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La gran utopía del siglo XX fue pródiga en crímenes, la mayor parte de los cualesson completamente desconocidos para el lector del siglo XXI. Sobre la aplicación prácticadel comunismo, el último y más persistente de los colectivismos totalitarios, se ha corridoun tupido velo de silencio. penas hay bibliografía en lengua espa!ola sobre la caracriminal de las grandes revoluciones comunistas y su posterior desarrollo. "ste libro trata, atrav#s de treinta y cuatro capítulos redactados en un estilo ameno e instructivo, rescatar delolvido otras tantas historias $ue merece la pena conocer, tanto por su valor histórico como por las lecciones $ue la humanidad debe e%traer de ellas para no volver a repetir lae%periencia.

La narración va desde las checas del &oscú de Lenin a los laogai chinos, pasando por las grandes obras faraónicas de los d#spotas sovi#ticos o las múltiples formas $uead$uirió la tiranía del 'artido en "uropa, m#rica y sia. (n libro $ue no de)ará indiferentea nadie y $ue invita a la refle%ión y al recuerdo de los más de cien millones de víctimas $uelos diferentes regímenes comunistas provocaron a lo largo y ancho de todo el mundo.

 

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*ernando +ía -illanueva

Historia criminal del comunismo

 

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ítulo original/ Historia criminal del comunismo

*ernando +ía -illanueva, 0123

 

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  mi familia materna. Intelligentibus pauca

 

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 Prólogo

 ¿Es el comunismo una «secta» criminal?

45" unos a!os, la i$uierda local de un ayuntamiento de la 5omunidad de&adrid, montó una sonora campa!a contra 6esús 7óme, un conce)al del 'artido 'opular$ue, una d#cada antes, había escrito un artículo sobre los límites $ue el "stado nunca debesobrepasar. "l conce)al, $ue cuando escribió el citado artículo e)ercía de periodista,argumentaba $ue ba)o ningún concepto el "stado puede arrogarse la facultad de retirar la patria potestad a los ciudadanos por motivos ideológicos.

La pol#mica había surgido a raí de una secta de cristianos fundamentalistas $ue, enlos a!os noventa, vio como sus hi)os les eran arrebatados por los servicios sociales de la7eneralidad de 5atalu!a. Los padres recurrieron a los tribunales de 6usticia, $ue terminaron por darles la raón obligando a la administración regional a devolver a los menores de edada sus padres. 'ara apuntalar su argumento 6esús 7óme puso como e)emplo el comunismo,$ue, como ideología, ha sido responsable de la muerte de cien millones de seres humanos y$ue, en ciertos momentos y lugares, ad$uirió la categoría de aut#ntica secta destructiva.8iene derecho el "stado a retirar la patria potestad a los padres comunistas9, se preguntó7óme para, a continuación, responder $ue no, $ue en ese caso regía id#ntico principio $uecon la secta cristiana.

La i$uierda de ese ayuntamiento, formada a la saón por el 'artido Socialista y lacoalición comunista I$uierda (nida, acusó al conce)al conservador de defender )usto locontrario de lo $ue decía amputando y desconte%tualiando una frase. La i$uierda, una vemás, utiliaba la mentira como arma revolucionaria. La cuestión en a$uel momento no eratanto lo $ue había dicho el conce)al como organiar un escándalo político, airearlo en losmedios y luego pedir su dimisión.

"l caso de 6esús 7óme llegó a los periódicos y murió pronto por$ue la mentira eratan grosera $ue no se pudo sostener durante mucho tiempo más. cambio se abrió un pe$ue!o debate $ue, como era de esperar, vino acompa!ado de una formidable pol#mica."l debate se resumía en una sola pregunta/ a la lu de los hechos, de un siglo de barbarie en

nombre del ideal, 8debía o no debía el comunismo ser considerado una secta criminal9

+esde el punto de vista teórico evidentemente no. :o delin$uen las ideas sino las personas. +ecir, por e)emplo, $ue la burguesía debe de ser borrada de la fa de la ierra,guerra de clases mediante, no es ni debería ser delictivo ba)o ningún orden político $ue seautodenominase libre. Las palabras pueden herir la sensibilidad pero nunca han matado anadie. +esde este punto de vista alguien $ue se defina como comunista y haga profesión defe de mar%ismo;leninismo no es ni de le)os un delincuente, lo sería si decide aplicar por su

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cuenta y riesgo el manual revolucionario y tomar al asalto la casa de un burgu#s paradespu#s

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los a!os veinte del siglo pasado.

"l comunismo, sin embargo, mantiene una suerte de bula )ustificada en algo tansimple como las intenciones. La intención del comunista es construir una sociedad más )usta. 'unto. "so les ha salvado de la $uema. Bueno, eso y la venta)a de disponer de una

t#cnica propagandística depuradísima y un transformismo político digno de encomio. "sees el secreto de $ue la momia siga viva$ueando.

"sto en lo $ue toca a la parte

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 La Cheka, el brazo armado de la Reolución

L madrugada del 22 al 20 de abril de 2?2G fue una noche de cuchillos largos en&oscú. &il agentes de una desconocida agencia estatal irrumpieron en los domicilios de$uinientos ciudadanos sospechosos de militar en organiaciones anar$uistas. Se trataba deuna agencia reci#n creada a la $ue llamaban 5heHa y $ue dependía directamente delcamarada Lenin. La redada se saldó con la detención de todos los sospechosos y lae)ecución sumaria de un pe$ue!o grupo en las dependencias $ue la organiación acababa deestrenar en la plaa LubianHa, )unto al Cremlin.

La 5heHa era el tipo de organismo represor $ue Lenin venía buscando desde suascenso al poder unos meses antes. Las soflamas de liberación se habían apagado tan pronto como los bolchevi$ues se adue!aron del Cremlin. Le)os de colmar las aspiracionesde los traba)adores rusos, la revolución encarnada en Lenin estaba tornándose muyimpopular. Los comunistas ya no eran vistos como libertadores, sino como bestiasvengativas y sedientas de sangre $ue robaban al proletario para despu#s entregar el botín al'artido.

La creciente desafección hacia la camada bolchevi$ue hacía temer lo peor. 'eroLenin no tenía ninguna intención de desalo)ar el poder $ue tanto tiempo y esfuero le habíallevado con$uistar. :ada menos $ue una vida entera dedicada a la conspiración política

coronada por un inesperado #%ito en las )ornadas de octubre. ras ellas, y con intención demantener a raya a los díscolos, encargó a uno de sus lugartenientes, el aristócrata polaco*eli% +erhinsHi, $ue formase una milicia dedicada a vigilar de cerca y reprimir losconatos de disidencia $ue fuesen apareciendo mientras el 'artido se acomodaba en &oscú.

+erhinsHi creo una

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Lenin andaba obsesionado con la Aevolución *rancesa, a la $ue consideraba precedente y madre nutricia de la rusa. uería encontrar un

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"l fusilamiento era $uiá el más ben#volo de sus veredictos. :adie estaba a salvo.5ual$uiera mayor de ocho a!os era condenable al paredón. Las e)ecuciones tenían $ue sermasivas y públicas para infundir un temor casi religioso entre los aldeanos. "n a$uellaguerra sin cuartel iba a ser el miedo a una represalia siempre inhumana el me)or aliado delos bolchevi$ues. La prensa del r#gimen se hacía eco de las proeas $ue la 5heHa iba

 perpetrando por Ausia en cuidadas historias de portada $ue ponían los pelos de punta acual$uiera.

cual$uiera menos al camarada Lenin, decidido a hacer de su invento la columnavertebral de la nueva Ausia socialista. "n enero de 2?01, coincidiendo con algunas de lasmasacres más pavorosas, se reunió con un soviet de líderes sindicales y les di)o convehemencia/

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 El canal del !in del mundo

": 2?0Q se publicó en Londres un revelador libro sobre las condiciones inhumanasde vida $ue imperaban en los campos sovi#ticos de traba)o esclavo. Su autor era un antiguooficial del e)#rcito blanco llamado SoserHo &alsagov $ue había conseguido escapar delgulag de SolovHi. "l libro, $ue llevaba por título  An island hell , era un sobrecogedor relatosobre los e%cesos penitenciarios del bolchevismo $ue acababa de instalarse en el poder.

"l testimonio de &alsagov caló hondo entre buena parte de la opinión pública. loindustriales británicos, sin embargo, no les conmovía tanto la infamia de los campos como

el hecho de $ue Stalin los estuviese utiliando para ganar una venta)a competitiva en elmercado mundial. La (ASS, $ue acababa de salir de dos devastadoras guerras, estabanecesitada de divisas sobre las $ue pudiese asentarse y prosperar su despótico 7obierno. falta de me)ores productos, vendían lo $ue tenían a mano, básicamente madera, muyabundante en Ausia, casi tanto como la mano de obra forada con la $ue los planificadorescontaban para talar los interminables bos$ues de Siberia.

Se e%tendió entonces por "uropa y "stados (nidos la idea de promover un boicot alos productos rusos por raones humanitarias. "n m#rica la iniciativa pronto se vio bendecida por el #%ito. "n 2?31 el 5ongreso aprobó una ley $ue impedía la importación demercaderías provenientes de la (nión Sovi#tica $ue hubiesen sido producidas por presos a

traba)os forados. "stados (nidos era el primer importador de madera del mundo, por lo$ue a$uel incordioso boicot suponía un importante per)uicio económico para las arcas delCremlin.

Stalin, muy sensible a las campa!as de propaganda adversa, ordenó $ue todos los presos políticos abandonasen de inmediato las e%plotaciones forestales. 'ara demostrar almundo su buena voluntad organió una e%pedición de periodistas occidentales para $ue locomprobasen in situ. E era cierto, los presos >al menos los políticos> ya no estaban allí.4abían desaparecido por completo, 8acaso al ogro georgiano se le había reblandecido elcoraón y los había liberado9

 :o, nada de eso. (na ve recuperado el cr#dito internacional, el padrecito de los pueblos concibió un proyecto colosal, digno de un faraón egipcio, $ue le devolviese la buena prensa de la $ue disfrutaba sólo unos a!os antes. "l pueblo sovi#tico, es decir, #lmismo, iban a hacer realidad un sue!o centenario/ unir el mar Báltico a la altura deLeningrado con el mar Blanco, un ap#ndice del oc#ano Rrtico donde se encontraba elactivo puerto de r)angelsH.

"ra una obra realmente titánica. "ntre los dos mares había más de 011 Hilómetros de

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 puro granito en varios niveles, lo $ue obligaría a construir multitud de esclusas. losinconvenientes geológicos se sumaban los climatológicos, la región donde habría dee%cavarse el canal, la 5arelia rusa, es uno de los lugares más fríos y desapacibles del globo.'ara colmo de males, no había ciudades intermedias. odo se tendría $ue llevar desde fuera,empeando por los traba)adores. 4asta allí fueron a parar los esclavos de los bos$ues y los

llamados

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hoyo, por$ue el traba)o era tan e%igente $ue la supervivencia dependía en gran medida delas calorías $ue se ingiriesen a diario. &uchos morían desnutridos en la misma obra osucumbían ante la más leve enfermedad por tener el sistema inmunológico devastado, porla suciedad en los barracones o por los malos tratos de los capataces. 'ero el individuo noera importante, sino la in$uebrantable voluntad del líder.

5onforme avanaban las obras la campa!a propagandística se intensificó. (na veterminado, el canal iba a llevar el nombre del mismo Stalin. Los intelectuales del r#gimen,dirigidos todavía por &a%im 7orHi, se volcaron con el proyecto sin escatimar alabanas y parabienes po#ticos $ue abundaban en la dicha del socialismo y la redención mediante eltraba)o. 'ara $ue todos los rusos recordasen nítidamente esta obra fundacional del espíritusovi#tico se lanó una marca de cigarrillos llamada

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 El in!ierno met"lico de #agnitogorsk 

": 2?0G Stalin dio por terminado el periodo económico especial $ue había seguidoa la guerra civil. nunció entonces con la trompetería acostumbrada el primer plan$uin$uenal. "so de despu#s de efectuar unsinfín de elaboradísimos cálculos>, los deseos de Stalin, $ue sabía más de economía ycontabilidad $ue todos ellos )untos. "n 2?0G el padre de la patria estaba especialmenteobcecado con colectiviar la agricultura y con industrialiar aceleradamente el país. Las dos

cosas a cual$uier coste.Lo primero tenía su lógica. La colectiviación suponía el fin de último resto de

 propiedad privada $ue $uedaba en la (nión Sovi#tica. (na ve consumada, todo/ hombres,animales y plantas, pertenecerían al "stado. Lo segundo, la industrialiación, era unempe!o personal del titán de la revolución mundial. "staba convencido de $ue, más tarde omás temprano, el ")#rcito Blanco se cobraría cumplida vengana y $uería estar preparado para ese momento. nte una audiencia selecta, los directores de las fábricas estatales, de)óclara su postura/

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americano.

"l 7obierno contrató a un consultor especialiado, el ingeniero rthur 7lenn&cCee, para $ue les guiase en los pasos $ue tendrían $ue dar para levantar en la (ASS unaciudad inspirada en los grandes centros siderúrgicos del medio oeste. La ciudad modelo $ue

$uerían transplantar a Ausia era 7ary NIndianaO, a orillas del lago &ichigan, una ciudad denueva creación Nfue fundada en 2?1QO cuya raón de ser eran las acerías de la empresa (SSteel 5orporation.

Se decidió $ue &agnitnaya, una remota aldea en la provincia de 5heliabinsH, iba aser el 7ary sovi#tico. "staba tambi#n )unto a un lago de pe$ue!as dimensiones y habría delevantarse desde cero. 4asta ahí llegaban los parecidos. &agnitnaya, un apartado fuerte detiempos de los ares ba!ado por el río (ral, se encontraba en mitad de ningún sitio, en plena estepa, a 2@11 Hilómetros y varios días de via)e en tren desde &oscú. 'ero la decisiónde edificar sobre a$uel pantanoso herbaal un emporio siderúrgico, no fue, aun$ue lo pareca, en absoluto arbitraria.

&agnitnaya, $ue pronto mudó el nombre por el de &agnitogorsH, estaba sobre unamonta!a compuesta enteramente de hierro, una singularidad geológica $ue Stalin pensabaes$uilmar a conciencia para dar lustre a su plan $uin$uenal. La ciudad se refundó al a!osiguiente y empeó a llenarse de gente traída de toda Ausia, generalmente a la fuera. 'erono todos estaban allí contra su voluntad. "l 7osplan tentó a ingenieros norteamericanos con )ugosas pagas en dólares para $ue se mudasen a la estepa para dise!ar las plantassiderúrgicas.

odo tenía $ue ser muy rápido por$ue el tiempo apremiaba. "l plan terminaba en2?33 y para entonces la (ASS tenía $ue producir más de G millones de toneladas de acero

al a!o, un ob)etivo francamente ambicioso en un periodo tan corto y sin personal entrenado.Se traó una ciudad en damero con anchas avenidas flan$ueadas por blo$ues prefabricados."n el otro e%tremo se levantaron grandes acerías copiadas tornillo a tornillo de las de (SSteel en Indiana.

"l proyecto original, $ue corrió a cargo del urbanista alemán "rnst &ay, preveía uncinturón verde $ue separase la ciudad propiamente dicha de los polígonos industriales. 'eroel 7osplan no estaba para e%$uisiteces y, apurado por los )erarcas de &oscú, fue podando el plan de &ay hasta de)arlo en nada. Lo prioritario no eran las viviendas, sino las fábricas, demanera $ue, según iban llegando los materiales de construcción, se desviaban al áreaindustrial. "l alemán terminó de)ándolo por imposible y regresó con su e$uipo a *ráncfort

despu#s de discutir con los comisarios responsables de la obra de &agnitogorsH.La ciudad $uedó oficialmente terminada en 2?32, pero sólo la parte industrial. la

residencial le faltaba aún mucho, pero no había dinero para terminar las casas, así $ue sehacinó a sus 211.111 habitantes en barracones $ue, muchas veces, estaban )unto a lashumeantes plantas donde se fundía el acero a 2P11 grados. Los ni!os correteaban de a$uí para allá en un ambiente algo más $ue tó%ico. 5orreteaban por$ue, con las prisas y lasrestricciones presupuestarias, no se habían terminado las escuelas. Sus padres tenían $ue

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soportar condiciones aún peores dentro de las fábricas, sin más derecho $ue traba)ar de sola sol y sometidos a brutales capataces $ue alargaban las )ornadas para hacer m#ritos delantede sus )efes.

"l drama de los primeros habitantes de &agnitogorsH, en su mayoría campesinos

analfabetos obligados a traba)ar en un alto horno, llegó a Fccidente de la mano de 6ohnScott, un idealista norteamericano casado con una rusa $ue traba)ó varios a!os en&agnitogorsH. Sus vivencias, narradas en Más allá de los Urales, conmovieron el delicadoalma de sus compatriotas y el mundo civiliado empeó a hacer incómodas preguntas. "l panorama $ue pintaba Scott era sombrío aun$ue tambi#n heroico. Los obreros morían adiario en las fundiciones por la ausencia total de seguridad, la mala cuando no ine%istenteformación de los operarios, y la ineficiencia intrínseca de un sistema en el $ue todo se hacíasin ganas y por complacer a un superior.

Stalin respondió a Fccidente a su estilo/ cerrando la ciudad a los e%tran)eros.&agnitogorsH se sumió en la penumbra durante medio siglo. :adie sabía lo $ue pasaba allí

a e%cepción de los burócratas del 7osplan y sus moradores, $ue vivían encadenados a lafábrica como antiguamente los siervos a la tierra. La ciudad siguió creciendo y llegó a roarel medio millón de habitantes en su me)or momento. "n los a!os Q1 se levantaron grandes blo$ues de hormigón de varias plantas como los $ue tapiaron todas las ciudades sovi#ticas."l pueblo mote)ó a a$uellas colmenas humanas como

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humanidad por el $ue, naturalmente, nadie ha pagado.

 

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 Las tres idas de Palik #orozo

"L de septiembre de 2?30 aparecieron los cadáveres de dos ni!os en un bos$uecercano a 7erasimovHa, una aldea de)ada de la mano de +ios en mitad de los montes(rales. Los ni!os, *iodor, de nueve a!os, y 'avel, de trece, eran hi)os de un campesinolocal $ue, poco antes, había tenido problemas con la policía por cuestiones ideológicas.

'avel, un )oven pionero de la 6uventud 5omunista, había denunciado a su padre,rofim &oroov, por actividades contrarrevolucionarias. l parecer el padre se oponía a lacolectiviación de tierras $ue estaban llevando a cabo las autoridades sovi#ticas en a$uel

momento y, no contento con eso, se había dedicado a falsificar documentación paraentregársela a los enemigos del "stado. "sto le supuso la detención y un )uicio sumario $uele costó die a!os de traba)o foroso en un gulag.

lgunos familiares de los ni!os/ sus abuelos, su tío y su primo, buscaron vengar lamemoria de rofim y llevaron a los ni!os al bos$ue, donde los asesinaron a sangre fríacortándoles el cuello con una sierra. La policía les siguió la pista, les arrestó y, trasarrancarles la confesión, les condenó a morir en el paredón. 'oco despu#s compareció lamadre, atiana &oroova, $ue aseguró ser una mu)er tremendamente infeli a $uien el bárbaro de su marido golpeaba de continuo.

Las revelaciones de atiana cerraron el círculo. rofim era, am#n de un espía alservicio de los enemigos de la (nión Sovi#tica $ue traficaba con información privilegiada,una mala persona de agrio carácter y habituado a maltratar a los suyos. "sta última pruebaaportada por su esposa transformó la benigna pena de die a!os $ue las autoridades lehabían impuesto por la de e)ecución inmediata. Se había hecho )usticia revolucionaria. "lcaso $uedaba cerrado.

'ronto alguien en &oscú advirtió las infinitas posibilidades $ue ofrecía una historiacomo la de 'avel, rebautiado a toda prisa por su diminutivo 'avliH N'ablitoO, paraaleccionar a las masas sobre lo perversa $ue podía llegar a ser la reacción antisovi#tica.Serviría tambi#n para ilustrar al país entero en las bondades y la oportunidad de una

denuncia a tiempo, incluso dentro de la familia. La (nión Sovi#tica sería generosa contodos los $ue, sin importar su edad y condición, descubriesen a los contrarrevolucionarios$ue, emboscados dentro del paraíso socialista, tratasen de derribarlo mediante suciasma!as.

"l )oven 'avliH se convirtió en una celebridad nacional. "l 7obierno le declarómártir de la (nión Sovi#tica y promovió su culto civil mediante estampas y carteles $uetapiaron las paredes de todo el país. Se erigieron estatuas del ni!o h#roe y muchos

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colegios y centros )uveniles adoptaron su nombre. Se inauguró museo dedicado a su persona en SverdlovsH, la capital de la región natal de 'avliH, hasta donde peregrinabangrupos de )óvenes del 'artido para comprar souvenirs y retratarse en una r#plica del auladonde había estudiado &oroov.

Los ni!os de todas las escuelas le escribían poemas $ue luego competían encertámenes celebrados al efecto. Se llegó incluso a componer una ópera sobre la trágicaepopeya de 'avliH $ue fue profusamente representada. Sergei "isenstein rodó una película, El Prado de Bezhin, inspirada en la historia. 5uriosamente nunca llegó a ser estrenada por$ue a las autoridades les pareció $ue el director trataba a los persona)es hostiles alr#gimen con una lu demasiado favorable.

"l culto al camarada 'avliH fue intenso durante el estalinismo, especialmente entrela infancia. Se mantuvo durante los a!os de 6ruschov y Brenev y luego, ya en la d#cada delos ochenta, cuando el sue!o sovi#tico se había evaporado de las mentes de los rusos sin$ue el 'artido pudiese hacer nada para remediarlo, fue perdiendo fuera hasta

 prácticamente desaparecer.*ue entonces cuando Euri +runiHov, un escritor maldito $ue más tarde se e%iliaría

en ustria, investigó a fondo el asunto para dar con la verdad del caso 'avliH. *ue untraba)o lento y costoso cuyos capítulos circulaban por la (ASS mediante

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 El $lan de los cinco millones de muertos

su muerte en 2?0, Lenin de)ó un país comunista en ruinas $ue, paradó)icamente,se había visto obligado a adoptar ciertas formas de capitalismo para evitar la hecatombe. esa e%cepción se la llamó :"', siglas en ruso de

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federación. Se calcula $ue, en ese periodo, se re$uisaron 3P millones de toneladas de grano,lo $ue ocasionó, como primer efecto, la paraliación de las pe$ue!as y productivas gran)ascuyo nacimiento había estimulado la :"'. 5omo es lógico, nadie en su sano )uicio iba a plantar una nueva cosecha sabiendo de antemano $ue un funcionario iba a arrebatársela delas manos el mismo día de la recogida.

Stalin, naturalmente, contaba con ello, contaba hasta con la oposición de Bu)arin, a$uien tuvo $ue e%pulsar del 'olitburó y posteriormente e)ecutar en la 7ran purga. 5on todoel poder en sus manos acometió la parte principal del plan, $ue consistía en transformar pordecreto el inmenso sector primario de la no menos inmensa (ASS para financiar elra$uítico sector secundario heredado de los ares. ransformarse en una gran potenciare$uería divisas para comprar en el e%tran)ero los bienes de capital imprescibles $uenecesitaba la industriaM calderas, turbinas, ma$uinaria pesada, tecnología de todo tipo $ue,tanto ingleses como norteamericanos, venderían encantados a la (nión Sovi#tica. 'revio pago, claro.

'ero lo único $ue podía vender fuera la arrasada república de los soviets eranmaterias primas, especialmente cereales de las próvidas llanuras del sur. 5omo casi todo enla (ASS, el primer plan $uin$uenal estaba muy mal planificado y se fue improvisandosobre la marcha. Los campesinos fueron colectiviados forosamente en gran)as estatalesde dos tipos/ los Hol)oses y los sov)oses. Stalin prefería los segundos, $ue eran gran)asgestionadas sobre la misma base $ue las fábricas estatalesD pero, por sentido práctico,consintió los primeros, gran)as cooperativas donde, al menos sobre el papel, lostraba)adores podían aspirar a una parte de los beneficios.

Las regiones más productivas de la (ASS eran (crania y el sur de Ausia,inagotables graneros $ue habían dado de comer al imperio de los ares desde tiempos

inmemoriales. E fue allí donde se produ)o el repudio a la colectiviación. "%istía en(crania una próspera y numerosa comunidad de pe$ue!os propietarios $ue el 'olitburó seapresuró en rebautiar como

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raíces y corteas de árbol. tal e%tremo llegó la degradación genocida de los hombres del'5(S $ue, el propio Stalin, en un alarde de cinismo, firmó un artículo en  Pravda en el $uereprendía a los milicianos por su e%cesivo celo. "l artículo se titulaba

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 %osas sin nombre en #adrid

"L 2G de )ulio de 2?3Q un grupo de militares acaudillado por un veterano generalmonár$uico se pronunció contra el 7obierno de la república espa!ola, $ue, desde febrerode ese a!o, se encontraba en manos de una coalición de partidos i$uierdistas. "llevantamiento militar fue simultáneo en todo el país pero fracasó en las principalesciudades. Los sublevados no consiguieron imponerse en la capital ni en las áreasindustriales de 5atalu!a y el 'aís -asco. ampoco consiguieron hacerse con la mayor partede ndalucía ni con la costa levantina.

cambio se apoderaron desde el primer momento de vastas regiones agrícolas comola 5astilla septentrional o 7alicia y, lo $ue resultó decisivo, del protectorado espa!ol en&arruecos. "n Rfrica se encontraban las tropas me)or adiestradas del ")#rcito y uno de susme)ores generales, *rancisco *ranco, $ue se había desplaado desde 5anarias en secreto para ponerse al mando de las mismas.

Los sublevados, $ue pronto tomaron el sobrenombre de

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repartidas entre los distintos partidos $ue formaban el 7obierno. Las dos conse)erías principales, la de 7uerra y la de Frden 'úblico, se las reservaron los comunistas. La primera fue ocupada por el sindicalista ntonio &i)e, la segunda por Santiago 5arrillo, un )oven de 02 a!os de edad sacado de las )uventudes del 'artido.

"ste 5arrillo era una versión espa!ola $uímicamente pura de los revolucionarios profesionales $ue tanto abundaban por "uropa en a$uellos a!os. Sin más estudios $ue los primarios, se afilió a las )uventudes del 'artido Socialista a los $uince a!os. "n ellasescalaría hasta el puesto de secretario. +esde ahí participó en la llamada

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allí un batallón de milicianos les fusiló sin mediar )uicio alguno.

La saca del 31 de octubre no fue más $ue la obertura de la piea principal, $uellegaría una semana más tarde con motivo del traslado del 7obierno a -alencia. Cotsov ysus aliados comunistas de la conse)ería de Frden 'úblico decidieron evacuar a todos los

 presos de los presidios madrile!os. Tstos se encontraban repartidos por toda la ciudad. +ela cárcel &odelo, situada en &oncloa, a corta distancia de donde se fi)aría el frente díasmás tarde, había $ue evacuar a unas 2111 personas. +e la de San ntón otros 2111. +e lade 'orlier, un antiguo hospicio reconvertido en prisión, algo más de P11. La de -entas yahabía sido evacuada.

"l mismo Q de noviembre, coincidiendo con la salida de los ministros y su cohortede funcionarios, comenó la matana. "n la cárcel &odelo un grupo de milicianos se presentó en la puerta con un pu!ado de autobuses incautados a la empresa municipal detranvías. "l director de la prisión de)ó pasar a los milicianos sólo despu#s de $ue estos lemostrasen una autoriación de la dirección general de Seguridad. (na ve dentro

seleccionaros a los evacuados vali#ndose de unas listas previamente confeccionadas porRngel 7alara, ministro de 7obernación, $ue esos momentos se encontraba camino de-alencia )unto al resto del 7obierno. Las órdenes eran simples y terminantes. 4abía $uesacar a los presos indicados, subirlos en el autobús y conducirlos hasta el para)e de'aracuellos del 6arama, a las afueras de &adrid. (na ve allí los milicianos formaríanhileras de presos y los fusilarían sin más.

Las sacas continuaron durante los días siguientes hasta convertirse en una rutina. "lcuerpo diplomático empeó a sospechar $ue algo turbio estaba pasando. *eli% Schlayer, unalemán $ue e)ercía de cónsul de :oruega en &adrid, se enteró de lo $ue estaba pasando atrav#s de uno de los detenidos $ue había sido abogado de la legación escandinava antes de

la guerra. Schlayer pensó $ue a$uello era un error, tal un e%ceso por parte de los milicianosdel $ue la 6unta de +efensa no tenía noticias. Se dirigió personalmente al general &ia)a y aSantiago 5arrillo para denunciarlo. mbos negaron $ue eso estuviese ocurriendo y le prometieron ocuparse del asunto.

La realidad, sin embargo, era muy otra. Los via)es nocturnos a 'aracuellos nocesaban. "ra un secreto a voces en toda la ciudad $ue se estaba realiando una

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eran sovi#ticos, así lo atestiguó 4enny una ve se puso a salvo en Suia.

"n &adrid, entretanto, la matana proseguía y no se detuvo hasta principios dediciembre. 'ara entonces la ofensiva nacional se había detenido en los barrios perif#ricos dela ciudad, $ue $uedó partida en dos durante el resto de la guerra, presagiando lo $ue le

sucedería a Berlín una d#cada despu#s. E no sería la única analogía con la guerra mundial$ue estaba a punto de estallar. 'aracuellos se había convertido en un inmenso cementeriosin lápidas. La evacuación había costado la vida a más de 0P11 personas $ue fueronenterradas precipitadamente en fosas comunes. Lo mismo $ue sucedería en el bos$ue polaco de Catyn en 2?1. "sas fosas se convirtieron tambi#n en la morada última de otras0111 personas $ue habían sido fusiladas en distintas partes de &adrid y luego trasladadashasta allí.

'aracuellos se convirtió así en un lugar maldito $ue supuso un coste inmenso a lacausa republicana. La desconfiana internacional hacia una república secuestrada porcomunistas y sólo nominalmente democrática se acrecentó. "n 2?3? la guerra civil

espa!ola tocó a su fin. trás $uedaba un país devastado por las bombas y, especialmente por los odios. Los comunistas responsables de la matana de 'aracuellos salieron enestampida. Coltsov regresó a la (ASS, donde fue purgado a!os despu#s por Stalin. 7alaramoriría en 'arís veinte a!os más tarde. 5arrillo, por su parte, llegó a presidir el 'artido5omunista de "spa!a y a ocupar un esca!o en el 5ongreso de los +iputados a la muerte de*ranco. &urió en 0120 a los ?@ a!os de edad en el mismo &adrid donde se había perpetrado el crimen. Siempre negó su participación en el mismo. +e un comunista no se puede esperar menos.

 

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 Pasión & muerte del P'(#

"L 02 de febrero de 2?3Q la 5omintern, organiación fundada por Lenin paracoordinar a los partidos comunistas de todo el mundo, celebró una reunión ordinaria en&oscú. +e entre los muchos temas $ue se trataron uno tenía $ue ver directamente con"spa!a, un país le)ano y no muy importante $ue acababa de estrenar un 7obierno deconcentración de diferentes partidos de i$uierda.

Los frentes populares eran tambi#n una idea de la propia 5omintern $ue, sabedorade lo impopular del comunismo sovi#tico en Fccidente, ordenó a los suyos $ue

 promoviesen y se integrasen en coaliciones con otros partidos a los $ue denominabanacrónimo de 'artido Fbrero de (nificación&ar%ista>, dirigido por ndreu :in, había osado poner en duda públicamente los m#todos

de Stalin durante el primer gran proceso $ue, por a$uellas mismas fechas, se estabacelebrando en &oscú. +e no haber estallado la guerra civil el 2G de )ulio todo esto seríaintrascendente. "n un país más o menos democrático como era la Aepública hasta susecuestro por los comunistas, las posibilidades de eliminar al 'F(& y acabar con su lídereran remotas. 'ero la guerra estalló y los acontecimientos se aceleraron.

5onocedor de su debilidad, +ía fi)ó como prioridad aislar al 'F(& de cual$uierórgano de decisión. Sólo tenía un diputado en 5ortes, 6oa$uín &aurín, a $uien el

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alamiento militar había sorprendido en 7alicia, una región donde los nacionales seimpusieron desde el primer día. 5on &aurín fuera de )uego en una prisión fran$uista, sólo$uedaba :in para soportar la acometida de sus

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'F(& desatando una caa de bru)as $ue se cobró centenares de víctimas. l reputadoanar$uista italiano 5amillo Bernieri le enviaron un pelotón de doce hombres $ue loacribillaron a balaos sin mediar palabra. Lo mismo le sucedió al austriaco Curt Landau y alos alemanes 4ans *reund y "rVin Wolf, este último e% secretario personal de rotsHi.+urante el verano del 3@ ser simpatiante del 'F(& era sinónimo de arresto, ser militante,

un pasaporte directo al hoyo. 7eorge FrVell, a la saón voluntario en una columna del'F(&, lo retrató todo y a todos en su libro Homena+e a $atalu'a.

 :in era el premio gordo. +esposeído de la conse)ería de 6usticia, fue apresado ytrasladado al interior del país, a lcalá de 4enares, donde los comisarios sovi#ticos tenían preparado un plan id#ntico a los $ue se aplicaban en la (ASS a los altos cargos a $uienes se pretendía purgar. 'ara consumar la farsa y para $ue los dirigentes comunistas tuviesen unacoartada con la $ue responder las preguntas incómodas $ue les harían los miembros del7obierno, era necesaria una confesión autoinculpatoria.

"l secretario del 'F(&, $ue oficialmente se encontraba desaparecido, fue sometido

a una batería de espelunantes torturas para $ue cantase. "l encargado de todo el procesofue el Frlov en persona $ue, días antes, se había reunido con el comit# central del '5" parainformar a sus vasallos espa!oles de lo inevitable de a$uella intervención $uirúrgica. "sosvasallos eran +olores Ibárruri, conocida como La 'asionaria, y 'edro 5heca.

5omo buenos comunistas, lo tenían todo planificado menos la in$uebrantablevoluntad del reo. *ue primero privado de sue!o y obligado a estar de pie durante días.Frlov y sus hombres le practicaron interrogatorios de hasta cuarenta horas ininterrumpidas.'ero :in seguía sin firmar la confesión $ue le habían preparado. 'asaron entonces a lasiguiente fase, la tortura física en la más dolorosa de sus variedades/ el desollamiento. :inno se doblegó y a Frlov no le $uedó otra $ue asesinarle a golpes con una llave inglesa para

luego enterrar el cadáver en una cuneta de la carretera $ue va de La Aoda a lbacete.La Aepública y, especialmente, el 'artido 5omunista corrieron un tupido velo sobre

el asunto. +i)eron a la opinión pública $ue :in se había pasado al otro bando, versión $ueapoyaron con una fantasiosa historia inventada por Frlov según la cual un comando de la7estapo había liberado al traidor para ponerlo a salvo en la ona nacional. &ientras,organiaron un proceso moscovita contra los miembros del 'F(& del $ue todos salieroncondenados.

Se cerraba así un círculo $ue había empeado a traarse un a!o antes con una simplenota de la 5omintern. odos los ingredientes del bolchevismo se dieron cita en esta

truculenta historia, una aut#ntica guerra civil dentro de otra guerra civil, $ue encierra laesencia misma del comunismo en su má%ima purea.

 

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 )at&n

"L 2@ de septiembre de 2?3? el ")#rcito Ao)o dio comieno a su +anig particularinvadiendo a sangre y fuego el este de 'olonia. La parte del país $ue los alemanes habíanrespetado y $ue, por eso mismo, se había convertido durante las tres primeras semanas de lainvasión en lugar de refugio para los restos del e)#rcito polaco. 'retendían los muy ilusosreorganiarse en los bos$ues de la 'e$ue!a 'olonia, en torno a BialystoH y Lemberg, paraemprender desde allí el contraata$ue. :o hubo ocasión. La nación polaca sucumbiómiserablemente aplastada entre nais y sovi#ticos, representantes preclaros de las dosideologías más perversas $ue ha parido el alma humana.

La ofensiva rusa fue acorde al tama!o del país. Stalin, $ue no estaba para sorpresas,envió dos gigantescos e)#rcitos formados por casi un millón de hombres a cobrarse la presa.La con$uista fue coser y cantar. "mparedados entre los cuatro generalesD BocH y Aundstedt por parte alemana y Covalev y imoshenHo por parte sovi#tica, los polacos se rindieron enlos dos frentes. La derrota, bochornosa por absoluta e inesperada, fue solo el anticipo de lahumillación $ue estaba por llegar.

"n el oeste, los alemanes crearon el llamado 7obierno 7eneral, a cuyo frentesituaron a 4ans *ranH, aristócrata nai de la primera hora y abogado personal de 4itler.Ba)o su mando las principales ciudades de la ya e%tinta república polaca se convirtieron en

el escenario, frecuentemente improvisado, de las mayores atrocidades de la guerra $ueacababa de empear. Los alemanes con *ranH como director de or$uesta aspiraban aincorporar 'olonia al Aeich. 'ero antes había $ue germaniarla. Los )udíos, transformadosen pestilentes ratas por la propaganda nai, debían desaparecer. Los polacos, por su parte,en tanto $ue raa inferior pero no abominable, habrían de resignarse a servir como esclavosde sus nuevos amos alemanes por toda la eternidad.

Los sovi#ticos no disfrutaban de un plan tan bien delimitado. +e hecho, nodisponían si$uiera de un plan digno de tal nombre. Se conformaban con ane%ionarse sinmás el trocito de 'olonia $ue 4itler había tenido a bien de)arles implantando, de paso, suodioso y liberticida r#gimen en los territorios con$uistados. Tstos consistían en una fran)ade varios cientos de Hilómetros, desde Lituania hasta Aumania, poblada por cerca de 23millones de habitantes. 'ara &oscú la invasión no había sido tal pues consideraba toda laregión propiedad suya ena)enada tras la 7uerra del 2. 'or esa raón hasta el nombre de'olonia fue borrado de los mapas y su ona de ocupación se integró a dos repúblicassovi#ticas ya e%istentes/ el norte a la de Bielorrusia y el sur a la de (crania.

Aeorganiado administrativamente el botín, Stalin dio órdenes de sovietiarlo amarchas foradas. La propiedad privada $uedó abolida y los pueblos y aldeas se llenaron de

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comisarios del pueblo, agentes de la 5heca y conse)os de soviets teledirigidos desde&oscú. "l recetario íntegro del comunismo cuando se pone a gobernar/ confiscaciones,detenciones nocturnas, delaciones anónimas, trenes de ganado para las deportaciones enmasa, e)ecuciones sumariasM y silencio, toneladas de ese silencio $ue nace del miedo. "nlos dos a!os de ocupación sovi#tica se produ)eron 211.111 arrestos y más de 311.111

 personas fueron deportadas, la mitad de ellas murieron.'ara transformar un país rápidamente sin necesidad de esperar una generación, es

 preciso privarlo de sus principales cabeas, de todos los $ue, en un momento dado, puedenresistirse o rearmar moral e ideológicamente a la sociedad. "n la 'olonia sovi#tica esascabeas eran los oficiales del e)#rcito apresados durante la rendición y los presuntoscontrarrevolucionarios $ue habían sido detenidos en los pueblos por los agentes de la :C+-. "ran más de 01.111, de todas las edades y oficios, el último reducto de lo $ue undía había sido la 'olonia libre.

"n un principio las autoridades rusas no sabían muy bien $ue hacer con ellos. Si los

liberaba, aun$ue fuese a los de menor graduación, podrían reconstruir y acaudillar c#lulasaisladas de resistencia. Si los traspasaba al 7obierno 7eneral nai cabía la posibilidad de$ue, en un futuro, se revolviesen contra sus antiguos captores animados por sus aliados deocasión. Si los li$uidaba se enfrentaba al siempre incómodo $u# dirán. Stalin y su bandaD lade los Beria, los Caganovich, los &olotov, los &iHoyan y los -oroshilov, optaron, como era previsible en ellos, por la peor pero la más revolucionaria opción/ e)ecutarlos uno a uno al borde de una fosa común.

+espu#s de tenerlos durante meses en diferentes campos de concentración, a principios de maro de 2?1 Lavrenti Beria, un comunista fanático, asesino en seriededicado a la política y a las perversiones se%uales más repugnantes, transmitió la orden

 para $ue todos los

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 Rebelión en el *ulag

": la larga y criminal historia del 7ulag sólo se produ)o un gran motín, $ue ademásfracasó de)ando solo 2? supervivientes de los más de 211 $ue lo protagoniaron. uvo lugaren 2?0, en Lesoreid, un subcampo del terrorífico comple)o de traba)o esclavo de -orHutádurante los meses en los $ue el ")#rcito Ao)o se batía en retirada por el avance alemán. LaWehrmacht nunca llegó hasta allí, pero un grupo de prisioneros, alentados por esa posibilidad, se echó la manta a la cabea y se rebeló contra sus carceleros.

Se la conoce como la rebelión de (st;(sa, por el pe$ue!o pueblo siberiano donde

los rebeldes trataron, en vano, de refugiarse tras la fuga del campo de concentración, una prisión forestal donde los prisioneros se de)aban la vida talando árboles en condiciones brutales a cambio de un plato de gachas. :o fue la primera ni la única evasión de un 7ulag, pero sí la $ue más aterrorió a las autoridades sovi#ticas. Los prófugos ni se dispersaron nise escondieron en la taiga, muy al contrario, se armaron y plantaron cara a las milicias del :C-+.

"l cerebro del levantamiento fue un prisionero común, &arH Aetyunin, condenado atraba)o forado tras haber robado un banco. 5uando se produ)o la rebelión llevaba diea!os en Siberia y goaba de una situación relativamente privilegiada dentro del campo. Losguardias le apreciaban y le habían encomendado la labor de dirigir las cuadrillas de

traba)adores. Aetyunin era de los pocos presos comunes $ue se de)aban la vida en los bos$ues, casi todos sus compa!eros de presidio eran presos políticos provenientes de laAusia occidental y condenados a la reeducación por la vía del traba)o.

Los políticos eran la peor categoría de presos posible en un 7ulag. Los capitostesdel sistema de campos les asignaban los peores traba)os en los campos más insufribles, lossituados por encima del círculo polar ártico, un lugar donde la esperana de vida se cifrabaen meses. "n invierno la temperatura ba)aba hasta los 315 ba)o cero y una oscuridad penetrante $ue duraba varios meses se ce!ía sobre la región. "n verano la tundra seconvertía en un intransitable cenagal plagado de insectos. "n sitios así las alambradas noeran necesarias por$ue, simplemente, no había posibilidad de escapar con vida.

Aetyunin, sin embargo, tenía un plan $ue, a pesar de su buena disposición para conlos amos, había ido madurando con los a!os. 'rimero li$uidaría a los guardias ro)osapoderándose de sus armas, luego tomaría el cercano pueblo de (st;(sa y allí seatrincheraría con el resto de presos. "n a$uellas condiciones el e)#rcito no podría intervenir por$ue se encontraba en plena desbandada, además, su plan era rebelarse en pleno invierno,cuando las comunicaciones de (st;(sa con el resto de Ausia $uedaban interrumpidas.

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La noticia del levantamiento no tardaría en ir saltando de campo en campo a trav#sdel inmenso archipi#lago de -orHutá. 5omo había muchos más prisioneros $ue guardias erauna cuestión de tiempo $ue toda la provincia de Comi se declarase en rebeldía sin $ue&oscú, sitiada por los alemanes, pudiese hacer nada para impedirlo.

"l 0 de enero dio comieno la rebelión. Se eligió ese día por$ue caía en sábado ylos guardias acostumbraban a ba!arse todos )untos en un barracón. (no de los con)urados,un chino de nombre Lu;*a $ue traba)aba en los ba!os, cerró la puerta y avisó al resto para$ue se hiciesen con las armas y los uniformes, $ue incluían botas de invierno sin las cualesera impensable adentrarse en la taiga. Aetyunin coordinó la operación. Ea debidamentearmado asaltó el almac#n principal y se hio con provisiones y munición. (na hora despu#sel campo de Lesoreid había caído. La mitad de los prisioneros, unos cien, se unieron almotín.

"l grupo caminó hasta (st;(sa. (na ve allí tomaron la estafeta de correos >dondese encontraba la estación de radio> y cortaron las comunicaciones. "se fue el primer error

$ue cometieron. cto seguido tomaron al asalto la cárcel del pueblo y liberaron a sus prisioneros despu#s de matar a los guardias $ue la custodiaban. "se fue el segundo error.uedaba por apresar el cuartel de la milicia, bien pertrechada y cuyos miembros sabían$ue, de rendirse, lo $ue les esperaba era un tiro en la nuca. Los milicianos resistieron todala noche en una batalla $ue se cobró varias víctimas mortales entre los amotinados. Losrebeldes carecían de artillería y no eran suficientes para copar el cuartel y tomarlo al asalto.

Los aldeanos, espantados por la fierea de los rebeldes y temerosos de la reacción dela 5heHa, huyeron al bos$ue y avisaron a las autoridades desde una emisora $ue el e)#rcitotenía escondida en el bos$ue. (na ve al corriente de lo sucedido la :C-+ puso toda lacarne en el asador y envió un nutrido contingente militar para retomar (st;(sa. Aetyunin

ordenó abandonar el pueblo y buscar refugio en el bos$ue. Los rebeldes llegaron a un pe$ue!o asentamiento maderero e$uipado con radio donde se enteraron de $ue la miliciales seguía los pasos. Se internaron de nuevo en la taiga y buscaron refugio en una gran)a decaribúes.

"l :C-+ les encontró allí tres días despu#s. Se produ)o entonces un sangrientoduelo entre los abetos nevados. (na treintena de insurrectos consiguieron salir con vida delenfrentamiento con los milicianos, $ue llegaban en manadas, bien comidos y provistos demunición. La única opción era internarse aún más en los bos$ues congelados, dondetendrían alguna oportunidad de sobrevivir, aun$ue fuese comi#ndose los unos a los otros,como solía ocurrir en ciertas fugas de los campos siberianos. La t#cnica consistía en formar

un grupo de tres para escaparse. (no de ellos, sin saberlo, sería la comida de los otros dos."n el argot del 7ulag al tercer hombre se le llamaba

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disparar. +urante días fueron abati#ndolos uno a uno como animales. Si los cogían con vidalos milicianos se entretenían mutilándolos hasta la muerte y luego los ponían en piras dele!a y les metían fuego.

5on la idea de obtener información, los agentes de la 5heHa ordenaron capturar

vivos a algunos. Los detenidos fueron sometidos a meses de torturas y eternosinterrogatorios $ue solían terminar en el paredón. "n agosto la rebelión se dio por sofocada."l $ue la originó, &arH Aetyunin, se suicidó de un tiro en la sien antes de entregarse. "lresto murieron de hambre, frío y privaciones en la taiga o fueron presa de los milicianos.Sólo sobrevivieron 2?, $ue fueron machacados en las celdas de castigo y luego enviados devuelta a los campos, donde morirían poco despu#s.

 :inguno vivió para contarlo. :o se supo nada de la rebelión de (st;(sa hasta ladesclasificación de los archivos de la C7B medio siglo más tarde. 5asi nadie ha mostradointer#s en esta increíble historia de heroísmo y lucha por la libertad. Los rusos, con todalógica, se avergYenan de episodios como este. Los occidentales miramos para otro lado no

vaya a ser $ue se ponga en duda la honorabilidad de la ho y el martillo, símboloimperecedero del crimen de "stado, el culto a la ideología y el asesinato premeditado ysistemático de gente inocente. (na amnesia colectiva $ue hace buena a$uella respuesta $ueel infame Bertolt Brecht le dio al filósofo Sydney 4ooH/

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 Las !otos +ue nunca eistieron

L primera misión de un tirano es reinventarse la historia y adaptar el pasado al presente. +urante siglos la reinvención sistemática de los hechos pasados funcionó a la perfección. Borrar a alguien de la memoria colectiva no era demasiado complicado.Bastaba con destruir sus representaciones artísticas y retirar su nombre de las crónicas.Luego ya el tiempo se encargaría del resto.

"sto fue así hasta, e%actamente, mediado el siglo XIX, cuando una revolucionariat#cnica permitió capturar imágenes, fi)arlas de manera fiel e indeleble, copiarlas infinitas

veces y distribuirlas en cantidades nunca antes vistas. "sta t#cnica es la fotografía. Lastiranías del siglo XX sacaron gran provecho de ella, pero, como todo paraíso tiene suserpiente, las mismas fotos con las $ue la propaganda oficial hacía de las suyas, se volvíancontra el 7obierno cuando alguno de los retratados a perpetuidad caía en desgracia.

5aer en desgracia era algo bastante común en la Ausia sovi#tica, sobre todo en losaciagos tiempos de Stalin. un$ue caídos y malditos, las fotografías de los desdichadosseguían ahí, generalmente acompa!ados por sus antiguos camaradas devenidos súbitamenteen verdugos. La perdurabilidad de las fotografías se convirtió en todo un problema de"stado $ue, por órdenes directas del Cremlin, hubieron de resolver los me)ores fotógrafosdel país. "l líder $uería conservar la foto, pero purgada >y nunca me)or traído un

 participio> de los elementos molestos.Aetocar fotografías en a$uellos tiempos no era tan sencillo como se nos puede

anto)ar hoy, acostumbrados como estamos a la inmediate de la fotografía digital y la magiade los programas informáticos de edición de imágenes. uitar a una persona de un positivollevaba semanas, a veces meses, de arduo traba)o de laboratorio. Ae$uería, asimismo, $ue ala faena contribuyesen diestros dibu)antes $ue reconstruyeran la ona recortada hasta lograr$ue nadie notase $ue ahí faltaba alguien. Los fotógrafos sovi#ticos, auados por lanecesidad, se convirtieron de este modo en aut#nticos amos del reto$ue.

La primera víctima fotográfica del r#gimen fue, como no podía ser de otra manera,

Leon rotsHi. "l padre del ")#rcito Ao)o había contribuido de tal manera a la revolución$ue su imagen estaba por todas partes. Los retratos e%entos y las fotografías en las $ue nosalían ni Lenin ni Stalin fueron retiradas de la circulación y su posesión >y no digamos yae%hibición> significaba arresto y tormento en las dependencias de la 5heHa. 'ero 8$u# pasaba con las otras $ue, además, eran muy numerosas9

Stalin no se le ocurrió me)or idea $ue modificarlas, y así lo transmitió a susfotógrafos de cámara. odas las fotos en las $ue rotsHi aparecía )unto a Lenin fueron

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debidamente e%purgadas del in$uilino incómodo $ue nunca debió estar ahí. &uchas de esasfotos habían salido de Ausia para ser publicadas en periódicos e%tran)eros. an le)os Stalinno podía llegar, pero eso no le importaba por la simple raón de $ue sus súbditos )amástendrían la oportunidad de leer nada publicado fuera de la (nión Sovi#tica.

l vohd sólo le interesaba lo $ue podía verse de puertas adentro, de manera $ue elasesinato fotográfico de rotsHi se perpetro muchos a!os antes $ue su asesinato físico. "nlos a!os treinta encontrar una foto de rotsHi en la (ASS era más difícil $ue hallar unaagu)a en un pa)ar. Seme)ante #%ito inspiró a Stalin su siguiente gesta de laboratorio/ sacardel álbum de la gran familia sovi#tica a todos los afectados de la 7ran 'urga.

(no a uno fueron cay#ndose de las fotos como poco antes lo habían hecho de lanomenclatura. Salir retratado )unto a alguno de ellos era motivo de sospecha y antesala dela detención, así $ue muchos echaban al fuego álbumes completos de fotografíascomprometedoras. *ue el caso de Lev Camenev, a)usticiado en 2?3Q despu#s de un )uicioama!ado. Camenev lo había sido todo en la revolución. Bolchevi$ue de la primera hora,

era presidente del 'olitburó y había e)ercido como primer )efe de "stado de la Ausiasovi#tica tras consumarse el golpe de Fctubre.

"l fusilamiento de Camenev desató el pánico fotográfico. un$ue ya estuviesemuerto, nadie $uería una foto con #l. 'ero, caprichos de la historia, el ángel purgado habíacompartido fotos con el mismísimo Lenin, elevado a los altares y $ue ya poco podía hacer para salvaguardar su buen nombre. Stalin resolvió $ue Camenev desapareciese porcompleto de la historia oficial. Se llegó al e%tremo $ue fotos ya retocadas de Camenev enlas $ue se había retirado a rotsHi hubieron de pasar nuevamente por el laboratorio parasuprimir $uirúrgicamente la efigie del maldito.

La fotográfica era $uiá la más dura de las condenas por$ue presagiaba lo peor.Situarse al nivel del rotsHi, enemigo público número uno, implicaba $ue la ira del padrecito se abatiría implacable sobre la familia $ue, por el bien de la revolución, teníatambi#n $ue desaparecer de la fa de la tierra. La mu)er de Camenev fue e)ecutada, asícomo sus dos hi)os mayores. "l menor, $ue aun era un ni!o, fue deportado y condenado de por vida en un campo de traba)os forados. Camenev, su imagen y toda su estirpe sedesvanecieron en la bruma de la historia. :o es $ue hubiesen sido unos traidores es $ue,simplemente, nunca habían e%istido.

"l destino de Camenev pronto lo compartieron muchos de los camaradas $ue le buscaron la ruina mediante intrigas y acusaciones falsas. "l caso más famoso fue el de

 :iHolai Eehov, comisario del Interior, director del :C-+ y miembro del 'residiumsupremo. Eehov le dieron el tiro de gracia en 2?1 despu#s de $ue #ste hubiese participado activamente en la purga de todos los altos cargos durante los a!os anteriores. "lmuerto al hoyo y los fotógrafos al laboratorio.

Las primeras en ser tratadas eran siempre las $ue tenían a Stalin como protagonista.4abía una foto muy c#lebre en la $ue aparecía el amo acompa!ado de Eehov paseando )unto a las obras del canal &oscú;-olga. Eehov, de ba)a estatura, camina satisfecho y

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sonriente con las manos a la espalda. su derecha el líder y más allá -oroshilov y &olotovvestido de civil. "sta fotografía, $ue se había utiliado profusamente con fines propagandísticos, fue declarada no apta para el pueblo y luego debidamente manipulada.Eehov, entonces responsable de la construcción del canal como comisario de aguas, seevaporó de la escena. Los fotógrafos reconstruyeron la parte del murete y la porción del

canal $ue tapaba Eehov con su cuerpo. 5onclusión/ el comisario de aguas, cuyas ceniasreposaban para siempre en el fondo de una fosa común del cementerio moscovita de+onsHoi, nunca estuvo allí.

La costumbre de retocar fotos echó fuertes raíces en la prensa sovi#tica, cuyosdirectores se valían de esta sofisticada t#cnica de un modo sistemático. Si se podíareinventar el pasado, 8por $u# no hacerlo con el presente9 4asta la caída del imperio ro)olas fotos oficiales tenían más de cuadro $ue de fotografía. Se podía, además, conseguir $ueun hecho trágico o luctuoso nunca hubiese ocurrido. "n 2?Q2 murió en un accidentemientras entrenaba uno de los primeros astronautas del programa espacial sovi#tico. Sellamaba -alentin BodarenHo y, le)os de comunicárselo al país y rendirle los honores

 pertinentes, las autoridades ocultaron el suceso y lo borraron de todas las fotografías en las$ue aparecía con el resto de astronautas, entre los $ue se encontraba Euri 7agarin.

Las fotos perdidas fueron saliendo a la lu tras el colapso del e%perimento sovi#tico.Los rusos, víctimas involuntarias de todo a$uel disparate, asistieron impávidos a como una parte de su historia iba tomando forma sobre el papel fotográfico. La verdad, por una ve,se impuso sobre la barbarie de un sistema cuyo pilar más principal era el imperio absolutode la mentira.

 

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 El !errocarril a ninguna $arte

AS la inesperada y aplastante victoria sovi#tica en la guerra mundial, Stalin saliórefortalecido y con un e%tra de cr#dito internacional en la cartera. "l mundo entero leaclamaba y dentro del campo socialista su adoración ad$uirió tintes casi místicos. Inclusolos capitalistas caían rendidos ante su genio y valentía $ue, combinados con el heroísmo del pueblo sovi#tico, habían obrado el milagro de parar los pies a 4itler.

Las imágenes de los soldados del ")#rcito Ao)o iando la bandera ro)a sobre lashumeantes ruinas del Aeichstag eran todo un símbolo. 5on gestas de ese calibre el

comunismo se terminaría imponiendo en todo el planeta. "ra algo inevitable. &ás tarde omás temprano el e)emplo ruso alumbraría a todas las naciones del orbe. Stalin, conocidocomo el

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La cuestión era complicada por$ue el

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del largo invierno ártico se echaba encima las obras tenían $ue parar de golpe. odos,empeando por los )erarcas del 7ulag y terminando por el último preso de guerra alemána$ue)ado de difteria, sabían $ue a$uello era absurdo, $ue levantaban una vía f#rrea $ueconducía a ninguna parte. 6amás se terminaría, y si lo hacía difícilmente tren alguno podríacircular por ella.

"n el invierno de 2?P3 las obras afrontaban su cuarto a!o y sólo se había construidola mitad del trayecto, unos QP1 Hilómetros de vía única en un rincón olvidado del polonorte. "ntonces, el P de maro de a$uel a!o, sucedió un milagro. "l padre Stalin, Coba eltemible, murió en su dacha de Cuntsevo. &ientras sus deudos del 'artido se apresuraban a beatificarle pública y ruidosamente, en algún despacho de la dirección general de camposse suspendió la construcción del ferrocarril de IgarHa. :adie, ni los más fieles cortesanosdel ar ro)o, se $ue)ó.

Los supervivientes fueron devueltos a los gulags de los $ue habían salido a!os antes.+e las víctimas nadie se acordó. :o se tomaron ni el traba)o de contarlas. 4abían sido

miles, muchos miles, un insignificante cero más a sumar a la inmensa carnicería $ue,durante los últimos a!os de Stalin, se perpetró en los campos sovi#ticos a mayor gloria delcomunismo.

La infraestructura/ sus vías, estaciones, locomotoras y puestos de abastecimiento$uedaron allí, silenciosos, como testigos mudos de la estupide cong#nita del homosovieticus. La obra había costado cerca de 21.111 millones de dólares en un país $ue pasaba hambre y cuyos habitantes se hacinaban en caba!as y edificios semiderruidos $ueaún se lamían las heridas de la guerra. :unca circuló un solo tren por el ferrocarril P12, elúltimo capricho criminal de Stalin.

 

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 L&senko & la biolog-a $roletaria

": 2?0G Stalin, $ue ya se había hecho con el control absoluto de la reci#n nacida(ASS, dio un discurso en el $ue advirtió a sus conmilitones del 'artido $ue la (niónSovi#tica arrastraba un retraso de entre P1 y 211 a!os con respecto a las potenciasoccidentales.

Si Ausia no avanaba deprisa muy pronto sería invadida y el 7obierno bolchevi$uederrocado, a lo $ue le sucedería la más $ue probable restauración de la odiada monar$uía.La confederación necesitaba abandonar cuanto antes su condición de país rural productor

de materias primas baratas y sin elaborar. enía tambi#n, tal y como había prometido Lenin,$ue electrificarse y aumentar la producción agrícola hasta convertir la república de lossoviets en un país autosuficiente $ue no necesitase para nada el mercado, ni si$uiera ele%terno.

La primera víctima de a$uel discurso fue la :ueva 'olítica "conómica de Lenin, $ue permitía, con grandes restricciones, la pervivencia de pe$ue!as e%plotaciones y una picade libertad de comercio. La segunda fue el campesinado sovi#tico, obligado desde a$uelmomento a colectiviarse a la fuera en gran)as estatales sometidas a las cuotas del plan$uin$uenal.

Lo cierto es $ue nadie $uería ser colectiviado. Los pe$ue!os campesinos por$ue yatenían su parcela con la $ue, me)or o peor, sobrevivían. Los )ornaleros por$ue aspiraban atenerla. Sabían $ue, cuanto más traba)asen, más probabilidades tendrían de me)orar suscondiciones de vida. esos, por lo demás, siempre les había $uedado la válvula de escapede las ciudades, donde poder empear desde cero una nueva vida a la sombra de la industriao los servicios.

"%istía, además, la sospecha generaliada de $ue esas e%plotaciones estatales iban aser muy ineficientes dado el ba)o nivel de capitaliación de la economía sovi#tica y lascondiciones de semiesclavitud en las $ue habría $ue traba)ar en ellas. "ntonces, como caídodel cielo, apareció un )oven )ardinero ucraniano destinado en una estación agrícola de

erbaiyán. Se llamaba rofim LysenHo y decía haber encontrado el modo de obtenermilagrosas cosechas en invierno. La realidad es $ue LysenHo no había descubierto nada. Sehabía limitado a constatar $ue si se enfrían y humedecen semillas de trigo pueden germinarrápidamente a finales del invierno y obtener así una cosecha e%tra.

La

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tal, un mentiroso sin remedio. 6usto un a!o antes de $ue se anunciase la colectiviación delcampo, escribió un artículo en 'ravda, anunciando $ue conocía la manera de cosecharguisantes en pleno invierno y, me)or aún, $ue había descubierto un sistema para abonar latierra de cultivo sin emplear fertiliantes. Si eso era cierto los planes agrícolas del 'olitburóiban a salir bien aun$ue los planificadores lo hicieran muy mal.

Stalin, muy dado a creer en la milagrería revolucionaria, apadrinó al ucraniano, se lollevó a &oscú y le convirtió en presidente de la cademia de 5iencias grícolas de la(ASS. llí, sobrado de medios y de personal, con fastuosos invernaderos a su disposición,comenó a elaborar una teoría tras otra, a cada cual más delirante. Lo primero $ue hio fueromper con la gen#tica mendeliana, $ue pasó a considerarse como una

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 :iHolai -avilov, fue detenido y condenado a muerte por

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 La salación +ue ino del aire

": febrero de 2?G lo $ue $uedaba de lemania sobrevivía a duras penas en unr#gimen de mera subsistencia. Los $ue, hasta pocos a!os antes, eran amos de toda "uropavivían de la mendicidad. "l país estaba ocupado militarmente por las cuatro potenciasvencedoras de la guerra y sufría una aut#ntica parálisis económica. Los ni!os morían dedesnutrición y las mu)eres vendían su cuerpo a los ocupantes por un cartón de leche o un pedao de pan. :ada funcionaba en a$uel desdichado país $ue pagaba ahora con recargo lasdeudas $ue el naismo había contraído en su nombre.

(no de los principales problemas de la lemania de la inmediata posguerra era lamoneda, el AeichsmarH, $ue se había seguido utiliando tras el fin de la contienda. Los $uela acu!aban eran los sovi#ticos, due!os de la capital, Berlín, y de los restos del bancocentral. Los militares sovi#ticos se pusieron a imprimir marcos como locos hasta $ue lamoneda se devaluó tanto $ue fue repudiada por la población. "n el oeste del país losalemanes de a pie empearon a usar dólares y libras esterlinas. 'ero en el este y, en particular, en el gran Berlín, sólo e%istía la posibilidad de sustituir el devaluado marco porel no menos fiable rublo, de modo $ue los cigarrillos pasaron a convertirse en dinero.

(n país $ue comercia y libra sus deudas con cigarrillos no va a ninguna parte, y esolo sabían los aliados occidentales, empe!ados en devolver a lemania su antiguo esplendor

industrial para $ue no cayese en las manos del bolchevismo. Los planes de Stalin iban porahí. "nfrentados a tanta necesidad y miseria, alemanes del este y del oeste no tardarían encaer en sus manos. "so le entregaría toda lemania en bande)a de plata y pondría lasfronteras e%teriores de la (ASS a unos cientos de Hilómetros de 'arís.

Los británicos se percataron de la )ugada y convencieron a sus socios para crear unanueva moneda respaldada por el plan &arshall $ue Washington acababa de anunciar. (nnuevo marco, el +eutsche &arH, $ue generaría confiana y sería la base de una economíaestable y próspera. La nueva moneda fue creada y se acordó introducirla el 02 de mayo de2?G en las onas controladas por "stados (nidos, Inglaterra y *rancia. La (niónSovi#tica, visiblemente eno)ada, había rechaado el ofrecimiento de incorporar a su onatemiendo $ue, con el +eutsche &arH y el desarrollo económico $ue traería apare)ado, susesfueros militares se $uedasen en agua de borra)as.

odo parecía ir bien cuando el día 2G de a$uel mes un tren americano $ue se dirigíaa Berlín con cargamento, fue detenido y obligado a retroceder por un control militar alentrar en la ona sovi#ticaM lo largo del día se fueron cerrando todas las carreteras y lasvías f#rreas y fluviales de acceso a la capital. Los sectores occidentales de Berlín $uedabande este modo blo$ueados. sus habitantes les $uedaba la posibilidad de comerciar con sus

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vecinos del sector sovi#tico, pero eso fue prohibido ta%ativamente y se interrumpió elsuministro de comida de un lado a otro de la ciudad.

Stalin pretendía matar literalmente de hambre a los berlineses del oeste para $ue seapuntasen voluntariamente al programa sovi#tico de racionamiento. sí toda la población

civil dependería de #l y las fueras occidentales tendrían $ue abandonar la ciudad. "lgeneral Lucius +. 5lay, gobernador de la ona americana, envió un memorándum urgente aWashington e%plicando la nueva e in$uietante situación. Aogaba al presidente rumansostener el pulso organiando un puente a#reo masivo $ue garantiase los suministros de laciudad. $uella era, por muy descabellada $ue pareciese, la única posibilidad legal $uetenían para mantener su presencia en Berlín. Stalin había cortado las carreteras y losferrocarriles por$ue podía hacerlo ya $ue, hasta el momento, no se había firmado acuerdoalguno sobre el tránsito a trav#s de la ona sovi#tica. Los convoyes aliados pasaban de suona en lemania occidental a su sector en Berlín por un acto de buena voluntad sovi#ticano por$ue les obligase tratado alguno.

Lo $ue no podían evitar eran los vuelos, para los $ue sí había un acuerdo firmado ennoviembre de 2?P entre las cuatro potencias. Stalin accedió a #l por$ue no consideraba$ue supusiesen un problema. 'or aire se podía transportar muy poca carga y eramaterialmente imposible alimentar y calentar a una ciudad de dos millones de habitantesmediante aviones. 5lay se puso a hacer cálculos y los números $ue le salieron eran paraasustar al más optimista. La ciudad necesitaba diariamente un mínimo de P111 toneladas desuministros, 2P11 de las cuales alimentos tales como cereales, tocino, patatas o leche, y elresto combustible, básicamente carbón.

Los aviones de los $ue disponían en a$uel momento, los 5;@ SHytrain Nversiónmilitar del +5;3O acarreaban algo más de tres toneladas por via)e, por lo $ue harían falta

miles de vuelos diarios. un$ue pronto se incorporasen otras aeronaves más capaces, eltama!o de la operación estaba muy por encima de todo lo $ue se había hecho antes enmateria de transporte a#reo. 'ero no $uedaba otra opción, o eso o perder Berlín y todo sucomponente simbólico. La decisión había $ue tomarla, además, con rapide por$ue a laciudad le $uedaban provisiones para unos cuarenta días.

"l 0 de )unio comenó el puente a#reo desde las bases americanas y británicas de lalemania occidental. La primera semana fue un fracaso, sólo consiguieron transportarnoventa toneladas, insuficiente para mantener la ciudad funcionando y a los berlineses convida. +urante las siguientes semanas el tonela)e fue creciendo aun$ue no alcanaba ni dele)os la cifra de las P111 toneladas al día. "n el este los comunistas hacían chistes y

animaban a los berlineses occidentales a pasarse a su lado pidiendo las cartillas sovi#ticas$ue, al menos, les garantiaban lo básico. 'ara colmo de males el 23 de agosto se produ)oun aparatoso accidente en la pista de empelhof $ue obligó a cerrar el aeropuerto.

'arecía todo perdido pero entonces apareció como caído del cielo un e%perto encarga a#rea, el general William unner. Aeorganió de arriba aba)o todo el puenteimplantando un sistema integral de carga, despegue, aterria)e y descarga $ue hio caerdramáticamente los accidentes y multiplicó la carga transportada en sólo unos días. Se

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inventó tambi#n un efectivo truco propagandístico ordenando $ue todos los días uno de losaviones se cargase sólo con chocolatinas y caramelos, $ue de)aría caer sobre los grupos deni!os $ue se arremolinaban )unto a la cabecera de la pista de empelhof para ver aterriar alos aviones. Los pe$ue!os terminaron mote)ando a ese avión como

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'ero el fruto más duradero $ue de)ó el blo$ueo de Berlín fue el nacimiento de laAepública *ederal de lemania, fundada dos semanas despu#s de $ue #ste tocase a su fin.La nueva lemania adoptó el nuevo marco y se convirtió en un poco más de una d#cada enel país más rico y poderoso de "uropa. "l blo$ueo de su ciudad más emblemática lesense!ó $ue por la libertad siempre hay $ue pagar un alto precio, y $ue ante la servidumbre

$ue representa el comunismo no se debe ceder nunca un palmo. 

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 El com$lot de los m.dicos

finales de enero de 2?P0 murió, por causas enteramente naturales, Chorlogin5hoibalsan, un oscuro y fanático comunista mongol $ue, tras una sucesión de purgasinternas, Stalin había colocado al frente de la Aepública 'opular instaurada a sangre fuegoen su país. 5uando la noticia de la muerte de 5hoilbasan llegó al Cremlin nadie le diomayor importancia. La mala vida y los e%cesos de toda índole provocaban $ue la esperanade vida entre los )erarcas sovi#ticos no fuese demasiado alta.

Iósif Stalin era la e%cepción a la regla. 'asaba ya cómodamente de los setenta a!os,

veinticinco de los cuales los había pasado al frente de la (nión Sovi#tica en una suerte demagistratura vitalicia no muy diferente a la de los antiguos ares. "l vohd estaba achacoso pero mantenía el nervio de los me)ores tiempos. +e hecho, era en a$uellos momentoscrepusculares de su reinado cuando estaba matando más y me)or.

*río como un t#mpano, insensible como un le!o, la muerte de sus más allegados nohacía mella alguna en su ánimo. 5on la de 5hoibasan se limitó a hacer un inocentecomentario ante su corte de aduladores/

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 prudencial, abandonar el traba)o diario y retirarse a su dacha de Cuntsevo, en las afueras dela capital, para descansar. Stalin tomó la recomendación del galeno como una ofensa y ledestituyó fulminantemente. La caída en desgracia de -inogradov sorprendió a todos. "ra unm#dico muy competente por cuyos servicios los dirigentes del 'artido se peleaban.

Lo $ue no sabían los sorprendidos es $ue una nueva purga acababa de dar comieno."se oto!o &i)ail Ayumin, secretario del ministro para la Seguridad del "stado, -iHtorbaHumov, había hecho llegar un informe a Stalin en el $ue se acusaba de gravesnegligencias al cardiólogo de 5hoibalsan, EaHov "tinger, $ue, casualmente, era el mismo$ue había atendido a Zdanov hasta su muerte. E no sólo eso, al parecer "ttinger era lacabea visible de una gran conspiración de m#dicos, todos )udíos, $ue se habrían con)urado para ir eliminando uno a uno a todos los líderes sovi#ticos con la idea de adue!arse del poder.

Ayumin pretendía con esto hacer m#ritos y ocupar el puesto de su )efe apelando a lo$ue más adoraba Stalin/ una buena conspiración. "l vie)o, por su parte tenía otros informes

 >como el $ue le había hecho llegar la doctora Lydia imashuH> y otros planes. uería,aprovechando esa vulgar coartada, hacer una nueva limpia entre los altos cargos. "l camino podía aprovecharlo para enviar algunos mensa)es dentro y fuera de casa, especialmentehacia el reci#n nacido "stado de Israel, $ue se había desvinculado de la (ASS y anudabafirmes alianas con las potencias del oeste.

5argar contra los )udíos era, además, algo popular en Ausia desde tiempoinmemorial. "l 2 de diciembre todo estaba listo para $ue diese comieno el espectáculo. "nuna reunión del 'olitburó Stalin se dirigió a los congregados con unas aparentementeincomprensibles palabras/

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en un ataúd o hacinado en un tren camino del gulag siberiano.

Se les acusaba de complot para derrocar al legítimo 7obierno de la (ASS. La listade presuntas víctimas había crecido desde a$uel primer esboo $ue Stalin daba un a!o antescon motivo de la muerte de 5hoibalsan. &uchos eran militares de alto rango $ue, aun$ue

vivos y coleando, habían padecido las malas prácticas de los doctores )udíos. La prensa bombardeaba a diario con nuevas revelaciones creando un ambiente de antisemitismo dignodel más cruel de los pogromos aristas. La habitualmente comedida prensa del r#gimen noescatimaba ad)etivos para referirse a los con)urados, a $uienes llamaba

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 El /ardinero de la !elicidad humana

LFS tiranos han sido siempre muy dados a mirarse el ombligo y a forar a todo elmundo a admirarlos. 'or eso lo $ue hoy llamamos culto a la personalidad >e%presióne%traída directamente del mar%ismo> se ha dado en todas las civiliaciones, conindependencia de la #poca y el lugar.

Los antiguos egipcios diviniaron a los faraones, $ue, más $ue reyes, eran dioses encarne mortal $ue estaban de paso en la ierra. "n Aoma los gobernantes empearon ainvestirse de divinidad tan pronto la antigua república dio paso al Imperio. Incas, atecas,

tibetanos y chinos convirtieron a sus gobernantes en algo muy parecido a dioses, cuando nodirectamente en dioses. "n 5hina la filosofía política $ue prevalecía era la del mandato del5ielo, $ue era muy similar a la $ue, en "uropa, legitimaba a la monar$uía desde rriba.

'ero, aun$ue pareca mentira, fue durante el siglo XX cuando el culto a la personalidad alcanó su má%imo esplendor, en buena medida gracias a la aparición denuevas tecnologías y medios de e%presión como la fotografía y el cine y, sobre todo, a lairrupción de los totalitarismos tras la 'rimera 7uerra &undial. Los fascistas, los nais y los bolchevi$ues perdieron la cabea con el culto al líder y a los poderosos. Sus averiadasideologías llevaban tal veneración en el código gen#tico, y los avances t#cnicos de la #pocahicieron realidad sus idólatras enso!aciones.

"l fascismo italiano, como en muchas de las formas e%ternas del socialismo, fue el pionero. &ussolini se revistió de una autoridad inspirada en el culto de los antiguos c#sares.Los uniformes, los desfiles, el paso de la oca, los saludos romanos, todo ello marcó unestilo $ue los nais no tardaron en adoptar. Los bolchevi$ues se distanciaron ligeramente dela est#tica fascista, aun$ue reforaron la veneración al mandamás. Lo hicieron ya entiempos de Lenin, pero como no vivió lo suficiente para culminar su obra, fue en la era deStalin cuando el culto a la personalidad llegó a su má%ima e%presión.

La locura comenó con los nombres del innombrable. :adie en su sano )uicio serefería a #l como Iósif, su nombre de pila, sino como Stalin, su apodo revolucionario, $ue

en ruso significa algo así como

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+iscípulo 'redilecto del 5amarada LeninD luego, cuando su poderío se hio incontestable, prefirió el de 'adre de los 'ueblos, $ue fue muy utiliado fuera de la (ASS despu#s de la7uerra &undial, o el especialmente cómico migo Benevolente de odos los :i!os.

 :o paró ahí la cosa megalómana. 4asta diecis#is ciudades de varios países

cambiaron de nombre en homena)e al líder de acero. La mayor y más famosa fueStalingrado, a la $ue la 4istoria luego reservó un papel especialmente heroico. "n Ausia,otras tres ciudades fueron estaliniadas/ Staliniri, en Fsetia del SurD StalinogorsH, a orillasdel +on, y StalinsH, en la Siberia meridional. &uchas repúblicas sovi#ticas se apresuraron ahonrar al gran hombre regalándole una ciudad/ así, rmenia le ofrendó Imeni StalinaDayiHistán, StalinabadD (crania, Stalino, y su país natal, 7eorgia, Stalinisi. "uropa del "steno fue a)ena a la moda. "n 2?P1 la rumana Brasov fue rebautiada Frasul Stalin, y laalbanesa Cusove como yteti Stalin. l a!o siguiente el 7obierno húngaro emuló a susvecinos fundando Stalinvaros. "n 2?P3, cuando el 'adrecito ya había pasado a me)or vida,los alemanes del "ste y los polacos impusieron su nombre a sendas ciudades/ en 'olonia,CatoVice, una vie)a ciudad prusiana, pasó a llamarse StalinogrodD en la A+, el 7obierno

de (lbricht le entregó una localidad de menos fuste, fundada de hecho para la ocasión,Stalinstadt. !os despu#s, a todas hubo $ue buscarles nombres menos comprometidos.

Las cordilleras, en especial las sovi#ticas, se llenaron de picos Stalin, algunos enlugares tan distantes del elón de cero como la 5olumbia Británica canadiense, $uehomena)eó a Coba en plena guerra mundial. oda ciudad consagrada al georgiano tenía su par$ue Stalin y su buena colección de estatuas de los revolucionarios de Fctubre. Losfotógrafos inmortaliaban las inauguraciones en vistosas postales $ue luego circulaban demano en mano por toda la (ASS.

'or su parte, los pintores del realismo socialista retrataron mil veces la bigotuda y

circunspecta estampa de Stalin. Los artistas del pincel tuvieron $ue reescribir a toda prisa larevolución para dar más lustre al papel $ue había desempa!o en ella el 5amarada Secretario7eneral. Los murales hicieron las veces del casi ine%istente álbum de fotos $ue compartíanLenin y Stalin.

La fotografía era traicionera y poco recomendable. 'or un lado daba una imagenfidedigna del generalmente lamentable aspecto del líder, y por otro ponía en evidencia losine%plicables cambios en el puente de mando. Los fotógrafos del A#gimen hacíanaut#nticas virguerías para $uitar de las instantáneas antiguas a los caídos en desgracia.

'ero el padrecito no gustaba de salir acompa!ado. Le complacía verse retratado

como el ar le)andro III, $ue era un bigardo ancho y robusto de 2,?1 de estatura. Tl, sinembargo, tenía un aspecto macilento y no pasaba de los 2,QG metrosM con alasincorporadas en el talón de la bota. "l milagro lo obraban los pintores y los fotógrafos, $uesometían los positivos a elaborados reto$ues.

+urante la posguerra, la obsesión de la propaganda por Stalin llegó al paro%ismo.Los escritores decían sin rubor $ue #l sólo había ganado a los nais, y $ue tenía dotes propias de un dios, como la capacidad de ver el futuro y anticiparse a #l. "l nuevo himno

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nacional, estrenado en 2? en sustitución de La Internacional, lo citaba en este pasa)e/

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 El e$erimento Pite tiș

+" los incontables crímenes $ue, en nombre del comunismo, se cometieron en"uropa del este, el más desconcertante de todos fue el perpetrado por la Securitate, la policía política rumana, en la prisión de 'ite ti entre 2?? y 2?P0. *ue un e%perimentoș  macabro concebido para reeducar mediante la tortura. E no cual$uier tortura, sino unaut#ntico lavado de cerebro $ue arrebataba a los presos su personalidad, para introducirlosen un delirante inframundo de sufrimientos físicos y psicológicos hecho a la medida decual$uiera de esos sádicos fanatiados por la ideología $ue tanto han menudeado siempre por los regímenes totalitarios.

La Aumanía de 2?? tenía todos los ingredientes para $ue una historia de terrorcomo la de 'ite ti se hiciese realidad. Los comunistas acababan de hacerse con el poder ș  tras e%pulsar el rey &iguel y proclamar una república popular $ue fue e%traordinariamenterápida aplicando el manual comunista. "n sólo unos meses, los primeros de 2?G, secolectivió el campo, se nacionalió la economía y se prohibió el disenso. odo un r#cord,incluso para un país tan amigo de los e%tremos como es y siempre ha sido Aumanía.

La versión local de la :C-+, la Securitate, nació en agosto. "l invento se loentregaron a le%andru :icolschi, un )udío de iraspol $ue había e)ercido de espíasovi#tico durante la guerra. :icolschi conocía bien la (ASS y los m#todos de la 5heHa > 

en la $ue había alcanado el rango de coronel>, pero no le terminaban de convencer susresultados. La 5heHa castigaba con durea e)emplariante, aún así era incapa de reeducar alos disidentes, de reconvertirlos en hombres nuevos $ue perpetuasen el socialismo. Lanueva Aumanía habría de levantarse sobre un país tradicional, muy religioso y de gentesdesconfiadas, es decir, sobre unos cimientos demasiado endebles para un edificio de tangrandes ambiciones.

5omo sucedería más tarde con la Stasi, los primeros operativos de la Securitate senutrieron de antiguos fascistas reconvertidos a toda prisa. (no de los $ue cambió de camisaen a$uellos días fue "ugen urcanu, $ue se despo)ó de los correa)es de la 7uardia de 4ierrode 5orneliu 5odreanu y 4oria Sima para abraar con entusiasmo el mar%ismo;leninismo ensu variante estalinista. urcanu era, además, un sádico de crueldad inaudita dispuesto acual$uier cosa para hacer m#ritos y labrarse un futuro dentro de la revolución. "l hombreideal en el momento adecuado.

 :icolschi $uería emprender un e%perimento muy personal de reeducación de presos$ue le gran)ease buena prensa interna y le hiciese escalar puestos en el politburó. rasobtener los permisos necesarios trasladó a urcanu a 'ite ti, un penal a 211 Hilómetros deș  Bucarest. llí el antiguo guardia de hierro se inventó una organiación fantasma, la F+55

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NFrganiación de 'risioneros con 5onvicciones 5omunistasO, compuesta por antiguosmilitantes fascistas $ue mostraban propensión a convertirse en buenos camaradas del'artido.

La única misión de los presos de la F+55 era torturar a sus compa!eros de presidio

hasta $ue, machacados física y moralmente, se uniesen a ellos. sí el grupo iría creciendosostenidamente. 5ual$uier condenado, por muy reincidente $ue hubiese sido, terminaría por ablandarse y, lo más importante, se pasaría al otro bando por voluntad propia. "se era,en resumidas cuentas, el e%perimento de :icolschi $ue llenaría los pueblos y ciudadesrumanas de comunistas puros despo)ados de todo resabio del orden anterior.

5onseguir $ue un )ovenuelo fascistón proclive a la violencia se transformase en un perfecto comunista era relativamente sencillo. "s más, para conseguirlo no hacía faltaintimidarle demasiado. "n lo teórico comunismo y fascismo son doctrinas hermanas, no escasualidad $ue el fascismo lo crease Benito &ussolini un e% militante socialista. "n la práctica se parecen como dos gotas de agua, por eso lo puentes entre ambos han estado

siempre tan transitados."l problema aparecía cuando el preso no era un legionario de 5odreanu, sino una

 persona normal. urcanu, $ue no era un bárbaro iletrado como luego se $uiso hacer ver,condensó el camino a seguir en un sucinto manual $ue tenía $ue aplicarse coma por comadentro de 'ite ti. "l proceso constaba de cuatro fases, y en ninguna intervenían losș  carceleros. La primera se llamaba

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La mayor parte de los $ue sobrevivían a tan peculiar programa de reeducación por latortura enlo$uecían o se suicidaban. (na minoría se convertía en asesinos natos al serviciode la causa. "l resto perecían víctima de los abusos y la violencia desatada de los verdugos$ue, a un tiempo, eran sus propios compa!eros de presidio.

'or$ue si 'ite ti desde fuera aparentaba ser una cárcel como cual$uier otra, lasș  torturas $ue se practicaban en su interior estaban le)os de ser convencionales. Los hombresde urcanu ensayaron los suplicios más inimaginables. La sa!a con la $ue se empleaban enlas palias no se había visto nunca. "l escritor y superviviente "ugen &agirescu, fue de los$ue pudo contarlo, y lo hio en estos sobrecogedores t#rminos en sus Memorias de Pite tiș /

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 :icolschi se fue de rositas y fue premiado con la secretaría general del ministerio delInterior. &oriría cuarenta a!os más tarde, en 2??0, ya en la Aumanía post 5eaucescu, )ustoun día antes de $ue tuviese $ue prestar declaración ante el fiscal general por una denuncia$ue los familiares de las víctimas le habían puesto a cuento de la infamia de 'ite ti. l finalș  tanto #l como sus crímenes $uedaron impunes. oda una metáfora del comunismo.

 

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 Las tierras -rgenes

"L verano de 2?P3 era el primero en más de un cuarto de siglo $ue los rusos pasaban sin la omnipresente mirada del camarada Stalin. "l país, baldado por la guerra y latiranía del peor de los dictadores posibles, sufría múltiples padecimientos. Los cadáveres delas sucesivas purgas, de las deportaciones y de los proyectos faraónicos aún estabancalientes. :ada funcionaba en la (ASS, la segunda nación más poderosa del mundo y lamás e%tensa del globo, en la $ue, sin embargo, la gente pasaba hambre y vivía hacinada enedificios antiguos y mal mantenidos.

"se mismo verano &oscú fue un ir y venir de intrigas. Los pocos deudos $ue habíade)ado sin purgar el -odh se acuchillaron por su túnica. +e la refriega salió victorioso :iHita 6rushchov, ar$uetipo de  self(made man a la sovi#tica a $uien Stalin había mimadohaciendo de #l su virrey personal en (crania. 6rushchov, un hombre menudo, simpático yenredador, apenas había asistido cuatro a!os a una escuela rural en su primera infancia.'ero tenía algo $ue a otros les faltaba/ cierto encanto personal y una gran habilidad para nosignificarse demasiado.

"sas cualidades le habían permitido sobrevivir una purga tras otra hasta postularsecomo el me)or >y acaso el único> recambio posible y deseable para superar la larganoche en la $ue el nefasto Coba había sumido al imperio bolchevi$ue, anta!o dichosa

 patria de los traba)adores en la $ue se miraban los menesterosos del mundo.6rushchov era un comunista de la vie)a escuela, pero no estaba loco ni era

especialmente malvado. 5reía en el proyecto sovi#tico y en $ue la genuina sociedadsocialista podría algún día alcanarse. 'ero en a$uel a!o de mudanas el socialismo real no podía presumir de mucho. Los obreros berlineses $ue levantaban la Stalinallee se habíanrebelado contra los amos sovi#ticos y el descontento cundía por toda la "uropa del este. "raun aullido sordo cuyos ecos llegaban hasta &oscú, una ciudad inmensa, a)ada ydesabastecida, metáfora misma de un país e%hausto al $ue le empeaban a faltar lasenergías revolucionarias.

Lo primero $ue $uiso solucionar el premier reci#n ascendido fue la cuestiónalimenticia. "ra intolerable $ue la (ASS, cabea de m