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[AGNOSIAS] Beguelman Nicolás, Benitez Javier, Kechichian Adrián, Landeira Noelia Licenciatura en Psicología Año: 1° Turno Noche Asignatura: Neuropsicología Profesor: Ricardo Cortese Sede: Almagro 2010 Universidad Abierta Americana

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[ ]Beguelman Nicolás, Benitez Javier, Kechichian Adrián, Landeira Noelia

Licenciatura en Psicología

Año: 1° Turno Noche

Asignatura: Neuropsicología

Profesor: Ricardo Cortese

Sede: Almagro

2010

Universidad Abierta Americana

Presentación

La palabra agnosia en griego significa <<desconocimiento>> y hace referencia a una clase de trastornos neuropsicológicos en los que los pacientes no pueden reconocer objetos familiares a pesar de tener la percepción, memoria, lenguaje y capacidad intelectual general aparentemente adecuadas. La simple idea de que una paciente pueda ¨no reconocer¨ un objeto o una cara con la mirada, por ejemplo, aunque conserve otras aptitudes necesarias, parece paradójica para algunos y en su día fue duramente contestada en la literatura neurológica. Hasta la década de 1950 se había sugerido que la agnosia visual pura no existía, sino que simplemente era un efecto de la combinación de problemas perceptuales leves y una alteración intelectual general. Sin embargo, la paradoja se ha desvanecido a medida que hemos ido teniendo más conocimientos sobre la percepción. Ahora sabemos que la percepción implica muchos niveles de representación interna, que abarca desde imágenes sensoriales de nivel inferior hasta representaciones más abstractas de formas de objetos, sonidos, sensaciones, etc. Al contemplar la percepción de esta forma, puede verse que varias interrupciones del procesamiento en esta cascada de representaciones podrían interferir en el reconocimiento, conservando al mismo tiempo al menos algunas capacidades perceptuales, además del lenguaje, memoria e intelecto. Desde esta perspectiva, también se deduce que debería haber diversas alteraciones agnósicas, en función de la modalidad perceptual afectada y el nivel de procesamiento al que afecta.

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Abordaje histórico

Conceptos

1880, Jackson: "impercepción".

1881, Munk: “ceguera mental”

1882, Charcot: "ceguera espiritual".

1891, Freud: "agnosia".

1889, Lissauer define: "agnosias aperceptiva y asociativa".

1891, Balint: "agnosia simultánea (extinsión visual)".

1929, Wolpert: "agnosia simultánea (simultagnosia, agnosia de síntesis)".

1937, Poltz & Hoff: "prosopagnosia".

Referencias de los trabajos de algunos investigadores acerca de la agnosia y problemas de percepción.

1881 – Hermann Munk realiza una descripción temprana del fenómeno, estudia perros con secciones bilaterales del lóbulo occipital, saltaban correctamente obstáculos ubicados en su camino pero no reaccionaban ante objetos que previamente habían temido o llamado su atención. Más tarde observaciones similares fueron registradas en macacos. Munk considero que la conducta de los perros y los macacos resultaba de la perdida de imágenes de la memoria y denomino a este trastorno ceguera mental.

1890 – Heinrich Lissauer fue el primero en proveer una descripción detallada del trastorno de reconocimiento en el hombre. Sus puntos de vista han tenido impacto histórico en la teoría y la práctica.

1870- Finkelnburng habla sobre asimbolia: No poder simbolizar.

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1891 – Sigmund Freud incorpora el termino Agnosia, rebautizando así el trastorno antes llamado ceguera mental,

1968 - Teuber realiza estudios de agnosias asociativas. Teuber decía acerca de la agnosia asociativa: “Persepcion normal despojada de significado”

1971- Rubens & Benson en sus estudios de agnosia asociativa presentaron un caso documentado muy completo. El primer síntoma visible que la paciente presento fue que: Durante las tres primeras semanas en el hospital, el paciente no pudo identificar objetos comunes que se le presentaron visualmente y no sabía que había en su plato hasta que lo probaba.

1971- Warrington & Rabin fueron los primeros en señalar que la limitación del proceso en la simultanagnosia ventral estaba determinada no sólo por las características físicas del estímulo visual, sino también por su familiaridad (secuencias semejantes al inglés; se identifican más letras en palabras que en cadenas de letras que no son palabras). Desde entonces, los psicólogos cognitivos han encontrado muchos ejemplos acerca de que la percepción del estímulo se facilita por la familiaridad o lo significativo del contexto del estímulo.

1973- Warrington y Taylor. Una de las capacidades perceptivas más importantes que poseemos es la de identificar un objeto independientemente de las diferentes orientaciones, distancias y condiciones de luminosidad en que se presente. Esto se conoce como constancia del objeto, según los estudios de estos autores.

1982- Ratcliff & Newcombe: Descubren incapacidad del paciente para diferenciar figuras "posibles" de las "imposibles"

1982- David Marr. Habla sobre las nociones de "representación" y la idea de "proceso". La importancia de reconocer que la idea de la representación y la idea de proceso son duales. Esto es, que una representación presupone de un proceso que opera sobre ella y un proceso presupone una representación. Interpretó la dificultad de los pacientes con daño déxtero-posterior como un deterioro en la capacidad para asignar un marco de referencia centrado en el objeto al estímulo, si las principales indicaciones acerca de la orientación adecuada del sistema de coordenadas centrado en el objeto, o sea, los ejes de elongación, estuvieran distorsionados por el escorzo que generalmente proviene de las perspectivas no convencionales.

1985 -Davidoff & Wilson: describen un agnóstico asociativo que cometía errores tanto visuales como semánticos

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1985-Humphreys & Riddoch: exponen que hay dos caminos para la categorización perceptiva: uno el de Marr y el otro que incluye tomar en cuenta las características y los rasgos relativamente invariantes del punto de vista del objeto.

1989- Levine & Calvanio procesamiento paralelo en el procesamiento serial.

1978, 1982, 1985- Warrington. El influyente esquema de Warrington: Reconoce dos etapas principales en el reconocimiento de objetos, cada una producida por un hemisferio. La existencia y naturaleza de la primera etapa, "categorización perceptiva", se basó en las observaciones de Warrington de pacientes con el parietal derecho dañado, quienes estaban deteriorados para reconocer y comparar objetos fotografiados desde perspectivas no convencionales o bajo iluminación inhabitual y que era, en términos de Warrington, agnósticos perceptivos. Esta etapa se supone que incluye la obtención de una representación de forma desde un punto de vista invariante, a partir de la representación bidimensional de un objeto producido por el proceso visual primitivo en el lóbulo occipital.

Una segunda etapa, localizada en el hemisferio posterior izquierdo, se propuso sobre la base de las observaciones de Warrington de pacientes con "déficits de categorización semántica", a los cuales ella se refiere como "agnósticos asociativos". Según Warrington, en la etapa de "categorización semántica", la representación construida por el lóbulo parietal derecho en el transcurso de la "categorización perceptiva" está asociada con el conocimiento semántico acerca del objeto.

***

Con el correr de los años se ha planteado el debate sobre la existencia de este trastorno, y la interpretación de los síndromes agnósticos ha variado. Han pasado explicaciones desde el punto de vista de la Teoría Gestalt, de la Teoría de la desconexión y en la actualidad, la neuropsicología cognitiva ha provisto un sin fin de estudios que abren el campo de estudio a un tema tan basto y necesario de explorar en la actualidad.

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Clasificación: Según el tipo de estímulo no reconocido

Agnosias Visuales Aperceptivas Simultagnosia Ventral

Cinetoagnosia Dorsal

Déficit de categorización perceptual

Acromatopsia

Asociativas Prosopoagnosia

Alexia

Agnosia Digital

Agnosia Cromática

Agnosia Espacial Agnosia Topográfica

Agnosia Auditiva Agnosia Auditiva Verbal

Agnosia Auditiva No Verbal

Amusia Receptiva

Agnosia Táctil Asteroagnosia

Asomatognosia Hemisomatognosia

Misoplejía

Somatoparafrenia

Autotopagnosia

Analgoagnosia

Agnosia Gustativa

Agnosia Olfativa

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Agnosias Visuales

Aperceptivas:

Simultagnosia: Incapacidad para "capturar" más de un elemento visual a la vez o incapacidad

para integrar las partes en un todo. A su vez podemos distinguir dos tipos:

Ventral: los pacientes pueden reconocer los objetos enteros, pero con su limitación en

cuántos objetos pueden reconocer en un periodo determinado. Las lesiones se localizan

típicamente en la corteza temporooccipital inferior izquierda.

Dorsal: los pacientes tienen una limitación de la atención que les impide ver más de un

objeto, llevando a identificarlo erróneamente y limitando la aparición de la percepción a

características de la imagen relativamente locales. Las lesiones se sitúan típicamente en la corteza

parietal posterior bilateral.

Cinetoagnosia: También llamada agnosia de movimiento, es la Inhabilidad de reconocer el

movimiento de un objeto. La Cinetoagnosia puede ocurrir por lesiones bilaterales del área medial

de la corteza temporal.

Déficit de categorización perceptual: Son los malos resultados obtenidos al reconocer o

emparejar objetos vistos desde proyecciones o condiciones de iluminación no habituales, de

forma que producen sombras confusas. Se produce por lesiones posteriores unilaterales del

hemisferio derecho.

Acromatopsia: La acromatopsia (también llamada monocromatismo) es una enfermedad que

consiste en una anomalía de la visión a consecuencia de la cual sólo son percibidos

los colores blanco y negro. Es debido a un trastorno del sistema nervioso central, las lesiones que

la causan pueden estar en el nervio óptico, el quiasma, o en uno o varios hemisferios cerebrales.

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Asociativas:

Prosopagnosia: Es la interrupción selectiva de la percepción de rostros, tanto del propio como

del de los demás, los que pueden ser vistos pero no reconocidos como los que son propios de

determinada persona. Las lesiones que producen el deterioro son típicamente bilaterales e

involucran la corteza y la sustancia blanca en el giro occipitotemporal.

Alexia: Es la pérdida de la capacidad de leer, cuando ya fue adquirida previamente. Generalmente

va acompañada por la pérdida de la destreza en la escritura (agrafía), aunque la persona puede

hablar y entender la lengua hablada.

Agnosia digital: Incapacidad de designar en orden los diferentes dedos de su propia mano o de la

del examinador; por consecuencia de una lesión parietal izquierda.

Agnosia Cromática: Es un trastorno en el reconocimiento inmediato de los colores,

considerando que la percepción cromática visual es correcta. Puede determinarse a partir de

identificación de colores, clasificación de piezas de color levemente diferentes, o asociaciones

color-objeto.

Agnosia espacial

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Agnosia topográfica: Incapacidad para reconocer los alrededores con una capacidad mental

general intacta. Se observa en lesiones bilaterales posteriores y en lesiones derechas temporo-

mediales.

Agnosia auditiva

Agnosia auditiva verbal: La incapacidad para identificar los sonidos verbales como consecuencia

de una lesión cerebral. Asociado con lesiones bilaterales cortico-subcorticales simétrica que

involucran la parte anterior del giro temporal superior con difusión al giro de Heschl. Algunos

pacientes tienen lesiones unilaterales localizadas subcorticalmente en el lóbulo temporal

dominante.

Agnosia auditiva no verbal: La incapacidad para identificar los sonidos no verbales como

consecuencia de una lesión cerebral. Se produce por lesiones en el lóbulo temporal.

Amusia receptiva: el deterioro o pérdida de la capacidad musical derivada de una enfermedad

adquirida cerebral.

Agnosia táctil

Asteroagnosia: Imposibilidad de reconocer un objeto mediante la palpación o el tacto. Se

produce por lesiones parieto-temporales.

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Asomatoagnosia:

Hemisomatoagnosia: Pérdida de la consciencia de una mitad del cuerpo (generalmente el lado

izquierdo).

Misoplejia: una actitud crítica hacia la extremidad paralizada, y refiere que en casos extremos los

pacientes pueden llegar a golpearla. La misoplegia puede desarrollarse a partir de la desatención,

denegación o falta de consideración o personificación del miembro (34).

Somatoparafrenia: consiste en la elaboración delirante del hemicuerpo considerándolo ajeno.

Autotopagnosia: Incapacidad de reconocer o localizar las diversas partes del cuerpo a causa de

una lesión organica cerebral. Denominada tambien agnosia de la imagen corporal.

Analgoagnosia: Incapacidad del paciente para identificar el dolor.

Este grupo de patologías son causadas por lesiones en las áreas secundarias

somatosensoriales: área 5 y 7 del mapa de Brodman.

Agnosia gustativa: Incapacidad para identificar gustos.

Agnosia Olfativa: Incapacidad para identificar estímulos olfativos.

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Etiopatogenia de las agnosias

La mayoría de los casos se han asociado con procesos patológicos como intoxicación por

monóxido de carbono, por mercurio, detenciones cardiacas, accidentes cerebro vasculares

bilaterales, oclusión de la arteria vacilar o atrofia cortical bilateral, tumores y traumatismos

craneales, afecciones genéticas, etc.

Desarrollo de las patologías

AGNOSIAS VISUALES

Modelos de reconocimiento visual

Modelo de estadios: distinción aperceptiva – asociativa

El conocimiento de la agnosia visual empezó en 1890, cuando Lissauer sugirió por primera

vez que los trastornos del reconocimiento visual podían dividirse en dos tipos: Agnosia aperceptiva

y Agnosia asociativa. Según Lissauer, los pacientes con agnosia aperceptiva tienen un trastorno de

los procesos perceptuales visuales complejos. No están ciegos porque no pueden describir su

experiencia visual, sin embargo, no tienen una percepción visual de nivel superior suficiente para

poder identificar objetos.

A diferencia de la agnosia aperceptiva, Lissauer sugirió que la percepción podía ser normal

en la agnosia asociativa, y el problema podría radicar más abajo en el proceso de asociación de

una representación perceptual con conocimiento más general. Los pacientes con agnosia visual

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asociativa ven una percepción normal despojada de significado. La dicotomía aperceptiva –

asociativa es útil en cuanto a que diferencia entre dos amplias clases, pero bastante distintas, de

pacientes: los que tienen alteraciones perceptuales notables y los que no. Sin embargo, ya no se

sostiene la suposición teórica subyacente de que la percepción esta alterada solo en los agnosicos

del grupo aperceptivo; se cree que muchos de los casos de la denominada agnosia asociativa son

consecuencia de la perdida de procesos visuales de nivel superior.

Dentro de las amplias clases de agnosias asociativas y aperceptivas pueden hacerse

distinciones más finas. Por ejemplo, la disrupción de diferentes tipos de procesos perceptuales

puede dar lugar a diferentes agnosias con una alteración perceptual importante. Entre las agnosias

asociativas, el reconocimiento de diferentes tipos de estímulos visuales puede estar

desproporcionadamente alterado.

Agnosia visual aperceptiva

La agnosia visual aperceptiva se encuentra entre la ceguera cortical y la agnosia visual

asociativa, desde el punto de vista clínico y teórico. Estos pacientes no tienen ceguera cortical;

presentan una experiencia visual consciente aunque sus procesos perceptuales visuales son

extremadamente anómalos y son claramente la causa de la alteración del reconocimiento de los

objetos. Podría argumentarse que dada la definición ofrecida –agnosia como trastorno de

reconocimiento de los objetos no debida a una alteración perceptual más básica- estos pacientes

no deberían considerarse agnosicos en ningún momento. La diferencia entre agnosia visual

aperceptiva y los pacientes que quedan fuera de los criterios de exclusión es que las capacidades

primarias visuales, tales como agudeza, discriminación del brillo, visión del color, percepción del

movimiento y otras capacidades visuales elementales, están relativamente conservadas en los

pacientes con agnosia visual aperceptiva. En contraposición a estas capacidades, su percepción de

la forma y, de ahí, el reconocimiento de los objetos parece estar desproporcionadamente

alterados.

La espectacular alteración de la percepción de las formas viene indicada por el

comportamiento de un paciente con agnosia aperceptiva típica (cuya agnosia era secundaria a un

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envenenamiento por monóxido de carbono) en una tarea de emparejamiento de formas, como

muestra la Figura A. En la Figura B se muestran los intentos del paciente de copiar figuras

geométricas simples.

El reconocimiento de objetos reales puede ser algo mejor que el reconocimiento de

formas geométricas, aunque el rendimiento aún sigue siendo escaso y depende de señales que no

son de la forma, como tamaño, color, textura y especularidad. En varios casos de agnosia

aperceptiva el movimiento facilita la percepción de las formas. Ello es cierto cuando el movimiento

es de todo el objeto o si ¨se dibuja¨ en el aire con un dedo una forma simple, como una letra o una

forma geométrica. En la mayoría de casos de agnosia aperceptiva el daño cerebral es difuso y

posterior, y una causa común es el envenenamiento por monóxido de carbono.

Una forma de interpretar la agnosia aperceptiva es en términos de un trastorno de

procesos agrupados que normalmente funcionan sobre una serie de manifestaciones locales que

representan el contorno, el color, profundidad, etc., en cada punto del campo visual. Fuera de los

defectos del campo, los pacientes con agnosia aperceptiva tienen, sorprendentemente, una buena

percepción de las propiedades visuales locales. Fallan cuando deben extraer una estructura más

global de la imagen. El movimiento es útil porque proporciona otra señal para la estructura global

en forma de movimientos globales correlacionados. La percepción de estructura a partir del

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movimiento puede también tener diferentes sustratos neurales de la percepción de la estructura a

partir de un contorno estático, y ello puede contribuir a su conservación en la agnosia aperceptiva.

Síndromes Relacionados

Algunos autores han agrupado otros tipos de pacientes con alteración visual con los aquí

citados como casos de agnosia aperceptiva. Describimos estos trastornos a continuación.

La simultagnosia es un término utilizado para describir una percepción alterada de

escenas visuales de múltiples elementos o partes. Cuando se les enseña una imagen compleja con

múltiples objetos o personas, los simultagnosticos, normalmente los describen de forma irregular,

a veces omitiendo gran parte del material y, por tanto, sin lograr interpretar la naturaleza global

de la escena representada.

En la simultanagnosia dorsal, los pacientes tienen una limitación de la atención que les

impide ver más de un objeto, llevando a identificarlo erróneamente y limitando la aparición de la

percepción a características de la imagen relativamente locales. Sin embargo la similitud con la

agnosia aperceptiva es limitada. Una vez que prestan atención a un objeto, los simultagnósicos

dorsales lo reconocen rápidamente y con precisión, e incluso sus errores –locales- incluyen mucha

más información global de la forma que la que perciben los agnosicos aperceptivos. Las lesiones

se sitúan típicamente en la corteza parietal posterior bilateral.

En la simultanagnosia ventral, los pacientes pueden reconocer los objetos enteros, pero

con su limitación en cuántos objetos pueden reconocer en un periodo determinado. Sus

descripciones de escenas complejas son lentas e irregulares aunque, a diferencia de los agnósicos

aperceptivos, su percepción de formas simples no está obviamente alterada. Esta alteración se

evidencia más al leer, porque las letras individuales de las palabras se reconocen de forma

anormalmente lenta y generalmente seriada. A diferencia de los simultanagnósicos dorsales, la

detección de estímulos múltiples parece normal; el obstáculo está en el propio reconocimiento. A

diferencia de los agnósicos aperceptivos, perciben las formas individuales bastante bien. De

hecho, el trastorno perceptual de estos pacientes es leve en comparación con los

simultanagnósicos dorsales y los agnósicos aperceptivos, y por esta razón puede ser más acertado

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considerar que tienen una forma de agnosia asociativa. Las lesiones se localizan típicamente en la

corteza temporooccipital inferior izquierda.

Una categoría final de deterioro del que debería esclarecerse su relación con la agnosia

aperceptiva es el déficit de categorización perceptual. Es equivalente a la alteración que Warring-

ton denominó agnosia aperceptiva, aunque es bastante distinta de lo que nosotros y otros

autores entendemos por el término.

El rasgo distintivo del déficit de categorización perceptual son los malos resultados

obtenidos al reconocer o emparejar objetos vistos desde proyecciones o condiciones de

iluminación no habituales, de forma que producen sombras contusas, como las imágenes

mostradas en la Figura 11.2.

Esta alteración se ha interpretado como una descomposición de los mecanismos de

constancia de la forma de los objetos, es decir, los mecanismos visuales que nos permiten

apreciar la equivalencia de la forma tridimensional de un objeto en diferentes proyecciones y bajo

diferentes condiciones de iluminación. Dos consideraciones indican que debemos ser cautos

antes de aceptar esta interpretación. Primero, el deterioro se ha observado sólo en proyecciones

inhabituales, en las que los ejes mayores se escorzan o se ocluyen rasgos salientes, mientras que

una pérdida real de la constancia de la forma altera el emparejamiento de imágenes que difieren

entre sí, sean o no inhabituales. Segundo, el deterioro con frecuencia se observa en pacientes que

no tienen problemas en el reconocimiento corriente de los objetos. Por tanto, el déficit de

categorización perceptual puede representar una pérdida de cierto tipo de capacidad para

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resolver problemas visuales, más que una pérdida de un componente esencial del reconocimiento

de los objetos.

Agnosia visual asociativa

La agnosia visual asociativa hace referencia a una alteración del reconocimiento visual de

los objetos no debida a un déficit perceptual más básico, como se observa en la agnosia visual

aperceptiva, ni a un trastorno del lenguaje, comunicación, deterioro intelectual u otros déficit de

orden superior (Feinberg et al, 1994). A diferencia del paciente con agnosia aperceptiva, los

pacientes con agnosia visual asociativa pueden hacer buenas copias de objetos que no pueden

identificar. La Figura 11.3 muestra ejemplos de estas copias.

La conservación del copiado parece demostrar que la percepción no está alterada en la

agnosia asociativa, pero esta conclusión probablemente no es correcta. Por su simple naturaleza,

el copiado requiere un proceso gradual porque las líneas pueden dibujarse sólo de una en una,

mientras que el reconocimiento normal de los objetos requiere ver todo el objeto

simultáneamente. Cuando se explora de forma directa, se observa la alteración de la capacidad de

los agnósicos visuales asociativos de percibir todo el objeto. Los errores de los agnósicos con

frecuencia reflejan su dependencia de las características locales (llamar «peine» a un tenedor por

los dientes) o una visión global empobrecida del objeto (llamar «cilindro» a un salero). Por tanto,

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se supone que el foco funcional del daño en la agnosia visual asociativa está en representaciones

perceptuales visuales de nivel superior de la forma del objeto.

Disociaciones en la agnosia visual asociativa

En la agnosia visual asociativa varía el grado de la alteración del reconocimiento:

algunos pacientes tienen principalmente problemas con las caras, otros con la letra impresa, y

en otros estas categorías de estímulos están conservadas. Las disociaciones entre las categorías

de estímulos visuales tienen interés, teóricamente, por lo que nos dicen sobre la organización

de los procesos normales de reconocimiento visual.

Modelos de desconexión

En el trabajo clásico de Geschwind (1955) sobre la ¨Teoría de desconexión¨, define

a la agnosia como el resultado de una desconexión entre los procesos verbales y visuales. Este

autor cita evidencia anatómica del síndrome de agnosia visual para objetos como ocasionalmente

visto en el contexto de lesiones en el lóbulo occipital medial izquierdo. Él pensó que esta lesión no

solo induce a una hemianopsia homónima derecha, sino también impide el paso de la información

percibida por le hemisferio derecho intacto desde las áreas activadas de denominación por la

afectación de fibras cruzadas. Para ejemplificar, Geschwind describe varios casos de pacientes que

fallaron al identificar objetos pero que más tarde los usaron e interactuaron con ellos

correctamente. Por eso, hizo explicito lo que era conocido implícitamente por los clínicos: El

reconocimiento no es un fenómeno unitario sino que hay múltiples procesos paralelos de

respuestas apropiadas para un estímulo.

A pesar de que esta idea es crucial para comprender la agnosia, hoy es

ampliamente reconocido que la teoría de la desconexión no puede por sí misma dar cuenta del

hecho de que la mayoría de los agnosicos muestran un procesamiento anormal verbal y no verbal

de los objetos vistos. A pesar de ello, el mayor impacto histórica de esta idea fue puntualizar que

el reconocimiento representa el camino final común de varios componentes separados. Así, una

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respuesta a la pregunta básica: ¿el paciente reconoce?, depende de qué respuesta le sea

requerida en una situación de tarea dada.

Modelos de neuropsicología cognitiva

Otra clase de modelo, intenta delinear, en términos cognitivos, los componentes

funcionales involucrados en el reconocimiento de objetos. Un modelo representativo es el de Ellis

y Young (1988). En este modelo, la representación inicial, la centrada en el observador y centrada

en el objeto con las descripciones estructurales almacenadas de los objetos conocidos (“Unidad de

representación de objetos”). Estas unidades actúan como una interfase entre la representación

visual (que describe la apariencia de un objeto) y la información semántica (que describe las

propiedades funcionales y los atributos de un objeto). De acuerdo con este modelo, cuando la

información de las representaciones centradas en el observador y en el objeto se aparea

adecuadamente con la información estructural en alguna unidad de reconocimiento de objetos,

esta unidad se activa. Dado que la unidad de reconocimiento recibe información de entrada

independiente desde las distintas representaciones centradas, puede activarse por cada una de

manera independiente. La recuperación del nombre de objeto ocurre en el estadío final de

modelo. Su posición asume que el sistema semántico no contiene un registro del nombre del

objeto, sino que el nombre puede recuperarse de un léxico separado. No hay unión directa entre

las unidades de reconocimiento de salida del habla; toda recuperación de los nombres se realiza a

través la representación cuando deben interpretar el significado de una lámina. Luria interpreto, a

partir del estudio de pacientes, que la simultagnosia representa un deterioro perceptivo – motor

complejo, del análisis serial, activo y rasgo por rasgo, necesario para procesar elementos de una

escena visual.

Luria considera la simultagnosia equivalente a un déficit perceptual conocido

como parte del síndrome de Balint (Balint, 1909), que consiste en:

1. Parálisis psíquica de la fijación con incapacidad de mirar voluntariamente

alrededor del campo periférico.

2. Ataxia óptica, manifestada por inhabilidad para responder manualmente a

estímulos visuales, con desubicación en el espacio para señalar los blancos visuales.

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3. Deterioro de la atención visual que afecta a la periferia del campo visual.

Este síndrome es asociado con grandes lesiones biparentales.

Un buen ejemplo de este déficit es presentado por Tyler (1968), cuyo paciente desarrollo

súbitamente dificultades visuales después de la oclusión de la arteria basal.¨

-La agudeza visual era de 20/30 con anteojos. Los campos visuales fueron, en principio,

considerados normales, pero un testeo cuidadoso mostro que mientras su campo izquierdo era normal para

los movimientos de objetos grandes, estos objetos se desvanecían en 1 o 2 segundos… […] La paciente

reportaba ver rasgos y fragmentos. Por ejemplo, cuando le mostraban la figura de una bandera ella dijo ¨veo

un montón de líneas, ahora veo algunas estrellas¨. Cuando se le mostro un billete de un dólar ella dijo ¨una

taza con un dibujo de Washington sobre ella¨.-

Prosopagnosia

TRASTORNOS DEL PROCESAMIENTO Y RECONOCIMIENTO DE LAS CARAS

El principal trastorno en el reconocimiento de caras es la prosopagnosia. El término

prosopagnosia procede de las raíces griegas prosop, que significa ‘rostro’, y gnosis, que significa

‘conocimiento’. El paciente no puede reconocer a sus familiares, amigos y conocidos por el rostro.

En los casos graves no se reconoce a sí mismo en un espejo, ni en una fotografía. Sin embargo, no

hay dificultad en reconocer un rostro como tal: el paciente sabe que un rostro es un rostro, lo que

no puede es extraer su identidad. Puede describir las características del rostro que ve y puede

reconocer de inmediato a las personas por la voz. Es posible que haga reconocimientos deductivos

por ciertos rasgos característicos como el peinado, las prendas de vestir, lentes y otras claves

externas al rostro. El reconocimiento de expresiones emocionales puede estar conservado. El

prosopagnósico puede tener una excelente capacidad de discriminar características faciales en

rostros desconocidos. Esto sugiere que reconocer rostros de familiares y discriminar características

faciales de rostros desconocidos son dos actividades cognoscitivas diferentes. La prosopagnosia

puede asociarse con agnosia al color o acromatopsia, alteraciones de la imaginación visual, hipo

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emocionalidad visual, zooagnosia y dificultad para identificar individualidades dentro de una

categoría visual determinada. En más del 90% de los casos hay defectos del campo visual, que en

la mitad de ellos es bilateral; cuando es unilateral generalmente compromete el lado izquierdo y el

cuadrante superior . La agnosia a los rostros puede ser de dos tipos, según se altere el proceso de

construcción del percepto o las huellas de memoria de las caras por alteración de la unidad de

reconocimiento facial. En el primer caso se trataría de una agnosia específica para las caras

(prosopagnosia aperceptiva) y en el segundo, de una amnesia visual específica para las caras

(prosopamnesia o prosopagnosia asociativa).

Prosopagnosia aperceptiva

En este caso el paciente puede ver una cara como tal pero falla en el análisis estructural de

la misma y el conjunto no le permite extraer una identidad ni le produce sentimiento de

familiaridad.

Puede imaginar o soñar con caras de familiares y conocidos pero al verlas no evocan su

huella de memoria. Estos pacientes tienen además dificultad en el análisis visual de rostros

desconocidos.

Prosopamnesia o prosopagnosia asociativa

En este caso existe una alteración del reconocimiento a pesar de un buen análisis

estructural de la cara. El paciente puede identificar el sexo, la raza, la edad, puede parear

fotografías de personas desconocidas, expresiones faciales similares, o poses fotográficas

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diferentes de la misma persona. El paciente demuestra que construye un buen percepto facial

pero, a pesar de ello, no logra el reconocimiento. No se trata exactamente de una amnesia porque

los nodos de identidad personal están intactos y conserva las memorias semánticas sobre las

personas, pero sólo pueden ser activadas a través de otras vías no visuales como la voz o el

nombre. Es decir, dispone del percepto y la memoria semántica, lo que tiene alterado es la unidad

de reconocimiento facial. La diferencia entre este trastorno selectivo de la memoria de las caras y

la amnesia es que en esta última se puede perder la memoria semántica sobre las personas

mientras que en la prosopamnesia se conserva. Se ha comunicado un caso de un paciente con

prosopagnosia recuperada que quedó con una amnesia anterógrada para nuevos rostros. Esta

prosopagnosia anterógrada sugiere una desconexión entre el percepto facial intacto y los sistemas

mediotemporales de la memoria que impide construir nuevas huellas de memoria de caras.

La discriminación de rostros desconocidos es una actividad

visuoperceptual desligada de la memoria y de los afectos, y por lo tanto sería una tarea

más superficial y específica relacionada con actividad de las áreas de asociación visual y con la

construcción del percepto facial. El reconocimiento de rostros familiares, por el contrario, tiene

que ver con la evocación de procesos mnésicos y afectivos asociados al acto visuoperceptual, y es

una tarea mucho más profunda y probablemente relacionada con la actividad de un mayor

número de regiones cerebrales: corteza visual, áreas de asociación, estructuras de memoria,

estructuras del sistema límbico y regiones prefrontales. Por esta razón, las prosopagnosias

requerirían una lesión mucho más severa y extensa, bilateral, mientras que la alteración en la

discriminación de rostros no familiares se puede originar por lesiones menos extensas, unilaterales

y, por lo tanto, presentarse con más frecuencia. El tratamiento cognitivo de rostros

familiares es diferente al de los rostros desconocidos, de la misma manera que el tratamiento de

rostros vistos al derecho es diferente al de aquéllos vistos al revés.

OTROS TRASTORNOS EN EL RECONOCIMIENTO DE ROSTROS

Amnesia semántica para las caras

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El reconocimiento de rostros puede verse alterado por trastornos del conocimiento

semántico de las personas. Ésta es una alteración de los nodos de identidad personal que se

manifiesta como una incapacidad para terminar y contextualizar el reconocimiento de una

persona, a pesar de que se ha construido un percepto y se ha evocado un sentimiento de

familiaridad con su rostro.

Anomia para los nombres propios (prosopanomia)

La dificultad para la selección adecuada del nombre (acceso lexical), paso final en el

proceso de reconocimiento de las personas, es un trastorno de naturaleza lingüística y puede

presentarse aunque se haya realizado todo el proceso de construcción del percepto, activado el

sentimiento de familiaridad y evocado las memorias semánticas de los nodos de identidad

personal. Éste es un problema más común en las afasias que en las agnosias visuales. Carney y

Temple describieron en 1993 un caso de alteración específica en la denominación de rostros

familiares pero sin dificultades de reconocimiento ni de denominación para otros tipos de

información visual compleja. La percepción de caras y el acceso a información autobiográfica de

las caras estaba preservada. Esto sugería que se trataba de un posible caso de anomia categorial

específica para las caras o prosopanomia.

Paramnesias o falsos reconocimientos

Rapcsak et al \[12] han encontrado que el falso reconocimiento de caras sin prosopagnosia

es observado después de daño prefrontal derecho. Proponen que el falso reconocimiento en

pacientes frontales es el resultado del quiebre de la estrategia de decisión para determinar si una

cara es de una persona familiar o si sólo tiene un parecido a un individuo conocido. El falso

reconocimiento prefrontal puede estar relacionado con el fenómeno de la confabulación, en el

cual la familiaridad o una específica identidad es erróneamente atribuida a un estímulo facial sin la

activación de la representación mnésica subyacente.

La metamorfopsia

Es un trastorno en la percepción visual en el que los rostros se ven distorsionados, hay

dificultad para discriminar características faciales y gestos, pero sin alteración en el

reconocimiento de la identidad de las personas.

21

Hipoemocionalidad visual

Se han descrito en la literatura casos de pérdida del afecto visual asociado a la

prosopagnosia. Se trata de prosopagnósicos que pierden el placer estético visual. Las áreas

visuales estarían desconectas de los lóbulos temporales y del sistema límbico por la lesión bilateral

del fascículo longitudinal inferior. Es posible que los casos de prosopagnosia con

hipoemocionalidad visual correspondan a casos con activación incompleta de las representaciones

afectivas de los nodos de identidad personal.

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NEUROANATOMÍA DE LAS ALTERACIONES EN EL PROCESAMIENTO DE CARAS

Inicialmente se aceptaba que una lesión del hemisferio derecho era suficiente para

producir prosopagnosia. La primera hipótesis sobre la localización de la lesión se podría formular

así: la prosopagnosia se debe a una lesión unilateral derecha que podría estar ubicada

principalmente en el lóbulo occipital, pero también podría ubicarse en el parietal, en el temporal,

o en diferentes combinaciones: temporoccipital o parietoccipital. Con Meadows se plantea lo que

podemos llamar la segunda hipótesis sobre localización, que podría rezar así: se requiere una

lesión bilateral pero la lesión derecha es determinante sobre la izquierda. La clave de las lesiones

en ambos hemisferios sería que produjeran una desconexión de las áreas visuales de ambos

lóbulos occipitales del lóbulo temporal derecho y del sistema límbico. Este efecto puede darse por

la lesión bilateral del fascículo longitudinal inferior que atraviesa los giros lingual y fusiforme en la

región mediobasal de la unión occipitotemporal. La tercera tesis sobre la anatomía de la

prosopagnosia –la más aceptada hoy en día– es la de Damasio et al, quienes plantean la

necesidad de una lesión bilateral y simétrica de ambos hemisferios cerebrales. Estos autores

revisaron los resultados de 11 necropsias de pacientes que sufrieron prosopagnosia y que han sido

publicados, y encontraron que todos tenían lesiones bilaterales; además, en todos, con excepción

de uno, las lesiones eran relativamente simétricas, aunque no en espejo, en la región

occipitotemporal comprometiendo los giros lingual y fusiforme de ambos lados.

En los últimos años se ha reactivado la idea de que es suficiente la lesión unilateral

derecha. Carlesimo y Caltagirone estudiaron a dos pacientes afectados con prosopagnosia, 45 con

lesión cerebral unilateral y 52 sujetos normales mediante tres pruebas: pareamiento de caras no

familiares, identificación de caras famosas y juicio de edad para caras desconocidas. Los resultados

confirman que el hemisferio derecho, y particularmente la región posterior, es crítica para todos

los aspectos principales del procesamiento facial. Los pacientes con lesión posterior derecha

obtuvieron las peores puntuaciones en las pruebas. El hemisferio derecho es indispensable para

un análisis visuoperceptual de las caras pero se requiere de la participación de ambos hemisferios

para el reconocimiento de rostros familiares.

De Renzi reunio 27 casos de prosopagnosia publicados en la literatura en los últimos años

con evidencias neuroimagenológicas de lesión limitada exclusivamente al hemisferio derecho.

Este autor piensa que, en sujetos diestros con un alto grado de especialización en el

procesamiento de caras por parte del hemisferio derecho, una lesión limitada a este hemisferio

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sería suficiente para dar lugar a la prosopagnosia, aunque sólo en muy pocos casos es tan marcada

que no puede ser compensada por el hemisferio izquierdo.

El desarrollo de las neuroimágenes funcionales y de la psicofisiología comienza a poner a

prueba los modelos cognitivos sobre el procesa miento cerebral de los rostros y sus trastornos, y

promete convertirse en una herramienta muy útil para el estudio de estos problemas.

EVALUACIÓN DE LOS TRASTORNOS EN EL PROCESAMIENTO DE CARAS

La evaluación de los trastornos del procesamiento y reconocimiento de caras debe

realizarse teniendo en cuenta los diferentes pasos en el procesamiento de la información,

seleccionando pruebas y tests que permitan evaluar la integridad o disfunción en cadauno de

ellos, lo cual permitirá no sólo establecer el diagnóstico del trastorno sino ubicar el nivel funcional

de la alteración.

Evaluación del proceso de análisis estructural del rostro

–Pruebas de reconocimiento categorial (evaluar si el paciente reconoce una cara como

cara, dándole a clasificar objetos visuales en categorías). Debe demostrarse que el trastorno en el

reconocimiento de caras es relativamente específico, es decir, que no esté inmerso en el contexto

de una intensa agnosia a los objetos visuales.

–Tareas de reconocimiento de razas, sexos (evitando al máximo los estímulos externos al

rostro que sirvan como claves contextuales para la identificación).

–Pruebas de reconocimiento intracategorial dentro de otras categorías: para demostrar

que el trastorno es selectivo a la categoría de caras.

–Pareamientos de rostros familiares en posiciones fotográficas diferentes (de perfil y

frente) o tomadas en diferentes épocas.

–Pareamiento de rostros desconocidos (test de Benton).

–Estimación de edad, análisis y reconocimiento de expresiones, lectura labiofacial.

Evaluación de la unidad de reconocimiento facial

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–Pruebas de reconocimiento encubierto o demostración de familiaridad: lo que se debe

buscar es si el paciente puede emitir un juicio de familiaridad aunque no logre hacer el

reconocimiento.

–Test de selección forzada: se presentan parejas de caras donde siempre una de ellas es

un rostro familiar y el otro desconocido para que el paciente seleccione el familiar, aunque no

pueda realizar un reconocimiento explícito. Un porcentaje de aciertos por encima del 50% indica

reconocimiento encubierto o implícito.

–Tiempos de reacción en pruebas de identificación de la congruencia o incongruencia de

rostro-nombre: eliminando el reconocimiento consciente, se le pide al paciente que observe

rostros famosos asociados a nombres para responder si la asociación es correcta o incorrecta. Si

existe reconocimiento encubierto debe ser más eficiente en las asociaciones congruentes que en

las incongruentes.

–Tiempos de reacción para reconocer diferentes perfiles de la misma persona: se le

presentan parejas de fotografías en diferentes perfiles de rostros familiares y no familiares, y se le

solicita que informe si las fotos corresponden a la misma persona o no. El tiempo de reacción es

más corto para decidir sobre los estímulos de rostros familiares que en los desconocidos.

–Tarea de clasificación profesional de nombres propios: se presenta el nombre de un

personaje famoso asociado a diferentes caras, así:

a) Cara correcta (estímulo congruente)

b) Cara incorrecta de personaje de la misma actividad profesional (estímulo incongruente

relacionado)

c) Cara incorrecta de un personaje con actividad profesional no relacionada (estímulo

incongruente no relacionado).

Un menor tiempo de reacción en la tarea de identificar los estímulos congruentes con

respecto a los incongruentes demuestra un reconocimiento encubierto. Este efecto puede verse

incluso para rostros aprendidos de manera implícita después de la lesión cerebral.

–Medidas neurofisiológicas (potenciales evocados relacionados y mediciones de

resistencia cutánea de la piel): el reconocimiento encubierto o implícito sólo será posible para los

prosopamnésicos, no para los que padecen trastorno perceptual.

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Evaluación del nodo de identidad personal

Reconocimiento de profesión, lugar de procedencia o residencia, circunstancia en que se

conoció, ligazón afectiva, etc. Memorias multimodales, verbales y no verbales con relación a la

persona.

Evaluación del acceso lexical

Pruebas de denominación de personajes famosos, pruebas de denominación de rostros

familiares, acceso al nombre a partir de la información visual (cara), acceso al nombre a partir de

descripciones verbales o de informaciones semánticas. La facilitación del acceso al nombre a partir

de la información semántica y el fracaso a partir de la información visual indica que el nodo de

identidad personal está intacto.

Evaluación del sentido estético visual

Evaluar el placer estético visual en la percepción de rostros, paisajes, obras de arte y otros

estímulos visuales.

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CASO CLINICO:

Prosopagnosia en Epilepsia

Caso remitido por: Dr. Santiago Mola. Hospital del SVS Vega Baja. Alicante

Paciente de 32 años que pasa revisiones periódicas en la Consulta de Neurología desde el

año 92 para control de Epilepsia.

En sus antecedentes personales destaca : prima hermana con epilepsia generalizada

primaria en remisión, nacido de parto eutócico a término, severa otitis neonatal, desarrollo

psicomotor en rango, escolarización hasta grado medio, servicio militar sin incidencias, trabaja

como administrativo. Conduce habitualmente. Cefaleas ocasionales. Sin hábitos tóxicos.

Desde los 16 años hasta la consulta inicial ha presentado 7 crisis generalizadas

tónicoclónicas durante el sueño y una de las mismas características, diurna, precedida de

sensación de caida. Desde entonces siguió un tratamiento con fenitoina y fenobarbital con dosis

subóptimas.

En la exploración neurológica se puso de manifiesto exclusivamente una hemianopsia

homónima izquierda, densa, que se confirma en la exploración oftalmológica cuantitativa. Se

amplía la anamnesis y exploración en este área con los siguientes resultados: Catalogado como

despistado se encuentra con frecuencia en situaciones sociales embarazosas por su dificultad en el

reconocimiento de los vecinos y familiares, reconoce que las claves auditivas son muy

importantes. Esta dificultad también la presenta en el reconocimiento de actores famosos

(aficionado al cine). También reconoce dificultades en la orientación cuando se sale de los

recorridos habituales. Maneja el procesador de textos en su oficina aunque afirma que sin el

corrector ortográfico estaría "perdido", y que experimenta dificultades que vence con su

tenacidad. Nunca ha sido consciente de presentar un defecto visual alguno. No presenta

simultagnosia, dificultad en el reconocimiento de figuras presentadas de forma no convencional,

en la copia de la figura de Rey ni en su reproducción posterior. Algunas dificultades en la

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diferenciación de los colores, aunque la denominación, básica de los mismos es correcta. Dificultad

en el reconocimiento de fotos de personajes populares. Sin alteraciones del cálculo.

En las pruebas de Neuroimagen: Se realiza TAC cerebral que pone de manifiesto una

imagen occipital hipodensa, que no capta contraste con calcificaciones nodulares. Se realizó RNM (

Fig 1) que pone de manifiesto la misma imagen, más amplia en sus límites, hiperintensa en las

secuencias T2 en la porción medial del lóbulo occipital que se extiende hacia la misma porción del

temporal derecho. Ante las dudas sobre el significado de dicha imagen se realizó angiografía

convencional que demuestra la presencia de una cerebral posterior hipoplásica, que no se

visualiza más allá del segmento P3. El territorio de dicha arteria no está vascularizado por el

sistema carotídeo derecho. Se diagnostica de hipoplasia de la cerebral posterior derecha de origen

indeterminado. El SPECT demuestra el área de hipoperfusión, que se extiende también al parietal

derecho.

El estudio EEG ( solo vigilia ) era irrelevante.

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En la actualidad sigue tratamiento con Lamotrigina 400 mg al día, experimenta

sensaciones de caída al vacío, que le despiertan por la noche, y en los seis años de seguimiento tan

sólo ha presentado 2 crisis generalizadas nocturnas. Se queja de dificultades crecientes en el

trabajo que le han llevado a la modificación de sus tareas (Por ejemplo no se encarga de ya de

entregar los trabajos a clientes en los casos que precisa desplazarse), aunque de momento se

adapta.

Tratamiento

Como en la mayor parte de los déficits cognitivos no existe una cura definitiva; sin

embargo existen indicios que apuntan hacia el tratamiento farmacológico y la rehabilitación

cognitiva. Estos pueden mejorar los síntomas y la calidad de vida del paciente en la mayoría de los

casos aquí abordados.

Tanto la evaluación de los déficits como la rehabilitación deberá realizarla

un neuropsicólogo.

También está probado que los pacientes tienden a mejorar si la información es presentada

en otra modalidad diferente a la dañada.

Bibliografía

-Neurología Clínica: Diagnóstico y tratamiento

W. Bradley, R. Daroff, G. Fenichel, J. Jankovic

4ta Edicion, Editorial Elsevier

-Material de Catedra Neuropsicologia 1er año

E. Cortese, R. Kuzmicky, R.Cortese

Universidad Abierta Interamericana

-Wikipedia, Enciclopedia Libre, Internet

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