pascual Madoz (1845-1850), que ofrecen unas cifras bastante dispares. Hay que tener en cuenta que son fuentes que describen aspectos variados de las poblaciones y no son tan

4 Las cifras demográficas de Aguilar están tomadas del INE (www.ine.es) que también recoge Peiró Arroyo; son diferentes a las de Timoteo Galindo, que ofrece las siguientes: 559 habitantes en 1887, 524 en 1900, 536 en 1920. En PEIRÓ ARROYO, A.: 2000, Op. cit., p. 231; y GALINDO GUILLÉN, T.: 1985, Op. cit., p. 33. Esto se debe a que Timoteo Galindo toma como referente la población de derecho (número de personas que oficialmente tenían su residencia en el municipio en la fecha de referencia) frente a la población de hecho (número de personas que pernoctaron en el municipio en la fecha de referencia del censo). Los primeros censos (1842, 1857 y 1860) no califican la situación legal de la población recogida (de hecho o de derecho). Según se explica en la página web del INE, el modo de recogida de datos del censo se puede asimilar a la población de derecho, y en los de 1857 y 1860 a la de hecho, por lo que hemos preferido tomar este dato como referencia para elaborar el cuadro. Sobre la comparativa de Huesca y Teruel: GERMAN ZUBERO, L.: “La demografía aragonesa durante el primer tercio del siglo XX”, en Cuadernos aragoneses de economía, n.º 10, 1986, pp. 164-170.

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exactas como los censos a la hora de dar datos de población. Miñano nos da una cifra, 112 vecinos y 436 habitantes en 1826, que nos parece bastante aproximada. Es lógico que en el primer censo que se realizó con posterioridad, en 1842, haya una disminución de población debido a los efectos de la Primera Guerra Carlista en la provincia, más tangenciales en Aguilar que en otras zonas. Sin embargo, la cifra de Madoz de 1850 se nos antoja demasiado exigua, 62 almas y 261 vecinos, en un periodo de crecimiento y recuperación continuada desde el fin de dicha guerra hasta la crisis agraria de la década de 1880, por lo que cabe cuestionarse el método de recogida de datos, muy limitado y dificultoso por las limitaciones de su elaboración. Estos resultados al propio Fernández Clemente le parecen también demasiado bajos5.12

Tabla 1

Evolución de la población de Aguilar durante el siglo XIX

1826

1842

1850

1857

1860

1877

1887

1897

1900

Población de hecho

436 — 261 511 448 482 525 473 472

Población de

derecho — 381 — — — 565 559 538 524

Hogares 112 90 62 122 118 158 162 150 146

Los informantes de Miñano fueron, sobre todo, curas párrocos, por lo general muy cercanos a la población y conocedores de sus eventos demográficos, aunque el propio autor es consciente del fenómeno de las ocultaciones. Los informantes de Madoz, en cambio, fueron en su mayoría funcionarios cesantes ligados al Estado liberal, por lo que cabe aún más la ocultación de datos ligada a la tradicional desconfianza del campesino hacia el Estado y sus representantes. En ambos casos, hemos asimilado las cifras a la población de hecho. El número de vecinos lo hemos incluido en el de hogares, dado que el dato suele coincidir con el grupo formado por un vecino más los domiciliados que viven con él, cuya evolución, naturalmente, es pareja al de la población de Aguilar6.13

Desde fines del siglo XIX, época de máximo poblacional en Aguilar, el vaciamiento demográfico es lento, prorrogándose hasta la década de 1930. La atracción sobre la población rural de los focos industriales de Barcelona, Zaragoza y Valencia supone “no sólo la emigración de los excedentes activos agrarios aragoneses, sino su primera gran reducción de efectivos”. Desde 1930 la población de las tierras altas turolenses no cesa de caer, como señalan las dramáticas cifras que nos da Antonio Peiró: en 1960 la población es menor que en 1776, y en 1981 son comparables a las de 1647. Germán Zubero ha analizado el comportamiento demográfico aragonés para el periodo 1900-1930 y señala que ese menor crecimiento vegetativo del siglo XIX ha descendido en el XX aproximándose más a la media española, pero se sigue produciendo un retraso debido a la menor natalidad y a las altas tasas de masculinidad aragonesas (las más altas de España para la época) provocadas por la gran emigración femenina. Pero ese crecimiento vegetativo se limita con el incremento del

5 MIÑANO Y BEDOYA, S.: Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal. Madrid: Imprenta de Pierart-Peralta, 1826-28, tomo I, pp. 34-35. MADOZ, P.: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de Aragón: Teruel. Introducción de: FERNÁNDEZ CLEMENTE, E. Valladolid: Ámbito, 1985, pp. 8-28.

6 MIÑANO Y BEDOYA, S.: 1826-28, Op.cit., tomo I, p. 3.

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saldo migratorio negativo, especialmente marcado en la década de 1920 por la atracción de la industrialización barcelonesa7.14

El análisis de las pirámides de población de la provincia correspondientes a la primera mitad de siglo XX es bastante aplicable a Aguilar. En 1900 y 1910 tenemos todavía un índice muy elevado de mortalidad infantil, cuya disminución se hace ya notoria en 1920, cuando contamos con unos escalones inferiores más igualados en su pirámide de población. En 1930 tenemos una pirámide más regular, que señala un aumento de la esperanza de vida. En la de 1940 encontramos las consecuencias de la Guerra Civil, con una muesca muy marcada en el tramo de edades entre 20 y 30 años, lo que denota la desaparición de jóvenes en edad de combatir, y una marcada disminución de los nacimientos. Y ya en 1950 empezamos a ver una pirámide de población progresivamente envejecida, que se va estrechando en su base y donde apenas hay diferencias en los distintos tramos entre los 5 y los 40 años8.15

Tabla 2

Evolución de la población de Aguilar durante el siglo XX (Fuente: INE)

1910

1920

1930

1940

1950

1960

1970

1981

1991

2001

Población de hecho

469 448 412 399 370 299 203 124 85 —

Población de

derecho 496 536 494 442 392 314 220 131 101 80

El éxodo demográfico constituye, sin duda, el hecho más dramático de la historia reciente de Aguilar, y se inicia con anterioridad a la tecnificación de las tareas agrícolas, por lo que habría que atribuirlo también a otros factores. Por un lado al impacto de la guerra, debido a pérdidas humanas, represión, encarcelamientos, huidas, etc. También influyeron la caída de la productividad y de los beneficios agrícolas, la falta de desarrollo económico en la población fuera del sector primario, la ausencia de inversiones públicas y privadas que corrigieran dicha tendencia, y la fuerte demanda de mano de obra en los centros urbanos. El impacto de los llamados “polos de desarrollo”, que en general dejaron fuera a la provincia de Teruel, fue otro factor que contribuyó a apuntalar los desequilibrios territoriales heredados. El despoblamiento también ha tenido como consecuencia una mayor concentración de la propiedad rústica debido al abandono o venta de fincas por parte de sus titulares, que han sido adquiridas por los que se quedaban en Aguilar.

Desde 1887 los censos se realizan cada 10 años, aunque desde 1900 se determina que la realización de estos coincida con los años terminados en cero, disposición en vigor hasta 1980, cuando se determinará que coincida con los años terminados en uno. La población de Aguilar sigue disminuyendo sin que nada parezca frenar esta tendencia, pero es difícil saber, en la encrucijada económica actual, qué puede deparar el futuro.

Sergio Benítez Moriana

7 GERMAN ZUBERO, L.: “Aragón invertebrado: atraso económico y dualismo interno (1830-1930)”, en Revista de Historia Económica–Journal of Iberian and Latin American Economic History, año 6, n.º 2, 1988, p. 330. —: 1986, Op.cit., pp. 164-170. PEIRÓ ARROYO, A.: 2000, Op.cit., p. 72.

8 SOLANS CASTRO, M.: 1968, Op.cit., pp. 16-28.

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LA FORMACIÓN HISTÓRICA DE LOS SISTEMAS DE REGADÍO DE AGUILAR DEL ALFAMBRA

Objetivos

En el presente artículo se analizarán los sistemas de riego identificables en la documentación histórica de Aguilar del Alfambra, y se contextualizará históricamente su formación y desarrollo en el tejido productivo de la localidad1.16

Los sistemas de riego y sus elementos en la documentación

La sucesión de guerras civiles entre los siglos XIX y XX no solo tuvieron un efecto negativo en la población y la economía aguilaranas, sino que también supusieron la pérdida de la mayor parte de su registro documental con la quema de archivos municipales y parroquiales. De esta forma, la inmensa mayoría de la documentación anterior al último tercio del siglo XIX que se ha conservado se encuentra en archivos autonómicos, fundamentalmente, o estatales. La mayor parte de la misma son copias de documentos que en su día también se encontraban en Aguilar2.17

La masa de información que condensa esta documentación histórica, a pesar de ser una pequeña fracción de lo que en su momento debió haber, es de gran valor y permite reconstruir, entre otras cosas, la evolución de los usos del suelo y del paisaje aguilarano con una estimable precisión. Dentro de este capítulo resulta de gran interés lo relativo al regadío y a los sistemas de riego del municipio3.18

En Aguilar no conocemos referencias documentales sobre sistemas de regadío en la Edad Media, y es en la Edad Moderna cuando aparecen las primeras menciones al regadío aguilarano. La primera cita a elementos que nos hablarían de la existencia de un sistema de regadío es de 1678, cuando el concejo vendió un censal a la iglesia parroquial de Aguilar en el cual, a cambio de cierta suma en metálico —1.400 sueldos jaqueses—, entregaba al capítulo de la parroquial una pensión anual vitalicia de 70 sueldos jaqueses poniendo como aval todos sus bienes, entre los que se contaban los “guertos” y un molino. Este molino probablemente sería el mismo “molino arinero” del cual se habla cincuenta años después en el documento que nos aporta una más completa descripción del regadío aguilarano4.19

1 Agradecemos las valiosas orientaciones que nos ha aportado para este artículo Alejandro Pérez Cueva.

2 En el propio archivo municipal se guarda registro del expolio de la Tercera Guerra Carlista (1872-1876). Posteriormente, durante la Guerra Civil de 1936-1939 se volvió a quemar la documentación municipal, pudiéndose salvar una fracción de la misma gracias a don Leopoldo Izquierdo Villarroya, información que debemos agradecer a don Joaquín Najes Guillén. El archivo parroquial también fue incendiado en 1936, tal y como queda constancia en: GALINDO GUILLÉN, T.: Notas para la historia de Aguilar del Alfambra, Valencia, 1985, pp. 26, 28 y 146. Los archivos cuya documentación hemos estudiado son el Archivo Histórico Provincial de Teruel (AHPT), el Archivo de la Corona de Aragón (ACA), el Archivo de la Comunidad de Aldeas de Teruel de Mosqueruela (ACATM), el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza (AHPZ) y el Archivo Histórico Nacional de Madrid (AHN).

3 INIGO FERNÁNDEZ, I. A.; BENÍTEZ MORIANA, S.; CASELLES JIMENEZ, I.: ‘Con son de campana por él tañida’. Historia de Aguilar del Alfambra (siglos XII-XIX), 2012; pendiente de publicación.

4 Un censal o censo consignativo fue la modalidad de préstamo más importante durante la Baja Edad Media y la Edad Moderna. Consistía en la percepción de un capital a cambio de una pensión perpetua anual. Las referencias documentales: AHN. Clero Secular. Iglesias parroquiales, colegiatas y ermitas. Iglesia de San Pedro de Aguilar de Alfambra (Teruel). ES.28079.AHN/3.2.2.1188. 1 Legajo. AHPZ. Real Audiencia de Aragón. Civil. Pleitos civiles (1712-1870). ES-AHPZ-J-011982-000003.

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El documento en cuestión forma parte de un expediente judicial elevado a la Real Audiencia de Aragón, suscitado por el pleito que interpuso el concejo de Aguilar contra Domingo Calvo, vecino de Ababuj. Esta persona había abierto desde 1720 una serie de portillos o “agueras” en la orilla del remanso del azud de Aguilar con el objetivo de regar una heredad próxima y convertirla en un prado en regadío. La documentación describe unas orillas de terreno muy blando, “de arena y cascaxo”, que el concejo de Aguilar tenía “fortificadas” con sargas y protegidas con una normativa muy estricta que penaba gravemente a quien “corte árbol, haga cárcava, arranque hierba o mata”.

Estas intervenciones sobre el azud, según el concejo de Aguilar, provocaron su deterioro dada la fragilidad del suelo y las periódicas crecidas del río Alfambra, que se desbordaba por los puntos en los que Domingo Calvo había practicado los orificios. Dados los efectos perniciosos de las riadas, el demandado abandonó los portillos sin cerrarlos para cortar el río aguas arriba con césped y ramas. Formó, por tanto, un nuevo azud con el objetivo de seguir regando su prado con el inconveniente de que, dada su endeblez, desaparecía con cada riada del río5.20

Según la versión del concejo de Aguilar, las obras llevadas a cabo por el demandado provocaron que el río cambiara de madre con la consiguiente alteración en la captación de agua de “la azud vieja”, de lo cual se derivaron problemas de abastecimiento de la acequia que alimentaba al molino harinero, al riego del Prado concejo, a prados particulares de dallo, a huertos, al abastecimiento de agua de beber del pueblo y a “otras oficinas” sin determinar. Por este motivo, el concejo reclamaba que Domingo Calvo costeara la reparación del azud.

Fig. 1: Azud Molinar; el concejo de Aguilar contrató los servicios como peritos de dos maestros de obras, Martín Dolz, de Mirambel, y Joseph Pedro, de Hinojosa, para evaluar el coste de la reparación del azud. Estimaron que para “reedificar la rotura” sería necesario ejecutar una trabazón de madera y piedra, con sus “aderentes”, y mano de obra de carpintería y cantería, lo que elevaba el presupuesto a 70 libras valencianas.

Accidentalmente se cita en este proceso judicial otro sistema de regadío aguas abajo del que motiva el pleito, y con el cual, según se dice, el pueblo de Aguilar regaba media legua del término.

Identificación de los elementos de los sistemas de riego recogidos en la documentación

El elemento central a identificar en la anterior descripción es la denominada “azud vieja”, dado que del mismo partía un importante sistema de regadío. No es difícil identificarlo con el actual azud de la acequia Molinar. La información básica que permite su localización advierte que fue comprado a la villa de Jorcas “de la misma azud que divide el río los términos”. El actual azud Molinar, efectivamente, se encuentra fuera del término municipal de Aguilar y se

5 No se denomina al río en ningún momento como Alfambra o río Blanco, solo se nombra al “río”. La forma descrita de hacer azudes era la forma más frecuente de construirlos en la parte alta del Alfambra.

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ubica en un tramo del Alfambra que divide los de Jorcas y Ababuj. Además, también hoy en día, en la orilla del término de Ababuj se conserva el topónimo de ‘Prado del pleito’, y el suelo del entorno se ajusta a la descripción de terreno blando “de arena y cascaxo”.

Igualmente, la declaración de uno de los testigos en el proceso judicial permite identificar el trazado de la actual acequia Molinar con la descrita en el pleito. Así, el labrador de Jorcas Pedro Paricio explicó que su padre, albañil, hacía muchos años le había comentado estando de caza por el entorno que la acequia del molino de Aguilar estaba muy alta. Efectivamente, la acequia actual se levanta a una considerable altura sobre el lecho del río6.21

Figs. 2 y 3: Acequia Molinar y Molino de San Antonio. Los perjuicios declarados por el concejo debido a las actuaciones de Domingo Calvo debieron ser ciertos. En la documentación aparece un atribulado molinero de Aguilar, Pancracio Martín, afectado por el “estiage” taponando las “agueras” con céspedes y estacas como medida provisional hasta que el demandado pagara la cantidad que se le reclamaba para reparar el azud.

Por último, el reconocimiento de los elementos citados en la documentación que estaban ubicados al final de la acequia permite asegurar que la identificación del sistema de regadío es la correcta. Así, tenemos al ya mencionado “molino arinero”, en el entorno del actual Molino de San Antonio o Nuevo, cuyo edificio, efectivamente, es mucho más reciente. A su alrededor se encontraba el “Prado concejo” —extensión de pasto que se regaba con estas aguas y que se correspondería con el actual topónimo de El Prado— y otros “prados de dallo” particulares, como bien puede ser el actual prado de la Cerrada del Molino7.22

Lo mismo sucede con la mención a los huertos —dado que esta partida hasta el Santo Cristo se distingue por sus bellos huertos cerrados— y con la referencia a que la acequia abastecía de agua de boca o “de beber” al pueblo. En efecto, en 1880 se propuso una nueva traída de aguas para alimentar la fuente-abrevadero del Bacio, porque hasta el momento la fuente del pueblo se nutría con “agua del río o acequia Molinar, siendo ésta insuficiente en verano por

6 Alejandro Pérez Cueva reseña que los sistemas de regadío de Aguilar se organizaban en una acequia ‘alta’, la del Molinar, y otras dos bajas, la del Sargal y la del Remolinar: PÉREZ CUEVA, A.: “Regadíos históricos del Alfambra entre Allepuz y Aguilar”, Aguilar Natural, nº 1, 2009, p. 6. Esta acequia es con diferencia la de mayor desnivel en el Alfambra entre Gúdar y Aguilar.

7 El topónimo ‘El Prado’ es muy semejante a otras localidades donde todavía se conserva el topónimo tradicional de ‘Prado Concejo’, como en Camarillas o Monteagudo. Esta zona comunal de pastos hipotéticamente se extendería hasta los Ruideros, siendo estos tal vez una parte del Prado Concejo, y se enajenaría con la desamortización de Madoz (a partir de 1855); INIGO FERNÁNDEZ, I. A.; BENÍTEZ MORIANA, S.; CASELLES JIMENEZ, I.: 2012, Op. cit. El actual edificio del Molino de San Antonio o nuevo es del siglo xx, de antes de 1934 según: GALINDO GUILLÉN, T.: 1985, Op. cit.

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putrefacción y en invierno por hielo”. Solo queda en penumbra la referencia a que con el agua de esta acequia se abastecía a “otras oficinas”8.23

Fig. 4: Azud del Sargal.

Sin más detalles referentes al segundo sistema de regadío mencionado, dado que estaba aguas abajo del que suscitó la polémica, pensamos que sería el del azud del Sargal. Tendemos a descartar el del Remolinar, o del Molino Viejo, debido a que este sistema estaba consagrado básicamente a accionar a este molino-serrería y no al riego —apenas se alumbraban 0,4 hectáreas—, lo que discreparía con la referencia de que servía para regar “media legua del término”9.24

Hipótesis de datación para los sistemas de riego recogidos en la documentación

En las pruebas testificales llevadas a cabo entre 1727 y 1728 en el pleito del concejo de Aguilar contra Domingo Calvo de Ababuj, diversos testigos se refieren al azud del Molinar como “la azud vieja”, y explican diversos episodios sobre el mismo referidos “por sus antiguos”. Son las únicas orientaciones de tipo cronológico que se proporcionan. A parte conocemos la cita a un molino y huertos medio siglo antes, molino que nos hemos aventurado a identificar con el situado al final de la acequia Molinar y junto al barranco de las Cuerdas, precisamente, por las referencias a su antigüedad10.25

Sin embargo, a pesar de esta antigüedad, los testigos saben que el origen del azud estuvo en una adquisición a la vecina localidad de Jorcas. Por otra parte, sabemos que en los siglos XVI y XVII los concejos aragoneses, y entre ellos el de Aguilar, se embarcaron en una política expansiva de gasto con la intención de apoyar la actividad económica de los vecinos y la mejora de sus condiciones de vida, para lo cual fue habitual la ejecución de traídas de agua y la construcción de acequias y fuentes, lo que debió suponer una notable mejora de las superficies de regadío respecto de la Edad Media. Esta dinámica cuadraría con la acometida de unas obras de la envergadura de las descritas11.26

8 Sobre la traída de aguas a la fuente-abrevadero: GALINDO GUILLÉN, T.: 1985, Op. cit. La oscura referencia a “otras oficinas” podría referirse a un hipotético batán en el camino al Remolinar cuya acequia de alimentación partiría de este sistema de regadío, información que debemos agradecer a don Pedro Bayo.

9 Sobre el sistema del Remolinar: PÉREZ CUEVA, A.: 2009, Op. cit., p. 7. En la provincia de Zaragoza la legua equivalía a 5,57 kilómetros: VV.AA.: Gran Enciclopedia Aragonesa, Unión Aragonesa del Libro, Zaragoza, 1980.

10 AHN. Clero Secular. Iglesias parroquiales, colegiatas y ermitas. Iglesia de San Pedro de Aguilar de Alfambra (Teruel). ES.28079.AHN/3.2.2.1188. 1 Legajo.

11 Los testimonios que explican que el azud fue comprado a la villa de Jorcas no aclaran si se compró la obra ya hecha o el terreno. La pauta de desarrollo del regano con una mayor expansión en la Edad Moderna en las tierras altas del sur de Aragón se constata en el Jiloca, en: BENEDICTO GIMENO, E.: “Los prados de ‘Gascones’ (Calamocha) y ‘Entrebasaguas’ (Luco). Una aproximación histórica al estudio de las acequias, de los procesos roturadores y de la desamortización de los bienes comunales en la cuenca del río Jiloca”, Xiloca, n.º 17, 1996. Sobre la política de los concejos aragoneses durante los siglos XVI y el XVII: Mateos Royo, J. A.: “Control público, mercado y sociedad preindustrial: las cámaras de trigo en el reino de Aragón durante los siglos XVI y XVII”, Historia agraria: Revista de agricultura e historia rural, n.º 34, 2004. La política del concejo de Aguilar de estos siglos y las inversiones realizadas se encuentran estudiadas en: INIGO FERNÁNDEZ, I. A.; BENÍTEZ MORIANA, S.; CASELLES JIMENEZ, I.: 2012, Op. cit.

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Para completar el circuito descrito en la documentación faltaría la construcción de la fuente-abrevadero vieja del Bacio, que suministraba el “agua de vever” a la localidad y de la cual sí tenemos una datación concreta: 1689. Seguramente esta traída de aguas, y la fuente-abrevadero misma, fueron el remate final a una previa adquisición del azud y ejecución de los trabajos que debieron llevarse a cabo en la acequia Molinar y el Molino de San Antonio. De este modo, podríamos plantear el siglo XVII, y acaso las últimas décadas del XVI, como el arco cronológico más probable en el que se originó el sistema de regadío del Molinar.

Figs. 5 y 6: Fuente nueva del Bacio e inscripción de la fecha de 1689 en los sillares del abrevadero.

Igualmente cabe plantear como hipótesis que el entorno del Molino de San Antonio o Nuevo, en el que finaliza la acequia Molinar, a orillas del barranco de las Cuerdas y muy cerca del casco urbano, fuera ya desde siglos medievales el emplazamiento de un molino anterior al citado en los siglos XVII y XVIII. Este molino se abastecería con las aguas de dicho barranco, pero ante la irregularidad de los caudales, se debió hacer necesario el refuerzo de su alimentación12.27

Sobre el origen del sistema del azud del Sargal y de su acequia con dos brazales, partimos de un planteamiento idéntico al anterior, el de la política de inversiones productivas desplegada por el concejo en estos siglos, acorde con la de los concejos aragoneses de la éopca. Además, sabemos que el Sargal era antiguamente —según la tradición— una zona pantanosa o inundable y cubierta de sargas. Este espacio se desecó y su terreno fue repartido entre los vecinos en lotes denominados ‘suertes’. Hoy en día se aprecia gran regularidad en la superficie de las mismas y se pueden intuir las variaciones sobre el polígono original por división o compra de otras adyacentes13.28

Este tipo de parcelas se distinguían por su pequeña extensión y alta productividad, normalmente por ser de regadío. Igualmente, sabemos que este tipo de repartos de suertes fue típico en el sur de Aragón en el siglo XVI, un momento de incentivos para la producción agrícola y baja densidad demográfica, por lo que había mayor disponibilidad de tierras. Probablemente la acometida de la acequia del Sargal con sus dos brazales sirviera para

12 Sin embargo, la hipótesis de la existencia en el entorno de un molino previo tiene un punto débil: supondría dar un cambio radical en la interpretación habitual sobre cómo se diseñaban los sistemas en los que los molinos están al final de ellos. HERMOSILLA, J. (Dir.): Las vegas tradicionales del Alto Turia. Sistemas y paisajes de regadío, Publicacions de la Universitat de València, Valencia, 2009.

13 La información relativa a la partida del Sargal se encuentra recogida en la obra de Timoteo Galindo, quien también establece la regularidad de las propiedades y la hipótesis sobre la variación de los módulos originales. GALINDO GUILLÉN, T.: 1985, Op. cit., pp. 12-13.

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drenar este terreno y, por todo el contexto descrito, pensamos que se llevaría a cabo también entre los siglos XVI y XVII14. 29

Figs. 7 y 8: Vista satélite de la partida del Sargal y parcelario catastral. Imágenes obtenidas de SIGPAC.

El regadío en el contexto de la economía aguilarana de los siglos XVI a XVIII

El regadío tuvo gran importancia en las sociedades campesinas históricas. En el Alto Alfambra podemos constatar las primeras infraestructuras hidráulicas para riego en época andalusí, realizadas por unas comunidades campesinas distribuidas en un hábitat disperso de pequeñas alquerías fuertemente vinculadas a la agricultura de regano. En el vecino término municipal de Galve destacan los azudes de los yacimientos del Pantano y del Cabecico de los Moros. Tras la conquista y repoblación aragonesa la población experimentó un notable crecimiento sustentado en la expansión de la agricultura y de la ganadería, lo que supuso una mayor transformación del medio natural15. 30

En este contexto, ligado a los sistemas de regadío, se originaron y desarrollaron algunas de las explotaciones más importantes de las nuevas comunidades campesinas —huertos y prados en regadío, molinos, batanes, etc.—, y algunos de sus paisajes más característicos, como el de los huertos cerrados. Con las hierbas de los prados de riego se alimentaba fundamentalmente a los exigentes animales de labor —bueyes, machos y mulas—, aunque también al ovino, y se obtenían en los huertos frutas y hortalizas, pero también cereales que se optaba por cultivar mediante riego para garantizar un mínimo de cosechas básicas para la subsistencia familiar16.31

14 La disponibilidad de tierras en estos siglos también llevó al reparto de ‘tierras blancas’, heredades de escaso valor frecuentemente situadas en fajas cultivables de las faldas de los montes. El mayor valor de las suertes dada su gran productividad, en el caso de Aguilar puede constatarse en un catastro del siglo XVIII; en: AHPZ. Real Audiencia de Aragón. Civil. Pleitos civiles (1712-1870). ES-AHPZ-J-010155-000007.

15 BURILLO MOZOTA, F. (coord.): Publicación del inventario “Carta Arqueológica de Aragón”, Diputación General de Aragón, Zaragoza, 1991. BURILLO MOZOTA, F.; IBÁÑEZ GONZÁLEZ, J.; POLO CUTANDO, C.: Ficha General de yacimientos de la Carta Arqueológica de Aragón, Instituto Aragonés de Arqueología, Teruel, 1993.

16 El paisaje de huertos cerrados tendría su origen —no tanto su actual configuración— en época medieval, ya que en el Fuero de Teruel se establecía el cerramiento de estas explotaciones para

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Como hemos visto, no conocemos vestigios de sistemas de regadío medievales en Aguilar del Alfambra, y solo puede intuirse un antiguo molino ubicado junto al barranco de las Cuerdas. No obstante, indudablemente debió de originarse y desarrollarse en cierta medida el regadío a partir de la constitución y repoblación de la aldea, aunque fue en la Edad Moderna cuando se produjo la gran expansión del regadío aguilarano, ampliándose y reconfigurándose de este modo sobre la base medieval.

El punto de partida para esta reconfiguración fue un escenario en el que Aguilar no tendría grandes sistemas de regadío, siendo probablemente parecidos a los pequeños de los municipios situados aguas arriba: Gúdar, Allepuz, Jorcas y Ababuj. De forma suplementaria, y con muchas menos certidumbres, tal vez existiera el problema añadido de un molino en el entorno al barranco de las Cuerdas y cercano a la aldea, pero con una alimentación insegura.

Para crear una superficie irrigada mucho más amplia y mantener un molino próximo al pueblo y con mayor seguridad en su alimentación de agua, se adquirió un azud a Jorcas, que sería seguramente parecido al del Sargal y que se recrecería notablemente. La intención de este recrecimiento era ganar altura desde el arranque de la acequia para poder conseguir los anteriores objetivos: lograr una mayor superficie irrigable y, especialmente, acercar todo lo posible el agua al casco urbano.

Paralelamente, o tal vez un poco antes en el tiempo, se desecó la partida del Sargal constituyéndose un nuevo espacio de regano. Fruto del estos trabajos se acometieron unas infraestructuras y se originaron unos paisajes que, en buena medida, hoy en día son reconocibles o están en uso17.32

La puesta en marcha de estas infraestructuras debió tener un apreciable impacto en el tejido productivo aguilarano y en la evolución demográfica de la localidad. Conocemos a grandes rasgos la evolución demográfica y económica de Aguilar. En el siglo XIV se alcanzaron unos máximos demográficos que no fueron superados hasta el XIX. Dicha expansión debió basarse fundamentalmente, o en buena medida, en el despliegue de la gran ganadería ovina turolense trashumante, fundamentalmente destinada a la venta de lana. El siglo XV fue de severa contracción demográfica en Aguilar, y a finales del mismo se observan síntomas de desajuste y cambios en el negocio trashumante18.33

El siglo XVI debió de ser de una recuperación demográfica bastante modesta, mientras que en lo económico, el crecimiento de la población urbana en el valle del Ebro y Levante, y la necesidad de alimentarla, fue un incentivo para la agricultura —y acaso también para el incremento de la ganadería ovina de carne frente a la lanera—. Finalmente, el siglo XVII fue, en especial durante su segunda mitad, de una vigorosa recuperación demográfica en Aguilar, población que se mantuvo con aparente estabilidad durante el XVIII.

protegerlas de los ganados y de fenómenos naturales; sobre el fuero: GARGALLO MOYA, J. A.: El concejo de Teruel en la Edad Media, 1177-1327, Vol. II, Instituto de Estudios Turolenses, Teruel, 1996, pp. 426-427 y 436-437. AGUDO ROMEO, M.ª del M.: “Fuero, arte y arquitectura”, Tiempo de Derecho foral en el sur aragonés: los fueros de Teruel y Albarracín, El Justicia de Aragón, Zaragoza, 2007, p. 580. El cultivo de cereal en regano siguiendo el esquema expuesto en LALIENA CORBERA, C.: Sistema social, estructura agraria y organización del poder en el Bajo Aragón en la Edad Media (siglos XII-XV), Instituto de Estudios Turolenses, Teruel, 2009, p. 65. MUÑOZ GARRIDO, V.: Teruel. De sus orígenes medievales a la pérdida del Fuero en 1598, INO-Reproducciones, Zaragoza, 2007, p. 274.

17 El sistema del Sargal hoy en día está en desuso, HERMOSILLA, J. (Dir.): 2009, Op. cit. Del sistema del Remolinar desconocemos cualquier referencia más que la aportada sobre su molino por Timoteo Galindo —el edificio se construyó en 1914—, lo que nos impide siquiera formular una conjetura sobre su cronología; Galindo Guillén, T.: 1985, Op. cit.

18 Economía y demografía de Aguilar en: INIGO FERNÁNDEZ, I. A.; BENÍTEZ MORIANA, S.; CASELLES JIMENEZ, I.: 2012, Op. cit.

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Es en este contexto donde puede intuirse la importancia que tuvo para la localidad de Aguilar del Alfambra la expansión de su regadío y la inversión realizada por el concejo: permitió aprovechar los incentivos agrícolas intensificando la producción —y tal vez conteniendo una mayor roturación de suelo ganadero de la que se produjo en Aguilar— y contribuyó a la recuperación demográfica de la localidad.

Aunque se mejoraron los aprovechamientos agrícolas, piénsese en el Sargal y en los huertos cerrados —los “panes y huertos” de los que habla la documentación—, no se desatendió la actividad ganadera, todavía en los siglos XVII y XVIII tan o más importante que la agricultura en Aguilar. Así aparecen prados en regano, tanto de dallo particulares como el comunal del Prado Concejo, y se construyó como remate de la acequia Molinar la fuente-abrevadero del Bacio, fechada en 1689.

Cabe reseñar dentro de la importancia cualitativa y cuantitativa de la ganadería aún en el siglo XVIII, lo significativo que resulta el que Domingo Calvo prefiriera convertir la finca para la cual extraía agua del azud de Aguilar en un prado en regadío antes que en una heredad irrigada. Es una elección llamativa por cuanto esta persona era pobre, con un patrimonio limitado a dos parcelas, la del litigio y una pequeña de tierras blancas. Este detalle, por tanto, pensamos que es revelador de la gran importancia que aún tenía la ganadería. Además, en las utilidades que tenía la acequia Molinar para Aguilar significativamente se citan en primer término el molino harinero, los “prados de concejo”, las “cerradas de yerba de dallo” de particulares y, solo después, el riego de “panes y huertos”19. 34

Otra actividad económica sustentada en los sistemas de riego de Aguilar era el del molino, un negocio que el concejo arrendaba para obtener ingresos. Así, el arrendatario en los años del pleito era Pancracio Martín, que era el molinero de “cuatro años a esta parte”. Teniendo en cuenta la importancia económica de los sistemas de riego para la población de Aguilar, se explica que el concejo se mostrara tan implacable en la protección de sus infraestructuras, como se refleja tanto en este pleito y en la severa normativa que protegía el azud y que impedía alterar en lo más mínimo el entorno del mismo, en particular su protección vegetal20.35

Por tanto, la gran inversión que realizó el concejo de Aguilar en los siglos XVI y XVII en sistemas de riego y traídas de agua asociadas debieron suponer un gran impacto en la vida económica de sus vecinos, aumentando la productividad y rendimientos agropecuarios, y legó para la posteridad algunos de los paisajes más bellos del municipio, como el de los azudes, los huertos cerrados y el paisaje agroforestal del Sargal, además de la bella fuente-abrevadero del Bacio.

Ivo Aragón

19 Durante el procedimiento testifican varios vecinos de Ababuj para probar la pobreza de Domingo Calvo, relacionándose los siguientes bienes: 1 jumento de unos 12 años, 1 casa “muy mal parada”, 1 pajar derruido, 1 heredad (la del litigio) y 1 heredad en tierras blancas de pocas yugadas. Se especifica que todo ello es de muy poco valor, en cualquier caso inferior a sus deudas, y que tiene mujer y 4 hijos. Podría tratarse de una exageración de testigos de parte, aunque en ningún caso parece una persona encuadrada en el campesinado medio ni mucho menos acomodado, puesto que significativamente sus testigos son también de procedencia humilde, hecho que resalta el concejo de Aguilar como demérito de la prueba testifical del demandado, frente a la “calidad” de los suyos, entre los que se cuentan religiosos.

20 La elaboración de ordenanzas y estatutos por los concejos estaba contemplada en las ordenanzas de la Comunidad de aldeas de Teruel, como en: INSACULACIÓN y ordinaciones de la Comunidad de Teruel y Villa de Mosqueruela por M.I. Sr. Dr. Joseph de Sesse, Zaragoza, 1625, pp. 61-62.

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Fig. 9: Elementos de los sistemas de regadío descritos. Preparación en base a imágenes obtenidas de SIGPAC.

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SSSHSHHHSHSSS…. SILENCIO…., ES EL DUENDE DEL BOSQUE…

Esa mañana fue estupenda. Era a finales de octubre de este año pasado. Empezaba a salir el sol y por fin estaba al aire libre. Además estaba en Aguilar y me iba a caminar, de lo que más me gusta. Salíamos unas cuantas “choticas” a caminar dirección Allepuz. Ya estábamos todas en la Fuente, todas preparadas, que si el almuerzo, que si agua, que si una gorra, bueno lo típico. Y empezamos a andar, y entre tanto charrábamos, claro.

No nos dimos cuenta y ya estábamos en el Molino de Jorcas, almorzando y admirándolo. Hacía mucho que no estaba allí, y me encantó, que rato más feliz, sólo había una cosa que no acompañaba. ¡Hay que ver cómo estaba el río!, ¡completamente seco!, ¡pero del todo, ni gota de agua! Y nada, a continuar, que si es por aquí o a ver si es por allá…y la verdad, nuestro tono de voz era un tanto alto, entre risas seguíamos nuestro camino. Y de pronto vimos unos animales a lo lejos, primero pensamos cabras, pero no, tenían el culito como una diana, con una mancha blanca muy destacada. ¡Ah! Sí, son corzos,…ya los perdimos de vista y de pronto Carmen dijo: ¡¡¡ssshsshhhhsss!!!! ¡¡¡Que aquí hay otro¡¡¡ ¡Vaya sorpresa! Junto al cauce del río se dejó ver. ¡Fantástico!, unos ojos negros como azabache, grandes, muy grandes, preciosos, más que perlas negras. ¡Ah! No me lo podía creer, era la primera vez que veía uno en el campo. Incluso me dejó que le hiciera unas fotos. Esa carita, pequeña…, no se me olvidará nunca, tan cerca… ¡¡¡Aquel día el duende del bosque se dejó ver!!!

Os dejo un MENSAJE por si os encontrarais un corcino o cría de corzo, que son como si fuera un pequeño Bambi:

No se debe recoger, no está abandonado. Su madre siempre está cerca, observándolo, y le protege.

No se debe tocar, ya que pueden impregnarse de nuestro olor y su madre puede abandonarlo.

No debes permanecer en la zona, ya que de nuevo impregnamos el entorno de olor que la madre puede rehusar, y puede atraer a depredadores oportunistas, como el zorro.

El corzo136

Actualmente en España la distribución del corzo sigue en expansión, apareciendo nuevas poblaciones recientemente, debido al abandono de las actividades rurales, la recuperación de la masa vegetal y la despoblación de estas mismas zonas. Prefiere salir al anochecer y al amanecer, con temperaturas son más suaves. Es raro verle durante el día, que suele pasar escondido entre la espesa vegetación o en lugares deshabitados.

Las hembras suelen tener una o dos cría al año. Es normal que éstas pasen escondidas la mayor parte del tiempo y la hembra sólo se acerque para amamantarlas, aunque siempre se mantenga vigilante en las inmediaciones. No es raro que algunas personas, al descubrir una cría en la espesura, la crean abandonada y se la lleven. Éste es probablemente el mayor peligro que acecha al corzo, pues rara vez se adapta a la domesticación y muere a los pocos días.

1 Información extraída de las siguientes webs: http://www.barbastella.org/mastozoologia/corzo_capreolus_capreolus.htm http://www.zoowebplus.com/animales/?animal=corzo http://www.parquenaturalpenalara.org/naturaleza/fauna/corzo-en-el-valle.html

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Los machos pueden ser solitarios o vivir con una hembra y sus crías. En su ciclo anual se dan épocas en las que los machos son territoriales. La territorialidad es parte del comportamiento reproductivo. A principios de la primavera empiezan a delimitar sus territorios. Aunque los machos muestran comportamientos territoriales durante la primavera, existe una tolerancia entre sexos, solapándose sus territorios. Un buen territorio para un macho estará solapado con el de diversas hembras, de forma que pueda cubrir a varias a lo largo de la temporada de celo. En la época de celo, inicios del verano, se vuelven fuertemente territoriales y tratan de mantener a los otros machos lejos de su área de influencia en todo momento, al tiempo que tratan de atraer a las hembras para aparearse con ellas. La agresividad del corzo frente a otros machos en el periodo de celo es brutal, pudiendo llegar a dar muerte a su rival. Los corzos presentan una cornamenta de 3 puntas por cuerno, como formación normal, pero pueden darse casos de cuernos con más puntas o tan solo con cuernos rectos, estos últimos son muy peligrosos para el resto de corzos. El corzo es uno de los pocos ungulados con implantación diferida, (capacidad de ciertas hembras de mamíferos de acoger un óvulo fecundado o zigoto en su seno sin que éste se desarrolle) por lo que ésta no se da casi nunca en el momento del apareamiento, sino a veces incluso meses después. De todos modos, lo normal es que el alumbramiento de las crías (una sola en las madres primerizas, dos en los partos siguientes) se produzca en el mes de mayo.

Los corcinos irán creciendo junto a su madre aprendiendo de que alimentarse. A los tres meses de edad, en la cabeza del macho asomarán las futuras primeras cuernas del animal, de no más de tres centímetros y que caerán en el mes de febrero, pero en mayo volverá a tener una nueva cuerna. Entonces se le asigna el nombre de vareto. Sus cuernas son simples estacas que caerán entre octubre y primeros de diciembre, pero de nuevo se irá formando, poco a poco, una nueva cuerna recubierta de terciopelo o correa y, a finales de marzo, se desprende este recubrimiento, apareciendo así ahora la nueva cuerna con dos puntas. El joven vareto ya es un corzo, con otro ciclo de caída y formación de cuerna, ésta ya aparecerá con las tres puntas, este número ya no aumentará y esto le sucederá a lo largo de toda su vida, que no se prolongará más allá de entre 7 y 10 años, siendo las hembras igual de longevas.

Al año de vida, la madre expulsa, por así decirlo, a sus crías ya mayores antes del momento del siguiente parto. Las dos crías, macho y hembra, permanecerán un tiempo juntos, pero el macho tendrá que empezar a buscar su territorio y la hembra, a veces, cuando han crecido un poco sus nuevos hermanos, su presencia es aceptada de nuevo por su madre; de no ser así, ella intentará fundar su propia familia. El corzo tiene un importante valor ecológico como consumidor de materia vegetal, regulando así la estructura del bosque, pero también es presa de predadores como el lobo y el zorro.

Texto y documentación: María Jesús Rambla

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II JORNADA CIENTÍFICO-CULTURAL DE AGUILAR DEL ALFAMBRA

El pasado 9 de junio se celebró en Aguilar del Alfambra las II Jornadas Científico-Culturales con el título “La función de la historia en el medio rural”. De nuevo, como el año anterior, con un resultado muy satisfactorio, con unas conferencias amenas y muy instructivas, y un día para compartir inquietudes y conocimientos. Pasamos a resumir lo más interesante de las intervenciones y actividades del día.

Germán Navarro Espinach (Departamento de Historia Medieval y Moderna de la Universidad de Zaragoza)

Comenzó hablando de la función de la Historia, especialmente en tiempos de crisis, como parte de una conciencia crítica en un momento en el que la cultura está subvalorada. Defendió la importancia de la Historia y de la cultura como herramienta para crear conciencia crítica, además de la importancia que debe tener en los movimientos sociales frente el economicismo y al materialismo.

En este contexto apuntó que el mundo académico debe actuar como estimulador de inquietudes, no como líder. No puede abrirse un foso entre las personas que desde los márgenes del mundo académico se dedican a la investigación por su cuenta, y el propio mundo académico.

Un peligro del alejamiento del mundo académico del resto de la realidad social es que se suplante su misión; un avance o un ejemplo puede ser la narrativa histórica novelada, que puede controlar la difusión de la Historia mientras el mundo académico vive encerrado en una torre de marfil.

Afirmó que actualmente el uso de las nuevas tecnologías, y en especial internet, hace accesibles a todo el mundo las investigaciones históricas. Igualmente señaló que va a ser crucial en que la Historia tenga una función de herramienta de crítica. Un avance de esto ya puede observarse en su Departamento de Historia Medieval y Moderna de la Universidad de Zaragoza.

La Red también resulta útil para conjugar esfuerzos con instituciones dedicadas a la investigación con ámbitos más concretos, por ejemplo el Instituto de Estudios Turolenses, del Jiloca, etc., y así llegar con más fluidez a localidades pequeñas.

A continuación expuso a partir de su experiencia como investigador en localidades turolenses cómo la identidad de estas localidades se construye o reconstruye a raíz de las imágenes que se tienen del pasado. Lo medieval es una época con una gran cantidad de referentes en el imaginario colectivo, con bastantes ejemplos en Teruel, que muchas veces no tiene correspondencia con la realidad histórica.

José Luis Castán Esteban (doctor en Derecho e Historia)

Comenzó definiéndose como un “historiador de pueblo”, y afirmando que su intención cuando decidió hacerse historiador era cambiar el mundo.

Repasó distintos temas sobre los que ha investigado, como la trashumancia y su influencia en la Comunidad de aldeas de Teruel, y la organización de esta institución, la proyección centenaria de las serranías turolenses sobre Levante, y en relación con esto, iniciativas desplegadas alrededor de la trashumancia y su conocimiento histórico. El estudio de la trashumancia ha dado lugar, por ejemplo, a la puesta en marcha de un Museo de la Trashumancia en Guadalaviar y a la recuperación de vías pecuarias como rutas senderistas y ciclables.

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A partir de aquí reflexionó sobre reclamos organizados desde pequeñas y grandes localidades en base a su pasado histórico y la recuperación de su patrimonio. Albarracín es un ejemplo de localidad que tiene su principal eje cultural en la Historia.

Como conclusión expuso que la Historia tiene como función comprender el mundo, pero también valorar el propio patrimonio material e inmaterial. Esto último lo que tiene que ver con la conformación de la propia identidad, aspecto necesario pero cuya exacerbación puede conllevar derivadas ajenas al origen de la función de la Historia.

Emilio Benedicto Gimeno (gerente de Ivvis)

Expuso que la función de la Historia es preocuparse por las personas del presente en base a su valor crítico, ejemplarizante y vocación humanística.

Para interpretar el mundo rural desde la Historia hay que preguntarse por los problemas que ha tenido, qué diferencias existen con otras fases históricas y si pueden afrontarse. Igualmente hay que tener presente que las crisis se solucionan con innovación.

Por ejemplo, ante la despoblación y la paulatina conversión de los pueblos en lugares de segunda residencia cabe convertir a esa población en población de ese pueblo.

Desde el punto de vista de una empresa, aunque puede ser de cualquier colectivo, en la actual encrucijada de las pequeñas localidades una forma de innovar es creando redes en las que se cuente a la gente que tiene vínculos afectivos con los pueblos.

Los lazos afectivos que pueden servir para vincular a esta población no residente son el paisaje, la familia, los amigos. La Historia puede servir para conectar a la gente con estos lazos afectivos: la identidad cultural. La identidad cultural fomenta los lazos afectivos.

Las iniciativas que se desarrollan en este medio despoblado, para que no sean dinero tirado, deben fomentar esa identidad porque está ligada con los afectos personales, por lo que es más movilizadora. Todo ello debe servir para la revitalización del mundo rural, para las personas del presente que lo habitan.

En función del dinamismo que genera una iniciativa se puede juzgar al colectivo (empresa, asociación, cooperativa, etc.) que lo lleva a cabo.

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José Antonio Benavente Serrano (gerente de la Ruta de los íberos en el Bajo Aragón)

Explicó la puesta en marcha, organización e iniciativas desplegadas por el proyecto de la ruta de los íberos en el Bajo Aragón, y las repercusiones que ha tenido en este territorio rural con la creación de un consorcio donde participan las administraciones locales.

El objetivo fundamental no solo era recuperar y mantener un rico patrimonio arqueológico, sino que esta inversión fuera una palanca para la ampliación de las iniciativas sociales y empresariales. Era una manera de reactivar la economía y la vitalidad de las localidades. Por ello, describió los criterios de restauración del patrimonio, intervenciones y vallado de yacimientos, puesta en marcha de centros de interpretación, realización de paneles informativos, pero sobre todo, se detuvo en el impacto socioeconómico de la iniciativa.

Destacó las iniciativas particulares en las que el patronato de la ruta de los íberos no ha tenido nada que ver: Jornadas Sedeisken, de los Íberos en el Matarraña, la Feria Lakuerter en Andorra, Jornadas de gastronomía ibérica, los ositanos en Alcañiz).

En estos 9 años la cultura íbera se ha hecho más presente en la sociedad bajoaragonesa, y de esta concienciación ha seguido una dinamización del territorio. Esto se ha concretado también en el aumento de la investigación, con la afluencia de estudiantes extranjeros, generación de empleo, actividades para niños y realización de publicaciones.

Miguel Ángel Herrero Gascón (Arqueólogo)

Realizó un repaso al Historia de las excavaciones arqueológicas en el Alto Alfambra y al actual conocimiento arqueológico del Alto Alfambra exponiendo los principales yacimientos.

El patrimonio arqueológico de la zona es muy rico desde etapas prehistóricas, pero con un amplio margen de investigación por delante dada la cantidad de territorio que queda por sondear y los grandes yacimientos conocidos existentes pero apenas investigados.

Expuso como los mayores riesgos en la actualidad para este valiosísimo patrimonio arqueológico los proyectos de concentraciones agrícolas, como demuestra la experiencia de Camarillas, y los de minas a cielo abierto, como demuestra la experiencia de WBB-SIBELCO HISPANIA en Galve.

Esta alarmante realidad y de subvaloración del patrimonio cultural de estos pueblos impone la realización de un Plan General de Patrimonio para poder realizar posteriormente una

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investigación arqueológica y un inventario. No hay figuras de protección y es urgente realizarun mínimo control de los yacimientos.

José Ramón Sanchis Alfonso (Archivero, bibliotecario e historiador)

Expuso como origen de su interés por la investigación histórica en las sierras de Teruel la gran impresión que le causó el medio físico y el medio humano.

Expuso cómo fue el desarrollo y conclusiones de sus principales investigaciones en la zona: la Orden de san Juan del Hospital en el Maestrazgo, las masadas, el camino de los pilones, la figura de monseñor Peña y el maquis.

Destacó las dificultades que entraña para el historiador la interpretación de las fuentes documentales, conclusión a la que llegó a raíz de su investigación sobre el maquis, donde pudo observar un gran falseamiento de las fuentes por ambos bandos al contrastarla con los testimonios y hechos que pudo recoger, siempre más fáciles entre aquellos que no vivían ya en la zona, lo que le llevó a reflexionar cómo sería esta manipulación en fechas más remotas sobre las que él también había investigado.

Excursión y mesa redonda

Por la tarde se realizó una excursión de unos 7 km. hacia los pies de la Muela, cerca de los Corrales de Bosón, donde Ivo Aragón y Sergio Benítez explicaron la formación histórica del paisaje de Aguilar desde su fundación en el siglo XIII hasta la actualidad. Explicaron la evolución del paisaje del término municipal en base a los usos del suelo gracias a la documentación que ha quedado recogida en archivos históricos, y su contrastación toponímica. Como principal conclusión destacaron el peso prioritario que tuvieron hasta el siglo XIX los paisajes ganaderos (dehesas, prados y pastizales) y forestales, y cómo a partir de este momento los condicionantes históricos llevaron a una “agricolización” y deforestación del paisaje.

La posterior mesa redonda continuó la reflexión sobre el paisaje, su estudio, los factores que han influido históricamente, su utilidad actual para el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales y las dificultades de su mantenimiento derivadas de la despoblación, contrastando visiones optimistas y pesimistas sobre el futuro.

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JORNADA MEDIO AMBIENTE 2011

PARTICIPANTES: 17 niños con edades comprendidas entre 4 y 12 años.

TEMA: Los insectos. El Ciervo Volante

Organizadoras: Susana Valimaña y Chus Rambla.

Como todos los veranos, el pasado día 20 de agosto de 2011 dedicamos una jornada dedicada al Medio Ambiente y dirigida y pensada para los niños de Aguilar. En esta ocasión escogimos el apasionante mundo de los insectos y centramos la jornada en el ciervo volante.

Empezamos la jornada a las 17.30 horas en las escuelas donde animamos a los niños a que nos contaran lo que sabían acerca del Ciervo Volante. Poco a poco empezamos a descubrirlo, para después explicarles las principales características de este singular insecto, hábitos y curiosidades

Una vez ya conocíamos lo más básico del Ciervo Volante, pasamos a diseñar y confeccionar entre todos un mural que hicimos con dibujos, recortes de fotos y algún texto explicativo de manera que seguíamos aprendiendo un poco más. Seguidamente, repartimos una gorra para cada niño y comenzamos una pequeña excursión hasta la Palanca. Allí, entre nuestros majestuosos chopos cabeceros, Chus contó ante la curiosa mirada de todos los niños, el simpático cuento de “El escarabajo trompetista”, el cual escucharon con muchísima atención y curiosidad.

Después con Susi y el juego del explorador, los niños siguieron disfrutando y descubriendo ese precioso medio ambiente de la riera del Alfambra.

Iniciamos el camino de regreso al pueblo, y al llegar al pueblo cayó una lluvia sorpresa de caramelos y globos para todos los niños, que recibieron con mucha alegría. Y terminamos la jornada comiéndonos todos juntos un exquisito chocolate casero con galletas.

salió en Frontera Azul sobre el Ciervo

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QUINTO DÍA DEL ÁRBOL

El pasado sábado 21 de abril se celebró el V día del árbol organizado por la Plataforma Aguilar Natural con la colaboración del Ayuntamiento de Aguilar del Alfambra, quien proporcionó los plantones. La convocatoria fue a las 10 de la mañana en el Multiservicio Rural, y una hora después un aguerrido grupo nos dirigimos al Cerrico, como en anteriores ediciones.

Allí restituimos ejemplares de años anteriores que no habían arraigado, fundamentalmente carrascas, y los sustituimos por pinos, que presentan un mayor índice de supervivencia. Igualmente se dispusieron plantones en superficies que en años anteriores no habían sido repobladas.

Posteriormente nos dirigimos a Fuenduriente, donde WBB Hispania-SIBELCO mantiene su proyecto criminal de mina de arcilla a cielo abierto. Frente al expolio y la desolación que pretenden, los asistentes plantamos pinos junto al camino que conduce a la Muela, un poco antes de llegar a la fuente.

Pudimos comprobar cómo, aproximadamente, un 90% de los ejemplares de pinos que plantamos en anteriores ediciones habían tomado. De nuevo las carrascas presentaban peores índices de superviviencia, mientras que las sabinas albares mantenían un comportamiento aceptable.

Por último, comprobamos la continuidad de la reforestación de años pasados junto a los pinares de la Muela, observándose resultados similares en cuanto a proporción y especies vistos en los anteriores parajes.

Una vez plantados todos los árboles nos dirigimos al Multiservicio a comer; como siempre llevábamos buena gana. Rematamos la jornada con buena comida y vino del Bajo Aragón, ¿qué mejor?

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EL ÁRBOL (Poema de Rabindranath Tagore) “Viajero, escucha” Yo soy la tabla de tu cuna, la madera de tu barca, la superficie de tu mesa, la puerta de tu casa. Yo soy el mango de tu herramienta, el bastón de tu vejez. Yo soy el fruto que te regala y te nutre, la sombra bienhechora que te cobija contra los ardores del estío, el refugio amable de los pájaros que alegran con su canto tus horas y limpian de insectos tus campos. Yo soy la hermosura del paisaje, el encanto de la huerta, la señal de la montaña, el lindero del camino..... Yo soy la leña que te calienta en los días de invierno, el perfume que te regala y embalsama al aire a todas horas, la salud de tu cuerpo y la alegría de tu alma. Por último yo soy la madera de tu ataúd. Por todo esto, viajero que me contemplas, tú que me plantaste con tu mano y puedes llamarme hijo, o que me has contemplado tantas veces, mírame bien, pero... no me hagas daño.

Que los viejos árboles emblemáticos de los pueblos tengan siempre un lugar y un recuerdo dignos.

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