africa y asia en el siglo

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BRAYA N DAVID BAYUE LO ORTIZ :o COLEG IO NACIO NAL NICOL AS ESGUE RRA TITUL O: ASIA Y AFRIC A EN EL SIGLO XLX CURSO : 806

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Page 1: Africa y asia en el siglo

BRAYAN DAVID

BAYUELO

ORTIZ :o

COLEGIO

NACIONAL

NICOLAS

ESGUERRA

TITULO:

ASIA Y AFRICA EN EL SIGLO

XLX CURSO: 806

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AFRICA Y ASIA EN EL SIGLO

XLXMientras que en Europa y América se desarrollaba con intensidad un proceso de

cambios profundos en el primer tercio del siglo XIX, en Asia y África las transformaciones seguían un ritmo más lento. En la mayor parte de este último

continente se vivía aún en un estado de civilización tribal, muy cercano todavía a la edad de los metales. Sin duda, la sangría demográfica que produjo la exportación de millones de esclavos negros desde el siglo XV, incidió negativamente sobre cualquier tipo de evolución. Sin embargo, cuando se inició el siglo XIX Gran Bretaña había ya

abolido la esclavitud en su territorio y en 1807 prohibió la entrada de esclavos en sus posesiones, aunque la esclavitud seguía siendo legal en ellas. En 1804 fue también

prohibida la importación de esclavos en los Estados Unidos y en 1815 Portugal aceptó no practicar la trata al norte del Ecuador. Por otra parte, el Congreso de

Viena proclamó, en una declaración solemne, el principio de la abolición de la esclavitud. Todas estas medidas evitaron que el problema continuara agravándose,

aunque no pudieron lograr su desaparición, pues siguió existiendo un activo comercio de contrabando entre los países que continuaban permitiendo la existencia de la

esclavitud. No obstante, la sangría africana remitió considerablemente y, en todo caso, el problema se planteó con aquellos esclavos liberados que volvían a África. Gran Bretaña intentó repatriarlos a Sierra Leona, donde no fueron bien recibidos. En los

Estados Unidos, la American Colonization Society, encargada de repatriar a África a los esclavos liberados, compró en 1821 un trozo de territorio al que llamó Liberia y fundó la ciudad de Monrovia -en honor del presidente Monroe- donde instaló a millares de

ellos.Todavía en 1800, casi todo el norte del continente, excepto la zona occidental de Maghreb se hallaba bajo el dominio del imperio otomano. Sin embargo, tanto Egipto, como Tripolitania, Túnez y Argel tendían cada vez más hacia la autonomía interna, escapando al control del sultán. Pero esa tendencia coincide con el interés de las

potencias europeas por extender su influencia por aquella zona del continente. Unos incidentes entre el cónsul de Francia y el bey de Argel en 1827 llevaron a la Monarquía de Carlos X a enviar una expedición que tomó aquel territorio en julio de 1830. A partir de esos momentos Francia continuaría una política de expansión en el norte de África. Uno de los países africanos que evolucionó más rápidamente durante este periodo fue Egipto. La expedición de Napoleón permitió, no sólo un estudio científico de su historia,

su arte y su civilización, sino la renovación de los métodos de explotación de sus riquezas. Cuando se fueron los franceses, el poder no volvió al sultán ni a los ingleses, sino que recayó en el jefe de los mercenarios albaneses, Mohamed Allí. Este personaje

emprendió una política de reformas, después de haberse desembarazado de los

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mamelucos a los que hizo masacrar en 1811. Desarrolló los sistemas de regadíos e impulsó el cultivo del algodón y de la caña de azúcar. Con un ejército formado

esencialmente por nativos egipcios intervino para someter a la rebelión griega en 1822, y a cambio de esa ayuda, reclamó del sultán el territorio de Siria. En el sur del continente africano, la presencia europea había venido determinada por la necesidad

de tomar la ruta marítima del Cabo de Buena Esperanza para alcanzar los países asiáticos. Los comerciantes holandeses habían fundado la ciudad de El Cabo y habían traído campesinos, los boers, para que sirviesen los intereses de la Compañía de las Indias Orientales. Éstos, aunque eran protestantes, habían vivido en las provincias

católicas de los Países Bajos y se consideraban autosuficientes para salir adelante sin mayor protección que la palabra de Dios transmitida a través de la Biblia y sólo

interpretada por el padre de familia. De esa forma consiguieron emanciparse de la Compañía.

FIN