agua y espíritu 14 - diocesisgetafe.es

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Agua y Espíritu Órgano de difusión del Catecumenado de Getafe Nº 14 Octubre 2009 Empezamos este curso con 44 personas, en las diversas etapas del itinerario del catecumenado. Aunque el número puede parecer pequeño, su atención requiere un gran esfuerzo. De hecho, actualmente hay 41 catequistas dando catequesis. Y es que, cuando una persona pide el Bautismo, intentamos empezar con ella lo antes posible el “precatecumenado”, aún cuando el curso esté ya muy avanzado. Si se puede, la unimos a otras personas que hayan pedido el bautismo en fechas cercanas, pero a veces tenemos que personalizar la catequesis. El esfuerzo por atender a todos se incrementa también a causa de los horarios. Pretendemos que nadie, por complicado que sea su horario, se quede sin la posibilidad de tener una catequesis adecuada. Eso significa que ciertos catecúmenos, requieren el servicio para ellos solos de un catequista, quizás durante los dos años largos del proceso. Lo mismo ocurre con la distancia. A veces los catecúmenos están en lugares demasiado distantes o no pueden desplazarse. En esas circunstancias buscamos atender al catecúmeno donde sea necesario. Otra dificultad son los idiomas. Algunos de los inmigrantes que piden el bautismo no hablan nuestra lengua. Actualmente se están dando dos catequesis en inglés y una en francés. Y aún tenemos peticiones de bautismo en Móstoles y en Getafe que requerirían más catequistas capaces de dar la catequesis en inglés. Poder atender a todos los que están en alguno de los momentos del catecumenado y hacerlo conforme a lo que Dios espera, es el reto del nuevo curso. Esperamos vuestra oración y vuestra disponibilidad para acompañar con vuestra amistad a los que pidan el bautismo en vuestras parroquias y, quizá para ser sus catequistas. Os ofrecemos el calendario de las celebraciones más importantes del curso, a fin de que podáis uniros a nosotros siempre que lo deseéis: Rito de : Domingo 14 de febrero, a las 5,30 en el santuario diocesano de Santa María de la Cruz (Cubas de la Sagra) Rito de la : Domingo 21 de febrero, a las 12 del mediodía en la Catedral, durante la celebración de la Eucaristía. Sacramentos de la Iniciación Cristiana: : a las 11 de la noche, del 3 al 4 de abril en la , en la Catedral Rito de : Domingo 20 de Junio, a las 6,30 en el santuario diocesano de Santa María de la Cruz (Cubas de la Sagra) INGRESO EN EL CATECUMENADO ELECCIÓN E INSCRIPCIÓN DEL NOMBRE BAUTISMO, CONFIRMACIÓN Y EUCARISTÍA Vigilia Pascual INGRESO EN EL CATECUMENADO Actualidad del Catecumenado

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Page 1: Agua y Espíritu 14 - diocesisgetafe.es

Agua y

EspírituÓrgano de difusión del Catecumenado de GetafeNº 14 Octubre 2009

Empezamos este curso con 44 personas, en las diversas etapas del itinerario del catecumenado. Aunque el

número puede parecer pequeño, su atención requiere un gran esfuerzo. De hecho, actualmente hay 41 catequistas

dando catequesis. Y es que, cuando una persona pide el Bautismo, intentamos empezar con ella lo antes posible el

“precatecumenado”, aún cuando el curso esté ya muy avanzado. Si se puede, la unimos a otras personas que

hayan pedido el bautismo en fechas cercanas, pero a veces tenemos que personalizar la catequesis.

El esfuerzo por atender a todos se incrementa también a causa de los horarios. Pretendemos que nadie, por

complicado que sea su horario, se quede sin la posibilidad de tener una catequesis adecuada. Eso significa que

ciertos catecúmenos, requieren el servicio para ellos solos de un catequista, quizás durante los dos años largos del

proceso. Lo mismo ocurre con la distancia. A veces los catecúmenos están en lugares demasiado distantes o no

pueden desplazarse. En esas circunstancias buscamos atender al catecúmeno donde sea necesario.

Otra dificultad son los idiomas. Algunos de los inmigrantes que piden el bautismo no hablan nuestra lengua.

Actualmente se están dando dos catequesis en inglés y una en francés. Y aún tenemos peticiones de bautismo en

Móstoles y en Getafe que requerirían más catequistas capaces de dar la catequesis en inglés.

Poder atender a todos los que están en alguno de los momentos del catecumenado y hacerlo conforme a lo que

Dios espera, es el reto del nuevo curso. Esperamos vuestra oración y vuestra disponibilidad para acompañar con

vuestra amistad a los que pidan el bautismo en vuestras parroquias y, quizá para ser sus catequistas.

Os ofrecemos el calendario de las celebraciones más importantes del curso, a fin de que podáis uniros a

nosotros siempre que lo deseéis:

Rito de : Domingo 14 de febrero, a las 5,30

en el santuario diocesano de Santa María de la Cruz

(Cubas de la Sagra)

Rito de la

: Domingo 21 de febrero, a las 12 del mediodía

en la Catedral, durante la celebración de la Eucaristía.

Sacramentos de la Iniciación Cristiana:

: a las 11 de la noche, del 3 al 4 de abril

en la , en la Catedral

Rito de : Domingo 20 de Junio, a las 6,30

en el santuario diocesano de Santa María de la Cruz

(Cubas de la Sagra)

INGRESO EN EL CATECUMENADO

ELECCIÓNE INSCRIPCIÓN DEL NOMBRE

BAUTISMO, CONFIRMACIÓN Y EUCARISTÍAVigilia Pascual

INGRESO EN EL CATECUMENADO

Actualidad del Catecumenado

Page 2: Agua y Espíritu 14 - diocesisgetafe.es

Principios Generales y Criterios PastoralesITINERARIO DEL CATECUMENADO

Itinerario por etapas: tiempos y grados

“Hay un tiempo conveniente para cada cosa:

un tiempo para el sueño y otro para la vigilia, un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz.

Sin embargo, el tiempo del bautismo absorbe toda la vida del hombre”

(S. BASILIO EL GRANDE, )

Ya en otra separata mencionamos cómo el Catecumenado sigue la pedagogía

de un camino constituido por etapas porque se ajusta al carácter histórico y

progresivo de la Revelación de Dios y de la maduración de la fe del hombre.

Desde los tiempos apostólicos se tuvo en cuenta una secuenciación en la

preparación del que quería llegar a ser cristiano, siempre con un cuidado

seguimiento y preparación a fin de que se fuera verificando un gradual camino de

conversión, de formación y de crecimiento en la fe.

Porque anunciar la Buena Nueva al catecúmeno no es sólo un tarea de

información, el Evangelio lleva inserto el don del Espíritu Santo para quien se

encuentre abierto a su acto, por eso es “performativo”. Es necesario un trabajo

interior de la gracia para alumbrar una nueva conformación de su mente, de su

corazón y del ejercicio de su libertad. Un segundo nacimiento donde su forma de

entender la vida y las motivaciones de lo que en ella emprende se basen en su fe;

sienta que el sentido de su vida toda se lo da la fe, y llegue a exclamar como

S.Agustín:

“¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y ves que

tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era,

me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo mas yo

no lo estaba contigo. reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no serían. Llamaste y clamaste, y rompiste mi

sordera; brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y respiré, y suspiro por ti; gusté de ti, y siento

hambre y sed; me tocaste, y abraséme en tu paz”.( S. Agustín. )

El Ritual de Iniciación cristiana de Adultos describe ese itinerario con un desarrollo compuesto por cuatro tiempos de

formación y maduración de la fe: precatecumenado, catecumenado, purificación e iluminación y mistagogia; y tres grados o

pasos que se sellan con tres ritos litúrgicos: la admisión al catecumenado, la elección e inscripción del nombre, y la celebración de

los Sacramentos de Iniciación (Cf. RICA, Observaciones Previas 6-7), cuyo contenido explicaremos en posteriores números.

El tiempo total que se estima oportuno en la forma completa común del itinerario es de dos años, distribuidos de la siguiente

forma en sus diversas etapas, como nos relatan los

:

Anuncio Misionero: Tiempo de Pascua

Precatecumenado: Tiempo Ordinario (desde octubre)-Adviento-Navidad-Tiempo Ordinario

Catecumenado: Del Principio de una Cuaresma hasta el comienzo de la siguiente

Purificación e Iluminación: Cuaresma

Mistagogia: Tiempo de Pascua

Para casos extraordinarios que no puedan recorrer todos los grados de la iniciación existe una forma simplificada, así como

para aquellos que el Obispo juzgue que ya han alcanzado una sincera conversión y madurez religiosa. Al que se encuentre en

peligro de muerte, catecúmeno o no, se le puede bautizar con el rito previsto en el Ritual de Iniciación Cristiana.

Hay un tiempo conveniente para cada cosa; sin embargo, el tiempo del bautismo absorbe toda la vida del hombre nos decía

S. Basilio porque, remedando unas palabras de Benedicto XVI, con la fe en Jesucristo la puerta del tiempo ha sido abierta de par

en par, se nos ha dado una vida nueva. Nuestro tiempo marca siempre el momento de sumergirnos en el océano del amor infinito

de la Trinidad Santa como supo hacer María, nuestra Madre y Maestra. ¡Eso sí que es Vida!

Mª Fernanda Lacilla Ramas, M.Id.

Homilía 13 sobre el bautismo

Confesiones

Criterios Pastorales de la Implantación del Catecumenado en la Diócesis de

Getafe

Page 3: Agua y Espíritu 14 - diocesisgetafe.es

Cualquier persona que

a c o m p a ñ e a l o s

catecúmenos aprende de

ellos muchas cosas para su propia

vida. El que ha recibido el encargo

de transmitir y explicar la fe a

otros de una forma clara, ha de

cumplir este encargo, haciendo

partícipe al discípulo de su propia

vida, de lo que él mismo vive.

Cuando enseño mi propia ciudad

a un extranjero y le muestro sus

bellezas, soy yo quien más me aprovecho de ello, pues así conozco

mucho mejor los detalles de mi propio entorno. El visitante,

mediante sus preguntas, me obliga a mirar más de cerca las cosas y a

percibir mejor lo que él ha observado. Esto mismo ocurre cuando

introduzco a alguien en la fe. Las preguntas planteadas por quienes

vienen en búsqueda de la fe, ayudan a ver mejor las maravillas de esta

fe a quien la explica. He de reconocer que muchas veces esto me da la

oportunidad de descubrir cosas nuevas, que hasta entonces no había

percibido. El catecumenado nos da una oportunidad parecida: La

Iglesia descubre por medio de sus catecúmenos la belleza de su propia

fe y la inmensa riqueza de la gracia de Dios.

La iniciación individual o comunitaria en la fe es un don para

los catecúmenos y también lo es para sus catequistas. La transmisión

de la fe a otros nos evangeliza a nosotros mismos. Quien desea ser

introducido en la fe nos hace esta pregunta: ¿Creéis de verdad en lo

que anunciáis? (Pablo VI, Evangelii Nuntiandi 76). Quienes buscan a

Dios en el catecumenado exigen mensajeros que les hablen de un

Dios a quien ellos mismos conocen y tratan familiarmente, como si

estuvieran viendo al Invisible . El mundo exige y espera de nosotros

sencillez de vida, espíritu de oración, caridad para con todos,

especialmente para los pequeños y los pobres, obediencia y humildad,

desapego de sí mismo y renuncia. Sin esta marca de santidad, nuestra

palabra difícilmente

abrirá brecha en el

corazón de los hombres

de este tiempo. Corre el

riesgo de hacerse vana e

infecunda (Evangelii

Nuntiandi 76).

Por otra parte, quien da catequesis a otros debe crecer en el

amor a las personas a las que catequiza, al mismo tiempo que las

introduce en la fe. La medida interior de este crecimiento del

catequista nos la da San Pablo, cuando nos dice: “Os tratamos con

delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto

cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino

hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro

amor” (1 Ts 2, 7-8).

Los catecúmenos han de suscitar en sus catequistas un amor

mayor que el de un simple pedagogo. Se trata del amor de un padre;

más aún, el de una madre. Tal es el amor que el Señor espera de cada

predicador del Evangelio, de cada constructor de la Iglesia (Evangelii

Nuntiandi 79). Los catecúmenos han de provocar en sus catequistas

una vigilancia atenta de su situación religiosa y espiritual, así como la

preocupación por su ritmo de vida, por su conciencia y sus

convicciones, que hay que respetar siempre, sin atropellarles nunca

( c f . E v a n g e l i i

Nuntiandi 79).

Dando por supuesto que Dios es en sí mismo infinitamente

perfecto y bienaventurado y que ha creado al hombre por pura

bondad, a fin de que el hombre pueda participar en la vida

bienaventurada del propio Dios, cada presentación que se haga de

este Dios en el catecumenado ha de llevar a una experiencia real de su

cercanía respecto del hombre, pues Dios le llama y le ayuda a

buscarlo, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas (Catecismo de

la Iglesia Católica, 1). El fondo último de cada catequesis se dirige al

descubrimiento del amor de nuestro Señor. Se puede muy bien

exponer lo que es preciso creer, esperar o hacer; pero sobre todo ha de

aparecer siempre el Amor de Nuestro Señor a fin de que cada uno

comprenda que todo acto de virtud perfectamente cristiano no tiene

otro origen que el Amor, ni otro fin que el Amor (Catecismo de la

Iglesia católica 25). Quien entra en el catecumenado nos ofrece esta

oportunidad, haciendo así realidad que Dios muestre su amor por el

hombre y que los hombres se encuentren a sí mismos en el espíritu de

ese amor.

Se puede muy bien exponer lo que es preciso creer,

esperar o hacer; pero sobre todo ha de aparecer

siempre el Amor de Nuestro Señor.

Quien da catequesis debe crecer

en el amor a las personas a las

que catequiza al tiempo que las

introduce en la fe.

D FI LOGOS SOBRE LA EÁDamos por cerrado el diálogo que desde hace un tiempo nos ha ocupado número tras número a propósito de la

relación entre “adoración a Dios” y “evangelización”. Y abrimos otro diálogo nuevo. Tomaremos como punto de

partida una conferencia que tuvimos la oportunidad de escuchar en Viena, de boca de Mons. Alois Schwarz, obispo

de Gurk-Klagenfurt (Austria) el 4 de mayo de 2009.

Quienes buscan a Dios en el

c a t e c u m e n a d o e x i g e n

mensajeros que les hablen de

un Dios a quien ellos mismos

conocen y tratan familiarmente,

como si estuvieran viendo al

Invisible.

El que ha recibido el

e n c a r g o d e

t r a n s m i t i r y

explicar la fe a otros de

una forma clara, ha de

cumplir este encargo,

haciendo partícipe al

discípulo de su propia

vida, de lo que él mismo

vive.

Page 4: Agua y Espíritu 14 - diocesisgetafe.es

En el catecumenado, cuando nos

aproximamos a Dios, somos transformados

por una luz creciente que nos hace ver al

mismo Dios. Así experimentamos que la fe es

algo que concierne a los ojos interiores de

nuestro corazón. Quien comienza el

catecumenado debe orar con las palabras del

salmo: Una cosa pido al Señor; eso buscaré:

habitar en la casa del Señor todos los días de mi

vida; gozar de la dulzura del Señor

contemplando su templo (Ps 27, 4).

Nosotros sentimos que Dios nos mira

casi de forma similar a la experiencia que tuvo Simeón en su

encuentro con el Niño en el Templo. Entonces dijo: mis ojos han visto

a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos, luz para

alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel (Lc 2, 31).

La catequesis ha de disponer a los hombres para que vean el

rostro de Dios, familiarizándoles con el pensamiento de lo que

supone el comienzo de la visión de Dios, iniciada ya con los ojos

interiores del corazón.

La verdadera transmisión de la fe se logra cuando el hombre

llega a ver en el centro de esa fe un rostro, el de Dios. Este encuentro

“cara a cara”, esperado todavía en la fe, significa también que todos

los que ahora permanecen unidos en esa misma fe, se caracterizan por

el hecho de que ellos mismos también poseen “un rostro”, creado

precisamente “a semejanza suya” (cf. Gn 1, 27). Esta dignidad

personal es eterna, pues no desaparece ni con la muerte, “porque, al

contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre

semejantes a ti” (Plegaria Eucarística III).

El catecumenado, al introducir a los

catecúmenos en la fe de una forma

personalizada, ayuda a que quienes han recibido

el carisma de acompañarles no acaben

convirtiéndose en simples funcionarios, sino que

permanezcan en un continuo coloquio que les

haga percibirse siempre como seres vivos y

agraciados. Cuando encontramos a alguien que

desea ser introducido en la fe, a veces

sucumbimos en la tentación de darle un libro o

invitarlo a una conferencia, en lugar de tratarlo

como nos enseña el buen Pastor, que tomó sobre

sus hombros a la oveja perdida. En el mundo de hoy, tan dominado

por la despersonalización y el anonimato, el diálogo atento y cariñoso

resulta de un valor insustituible. El catecumenado nos ofrece la

oportunidad de ello, pues requiere encuentros personales, para que la

fe se comunique de persona a persona, de forma coloquial y vital.

Ved qué dulzura, qué delicia, convivir los hermanos unidos,

dice el salmo (132,1). Y Jesús dirá: Venid y veréis. Y los discípulos

fueron y vieron dónde vivía (Jn 1, 39). Los catecúmenos quieren saber

dónde vivimos y sobre todo saber si nuestra morada está en Dios.

Traductor:

Santiago Cañardo,

Delegado del Catecumenado de la diócesis de Pamplona

Mons. Alois Schwarz,

obispo de Gurk-Klagenfurt

(Austria)

Si deseas dialogar con nosotros o darnos tu opinión sobre cualquiera de los temas que

aquí tratamos, escríbenos a esta dirección:

También podéis escribirnos a la dirección de correo ya dada si queréis recibir

puntualmente una edición digital de “Agua y Espíritu” en vuestro correo electrónico.

[email protected]

La verdadera

transmisión de

la fe se logra

c u a n d o e l

hombre llega a

ver en el centro

de esa fe un

rostro, el de

Dios.

Los catecúmenos

quieren saber

dónde vivimos y

sobre todo si nuestra

morada está en Dios